Está en la página 1de 62

Historia de la química

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Ilustración de un laboratorio químico del siglo XVIII.

La historia de la química abarca un periodo de tiempo muy amplio, que va desde la prehistoria
hasta el presente, y está ligada al desarrollo cultural de la humanidad y su conocimiento de la
naturaleza. Las civilizaciones antiguas ya usaban tecnologías que demostraban su
conocimiento de las transformaciones de la materia, y algunas servirían de base a los primeros
estudios de la química. Entre ellas se cuentan la extracción de los metales de sus minas, la
elaboración de aleaciones como el bronce, la fabricación de tejidos rojos cerámica, esmaltes y
vidrio, las fermentaciones de la cerveza y del vino, la extracción de sustancias de las plantas
para usarlas como medicinas o perfumes y la transformación de las grasas en jabón.

Ni la filosofía ni la alquimia, la protociencia química, fueron capaces de explicar verazmente la


naturaleza de la materia y sus transformaciones. Sin embargo, a base de realizar experimentos
y registrar sus resultados los alquimistas establecieron los cimientos para la química moderna.
El punto de inflexión hacia la química moderna se produjo en 1661 con la obra de Robert
Boyle, The Sceptical Chymist: or Chymico-Physical Doubts & Paradoxes (El químico escéptico: o
las dudas y paradojas quimio-físicas), donde se separa claramente la química de la alquimia,
abogando por la introducción del método científico en los experimentos químicos. Se
considera que la química alcanzó el rango de ciencia de pleno derecho con las investigaciones
de Antoine Lavoisier y su esposa Marie Anne Pierrette Paulze, en las que basó su ley de
conservación de la materia, entre otros descubrimientos que asentaron los pilares
fundamentales de la química. A partir del siglo XVIII la química adquiere definitivamente las
características de una ciencia experimental moderna. Se desarrollaron métodos de medición
más precisos que permitieron un mejor conocimiento de los fenómenos y se desterraron
creencias no demostradas.

La historia de la química se entrelaza con la historia de la física, como en la teoría atómica y en


particular con la termodinámica, desde sus inicios con el propio Lavoisier, y especialmente a
través de la obra de Willard Gibbs.1

Época del descubrimiento de los elementos químicos

H He

Li Be B C N O F Ne

Na Mg Al Si P S Cl Ar

K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu
Zn Ga Ge As Se Br Kr
Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag
Cd In Sn Sb Te I Xe

Cs Ba La Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy
Ho Er Tm Yb Lu Hf Ta W Re Os Ir
Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn

Fr Ra Ac Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf
Es Fm Md No Lr Rf Db Sg Bh Hs Mt
Ds Rg Cn Nh Fl Mc Lv Ts Og

Clave de colores:

Antes del 1500 (13 elementos): Antigüedad y Edad Media.

1500-1800 (+21 elementos): casi todos en el Siglo de las Luces.

1800-1849 (+24 elementos): revolución científica y revolución industrial.

1850-1899 (+26 elementos): gracias a la espectroscopia.

1900-1949 (+13 elementos): gracias a la teoría cuántica antigua y la mecánica cuántica.

1950-2000 (+17 elementos): elementos "postnucleares" (del nº at. 98 en adelante) por


técnicas de bombardeo.

2001-presente (+4 elementos): por fusión nuclear.

Índice

1 Antecedentes

1.1 Metalurgia

1.1.1 Metalurgia del bronce

1.1.2 Metalurgia del hierro

1.2 La cerámica y el vidrio

1.3 Transformaciones orgánicas de la Antigüedad

2 Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica

2.1 Filósofos jónicos o milesios

2.2 Primeros atomistas

3 Alquimia

3.1 La piedra filosofal y el esoterismo

3.2 Elementos y metales de la alquimia

3.3 Alquimia en el mundo islámico


3.4 Problemas de la alquimia

4 Siglos XVII y XVIII: inicios de la química

4.1 Robert Boyle

4.2 Teoría del flogisto

4.3 Descubrimientos del siglo XVIII

4.4 Antoine Lavoisier

4.5 Volta y su pila

5 Siglo XIX: resurgimiento de la teoría atómica

5.1 John Dalton

5.2 Jöns Jacob Berzelius

5.3 Davy y la electrólisis

5.4 Gay-Lussac y las leyes de los gases

5.5 Amedeo Avogadro

5.6 Inicios de la síntesis orgánica y su industria

5.7 Congreso de Karlsruhe y sus antecedentes

5.8 Espectroscopía y tubos de descarga

5.9 Kekulé y la estructura orgánica

5.10 Mendeléyev y la tabla periódica

5.11 Josiah Willard Gibbs

5.12 Van't Hoff y Arrhenius

5.13 Descubrimientos de finales del siglo XIX

5.14 Marie y Pierre Curie

6 Siglo XX: se revela la estructura del átomo

6.1 Ernest Rutherford y su modelo atómico

6.2 Modelo atómico de Bohr

6.3 Isótopos, protones, neutrones y modelo de Sommerfeld

6.4 Gilbert N. Lewis

6.5 Mecánica cuántica

6.6 Química cuántica

6.7 Bioquímica y biología molecular

6.8 Finales del siglo XX


7 Véase también

7.1 Historias y cronologías

7.2 Químicos eminentes

8 Notas

9 Referencias

10 Enlaces externos

Antecedentes

El fuego fue la primera reacción química controlada por los seres humanos, aunque su
naturaleza permaneció siendo un enigma durante milenios.

La humanidad aprendió a transformar la materia en beneficio de su supervivencia y el


mejoramiento de sus condiciones de vida, en los periodos prehistóricos en pleno paleolítico y
antes del último periodo glacial la humanidad descubre la primera reacción química de
importancia que controlaron los seres humanos fue el fuego. Hay restos datados hace
alrededor de 1,600 000 años que atestiguan el dominio del fuego,2 al menos desde los
tiempos del Homo erectus. Este logro se considera una de las tecnologías más importantes de
la historia. No solo proporcionaba calor y luz para alumbrarse, servía de protección contra los
animales salvajes y después para despejar los bosques para cazar o cultivar, y además sería la
base para el control de otras reacciones químicas, como las derivadas de la cocción de los
alimentos (que facilitaron su digestión y disminuían la cantidad de microorganismos patógenos
en ellos) y más tarde de tecnologías más complejas como la cerámica, la fabricación de
ladrillos, la metalurgia, el vidrio o la destilación de perfumes, medicinas y otras sustancias
contenidas en las plantas. Aunque el fuego fuera la primera reacción química usada de manera
controlada, las culturas antiguas desconocían su etiología. Durante milenios se consideró una
fuerza misteriosa y mística capaz de transformar unas sustancias en otras produciendo luz y
calor. Al igual que se desconocían las causas del resto de transformaciones químicas, como las
relacionadas con la metalurgia, aunque se dominaran sus técnicas.

Las primeras civilizaciones, como los egipcios y los babilónicos, concentraron un conocimiento
práctico en lo que concierne a las artes relacionadas con la metalurgia, cerámica y tintes, sin
embargo, no desarrollaron teorías complejas sobre sus observaciones.3

Metalurgia

Artículo principal: Metalurgia

El primer metal empleado por los seres humanos fue el oro, que puede encontrarse en forma
nativa, por lo que no necesitaba transformaciones químicas para su uso. La plata y el cobre
también se pueden encontrar en forma nativa en pequeñas cantidades (además del estaño y el
hierro meteórico que aparecen en cantidades exiguas) permitiendo un uso limitado de objetos
metalísticos en las culturas antiguas.4 Las técnicas de esta metalurgia inicial se limitaban a
fundir los metales con la ayuda del fuego para purificarlos y dar forma a los adornos o
herramientas mediante moldes o cincelado. Pero los metales nativos son escasos, y hasta que
se aprendió a extraer los metales a partir de sus minerales no se pudo generalizar el uso de los
objetos metálicos, lo que sí implicó el control de reacciones químicas.

Metalurgia del bronce

Artículos principales: Fundición y Edad del Bronce.

Mapa de la difusión de la metalúrgica del Bronce Antiguo. Cuanto más oscuro el marrón más
antigua es la producción de bronce en la región.

Algunos metales pueden obtenerse de sus menas simplemente calentando los minerales en
una pira, principalmente el estaño y el plomo, y a mayores temperaturas, en un horno, el
cobre; en un proceso de reducción conocido como fundición. Las primeras pruebas de
extracción metalúrgica proceden del yacimiento de Çatalhöyük en Anatolia (Turquía),
alrededor del año 6400 a. C.,5 y los yacimientos arqueológicos de Majdanpek, Yarmovac y
Plocnik, los tres en Serbia, datados en los milenios V y VI a. C. También son notables las
fundiciones de cobre encontradas en el yacimiento de Belovode,6 con objetos como un hacha
de cobre del 5500 a. C. perteneciente a la cultura de Vinča.7 Se han encontrado más vestigios
de los primeros usos de los metales, datados en el III milenio a. C., en otros lugares como
Palmela (Portugal), Los Millares (España) y Stonehenge (Reino Unido).

La capacidad de fabricar objetos de metal y la extensión de su uso revolucionó las sociedades


antiguas.

Al principio los metales se usaban por separado o mezclados tal como se encontraban. Al
mezclarse el cobre con estaño o arsénico intencionadamente se consiguieron metales de
mejores cualidades, las aleaciones denominadas bronces. Con este avance tecnológico surgió
la Edad del Bronce. La tecnología relacionada con el bronce fue desarrollada en el Oriente
Próximo a finales del IV milenio a. C.,8 fechándose en Asia Menor antes del 3000 a. C.; en la
antigua Grecia se comenzó a utilizar a mediados del III milenio a. C.; en Asia Central el bronce
se conocía alrededor del 2000 a. C. (en Afganistán, Turkmenistán e Irán), y poco después
llegaría a China, desarrollándose durante la dinastía Shang. La Edad del Bronce no solo fue el
periodo de mayor desarrollo de la metalurgia (en términos de expansión y diversidad) sino que
influyó en muchos otros campos al extender el uso de objetos metálicos. La disponibilidad de
herramientas y armas fabricadas con un metal más duro y resistente permitió el desarrollo de
la agricultura y los grandes ejércitos, y se fomentaron las rutas comerciales para el intercambio
tanto de los minerales escasos como de productos terminados. A partir de la Edad del Bronce
los pueblos que consiguieron armas de aleaciones y metales más duros se impusieron a sus
vecinos.

Metalurgia del hierro

Artículo principal: Edad del Hierro e Historia de la siderurgia


La extracción del hierro de sus menas es mucho más difícil que la del cobre y el estaño, ya que
requiere un proceso de fundición más complejo, que necesita carbón (una fuente de CO) como
agente reductor y mayores temperaturas, pero a cambio se consigue un metal más duro y
tenaz que el bronce, y mucho más abundante. A diferencia de la producción del bronce que se
extendió por el Viejo Mundo a partir de un foco ubicado en el Oriente Próximo las técnicas de
fundición del hierro podrían haberse desarrollado multipolarmente en distintas partes del
mundo. Existen restos arqueológicos con herramientas fabricadas con hierro sin níquel
(prueba de que no es de origen meteórico)910 en Anatolia alrededor del 1800 a. C.,1112 pero
también se han encontrado herramientas del periodo comprendido entre el 1800 a. C. y 1200
a. C. en el valle del Ganges en la India,13 y en yacimientos en África datados alrededor de 1200
a. C.141516 Las tecnologías siderúrgicas se extendieron desde el Mediterráneo hacia el norte a
partir del 1200 a. C., llegando al norte de Europa alrededor del 600 a. C., más o menos en las
mismas fechas en las que llegaron a China.17

La mayoría de los métodos de extracción y purificación de metales usados en la Antigüedad se


describen en la obra de Plinio el Viejo, Naturalis Historia. Además de describir las técnicas
intenta explicar los métodos y hace observaciones muy precisas sobre muchos minerales.

Además de sus usos cotidianos, los objetos de cerámica y vidrio formaron parte del material de
laboratorio desde la antigüedad. Alambique de destilación del siglo XIII.

La cerámica y el vidrio

Artículos principales: Cerámica y Vidrio.

Además de la metalurgia el uso del fuego proporcionó a los seres humanos otras dos
importantes tecnologías derivadas de transformaciones físico-químicas, la cerámica y el vidrio,
cuyo desarrollo ha acompañado a la humanidad desde la prehistoria hasta el laboratorio
moderno. Los orígenes de la cerámica datan del Neolítico cuando el ser humano descubrió que
los recipientes hechos de arcilla, cambiaban sus características mecánicas e incrementaban su
resistencia frente al agua si eran calentados en el fuego. Para controlar mejor el proceso se
desarrollaron diferentes tipos de hornos, y cada cultura desarrolló sus propias técnicas y
formas.

En Egipto se descubrió que recubriendo la superficie con mezclas de determinados minerales


(sobre todo mezclas basadas en el feldespato y la galena) la cerámica se cubría con una capa
muy dura, menos porosa y brillante, el esmalte, cuyo color se podía cambiar añadiendo
pequeñas cantidades de otros minerales o variando las condiciones de aireación del horno.
Estas tecnologías se difundieron rápidamente. En China se perfeccionaron las tecnologías de
fabricación de las cerámicas hasta dar con la porcelana en el siglo VII. Durante siglos China
mantuvo el monopolio en la fabricación de la porcelana, y en Europa se desconocía como
fabricarla hasta el siglo XVIII gracias a Johann Friedrich Böttger.
Relacionado con el desarrollo de la cerámica, aparece el desarrollo del vidrio a partir del
cuarzo y carbonato de sodio o carbonato de potasio. Su desarrollo igualmente empezó en el
Antiguo Egipto y fue perfeccionado por los romanos. Su producción masiva a finales del siglo
XVIII instó al gobierno francés a premiar mediante concurso un nuevo método para la
obtención del carbonato sódico ya que la fuente habitual (las cenizas de madera) no
proporcionaba cantidades suficientes como para cubrir la creciente demanda. El ganador fue
Nicolas Leblanc aunque su proceso cayó en desuso en favor del proceso de Solvay,
desarrollado medio siglo más tarde, que impulsó enormemente el desarrollo de la industria
química.

Transformaciones orgánicas de la Antigüedad

Las sociedades antiguas usaban un reducido número de transformaciones químicas naturales


como las fermentaciones del vino, la cerveza o la leche. También conocían la transformación
del alcohol en vinagre, que usaban como conservante y condimento. Las pieles se curtían y
blanqueaban sumergiéndolas en orina añeja (cuya urea se transforma en amoniaco cuando se
almacena largo tiempo) o soluciones de palomina (que contiene ácido úrico); y también se
usaba su capacidad blanqueante con las manchas persistentes de los tejidos.18 Además tenían
conocimiento del proceso de saponificación; los primeros registros de fabricación de jabones
datan de Babilonia alrededor del 2800 a. C.19

Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica

Esquema con los cuatro elementos griegos clásicos:

Alchemy fire symbol.svg fuego • Alchemy earth symbol.svg tierra • Alchemy air symbol.svg aire
• Alchemy water symbol.svg agua

en relación con sus propiedades y los demás elementos.

Los filósofos intentaron racionalizar por qué las diferentes sustancias tenían diferentes
propiedades (color, dureza, olor...), estaban en diferentes estados (fluidos o sólidos) y
reaccionaban de diferente manera ante los cambios del medio, por ejemplo frente al agua, el
fuego o al ponerse en contacto con otras sustancias. Estas observaciones les impulsaron a
postular las primeras teorías sobre la química y la naturaleza de la materia. Estas teorías
filosóficas relativas a la química pueden encontrarse en todas las civilizaciones antiguas. Un
aspecto común de todas ellas era el intento de encontrar un número reducido de elementos
primarios que se combinarían entre sí para formar todas las demás sustancias de la naturaleza.
Solían tratarse de sustancias conocidas como el agua, la tierra, la madera o el aire/viento, y
formas de energía como el fuego o la luz, además de conceptos abstractos como el éter o el
cielo. Varias civilizaciones diferentes coincidieron en muchos de estos conceptos, incluso entre
culturas sin contacto, por ejemplo los filósofos griegos, indios, chinos y mayas consideraban
que el agua, la tierra y el fuego eran elementos primarios, aunque cada una de estas culturas
incluía uno o dos elementos diferentes más en su propio listado.
En la Grecia Clásica alrededor del 450 a. C. Empédocles afirmó que toda la materia estaba
formada por cuatro sustancias elementales: tierra, fuego, aire y agua. En sintonía con esta
creencia la escuela hipocrática sostenía que el cuerpo humano estaba formado por cuatro
humores. Posteriormente Aristóteles añadió a los cuatro elementos clásicos el éter, la
quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el aire y el agua eran sustancias terrenales y
corruptibles, y que como no se percibían cambios en las regiones celestiales, las estrellas y
planetas no debían estar formados por ellos sino por una sustancia celestial e inmutable.20 En
sus obras Física y Metafísica Aristóteles desarrolla sus conceptos duales de «sustancia y
accidente», «esencia y forma», «acto y potencia» para explicar los cambios de la naturaleza,
incluidas las transformaciones de la materia. Sus ideas sobre la composición y
transformaciones de la materia, y el resto del funcionamiento de la naturaleza, se convirtieron
el las predominantes tanto en Occidente como en Oriente Medio, influyendo en sus culturas
durante dos milenios.

Filósofos jónicos o milesios

Los filósofos jónicos o milesios surgen con una visión naturalista que consideran la base del
mundo perceptual se encuentra un principio material donde las explicaciones debían hacer
referencia a aspectos constantes de la naturaleza y de sus procesos de transformación. Por
este motivo se piensa que la pregunta de los primeros filósofos puede haberse referido al
orden de surgimiento de los elementos naturales, más que al elemento último a partir de lo
cual todo está constituido.

Tales de Mileto (624-547 a.C.), tenido por padre de la filosofía griega, intenta buscar la
explicación causal de los fenómenos naturales, consideró el agua como el elemento primordial
de donde se generan las entidades individuales idea que aparece en el libro bíblico de Génesis.
La sustancia material persiste, pero cambian sus cualidades: lo húmedo, lo seco, lo frío y lo
caliente. Dado que la sustancia fundamental en sí misma no cambia, solo hay transformación y
no cambio en un sentido absoluto.21

Anaximandro de Mileto desarrolló la idea del '[Ápeiron]'(lo ilimitado) es aquello a partir de lo


cual todo se origina carece de las características de cualquiera de las cosas individuales que de
allí surgen pero es al mismo tiempo el fundamento común para todos. El ápeiron se
encuentran entremezclados lo caliente, lo frío y lo seco, y al separarse, dan lugar al fuego, aire,
agua y tierra los cuales, a su vez, generan la naturaleza. Desarrollo el primer modelo
astronómico mecánico que basa su explicación en anillos de fuego del sol, luna y las estrellas,
además planteo una teoría sobre el origen de la vida la generación espontánea basado en el
surgimiento de lo húmedo por la acción del Sol21

Anaxímenes de Mileto consideró al aire como elemento fundamental como principio vivo,
dinámico e infinito de los cuerpos simples
Pitágoras de Samos, a partir de la observación de la relación existente entre la altura de los
sonidos y las longitudes de las cuerdas de la lira, dedujo la proporcionalidad numérica que rige
la armonía tonal. La idea de armonía musical, aplicado a la salud es el restablecimiento de la
armonía, En medicina, lo caliente y lo frío, lo húmedo y lo seco serían considerados opuestos
armónicos. Las propiedades de los números, especialmente al combinarlos, resultaron tan
sorprendentes que los pitagóricos buscaron constantemente analogías entre los números y las
cosas, y llegaron a fundar una especie de mística numérica. Además algunos afirmaron la
existencia de 10 principios u posiciones fundamentales, entre lo perfecto e imperfecto. La
Pitagóricos cosmología pitagórica es la primera conocida que desplaza a la Tierra del centro y
la concibe como girando en torno a un núcleo ardiente. Tratando de solucionar uno de los tres
problemas de la matemática antigua. Pitágoras encontró la demostración del teorema del
cuadrado de la hipotenusa.21

El pensamiento de Heraclito de Éfeso muestra una evolución con relación al de los filósofos
jónicos, sostenía que el fuego era el elemento primordial que simboliza la constante evolución,
incorpora la noción de devenir o flujo (teoría del fluir universal), al que consideró una realidad
básica subyacente a todas las cosas, utilizando el término logos en una dimensión metafísica
entendiéndose como proporciones inmutables que regulan todas las tensiones entre los
elementos que generan el cambio.

La idea de que todo cambio está regulado por proporciones subyacentes es de origen
pitagórico, según Heraclito, el logos implica proporciones inmutables, de carácter matemático,
que regulan todas las tensiones entre los elementos que generan el cambio21

Las concepciones más conocidas de Empédocles de Agrigento fue su "teoría de los cuatro
elementos" (agua, aire, tierra y fuego). A diferencia de la escuela de milesia, no tratara de
reducir a un elemento originario único, si no que afirma la eternidad de los cuatro elementos
fundamentales. Combinando el monismo estructural y el pluralismo estructural. Por influencia
de Pitágoras, la combinación de elementos para dar lugar a las entidades materiales sigue una
determinada proporción, considerada como su esencia. Por influencia de Heráclito, postula
una teoría del cambio basada en contrarios. Los elementos (agua, aire, tierra y fuego) se
modifican por la acción de las cualidades (calor, frío, húmedo y seco).21

Anaxágoras de Clazomene profundizo las ideas de Empédocles planteando la "Teoría del todo
en todo". De acuerdo con esta teoría en vez de los cuatro elementos fundamentales y eternos
existen infinitos elementos originarios, o semillas que se diferencian unos de otros
cualitativamente, esta teoría supone la divisibilidad infinita de la materia. Para evitar la
confusión entre "cualidad" y "elemento" paso del modelo de la mezcla basado en las
proporciones (Empédocles) al de yuxtaposición (de partes idénticas) bajo proporciones. Para
explicar describe el Nous o inteligencia como algo infinito, autónomo y autorregulado y
separado de las semillas o elementos originarios.21
Platón (427-347 a.C.) y después Aristóteles (384-322 a. C.) afirmaron la teoría de los elementos
peripatéticos desarrollada por un conocimiento intuitivo y no por experimentación: la materia
no presenta ningún atributo, pero si se le podía infundir las cualidades o propiedades de calor,
frío, sequedad y humedad. Asumiendo que los elementos en realidad eran propiedades por las
cuales los objetos eran reconocidos y diferenciados. Por lo que adoptó el doble dualismo es
decir por la combinación de dos de estas cuatro propiedades se podrían obtener distintos tipos
de objetos:21

Agua = frío + húmedo

Aire = húmedo + caliente

Tierra = frío + seco

Fuego = seco + caliente

Demócrito fue el filósofo atomista griego más renombrado.

Primeros atomistas

Las teorías iniciales sobre el atomismo se remontan a la Antigua Grecia y la Antigua India.22 El
atomismo griego se inició con los filósofos Leucipo de Mileto y su discípulo Demócrito
alrededor del 380 a. C., que propusieron que la materia estaba compuesta por diminutas
partículas indivisibles e indestructibles, denominadas por ello átomos (del griego ἄτομος «sin
partes», «que no se dividen»). Afirmaciones similares fueron realizadas por el filósofo indio
Kanada en sus textos de la escuela Vaisesika en un periodo cercano.22 También los jainistas de
la época tenían creencias atomistas.22

Alrededor del 300 a. C. Epicuro postuló un universo formado por átomos indestructibles en el
cual el ser humano debía alcanzar el equilibrio. El filósofo Lucrecio trató de explicar la filosofía
epicúrea al público romano en su obra del 50 a. C.,23 De rerum natura (Sobre la naturaleza de
las cosas).24 En esta obra Lucrecio presenta los principios del atomismo, las teorías sobre la
naturaleza de la mente y el alma, y explicaciones para los sentidos y el pensamiento, el
desarrollo del mundo y los fenómenos naturales.

Al contrario del concepto moderno de atomicismo, esta teoría primitiva estaba enfocada más
en la naturaleza filosófica de la naturaleza, con un interés menor por las observaciones
empíricas y sin interés por los experimentos químicos.25

Tanto los atomistas griegos y romanos como los de la India carecían de datos empíricos que
respaldaran sus creencias. Sin estas pruebas, a sus adversarios les resultó fácil negar sus tesis.
En Occidente el atomismo nunca consiguió formar parte de la opinión mayoritaria de la época.
Aristóteles se opuso a la existencia de los átomos en el 330 a. C. y su autoridad en el
pensamiento occidental hizo que las ideas atomistas quedaran postergadas durante siglos,
hasta bien entrada la Edad Moderna.
Alquimia

Artículo principal: Alquimia

El alquimista descubriendo el fósforo (1771) de Joseph Wright.

Emblema alquímico con los cuatro elementos clásicos además de los tria prima de Paracelso y
los astros conocidos.

La alquimia (del árabe ‫[ الخيمياء‬al-khīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica y una


disciplina filosófica que combinaba elementos de la química, la metalurgia, la física y la
medicina con la astrología, la semiología, el misticismo y el espiritualismo. La alquimia fue
practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la Antigua Grecia, el imperio romano,
los califatos islámicos medievales y en la India, China y Europa hasta el siglo XVIII, por una
compleja diversidad de escuelas y sistemas filosóficos que abarcaron al menos 2500 años.

La piedra filosofal y el esoterismo

La alquimia se define como la búsqueda hermética de la piedra filosofal (una sustancia


legendaria capaz de transmutar los metales en oro o de otorgar la inmortalidad y la
omnisciencia), cuyo estudio estaba impregnado de misticismo simbólico y era muy diferente
de la ciencia moderna. Los alquimistas trabajaban para hacer transformaciones a nivel
esotérico (espiritual) y exotérico (práctico).26 Estos aspectos exotéricos protocientíficos de la
alquimia fueron los que contribuyeron a la evolución de la química en el Egipto greco-romano,
la Edad de Oro del islam y después en Europa. La alquimia y la química comparten su interés
por la composición y las propiedades de la materia, y con anterioridad al siglo XVIII no había
distinción entre ambas disciplinas.27

En el mundo helénico, la alquimia en principio proliferó en combinación con la magia y el


ocultismo como una forma de estudio de las sustancias naturales para transmutarlas en oro y
descubrir el elixir de la eterna juventud.28 La alquimia fue descubierta y practicada
ampliamente en el mundo árabe después de la conquista de los musulmanes, y desde ahí, fue
difuminándose hacia todo el mundo medieval y la Europa Renacentista a través de las
traducciones latinas.29

Una de las principales aportaciones de la alquímica fue el desarrollo del instrumental de


laboratorio. Imagen de la obra De distillatione (1608).

La alquimia aportó a la química la invención y desarrollo de gran parte del instrumental de


laboratorio. Los primeros alquimistas occidentales, que vivieron en los primeros siglos de
nuestra era, ya inventaron algunos equipamientos y procesos usados posteriormente por la
química. El baño maría, o baño de agua para calentar controladamente, lleva el nombre de
María la Judía considerada una de las fundadoras de la alquimia. En sus obras también
aparecen las primeras descripciones del tribikos (un tipo de alambique de tres brazos) y del
kerotakis (un dispositivo para recoger vapores).30 Cleopatra la Alquimista describió los
métodos de fundición y destilación de la época, algunos le atribuyen la invención del primer
alambique.31 Cuando la disciplina se desarrolló en el mundo islámico, la infraestructura
experimental que estableció Jabir ibn Hayyan influiría en los procedimientos de los demás
alquimistas islámicos, y posteriormente en Europa cuando se tradujeron al latín sus textos.

En su búsqueda de la piedra filosofal los alquimistas descubrieron y aprendieron a purificar


muchas sustancias químicas como el alcohol, el amoníaco, la sosa cáustica, el vitriolo, el ácido
muriático (clorhídrico), el ácido nítrico, el ácido cítrico, el ácido acético, el ácido fórmico, el
arsénico, el antimonio, el bismuto y el fósforo, entre otras.

Elementos y metales de la alquimia

El sistema de elementos que usó la alquimia medieval fue desarrollado principalmente por el
alquimista persa Jābir ibn Hayyān y se enraizaba en la tradición de los elementos griegos de la
antigüedad clásica.32 Su sistema constaba de los cuatro elementos de Empédocles y
Aristóteles: aire, tierra, fuego y agua a los que se añadían dos elementos filosóficos: el azufre,
caracterizado por el principio de combustibilidad, «la piedra que arde»; y el mercurio que
representaba las propiedades metálicas. Estos últimos eran considerados por los primeros
alquimistas como expresiones idealizadas de los componentes irreductibles del universo,33 y
fueron la principal contribución de la alquimia filosófica.

En la Edad Media en Occidente existía tradicionalmente una relación entre la alquimia y la


astrología de estilo greco-babilónico. En esa época se conocían siete metales (que salvo el
mercurio no se consideraban elementos) y también se conocían siete astros en torno a la
Tierra (puesto que imperaba el geocentrismo), por lo que se relacionaba cada metal y sus
propiedades con un astro.aLa identificación entre ambos llegaba hasta el punto de que el
símbolo del planeta también se usaba para representar al metal. Las asociaciones eran las
siguientes:

Sol Sun symbol.svg — oro;

Luna Crescent.svg — plata;

Mercurio Mercury symbol.svg — mercurio;

Venus Venus symbol.svg — cobre;

Marte Mars symbol.svg — hierro;


Júpiter Jupiter symbol.svg — estaño;

Saturno Saturn symbol.svg — plomo.b

En los últimos siglos de la edad media, en torno a 1250, Alberto Magno consiguió aislar el
arsénico, aunque sus compuestos eran ya conocidos desde la antigüedad. Posteriormente el
alquimista suizo Paracelso influido por la alquimia musulmana amplió también a siete los
elementos en su lista alternativa, añadiendo a los cuatro tradicionales tres elementos
alquímicos adicionales, denominados tría prima, tres principios metálicos para representar las
propiedades de la materia: el azufre para la combustibilidad, el mercurio para la volatilidad y la
estabilidad, y la sal para la solidez. Razonaba que los cuatro elementos de la teoría elemental
aristotélica se manifestaban en los cuerpos como tres principios. Paracelso los consideraba
principios fundamentales y los explicaba recurriendo al ejemplo de la madera ardiendo en el
fuego. El mercurio que era el principio de la cohesión debía irse para que la madera se
descompusiera, y como era volátil se desvanecía con el humo. El calor que se desprendía con
las llamas provenía del azufre (la combustibilidad) y las cenizas que quedaban era la sal que
implicaba la solidez.34

Jābir ibn Hayyān (Geber), alquimista persa que puso los cimientos de la química con sus
experimentos.

Alquimia en el mundo islámico

En el mundo islámico se continuó la tradición clásica al traducirse al árabe las obras de los
antiguos griegos y egipcios y fueron la cultura más próspera en todos los ámbitos científicos de
la época.35 El desarrollo del método científico moderno fue lento y progresivo, y el principio
del método científico en química comenzó entre los alquimistas musulmanes medievales,
iniciado por el persa del siglo IX, Jābir ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que se
considera uno de los padres de la química.36373839 Él introdujo un enfoque sistemático y
experimental a la investigación científica en el laboratorio, a diferencia de los antiguos griegos
y egipcios cuyas obras se basaban en elucubraciones principalmente alegóricas y a veces
ininteligibles.40c También inventó el alambique tal como lo conocemos y de él procede su
nombre actual (al-anbiq), descubrió y analizó muchas sustancias químicas, estableció la
distinción entre ácidos y álcalis, y fabricó cientos de medicinas.41 Además redefinió la teoría
de los elementos clásicos, identificando también como elementos al mercurio y al azufre.42

Otros renombrados eruditos musulmanes de la época como Abū al-Rayhān al-Bīrūnī,43


Avicena44 y al-Kindi criticaron y rechazaron las teorías de la alquimia, particularmente la
transmutación de los metales; y al-Tusi enunció una versión de la conservación de la masa, al
afirmar que un cuerpo material podía cambiar pero no desaparecer.45 Al-Razi fue el primero
en rechazar a la teoría aristotélica de los cuatro elementos clásicos y marcó el camino de la
química usando el laboratorio en el sentido moderno, además de diseñar y describir más de
veinte instrumentos, algunos de los cuales siguen usándose actualmente como el crisol o la
retorta de destilación.
La alquimia del mundo islámico influyó posteriormente en Europa al ser traducidos al latín sus
textos, sobre todo a partir del siglo XII, junto a los clásicos grecolatinos que habían
desaparecido de Occidente. Por ejemplo Paracelso (1493-1541), reformó la teoría de los
cuatro elementos siguiendo sus enseñanzas, y con solo un vago conocimiento de la química y
la medicina oriental fundó un híbrido entre alquimia y ciencia al que denominó iatroquímica.

El laboratorio del alquimista, de Giovanni Stradano (1570).

Problemas de la alquimia

Desde el punto de vista moderno, la alquimia presentaba varios problemas. En primer lugar su
objetivo no era la ampliación del conocimiento de un modo racionalista como actualmente
entendemos una ciencia, sino que su fin era encontrar materias míticas como la piedra
filosofal, y los descubrimientos experimentales se producían de forma colateral. Además
carecía de un sistema para nombrar los nuevos compuestos que se descubrían, y su lenguaje
era esotérico y vago hasta el punto que sus términos significaban cosas diferentes para
distintas personas. De hecho según The Fontana History of Chemistry (Brock, 1992):

Archivo:The Alchemist's Experiment Takes Fire 1687 CHF fa 2000.001.276.JPG

El experimento del alquimista se incendia de Hendrick Heerschop (1626-1627).

El lenguaje de la alquimia pronto desarrolló un vocabulario técnico arcano y reservado


diseñado para ocultar información a los no iniciados. En gran medida este lenguaje es
incomprensible para nosotros hoy, aunque aparentemente los lectores del cuento del criado
del canónigo de Geoffrey Chaucer y la audiencia de El alquimista de Ben Jonson eran capaces
de interpretar lo suficiente como para reírse de ello.46

El cuento «El criado del canónigo» de los Cuentos de Canterbury (de finales del siglo XIV)
expone el lado más fraudulento de la alquimia, la pretensión de fabricar oro a partir de
materias más baratas. También Dante Alighieri, un siglo antes, muestra su rechazo a este
fraude al meter a todos los alquimistas en el infierno de su Divina Comedia.

La alquimia tampoco disponía de un método científico lógico y consensuado para hacer los
experimentos reproducibles. De hecho muchos alquimistas incluían entre las anotaciones de
sus métodos información irrelevante como los niveles de la marea o las fases de la Luna. La
naturaleza esotérica y el vocabulario codificado de la alquimia al parecer servían sobre todo
para ocultar que en realidad no tenían demasiadas certezas. Ya en el siglo XIV se evidenciaban
las grietas en la fachada de la alquimia, y mucha gente se mostraba escéptica. Para haber
avanzado habría necesitado un método normalizado que permitiera a otros reproducir los
experimentos, y haberlos registrado de un modo claro que permitiera exponer lo que se sabía
y lo que se desconocía.
En 1317, el papa Juan XXII de Aviñón ordenó la expulsión de todos los alquimistas de Francia
por falsificar moneda. En 1403 se aprobó una ley en Inglaterra donde se penaba con la muerte
la «multiplicación de metales». A pesar de todo la alquimia no desapareció, ya que parte de las
clases privilegiadas y la realeza seguía creyendo que se podía descubrir la piedra filosofal y el
elixir de la vida en su provecho.47 Durante el Renacimiento la alquimia exotérica siguió siendo
popular en la forma de la iatroquímica de Paracelso, mientras que la alquimia espiritual
también florecía fiel a sus raíces platónicas, herméticas y gnósticas. Así que la búsqueda de la
piedra filosofal no fue abandonada a pesar de los escasos avances de la alquimia, y siguió
siendo practicada por eruditos y médicos respetados hasta principios del siglo XVIII. Algunos
practicantes de la alquimia de inicios de la era moderna actualmente son reconocidos por sus
grandes contribuciones a la ciencia como Jan Baptist van Helmont, Robert Boyle e Isaac
Newton.

Siglos XVII y XVIII: inicios de la química

Georgius Agricola, autor de De re metallica.

Laboratorio, De re metallica (1556).

Los intentos prácticos de mejorar el refinado de las menas minerales y la extracción de los
metales a partir de ellas fue una importante fuente de información para los químicos del siglo
XVI. Entre ellos destaca Georgius Agricola (1494-1555), que publicó la gran obra De re
metallica (Sobre los metales) en 1556. En su obra se describen los procesos de la época en
minería, extracción de los metales y metalurgia, ya muy complejos y desarrollados. Por
ejemplo la obra describe la diversidad de tipos de altos hornos usados para la fundición de las
menas minerales. Aborda el tema eliminando el misticismo que tenía asociado anteriormente,
creando una base práctica que otros pudieran desarrollar, y estimuló el interés por los
minerales y su composición. No es casual que mencione y use como referencia en numerosas
ocasiones al autor de la antigüedad Plinio el Viejo y su obra Naturalis Historia. Se ha calificado
a Agricola como el padre de la metalurgia.48

En 1605, Francis Bacon publicó The Proficience and Advancement of Learning (La capacidad y
progreso del aprendizaje), una obra científico-filosófica que contiene una descripción de cómo
debería ser la práctica experimental que posteriormente se conocería como el método
científico.49 En 1605 Michal Sedziwój publicó el tratado alquímico Novum Lumen Chymicum
(La nueva luz de la química), que propone por primera vez la existencia en el aire de un
«alimento para la vida», que posteriormente se reconocerá como el oxígeno (al principio aire
desflogistizado). En 1615 Jean Beguin publicó Tyrocinium Chymicum (La práctica de la
química), el primer libro de texto de química, donde aparece la primera ecuación química.50
En 1637 René Descartes publicó Discours de la méthode (El discurso del método), un ensayo
que basa la investigación científica en los cálculos matemáticos y la desconfianza en los hechos
no probados.
La obra del químico neerlandés Jan Baptist van Helmont, Ortus medicinae (El origen de la
medicina) publicada póstumamente en 1648, se considera la principal obra de transición entre
la alquimia y la química, e influyó notablemente en Robert Boyle. El libro contiene el resultado
de numerosos experimentos y enuncia una versión inicial de la ley de conservación de la masa.
Baptist van Helmont, que trabajó en el periodo inmediatamente posterior a Paracelso y su
iatroquímica, indicó que existían otras materias «insustanciales» además del aire, y acuñó para
ellas el nombre de «gas» (del griego cáos). Además de por la introducción de la palabra gas en
el vocabulario científico y ser el fundador de la química neumática, experimentando con
reacciones entre gases, Jan Baptist van Helmont también es recordado actualmente por sus
ideas sobre la generación espontánea.

En 1669 el alquimista alemán Hennig Brandt descubrió el fósforo a partir de la orina.51 Para
lograrlo destiló una mezcla de orina y arena (50 cubos). Al evaporar la urea obtuvo un material
blanco que brillaba en la oscuridad y ardía con una llama brillante.

Robert Boyle

Robert Boyle, uno de los cofundadores de la química moderna por mejorar los métodos
experimentales que separarían la química de la alquimia.

Portada de El químico escéptico, 1661, Chemical Heritage Foundation.

Se considera que el químico inglés Robert Boyle (1627-1691) apartó definitivamente a la


química de la alquimia al mejorar su método experimental.52 Aunque su investigación tiene
sus raíces claramente en la tradición alquímica, actualmente se reconoce a Boyle como el
primer químico moderno, y por ello uno de los fundadores de la química moderna, y uno de
los pioneros del método científico experimental moderno. Se le conoce principalmente por la
ley de Boyle que presentó en 1662,53 aunque Boyle no fue su descubridor original. La ley
describe la relación inversamente proporcional que existe entre la presión y el volumen de un
gas, si se mantiene constante la temperatura en un sistema cerrado.5455

Se reconoce como un hito científico la publicación de la obra de Boyle The Sceptical Chymist:
or Chymico-Physical Doubts & Paradoxes (El químico escéptico: o las dudas y paradojas
quimio-físicas) en 1661, que se considera un pilar fundamental del campo de la química. En la
obra Boyle presenta su hipótesis de que todos los fenómenos son el resultado de la colisión de
las partículas en movimiento. Boyle apela a los químicos para que experimenten y afirma que
los experimentos contradicen que los elementos químicos se limiten a los cuatro elementos
clásicos. También declaró que la química debería dejar de estar subordinada a la medicina o la
alquimia, y debería alzarse al estatus de ciencia por sí misma. Destaca su defensa de la
experimentación científica rigurosa. Boyle creía que todas las teorías deberían probarse
experimentalmente antes de ser consideradas ciertas. Su obra además contiene algunas de las
primeras ideas modernas sobre átomos, moléculas y reacciones químicas, por lo que marcó el
inicio de la historia de la química moderna.
Boyle también trató de purificar las sustancias químicas para obtener reacciones
reproducibles. Fue un defensor de la filosofía mecánica propuesta por René Descartes para
explicar y cuantificar las propiedades e interacciones de las sustancias químicas. Boyle era un
atomista, pero prefería la palabra corpúsculo a átomo. Puntualizó que la división más pequeña
de la materia a la que se mantenían las propiedades era a nivel de los corpúsculos. Además
realizó numerosas investigaciones con una bomba de aire. Observó que al sacar el aire las
llamas se extinguían y se morían los animales situados dentro, y también hacía descender los
niveles del barómetro. Boyle repitió los tres experimentos de van Helmont, y fue el primero en
usar indicadores que cambiaran de color con la acidez. Por todo ello Boyle ayudó a asentar los
pilares de la revolución química con su filosofía corpuscular mecánica.56

Teoría del flogisto

Joseph Priestley, codescubridor del oxígeno, al que denominó «aire desflogistizado»

A finales del siglo XVII y principios de XVIII se propuso la teoría del flogisto para intentar
explicar los procesos de combustión y óxido-reducción mediante la pérdida o transferencia,
respectivamente, de un supuesto fluido denominado flogisto.57 La teoría fue propuesta
inicialmente por Johann Becher y desarrollada por Georg Stahl, ambos químicos alemanes.
Becher postuló otra reforma de la teoría de los cuatro elementos en la que solo la tierra y el
agua serían componentes de las materias, en distintas proporciones, y el fuego y el aire serían
meramente agentes de las transformaciones. A su vez existirían tres tipos distintos de tierras,
cada una de ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo, la fluidez o volatilidad, y el
carácter inflamable. Para esta última Georg Stahl acuño el término flogisto en 1702. Toda
sustancia susceptible de sufrir combustión contendría cierta cantidad de flogisto, y el proceso
de combustión consistiría básicamente en la pérdida de dicha sustancia.

Se conocía desde la antigüedad que algunas sales metálicas podían ser transformadas de
nuevo en los metales de partida. Stahl explicó este proceso suponiendo que los metales
estaban formados por una cal y un principio inflamable carente de masa, el flogisto, por lo que
la calcinación, es decir, la formación de la cal, se podía explicar, al igual que la combustión,
como un desprendimiento de flogisto, el cual se liberaba del metal y dejaba la cal al
descubierto en las cenizas. El proceso inverso, la reducción de la cal al metal, podía ser
igualmente explicada como una adición de flogisto. Si una sustancia rica en flogisto, como el
carbón, era puesta en contacto con una cal metálica, podía transferirle su flogisto y dar lugar a
la formación del metal.

Joseph Priestley usó la teoría del flogisto en sus experimentos de química pneumática para
explicar las transformaciones de los gases. Priestley denominó al residuo de aire que quedaba
tras un proceso de combustión «aire flogistizado» (en realidad, una mezcla de nitrógeno y
dióxido de carbono), pues pensaba que durante la combustión dicho aire había absorbido todo
el flogisto que tenía capacidad de albergar, y por eso cesaba la combustión. Siguiendo esta
línea de razonamiento, cuando Priestley calentó la cal roja de mercurio y recogió un tipo de
aire que podía mantener más tiempo la combustión lo denominó «aire desflogistizado».
Posteriormente Lavoisier lo llamaría oxígeno.

La teoría del flogisto fue popular durante el siglo XVIII hasta que Antoine Lavoisier la refutó en
su obra Réflexions sur le phlogistique, pour servir de suite à la théorie de la combustion et de
la calcination (Reflexiones sobre el flogisto, para formar parte de la teoría de la combustión y la
calcinación) publicada en 1777. Según Stahl cualquier sólido liberaba flogisto bajo la acción del
fuego, luego tras la combustión perdería masa o la mantendría (según el flogisto tuviera masa
o no). Sin embargo, Lavoisier hizo experimentos calcinando metales y después de la
calcinación en algunos el peso del residuo (los óxidos) era mayor que el cuerpo inicial. En estos
casos el flogisto tendría un peso negativo, lo que resultaba absurdo, y demostraba la
inconsistencia de la teoría del flogisto.

Descubrimientos del siglo XVIII

Tabla de afinidades, de E. F. Geoffroy (1718). En la cabecera de cada columna una sustancia


seguida de todas con las que se puede combinar.58

En el siglo XVIII se multiplicaron los descubrimientos de nuevos elementos, gracias al cambio


en los métodos de investigación. Un hecho sin precedentes desde la antigüedad, ya que en los
dos milenios anteriores se habían descubierto solo cinco (arsénico, antimonio, zinc,59 bismuto
y fósforo). Alrededor de 1735 el químico sueco Georg Brandt analizó un pigmento azul oscuro
encontrado en la mena del cobre descubriendo lo que posteriormente conoceríamos como
cobalto. En 1748 el español Antonio de Ulloa publicó la descripción de un nuevo metal, el
platino.60 En 1751 un discípulo de Stahl, Axel Fredrik Cronstedt, identificó en una impureza del
mineral del cobre otro nuevo metal, el níquel. A Cronstedt se le considera uno de los
fundadores de la mineralogía moderna.61 En 1766 el químico inglés Henry Cavendish aisló el
hidrógeno, al que llamó «aire inflamable». En 1773 el sueco Carl Wilhelm Scheele descubrió el
oxígeno, al que llamó «aire de fuego»,62 aunque al no publicar inmediatamente su hallazgo
dio tiempo a Joseph Priestley a publicarlo 1774, tras haber descubierto el mismo gas
independientemente al cual llamó «aire deflogistizado».63 En 1783 los hermanos españoles
Juan José y Fausto Elhuyar consiguieron aislar el wolframio a partir del mineral wolframita.64
65

En el siglo también se descubrieron destacados compuestos. En 1754 el escocés Joseph Black


aisló el dióxido de carbono, al que llamó «aire invariable».66 En 1757 el francés Louis Claude
Cadet de Gassicourt, mientras investigaba los compuestos del arsénico creó el líquido fumante
de Cadet, que posteriormente se sabría que contenía óxido de cacodilo, y por ello es
considerado el primer compuesto organometálico que se logró sintetizar.67 Y además en 1758
Joseph Black formuló el concepto de calor latente para explicar los cambio de estado.68 En
1974, Elizabeth Fullhame, escribió Ensayo sobre la combustión (1974), también republicado en
1810, en donde describió el proceso de catálisis, 40 años antes de que lo acuñara Jöns Jacob
Berzelius.6970
Antoine Lavoisier

Artículo principal: Antoine Lavoisier

El primer calorímetro usado por Antoine Lavoisier y Pierre-Simon Laplace, para determinar el
calor relativo a los cambios químicos, cálculos en los que se basó Joseph Black para descubrir
el calor latente. Estos experimentos marcaron el inicio de la termoquímica.

Aunque la investigación química se puede remontar a la antigua Babilonia, Egipto, y


especialmente a Persia y Arabia de la Edad de Oro del islam, la química floreció a partir de la
época de Antoine Lavoisier, un químico francés reconocido como el «padre de la química
moderna». En 1789 Lavoisier estableció formalmente la ley de conservación de la materia, que
en su honor también se conoce como «Ley Lomonósov-Lavoisier».71 Para demostrarla realizó
múltiples experimentos. Demostró con medidas meticulosas que las transmutaciones no eran
posibles, por ejemplo, no se transformaba el agua en tierra, sino que el sedimento que se
observa al hervir agua procedía del contenedor; o que al quemar al aire fósforo y azufre, probó
que aunque los productos pesaban más, el peso ganado procedía del aire.

Antoine Lavoisier (1743-1794).

Repitiendo los experimentos de Priestley demostró que el aire estaba compuesto de dos
partes (no era un elemento), y una de ellas se combinaba con los metales para formar las
cales. En Considérations Générales sur la Nature des Acides (1778) demostró que la parte del
aire responsable de la combustión también era la fuente de la acidez en disoluciones. Al año
siguiente nombró a esta parte oxígeno (del griego formador de ácidos), y a la otra azote (sin
vida). Por ello se considera a Lavoisier el descubridor del oxígeno junto a Preistley y Scheele.
También observó que el «aire inflamable» descubierto por Cavendish al combinarlo con
oxígeno producía una condensación, como informó Priestley, que parecía ser agua (luego
tampoco el agua era un elemento), por ello denominó a este gas hidrógeno (del griego
«formador de agua»).

Como se indicó en el apartado anterior, en Reflexions sur le Phlogistique (1783) Lavoisier


refutó la teoría del flogisto para la combustión. En Rusia Mikhail Lomonosov
independientemente llegó a conclusiones similares sobre la conservación de la materia y el
flogisto. Además Lomonosov anticipó la teoría cinética de los gases, al considerar que el calor
provenía de una forma de movimiento.

Lavoisier trabajó con Claude Louis Berthollet y otros para idear un sistema de nomenclatura
química que fue la base del sistema moderno de nombrar compuestos químicos. En su
Methods of Chemical Nomenclature (1787), Lavoisier inventó la forma de nombrar y clasificar
compuestos que se usa principalmente en la actualidad, que incluye nombres como ácido
sulfúrico, sulfatos y sulfitos. En 1785 Berthollet determinó la composición elemental del
amoniaco. Ese mismo año Berthollet fue el primero en usar el gas cloro como blanqueante
comercial, y en 1789 fue el primero en fabricar lejía al burbujear gas a través de una solución
de carbonato de sodio, consiguiendo una solución de hipoclorito sódico. También estudió y fue
el primero en producir otro fuerte oxidante y blanqueante de cloro, el clorato de potasio
(KClO3), conocido como sal de Berthollet. Berthollet también es conocido por sus
contribuciones a la teoría del equilibrio químico a través del mecanismo de reacción reversible.

La obra de Lavoisier Traité Élémentaire de Chimie (Tratado elemental de química, 1789) fue el
primer libro de texto de la química moderna, y presentaba un punto de vista unificado de las
nuevas teorías químicas, contenía una declaración clara de la ley de conservación de la masa, y
negaba la existencia del flogisto. Además presentaba una lista de elementos, o sustancias que
no podían descomponerse, que incluía al oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno, el fósforo, el
mercurio, el zinc y el azufre. Sin embargo, en su lista también se incluía la luz y el calórico, que
él creía que eran sustancias materiales. En la obra Lavoisier remarcó que la observación era la
base de su química, afirmando que:

He intentado (...) llegar a la verdad reuniendo hechos, para suprimir en lo posible el


razonamiento, que a menudo es el responsable de engañarnos, para seguir en lo posible la luz
de la observación y del experimento.

Instrumental del laboratorio de Lavoisier.

Retrato de Antoine Lavoisier y Marie-Anne Pierrette Paulze, por Jacques-Louis David.

Lavoisier demostró que los organismos vivos descomponían y recomponían el aire atmosférico
de la misma forma que lo hacía una llama. Junto a Pierre-Simon Laplace, Lavoisier usó un
calorímetro para estimar el calor por unidad de dióxido de carbono producido en una
combustión. Y descubrió unas medias similares para las llamas y los animales, lo que indicaba
que los animales producían energía por medio de un tipo de combustión. Además descubrió
que el diamante era una forma cristalina del carbón.

Sin embargo como es lógico, en su obra no todo fueron aciertos. Lavoisier no creía en el
atomismo y pensaba que la existencia real de los átomos era filosóficamente imposible.
Lavoisier creía en la teoría de los radicales y pensaba que los radicales funcionaban como un
solo grupo que se combinaría con el oxígeno en las reacciones. Creía que todos los ácidos
contenían oxígeno. A pesar de ello, la labor de Lavoisier fue fundamental para la ciencia
química. Al impulso que se produjo en la investigación basado en su ley de conservación de la
masa, su teoría sobre la combustión mediante el oxígeno, además de la teoría corpuscular
mecánica, se conoce como revolución química. Tras su obra la química adquirió una naturaleza
estrictamente cuantitativa, lo que permitiría hacer predicciones fiables. Su contribución a la
revolución química fue el resultado principalmente de su esfuerzo consciente de encajar todos
sus experimentos en el marco de una sola teoría. Estableció de forma consistente el uso del
equilibrio químico, usó el descubrimiento del oxígeno para refutar la teoría del flojisto y
desarrolló un nuevo sistema de nomenclatura química. Lamentablemente su brillantez y
autoridad científica no evitaron que Lavoisier fuera decapitado durante la Revolución francesa.
Luego de su muerte, su esposa Marie-Anne Pierrette Paulze, conocida como «madre de la
química moderna»,72 se dedicó a reunir los apuntes y resultados de su esposo, los ordenó y
editó ella misma y en 1803 los publicó bajo el título de Memorias de la química. 73

Pila voltaica en el museo Tempio Voltiano (Templo de Volta) de Como.

Volta y su pila

Artículos principales: Historia de la pila y Alessandro Volta.

El físico italiano Alessandro Volta fue uno de los pioneros en los estudios sobre la electricidad.
En 1775 Volta perfeccionó y popularizó el electróforo, un dispositivo con dos discos metálicos
separados por un conductor húmedo, pero unidos con un circuito exterior, capaz de producir
electricidad estática. En 1794 Volta revisó los estudios sobre la «electricidad animal». En 1780
Luigi Galvani había observado que al poner en contacto dos metales diferentes con el músculo
de una rana se originaba la aparición de corriente eléctrica. A Volta le interesó la idea y
comenzó a experimentar con metales únicamente, y llegó a la conclusión de que el tejido
muscular animal no era necesario para producir la corriente eléctrica. Este hallazgo suscitó una
fuerte controversia entre los partidarios de la electricidad animal y los defensores de la
electricidad metálica, pero la demostración, realizada en 1800, del funcionamiento de la
primera pila eléctrica certificó la victoria del bando favorable a las tesis de Volta.74

Su pila voltaica de 1800 consistía en un apilamiento de varios pares de discos de cobre y zinc
alternados (electrodos) separados por una capa de tela o cartón empapada en salmuera
(electrolito) para incrementar la conductividad.75 Cuando se conectaba la parte superior y la
inferior con un cable separados, y perdía poca carga con el tiempo cuando no se la utiliza, con
lo que Volta consiguió la primera batería eléctrica para producir electricidad. Por ello se
considera a Volta el fundador de la electroquímica.76 A partir de entonces se usarán las pilas
voltaicas (o galvánicas) en el estudio las reacciones redox y sus productos. Además Alessandro
Volta entre 1776 y 1778 se dedicó al estudio de la química de los gases y fue el descubridor del
metano.

Siglo XIX: resurgimiento de la teoría atómica

Artículos principales: Teoría atómica y Leyes estequiométricas.

Tras haber estado aparcado el atomismo desde la antigüedad y únicamente esbozado en los
modelos mecánicos corpusculares, la teoría atómica es retomada por John Dalton, quien
postuló que los átomos eran partículas indivisibles que permanecen inalteradas en los
compuestos, a partir de lo cual se pudieron establecer las leyes estequiométricas, base de la
actual estequiometría.
A lo largo del siglo XIX la química estuvo dividida entre los seguidores y detractores de la teoría
atómica de Dalton, como Wilhelm Ostwald y Ernst Mach. Los impulsores más decididos de la
teoría atómica inicial fueron Amedeo Avogadro, Ludwig Boltzmann, entre otros, que
consiguieron grandes avances en la comprensión del comportamiento de los gases. La disputa
sobre la existencia de los átomos se zanjaría definitivamente con la explicación del efecto
browniano por Albert Einstein en 1905 y los respectivos experimentos de Jean Perrin. Muchos
fueron los investigadores que trabajaron bajo la hipótesis atómica. Svante Arrhenius intuyó en
parte la estructura interna de los átomos proponiendo su teoría de la ionización en las
disoluciones. Aunque su verdadera estructura no se vislumbraría hasta principios del siglo XX,
a partir de los trabajos de Ernest Rutherford, seguidos por el modelo atómico de Bohr.

John Dalton

Artículos principales: John Dalton y Teoría atómica de Dalton.

Ilustración con elementos y compuestos según A New System of Chemical Philosophy de John
Dalton (1808).

En 1803 el científico inglés John Dalton propuso la ley de Dalton, que relaciona las presiones
parciales de los componentes de una mezcla de gases con la presión total de la mezcla.77 El
concepto fue descubierto en 1801, y también se conoce como ley de las presiones parciales.

John Dalton es reconocido tanto por sus obras sobre el atomismo, las presiones parciales de
los gases, y la percepción del color (daltonismo).

Pero la principal contribución de Dalton a la química fue una nueva teoría atómica en 1803,
donde afirmaba que toda la materia está formada por pequeñas partículas indivisibles
denominadas átomos. En 1808 Dalton publicó por primera vez A New System of Chemical
Philosophy (Un nuevo sistema de filosofía química, 1808-1827), en la que desarrollaba la
primera descripción moderna de una teoría atómica. En esta obra identificaba los elementos
químicos como un tipo de partículas, y rechaza la teoría de afinidades químicas defendida por
Étienne François Geoffroy e Isaac Newton, entre otros. Dalton explicó su teoría formulando
una serie de enunciados simples:78

La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos, que son indivisibles y
no se pueden destruir.

Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen la misma masa y propiedades.
Los átomos de diferentes elementos tienen masas diferentes.

Los átomos permanecen sin división, aun cuando se combinen en las reacciones químicas.

Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos distintos.

Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.


Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y formar
más de un compuesto.

A pesar de su utilidad y gran aceptación durante todo el siglo XIX, la teoría atómica de Dalton
tenía imprecisiones (los dos primeros enunciados no son del todo ciertos) y presentaba
muchas lagunas: no aclaraba nada sobre la estructura del átomo, ni explicaba las propiedades
de los elementos, ni cuáles eran las causas de que se unieran para formar compuestos.

Además de definir átomos, elementos y compuestos, Dalton infirió las proporciones de


algunos elementos en sus compuestos, partiendo de los pesos de sus reactivos, por medio del
peso atómico relativo usando al hidrógeno como unidad de masa en la comparación con los
demás elementos. Siguiendo las tesis de Jeremias Benjamin Richter (conocido por acuñar el
término estequiometría), propuso que cuando los elementos químicos se combinaban para dar
más de un compuesto se unen en distintas proporciones fijas y enteras. Esto se conoce como
la Ley de las proporciones múltiples y fue incluida en su obra New System of Chemical
Philosophy. La ley de las proporciones múltiples es una de las leyes básicas de la
estequiometría y uno de los pilares de su teoría atómica. Curiosamente a pesar de la
importancia de incluir la idea de átomos como entidades físicas reales en A New System of
Chemical Philosophy, y la creación de un sistema de símbolos químicos para ellos, esta obra
dedica casi todo su texto a la teoría calórica en lugar de al atomismo.

Por otro lado fue el químico francés Joseph Proust quien propuso la Ley de proporciones
definidas, que afirma que los elementos siempre se combinan para formar un determinado
compuesto lo hacen en proporciones de números enteros y sencillos, basándose en varios
experimentos realizados entre 1797 y 1804.79 La ley de proporciones múltiples y la de
proporciones definidas son la base de la estequiometría. Estas dos leyes por sí mismas no
prueban la existencia de los átomos, pero son difíciles de explicar sin asumir que los
compuestos se forman por la combinación de átomos en proporciones constantes.

Jöns Jacob Berzelius

Jöns Jacob Berzelius, el químico que desarrolló el método moderno de notación de fórmulas
químicas.

Artículo principal: Jöns Jacob Berzelius

Un químico sueco discípulo de Dalton, Jöns Jacob Berzelius, se embarcó en un programa


sistemático de mediciones cuantitativas precisas de las sustancias químicas, asegurándose de
su pureza. A partir de las cuales en 1828 recopiló una tabla de pesos atómicos relativos, donde
al oxígeno se le asignaba el 100, y que incluía todos los elementos conocidos en la época. Este
trabajo proporcionó pruebas a favor de la teoría atómica de Dalton: que los compuestos
químicos inorgánicos estaban formados por átomos combinados en proporciones de números
enteros. Determinó la composición elemental exacta de gran número de sustancias. Sus
resultados confirmaron la ley de proporciones definidas de Proust. En sus pesos usó como
patrón al oxígeno, asignándole el valor exacto de 100, y a partir de él midió el peso de 43
elementos. Al descubrir que los pesos atómicos no eran múltiplos exactos del peso del
hidrógeno Berzelius descartó la hipótesis de Prout, que suponía que los elementos estaban
formados por átomos de hidrógeno.

Para simplificar los experimentos en su extensa determinación de pesos atómicos introdujo el


sistema de símbolos químicos y notación, que publicó en su obra de 1808 Lärbok i Kemien
(Manual de química), en la que los nombres de los elementos fueron abreviados con una o dos
letras de las iniciales de sus nombres en latín. Este sistema de notación, en el que los
elementos se expresan mediante símbolos simples y sus proporciones se indican con números,
básicamente es el mismo que se usa actualmente. La única diferencia es que en lugar de poner
los números en el subíndice como actualmente (ej: H2O), Berzelius usaba superíndices (H2O).

Se acredita a Berzelius el descubrimiento de los elementos silicio, selenio, torio y cerio.


Además los discípulos que trabajaban en el laboratorio de Berzelius identificaron el litio y
redescubrieron el vanadio (descubierto originalmente por Andrés Manuel del Río en 1801 y
luego descartado al creerlo cromo). Berzelius desarrolló la teoría de los radicales para la
combinación química, que mantenía que las reacciones se producen mediante grupos estables
de átomos denominados radicales que se intercambian entre las moléculas. Creía que las sales
son compuestos de un ácido y una base, y descubrió que los aniones de los ácidos eran
atraídos por los electrodos positivos (el ánodo), mientras que los cationes de una base eran
atraídos por el electrodo negativo (el cátodo). Berzelius no creía en la teoría del vitalismo, en
su lugar pensaba que había una fuerza reguladora que producía la organización de los tejidos
de los organismos. Además se atribuye a Berzelius la creación de los términos químicos
"catálisis", "polímero", "isómero" y "alótropo", aunque sus definiciones originales difieren
considerablemente de las actuales. Por ejemplo el término "polímero" que acuñó en 1833
describía compuestos orgánicos que compartían la misma fórmula empírica pero tenían
distinto peso molecular, el mayor era polímero del más pequeño, como la glucosa (C6H12O6,
de la que se desconocía su estructura) y el formaldehído (CH2O). Por todo ello Berzelius es
reconocido como uno de los padres de la química moderna, junto a Lavoisier, Boyle y Dalton.

Davy y la electrólisis

Humphry Davy, descubridor de varios alcalinos, alcalinotérreos y las propiedades de varios


halógenos mediante la electrólisis.

Artículo principal: Humphry Davy

El químico inglés Humphry Davy fue un pionero en el campo de la electrólisis (que consiste en
usar la electricidad en una célula electrolítica donde se producen reacciones de óxido-
reducción para separar los compuestos allí contenidos) para aislar varios elementos nuevos.
Davy descompuso por electrolisis varias sales fundidas y consiguió descubrir el sodio y el
potasio. El potasio fue el primer metal aislado mediante electrólisis, a partir la potasa cáustica
(KOH). Antes del siglo XIX se desconocían las diferencias entre las sales de sodio y potasio. El
sodio fue aislado el mismo año a partir de la sosa cáustica fundida (NaOH). Cuando Davy se
enteró que Berzelius y Pontin preparaban una amalgama (amalgama de calcio) mediante la
electrólisis de la cal en mercurio, lo intentó él. Davy consiguió descubrir el calcio en 1808 con la
electrólis de la cal en óxido de mercurio.8081 Siguió trabajando con la electrólisis durante toda
su vida, en 1808, aisló el magnesio, el estroncio y el bario.8283

Davy también experimentó inhalando gases. Este procedimiento experimental casi resulta fatal
en varias ocasiones, pero condujo a descubrir los inusuales efectos del óxido nitroso, que
llevarían a conocerlo como gas de la risa. En 1774 el químico sueco Carl Wilhelm Scheele
descubrió el cloro y lo denominó «ácido desflogistizado marino» pensando erróneamente que
contenía oxígeno. Scheele observó varias propiedades del gas de cloro, como su efecto
blanqueante sobre el tornasol, y su efecto mortal sobre los insectos, su color verde amarillento
y su olor similar al del agua regia. Sin embargo, Scheele no pudo publicar sus hallazgos a
tiempo. En 1810 Humphry Davy le dio al cloro su nombre actual (derivado de la palabra griega
χλωρός (khloros) «verde amarillento») insistiendo en que se trataba de un elemento.84
Además demostró que no se podía obtener oxígeno a partir de la sustancia conocida como
ácido oximuriático (una solución de HCl). Este descubrimiento rebatió la definición de ácido de
Lavoisier que los consideraba compuestos de oxígeno.

El yodo fue descubierto por el químico francés Bernard Courtois en 1811.8586 Courtois dio
muestras a sus amigos, Charles Bernard Desormes (1777-1862) y Nicolas Clément (1779-1841),
para que continuaran la investigación. También le dio algo de sustancia a Joseph Louis Gay-
Lussac y al físico André-Marie Ampère. El 6 de diciembre de 1813, Gay-Lussac anunció que se
trataba o bien de un nuevo elemento, o bien de un compuesto de oxígeno.878889 Además fue
Gay-Lussac quien sugirió el nombre del yodo, a partir de la palabra griega ιώδες (iodes) para el
violeta (por el color del vapor de yodo).8587 A su vez Ampère dio parte de su muestra a
Humphry Davy. Davy hizo algunos experimentos con la sustancia y se dio cuenta de sus
similitudes con el cloro.90 Davy mandó una carta el 10 de diciembre a la Royal Society of
London donde afirmaba que había identificado un nuevo elemento.91 Lo que desató las
discusiones entre Davy y Gay-Lussac sobre quién había identificado primero al yodo como
elemento, aunque ambos reconocían a Courtois como el primero en aislarlo.

Gay-Lussac y las leyes de los gases

Joseph Louis Gay-Lussac afirmó que la relación entre los volúmenes de los gases reactivos los
de los productos puede expresarse por números sencillos y enteros.

Artículos principales: Joseph Louis Gay-Lussac y Ley de Gay-Lussac.

El químico francés Joseph Louis Gay-Lussac compartía con Lavoisier el interés por el estudio
cuantitativo de las propiedades de los gases. Desde su primer periodo de investigación 1801-
1802, manifestó que todos los gases se expandían proporcionalmente al aumentar la
temperatura. A esta conclusión generalmente se la denomina ley de Charles, ya que Gay-
Lussac le concedió el crédito del descubrimiento a Jacques Charles, por haber llegado casi a sus
mismas conclusiones en la década de 1780 aunque no las había publicado.92 Esta ley también
fue descubierta independientemente por John Dalton alrededor de 1801, aunque la
descripción de Dalton es menos meticulosa que la de Gay-Lussac.9394 En 1804 Gay-Lussac hizo
varios arriesgados ascensos en globo aerostático de hidrógeno hasta alturas por encima 7000
metros sobre el nivel del mar que le permitieron investigar otros aspectos de los gases, una
proeza que nadie más realizó en los 50 años siguientes. Tomó medidas de la presión, la
temperatura, la humedad y muestras de aire, que más tarde analizó químicamente, además de
realizar mediciones magnéticas a varias altitudes.

En 1808 Gay-Lussac anunció lo que probablemente fue su mayor logro: a partir de


experimentos propios y de otros dedujo que los gases a volumen fijo mantienen constante la
relación entre su presión y la temperatura. Y que los volúmenes de los posibles productos de
una reacción entre gases además están en proporción sencilla con los volúmenes de los
reactivos. En otras palabras que los gases bajo las mismas condiciones de presión y
temperatura reaccionan con otros en proporciones de volumen de números enteros y
pequeños. Estas conclusiones se plasmarían en la ley de Gay-Lussac y la Ley de los volúmenes
de combinación.

Gay-Lussac también participó junto a su colega profesor en la École Polytechnique, Louis


Jacques Thénard, en las primeras investigaciones electroquímicas, y analizó los elementos
descubiertos por este medio. Entre sus logros en este campo destaca el descubrimiento del
boro, por la descomposición del ácido bórico usando potasio fundido. Ambos investigadores
formaron parte de los debates de la época para modificar la definición de los ácidos e impulsar
el análisis de los compuestos orgánicos para descubrir su contenido en oxígeno e hidrógeno.

Amedeo Avogadro

Amedeo Avogadro postuló que en las mismas condiciones de presión y temperatura,


volúmenes iguales de dos gases tenían el mismo número de moléculas.

Artículos principales: Amedeo Avogadro y Ley de Avogadro.

Tras la publicación de la teoría atómica de Dalton en 1808, algunas de sus ideas centrales
fueron rápidamente adoptadas por la mayoría de los químicos. Sin embargo durante medio
siglo permaneció la incertidumbre de cómo se configuraría la teoría atómica y se aplicaría a las
situaciones concretas. Por ejemplo con los datos empíricos disponibles hasta el momento
varios químicos de distintos países desarrollaron diversos sistemas de pesos atómicos
incompatibles. El físico italiano Amedeo Avogadro (1776-1856) publicó en 1811 una obra que
mostraba una salida a esta difícil situación. Presentó la hipótesis de que los volúmenes iguales
de cualquier gas, a la misma temperatura y presión, contenían el mismo número de moléculas;
por lo cual la relación entre los pesos moleculares de dos gases era la misma proporción que la
que había entre sus densidades, en las mismas condiciones de presión y temperatura. Además
Avogadro razonó que los gases corrientes no estaban formados por átomos solitarios sino por
moléculas que contenían dos o más átomos (que era el origen de los distintos pesos atómicos
registrados). Así Avogadro fue capaz de resolver el problema con el que se habían topado
Dalton y otros cuando Gay-Lussac reportó que por encima del los 100 °C el volumen del vapor
de agua era dos veces el volumen del oxígeno usado para formarla. Según Avogadro la
molécula de oxígeno se dividía en dos átomos para formar el agua.

La hipótesis de Avogadro fue ignorada durante medio siglo tras haber sido publicada por
primera vez. Se han citado muchas razones para este desinterés, incluidos algunos problemas
teóricos como el dualismo propuesto por Jöns Jacob Berzelius que consideraba que los
compuestos se mantenían juntos por la atracción de las cargas positivas y negativas, lo que
haría incompatible la existencia de moléculas formadas por dos átomos eléctricamente
similares, como el caso del oxígeno. Además existía la barrera de que muchos químicos eran
reacios a adoptar métodos físicos (como las determinaciones de densidad del vapor) para
resolver sus problemas. Sin embargo, a mediados de siglo las figuras más prominentes
empezaron a considerar intolerable la diversidad caótica de sistemas de pesos atómicos y
fórmulas de compuestos en competencia, que proliferaron a causa de la incertidumbre.
Además empezaron a acumularse pruebas puramente químicas que indicaban que lo afirmado
por Avogadro podría ser cierto después de todo. A mediados de siglo, químicos más jóvenes
como Alexander Williamson en Inglaterra, Charles Gerhardt y Charles-Adolphe Wurtz en
Francia y August Kekulé en Alemania, empezaron a proponer la reforma de la química teórica
para que se ajustara a la teoría de Avogadro.

Inicios de la síntesis orgánica y su industria

Artículos principales: Vitalismo, Friedrich Wöhler y Síntesis orgánica.

Después de que se comprendieran los principios de la combustión, se apoderó de la química


otro debate de gran importancia: el vitalismo, la distinción esencial entre la materia orgánica y
la inorgánica. Esta teoría asumía que la materia orgánica solo podría ser producida por los
seres vivos, atribuyendo este hecho a una vis vitalis (fuerza vital) inherente a la propia vida. En
1827 William Prout clasificó las biomoléculas en tres grupos: carbohidratos, proteínas y lípidos.
Pero el debate del vitalismo se zanjó cuando Friedrich Wöhler descubrió accidentalmente en
1828 cómo se podía sintetizar la urea a partir de cianato de amonio, demostrando que la
materia orgánica podía crearse de manera química a partir de reactivos inorgánicos. A pesar de
ello se mantiene vigente la clasificación en química orgánica e inorgánica, ocupándose la
primera esencialmente de los compuestos del carbono y la segunda de los compuestos de los
demás elementos.

La urea fue la primera molécula orgánica que se logró sintetizar a partir de precursores
inorgánicos.

Clave de colores:

carbono • oxígeno

nitrógeno • hidrógeno
Anteriormente Friedrich Wöhler y Justus von Liebig realizaron en 1825 el primer
descubrimiento confirmado y explicado de isómeros, aunque el término fuera acuñado antes
por Berzelius. Trabajando con ácido ciánico y ácido fulmínico, dedujeron correctamente que la
isomería era la consecuencia de la diferente colocación de los mismos átomos en la estructura
molecular. Además en 1832 Friedrich Wöhler y Justus von Liebig descubrieron y explicaron los
grupos funcionales y los radicales en la química orgánica, además de sintetizar por primera vez
el benzaldehído.

Por su parte Justus von Liebig realizó investigaciones que contribuyeron de forma crucial en la
agricultura y la bioquímica y trabajó en la organización de la química orgánica. Liebig es
considerado el padre de la industria de los fertilizantes por su descubrimiento de que el
nitrógeno es un nutriente esencial para las plantas, y la formulación de la ley del mínimo que
indica la influencia individual de cada nutriente en las cosechas.

Alfred Nobel que se enriqueció con el descubrimiento de la dinamita a su muerte donó la


mayor parte de su fortuna para los Premios Nobel.

Los últimos defensores del vitalismo negaban la cualidad de sustancia orgánica a un producto
de desecho como la urea. Pero en 1847 Hermann Kolbe consiguió sintetizar otra sustancia
orgánica, el ácido acético, a partir de fuentes totalmente inorgánicas, quedando refutado sin
lugar a dudas el vitalismo. La síntesis de la urea abrió el camino para las síntesis orgánica de
cientos de productos. Ya en 1838 Alexandre Wosrerenski obtuvo la quinona a partir de la
quinina. El desarrollo de la química orgánica en la segunda mitad del siglo XIX estuvo
impulsado inicialmente por la búsqueda de nuevos colorantes o tintes sintéticos. Hasta la
época solo se podía teñir mediante productos naturales como la cochinilla que resultaban muy
caros. El descubrimiento de la anilina por Runge y la primera síntesis de un colorante artificial
realizada por Perkin abrió grandes posibilidades comerciales. En 1856, William Henry Perkin,
con 18 años, desafiado por su profesor August Wilhelm von Hofmann intentaba sintetizar,
usando como precursor alquitrán de hulla, la quinina, el medicamento contra la malaria, que
hasta entonces era escasa por ser un producto natural. En uno de los intentos Perkin oxidó
anilina usando dicromato potásico, las impurezas de toluidina reaccionaron con la anilina
produciendo un precipitado negro, lo que parecía indicar una síntesis fallida. Al limpiar el
matraz con alcohol, Perkin notó que la solución se volvía morada, a causa de un subproducto
que resultaría ser el primer colorante sintético, la malveína o malva de Perkin. Este
descubrimiento originaría la industria de los tintes sintéticos, una de las primeras industrias
químicas de éxito. En 1865 Adolf von Baeyer empezó a fabricar el añil, el tinte de los
pantalones vaqueros, hasta entonces obtenido del índigo, un hito en la industria de la química
orgánica que revolucionó la industria de los tintes.

Otra importante industria de compuestos orgánicos en la época fue la de los explosivos. En


1847, el químico italiano Ascanio Sobrero descubrió la nitroglicerina, que revolucionaría la
minería, pero que resultaba extremadamente peligrosa. El químico sueco Alfred Nobel
descubrió que cuando la nitroglicerina era absorbida por una sustancia inerte como la tierra de
diatomeas, resultaba más segura y manejable; y patentó esta mezcla en 1867 con el nombre
de dinamita. Nobel posteriormente combinó la nitroglicerina con varios compuestos de
nitrocelulosa, similares al colodión, que en combinación de otro explosivo de nitrato resultó
una receta más eficiente. El compuesto obtenido, una sustancia gelatinosa transparente con
un poder explosivo mayor que la dinamita, se denominó gelignita y fue patentada en 1876.
Este descubrimiento fue seguido por una multitud de combinaciones similares, que se
modificaban por la adición de nitrato potásico y otras sustancias.

En 1855, Benjamin Silliman Jr. inició los métodos de craqueo del petróleo, que son la base de la
industria petroquímica actual.95 La importancia de los derivados del petróleo hicieron que la
industria derivada de la química orgánica adquiriera la dimensión que tiene actualmente, con
productos como los plásticos, los carburantes, los adhesivos, etc. La industria de los plásticos
se inició en 1862 cuando Alexander Parkes mostró en la exposición universal de Londres la
parkesina, uno de los primeros polímeros sintéticos. Aunque el primer plástico comercializado
a gran escala (la baquelita) no empezaría a su distribución hasta el inicio del siglo XX.

La fabricación industrial de fármacos sintéticos se inició con la aspirina en 1897, cuando Felix
Hoffmann descubrió en los laboratorios Bayer un proceso para obtener ácido acetil salicílico a
gran escala y con gran pureza.

Véanse también: Cronología de la Química orgánica y Síntesis de Wöhler.

Congreso de Karlsruhe y sus antecedentes

Artículos principales: Stanislao Cannizzaro y Congreso de Karlsruhe.

Listado realizado por August Kekulé con la multiplicidad de fórmulas que se barajaban en 1860
para ácido acético antes de admitirse la hipótesis de Avogadro.

En 1840 Germain Hess propuso la ley de Hess, uno de los primeros pasos hacia la ley de
conservación de la energía, que establece que la energía absorbida o desprendida en una
reacción depende solo de los reactivos iniciales y productos finales, es independiente del tipo
o número de pasos intermedios. En 1848 William Thomson (barón de Kelvin) estableció el
concepto de cero absoluto, la temperatura a la que todas las moléculas detienen su
movimiento por completo. En 1849 Louis Pasteur descubrió que la mezcla racémica de ácido
tartárico se trata de una mezcla de isómeros levógiros y dextrógiros, clarificando la naturaleza
de la rotación óptica iniciando el campo de la estereoquímica.96

En 1852, August Beer estableció la ley de Beer, que relaciona la intensidad de luz absorbida
por la disolución de una sustancia con su concentración y las propiedades de dicha sustancia.
Se basa parcialmente en una obra anterior de Pierre Bouguer y Johann Heinrich Lambert. Esta
fórmula será la base de la técnica analítica conocida como espectrofotometría,97 el análisis de
sustancias químicas mediante la comparación del tipo y cantidad de luz que absorben.
Stanislao Cannizzaro consiguió la reforma que impuso la hipótesis de Avogadro, en la que se
basa el actual sistema de pesos atómicos y formulación.

La hipótesis de Avogadro empezó a conseguir aceptación entre los químicos solo después de
que su compatriota Stanislao Cannizzaro demostrara su valor en 1858, dos años después de la
muerte de Avogadro. La investigación de Cannizzaro originalmente se centraba en el análisis
de productos naturales y las reacciones de los compuestos aromáticos. En 1853, descubrió que
cuando se trataba el benzaldehído con una base se obtenía una mezcla de ácido benzóico y
alcohol bencílico, un fenómeno conocido actualmente como reacción de Cannizzaro.
Cannizzaro explicó en un folleto escrito en 1858 que con la aplicación de las ideas de Avogadro
se podía construir una teoría estructural química robusta y consistente, y que coincidía con
casi todas las pruebas empíricas disponibles en la época. Por ejemplo, señaló que algunos
gases elementales eran monoatómicos, aunque la mayoría eran diatómicos, y unos pocos eran
incluso más complejos. Otro punto de discusión que trataba fue las fórmulas de los
compuestos de metales alcalinos (como el sodio) y los alcalinotérreos (como el calcio). En vista
de sus llamativas similitudes químicas la mayoría de los químicos les habían asignado el mismo
tipo de fórmula. Cannizzaro discrepaba y situó a estos metales en dos grupos diferentes lo que
eliminaba ciertas anomalías que se daban al intentar deducir sus propiedades a partir de sus
pesos atómicos. Lamentablemente el folleto de Cannizzaro inicialmente solo se publicó en
Italia y tuvo muy poca difusión.

El verdadero impacto del pasquín de Cannizzaro tuvo lugar en el congreso de Karlsruhe, el


primer congreso internacional de química que se reunió en la ciudad alemana de Karlsruhe en
septiembre de 1860, con el objetivo principal de unificar criterios. Estaba organizado por
August Kekulé, Charles Adolphe Wurtz y Karl Weltzien,98 y congregó a los químicos europeos
más importantes de la época. Cannizzaro fue muy elocuente, lógico y didáctico en su
exposición, causando una gran impresión en la asamblea. Además su amigo Angelo Pavesi
distribuyó su folleto entre todos los asistentes al final de la reunión, cuya lectura convenció
definitivamente a la mayoría.99 Así Cannizzaro desempeñó un papel fundamental en la
reforma que impuso la tesis de Avogadro. El sistema de formulación y pesos atómicos
resultante fue adoptado por la mayoría de los químicos, y es en esencia el que se usa
actualmente.

Espectroscopía y tubos de descarga

Tubo de Crookes a la luz y en oscuridad. Los electrones se desplazan en línea recta desde el
cátodo (izquierda), como prueba la aparición de la sombra en forma de cruz en el fondo
derecho. El ánodo está en el borne inferior.

A mediados del siglo XIX se crearon dos técnicas que resultarían fundamentales para el estudio
de la estructura del átomo: la espectroscopía y los tubos de descarga. Entre 1859 y 1860
Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff crearon el análisis de espectros. Los espectros atómicos son
series de líneas que registran la energía emitida o absorbida por los átomos. En un
espectrómetro se excitaba una muestra gaseosa, generalmente calentándola, y se hacía pasar
la luz resultante por un prisma que separaba la energía de distintas frecuencias, que se
imprimían haciéndolas pasar por una placa fotográfica. Si el espectro era de absorción lo que
se descomponía era la luz que se hacía pasar a través de la muestra de gas, y se registraban las
frecuencias que absorbía. El resultado era una tira de papel con series de líneas en distintas
posiciones según los distintos elementos, que representaban las frecuencias de emisión o
absorción características de cada elemento. Bunsen y Kirchoff usaron la espectroscopía para el
análisis químico, al poder identificar con esta técnica la presencia de sustancias nuevas en las
muestras, y así consiguieron descubrir el cesio y el rubidio. Enseguida los científicos se dieron
cuenta de que las líneas de los espectros se disponían de forma periódica en series
matemáticamente formulables, y posteriormente se asociarían con la estructura de los
átomos.

Esquema del espectro de emisión del hidrógeno, con colores para diferenciar las distintas
series identificadas.

Los tubos de descarga consistían en tubos de vidrio en los que se hacía parcialmente el vacío,
por lo que en su interior quedaba un gas en concentración muy pequeña (denominado gas
enrarecido). Dentro se alojaban además dos bornes separados (ánodo y cátodo) de un circuito
eléctrico, y se estudiaba lo que ocurría en el interior cuando se hacía pasar una corriente
eléctrica a través del tubo. El químico y físico inglés William Crookes fue el pionero en el
campo de los tubos de descarga, al inventar el tubo de Crookes, un tubo de descarga
experimental en el que pudo estudiar el comportamiento de los rayos catódicos que lo
atravesaban. Crookes destacó por estos estudios de los rayos catódicos al resultar
fundamentales para el desarrollo de la física atómica, puesto que ayudaron a desvelar la
estructura del átomo. Sus investigaciones consistieron en observar los efectos de las descargas
eléctricas en el espacio oscuro alrededor del cátodo, situado en el interior de los tubos que
tenían una atmósfera muy tenue de gas, actualmente es denominado espacio oscuro de
Crookes en su honor. Demostró que los rayos catódicos se desplazaban en líneas rectas y
producían fosforescencia al chocar con determinadas sustancias (luego estaban formados por
partículas materiales cargadas negativamente). Además Crookes aplicó las técnicas
espectroscópicas para estudiar los compuestos de selenio. En 1861 Crookes usó el mismo
proceso para descubrir el talio en algunos depósitos seleníferos. Continuó trabajando con el
nuevo elemento, lo aisló y estudió sus propiedades, y en 1873 determinó su peso atómico.

Kekulé y la estructura orgánica

August Kekulé.

Estructura propuesta por Kekulé para el benceno.


La contribución más importante del químico alemán Friedrich August Kekulé von Stradonitz
fue su teoría estructural para los compuestos orgánicos, resumida en dos artículos publicados
en 1857 y 1858 y desarrollada en gran detalle en su popular obra Lehrbuch der organischen
Chemie (Manual de química orgánica), cuyo primer tomo apareció en 1859 y terminó teniendo
cuatro volúmenes. Kekulé explicó que los átomos de carbono tetravalentes (que pueden
formar cuatro enlaces químicos) se unen unos a otros para formar cadenas, que denominó
cadena de carbonos o carboesqueleto, y con el resto de valencias se pueden unir a otros tipos
de átomos (como hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y cloro). Estaba convencido de que era
posible encontrar esta estructura en todas las moléculas orgánicas, al menos en todas las
conocidas en la época. Kekule no era el único químico de la época en creerlo. El químico
escocés Archibald Scott Couper publicó una teoría similar casi al mismo tiempo, y el ruso
Aleksandr Butlerov hizo mucho por clarificar y expandir la teoría. Sin embargo Kekulé fue el
principal difusor de la teoría y sus ideas prevalecieron en la comunidad científica.

En 1864, Cato Maximilian Guldberg y Peter Waage, a partir de las ideas de Claude Louis
Berthollet propusieron la ley de acción de masas. En 1865, Johann Josef Loschmidt determinó
el número exacto de moléculas que contiene un mol de sustancia, posteriormente
denominado constante de Avogadro.

En 1865, August Kekulé se basó parcialmente en el trabajo de Loschmidt, entre otros, para
establecer la estructura del benceno, explicándola como un anillo de seis átomos de carbono
con enlaces simples y dobles alternados. La novedosa propuesta de Kekulé de estructura cíclica
del benceno fue muy polémica pero nadie en la época aportó una mejor. Actualmente se sabe
que gran parte de los compuestos orgánicos contienen estructuras cíclicas como el benceno,
denominadas aromáticas.

Mendeléyev y la tabla periódica

Artículos principales: Dmitri Mendeléyev, Tabla periódica de los elementos y Descubrimiento


de los elementos químicos.

En 1869, los científicos ya habían descubierto 66 elementos diferentes y habían determinado


su masa atómica. Comprobaron que algunos elementos tenían propiedades químicas similares
y hubo varios intentos de clasificarlos según algunas de ellas con más o menos acierto. En 1829
el químico J. W. Döbereiner organizó un sistema de clasificación de elementos en el que estos
se congregaban en grupos de tres denominados tríadas. Las propiedades químicas de los
elementos de una tríada eran similares y sus propiedades físicas variaban de manera ordenada
con su masa atómica. En 1862 Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois publicó su hélice
telúrica, una clasificación tridimensional de los elementos. En 1864 John Newlands propuso la
ley de las octavas y el mismo año Lothar Meyer desarrolló otra clasificación con 28 elementos
organizados según su valencia.

Dmitri Mendeléyev creador de la Tabla periódica.


Tabla periódica de 1871 realizada por Dmitri Mendeléyev.

Pero quien terminó dando sentido a una lista ordenada de los elementos conocidos (que nos
ayudaría a entender la estructura interna de los átomos) fue Dmitri Ivanovich Mendeléyev al
desarrollar la primera tabla periódica de los elementos moderna. El químico ruso Mendeléyev
intuyó que había algún tipo de orden entre los elementos y pasó más de treinta años
recolectando datos y dando forma al concepto, inicialmente con la intención de aclarar el
desorden para sus alumnos. Mendeléyev acomodó los 66 elementos conocidos en ese
momento en su tabla periódica por orden creciente de peso atómico, pero también
atendiendo a sus propiedades, y acertó al dejar huecos en la tabla para elementos todavía no
descubiertos. Mendeléyev descubrió que cuando se ordenaban los elementos químicos en fila
según aumentaba el peso atómico, hasta llegar a uno que tuviera propiedades similares al
inicial, que se situaría en una nueva fila debajo, en la tabla resultante se encontraban patrones
recurrentes, o periodicidad, en las propiedades de los elementos tanto en las filas (periodos)
como en las columnas (grupos). Publicó su descubrimiento en 1869 en su obra Principios de
química. Además su sistema le permitió predecir con bastante exactitud las propiedades de
elementos no descubiertos hasta el momento. En su versión de la tabla de 1871, predijo las
propiedades que tendrían probablemente tres elementos todavía no descubiertos a los que
denominó ekaboro (Eb), ekaaluminio (Ea) y ekasilicio (Es), que coincidieron con las del
escandio, galio y germanio, al ser descubiertos, lo que consiguió la aceptación generalizada de
este sistema de ordenación.

Sin embargo, la tabla de Mendeléyev no era del todo perfecta. Posteriormente tras el
descubrimiento de varios elementos nuevos y de perfeccionarse los métodos de
determinación de las masas atómicas, se descubrió que algunos elementos no estaban en el
orden correcto. La causa de este problema la determinaría más adelante el químico inglés
Henry Moseley, cuando se conociera mejor la naturaleza del átomo, quién descubrió que lo
que determinaba un claro patrón periódico de las propiedades de los átomos, es el número de
protones que contiene cada elemento en su núcleo, o número atómico, y no la masa atómica.
Además no aparecía ninguna columna para los gases nobles, pero en esas fechas no se conocía
todavía ninguno.

Josiah Willard Gibbs

J. Willard Gibbs formuló el concepto de equilibrio termodinámico en términos de energía y


entropía, y los relacionó con el movimiento de las partículas.

Artículos principales: Josiah Willard Gibbs y Física estadística.

La obra del físico estadounidense J. Willard Gibbs sobre las aplicaciones de la termodinámica
fue fundamental para transformar la química física en una ciencia deductiva rigurosa. Durante
el periodo de 1876 a 1878, Gibbs trabajó en los principios de la termodinámica, aplicándolos a
los complejos procesos implicados en las reacciones químicas. Definió el concepto de potencial
químico, o la tendencia de que una reacción química se produzca. En 1876, publicó su obra
más famosa, On the Equilibrium of Heterogeneous Substances (Sobre el equilibrio de las
substancias heterogéneas), una recopilación de sus trabajos de termodinámica y química física
en la que desarrolla el concepto de energía libre para explicar la base física del equilibrio
químico.100 Con las ecuaciones de la energía libre, Gibbs relaciona matemáticamente todas
las variables involucradas en una reacción química (temperatura, presión, volumen, energía y
entropía). En este ensayo donde inicia sus teorías sobre las fases de la materia, considera a
cada estado de la materia es una fase y cada sustancia un componente y las relacionó en una
ecuación, conocida como regla de las fases de Gibbs, que sirve para determinar los grados de
libertad de un sistema en equilibrio. En esta obra quizás su contribución más destacada es la
introducción del concepto de energía libre, por lo que una de sus formas se denomina
actualmente energía libre de Gibbs en su honor. La energía libre de Gibbs relaciona la
tendencia de un sistema físico o químico a disminuir su energía y aumentar su desorden
(entropía) simultáneamente en los procesos naturales espontáneos. Las conclusiones de Gibbs
permiten a los investigadores calcular los cambios en la energía libre de un proceso, como una
reacción química, y determinar la velocidad a la que ocurrirá. Como virtualmente todos los
procesos químicos y muchos físicos implican cambios de este tipo, su obra tiene un impacto
significativo tanto en los aspectos teóricos como experimentales de esta ciencia.

En 1877, Ludwig Boltzmann estableció las causas estadísticas de muchos de los conceptos
químicos y físicos, incluida la entropía, y la relación con las distribuciones de las velocidades
moleculares en un gas.101 Junto a Boltzmann y James Clerk Maxwell, Gibbs creó una nueva
rama de la física teórica denominada mecánica estadística (término que él acuño), que explica
que las leyes de la termodinámica son la consecuencia de las propiedades estadísticas de
grandes conjuntos de partículas en interacción. Las relaciones causa-efecto que estableció
Gibbs entre las propiedades estadísticas de los sistemas con muchas partículas y las leyes
fenomenológicas de la termodinámica (T, p, V, S y U) se presentaron en su influyente libro de
texto Elementary Principles in Statistical Mechanics (Principios elementales de mecánica
estadística), publicado en 1902, un año antes de su muerte. En esta obra Gibbs revisa en
profundidad la relación entre las leyes de la termodinámica y la teoría estadística del
movimiento molecular.

Van't Hoff y Arrhenius

Jacobus Henricus van 't Hoff ganó el primer Premio Nobel de química de la historia por sus
trabajos sobre la dinámica química y las disoluciones.

En 1873, Jacobus Henricus van 't Hoff y Joseph Achille Le Bel trabajando independientemente
desarrollaron un modelo de enlace químico que explicaba los experimentos de quiralidad de
Pasteur y proporcionaba una causa física para la actividad óptica de los compuestos
quirales.102 La publicación de van 't Hoff Voorstel tot Uitbreiding der Tegenwoordige in de
Scheikunde gebruikte Structuurformules in de Ruimte (Propuesta para el desarrollo de las
fórmulas químicas estructurales de tres dimensiones), que constaba de doce páginas de texto
y una de diagramas, impulsó el desarrollo de la estereoquímica. En esta publicación se trata
del concepto de «átomo de carbono asimétrico» que explica la existencia de numerosos
isómeros, que no se podían explicar con las fórmulas estructurales existentes hasta entonces.
Además señalaba que existía relación entre la actividad óptica y esta asimetría del átomo de
carbono. Además, en 1884 Jacobus Henricus van 't Hoff publicó Études de Dynamique
chimique (Estudios de química dinámica), un influyente ensayo sobre cinética química.103 En
esta obra explica la relación termodinámica entre el calor de reacción y el desplazamiento del
equilibrio como resultado de una variación de temperatura. A volumen constante, el equilibrio
de un sistema tiende a desplazarse hacia la dirección que se oponga al cambio de temperatura.
Este principio sería ampliado al año siguiente por Henry Louis Le Châtelier, incluyendo los
cambios de volumen y presión. Esta regla denominado principio de Le Chatelier, explica los
efectos que ejercen las influencias externas sobre la dinámica del equilibrio químico.104

Svante Arrhenius, Premio Nobel de Química de 1903 por su contribución en el campo de las
disociaciones electrolíticas.105

En 1883, científico sueco Svante Arrhenius desarrolló la teoría iónica para explicar la
conductividad de los electrolitos,106 suponiendo que algunos solutos que en estado sólido
eran neutros se componían de partículas cargadas (iones) que compensaban su carga entre sí,
y que se separaban en el seno de una disolución. En 1885 J. H. van 't Hoff publicó L'Équilibre
chimique dans les Systèmes gazeux ou dissous à I'État dilué (Equilibrio químico en sistemas
gaseosos o de soluciones muy diluidas), donde demuestra que la "presión osmótica" en las
soluciones que están suficientemente diluidas es proporcional a la concentración y la
temperatura absoluta, de forma que esta presión puede expresarse por una fórmula que solo
se diferencia de la ecuación de presión de los gases en un coeficiente i. También determinó el
valor de este i por varios métodos. Así van 't Hoff pudo probar que las leyes de la
termodinámica para los gases también podían aplicarse a las soluciones diluidas. Además sus
leyes para la presión demostraron la validez de la teoría de la disociación electrolítica de
Arrhenius.

Descubrimientos de finales del siglo XIX

Joseph John Thomson descubrió los electrones en 1897.

En 1884, Hermann Emil Fischer propuso la estructura de la purina, la base de muchas


biomoléculas, que posteriormente consiguió sintetizar en 1898. Además inició el trabajo de la
química de la glucosa y otros azúcares relacionados.107

En 1885, Eugene Goldstein le dio su nombre a los rayos catódicos, y en 1888 continuando su
investigación sobre tubos de descarga descubrió los rayos canales, lo que posteriormente
ayudaría a desvelar la estructura del núcleo de los átomos.108

En 1892, John Strutt descubrió que el nitrógeno que se encontraba en los compuestos
químicos tenía un peso menor que el atmosférico, y supuso que se trataba porque estos
compuestos incluían algún gas más ligero que disminuía el peso total. En cambio el químico
escocés William Ramsay atribuyó esta discrepancia a la presencia de un gas más pesado
todavía no descubierto mezclado con el nitrógeno atmosférico. Usando dos métodos
diferentes para eliminar todos los gases conocidos del aire, Ramsay y Rayleigh consiguieron
aislar un nuevo gas en 1894, y anunciaron que habían descubierto un gas, monoatómico e
inerte, que constituía casi el 1 % de aire atmosférico, al que llamaron argón, el primero de los
gases nobles en ser descubierto. Al año siguiente Ramsay liberó otro gas inerte de un mineral
llamado cleveíta, que resultó ser el helio, cuyo espectro coincidía con el de la luz solar, lo que
demostraba su presencia en el Sol y determinó que se nombrara como la deidad solar griega,
Helios. En su obra The Gases of the Atmosphere (Los gases de la atmósfera, 1896), Ramsay
predijo que según las posiciones del helio y el argón en la tabla periódica existirían al menos
tres gases nobles más. En 1898 Ramsay y el químico inglés Morris W. Travers aislaron estos
tres elementos (el neón, kriptón y xenón) a partir del aire licuado. Posteriormente (1903)
William Ramsay trabajó con Frederick Soddy para demostrar que las partículas alfa eran
núcleos de helio que se desprendían continuamente en la descomposición del radio.

En 1893, Alfred Werner descubrió la estructura octaédrica de los complejos de cobalto, el


primer complejo de coordinación.109

En 1897, Joseph John Thomson descubrió el electrón, usando un tubo de rayos catódicos. En
1898 Wilhelm Wien demostró que los rayos canales (una corriente de iones positivos) podían
desviarse por los campos magnéticos, y que la desviación era proporcional a su relación masa
carga. Este descubrimiento además de ayudar a conocer la estructura del núcleo de los
átomos, sería la base para desarrollar la técnica de análisis químico denominada
espectrometría de masas.110

Marie y Pierre Curie

Marie Curie fue la primera persona en ganar dos premios Nobel (y la única hasta la fecha en
dos disciplinas científicas distintas) por sus trabajos en el campo de la radioactividad.

Artículos principales: Marie Curie, Pierre Curie y Henri Becquerel.

Pierre Curie y Marie Curie fue un matrimonio franco-polaco de científicos famoso por su
investigación pionera en el campo de la radioactividad. Se considera que la investigación que
realizaron ambos y Henri Becquerel fue la piedra angular de la era nuclear. Marie quedó
fascinada con la obra de Becquerel, el físico francés que descubrió en 1896 que el uranio
emitía rayos similares a los rayos X descubiertos por Wilhelm Röntgen. Marie Curie empezó a
estudiar el uranio a finales de 1897 y teorizó, según un artículo suyo de 1904: «que la emisión
de rayos de los compuestos de uranio es una propiedad del propio metal, que es una
propiedad atómica del elemento uranio independiente de su estado químico o físico.» Curie
continuó y amplió el trabajo de Becquerel realizando sus propios experimentos sobre las
emisiones del uranio. Descubrió que las emisiones de rayos eran constantes, sin importar la
forma o las condiciones en que se encontrara el uranio, por lo que supuso que se debían a la
estructura atómica del elemento. Este descubrimiento supondría el inicio de la física atómica.
Los Curie acuñaron el término radioactividad para describir el fenómeno.

Pierre Curie además de la radiactividad estudió además el magnetismo, descubriendo la ley de


Curie y la temperatura de Curie.

Pierre y Marie prosiguieron estudiando las sustancias radiactivas separando las presentes en
toneladas de la mena de uranio y usando el electrómetro para medir la radiación y detectar
cualquier mínima cantidad de elementos radiactivos, una tarea que requiere recursos
industriales y que ellos consiguieron en condiciones relativamente rudimentarias. Trabajando
con el pechblenda la pareja descubrió un nuevo elemento radiactivo, al que llamaron polonio,
en honor del país de origen de Marie. El 21 de diciembre de 1898, descubrieron la presencia de
otro elemento radiactivo en la pechblenda, el radio. Entonces la pareja Curie inició el trabajo
para aislar el polonio y el radio de sus compuestos naturales, para demostrar que eran
elementos químicos. En 1902, los Curie anunciaron que habían conseguido un decigramo de
radio puro. Les llevó tres años aislar el radio pero nunca fueron capaces de aislar el polonio.
Los Curie, junto a Henri Becquerel, recibieron el Premio Nobel de física de 1903 por su estudio
de la radiactividad. Marie Curie recibió el Premio Nobel de química en 1911 por el
descubrimiento del radio y el polonio. Por ello Marie Curie fue la primera mujer en recibir un
Premio Nobel, la primera persona en recibir dos Premios Nobel y la única en recibirlos en dos
disciplinas científicas diferentes.

Aunque Pierre trabajó junto a Marie en la extracción de sustancias de las minas minerales se
concentró en el estudio físico de la radiación de los nuevos elementos (incluidos los efectos
químicos y luminosos). Utilizando campos magnéticos sobre los rayos que emitía el radio,
consiguió demostrar que contenía partículas positivas, negativas y radiación ionizante, que
Ernest Rutherford posteriormente denominaría rayos alfa, beta y gamma. Pierre entonces
estudió estas radiaciones por calorimetría y observó los efectos físicos del radio, abriendo el
camino de la radioterapia, y posteriormente Marie Curie supervisó los primeros tratamientos
de radioterapia contra el cáncer. Pierre Curie además estudió el magnetismo y descubrió que
las sustancias ferromagneticas pierden sus propiedades magnéticas por encima de una
temperatura crítica, denominada temperatura de Curie. Lamentablemente falleció
tempranamente en 1906 atropellado por un carruaje en París. Sus obras completas se
publicaron en 1908.

Siglo XX: se revela la estructura del átomo

El primer congreso de Solvay celebrado en Bruselas en 1911 es considerado un punto de


inflexión de la química y la física.

A principios de este siglo surgen varios modelos atómicos que tratarían de paliar las
deficiencias de la teoría atómica de Dalton, que se basaron en gran medida en los datos
acumulados por la espectroscopía y los experimentos con tubos de descarga en la última parte
del siglo anterior. Tras haber descubierto la existencia de los electrones, en 1903 el primero en
elaborar un nuevo modelo atómico fue J. J. Thomson que propuso que los electrones se
distribuían uniformemente en el interior del átomo suspendidos en una nube de carga
positiva, por lo que a su teoría se la denominó modelo del budín de pasas. En 1904 el físico
japonés Hantaro Nagaoka propuso uno modelo atómico orbital con un núcleo denso y
macizo.111

Mikhail Tsvet inventó la cromatografía.

En 1903, el botánico ruso Mikhail Tsvet inventó la cromatografía, una técnica trascendental
para la química analítica, con la intención de separar sustancias contenidas en las plantas. La
cromatografía es un método físico para separar mezclas complejas que se basa el principio de
retención selectiva, ya que diferencias sutiles en el coeficiente de partición de los compuestos
da como resultado una retención diferencial sobre una fase estacionaria y por tanto una
separación efectiva, lo que permite identificar y determinar las cantidades de dichos
componentes.

En 1905, Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de Haber para fabricar a escala
industrial amoniaco, un hito en la industria química con grandes consecuencias en la
producción de fertilizantes y de munición. Actualmente la producción de alimentos de la mitad
de la población del mundo depende de este método para la producción de fertilizantes. Haber,
junto a Max Born, propuso el ciclo de Born-Haber para calcular la energía reticular en la
formación de compuestos cristalinos iónicos. Además Haber es considerado el «padre de la
guerra química» por el desarrollo de gases tóxicos que se usarían en la Primera Guerra
Mundial.

En 1905, Albert Einstein explicó el movimiento browniano de forma que sustentaba


definitivamente la teoría atómica. En 1907, Leo Baekeland inventó la baquelita, el primer
plástico que se comercializó con éxito.

En 1909, el físico estadounidense Robert Andrews Millikan (discípulo de Walther Nernst y Max
Planck) midió con gran precisión la carga individual del electrón, con su famoso experimento
de las gotas de aceite, y consiguió confirmar que todos los electrones tenían la misma carga y
masa. Y el mismo año S. P. L. Sørensen inventó el concepto de pH y desarrolló métodos para
medir la acidez.

En 1911, Antonius Van den Broek propuso la idea que los elementos de la tabla periódica se
ordenaran según las cargas positivas de su núcleo, en lugar de por su peso atómico. En 1911 se
realizó el primer Congreso Solvay en Bruselas con la asistencia de los químicos y físicos más
prominentes de la época. En 1912 William Henry Bragg y William Lawrence Bragg propusieron
la ley de Bragg que creó el campo de la cristalografía de rayos X, fundamental para estudiar la
estructura cristalina de las sustancias químicas. También en 1912 Peter Debye desarrolló el
concepto de dipolo molecular para describir la distribución asimétrica de carga de algunas
moléculas.

Experimento de Rutherford.

Arriba: el resultado previsto si hubiera sido válido el modelo atómico de Thomson. Abajo: el
resultado del experimento que demostró la existencia de un núcleo central positivo en el
átomo.

Ernest Rutherford y su modelo atómico

Ernest Rutherford descubridor del núcleo del átomo.

Artículos principales: Ernest Rutherford y Modelo atómico de Rutherford.

El físico de origen neozelandés Ernest Rutherford es considerado el padre de la física nuclear.


Estudió y clarificó la naturaleza de las partículas radioactivas, además de darles nombre (rayos
α, β y γ) demostrando que las dos primeras eran emisiones de partículas mientras que los
rayos gamma eran radiación electromagnética de alta energía. En 1901 y 1902, Rutherford
trabajó junto a Frederick Soddy, para explicar que la radioactividad eran emisiones debidas a la
transmutación de los átomos, lo que hoy conocemos como reacciones nucleares. Demostraron
experimentalmente que los átomos radiactivos se convertían espontáneamente en otros,
expulsando porciones del átomo a gran velocidad. También observó que la intensidad de la
radioactividad de las muestras de los elementos radiactivos decrece con un patrón regular y
propio hasta llegar a la estabilidad, y denominó a la mitad de este tiempo periodo de
semidesintegración.

En 1906, Rutherford dirigió un experimento realizado por sus alumnos Hans Geiger
(posteriormente conocido por el contador Geiger) y Ernest Marsden en la Universidad de
Mánchester. En este célebre experimento, conocido como el experimento de Rutherford o
experimento Geiger-Marsden, se bombardeó una finísima lámina de oro con un haz de
partículas alfa, generadas por la descomposición del radón. El objetivo del experimento era
evaluar la validez del modelo atómico de Thomson. Si los átomos de oro se ajustaban a este
modelo las partículas α los atravesarían sin desviarse o haciéndolo pocos grados. Pero los
resultados reales sorprendieron a Rutherford. Aunque muchas partículas α pasaban sin
desviarse, un pequeño porcentaje sufría grandes desviaciones, incluso de más de 90 grados.
Esto demostraba que en el interior de los átomos había una masa relativamente grande con
carga positiva, a la que posteriormente Rutherford denominó núcleo atómico, con la que
chocaban las partículas α; y refutaba por completo el modelo de Thomson. A partir de estos
resultados Ernest Rutherford desarrolló su propio modelo atómico, según el cual el átomo
estaba constituido por un núcleo central positivo relativamente grande con electrones girando
a su alrededor como en un sistema planetario, aunque la mayor parte del átomo estaba vacía
(la mayoría de las partículas α no encontraban nada con qué chocar). Rutherford fue
galardonado con el Premio Nobel de química en 1908 por sus estudios sobre la radioatividad y
la estructura del átomo.

Niels Bohr desarrolló el modelo atómico de Bohr iniciando la mecánica cuántica.

Modelo atómico de Bohr

Artículos principales: Niels Bohr y Modelo atómico de Bohr.

A pesar de su gran avance, el modelo atómico de Rutherford presentaba un fallo teórico


importante que los físicos no tardaron en señalar. Según la teoría electromagnética clásica una
carga girando circularmente emitiría energía, lo que provocaría que los electrones perdieran
energía por la emisión y terminaran trazando una espiral hasta precipitarse sobre el núcleo;
por lo que los átomos no podrían ser estables así descritos.112 En 1913, el físico danés Niels
Bohr subsanó esta deficiencia introduciendo el concepto de cuantización en la estructura del
átomo, al proponer en su modelo atómico que los electrones no giraban en cualquier órbita,
sino que tienen restringido su movimiento a órbitas de determinados niveles (aquellos cuyo
momento angular fuera un múltiplo entero de h/2π) las cuales serían órbitas estacionarias,
que no emitirían energía.112

El modelo de Bohr para el átomo de hidrógeno (Z = 1) o iones monoelectrónicos (Z > 1)


introduce el concepto de cuantización (determinada por n, número cuántico principal) a las
órbitas permitidas al electrón, que emite o absorbe energía al pasar de una a otra (hν).113

En el modelo de Bohr los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo en niveles
cuantizados, es decir, solo determinados radios estaban permitidos. Las órbitas intermedias no
existen y los electrones emiten o absorben energía para pasar a órbitas más bajas o altas,
respectivamente. Como los electrones solo se encuentran en determinadas órbitas
características de cada átomo, la magnitud de los saltos de energía que dan al ser excitados
son únicos para cada elemento, y serían los que recogen los espectros atómicos. El gran éxito
de este modelo fue que las líneas del espectro de emisión experimental del hidrógeno
coincidían perfectamente con lo predicho por él. El modelo atómico de Bohr supuso un gran
progreso, pero fue criticado por no explicar la causa de la cuantización (la planteó como un
postulado) y su éxito con los espectros atómicos se reducía al hidrógeno y los iones con un solo
electrón, no es capaz de predecir las interacciones más complejas en átomos con más de un
electrón.

Neils Bohr además trabajó en el principio de complementariedad que afirma que el


comportamiento del electrón puede interpretarse de dos formas válidas, como una onda o
como una partícula, o lo que es lo mismo que las teorías corpuscular y ondulatoria de la luz no
se excluyen sino que se complementan.
Isótopos, protones, neutrones y modelo de Sommerfeld

Esquema del átomo de litio con protones, neutrones y electrones.

En 1913 Henry Moseley, trabajando sobre la idea inicial de Van den Broek, introdujo el
concepto de número atómico para arreglar los desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev,
que se basaba en el peso atómico. También en 1913 J. J. Thomson amplió la obra de Wien
demostrando que las partículas subatómicas podían separarse según su relación carga masa,
con una técnica denominada espectrometría de masas. El mismo año Frederick Soddy formuló
el concepto de isótopo, afirmando que existían ciertos elementos con dos o más formas, con
idénticas propiedades químicas, pero distinto peso atómico (contradiciendo el 2º postulado de
Dalton). Además en 1917 Soddy descubrió el elemento protactinio.

En el año 1918, Ernest Rutherford descubrió que cuando se disparaban partículas alfa contra el
nitrógeno gas, sus detectores de centelleo captaban núcleos de hidrógeno, por lo que
determinó que el núcleo de hidrógeno debía ser una partícula fundamental, descubriendo así
el protón. Además Rutherford propuso en 1920 la existencia de partículas neutras en el núcleo
para explicar que los núcleos no se desintegrasen por la repulsión electromagnética de los
protones.114 Y finalmente James Chadwick en el año 1932 descubrió una partícula nuclear de
masa similar al protón pero de carga neutra, al que denominó neutrón.115 Este
descubrimiento explicaba los desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev (la presencia de
neutrones podía aumentar el peso atómico, pero no la carga del núcleo ni su número
atómico), justificando así la modificación de Henry Moseley, y también la existencia de los
isótopos (los isótopos tenían el mismo número de protones pero distinto de neutrones).

En 1916, Arnold Sommerfeld perfeccionó el modelo atómico de Bohr con el modelo atómico
de Sommerfeld, que introdujo las órbitas elípticas con un nuevo número cuántico, el azimutal,
y postulando que no solo el electrón se movía sino que también el núcleo giraba alrededor del
centro de masas.

En 1931, Harold Clayton Urey detectó por primera vez uno de los isótopos más destacados, el
deuterio o hidrógeno pesado.116

Gilbert N. Lewis

Artículo principal: Gilbert N. Lewis

El físico químico estadounidense Gilbert Newton Lewis inició la teoría del enlace de valencia.
Esta teoría se basa en que los enlaces químicos dependen de la cantidad de electrones que
tengan los átomos en su capa más externa, o capa de valencia. En 1902, mientras Lewis
intentaba explicar la valencia a sus alumnos, representó los átomos como si fueran cubos con
los electrones en los vértices. Estos «átomos cúbicos» servían para explicar los ocho grupos de
la tabla periódica y representaban la idea de que los enlaces químicos se formaban para que
los átomos se transfirieran electrones unos a otros con objeto de completar los ocho
electrones exteriores, un octeto, necesarios para alcanzar la estabilidad al conseguir la misma
configuración electrónica exterior que un gas noble.

Estructura de Lewis de la formación de la molécula de oxígeno.

La teoría de Lewis del enlace químico siguió evolucionando y en 1916 publicó su influyente
artículo The Atom of the Molecule (el átomo de la molécula), donde propuso que un enlace
químico se forma por la interacción conjunta de dos electrones compartidos. El modelo de
Lewis identificaba el enlace químico clásico con la compartición de un par de electrones entre
los dos átomos enlazados. Lewis introdujo en este artículo los «diagramas de electrones de
puntos» para representar las estructuras electrónicas de los átomos y las moléculas que
actualmente se conocen como estructuras de Lewis, que se usan prácticamente en todos los
libros de texto de introducción a la química.

Poco después de la publicación de este artículo de 1916, Lewis empezó a dedicarse a la


investigación militar. No volvió al campo del enlace químico hasta 1923, cuando resumió
magistralmente su modelo en la obra titulada Valence and the Structure of Atoms and
Molecules (Valencia y la estructura de átomos y moléculas). Este renovado interés por la
materia fue promovido por las actividades del químico estadounidense Irving Langmuir,
investigador de General Electric, que entre 1919 y 1921 popularizó y desarrolló el modelo de
Lewis. Posteriormente Langmuir acuñó el término enlace covalente. En 1921, Otto Stern y
Walther Gerlach estabecieron el concepto mecánico cuántico de spin para las partículas
subatómicas, que apoyaba la idea de pares de electrones.

Lewis desarrolló en 1923 la teoría del par de electrones libres para los ácidos y bases. Lewis
redefinió el concepto de ácido para ampliarlo a cualquier átomo o molécula con un octeto
incompleto capaz de aceptar un par de electrones. Y en contrapartida, las bases serían
cualquier sustancia con su octeto completo y un par de electrones libres de enlace que pueda
actuar como donante a un ácido. Los ácidos y bases de esta teoría se conocen como ácidos y
bases de Lewis. En 1923, G. N. Lewis y Merle Randall publicaron Thermodynamics and the Free
Energy of Chemical Substances (Termodinámica y la energía libre de las sustancias químicas),
el primer tratado de termodinámica química moderno.

En la década de 1920, se adoptó rápidamente el modelo de Lewis de los pares de electrones


principalmente en los campos de la química orgánica y la coordinación. En química orgánica
esta aplicación se debe principalmente a la labor de los químicos británicos Arthur Lapworth,
Robert Robinson, Thomas Lowry y Christopher Ingold; mientras que en el campo de la química
de la coordinación el modelo de Lewis fue promocionado por las obras del químico
estadounidense Maurice Huggins y el británico Nevil Sidgwick.

Mecánica cuántica
Artículos principales: Louis de Broglie, Wolfgang Pauli, Erwin Schrödinger, Ecuación de
Schrödinger y Ecuación de Dirac.

Louis de Broglie.jpg Pauli.jpg

Erwin Schrödinger (1933).jpg Werner Heisenberg cropped.jpg

De izq. a dcha. y de arriba abajo:

Louis de Broglie (1892-1987).

Wolfgang Pauli (1900-1958).

Erwin Schrödinger (1887-1961).

Werner Heisenberg (1901-1976).

En la década de 1920 se establecerán los fundamentos de la mecánica cuántica, que será


decisiva para la desvelar la naturaleza y el comportamiento de las partículas subatómicas a
partir de entonces.

En 1924, el físico Louis de Broglie publicó su revolucionaria tesis, en la que presentó la teoría
de que el electrón se comporta con una dualidad onda partícula. En su época se consideraba
que las ondas y los corpúsculos de materia y luz se comportaban de forma diferente, pero de
Broglie sugirió que estas características aparentemente diferentes en realidad son el mismo
comportamiento observado desde perspectivas diferentes — que las partículas pueden
comportarse como ondas, y que las ondas (la radiación) pueden comportarse como las
partículas. La propuesta de Broglie ofrecía una explicación a las restricciones de movimiento de
los electrones en el interior del átomo. Las primeras publicaciones con la idea de "ondas
materiales" de De Broglie despertaron poca atención entre los físicos de la época, pero una
copia de su tesis doctoral cayó en manos de Albert Einstein, que la recibió con entusiasmo.
Einstein no solo la difundió sino que trabajó para desarrollar el concepto.

En 1925, el físico austriaco Wolfgang Pauli estableció el principio de exclusión de Pauli, que
afirmaba que dos electrones alrededor del mismo núcleo no pueden ocupar el mismo estado
cuántico simultáneamente, que está definido por cuatro números cuánticos. Pauli hizo
importantes contribuciones en los campos de la mecánica cuántica y teoría cuántica. Fue
galardonado con el Premio Nobel de Física 1945 por su descubrimiento del principio de
exclusión, además de por sus estudios del estado sólido y su hipótesis anticipando la existencia
del neutrino.

Ecuación general de Schrödinger para una onda estacionaria:


{\displaystyle \mathrm {i} \hbar {\frac {\partial \psi (x,t)}{\partial t}}=-{\frac {\hbar ^{2}}{2m}}
{\frac {\partial ^{2}\psi (x,t)}{\partial x^{2}}}+V(x)\psi }{\displaystyle \mathrm {i} \hbar {\frac
{\partial \psi (x,t)}{\partial t}}=-{\frac {\hbar ^{2}}{2m}}{\frac {\partial ^{2}\psi (x,t)}{\partial
x^{2}}}+V(x)\psi }

Paul Dirac, junto a Schrödinger, ganó el Premio Nobel de física de 1933 por sus contribuciones
a la teoría atómica.

En 1926, a la edad de 39 años, el físico teórico Erwin Schrödinger creó la obra considerada el
pilar de la mecánica cuántica ondulatoria. En esta obra describe su ecuación de diferenciales
parciales que es la ecuación básica de la mecánica cuántica y que supone para la mecánica del
átomo lo mismo que las leyes de Newton supusieron para la comprensión del movimiento de
los planetas. Adoptando la propuesta de Louis de Broglie en 1924 de que la materia tiene una
naturaleza dual y que en algunas situaciones se comportan como las ondas, Schrödinger
desarrolla la teoría de este comportamiento plasmándolo en una ecuación de onda,
actualmente conocida como la ecuación de Schrödinger. Las soluciones de la ecuación de
Schrödinger, a diferencia de las ecuaciones de Newton, son funciones de onda que describen
la probabilidad de que ocurra un hecho físico. La secuencia de trayectorias y posiciones
fácilmente visualizables de la mecánica de Newton, en la mecánica cuántica se reemplazan por
una noción más abstracta de probabilidades, lo que la hace más oscura y origina algunas
paradojas. Por ejemplo a partir del modelo atómico de Schrödinger los electrones ya no se
describirán en órbitas alrededor del átomo sino en orbitales.

El físico teórico alemán Werner Heisenberg también fue uno de los creadores clave de la
mecánica cuántica. En 1925, Heisenberg descubrió la manera de formular las ecuaciones de la
mecánica cuántica en términos de matrices. Por este descubrimiento sería galardonado con el
Premio Nobel de Física de 1932, y en el futuro facilitaría el cálculo computacional. En 1927
publicó su principio de incertidumbre, en el que basó su pensamiento y por el que es más
famoso. Con él Heisenberg demostró que al estudiar un electrón en un átomo se podía
determinar su posición o su velocidad, pero era imposible conocer las dos al mismo tiempo.

En 1928, Paul Dirac formuló la ecuación de Dirac, una ecuación de onda relativista para
partículas de espín ½, como el electrón, que es completamente consistente tanto con los
principios de la mecánica cuántica como con la teoría de la relatividad especial, cuya aplicación
a los átomos hidrogenoides da lugar al modelo atómico de Dirac.

Al comprobarse que los átomos no hacen honor a su nombre (se dividen en partes), el
comportamiento ondulatorio de las partículas subatómicas y la potencialidad energética de las
reacciones nucleares se redefiniría el ámbito de la química (como única ciencia que estudiaba
la materia) quedando el estudio de la estructura del interior de átomo en el campo de la física.

Química cuántica
Artículo principal: Química cuántica

Una vez asumidos los principios de la mecánica cuántica surge la química cuántica para
aplicarlos al estudio de los enlaces químicos y de las estructuras de las moléculas y estructuras
cristalinas. Algunos consideran que la química cuántica nació en 1926 con la ecuación de
Schrödinger y su aplicación al átomo de hidrógeno, mientras que otros consideran que arranca
en 1927 con el artículo «Wechselwirkung neutraler Atome und Homöopolare Bindung nach
der Quantenmechanik» («La interacción de los átomos neutros y el enlace homopolar según la
mecánica cuántica») de Walter Heitler y Fritz London117118 Esta es la primera aplicación de la
mecánica cuántica a la molécula de hidrógeno y al fenómeno del enlace químico. En los años
siguientes se fueron acumulando progresos con los trabajos de Edward Teller, Friedrich Hund,
Robert S. Mulliken, Max Born, J. Robert Oppenheimer, Linus Pauling, Erich Hückel, Douglas
Hartree, Vladimir Aleksandrovich Fock, entre otros, que dilucidaron que las propiedades
químicas estaban determinadas por las estructuras electrónicas de los átomos y sus
compuestos.

Forma de algunos orbitales atómicos (arriba) y moleculares (abajo), junto a la regla de


Madelung (izquierda) para determinar la secuencia de ocupación de los orbitales de un átomo
formando su configuración electrónica (abajo).

Sin embargo, alrededor de 1930, se mantenía el escepticismo sobre la capacidad de la


mecánica cuántica para resolver sistemas químicos más complejos debido a sus dificultades
prácticas. Paul Dirac describe la situación:119

Las leyes físicas subyacentes necesarias para [desarrollar] la teoría matemática de una gran
parte de la física y toda la química son por tanto completamente conocidas, y la dificultad está
solo en que la aplicación exacta de estas leyes conduce a ecuaciones demasiado complicadas
para poder resolverse. Por ello es deseable que se desarrollen métodos prácticos aproximados
de aplicación de la mecánica cuántica, que puedan conducir a la explicación de las principales
características de los sistemas atómicos complejos sin demasiados cálculos.

Linus Pauling recibió el Premio Nobel de Química de 1954 por sus estudios sobre el enlace
químico.

En 1951, se publicó un artículo trascendental para la química cuántica «A Study of Two-Center


Integrals Useful in Calculations on Molecular Structure» («Un estudio sobre integrales de dos
centros útiles para los cálculos de estructura molecular») de Clemens C. J. Roothaan sobre las
ecuaciones de Roothaan.120 que abrió el camino para la solución de las ecuaciones de campo
autoconsistente para moléculas pequeñas como las del hidrógeno y nitrógeno. Estos cálculos
se realizaron con la ayuda de tablas de integrales que se calculaban con los ordenadores más
avanzados de la época. Los posteriores avances de la informática facilitarían la resolución y
representación de las complicadas ecuaciones de onda resultantes.
La teoría de los orbitales moleculares (TOM) se desarrolló en los años posteriores a que se
estableciera la teoría del enlace de valencia, alrededor de 1927, principalmente obra de
Friedrich Hund, Robert Mulliken, John C. Slater y John Lennard-Jones.121 La TOM
originalmente se denominó teoría Hund-Mulliken.122 El término orbital fue introducido por
Mulliken en 1932.122 Alrededor de 1933 la TOM había sido aceptada generalizadamente
como válida.123

En los años 1940 muchos físicos dedicados a la física molecular y atómica se pasaron al campo
de la física nuclear (como J. Robert Oppenheimer o Edward Teller). En esta época destacan los
trabajos del químico estadounidense Glenn T. Seaborg aislando e identificando elementos
transuránicos, siendo el coodescubridor de 10 de ellos (plutonio, americio, curio, berkelio,
californio, einsteinio, fermio, mendelevio, nobelio y seaborgio). Compartió el novel de química
de 1951 con Edwin Mattison McMillan por sus respectivos descubrimientos de elementos
transuránicos. El seaborgio recibió este nombre en su honor en 1997, por lo que junto a Albert
Einstein son las únicas personas que han recibido tal honor en vida.

Bioquímica y biología molecular

Artículos principales: Historia de la bioquímica e Historia de la biología molecular.

Al iniciarse la década de 1940 el extenso trabajo coordinado de la química y la física había


conseguido explicar las propiedades químicas sustentándolas en la configuración electrónica
del átomo. El libro de Linus Pauling The Nature of the Chemical Bond (La naturaleza del enlace
químico, 1939) usa los principios de la química cuántica para deducir los ángulos de los enlaces
en moléculas cada vez más complicadas. Sin embargo, la compleja estructura de algunas de las
moléculas biológicamente más relevantes todavía era desconocida.

Diagrama con los detalles de la estructura del ADN.

Aunque la clorofila había sido aislada en 1817 por los químicos franceses Pelletier y
Caventou,124 su estructura no fue deducida hasta 1940 por Hans Fischer. En la década de
1940, el químico norteamericano Melvin Calvin inició sus investigaciones sobre la fotosíntesis,
aplicando marcadores radiactivos de carbono 14 y detectó la secuencia de reacciones químicas
generadas por las plantas al transformar dióxido de carbono gaseoso y el agua en oxígeno e
hidratos de carbono, lo que en la actualidad se conoce como ciclo de Calvin.

En 1937 Hans Adolf Krebs descubrió que todas las reacciones del interior de las células
conocidas involucradas en la respiración celular estaban relacionadas entre sí, denominando a
esta sucesión de reacciones ciclo del ácido cítrico, más tarde conocido como ciclo de Krebs. Por
este descubrimiento fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1953.
La mayoría de los aminoácidos, los componentes de las proteínas, se descubrieron entre 1819
y 1904. En 1926 Theodor Svedberg desarrolló la primera centrífugadora analítica y la utilizó
para calcular el peso molecular de la hemoglobina. En 1933 Arne Wilhelm Kaurin Tiselius
introdujo la electroforesis para separar a las proteínas en solución. En 1934 John Desmond
Bernal y Dorothy Crowfoot Hodgkin demostraron que las proteínas, la pepsina en concreto, no
eran coloides aleatorios ya que sus cristales producían patrones de difracción de rayos X.125
En 1951 Linus Pauling y Robert Corey propusieron las estructuras de cadena helicoidal (hélice
α) y laminar (lámina β) las cuales fueron halladas posteriormente en muchas proteínas.126En
1953 el experimento de Miller y Urey demostró que los aminoácidos, podían formarse a partir
de moléculas inorgánicas simples a partir de un proceso de estimulación eléctrico que podía
haberse producido en la Tierra, siendo el primer experimento de laboratorio en condiciones
controladas sobre hipótesis del origen de la vida.

También en 1953 James Watson y Francis Crick dedujeron la estructura de doble cadena
helicoidal del ADN encajando los datos de la estructura de sus partes constituyentes y los
patrones de difracción de rayos X obtenidos por Rosalind Franklin.127 Este descubrimiento fue
el detonante de la expansión del campo de la bioquímica. En 1957 se demostró el mecanismo
de replicación del ADN mediante el experimento de Meselson-Stahl. En 1983, Kary Mullis
desarrolló el método para la autoreplicación del ADN, denominado reacción en cadena de la
polimerasa (conocida por sus siglas en inglés como PCR) que revolucionaría su proceso químico
de manipulación en los laboratorios, que haría posible la secuenciación del ADN de los
organismos que culminaría en el inmenso Proyecto Genoma Humano, además de abrir su uso
en criminalística y filiación, entre otros.

Buckminsterfullereno, C60

Finales del siglo XX

En 1970, John Pople creó el programa Gaussian que facilitó enormemente los cálculos de la
química computacional, como la ecuación de Schrödinger molecular según la teoría de
orbitales moleculares.128 En 1971 Yves Chauvin presentó una explicación al mecanismos de
reacción de las Metátesis olefínicas.129 En 1975 Karl Barry Sharpless y su equipo descubrieron
las reacciones de oxidación estereoselectivas, como la epoxidación de Sharpless,130131 la
dihidroxilación asimétrica de Sharpless,132133134 y la oxiaminación de Sharpless.135136137

En 1985, Harold Kroto, Robert Curl y Richard Smalley descubrió los fullerenos, una clase de
grandes moléculas de carbono con forma de poliedros con caras hexagonales o pentagonales,
cuyo nombre conmemora al arquitecto Richard Buckminster Fuller famoso por usar diseños
similares en sus cúpulas geodésicas.138 En 1991 Sumio Iijima usó el microscopio electrónico
para descubrir un tipo de fullereno cilíndrico denominado nanotubo, aunque los primeros
trabajos en este campo se habían realizado en 1951. Este material es un importante
componente en el campo de la nanotecnología.139
En 1994, Robert A. Holton y su equipo lograron la primera síntesis total del taxol.140141142

En 1995, Eric Cornell y Carl Wieman consiguieron producir el primer Condensado de Bose-
Einstein, un estado de agregación de la materia de ciertos materiales a muy bajas
temperaturas predicho por la mecánica cuántica que no tiene un equivalente clásico.143

Véase también

Historias y cronologías

Cronología de la química

Descubrimiento de los elementos químicos

Historia de la bioquímica

Historia de la cromatografía

Historia de la electroquímica

Historia de la energía

Historia de la física

Historia de la tabla periódica

Historia de la teoría molecular

Historia de la termodinámica

Premio Nobel de Química

Teoría atómica

Químicos eminentes

En orden cronológico:

Robert Boyle, 1627-1691

Joseph Black, 1728-1799

Joseph Priestley, 1733-1804

Carl Wilhelm Scheele, 1742-1786

Antoine Lavoisier, 1743-1794

Alessandro Volta, 1745-1827

Jacques Charles, 1746-1823

Claude Louis Berthollet, 1748-1822

Louis Joseph Gay-Lussac, 1778-1850


Humphry Davy, 1778-1829

Jöns Jakob Berzelius, 1779-1848

Justus von Liebig, 1803-1873

Louis Pasteur, 1822-1895

Stanislao Cannizzaro, 1826-1910

Friedrich August Kekulé von Stradonitz, 1829-1896

Dmitri Mendeleev, 1834-1907

Josiah Willard Gibbs, 1839-1903

Jacobus Henricus van 't Hoff, 1852-1911

William Ramsay, 1852-1916

Svante Arrhenius, 1859-1927

Walther Nernst, 1864-1941

Marie Curie, 1867-1934

Gilbert N. Lewis, 1875-1946

Otto Hahn, 1879-1968

Irving Langmuir, 1881-1957

Linus Pauling, 1901-1994

Glenn T. Seaborg, 1912-1999

Robert Burns Woodward, 1917-1979

Frederick Sanger, 1918-2013

Rudolph A. Marcus, 1923

Elias James Corey, 1928

Harold Kroto, 1939

Peter Atkins, 1940-

Richard Smalley, 1943-2005

Notas

El zinc ya se conocía en China y la India en la Edad Media. Se menciona el metal y dos de sus
menas en el Rasaratna Samuchaya, escrito alrededor del siglo XIII d. C. En las antiguas Grecia y
Roma se conocía y usaba el latón (aleación de zinc y cobre), aunque se desconocía su
naturaleza.

Debido a esta asociación, actualmente el envenenamiento producido por el plomo se conoce


como saturnismo; y el mercurio adquirió su nombre definitivo, quedando en desuso su
nombre latino antiguo hydrargyrum (que procedía del griego hydrargyros «plata líquida»). Esta
tradición influyó en los científicos de los siglos XIX y XX que nombraron a tres elementos
(uranio, neptunio y plutonio) en honor de Urano, Neptuno y Plutón, que no se conocían en la
Edad Media.

Según Paul Kraus en Contribution à l'histoire des idées scientifiques dans l'Islam. I. Le corpus
des écrits jâbiriens. II. Jâbir et la science grecque (2002):

Para formarse una idea del lugar histórico de la alquimia de Jabir y afrontar el problema de sus
fuentes, es aconsejable comparar lo que nos quedó de la literatura alquímica en idioma griego.
Se conoce el estado deplorable en que llegó hasta nosotros esta literatura. Recolectada por los
científicos bizantinos del siglo X, el corpus de los alquimistas griegos es un puñado de
fragmentos incoherentes, que se remontan a todas las épocas desde el siglo tercero hasta el
final de la edad media. (...) Los esfuerzos de Berthelot y Ruelle para poner un poco de orden en
esta masa de literatura dio solo pobres resultados, y los investigadores posteriores, entre ellos
en particular Mrs. Hammer-Jensen, Tannery, Lagercrantz, von Lippmann, Reitzenstein, Ruska,
Bidez, Festugiere y otros, pudieron sacar en claro solo unos pocos detalles (...) El estudio de los
alquimistas griegos no es muy alentador. Incluso un examen superficial de los textos griegos
muestra que solo una pequeña parte se organizaba en torno a verdaderos experimentos de
laboratorio: incluso en las obras supuestamente dedicadas a las técnicas, en el estado en que
las encontramos actualmente, son palabrería sin sentido que rechaza cualquier interpretación.
(...) Es diferente en la alquimia de Jabir. La descripción de los procesos es relativamente clara y
la instrumentación alquímica, y la clasificación metódica de las sustancias, indica un espíritu
experimental muy alejado del esoterismo raro y chapucero de los textos griegos. La teoría en
la que Jabir apoya sus operaciones es de una claridad y una unidad impresionante. Más que
otros autores en árabe, uno nota el equilibrio entre la enseñanza teórica y práctica, entre el
`ilm y el `amal. Se buscaría en vano una obra tan sistemática entre los textos griegos como por
ejemplo el Libro del los Setenta.

(véase también: Ahmad Y Hassan. «A Critical Reassessment of the Geber Problem: Part Three».
Archivado desde el original el 20 de noviembre de 2008. Consultado el 9 de agosto de 2008.

Referencias

Selected Classic Papers from the History of Chemistry

Bowman DM, Balch JK, Artaxo P et al. «Fire in the Earth system.» Science.
2009;324(5926):481-4. doi:10.1126/science.1163886. PMID 19390038.
Bibcode:2009Sci...324..481B.

«First chemists», February 13, 1999, New Scientist.

Photos, E., «The Question of Meteorictic versus Smelted Nickel-Rich Iron: Archaeological
Evidence and Experimental Results.» World Archaeology Vol. 20, No. 3, Archaeometallurgy
(febrero 1989), pp. 403-421. Versión en línea. Consultado el 8 de febrero de 2010.

Heskel, Dennis L. (1983). «A Model for the Adoption of Metallurgy in the Ancient Middle
East». Current Anthropology 24 (3): 362-366. doi:10.1086/203007.

Radivojević, Miljana; Rehren, Thilo; Pernicka, Ernst; Šljivar, Dušan; Brauns, Michael; Borić,
Dušan (2010). «On the origins of extractive metallurgy: New evidence from Europe». Journal of
Archaeological Science 37 (11): 2775. doi:10.1016/j.jas.2010.06.012.
Neolithic Vinca was a metallurgical culture Archivado el 19 de septiembre de 2017 en
Wayback Machine. Stonepages from news sources November 2007

Margueron, 2002, «Las primeras utilizaciones de los metales».

Archaeomineralogy, p. 164. George Robert Rapp, Springer, 2002.

Understanding materials science, p. 125., Rolf E. Hummel, Springer, 2004.

Akanuma, H. (2005). «The significance of the composition of excavated iron fragments taken
from Stratum III at the site of Kaman-Kalehöyük, Turkey». Anatolian Archaeological Studies 14:
147-158.

«Ironware piece unearthed from Turkey found to be oldest steel». The Hindu (Chennai, India).
26 de marzo de 2009. Consultado el 27 de marzo de 2009.

Tewari, Rakesh (Director, U.P. State Archaeological Department). «The origins of Iron Working
in India: New evidence from the Central Ganga plain and the Eastern Vindhyas.»

Duncan E. Miller y N. J. van der Merwe, «Early Metal Working in Sub Saharan Africa.» Journal
of African History 35 (1994) 1-36; Minze Stuiver y N. J. van der Merwe, «Radiocarbon
Chronology of the Iron Age in Sub-Saharan Africa.» Current Anthropology 1968.

McIntosh, Roderick J. «How Old is the Iron Age in Sub-Saharan Africa?» Archaeological
Institute of America (1999)

Alpern, Stanley B. (2005) «Iron in Sub-Saharan Africa.»

Higham, Charles. 1996. The Bronze Age of Southeast Asia.

Cinco usos históricos de la orina Archivado el 6 de enero de 2014 en Wayback Machine. en


Quo.

Willcox, Michael (2000). «Soap». En Hilda Butler, ed. Poucher's Perfumes, Cosmetics and
Soaps (10th edición). Dordrecht: Kluwer Academic Publishers. p. 453. ISBN 0-7514-0479-9.
«The earliest recorded evidence of the production of soap-like materials dates back to around
2800 BCE in ancient Babylon.»

G. E. R. Lloyd (1968). Aristotle: The Growth and Structure of his Thought. Cambridge Univ. Pr.
pp. 133-139. ISBN 0-521-09456-9.

Katz M., TEMAS DE HISTORIA DE LA QUIMICA (2016). «1». TEMAS DE HISTORIA DE LA


QUIMICA. p. 8 - 20. ISBN 978-987-99428-5-7. Consultado el 22 de septiembre de 2020.

Will Durant (1935), Our Oriental Heritage: The Story of Civilization, Vol I

Simpson, David (29 de junio de 2005). «Lucretius (99-55 a. C. aprox.)». The Internet History of
Philosophy. Consultado el 9 de enero de 2007.

Lucretius (50 BCE). «de Rerum Natura (Sobre la naturaleza de las cosas)». The Internet Classics
Archive. Massachusetts Institute of Technology. Consultado el 9 de enero de 2007.

Strodach, George K. (2012). The Art of Happiness. New York: Penguin Classics. pp. 7-8. ISBN 0-
14-310721-6.

Holmyard, E.J. (1957). Alchemy. New York: Dover, 1990. pp. 15, 16.
William Royall Newman. Atoms and Alchemy: Chymistry and the experimental origins of the
scientific revolution. University of Chicago Press, 2006. p. xi.

"International Year of Chemistry - The History of Chemistry". G.I.T. Laboratory Journal Europe.
Feb. 25, 2011. Retrieved March 12, 2013.

Morris Kline (1985) Mathematics for the nonmathematician. Courier Dover Publications. p.
284. ISBN 0-486-24823-2

Holmyard, E.J. (1957). Alchemy. New York: Dover, 1990. pp. 48, 49.

Linden, Stanton J. The alchemy reader: from Hermes Trismegistus to Isaac Newton Cambridge
University Press. 2003, p. 44.

Norris, John A. (2006). «The Mineral Exhalation Theory of Metallogenesis in Pre-Modern


Mineral Science». Ambix 53: 43. doi:10.1179/174582306X93183.

Clulee, Nicholas H. (1988). John Dee's Natural Philosophy. Routledge. p. 97. ISBN 978-0-415-
00625-5.

Strathern, 2000. Página 79.

«The History of Ancient Chemistry.» Archivado el 4 de marzo de 2015 en Wayback Machine.

Derewenda, Zygmunt S. (2007). «On wine, chirality and crystallography». Acta


Crystallographica Section A: Foundations of Crystallography 64 (Pt 1): 246-258 [247].
Bibcode:2008AcCrA..64..246D. PMID 18156689. doi:10.1107/S0108767307054293.

John Warren (2005). «War and the Cultural Heritage of Iraq: a sadly mismanaged affair.» Third
World Quarterly, Volume 26, Issue 4 & 5, pp. 815-830.

Dr. A. Zahoor (1997), JABIR IBN HAIYAN (Jabir), University of Indonesia

Paul Vallely, How Islamic inventors changed the world, The Independent

Kraus, Paul, Jâbir ibn Hayyân, Contribution à l'histoire des idées scientifiques dans l'Islam. I. Le
corpus des écrits jâbiriens. II. Jâbir et la science grecque,. Cairo (1942-1943). Repr. By Fuat
Sezgin, (Natural Sciences in Islam. 67-68), Frankfurt. 2002.

Will Durant (1980). The Age of Faith (The Story of Civilization, Volumen 4), p. 162-186. Simon
& Schuster. ISBN 0-671-01200-2.

Strathern, Paul. (2000), Mendeleyev's Dream – the Quest for the Elements, New York: Berkley
Books

Marmura, Michael E., Nasr, Seyyed Hossein (1965). «An Introduction to Islamic Cosmological
Doctrines. Conceptions of Nature and Methods Used for Its Study by the Ikhwan Al-Safa'an, Al-
Biruni, and Ibn Sina by Seyyed Hossein Nasr». Speculum 40 (4): 744-746. JSTOR 2851429.
doi:10.2307/2851429.

Robert Briffault (1938). The Making of Humanity, p. 196-197.

Alakbarov, Farid (2001). «A 13th-Century Darwin? Tusi's Views on Evolution». Azerbaijan


International 9: 2.
Brock, William H. (1992). The Fontana History of Chemistry. Londres: Fontana Press. pp. 32-33.
ISBN 0-00-686173-3.

Brock, William H. (1992). The Fontana History of Chemistry. London, England: Fontana Press.
ISBN 0-00-686173-3.

Karl Alfred von Zittel (1901) History of Geology and Palaeontology, p. 15.

Asarnow, Herman (8 de agosto de 2005). «Sir Francis Bacon: Empiricism». An Image-Oriented


Introduction to Backgrounds for English Renaissance Literature. University of Portland.
Archivado desde el original el 1 de febrero de 2007. Consultado el 22 de febrero de 2007.

Crosland, M. P. (1959). "The use of diagrams as chemical 'equations' in the lectures of William
Cullen and Joseph Black." Annals of Science, Vol. 15, No. 2, Jun.

Parkes, G. D.; Mellor, J. W. (1939). Mellor's Modern Inorganic Chemistry. Longman's Green
and Co., p. 717.

Robert Boyle

Acott, Chris (1999). «The diving "Law-ers": A brief resume of their lives.». South Pacific
Underwater Medicine Society journal 29 (1). ISSN 0813-1988. OCLC 16986801. Archivado
desde el original el 27 de julio de 2011. Consultado el 17 de abril de 2009.

Levine, Ira. N (1978). "Physical Chemistry" University of Brooklyn: McGraw-Hill

Levine, Ira. N. (1978), p. 12 donde aparece la definición original.

Ursula Klein (July 2007). «Styles of Experimentation and Alchemical Matter Theory in the
Scientific Revolution». Metascience (Springer) 16 (2): 247-256 [247]. ISSN 1467-9981.
doi:10.1007/s11016-007-9095-8.

James Bryan Conant, ed. The Overthrow of Phlogiston Theory: The Chemical Revolution of
1775–1789. Cambridge: Harvard University Press (1950), 14. OCLC 301515203.

Kim, Mi Gyung (2003). Affinity, That Elusive Dream: A Genealogy of the Chemical Revolution.
MIT Press. ISBN 978-0-262-11273-4.

Pugazhenthy, L (1991) Zinc Handbook: Properties, Processing, and Use In Design 2ª Edición.
CRC Press, p. 2 ISBN 143981502X

Roberto Moreno. Actas Del II Centenario de Don Antonio de Ulloa. Escuela de Estudios
Hispano-Americanos (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Archivo General de
Indias. Vol. 380 p. 79 ISBN 8400075234

Nordisk familjebok – Cronstedt: "den moderna mineralogiens och geognosiens grundläggare"


= "the modern mineralogy's and geognosie's founder"

Kuhn, 53-60; Schofield (2004), 112-13. The difficulty in precisely defining the time and place of
the "discovery" of oxygen, within the context of the developing chemical revolution, is one of
Thomas Kuhn's central illustrations of the gradual nature of paradigm shifts in The Structure of
Scientific Revolutions.
«Joseph Priestley». Chemical Achievers: The Human Face of Chemical Sciences. Chemical
Heritage Foundation. 2005. Archivado desde el original el 3 de febrero de 2007. Consultado el
22 de febrero de 2007.

«ITIA Newsletter» (PDF). International Tungsten Industry Association. June 2005. Archivado
desde el original el 21 de julio de 2011. Consultado el 18 de junio de 2008.

«ITIA Newsletter» (PDF). International Tungsten Industry Association. December 2005.


Archivado desde el original el 21 de julio de 2011. Consultado el 18 de junio de 2008.

Cooper, Alan (1999). «Joseph Black». History of Glasgow University Chemistry Department.
University of Glasgow Department of Chemistry. Archivado desde el original el 10 de abril de
2006. Consultado el 23 de febrero de 2006.

Seyferth, Dietmar (2001). «Cadet's Fuming Arsenical Liquid and the Cacodyl Compounds of
Bunsen». Organometallics 20 (8): 1488-1498. doi:10.1021/om0101947.

Partington, J. R. (1989). A Short History of Chemistry. Dover Publications, Inc. ISBN 0-486-
65977-1.

«Elizabeth Fulhame». bip.cnrs-mrs.fr. Consultado el 28 de mayo de 2021.

«Elizabeth Fulhame: Un 'espectro' que marcó un hito en la química moderna | Vidas


científicas». Mujeres con ciencia. 29 de agosto de 2019. Consultado el 28 de mayo de 2021.

Lavoisier, Antoine (1743-1794) en Eric Weisstein's World of Scientific Biography.


ScienceWorld.

«Marie-Anne Pierrette Paulze-Lavoisier, la madre de la química moderna que lo perdió (casi)


todo en la Revolución Francesa | Vidas científicas». Mujeres con ciencia. 3 de octubre de 2019.
Consultado el 28 de mayo de 2021.

«Distintas y distantes, mujeres en la ciencia Marie-Anne Paulze Lavoisier y el nacimiento de la


quimica moderna - Volumen XXIII - Número 1 - Revista: La ciencia y el hombre - Universidad
Veracruzana». www.uv.mx. Consultado el 28 de mayo de 2021.

Biografías y Vidas. «Alessandro Volta». Consultado el 23 de junio de 2004.

Mottelay, Paul Fleury (2008). Bibliographical History of Electricity and Magnetism (Reprint of
1892 edición). Read Books. p. 247. ISBN 1-4437-2844-6.

«Inventor Alessandro Volta Biography». The Great Idea Finder. The Great Idea Finder. 2005.
Consultado el 23 de febrero de 2007.

«John Dalton». Chemical Achievers: The Human Face of Chemical Sciences. Chemical Heritage
Foundation. 2005. Archivado desde el original el 20 de febrero de 2007. Consultado el 22 de
febrero de 2007.

Picado, Ana Beatriz; Álvarez Milton. (2008) Química I. Editor EUNED. p. 108.

«Proust, Joseph Louis (1754-1826)». 100 Distinguished Chemists. European Association for
Chemical and Molecular Science. 2005. Archivado desde el original el 4 de octubre de 2006.
Consultado el 23 de febrero de 2007.
Enghag, P. (2004). «11. Sodium and Potassium». Encyclopedia of the elements. Wiley-VCH
Weinheim. ISBN 3-527-30666-8.

Davy, Humphry (1808). «On some new Phenomena of Chemical Changes produced by
Electricity, particularly the Decomposition of the fixed Alkalies, and the Exhibition of the new
Substances, which constitute their Bases». Philosophical Transactions of the Royal Society of
London (Royal Society of London.) 98 (0): 1-45. doi:10.1098/rstl.1808.0001.

Weeks, Mary Elvira (1933). «XII. Other Elements Isolated with the Aid of Potassium and
Sodium: Beryllium, Boron, Silicon and Aluminum». The Discovery of the Elements. Easton, PA:
Journal of Chemical Education. ISBN 0-7661-3872-0.

Robert E. Krebs (2006). The history and use of our earth's chemical elements: a reference
guide. Greenwood Publishing Group. p. 80. ISBN 0-313-33438-2.

Sir Humphry Davy (1811). «On a Combination of Oxymuriatic Gas and Oxygene Gas».
Philosophical Transactions of the Royal Society 101 (0): 155-162. doi:10.1098/rstl.1811.0008.

Courtois, Bernard (1813). «Découverte d'une substance nouvelle dans le Vareck». Annales de
chimie 88: 304.

Swain, Patricia A. (2005). «Bernard Courtois (1777–1838) famed for discovering iodine (1811),
and his life in Paris from 1798». Bulletin for the History of Chemistry 30 (2): 103. Archivado
desde el original el 14 de julio de 2010. Consultado el 19 de diciembre de 2013.

Gay-Lussac, J. (1813). «Sur un nouvel acide formé avec la substance décourverte par M.
Courtois». Annales de chimie 88: 311.

Gay-Lussac, J. (1813). «Sur la combination de l'iode avec d'oxigène». Annales de chimie 88:
319.

Gay-Lussac, J. (1814). «Mémoire sur l'iode». Annales de chimie 91: 5.

Davy, H. (1813). «Sur la nouvelle substance découverte par M. Courtois, dans le sel de
Vareck». Annales de chimie 88: 322.

Davy, Humphry (1 de enero de 1814). «Some Experiments and Observations on a New


Substance Which Becomes a Violet Coloured Gas by Heat». Phil. Trans. R. Soc. Lond. 104: 74.
doi:10.1098/rstl.1814.0007.

Gay-Lussac, J. L. (L'An X – 1802), «Recherches sur la dilatation des gaz et des vapeurs»
[Researches on the expansion of gases and vapors], Annales de chimie 43: 137-175.. English
translation (extract).

En la página 157, Gay-Lussac menciona los hallazgos sin publicar de Charles: Avant d'aller plus
loin, je dois prévenir que quoique j'eusse reconnu un grand nombre de fois que les gaz
oxigène, azote, hydrogène et acide carbonique, et l'air atmosphérique se dilatent également
depuis 0° jusqu'a 80°, le cit. Charles avait remarqué depuis 15 ans la même propriété dans ces
gaz ; mais n'avant jamais publié ses résultats, c'est par le plus grand hasard que je les ai
connus. (Antes de avanzar, debería informar que aunque yo reconocí muchas veces que los
gases oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, y ácido carbónico [dióxido de carbono], además del aire
atmosférico se expanden desde 0° a 80°, el ciudadano Charles se había dado cuenta hace 15
años las mismas propiedades en los mismos gases; aunque nunca los publicó, que por
casualidad conocí.)
Dalton, J. (1802) "Essay IV. On the expansion of elastic fluids by heat," Memoirs of the Literary
and Philosophical Society of Manchester, vol. 5, pt. 2, pp. 595-602.

http://www.chemistryexplained.com/Fe-Ge/Gay-Lussac-Joseph-Louis.html

«Benjamin Silliman, Jr. (1816–1885)». Picture History. Picture History LLC. 2003. Archivado
desde el original el 7 de julio de 2007. Consultado el 24 de marzo de 2007.

«History of Chirality». Stheno Corporation. 2006. Archivado desde el original el 7 de marzo de


2007. Consultado el 12 de marzo de 2007.

«Lambert-Beer Law». Sigrist-Photometer AG. 7 de marzo de 2007. Consultado el 12 de marzo


de 2007.

Leicester, Henry M. (1956). The Historical Background of Chemistry. John Wiley and Sons. pp.
191-192. ISBN 0486610535.

Moore, F. J. (1931). A History of Chemistry. McGraw-Hill. pp. 182–1184. ISBN 0-07-148855-3.


(2ª edición)

O'Connor, J. J.; Robertson, E. F. (1997). «Josiah Willard Gibbs». MacTutor. School of


Mathematics and Statistics University of St Andrews, Scotland. Consultado el 24 de marzo de
2007.

Weisstein, Eric W. (1996). «Boltzmann, Ludwig (1844–1906)». Eric Weisstein's World of


Scientific Biography. Wolfram Research Products. Consultado el 24 de marzo de 2007.

«Jacobus Henricus van't Hoff». Chemical Achievers: The Human Face of Chemical Sciences.
Chemical Heritage Foundation. 2005. Archivado desde el original el 3 de febrero de 2007.
Consultado el 22 de febrero de 2007.

«Jacobus H. van 't Hoff: The Nobel Prize in Chemistry 1901». Nobel Lectures, Chemistry 1901–
1921. Elsevier Publishing Company. 1966. Consultado el 28 de febrero de 2007.

«Henry Louis Le Châtelier». World of Scientific Discovery. Thomson Gale. 2005. Consultado el
24 de marzo de 2007.

prizes/chemistry/laureates/1903/arrhenius-facts.html «Svante Arrhenius - Facts». Nobel


Prizes and Laureates (en inglés). Consultado el 10 de marzo de 2018.

«Svante August Arrhenius». Chemical Achievers: The Human Face of Chemical Sciences.
Chemical Heritage Foundation. 2005. Archivado desde el original el 1 de marzo de 2007.
Consultado el 22 de febrero de 2007.

«Emil Fischer: The Nobel Prize in Chemistry 1902». Nobel Lectures, Chemistry 1901–1921.
Elsevier Publishing Company. 1966. Consultado el 28 de febrero de 2007.

«History of Chemistry». Intensive General Chemistry. Columbia University Department of


Chemistry Undergraduate Program. Consultado el 24 de marzo de 2007.

«Alfred Werner: The Nobel Prize in Chemistry 1913». Nobel Lectures, Chemistry 1901–1921.
Elsevier Publishing Company. 1966. Consultado el 24 de marzo de 2007.

«Alfred Werner: The Nobel Prize in Physics 1911». Nobel Lectures, Physics 1901–1921.
Elsevier Publishing Company. 1967. Consultado el 24 de marzo de 2007.
Bryson, B. (2003). A Short History of Nearly Everything. Broadway Books. ISBN 0-7679-0817-1.

M. Díaz Peña y A. Roig Muntaner. Química Física 1. Ed. Alambra Universidad, pp. 7-25. ISBN
8420509981

Akhlesh Lakhtakia (Ed.); Salpeter, Edwin E. (1996). «Models and Modelers of Hydrogen».
American Journal of Physics (World Scientific) 65 (9): 933. Bibcode:1997AmJPh..65..933L. ISBN
981-02-2302-1. doi:10.1119/1.18691.

Rutherford, E. (1920). «Nuclear Constitution of Atoms». Proceedings of the Royal Society A 97


(686): 374. Bibcode:1920RSPSA..97..374R. doi:10.1098/rspa.1920.0040.

Chadwick, James (1932). «Possible Existence of a Neutron». Nature 129 (3252): 312.
Bibcode:1932Natur.129Q.312C. doi:10.1038/129312a0.

Brickwedde, Ferdinand G. (1982). «Harold Urey and the discovery of deuterium». Physics
Today 35 (9): 34. Bibcode:1982PhT....35i..34B. doi:10.1063/1.2915259.

W. Heitler y F. London, «Wechselwirkung neutraler Atome und Homöopolare Bindung nach


der Quantenmechanik.» Z. Physik, 44, 455 (1927).

«Quantum chemistry». Archivado desde el original el 28 de diciembre de 2015. Consultado el


2 de enero de 2014.

P.A.M. Dirac, «Quantum Mechanics of Many-Electron Systems», Proc. R. Soc. London, A 123,
714 (1929).

C.C.J. Roothaan, «A Study of Two-Center Integrals Useful in Calculations on Molecular


Structure.» J. Chem. Phys., 19, 1445 (1951).

Coulson, Charles, A. (1952). Valence. Oxford at the Clarendon Press.

«Spectroscopy, Molecular Orbitals, and Chemical Bonding» (pdf). Nobel Lectures, Chemistry
1963-1970. Amsterdam: Elsevier Publishing Company. 1972 [1966].

Hall, George G. Lennard-Jones Paper of 1929 «Foundations of Molecular Orbital Theory.».


Advances in Quantum Chemistry 22. Bibcode:1991AdQC...22....1H. ISBN 978-0-12-034822-0.
ISSN 0065-3276. doi:10.1016/S0065-3276(08)60361-5.

Delépine, Marcel (septiembre de 1951). «Joseph Pelletier and Joseph Caventou». Journal of
Chemical Education 28 (9): 454. Bibcode:1951JChEd..28..454D. doi:10.1021/ed028p454.

Donald Voet, Judith G. Voet y Charlotte W. Pratt. Fundamentos De Bioquímica. Ed. Médica
Panamericana, p. 130. ISBN 9500623145

Alberts, Bray, Hopkin, Johnson, Lewis, Raff, Roberts, Walter. "Introducción a la Biología
Celular". Segunda Edición

Watson, J. and Crick, F., «Molecular Structure of Nucleic Acids.» Nature, April 25, 1953, p. 737-
8.

W. J. Hehre, W. A. Lathan, R. Ditchfield, M. D. Newton y J. A. Pople, Gaussian 70 (Quantum


Chemistry Program Exchange, Program No. 237, 1970).

«Catalyse de transformation des oléfines par les complexes du tungstène. II. Télomérisation
des oléfines cycliques en présence d'oléfines acycliques.» Die Makromolekulare Chemie
Volume 141, número 1, Fecha: 9 de febrero de 1971, pp. 161-176 Par Jean-Louis Hérisson, Yves
Chauvin doi 10.1002/macp.1971.021410112

Katsuki, T.; Sharpless, K. B. J. Am. Chem. Soc. 1980, 102, 5974. (doi 10.1021/ja00538a077)

Hill, J. G.; Sharpless, K. B.; Exon, C. M.; Regenye, R. Org. Syn., Coll. Vol. 7, p. 461 (1990); Vol.
63, p.66 (1985). (Article)

Jacobsen, E. N.; Marko, I.; Mungall, W. S.; Schroeder, G.; Sharpless, K. B. J. Am. Chem. Soc.
1988, 110, 1968. (doi 10.1021/ja00214a053)

Kolb, H. C.; Van Nieuwenhze, M. S.; Sharpless, K. B. Chem. Rev. 1994, 94, 2483-2547. (Review)
(doi 10.1021/cr00032a009)

González, J.; Aurigemma, C.; Truesdale, L. Org. Syn., Coll. Vol. 10, p.603 (2004); Vol. 79, p.93
(2002). (Article Archivado el 24 de agosto de 2010 en Wayback Machine.)

Sharpless, K. B.; Patrick, D. W.; Truesdale, L. K.; Biller, S. A. J. Am. Chem. Soc. 1975, 97, 2305.
(doi 10.1021/ja00841a071)

Herranz, E.; Biller, S. A.; Sharpless, K. B. J. Am. Chem. Soc. 1978, 100, 3596-3598. (doi
10.1021/ja00479a051)

Herranz, E.; Sharpless, K. B. Org. Syn., Coll. Vol. 7, p. 375 (1990); Vol. 61, p. 85 (1983). (Artículo
Archivado el 20 de octubre de 2012 en Wayback Machine.)

«The Nobel Prize in Chemistry 1996». Nobelprize.org. The Nobel Foundation. Consultado el 28
de febrero de 2007.

«Benjamin Franklin Medal awarded to Dr. Sumio Iijima, Director of the Research Center for
Advanced Carbon Materials, AIST». National Institute of Advanced Industrial Science and
Technology. 2002. Archivado desde el original el 4 de abril de 2007. Consultado el 27 de marzo
de 2007.

«First total synthesis of taxol 1. Functionalization of the B ring.» Robert A. Holton, Carmen
Somoza, Hyeong Baik Kim, Feng Liang, Ronald J. Biediger, P. Douglas Boatman, Mitsuru Shindo,
Chase C. Smith, Soekchan Kim, et al.; J. Am. Chem. Soc.; 1994; 116(4); 1597-1598. DOI Abstract

«First total synthesis of taxol. 2. Completion of the C and D rings.» Robert A. Holton, Hyeong
Baik Kim, Carmen Somoza, Feng Liang, Ronald J. Biediger, P. Douglas Boatman, Mitsuru Shindo,
Chase C. Smith, Soekchan Kim, et al. J. Am. Chem. Soc.; 1994; 116(4) pp 1599-1600 DOI
Abstract

«A synthesis of taxusin.» Robert A. Holton, R. R. Juo, Hyeong B. Kim, Andrew D. Williams,


Shinya Harusawa, Richard E. Lowenthal, Sadamu Yogai J. Am. Chem. Soc.; 1988; 110(19); 6558-
6560. Abstract

«Cornell and Wieman Share 2001 Nobel Prize in Physics». NIST News Release. National
Institute of Standards and Technology. 2001. Archivado desde el original el 5 de abril de 2007.
Consultado el 27 de marzo de 2007.

Enlaces externos
Bertomeu Sánchez, José Ramón; García Belmar, Antonio (2008). «La historia de la química:
pequeña guía para navegantes. Parte I: viejas y nuevas tendencias». Anales de la Real Sociedad
Española de Química 104 (1). ISSN=1575-3417, pp. 56-63.

Bertomeu Sánchez, José Ramón; García Belmar, Antonio (2008). «La historia de la química:
pequeña guía para navegantes. Parte II: libros, revistas, sociedades, centros de investigación y
enseñanza». Anales de la Real Sociedad Española de Química 104 (2). ISSN=1575-3417, pp.
146-153.

SHAC: Society for the History of Alchemy and Chemistry

Control de autoridades

Proyectos WikimediaWd Datos: Q501353Commonscat Multimedia: History of chemistry

IdentificadoresMicrosoft Academic: 182355939

Categoría: Historia de la química

Menú de navegación

No has accedido

Discusión

Contribuciones

Crear una cuenta

Acceder

ArtículoDiscusión

LeerEditarVer historial

Buscar

Buscar en Wikipedia

Portada

Portal de la comunidad

Actualidad

Cambios recientes

Páginas nuevas

Página aleatoria

Ayuda

Donaciones

Notificar un error

Herramientas

Lo que enlaza aquí


Cambios en enlazadas

Subir archivo

Páginas especiales

Enlace permanente

Información de la página

Citar esta página

Elemento de Wikidata

Imprimir/exportar

Crear un libro

Descargar como PDF

Versión para imprimir

En otros proyectos

Wikimedia Commons

En otros idiomas

‫العربية‬

Asturianu

Azərbaycanca

Беларуская

বাংলা

Bosanski

Català

Deutsch

Ελληνικά

English

Eesti

Euskara

‫فارسی‬

Suomi

Français

Galego

‫עברית‬
हिन्दी

Hrvatski

Bahasa Indonesia

Italiano
日本語
ქართული

Gĩkũyũ

한국어

Bahasa Melayu

Nederlands

Norsk bokmål

Polski

Português

Română

Русский

Shqip

Српски / srpski

Svenska

தமிழ்

Türkçe

Українська

Tiếng Việt
中文

粵語

Editar enlaces

Esta página se editó por última vez el 30 oct 2021 a las 06:33.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0;
pueden aplicarse cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de
uso y nuestra política de privacidad.

Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin
ánimo de lucro.
Política de privacidadAcerca de WikipediaLimitación de responsabilidadVersión para
móvilesDesarrolladoresEstadísticasDeclaración de cookiesWikimedia FoundationPowered by
MediaWiki

También podría gustarte