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Adolf Hitler

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«Hitler» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Hitler (desambiguación).
Adolf Hitler
Hitler portrait crop.jpg
Fotografía oficial de Adolf Hitler, 1938.
Standarte Adolf Hitlers.svg
Führer de Alemaniaa
2 de agosto de 1934-30 de abril de 1945
Gabinete Gabinete Hitler
Predecesor Paul von Hindenburg (como presidente)
Sucesor Karl Dönitz (como presidente)
Reichsadler der Deutsches Reich (1933–1945).svg
Reichskanzler de Alemania
30 de enero de 1933-30 de abril de 1945
Presidente Paul von Hindenburg (1933-1934)
Él mismo (1934-1945)
Gabinete Gabinete Hitler
Predecesor Kurt von Schleicher
Sucesor Joseph Goebbels
NSDAP-Logo.svg
Líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
29 de julio de 1921-30 de abril de 1945
Predecesor Anton Drexler
Sucesor Martin Bormann
SA-Logo.svg
Comandante de las Sturmabteilung
septiembre de 1930-5 de enero de 1931
Predecesor Franz Pfeffer von Salomon
Sucesor Ernst Röhm
Chef Generalstab Heer.svg
Alto mando del Oberkommando des Heeres
19 de diciembre de 1941-30 de abril de 1945
Predecesor Walther von Brauchitsch
Sucesor Ferdinand Schörner
Coat of arms of Prussia 1933.svg
Reichsstatthalter de Prusia
30 de enero de 1933-30 de enero de 1935
Sucesor Hermann Göring
Información personal
Apodo Böhmischer Gefreiter, Onkel Wolf y Wolf
Nacimiento 20 de abril de 1889
Braunau am Inn, Linz, Alta Austria, Austria-Hungría
Fallecimiento 30 de abril de 1945 (56 años)
Berlín, Alemania nazi
Causa de muerte Suicidio por arma de fuego
Residencia Berghof, Führerbunker y Wolfsschanze
Nacionalidad Austríaca
Alemana
Religión Véase Opiniones religiosas de Adolf Hitler
Lengua materna Alemán
Familia
Padres Alois Hitler
Klara Pölzl
Cónyuge Eva Braun (matr. 1945; fall. 1945)
Pareja
Maria Reiter
Eva Braun
Geli Raubal
Educación
Educado en
Escuela de Lambach Realschule de Linz

Escuela Real de Steyr


Información profesional
Ocupación Político
Años activo 1914-1945
Obras notables Mi lucha
Rama militar Ejército alemán, Wehrmacht, Ejército de Baviera e infantería
Rango militar Cabo
Conflictos
Primera Guerra Mundial

Segunda Guerra Mundial


Partido político DAP y NSDAP
Miembro de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
Información criminal
Cargos criminales alta traición
Firma Hitler Signature2.svg
Adolf Hitler (pronunciado /ˈadɔlf ˈhɪtlɐ/ ( escuchar)), hispanizado Adolfo Hitler1
(Braunau am Inn, 20 de abril de 1889-Berlín, 30 de abril de 1945), fue un político,
militar y dictador alemán de origen austríaco. Canciller imperial desde 1933 y
Führer —líder— de Alemania desde 1934 hasta su muerte en 1945, llevó al poder al
Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o Partido Nazi,b estableciendo un régimen
totalitario durante el período conocido como Tercer Reich o Alemania nazi.2 Inició
la Segunda Guerra Mundial al invadir Polonia el 1 de septiembre de 1939 y fue una
figura clave en la perpetración del Holocausto.3

Hitler se afilió al Partido Obrero Alemán, precursor del Partido Nazi, en 1919, y
se convirtió en su líder en 1921. En 1923, tras el pronunciamiento en la cervecería
Bürgerbräukeller de Múnich, Hitler intentó tomar el poder mediante un golpe de
Estado fallido, por el que fue condenado a cinco años de prisión.4 Durante su
estancia en la cárcel, redactó la primera parte de su libro Mi lucha (en alemán,
Mein Kampf), en el que expone su ideología junto con elementos autobiográficos.
Liberado ocho meses después, en 1924, Hitler obtuvo creciente apoyo popular
mediante la exaltación del pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo,
sirviéndose de su talento oratorio apoyado por la eficiente propaganda nazi y las
concentraciones de masas cargadas de simbolismo.

Fue nombrado canciller imperial (Reichskanzler) en enero de 1933 y, un año después,


a la muerte del presidente Paul von Hindenburg, se autoproclamó líder y canciller
imperial (Führer und Reichskanzler), asumiendo así el mando supremo del Estado
germano. Transformó la República de Weimar en el Tercer Reich y gobernó con un
partido único basado en el totalitarismo y la autocracia de la ideología nazi.

El objetivo de Hitler era establecer un Nuevo Orden basado en la absoluta hegemonía


de la Alemania nazi en el continente europeo. Su política exterior e interior tenía
el objetivo de apoderarse de Lebensraum (‘espacio vital’) para los pueblos
germánicos. Promovió el rearme de Alemania y tras la invasión de Polonia por la
Wehrmacht el 1 de septiembre de 1939, se inició la Segunda Guerra Mundial. Con
estos actos, Hitler violó el Tratado de Versalles de 1919, que establecía las
condiciones de la paz tras la Primera Guerra Mundial.5

Bajo la dirección de Hitler, las fuerzas alemanas y sus aliados ocuparon en 1941 la
mayor parte de Europa y África del Norte. Esas conquistas territoriales decrecieron
paulatinamente después de la batalla de Stalingrado, hasta 1945, cuando los
ejércitos aliados derrotaron al ejército alemán. Por motivos raciales, Hitler causó
la muerte de diecisiete millones de personas,6 incluyendo una cifra en torno a seis
millones de judíos7 y entre medio y millón y medio de gitanos, en lo que
posteriormente se denominó «Holocausto».8

En los últimos días de la guerra, durante la batalla de Berlín en 1945, Hitler se


casó con su antigua amante, Eva Braun. El 30 de abril de 1945 los dos se suicidaron
en el búnker de la Cancillería, para evitar ser capturados por el Ejército Rojo.
Posteriormente, sus cadáveres fueron quemados.9

Índice
1 Política
2 Primeros años
2.1 Infancia
2.2 Juventud en Viena y Múnich
2.3 Primera Guerra Mundial
3 Inicios en el nazismo
3.1 Inicio de la actividad política
3.2 Putsch de Múnich
3.3 Mein Kampf
3.4 Reestructuración del partido
4 Ascenso al poder
4.1 El ascenso durante la Depresión
4.2 Intrigas de Schleicher y Papen
5 Establecimiento de la dictadura
5.1 El incendio del Reichstag y la ley habilitante
5.2 Gleichschaltung
5.3 La purga de las «camisas pardas»
6 Tercer Reich
6.1 Economía y cultura
6.2 El rearme y nuevas alianzas
7 Segunda Guerra Mundial
7.1 Triunfos iniciales
7.2 La caída
8 Últimos días
8.1 Boda con Eva Braun y testamento
8.2 Suicidio
8.3 El destino del cadáver y las versiones de los soviéticos
9 Rasgos de su personalidad
9.1 Autodidacta y lector empedernido
9.2 Antisemitismo
9.3 Teorías sobre el origen de su antisemitismo
10 Legado de Hitler
10.1 "Higiene racial" y el Holocausto
11 Véase también
12 Notas
13 Referencias
14 Bibliografía
15 Enlaces externos
Política
Ascendió al poder durante un período de crisis económica, social y política,
acentuada por los efectos de la Gran Depresión de 1929 y el descontento y
frustración popular en Alemania como consecuencia de la derrota en la Primera
Guerra Mundial. A lo largo de su mandato político utilizó la propaganda estatal y
su carismática oratoria para persuadir a las masas, enfatizando su oposición al
Tratado de Versalles de 1919, al pueblo judío, al pacifismo y al comunismo
internacional, particularmente el soviético-bolchevique. A la vez, resaltaba el
nacionalismo alemán, el militarismo, el racismo, la llamada preservación de la raza
aria, el pangermanismo y la anexión o recuperación armada de territorios europeos
perdidos por el Imperio alemán después de la Primera Guerra Mundial. Después de
reestructurar la industria y economía y frenar en poco tiempo la inflación y el
desempleo, Hitler se ganó el apoyo popular. Rearmó y organizó las fuerzas armadas
alemanas, estableciendo una dictadura totalitaria personal que transformó a la
sociedad alemana y eliminó su sistema democrático. Su régimen se caracterizó por la
discriminación racial, la supremacía aria y la persecución étnico-religiosa y
política. Desde 1939, como consecuencia de la guerra, este modelo se extendió al
resto de Europa. En el plano ideológico, Hitler asumió los planteamientos del
fascismo italiano pero con matices propios basados en las características del
nazismo y la sociedad alemana. En torno a su figura se desarrolló un intenso culto
a la personalidad.

Perseguía una agresiva política exterior expansionista para ampliar el Lebensraum


('espacio vital') alemán al este de Europa, y combatir una presunta conspiración
internacional entre el judaísmo, la masonería, el comunismo y el capitalismo por
parte de los gobiernos estadounidense, inglés y soviético. Su política tenía como
objetivo establecer un Nuevo Orden (Neuordnung) en el que Alemania y la raza aria
tendrían un papel hegemónico mundial.

Responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa con la invasión de


Polonia en septiembre de 1939, para 1941, período de su apogeo, sus tropas y
aliados del Eje ocuparon la mayoría de Europa y partes de Asia y África, pero
fueron derrotadas por las potencias Aliadas en 1945. Hacia el final de la guerra,
las violentas políticas de conquista territorial y subyugación racial de Hitler
habían causado la muerte de entre 55 y 60 millones de personas (alrededor del 2 %
de la población mundial de la época) en su mayor parte civiles, así como un
considerable grado de destrucción de ciudades europeas. El exterminio sistemático y
masivo de enemigos políticos y personas consideradas racialmente «inferiores» o
«subhumanas», mediante la detención en una red de campos de concentración y
exterminio en Alemania y en los territorios conquistados, llevó a la muerte a poco
más de seis millones de judíos en lo que posteriormente en el contexto histórico se
denominó el Holocausto, como así también a homosexuales, gitanos, eslavos,
discapacitados físicos, enfermos mentales, prisioneros de guerra soviéticos y
opositores políticos a su régimen. Las estimaciones del número de personas que
perdieron la vida como consecuencia de medidas raciales adoptadas por el gobierno
de Hitler, sus aliados del Eje, estados satélite y colaboradores, según la mayoría
de los historiadores serían aproximadamente once o doce millones de personas, de
las cuales la mitad corresponderían al Holocausto.

Primeros años
Infancia
Véase también: Familia Hitler

Hitler de niño.

Alois Hitler, padre de Hitler (1837–1903).

Klara Pölzl Hitler, madre de Hitler (1860–1907).


Adolf Hitler nació en Braunau am Inn, una pequeña aldea cerca de Linz en la
provincia de la Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que
entonces era el Imperio austrohúngaro. Nacido en una familia de clase media, su
padre, Alois Hitler (1837-1903), fue un agente de aduanas. Su madre, Klara Pölzl
(1860-1907), fue la tercera esposa de Alois. Hitler fue el cuarto hijo de la
pareja,10 y bautizado en la iglesia de San Esteban de su localidad natal.11 Como
los padres de Hitler eran primos, debieron obtener una dispensa papal para el
matrimonio. De los seis hijos de Alois y Klara, sólo Adolf y su hermana Paula
llegaron a la edad adulta.12 El padre de Hitler también tuvo un hijo, Alois Jr., y
una hija, Angela, con su segunda esposa.12
Árbol genealógico de Hitler.
Su padre, Alois Hitler, fue un hijo ilegítimo, por lo que durante los primeros
treinta y nueve años de su vida llevó el apellido de su madre, Schicklgruber. En
1876, el padre de Alois, Johann Georg Hiedler, finalmente lo reconoció. En el siglo
XIX eran comunes en Austria las variantes del apellido Hüttler, Hiedler, Hittler y
Hitler. La teoría del escritor Franz Jetzinger de que el apellido guarda relación
con el checo Hidlar o Hidlarcek13 ha sido citada en la literatura en numerosas
ocasiones,14 pero es actualmente rechazada: lo más probable es que todas esas
variantes deriven de Hütte (choza), con lo que el apellido significaría algo así
como «pequeño campesino» o «el que vive en una cabaña».15

La propaganda de los Aliados explotó el apellido original de la familia de Hitler


durante la Segunda Guerra Mundial. Panfletos portando la frase Heil Schicklgruber
fueron lanzados desde el aire sobre ciudades alemanas. Sin embargo, Adolf nació
legalmente como Hitler; además, se encontraba también relacionado con Hiedler a
través de su abuela materna, Johanna Hiedler.

El nombre Adolf viene del antiguo alto alemán y significa «lobo noble»
(Adel=nobleza + wolf=lobo).16 De ahí que uno de los apodos de Hitler puestos por él
mismo fuera Wolf o Herr Wolf —comenzó a usar este apodo a principios de los años
1920 y se le dirigían con él solo los amigos íntimos (como «Tío Wolf» por los
Wagner) hasta la caída del Tercer Reich—.17 Los nombres de varios de sus cuarteles
generales dispersos por la Europa continental (Wolfsschanze en Prusia Oriental,
Wolfsschlucht en Francia, Werwolf en Ucrania, etc.) reflejan esto. Incluso Hitler
sugirió a su hermana Paula que se cambiara de nombre durante los juegos Olímpicos
en Garmisch y se mantuviera en estricto incógnito bajo el apellido Wolff,
manteniendo su nombre si quería. Por sugerencia de Paula, se añadió el calificativo
de Frau (Señora) para hacer menos sospechoso el cambio de nombre ante sus conocidos
(haciendo ver que el cambio de nombre fuera debido a un matrimonio). Hitler era
conocido como Adi por su familia y parientes más cercanos.

Hitler dijo que, de niño, era azotado a menudo por su padre. Años más tarde le dijo
a su secretaria: «Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre
me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi
voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí,
conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero».18

La familia de Hitler se mudó con mucha frecuencia, de Braunau am Inn a Passau,


Lambach, Leonding y Linz. El joven Hitler fue un buen estudiante en primaria. Pero
en sexto, en su primer año de enseñanza secundaria (Realschule) en Linz, fue
suspendido y tuvo que repetir el curso. Sus profesores dijeron que no tenía «deseos
de trabajar». No obstante, quedó cautivado por las lecturas pangermánicas del
profesor Leopold Pötsch, quien influyó notablemente en la mente del joven.

En Mein Kampf, Hitler concluyó que su bajo desempeño en la educación fue una
rebelión contra su padre, que quería que su hijo siguiera una carrera como agente
de aduanas; en cambio, Hitler quería convertirse en pintor. Esta explicación se
sostiene aún más por la posterior descripción de Hitler de él mismo como un artista
incomprendido. Sin embargo, Alois Hitler deseaba que su hijo llegara a ser
funcionario como él, empleo del que se sentía muy orgulloso y al que había llegado
prácticamente sin una base académica. Pero al joven Hitler ese futuro no le seducía
en absoluto, ya que estaba demasiado alejado de su objetivo, las artes. No
obstante, después de la muerte de Alois el 3 de enero de 1903, el trabajo escolar
de Hitler no mejoró. A la edad de dieciséis años, Hitler abandonó la educación
secundaria sin un título.

Juventud en Viena y Múnich


Véase también: Pinturas de Adolf Hitler
A causa de su mediocre expediente académico Hitler debió abandonar en 1904 la
Realschule de Linz y se trasladó a la de Steyr, distante unos ochenta kilómetros.
En 1905 su madre mudó la familia a un cómodo piso en Urfahr, un suburbio de Linz,
donde Adolf disponía de una habitación propia, llevaba una vida bastante indolente
y, con el pretexto de una enfermedad fingida o más probablemente algo exagerada,
convenció a Klara de que no podía seguir en la escuela.19 Así pues abandonó los
estudios a los dieciséis años, después de haber sido calificado positivamente en la
asignatura de dibujo y haberse convencido a sí mismo que su futuro estaba en la
pintura.20 Durante tres años, Hitler se mantuvo en Linz sin buscar trabajo, muchas
veces en compañía de August Kubizek, probablemente el único amigo que tuvo en su
adolescencia;21 según Hitler, estos años serían los «mejores años de su vida».21
Aunque Hitler consideraba que su futuro estaba en la pintura o la arquitectura, era
un voraz lector, prefiriendo obras de historia y mitología alemana.22 Para los
dieciséis años, Hitler ya era un ferviente nacionalista pangermano, y aborrecía a
los Habsburgo y a la diversidad étnica del Imperio austrohúngaro.21

Al cumplir diecisiete años, Hitler viajó a Viena por primera vez y pudo prolongar
su estancia en la ciudad dos meses gracias a la ayuda monetaria de su madre y otros
parientes.22 Durante su estadía, visitó la Academia de Bellas Artes, donde consultó
los requisitos para ser admitido con el fin de convertirse en pintor. En octubre de
1907 regresó a Viena y se presentó a la prueba de admisión; sin embargo, no logró
ser admitido al no poseer el talento deseado, lo cual lo decepcionó mucho.23 Al año
siguiente lo intentó de nuevo, con peores resultados. El rector de la Academia le
aconsejó intentar en el campo de la arquitectura, pero como Hitler no se había
graduado del colegio, era muy difícil que fuera admitido en la respectiva
escuela.22 Sin embargo, en esos años jóvenes con «talento excepcional» eran
admitidos en la escuela de arquitectura sin diploma de secundaria, pero se
desconoce si Hitler intentó ingresar alguna vez.24

A pesar de su fracaso, Hitler decidió quedarse en Viena, aunque por unos meses
continuó viviendo en Linz con su madre, quien estaba agonizando por causa del
cáncer de mama. Después de la muerte de su progenitora, el 21 de diciembre de 1907,
Hitler viajó a Viena, donde inicialmente se ganó la vida gracias a diversos
trabajos como barrer la nieve, cargar maletas en la estación de trenes y ser un
obrero de construcción.24 Sin embargo, sus problemas económicos no terminaron, y un
año después de haber llegado a Viena fue desalojado de su apartamento y tuvo que
vivir en un miserable hostal, recurriendo a comedores de indigentes para poder
aplacar el hambre.24 No obstante, para 1910 su situación económica era más estable,
y se mantenía exclusivamente pintando cuadros. Viena, una ciudad cosmopolita, con
mucha vitalidad intelectual y multicultural, le fue por completo incomprensible.
Aunque en posteriores discursos Hitler afirmaría que Viena era «una perla ante mis
ojos», Baldur von Schirach lo contradiría:

Hitler nunca amó a Viena. Odiaba a su gente.25


Sin embargo, su estadía en Viena fue muy importante. De acuerdo a Hitler, su
antisemitismo se formó en esta ciudad; aunque su amigo Kubizek lo contradice, ya
que asegura que Hitler ya era un profundo antisemita en Linz.26 No obstante, de
acuerdo al propio testimonio de Hitler, sus ideas políticas y raciales fueron
formadas, o por lo menos moldeadas, en esa ciudad. Hitler mismo reconocería que la
ciudad le enseñó todo lo que tenía que saber en la vida:

En este período tomó forma dentro de mí una imagen universal y una filosofía que se
convirtió en la base de todos mis actos. Además de lo que entonces creé, he tenido
que aprender poco, y he tenido que cambiar nada.27
El 24 de mayo de 1913 y acompañado de Rudolf Häusler, un compañero del albergue
para hombres donde residía, se trasladó a Múnich. Debió esperar a cumplir los
veinticuatro años para poder cobrar la herencia paterna y, aunque afirmaba querer
ingresar en la Academia de Arte muniquesa, probablemente la razón principal de su
marcha era eludir el servicio militar, inscripción que llevaba demorando desde
1909, cuando debería haberlo hecho para incorporarse a filas con veintiún años.28
Aparentemente no deseaba servir junto con eslavos y judíos,26 aunque también
siempre se había sentido atraído por la prosperidad y fortaleza que mostraba el
Imperio alemán, en contraste con el decadente Imperio austrohúngaro. Por su parte,
Hitler declaró que abandonó Austria porque la mezcla de razas en Viena le causaba
«repugnancia».26 No obstante las autoridades austríacas consiguieron localizarlo y
el 18 de enero de 1914 un agente de policía le entregó una citación judicial en la
que se exigía su regreso: esquivar el servicio militar era motivo de una importante
multa, pero el hecho de abandonar Austria para ello se consideraba deserción y
conllevaba pena de cárcel. Hitler debió viajar entonces a Salzburgo, donde fue
examinado el 5 de febrero, pero fue declarado no apto para prestar servicio
militar.29

Primera Guerra Mundial

Hitler (derecha) junto a varios compañeros durante la guerra.


El 28 de junio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial; una semana después,
Hitler se presentó como voluntario en el Ejército alemán y fue asignado a un
regimiento bávaro. El inicio de la guerra ocasionó gran entusiasmo en el joven
Hitler, quien pensó que había llegado una oportunidad para cambiar su vida:

No estoy avergonzado de decir que, arrastrado por mi entusiasmo, me arrodillé y


agradecí al Cielo desde el fondo de mi corazón... por haberme permitido vivir en
ese tiempo.30
Después de menos de tres meses de entrenamiento, Hitler fue enviado al frente
occidental. Sirvió en Francia y Bélgica, como mensajero de la 1.ª Compañía de la
6.ª División de Reserva Bávara. Participó en la primera batalla de Ypres, donde su
unidad fue diezmada en cuatro días. Al finalizar la batalla, de los 3500 soldados
iniciales, solamente 600 podían seguir combatiendo.31

Posteriormente, sus oponentes políticos lo acusarían de ser un cobarde, pero la


evidencia los contradice.31 En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue
herido en la pierna y regresó al frente en marzo de 1917, ascendido al rango de
cabo. Sin embargo, no fue promovido más allá de este grado, al considerarse en ese
momento que Hitler no poseía dotes de mando. Hitler fue condecorado dos veces:
recibió la Cruz de Hierro de 2.ª clase el 2 de diciembre de 1914, y la Cruz de
Hierro de 1.ª clase el 4 de agosto de 1918, honor que era raras veces otorgado a un
soldado de tan baja graduación.31 De acuerdo a diversos testimonios, Hitler ganó su
última Cruz de Hierro por haber capturado sin ayuda a quince soldados enemigos,
aunque los registros militares no especifican la razón de esta condecoración.31

El soldado Adolf Hitler durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).


Hitler era considerado como un soldado «correcto», pero, según se informa, era
impopular entre sus compañeros debido a una actitud poco crítica hacia los
superiores. «Respetar al superior, no contradecir a nadie, obedecer a ciegas»,
dijo, describiendo su actitud mientras era enjuiciado por el Putsch de Múnich en
1923. Uno de sus camaradas comentó:

Lo maldecíamos y lo encontrábamos intolerable. Había un cuervo blanco entre


nosotros que no quería seguirnos la corriente cuando maldecíamos la guerra.31
En efecto, Hitler nunca se quejaba sobre la suciedad del frente y jamás pidió un
permiso para abandonarlo,31 aunque pudo salir cuando estuvo recuperándose de la
herida en su pierna en un hospital en Berlín. Cuando regresó, empezó a pronosticar
repetidamente que Alemania perdería la guerra por causa de los judíos y los
marxistas, a quienes acusó de robar a la nación y no prestar servicio militar.32 En
el aspecto personal, Hitler nunca recibía cartas o presentes de amigos o
familiares, y no acompañaba a los soldados cuando hablaban de mujeres.31 Durante la
guerra, también aprovechó la oportunidad para dibujar algunas historietas y dibujos
de instrucción para el periódico del Ejército.
En la imagen, una caricatura ilustra la Dolchstoßlegende: una mujer judía ataca por
la espalda a un soldado alemán. Hitler fue un ferviente creyente de esta leyenda,
culpando a los judíos y marxistas de la derrota alemana en la Primera Guerra
Mundial.
El 13 de octubre de 1918, poco antes del final de guerra, Hitler quedó atrapado en
un ataque de gas venenoso británico, cerca de Ypres. Fue trasladado a un hospital
de campaña, donde quedó temporalmente ciego por causa de los gases tóxicos.33 El 10
de noviembre se encontraba parcialmente recuperado en el hospital militar de
Pasewalk, cerca de Stettin, cuando fue informado que la monarquía había sido
depuesta y que se había proclamado la posteriormente conocida como República de
Weimar. Cuando se enteró de que al día siguiente iba a firmarse un armisticio y que
la guerra se había perdido, Hitler cuenta que se derrumbó, y posteriormente
describió así su reacción: «Todo se hizo negro de nuevo ante mis ojos».34

Una investigación realizada por Bernhard Horstmann indica que su ceguera temporal
pudo haber sido resultado de una reacción histérica a la derrota alemana.[cita
requerida] Hitler expresó metafóricamente que durante aquella experiencia, al
quitarse la venda que cubría sus ojos, fue cuando descubrió que el objetivo de su
vida era lograr la salvación de Alemania. Mientras tanto, fue tratado por un médico
militar y un especialista en psiquiatría, que, según se informa, diagnosticó al
cabo como «incompetente para comandar gente» y «peligrosamente psicótico».[cita
requerida] Su comandante declaró: «¡Nunca promoveré a este histérico!».[cita
requerida] Sin embargo, el historiador Sebastian Haffner, refiriéndose a la
experiencia de Hitler en el frente, sugiere que por lo menos tuvo algún tipo de
entendimiento con los militares.

La derrota alemana en noviembre de 1918 lo impactó sobremanera, pues en la creencia


popular alemana el ejército alemán permanecía invicto. Como muchos otros
nacionalistas alemanes, Hitler culpó a los socialdemócratas («los criminales de
noviembre») por el armisticio. Una explicación extendida por la derecha
conservadora sobre la causa de la derrota fue la Dolchstoßlegende («leyenda de la
puñalada por la espalda»), que pretendía argumentar que a espaldas del ejército los
políticos socialistas y marxistas habían traicionado y «apuñalado» por la espalda a
los alemanes y a sus soldados.

El Tratado de Versalles impuso reparaciones de guerra y otras sanciones


económicamente muy perjudiciales para el país, declarando a Alemania culpable de
los horrores de la Primera Guerra Mundial. Durante la negociación del documento
surgieron controversias entre el afán pacificador de Woodrow Wilson, presidente de
Estados Unidos y el revanchismo del primer ministro francés, Georges Clemenceau. La
reconciliación nunca estuvo dentro de los objetivos del Reino Unido y Francia
porque,[cita requerida] desde mediados del siglo XIX, Alemania había rivalizado con
estas dos potencias por la hegemonía de Europa y el control sobre los territorios
coloniales en África y Asia. El tratado fue considerado por los alemanes como una
humillación y fue un importante factor en la creación de las reivindicaciones
políticas y territoriales demandadas por Hitler y su Partido Nacionalsocialista al
llegar al poder.

Inicios en el nazismo
Artículo principal: Nazismo

Carné de Hitler como miembro del DAP.


Inicio de la actividad política
Al finalizar la guerra, cuya última fase fue sin duda muy importante para su
evolución ideológica,34 Hitler se percató que no contaba con dinero, amigos,
familiares con conexiones, estudios universitarios o experiencia política;35 por lo
que decidió intentar continuar en el Ejército, algo bastante complicado en pleno
periodo de desmovilización, aunque consiguió permanecer en sus filas hasta el 31 de
marzo de 1920.36

Hitler salió del hospital de Pasewalk el 19 de noviembre y el día 21 llegó a Múnich


para reintegrarse a su batallón.37 Después de la abdicación del káiser Guillermo II
el 9 de noviembre y la firma del armisticio el día 11, Alemania estaba sumida en el
clima de agitación revolucionaria en que nació la República de Weimar y que en
Baviera, tras la huida el 7 de noviembre del último rey de la dinastía de los
Wittelsbach, Luis III,38 dio paso a la nueva República de Baviera con un gobierno
provisional dominado por los socialdemócratas del SPD y sobre todo por el más
radical USPD, bajo la presidencia de Kurt Eisner.39 Surgieron consejos de obreros y
soldados al estilo soviético y Hitler se encontró a su regreso con que su unidad
estaba bajo el control de uno de ellos por lo que, según su propio relato en Mein
Kampf, solicitó ser transferido a otro destino y fue enviado al campo de
prisioneros de guerra de Traunstein, cerca de la frontera austriaca,40 donde
permaneció hasta finales de enero o principios de febrero de 1919.41 Aunque su
versión coincide con la de su compañero Ernst Schmidt, la actitud que mantuvo
durante estos meses debió ser bastante más ambigua de lo que deja traslucir y
hubiera justificado un tratamiento más extenso de haberse opuesto frontalmente al
gobierno que posteriormente sería calificado como el de los «criminales de
noviembre». No solo Traunstein estaba también regido por consejos de soldados sino
que Hitler aparece citado el 3 de abril como representante (Vertrauensmann) de su
batallón, un cargo que, entre otras atribuciones, tenía la misión de cooperar con
las autoridades transmitiendo a la tropa material propagandístico y que muy
probablemente Hitler ostentaba ya desde febrero.42 Además, después del asesinato de
Eisner el 21 de febrero, se produjo un periodo de caos y anarquía que culminó con
la corta fase de auténtico dominio comunista, con el fin claro de instalar una
república «soviética» y que es el estrictamente más conocido como Räterepublik o
«república de consejos».39 Al día siguiente de su instauración, el 14 de abril,
Hitler fue reelegido representante de su unidad lo que parece indicar un cierto
grado de respaldo por su parte a la política del gobierno socialista o como mínimo
que se abstuvo de exteriorizar ningún tipo de oposición frontal.43 Este
comportamiento, sea de pasividad o de oportunismo, no solo trascendió más tarde
ocasionalmente en la prensa,44 sino que también fue objeto de comentarios por parte
de algunos dirigentes nazis como Ernst Röhm, Ritter von Epp o Rudolf Hess,45 pero
parece fuera de duda su rechazo a la izquierda revolucionaria y es muy probable que
los votos que recibió fuesen de soldados que compartían ese criterio y conocían su
hostilidad hacia la Räterepublik.46

Después de que el gobierno soviético de Baviera fuera derrocado por el Ejército


alemán y grupos paramilitares conservadores, a Hitler se le encargó la misión que
le dio la oportunidad de implicarse en la política por primera vez. Su labor
consistía en investigar a los miembros de su unidad que habían colaborado con el
gobierno soviético. Su trabajo fue apreciado por sus superiores, quienes lo
emplearon a tiempo completo, asignándolo al Departamento político de asuntos de
prensa del Ejército, a nivel distrital. De esta manera, Hitler se convirtió en un
espía militar, investigando a los muchos grupos socialistas que estaban naciendo en
toda Alemania. También participó como oficial educador en el «pensamiento
nacional», cursos organizados por el Departamento de Educación y Propaganda del
grupo bávaro de la Reichswehr. La principal tarea de Hitler era entonces erradicar
«ideas peligrosas», como la democracia, el socialismo y el pacifismo.47 Un objetivo
clave de este grupo era crear una «cabeza de turco» para justificar la derrota
alemana.[cita requerida] Las cabezas de turco fueron encontradas en el Judaísmo
Internacional, los comunistas y los políticos liberales, especialmente los miembros
de la coalición de Weimar, que eran considerados como los «criminales de
noviembre».

En mayo o principios de junio de 1919, Hitler ya aparece listado como V-Mann


(Verbindungsmann, término alemán para un espía de la policía) del Comando de
Inteligencia (Aufklärungskommando) del Ejército, con el objetivo de atraer a otros
soldados de ideas similares. En septiembre, se le ordenó que se investigara un
pequeño partido denominado Partido Obrero Alemán (DAP). Aunque este partido era
nacionalista, los superiores de Hitler desconocían esto, y sospechaban que podía
ser un partido socialista o comunista.47

El 12 de septiembre Hitler asistió por primera vez a un mitin del DAP celebrado en
la Sterneckerbräu que debía tener como principal orador a Dietrich Eckart, aunque
debió ser sustituido a causa de una enfermedad por Gottfried Feder. Cuando en el
debate final uno de los presentes se enfrentó a Feder y comenzó a defender el
separatismo bávaro, Hitler replicó con un discurso de tal intensidad que llamó la
atención de Anton Drexler, quien le regaló un ejemplar de su obra Mi despertar
político y le animó a volver y unirse al partido.48 En la segunda mitad de ese
mismo mes ingresó en el partido y, aunque él aseguraría posteriormente ser su
séptimo miembro, se le asignó realmente el número 555,49 también ficticio porque
por razones de imagen se decidió comenzar la numeración en 501 repartiendo los
números en orden alfabético a los primeros militantes.50 Pocas semanas después, el
16 de octubre, Hitler pronunció en la Hofbräukeller su primer discurso público en
un acto al que asistieron 111 personas,51 entre las que se encontraba Ernst Röhm,
que poco después ingresaría también en el partido.52

Desde ese momento, la figura de Hitler fue cobrando más y más protagonismo,
participando a tiempo completo en las actividades del partido y perfilando con
nitidez la nueva ideología:
A principios de la década de 1920, Hitler desarrolló un pronunciado sentido de su
«misión nacional» (...). La «misión» puede resumirse como sigue: nacionalizar las
masas; apoderarse del Estado; destruir al enemigo interno -los «criminales de
noviembre» (refiriéndose a judíos y marxistas, más o menos lo mismo para su punto
de vista)-; construir defensas; llevar a cabo la expansión «por la espada» para
garantizar el futuro de Alemania, superando la «escasez de tierra» (Raumnot) y
adquiriendo nuevos territorios en el este de Europa.53
El 24 de febrero de 1920 el partido celebró su primera reunión de importancia en
los salones de la Hofbräuhaus de Múnich. Ante unos dos mil asistentes Hitler leyó
los veinticinco puntos del programa del partido que habían redactado él y sobre
todo Drexler las semanas anteriores. Esos veinticinco puntos se convirtieron
posteriormente en la teórica base «inalterable» del programa nacionalsocialista y
la fecha del 24 de febrero en un motivo histórico de celebración anual, aunque en
su momento tuvo una repercusión muy limitada y hasta el Völkischer Beobachter
relegó la noticia a sus páginas interiores.54

El 1 de abril de 1920, el Partido Obrero Alemán cambió su nombre a Partido


Nacionalsocialista Obrero Alemán; ese mismo día Hitler abandonó el Ejército. Poco
después organizó escuadrones de veteranos de guerra, liderados por Emil Maurice,
para que mantuvieran el orden en las reuniones del Partido, y expulsasen a los que
no estuviesen de acuerdo con los oradores.55 El 5 de octubre de 1921, estos
escuadrones fueron organizados bajo el nombre de Sturmabteilung (SA), también
conocidos como los camisas pardas por el color de sus uniformes. Muy pronto, las
SA, bajo el mando inicial de Johann Ulrich Klintzich, dejaron de limitarse a su rol
de mantener el orden y empezaron a atacar a los grupos políticos opositores y a los
judíos, lo cual acabó convirtiéndose en su actividad principal.56 En la primavera
de 1920, Hitler toma como emblemas la Hakenkreuz —la cruz gamada— y el saludo del
fascismo italiano del brazo en alto.

Ya a principios de 1921, Hitler era considerado un gran orador, hablando frente a


muchedumbres cada vez más grandes. Ganó notoriedad fuera del partido por sus
discursos polémicos, atacando el Tratado de Versalles, y a grupos rivales (sobre
todo marxistas y judíos). Ese año, Hitler personalmente lideró a los camisas pardas
contra una reunión de federalistas bávaros. Aunque Hitler pasó tres meses en la
cárcel por la paliza que sus hombres propinaron a los federalistas, al salir no
mostró arrepentimiento alguno; por el contrario, estaba más resuelto a emplear la
fuerza contra sus adversarios:

En el futuro, el movimiento nacionalsocialista evitará rudamente, si es necesario


con la fuerza, las reuniones o discursos que puedan distraer la mente de nuestros
compatriotas.57
En el verano de 1921, Hitler era el líder del partido;58 no solo era el principal
orador y propagandista, sino que también era la principal fuente de ingresos de ese
movimiento revolucionario. No obstante, los fundadores se encontraban resentidos
debido a la conducta dictatorial de Hitler, y aprovechando que se encontraba de
viaje en el norte de Alemania, planificaron la fusión de su partido con otros
grupos políticos; de esta manera, pensaban reducir la importancia de Hitler y
cuestionar su liderazgo. Hitler se enteró de estos planes y regresó a Múnich,
solicitando poderes dictatoriales en el partido, de lo contrario renunciaría.
Drexler respondió publicando una carta en un periódico, denunciado los abusos
autoritarios de Hitler, pero este presentó una demanda legal en su contra, y
Drexler se tuvo que retractar. Derrotado, Drexler fue retirado de su cargo de
presidente y Hitler lo sucedió, convirtiéndose en el líder indiscutible del Partido
Nazi. De esta manera, se estableció el «principio del liderazgo», que formó el
sistema de gobierno político de la Alemania nazi.59

En estos años Hitler conoció a Rudolf Hess, Hermann Göring, a Ernst Hanfstaengl y
Alfred Rosenberg, quienes junto con Eckart, lo introdujeron a círculos sociales más
altos, de los cuales pudo obtener generosas donaciones para el naciente partido.

Alentado por el rápido crecimiento, Hitler empezó a idear la toma del poder. Sin
embargo, su partido no era todavía la principal fuerza política en Baviera, y era
desconocido fuera de este estado, por lo que Hitler concluyó que necesitaba el
apoyo de las fuerzas políticas y las guarniciones militares bávaras para lograr
este objetivo.60 Influenciado por la marcha sobre Roma de Benito Mussolini, Hitler
ideó realizar una marcha similar hacia Berlín, con la que doblegaría al gobierno
nacional fácilmente.60

A finales de 1922, contaba ya con una pequeña y creciente banda de seguidores


fanáticos, inspirada por la marcha sobre Roma de Mussolini, que empezó a ver en él
el deseo de un líder nacional heroico. En este sentido, un libro publicado ese año
se refería a Hitler explicando que
el secreto de su personalidad reside en el hecho de que lo que yacía dormido en lo
más profundo del alma del pueblo alemán ha cobrado vida en él [...]. Y eso es lo
que ha aparecido en Adolf Hitler: la viva encarnación del anhelo de la nación.61
Putsch de Múnich
Artículo principal: Putsch de Múnich

Hitler junto a los demás acusados por el Putsch de Múnich durante su juicio.
En enero de 1923, luego de que el gobierno alemán se retrasase en el pago de las
reparaciones de guerra a Francia, esta nación procedió a ocupar la región
industrial del Ruhr, devastando la economía germana. El gobierno llamó entonces a
la resistencia no violenta contra Francia, pero en septiembre era obvio que esta
estrategia no estaba generando resultados. El 26 de septiembre, el canciller alemán
Gustav Stresemann decidió reiniciar los pagos a Francia, y cancelar la estrategia
de resistencia. Stresemann previó que los nacionalistas y los comunistas iniciarían
toda clase de protestas y disturbios ante estas impopulares medidas, por lo que
declaró el estado de emergencia ese mismo día.62 De esta manera, el comandante del
Ejército, el general Hans von Seeckt, se convirtió en la principal autoridad de la
República.62 Hitler vio este período de inestabilidad política como la oportunidad
para realizar su propia versión de la marcha sobre Roma.60

No obstante, el tradicionalmente autónomo estado bávaro no estaba dispuesto a


aceptar la autoridad central del General von Seeckt. Ese mismo día, el gobierno
regional proclamó su propio estado de emergencia y colocó a Gustav von Kahr al
mando de Baviera. El gobierno nacional reaccionó exigiendo el arresto de varios
líderes nacionalistas y, además, reclamó la supresión del principal periódico nazi,
el Völkischer Beobachter. Cuando el Ejército bávaro rehusó obedecer a su comandante
en Jefe, el General von Seeckt amenazó con utilizar la fuerza contra Baviera.
Hitler se percató entonces de que la situación regional solamente podría empeorar
para él ya que, probablemente, el gobierno de Stresemann lograría estabilizar la
situación. Cuando Kahr se negó a discutir la situación con Hitler y sus aliados,
este último sospechó que el gobierno de Baviera iba a capitular ante el gobierno de
Berlín, o peor aún, iba a declarar la independencia de Baviera.63 Hitler decidió
entonces realizar una maniobra arriesgada: iba a secuestrar a Kahr, al comandante
del Ejército en Baviera y al jefe de la policía regional; una vez en su poder, los
iba a convencer de que se uniesen a su bando, y luego, juntos, iban a marchar hacia
Berlín para derrocar a Stresemann. Para ganarse el apoyo del Ejército, Hitler
decidió usar al general Erich Ludendorff, como figura respetada en su golpe de
estado. El anciano general había sido atraído al movimiento nazi unas semanas
atrás.

En la noche del 8 de noviembre de 1923, Hitler y los camisas pardas irrumpieron en


una reunión pública liderada por Kahr en el Bürgerbräukeller, una cervecería a las
afueras de Múnich. Hitler proclamó una revolución y anunció sus intenciones de
formar un nuevo gobierno, junto a Ludendorff, quien no estaba enterado del golpe.64
Antes de iniciar su "Marcha sobre Berlín", que derrocaría al gobierno nacional,
Hitler reclamó la ayuda de Kahr y de las fuerzas militares locales. Este último
fingió ayudar a Hitler, pero, gracias a la ingenuidad de Ludendorff, escapó en
cuanto pudo y retomó el control regional.65 Al amanecer del 9 de noviembre, el
Ejército y la policía bávara estaban tomando posiciones contra los golpistas; Ernst
Röhm y sus tropas nazis se encontraban rodeados en el Ministerio de Guerra bávaro,
y Hitler decidió marchar junto con Ludendorff para liberarlos. El anciano
comandante alemán había convencido a Hitler de que los soldados y la policía no
dispararían contra él, y que se unirían a su causa.64 No obstante, la policía no se
replegó ante Ludendorff y se inició un tiroteo. Catorce golpistas y cuatro policías
murieron durante la refriega, entre ellos Max Erwin von Scheubner-Richter, uno de
los organizadores del putsch, que recibió un balazo mientras marchaba en primera
línea cogido del brazo de Hitler, quien escapó únicamente con un hombro
dislocado.66

Hitler saludando a las tumbas de los dieciséis nazis que murieron durante el golpe
de 1923.
Hitler se escondió en la casa de Ernst Hanfstaengl, donde redactó su primer
testamento político en el que designaba como su sucesor al frente del NSDAP a
Alfred Rosenberg y nombraba vicepresidente a Max Amann, pero carecen de fundamento
versiones posteriores de los hechos que afirman que intentó suicidarse.67 Fue
arrestado la noche del 11 de noviembre,66 acusado de alta traición y Rosenberg se
convirtió temporalmente en el líder del partido. Según Joachim Fest, esta
subversión fracasada marcó uno de los grandes hitos en la vida de Hitler, pues con
ella habría finalizado su aprendizaje y se habría dado paso a su verdadera entrada
en la política.68

Su juicio, atrajo atención internacional, y le proporcionó una plataforma política


para anunciar su movimiento. Durante su juicio, que se inició el 26 de febrero de
1924, Hitler recibió tiempo casi ilimitado para hablar,69 lo que hizo que su
popularidad creciera debido a su poderoso y convincente discurso nacionalista. A
diferencia de los participantes en el golpe de Kapp, Hitler asumió la
responsabilidad de la intentona golpista, pero negó haber cometido un crimen:

Solamente yo cargo la responsabilidad. Pero no soy un criminal por eso. Si hoy me


presento aquí como un revolucionario, es como un revolucionario en contra de la
revolución. No existe la alta traición contra los traidores de 1918.70
Durante su juicio en 1924.
El 1 de abril de 1924, Hitler fue sentenciado a 5 años de prisión en la fortaleza
de Landsberg, aunque la Constitución estipulaba cadena perpetua contra crímenes de
este tipo.71 Hitler recibió un trato privilegiado de los guardias y pudo recibir
cartas y visitas de sus admiradores.72 Fue absuelto y liberado el 20 de diciembre
de ese mismo año, como parte de una amnistía masiva hacia prisioneros políticos. En
total, solo cumplió nueve meses de su condena.

Mein Kampf
Artículo principal: Mein Kampf

Sobrecubierta de Mein Kampf (1926-27).


La estadía de Hitler en la prisión de Landsberg le permitió organizar sus ideas,
que dictó a diversos secretarios. El resultado sería una obra titulada Mein Kampf
(Mi Lucha), aunque originalmente había planeado llamarla Cuatro años de lucha
contra mentiras, estupidez y cobardía.73 Esta obra, dedicada a Dietrich Eckart,74
era una autobiografía y, más importante aún, una exposición de la ideología
nacionalsocialista.

A través de sus 782 páginas, Hitler detalló los pasos que un futuro Estado alemán
nacionalsocialista debía seguir para finalmente convertirse en el «amo del
mundo».75 Primero aboga por la conclusión definitiva de la hostilidad franco-
germana, que se lograría con la destrucción de Francia.75 Una vez conseguido esto,
Alemania finalmente se encontraría en libertad de expandirse, con el objetivo de
conseguir el llamado «espacio vital alemán». Hitler concluye que el Tercer Reich no
debe buscar colonias en Asia o África, sino que debe expandirse hacia el este, a
expensas de Rusia.75 Aunque reconoce que diversos pueblos ya habitan en Europa
oriental, asegura que el pueblo alemán tiene el derecho de desalojar a sus
ocupantes:

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