Está en la página 1de 8

DERECHO PROCESAL PENAL

Y LOS SISTEMAS
PROCESALES PENALES
DOCENTE: WILY JOHN GARCIA ABARCA
TEMA: MODELO ACUSATORIO GARANTISTA
SEMANA: 1
• El estado de la cuestión es que, desde la vigencia de la
Constitución Política del Estado de 1993, nuestro sistema
procesal penal se fundamenta en los pilares ideológicos del
modelo acusatorio. No obstante, ante la existencia de diversos
tipos de acusatorio en el proceso penal, consideramos que
resulta fundamental y cuestión de primer orden, identificar cuál
es el tipo o modelo que ha recogido nuestro Código adjetivo de
2004 y explicar sus notas características esenciales, ello con la
evidente finalidad de realizar luego una coherente y racional
interpretación de las normas procesales en concreto , en este
caso, de las normas procesales que regulan los actos que
conforman la etapa intermedia.
• En esa línea, sostenemos desde el inicio que el legislador
nacional ha optado por un modelo acusatorio garantista con
ciertos rasgos adversariales. Es acusatorio debido a que existe
separación de roles entre el encargado de la investigación del
delito y titular de la acusación, el encargado de la defensa del
investigado y acusado, y el encargado de emitir las decisiones
jurisdiccionales. Existe clara separación de funciones entre
fiscal, abogado defensor y juez. Otra de las características
centrales del acusatorio es que no hay juzgamiento si
previamente no existe acusación efectuada por un representante
del Ministerio Público.
• Es garantista el acusatorio recogido por el CPP de 2004,
puesto que es función del órgano jurisdiccional garantizar
en todo el procedimiento penal, los derechos y garantías
del investigado y acusado, del agraviado y parte civil, y,
del derecho de acusación representado por los fiscales del
Ministerio Público. No solo garantiza los derechos y
garantías del imputado o acusado, sino de todos los sujetos
procesales que participan en el proceso penal. El
fundamento de esta situación es el principio de igualdad de
armas.
• Al juez, según la etapa procesal, le corresponde
garantizar que el citado principio se materialice al
interior del proceso penal. En el curso del proceso
penal, le está vedado al juez dejar en estado de
indefensión al imputado o acusado, así como al
derecho de acusación. Si ello se verifica ya sea para
el imputado o para el derecho de acusación, el
proceso es nulo en aplicación del inciso “d” del
artículo 150° del Código Procesal Penal3 .
Consideramos que esto es fundamental, pues en el
acusatorio adversarial, el juez no tiene tales
facultades. De ahí que en tal sistema sea común
sostener que si el derecho de defensa o el derecho de
acusación no están bien representados en juicio, no es
problema del juez. De modo que esa es la diferencia
entre el acusatorio adoptado por nuestro legislador y
el acusatorio puro o adversarial.
• Según el tipo de acusatorio adoptado por el legislador
nacional, se tiene claro que el descubrimiento de la verdad
material de los hechos es uno de los fines esenciales del
proceso penal y una condición necesaria de la justicia de la
decisión. Una decisión legal y justa solo se puede fundar en
una valoración apropiada, exacta y veraz de los hechos
relevantes del caso. Aquí verdad se entiende como
correspondencia entre los datos fácticos que brindan los
sujetos procesales al interior del proceso y lo ocurrido en la
realidad concreta. Cuando se sostiene que un enunciado o
una afirmación son verdaderos, quiere decir que aquello
que tal afirmación describe, ha ocurrido en realidad. De
modo que la verdad es una relación de correspondencia o
conformidad entre el lenguaje, por un lado, y los hechos o
la realidad, por el otro. La decisión adoptada por el juez es
verdadera y correcta cuando coincide o se corresponde con
los sucesos que realmente ocurrieron en la situación
empírica que está en la base de la controversia judicial.
• En parecido sentido, Cafferata Nores precisa que por el
proceso penal “se busca llegar a la verdad material sobre
la atribución a una persona de un delito; que no es la
verdad sustancial, sino la que se conoce como verdad
correspondencia; adecuación de lo que se conoce de una
cosa, con lo que la cosa es”. El citado autor sigue
afirmando que la verdad que se persigue en el proceso
penal es la históricamente ocurrida, denominada verdad
material, verdad correspondencia o verdad real y es la
prueba el medio más confiable para descubrir esta
verdad real, y, a la vez, la mayor garantía contra la
arbitrariedad de las decisiones judiciales.

También podría gustarte