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Educación, autonomía e interculturalidad, conceptos que se suelen llevar por separado y

que en verdad deberían estar unificados pues cada uno es el sostén del otro para llevar un
desarrollo social pertinente como ciudadanos.
La manera en la que está estructurada la educación es bastante cuestionable puesto que
parece más un castigo y la educación debe ser disfrutada, pero, como se espera que los
jóvenes y niños disfruten este momento cuando por el sistema educativo se sienten
minimizados, ignorados y reprimidos, ya que en estos espacios la libertad de expresión es
casi nula y como consecuencia se tiene el rechazo y desprecio a la educación. Pero
¿realmente los jóvenes odian la educación? La respuesta es no, los jóvenes no odian la
información, la cultura ni el aprender, odian la metodología impartida en estos que los
convierten casi en prisiones bajo el nombre de institución educativa como se hace alusión
en Julián de Zubiría Samper. (2021). ¿Cómo favorecer la autonomía y la construcción de
comunidad en la escuela?
Esta problemática ha sido tan normalizada que a día de hoy es casi nula la atención que se
le da y no se considera una solución pertinente pues se ha creado una idea banal acerca de
la independencia del manual educativo sobre la constitución pues muchos de estos reprimen
a sus estudiantes bajo normas sin sentido que atentan a muchos derechos básicos escritos en
la constitución colombiana, valiéndose de la matrícula escolar firmada por los padres, pero,
¿por qué los directivos tendrán tantos aires de grandeza?. No solo la casi nula libertad de
expresión es un problema grande en el sistema educativo actual y en la manera en la que
este está formado, lo es también la autonomía.
Hay un pequeño problema y es que no se nos enseña a ser autónomos, esto va más allá de
lograr hacer tus deberes solo en tu casa o la capacidad para resolver un examen final sin
ayuda de tus compañeros o docentes, esa no es la autonomía requerida por la sociedad de
hoy en día y ejemplificaré esto con un estudio realizado con niños de primaria y la
autonomía en resolución de problemas rutinarios y no rutinarios “se grabó la interacción de
un maestro de Primaria, con 31 años de experiencia y elegido al azar entre una muestra de
los que aceptaron ser grabados, cuando resolvía con los estudiantes un problema no
rutinario, extraído del libro de Tahan (1986). Una vez transcrita, se organizó en ciclos
(Wells, 1999) y, a partir de los contenidos que se hacían públicos en cada uno de ellos, se
categorizaron en función de quién fue el responsable de construirlo: Nivel 1 (P: profesor),
Nivel 2 (Pa: profesor-alumno), Nivel 3 (Ap: alumno-profesor) y Nivel 4 (A: alumno). Los
resultados se agruparon en porcentajes atendiendo a las categorías consideradas. En este
sentido, el Nivel 2, obtuvo un 44,54%, seguido del Nivel 3 (36,97%), mientras que el Nivel
1 obtuvo un 13,45% y el Nivel 4 un 5,04%. Estos resultados muestran que la autonomía de
los estudiantes en la interacción con el maestro cuando resolvían problemas no rutinarios
difiere de la obtenida en trabajos similares cuando los problemas eran rutinarios.”- Sánchez,
B., Ramos, M., Chamoso, J. M., Rosales, J., Vicente, S. (2014). Autonomía en la
interacción en resolución de problemas no rutinarios en aulas de primaria. Universidad de
Salamanca.
No quedan dudas de que los niños y jóvenes no necesitan seguir un lineamiento de
información que a la larga será información basura, los niños y jóvenes necesitan generar
una autonomía con problemas no rutinarios. El modelo educativo impartido no tiene un
nexo que una materia u otra más allá de matemáticas y geometría que las mínimamente
similares, si no, que tampoco generan materias con un nexo a la vida real. ¿Cuándo un
joven ha agradecido a la educación por saber si quiera funciona un impuesto en la vida
diaria? No se prepara a los jóvenes para afrontar los problemas reales de la vida y no
quedando satisfechos con limitar la autonomía y conocimiento general, se deja de lado el
incentivar la ciencia y el arte, pilares importantes en la personalidad de un niño o joven.
Muy pocas son las actividades recreativas que incitan el desarrollo de habilidades varias y
el pensamiento crítico y autónomo es dejado de lado, es reprimido y este es la base del
pensamiento científico, en consecuencia, terminan reprimiendo una gran habilidad y los
jóvenes y niños terminan creciendo frustrados, sintiéndose vacíos y odiando los centros
educativos.
Por último, otra gran falla en el sistema educativo, la inclusión, multiculturalismo o como
quieran denominarlo. Como el mito de la caverna, las escuelas (las sombras) imparten que
la diversidad es respetar, tonos de piel varios y ya, limitan bastante la información y no
generan una verdadera conciencia mientras que fuera de la caverna se encuentra que “el
multiculturalismo es un tipo particular de entramado político, no un ecosistema biótico-
cultural” Ernesto Díaz Couder Cabral. (2009). Multiculturalismo y educación. Universidad
Pedagógica Nacional.
Se aprende más de diversidad cultural fuera del colegio y por medios propios, la
información dada en estos centros educativos es limitada en cualquier ámbito. Lo correcto
sería que, en vez de dar los valores en ética durante toda tu vida escolar, los temas se
desarrollen a medida que lo haga el estudiante y se toquen temas de mayor seriedad e
importancia como lo es, incluso, la propia diversidad cultural nacional. La ignorancia que
se tiene de los grupos indígenas vigentes hoy en día en el territorio nacional es abrupta y no
se hace nada para solucionarlo.
¿Se ha pensado alguna vez en enseñar alguna lengua indígena en la etapa escolar? Algo
ampliamente útil en un país como Colombia, que tiene un contraste de lo novedoso, lo
desarrollado, lo futurista con lo colonial y nuestras raíces indígenas que siguen vigentes hoy
en día casi intactas. No es una muestra de inclusión que aquellas tribus con sus propios
dialectos deban acoplarse a el español contemporáneo y que nosotros no tengamos ni el
más mínimo conocimiento de ellos, su lengua o cultura.
Si estos 3 pilares se unificaran tendríamos una sociedad alejada de la ignorancia, la
autonomía, el pensamiento crítico, la educación y la inclusión son la clave de el progreso
social, para lograr esa sociedad utópica falta generar una deconstrucción del sistema
educativo y volver a empezar. Falta más conciencia y menos clases innecesarias en las
escuelas.

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