Llega el tiempo en el que nuestros antepasados y antepasadas retornan al akapacha para
reunirse con sus familias. Antes de que los colonizadores nos metan la idea de “todos santos” nuestro pueblo celebraba de otro modo esta fiesta. La gente desenterraba de los lugares sagrados a sus familiares finados, los vestían muy bien y con música se los llevaba a las casas en las que se les hacía grandes fiestas. Los colonizadores nos prohibieron hacer estas fiestas ya que “no era de cristianos” entonces quemaron miles de momias para borrar nuestra memoria, pero nuestro pueblo siempre esta un paso adelante, y comenzaron a crear los cuerpos de masas de k’ispiñas y otros materiales, ahí se dieron cuenta que los ajayus de los amayas retornaban al nuevo cuerpo… Esto comenzó a replicarse por la región andina principalmente Bolivia. La t’ant’a wawa es nuestra resistencia ante la prohibicion, hoy en día hacemos los cuerpos de nuestros antepasados en masa de harina y seguimos resistiendo, esperamos a los ajayus de nuestros familiares con comida, bebida y música, estos ingresan y toman los cuerpos que hacemos y que ponemos en los altares. En nuestra cultura la muerte regenera la vida, por eso se honra el transito de la muerte porque eso tenemos el código jiwa: Jiwasa=nosotros Jiwakiwa=hermoso Jiwaña=morir Jiwañay jiwakiwa = morir es hermoso Cuando esto sucede, nos hacemos uno con el todo, nos fundimos en el pueblo, dejamos de ser YO, EGO, ENYOCIARNOS… esta es la fuerza de nuestra cultura… Para los pueblos indígenas de los andes no existe el cielo, el infierno, no existe el renacimiento, ni la reencarnación. Nosotros somos eternos, siempre retornamos, por eso no pueden vencernos, porque cuando luchamos no somos miles, somos millones de millones porque nuestros amayas luchan a nuestro lado. Jallalla Amaypacha