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PROYECTO DE LEY 088 DE 2019

POR MEDIO DEL CUAL SE CREA EL FONDO ESPECIAL DE FINANCIAMIENTO AGRÍCOLA


DENOMINADO (FEFA) PARA INCENTIVAR PROYECTOS PRODUCTIVOS EN ETAPA DE INICIO QUE
CONTRIBUYAN A LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA RURAL Y FORTALEZCAN LA POLÍTICA DE
SEGURIDAD ALIMENTARIA EN COLOMBIA

Colombia ha sido tradicionalmente un país de vocación agropecuaria; a pesar de los esfuerzos de


las ultimas administraciones en la transformación del país, hacia una reconversión del aparato
industrial, “el sector agrícola se perfila todavía como uno de los más productivos y competitivos
del país, esto gracias a los avances que se han realizado en materia de desarrollo científico y
tecnológico, al fortalecimiento de la infraestructura básica y el acceso a recursos productivos y
financieros” (Procolombia, 2017)

No obstante, el campo y el agro colombiano ha sido el sector más duramente golpeado por la
violencia, la presencia paramilitar y el desalojo y desplazamiento de millones de campesinos
colombianos, Toro (2014) afirma que a medida que es mayor el desarrollo empresarial
agropecuario, mayores son los beneficios obtenidos en términos de calidad de vida, seguridad
alimentaria y equidad del sector rural, mediante la generación de empleo, ingresos, innovación,
capacidades, sostenibilidad económica y justicia, ya que permite al empresariado empoderarse y
convertirse en agentes de su propio desarrollo contribuyendo a la cohesión social.

Se debe agregar que, en las comunidades rurales, donde las empresas representan su base
económica, se manifiestan mayores niveles de bienestar, prosperidad social, económica y política,
comparado con comunidades donde la economía está concentrada en pocas empresas grandes
(Lyson, 2004). Por lo cual, se debe considerar la formulación de políticas públicas que presten
especial atención a los pequeños productores, fomentando, fortaleciendo la labor rural y el
trabajo agrícola familiar, con un enfoque empresarial (Sancho, 2010).
Es aquí donde la Ley 088 pone su foco de atención, puesto que la propuesta de creación del
FONDO ESPECIAL DE FINANCIAMIENTO AGRÍCOLA, FEFA, diseñado como un fondo para garantizar
la estabilidad productiva de los productores agropecuarios cuyo proyecto productivo
agropecuario, forestal, piscícola, acuícola o agroindustrial técnica, financiera, ambiental y
socialmente viable, se encuentre en etapa de inicio, incentivará proyectos productivos de tipo
asociativo que generen cadenas de valor al interior de asociaciones productivas que busquen
mejorar sus ingresos y organizar los mecanismos de producción.

El emprendimiento en las zonas rurales, puede llegar a tener el potencial de convertirse en el


mecanismo promotor de desarrollo rural ya que lograría ser la herramienta para la solución de
varias problemáticas que se presentan en el sector; Pérez (2001) plantea que en varios países con
énfasis en los procesos de industrialización se han generado grandes problemáticas en el sector
rural, y las resume en cinco, a saber: la primera es la producción, ya que los productores se
enfrentan a asegurar la manutención de su familia o a ser competitivos comercialmente (Pérez,
2001).

La segunda es la población; como consecuencia de la decadencia de lo rural frente a lo urbano. La


tercera es la población desmotivada y en su mayoría envejecida, lo que ha ocasionado abandono.
La cuarta son las formas de gestión tradicionales considerando que actualmente la toma de
decisiones por parte de los agricultores está supeditada a las políticas nacionales e
internacionales, las señales del mercado y la competitividad empresarial y por último la quinta, el
manejo de los recursos ambientales dada la deforestación, contaminación del suelo y la
sobreexplotación (Pérez, 2001).

Para el caso colombiano, teniendo en cuenta que cerca de 9 millones de colombianos dependen
de la economía rural, este sector en temas de producción está conformado por el potencial
agropecuario que se aproxima al 36,2% del territorio, comprendido por los sistemas tradicionales,
en donde a la agricultura le corresponde el 19,3%, a la ganadería el 13,3% y a la combinación de
cultivos agrícolas y forestales el 3,55%. De tal manera, se podría decir que existe la capacidad
productiva que lograría satisfacer la demanda de alimentos del país (Perfetti, Balcázar, Hernández
y Leibovich, 2013).

Ahora bien, el país también ha sido reconocido a nivel mundial por los altos índices de corrupción
que se presentan, sin embargo, el proyecto de Ley 088 garantiza a través de los mecanismos de de
supervisión incluidos en el artículo 3, una adecuada asignación y ejecución de los recursos del
Fondo. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, o quien este delegue, serán los encargados
de evaluar la viabilidad técnica, financiera, ambiental y social de los proyectos productivos
agropecuarios, forestales, piscícolas, acuícolas o agroindustriales que obtengan recursos y/o
incentivos del FEFA.

Colombia, al igual que la gran mayoría de los países latinoamericanos y en general en las regiones
del Tercer Mundo, con la apertura económica de los 90’s, las especializaciones correspondientes a
los productos de exportaciones de las economías emergentes como la nuestra, se han
concentrado en productos relacionados con la minería y derivados de petróleo. Ha sido común
que el problema inicial para estos países es que el portafolio de exportaciones carece de mayores
valores agregados, mismos que puedan impulsar las demandas internas de las economías, habida
cuenta, los sectores agrícolas han reducido su participación en el total de producción anual
(producto interno bruto anual PIB).

En el caso de Colombia, esa contribución del sector agrícola al PIB era de 68 por ciento en 1965,
para pasar luego a un 24 por ciento una década más tarde, en 1975. Para 1990, año en que se dio
inicio al gran proyecto de la apertura de la economía, la contribución agrícola ascendía a 18 por
ciento. Para 2018 ese porcentaje de contribución se calculó en tan sólo 6%.

Además de lo anterior, el sector aglutina a miles de pequeños campesinos, parceleros y


minifundistas y unos cuantos hacendados, terratenientes y empresas agroindustriales. El
enfocarse en empresas asociativas permitirá no sólo garantizar un menor riesgo para la inversión,
sino además abanicar el beneficio, cobijando una mayor población con cada proyecto financiado.
Actualmente los incentivos, créditos y beneficios para el campo llegan a una pequeña proporción
de hogares rurales, con la nueva Ley se espera favorecer el emprendimiento rural en gran escala,
desde pequeños hasta medianos productores. medianos hasta pequeños. El emprendimiento rural
es un elemento importante para la reconstrucción y fortalecimiento de la economía familiar rural,
y de esta forma la proyecto en forma empresarial. El FEFA se constituye en verdadera una
estrategia para incrementar el producto agropecuario de los pequeños productores, mejorando de
manera sostenida los ingresos de las familias rurales, el empleo de la mano de obra, en forma
amigable con el ambiente y con una calidad de vida que atraiga a la población joven y se consolide
la paz, en uno de los sectores más golpeados por la violencia en el país, el cual hoy se estima que
alberga a más de 9 millones de colombianos que dependen de la economía rural.

El mayor valor agregado del proyecto de Ley es quizás la reducción de la brecha económica, en
cuanto al ingreso y las condiciones de pobreza que se viven en campo en la mayor parte del país,
basado en un marco de consolidación estratégica de financiamiento especial por méritos. La
urgente necesidad de recuperar el campo, desde lo social y lo económico, enfatiza en la
importancia de combinar tecnología, talento, cultura y recursos financieros para lograr el
crecimiento económico y la transformación social que el campo requiere.

Jairo Antonio Valencia.


REFERENCIAS

Procolombia (2017). La oferta del sector agrícola colombiano. [on line]. Ministerio de Industria
yTurismo. [Fecha de consulta: 28 de agosto del 2019]. Disponible en:
http://www.procolombia.co/compradores/es/explore-oportunidades/oferta-del-sector-agr-cola

Toro Beleño, L. F. (2014). Análisis de la gestión empresarial agrícola en el Municipio de Lebrija -


Santander. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.

Lyson, T. (2004). Civic Agriculture. Medford, Massachusets: Tufts University Press. Martínez, M. A.
(2014). El Financiero. Obtenido de http://www.elfinanciero.com.mx/mis-finanzas/economia-para-
iniciadospensamiento-preclasico.html

Sancho, F. (julio de 2010). Instituto Iberoamericano de Cooperación para la agricultura. Obtenido


de http://repiica.iica.int/docs/B2025E/B2025e.PDF

Pérez, E. (2001). Hacia una nueva visión de lo rural. En N. Giarracca, ¿Una nueva ruralidad en
América Latina? (págs. 18-33). Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Perfetti, J. J., Balcázar, Á., Hernández, A., & Leibovich, J. (2013). Políticas para el desarrollo de la
agricultura en Colombia. Bogotá: Fedesarrollo, Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC),
Incoder, Finagro, Banco Agrario.

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