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La platanera tiene su origen en el sudeste asiático desde donde inició un largo camino hacia todas las regiones tropicales
y subtropicales del mundo. Las primeras noticias sobre esta especie se remontan a los dibujos existentes en las antiguas
ruinas del monumento javanés a Buda, levantado en Borobudur (Indonesia) en el año 850 a. C. Se conoció en el
Mediterráneo desde el 650 d. C, llegó a Canarias en el siglo XV y fue llevada a América en 1516.
Esta fruta alegra el día a cualquier comensal pues contiene triptófano, un aminoácido que el cuerpo convierte en
serotonina, la hormona que produce buen humor y felicidad. Además de su versatilidad –pues se puede comer frito,
horneado, sancochado, verde, pintón o muy maduro– su sabor nunca decepciona.
La receta original
Ingredientes
4 plátanos maduros, firmes
5 cucharadas de manteca derretida
1 ½ tazas aprox. de pan rallado
De ¾ a 1 taza de azúcar
1 cucharadita de canela
¼ de cucharadita de nuez moscada
¼ de cucharadita de clavos
1 pizca de jengibre en polvo
½ cucharadita de sal
4 huevos ligeramente batidos
¾ de taza de queso blanco rallado
Pan rallado extra
Preparación
Cocinar los plátanos en agua salada. Pasar por colador. Unir con el resto de los ingredientes. Probar y corregir el gusto.
Hornear en un molde rectangular, previamente engrasado y espolvoreado con pan rallado, a 375° hasta que un cuchillo
introducido en el medio salga limpio. Bañar con un almíbar grueso de papelón sazonado con canela, o servir el almíbar
aparte. Para 10 a 12 personas.
Aceite El Dorado informa: No se puede dar en esta receta la cantidad exacta de azúcar porque depende mucho del grado
de dulzura de los plátanos. Hay que ir probando antes de unir los ingredientes.