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Subsidio formativo

Mes Patrio - 2021


Tú reinaras en nuestra Patria…
PRESENTACION DEL MES PATRIO
“Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración” (Rm 12,12)

Nuestra provincia eclesiástica de Nicaragua está viviendo algo histórico, celebramos 200
años de independencia y de ser un país libre y soberano que nos compromete a construir una
nación con valores y principios fundamentales como son la justicia y la paz los cuales nunca
deben ser pisoteados ni violentados, sino que cada día deben ser fortalecidos. Es por ello, la
comisión Nacional de Liturgia de la Conferencia Episcopal, ha preparado un mes patrio, que
vamos a celebrarlo en un ambiente de oración y reflexión a la luz de la Palabra y del Magisterio
de la Iglesia.

Queremos retomar las palabras de nuestros obispos, “es un tiempo de prueba y elección.
Donde todos debemos exigir con los medios disponibles el respeto del voto del pueblo para
que, como resultado de elecciones libres y transparentes, surja un gobierno elegido por el
pueblo soberano, en conciencia debemos optar para elegir representantes que respeten la
dignidad de la persona, los derechos humanos, la libertad, la vida desde la fecundación en el
vientre materno hasta su muerte natural y familia natural y tradicional como Dios la creó (cf. Gn
1, 26.28; Gn 2, 23-24)” (mensaje de la CEN 11 de junio del 2021).
Teniendo en cuenta esta realidad necesitamos fortalecer nuestra vida de oración y
dejarnos interpelar por la Palabra Dios viviendo este mes en un ambiente de oración. Así mismo
queremos animar a todos nuestros fieles y hombres de buena voluntad a intensificar nuestra
vida de oración, para que en medio de tanto sufrimiento fortalezcamos nuestra fe, nuestra
esperanza y hagamos posible una vida llena de caridad practicando el mandamiento del amor
“que se amen unos a otros como yo los he amado (Jn 13,34)”.

“Estamos llamados a ser protagonistas de contribuir a hacer una patria donde se


respeten los derechos humanos, donde se tenga una justicia equitativa, donde la ‘vida humana
debe estar siempre por encima de todo’ como se afirmaba en el comunicado del 24 de mayo
del 2020”. Es por eso que ponemos ante ustedes este subsidio litúrgico y catequético, que está
compuesto de la siguiente manera:

En primer lugar, les presentamos el caminar de la Iglesia que peregrina en Nicaragua


desde que llegó el evangelio a nuestras tierras, esto nos permitirá descubrir como Dios nos ha
acompañado a lo largo de estos siglos a través del testimonio de tantos hombres y mujeres de
fe, que se han dejado transformar por el Evangelio y se convirtieron en luces para nuestro
Pueblo.

En segundo lugar, se han elaborado siete catequesis sobre San José, aprovechando que
estamos viviendo este año santo promulgado por el papa Francisco, desde el pasado 8 de
diciembre de 2020, en la Carta apostólica Patris corde (Corazón de Padre), en el marco del 150
aniversario de la declaración de este santo como patrono de la Iglesia Universal. Esto nos
permitirá conocer la vida y el testimonio del Patriarca San José y nos acojamos a su poderosa
intercesión. Su ejemplo y su entrega nos comprometen a vivir una vida de entrega y fidelidad a
Dios y la Iglesia.

En tercer lugar, se han elaborado dos catequesis sobre la Familia Cristiana, amenazada
por tantos conceptos e ideología que atacan y quieren desvirtuar sus valores y principios, es
por ello que ponemos ante ustedes dos reflexiones a la luz del magisterio de la Iglesia para que
velemos y cuidamos el valor de la Familia.

En cuarto lugar, les presentamos una catequesis del cuidado de la casa Común, a la luz
del magisterio del Papa Francisco, donde nos interpela a unir esfuerzo para cuidar la creación
que Dios nos ha regalado y que por lo tanto tenemos que cuidar todo lo que Dios nos ha
regalado como nación.

En quinto lugar, les presentamos cuatro catequesis sobre la encíclica Fratelli Tutti del
Papa Francisco, hoy más que nunca las palabras del Santo Padre nos iluminan y nos presenta
un camino para fortalecer la doctrina Social de la Iglesia y poder dar respuesta como Iglesia a
los grandes retos y desafíos que tenemos, que como nación estamos llamados a dejarnos
interpelar y juntos construyamos una patria donde reine la justicia, el bien común, la libertad de
prensa, la vida desde su concepción hasta su muerte.

Finalmente terminamos presentando una serie de actividades y actos de piedad: como


rezo del Santo Rosario, Coronilla de la Divina Misericordia, rezo de la Vía Sacra, Hora Santa,
rezo del Ángelus, meditación de las Promesas del Sagrado Corazón de Jesús, Rezo del rosario
de San José. Así mismo, que durante mes se hagan encuentros virtuales entre pastorales,
ministerios o grupos de movimientos laicales y se reflexionen estas catequesis y creen un
ambiente de oración permanente durante todo el mes.

En nombre de mis hermanos obispo, animo a todos nuestros sacerdotes, religiosos y


religiosas, a nuestros laicos y hombres de buena voluntad que nos unamos a vivir este mes
patrio con un espíritu de oración confiándonos en aquel que todo lo puede, en la Santísima
Trinidad y a nuestra Madre, la Inmaculada Concepción de María.

_______________________________________________
+ Mons. Jorge Solórzano Pérez
Obispo de la Diócesis de Granada y
Presidente de la comisión Nacional de Liturgia
ORIENTACIONES PARA LA CELEBRACIÓN DEL MES PATRIO
El mes patrio se iniciará el 15 de agosto en la Solemnidad de la Asunción de María, con la
consagración al inmaculado corazón de María en todas las Parroquias de nuestra provincia
eclesiástica.

1) Del 16 al 23 de agosto: se reflexionará sobre la historia de la Iglesia en Nicaragua. El día


domingo se harían encuentros virtuales y jornadas de oración con las pastorales
juveniles.

2) Del 24 al 31 de agosto: se impartirán las catequesis sobre San José. El día Domingo se
organizaría en las diócesis, encuentros virtuales y jornada de oración por la patria, con
los movimientos laicales.

3) Del 1 al 4 de septiembre: Ronda de catequesis donde se reflexionará sobre la familia.


Día jueves 2 de septiembre, hora santa por todas las familias Nicaragüenses, en todas
las parroquias.

4) Del 6 al 7 de septiembre: Jornada de oración de los sacerdotes, religiosos y religiosas


en todas las diócesis.

Propuesta de actividades para la semana de oración por la patria del 8 al 15 de


septiembre
1. Miércoles 8, natividad de la Virgen:
Tema. Cuidar la Casa Común - Mons. ENRIQUE

Eucaristía de Apertura pidiendo a la Virgen María, para que nos consiga la gracia que más
necesitemos en este momento de nuestra vida, como miembros de esta nación.

Rezo del Rosario a San José ya que el miércoles es dedicado a él y en especial en este año
(Es precioso pensar que a través de este rosario es el mismo José quien lleva nuestras
oraciones a los pies de María, nuestra Madre, para que interceda por nosotros. ¡Es como ver a
un devoto esposo llevar el más hermoso ramo de rosas a su amada!
Puede ser coordinado por: catequesis y rezan con niños o grupos marianos por ser día de la
Virgen

2. Jueves 9
TEMA: Caminos de reencuentros. Su Eminencia Leopoldo Brenes

Hora Santa prepararada en el subsidio.


3. Viernes 10
TEMA: Padre en la Obediencia. Mons. Isidoro Mora

Jornada de confesiones y ayuno.

Ejercicio Piadoso en Honor del Sagrado Corazón de Jesús: Meditación de sus promesas

4. Sábado 11
Tema: Padre de la Valentía Creativa. Mons. René Sándigo

Rezo del ángelus y Santo Rosario

5. Domingo 12
TEMA: El Evangelio de la familia hoy Mons. Marcial Guzmán

Especie de pequeña vigilia/ catequesis que sea organizada por la Pastoral Familiar y Pastoral
Juvenil

Tema puede ir por este horizonte; La familia es donde se construye realmente la nación y la
patria (valor educativo del núcleo familiar fundado en el amor" .S. Juan Pablo o buscar en Amoris
Laetitia) aprovechando también el año de la familia

6. Lunes 13
TEMA: valor de la Solidaridad. Mons. Jorge Solórzano

REZO DE LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA.

Martes 14, exaltación de la santa Cruz


TEMA: la Política que se necesita Mons. Rolando Álvarez.

Meditación la vía Crucis, bajo 2 propuestas:

1. EL ROSTRO DE CRISTO,EL ROSTRO DEL HOMBRE» MEDITACIONES de S.E.


Mons. Giancarlo María BREGANTINI, Arzobispo de Campobasso-Boiano
2. Conferencia Episcopal de Colombia

7. Miércoles 15, Nuestra Señora de los Dolores


TEMA: libertad, igualdad y Fraternidad (Mons. Francisco Tijerino)

Meditación de los dolores de la Virgen y oración por la patria ante nuestra Señora.
Capitulo # I: Ciclo de Catequesis sobre la historia de la Iglesia en
Nicaragua - CEN.

Objetivo General:

 Proponer la necesidad de una visión de sociedad desde la Iglesia, en el marco de la


celebración del Bicentenario de la independencia de Centroamérica y las elecciones
nacionales de noviembre.

Objetivos específicos:

1. Conocer la historia tanto nacional como eclesial de Nicaragua.

2. Despertar la conciencia y sensibilizar sobre la misión de la Iglesia en el presente y


futuro de Nicaragua.

3. Hacer uso del método teológico latinoamericano como clave de interpretación de la


historia nacional-eclesial de Nicaragua.

Propuesta metodológica:

La memoria histórica ayuda a los pueblos a conocer y re-conocer los caminos andados,
caminos realizados entre luces y sombras, alegrías y tristezas que, deberían convertirse a pesar
de estos contrastes en fuente de esperanza en la construcción de la identidad como pueblo o
nación.

Las presentes catequesis sobre la historia de la Iglesia en Nicaragua tendrán para la


iluminación de la realidad, el método teológico latinoamericano. En un primer momento el Ver
nos permitirá descubrir ¿qué pasó?, es un acercamiento los acontecimientos pasados que
constituyen nuestra historia como país. El segundo momento, el Juzgar, nos permitirá responder
a la interrogante ¿qué significó en su momento histórico aquellos acontecimientos? E
iluminarlos desde un discernimiento que le llamaremos dimensión teológico-pastoral. El tercer
momento, el Actuar-Celebrar, nos ofrecerá propuestas prácticas personales y comunitarias que
nos ayuden en la construcción de la Nicaragua de hoy.
De esta manera volveremos a lo esencial para responder con fidelidad creativa en la
construcción de los nuevos tiempos en la Nicaragua que aún 200 años después de
independencia sigue construyéndose.

Nota:

Sugerimos que antes de comenzar el ciclo de catequesis, la presentación lúdica sea a


través de una producción audiovisual (video, cortometraje, tráiler, escena de teatro) que retome
los objetivos y finalidad marcada. Incluir en las entradas de los vídeos que se realicen, un logo
o lema que transversalice los temas, para lograr una identificación previa con los destinatarios
y que sepan el por qué y para qué.
Primera Catequesis
Motivación: Buscamos un lugar abierto, colocamos sillas de manera circular para compartir y
degustar la primera catequesis sobre la historia de los comienzos del cristianismo en nuestras
tierras. Podemos integrar algunos símbolos como: cruz, vela blanca, vestidura blanca, biblia,
agua, artesanías de barro y colocarlas sobre una manta en el centro del círculo. Pedimos a
algunos de los participantes que le den un significado desde la evangelización como primer
anuncio a los símbolos propuestos.

1. Ver: miramos y examinamos la historia desde las luces y sombras de la Iglesia en el


primer periodo misional. Los cristianos de los primeros tiempos tienen conciencia de la
radical novedad que se introduce en las relaciones entre los hombres, que afectan todas
las condiciones humanas. Pablo les dice: "Todos los que han sido bautizados en Cristo, se
han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer: todos
son uno en Jesucristo" (Gal 3, 27-28; Col. 3, 11). Imposible anunciar un principio más
radical de igualdad. Leemos a continuación las intenciones de “conversión” y de
“predicación” como semillas iniciales de la Buena Noticia y comensalidad abierta del
anuncio del Reino tras el descubrimiento de nuestra tierra.

Antes, comprendemos el significado de las siguientes palabras por contexto de lectura:

 Expedición: viaje, excursión.

 Comisionado: enviado, encargado, apoderado

 Legos: religiosos sirvientes, encargados del trabajo de casa que se ocupan de los
asuntos no propios de la contemplación y oración de un monasterio.

 Mendicantes: religiosos que viven de la caridad de los fieles y del trabajo.

 Encomienda: concesión, permiso.

 Empresa: sociedad, proyecto.

 Culturización: civilizar pueblos “darles cultura”

 Hispanización: transmisión de conocimientos y costumbres hispanas para dar


condición y cualidad a alguien.

Lectura compartida: La lectura del texto “Encuentro y Desencuentro entre dos Culturas
(1524-1531)” podemos realizarla de manera alterna (un párrafo por persona) para escuchar
con diferentes matices y modulaciones de voz lo que se nos quiere contar.

Encuentro y Desencuentro entre dos Culturas (1524-1531)


a. Antecedentes de la primera evangelización de Nicaragua

Ante la negativa del rey Juan II de Portugal, de apoyar la expedición que descubriría
nuevas rutas y tierras, el Almirante Cristóbal Colón (1451-1506) dejó Lisboa lo más secreto que
pudo y se fue por mar al puerto de Palos de la Frontera, desde donde se dirigió al convento
franciscano de la Rábida (Huelva). Era el año de 1485, y ahí se encuentra con fray Antonio de
Marchena, un buen religioso y gran científico. Su fama había trascendido los muros del
convento: más tarde, los reyes católicos, en las “Instrucciones” para el viaje, aconsejarían a
Colón que se lo llevara consigo, porque era “buen astrólogo, y siempre nos pareció que se
conformaba con vuestro parecer”. Colón había hablado largamente con él y con fray Juan Pérez,
confesor de la reina, transmitiéndoles su entusiasmo y su seguridad de que más allá del “Mar
de Tinieblas” estaban Asia Oriental y Japón, fantásticos territorios abundantes en especies:
canela, clavo de olor, etc. que en aquel tiempo en Europa alcanzaban altísimos precios.

El Almirante, pues, fue comisionado por la reina Isabel I de Castilla (1451-1504) para
buscar una ruta hacia el oriente, y descubrió unas islas que pensó pertenecían a Cipango, o a
la India, por lo que llamaron “Indias” a las nuevas tierras e “indios” a sus pobladores.

Cuando la noticia del descubrimiento llega a España, los franciscanos observantes


reunidos en capítulo general el 26 de mayo de 1493, la acogieron con gran entusiasmo, y
pidieron al vicario general de la orden que les permitiera ir a convertir las islas nuevamente
descubiertas. Para ello enviaron a dos hermanos legos franceses: Juan de la Deule y Juan de
Tisin o Cosin, quienes acompañaron a Colón en su segundo viaje, regresando a España en el
año 1500 para informar del estado religioso en las islas recién descubiertas.

Los primeros contactos entre las dos culturas fueron realizados por religiosos, en
especial por los mendicantes mercedarios, dominicos y franciscanos, de quienes nacieron los
primeros intentos de organización eclesiástica.

El 16 de septiembre de 1502, los reyes envían en misión evangelizadora a fray Nicolas


de Ovando junto con otros 13 franciscanos, con las siguientes instrucciones:

“Deseamos que los indios se conviertan a nuestra santa fe católica, y sus almas se
salven, porque este es el mayor bien que les podemos desear, para lo cual es necesario que
sean informados de las cosas de nuestra fe; para que vengan a conocimiento de ella; tengan
mucho cuidado procurar, sin hacerles fuerza alguna, como los religiosos que allá están, los
informen para ello con mucho amor, de manera que lo más pronto que se pueda se conviertan;
y para ello den todo el favor y ayuda que sea necesario”.

Fue hasta la primera década del 1500 que se comprendió que, en realidad, se había
descubierto todo un nuevo continente con vastas tierras, mucho oro, e incontables nativos;
estallaron entonces los sueños y ambiciones.

El Cuarto viaje del Almirante (realizado entre el 13 de abril y el 15 de junio de 1502) partió
desde la isla La Española con el objetivo de emprender una expedición exploratoria por el istmo
del Mar Caribe pasando por las costas de las futuras Honduras, Nicaragua, Costa Rica y
Panamá. Esta expedición trajo como consecuencia que Centroamérica entrara a formar parte
de la Historia moderna del Reino de España y del mundo occidental.

Los primeros encuentros con aborígenes fueron tímidos, los nativos asombrados y
temerosos, y los europeos curiosos e inquisitivos. Ambos observándose intensamente,
intentando entenderse a señas, y aventurándose a intercambiar algunos objetos. Los
misioneros escudriñaban a los naturales con ojos de teólogos: ¿Tendrían alma? Los soldados
europeos por su parte con ojos de conquistadores: ¿Cuántos indios habría? ¿Qué tan grande
sería aquella tierra? ¿Cuánto oro había?

Los frailes vieron abrirse ante sus ojos un horizonte de evangelización sin límites, había
que ganar para Cristo y su iglesia una nueva raza de indios no alcanzados aún por el mensaje
de Jesucristo, sometidos a cultos aborígenes. Los reyes de España, por su lado, verían la
emergencia de un imperio magnífico y católico, donde no se ponía el sol y cuyos metales
preciosos podrían financiar el flaco tesoro público; millares de peninsulares, soldados,
campesinos, hidalgos, pillos y aventureros, veían la posibilidad del súbito enriquecimiento.

Los españoles no sólo aspiraban a conquistar territorios para la Corona, sino también
para Dios. El desorbitado instinto de codicia que los poseía iba a la par de un ardiente fervor
religioso. Aunque parezca incompatible, al mismo tiempo se consideraban con sinceridad
servidores y acrecentadores de Cristo y del Emperador. Para iniciar la transformación cultural
de los indígenas, tenían antes que convertirlos al cristianismo. La orden de los Reyes católicos
a Colón seguía siendo válida para los conquistadores: "Que procuraran la conversión de los
indios a la fe". Culturización e hispanización eran, en esta época, sinónimos de cristianización.

El 11 de abril de 1514 el rey Fernando organiza una flota de 22 naves, hacia Santa María
del Darién (Panamá), al frente de la cual iba Pedrarias Dávila, recién nombrado gobernador de
Castilla del Oro. Con él venía fray Francisco de Bobadilla, provincial de la orden de La Merced,
quien era además cuñado del nuevo gobernador, por ser hermano de Isabel de Bobadilla.

b. El cruel encuentro.

Con ese telón de fondo, comenzó la Conquista de Nicaragua en el siglo XVI. Mientras
Hernán Cortés (1485-1547), conquistador del imperio Azteca, se preparaba para invadir
Centroamérica desde el norte, en España el piloto Andrés Niño (1475-1525) y el Capitán Gil
González de Ávila (1480-1526) habían firmado un contrato con la Corona para explorar y buscar
oro, en una extensión de mil leguas a lo largo de las costas occidentales del istmo de la actual
Centroamérica.
A inicios del año 1523, Gil González penetró por el golfo de San Lúcar hasta el pueblo
chorotega de Nicoya. Después de leer el Requerimiento, documento oficial cuya lectura se
había prescrito para todas las entradas de conquista con la finalidad de justificar moralmente la
guerra contra los indígenas, en boca de los traductores nativos, el cacique aceptó el bautismo
junto a seis mil de los suyos, le entregó piezas de oro por un valor de trece mil pesos castellanos
y lo encaminó hacia las tierras de sus ancestrales enemigos, los nicaraos del istmo de Rivas.
En Quaucapolca, Capital de los nicaraos “cerca de la actual Rivas”, el cacique Nicaragua
interrogó a Gil González durante varios días en torno a las creencias cristianas, antes de presidir
la conversión de sus súbditos. El mismo González Dávila cuenta que en un solo día se
bautizaron "1.017 personas niños y adultos" con tanta voluntad y atención que vi llorar algunos
compañeros". Los indígenas mostraban una especial deferencia hacia el sacerdote que
acompañaba a los conquistadores, y le permitieron colocar cruces en sus vestiduras. Además,
el cacique regaló a los barbados visitantes piezas de oro por un valor de quince mil pesos, a
cambio de la camisa de seda del capitán español y otros artículos europeos.

Luego de penetrar el territorio nacional, Gil González regresó a Panamá en junio de 1523
con una gran cantidad de oro, acumulada durante el año y medio que recorrió las costas
occidentales de Panamá, Costa Rica y Nicaragua. Celoso ante el éxito de Gil González,
Pedrarias Dávila lo persiguió y obligó a huir hacia Santo Domingo, y después organizó su propia
empresa de conquista que salió de Panamá a mediados de octubre al mando del capitán
Francisco Hernández de Córdoba (1475 –asesinado 1526).

En 1524, una vez en Nicaragua, Hernández de Córdoba fundó la ciudad de León en el


extremo occidental del lago Xolotlán, junto al pueblo de Imabite en la zona poblada por los
nagrandanos y niquiranos, provincia de Nagrando. Asimismo, fundó la ciudad de Granada a
orillas del lago Cocibolca, contiguo al pueblo de Xalteva de la Provincia de Nequecheri. Al cabo
de siete meses, Hernández de Córdoba informó a Pedrarias que había obtenido piezas de oro
por un gran valor y que la población indígena de Nicaragua ya había sido pacificada.

Valga mencionar, que cuando Hernández de Córdoba arribó a Nicaragua encontró a


decenas de miles de indígenas mortalmente contagiados por una epidemia desconocida que
arrasaba con poblados enteros. Es posible que se tratara de la viruela introducida por los
soldados de Hernán Cortés en México desde 1520; el año siguiente esta epidemia estaba
causando estragos en Guatemala y es probable que en 1524 ya se hubiera extendido hasta
Nicaragua.

La pacificación española consistió en que, una vez conquistado un territorio, los


españoles se sentían merecedores de las gratificaciones por los servicios prestados a la
Corona. Una de éstas era la concesión de un determinado número de indígenas en
“encomienda” a cambio de velar por su evangelización. El encomendero tenía derecho a exigir
a los indígenas el pago de tributos en especies, además de usufructuar su fuerza de trabajo.

Hacia finales de 1524, Hernández de Córdoba distribuyó a los pueblos sometidos


asignándolos en encomienda entre sus soldados. Sin embargo, muchos preferían obtener
ganancias inmediatas vendiendo a sus encomendados, así como a los indígenas capturados
en cabalgadas o incursiones en pueblos rebeldes como botín de guerra.

Mientras tanto, el territorio de Nicaragua se convirtió en objeto de disputa entre varios


conquistadores, como Gil González de Ávila, Cristóbal de Olid, Hernán Cortés y Pedro de
Alvarado.
Hernández de Córdoba logró imponerse, y después pretendió erigirse en gobernador,
desconociendo la autoridad de Pedrarias Dávila. Éste organizó una fuerte expedición y en 1526
apresó a Córdoba y lo hizo ejecutar en la plaza de León.

El cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo señala que el "capitán Francisco


Fernández de Córdoba “Había hecho bautizar a gran cantidad de indígenas, y aquel gobernador
Diego López de Salcedo, había aprovechado mucho de la conversión de aquella gente". Y entre
las instrucciones de López de Salcedo a Gabriel de Rojas estaba como "la primera cosa que se
construya con los indios sea la iglesia, con hermosas proporciones, buen tamaño y coro".

Los esfuerzos evangelizadores contrastaban con los atropellos contra los indígenas. La
gran demanda de mano de obra en las despobladas Antillas, así como la urgencia de
cargadores o auxiliares para la conquista del Perú, habían creado un lucrativo mercado para
los traficantes de esclavos. Entre 1524 y 1525, cinco naves cargadas de oro e indios partieron
hacia Panamá, dando inicio a un brutal comercio con seres humanos, una verdadera trata de
indígenas.

c. La Evangelización de Fray Bobadilla

Un par de años después, Pedrarias Dávila obtuvo el nombramiento de gobernador de


Nicaragua (1528-1531) y se apoderó de casi todas las encomiendas de Nicoya. En 1528, llegó
fray Francisco Bobadilla, quien funda el convento e iglesia de La Merced en León, primera
edificación “hecha a la manera de Castilla” pues las primitivas casas se diferenciaban poco de
las chozas de los indios. De ahí se irradiará la evangelización a todo el occidente y parte central
de nuestro país; prueba de ello es la extendida devoción a Nuestra Señora de la Merced, todavía
presente en el los actuales territorios de las diócesis de León y Matagalpa.

Los indios, apegados a sus tradiciones, no iban inmediatamente a convertirse al


cristianismo con recibir el agua bautismal y oír unas palabras que no entendían. Por ello los
resultados eran muy escasos, por lo que Pedrarias encomienda a Fray Bobadilla elaborar una
información detallada de las creencias y costumbres de los indígenas recién conquistados.

Tal como se esperaba, los indios permanecían dentro de sus creencias. El cacique
Misesboy, uno de los entrevistados, se creía cristiano sólo porque le habían echado agua sobre
la cabeza y ni siquiera se acordaba de su nombre.

El cronista Oviedo recogió el informe de Bobadilla y opinaba que los indios eran
incapaces de ser cristianos. "Yo pienso —decía— que, por culpa de los cristianos, o por
incapacidad de los indios... muy raros y poquísimos son los indios que se pueden decir
cristianos de los que toman el bautismo en la edad adolescente".

Bobadilla, por su lado, quemó "infinito número de ídolos... todo junto en una gran hoguera
de la plaza... y les adoctrinó... acordándoles lo que debían de hacer para salud de sus almas".
Los templos indígenas se transformaban en cristianos y la cruz y símbolos cristianos sustituían
a las ancestrales imágenes sagradas.
Bobadilla bautizó sólo en el antiguo señorío de las nicaraguas (hoy Rivas) durante unos
nueve días a 29.063 indios y, en total al pasar el tiempo, a 52.558.
La conversión al cristianismo de los naturales fue en gran parte impuesta y estuvo acompañada
del irrespeto a sus culturas y tradiciones religiosas. La preparación al bautismo fue escasísima
o casi nula, pues algunos tan solo imitaban la conducta de sus jefes. El proceso del mestizaje
en la colonia hizo necesario la profundización en la doctrina cristiana, por lo que el proceso de
evangelización se prolongó durante varios siglos. La conquista, sin embargo, produjo por lo
menos una cristianización inicial, desarrollada por los misioneros por medio de la enseñanza de
la doctrina, la predicación, la administración de los sacramentos, las ceremonias litúrgicas y la
influencia personal. Así los indígenas, o muchos de ellos, fueron acogiendo poco a poco el
anuncio del Evangelio y lo abrazaron de corazón. Esto explica que al poco tiempo haya habido
indios que no querían que se les llamase indios, sino cristianos, otros ponían cruces sobre las
sepulturas de sus muertos y otros llevaban a la Iglesia a sus recién nacidos.

Sin embargo, las actitudes de los gobernadores y demás encomenderos contradecían la


predicación cristiana. Pedrarias convirtió a León y Granada en centros de acopio de esclavos,
de donde eran trasladados a pie hasta los puertos de El Realejo y el golfo de Nicoya para ser
exportados a Panamá y Perú. Diversos estudios basados en los libros de registro de navíos
coinciden en señalar que en la década de 1530 operaban unos diecisiete barcos transportando,
cada uno, un promedio de trescientos cincuenta indígenas desde Nicaragua a Panamá por mes.
Además, otros tres barcos hacían uno o dos viajes similares al año hasta Perú.

Se calcula que, durante las tres primeras décadas de la colonización española, se


exportaron desde Nicaragua no menos de doscientas mil indígenas víctimas de la codicia
depredadora de los traficantes de esclavos. Se dio una verdadera desarticulación de la sociedad
aborigen y una drástica caída de su población.

2. Juzgar: Luego de haber leído “encuentro y desencuentro de culturas” ubicamos en el


texto de Hechos de los Apóstoles elementos que ayuden a entender el abrazo del primer
anuncio, haciendo una comparación entre la predicación de San Pablo y la preocupación
por la conversión de los pueblos originarios por parte de la nuestra Iglesia, a través de las
Órdenes Religiosas procedentes de España.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):

En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con
el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.

Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:


«Atenienses, veo que son en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y
contemplando sus monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al
Dios desconocido”.

Pues eso que veneran sin conocerlo les anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo
que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por
manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da
la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando
fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo
buscaran a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de
nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de
vuestros poetas: “Somos estirpe suya”… Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le
juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos
más con ellos.

Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios…

Luego de haber realizado la lectura del texto bíblico realizamos una plenaria grupal,
tomando como referencia las siguientes interrogantes:

Preguntas para el diálogo

 ¿Qué nos llama más la atención de la forma cómo se implantó el cristianismo en


Nicaragua?

 ¿Qué huellas de esa historia y de la predicación de San Pablo llegan hasta el presente?

 ¿Qué entiendes por conversión? ¿Qué significa hoy “convertir a la fe” a tantos bautizados?

 Comente esta frase: “En tiempos de los apóstoles se bautizaba a los convertidos; hoy en
cambio debemos convertir a muchos bautizados”. ¿Por qué?

3. Actuar: La fe es un encuentro, es decir, una forma de vida y de situarse ante la realidad


y ante la Buena Nueva, que agarra a la persona de manera afectiva y efectiva. Por lo tanto,
nos transforma, nos da un corazón nuevo, es un camino, no una meta, se realiza en el
mundo, es vivida en la Iglesia. De ahí que la fe, supone dejarse transformar “convertirse”
en los pensamientos, sentimientos y afectos por Él Dios de Jesús “ABBA”, (nos hace
excéntricos, estar centrados en Él). Dios está presente en el mundo, en la historia, en la
Iglesia, en los acontecimientos de las personas. “En Él vivimos, nos movemos y existimos”
decía San Pablo en el famoso Areópago de Atenas.
3.1. Celebrar: Somos miembros del cuerpo que es la Iglesia, sentimos que nuestra madre se
une a nosotros gracias al bautismo, nos sentimos hermanos y colaboradores todos en la misión
de anunciar, por lo cual, cantamos: Iglesia Soy de Cesáreo Gabaráin

Iglesia soy y Tú también, Yo la veré envejecer;


en el Bautismo renacimos, pero a mi madre con arrugas
a una vida singular. y defectos la querré.

Y al confirmar hoy nuestra fe, La quiero más, pues sé muy bien


lo proclamamos compartiendo que ha envejecido
el mismo pan. sin dejarme de querer.

Coro: No vayas triste en soledad, Coro...


ven con nosotros y verás
a los hermanos La iglesia es tan maternal,
caminando en el amor. que me ha engendrado
y me alimenta y acompaña sin cesar.
Ven con nosotros y serás,
en la familia un hijo más; La iglesia es tan maternal,
iremos juntos que nunca duda en
caminando en el amor. abrazarme y perdonar

3.2. Compromiso comunitario – eclesial:

Resignificamos los símbolos que le habíamos dado un significado inicial. Luego de haber
compartido esta catequesis, escogemos uno de los elementos en el círculo, decimos el nombre
y expresamos un compromiso que asumirá la comunidad presente.

Ejemplo:

o La vela nos compromete a ser luz para las naciones.

o La cruz nos compromete a…


3.3. Compromiso personal

a) Si usas red social:

Escribimos una dato histórico o frase de la catequesis que deseemos recordar y


compartir con nuestros amigos en Facebook, Instagram o Twitter, acompañado de los
siguientes hashtags #NicaraguaSíMeImportas #Historia #Memoria

b) Si no usas red social:

Compartimos o preguntamos con nuestra familia y amigos, un hecho que recordemos o


información que deseemos conocer sobre los inicios de la Iglesia en la comunidad, barrio,
colonia o pueblo que somos parte.
Segunda catequesis

Motivación: Buscamos un espacio frente al presbiterio de la Parroquia, Capilla u Oratorio.


Podemos integrar algunos símbolos como: sandalias o un par de zapatos, alforja o bolso,
sagrada escritura, sombrero o gorra, bastón, papelógrafos, crayones o marcadores y colocamos
los elementos en la parte baja del altar (se podría preparar una procesión con los elementos,
de dos en dos, para que se vayan visualizando).

1. Ver: Orientamos sobre el significado misional de los símbolos desde las siguientes ideas:

 Los orígenes de nuestra Iglesia nos remontan a una “Iglesia en salida”, una “Iglesia
Misionera” que iba en búsqueda de su pueblo para continuar con la labor de
predicación, catequesis y evangelización permanente en los lugares más recónditos de
Nicaragua. Bautizarse no significaba un fin del anuncio, era el inicio de una formación
que comprometiera y adhiriera a los bautizados a las nuevas etapas de promoción del
cristianismo, el cual, desembocará en el testimonio personal y comunitario de los
primeros pueblos que habían sido conformados.
 Una Diócesis es una porción del pueblo de Dios, por lo tanto, la preocupación misional
para reunir en grupos y fundar pueblos era una prioridad para el momento de nuestra
historia que leeremos posteriormente. El simbolismo sencillo de lo que vemos (nombrar
los símbolos presentes) nos ayudan a entender que el despojo radical pone de
manifiesto quién es el que lleva a término la tarea. El Señor es el que envía, quiere
contar con la colaboración de los discípulos, les da poder para realizar la misión de dos
en dos, pero, a su vez, les deja experimentar que la fuerza viene de Él y no de
estrategias y prepotencias humanas, ni de equipamientos sofisticados, si no de estos
simples utensilios que usaron religiosos y sacerdotes en aquel momento.

Lectura compartida: La lectura del texto “Orígenes de la Diócesis de León (1531-1650)”


podemos realizarla de manera alterna (un párrafo por persona, según la disposición de las
bancas frente al presbiterio) para escuchar con diferentes matices y modulaciones de voz lo
que se nos quiere contar.

Orígenes de la Diócesis de León (1531-1650)


a. La Diócesis de León

El 26 de febrero de 1531, el Papa Clemente VII (Giulio De Medici, 1523-1534) erigió la


primera diócesis en Nicaragua con sede en la ciudad de León, que había sido fundada el día
de la Santísima Trinidad, entre el 15 y 19 de junio de 1524 por Hernández de Córdoba.

Valga mencionar que esta primera sede eclesiástica fue destruida entre el 2 y 16 de
enero de 1610, a causa de un fuerte terremoto provocado por una erupción del volcán
Momotombo, que destruyó la ciudad por completo y obligó al traslado de la ciudad a un nuevo
sitio, junto al poblado indígena de Subtiava. De ahí la introducción en nuestra toponimia nacional
del nombre de León viejo.

La nueva diócesis de León era sufragánea del Arzobispado de Sevilla, España, que sirvió
como madre jurídico-eclesiástica de todas las nuevas diócesis de América latina. Así la iglesia
del Viejo Mundo daba a luz la iglesia del Nuevo Mundo.

Dicha diócesis fue confirmada el veintiséis de septiembre de 1534 por el Papa Pablo III
(Alessandro Farnese, 1534-1549) y abarcó las actuales repúblicas de Nicaragua y Costa Rica,
conservando la misma sede eclesiástica.
Entre 1531 y 1575, la diócesis tuvo nueve obispos:

1- Diego Álvarez de Osorio. Secular, español, 1531-1536.


2- Fr. Francisco de Mendavia. Jerónimo, español, 1537.
3- Fr. Antonio de Valdivieso. Dominico, español, 1543 – asesinado en 1550.
4- Fr. Alonso de Veracruz (obispo en funciones) agustino, español, 1551.
5- Dr. Fernando Barriovero. Secular, español, 1555.
6- Lic. Lázaro Carrazco. Secular, español, 1556.
7- Luis de Fuentes. Secular, español, 1564.
8- Fr. Gómez de Córdoba. Jerónimo, español, 1567.
9- Fr. Antonio de Zayas. Franciscano, español, 1574-1582.

En el año 1546, el Papa Pablo III erigió los tres primeros arzobispados en el Nuevo
mundo: México, Santo Domingo (actual República Dominicana) y Lima (Perú). A partir de este
año las diócesis de Hispanoamérica dejaron de ser sufragáneas del arzobispado de Sevilla y,
en consecuencia, la diócesis de León pasó a ser sufragánea del arzobispado de Lima.

En el siglo XVI, la diócesis contaba con una veintena de clérigos que aumentarían al
medio centenar. En la primera mitad del siglo XVII se podían contabilizar unos veinticinco
curatos administrados, en más de una tercera parte, por el clero secular. La presencia y
proporción del clero secular en la administración de los curatos fue mayor que en el resto del
Reino de Guatemala.

En cuanto a las órdenes religiosas se contó con la presencia misionera de las órdenes
mendicantes: frailes dominicos o predicadores, frailes franciscanos (que se instalaron en la
ciudad de Granada y León) y los frailes de Nuestra Señora de La Merced. Estas dos últimas
serían las dos grandes Órdenes religiosas que acompañarían la naciente iglesia diocesana,
desde la conquista española hasta la fecha de su expulsión por el gobierno federal de la
república centroamericana en 1830.

En 1531 en la ciudad de León, según testimonio del Cabildo seglar, había tres grandes
conventos, uno franciscano, otro dominico y otro mercedario. Cabe mencionar que la Orden
franciscana fue la única en tener una Provincia religiosa debidamente constituida en el territorio
nicaragüense: la Provincia franciscana de San Jorge.

b. Avances en el proceso evangelizador

Fray Julián Garcés, primer obispo de la diócesis de Tlaxcala, en carta al Sumo Pontífice,
narra que el P. Bernardino Minaya en su visita a Nicaragua encontró a los indios dóciles y
entusiasmados y que le pedían el bautismo.
El primer Obispo D. Diego Alvarez de Osorio, fue uno de los primeros empeñados con
eficacia a la conversión de los naturales, y por eso inició su acercamiento a los naturales por
medio de Luis Ximénez, intérprete muy hábil para informar a los caciques e indios en las cosas
de la fe.

Los religiosos y los clérigos seculares fueron los principales agentes de la pastoral.
También hay que considerar la labor realizada por los indios como catequistas de sus
semejantes, que en muchos casos constituían la única voz cristiana permanente en sus
poblados. De manera que los obispos debían contar con ellos para implantar la iglesia, asegurar
la evangelización y dar continuidad a la administración de los sacramentos. Disponer de buenos
sacerdotes y catequistas era fundamental y constituyó uno de los principales objetivos de los
obispos. Pero los clérigos seculares escaseaban y algunos se desviaban de su responsabilidad,
y los frailes, muchas veces rebeldes para los obispos, caían en la prepotencia.

Los obispos hubieron de subsanar la falta de clérigos seculares y las carencias


económicas de los que había, combatir sus deshonestidades y defenderlos de falsas
acusaciones. Con respecto a los frailes, encuadrarlos en la pastoral diocesana y encauzarlos
hacía una vida regular acorde con su profesión religiosa. Y en lo tocante a los indios procurar
que se integraran cada vez más en su propio proceso evangelizador. Entre los evangelizadores
religiosos destacan por su número y administración de doctrinas de indios los mercedarios y los
franciscanos, seguidos en menor grado de los dominicos, pues estos cerraron sus conventos
en León y Granada en 1552. El clero secular también intervino, aunque a niveles más reducidos.
En la diócesis de Nicaragua y en la provincia de este nombre fueron los mercedarios los
primeros evangelizadores, aunque el peso casi exclusivo pronto recayó en los franciscanos. El
clero secular, todavía escaso, nunca dejó de contribuir a la obra evangelizadora.

Evangelizar en la lengua de los naturales fue uno de los primeros objetivos que se
propusieron los misioneros. En el inicio de la evangelización, ante la imposibilidad de
comunicarse con los indios, se valieron de señas e intérpretes al mismo tiempo que aprendían
las lenguas locales. Las plegarias y los conceptos doctrinales generalmente se enseñaron en
latín o en castellano para evitar posibles errores o inexactitudes teológicas. La catequesis o
exposición del mensaje cristiano en los primeros contactos se abordaba en la lengua de los
nativos; en un segundo momento se emplearía la lengua castellana, después que los naturales
hubieran adquirido el conocimiento de ésta. Siempre se consideró conveniente que los pastores
conocieran la lengua de los nativos y constituyó un requisito básico para hacerse cargo de una
doctrina o parroquia de indios. Para facilitar el conocimiento y aprendizaje de las distintas
lenguas se elaboraron gramáticas y vocabularios, y se establecieron aulas y maestros para
enseñarla.

Fue el obispo franciscano Fr. Antonio de Zayas el verdadero fundador de la Provincia de


San Jorge en 1575, que luego vendría confirmada por el Capítulo general de la Orden
franciscana celebrado en París en 1579. Dicha Provincia contaría con doce conventos dentro
del territorio.
El obispo Zayas involucró a los frailes de la Provincia en la ardua tarea de evangelización
de los indígenas; para entonces contaba con unos treinta frailes, con Fr. Pedro de Ortiz a la
cabeza, que fundarían muchas Doctrinas en todo el territorio de la diócesis.
Otro centro importante de evangelización fue el convento franciscano de la Inmaculada
Concepción en la ciudad de Granada. Fundado en 1529, fue cabeza de la provincia franciscana
de San Jorge, de la cual dependían 17 centros de misión, y que estuvo activa hasta mediados
del siglo dieciocho.

Las crónicas sobre las misiones franciscanas en las remotas regiones por donde cursan
los ríos Patuca y Coco y sus respectivos afluentes, conocidas en el siglo XVII como las
provincias de Taguzgalpa y Talagalpa, constituyen las primeras informaciones escritas sobre
las diversas tribus nómadas como los Xicaques y Raguacas (sumus) que habitaban la parte
oriental de Honduras y Nicaragua, provincias caracterizadas por sus intrincadas montañas y
espesas selvas, quienes ofrecieron tenaz resistencia a la penetración extranjera, llegando a
martirizar a 105 misioneros, entre ellos los célebres frailes Verdelete y Monteagudo, que
murieron en el río Coco a manos de los temibles Taguacas.

La fingida conversión de las tribus de la Taguzgalpa ante la prédica de los cándidos


misioneros, que apenas mascullaban los dialectos nativos, parece haber obedecido a la
curiosidad de los indios por obtener las baratijas que los frailes ofrecían, más que a la verdadera
aceptación de una fe que intentaba desafiar los ancestrales poderes de sus influyentes
'chamanes' y 'sukias' (brujos).

Los franciscanos se entregaron a la labor evangélica sacando indios de las montañas de


Jinotega entre 1667 y 1679; fundaron pueblos y los convirtieron a la fe de Cristo. Es posible que
algunos de esos poblados no se sostuvieran por más tiempo, debido a las repetidas invasiones
de los piratas y aventureros ingleses, quienes, apoyados por los sambo-miskitos, remontaron
en varias ocasiones el río Coco para asaltar la ciudad de Nueva Segovia, incursiones que
aprovechaban los invasores para capturar a los indios conversos y venderlos como esclavos en
el mercado de Jamaica.

El erróneo concepto de 'guerra justa', que los conquistadores españoles aplicaban en


aquellos tiempos para someter indios rebeldes al dominio y religión de España, jugó aquí
también su rol en el fracaso de las primeras misiones franciscanas y en su fatal desenlace.
La historia de Nicaragua, deslumbrada por las aventuras de los conquistadores, ha olvidado las
hazañas de estos santos varones que dejaron el contemplativo reposo de sus conventos para
viajar por desconocidas y peligrosas geografías abriendo los caminos de la fe, y hasta de la
patria.

A finales del siglo dieciséis y después del Concilio de Trento, la iglesia en Nicaragua poco
a poco iba dejando atrás a una iglesia misional y se asomaba a una iglesia diocesana. Esta
situación exigía un esfuerzo de acomodo de las estructuras diocesanas, y así, se precisaba un
clero secular que atendiera en las parroquias las nuevas exigencias de la labor eclesial. Sobre
tres puntos delicados debió la iglesia en su estructura diocesana manifestar su acción
apostólica, misionera y pastoral: la administración de las parroquias y doctrinas; las visitas de
“vida y costumbre” de los pastores y la lenta sustitución de los religiosos por sacerdotes
seculares en dichas doctrinas o parroquias de indios.

Los clérigos seculares formaban el núcleo más amplio de la pastoral diocesana y sobre
ellos se debía asentar la implantación de la iglesia y la administración de los sacramentos.
Lógicamente, constituyeron un centro de especial atención para los obispos, que, conscientes
de la importancia que tenían estos ministros, procuraron ofrecerles una estabilidad material y
reclamarles una vida coherente con el Evangelio. Los prelados, en el primer caso, pusieron su
empeño en facilitarles los medios económicos suficientes y para ello insistieron en dotarlos con
los pueblos y doctrinas de indios que en buena parte estaba en manos de los religiosos. En el
segundo, intentaron que los clérigos fueran personas de calidad, hombres escogidos,
intachables en su conducta e interesados en su responsabilidad pastoral. A fin de lograr este
objetivo extremaron la vigilancia, hicieron un seguimiento personal de cada uno y castigaron a
los indeseables.

La primera evangelización, con sus claro-oscuros, desafíos y logros, nos enseña a los
cristianos católicos de hoy, que “la fe no se impone, sino que se propone”. Propongamos y
emprendamos pues no un nuevo concepto, sino una nueva evangelización, que en frase de
San Juan Pablo II tendrá que ser “nueva en su método, en su expresión y en su ardor”.

c. El Desencuentro dentro de la Cristiandad Colonial

El término Cristiandad designa un modo de relación entre la sociedad y la iglesia de la


edad media. Los pueblos de la Europa de entonces forman una gran comunidad cimentada en
la fe cristiana; la iglesia y el imperio son las dos caras de una misma realidad, a la vez espiritual
y temporal, caracterizada por la alianza entre trono y altar a imagen del alma y del cuerpo.

En la década de 1540 se inició el proceso de organización colonial en Centroamérica con


la fundación de la Audiencia de los Confines, la reducción de los indígenas en poblados, y la
aplicación de las Leyes Nuevas. La era del predominio absoluto de la familia de Pedrarias Dávila
llegó a su fin y se inició un gradual proceso de reordenamiento institucional.

En buena medida, estos cambios fueron impulsados por Fr. Bartolomé de las Casas OP,
que se estableció en León en 1532 como superior del convento de los dominicos. La destrucción
de la provincia estremeció tanto la sensibilidad del misionero español, que lo llevó a dirigir
numerosas cartas a los miembros del Consejo de Indias (1524-1812).

Las Casas acusaba directamente a algunos funcionarios y encomenderos de ser los


culpables de la desarticulación de las sociedades indígenas acompañada de una reducción
dramática de su población. Por otro lado, las respuestas del Consejo eran demasiado tímidas
e inconsistentes como para frenar la codicia de los conquistadores. En 1536, Las Casas fue
expulsado de Nicaragua por Rodrigo de Contreras, yerno de Pedrarias Dávila, a quien había
sucedido en la gobernación de la Provincia de Nicaragua (1535-1544).

La impunidad del clan que gobernaba Nicaragua revela un fenómeno generalizado en el


mundo colonial de la época, los conquistadores y sus descendientes estabas en vías de
constituirse en una poderosa aristocracia feudal. Consciente del peligro que tal proceso
representaba para su hegemonía, en 1542 la Corona promulgó las Leyes Nuevas dirigidas a
afianzar y centralizar su autoridad en el mundo colonial; con dichas leyes se prohibía
oficialmente la esclavitud de los indígenas y se abolía el sistema de las Encomiendas.

En 1544, llegó a Nicaragua el fraile dominico Fr. Antonio de Valdivieso, investido de los
cargos de Obispo y Protector de los Indios. Valdivieso era discípulo de Las Casas y no tardó en
enfrentar al gobernador Contreras, a quien acusó de trasladar numerosas encomiendas a sus
familiares, e incluso a sus bastardos mestizos, para evadir la obligación de colocarlas bajo la
autoridad de la Corona.

Por otro lado, Valdivieso lamentaba la falta de recursos económicos y humanos para
llevar a cabo su labor evangelizadora; el gobernador le escatimaba el pago de los diezmos y
muchos de los párrocos se comportaban igual que los codiciosos conquistadores. El propio
obispo Marroquín, de Guatemala, era dueño de infinito número de esclavos y encomiendas por
lo que estaba del lado de los gobernadores.

En sus cartas a la Corona, tanto Las Casas como Valdivieso insistirían en la necesidad
de hacer efectivas las Nuevas Leyes para sustraer a los indígenas del control de los
gobernadores y sus allegados, de lo contrario – advertían – los arrogantes encomenderos
acabarían rechazando la soberanía real en el Nuevo Mundo, tal como había ocurrido en Perú,
donde la rebelión encabezada por Gonzalo Pizarro había desembocado en una guerra civil y la
muerte del virrey.

Las denuncias de Valdivieso, finalmente, fueron escuchadas por el segundo presidente


de la Audiencia, el enérgico Lic. Alonso López de Cerrato. En 1548 dispuso una visita de
inspección a Nicaragua, a raíz de la cual ordenó la confiscación de las encomiendas en manos
de los descendientes de Pedrarias Dávila, medida que fue ratificada por el Consejo de Indias.

En 1550 los hijos de Rodrigo de Contreras, Pedro y Hernando Contreras, privados ya del
poder y sus privilegios, decidieron tomar venganza y mandaron asesinar al obispo y a saquear
de las arcas reales. Poco después, encontrarían la muerte al pretender tomar por asalto la
ciudad de Panamá, en compañía de algunos soldados de la fracasada sublevación de Pizarro.

La sangre del obispo Valdivieso significó un bautismo de sangre para la joven diócesis.
El miércoles de ceniza de febrero de 1550 el obispo se encontraba en su casa cuando, cerca
del mediodía, llegó una turba que lo asesinó a puñaladas, le robaron sus insignias episcopales
(anillo y cruz pectoral) y lo abandonaron en un charco de sangre. Providencialmente, el obispo
logró confesarse y después de rezar el credo, por segunda vez, murió a los cincuenta y cinco
años en los brazos de su madre Doña Catalina Álvarez de Valdivieso.

Mientras en Europa, se llevaba a cabo la celebración del Concilio de Trento (1545-1563)


ante la amenaza de la Reforma protestante que iba extendiéndose por toda la vieja cristiandad,
y era menester defender y proteger la fe ortodoxa y católica; en la cristiandad colonial se
extendía el afán de riquezas y poder a través del control y la explotación de la población
indígena, y también se hizo menester defender y proteger la vida de los indígenas ante los
traficantes de seres humanos.

Este escenario de contrastes marcó una clara diferencia e identidad entre el ministerio
episcopal europeo y latinoamericano: su carácter de Protector de los indios, que se traducía en
la protección y defensa de la vida de los indígenas. Esta nueva identidad eclesial llevó a la
comprensión pastoral que la Vida del indígena era el mayor don de Dios a defender, la Verdad
más sagrada para proclamar y el Camino más profético a seguir.

2. Juzgar: Luego de haber leído “Orígenes de la Diócesis de León (1531-1650)” ubicamos


en el texto del Evangelio según san Marcos 6,7-13 y encontramos elementos que ayuden
a iluminar el trabajo misionero en la defensa y promoción humana - cristiana de los pueblos
originarios desde el conocimiento de Jesucristo.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,7-13

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles
autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y
nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una
túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel
sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para
probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían
con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor…

Luego de haber realizado la lectura del texto bíblico realizamos una plenaria grupal, tomando
como referencia las siguientes interrogantes:

Preguntas para el diálogo.

 La labor misionera tiene implicaciones costosas, incluso “dar la vida” como le fue
arrebatada al Obispo Valdivieso en la joven diócesis de León ¿Qué otras implicaciones
existen al pretender anunciar a Jesús en una sociedad marcada por la violencia?

 ¿Encontramos en este periodo histórico situaciones parecidas a otras que hemos vivido?
¿Cuáles?

 Considerando nuestra situación actual con la Nicaragua del siglo XVI, ¿qué prácticas
pastorales permanecen y cuáles se han perdido a nivel de Iglesia?

 ¿Se puede considerar que ha existido el profetismo (como anuncio y denuncia) en la


práctica pastoral - misionera de la iglesia nicaragüense?
3. Actuar:

3.1.- Celebrar:
Somos bautizados y estamos llamados a ser misioneros, por lo cual, cantamos:
Id amigos…

Sois la semilla que ha de crecer


Sois la estrella que ha de brillar
Sois levadura, sois grano de sal
Antorcha que debe alumbrar

Coro: Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor


Mensajeros de la vida, de la paz y el perdón
Sed, amigos, los testigos de mi resurrección
Id llevando mi presencia, con vosotros estoy

Sois la mañana que vuelve a nacer


Sois espiga que empieza a granar
Sois aguijón y caricia a la vez
Testigos que voy a enviar

Coro…

3.2.- Compromiso comunitario – eclesial:

Usamos los papelógrafos que se colocaron frente al presbiterio y escribimos palabras


con ayuda de marcadores o crayones que nos reten o inspiren a dar testimonio de una “Iglesia
misionera”. Compartimos brevemente cómo o en qué prácticas cotidianas se podrían evidenciar
esas palabras que hemos escrito.

3.3.- Compromiso personal

a) Si usas red social:

Buscamos una carta pastoral de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, y escribimos


una frase misional o profética inspiradora que deseemos recordar y compartir con nuestros
amigos en Facebook, Instagram o Twitter, acompañado de los siguientes hashtags
#NicaraguaSíMeImportas #Historia #Memoria

b) Si no usas red social:


Compartimos o preguntamos con la familia y amigos, un hecho profético que recordemos
sobre el actuar de la Iglesia en la comunidad, barrio, colonia o pueblo que deseemos rescatar.
Tercera catequesis

Motivación: Buscamos un lugar abierto, colocamos sillas de manera circular para compartir y
degustar la tercera catequesis sobre la construcción y defensa de la identidad cristiana.
Colocamos un cartel con las siguientes palabras “MADRE Y MAESTRA”.

1. VER: la defensa y construcción de la fe es un proceso de alegrías y descontentos, de


fiestas y de desencantos. La expansión y el abrazo de la fe en las familias nicaragüenses
de aquel entonces iba significando compromiso y alegría; pero también, una lucha
constante por permanecer fieles en una sociedad naciente y asediada por conflictos y
saqueos. En aquellos tiempos los signos de esperanza fueron creciendo, como fue la
promoción educativa y pastoral de los pueblos indígenas que abrió el ministerio de la
enseñanza de una Iglesia “Madre y Maestra”

Lectura compartida: la lectura del texto “Construyendo y defendiendo la cristiandad


(1650-1750)” podemos realizarla de manera alterna (un párrafo por persona) para escuchar con
diferentes matices y modulaciones de voz lo que se nos quiere contar.
Construyendo y defendiendo la cristiandad (1650-1750)
El título de esta catequesis define de manera sintética este período de tiempo. Nos
encontramos en plena construcción de la religión cristiana y de su estabilización entre la
población indígena, en el marco de la Colonia española. Pero, además, es un tiempo de defensa
de los ataques externos, sobre todo de las invasiones y asaltos de los piratas y corsarios
extranjeros y de algunas tribus de la costa Caribe; como también de los ataques internos, es
decir, las injusticias que los obispos y sacerdotes denunciaron de diversas formas, en favor de
las poblaciones indígenas. La historia es maestra y nos enseña los errores y los aciertos de los
hombres de todas las épocas para aprender de ellos y mejorar siempre en el cumplimiento de
la misión que Dios nos da en esta vida.

a. Conflicto en torno al Patronato real

En la etapa que estamos desarrollando se notan los conflictos entre la Iglesia misionera
y la monarquía hispánica, que quería retener a toda costa el control sobre la Iglesia a través del
Patronato, por el cual el Rey nombraba y tenía facultad sobre los obispos. Las necesidades de
la evangelización se oponían a los privilegios del Patronato. Los que sufren son las órdenes
mendicantes que eran los principales protagonistas de la misión. Es importante saber que en
1622 se crea en Roma la Congregación de Propaganda Fide, la cual limita al Patronato español
y portugués, haciéndose cargo ella misma de las misiones. Sabemos que, por la distancia y
aspectos económicos, no se llevaba el control preciso de los misioneros y dependía de cada
gobernador y cabildo de la ciudad, el trato que se le daba a las órdenes religiosas. A pesar de
todos los problemas que enfrentaron los misioneros, continuaron trabajando en la
evangelización de los indios. Los franciscanos, al fin del siglo XVII, poseían 80 conventos en la
región de México, 54 en Michoacán, 22 en Guatemala, 22 en Yucatán, 12 en Nicaragua.

Un hecho importante fue el fin del reinado de Carlos II (1665-1700), rey de España que
pertenecía a los Habsburgos de la casa de Austria; tras su muerte, se desata la Guerra de
Sucesión entre Habsburgos y Borbones para la elección del nuevo rey de España, conflicto que
afectó a la Iglesia hispanoamericana. Las relaciones del nuevo rey Felipe V de Borbón (1700-
1746) con Roma fueron tensas desde un principio. Dado que el papa Clemente XI había
reconocido al Archiduque Carlos de Austria durante la guerra, en 1709 el nuevo monarca
Borbón rompió relaciones con Roma, cerró la Nunciatura, y al mismo tiempo, endureció su
postura, instruyendo a las autoridades religiosas que las causas eclesiásticas y otras materias
de justicia quedaban sujetas a la jurisdicción del Estado. Lo que Felipe V quería era que se
aplicase en España el régimen de Patronato que disfrutaba para las Indias. Y consideraba el
Patronato no como una concesión del papa a la monarquía española, sino como un derecho
propio.

Ante estas dificultades, Roma exhortaba a los obispos a defender la libertad de la Iglesia
y resistir a las presiones de la Corona. En 1737 se consiguió firmar un concordato que, de
hecho, no satisfizo a ninguna de las partes y remitía a la situación previa a la ruptura. Fue hasta
1753 que se firmó un nuevo concordato con el cual se inició un nuevo período para la Iglesia
de América, en el sentido de la distensión entre Roma y España. La decadencia hispánica
significó la falta de nuevos misioneros.
Por el tratado de Utrecht (1713) España y Portugal no poseen ya el poder sobre los
mares. Poco a poco Holanda e Inglaterra reemplazan el poder hispánico. Por tanto, a falta de
misioneros, los laicos tanto españoles como criollos, tuvieron una activa participación, siempre
dentro del molde del régimen de cristiandad. Debemos recordar las cofradías, congregaciones
y terceras órdenes.

b. Obispos promotores de la evangelización

Los obispos de estos años fueron grandes promotores de la evangelización y de la


cultura en los pueblos originarios. Tenemos el ejemplo del gran obispo teólogo el fraile
franciscano de origen chileno y primer americano como obispo de Nicaragua, Alonso Briceño.
Fray Alonso se dedicó de lleno a la evangelización de los indios. En una carta al rey le cuenta
del trabajo de un hermano de su orden, fray Juan de Santiago, quien por más de cuarenta años
evangelizó en la provincia de san Jorge y aprendió tres lenguas indígenas. Sufrió el tiempo de
las invasiones de los piratas. Este obispo en 1647 informaba al rey que, en su obispado, que
incluía Nicaragua y Costa Rica, existían 37 curatos: veinte en manos del clero diocesano y
diecisiete administrados por frailes franciscanos y mercedarios.

Otro obispo importante fue fray Alonso Bravo de Laguna, que en una carta dirigida a la
reina Mariana de Austria, en 1673, cuenta que se había dedicado a visitar y confirmar gran
cantidad de personas; reparó muchos templos y colocó numerosos altares. Comunica que
estaba listo para visitar la provincia de Costa Rica, que estaba bajo su jurisdicción, donde murió
un año después. Le pide que se establezca la cátedra de gramática y lenguas indígenas, para
que los evangelizadores puedan dirigirse a ellos.

De estos años es la publicación del testimonio en relación con el origen de la imagen de


Nuestra Señora de El Viejo. El testimonio hace notar la gran devoción que se le tenía en la
Nicaragua del siglo XVII a esta imagen de la Concepción de María y lo milagrosa que sus
devotos la consideraban. De esta devoción se originaría una de las tradiciones más bellas de
este pueblo como es la fiesta de la Purísima. Sabemos que ya en la primera mitad del siglo
XVIII se celebraba la Purísima en la ciudad de León, especialmente en la iglesia y el convento
de san Francisco.

c. Conflictos entre españoles e indígenas

La clase dirigente de nuestro período continúa con su pretensión de estar escudada por
la Conquista y ser representante de su Majestad Católica. Desde el punto de vista organizativo,
la población española que dominaba en Nicaragua seguía el modelo del reino ibérico, pero
claramente con mucha diferencia en el funcionamiento, ya que, en la península, desde el
ejercicio del poder centralizado, se controlaban todos los aspectos de la sociedad y en todos
los niveles de la jerarquía militar, política y religiosa.

En el plano económico existía una diferencia abismal entre el español y el indio, ya que
el indio, por los diezmos y tributos que pesaban sobre él, apenas si sobrevivía y estaba inserto
en una economía colectiva.
En cambio, los españoles eran dados al comercio y buscaban ganancias en todas sus
transacciones. Éstos se fueron a establecer junto al pueblo indígena de Subtiava. Los indios,
molestos por este nuevo asentamiento, se lamentaron ante el rey del despojo de sus tierras, sin
lograr ningún resultado. El 1 de diciembre de 1670 el obispo de León, fray Alonso Bravo de
Laguna, se dirigió al rey diciéndole: “Los vecinos que se trasladaron hicieron pie en tierras de
los naturales con violencia, y aunque los indios lo resistieron, favorecidos los españoles de
quien gobernaba esta provincia, se perpetuaron”. En este tiempo la parroquia estaba inserida
en la estructura de dominación colonial a través del diezmo, que era pesado para los indígenas.
A pesar de su aporte a la economía, los indígenas no gozaban de sus beneficios, prácticamente
no poseían nada.

d. Ataques y saqueos de los piratas

La ciudad de Granada, como hemos dicho, en este período tuvo un gran apogeo, debido
a su ubicación que la ponía en comunicación con Portobelo y Cartagena, gracias al río San
Juan y al Gran lago. En Granada se daba el intercambio entre lo que se producía en Nicaragua,
es decir, cacao, añil, cochinilla, tabaco, telas, maíz, cuero, y los productos y vinos de Europa.
Claro que esta riqueza atrajo la llegada de los piratas y por tanto la decadencia de la ciudad.

El 30 de junio de 1665, la ciudad de Granada fue asaltada por piratas al mando de John
Davis, quien limitó su acción a un pillaje sistemático. “Acelerados – afirma Alexandre
Esquemeling, cronista de piratas – robaron con la mayor prisa que pudieron, todo el dinero que
hallaron; no perdonando las iglesias, que profanaron, sin respeto”. También se dice que ese
mismo año hubo otro ataque de parte del corsario Morgan. Nuevamente en agosto de 1670
Granada fue asaltada por el pirata Gallardillo. Ante los miedos causados por los asaltos de los
piratas, el obispo Alonso Bravo y Laguna escribió al rey el 15 de marzo de 1671, y al virrey de
Nueva España (México) el 25 del mismo mes, para que se defendiera la entrada por la boca del
río San Juan. El obispo fue escuchado y en 1672 se firmó la ordenanza para la construcción del
Castillo de la Inmaculada Concepción, que fue concluido en 1675.

Entre el 8 y el 10 de abril de 1685 de nuevo los piratas, esta vez al mando de William
Dampier, atacaron Granada, que quedó incendiada y llena de trincheras para defenderse de los
saqueos. Muchos de los habitantes de la ciudad tuvieron que huir, dejando la ciudad desolada.
El obispo Navas y Quevedo escribirá al rey para que ordene el regreso de todos los habitantes
que habían huido a las montañas. Otra fecha dolorosa para la historia de Nicaragua fue el 21
de agosto de 1685, cuando otra invasión de piratas ingleses quemó el Archivo de la Catedral
de León. En Nicaragua no hubo una tropa española fuerte como para defender las ciudades
ante dichos ataques, solamente milicias locales.

d. Labor pastoral y educativa de Fray Andrés de las Navas y Quevedo

En diciembre de 1677 fue propuesto como obispo de Nicaragua Fray Andrés de las
Navas y Quevedo, llegando a León el 23 de febrero de 1679. Le esperaba un duro trabajo como
pastor de su grey y como profeta denunciador de las graves injusticias que se cometían contra
los indios. Le tocó luchar para corregir la corrupción del clero, de manera especial, contra el
Deán Ginés Ruiz.
Fray Andrés también nos habla de las invasiones de los piratas ante los cuales los indios
estaban indefensos. No omite denunciar los pecados de los malvados, criminales y tiranos,
diciendo que en esta tierra se miente mucho, reina la ambición y la codicia en todos los
corazones, generando pleitos, discordias y embustes. Otra gran cosa que realizó fue la
fundación del Colegio Seminario de San Ramón (15 de diciembre de 1680), primer centro de
educación de cierta categoría en nuestro país, el cual posteriormente daría origen a la
Universidad de León.

Sin embargo, en 1752 el obispo Morel de Santa Cruz hace este triste balance: “El Colegio
solamente lo ha sido en el nombre y por este motivo ha rendido poca utilidad a la Catedral, a la
República y a la Juventud”. La educación era muy precaria; se necesitaba viajar a Guatemala
a la Universidad de San Carlos, fundada en 1675, para realizar los estudios superiores y
claramente no todos tenían las posibilidades económicas para hacerlo, por este motivo se
explica el retraso en el campo de la educación. Los franciscanos, por ejemplo, aceptaron
candidatos nicaragüenses hasta en 1673 y eran enviados a formarse en Guatemala. Fray
Andrés atestigua que la gran mayoría del clero vivía en pobreza. Resumió así su labor
episcopal: “Cinco años he servido al obispado de Nicaragua y siempre he vivido en continua
peregrinación, de pueblo en pueblo, cumpliendo con mi oficio pastoral, celando y velando el
buen tratamiento de los indios, amándoles como a hijos y pobres desdichados, teniendo su
desnudez dentro de mi alma, desnudándome yo para vestirles a ellos”. Un siglo después la
situación no sería muy distinta.

En 1752 el obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz denunció ante el rey atropellos
contra los indios: “Estos miserables (indios) se ven precisados a asistir a los curas y
corregidores con sus personas y sus bienes, por sermones. No sé qué haya ni pueda haber
razón para que los desnudos y los hambrientos hayan de servir y mantener a los que viven en
la abundancia y el regalo”. En 1687 el visitador de la Orden Franciscana dice que en la Provincia
de San Jorge existían dieciocho conventos y actuaban cincuenta frailes; afirma que, tanto entre
sus religiosos como en el clero diocesano, había “pobreza, doctrina y lucidez”. Los franciscanos
ejercían entonces funciones parroquiales y realizaban misiones entre los indios.

En 1702 fue elegido obispo de Nicaragua el trinitario calzado Fray Diego Morcillo Rubio,
quien llegó a Nicaragua en 1704 y sobresalió también por la defensa de los indios. Luchó contra
las autoridades civiles y militares, así como contra algunos religiosos que, so pretexto de
brujerías y hechicerías, maltrataban a los indios.

e. Presencia de zambos y miskitus

En la parte del pacífico nicaragüense se vivía de la granja, del cultivo de la tierra, con rica
naturaleza, gran variedad de fauna y flora, con ríos, lagos y lagunas. La parte caribeña estaba
separada por una gran franja de montañas que siempre estaban húmedas y cubiertas de selvas
impenetrables. Esta separación entre el pacífico y el atlántico permitió que, en 1687, Gran
Bretaña regularizara su presencia en la Costa Caribe y estableciera un protectorado, apoyando
a la dinastía de reyes Zambos Miskitu, que estaría en el poder por 207 años. No hay base
documental sobre los misquitos al principio de la conquista, al parecer surgen a mediados del
siglo XVII.
La noticia más antigua acerca de los misquitos proviene del bucanero Exquemelin, quien
en 1672 observó que ellos formaban una pequeña nación entre 1.600 y 1.700 personas dividida
en dos provincias. En 1711, el obispo de Nicaragua, Fray Benito Garret y Arloví, describió el
origen de los zambo-misquitos como sigue:

“Año 1641 se perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la
parte desde la boca del río San Juan, provincia de Nicaragua, hasta la ciudad de Trujillo,
provincia de Honduras… recogióse la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y
guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas de indios caribes que celosos y
recelosos de aquellos nuevos huéspedes, les movieron guerra y por algunos años la tuvieron
entre sí muy cruda vencieron los negros con el tiempo a los caribes, retiráronse estos la
montaña adentro hacia las tierras de la Segovia y Chontales quienes hoy en día tiene fiera con
ellas… y con las mujeres de los vencidos, se fueron multiplicando los vencedores y porque ya
murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos por ser hijos
de negros y de indias”.

En 1717 se le otorga al valle de Rivas el título de villa, es decir al núcleo de españoles


que habitaban una zona, con la denominación de Purísima Concepción de Rivas de Nicaragua.
El 16 de diciembre de 1743 el papa Benedicto XIV crea el arzobispado de Guatemala, del cual
León pasa a ser sufragánea. Otra fecha importante es la demolición de la quinta y el inicio de
la sexta y definitiva catedral de León en 1747, siendo la catedral más grande de Centroamérica.

En conclusión, nuestro período es una época de muchos cambios, marcada por el celo de
la Iglesia en anunciar a Jesucristo y enseñar la doctrina cristiana; por la lucha contra las
injusticias que se cometían contra los indios, y por la defensa ante las invasiones de los piratas.
La evangelización de todos los tiempos debe ir al origen del problema del hombre que está en
el corazón: “Porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios,
fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias” (Mt 15,19). Cambiando el corazón del hombre
a través del kerigma y los sacramentos, se cambian las estructuras injustas, porque el hombre
ya no buscará su propio interés, viviendo en el egoísmo, sino que será capaz de amar.

2. Juzgar: Iluminamos lo leído desde la palabra que compartiremos, para encontrar detalles
que puedan seguir consolidando la labor profética y maternal de la Iglesia en una sociedad
que sigue construyendo su historia, y reparando hilos rotos a causa de constantes asedios
y nuevas formas de saqueo. Hoy, al igual que ayer, estamos llamados a ser anuncio y
testimonio de lo que hemos visto, oído y escuchado durante estos años de ministerio de
enseñanza de nuestra madre “La Iglesia”, como Jeremías “¡No tengamos miedo!” y que las
palabras que nos transmite la historia repercutan en el mañana de nuestra Nicaragua.

Comienzo del profeta Jeremías (1,1.4-10):

Palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio


de Benjamín. Recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes
de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de las naciones.»

Yo repuse: «¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.»
El Señor me contestó: «No digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe, irás, y lo
que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del
Señor.

El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo: «Mira: yo pongo mis palabras en
tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y
demoler, para edificar y plantar.»
Palabra de Dios…

Luego de haber realizado la lectura del texto bíblico realizamos una plenaria grupal,
tomando como referencia las siguientes interrogantes:

g. Preguntas para el diálogo

 En el bicentenario de la independencia, ¿Qué lecciones de vida sacamos de los


acontecimientos de la historia de Nicaragua? ¿Qué relación tiene el texto leído del
comienzo de la vocación del profeta Jeremías con la misión de enseñanza y construcción
de la Iglesia en nuestra Nicaragua?

 Conociendo la historia de Nicaragua de este período, ¿Cuál crees tú que sea la misión
actual de la Iglesia?

 En medio de las injusticias de nuestra sociedad, ¿Cuál es tu respuesta que das como
cristiano?

3. Actuar:

3.1. Celebrar: Somos hijos de una madre que es “Maestra”, estamos llamados a ser profetas y
maestros, haciendo nuestras las palabras de la siguiente composición musical, cantamos:

“El Profeta”

Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre


Antes que tú nacieras te conocía y te consagré
Para ser mi profeta de las naciones yo te escogí
Irás donde te envíe, lo que te mande proclamarás.

Coro: Tengo que gritar, tengo que arriesgar, ay de mí si no lo hago


Cómo escapar de ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro
Tengo que hablar, tengo que luchar, ay de mí si no lo hago
Cómo escapar de ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro.
No temas arriesgarte, porque contigo yo estaré
No temas anunciarme, porque en tu boca yo hablaré
Te encargo hoy mi pueblo para arrancar y derribar
Para edificar, destruirás y plantarás.
Coro…

3.2. Compromiso

a) Si usas red social:


Buscamos el texto de Mateo 23, 37; y lo compartimos con nuestros amigos en Facebook,
Instagram o Twitter, acompañado de los siguientes hashtags #NicaraguaSíMeImportas #Iglesia
#Madre #Maestra

b) Si no usas red social:


Compartimos con la familia y amigos el texto evangélico de Mateo 23, 37. Realizamos
una reflexión conjunta: ¿Cómo podemos reunirnos todos en un mismo sentir frente al miedo y
al descontento, para generar protección y cobijo como pretendía Jesús desde la imagen de la
gallina?
Cuarta catequesis

1. Ver: mirada histórica.

La Iglesia y la Independencia centroamericana (1750-1830).


El área cristianizada de Nicaragua estaba limitada a la zona del Pacífico y parte del
Centro. El resto del territorio estaba poblado por tribus ancestrales que conservaban su modo
de vida—al margen del patrón establecido por los españoles — y por una pequeña población
de afro descendientes en lo que hoy constituye la región del Caribe. Las zonas de frontera entre
la Nicaragua hispanizada y “la otra Nicaragua” eran escenario de continuas luchas. Los pueblos
del Pacífico estaban repartidos entre Granada y León, las cuales tenían pueblos en su
jurisdicción también en la zona del Centro.

a. Raíces de la Independencia

¿Cómo se dio la Independencia de Nicaragua? A la raíz de la inconformidad de los


criollos (españoles nacidos en América) con la monarquía española estaban las profundas
reformas introducidas en la administración de América por los reyes de la casa de los Borbones,
con el objetivo de ganar terreno frente a las élites criollas. Para ello, nombraban intendentes
que representaran los intereses del rey. Esto creó mucha inconformidad entre las élites criollas.
Estas reformas llegaron tarde al Reino de Guatemala, que abarcaba la Provincia de
Nicaragua y sólo en 1785 comenzaron a aplicarse. La intendencia de León fue establecida al
año siguiente siendo su primer intendente el Coronel Aysa. Esto explica que en Centroamérica
hubiese menos fermento independentista que en las otras partes del Continente.
Los procesos de independencia en América, inspirados por ideas jurídicas de soberanía
popular desarrolladas por la ilustración europea y por el ejemplo de la Independencia de las
trece colonias de Norteamérica, se expandieron velozmente por el continente en las primeras
dos décadas del siglo XIX, al tiempo que las provincias del llamado Reino de Guatemala, —
donde escaseaban aquellas ideas libertarias—, se vieron arrastradas finalmente por esta
corriente.

b. La invasión napoleónica de España: ocasión de la Independencia

La ocasión para que se desarrollara este movimiento vino cuando Napoleón invadió
España e hizo abdicar a Carlos IV y su hijo Fernando VII en favor de José Bonaparte, su
hermano. Estalló así la Guerra de Independencia española (1808-1814). Se conformó la Junta
Central del Reino, en septiembre de 1808, como órgano que ejerció los poderes ejecutivo y
legislativo durante la ocupación. El 19 de noviembre de 1809 las tropas imperiales francesas
derrotaron al ejército español de la Junta Central en Ocaña. La Junta se retiró a Cádiz y
convocaron a las Cortes para desconocer el gobierno impuesto sobre España. Participaron
diputados de toda América incluidos seis del Reino de Guatemala.

En ese contexto, el murciano fray Nicolás García Jerez, dominico, fue elegido obispo de
León en 1810, bajo el derecho de patronato —régimen legal que concedía a los reyes la facultad
de asignar cargos eclesiásticos—. Los obispos profesaban profunda fidelidad a su rey y, aun
en medio de la crisis que atravesaba el imperio español, el obispo García Jerez no iba a ser la
excepción.

Esa fidelidad al rey de España lo convierte en un personaje incómodo para quienes


estudian la historia de un pueblo que estaba cercano a alcanzar su independencia. Sin
embargo, no haríamos justicia a este obispo que realizó sólidas obras pastorales en momentos
críticos, si no las tomáramos en consideración. Principalmente, gestionó la elevación a
Universidad del Seminario San Ramón de la ciudad de León en 1812. Construyó también el
frontis y las torres de su Catedral.

En noviembre de 1811 en San Salvador estalló un primer intento de rebelión liberal,


encabezada por el presbítero José Matías Delgado. Al mes siguiente, se dio un tumulto en León
para nombrar intendente al obispo. El intendente José Salvador renunció el día 12, quedando
García Jerez al frente del gobierno civil y eclesiástico. Siguieron levantamientos de los
indígenas de Monimbó y Diriega (un barrio de Masaya) junto con otro en Rivas. El 21 de abril
de 1812 se dio el enfrentamiento de insurrectos granadinos con las fuerzas reales. Convenido
un acuerdo, no fue respetado por el capitán general del Reino, José Bustamante y Guerra, quien
ordenó procesar a los participantes y los envió a las mazmorras de Cádiz.
c. La Monarquía retoma el poder en España

Las Cortes de Cádiz fueron disueltas al desconocer Fernando VII la Constitución en


1814, tras el desalojo de los franceses de España. Sin embargo, en 1820, con la insurrección
de Riego y el advenimiento del llamado trienio liberal, se vio obligado a reconocer de nuevo
dicha Constitución.

Mientras las élites centroamericanas utilizaban el pretexto de la subida de los liberales


en España para cuestionar el sistema, algunos hombres decidieron ir más allá y reivindicar la
separación política de su territorio con respecto a la Corona, siguiendo el ejemplo de Chiapas
que impulsó su independencia del Reino de Guatemala para anexarse al proyecto de un Imperio
Mexicano.

d. El proceso independentista desemboca en guerras civiles

Lejos de lograr todo aquel progreso que se esperaba, la independencia iba a traer
décadas de caos en la región. Liberales y conservadores se verán enfrentados en permanentes
guerras en las que se entrelazaban también motivaciones localistas. Tampoco se alcanzó el
anhelo de muchos de consolidar una conciencia de nación en el antiguo reino de Guatemala, la
cual era tan débil que no podía competir con las identidades locales o comunales. El pueblo se
sentía más nicaragüense u hondureña que centroamericana; se sentía mucho más granadina
o leonesa, que parte de la Capitanía General de Guatemala.

Así se explica que, cuando la noticia de la declaración de la Independencia llegó a León,


la primera reacción de la diputación, reunidos con el obispo García Jerez, fue la de tomar
distancia de la decisión de Guatemala que, con su acta, se estaba colocando por encima de las
provincias. En cambio, en Granada, el pronunciamiento de las autoridades ante la llegada de
estas noticias, una semana después, fue favorable al acta del 15 de septiembre. La posición
del clero local fue contraria a la de su obispo. Hubo un Te Deum en la iglesia parroquial con la
asistencia del clero secular y religioso. Granada vio en ese momento la oportunidad de ver
reconocida su autonomía de León.

Esto no significa que León rechazara la Independencia y Granada la aceptara. La


diferencia de postura obedecía, más bien, a intereses locales del momento. Tanto es cierto, que
unos 15 días después, León juraba la Independencia adoptando el Plan de Iguala del general
mexicano Agustín de Iturbide —quien más tarde se declarará emperador—, de realizar la
independencia de América Septentrional (incluida Centroamérica), unida al reconocimiento de
Fernando VII. La independencia era considerada un mal menor ante acontecimientos que se
percibían como el derrumbamiento de la monarquía. Por ello, León se anexó a México, pero
también la élite granadina saltó con mucho pragmatismo de la opción por el gobierno
republicano a la opción por aquel proyecto monárquico moderado.

Sin embargo, la primera fórmula para unir a Centroamérica anexándola al imperio de


Iturbide, finalizó con su abdicación en marzo de 1823. Vino entonces una segunda fórmula con
la creación de las Provincias Unidas de Centroamérica en julio de 1823, promovida por los
liberales que tomaron la delantera después del fracaso de Iturbide.
A la caída del Imperio mexicano, fray Nicolás García Jerez tuvo que abandonar su
diócesis y retirarse al convento de Santo Domingo de Guatemala.

Después de la Independencia, se dieron pugnas entre quienes pretendían instaurar dos


tipos de Estado: uno liberal y laico impulsado por grupos de letrados liberales; otro, sustentado
en la alianza de gran parte de la Iglesia católica con el Partido Conservador. Los liberales
rechazaban la tendencia de los eclesiásticos a introducirse en el campo de lo civil.
Sin embargo, en las Juntas Gubernativas que se formaron en las distintas localidades figuraban
siempre sacerdotes por ser la gente intelectualmente más formada. El sacerdote nicaragüense
Desiderio de la Quadra —sólo por mencionar al más destacado— participó en la Asamblea
Constituyente, lo cual le facilitó conocer profundamente la región que administraba como vicario
en sede vacante de la Diócesis de León, Nicaragua.

e. Buscando limitar la influencia de la Iglesia

Los gobiernos de Nicaragua que se sucedieron después de la Independencia siguieron


una política encaminada a limitar la influencia de la Iglesia en todos los aspectos de la vida,
aunque no atacaban al catolicismo como tal. Durante toda la época colonial, esta había sido la
única religión. En las primeras constituciones que se redactaron, la católica fue declarada
religión oficial, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra.

Algunos de los primeros edictos redujeron en gran parte el respaldo externo a la Iglesia:
se decretaron altísimos impuestos al clero (05/07/1823); se abolió la Inquisición (09/05/1820);
no se podía promulgar ninguna bula papal sin previa aprobación del gobierno central; y no se
permitía que ningún superior local de órdenes religiosas tuviera relación con sus superiores en
España (02/07/1823). Las vocaciones clericales se vieron enormemente afectadas con un
decreto que prohibía la admisión en conventos de menores de veintitrés años de edad, ni que
profesaran los menores de treinta y cinco años.

Debido a la influencia de las órdenes religiosas, el Estado naciente se opuso a ellas hasta
el punto de expulsar al arzobispo de Guatemala y a 289 frailes dominicos, franciscanos y
recoletos, bajo sospecha de oponerse a la Independencia.

Las dificultades que vivió la Iglesia en este período no acabaron, ni mucho menos, con
sus tradiciones. Consumada la Independencia, aunque ya no se celebraban las grandes fiestas
con el boato de la época colonial (caracterizado por la presencia de las autoridades locales),
las procesiones y demás tradiciones continuaron.

2. Juzgar:

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres (y mujeres) de
nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.” (Gaudium et Spes 1)
Como hemos visto, al igual que en el resto de países de América, el proceso de
independencia de Centroamérica fue motivado por ideas libertarias e ideas jurídicas de
soberanía popular desarrolladas por la ilustración europea, especialmente de la Revolución
Francesa (1789-1799) que proclamaba los valores de libertad, igualdad y fraternidad.

La Iglesia tanto en su jerarquía como en los fieles acompaña estos procesos sociales.
Junto con Gaudium et Spes podemos afirmar que “los gozos y las esperanzas, las tristezas y
las angustias de los hombres (y mujeres) de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de
cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de
Cristo.”
Por otro lado, constatamos las pugnas entre quienes después de la independencia pretendían
instaurar dos tipos de Estado: uno liberal y laico y otro, sustentado en la alianza de gran parte
de la Iglesia católica con el Partido Conservador.

Los sacerdotes se presentaban dentro del grupo de personas intelectualmente más


formadas y por eso la participación del sacerdote nicaragüense Desiderio de la Quadra en la
Asamblea Constituyente. De ahí que se comprenda también que los siguientes gobiernos de
Nicaragua después de la Independencia siguieran una política encaminada a limitar la influencia
de la Iglesia en todos los aspectos de la vida, aunque no atacaban al catolicismo como tal. Pues
con justa razón el creyente católico fiel al mandato del Señor sabe que "los jefes de las naciones
las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así
entre ustedes, sino el que quiera llegar a ser grande entre ustedes sea su servidor y el que
quiera ser el primero entre ustedes, sea su esclavo" (Mateo 20, 25-27)

En la Iglesia el ejercicio del poder en sus múltiples formas se entiende como servicio, de
Jesucristo recibimos esta clave de interpretación del poder, no solo porque lo haya predicado
sino ante todo, porque su vida entera fue servicio. “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen
bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también
deben lavarse los pies unos a otros.” (Juan 13, 13-14).

Aunque en su momento se haya querido limitar la influencia de la Iglesia en la vida como


país, sabemos que esta es fermento, es como la pequeña porción de levadura que fermenta la
masa del pan. La dimensión profética de la Iglesia, entendida como anuncio del mensaje de
salvación y liberación de Jesucristo, y como denuncia de todo aquello que se opone al plan de
Dios para todo ser humano, plan que es su felicidad personal y comunitaria, “la gloria de Dios
es que el hombre viva” proclamaba San Ireneo alrededor del año 180 de nuestra era, sigue
siendo para la Iglesia principio que dirige su actuar.
Conviene pues mirar esta historia pasada y cuestionarnos para el diálogo:

¿La participación de la Iglesia en los movimientos


independentistas centroamericanos fue decidida o en
actitud defensiva?

¿Cómo debe reaccionar la Iglesia de hoy ante los


cambios drásticos que nos presenta una sociedad
secularizada y en constante conflicto entre sí misma?

¿Consideras que la pérdida de influencia de la Iglesia en los espacios sociales y políticos es un


hecho positivo o negativo? ¿Por qué lo dices?

¿Qué utilidad puede tener hoy la Piedad Popular que en su momento ayudó a la Iglesia Católica
a atravesar los momentos críticos de la época de la independencia, pero sobre todo como
acompañamiento de aquellos deseos de libertad presente en algunos?

3. Actuar:

a) Si tienes red social (Facebook, twitter, Instagram, Tik Tok): te proponemos que durante
el día publiques alguna foto tuya en el que apareces participando de algún momento de oración
en comunidad o de forma individual en un acto de Piedad Popular (procesión, viacrucis, novena,
etc.) con el hashtag #YoOroComoIglesiaPorque y escribas un breve comentario a ese hashtag.

b) Si no tienes red social: te proponemos que motives a tu comunidad de referencia (grupo


parroquial, pastoral juvenil, coro o al párroco) para realizar en la semana una actividad
comunitaria: Hora Santa, Misa con cantos litúrgicos propios de nuestro país o Centroamérica,
Rosario, Viacrucis, jornada de evangelización, comida para los pobres, en el que tengan como
intención de su actuar y de su oración pedir el don de la valentía (parresia) para anunciar a
Jesucristo y denunciar desde el Evangelio o el Magisterio de la Iglesia aquello que se opone a
los derechos humanos, la dignidad de la persona (violencia, corrupción, vicios, abuso de poder
en sus múltiples formas, etc.).
Quinta catequesis

1. Ver: mirada histórica.

La Iglesia ante el ascenso del liberalismo (1830-1913)


Los grandes evangelizadores de Nicaragua en tiempos anteriores a la Independencia
fueron los frailes franciscanos y mercedarios. Ellos recorrían las zonas remotas y se mezclaban
con la población indígena rural, enseñando la doctrina cristiana y anunciando la fe en Jesucristo.
Pero al mismo tiempo dependían del Rey de España y eran parte de su proyecto colonizador,
pues hasta la Independencia, las autoridades eclesiásticas eran nombradas por el Rey y
confirmadas por el Papa. Esta ambivalencia acarrearía problemas para la Iglesia una vez que
Centroamérica entrara en su período republicano.

a. La República Federal Centroamericana y la expulsión de los misioneros

Tras la Independencia se intentó unificar a Centroamérica en una República Federal, que


duró de 1823 a 1839. Sin embargo, diez de esos dieciséis años fueron de guerras civiles. La
inestabilidad política impidió la creación de un gobierno central fuerte. Se desató una pugna de
poder entre los antiguos funcionarios de la monarquía española, que querían conservar sus
viejos privilegios, y los criollos partidarios de un proyecto liberal republicano.
Estos últimos se fortalecieron bajo la presidencia de Francisco Morazán (1830-39), que
vio en la Iglesia un adversario ideológico y ordenó la expulsión de las congregaciones religiosas
del territorio centroamericano en 1830.

Tal medida significó la expulsión de nuestro territorio de los frailes misioneros; a partir de
ahí, la población rural no contó más con su apoyo evangelizador. Su único sustento fue la
religiosidad popular, transmitida durante generaciones en medio de las familias. En aquella
sociedad sin medios de comunicación de masas, la fe transmitida de padres a hijos funcionó
eficazmente, pero se vio desprovista del apoyo de los sacramentos y la formación cristiana. El
único sacramento generalizado fue el bautismo.

Por otra parte, el clero diocesano -que no fue afectado por la expulsión- se mantuvo
concentrado en las zonas urbanas de León, Granada, Chinandega, Managua y Masaya, alejado
de las zonas remotas de Chontales, Nueva Segovia o Matagalpa. Era muy difícil para ellos
obtener su sustento en poblaciones carentes de recursos, sobre todo por la imposibilidad de
encontrar alternativas para enfrentar esa problemática debido al empobrecimiento de la Iglesia.
Desde 1825 el diezmo estaba en manos del poder temporal y si bien, la abolición del diezmo
decretada por Francisco Morazán en 1832 fue derogada en 1839, siguió estando en poder del
Estado y administrado en forma desordenada. Sólo con el Concordato de 1861 se ordenó la
situación económica de la Iglesia, aboliendo el diezmo, pero sustituyéndolo con partidas que el
Estado entregaba a la Iglesia y que incluían cantidades destinadas a la manutención del clero
sin beneficios para los recién ordenados.

b. Limitaciones pastorales

Las parroquias cubrían enormes territorios geográficos, dificultando la evangelización.


Apenas unos cien sacerdotes se encargaban de todo el territorio nacional durante el siglo
diecinueve, por lo que no se daban abasto para atender a su feligresía, que ya en 1820
alcanzaba 150.000 habitantes.

A las violentas décadas de guerras entre leoneses y granadinos que sucedieron a la


Independencia (1824-1854), se sumó luego la Guerra Nacional contra Walker y sus filibusteros
(1855-1857). Como consecuencia de tanto caos y violencia, nuestro país quedó en ruinas,
despojado de instituciones de gobierno, sin leyes efectivas; sus recursos arrasados y vivos los
rencores entre antiguos adversarios. La situación era tal, que en 1846 apenas uno de cada mil
nicaragüenses sabía leer.

La crisis se solucionó finalmente con la instauración de un gobierno bipartidista de


liberales y conservadores, bajo el mando de los generales Tomás Martínez y Máximo Jerez. Así
se dio inicio a un período de 30 años de estabilidad bajo gobiernos conservadores granadinos.
La exportación del café y de otros productos agrícolas hizo posible un despegue económico y
se invirtió en vías férreas, telégrafos, construcción de puertos y educación. La administración
pública en este período fue honesta y favoreció obras de progreso. Sin embargo, las mayorías
campesinas y obreras continuaron viviendo en deprimentes condiciones de explotación. Los
pobres no tenían derechos.
A los indígenas se les sometía a trabajos forzados. Según la Constitución de 1858, elegir
presidente y ejercer cargos públicos estaba reservado para los “ciudadanos”, pero únicamente
ejercían derechos de ciudadanía aquellos varones que tuviesen capital o título profesional. Las
mujeres también estaban excluidas.

Durante todo el siglo diecinueve los católicos nicaragüenses no conocieron la Biblia. Las
lecturas bíblicas de la misa se hacían en latín y el pueblo no las entendía. Un lugar central en
la instrucción religiosa del pueblo la ocupó en cambio el catecismo; el clero también favoreció
las devociones populares.

La participación de los laicos en la vida eclesial se dio sobre todo a través de las
Cofradías y las fiestas de la religiosidad popular. Las Cofradías promovían el culto eucarístico
y servicios de caridad. Se encargaban también de la economía parroquial, pues poseían tierras,
ganados y casas. Los laicos ofrecían voluntariamente su trabajo y las ganancias se destinaban
a la reparación de templos y celebraciones patronales. Las Cofradías llegaron a poseer tan
grandes extensiones de terreno, que el gobierno liberal de José Santos Zelaya las expropió en
1899 para apoderarse de sus recursos.

Las principales fiestas religiosas del pueblo fueron las solemnes procesiones de Semana
Santa y Corpus Christi, así como la Purísima y Navidad. Existían también muchas asociaciones
piadosas alentadas desde las parroquias.

c. El Concordato de 1861

Bajo el gobierno conservador del general Tomás Martínez (1857-1867) se restableció la


relación con la Santa Sede, rota desde 1830. En 1861 se firmó un Concordato. Según este
acuerdo entre Iglesia y Estado, en adelante el gobierno se encargaría de la manutención de la
Iglesia, pero a la vez sería quien nombrara a los párrocos y presentara a Roma los candidatos
a obispos. La Iglesia pasó de la dependencia del Rey de España en tiempos de la colonia, a la
de los gobiernos conservadores en tiempos republicanos.

d. Presencia de los Jesuitas (1871-1881)

En 1871 llegaron a Nicaragua setenta y tres sacerdotes jesuitas expulsados por el


gobierno liberal de Guatemala. Treinta y cinco se afincaron en el país: 15 en Matagalpa, 14 en
León, 3 en Masaya, 2 en Granada y 2 en Rivas. Estos religiosos se dedicaron enteramente al
apostolado misionero y la pastoral. Su presencia evangelizadora inyectó nueva vida a la Iglesia;
realizaron misiones populares en toda la franja del Pacífico y recorrieron más tarde pueblos
carentes de sacerdotes en Chontales, las Segovias, Estelí, Jinotega, Matagalpa, llegando
incluso hasta San Juan del Norte en la Costa Caribe. Personas que en cuarenta años no habían
visto a un sacerdote, escucharon su predicación, recibieron la catequesis, se confesaron y
comulgaron. Pero el gobierno conservador de Joaquín Zavala, temeroso de su influencia y
contagiado de anticlericalismo liberal, los expulsó del país en 1881. Esa medida significó para
la evangelización de Nicaragua otro golpe tan rudo como la expulsión de los misioneros en
1830. La juventud, que recibía estímulos educativos y culturales de los jesuitas (entre ellos
nuestro gran poeta Rubén Darío), se quedó sin su apoyo.
Se generó así un vacío cultural y educativo de inspiración cristiana, que permaneció sin
llenarse hasta que a principios del siglo XX se fundaron los colegios católicos.

De 1882 a 1912 fue Rector del Seminario San Ramón de León el presbítero José Antonio
Lezcano, quien contribuyó a implementar las reformas del Concilio de Trento en la formación
del clero diocesano y a profundizar su formación.

e. Ascenso al poder de Zelaya

Con el ascenso al poder del general José Santos Zelaya, que gobernaría el país de 1893
a 1909, se impuso el liberalismo en Nicaragua. Anteriormente había triunfado en El Salvador
(1859-1863), Guatemala (1871), Honduras (1880) y Costa Rica (1884). Zelaya introdujo de
nuevo leyes promulgadas por Francisco Morazán en 1830, pero esta vez de forma permanente:
estableció la separación entre Iglesia y Estado, lo cual significó que el catolicismo dejaba de ser
religión oficial y única; abrió las puertas a la libre enseñanza, la presencia evangélica y la libertad
de expresión. Se introdujeron leyes a favor del divorcio y el matrimonio civil; los cementerios
pasaron a manos del Estado.

Durante todo el siglo XIX la Iglesia católica se había opuesto al reconocimiento de la


libertad de culto y la libertad de conciencia, y desde los tiempos de la colonia española estaba
acostumbrada a imponerse cultural y socialmente desde el Estado. De manera que el
liberalismo planteó a la Iglesia retos radicales para los cuales no estaba preparada.

Zelaya además se mostró abusivo e intransigente: el 14 de mayo de 1899 pasó una ley
desvinculando de la Iglesia católica a las Cofradías y traspasando sus bienes a los pueblos y
las municipalidades. La Iglesia resintió tal medida como un despojo, pues esta era su principal
fuente de ingresos económicos. Ante la vehemente protesta del obispo de Nicaragua Mons.
Simeón Pereira y Castellón, el gobierno lo mandó a apresar y lo desterró el 4 de noviembre de
1899. Pero poco después le permitió regresar en diciembre. Zelaya volvió a la carga a inicios
del nuevo siglo, prohibiendo los actos religiosos públicos. Se dio así un choque frontal entre el
obispo de Nicaragua Monseñor Pereira y Castellón y el gobierno de Zelaya. En 1904 el gobierno
prohibió a los sacerdotes el uso de la sotana; un sacerdote que no acató la prohibición fue
golpeado por la fuerza pública y entonces el obispo excomulgó al presidente. Como respuesta,
Zelaya desterró al obispo junto con veintisiete sacerdotes -incluyendo todo el profesorado del
Seminario Mayor- el 6 de enero de 1905, lo que generó disturbios y protestas en León.

“¿Por qué ese odio de los radicales en contra del Clero, cuya influencia la emplea
solamente para el orden y la moralización del pueblo? ¿A qué conducen esos ultrajes a la
religiosidad de un pueblo que pacíficamente celebra sus cultos en lo interior de un templo?”, se
preguntaba Mons. Pereira y Castellón, en carta dirigida al presidente Zelaya el 16 de diciembre
de 1904.

Tras la caída de Zelaya por presiones norteamericanas en 1909, nuevamente se abrieron


las puertas para el ingreso de órdenes religiosas al país.
f. Una laica ejemplar

Destaca en este período por su heroico amor al prójimo y ferviente compromiso cristiano
Elena Arellano (1836-1911), conocida como Mama Elena, laica católica granadina que promovió
a la mujer y la juventud con proyectos sociales y educativos. A instancias suyas vino a
Nicaragua santa Francisca Javier Cabrini para fundar en 1891 el Colegio de señoritas La
Inmaculada. Gracias a sus gestiones se fundaron también el Colegio Francés (1903) y el
Colegio San Juan Bosco (1912) para la educación de jóvenes varones. Durante la epidemia de
viruela de 1892 se consagró a la atención a los enfermos. Su mayor preocupación fue la
educación cristiana de la juventud.

g. Se crea la nueva Provincia Eclesiástica

Hasta 1912 Nicaragua entera formaba la única diócesis de León. A partir de 1913 el Papa
Pío X creó además la diócesis de Granada, la Arquidiócesis de Managua y el Vicariato
Apostólico de Bluefields. Cubriendo un territorio menor, el clero y los obispos tuvieron así la
posibilidad de cultivar mayor cercanía y de ofrecer una más sólida atención pastoral al pueblo
católico.

2. Juzgar:

"Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase
de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será
grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes."
(Mateo 5, 11-12)

Como hemos podido observar, la historia centroamericana y la historia nacional han


estado marcadas por constantes guerras civiles en sus territorios. Con toda seguridad podemos
afirmar que vivimos en una región políticamente inestable. Pareciera que en el caso nuestro un
proyecto claro de país, antes no estuvo claro y hoy en día pareciera que tampoco. Además, es
constatable en nuestra historia momentos de hostilidad hacia la Iglesia por los motivos que
anteriormente hemos conocido.

La Iglesia como Madre y Maestra de los pueblos, acompañó el proceso de conformación


de la República Federal Centroamericana y fu víctima de la expulsión de misioneros producto
de las ideas de Francisco Morazán al considerarla como un adversario político. Hoy bien
sabemos que el cristianismo, nuestra fe, no está fundamentada en ideologías sino en una
experiencia, tal y como lo describe el Papa Benedicto XVI en el numeral uno de su encíclica
Deus Caritas est: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino
por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida
y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este
acontecimiento con las siguientes palabras: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo
único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna. (cf. 3, 16)”
La Iglesia en Nicaragua con fidelidad creativa ha encontrado la manera de llevar a cabo
su misión, “enviada por Dios a las gentes para ser "el sacramento universal de la salvación",
obedeciendo el mandato de su Fundador (Cf. Mc, 16,15), por exigencias íntimas de su misma
catolicidad, se esfuerza en anunciar el Evangelio a todos los hombres. (Ad Gentes 1) Y por ello,
a pesar de las expulsiones de los misioneros, el concordato de 1861, expulsión de los jesuitas
y encarcelamiento junto con el posterior destierro del obispo Simeón Pereira y Castellón en
1899, mantuvo a través del testimonio de algunos sacerdotes, religiosos/as y laicos ejemplares
como Elena Arellano, su conciencia de que “aunque tiene como misión principal santificar las
almas y hacerlas partícipes de los bienes sobrenaturales, se preocupa, sin embargo, de las
necesidades que la vida diaria plantea a los hombres, no sólo de las que afectan a su decoroso
sustento, sino de las relativas a su interés y prosperidad, sin exceptuar bien alguno y a lo largo
de las diferentes épocas” (Mater et Magistra 3).

Permanece fiel a la misión recibida de Jesucristo y por la cual debe sentirse


verdaderamente bienaventurada cuando a los creyentes “los injurien, y los persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su
recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas
anteriores a ustedes." (Mateo 5, 11-12)

Si a lo largo de la historia nacional la Iglesia ha sido perseguida, no es de extrañar, pues


es muy seguro que “siguiendo el ejemplo y cumpliendo el mandato de Cristo, haya mantenido
constantemente en alto la antorcha de la caridad” en medio de unas realidades que le exigían
tomar una postura. Más bien cuestionémonos de manera personal y comunitaria a la luz del
discernimiento en la oración, donde el Espíritu Santo es Maestro interior sobre la realidad que
hoy queremos iluminar. Proponemos estas interrogantes que nos pueden ayudar hoy en la
actualización de la misión de la Iglesia en Nicaragua.

¿Encontramos en este período que hemos visto situaciones parecidas a otras que
nosotros mismos hemos vivido? ¿Cuáles? ¿Qué consecuencias de lo entonces vivido en
nuestra historia llegan hasta nosotros? Comparando nuestra situación actual con la del siglo
diecinueve, ¿qué avances notamos en los procesos de evangelización y acompañamiento
cercano a nuestro pueblo? ¿Qué debilidades de nuestra Iglesia del siglo diecinueve
contribuyeron al rápido avance de las denominaciones evangélicas durante el siglo veinte?

3. Actuar:

a) Si tienes red social (Facebook, twitter, Instagram, Tik Tok): proponemos realizar un
marco para foto de perfil que lleve como diseño la bandera de Nicaragua y la del Vaticano (o
bien otro diseño a propósito de la Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe) con la frase:
“Soy discípulo misionero para que Nicaragua en Jesucristo tenga vida.”

b) Si no tienes red social: Invitamos a todos los fieles a visibilizar la presencia de la Iglesia en
la vida diaria, para ello proponemos colocar una bandera blanca o cintas blancas en
automóviles, negocios personales o privados, casas. También como signo de nuestro deseo de
paz.
Sexta catequesis

Motivación: Seguimos con nuestra serie de catequesis sobre la historia de la Iglesia en


Nicaragua, llegamos a este tramo de la historia en donde se nos motiva a visualizar el testimonio
cristiano de nuestros pastores y sus comunidades, como una invitación que nos impulsa a
mantener el espíritu de compromiso y una actitud profética. Nos disponemos a iniciar haciendo
oración con el salmo 37:

Salmo 37, 23-31

"El Señor guía los pasos del hombre;


lo afirma si le gusta su conducta.
Si el bueno cae, no se queda en tierra,
porque el Señor lo tiene de la mano.

Fui joven y ahora soy viejo,


pero nunca vi a un justo abandonado.
No se ha cansado de dar y prestar:
en sus hijos se notará la bendición.

Apártate del mal y haz el bien,


y tendrás una casa para siempre.
Porque el Señor ama lo que es justo
y no abandona jamás a sus amigos.

Los malvados perecerán para siempre


y se acabará la raza de los malos.
Los justos poseerán la tierra
y habitarán en ella para siempre.

Medita el justo los dichos de los sabios


y si habla, expresa lo que es justo.
Con la ley del Señor en su corazón,
sus pasos no vacilan."

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN: Mira, Señor, con bondad a tu pueblo que te aclama, y que con fe transforma la
historia en escenario donde Tú eres el actor principal. Haz que, motivados por el ejemplo de
quienes con un arraigado compromiso cristiano nos han precedido, estemos dispuestos a ser
sal y luz para nuestra sociedad nicaragüense. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

1. Ver:

Evangelizar una sociedad en transformación (1913-1965)


El sistema cultural-religioso del nicaragüense chocó fuertemente contra el revoltoso
liberalismo anti eclesial y también con el conservadurismo que le sucedió. Sin embargo, esto
no impidió que la Santa Sede y el gobierno conservador de Adolfo Díaz Recinos (†1964),
entendieran en 1912 que la reforma de la organización diocesana en la Iglesia nicaragüense
era impostergable. Por ello, san Pío X, el 2 de diciembre de 1913, mediante la bula “Quum iuxta
apostolicum effatum” crea la Provincia Eclesiástica Managüense con una Arquidiócesis en la
capital, poniendo a su cabeza al Pbro. y Dr. José Antonio Lezcano -†1952- como su primer
arzobispo metropolitano, y de obispo auxiliar con residencia en Matagalpa al Pbro. y Dr. Isidoro
Carrillo Salazar -†1931. Se crean además como diócesis sufragáneas las de León (con su
obispo Mons. y Dr. Simeón Pereira Castellón, †1921) y Granada (con su obispo Pbro. y Dr. José
Cándido Piñol Batres, †1970, quién en 1915 pronto dimitió).

En la Costa Caribe se crea además el Vicariato Apostólico de Bluefields bajo la


responsabilidad de Propaganda Fide, que es entregado a los capuchinos catalanes en la
persona de Fr. Agustín José Bernaus Serra O.F.M. Cap., †1930. Para entonces el clero contaba
con 78 sacerdotes, varios de ellos ancianos y enfermos.
Era un clero bien formado teológicamente, que predicaba a Jesucristo, económicamente pobre,
sin prebendas provenientes de los poderosos de turno. La Santa Sede prohibió a los sacerdotes
inmiscuirse en política partidaria.
Así, en la llamada Segunda República Conservadora post-zelayista (1909-1933), que
desde 1912 estuvo bajo la presidencia de Díaz Recinos, los pactos de los caudillos convirtieron
al país en un protectorado norteamericano, con la presencia interventora de la Marina
estadounidense, que permanecerá hasta 1933 y a su vez creará la Guardia Nacional, GN, que
sería instrumental para consolidar el poderío de Anastasio Somoza García y sus hijos Luis y
Anastasio.

a. Monseñor Pereira protesta contra la intervención norteamericana

En 1921 el obispo de León, Mons. Pereira Castellón, alzó su voz contra la intervención
norteamericana, dirigiéndose al influyente Arzobispo de Baltimore, Cardenal Jaime Gibbons:
«¡Intervención! ̶ exclamaba ̶ [...] Vos no imagináis, eminentísimo señor, lo duro de esta palabra.
Vos vivís en un pueblo poderoso y libre. Vos no habéis sufrido los hondos quebrantos que han
lacerado el alma de nuestros hermanos... Vos no habéis sentido el dolor del obispo y del
ciudadano al oír el eco de forradas botas resonar bajo las naves de nuestros templos. [...]
Vosotros no habéis visto convertido el santuario en cuartel y el ara en donde se reparte el pan
eucarístico, en mesa de distribución del rancho de soldados!»

b. Auge de la vida consagrada en Nicaragua

En las primeras décadas del siglo XX asistimos no solo al retorno de las antiguas órdenes
religiosas expulsadas y al numeroso arribo de nuevas congregaciones religiosas al país, sino
también a un florecimiento de la educación católica femenina y masculina que alcanzó a todas
las clases sociales de nuestra sociedad y tuvo un impacto cultural muy significativo en la nación.
Los Hermanos de La Salle abrieron un centro en Bluefields. Una salesiana granadina, Sor María
Romero que sirvió como religiosa en San José, Costa Rica, fue declarada beata por su vida de
santidad y su extraordinaria labor educativa y de caridad cristiana. Los jesuitas y los escolapios,
por su parte, formaron laicos decisivos para la vida cultural y política de la nación.

En la rama femenina de la vida consagrada hay que enumerar a congregaciones como


la Asunción, la Pureza de María, el Teresiano, varias congregaciones de la rama franciscana,
capuchina, carmelita, dominica, salesiana, entre otras. Inclusive en 1950, Albertina Ramírez
Martínez, sierva de Dios, fundó la primera congregación de origen nicaragüense. Todas ellas
han dejado una estela ejemplar de vida y labor educativa, catequética, humana y espiritual en
Nicaragua.

c. “El Lomazo” de Emiliano Chamorro y sus consecuencias

El eficaz nuncio Giovanni Cagliero recomendó a los diputados constituyentes no


desatender las lecciones del pasado reciente. Mas no fue escuchado. El 25 de octubre de 1925
el caudillo Emiliano Chamorro Vargas se apodera de la Loma de Tiscapa (la casa Presidencial
de Managua) y destituye al gobierno bipartidista del presidente Carlos José Solórzano
(conservador) y a su vicepresidente Juan Bautista Sacasa (liberal).
La respuesta al Lomazo fue el estallido de la Guerra Constitucionalista en mayo de 1926, que
posteriormente desencadenó grandes decisiones políticas, cuyas consecuencias llegan hasta
el día de hoy.
El historiador eclesiástico Lic. Edgar Zúñiga afirmará categóricamente que “el Lomazo es
el origen de todos los males que Nicaragua padeció en el siglo XX. Sin Lomazo no hubiera
habido somocismo ni hubiera habido sandinismo”.

Bajo la intervención de EE.UU. se lleva a cabo el pacto bajo el Espino Negro (Tipitapa, 4
mayo 1927) entre el general José María Moncada (†1945) y los interventores, que le ofrecen la
presidencia por deponer las armas y renunciar a instaurar como presidente a Juan Bautista
Sacasa. Moncada llega así a la presidencia en las elecciones del 4 de noviembre de 1928. Los
generales Sequeira y Sandino (†1934), el llamado “General de los hombres libres”, fueron los
únicos liberales que se opusieron. Se internaron con sus compañeros en las montañas
segovianas en forma de guerrillas, reclamando el cese de la intervención.

d. Preocupaciones pastorales

En 1939, cuando comenzaba a perpetuarse el régimen somocista, los problemas más


sentidos por el episcopado y fieles influyentes, eran el asunto de la educación laica y el
matrimonio civil. El régimen en cambio temía el voto de la mujer, por considerarlo bajo la
influencia clerical.
Sobresale en esta época por su obra benéfica hacia los huérfanos el bondadoso sacerdote
Mariano Dubón, †1934. Entre los que alzaron su voz profética se encuentran los padres Azarías
H. Pallais y Luis Almendárez (párroco del barrio San Luis) y el obispo de Matagalpa, Mons.
Calderón y Padilla.

Entretanto, los obispos se mantuvieron unidos, con un gran sentido de colegialidad y,


reunidos con periodicidad, practicaban la corresponsabilidad en el ministerio, aunque hubo
momentos en que no fueron ni críticos ni unánimes en sus criterios ante los dramáticos sucesos
nacionales.

El arzobispo Mons. Lezcano y Ortega y los de Matagalpa y León, González y Robleto y


Carrillo y Salazar, respectivamente, se pronunciaron sobre el derramamiento de sangre de la
población indefensa en las cartas pastorales del 26 de octubre de 1930 y en la de Navidad de
1932. En ellas exhortaban a deponer las estériles luchas armadas y buscar la tranquilidad del
orden –fruto de la caridad- de la sociedad civil, la cual debe dejarse guiar por Jesús Rey de la
Paz. Pero, a la vez, constaban que, en el fondo, la causa de la guerra civil fratricida era la falta
de justicia, o sea, el deseo desordenado de los bienes terrenales, que arrastra injusticias y
desata la lucha de clases sociales.

El magisterio local en defensa de la fe católica y la paz social se inició con el sínodo de


León de 1926; vinieron luego el Congreso Eucarístico de 1930; el I Concilio Provincial de
Nicaragua de 1934 y el Congreso Catequético de 1938. Además, reunidos en San José de
Costa Rica en el mes de agosto de 1935, los obispos del Consejo Episcopal de América Central
y Panamá, inspirados en el magisterio pontificio sobre la cuestión social, condenaron al
comunismo ateo y su metodología marxista en el análisis social, por su abierta oposición a los
criterios eclesiásticos. Hasta 1950 la jerarquía tuvo como principal preocupación la creación del
Seminario Provincial o Interdiocesano.
e. El régimen de Somoza García y sus sucesores

Sagazmente, Somoza García aprovechó la coyuntura internacional de la Segunda


Guerra Mundial y la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA), para cometer
fraudes electorales como el del 2 febrero de 1947 y consolidar su régimen. El dictador reformó
varias veces la Constitución y pactó con los conservadores, cortejando a los jerarcas de la
Iglesia para legitimarse. Somoza García en 1944 había declarado: «Pienso permanecer en la
presidencia no menos de cuarenta años. Pero si los EE.UU. me hiciera la menos insinuación
de abandonarla, lo haría de inmediato, pidiendo solamente garantías completas para mi
persona».

En lo económico, emerge un significativo crecimiento en el país. Son destacables dos


períodos de bonanza del Producto Interno Bruto (PIB) real y de modernización económica: el
primero va de 1950 a 1955 (o de 1948 a 1956), y el segundo, promovido por la política de John
F. Kennedy, desde 1960 hasta 1965, cuando el PIB creció un 10.1 % anual.

Somoza García sucumbe a un atentado en 1956, que genera una oleada de represión y
es sucedido en el poder por sus hijos Luis y Anastasio. En 1959 se da la masacre estudiantil
en León y surge en 1961 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), inspirado en la
lucha de Sandino y la revolución cubana de 1959, con el fin de alcanzar el poder por la vía
armada.

En junio de 1961, cercanas las elecciones generales y en medio de una grave crisis
política, los obispos fomentaron un diálogo entre los jefes de los partidos tradicionales, Luis
Somoza Debayle y Fernando Agüero Rocha, tratando de servir como mediadores en la
promoción de la paz y la democratización del país. Tras alcanzarse algunos acuerdos, estos se
rompieron cuando el conservadurismo exigió la salida de la GN del general Anastasio Somoza
Debayle, hermano del presidente.

f. Asociaciones laicales; la Acción Católica

Mientras tanto en la Iglesia se siguieron cultivando y desarrollando asociaciones laicales


de tipo devocional organizadas por el clero: entre las mujeres, las “hijas de María” o la Legión
de María con Mons. Aragón en Granada en 1954; también las ordenes terciarias franciscanas
y dominicas. Entre los varones tuvo gran éxito durante muchos años la procesión de Cristo Rey
del 1° de enero, animada por el jesuita Padre Pinedo.

Mons. Madrigal promovió la Acción Católica en su parroquia de Ocotal, así como también los
frailes franciscanos en el norte del país y el jesuita José Rossi en Managua.

g. Mons Calderón y Padilla desafía al régimen

La Acción Católica anterior al Concilio concebía el apostolado de los laicos como


extensión del apostolado de la jerarquía, sin autonomía propia. Uno de sus frutos en la región
de Matagalpa fue sentar las bases para el posterior movimiento de delegados de la Palabra. Se
destacó en este período de componendas eclesiales con el somocismo la voz disidente del
somoteño obispo de la Diócesis de Matagalpa, Mons. Octavio José Calderón y Padilla (†1972),
cuyo episcopado repercutió a nivel nacional. Doctor en Derecho Canónico, fue padre conciliar
durante el Concilio Ecuménico Vaticano II. Promovió junto con sus religiosos la Acción Católica
y formó a la juventud y a amplios sectores de las ciudades del norte. Además de misionero, fue
constructor. Ejerció su ministerio episcopal desde marzo de 1947, promoviendo la acción social
y asentando la fe católica en el campesinado de su diócesis, que entonces cubría también Estelí
y Jinotega. Él hizo acertadas gestiones en favor de los perseguidos por el asesinato de Somoza
García y por los estudiantes torturados en León en 1959.

Como mediador, evitó un derramamiento de sangre en la toma de los cuarteles de


Jinotepe y Diriamba en el mismo 1959 o en Matagalpa en 1960. Con tono crítico, alzó su voz
en defensa de la dignidad de la joven Doris Tijerino, que fue torturada y violada en una cárcel
somocista en 1969. Caminó como pastor con los sindicalistas matagalpinos el primero de mayo
y también acompañó a los maestros en sus reclamos. Combatió el soborno, y sin temblar,
fustigó la indolencia de los corruptos, así fuera un cacique político, o un senador, o incluso un
encumbrado miembro de la curia. Su autoridad moral era respetada en todo el país y la única
en la que podían confiar los líderes opositores. Por intrigas del régimen somocista ante la Santa
Sede, fue presionado a abandonar su diócesis el 3 de julio de 1970. Tras fallecer de cáncer un
3 de marzo de 1972, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal escribió de él: “Como sacerdote fue
intachable, como obispo excelente, como hombre no tuvo mácula y como ciudadano fue
simplemente extraordinario”.

2. Juzgar:

Durante el período histórico que acabamos de analizar, escuchamos cómo el pueblo


nicaragüense tuvo que enfrentar duras crisis sociales. Estos escenarios de guerras,
intervenciones militares, conflictos políticos y persecución a la Iglesia estuvieron acompañados
por los testimonios de pastores y comunidades que buscaron hacer de tales circunstancias un
terreno fértil donde el mensaje del Evangelio diera fruto. Se destaca el crecimiento de las
congregaciones e institutos de Vida Consagrada, así como el auge de los movimientos laicales
que dieron vida al mensaje profético en medio de las crisis.

El análisis de este tramo de nuestra historia nos invita a escuchar el mensaje del Papa
Francisco en el numeral 98 de Evangelii Gaudium: “El mundo está lacerado por las guerras y la
violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta
unos contra otros en pos del propio bienestar. En diversos países resurgen enfrentamientos y
viejas divisiones que se creían en parte superadas. A los cristianos de todas las comunidades
del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva
atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os
dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis” Con estas palabras el Papa nos hace ver que
muchos de estos episodios de nuestra reciente historia siguen abiertos y siguen haciendo daño
a nuestra sociedad. Por ello, el compromiso será siempre mantener una mirada evangélica en
el análisis de la historia y de la realidad actual, de tal modo que nuestra actitud profética busque
siempre estar de acuerdo con los valores promovidos por Jesús en el Evangelio.
Por otro lado, es necesario que, así como lo hicieron nuestros hermanos que nos han
precedido, nosotros también tengamos una mirada crítica frente a los nuevos contextos que
vivimos, y que estemos dispuestos a denunciar todas aquellas acciones que atentan contra la
dignidad de la persona, tanto de manera individual como colectiva. Sabemos que estas
acciones traen consigo persecuciones, pero Jesús nos respalda, recordándonos que nuestra
misión es anunciar con fe y convicción un mensaje de amor, justicia y paz.

Estamos invitamos ahora a compartir nuestras


ideas, basados en las siguientes preguntas:

a. ¿Cómo podemos nosotros, como Iglesia en la actualidad, ayudar a que los nicaragüenses
adoptemos una mirada de fe y esperanza en medio de los nuevos problemas que aquejan a
nuestro pueblo?

b. ¿De qué manera podemos nosotros, pueblo católico nicaragüense, convertirnos en voz
profética que lleve el mensaje evangélico de amor, justicia y paz, superando las barreras que
dividen a la sociedad nicaragüense en la actualidad?

c. ¿Debe el pueblo católico denunciar con convicción las injusticias que se cometen en contra
de hombres y mujeres de bien? ¿Cuál será la vía más adecuada? ¿Por qué?

3. Actuar:

Acciones personales:

Realiza una visita a Jesús Sacramentado en el templo de tu comunidad, llevando una


vela y eleva de manera personal una oración por Nicaragua. Si utilizas una red social, enciende
tu vela y toma una foto para compartirla usando los hashtags #YoRezoPorLaCEN
#OraciónPorNicaragua #CatólicosEnAcción.

Acciones comunitarias:

Invitamos a la familia o amigos escuchar y reflexionar en el siguiente canto:


https://www.youtube.com/watch?v=FAQS6s_Ff-0 (Una plegaria de paz – Athenas)

En caso de no contar con la posibilidad de colocar audio o buscar en internet, se puede


entonar el canto “Hazme un instrumento de tu paz”.

Posteriormente se entregan pedazos de papel en blanco donde cada miembro de la


comunidad escriba un compromiso personal sobre su dimensión profética. En un lugar indicado
se puede colocar un recipiente donde se puedan depositar los propósitos y colocarlos a los pies
del sagrario por un tiempo que la comunidad decida.
Todas las acciones, tanto como personales como comunitarias no se deben limitar a momentos
efímeros, sino a la adopción de actitudes y compromisos verdaderos para la vida cotidiana.
Séptima catequesis

Motivación inicial:

Hemos llegado al final de esta serie de catequesis sobre historia de la Iglesia. Ahora
conoceremos las experiencias vividas por nuestras comunidades cristianas durante las décadas
posteriores al Concilio Vaticano II, una época igualmente sufrida para nuestro país, pero
también con muchas luces e impulsos de muchos hermanos nuestros que fueron testimonio de
un Dios presente en la historia, vitalizando el mensaje evangélico y fortaleciendo las iniciativas
misioneras para nuestra Nicaragua. Oremos con el siguiente canto para dar inicio a nuestro
momento de catequesis:

* Si se cuenta con la posibilidad de poner audio y con conectividad a internet se puede utilizar
el siguiente enlace: Alma misionera – Obras Misionales Pontificias:
https://www.youtube.com/watch?v=2gstmaBm-hE

También se puede hacer cantada, con ayuda de algún instrumento musical (si se cuenta con
ello):
Alma Misionera
Te doy mi corazón sincero
Señor, toma mi vida nueva Para gritar sin miedo
Antes de que la espera Lo hermoso que es Tu amor
Desgaste años en mí Señor, tengo alma misionera
Estoy dispuesto a lo que quieras Condúceme a la tierra
No importa lo que sea Que tenga sed de Dios
Tú llámame a servir
Coro…
Coro: Llévame donde los hombres
Necesiten Tus palabras Y así, en marcha iré cantando
Necesiten Tus ganas de vivir Por pueblos predicando
Donde falte la esperanza Tu grandeza, Señor
Donde falte la alegría Tendré Mis brazos sin cansancio
Simplemente Tu historia entre mis labios
Por no saber de ti Y fuerza en la oración
Coro…

ORACIÓN:
Reaviva en nosotros, Señor, el impulso misionero que despertaste en los cristianos del
Concilio Vaticano II, danos el don de tu Santo Espíritu para llevar el Evangelio a nuestro pueblo
y predicarlo con un corazón atento al contexto que vivimos, haciendo vida en nuestras
comunidades tu Mensaje. Ayúdanos a sentir la presencia amorosa de nuestra Madre, que con
amor acompaña el caminar de cuantos pedimos su intercesión. Señor, envíanos a ser
instrumentos tuyos.
Amén.

1. Ver:

Cuando el papa Juan XIII convocó el Concilio Vaticano II, la guerra fría veía enfrentado
el globo en dos grandes bloques: el bloque socialista bajo el liderazgo de la URSS y el bloque
capitalista auspiciado por USA. Nicaragua, como el resto de las naciones del istmo, estaba
alineada con el bloque norteamericano. La nación se encontraba bajo el sistema dictatorial de
la familia Somoza, que se mantuvo en el poder desde 1936 hasta 1979.

El “Papa bueno” definió con su sabiduría y sencillez características el propósito del


Concilio: que entrara “un poco de aire fresco en la Iglesia”, “abrir sus ventanas para que
podamos ver hacia fuera y los fieles puedan ver hacia el interior”. Era el intento de una “puesta
al día” de la Iglesia para poder continuar su labor evangelizadora.

Terminado el Concilio (1962-1965), se empezaron a difundir sus documentos en


Nicaragua. También aquí se sentía una crisis ante los cambios drásticos que se estaban
produciendo.
Era muy difícil para la Iglesia local enfrentar el éxodo rural acelerado que tuvo lugar a
finales de los años 60, teniendo en cuenta la escasez de vocaciones sacerdotales y religiosas
nativas.
a. La renovación conciliar en Nicaragua

La respuesta vino del Concilio mismo que optó por una decidida promoción del laicado,
ampliando su participación en la vida y la misión de la Iglesia. En 1966, un año después del
Concilio, los capuchinos norteamericanos de la Costa promovieron el movimiento de los
Delegados de la Palabra, inspirados en la experiencia de la Diócesis de Choluteca, dándoles
formación bíblica. Allá donde no lograba llegar el sacerdote, llegaban estos laicos y se ponían
al frente de las comunidades en pueblos y comarcas. Esta experiencia pasará a Matagalpa y
después a todo el resto del país, fortaleciendo en gran manera la pastoral rural. La formación
bíblica y pastoral que reciben los Delegados de la Palabra, inspirada en el movimiento bíblico
que el Concilio Vaticano II consagró con la Constitución Dei Verbum, los preparaba para su
misión como líderes comunitarios integrales.

Esa nueva sensibilidad bíblica se extendió por todo el país, sobre todo en las ciudades,
por medio de nuevos movimientos eclesiales tales como Cursillos de Cristiandad, Renovación
Carismática Católica, el Neocatecumenado, la Ciudad de Dios y otros más, los cuales se
caracterizan por la predicación kerigmática.

También se conformaron en los barrios orientales de Managua después del terremoto,


Comunidades Eclesiales de Base que se acercaron a la Biblia para leer los signos de los
tiempos. Más allá de las vicisitudes que atravesarían en el contexto político, ofrecían un modelo
pastoral muy prometedor. Surgieron igualmente movimientos estudiantiles de inspiración
cristiana en colegios y universidades.

La Misa, que antes del Concilio se celebraba en latín con la música sacra acompañada
únicamente por el órgano y el sacerdote de espaldas al pueblo, dio paso a una liturgia más
participativa que incorporó la guitarra y otros instrumentos autóctonos, con melodías populares.
Los laicos empezaron a asumir el ministerio del lector y aparecieron ministros extraordinarios
de la comunión, reactivándose otros ministerios como el de visitadores de enfermos, atención
carcelaria o promoción social. La presencia de las mujeres, significativamente superior en
número a la de los hombres, destacó también por su compromiso eclesial y su espíritu de
servicio en la pastoral urbana.

Por lo que se refiere a las vocaciones sacerdotales y religiosas, hubo en cambio que
esperar hasta la década de los noventa para ver multiplicarse el número de vocaciones nativas.
Será entonces que los sacerdotes nativos pasarán de ser una minoría a representar la gran
mayoría del clero que trabaja en las diócesis.

La dimensión ecuménica de la Iglesia fue resaltada por el decreto Unitatis redintegratio


que ha sido considerado como una de las piezas maestras del Concilio. En Nicaragua, el
ecumenismo ha tenido sus luces y sombras. En la Costa han estado cercanos a los católicos,
tanto moravos, como anglicanos, bautistas y otras denominaciones evangélicas. Entre la iglesia
católica y la iglesia morava la relación ha sido cordial y ha habido una colaboración estrecha.
En el Pacífico y el Centro la situación ha sido otra. Las iglesias protestantes históricas
son la minoría en el ámbito total de los cristianos que no son católicos. La mayoría son
evangélicos pentecostales y neopentecostales. Estos grupos suelen ser fuertemente
proselitistas, y de un evangelismo de origen norteamericano, fundamentalista y anticatólico. De
este modo, el esfuerzo ecuménico ha cedido a la preocupación por detener el éxodo de fieles y
por defender de la fe católica.

b. El nuevo impulso de Medellín

En 1968, tres años después de la clausura del Concilio, los obispos latinoamericanos se
reunieron en Medellín (Colombia) para reflexionar sobre cómo se debía orientar y aplicar esa
renovación en sus respectivas diócesis. Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua,
influidos por el espíritu de esta segunda conferencia del episcopado latinoamericano,
empezaron a asumir la tarea profética de ser voz de los sin voz. Señalaron las contradicciones
entre el somocismo y la fe cristiana, cuestionaron las elecciones de 1974, denunciaron la
represión después de 1977 y terminaron por declarar —en junio de 1979— que la lucha
revolucionaria cumplía con el escenario de la ética cristiana para ser declarada derecho legítimo
del pueblo a la insurrección. En esta década y la siguiente, el arzobispo de Managua, Mons.
Miguel Obando Bravo jugó un papel de liderazgo dentro de la Conferencia Episcopal.

c. Teología de la liberación e “Iglesia Popular”

Paralelamente, se iba desarrollando en América Latina una teología de la liberación que


interpretó la fe cristiana íntimamente ligada a la izquierda latinoamericana. Expresiones de ella,
fueron en Nicaragua las tomas de templos para hacer ayunos y lograr la liberación de los
revolucionarios presos; la aparición de cantos de protesta como la “Misa Campesina”; el
involucramiento del padre Gaspar García Laviana en la lucha armada sandinista, falleciendo en
combate en diciembre de 1978; la colaboración estrecha con el FSLN del padre Ernesto
Cardenal y su comunidad de pescadores y artistas primitivistas que se involucraron en la
guerrilla.

Inspirados por la Revolución Cubana de 1959, dos años más tarde, el FSLN fue fundado
en 1961 como una organización político-militar para luchar, con las armas, contra la dictadura
militar de los Somoza. El 19 de julio de 1979 llegaba al poder venciendo militarmente a Somoza.
Ahora Nicaragua pasaba a formar parte de la órbita de la URSS.

Inició al poco tiempo un conflicto armado entre los miembros de la Resistencia


Nicaragüense (los Contras), por una parte, y el ejército junto a las fuerzas de seguridad del
Frente Sandinista que ayudaron a gobernar Nicaragua en los años ochenta, por la otra. En
Cuapa, Chontales, la Virgen hace un llamado a la paz y a la fe, en un momento en que ésta era
atacada desde las estructuras de gobierno. La llamada "Iglesia popular", un sector eclesial que
por su afinidad con el proceso revolucionario entró en confrontación con Roma, era apoyado
por las estructuras políticas sandinistas. Las apariciones de Cuapa son reconocidas por la
conferencia episcopal nicaragüense y el lugar de las apariciones es santuario nacional y fue
indulgenciado durante el jubileo del año 2000.
d. Nuevas diócesis; monasterios contemplativos

El avance de la Evangelización en el Norte y en el Centro, impulsado principalmente por


la labor de los franciscanos, llevó a que Jinotega fuera elevada a diócesis en 1984,
desmembrándose de Matagalpa, siendo su primer obispo Mons. Pedro Vílchez. Igualmente,
Juigalpa, que había sido erigida como Prelatura en los años del Concilio, fue elevada a diócesis
el 30 de abril de 1991, distribuida en los departamentos de Chontales y Río San Juan.

Algo inédito en la historia de la Iglesia en Nicaragua es la nueva presencia de


monasterios de clausura, pulmones de espiritualidad de la Iglesia. Llegaron por este tiempo las
Clarisas a Ciudad Darío y luego a Managua y Chinandega. También las Dominicas a León y
luego a Managua, y, más tarde, las trapenses a la diócesis de Juigalpa.

e. Visita de Juan Pablo II a Nicaragua y conflictos con el Sandinismo

El Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua en dos ocasiones: la primera el 4 de marzo de


1983. El gobierno intentó boicotear la Misa celebrada en Managua poniendo obstáculos a la
participación. En el momento de la homilía, irrespetaron al Vicario de Cristo públicamente con
gritos que lo interrumpían. El Papa regresó trece años después en 1996. En esa ocasión el
Papa recordó su primera visita como una “noche oscura”.

La persecución contra la Iglesia tuvo algunos momentos álgidos. En diciembre de 1981,


el gobierno forzó la reubicación de al menos 10 mil misquitos en la Costa Atlántica”. El Obispo
de Bluefields caminó con ellos durante tres días por la selva para refugiarse en Honduras.
Aviones y soldados sandinistas dispararon contra ellos. En 1984, el padre Luis Amado Peña fue
acusado de conspiración. En julio de ese año, diez sacerdotes extranjeros fueron expulsados
del país por participar en una manifestación de solidaridad. En julio de 1986, el Gobierno
expulsó al obispo Pablo Antonio Vega, acusándolo de apoyar a la Contra.

f. Mediación del Cardenal Obando a favor de la paz

El papa Juan Pablo II nombró cardenal en 1985 a Mons. Miguel Obando Bravo. El
arzobispo que, en la década de los setenta había servido como mediador con ocasión de los
asaltos del FSLN a la casa del funcionario somocista José María Castillo (1974) y del Palacio
Nacional (1978), volvió a asumir este rol en los diálogos entre el Gobierno y la Resistencia
durante la guerra civil de los años ochenta y fue pieza primordial en la pacificación del país.

Los historiadores consideran que la caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989)
simboliza también el fin de la Guerra Fría. Ambas potencias estuvieron compitiendo durante
décadas, pero el enfrentamiento nunca llegó a estallar en una guerra. A los pocos meses de
este acontecimiento, en Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro asumía la presidencia, tras
derrotar en unas históricas elecciones a Daniel Ortega.
En la década de los noventa, la Iglesia Universal se preparó para la celebración del
Jubileo del año 2000. Terminada la guerra, se intentó reordenar la labor pastoral con la
celebración del II Concilio Provincial en 1993, seguido de sínodos diocesanos que marcaron la
pauta pastoral. Se promovieron en las diócesis comisiones para impulsar las diversas áreas de
pastoral: catequesis, liturgia, social, educativa, sanitaria, medios de comunicación, universitaria
y otras.

En 1998 se fundó el Seminario diocesano-misionero Redemptoris Mater auspiciado por


el Camino Neocatecumenal donde se forman sacerdotes para la misión en varios continentes.
Junto a la labor evangelizadora de los movimientos laicales o de las pequeñas comunidades
del Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE) implementado en varias diócesis, se
percibe un cambio en la percepción de la jerarquía hacia la Piedad Popular y el papel que sus
manifestaciones tienen en el proceso evangelizador. En los años del postconcilio, la atención
se centraba en el peligro de desviaciones hacia formas supersticiosas; ahora se empezó a
considerar -como lo llamará el Papa Benedicto XVI-, el precioso tesoro de la Iglesia católica y
elemento imprescindible en la nueva evangelización de Nicaragua.

Daniel Ortega pidió perdón el 7 de julio del 2004 por los atropellos que la revolución
sandinista cometió contra los obispos de la Iglesia Católica en el marco de los 25 años del
triunfo de la revolución. Con su reelección en 2006, Daniel Ortega volvió a ocupar el poder
perdido en 1990, luego de haber sido derrotado en tres intentos anteriores.

La Asamblea Nacional reformó el Código Penal vigente para penalizar el mal llamado
aborto terapéutico, una figura legal que en Nicaragua tenía más de 100 años, en respuesta a
las demandas de una multitudinaria Marcha-Peregrinación en favor de la vida, convocada por
la Conferencia Episcopal y a la que se sumaron los evangélicos.

g. Nuevo despertar misionero

Desde el año 2007, bajo la guía de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano y


Caribeño celebrada en Aparecida, Brasil, se viene promoviendo, en medio de muchas
resistencias, un espíritu misionero basado en la conciencia discipular. El Papa Francisco nutre
la visión misionera de su papado en el Documento Final de Aparecida y sigue proponiéndola
como guía para los años venideros.

Este Papa que continuamente nos llama a ser una “Iglesia en Salida” que va a las
periferias geográficas y existenciales, puso sus ojos en el arzobispo de Managua, Mons.
Leopoldo Brenes Solórzano, dando cabida por segunda vez en el colegio cardenalicio al
representante de la poco conocida Arquidiócesis de Managua.
2. Juzgar:

El impulso evangelizador del Concilio Vaticano II también tuvo eco en nuestro pueblo
nicaragüense. Esta renovación que permitió hacer más cercano el anuncio y la celebración del
Evangelio para nuestra cultura, despertó en las comunidades el protagonismo que hasta
nuestros días vemos en muchos laicos, hombres y mujeres, que de la mano con los sacerdotes
y obispos, trabajan por la evangelización.
Podemos expresar como el profeta Isaías: “Qué hermoso es ver sobre los montes los pies del
mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia salvación” (Is 54, 7),
observando el auge de los ministerios laicales de los que muchos de nosotros somos partícipes.
Esta época histórica, aunque sufrida, debe hacernos ver que también somos protagonistas de
la misión profética de la Iglesia.

Al igual que en la catequesis anterior, este tramo que hemos conocido, nos muestra un
pueblo que ha tenido que sobrellevar la cruz de las crisis sociales, guerras, pobreza y
persecución. Sin embargo, también hemos visto testimonios de obispos, sacerdotes, religiosos
y laicos que fueron “voz de los sin voz”, que denunciaron con convicción las injusticias y fueron
agentes de renovación social. Esta actitud profética nos debe llevar a tomar conciencia de la
importancia que tiene para nosotros la iniciativa fraterna de protegernos como hermanos, de
acuerparnos y liberar juntos la lucha por una sociedad más humana, justa y basada en el amor.

Por otro lado, un hecho de relevancia en este trayecto es la aparición de nuestra Madre
María en Cuapa, un hecho que, sin duda, nos anima a tener esperanza de que ella camine
siempre de la mano con nosotros, abogando por la paz y la fraternidad entre sus hijos.
Procuremos afrontar siempre con esperanza el peregrinar cristiano por la vida, conscientes de
la belleza de un Dios que no nos deja solos y de nuestra madre que también nos acompaña.
Seamos sal y luz para el mundo, vivamos nuestra vocación cristiana con entrega y generosidad,
para dejar un legado histórico de comunidades cristianas unidas, comprometidas y fraternas
para las nuevas generaciones. Hagamos de nuestra Iglesia en Nicaragua un semillero de
santidad.

3. Actuar:

Acciones personales:
Estamos invitados a realizar un altar con una imagen de la Virgen de Cuapa en nuestras
casas, puede ser también con otra imagen de advocación mariana. Colocamos una bandera de
Nicaragua y encendemos una vela. Realizamos una oración mariana, se sugiere que sea el
rosario, pero si no podemos hacerlo, rezamos un Ave María y pedimos desde nuestro corazón
por la Iglesia y el pueblo nicaragüense.
Si utilizas alguna red social, tomamos una foto de tu altar y la compartimos, utilizando los
hashtags #YoRezoPorLaCEN #OraciónPorNicaragua #CatólicosEnAcción.

Acciones comunitarias:
Estamos invitados a destinar un momento comunitario en el que se realice un Rosario
por Nicaragua. Podemos decorar un altar para la Virgen María que esté acompañado de la
bandera de nuestro país. Incluir en las intenciones del rosario comunitario el contexto de
Nicaragua y las elecciones, para que se desarrollen en paz.

Todas las acciones, tanto como personales como comunitarias no se deben limitar a
momentos efímeros, sino a la adopción de actitudes y compromisos verdaderos para la vida
cotidiana.
Capitulo # II: Año de San José a la luz de la Carta Apostólica
PATRIS CORDE del Santo padre Francisco
Invocación a San José
{Para Iniciar las Catequesis del Año de San José}

San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,


tu empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber,
tu mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente a los que recurren confiadamente a ti.

Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.


Se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también conociste pruebas, cansancio y trabajos.

Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,


tu alma estaba llena de profunda paz
y cantó llena de verdadera alegría por el íntimo trato
que goza con el Hijo de Dios, el cual te fue confiado a ti
a la vez que, a María, su tierna Madre.

Amén

Oración final
{Para cerrar las Catequesis del Año de San José}

Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a
ti confío todas mis intenciones y deseos. Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a
obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo
Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi
agradecimiento y homenaje.

Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me
atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por
mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mí!

Amén.
Tema 1:
San José, padre amado

La grandeza de San José

La grandeza de San José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre
de Jesús (P.C. 1) San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al
haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión
redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la
Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber
convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo,
de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa»
(P.C. 1)

San José es uno de los santos más amados del pueblo cristiano, por su fidelidad a la
misión de Dios, por su total entrega y consagración a Nuestra Santísima Madre, la siempre
Virgen María y su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que los cuido con todo su ser. Tal
confianza se resume en la expresión “Ite ad Ioseph” referencia al hijo de Jacob (P.C. 1), lo cual
encarna la verdadera protección que hace el patriarca por la sagrada familia y todos aquellos
que recurren a él.

San José nos da al Dios verdadero, haciéndonos presente al Enmanuel, al Dios-salvador


de su pueblo, al hijo que nos presenta al Padre. Con su paternidad, San José nos acerca a Dios
y nos lleva en su corazón, para todos podamos encontrarnos con Cristo. “San José aparece
como el instrumento dócil, para que Dios lleve adelante su plan de Salvación” 1. Algo difícil para
un hombre y complejo de entender, pero que con la gracia pudo llevar a plenitud. Es con su
obediencia y con su fe total en Dios, que logra cumplir la misión de ser el padre del Enmanuel,
padre amoroso y fiel.

La justicia y la prudencia con la que recibe y actúa ante la noticia del embarazo de su
prometida, le consagran como el padre amado, para su Hijo y para la humanidad entera, pues
quiere siempre cuidar a toda costa la dignidad de la persona. En su paternidad se encuentra la
gracia, para la salvación del matrimonio y la unidad de la familia, recordándonos que de Dios
nos viene la salvación, si tan sólo hacemos su voluntad.

Por el amor que nos tiene San José, nos pide que amemos a Dios con todo el corazón,
nos pide que en nuestro corazón sólo habite el Padre Celestial; teniendo como única y entera
preocupación darnos al Hijo del Altísimo. El pueblo le ama como una respuesta del amor con
que él le cuida.

Oración de consagración

Señor Jesús, venimos a solicitar la ayuda y la protección de San José, para confiar su
solicitud paternal sobre nuestra Iglesia, sus sacerdotes, sus diáconos, sus consagrados, todas
las familias y todos sus miembros.

San José, casto esposo de la Virgen María, ayuda a las parejas a reencontrar el fervor
de su primer amor y la gracia del sacramento con el que se donaron mutuamente. Asístelos
para superar los conflictos, ábrelos al perdón recíproco. Confiamos a tu paternal solicitud a las
parejas estériles. Protege a los prometidos en su deseo de darse uno al otro, en el respeto de
cada uno y en toda libertad. Que su corazón se abra ampliamente a acoger a los niños que
nacerán de su amor.

San José, padre adoptivo de Jesús en Belén, enséñanos a defender la vida humana
desde la concepción. Te confiamos a todos los seres que han sido asesinados en el seno de
sus madres, la angustia de las mamás, la inconsciencia trágica de quienes han practicado un
aborto. Tú que has protegido a Jesús de la masacre de los Santos Inocentes, haz que nosotros
y nuestras autoridades seamos protectores de la vida humana. Protege a los huérfanos y a los
niños ante los comportamientos violentos y torcidos de los adultos.

San José, Patrono de la buena muerte, haz que nos dispongamos a encontrar con toda
tranquilidad al Señor el día que nos llame a dejar esta tierra. Libera a nuestra sociedad de la
tentación mortífera de practicar o promover la eutanasia y el suicidio.

San José, guardián de la Sagrada Familia, te presentamos a cada una de nuestras


familias. Te imploramos, por el ejemplo de tu valentía y de tu docilidad al Espíritu Santo, que
asumamos con fidelidad y sabiduría las responsabilidades educativas y familiares que se les
has confiado.

1
Anitua, Santiago. Reflexiones sobre la Virgen María, libro fe 2ª edición, San José-Costa Rica, 1989, pág. 172
Te pedimos que podamos enseñar la fe a nuestros niños comenzando por nuestra manera de
vivir. Por la oración de San José, Señor, bendice a todas las familias de la tierra, bendice a
todas las comunidades, bendice y protege a nuestro país.

San José, en el tiempo de la prueba, recordamos que tú encontraste al Niño Jesús tras
varios días de haberlo buscado angustiosamente. A la hora de la duda y en medio del
desaliento, ven en nuestro auxilio para buscar a Cristo sin cesar y encontrarlo. Confiamos a tu
intercesión la situación de los cristianos perseguidos, en particular los de Medio Oriente,
protégelos de todas las formas de terrorismo, la violencia y la guerra civil en Siria.

San José, servidor prudente de Jesús y María en las rutas del éxodo, haz que seamos
cercanos a los excluidos, a los errantes, a los extranjeros. Ayúdanos a comprender que el amor
no tiene fronteras y que cada uno de nosotros es responsable de nuestros hermanos y
hermanas. San José, humilde artesano de Galilea, te confiamos nuestra profesión, con la cual,
y para la cual trabajamos, también te confiamos a los que no tienen empleo ni recursos.
Enséñanos a santificarnos y a santificar al Señor mediante nuestro trabajo. Ayúdanos a
compartir sus frutos. Y a ti que cubriste las necesidades materiales de la Sagrada Familia,
ponemos bajo tu mirada la vida temporal de nuestras familias, de nuestras comunidades y de
nuestras diócesis.

San José, doctor del silencio en el seguimiento de Jesús, te presentamos la vitalidad


misionera de nuestra Iglesia, de nuestras parroquias, de nuestras familias, de nuestras
comunidades. Te suplicamos fervientemente que hagas surgir una nueva generación de
testigos del Evangelio. Por tu oración, suscita vocaciones sacerdotales y religiosas. Sostén la
fidelidad de las personas que se han consagrado mediante los consejos evangélicos, así como
el compromiso misionero de las familias en el corazón de nuestro mundo. San José, en este
día, te consagramos a la Iglesia, nuestras familias y nuestras comunidades, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Reflexionemos:

a. ¿Qué sabes de San José?

b. ¿Has sentido en tu vida la protección de San José?

c. ¿Crees que en la paternidad y protección de San José?

d. Medita en este mes la novena de San José con tu familia y comprométete a imitar una
de sus virtudes.
Tema 2:
San José, padre en la ternura

José vio a Jesús progresar día tras día “en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios
y los hombres”
(Lc 2,52)

El Papa Francisco destaca siete cualidades de este gran santo. En la cual hemos venido
profundizando y en este apartado reflexionaremos en la persona de San José bajo el nombre
de “Padre en la ternura”, meditamos cómo la ternura de José sigue viva a través de aquel Hijo
que creció bajo su techo, aprendió su labor como carpintero, se confió a su cuidado de padre y
qué tanto se le parece en su entrega y obediencia total al plan de salvación.

El mayor anhelo de todo padre es preparar a sus hijos para el futuro incierto que les
espera. Y en la etapa formativa no limitan las medidas de enseñanzas sin olvidar el gran amor
que les motiva a emprender tal tarea; Tener un corazón de padre es todo un arte que conlleva
dedicación y perseverancia, pero es muy necesario hacer coincidir la exigencia con el cariño,
como bien lo dice el autor sagrado: "Yo a los que amo, los reprendo y corrijo” 2

2
Apocalipsis 3,19.
San José tuvo afecto de Padre, solicitud de Padre y autoridad de padre es por ello que
la iglesia le ha llamado padre legal de Jesús, putativo, adoptivo, virginal; vicario y hasta
representante del Eterno Padre.
Ternura
Cuan se habla de ternura de un padre vienen a mí las palabras del salmista que dice:
“como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por los que le quieren”
3. San José fue escogido por Dios para ser ese padre amoroso del supremo redentor de la

humanidad, un humilde carpintero, un hombre justo, un hombre valiente que salió de Nazaret
hasta Belén para ver nacer a su hijo, Jesús.
Para que un hijo aprenda a querer, a adquirir virtudes y a discernir principios y valores
morales y espirituales debe ser quienes le forman, sus padres, los verdaderos transmisores de
esas bases fundamentales para la buena relación social con los demás.
Y es que a nuestra sociedad le falta mirar con “ternura”, hemos ido perdiendo poco a
poco nuestra capacidad de admiración por las sanas virtudes. José le enseñó a caminar, lo
tomaba entre sus brazos, le protegía y sin duda también le corregía. Cuando un padre ve a su
hijo, siente ternura y sin duda también José se conmovía al ver al niño Jesús tan indefenso e
inocente. José al ver a Jesús recién nacido lo amó; pero lo amó tanto como es capaz de amarle
un puro mortal. Es que es propio del hombre maravillarse con la obra del Señor.
“La salvación, que pasa a través de la humanidad de Jesús, se realiza en los gestos que
forman parte diariamente de la vida familiar" 4. No nos debemos de asustar ni mucho menos
sorprender al ver con tanta naturalidad las expresiones de amor de la sagrada Familia de
Nazaret. Expresiones que hoy necesitamos a nivel de familia y a nivel de sociedad.
A tal punto ha llegado nuestra humanidad que esa capacidad de ternura sea
monopolizada de tal manera que hoy incluso a nuestros bebes se les considere material
humano con el cual se puede experimentar, hacer negocios e incluso descartar sin el más
mínimo remordimiento de haber asesinado a un ser indefenso.
Hoy más que nunca nuestra Iglesia a través de nuestros Pastores eleva la voz de madre
y padre que con ternura defiende a sus hijos incluso al más débil. Al que no cuenta. Al que aún
no alza la voz. Al que se menosprecia y al cual se pretende enlistar como un objeto y no como
lo que es; Hijo de Dios.
“Muchas veces pensamos que Dios se basa solo en la parte buena y vencedora de
nosotros, cuando en realidad la mayoría de sus designios se realizan a través y a pesar de
nuestras debilidades” 5 nunca debemos de perder de vista que la ternura de un padre se vuelve
fuerte cuando atraviesa dificultades, pruebas, crisis e incluso dudas; es como un elástico que

3
Salmo 103, 13.
4
Juan Pablo II, Redemptor Custo, p. 27.
5
Carta Apostólica Patris Corde, del Santo Padre Francisco, N. 12
nos mueve a buscar soluciones a los problemas, verle el lado positivo, mirar la mano de Dios
en mi historia y preguntarnos qué quiere Dios de nuestra vida.
Y fue sin duda alguna el caso del esposo justo, san José, quien tuvo que enfrentarse a
cosas muy complicadas: persecución del rey, la frustración de no encontrar donde pasar la
noche e incluso huir como inmigrante a un país vecino. Hoy como Iglesia también somos
perseguidos, calumniados, tratados como retrogradas por el simple hecho de mirar con ternura
a nuestros hijos e hijas cada vez que exigimos que se les respeten los derechos más
fundamentales de todo ser humano como es el derecho a la vida, a una buena educación, a
una sana recreación, etc.
“El maligno nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo, mientras que el
Espíritu la saca a la luz con ternura” 6. En estos tiempos tan difíciles que atraviesa nuestro
planeta y más palpable nuestra Nicaragua a causa de este virus tan mortífero que ha enlutado
a tantas familias de nuestra nación en las cuales no harán falta las necesidades básicas, el
desempleo, los desánimos, las frustraciones; Dios nos regala nuevamente un espacio para
estar en familia, para promover una nueva cultura del encuentro, conociéndonos,
colaborándonos, queriéndonos, soñando juntos que el futuro será mejor, porque el ser humano
será mejor después de esta crisis sanitaria.
Paternidad y ternura
Necesitamos de la paternidad en nuestra provincia nicaragüense, y no solo de la
paternidad de Dios para con sus hijos que somos nosotros, sino que necesitamos que esa
paternidad de Dios esté reflejada en los padres cristianos que desde el Bautismo se han
comprometido a educar y llevar a sus hijos a la luz de la salvación.
San José es presentado como protector de los padres cristianos, para que eduquen a
sus hijos en el amor de Dios. Los nicaragüenses somos un pueblo de expresiones y devociones
sencillas, pero con un profundo sentir de la fe. Debemos trastocar con esa misma fe nuestras
diversas realidades humanas carentes de ternura, misma que es producto del amor y el respeto
que siento por el otro.
Es por ello que nuestros obispos en un intento por acercarnos al modelo de “padre
amoroso” en el pensamiento de salvación del género humano, nos han encomendado a san
José, a su patrocinio y protección por ser el mejor ejemplo de padre amoroso, santo y fuerte 7.
No desaprovechemos la ocasión de experimentar la ternura de Dios que nos abraza
amorosamente cada vez que le pedimos perdón por nuestras ofensas. Busquemos llenarnos
de esa ternura dejándonos misericordia por Dios en nuestra vivencia diaria con nuestras
familias. Pidamos la intercesión de san José que el con su ternura de padre tenga compasión
de sus hijos que peregrinamos aun por los senderos de la vida.

6
Carta Apostólica Patris Corde, del Santo Padre Francisco, N. 13
7
Homilía Monseñor Jorge Solórzano en su 11 Aniversario de toma de posesión como obispo de Granada y Consagración a
San José el 11-04-2021
Reflexionemos:

a) ¿Qué es ser un padre que ve con ternura?

b) ¿Cómo ser un padre tierno como José?

c) ¿Cómo he experimentado la ternura de Dios Padre en mi vida?

d) ¿Cómo puedo ser un padre generador de ternura?


Tema 3:
San José, padre en la Obediencia

Obediencia

El papa Francisco comienza a profundizar esta virtud de san José haciendo una
semejanza con la actitud que tiene, ante la voz de Dios, la santísima Virgen María. Es por ello
que afirma: “así como Dios hizo con María cuando le manifestó el plan de salvación, también a
José le revelo sus designios y lo hizo a través de sueños”8.

La vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del
Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario como lo dice el vidente de Patmos
en su evangelio en el cap. 4,34. Incluso en el momento más difícil de su vida cuando todo estaba
perdido humanamente Jesús decide seguir adelante confiando en la voluntad de su padre.

Los evangelistas no nos han dejado constancia de ninguna de las palabras pronunciadas
por el Santo Patriarca, pero sí conocemos sus acciones, que son fruto de la obediencia a Dios,
de aquella escucha inteligente y de ese diálogo en la intimidad de su alma. Entre muchas otras
cualidades, destacan la obediencia y el amor con que José cumplió su papel de padre de
Jesucristo; que no era tan fácil la misión, porque a través de esa obediencia y docilidad
constantes, se dio inicio a la historia de la salvación del género humano.

8
Carta Apostólica Patris Corde, del Santo Padre Francisco, N. 13
Basta con los sueños en los que Dios se le manifiesta para poder decirle si al plan de
salvación. No duda, se levanta y emprende la misión encomendada incluso sin medir las
consecuencias de la decisión de vida que ha tomado. Simplemente confía en el poder de aquel
que lo ha llamado. La fe de José no vacila, su obediencia es siempre estricta y rápida.

Para comprender mejor esta lección que nos da aquí san José, es bueno que
consideremos que su fe es activa; es decir que no espera que los ángeles le asistan, no se
queda como espetar e incluso toma a María a su cuidado, y que su docilidad no presenta la
actitud de la obediencia de quien se deja arrastrar por los acontecimientos. Es un hombre
instruido en la ley y conoce perfectamente la manera de proceder del Dios del pueblo de Israel
del cual es descendiente.

Compromiso
La fe cristiana es lo más opuesto al conformismo pasivo, o a la falta de actividad y de
energía interior que me lleven a emprender el camino de salvación para mi alma y la de mis
hermanos. San José sabía que obedecer a Dios es el camino más seguro para obtener la
verdadera libertad. José tiene claro que quiere vivir siempre siendo fiel a Dios, él está dispuesto
a decirle sí a todo lo que le pueda pedir. Incluso si esto implica ser perseguido, calumniado y
hasta menos preciado por su misma sociedad y familia.
Como leíamos antes en este pasaje de “Patris Corde” numeral 13, en la vida oculta de
Nazaret, bajo la guía de san José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre.
Porque tenía ese ejemplo, porque san José lo había hecho, y lo había hecho desde el
inicio de su vida. Y seguramente le supuso un sinnúmero de obstáculos, pero así lo hizo.
San José nos da ejemplo de cómo vivir las dificultades que se nos presentan en la vida.
Ante las dificultades, las pruebas, los desalientos no tengamos miedo, las tenemos que saber
aceptar, tenemos que encontrar en ellas la presencia de aquel que regala luz, fuerza y sobre
todo crecimiento ante la prueba. Nuestro pueblo azotado por la pandemia tiene que sacar de
ella lo bueno y ser dóciles a la voluntad de aquel que la ha permitido por nuestro bien, para que
aprendamos a ser introspectivos y a valorar lo que día a día se nos vuelve tan común que ni
siquiera lo valoramos; el don de la vida, el amor, amistad, la familia, etc.
Hoy muchos de nuestros fieles reniegan por lo difícil que es caminar por la senda que
Dios ha permitido en nuestra sociedad. Hay reproches por tanta injusticia, tanta hambre, tanta
corrupción, tanto mal en el mundo. Pero olvidamos que en medio de todo Dios tiene misericordia
con nosotros manifestada desde la Encarnación hasta el fin de los tiempos que por medio de
su iglesia se hace presente entre nosotros. Cristo en una donación total de sí mismo se ha
hecho comida para nuestra salvación.
La desesperación y la desesperanza no debe ser nuestro estandarte sino el amor, la
confianza y la obediencia filial a la voluntad del Padre, así como el justo esposo lo tubo a pesar
de no entender muchas veces el porqué de las situaciones por la que atravesaban él y su
familia.
José era un hombre bueno, la persona que vive en la bondad siempre se ve capaz de
superar toda dificultad, puesto que el amor que vive dentro de él es más fuerte que cualquier
mal.
Renuncia al yo
En san José aprendemos que dentro del grupo de los creyentes no hay lugar para el
egoísta que siguen el propio yo, que no hablan con Dios, que no le obedece, que no enseña a
los demás como debemos de proceder ante la inminente invasión de soledad que abarca el
mundo, donde el hombre día a día va perdiendo su libertad; ni cristianos débiles, cristianos que
no tienen voluntad, cristianos tele comandados por aparatos digitales o por ideologías erróneas
que buscan siempre conectarse con la voluntad de otros que no son libres. Hoy en día hay
muchas propuestas para alcanzar el éxito. Pero estoy plenamente seguro que ninguna propone
la obediencia como un camino hacia el éxito, ni siquiera es un tema de discusión hoy en
nuestros círculos de diálogos religiosos o no religiosos. Es en pocas palabras una expresión
descartada de nuestro diccionario.
Hoy nuestra iglesia necesita cristianos capaces de ser creativos con la fe y obedientes a
la vocación y misión que cristo nos ha encomendado. En san José encontramos ese modelo de
hombre justo, obediente y entregado hasta el fin a la misión que Dios le encomendó.
San José de este modo coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la
redención y es verdaderamente ministro de la salvación9.
Debemos de luchar como provincia eclesiástica de Nicaragua a vivir una vida en Cristo
y por Cristo. Y así como Jesús, María y José, también nosotros hoy y siempre podamos decirle
con firmeza de convicción, que queremos decir sí al Señor en todos los momentos de nuestra
vida y vocación. Con el Señor podremos afrontar las pruebas con fortaleza llevar sobre nuestros
hombros la carga pesada, de ser siempre la voz de Dios en el mundo. Él con su amor infinito
nos da la auténtica libertad, porque es en la obediencia filial a la voz de nuestro creador y
salvador en donde nuestra vida tiene verdadero sentido.
Deseemos ser instrumentos del Señor para hacer crecer más y más en toda la tierra el
reino de Dios, un reino de amor y de paz, bajo el patrocinio y la intercesión de nuestro querido
San José y la de su bienaventurada esposa la siempre virgen María y su santísimo hijo nuestro
señor Jesucristo.
Reflexionemos:

a) ¿Cómo entendemos nosotros la obediencia a Dios?

b) ¿Estoy siendo obediente a la voz de Dios?

c) ¿Cómo puedo ser libre verdaderamente a los ojos de Dios?

9
Carta Apostólica Patris Corde, del Santo Padre Francisco, N. 17.
Tema 4:
San José, padre en la acogida

Acoger en la gracia
Acoger es siempre un acto de amor, es una virtud y valor humano de incuestionable
importancia. Se puede nacer más o menos acogedor, pero también es un valor que se cultiva
cada día y que abre las puertas tanto en el que recibe, como en el que es recibido. (La acogida,
misión evangelizadora) Llamamos a San José Padre de la acogida porque precisamente él
manifestó este valor en su persona, signo de su fe y su apertura al plan que Dios le mostraba,
recibiendo a María y al niño Jesús en su casa y compañía.
Muchos de nosotros no somos capaces de cultivar esta virtud de San José, de diversas
maneras y formas Dios quiere actuar y obrar en nuestra historia, en nuestro tiempo, pero a
como paso en los contemporáneos de Jesús, la luz vino al mundo, pero el mundo prefirió la
oscuridad, Cristo fue a su tierra, y no pudo hacer muchos signos, debido a la falta de acogida y
de fe de parte de los suyos. El ser humano a veces se cierra y no acoge lo que Dios tiene
preparado para él, y es por eso que cuando el sembrador lanza la semilla, no produce fruto
abundante, porque los corazones de los hombres, están infértiles e incapaces de recibir la
semilla de la esperanza en sus corazones.
El amor de Dios Padre se nos ha revelado en la encarnación de su Hijo Jesucristo que
vino al mundo para salvarnos y liberarnos del pecado, (Juan 3, 16) pero previo a la redención
de Cristo, Dios quiso por su libre voluntad que su Hijo viniera al mundo en la carne, que se
hiciera semejante a los hombres menos en el pecado, y cuando se cumplió la plenitud de los
tiempos envió Dios a su Salvador nacido de una mujer, nacido bajo la ley. (Gal 4,4).
De este modo Jesús, la segunda Persona de la Santísima Trinidad tuvo un padre y una
madre como los demás seres humanos en esta vida terrena, nació de María la Virgen y se hizo
Hombre, pero para esto tuvo que contar Dios con una pareja, dos grandes santos que fueron
los formadores del Redentor, de María su Madre, y de un hombre santo y justo que le diera a
María y al niño la seguridad y la protección necesaria que un papá da al hogar, y fue así como
San José se convirtió por designio divino en la figura paterna y verdadera de Jesús en la familia
de Nazaret.
José acogió a María sin poner condiciones previas.
La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad lo
aprendido por ley. En este mundo donde la violencia psicológica,
verbal y física sobre la mujer es patente debemos de poner de
relieve la figura de José. Vale más la dignidad de la persona su ser,
no sus terrores, sus problemas, su situación o condicione de
pecado, social o personal.
Nosotros atravesamos por situaciones que muchas veces no
entendemos y ante ello decidimos rebelarnos o decepcionarnos por
lo que nos está ocurriendo. Aprender a reconciliarnos con la historia que nos toca enfrentar,
una historia que muchas veces no entendemos por más que busquemos tomar un sentido lógico
y razonable. Es necesario tomar la actitud de lo que acontece y por más misterio que le parezca,
lo acoge, asume la responsabilidad. La vida espiritual de José no muestra una vía que explica
sino una vía que nos acoge.
José es un protagonista
La acogida es muestra del don de la fortaleza que viene del Espíritu Santo. Solo el Señor
nos da la fuerza para acoger la vida tal como es, con sus altibajos, sus propios afanes, sus
problemas e incomodidades. Esa fuerza que viene de lo alto permite que demos lugar a esa
parte, contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia.
Reflexionemos: ¿Cómo puedo acoger a aquel hermano que tanto daño me ha hecho, a
aquel hermano herido y lastimado por las ideologías que dañan y perjudican mi relación
fraterna? San José aprendió a acoger a María a pesar por su estado de embarazo. Hay que
aprender a confiar.
¿Qué actitud tomo ante las injusticias sociales, las enfermedades, los problemas
familiares, las disputas partidarias, la explotación laboral y el desempleo? ¿Una actitud rebelde,
o una actitud de acogida? Así como Job “si aceptamos de Dios los bienes” ¿Cómo no aceptar
los males? (Jb 2,10.)
La venida de Jesús en medio de nosotros
Es un regalo del Padre, para que cada uno pueda reconciliarse con la carne de su propia
historia, aunque no la comprenda del todo. No, tengan miedo. Tenemos que dejar de lado
nuestra ira y decepción, y hacer espacio sin ninguna resignación mundana y con una fortaleza
llena de esperanza. Acoger la vida de esta manera nos introduce en un significado oculto.
El realismo cristiano, que no rechaza nada de lo que existe. La realidad es portadora de
un sentido de la existencia con sus luces y sombras. La fe da sentido a cada acontecimiento
feliz o triste.
La fe que Cristo, nos enseño es la que vemos en San José, que no busco atajos, sino
que afronto con los ojos abiertos lo que le acontecía, asumiendo la responsabilidad en primera
persona.
La acogida de San José nos invita a acoger a los demás sin exclusiones, sin ver en el
otro un enemigo, un partidario político, un tirano, un asesino, un ultrajador de la justicia un
corrupto; es ver al otro tal como es; teniendo siempre como preferencia a los más débiles, los
desprotegidos, los lacerados por las injusticias, los oprimidos por las clases sociales más altas,
los explotados laboral, los que sufren persecución a causa de defender la vida y la dignidad de
la persona humana. Ser “padre de los huérfanos y defensor de las viudas. (Sal 68,6)
La Iglesia ha visto que la Sagrada Familia de Nazaret ha sido y sigue siendo el modelo
de las familias cristianas, y de la sociedad humana, pues en ella encontramos esa apertura y
acogida a la acción de Dios, sin importar esas situaciones, circunstancias y dificultades que
también ellos experimentaron en su tiempo, “temor, incomprensiones, juicios humanos,
persecuciones, cansancio” pero que mediante una fe sólida y una confianza total en Dios
pudieron afrontar y salir adelante.
La fe como don de acogida
La fe no ha sido un don de Dios puesta como garantía de que todo irá bien, de que
desaparecerán los problemas, de que no habrá sufrimiento ni esfuerzo en el camino de la vida,
a como muchos cristianos piensan e ideologías pretenden pregonar.
La fe es más bien ese don donde Dios nos capacita para no tener miedo a emprender
nuestro camino, como lo hizo Abrahán (Gen 11;12) nos capacita para aceptar el plan que Dios
tiene para cada uno de nosotros, nos hace hombres y mujeres de esperanza, de docilidad al
Espíritu Santo, fortaleza y ante todo personas de humildad y confianza, aquella humildad y
confianza que caracterizaron a la Virgen María y a San José cuando el Señor les mostró el plan
que tenía para ellos, aun ellos teniendo ya un plan de vida para sí, le respondieron aceptando
la voluntad y el designio de Dios en sus vidas renunciando a sus propios planes.
Es momento de que fijemos nuestra mirada en nuestros santos modelos, María y José
que permanecieron siempre dóciles y firmes a la acción del Espíritu Santo y en su sí a Dios,
aun en las muchas dificultades que pasaron, pero que a como dice el apóstol Pablo, “No habrá
nada ni nadie que nos separe del amor de Dios porque en todo esto vencemos por Aquel que
nos ha amado” María y José vencieron porque Dios les amó primero y ellos correspondieron a
este amor acogiendo al autor de la Vida en sus vidas y corazones.

Reflexionemos

a-) En este momento de la vida, y de nuestra historia personal, en el que tal vez podemos estar
inmersos en la desesperanza, desanimo, desalientos, incertidumbres, en nuestros temores y
fragilidades, en nuestros bajones de fe producto de los males que aquejan actualmente la
humanidad, nuestra sociedad, familia etc.

b-) ¿Me muestro en medio de mis problemas y preocupaciones abierto y disponible a lo que
Dios me está pidiendo según mi estado de vida? ¿Que estoy haciendo para ayudar a mis
hermanos que están inmersos en situaciones difíciles, y con una actitud cerrada al plan de Dios?

c-) ¿Cómo está mi fe y mi confianza en el Señor, soy capaz de aceptar la voluntad de Dios en
mi vida?

d-) ¿Pongo por encima mis planes e interés personales a los de Dios?

e-) La felicidad de San José fue vivir y acoger cada momento de su vida para contemplar la
obra de Dios en él, para contemplar el rostro de María y de aquel niño divino Jesús que haría
posible y real la liberación que muchos de ellos esperaban, su mayor honra y alegría fue haber
sido instrumento dócil en las manos del Señor y sobre todo haber cumplido su misión no como
una imposición, sino con su corazón.
Tema 5:
San José, padre de la valentía creativa

Valentía y entrega
Surge cuando encontramos dificultades cuando se nos presenta un problema podemos
tener dos opciones uno, detenernos y bajar los brazos o dos, ingeniárnosla de alguna manera.
En muchas ocasiones las dificultades nos ayudan a sacar a relucir la fuerza y valentía que
llevamos dentro. Ante el estado de amenaza frente al asesino sale mi valentía de preservar la
vida. El enfrentar los problemas nos ayudan a levantar la voz contra las injusticias nos hacen
ser profetas que anuncian y denuncian los modos de obrar de los demás no como una persona
que juzga o señala con el dedo al otro hermano; sino como alguien que busca que se haga
justicia ante las incomprensiones, ante las anomalías que podemos atravesar, en las
comunidades eclesiales podemos encontrar cúmulo de injusticias; Hacen que nos sintamos
fraccionados internamente, pero en medio de esos problemas así como José que ante el peligro
inminente de Herodes, que quería matar al niño, José fue alertado en sueño para protegerlo y
en medio de la noche organiza la huida a Egipto cf. Mt 2,13-14.
De una lectura superficial de estos relatos se tiene siempre la impresión de que el mundo
este a merced de los fuertes y poderosos, pero la “buena noticia” del evangelio consiste en
mostrar como a pesar de la arrogancia y la violencia de los gobernantes terrenales, Dios
siempre encuentra un camino para encontrar su plan de salvación. No nos abandona a pesar
de que creamos que todo está perdido que ya no hay esperanza que pudo más el mal, que la
justicia nunca brillará a pesar de todo los tormentos que hemos vivido; Dios siempre logra salvar
lo que es importante.
No te desesperes la luz brilla en medio de las tinieblas, debemos tener la misma valentía
creativa del carpintero de Nazaret, que sabía transformar un problema en una oportunidad, ante
poniendo siempre la confianza en la providencia.
Somos capaces de salir adelante en medio de las tribulaciones, las opresiones, las
injusticias porque Dios confía en nosotros, confía en lo que podemos plantear, invitar
encontrarlo.
La valentía creativa hace de nosotros seres audaces que obstinan hasta conseguir lo
que queremos, nos hace perseverar a pesar de la dificultad; ella elimina y disipa toda clase de
obstáculos; Cuando la aplicamos somos como los amigos del paralitico Lc 5,17-26, que lo
bajaron del techo para presentarlo a Jesús, están convencidos que Jesús puede curar al
enfermo; nos cura de nuestras inmundicias, de nuestros egoísmos, de nuestro proselitismo que
puede estar por encima de la dignidad de la persona, nos cura de convertirnos en tiranos que
humillan y explotan al otro como si fuera su esclavo, cosificándolo o peor aun siendo utilitaristas
que solo le sacó provecho y luego lo desecho; Jesús al ver la fe de ellos dijo al paralitico;
“¡Hombre tus pecados quedan perdonados!”Vv.19-20.
Siguiendo los caminos de la fe con valentía
Jesús ve la fe creativa de aquellos hombres que no hubo obstáculos para presentar a su
amigo enfermo ante él. La valentía creativa mueve al hombre a ser capaz de superar cualquier
barrera.
Al igual que la sagrada familia de Nazaret nos encontramos hoy también con una
variedad de familias que sufren el peso de la migración y de esta situación podemos enumerar
las diversas causas que llevan a tomar esta dura realidad a los más desprotegidos; muchas
veces la presión económica es la fuente de que ,como María, José y el niño, familias enteras
salgan en busca de mejoras económicas a otros países esto trae consigo riesgos que exponen
la vida de los que emprenden un nuevo camino ( un éxodo), pero no solo el factor económico
mueve a la mayoría de los hermanos; también la persecución, el miedo, el despotismo, el odio
de los que rigen los pueblos. Migran para salvaguardar la vida. El hermano migra para poder
vivir.
Así como José defendió, cuido y crio al niño Jesús, así también lo hace con la Iglesia, y
la iglesia siguiendo su ejemplo de vida, custodia a toda su grey por eso se ha manifestado toda
la importancia, a como dice el papa Francisco en su séptima catequesis sobre la pandemia
debemos “Cuidarse y Cuidarnos” valorar la vida del otro; eso hace que el hombre sea más
consciente de que su semejante no es un objeto, sino una persona y comienza a darle valor
como tal viviendo siempre en fraternidad una fraternidad que no es egoísta, que no lastima, que
no ofende, es fraternidad comprensiva, que sirve, que tolera al otro a pesar de su distinción
política, de su modo de pensar muchas veces diversos, a pesar de que el otro llegue a enajenar
la dignidad su hermano; es una fraternidad que va acompañada de Amor. Y porque ama
exhorta “Les aseguro que siempre que lo hicieron con uno de estos mis hermanos más
pequeños, conmigo lo hicieron”. Mt 25,40.
Así cada persona necesitada, cada pobre, cada persona que sufre, cada moribundo cada
extranjero, cada prisionero, cada enfermo, son el niño que José sigue custodiando; por eso se
invoca a San José como protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos,
los pobres, los moribundos.
Por eso la Iglesia no puede dejar de amar a los más pequeños, porque Jesús ha puesto
en ellos su preferencia, se identifica personalmente con ellos. De José debemos a aprender el
mismo cuidado y responsabilidad: amar al niño y a su madre. Amar los sacramentos y la caridad;
amar a la Iglesia y a los pobres. En cada una de estas realidades siempre el niño y su madre.
San José ejemplo de obediencia en las dificultades
La misión de San José en la vida de Cristo es una misión valiente, querida por Dios,
necesaria por la cultura de Israel, noble y de gran importancia para cada uno de nosotros, en la
que todos los hombres estamos llamados a participar en nuestro tiempo.
San José fue verdadero custodio del amor y de la vida, se entregó a esta tarea que Dios
le encomendó a través del sueño del ángel con toda su voluntad y con su amor hasta el final de
su existencia terrena. José fue un verdadero padre del Niño Jesús, custodio digno de nuestra
salvación. San José al darle seguridad y protección a su esposa la virgen María y al niño Jesús
su Hijo adoptivo se convierte en custodio y patrono de la Iglesia Universal, ejemplo y modelo de
todo padre y jefe de familia tanto así, que en los evangelios se conoce a Jesús como el “hijo de
José el carpintero” medio por el cual José sustentaba a su familia, y profesión que sin duda su
hijo Jesús aprendió de su padre adoptivo para mostrarle el valor y la dignidad del trabajo (Jn 6.
42, Mt. 13,55)
“El hijo de María es también hijo de José, por el vínculo matrimonial que les une merecen
ser llamados padres de Cristo, no solo aquella madre, sino también aquel padre, del mismo
modo que era esposo de la madre ambos por medio de la mente no de la carne” (Redemtoris
custos 7;12)
San José cumplió fielmente su misión, el Hijo de Dios estaba listo para manifestarse, lo
que conocemos y vemos de Jesús es la manifestación clara de los valores y aprendizajes que
adquirió durante ese proceso humano de formación que se desarrolla en el seno de la familia,
detrás de la persona de Jesús, hay dos personajes silenciosos José su padre, y María su madre,
que contribuyeron valientemente a educar, custodiar, y preparar a su Hijo para la misión por la
cual vino al mundo. La vida de San José y de María fue una oblación a Dios, una entrega total
de sus corazones, una consagración hermosa al servicio del redentor y de su obra.
San José custodio de la vida con fe y valentía
Una de las problemáticas actuales donde satanás ha intervenido en contra de la familia,
de la vida y del amor es sin duda el asesinato de inocentes, el mal llamado aborto terapéutico,
en el satanás se camufla para destruir el don más grande de Dios, la vida humana y, también
para acabar con la institución del amor, la familia. En estos últimos 25 años más de 50 países
en el mundo han sancionado leyes para acceder a la aprobación del aborto como un derecho.
El aborto es lo contrario a lo que San José y María nos enseñan con su ejemplo, pues
ellos se abrieron y protegieron valientemente ese don que Dios les encomendó, cuidando,
amando y protegiendo la vida del niño Salvador tras los intentos del mal por destruirlo.
Ante la persecución del rey Herodes, y la matanza de los niños inocentes, José tras el
aviso del Ángel toma al niño y a la madre y huyen a Egipto poniéndolos a salvo del inicuo tirano
que por su soberbia y ambición dio muerte esa noche a aquellos inocentes que dieron su vida
por el Salvador. (Mateo 2,16)
Mientras José custodia la vida, la humanidad y algunas sociedades la anulan con el
horror del aborto exigiendo un supuesto derecho que solo a Dios le compete tener, y otras
medidas que tienen por objeto acabar con la vida humana. Mientras Dios nos llama a ser
también valientes custodios de estos dones como San José lo fue de Cristo, muchos eligen ser
partidarios de la cultura de la muerte, abandonar, comerciar, y anular la vida que les ha sido
confiada.
La carne tras el pecado culpa al inocente, lo triste de este pecado y de esta problemática
es que no son extraños o personas ajenas quienes deciden acabar con la vida de los niños,
sino sus propios progenitores, el padre y la madre son los que acaban con sus propios hijos
cuando ni siquiera ellos han pedido nacer, de este modo satanás desvirtúa y anula el propósito
de Dios en cada padre y madre de familia de ser imagen de José y María en la vida de sus
hijos.
No es de extrañarse que la institución más atacada por el demonio en estos tiempos es
la familia tal y como Dios la instituyó. A través de nuevas ideologías como la de género que
intenta desvirtuar y reducir lo que es verdaderamente una familia compuesta por un hombre y
una mujer, se ha desacralizado el sacramento del matrimonio, son muchos los matrimonios que
cada vez se terminan, se ha degenerado la sexualidad hasta el punto de ver a las mujeres como
objetos sexuales, hombres y mujeres han olvidado su misión y su responsabilidad de custodiar
los dones que Dios ha puesto en sus manos, sobre todo el de la vida.
José al enterarse de que María su esposa estaba embarazada, y que no había sido él
quien había engendrado ese Hijo, antes de que le fuese revelado el designio de Dios, pudo
haberse desesperado, y entrado en dudas que era lo más natural, y como judío que era, pudo
haberla denunciado públicamente de que María le había sido infiel, lo cual hubiese significado
la muerte de la madre y del niño según las leyes judías, sin embargo el amor que le tenía a la
virgen le hizo pensar repudiarla en secreto para que la culpa recayese en él, habiéndoles
salvado de la muerte esto es signo del gran corazón bondadoso y lleno de amor de nuestro
patriarca José, de ese amor profundo y sincero que Dios había puesto en su corazón desde el
principio para con la virgen María.
En medio de esta crisis, estamos llamados a ser luces en las sombras, a luchar para ser
capaces de salvaguardar los valores y los derechos naturales que Dios ha puesto en los
corazones de los hombres, a defender la vida humana desde su concepción hasta el fin natural,
a proclamar y a construir una civilización donde reine el amor y la misericordia, a salvar aquellos
que se encuentran inmersos en la cultura de la muerte.
La paternidad de San José es una vocación de amor y de servicio a la que en cierto modo
Dios nos hace participar a todos, unos como padres biológicos y otros como padres espirituales,
teniendo ambos una misma finalidad, respondiendo valientemente a lo que Dios nos pide según
nuestra vocación o estado de vida, poniendo nuestra entrega, nuestro sí, donándonos y
haciendo de nuestros sacrificios y luchas una ofrenda al Señor que sea capaz de transformar
la humanidad de hoy, abriendo paso al amor y a la solidaridad entre hermanos, que construyan
una sociedad mejor.

Actividades

a) Reunirse en grupos para compartir y reflexionar sobre el tema

b) ¿Qué otras corrientes, ideologías o métodos actuales consideras que son contrarios al
plan de Dios en la misión de custodiar valientemente la vida humana a como lo hizo san
José?

c) En tu parroquia y comunidad ¿qué esfuerzos se hacen para afrontar esta problemática


del aborto? ¿De qué manera podrías concientizar a los jóvenes respecto a este tema?

d) ¿Qué harías si te das cuenta de que una joven quiere abortar, o intenta hacerlo?

e) ¿Apoyas o formas parte de alguna organización o grupo que favorezca la cultura de la


muerte, y atente contra la vida humana?
Tema 6:
San José, padre trabajador

Aspectos
característicos de San José
Aspectos muy importantes caracterizan la vida de “SAN JOSE”, conocido como el
personaje más silencioso en los Evangelios. José, no era hombre de articular muchas palabras,
más bien, es aquel que cumplió el designio divino del profeta antiguo que decía: “sean pocas
tus palabras” (Eclesiastés 5:2).
José mostró en la práctica que era un dignísimo esposo y con su fidelidad no solo
representa ser uno de los mejores instrumentos del eterno Padre en la tierra, sino que con su
testimonio aun en nuestro tiempo sigue siendo uno de los mejores ejemplos de obediencia filial
al plan de salvación.
En este pequeño apartado reflexionaremos en un verbo aplicado a san José, verbo que
implica no solo una acción como tal, sino que implica la vida misma. Ya que por medio del
trabajo no solamente ganamos el pan de cada día, sino que a través de él nos vamos integrando
a una sociedad encaminada muchas veces a las garras del consumismo y del descarte.
No podemos profundizar sin antes mencionar como dato histórico que la devoción a San
José con este título empezó destacándose en la época de la primera Encíclica social, la Rerum
Novarum de León XIII, cuando se comienza a relacionar con el trabajo.
En ella se resalta que José era un trabajador que como muchos de nosotros busca en el
trabajo de la carpintería el sustento de su familia. Cultivó ante Jesús las funciones y derechos
que le atañen como padre y, consiguientemente, se ejercitó en las ocupaciones de esposo con
María.
Y es que, en la tarea primorosa encomendada concurriría un corazón contrito y
humillado, entregado y afanoso, capaz de donarse a Dios como hijo y a la Madre de Dios como
esposo; tomando más adelante bajo su protección a la Iglesia de la que Jesús es cabeza visible
y María la Madre que nos conforta.
Para nuestra provincia eclesiástica que peregrina en Nicaragua no es tan lejana la
imagen de un padre que como José se desgasta por su familia. Ningún trabajo debidamente
ordenado a la voluntad de Dios es vergonzoso ni mucho menos debería ser motivo de
discriminación de parte de aquellos que gozando de una vida económica más estable que a
veces se muestran indiferente ante la necesidad de aquellos que incluso llegan a buscar en la
basura para poder llevar un pedazo de pan a la mesa de sus hijos.
Como bien lo dice el Papa Francisco en nuestra época actual, en la que el trabajo parece
haber vuelto a representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza a veces niveles
impresionantes, aun en aquellas naciones en las que durante décadas se ha experimentado un
cierto bienestar, es necesario, con una conciencia renovada, comprender el significado del
trabajo que da dignidad y del que nuestro santo es un patrono ejemplar. No es el trabajo quien
dignifica al hombre, sino que es el hombre el centro de la dignificación de todo trabajo. No es
medible la persona de acuerdo a sus numerosas entradas económicas o posiciones sociales
elevadas. Sino que su dignidad radica en ser hijo de Dios y miembro del cuerpo místico de
Cristo.
De esta manera podemos comprender que las personas que trabajan, cualquiera que
sea su tarea, colaboran con Dios mismo, se convierte un poco en creador del mundo que lo
rodea. Esto no significa que nos volvemos dueños capaces de corromper lo bello que ha puesto
Dios en nuestras manos, sino que nos volvemos colaboradores y administradores que estamos
obligados por nuestro mismo bien a cuidar y hacer crecer todo lo bello y bueno que nos rodea.
Hoy el despale indiscriminado de nuestras reservas naturales y la elevada contaminación de
nuestros ríos se ven justificadas con el avance de grandes constructoras generadoras de
empleos, empleos que muchas veces olvidan a la persona y solo piensan a corto plazo en las
ganancias y negocios que las fuentes naturales generaran. Exponiendo de esta manera no solo
la vida de unos pocos sino la existencia de la humanidad.
La obra de san José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el
trabajo. Sino que lo santifico por medio de su hijo. Las cualidades que nuestro santo tuvo al
trabajar fueron la honestidad, la dignidad, la entrega total y la alegría de esforzarse en el trabajo
para su realización personal y para el sustento familiar. Son cualidades a la que todos estamos
llamados a poner en práctica o por lo menos pedirlas recurrentemente. Cualidades que mucha
falta hacen en nuestra sociedad debido a la constante manipulación y deterioro de nuestros
sistemas laborales y de emprendimientos.
Compromiso de vida a la luz de la vida de San José
Estas virtudes de san José son las mismas que todo cristiano debe de ejercitar en pro de
un crecimiento equitativo con el desarrollo social, científico, cultural y ético de toda sociedad.
Deben llevarnos a ser personas que actúen rectamente, cumpliendo su deber y de
acuerdo con la moral, especialmente en lo referente al respeto por la propiedad ajena, la
transparencia en los negocios, la verdadera retribución justa al trabajo realizado, etc.
Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor... “Servid a Cristo
Señor" (Col 3, 23 s.). En todo trabajo es posible servir a Cristo, cumpliendo la recomendación
de San Pablo e imitando el ejemplo de San José, custodio y servidor del Hijo de Dios. Es un
hombre que hace la voluntad de Dios que se le revela en sueños. San José es el prototipo de
la persona humilde que ayuda al plan de Dios de manera discreta y anónima. Por eso es que
su figura es para nosotros los cristianos de hoy un profundo modelo de fe. José es maestro de
vida interior sigilosa vivida en el trabajo y la cotidianidad. Es el ideal del hombre que acepta
completamente el querer de Dios porque confía y ama; es el justo que orienta su vida según
Dios y busca siempre el comportamiento correcto en cada momento de la vida.
En nuestra situación actual la pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y
hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de covid-19, debe
ser un llamado a revisar nuestras prioridades (Patris Corde, carta apostólica del Papa
Francisco). Ante todo, lo primero es hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas, poniendo todos
nuestros sentidos en la escucha de su palabra.
No se puede emprender un trabajo pensado en el beneficio de unos pocos ni mucho
menos en la satisfacción de grupos cerrados, es por ello que parafraseando a su santidad el
papa francisco debemos de tener como principio fundamental que todo trabajo se convierte en
participación en la obra misma de la salvación, en un espacio privilegiado para potencializar
nuestras cualidades con el objetivo de anteponer a cualquier tipo de desarrollo a la persona
humana quien es la que se dignifica con el trabajo, dignifica con el trabajo y vuelve digno el
trabajo.

Preguntas para reflexionar

1- ¿Quieres ser un padre trabajador al estilo de san José? ¿Por qué?

2- ¿Cuáles fueron las características que más te impactaron de la persona de san José como
hombre trabajador?
Tema 7:
San José, padre en la sombra

Descubriendo la sombra

Regularmente cuando hablamos de una sombra imaginamos algo que tiene que ver con
una característica oscura de un hecho o de una persona, esta percepción es muy pobre, incluso
el significado real de la palabra parece no develar todas sus características. Si analizamos mejor
podremos descubrir que la sombra es la proyección de un objeto o una persona que es
producida por los efectos de la luz. El resplandor del sol, por ejemplo, hace que todas las cosas
proyecten una sombra que incluso está en movimiento con relación al objeto o la persona a la
que pertenece. Este punto de vista es el que deseamos destacar para descubrir la personalidad
de San José como “Padre en la Sombra”, mejor dicho, como sombra del Padre, primera persona
de la Santísima Trinidad.

Debemos recordar que Dios, al igual que familia, es una comunidad de amor. El Espíritu
Santo es el amor del Padre y del hijo, y procede de ambos, así como los hijos proceden del
Padre y la madre y son frutos de su amor. En este sentido la familia es la imagen de Dios Trino
porque lo refleja en esa comunidad de amor.
Ahora comparemos estos dos significados importantes: sombra e imagen. La imagen,
aunque a veces plasma maravillosamente el parecido con algo o con alguien (un paisaje, un
objeto o una persona) muy pocas veces tiene movilidad, en cambio la sombra parece
movilizarse con relación a la luz y a la persona que proyecta, por eso hablaremos de la sombra
como la proyección de Dios Padre en el padre terrenal de Jesús, San José. Otra característica
importante de la sombra es que nos servimos de ella, pero pocas veces le damos su valor (por
ejemplo, cuando nos refugiamos en la sombra de los árboles, su sombra nos protege, pero no
le damos su valor). En este sentido iremos descubriendo que San José (Padre en la Sombra),
aunque junto a María Santísima se responsabilizó por la paternidad de Jesús, poco lo
percibimos.

La sombra como gracia especial

Como dice el proverbio nicaragüense: “Para todo hay que tener gracia”. Para ser la sombra
de Dios Padre no solo fue necesaria la gracia, sino una gracia especial que se describe muy
silenciosamente en la sagrada escritura y en la tradición oral de la Iglesia.

 Un humilde carpintero (cf. Mt 13,55),

 Desposado con María (cf. Mt 1,18;);

 Descendiente de David ( cf. Lc 1,27);

 Un «hombre justo» (Mt 1,19),

 Siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lc


2,22.27.39) y a través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22).

 Después de un largo y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un


pesebre, porque en otro sitio «no había lugar para ellos» (Lc 2,7).

 Fue testigo de la adoración de los pastores (cf. Lc 2,8-20) y de los Magos (cf. Mt 2,1-
12), que representaban respectivamente el pueblo de Israel y los pueblos paganos.
(Patris Corde)

En estos pasajes de la escritura se encierra mucho más de lo que aparentemente revelan,


la gracia especial de José va más allá de lo que hace la gente común: acepta a María sabiendo
que su hijo no le pertenece, acepta la misión sabiendo que debe enfrentarse con los poderosos
para proteger a Jesús, declina sus intereses como esposo para tomar una misión que conlleva
la consagración de su propia vida.

San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de
su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está
unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para
hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación
humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda
capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa»[8]. (Patris Corde).

Padre carpintero-migrante en la sombra

La realidad migratoria de muchos hermanos nicaragüenses nos pone en contexto con la


migración de José (Mateo 2, 13,18). José es un obrero, quizás, poco sabia del idioma,
costumbres y tradiciones de Egipto, pero con una determinación firme para sacar adelante a su
familia, para protegerla y cumplir la misión encomendada en el silencio de la vida del migrante.
José conservó la tradición judía aprendida de su padre que a la vez le fue trasmitiendo a Jesús
aun estando fuera de su país natal.

No podemos dejar de pensar en las necesidades que tuvo que enfrentar como todo
migrante en un país extranjero: conseguir un trabajo, un techo donde pasar la noche, aprender
a convivir con nuevas personas, enfrentar el rechazo por ser de otra raza, el menosprecio y la
explotación de su trabajo, en resumen, la cruda INDIFERENCIA de aquellos que ven entrar a
un extraño en su tierra. En nuestro país estos males se han convertido en parte de nuestra
cultura, y aunque los nicaragüenses en otras épocas nos hemos caracterizado por no ser
indiferentes a las necesidades del otro, esa realidad parece haber cambiado. Hoy en día cada
nicaragüense que migra es otro José aquí en la tierra.

La sombra de José también llega a Jesús

Como mencionamos anteriormente, la escritura contiene revelaciones sobre la


paternidad de José que ordinariamente pasamos desapercibidas o concluimos de forma errada,
uno de los pasajes más hermosos está en Lc 2,49 “Él les dijo, ¿Por qué me buscaban? ¿No
sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”. Aparentemente las palabras de Jesús
hieren el corazón de María y José, sin embargo, la misión de José era ser sombra del padre
eterno para luego formar la voluntad humana de Jesús, bajo esta perspectiva, las palabras del
niño Jesús son motivo para exaltar la dedicación que tenía José como padre, porque al
responder Jesús con tal propiedad, la sombra del Padre Eterno que se representada en José,
se ve también reflejada en la voluntad de Cristo que cumple a cabalidad la voluntad de su Padre
Celestial.

También José aprendió a ser padre

Volvamos a meditar sobre el pasaje en Lc 2,49, pero agreguemos el versículo 50. “Pero
ellos no comprendieron la respuesta que les dio.” Ciertamente menciona la encíclica Patris
Corde: “Nadie nace padre, sino que se hace”. Esta tarea de ser padre también es un camino de
aprendizaje junto con los hijos. El pasaje anterior parece ser comprendido perfectamente por
María tiempo después cuando en las bodas de Canaán dice: “hagan lo que Él les diga”. Juan
2,5. ¿Quién podría hacer ese milagro de multiplicar el agua en vino? Solamente Dios. En la
película María de Nazaret hay una hermosa escena en la que el escritor se imagina que María
conversa con José en su lecho de muerte, en esta conversación José también parece haber
aclarado sus dudas respecto de las palabras del niño Jesús en el templo, por eso le dice a
María: “Dile que yo no merecía criar a un hijo como Él”, a esta afirmación de José María
responde: ¿Quién podría merecerlo? Ambos reconocen haber criado al mismo Dios.

Al igual que José, lo común es que aprendamos los unos de los otros; los laicos de los
sacerdotes, los sacerdotes de los laicos, los hijos de los padres y los padres de los hijos, el rico
del pobre y el pobre del rico, el pueblo del gobierno y el gobierno del pueblo, esta debería ser
la forma común y humilde de aprender. Cuántos problemas nos evitaríamos como sociedad si
aprendiéramos unos de otros.

En la sociedad de nuestro tiempo, los niños a menudo parecen no tener padre. También
la Iglesia de hoy en día necesita padres. La amonestación dirigida por san Pablo a los Corintios
es siempre oportuna: «Podrán tener diez mil instructores, pero padres no tienen muchos» (1 Co
4,15); y cada sacerdote u obispo debería poder decir como el Apóstol: «Fui yo quien los
engendré para Cristo al anunciarles el Evangelio» (ibíd.). Y a los Gálatas les dice: «Hijos míos,
por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes» (4,19).
(Patris Corde)

Finalmente conviene recalcar sobre el lugar especial que Dios Padre quiso para José:
Como descendiente de David (cf. Mt 1,16.20), de cuya raíz debía brotar Jesús según la promesa
hecha a David por el profeta Natán (cf. 2 Sam 7), y como esposo de María de Nazaret, san José
es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento. La oración final de la encíclica Patris
Corde nos lleva a Jesús recordando lo que el Faraón ordenaba a los hambrientos en (Gn 41,55).
«Vayan donde José y hagan lo que él les diga»

Preguntas de reflexión

1. ¿A quién se refiere el título de esta reflexión “Padre en la Sombra”?

2. ¿Qué relación tiene la sombra con Dios Padre y el silencio?

3. ¿Por qué el inciso 4 dice: la sombra de José también llega a Jesús?

4. ¿He sido la sombra de Dios que Él espera de mí?

5. Con tus palabras explica qué comprendiste en esta catequesis.

6. ¿Qué similitud encuentras entre la vida de José y la vida de los nicaragüenses?


Capitulo # III: Año de la Familia

Tema 1:
La Comunión familiar
COMUNICACIÓN PARA LA COMUNIÓN FAMILIAR
Al valorar más la comunicación personal entre los esposos,
se contribuye a humanizar toda la convivencia familiar
(Amoris Laetitia 31)

Escuchando muchos matrimonios, muchas familias, padres e hijos, descubro que la sana
comunicación permite la edificación de un hogar en comunión, o, la falta de comunicación da
lugar a pequeñas heridas que pueden terminar destruyendo las relaciones intrafamiliares.
¿Cuántas familias comienzan a fracturarse e incluso a derrumbarse por falta de
comunicación? Lo que inicia que una chispa termina convirtiéndose en un incendio.
Ilustremos la enseñanza con una historia, que puede ser tu propia experiencia:

Francisco y Florencia estaban en la playa. Era un día de mucho frío. Francisco buscaba
caracoles en el agua helada del mar. Florencia, también buscaba caracoles, pero en la arena
seca, sin mojarse los pies. Al principio era muy divertido. A cada rato, se preguntaban
mutuamente:

- ¿Este te gusta?
- Y si, está lindo. Le contestaba el otro, sin nada de entusiasmo. Y así, mientras seguían
preguntándose, cada vez uno más se enojaba con el otro, por las respuestas indiferentes que
recibían. Hasta que llegó un punto del camino donde los dos se pararon y se dijeron:

-¿Qué te pasa conmigo? ¿Nada de lo que te muestro te gusta?


-Francisco contesto primero: Sí, me encantan, pero los caracoles para comer están acá en el
agua y yo no encuentro ninguno. Me estoy congelando y tú no eres capaz de mojarte ni un
poquito los pies para ayudarme y en lugar de eso estás jugando con los caracolitos de la playa.
Florencia comenzó a reírse.

- ¿No habíamos venido a la playa a buscar caracolitos para decorar la casa?


Francisco, riéndose contestó:
-No, vinimos a la playa a buscar caracolitos para cocinar a la noche.

Y así se dieron cuenta que los dos se habían embarcado en la gran aventura de juntar
caracoles, pero no se habían puesto de acuerdo previamente. No habían hablado acerca de
qué caracolitos tenía en mente cada uno. Dieron por sentado que estaban buscando lo mismo,
pero no lo chequearon, y eso generó la confusión.

Interiorizando un poco podemos decir:

La historia anterior nos muestra la importancia de una buena y sana comunicación.


Aunque el uno piensa en el otro, no se da una verdadera comunicación, es indispensable
comunicarse, dialogar. “El diálogo es una forma privilegiada e indispensable de vivir, expresar
y madurar el amor en la vida matrimonial y familiar. Pero supone un largo y esforzado
aprendizaje. Varones y mujeres, adultos y jóvenes, tienen maneras distintas de comunicarse,
usan un lenguaje diferente, se mueven con otros códigos. El modo de preguntar, la forma de
responder, el tono utilizado, el momento y muchos factores más, pueden condicionar la
comunicación. Además, siempre es necesario desarrollar algunas actitudes que son expresión
de amor y hacen posible el diálogo auténtico” (AL 136)

Ahora bien, conviene tener presente que la cultura moderna está regida por las tiranías
del hedonismo, que es el deseo del estado de confort personal por encima del bienestar de los
demás, y del materialismo, que es el deseo desordenado del llenarse de cosas materiales sin
importar el modo de obtenerlas. Esto afecta directamente a la familia, ya que ambos obstáculos
ponen el interés personal por encima del bien del otro o el de los demás.
Recordemos a San Juan Pablo II que nos señaló en la Familiaris Consortio sobre la
preocupante degradación de algunos de los valores fundamentales del matrimonio y la familia,
y que se manifiestan, por ejemplo, en una equivocada concepción teórica y práctica de la
independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de
autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la
familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, y otros (Cfr. FC
6).

Podríamos decir que, la familia se ve cada vez más herida en su constitución natural, ya
que ella es ante todo “una comunidad de relaciones interpersonales particularmente intensas:
entre esposos, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, entre parientes y familiares”
(Cfr. FC 18; Carta a las Familias #15). Estas relaciones interpersonales se ven claramente
afectadas por la supremacía del “yo” sobre el bienestar del “otro”. Cuando esto sucede se afecta
directamente aquello que nutre las relaciones interpersonales: la comunicación.

Para superar estas dos barreras de la comunicación: el hedonismo y el materialismo es


necesario “desarrollar el hábito de dar importancia real al otro. Se trata de valorar su persona,
de reconocer que tiene derecho a existir, a pensar de manera autónoma y a ser feliz. Nunca
hay que restarle importancia a lo que diga o reclame, aunque sea necesario expresar el propio
punto de vista. Subyace aquí la convicción de que todos tienen algo que aportar, porque tienen
otra experiencia de la vida, porque miran desde otro punto de vista, porque han desarrollado
otras preocupaciones y tienen otras habilidades e intuiciones. Es posible reconocer la verdad
del otro, el valor de sus preocupaciones más hondas y el trasfondo de lo que dice, incluso detrás
de palabras agresivas. Para ello hay que tratar de ponerse en su lugar e interpretar el fondo de
su corazón, detectar lo que le apasiona, y tomar esa pasión como punto de partida para
profundizar en el diálogo” (AL 138)

En la familia une lo que se comunica; lo que une, permite compartir la existencia y la


coexistencia entre los miembros de la familia. La comunicación hace que los miembros de la
familia se puedan identificar en la comunión interpersonal como cónyuges, como padres e hijos,
como hermanos. Cuando hay comunicación todos en la familia pueden proponerse a participar
conjuntamente en un proyecto común y compartir solidariamente unas mismas metas. (Cfr. La
comunicación en la pareja. Aquilino Polaino y Pedro Martínez, pág. 31).

Por otra parte, hay que tener presente que toda persona humana tiene necesidad de ser
amado (Sigmund Freud), necesidad de sentirse aceptado o importante (Alfred Adler), necesidad
de sentirse seguro (Carl Gustav Jung). Y así sentirse cada uno en la familia plenamente
realizado, al encontrarse amado, aceptado y seguro como persona humana, en un ambiente de
comunicación abierta con reglas claras que permite a todos los miembros expresarse
emocionalmente con toda libertad con la confianza de que obtendrá una respuesta empática.
“Cuando se puede amar a alguien, o cuando nos sentimos amados por él, logramos entender
mejor lo que quiere expresar y hacernos entender. Superar la fragilidad que nos lleva a tenerle
miedo al otro, como si fuera un «competidor». Es muy importante fundar la propia seguridad en
opciones profundas, convicciones o valores, y no en ganar una discusión o en que nos den la
razón” (AL 140)
Para lograr una buena comunicación en la familia es importante: “Darse tiempo, tiempo
de calidad, que consiste en escuchar con paciencia y atención, hasta que el otro haya
expresado todo lo que necesitaba. Esto requiere la ascesis de no empezar a hablar antes del
momento adecuado. En lugar de comenzar a dar opiniones o consejos, hay que asegurarse de
haber escuchado todo lo que el otro necesita decir. Esto implica hacer un silencio interior para
escuchar sin ruidos en el corazón o en la mente: despojarse de toda prisa, dejar a un lado las
propias necesidades y urgencias, hacer espacio. Muchas veces uno de los cónyuges no
necesita una solución a sus problemas, sino ser escuchado. Tiene que sentir que se ha
percibido su pena, su desilusión, su miedo, su ira, su esperanza, su sueño. Pero son frecuentes
lamentos como estos: «No me escucha. Cuando parece que lo está haciendo, en realidad está
pensando en otra cosa». «Hablo y siento que está esperando que termine de una vez».
«Cuando hablo intenta cambiar de tema, o me da respuestas rápidas para cerrar la
conversación” (AL 137)

Aunque Francisco y Florencia buscaban caracoles para agradar al otro les falto claridad
en la comunicación, por eso, para lograr una buena y sana comunicación en la familia es
importante:

 La claridad: el diálogo supone y exige capacidad de comprensión.

 La mansedumbre: El diálogo no es orgulloso, no es hiriente, no es ofensivo. Su


autoridad es intrínseca por la verdad que expone, por la caridad que infunde, por el
ejemplo que da. No es orden, no es imposición. Es pacífico; evita los modos violentos;
es paciente, es generoso.

 La confianza: tanto en el valor de la propia palabra cuanto en la disposición para


acogerla por parte del otro. Promueve la confianza y la amistad. Entrelaza los espíritus
en mutua adhesión a un bien que excluye todo fin egoísta.

 La prudencia pedagógica: que tiene muy en cuenta las condiciones psicológicas y


morales del que escucha: si es un niño, si es una persona ruda, si no está preparada, si
es desconfiada o hostil, y se refuerza por conocer su sensibilidad para adaptarse
razonablemente y presentarse de tal forma que no le sea molesto o incomprensible.

Al valorar más la comunicación personal entre los esposos, se contribuye a humanizar


toda la convivencia familiar (AL 31). La relación familiar que se construye sobre una sana
comunicación garantiza una comunión de raíces profundas.
Oración final

Dios Altísimo, Creador del universo, que extiendes tu preocupación paternal sobre cada
criatura y derramas amor y paz sobre nosotros vengo adorarte y me postro ante ti pues Tu eres
quien me da fuerza y eres mi escudo ante la adversidad, mi corazón en ti confía y sé que de ti
recibo toda ayuda.

Padre rico en misericordia, tú eres quien nunca me dejará ni desamparará, hoy necesito
tu ayuda, por ello acudo ante ti pidiendo auxilio en mi vida sentimental, en mi pareja.

Protege este amor que hay entre nosotros, no permitas que ninguna persona pueda
interferir en el. Hemos llegado hasta aquí con esfuerzo, dedicación y somos una pareja estable
y bien fundamentada, hemos luchado por nuestro amor y no quiero que las envidias, las
traiciones, los celos, las infidelidades y el abandono nos alejen, no quiero que malos deseos,
las malas intenciones, o las malas personas nos separen.

No quiero que nada ni nadie rompa esta pareja, esta relación que tanto nos hemos
esforzado por crear, por aumentar y estabilizar día a día.

Por ello te suplico tu protección y custodia para que no recibamos ningún daño y nuestra
unión se fortalezca y crezca día a día. Que se alejen los prejuicios, los rencores, las envidias y
los falsos amigos de nuestra vida, aleja la ira, la soberbia, los malos pensamientos, dulcifica los
sentimientos de las personas que no quieren que estemos juntos y haz que acepten nuestra
relación y nos comprendan.

Tú que eres bueno, grande y poderoso proporciónanos ese sosiego que buscamos, que
la paz y estabilidad que ahora tenemos no sea disuelta por nadie, en especial ayúdanos a
solucionar nuestras tribulaciones.

Nuestro amor es sólido y no perjudica a nadie, por ello te ruego que nos concedas paz y
felicidad, que continuemos viviendo este amor que es verdadero, sincero y nos llena a los dos.
Que tu Señor seas nuestro centro y que nadie pueda alejarnos ni separarnos jamás.

Concédenos la dicha de estar en armonía y amor concédenos, cariño y amistad,


complicidad y respeto, para que nos brindemos apoyo mutuo, e incondicionalmente nos
ayudemos.

Que nuestra familia sea bendecida con más y más amor y siempre tengamos tu ayuda.
Confío con todo mi corazón en ti Señor, Dios mío.

Condúcenos, guíanos por los buenos senderos no dejes que nos apartemos de tus
Mandamientos, y danos un corazón que te ame con todas nuestras fuerzas, nuestra alma y
nuestra mente, te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amen.
Tema 2:
El Evangelio de la familia hoy
Numerales 200 - 222 de la CARTA ENCÍCLICA AMORIS LAETITIA

Objetivo:

Recordar a las familias su misión predilecta y única la de ser espacio donde el evangelio es
comunicada, vivida y encarnada, para enraizar a cada uno de sus integrantes en los valores
humana y cristiana

Oración Inicial:

Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y


cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Santa
Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y
división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa
Familia de Nazaret, haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la
familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escucha, acoge nuestra
súplica. Amén. (Papa Francisco)
CANTO:
FAMILIA SERVIDORA
https://www.youtube.com/watch?v=yXBeLXglK4M

La familia necesita para ser fiel al amor: ser discípula de


Cristo, buena oyente del Señor.
Los problemas de la vida quieren ahogar nuestra fe. No
podrán si imitamos al Hogar de Nazaret.

FAMILIA EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA.


SANTUARIO DE LA VIDA Y DEL REINO SERVIDORA

FAMILIA EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA.


SANTUARIO DE LA VIDA Y DEL REINO SERVIDORA

La familia no se queda sale a evangelizar: porque sabe


que este mundo tiene mucho por cambiar,
Es familia misionera con su ejemplo de unidad, solidaria
y luchadora va anunciando la verdad.

Un santuario de la vida la familia quiere ser donde se respete al hombre desde antes de
nacer.
Y no hay vida sin trabajo, sin salud ni educación Nuestra vida ha de ser digna porque así nos
hizo Dios

La cultura de la muerte nos golpea sin cesar: vemos jóvenes sin rumbo, vemos niños sin
hogar
Hoy queremos ser obreros de una nueva sociedad Y rezar “Venga tu Reino” que es justicia,
paz, verdad.

Lectura Bíblica: Hecho 16,30-34

“Después los sacó fuera y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?» Le
respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.» Así que le anunciaron la
Palabra del Señor a él y a todos los de su casa, y él, sin más demora, les lavó las heridas y se
bautizó con toda su familia a aquella hora de la noche. Los había llevado a su casa; allí preparó
la mesa e hicieron fiesta con todos los suyos por haber creído en Dios.”
(Palabra de Dios…)
Desarrollo del tema

“La misión privilegiada y única de las familias es la de ser un espacio donde el evangelio
es transmitido de un modo único y desde donde, este se irradia una familia así, se hace
evangelizadores de otras familias” (EN 71)

Durante los siglos la fe ha ido pasando de padres a hijos sin que cayéramos en la cuenta
de la importancia que tenía esa transmisión en la vida familiar y eclesial, ahora, que ese proceso
se ha perdido en muchas familias comenzamos a echarlo de menos y valorarlo en lo que
verdaderamente vale

Reflexionemos las siguientes preguntas y analicemos

 ¿Quién nos ha enseñado a orar y a ser buenos cristianos e hijos de Dios?

 ¿Cuándo, dónde y cómo, hemos aprendido a creer, en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu


Santo, y en la Santísima Virgen María?

 ¿Quién nos enseñó a distinguir el bien del mal?

 ¿Quién nos ha enseñado que el domingo es día del Señor y hay que guardar y participar
en la misa?

Escuchar la respuesta de algunos de los interrogantes anteriormente mencionados

Anunciar el Evangelio de la familia. Mc. 16, 15.20.

“Les dijo: Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda criatura. Ellos
salieron a predicar por todas partes, el Señor los asistía y confirmaba la palabra acompañándola
con señales”.

El mandato de Jesús a sus discípulos y a cada uno de nosotros los bautizados es salir,
ir a llevar esta buena noticia, salir a predicar por todas partes este Evangelio de vida y salvación.

No podemos quedarnos encerrados en nuestras seguridades y comodidades, hay que


ser valientes para salir a proclamar el Evangelio sabiendo que nos enfrentamos a dificultades,
sabiendo que hay resistencias a la Palabra de Dios. Hay que salir valientemente a anunciar el
Evangelio del matrimonio, la familia y la vida. No tengamos miedo porque Jesús está con
nosotros.

En Amoris Laetitia. El papa Francisco invita a las familias a ser comunidades


evangelizadoras, iglesias domésticas. Veamos algunas formas de anunciar el Evangelio de la
familia, del matrimonio y la vida: Con el testimonio gozoso de los cónyuges y de las familias.
“Las familias cristianas, por la gracia del sacramento nupcial, son los principales sujetos
de la pastoral familiar, sobre todo aportando «el testimonio gozoso de los cónyuges y de las
iglesias domésticas». «Se trata de hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría
que “llena el corazón y la vida entera”, porque en Cristo somos “liberados del pecado, de la
tristeza, del vacío interior, del aislamiento”
(Evangelii gaudium, 1) (AL 200).

La manera ordinaria como la familia anuncia el Evangelio del matrimonio es cuando los
esposos viven con alegría el amor entre ellos, con los demás miembros de la familia y con las
demás familias, cumpliendo el mandato de Jesús que dice: “Vayan por todo el mundo y predique
el Evangelio a toda creatura” (Mc. 16, 15).

La conversión misionera de la familia.

«Se exige a toda la Iglesia una conversión misionera. Es necesario no quedarse en un


anuncio meramente teórico y desvinculado de los problemas reales de las personas. La pastoral
familiar debe hacer experimentar que el Evangelio de la familia responde a las expectativas más
profundas de la persona humana, a su dignidad y a la realización plena en la reciprocidad, en
la comunión y en la fecundidad” (AL 201).

Ante los diferentes ataques que sufre esta institución, es necesario iniciar una campaña
misionera a favor del matrimonio, la familia y la vida, mostrando la conversión misionera con
actitudes, acciones y la convicción de que el futuro de nuestros pueblos está en la familia: “Ella
es “patrimonio de la humanidad” constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos
latinoamericanos y caribeños. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y
cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa responsablemente… La familia
es insustituible para la serenidad personal y para la educación de sus hijos”. Benedicto XVI (DA
114).
La conversión misionera nos exige despertar nuestras conciencias para anunciar el
Evangelio de la familia hoy. Hay que dejar la comodidad y la indiferencia. Hay que anunciar con
toda la fuerza y valentía el papel insustituible del matrimonio y de la familia en la construcción
de una sociedad sana.

Familias misioneras para acompañar la vida del matrimonio y la familia.

Necesitamos tener familias que van al encuentro de otras familias para acompañarlos en su
camino de vida siendo testigos del Evangelio del matrimonio y de la familia. En las siguientes
etapas humanas hay que acompañar: (AL 205-258).

 A los jóvenes para ayudarles a descubrir el valor y la riqueza del matrimonio;

 A los novios que se preparan al matrimonio para acompañarlos en la madurez del amor
que se tienen;

 A los recién casados para ayudarles a consolidar su proyecto de amor hasta el fin de sus
vidas;

 Salir al encuentro de, los matrimonio golpeados por las crisis y los golpes de la vida para
ayudarles a sanar sus heridas;

 A quienes han vivido un suceso doloroso para acompañarlos en su proceso de duelo;

 A quienes han roto el vínculo matrimonial ayudándoles a vivir la fe dentro de la Iglesia.

La conversión misionera nos hace buscar nuevas


opciones pastorales que nos acerquen a las familias y nos
permitan acompañarlas en el camino de su vida.
Las Sagradas Escrituras nos narran cómo vivían las
primeras comunidades de esa época: “Acudían
asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la
comunión, a la fracción del pan y a la oración…todos los
creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían
sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre
todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al templo
todos los días, con perseverancia y con un mismo espíritu,
partían el pan por las casas y tomaban el alimento con
alegría y sencillez de corazón”. Hechos 2, 42-47

Es difícil pensar y creer que haya comunidades que vivan hoy así, como las primeras
comunidades. A veces, ese estilo de vida, no se vive ni dentro de las propias familias. El
individualismo ha ido poco a poco rompiendo el sentido de solidaridad que existía años atrás.
Y es que los medios de comunicación han sido demasiado poderosos para ir “cambiando
nuestra cultura judeo cristiana”, para irnos convirtiendo en papel carbón de culturas extranjeras.
Y es nuestra propia familia la que debe ser nuestra primera comunidad de vida basada en la fe
y en el amor. “Vivir el Evangelio, implica crear un clima en el hogar en el que se lleva a la práctica
el principal mandamiento de la caridad.

El amor debe de ser el criterio para todo y para todos. Para lo que hace y para lo que
uno deja de hacer. Por eso la misma caridad debe de llevar al católico a mortificar los apetitos
de la carne, a controlar las propias pasiones, a huir de aquellos estilos de vida que nos atan al
mundo, que nos llevan al egoísmo y a alejarnos de Dios y del prójimo. Un cristiano necesita ver
a todos “con los ojos de Cristo”. (Encíclica “Deus Caritas Est”, de Benedicto XVI) Porque no
“hay amor más grande que el de dar la vida los unos por los otros”. (1Jn 3, 16)

Pero esto no puede ser posible si no vivimos el evangelio en la familia y en grupos de


pequeñas comunidades, donde todos más o menos, deseen vivir de la misma manera y
respeten a los demás con el amor fraterno que el Señor nos ha enseñado. Necesitamos de
mucha oración y sacrificio para poco a poco ir dejando el mundo de la carne, e ir creciendo cada
día en la espiritualidad de los Hijos de Dios. ¡Que el Señor nos ayude a iluminar nuestra
conciencia para ir convirtiéndonos y vivir en Su Santa Presencia cada día!

Trabajo en grupo

 ¿Cómo puede la parroquia ayudar a tu familia para que reciben formación y anuncien el
Evangelio de la familia y los comprometa como cristianos en el ámbito cultural y
sociopolítico?

 ¿Qué formación necesita nuestra familia para poder acoger a los novios en su
preparación al matrimonio, y ser el nexo de unión de estos con la parroquia una vez
casados?

 ¿Cómo puede ayudar el testimonio y acompañamiento de nuestra familia al


discernimiento de la vocación de los jóvenes?

 ¿Qué métodos están utilizando en su parroquia para evangelizar a las familias y


ayudarles en la educación cristiana de sus hijos?
Oración a la Sagrada Familia

Jesús, María y José


en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,


haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,


que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,


que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,


escuchad, acoged nuestra súplica.
(PAPA FRANCISCO)
Capitulo # IV: Catequesis a la luz de la Carta Encíclica Laudato Si´
del santo padre Francisco.

Tema:
Cuidar la casa común
Catequesis basada en la encíclica Laudato Si´

Cada día vemos el deterioro de nuestra casa común de nuestra Patria Nicaragua. Por
distintas circunstancias que van agravando el deterioro de nuestra fauna y flora y el sistema
climático. Al llegar a 200 años de la independencia de nuestra nación. Vale la pena reflexionar
que estamos haciendo por el bien de nuestro País. Es por eso, que a la luz de la encíclica de
Laudo si del Papa Francisco es importante que tememos conciencia y trabajemos unidos sin
intereses egoístas o partidarios.

La encíclica Laudato si, segunda Encíclica del pontificado del Papa Francisco, fue
firmada, por él, en Roma, el Domingo 24 de mayo de 2015, durante la solemnidad de
Pentecostés. Esta carta papal fue publicada el 18 de Junio de 2015. El documento se refiere al
cuidado del medio ambiente y al desarrollo sostenible, desde una mirada ética cristiana, y se
ha dirigido a toda la humanidad.
Es imprescindible entender que la “defensa y la promoción integral de la dignidad de la
persona humana son el centro y la finalidad misma de la Doctrina Social de la Iglesia”
(BRANDINELLI y GALÁN, 1998: 34-35). A partir de esta comprensión se nos puede hacer más
clara la exhortación del Papa Francisco. Ello implica que la mirada sobre la naturaleza, desde
la Iglesia, será siempre una mirada integral, como integral es la mirada sobre el hombre.
La Encíclica nos presenta seis capítulos y una presentación a modo de llamado para atender la
importancia de esta preocupación por el medio ambiente. Hemos optado por presentar esta
encíclica ordenando sus capítulos, contenidos y comprensiones en torno a los tres momentos
de la metodología de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI): Ver, juzgar y actuar, recogiendo las
ideas que nos permitan una mirada concreta y sintética del documento en relación a nuestra
realidad lastimada.

El Papa Francisco identifica los apremiantes problemas ecológicos modernos: La


contaminación del medio ambiente y el cambio climático (§§20- 26); El tema del agua (§§27-
31); La pérdida de biodiversidad (§§32-42); Disminución de la calidad de vida humana y la
destrucción de la sociedad (§§43-47); y la desigualdad global (§§48-52). Con respecto al cambio
climático, el Papa Francisco: » Enfatiza que el clima es un bien común, de todos y para todos.
Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un
preocupante calentamiento del sistema climático debido principalmente a actividad humana.
(§23).

Tomando en cuenta estos puntos que el Santo padre nos señala podemos recalcar lo siguiente:

1. Subraya que el cambio climático es un problema global con graves dimensiones


ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los
principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente
recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo y los pobres. (§25)

2. Reconoce que se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en


contaminantes sea reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de
combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable. (§26)

3. Reta a aquellos que, en la cara de la degradación ecológica, culparían el crecimiento de


la población y no el consumismo selectivo y extremo. (§50)

4. Reconoce que existe una “deuda ecológica” entre países del norte y del sur “relacionada
con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como con
el uso desproporcionado de los recursos naturales llevado a cabo históricamente por
algunos países.” (§51) » Llama la atención la debilidad de la reacción política
internacional. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés
económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no
ver afectados sus proyectos. (§54)

Ante esta realidad el Papa nos responde a la luz de la sagrada Escritura, cual ha sido el
proyecto de Dios y finalidad de la creación. Donde queda en evidencia del abuso desmedido
del hombre con los bienes recibidos y por ello ahora sufrimos las consecuencias del manejo de
la creación misma.

El Papa Francisco relata las creencias cristianas que:

1. Dios creó todo con bondad intrínseca. (§65, 69)

2. Todos los seres humanos son creados únicos y llamados a ejercer un gobierno
responsable sobre la creación en nombre del Creador. (§67- 68)

3. Toda creación es un misterio, la diversidad y la unidad que reflejan y meditan al Creador


(§76-92)

4. El derecho a la propiedad privada no es “absoluta ni inviolable” pero “subordinado… a la


destinación universal de bienes” (§93).

5. “El destino de toda creación está ligado con el misterio de Cristo” (§99) Quizás lo más
fundamental, el Papa subraya que el daño al medio ambiente es causado por el pecado
entendido como relaciones rotas “con Dios, con el prójimo y con la misma tierra” (§66).
Estas relaciones se rompen en parte, porque los seres humanos “presumen tomar el
lugar de Dios y se niegan a reconocer nuestras limitaciones como creaturas” - una
dinámica que nos lleva a confundir el mandato de Dios para los seres humanos de “tener
dominio” sobre la creación (Génesis 1:28) como una licencia de explotación en vez de
una vocación para “cultivar y cuidar de” el regalo de la creación de Dios (Génesis 2:15;
Ibid.)

Para asumir estos grandes desafíos el Papa Llama a realizar una Educación y Espiritualidad
Ecológica:

1. Hace un llamado para conversaciones “personales o comunales” que sean de temas


lejanos del consumismo y el “egoísmo común” e invita a las personas a vivir estilos de
vida animados por virtudes ecológicas, es decir, buenos hábitos que deben ser
desarrollados en todas las personas, secular y de fe. (§202-215)

2. Llama la atención a que “los movimientos de consumidores logran que dejen de


adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento
de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de
producción.” (§206)

3. Sostiene que la “educación ecológica”- que debería proporcionar información y tratar de


formar hábitos - debe ocurrir en todas partes en la sociedad: “En la escuela, la familia,
los medios de comunicación, la catequesis… instituciones políticas y varios otros grupos
sociales… y todas comunidades cristianas. (§213-214) » Recuerda a los cristianos que
los sacramentos y los domingos son esenciales para formar la relación correcta con la
creación. (§233-237)» Reflexiona sobre la relación de la trinidad, José y María a la
creación, y concluye con “una oración por nuestra tierra” y una oración cristiana con la
creación.” (§238-246)

Se trata de asumir y cuidar el don preciado que se ha puesto a nuestra custodia y, como
entendió Francisco, admitir nuestra condición de hermanos mayores cuidando a la hermana
creación. Pero ello implica, más allá de políticas internacionales, grandes leyes o campañas,
cambiar cada uno de nosotros mismos en nuestra propia forma de vida de manera personal y
comunitaria. Reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo. No hay más novedad o
misterio que ello.

1. «Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en « los estilos de vida,
los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la
sociedad »

2. La conversión eco¬lógica que se requiere para crear un dinamismo de cambio duradero es también
una conversión comunitaria.(219)

3. « Para realizar esta re¬conciliación debemos examinar nuestras vidas y reconocer de qué modo
ofendemos a la creación de Dios con nuestras acciones y nuestra incapacidad de actuar. Debemos
hacer la experiencia de una conversión, de un cambio del corazón ».(218)

Finalmente, para nosotros los nicaragüenses, tras el desastre, pero también para cualquier
habitante de la humanidad, se requiere: Regulación (respeto y legislación), educación e
imaginación, para restaurar y cuidar. Pero sobre todo cambiar, tomando el inigualable modelo
del Maestro:

El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y


de comunión. Jesús nos recordó que tenemos a Dios como nuestro Padre común y que eso nos hace
hermanos. El amor fraterno sólo puede ser gratuito, nunca puede ser un pago por lo que otro realice ni
un anticipo por lo que esperamos que haga. Por eso es posible amar a los enemigos. Esta misma gratuidad
nos lleva a amar y aceptar el viento, el sol o las nubes, aunque no se sometan a nuestro control. Por eso
podemos hablar de una fraternidad universal. (228)

Se trata, en suma, de desarrollar una ecología integral, como integral es el hombre para
poder dialogar con (y en) el mundo. Es hacer íntima y espiritual nuestra relación con él. En eso
tenemos mucho que aprender de las culturas originarias y despojarnos de nuestro afán
ambicioso siempre por el desarrollo. Tenemos que ser capaces de aligerar la carga de nuestra
obsesión por el tener, como lo hizo aquel hermano de Asís hace más de ocho siglos, y sentir al
mundo, orar por él y con él:
Acciones concretas que podemos hacer:

 Comprométase a rezar, actuar, y advocar por solucionar el cambio climático. Tomando el


compromiso de San Francisco le ayuda a cuidar a nuestro planeta y nuestros hermanos y
hermanas más vulnerables.

 Establecer un momento para rezar por la acción climática

 Rezar como familia o como parroquia (e.g. peticiones)

 Aprender como el cambio climático afecta a los más vulnerables

 Calcula tu huella de carbono

 Investiga energía solar u otras opciones renovables

 Consulte sus dudas/preguntas a su párroco y anímele a que predique Laudato Si’ y el


cuidado de la casa Común.

 Crear un (o unirse a un existente) Equipo de Cuidado de la Creación. Los Equipos de


Cuidado de la Creación permiten a los católicos liderar la resolución de los cambios
climático-juntos.

 Cultivemos el bien común para nuestro hogar común.” El programa de este año ayudará a
responder al llamado del Papa Francisco para un dialogo constructivo sobre nuestro lugar
en la creación de Dios y los impactos medio ambientales en las comunidades pobres.
Capitulo # V: Catequesis a la luz de la Carta Encíclica FRATELLI
TUTTI del santo padre Francisco sobre la fraternidad y la amistad
social
Tema 1:
Libertad, igualdad, y fraternidad

Objetivo general:
Iluminar al pueblo fiel de la provincia eclesiástica de Nicaragua con la presente catequesis
tomada desde los numerales 103-105 de la Carta Encíclica Fratelli tutti, el valor de la
Fraternidad, igualdad y libertad, haciendo una reflexión que ayude a buscar camino de
encuentro, basado en la realidad del país.

Objetivo específico:

- Reflexionar a la luz de la Sagrada Escritura y la enseñanza del magisterio del Papa, y de


nuestros obispos sobre los valores de la libertad, igualdad y fraternidad.
- Crear una consciencia cristiana para quien analice, estudie y reflexione este tema a la luz de
las realidades de Nicaragua, en especial nuestras familias, marcando la diferencia y venciendo
el individualismo radical, que es el peor virus que mata a las sociedades.
Motivación:

Realizar un canto de apertura, ejemplo “Junto como hermanos, miembros de la


Iglesia…”, Donde hay caridad y amor, allí está el Señor”.

Actividad:

Realizar grupos pequeños, manteniendo los niveles de bioseguridad y compartir la


temática. Como propuesta los textos bíblicos.
Respondiendo el Rey, les dirá: ``En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos hermanos míos, los más pequeños, a mí lo hicisteis."(Mt 25,45). Sed afectuosos unos con
otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros (Rm 12,10).

Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os escriba, porque
vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros; porque en verdad lo
practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos,
a que abundéis en ello más y más (1 Tes 4,9-10).

El secreto de la fraternidad es el PERDON, la Sagrada Escritura nos narra que existe


grande ejemplo de fraternidad, como el caso de Abraham y de Lot (Gn 13,8), el de Jacob, que
se reconcilio con su hermano mayor Esaú (Gn 33,4) o de José que perdono a sus hermanos
(Gn 45,1-8). Hay plagas o virus que destruyen la fraternidad tales como; la rivalidad, la envidia,
los celos, la disputa, y el cisma. Cristo nos enseña los medios para evitar este contagio, todos
sabemos la historia de nuestra Iglesia, pues no está desprovista de testimonio contarios a la
fraternidad, Jesucristo nos enseñó un secreto y se llama perdón y constituye un punto de
enfoque que se llama Corrección fraterna (Mt 18,15).

Desarrollo del Tema:

La Carta Encíclica "Fratelli tutti" (FT) está dedicada a la fraternidad y a la amistad social,
que el Santo Padre tiene entre sus constantes preocupaciones. El estrecho vínculo entre estos
temas y las cuestiones relacionadas con los migrantes, los refugiados, los desplazados y las
víctimas de la trata se pone de relieve en las palabras introductorias del documento, que
explican cómo el Papa Francisco quiso inspirarse en el ejemplo del Pobrecillo de Asís. En
efecto, San Francisco se comprometió a caminar " cerca de los pobres, de los abandonados,
de los enfermos, de los descartados, de los últimos” (FT, 2), entre los que, el Papa deja claro
en los siguientes puntos, hay que contar a los sujetos más vulnerables de la movilidad humana.
Francisco de Asís, además, demostró un "corazón sin confines, capaz de ir más allá de las
distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión" (FT, 3).

El Papa Francisco se reunió con un grupo de políticos y parlamentarios de la provincia


francesa de Marsella ante los que puso en valor el lema de la República Francesa: libertad,
igualdad y fraternidad.
Somos libre, ante la sociedad, porque Dios respeta mi libertad, cuando se violenta la
libertad se viola la dignidad de la persona. Aclaramos que un mal uso de mi libertad me lleva a
vivir como un libertino y me convierto en esclavo de mis acciones. Por eso los gobernantes de
los países son firmante de protocolos internacionales en donde se comprometen a respetar la
dignidad de la persona y trabajar en aras del desarrollo y la paz. Se comprometen a hacer
artesano de la justicia, cuya misión es fomentar una cultura que se basa en la pura verdad.

El Santo Padre destacó “la estima de la Iglesia Católica por el compromiso político
cuando éste está motivado por la voluntad de crear las condiciones favorables para vivir juntos
respetando las diferencias, permaneciendo pendientes de las situaciones de precariedad, y
pendientes de las personas más frágiles”.

“En vuestros territorios, como en otros muchos lugares, afrontáis problemas que
constituye para vosotros, en el ejercicio de vuestra misión, numerosos desafíos”. Entonces,
recordó una frase de la encíclica Laudato si’: “En efecto, ‘la grandeza política se muestra
cuando, en los momentos de dificultad, se trabaja sobre la base de grandes principios, y
pensando en el bien común a largo plazo”.

En esta perspectiva, “los valores de libertad, de igualdad, de fraternidad constituyen las


fortalezas y un horizonte para el ejercicio de la responsabilidad. Ante los problemas de la
sociedad, es también necesario hacerse promotores de un verdadero debate sobre los valores
y las orientaciones reconocidas como comunes a todos”.

El papa explico a los políticos que “los cristianos están llamados a participar con los
creyentes de todas las religiones, y con todos los hombres de buena voluntad, a desarrollar una
cultura del encuentro”. “En este sentido, vuestro deseo de servir al bien común pude llevar a
hacer todo lo posible por construir puentes entre las personas que se encuentran en diferentes
condiciones sociales, económicas, culturales y religiosas, al igual que entre diversas
generaciones”.

El Pontífice invitó a los políticos “a ser también creadores de vínculos entre los espacios urbanos
y los rurales, entre el mundo del estudio y de los profesionales, con el fin de que el dinamismo
de vuestros territorios se enriquezca siempre por las diferentes especificidades”.

Para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, más humana y fraterna, “es
necesario perseverar en la búsqueda de medios compatibles con el bien de todos, para
acogerlos, protegerlos, promover su desarrollo humano integral e integrarlos, evitando el
síndrome del descarte.

El Papa Francisco nos señala: “Reconocer a cada ser humano como un hermano, buscar
una amistad social que integre a todos, no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad
para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles.

103. La fraternidad no es sólo resultado de condiciones de respeto a las libertades individuales,


ni siquiera de cierta equidad administrada. Si bien son condiciones de posibilidad no bastan
para que ella surja como resultado necesario. La fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la
libertad y a la igualdad. ¿Qué ocurre sin la fraternidad cultivada conscientemente, sin una
voluntad política de fraternidad, traducida en una educación para la fraternidad, para el diálogo,
para el descubrimiento de la reciprocidad y el enriquecimiento mutuo como valores? Lo que
sucede es que la libertad enflaquece, resultando así más una condición de soledad, de pura
autonomía para pertenecer a alguien o a algo, o sólo para poseer y disfrutar. Esto no agota en
absoluto la riqueza de la libertad que está orientada sobre todo al amor.

104. Tampoco la igualdad se logra definiendo en abstracto que “todos los seres humanos son
iguales”, sino que es el resultado del cultivo consciente y pedagógico de la fraternidad. Los que
únicamente son capaces de ser socios crean mundos cerrados. ¿Qué sentido puede tener en
este esquema esa persona que no pertenece al círculo de los socios y llega soñando con una
vida mejor para sí y para su familia?

105. El individualismo no nos hace más libres, más iguales, más hermanos. La mera suma de
los intereses individuales no es capaz de generar un mundo mejor para toda la humanidad. Ni
siquiera puede preservarnos de tantos males que cada vez se vuelven más globales. Pero el
individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Engaña. Nos hace creer que todo
consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones, como si acumulando ambiciones y
seguridades individuales pudiéramos construir el bien común.
Hablemos de conceptos

LIBERTAD

Es como el alma de cada ser humano para poder desarrollar su potencial, su singularidad
y originalidad desde un pensamiento que aborrezca la mentira y apueste por la verdad. De ahí
la importancia de la educación y la cultura para tal propósito. La libertad es la plataforma de la
construcción de una verdadera sociedad, un pueblo que no tiene libertad es un pueblo esclavo,
se puede decir que es una sociedad que ha perdido la educación, ha caído en el individualismo.
“Cuando se vive en la libertad, se vive en dignidad” (SS. Juan Pablo II), Es allí la raíz del
desarrollo, del progreso y el bien común para todos.

Debemos vencer nuestro miedo del futuro. Pero no podemos vencerlo del todo si no es
juntos como nicaragüense. La respuesta a aquel miedo no es la coacción, ni la represión o la
imposición de un único modelo social. Pues solo a través de una autentica fraternidad fundada
en los valores universales de la solidaridad, de la justicia y de la libertad, podremos construir la
paz.
No debemos tener miedo del futuro. No debemos tener miedo del hombre. Cada persona ha
sido creada a imagen y semejanza de Aquél que es el origen de todo lo que existe. Tenemos
en nosotros la capacidad de sabiduría y de virtud. Con estos dones, con la ayuda de la gracia
de Dios, podemos construir en este siglo una civilización digna de la persona humana, una
verdadera cultura de la libertad. ¡Podemos y debemos hacerlo! Y, haciéndolo, podremos darnos
cuenta de que las lágrimas de muchas personas que sufren han preparado el terreno para una
nueva primavera de nuestra sociedad.

Fotografía para explicar los elementos


IGUALDAD

En el espíritu que permita que legalidad y moralidad vayan de la mano (a veces se


promulgan leyes profundamente inmorales o se aplica la ley de manera inmoral anulando el
principio de que la justicia debería ser igual para todos, cuando, por desgracia y demasiado a
menudo, no lo es). Así, cada ser humano estaría sometido a las mismas leyes con los mismos
derechos y compromisos. La igualdad es una equivalencia o conformidad en la calidad, cantidad
o forma de dos o más elementos. ... La igualdad entre los seres humanos se considera un
derecho en muchas culturas, aunque en varias ocasiones no existe igualdad debido, a factores
económicos, raciales o religiosos.

Este término muchísimas veces es utilizado por la ideología de género y han


descompuesto la etimología de la palabra, y aplican igualdad para referirse a que la mujer pueda
competir con el varón desde un escenario confrontativo. El principio de Igualdad ante la ley
establece que todos los seres humanos son iguales sin que existan privilegios. Igualdad de
derechos, término que se refiere a la igualdad entre los individuos.

LA FRATERNIDAD

Que permitiría en el ámbito de lo económico poder satisfacer las necesidades de todos


convocando las capacidades de cada uno en trabajos llenos de Sentido en lo individual y en lo
colectivo. La fraternidad cristiana es un don que viene de lo alto, que apunta directamente al
Espíritu santo, el don por excelencia, y después, al mundo de las virtudes teologales (fe,
esperanza y caridad), que son los lazos más estrechos que Dios establece con nosotros.

El principal sentimiento en una fraternidad es el de apoyo y respeto hacia la otra persona.


Ya sea en la universidad o en una relación de la vida, ambos aspectos son muy importantes
para que se dé la fraternidad. Se debe poseer solidaridad con la otra persona. La palabra
fraternidad puede poseer muchos significados. En principio, proviene del latín frater, que quiere
decir hermanos. Por lo tanto, se trata de la relación entre dos personas, ya sea unida por un
lazo sanguíneo o no. La fraternidad entre dos personas se trata de una buena unión, con
sentimiento involucrado.

La fraternidad es un valor que no se resume solo a los hombres sino un valor universal y
transversal a todos los seres humanos de considerarnos todos hermanos. De esta manera el
valor de la fraternidad nos lleva a ser solidarios, respetuosos y empáticos unos con los otros.
Diálogo en grupos / Reflexión personal

 ¿Qué se necesita para vivir en fraternidad?

 Vivir en sana libertad como fruto de tu capacidad espiritual y emocional

 Tener buena conexión con tus familiares, amigos y cercanos

 Vivir en paz y armonía con Dios

 Sentir amor incondicional por ti mismo y por tu familia.

ORACION DEL POBRESILLO DE ASIS


Tema 2:
El valor de la solidaridad

Oración Inicial:
Crea en mí un Amor cada vez más abierto

Crea en mí un amor cada vez más abierto, Señor,


para ir más allá de mí mismo,
para que pueda trascender las fronteras hechas por el hombre
para ir a la periferia,
para buscar el destierro escondido,
para que pueda ofrecer una generosa hospitalidad, y
para que pueda quitar el racismo de mi corazón.

De esta manera, puedo ayudar a crear condiciones


donde todas las personas puedan prosperar,
donde la comunidad reemplace el aislamiento,
donde se erradique el racismo,
donde se restablezca la justicia,
donde el trabajo, la tierra y la vivienda estén disponibles para todos, y
donde la familia humana pueda vivir en armonía.
Guíanos en la jornada hacia el verdadero camino de la paz, Señor.
Ayúdanos a vivir tu visión de un mundo donde nadie esté excluido
y los bienes de la tierra sean compartidos y cuidados por todos. Amén.
Lectura Bíblica:
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37

Se levantó un maestro de la ley, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que he de


hacer para tener en herencia vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?» Respondió: «Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo
como a ti mismo». Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás». Pero él, queriendo
justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?» Jesús respondió: «Bajaba un hombre de
Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle,
se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al
verle, dio un rodeo.

De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un
samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó
sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó
a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y
dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." ¿Quién de estos tres te
parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» Él dijo: «El que practicó la
misericordia con él». Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo».

Reflexión:

El ejemplo del buen samaritano nos revela que nuestra más profunda realización se
encuentra en el don de nosotros mismos al prójimo, al estilo de una donación libre y gratuita
(87). Como señala el Papa Francisco, cada acto de amor hacia el prójimo es un movimiento
hacia el exterior de la gracia de Dios en el mundo que nos une y nos mueve a fomentar un
verdadero sentido de amistad social, que valora a cada persona humana (93). Esta efusión de
amor permite una comprensión más universal de la comunidad que abraza a cada “hermano o
hermana necesitado” para que nadie sea ignorado.

Cuando no reconocemos a cada uno como hermano o hermana, incluso los “nacidos en
el mismo país” pueden convertirse en “un forastero existencial” (97) o en un “exiliado oculto”
(98). Debemos reconocer cómo estas actitudes están influenciadas por el racismo, “un virus
que muta fácilmente…y está siempre al acecho” (97).
Otros "exiliados ocultos" son los discapacitados; debe fomentarse su “participación activa
en la comunidad civil y eclesial” (98). La verdadera amistad social exige el pleno reconocimiento
de la dignidad y el valor de cada persona humana, sin importar su capacidad, valor, origen
étnico, raza o género.

Nuestro compromiso con la dignidad de cada persona y con el bien común debe orientar
nuestras relaciones, instituciones civiles y sistemas económicos para que todas las personas
tengan la oportunidad de “desarrollarse integralmente” (108). Una sociedad genuinamente
“humana y fraterna” trabajará para asegurar que cada miembro pueda prosperar en cada
momento de la vida (110). Esto es lo que significa “fomentar un desarrollo humano integral” que
promueva el bien común y nos permita “avanzar juntos hacia un crecimiento auténtico e integral”
(113).

El Papa Francisco explica que la solidaridad está en el corazón de lo que significa cultivar
la amistad social: “Solidaridad es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la
desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y
laborales.
Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero. […] La solidaridad, entendida en
su sentido más hondo, es un modo de hacer historia” (116). La solidaridad nos desafía a
anteponer el bien común a nuestros deseos individuales. El Papa Francisco señala que, en la
enseñanza católica, “el derecho a la propiedad privada” no es absoluto; es secundario al
“principio del uso común de los bienes creados para todos” (120). La comunidad mundial debe
poner la capacidad de cada persona humana para prosperar sobre los objetivos de riqueza y
conquista, “Porque la paz real y duradera sólo es posible «desde una ética global de solidaridad
y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad
entre toda la familia humana” (127).

Leemos; por tanto, que la solidaridad “es mucho más que algunos actos esporádicos de
generosidad. ¡Es más! Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de
comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de
algunos» (Evangelii Gaudium, 188).

Esto significa solidaridad. No es solo cuestión de ayudar a los otros —esto está bien
hacerlo, pero, es más—: se trata de justicia (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1938-1940).
La interdependencia, para ser solidario y fructífero, necesita raíces fuertes en la humanidad y
en la naturaleza creada por Dios, necesita respeto por los rostros y la tierra” (Catequesis 02 de
septiembre 2020).
La solidaridad es el camino para recorrer hacia un mundo post-pandemia, hacia la
sanación de nuestras enfermedades interpersonales y sociales. No hay otra. O vamos adelante
con el camino de la solidaridad o las cosas serán peores. Y la solidaridad es precisamente un
camino para salir de la crisis, mejor de lo que estábamos antes, no con cambios superficiales o
maquillados, sino reales y concretos.
En medio de la crisis, una solidaridad guiada por la fe nos permite traducir el amor de Dios en
nuestra cultura globalizada, no construyendo torres o muros, sino tejiendo comunidad y
apoyando procesos de crecimiento verdaderamente humano y solidario. Y para esto ayuda la
solidaridad.

Preguntémonos:

 ¿Pienso en las necesidades de los otros?

 ¿Me afectan los problemas del otro?

Oración final

Señor y Padre de la humanidad,


que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.

Que nuestro corazón se abra


a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad,
de proyectos comunes, de esperanzas compartidas.

Amén.
Tema 3:
La política que se necesita

UNA NUEVA POLITICA


Desafío para la evangelización de los jóvenes

Fratelli tutti, en su capítulo quinto nos presenta el pensamiento del Papa Francisco
respecto a su propuesta de “una nueva política” para la creación de la fraternidad humana y de
la amistad social. En las páginas siguientes planteamos este proyecto del Santo Padre como
reto para la evangelización de los jóvenes. Partimos del desencanto de la actual concepción de
política al desafío de la implementación de la “nueva política”.

La política y la nueva política

La política, hoy por hoy, es un tema neurálgico en nuestra sociedad. Ante ello hay dos
reacciones: por una parte, no querer saber nada de ella pues política es sinónimo de corrupción
y político de corruptos, “la política hoy con frecuencia suele asumir formas que dificultan la
marcha hacia un mundo distinto” (FT 154); por otra parte, se está constantemente opinando
sobre la crisis sociopolítica económica, social y sanitaria, es decir, se “está haciendo” política,
es el plato del día.
El Papa Francisco habla de una “sana política” que no esté sometida a los poderes, ni
ideológicos ni económicos sino que tenga por fin a la persona, en dónde el centro sea la persona
misma. «Tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se
construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos” (FT 168). Es todo un desafío
implementar la propuesta del santo Padre, ésta responde a la naturaleza del ser humano y a la
esencia misma de la política.

Frente al desencanto político está la “sana política”, ¿parece ser utópica?; no, no es así,
en clave del papa Francisco, se trata de una mística – mística política, e decir: vivir en la caridad
política para construir una fraternidad universal y una amistad social. Justo ahí está el reto de
la evangelización de los jóvenes en la dimensión social.

Causas del desencanto del quehacer político

Dos grandes corrientes marcan el desencanto político del ser y quehacer político en la
actual sociedad y especialmente en los jóvenes, habidos de verdad, justicia y libertad: el
populismo y el liberalismo.

Ambos dan lugar a:

La polarización de la sociedad. Es propio del populismos crear la división en la sociedad, así


se habla de “populistas y no populistas”, “patrióticos y no patrióticos”, obviamente los que se
unen al sistema son los “buenos”, detrás está el principio de divide y venceremos.

La manipulación del concepto de “pueblo”. Cautiva para instrumentalizar, el pueblo es la


banderita utilizada y manipulada para intereses de unos pocos, “el pueblo”. Despersonifica y
convierte al individuo en masa y la masa no piensa, una vez desfigurado lo instrumentaliza para
usarlo al servicio de proyectos personales y perpetuación en el poder (Cf. FT 159).

El liderazgo como forma de inmediatismo. La tecnocracia, el papá estado que sabe dar
caramelos para endulzar las “amarguras” de crisis profundas, “pan y circo” es el lema. El
inmediatismo que no da lugar a proyectos de nación a mediano y largo plazo. Se responde a
exigencias populares en orden a garantizarse votos o aprobación, pero sin avanzar en una tarea
ardua y constante que genere a las personas los recursos para su propio desarrollo, para que
puedan sostener su vida con su esfuerzo y su creatividad (FT 161)
Reacción de los jóvenes

Los jóvenes que, por pertenecer a


nuevas generaciones y ven la realidad desde
una perspectiva descentrada, pueden
apreciar lo justo y las injusticias de los
sistemas; lo verdadero y lo falso; lo honesto y
lo corrupto, de ahí que reclaman los valores
de la justicia, de la verdad y del bien.

Hay un crecimiento en los jóvenes de


sensibilidad por las problemáticas sociales,
políticas públicas, especialmente el tema
derechos humanos y ecológicos, ya sea que
afecten sus pares o los de otros grupos. Esta
toma de conciencia les lleva a reclamar la
participación en espacios gubernamentales y no gubernamentales que buscan dar respuestas
a dichas problemáticas. Al cerrársele las puertas de estos espacios, el joven especialmente está
desarrollado su protagonismo a través del voluntariado social.

Igualmente se percibe la preocupación por el bien común. Éste aflora como uno de los
mayores valores de los jóvenes y genera en ellos una cultura ciudadana y democrática10; no es
ajeno a ellos “ponerse la camiseta” en las causas consideradas nobles y justas, poseen una
capacidad de sacrificio ante lo que les fascina, motiva y convence. Hoy son los jóvenes,
deseosos de democracia, los que “han puesto el pecho” ante la crisis sociopolítica económica
que vivimos.

Algunas posturas globales de los jóvenes frente a lo social - político

Diversos factores intervienen en los jóvenes para favorecer o desfavorecer su madurez


en su ser y hacer social – político. Cinco actitudes generalidades se perciben en los jóvenes:

a) Indiferencia. Se evidencia, en algunos jóvenes, una vivencia de clara distancia y desinterés


respecto al compromiso social y político, responsabilidad con lo colectivo. No es una
confrontación emocional enérgica ni un cuestionamiento activo, sino una postura de distancia y
desinterés en relación con todas las cuestiones sociopolíticas; simplemente las cuestiones
sociales y la política, el asociacionismo, la participación, etc., no les interesan. Viven en su
mundo.

10
Cf. SEJ-CELAM, XVI Encuentro de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil Latinoamericana, “Conclusiones de la
Etapa de la Escucha del Proyecto de Revitalización de la Pastoral Juvenil Latinoamericana” Cochabamba, Bolivia 2009,
material no publicado
b) Escepticismo. Otra actitud que se percibe es un cierto pesimismo frente a las posibilidades
de compromiso social, frente a los agentes de la praxis social y política. No es la indiferencia lo
que prima en su visión del activismo social sino una cierta postura desesperanzada derivada de
una visión negativa de su lectura de la realidad: se sienten distanciados de la acción social -
política porque no acaban de ver cómo participar en ella y porque se sienten incrédulos de las
propuestas que se les ofrecen; a ello se suma la desacreditación de instituciones sociales,
políticas e incluso eclesial.

c) “De partido”. Algunos jóvenes poseen una ciega defensa de todo aquello que traduce el
ejercicio de lo social y la política institucional partidaria. El sistema no se critica se defiende; se
acepta como válida la estructura de la organización política, desaprueba todo lo que sea
contrario a su ideología. Con sus aberraciones, manifiestan un evidente interés por la
participación y tratan de ejercitarla de manera activa.

d) Proactividad. Actitud que defiende activamente la necesidad de implicarse en lo social y


que, casi con la misma fuerza, rechazan las formas habituales de participación; son jóvenes
que plantean una crítica al sistema. Para este grupo está más que justificada la necesidad, el
por qué y para qué implicarse en los social – político. Entendiendo, con mayor o menor claridad,
lo que sucede en el ámbito de lo social y cómo afecta a la colectividad son impulsados a actuar,
a procurar un cambio social.

e) “Apolíticos”. Es un distanciamiento, personal y de proyección generacional, frente a todas


las cuestiones políticas y de participación, pero que se diferencia de quienes se manifiestan
escépticos. Manifiestan de forma evidente, un rechazo global de los mecanismos políticos
formales. Ya no se trata sólo de un distanciamiento indiferente, sino, más allá e incluyendo a
éste, de un rechazo frontal de la política formal.

Acompañamiento a la juventud para la ejecución de una sana política

Dado que en el joven aflora su ser político y


se presenta como “reserva moral” de la sociedad,
debe acompañársele para ser constructor de la
“nueva política”. La que siguiendo la propuesta del
Papa Francisco responda a un proyecto del bien
común cimentado en el bien moral objetico, cuya
verdad radica en la dignidad de cada persona
humana especialmente en los pobres y
descartados; cuyo marco social, institucional y
económico se defienda el bien de todos, que
prevalezca el nosotros al egoísmo individual;
donde se construya una fraternidad que habite la
casa común.
Carmen Texeira, releyendo a Rubem Alves, teólogo y sicoanalista brasileño, plantea que
la Pastoral Juvenil debe favorecer la formación para el compromiso, “no de ovejas sino de
cabritos”, el papa Francisco lo dice en otra clave: “Jóvenes hagan líos”.

La metáfora de formar “no ovejas sino cabritos” puede


disonar a los oídos pero, bien comprendida y mejor
interpretada, encierra las coordenadas mismas de la
formación social en la evangelización de los jóvenes. La
lectura dual, de buenos y malos, nos hace pensar que las
ovejas son las buenas y los cabritos son los malos. Ahora
bien, aun cuando se piensa que las ovejas “son mansas,
obedientes…., teniendo presente que los cabritos monteses,
que no aceptan ser conducidos en rebaños y, suben a lo alto
de las montañas y precipicios, contemplan las maravillas del
mundo donde el aire es más frío, están más cerca de las
nubes y de las águilas; el silencio es grande y por allí no han
de aventurar aquellos que tienen miedo de los lobos y de las
alturas” , cambia el paradigma; debemos formar cabritos no ovejas, debemos formar para la
11

libertad, para el compromiso, para la autonomía.

La Iglesia, en sus agentes de pastoral, debe formar para la libertad: “una educación que
posibilite al hombre para la discusión valiente de su problemática, de su inserción en esta
problemática que lo advierta de los peligros de su tiempo para que, consciente de ellos, gane
la fuerza y el valor para luchar, en lugar de ser arrastrado a la pérdida de su propio “yo”,
sometido a las prescripciones ajenas. Educación que lo coloque en diálogo constante con el
otro, que lo predisponga a constante revisiones, a análisis críticos de sus “descubrimientos”, a
una cierta rebeldía, en el sentido más humano de la expresión… Una educación que haga del
hombre un ser cada vez más consciente de su transitividad, críticamente, o cada vez más
racional”12.

Los agentes de Pastoral se deben formar para la autonomía. Un principio que no se debe
obviar en el acompañamiento de la formación es que “enseñar no es trasferir conocimiento, sino
crear las posibilidades para su propia producción o construcción”13; de ahí que, “en las
condiciones del verdadero aprendizaje los educandos se van transformando en sujetos reales
de la construcción y la reconstrucción del saber enseñado, al lado del educador, igualmente
sujeto del proceso”14. “Se es cristiano no por imperativos morales sino por la asimilación
existencial de valores de una persona, Cristo” (Benedicto XVI, DCE n°1, 2005).

11
Revista Medellín Vol XXIV – n° 94 / junio 1998, p. 349
12
Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, Siglo XXI, México, 2009, p. 85
13
Paulo Freire, pedagogía de la autonomía, Siglo XXI, México, 2009, p. 47
14
Idem, p.28
Una oración para vivir “Fratelli Tutti” (Cameron Bellm)

Cuando nuestras elevadas palabras de amor se hayan vaciado de su significado,


cuando nuestras fronteras y pantallas de computadora hayan levantado muros impenetrables,
cuando nuestras mentes confundan a los «otros» como «enemigos»,
¿Cómo encontraremos a nuestra común humanidad?

Nunca es demasiado tarde para empezar con sensatez y ternura.


que saquemos de nuestros bolsillos las piedras que pretendíamos lanzar
para cimentarlas juntas en la construcción de un hogar que dé la bienvenida a todos.
que nos arrepintamos de nuestra indiferencia y vayamos a un encuentro genuino.

En lugar de trazar líneas de batalla,


que acerquemos nuestras sillas a una mesa común,
donde podamos maravillarnos con el conocimiento de nuestra dignidad compartida.

Que Dios nos conceda la santa visión


de ver en cada ser humano un misterio sagrado,
y que amemos cada misterio no de forma abstracta, sino concreta.

Así como Tomás tocó las heridas de Jesús,


que no tengamos miedo de tocar las heridas de nuestro vecino que sufre.
que depongamos nuestras armas y ofrezcamos nuestras manos extendidas,
hasta que no haya un «ellos», sino solo un «nosotros»

hasta que seamos, por fin, hermanas y hermanos, todos.

Amén.
Tema 4:
Caminos de reencuentro
Catequesis basada en el capítulo VII de la encíclica Fratelli Tutti

Oración de inicio
Ayúdanos a construir comunidades con la visión de Dios de justicia.

Espíritu Santo,
¡Te alabamos y te agradecemos!

Nos unges para


traer buenas nuevas a los pobres
proclamar libertad a los cautivos
recuperar la vista de los ciegos
liberar a los oprimidos
y construir comunidades para mantener
la visión de justicia de Dios.
Muéstranos como ser luz del mundo
la sal de la tierra
semillas que brotan del amor
y levadura que infunde humanidad
con el deseo de promocionar
la dignidad humana y solidaridad.

Ayúdanos a escuchar a escuchar para que


los que bien en la pobreza
puedan dirigir nuestros esfuerzos para
proclamar una visión más esperanzadora
liberar cautivos de la injusticia
curar la ceguera de los poderosos
libéranos a todos del egocentrismo
y construir comunidad para superar la pobreza.

Amen.

Reflexión:

Ante la necesidad de construir caminos de paz que lleven a cicatrizar heridas se


necesitan artesanos de la paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con
ingenio y audacia. En la encíclica Fratelli Tutti (todos hermanos) el Papa Francisco propone el
proceso para construir esos caminos: qué se debe hacer y qué se debe evitar en la construcción
de la paz y la reconciliación entre las personas y los pueblos.

En nuestra Nicaragua, tristemente polarizada, inmersa desde hace varios años en una
crisis sociopolítica, institucional y económica este documento del Papa es una bocanada de
esperanza. Esta encíclica y en particular este capítulo VII debe ser leído, meditado, compartido
y vivido por todos los nicaragüenses, sin importar su raza, credo o color político. Nos urge un
proyecto de nación.

Lo que no es o se debe evitar en un proceso de paz y reconciliación, entre paréntesis pongo


el numeral de la encíclica donde podemos encontrar el aporte:

2) No es regresar al momento anterior al conflicto. Hacer como que nada ha pasado (226).

3) No se debe escudar en diplomacias vacías, en dobles discursos, en buenos modales


que esconden la verdad (226).

4) No deben ser arreglos entre grupos políticos o económicos (231). Un arreglo de cúpulas
solo será pactos entre poderosos, nunca un proyecto de nación.

5) No hay un punto final en la construcción de la paz social de un país, es un proceso


constante (232).
6) Las manifestaciones públicas violentas de un lado o de otro no ayudan a encontrar
caminos de salida (232). El Papa teme que sean usadas como manipulación de los
poderosos, llenar una plaza es fácil, sin embargo, no es representación de todo un
pueblo.

7) Usar la fuerza para imponerse a los demás es algo que Jesús condenó abiertamente:
(Mt 20,25-26) (n. 238). Ya en el numeral 217 El Papa había señalado “Tampoco consiste
en una paz que surge acallando las reivindicaciones sociales o evitando que hagan lío,
ya que no es «un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz»”

8) No es renunciar a los propios derechos ante un poderoso corrupto, ante un criminal o


ante alguien que degrada nuestra dignidad. No es huir al conflicto inevitable (241). Los
derechos se deben saber defender con la no violencia, agachar la cabeza y permitir todo
no es actitud cristiana como a veces se quiere manipular.

9) No confundir la justicia con la venganza. No se trata de hacerle al violento el mismo mal


que él realizó y planear ocasiones de desquites bajo formatos aparentemente legales
(242).

10) Los silencios se pueden volver cómplices de graves errores y pecados (244). A veces se
calla para evitar problemas, entonces tenemos el peligro de caer en la indiferencia o en
el lamento silencioso inoperante.

11) No es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro sino la resolución
en un plano superior que conserva las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna
(245). Aquí el Papa pone el dedo en el vicio que unidad es “unirse a mi” que los demás
se hagan de mi grupo, entonces se cae en la absorción de un grupo en otro.

12) El perdón no es una imposición. Nadie debe imponer el perdón al conjunto de una
sociedad. No se puede pretender cerrar por decreto las heridas o cubrir las injusticias
con un manto de olvido (246). Nicaragua tiene experiencia histórica con las amnistías
que se convierten en una espiral de violaciones y por los mismos actores. No pocas
veces es solo fomentar la injusticia y el delito.

13) No olvidar las cosas malas que han sucedido pero también es muy sano hacer memoria
del bien (n. 248).

14) Cuando hubo injusticias mutuas cabe reconocer que pueden no haber tenido la misma
gravedad o que no sean comparables. La violencia ejercida desde las estructuras y el
poder del estado no está en el mismo nivel de la violencia ejercida por grupos particulares
(253). Muchos confunden la violencia de grupo con la violencia de Estado, el Estado no
es una parte social en conflicto, está llamado a ser instrumento de unidad y no una parte
en conflicto porque el estado es de todos.
15) La guerra, la pena de muerte y la cadena perpetua (que es una forma de pena de muerte
oculta) no son instrumentos válidos para resolver conflictos o contruir una sociedad
mejor. No se debe ceder ante ningún tipo de violencia (270).
Ahora veremos lo que el Papa nos sugiere para hacer el camino de la reconciliación y la paz,
son directrices valiosas a tener en cuenta por todos:

1. Recomenzar desde la verdad. Se debe ser capaz de asumir el pasado para liberar el
futuro. Solo desde la verdad histórica de los hechos podrán hacerse el esfuerzo
perseverante y largo de comprenderse mutuamente y de intentar una nueva síntesis para
el bien de todos. El pueblo tiene derecho a saber qué pasó (226). En la mentira no se
construye ninguna relación personal o social exitosa, la verdad debe ser conocida y
asumida.

2. Superar la mera negociación (231). En el numeral 202 el Papa hace la distinción entre el
diálogo y la negociación. El diálogo busca el bien común, mientras que la negociación
busca rasguñar todo el poder y los mayores beneficios posibles para cada grupo.

3. En Nicaragua quizás nunca hemos conocido un diálogo a este nivel, nos hemos quedado
en las meras negociaciones, repartición de prevendas entre los grupos de poder, quizás
ya sea hora que lo tengamos.

4. La verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia. Las tres


juntas son esenciales para construir la paz (227).

5. Es necesario tratar de identificar bien los problemas que atraviesa una sociedad para
aceptar que existen diferentes maneras de mirar las dificultades y de resolverlas.
Siempre se debe reconocer que el otro puede aportar una perspectiva legítima, al menos
en parte, aunque se haya equivocado o actuado mal (228).

6. La negación delos problemas es un mal del que cuesta salir, se ve como adversario a
quien señala lo que está mal en el país, en un grupo social o familiar.

7. Es necesario que en todos permanezca vivo un básico sentimiento de pertenencia (230).


La exclusión del otro es un problema recurrente. Entre nosotros se excluye al otro al
ponerle estereotipos y quererlo excluir de ser parte de este país.

8. Hay una “arquitectura” de la paz, donde intervienen las diversas instituciones de la


sociedad, cada una desde su competencia, pero también hay una “artesanía” de la paz
que nos involucra a todos, se debe tener en cuenta aquí a los sectores que suelen ser
invisibilizados (231).

9. Se debe persistir en la lucha por favorecer la cultura del encuentro que exige colocar en
el centro de todo acción política, social y económica a la persona humana, su altísima
dignidad y el respeto por el bien común (233).

10. La opción por los pobres debe conducirnos a la amistad con los pobres. No es una ayuda
lastimera sino a saberlos involucrar en un proceso de desarrollo. Si hay que volver a
pensar siempre será desde los últimos.
11. Las ideologías usan la causan de los pobres para enriquecerse en nombre de ellos por
eso el Papa advierte de sus peligros.

12. Jesucristo condenó abiertamente el uso de la fuerza para imponerse a los demás (Mt
20,25-26) sin embargo, cuando reflexionamos acerca del perdón, de la paz y de la
concordia social nos encontramos con una expresión de Jesús que nos sorprende: “No
piensen que vine a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz sino la espada” (Mt
10,34-36). El cristiano no busca el conflicto pero soporta el conflicto inevitable, para que
el respeto humano no lleve a faltar a la fidelidad en pos de una supuesta paz familiar o
social (240).

13. Estamos llamados a amar a todos, sin excepción, pero amar a un opresor no es consentir
que siga siendo así, tampoco es hacerle pensar que lo que él hace es aceptable, al
contrario amarlo bien es buscar de distintas maneras que deje de oprimir, quitarle ese
poder que no sabe utilizar y que lo desfigura como ser humano.

14. Quien sufre la injusticia tiene que defender con fuerza sus derechos y los de su familia
porque debe precisar su dignidad que se le ha dado, una dignidad que Dios ama.

15. Si un delincuente me ha hecho daño a mi o a un ser querido nadie me prohíbe que exija
justicia y que me preocupe para que esa persona -o cualquier otra- no vuelva a dañarme
ni haga lo mismo a otros. El perdón no solo no anula esa necesidad, sino que la reclama
(241).

16. Se trata de justicia no de venganza. La venganza es movida por el odio y la necesidad


enfermiza de destruir al otro (242).

17. Hay silencios que pueden volverse cómplices de graves errores y pecados. La verdadera
reconciliación no escapa del conflicto sino que se logra en el conflicto, superándolo a
través del diálogo y la negociación transparente, sincera y paciente.

18. La reconciliación es un hecho personal y nadie puede imponerla al conjunto de una


sociedad, aun cuando deba promoverla (246).

19. Se debe conservar la memoria de las atrocidades hechas contra la dignidad humana.
Necesitamos mantener viva la llama de la conciencia colectiva testificando a las
generaciones venideras el horror de lo que sucedió (249).
20. El perdón libre y sincero es una grandeza que refleja la inmensidad del perdón divino. Si
el perdón es gratuito, entonces puede perdonarse aun a quien se resiste al
arrepentimiento y es incapaz de pedir perdón.

21. El perdón permite buscar la justicia sin caer en el círculo vicioso de la venganza ni en la
injusticia del olvido.
22. En las circunstancias actuales es muy difícil sostener los criterios racionales madurados
en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa” tipificado en el catecismo de la
Iglesia Católica (n. 2309). El Papa dice: ¡Nunca más la guerra! Prácticamente deroga así
este numeral del Catecismo (258).

23. Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso
de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las
fuerzas del mal (261).

24. La pena de muerte es inadmisible y la Iglesia se compromete con determinación para


proponer que sea abolida en todo el mundo.

25. Además de la pena de muerte, particular gravedad tienen las así llamadas ejecuciones
extrajudiciales o extra legales que son homicidios deliberados cometidos por algunos
estados o por sus agentes, que a menudo se hace pasar como enfrentamientos con
delincuentes (267).

26. La pena de muerte y otros atropellos son usados por los regímenes totalitarios y
dicatoriales como instrumento de supresión de la disidencia política o de persecución de
minorías religiosas o culturales, todas victimas que para sus respectivas legislaciones
son delincuentes.

27. La cadena perpetua es una pena de muerte oculta (268).

28. A los cristianos que dudan y se sienten tentados a ceder ante cualquier forma de
violencia, los invito a recordar las palabras de Isaías “con sus espadas forjarán arados”
(2,4). Y Jesús que dice a un discípulo cebado por la violencia “¡Vuelve tu espada a su
lugar!, pues todos los que empuñan espada, a espada morirán” (Mt 26,52). Era un eco
de aquella antigua advertencia: “Pediré cuentas al ser humano por la vida de su hermano.
Quien derrame sangre humana, su sangre será derramada por otro ser humano” (Gn
9,5-6).

He procurado en esta catequesis sacar lo que a mi juicio es más relevante en los puntos
que señala el Papa. Insisto, que estas catequesis a pesar que están pensadas para conflictos
sociales nos sirven mucho en nuestros conflictos personales y eclesiales. Ojalá podamos
nosotros esos héroes que dice el Papa, los capaces de dialogar, los capaces de salir del
egoísmo y los intereses personales para buscar el bien común.
Diálogo en grupos / Reflexión personal

1) Cultivar solidaridad con nuestros hermanos y hermanas requiere de dedicación para trabajar
por la paz, para empezar a sanar esas “heridas abiertas” (N.225). Un ejemplo de una “herida
abierta” en nuestra sociedad es la persistencia del racismo en muchas de nuestras
comunidades. ¿Dónde ha visto racismo en acción en nuestra sociedad? ¿Cómo puede usted
trabajar por una justicia que empieza por sanar la herida de racismo en su comunidad?

2) Perdón y reconciliación son componentes importantes en lo que el Papa Francisco presenta


como un camino hacia adelante, a una sociedad construida en justicia y paz.
¿Cómo ha experimentado el perdón y reconciliación en su vida? ¿Qué puede hacer para animar
esa misma experiencia con sus vecinos y en su comunidad parroquial?

3) El Papa Francisco explica la importancia de la memoria en los procesos de reconciliación y


justicia. Recordar momentos de inmenso sufrimiento nos reta a trabajar por la paz y crear
sistemas en los cuales tales injusticias y violencia nunca vuelvan a suceder. Estos recuerdos
pueden ser injusticias de las cuales hemos sido testigos, momentos de exclusión que hemos
vivido, o dolor que hemos causado. ¿Hay algún recuerdo o experiencia que le inspiro a trabajar
por la justicia y el bien común? ¿Qué memoria cree que está empezando a ser olvidada en
nuestra sociedad?

Oración final

Dios nuestro, Trinidad de amor, para verlo crucificado en las angustias de los
desde la fuerza comunitaria de tu intimidad abandonados y olvidados de este mundo
divina derrama en nosotros el río del amor y resucitado en cada hermano que se
fraterno. levanta.

Danos ese amor que se reflejaba en los Ven, Espíritu Santo, muéstranos tu
gestos de Jesús, en su familia de Nazaret y hermosura reflejada en todos los pueblos de
en la primera comunidad cristiana. la tierra, para descubrir que todos son
importantes, que todos son necesarios, que
Concede a los cristianos que vivamos el son rostros diferentes de la misma
Evangelio y podamos reconocer a Cristo en humanidad que amas.
cada ser humano,
Amén.
ADORACIÓN EUCARÍSTICA

PARA COMENZAR CANTA “ALABEMOS Y ENSALCEMOS”.


Alabemos y ensalcemos Veis las flores como esmaltan, las campiñas
al Divino Corazón; olorosas,
que se apiade de nosotros más brillantes que las rosas, es el dulce
y nos de su bendición. Corazón.

Él es fuente de consuelo, Veis las luces que tachonan, ese cielo de


manantial de bendiciones; alabastro;
rey de nuestros corazones más fulgente que rey astro, es el Santo
en su amante Corazón Corazón.

Veis la llaga del costado Veis la fuente que parece, que llorando ya
del amor celeste puerta se aleja;
de agua y sangre es fuente más ternura hay en la queja, del amante
abierta el sagrado Corazón Corazón.

Veis la aurora cómo brilla Y nosotros pecadores, prometemos al


con sus rayos por oriente? Señor,
Brilla más resplandeciente ese amante ser sinceros portadores, e perdón, de paz y
corazón de amor.
Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas (Lc. 4, 16-30)

«Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre entró en la sinagoga el


sábado, y se levantó para leer. Entonces le entregaron el libro del profeta Isaías y,
abriendo el libro, encontró el lugar donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está
sobre mí, por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres, me ha enviado para
anunciar la redención a los cautivos y devolver la vista a los ciegos, para poner en
libertad a los oprimidos, y para promulgar el año de gracia del Señor».

Y enrollando el libro se lo devolvió al ministro, y se sentó. Todos en la sinagoga tenían


fijos en él los ojos. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis
de oír Todos daban testimonio en favor de él y se admiraban de las palabras de gracia
que procedían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? Entonces les dijo:
Sin duda me aplicaréis aquel proverbio: Médico, cúrate a ti mismo. Cuanto hemos oído
que has hecho en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria. Y añadió: En verdad os
digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad que muchas
viudas había en Israel en tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses se
cerró el cielo y hubo gran hambre por toda la tierra; y a ninguna de ellas fue enviado
Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Muchos leprosos había también en
Israel en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado, sino Naamán el Sirio.

Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira, y se levantaron, le echaron


fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta la cima del monte sobre el que estaba edificada
su ciudad para despeñarle. Pero él pasando por medio de ellos, seguía su camino.»
Palabra de Dios

I.- Jesús, realmente eres tú el Mesías libertador que había de venir a nosotros, te aplicas la
profecía de Isaías que habla del Mesías: eres el «enviado para anunciar la redención a los
cautivos».
Todas las profecías del Antiguo Testamento se cumplen en Ti: desde el lugar de tu nacimiento,
Belén, hasta tu muerte en manos de los jefes judíos.

Todo había sido anunciado siglos antes de que ocurriera. Por eso, las profecías son un apoyo
para nuestra fe. Otro apoyo son los milagros, especialmente la Resurrección.

Pero tus conciudadanos no creen: «¿No es éste el hijo de José?»


Te han visto vivir una vida tan normal, trabajando día a día con José en el taller, que no acaban
de creer en Ti.

Por eso te exigen más pruebas: «cuanto hemos oído que has hecho en Cafarnaúm, hazlo
también aquí en tu patria».

Pero esa falta de fe les incapacita para recibir tus milagros.


Jesús, tengo suficiente con los milagros que has hecho y que narran los evangelios.
Si para que cada persona creyera en Ti, tuvieras que hacerle un milagro personalizado, ¿dónde
estaría la fe?
Y si no hay fe, ¿dónde está el mérito, la libertad y el amor?

 Padre nuestro…
 Dios te salva María…
 Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,
R. el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
---
V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón semejante al vuestro.
---
V. Patriarca San José,
R. ruega por nosotros.

CANTO:
UN AMADO TENGO YO

Un amado tengo yo
tan fino y enamorado
que porque le amara yo,
se quedó sacramentado. (bis)

Es mi amado flor hermoso


es clavel muy perfumado
es lirio, azucena y rosa,
mi Jesús Sacramentado. (bis)

Si me preguntan a mí: Si mi corazón tuviera


¿Cómo se llama mi amado? alas para haber volado
yo responderé diciendo: en el Sagrario estuviera,
¡Es Jesús Sacramentado! (bis) con Jesús Sacramentado. (bis)

Si me preguntan a mí:
¿Por qué vivo tan confiado?
Porque pienso noche y día
en Jesús Sacramentado. (bis)
II.- Amado Jesús, hoy nos recuerdas que «No eres un «milagrero». Me dijiste que te sobran
milagros en el Santo Evangelio para asegurar fuertemente mi fe. Pero me dan pena esos
cristianos incluso piadosos, que se sonríen cuando oyen hablar de caminos extraordinarios, de
sucesos sobrenaturales. Siento deseos de decirles: sí, ahora hay también milagros: ¡nosotros
los haríamos si tuviéramos fe»

Jesús, he de huir de dos extremos: ser «milagrero» ver milagros por todas partes, y ser
escéptico.
Tú trabajaste duro con José para mantener la familia, sin utilizar los milagros para resolver
problemas personales.

Sin embargo, dan pena los escépticos, porque también ahora sigues haciendo milagros
a través de hombres y mujeres de fe que luchan por construir la Civilización de amor.

«Y si no vieren lo que ahora hay, no lo echen a los tiempos; que para hacer Dios grandes
mercedes a quien de veras le sirve, siempre es tiempo» (Santa Teresa).

Jesús, ante cualquier problema, he de poner todos los medios humanos como si no
existieran los sobrenaturales; y, además, todos los sobrenaturales -oración y sacrificio-
sabiendo que, entonces, Tú me escucharás y me darás lo que más me convenga.
Si tengo fe, veré muchos milagros en mi vida y en las vidas de los que me rodean.

 Padre nuestro…
 Dios te salva María…
 Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,
R. el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
---
V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón semejante al vuestro.
---
V. Patriarca San José,
R. ruega por nosotros.
CANTO: /desciende a mí, hasta mi pecho ven. (2)
Oh buen Jesús
Pequé Señor, ingrato te he vendido;
¡Oh, buen Jesús! Yo creo firmemente infiel te fui, confieso mi maldad;
que por mi bien estás en el altar, contrito ya, perdón, Señor, te pido,
que das tu cuerpo y sangre juntamente /eres mi Dios, apelo a tu bondad. (2)
al alma fiel en celestial manjar,
al alma fiel en celestial manjar. Espero en Ti, piadoso Jesús mío;
oigo tu voz que dice "ven a mí",
Indigno soy, confieso avergonzado, porque eres fiel, por eso en Ti confío;
de recibir la santa Comunión; /todo, Señor, lo espero yo de Ti. (2)
Jesús que ves mi nada y mi pecado,
/prepara Tú mi pobre corazón. (2) ¡Oh, buen Jesús, pastor fino y amante!
mi corazón se abraza en santo ardor,
Dulce maná y celestial comida, si te olvidé, te juro que constante
gozo y salud de quien te come bien; /he de vivir tan sólo de tu amor. (2)
ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida,

III.- Señor Jesucristo, tú amor se expresa particularmente en el encuentro con el sufrimiento, en


todo aquello en que se manifiesta nuestra fragilidad humana, tanto física como moral. De esta
manera revelas la actitud continua de Dios Padre hacia nosotros, que es amor (1 Juan 4, 16) y
rico en misericordia (Efesios 2, 4). La misericordia es el núcleo fundamental de tú predicación y
la razón principal de tus milagros. También, nuestra santa madre, la Iglesia "abraza con tu amor
a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, en los pobres y en los que sufren
reconoce la imagen de su Fundador, pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus
necesidades y procura servir en ellos a Cristo" (CONCILIO VATICANO II, Lumen gentium) ¿Y
qué otra cosa haremos nosotros si queremos imitarte y ser buenos hijos de la Iglesia? Cada día
se nos presentan incontables ocasiones de poner en práctica tus enseñanzas ante el dolor y la
necesidad, con un corazón lleno de misericordia.
Si la mayor desgracia, el peor de los desastres, es alejarse de ti, nuestra mayor obra de
misericordia será en muchas ocasiones acercarnos a los sacramentos, fuentes de Vida, y
especialmente a la Confesión, a nuestros familiares y amigos. Toda miseria moral, cualquiera
que sea, reclama nuestra compasión, y la verdadera compasión comienza por la situación
espiritual del alma de los que nos rodean, que hemos de procurar remediar con la ayuda de la
gracia. Ahora que el número de analfabetas y pobres ha decrecido en tantos países, ha
aumentado la ignorancia religiosa con el total desconocimiento de las más elementales
nociones de la Fe y la Moral y de los rudimentos mínimos de la piedad.
Deseo imitarte, siendo misericordioso para llevar consuelo y compañía a quienes se encuentran
solos, a los enfermos, a los ancianos, a quienes sufren una pobreza vergonzosa o descarada.
Haremos nuestro su dolor y les ayudaremos a santificarlo mientras que procuramos remediar
ese estado en el modo que nos sea posible.
La misericordia nos lleva a perdonar con prontitud y de corazón, aunque quien ofende no
manifieste arrepentimiento por su falta o rechace la reconciliación. El cristiano no guarda
rencores en su alma, no se siente enemigo de nadie, ni juzga severamente a nadie. Si somos
misericordiosos, obtendremos de ti la misericordia que tanto necesitamos, particularmente para
esas flaquezas, errores y fragilidades que tú bien conoces.
María, Madre de la misericordia, danos un corazón capaz de compadecer por quienes
sufren a nuestro lado.

 Padre nuestro…
 Dios te salva María…
 Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado,
R. el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
---
V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón semejante al vuestro.
---
V. Patriarca San José,
R. ruega por nosotros.
CANTO:
TÚ REINARÁS. Padre François-Xavier
Moreau
Tú reinarás, dichosa era
Tu reinarás, este es el grito que ardiente dichoso el pueblo de tal Rey.
exhala nuestra fe. Tú reinarás. Oh Rey Será tu Cruz la gran bandera
bendito tu amor será la única ley.
pues Tú dijiste: "Reinaré".
Tú reinarás en este suelo,
Reine Jesús por siempre, reine su corazón. te prometemos nuestro amor;
/En nuestra patria, en nuestro suelo oh buen Jesús, danos consuelo,
que es de María la nación. (bis) en este valle de dolor.

Tú reinarás, dulce esperanza que el alma Tú reinarás, reina ya ahora


llena de placer. en esta casa y población;
Habrá por fin paz y bonanza ten compasión del que te implora
Felicidad habrá doquier. y acude a ti en la aflicción.

Tú reinarás toda la vida


dichoso pueblo con tal Rey,
será tu cruz nuestra bandera
tu amor será nuestra ley

Oración por la Patria

Señor Dios de toda la Tierra


Te queremos pedir hoy especialmente por Nicaragua en estos días en que celebramos
la memoria de su Independencia. Síguela guiando y protegiendo para que sea la patria de
todos sus habitantes sin distingos de razas, credos u opciones políticas.

Que sientan tu presencia especialmente los más necesitados y los más desprotegidos
ante la indiferencia de los que se creen más seguros por su situación económica, social o
política.

Danos a todos un corazón más sensible que nos haga sentirnos realmente hermanos de
todos ellos y nos lleve a actuar como tales. Y no nos olvidemos nunca de lo que nos dijo tu hijo
Jesús:

“En esto conocerán que son mis discípulos: si se aman los unos a los otros”

Amén.

ORE UNOS MINUTOS CON LA ORACIÓN DE JESÚS Y REPÍTALA


CONSTANTEMENTE EN ACTITUD DE ENTREGA A ÉL.

“Señor Jesucristo, ten misericordia de mí que soy un pecador”.


PARA TERMINAR CANTA EL TANTUM ERGO

Tantum ergo Sacramentum


Veneremur cernui
Et antiquum documentum
Novo cedat ritui:
Praestet fides supplementum
Sensuum defectui.
Genitori, Genitoque
Laus et jubilatio,
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio:
Procendenti ab utroque
Compar sit laudatio.
Amen.

Bendición Eucarística

La Bendición Eucarística es una bendición que recibimos de Jesús impartida por el


sacerdote al ofrecer la bendición, al concluir la Adoración Eucarística. Nos ofrece una
oportunidad de alabar a Cristo nuestro Señor, orar y meditar.

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