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• La exploración iniciada por Cristóbal Colón en 1492, expandió los límites de las
Españas no solo a nivel geográfico, puso al recién creado reino en contacto con
“otro mundo” que se presentaba diferente, ajeno y desde los primeros contactos se
intentó explicar y asimilar. La Conquista y Colonización buscó implantar y recrear
las estructuras sociales, políticas, religiosa existentes en Europa. Las tierras eran
propiedad de los monarcas y los naturales sus vasallos, pero tenían costumbres
diferentes por lo que se necesitaba enseñarles el modo de vida, la lengua y la
religión para que incorporaran a la sociedad española.
• Debía enseñárseles como indica José María Koboyashi “lo que entonces se
llamaba “policía” o “buenas costumbres” 1 basadas en la fe cristiana, para los
españoles la cultura no podía transmitirse apartada de la religión por ello no solo
fue necesario evangelizarles, sino, educarles, en 1503 a solo once años de haber
iniciado las expediciones colombinas y poblada la Isla La Española, Isabel y
Fernando dan al gobernados Nicolás de Ovando una instrucción para que se
comience a educar a los hijos de los naturales.
1
José María Kobayashi, La educación como conquista (empresa franciscana en México), 2ª
ed. México, D.F.: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2007, c1985, pág.
155-157.
cada día dos veces para que allí el dicho capellán los muestre a leer y a escribir y
santiguar y signar y la confesión y el paternóster y el Avemaría y el Credo y Salve
Regina” Fechada el 20 y 29 de Marzo de 1503.
•
• En 1513 con el propósito de continuar con la educación de los indios, las
Leyes de Burgos imponen por obligación a los encomenderos o la gente que
estuviera cercana a ellos encargarse de que recibieran educación, en 1516 a los
padres Jerónimos que gobernaban la Isla, se les ordena que encarguen a los
sacristanes de las Iglesias enseñar a leer y escribir a los hijos de los caciques y
principales de los pueblos, y a instruirlos para aprender castellano con el fin que a
su vez ellos pasaran estos conocimientos a sus congéneres.
• Poco más de un siglo después estos intentos quedarán plasmados en la
Recopilación de las leyes de los Reinos de Indias.
•
• “Para que los hijos de los caciques que han de gobernar a los indios sean
desde niños instruidos en nuestra Santa Fe Católica, se fundaron por nuestra orden
algunos colegios en las provincias del Perú, dotados con renta para este efecto se
consigna, y por lo que aún falta que sean ayudados y favorecidos: mandamos a
nuestros virreyes que los tengan por muy encomendados y procuren su
conservación y aumento y en las ciudades principales del Perú y Nueva España se
funden otros donde sean llevados los hijos de los caciques de pequeña edad y
encargados a personas diligentes que los enseñen y doctrinen en cristiandad,
buenas costumbres y policía y lengua castellana y se les consiga renta competente
a su crianza y educación” (ley 2, título 23, libro 1). 2
2
Ibíd., pág. 157 y ss.
NUEVA ESPAÑA, EDUCACION: ENTRE LA IGLESIA Y LOS PRIMEROS
COLEGIOS “LAICOS”.
Casi tres décadas después de que Colón llegara a la Española, Hernán Cortés
derrocaba al tlatoani del Imperio Mexica, Moctecuzoma e iniciaba la colonización
del continente, con el vendrían hombres y mujeres dispuestos a poblar estas
nuevas tierras y miembros de la Iglesia a quienes como en la experiencia anterior
se encargó la evangelización y educación de la población nativa, esta labor estuvo
a cargo de tres frailes de la orden franciscana Pedro de Gante, Juan de Tecto y
Juan de Ahora, a su llegada se instalaron en Texcoco, su gobernante Ixtlilxóchil los
alojo en su Palacio y les permitió iniciar su tarea de evangelización y educación, no
con la población del señorío pues se temía por su seguridad, si no con los hijos del
señor Texcoco y otros los niños allegados a él.
La labor de estos primeros franciscanos duro poco pues Tecto fue requerido por
Cortés para acompañar a los conquistadores en nuevas exploraciones y Ahora
murió por lo que la labor se interrumpió hasta la llegada de doce frailes más a cargo
de fray Martín de Valencia, estos continuaron con la obra educativa y fundaron los
primeros Colegios destinados a educar a los hijos de la nobleza indígena en
México, Tlaxcala, Texcoco y Huexotzinco, que pocos años después también
alojarían a niñas nobles y macehuales.
Las primeras acciones para proporcionar educación a las niñas iniciaron en 1527
cuando Fray Juan de Zumárraga y Hernán Cortes enviaron cartas al Emperador
Carlos V informando sobre la situación y pidiendo apoyo, en respuesta, su esposa
la Emperatriz Doña Isabel de Portugal ordeno que se crearan algunas “misiones”
financiadas con recursos de la Corona, y atendidas por mujeres seglares que
fungieron como maestras, las escuelas fueron independientes de la orden
franciscana, pero supervisadas por Zumárraga.
Se sabe que “llegaron once mujeres que venían con dos sirvientas, dos niñas, un
niño y un marido, de las cuales solo seis eran beatas, en la relación de lo que
embarcaron se menciona una gran cantidad de comida, como carne, tocino,
almendras diferentes especies, cariaos barriles de vino y aceita, utensilios de
cocina, colchones… [Además] 300 cuartillas de la doctrina cristiana encuadernadas
en pergamino para la enseñanza de las niñas indias” 3. Pese a funcionar pocos años
estos colegios fueron la base de la educación de las mujeres novohispanas, tarea
que se continuó con la fundación de otras instituciones dirigidas y financiadas por
particulares, la Iglesia y la Corona.
Las misiones entraron en decadencia durante la segunda mitad del siglo XVI y la
primera del XVII, por diversos factores, entre ellos, anota Josefina Muriel: la
epidemia de 1545 que mermo a la población en zonas donde se establecieron los
colegios para educarlas, la negativa de los jóvenes indios de contraer matrimonio
pues se consideraban poco adecuadas al recibir educación de mujeres españolas,
la oposición de los padres para que asistieran a los Colegios argumentando que se
les otorgaba una libertad a la que no estaban acostumbradas en el hogar; el interés
de la Corona que decayó cuando la tarea de evangelizarlas y educarlas ya no era
indispensable para las nuevas generaciones pues eran educadas por sus padres ya
creyentes del cristianismo. Pese a desaparecer las misiones además de ayudar en
la transmisión de ideas y modos de vida, sentaron las bases para la labor educativa
que se desarrollaría en los hogares y otras instituciones: recogimientos, beaterios,
conventos o colegios que pese a sus diferencias jurídicas compartieron algunas
características como educarlas dentro de la religión cristiana, enseñar diversas
3
Diana Barreto Ávila, La fundación del Convento de Jesús María a partir del Convento de Nuestra
Señora de la Inmaculada Concepción (El Monasterio de la Madre de Dios). Tesis para obtener el
grado de Maestro en Historia, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y
Letras, Posgrado en Historia, México, Febrero del 2011, pág. 56, en este trabajo se detallan los
diversos proyectos que para la Educación de las niñas indígenas existieron durante la primera mitad
del siglo XVI y como en relación con estos surgió el primer Convento en Nueva España.
actividades que les permitieran sobrevivir, (y que) la educación se dirigía no solo (a)
las mujeres acaudaladas sino también (a) niñas pobres, huérfanas o
desamparadas, (e) incluso para las mujeres viudas o divorciadas 4.
En dichas instituciones las niñas ingresaban entre los 6 y 8 años pero hay casos
que la edad era menor y se encargaban a alguna de las hermanas regularmente en
pequeños grupos para enseñarles la doctrina cristiana que aprendían de memoria
repitiendo el catecismo con el fin de inculcarle los preceptos bajo lo que debían
dirigir su vida; se les instruía para que leyeran y escribieran en español y latín, así
mismo, se les proporcionaban conocimientos de aritmética (cuatro operaciones
básicas), se les enseñaba música coral e instrumental dependiendo de la capacidad
que cada una mostrara y se les adiestrara en los llamados “oficios mujeriles y
manuales” que consistían es coser, tejer, bordar, confesiones de flores, canastas,
cajitas de alambre de oro y plata, estampas de papel picado entre otras cosas para
lograr ser buenas esposas o estar preparadas para desarrollarse al interior del
claustro. La enseñanza era gratuita, los padres solo debían cubrir las necesidades
de vestido, alimentación y proporcionar los elementos necesarios para la
enseñanza como libros, papel, telas, hijos, encajes, agujas para labores de manos
entre otros.
Bibliografía.
Barreto Ávila Diana, La fundación del Convento de Jesús María a partir del
Convento de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción (El Monasterio de la
Madre de Dios) Tesis para obtener el grado de Maestro en Historia, Universidad
Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, Posgrado en Historia,
México, Febrero del 2011, 222 p.
Dávila Sota Esperanza, María Ignacia de Azlor y Echeverz “La Indiana”. Educadora
en Nueva España, en Relatos e Historias en México, Año VI, Numero 65, Enero,
2014, pág. 52-57.
Silva Martínez Perla María, Una opción de vida para las mujeres. El beaterio de
Santa Rosa de Viterbo. Pobreza, esplendor y migración, 1728-1870 (tesis para
obtener el grado de Maestro en Estudios Históricos), Santiago de Querétaro,
Querétaro, Diciembre 2012, 138 p.
Vega José Luis y de Cárdenas Vega Maira Luisa, América Virreinal: La Educación
de la Mujer (1503-1821), México, Editorial Jus, 1989, pág. 137.