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PALABRAS.
Resumen
Los dígrafos ch y ll tienen valores fonéticos muy específicos, por lo que en la Ortografía de la lengua
española de 1754 comenzó a considerárseles como letras del alfabeto español y a partir de la
publicación de la cuarta edición del Diccionario de la lengua española en 1803 se ordenaron
separadamente de c y l. En el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española
celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios organismos, se acordó reordenar los
dígrafos ch y ll en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna, aunque todavía seguían
formando parte del abecedario. Con la publicación de la Ortografía de la lengua española en
2010, ambas dejaron de considerarse letras del abecedario. Desarrollada en varias etapas a partir
del período alfonsino, la ortografía se estandarizó definitivamente bajo la guía de la Real Academia
Española, y ha sufrido escasas modificaciones desde la publicación de la Ortografía de la lengua
española de 1854.
No obstante, se advierte que los nombres de las letras son recomendaciones que no implican
"interferencia en la libertad que tiene cada hablante o cada país de seguir aplicando a las letras los
términos que venían usando".
Por primera vez, en la Ortografía de 2010 se prescribe la supresión de esa tilde, ya que no es normal
tildar un elemento átono, y la posibilidad de confusión con el cero es hoy prácticamente
inexistente. En la Ortografía de 2010 se dice que los nombres que designan títulos, cargos o empleos
de cualquier rango, por su condición de nombres comunes, se deben escribir siempre con minúscula
inicial, independientemente de que acompañen o no al nombre propio al que hacen referencia. En la
Ortografía de 2010 se mantiene la mayúscula inicial para los usos antonomásticos de los nombres
genéricos .