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CUESTIONARIO #4

Responder los siguientes conceptos. Favor enviar por esta vía en formato
WORD o PDF.

1. Explique la génesis de la Industria Azucarera del siglo XVI


(Funcionamiento de la industria, importación de negros esclavos,
agotamiento del oro, sublevación del cacique Enriquillo).

La Española fue el punto de partida de los procesos fundamentales de la colonización


y del desarrollo de la industria azucarera en América. Cristóbal Colón trae la caña de
azúcar de las islas Canarias en su segundo viaje en 149, por la similitud de ambos
climas. La plantación de caña y la producción de azúcar durante el siglo XVI en los
ingenios, se constituyó en el complejo socioeconómico primordial de la colonización
del Caribe, siendo la industria más avanzada de su época por la diversidad de
actividades que incluía la producción industrial del dulce y sus derivados.

Sustentado en el sistema de explotación de mano de obra esclava indígena y


africana, requería la presencia de operarios especializados europeos para su
instalación y funcionamiento. El ingenio azucarero refleja la transferencia de
tecnología de la cultura europea y asiática, usando a los esclavos africanos como
fuerza bruta para sacar adelante la producción, es la génesis del patrimonio
industrial americano.

En consecuencia, la industria azucarera del "Nuevo Mundo" posee para la humanidad


un valor excepcional universal, tanto por los procesos sociales y económicos, como
por los procesos tecnológicos y culturales que envolvió la producción del azúcar. La
riqueza de este patrimonio industrial del siglo XVI es evidente por la cantidad de
ingenios registrados. Había dos tipos de ingenios: los movidos por la energía
hidráulica, es decir por molinos de agua canalizada de los ríos, llamados ingenios
poderosos o por tracción animal, los llamados trapiches. Ambos, en términos
productivos, fueron de gran importancia para el surgimiento de una industria que
necesitaba suplir la falta de oro en la isla. Es por esto que, la nueva actividad
económica de las primeras industrias azucareras del "Nuevo Mundo" representaron
una alta rentabilidad para los miembros de la clase gobernante y burocrática de la
colonia incrementándose el número de estos en pocos años.

Ubicados en áreas geográficas apropiadas para el cultivo de la caña de azúcar,


fueron desmontadas grandes extensiones de bosques en miras de la nueva
producción agrícola, además los troncos de los árboles abastecieron los fuegos de
las carderas. El ingenio será una importación de conocimientos, experiencias y
materiales de la industria azucarera del “Viejo Mundo” favoreciendo el transporte,
las comunicaciones y el comercio

Edgar de los Santos, matrícula 1-19-5508


2. Cite las causas de la rebelión de los negros esclavos en la isla
española a partir de 1521-1560.

La dificultad de las comunicaciones internas debido a ataques de indígenas y negros


aislaron aún más las villas españolas, que fueron abandonadas casi en su totalidad.
La rebelión de Enriquillo inicia una era de comunidades cimarronas en América.
Siendo la única vía de supervivencia y libertad, fue rápidamente adoptada por el
esclavo africano desde su llegada al nuevo mundo, constituyendo la base para la
formación de una sociedad neo-africana contrapuesta a la de las plantaciones de
tipo europeo, “todo mezclado” en un suelo americano.

La significación concreta del término cimarrón equivale a, “silvestre”, “selvático” o


“salvaje” aplicado a las plantas no cultivadas, a “huido”, “alzado” o “bravo” aplicado
a los animales domésticos que se tornaban montaraces, y también a los hombres,
indios primeros y negros después, que se alzaban y en desesperada fuga buscaban
libertad lejos del dominio del amo”.6

La primera rebelión de esclavos africanos tuvo a lugar en el ingenio de Diego Colón


y Melchor de Castro en 1522. De aquí en adelante, aunque se utilizaron muchos
métodos y castigos para evitarlas, las cimarronadas resultarían en gran medida
incontrolables.

Existieron dos tipos de cimarrones: los nómadas que vagaban por los montes
periféricos a las plantaciones, hurtando lo que podían y alimentándose de las vacas
y cerdos salvajes, y los cimarrones organizados en grupos sedentarios que habitaban
en los palenques o manieles, pequeñas aldeas construidas en lugares poco
accesibles con ciertos sistemas de defensa como trampas y empalizadas, y con los
correspondientes conucos para abastecer su consumo.

Desde un principio los indígenas y africanos realizaron un intercambio cultural muy


especial, ya que el africano trataría de reestructurar sus confundidos rasgos
culturales bajo el idioma y la religión del amo blanco, pero contando con las
indicaciones indígenas en cuanto a la alimentación y supervivencia en el nuevo
hábitat. Como explica el Profesor Juan Bosh, los negros e indígenas se entendieron
perfectamente puesto que, “ambos tenían una conciencia social de tribu y un nivel
cultural muy parecido... eran cazadores, agricultores en terrenos comunes,
pescadores; sus religiones eran animistas; sus experiencias acerca del hombre
blanco eran parecidas... a los hijos de las dos razas se les llamaba zambos y se les
trataba como esclavos”.7

De manera que, en los primeros palenques, negros africanos, indígenas y zambos


sobrevivían en condiciones muy básicas; siempre al acecho de las cuadrillas de
españoles que se organizaban cada cierto tiempo para cazarles, cultivando la yuca,
comiendo casabe y cargando agua en higüeros al igual que los pobladores nativos.

Edgar de los Santos, matrícula 1-19-5508


Fue igualmente en los palenques donde pudo darse con libertad el intento re
reestructuración de las culturas africanas, con sus elementos aislados, fragmentados
y vueltos a reunir en nuevas creencias y dioses, de donde surgen sacerdotes y
adivinos, fundidos con los santos católicos y sus festividades en obligado
sincretismo.

De las diversas manifestaciones, la religión ocupo el lugar preponderante, entre los


cimarrones y los negros de la plantación se mantuvo una red clandestina de
complicidad ritual entremezclando las representaciones y dogmas del catolicismo
con la de los cultos yoruba, fon, ashanti, bantús, etc.

Como bien destaca René Depestre, “gracias a la facultad de la memoria colectiva y


la imaginaria, pudieron inventar nuevas reglas de vida en sociedad que
reestructuraban su personalidad...desde los métodos de trabajo agrícolas hasta las
normas del matrimonio y familia, desde la religión hasta el folklore, desde el lenguaje
hasta los modos culinarios y de alimentación, desde el ritual funerario hasta la
expresión corporal en las tradiciones matrices de la danza y el coito, desde la magia
hasta la farmacopea popular, desde la música hasta la literatura oral y los juegos de
sociedad, desde la forma de cargar a los niños hasta los peinados de las mujeres,
desde la mitología hasta la resistencia armada'.

Y muy intensa resultó la resistencia armada de los cimarrones, pues estos fundían y
forjaban sus cuchillos, lanzas y espadas de metal robado a los españoles, con lo que
provocaban considerables bajas a las cuadrillas de rancheadores o perseguidores de
esclavos.

Las bandas de cimarrones dedicadas al pillaje constituyeron una gran amenaza para
los vecinos y autoridades coloniales, quienes llegaron a temer la posibilidad de un
alzamiento general de negros en los alrededores de 1540. Las cuadrillas de
españoles eran enviadas a destruir bandas y manieles una o dos veces al año, lo
que afectaba directamente a las finanzas públicas, y aunque se aplicaban severos
castigos, nuevos grupos de esclavos se alzaban constantemente.

La Corona designo como gobernador y presidente de Real Audiencia a Alonzo López


de Cerrato con instrucciones precisas de resolver el problema de las cimarronadas.
Cerrato organizó una fuerte campaña anticimarrona que entre 1543 y 1546 logró
eliminar a los principales jefes de bandas como Diego de Ocampo, Diego Guzmán,
Juan Vaquero, “que trajo en su compañía más de mil negros con lanzas y adargas”,9
y que culminó con la muerte del jefe Lemba en 1548. La situación se logró controlar
bastante y las cimarronadas tomaron entonces un carácter menos violento, pero los
alzamientos y manieles continuaron siendo una constante a través de todo el periodo
colonial.

Edgar de los Santos, matrícula 1-19-5508

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