Corazón congelado

Es extraño el sentimiento de no extrañar, ni necesitar a nadie, es como sentirse, por

momentos, inhumano.

Me cerré en tal medida que soy inmune a los desórdenes sentimentales inducidos
externamente, nadie más que yo puede herirme, pero tampoco hacerme feliz. Creo que esta
es una victoria con sabor a fracaso, puesto que la esencia de la existencia es el ritmo de subir y
bajar, de ganar y perder, de encontrar y dejar. Siento que me he forjado una coraza
inquebrable, para evitar que mis inestabilidades no vuelvan a surgir; aunque creo haber
cometido un pequeño gran error, mi peor enemigo quedó encerrado conmigo. Tal vez haya
sido una mala elección, porque esta paz no me llena y sé que no será eterna; puede que no
tenga más ganas de que nadie le incruste dolor a mi desfragmentado corazón, pero ahora
tengo la certeza, de que nadie jamás podrá volver a unir sus piezas.