contaminado? La situación del aire en Bogotá es paupérrima como se verá a continuación, y las implicaciones que tienen sobre la salud de las personas pueden ser mortales. Por tanto, es menester tomar acciones pertinentes y directas. Primero, es relevante mencionar que ya existe regulación sobre la contaminación de material particulado en Colombia; más específicamente, está la Resolución 610, del 2010 que regula las cantidades permitidas de contaminación Tabla 1. No obstante, la distancia entre norma y realidad es abrumadora. La exposición diaria de partículas suspendidas, según el IDEAM, es de aproximadamente 300 ugm3, es decir, el triple de lo permitido por la ley. Si bien es cierto que en Bogotá la cantidad de partículas menores a 2.5 micras las más perjudiciales para la salud, el dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y el monóxido de carbono, se encuentra dentro de los niveles estipulados por la ley, esto no es, en lo absoluto, una señal de tranquilidad. Todas las partículas mencionadas han presentado un notorio aumento, por lo cual en algunas ocasiones han superado los límites establecidos. Por otro lado, el ICA Índice de Calidad del Aire muestra que, en algunas localidades de la capital se pueden ver las localidades en la Gráfica 1, como kennedy, el aire que puede ser considerado como bueno es de solo el 2 IDEAM, 2016. ¿Cómo nos afecta la calidad del aire? Abordada la situación de Bogotá respecto al aire contaminado, es crucial entender cómo afecta la vida. Según el investigador Mikael Skou existe evidencia que apunta a que el aire puede reducir la expectativa de vida de una persona hasta en 10 años. No obstante, es importante resaltar que para cuantificar las muertes prematuras a causa de la contaminación del aire aún hay una latente discusión, razón por la cual los resultados cambian de estudio a estudio según los parámetros usados. Sin embargo, los alcances de los efectos del aire contaminado sí son alarmantes. Anualmente, según la OMS 2013, mueren por su causa alrededor de siete millones de personas. Así mismo, la contaminación atmosférica mata a cerca de 600.000 niños al año. En Colombia, la contaminación del aire genera más muertes que los asesinatos. Según el Instituto Nacional de Salud 2019, anualmente en Colombia mueren 15.681 personas por contaminación del aire, cifra inferior a los 12.458 decesos causados por asesinato en 2018. La evidencia es concluyente, la contaminación del aire de Bogotá y de Colombia es ahora una problemática sumamente relevante.
¿Cuáles son las fuentes de emisiones de gases
contaminantes? Las fuentes de emisión de material contaminante se dividen en dos: fuentes fijas y fuentes móviles. Las fuentes fijas son las procedentes de industria y comercio, mientras que las fuentes móviles son aquellas relacionadas con los vehículos automotores. Según la Secretaría de Medio Ambiente de Bogotá, las fuentes móviles son causantes de más de la mitad de las emisiones de material particulado PM10 y PM2,5 Gráfica 2. De manera que son estas las mayores responsables de la contaminación en Bogotá.
¿Dentro de las fuentes móviles qué categoría
vehicular se destaca? Las fuentes de emisión móviles, a su vez, se dividen en diferentes categorías vehiculares tales como: vehículos privados, motos, camiones, el Sistema Integrado de Transporte Público SITP, entre otros. Para el 2014, el SITP constituía menos del 2 del total de vehículos de la ciudad Gráfica 3. Sin embargo, según el informe de la Secretaría de Medio Ambiente, de 2017, el SITP es el causante del 21 de las emisiones de material particulado en las fuentes móviles Tabla 2. Esto pone en evidencia los altos índices de contaminación que generan los buses del SITP.
Sumado a esto, en las estaciones de Transmilenio los
niveles que tienen que soportar los usuarios SITP troncal son sorprendentemente altos. La prueba de ello se encuentra en los resultados del estudio sobre polución realizado por las universidades de los Andes y la Salle Morales et al. ,2017. En este estudio se observaron concentraciones promedio de PM2.5 iguales a 176gm3 en los buses. Más aún, en los casos extremos, se observaron concentraciones de 1200gm3 por bus. Como punto de referencia, la OMS estableció unos límites de exposición al PM2.5 equivalentes a un promedio de 25 gm3 diarios. Es por ello, que en el mismo estudio se concluye que la dosis de exposición a PM2.5 en un viaje promedio de ida y vuelta es equivalente a 1,2 veces la dosis a la que una persona debe estar expuesta en todo el día Morales et al. ,2017 Por lo tanto, el SITP provoca dos consecuencias: Es un causante notorio de la contaminación en Bogotá, y los usuarios del SITP troncal se exponen a altos niveles de material particulado en las estaciones. Es por ello que las emisiones de los buses de SITP deben ser reguladas. Además, las regulaciones jurídicas han mostrado no ser suficientes y obligan la búsqueda de medidas que sean viables en el contexto bogotano y que representen cambios significativos. Es, por ende, oportuno ahondar sobre las posibles soluciones. ¿Qué soluciones se proponen? Ahora bien, es pertinente analizar las soluciones plausibles para la problemática descrita. Para ello, enfocaremos el análisis en el metro eléctrico y la implementación de buses a gas, pues estos medios de transporte sustituirían a los actuales, con menores niveles de contaminación. Además, estos son los medios de transporte que la Alcaldía de Bogotá ha puesto en consideración. Buses a gas A finales del 2018 la Alcaldía anunció la renovación de la flota en Bogotá, en la cual, la mayoría de los buses serán a gas. Con esta decisión pública la Alcaldía pretende no solo mejorar la capacidad de transporte de SITP sino, también, disminuir las emisiones de material particulado PM. ¿Los buses a gas reducirían la contaminación del aire? Sí la reducirán. De acuerdo con un estudio técnico del Grupo de Investigación de Combustibles Alternativos de la Universidad Nacional, los buses a gas son menos contaminantes Grupo de Investigación en Combustibles Alternativos, 2014. En este estudio se comparan las emisiones contaminantes de los buses a gas con las otras alternativas presentes en el Sistema Integrado de Transporte SITP anexo 6. El estudio concluye que los buses a gas emiten 3,15e-8 gkm de PM2 5, mientras que el segundo tipo de bus menos contaminante emite 0,016 gkm Grupo de Investigación en Combustibles Alternativos, 2014. Lo anterior demuestra que las emisiones de los buses a gas son notoriamente inferiores a la de sus alternativas en el SITP, al punto de poder considerarse despreciables. ¿Los buses a gas son más baratos? Sí, aunque no significativamente. Así fue probado en un estudio sobre proyección de costos de los buses a gas realizado por profesores de la Universidad Nacional. En este se obtuvo que la diferencia entre el precio del gas y el combustible diésel no es suficientemente amplia para que los costos totales de las dos alternativas difieran Mantilla, 2009. Esto se debe a que el costo del mantenimiento de los motores del gas natural es muy elevado en comparación del motor de diésel, de manera que los costos monetarios totales de operar con un bus a gas no distan de los de operar con un bus a diésel. ¿Son los buses a gas una solución suficiente? La renovación de la flota de buses que SITP realizará en el 2019 no es una medida suficiente, pero es un buen inicio. Del total de los buses renovados, únicamente el 51 va a funcionar a gas. Y, si bien esto no representa un cambio drástico en el total de la flota de Transmilenio, los 741 buses son una gran inversión inicial para comenzar un plan de renovación de la flota.
El metro eléctrico En las agendas políticas, el Metro de Bogotá se consolida, en muchos casos, como el remedio a la contaminación y movilidad capitalina. Claro ejemplo de la politización del Metro es lo dicho por el precandidato a la Alcaldía, Antonio Navarro Wolf: “no hay manera de resolver la movilidad de una ciudad de este tamaño Bogotá sin Metro, Metro y más Metro” A. Navarro, comunicación personal, 27 de febrero de 2019. Pero ¿es realmente el metro una solución prometedora? ¿El Metro reduciría la contaminación del aire? Se espera que sí. Un caso análogo es la Ciudad de México. Quintanilla, G. Ferrando, A. Reynoso, M. Bauer y G. Salazar. 1990 hallaron en su estudio desarrollado en La Revista de Sociología Mexicana, que la línea 2 del Metro puede transportar, en horas pico, 600.000 pasajeros diariamente en 138 trenes que corren a intervalos de 130 segundos. Esta cantidad de pasajeros, estiman los investigadores de la Revista Mexicana de Sociología, necesitarían 1.412 buses, que representarían 7.078 litros de diésel, que, por hora, arrojarían 22 toneladas de CO2 diarias. ¿El Metro ahorra? Sí, el Metro ahorra costos. Según el estudio del Instituto de Desarrollo Urbano al respecto, el beneficio social neto del Metro equivaldría aproximadamente a 45 billones de pesos. Cifra superior a los 14 billones de pesos que presupuesta la Alcaldía. Se debe resaltar que estos beneficios van desde la reducción en un 30 de delitos hasta la caída en un 17 de casos relacionados con enfermedades por contaminación. ¿Es el Metro una solución suficiente? No es una medida suficiente, pero sí es necesario. Si bien es cierto que se espera que el Metro contribuya a la mejoría de la calidad del aire, también es sabido que la principal fuente de emisión de material particulado son los vehículos de carga, con cerca del 45 de responsabilidad. Por tanto, hasta no mejorar la regulación de los vehículos de carga, determinada por el Decreto 1517, de 2016, la contaminación del aire seguirá siendo un problema. ¿Qué se puede concluir? Dado que en Bogotá los niveles de contaminación son alarmantes y tienden a aumentar, y teniendo en cuenta que los altos niveles de contaminación generan problemas a la salud, asociados con altas tasas de mortalidad, se deben desarrollar políticas públicas para reducir las emisiones contaminantes. Ahora bien, para desarrollar un plan de reducción de emisiones, como primera medida se deben reconocer sus fuentes. Es ahí donde el SITP se hace notar como uno de los agentes principales en la emisión de gases contaminantes en particular de material particulado. Por tal motivo, una política pública que pretenda reducir esta emisión debería concentrase en buscar alternativas para los buses que componen el SITP. Dentro de estas alternativas, en el presente artículo, se destacan: la renovación de la flota con buses a gas y la construcción del Metro. Estas alternativas reducen las emisiones contaminantes, resultan monetariamente viables, y son una solución gradual al problema de la contaminación en Bogotá. Situación ambiental en Bogotá La capital colombiana enfrenta en los últimos días un escenario de contingencia ambiental por mala calidad del aire, particularmente al suroccidente de la ciudad, lo que ha obligado a la administración distrital a decretar las respectivas alertas. A propósito de este evento, y como resultado de los procesos de investigación adelantados por distintas instituciones y universidades, los expertos abajo firmantes quieren hacer las siguientes aclaraciones, con el objetivo de tener una mejor comprensión de la problemática:
La contaminación del aire en Bogotá es un problema
recurrente, con demostrados efectos sobre la salud pública.
La contingencia presentada en los últimos días es típica en los meses de enero a marzo, periodo en el cual las condiciones meteorológicas dificultan la dispersión de contaminantes atmosféricos y se presentan eventos ocasionales tales como quemas e incendios forestales. Sin embargo, se debe tener claro que el problema no es la meteorología, sino la existencia de fuentes emisoras.
El material particulado PM es el contaminante de mayor preocupación en la ciudad. Las principales fuentes de emisión son los vehículos diésel, tales como camiones, camionetas, buses y volquetas, los cuales en su mayoría no cuentan con sistemas de control de emisiones. Las medidas de choque deberían apuntar a estos vehículos.
Adicionalmente, la resuspensión de polvo de vías y materiales de construcción incrementa las concentraciones de PM. Es necesario pavimentar el 100 de las vías, disponer de programas permanentes de limpieza y mantenimiento del anillo vial, mitigar el polvo en las construcciones y arborizar y revegetalizar más la ciudad.
Es necesario renovar la flota de buses de servicio público incluyendo Transmilenio, SITP y SITP provisional y adoptar sistemas de control y tecnologías más limpias en vehículos pesados.
Mientras se moderniza la flota vehicular, los operativos de control en vía deben ser más frecuentes y efectivos, así como la garantía de una adecuada inspección técnicomecánica.
Las industrias que utilizan combustibles sólidos carbón y líquidos fueloil también son importantes fuentes de PM. Por lo tanto, las medidas correctivas deberían incluir estos sectores.
Si bien la autoridad ambiental tiene un papel líder en la gestión de la calidad del aire, la implementación de programas de reducción de emisiones es también responsabilidad del sector movilidad, salud, mantenimiento vial y planeamiento urbano. Urge diseñar e implementar medidas efectivas de orden interinstitucional.
Es importante optimizar los canales de comunicación por parte de la autoridad ambiental y de salud, de tal forma que la población tenga información certera y oportuna de los riesgos a los que está expuesta y las medidas preventivas que debe tomar.
Por último, urge que la administración adopte medidas preventivas y correctivas más allá de esta emergencia ambiental, ya que las principales fuentes emisoras de PM se mantienen durante todo el año y la ciudad no puede depender exclusivamente de unas condiciones meteorológicas favorables para garantizar una buena calidad del aire.
Esperamos que esta información sea de utilidad para
afrontar la actual emergencia y prevenir escenarios similares en un futuro. Es necesario precisar el alcance de la estructura ecológica a partir de las determinantes ambientales que expiden las corporaciones autónomas regionales y de desarrollo sostenible y las autoridades ambientales urbanas del país, para desarrollar procesos de ordenamiento territorial adecuados para la toma de decisiones, en los que la biodiversidad y los servicios ecosistémicos son fundamento para tales fines. La estructura ecológica es una herramienta para que diferentes tomadores de decisiones incorporen y gestionen las dinámicas ecosistémicas que dan sustento al desarrollo de los territorios en los procesos de monitoreo, gestión, planificación de los recursos naturales y ordenamiento territorial. Por lo anterior, no es un instrumento de ordenamiento más, y como herramienta técnica tendrá alcances diferentes de acuerdo con las competencias de quien la usa. Para las autoridades ambientales la estructura ecológica es un posible escenario de armonización para las categorías de conservación, restauración y uso sostenible, incorporadas en los instrumentos de ordenamiento ambiental, que les permite identificar un modelo regional para orientar los modelos de ocupación locales, las prioridades de inversión, los portafolios de conservación y de compensaciones, entre otros. Por otra parte, los municipios tienen la tarea de identificar la estructura ecológica en sus procesos de ordenamiento territorial e incluirla como uno de los sistemas estructurantes dentro de la formulación del Planes de Ordenamiento Territorial POT, es decir, incluirla como el sistema de soporte ambiental del territorio. Esto va más allá de la simple incorporación de área protegidas, pues es capaz de considerar diferentes alternativas para la gestión. En este contexto, el nivel regional está llamado a funcionar como una bisagra que articula y permite que los procesos ecológicos y sus servicios puedan ser efectivamente gestionados desde las diferentes escalas territoriales. El papel de las autoridades ambientales es crucial, pues aportan claridad sobre cuáles elementos de la estructura ecológica se considerarán como determinante ambiental para los POT. Las autoridades ambientales que presentan mayor claridad en los temas de estructura ecológica como determinante son las ubicadas en el centro del país, donde se evidencia mayor apropiación del tema. Sin embargo si bien se han generado algunas orientaciones a los municipios para sus procesos de ordenamiento aún no se manejan criterios comunes. Algunas de las corporaciones ubicadas en la periferia -región amazónica, Chocó y Caribe-, si bien resaltan la importancia de la estructura ecológica en sus determinantes, las orientaciones que estas dan a los municipios aún no resultan ser lo suficientemente claras.
Las alternativas de incorporación de la estructura
ecológica como determinante de ordenamiento territorial deberán estar mediadas por un conocimiento de la realidad del territorio, de las competencias legales y de las capacidades, tanto de las autoridades ambientales como de los entes territoriales para hacer efectiva la gestión de la mismas en los diferentes procesos, de manera que se aporte a modelos de ocupación objetivos y alcanzables.