Corrupcion

Darcy riascos

Para empezar, en nuestro país persiste una forma de hacer política caracterizada por la

intromisión indebida entre poderes públicos, como son el ejecutivo, el legislativo, el

judicial y la gestión de intereses que de manera se opaca entre ellos mismos. El quiebre

que existe en la separación de poderes, ha debilitado seriamente su independencia y la

rendición de cuentas horizontal que debería ejercer entre ellos, esto quiere decir, que el

control debería ejercerse entre unos y otros, pero, como ha sido reemplazado por un

sistema transaccional en el cual la diferencia entre el ejecutivo y el legislativo se

resuelve con la asignación opaca de recursos y cargos públicos, pues los mecanismos de

control se convirtieron en oportunidades para tramitar favores e intereses desde el

legislativo y el ejecutivo hacia el sistema de justicia. Es necesario tener en cuenta las

formas en cómo se accede al poder político en el país, asimismo, el aspecto fundamental

tiene que ver con la manera como el financiamiento de las campañas y partidos políticos

se han convertido en “una fuente de corrupción”.

Dicho esto, la corrupción es entendida como el abuso de poder delegado en disminución

del interés colectivo, toma muchas formas y se manifiesta en distintos ámbitos de la

vida pública, esta va afectando de manera directa a los ciudadanos en todas las regiones

de nuestro país. De esta misma forma, en las últimas décadas el país ha atravesado

momentos muy graves en los cuales los hechos de corrupción han sido protagonistas

desafortunados, puesto que desde hace muchos años la criminalidad está vinculada al

narcotráfico y el contrabando estas han permitido que en distintos lugares del país

persistan en entornos favorables a economías criminales que se encuentran en la

corrupción como un vehículo de operación muy rentable.

Sin lugar a duda, la celebración de un contracto en la que interviene una entidad estatal

no puede ser ajena a ese principio. A veces la relación con el interés público es
inmediata, en tanto que en otras ocasiones la relación es apena indirecta. Sin embargo,

el hecho de la celebración del acto jurídico por parte del estado implica la presencia del

interés público. Por ello, no existe razón para no predicar de todos los contractos

celebrados por el estado los mismos principios y postulados. […] (2015, pag.135).

Además, la mayor actividad legislativa y reglamentaria con una mirada a prevenir y

radicar la corrupción que no necesariamente guarda directa relación con la mejoría que

los habitantes del territorio colombiano tiene frente a la existencia de corrupción en su

sector público, puesto así, los riesgos de corrupción también persisten en otros ámbitos

de la contratación pública, ya que esta se convierte en el aseso de alto riesgo, porque

involucra sumas amplias de recursos públicos que siguen siendo atractivos para la gran

corrupción.

Finalmente, la corrupción impacta negativamente los procesos de desarrollo de las

unidades, al paso que incrementa los pasos de pobreza e inconformismo con la gestión

administrativa. Posteriormente, la contratación pública muestra un escenario en el

marco de decidir diversos actores, tanto en el sector público como el privado, esto se

considera un espacio favorable para gestionar el fenómeno de la corrupción; en este

orden de ideas corresponden a las entidades públicas. Al final logran tergiversar y

desviar las decisiones públicas a su favor, esto se lleva a cabo con la ayuda de

operadores políticos y empresariales. Sí bien, todo lo anterior, plantea la deficiencia en

los procesos de gestión en cuestiones del estado, hablamos de la dignidad de las

condiciones laborales, la eficiencia de los procesos de seguimiento a desempeño, los

obstáculos a la capacitación y la inconveniencia que personas bajo esta modalidad de

contratación adelanten funciones misionales.