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Resumen

Las superficies extendidas se usan con referencia a un sólido que experimenta


transferencia de energía por conducción dentro de su límite, así como su
transferencia de energía por convección (y/o radiación) entre sus límites y sus
alrededores. De manera que hay muchas situaciones que implican efectos
combinados de conducción y convección, la aplicación más frecuente es aquella en
la que se usa una superficie extendida de manera específica para aumentar la
rapidez de transferencia de calor entre un sólido y un fluido contiguo. A esta
superficie extendida se denomina Aleta. Las aletas de enfriamiento están hechas de
materiales altamente conductores como el aluminio. Mejoran la transferencia de
calor desde una superficie al exponer un área más grande a la convección y
radiación; son de uso común en la práctica para mejorar la transferencia de calor y a
menudo incrementan la velocidad de esas transferencias desde una superficie con
varios dobleces. La contribución de una aleta a la disipación de calor se computa de
forma sencilla por el aumento de la superficie de intercambio, ponderada con el
valor de la eficiencia. Así, el calor disipado por una aleta es el que disipará la
superficie base multiplicado por la efectividad o el factor de aumento, o simplemente
el producto de la admitancia por el gradiente térmico en la superficie base de la
aleta. Las superficies ampliadas tienen un extenso campo de aplicaciones en
problemas de transmisión de calor, desde radiadores de automóviles o equipos de
aire acondicionado, hasta los elementos combustibles de reactores nucleares
refrigerados por gases, o los elementos de absorción y disipación de energía en
vehículos espaciales, o los equipos de refrigeración y calentamiento en la industria
química, etc.

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