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Fr.

Santiago Rodolfo Hernández Celada, OFM


DEBE PREPARARSE ANTES DE LA CELEBRACIÓN
― Cirio pascual adornado y encendido.
― Cada confirmando debe tener una vela para la renovación las
promesas bautismales.
― Hisopo y caldereta con agua para bendecir dentro de la
celebración.

Saludo del presidente


 La gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo su
Hijo, en la verdad, la justicia y la igualdad, esté con todos ustedes.
Monición inicial
Paz y Bien. Sean todos bienvenidos a este encuentro que es una fiesta
del amor y de la amistad de Dios Padre para con nosotros. Aceptemos
la invitación al encuentro con la misericordia de Dios, para que
apoyados en el don de la fe, experimentemos la gracia del perdón y la
alegría de la reconciliación.
Canto: “Vengo ante ti mi Señor”
Vengo ante Ti, mi Señor, Puesto en tus manos, Señor,
reconociendo mis culpas, siento que soy pobre y débil,
con la fe puesta en tu amor, más tú me quieres así,
que Tú me das como a un hijo. yo te bendigo y te alabo.
Te abro mi corazón, Te abro mi corazón,
y te ofrezco mis miserias, y te ofrezco mis miserias,
despojado de mis cosas, despojado de mis cosas,
quiero llenarme de Ti. quiero llenarme de Ti.
Que tu Espíritu, Señor, Que tu Espíritu, Señor,
abrace todo mi ser. abrace todo mi ser.
/Hazme dócil a tu voz, /Hazme dócil a tu voz,
transforma mi vida entera /2 transforma mi vida entera /2
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Oración inicial
 Dios y Padre nuestro,
Tú que nos has llamado de las tinieblas a la luz,
de la mentira a la verdad y de la muerte a la vida,
infunde en nosotros tu Espíritu Santo,
a fin de que abra nuestros oídos
y fortalezca nuestro corazón,
para que escuchando
con claridad tu llamado
vivamos con alegría el seguimiento de tu Hijo
por el camino que nos conduce hasta Ti.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Monición
Hermanos: Sabemos que estamos aquí porque Dios nos quiere y nos
llama a la conversión. Somos importantes para Él, a pesar de nuestros
pecados. Él nos ha traído aquí; su amor, su ternura y su misericordia
nos llaman. Experimentemos hoy a ese Dios que nos habla en su
Palabra. Estemos bien atentos.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,20b-25)
Queridos hermanos:
Si, obrando el bien, soportan el sufrimiento, hacen una cosa hermosa
ante Dios. Pues para esto han sido llamados, ya que también Cristo
padeció su pasión por ustedes, dejándoles un ejemplo para que sigan
sus huellas.
Él no cometió pecado, ni encontraron engaño en su boca; cuando lo
insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no decía amenazas; al
contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con
nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos
para la justicia. Sus heridas nos han curado.
Ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al
pastor y guardián de sus vidas.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial (Del Sal 33)
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
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que los humildes lo escuchen


y se alegren.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Proclamen conmigo
la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Contémplenlo, y quedarán radiantes,
su rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
Él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved que bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a Él.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Todos sus santos, teman al Señor,
porque nada les falta
a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor
no carecen de nada.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos; (…)
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
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salva a los abatidos.


R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor; (…).
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a Él.
R./ Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Canto interleccional o Aleluya

A TI LEVANTO MIS OJOS (Salmo 122)


A Ti levanto mis ojos,
A Ti que habitas en el cielo;
A Ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
así están nuestros ojos en el Señor
esperando su misericordia:
Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor
esperando su misericordia:
Misericordia, Señor, misericordia
que estamos saciados de burlas;
misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios:
Nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos;
nuestra alma está saciada
del desprecio de los orgullosos.
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18,9-14)
En aquel tiempo, dijo Jesús a algunos que se tenían por justos y
despreciaban a los demás, esta parábola:
«Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El
fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy
gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos,
adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por
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semana, doy el diezmo de todas mis ganancias." En cambio, el


publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten
compasión de mí, que soy pecador!". Les digo que éste bajó a su casa
justificado y aquel no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y
el que se humille, será ensalzado.»
Palabra del Señor…
Breve homilía catequética en donde se explica el sentido del
sacramento de la reconciliación y la renovación del bautismo.
Si quiere hacerse un examen dirigido, para el que pueden servir de
orientación los siguientes párrafos:
― La soberbia: ¿Soy orgulloso, busco vanidades pasajeras? ¿Me dejo
dominar por mis complejos de superioridad o de inferioridad,
comparándome con los demás? ¿Desprecio a otras personas?
¿Alimento envidias? ¿Muestro aires de suficiencia o de prepotencia?
¿Busco aparecer, dominar, deslumbrar, ser el número uno? ¿Me
creo superior o mejor que los demás? ¿Prefiero que me sirvan a
servir? ¿Busco la alabanza de los otros? En el fondo, en el fondo, la
soberbia me lleva a querer ser como Dios, me remite al pecado de
Adán y Eva.
― La avaricia: ¿Soy una persona ambiciosa, materialista, consumista?
¿Qué apegos tengo? ¿Descubro en mí algún tipo de esclavitud? ¿Me
dedico desordenadamente a tener más, a ganar más o vivir mejor?
¿Acepto vivir en pobreza, necesitando pocas cosas y necesitándolas
poco? ¿Soy responsable con mi estudio? ¿Si trabajo, soy honesto y
responsable? ¿En mi casa ayudo en los oficios domésticos o me
siento a que me atiendan? ¿Por quién me esfuerzo? ¿Tengo que
desprenderme urgentemente de algo que sé que me está quitando
la libertad?
― La ira, con sus expresiones: ¿Encuentro en mi conducta huellas
de violencia, venganza, resentimiento, acusación, odio o
distanciamiento de alguien? ¿Me falta paciencia, comprensión,
misericordia, humildad? ¿Prefiero el ojo por ojo y el quedar siempre
por encima? ¿Me gusta enseñar los dientes, decir palabras fuertes o
amenazar? ¿Pido perdón? ¿Perdono? Podemos decir que la ira es
de color rojo y perjudica seriamente la salud.
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― La raíz de la lujuria, con sus derivados: ¿Me dejo llevar por la gula,
el sensualismo, la comodidad, el excesivo cuidado por mi cuerpo, el
hedonismo o placer desmedido o por alguna secreta búsqueda muy
ansiosa de placer? ¿Confundo el placer con la felicidad? ¿Convierto
a la persona en objeto? ¿Soy capaz de sacrificar a los propios gustos
y pasiones por los más grandes valores? ¿He entregado mi corazón
al Señor, o lo mantengo dividido?
― La raíz del egoísmo, que es la raíz última, madre de todas las
demás: ¿Tengo un amor excesivo a mí mismo? ¿Tengo ojos y
corazón para los demás? ¿Me alegro con ellos, sufro por ellos,
pienso en ellos, me acerco a ellos? ¿Qué es para mí el amor de Dios?
¿Cómo es mi relación con mi Señor Jesucristo, al que he entregado
mi vida? Es la falta de amor, el gran pecado, el único pecado: “el que
no ama está muerto”.
― La raíz de la pereza: ¿Vivo en disponibilidad y en entrega? ¿Me
dedico sólo a mis cosas, olvidando las necesidades de los demás?
¿Sé lo que es el esfuerzo de la entrega? ¿Soy gratuito en mi servicio,
en mis favores a los demás, o exijo una paga? ¿Manda en mí la ley
o la generosidad?
A continuación, puede dejarse un espacio de silencio para el
examen de conciencia con la debida motivación para que los
confirmados realicen su examen de conciencia y se preparen para
la celebración individual del Sacramento de la Reconciliación.
― Como Acto de contrición puede hacerse “Súplica de perdón” del
Ritual hebreo, invitando a repetir frase por frase:

 Presidente:
Oh Dios nuestro
y Dios de nuestros padres,
que nuestra oración llegue a Ti.
Ya lo ves, Señor,
no somos ni audaces ni endurecidos
ni te decimos:
“Somos inocentes, no tenemos pecados”,
sino que los confesamos:
“Hemos pecado”.
Somos de verdad culpables.
Hemos sido rebeldes a tu voluntad,
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hemos cometido abusos de confianza,


hemos blasfemado,
hemos incitado al mal,
hemos condenado al inocente,
hemos sido orgullosos,
hemos actuado con violencia,
hemos afirmado cosas falsas,
hemos dado malos consejos,
hemos engañado,
hemos despreciado cosas respetables,
hemos desobedecido,
hemos despreciado tus leyes,
hemos cometido injusticias,
hemos oprimido al prójimo,
hemos endurecido nuestro corazón,
nos hemos entregado a la corrupción,
hemos cometido acciones vergonzosas,
hemos seguido malos caminos,
hemos rechazado a nuestro prójimo,
hemos abandonado tus mandamientos,
para nuestra desdicha.
Y Tú, tan justo en todo lo que nos sucede,
has seguido siempre actuando
con amor y fidelidad para con nosotros;
pero nosotros te hemos desconocido
y hemos pecado.
 Dios todopoderoso,
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
Seguidamente el Sacerdote presidente invita a cada uno de los
jóvenes a pasar a la Confesiones individual. Mientras tanto puede
entonarse cantos penitenciales o ponerse música ambiental o
gregoriana a bajo volumen.
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
MONICIÓN
En la noche santa de la Vigilia Pascual, los cristianos renovamos las
promesas bautismales y, ustedes lo harán de manera solemne en la
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celebración de su Confirmación, vamos a renovar nuestra fe católica


sellada en el Bautismo, como un signo de que ella crece y madura a lo
largo de toda nuestra vida.
El Sacerdote presidente toma la luz del Cirio pascual y, los padres
o padrinos si están en la celebración o los catequistas, la llevan a
los confirmandos.

 Presidente: Hacemos memoria, con estos jóvenes, del día de su


Bautismo y celebramos, después de la reconciliación, la renovación
de sus promesas bautismales. Aquel día ustedes, padres y padrinos,
renunciaron en su nombre a las obras de Satanás y prometieron que
vivirían como hijos de Dios y seguidores de Jesucristo, según la fe
de la Iglesia. Ahora que estos jóvenes son más conscientes de sus
responsabilidades, renueven con ellos la fe y sus promesas
bautismales para reafirmar su compromiso cristiano.

― Un(a) catequista: Nosotros, los catequistas, deseamos seguir


ayudando a estos jóvenes a vivir como corresponde a los
bautizados y hemos prometido seguir el camino de Jesucristo. La
fe y las promesas del bautismo que ellos van a renovar, también
las renovaremos nosotros para poderles guiar sin desviaciones
por el camino de la fe y de la vida cristiana.
― Un(a) joven: Estamos contentos de ser bautizados cuando
éramos niños. Nuestros padres y padrinos, y la comunidad
cristiana hicieron entonces, en nuestro nombre, la profesión de fe
y la renuncia al pecado para que Jesucristo nos comunicara por
el bautismo la vida nueva de los hijos de Dios. Ahora nosotros
mismos, vamos a renovar las promesas de nuestro Bautismo para
que todos sepan que queremos seguir viviendo como cristianos.
Invita a todos a repetir:
― ¡Jesús, estamos contigo, queremos seguirte con nuestra
alegría y dinamismo!
 Presidente:
Guiados por nuestra fe en Jesucristo y fortalecidos con la fuerza de su
Espíritu Santo, vamos a renovar las promesas de nuestro Bautismo de
forma que cada día sean más conscientes de su compromiso cristiano
y de la fe en la que van a ser confirmados:
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 ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de


Dios?
― Sí, renuncio.
 ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que no
domine en ustedes el pecado?
― Sí, renuncio.
 ¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
― Sí, renuncio.
 ¿Prometen seguir a Jesucristo viviendo su Evangelio,
cumpliendo sus mandamientos y como auténticos testigos
suyos?
― Sí, lo prometo.
 Que el Espíritu Santo los ayude a mantenerse siempre libres de
pecado y a vivir como Jesús nos enseña. Es lo que vamos a
rogar a Dios todos unidos.
Oración de los Fieles
 Señor, escucha las súplicas que te presentamos desde lo profundo
de nuestro corazón. A cada petición, decimos: Escúchanos, Señor.
― Para que crezcamos en la vida nueva que recibimos en el
Bautismo. Roguemos al Señor.
― Para que nos mantengamos constantes en el amor a Dios Padre.
Roguemos al Señor.
― Para que la fe se renueve con fuerza y progresemos en el camino
de Jesucristo. Roguemos al Señor.
― Para que perseveremos en la asistencia a la catequesis y no
demos marcha atrás en el afán de seguir a Jesús y vivir amistad
con El. Roguemos al Señor.
― Para que lleguemos animados por el Espíritu de Jesús a participar
del Pan de la Eucaristía. Roguemos al Señor.
― Para que en todos se renueve la gracia del Bautismo. Roguemos
al Señor.
 Los que son bautizados renacen a la vida nueva de hijos de Dios,
llamándole Padre con amor filial. Vamos ahora a rezar con fe la
oración de los hijos, renovando así nuestro amor filial a nuestro Padre
Dios. Padre Nuestro…
― Si se va a distribuir la Eucaristía, se hace según el Misal
Romano.
 Oración final
Nos hemos acercado a Ti, Señor
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y nos has recibido con los brazos abiertos.


Has cambiado nuestros corazones de piedra
por corazones de carne.
Sabemos cuánto nos quieres
incluso cuando no hacemos las cosas bien.
Estamos seguros de que has perdonado todos nuestros pecados,
que nos has limpiado con tu gracia
y que nos animas a ser cada día
más testigos de Ti en el mundo.
Señor, estamos seguros que Tú confías en nosotros.
Te suplicamos que
mires a estos jóvenes,
que están participando en la catequesis
de preparación a la Confirmación
para que cada día sean mejores cristianos;
haz que te conozcan a Ti y a Jesucristo, tu Hijo,
y que con la fuerza del Espíritu Santo
cumplan las promesas del Bautismo,
que hoy han renovado con entusiasmo.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
-BENDICIÓN
 Y la bendición de Dios todopoderoso….
Todos: Amén.

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