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MUJERES, CUIDADO Y AUTONOMÍA ECONÓMICA

Por: Laura Marcela Vasco Castaño

Psicóloga

Diplomado Mujeres y Paz

Secretaría de las Mujeres

Alcaldía de Medellín

2021
Quisiera comenzar este ensayo con un poema que parece reflejar, todo aquello que implica ser

mujer:

La mujer que camina delante de su sombra.

Aquella a quien precede la luz como las aves

a las celebraciones del solsticio.

La que nada ha guardado para sí

salvo su juventud

y la piedra engarzada de las lágrimas.

Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbol

que florece en otoño, la que es dócil

a las insinuaciones de sus hojas.

La mujer cuyas manos son las manos de un niño.

La que es visible ahora en el silencio,

la que ofrece sus ojos

al animal oscuro que mira mansamente.

La que ha estado conmigo en el principio,

la mujer que ha trazado

la forma de las cosas con el agua que oculta.

La mujer que camina, Basilio Sánchez


Por siglos las mujeres han tenido el rol de cuidadoras: cuidan la casa, los hijos, los enfermos,

los adultos mayores, pero irónicamente no cuidan de sí mismas. Como dice Basilio Sánchez

(2014): “La que nada ha guardado para sí, salvo su juventud y la piedra engarzada de las

lágrimas”; pareciera que ser mujer implicara automáticamente sacrificio, han cargado con ese

peso en sus espaldas y lo han tomado como parte ineludible de sus vidas. En los relatos de las

abuelas, se puede evidenciar como ellas asumían con resignación su “destino” de ser mujer, el

cual consistía en atender a su marido, a sus hijos, mantener la casa limpia, cocinar, etc. Y las que

no se casaban, debían encargarse de los cuidados de sus padres y de los enfermos; siempre

viviendo a la sombra de los hombres y dependiendo económicamente de ellos. El miedo a no

tener a nadie que las sostuviera económicamente, era una de las principales razones por las que

asumían todo sin protestar.

Al estar en ocupaciones del hogar, las mujeres no tenían oportunidad de acceder a la

educación o si lo hacían era solo lo básico; para que pudieran enseñarles a sus hijos y esta falta

de educación las dejaba por fuera del campo laboral, además de la existencia del prejuicio de que

las mujeres solo sirven para parir y cocinar.

Con el pasar del tiempo, las mujeres fueron demostrando que podían desempeñar tareas por

fuera del hogar, lo cual fue necesario, debido a que el cuidado nunca fue tomado como una tarea

que debería ser remunera; siempre fue un “trabajo” que se realizaba de manera gratuita, sin tener

en cuenta que de este cuidado dependía en gran parte el funcionamiento de la sociedad. En el

Plan de economía del cuidado de Antioquia, definen el trabajo de cuidado no remunerado como:

“Es el trabajo de cuidado que se hace gratis, sin ninguna remuneración. En general, es el que se

hace en redes de confianza, afinidad o parentesco por parte de familiares, amistades, vecinas y

vecinos”. (Mujeres Antioquia, 2021).


También dicen, citando a la OIT que: “El trabajo de cuidados no remunerado realiza una

contribución importante a las economías de los países, así como al bienestar individual y de la

sociedad. Las cuidadoras y cuidadores no remunerados satisfacen la gran mayoría de las

necesidades de cuidado en todo el mundo. Sin embargo, su trabajo de cuidados no remunerado

sigue siendo mayormente invisible y no reconocido”. (Mujeres Antioquia, 2021).

Que las mujeres también pudieran tener un trabajo remunerado, diferente al del cuidado, fue

un camino arduo; pero les permitió tener acceso al campo laboral y con ello autonomía

económica. Pero todos estos logros se siguen viendo opacados en la actualidad, debido a que las

mujeres siguen teniendo en gran parte la responsabilidad de las tareas del hogar y del cuidado de

los hijos. Situación que se hizo aún más evidente con el inicio de la pandemia por Covid-19, con

el teletrabajo, mientras los hombres solo se dedican a teletrabajar, las mujeres debían ocuparse al

mismo tiempo de su propio trabajo, del hogar, de los hijos. Esta situación se presenta porque

seguimos siendo parte de una cultura machista, en la que el hombre es el proveedor y la mujer la

cuidadora y a pesar que se han hechos campañas educativas para frenarlo, aún nos falta mucho,

porque los hombres que comparten las tareas del hogar y del cuidado con sus parejas, son vistos

todavía como algo extraordinario.

La situación se hace más compleja cuando se pone en evidencia la brecha salarial entre

hombres y mujeres, es una de las mayores injusticias que se siguen presentando en la actualidad;

que una mujer gane menos por el hecho de ser mujer, estando en igualdad de condiciones

educativas y de experiencia laboral, es un despropósito. Las capacidades no deberían medirse por

el género, la raza o la religión, lo que realmente debería importar, es si la persona tiene la


preparación necesaria para asumir el cargo. Pareciera que algunas partes de la sociedad se

empeñaran en poner obstáculos para impedir que las mujeres sean autónomas económicamente,

que se empeñan en ubicar a la mujer en el hogar.

También es importante resaltar que una mujer no debe obtener privilegios solo por el hecho

de ser mujer, porque a veces parece que algunos grupos feministas exigieran cosas solo por su

condición de ser mujeres. El feminismo debe encaminarse a hacer cumplir los derechos de las

mujeres a ser tratadas en igualdad de condiciones laborales, igualdad de obligaciones en el

hogar, en el cuidado de los hijos. Porque a veces parece que el feminismo se dirigiera a hacer ver

a las mujeres como seres excepcionales y a los hombres hacerlos ver como si no sirvieran, debe

haber un equilibrio, que todos tengamos acceso a los mismo, sin importar el género.

Para concluir, las labores del cuidado deben ser repartidas en igualdad de condiciones, sin

importar el género y deben ser remuneradas, ya que implican tiempo, dedicación y aprendizaje.

Se debe dejar a un lado la idea de que las mujeres por su “instinto” son las más capacitadas para

realizarlas, cualquiera puede desempeñarse en esta labor si así lo desea. Que tanto mujeres como

hombres puedan tener autonomía económica sería un logro importante para la sociedad, ya que

mejoraría la calidad de vida de todos.


BIBLIOGRAFÍA

Agudelo, L [et al.] (2019). Análisis para las políticas públicas. La búsqueda de la igualdad de

género en Medellín /. Colombia.

Sánchez, Basilio (2014). La mujer que camina. https://www.poemas-del-alma.com/basilio-

sanchez-la-mujer-que-camina.htm

Mujeres Antioquia (2021). Plan de economía del cuidado de Antioquia.

https://mujeresantioquia.gov.co/web/index.php/comunidades/autonomia-economica-de-las-

mujeres/hablemos-de-economia-del-cuidado

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