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A su propia suerte

El presidente Gómez, sin embargo, no sería el único que se beneficiaría de la

participación colombiana en el conflicto, que también marcó un punto de inflexión en la historia

de las fuerzas armadas colombianas.

"A partir de su participación (en la Guerra de Corea), las fuerzas militares de Colombia

fueron otras: cambiaron su doctrina, su forma de operar, se convirtieron en una fuerzas más

profesionales", explica el capitán Rodríguez.

Y, orgulloso, el historiador también recuerda una frase atribuida a un militar

estadounidense, el mayor general Blackshear Bryan, comandante de la 24 división de infantería,

a la que estaban adscritas las tropas colombianas: "He combatido en tres guerras. Pensé que nada

me faltaba por ver en el campo del heroísmo y de la intrepidez humana. ¡Pero me faltaba ver

combatir al Batallón Colombia!".

Impulsados por esa estela de heroísmo y los nuevos aprendizajes, la mayoría de los

oficiales que combatieron en Corea llegarían a ocupar altos cargos dentro del estamento militar,

incluyendo la máxima comandancia del ejército.

Pero, a su regreso a Colombia, no todos los veteranos correrían con la misma suerte.
"Muchos compañeros míos, que estaban enfermos psicológicamente, murieron en las

calles de Bogotá", cuenta el sargento mayor (retirado) Carlos Eduardo Cubillas, quien lamenta

que el estado colombiano tardara casi cincuenta años en aprobar una pensión equivalente a dos

salarios mínimos para los veteranos de la Guerra de Corea en situación de indigencia.

"Otros caballeros tuvieron la dicha de tener industrias, fueron muy bien recibidos. Otros

compañeros siguieron en el ejército, otros compañeros se dedicaron a la agricultura. Pero la

mayor parte de los compañeros han muerto en una forma muy miserable. Sin apoyo", le dice a

BBC Mundo.

Una falta de apoyo que también es reconocida por el coronel (en retiro) Guillermo

Rodríguez, quien combatió en Corea como un joven subteniente de infantería.

"Desafortunadamente nosotros tenemos que considerar que aquí había un conflicto

interno bastante fuerte", dice Rodríguez, refiriéndose a los enfrentamientos entre tropas

conservadoras y guerrillas liberales de la época conocida como "La Violencia" (1948–1958).


"Entonces al llegar de Corea es como si se hubiera desacuartelado cualquier otra unidad

del conflicto interno. No hubo ninguna distinción, ningún premio, ni nada especial. Se nos trató

como a cualquier otro soldado colombiano que hubiera estado en guerra", explica.

Orgullo patrio

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