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CONSTRUYENDO

UN

Programa del
MOVIMIENTO NUEVO PERÚ
(Aprobado en el Congreso fundacional
9 y 10 de diciembre 2017)
CONSTRUYENDO UN NUEVO PERÚ

Programa del
MOVIMIENTO NUEVO PERÚ
(Aprobado en el Congreso fundacional
9 y 10 de diciembre 2017)

Un programa vivo
Compartimos con ustedes el programa del Nuevo Perú que plantea los principales
problemas y potencialidades del país, y nuestras orientaciones para atenderlos. Este
programa se ha construido en diálogo con la gente, recogiendo sus demandas, sus
sueños, sus luchas concretas y cotidianas. Hablamos de un programa vivo porque no
queremos que quede en un papel, queremos que se enriquezca permanentemente del
diálogo y de las luchas, que incorpore las nuevas agendas y las nuevas miradas que se
van construyendo en la sociedad. Queremos que sea una herramienta que nos ayude a
comprender la sociedad y el Estado pero también a transformarlos, a resolver los
problemas, que oriente nuestra acción política, que nos ayude a cambiar los sentidos
comunes e impulsar un proceso constituyente, es decir, construir un nuevo pacto entre
peruanas y peruanos.
10 ejes para construir
un Nuevo Perú
1. Una nueva cultura para el buen vivir
2. Una nueva democracia y un nuevo Estado
3. Una nueva economía al servicio de la gente
y del país
4. Trabajo digno y seguridad social para todos y todas
5. Igualdad en la diversidad
6. Gestión sostenible de los territorios, protección de la naturaleza y lucha contra
el calentamiento global
7. Pueblos indígenas con autonomía, territorio y participación política
8. Servicios públicos para garantizar derechos: justicia y seguridad, educación, salud
9. Políticas culturales para el buen vivir
10. Integración regional y global con soberanía y solidaridad de los pueblos.
1. Una nueva cultura para el
buen vivir
Reconocemos que hoy las relaciones entre las personas están marcadas por el
individualismo y la competencia, que persisten relaciones de discriminación y
dominación racistas, machistas y homofóbicas y una cultura autoritaria y violenta. La
felicidad se ha equiparado al consumo material sin límites. La relación con la naturaleza
es de depredación y mercantilización, el desarrollo se sustenta en un extractivismo
insostenible con el que estamos hipotecando el futuro de las próximas generaciones y
destruyendo nuestra casa común.

Queremos construir un Nuevo Perú en el que las


relaciones entre personas sean de cooperación
y solidaridad, que nos reconozcamos todas y
todos como iguales en derechos y que
valoremos nuestra diversidad. Queremos
vivir en armonía con la naturaleza,
buscando un desarrollo que sea
sostenible, en el que cuidemos nuestros
bienes comunes –el agua, el bosque, el
aire…- para que todas y todos podamos
disfrutarlos y podamos legárselos a las
próximas generaciones.

2. Una nueva democracia y un


nuevo Estado
Hoy el Estado y la democracia están secuestrados por grupos de poder económico y
mafias que deciden las políticas, leyes y presupuestos en función de sus intereses. La
corrupción está carcomiendo todas nuestras instituciones por dentro, promovida y
perpetuada por las reglas de juego consagradas en la Constitución del 93 que reducen al
Estado a un rol subsidiario, pretendiendo que la mano invisible del mercado lo resolverá
todo, manteniendo el desorden y la informalidad para que a “río revuelto” pesquen los
poderosos, es decir, se imponga el poder de dinero y no la justicia.

Queremos construir un nuevo Estado y una nueva democracia donde decida el pueblo
soberano, donde las políticas, leyes y presupuestos se definan en función de lo que
necesita la gente. Un Estado que planifique –en diálogo con la gente- un desarrollo
sostenible y diversificado, que ordene y regule el mercado evitando el abuso del poder
económico y de los monopolios. Queremos un Estado descentralizado, cercano a la
gente, anclado en los territorios y adaptado a sus diversas realidades. Queremos un
Estado participativo y transparente con mecanismos que permitan la participación y
decisión de la gente y la rendición de cuentas permanente.

Hoy tenemos un sistema político cerrado y mercantilizado en el que se reciclan los


mismos corruptos de siempre, un sistema electoral que favorece a los que tienen dinero
o recurren a financistas (grandes empresas, narcotráfico, actividades ilegales) a los que
luego deberán pagarles los favores. Amplios sectores sociales y ciudadanos hoy no
tienen voz ni representación. Queremos un sistema político más plural, abierto y
participativo, con mecanismos (cuotas, paridad, alternancia) que garanticen que todos
los ciudadanos tengan una representación equitativa: mujeres, trabajadores, indígenas,
etc. Queremos partido políticos vivos, enraizados en la sociedad y el territorio, y
democráticos (con elecciones internas o abiertas de sus dirigentes o candidatos).
Queremos reglas electorales en las que no decida el poder del dinero (financiamiento
público, restringir la publicidad electoral privada, etc.) sino el poder del pueblo.

3. Una nueva economía al


servicio de la gente y del país
Hoy tenemos una economía altamente dependiente de la exportación de nuestras
materias primas y, por lo tanto, de los vaivenes en el mercado global. Este esquema
puede favorecer temporalmente algunos enclaves, pero no ha permitido un desarrollo
más sostenible ni inclusivo. Se han rematado nuestros recursos a las grandes empresas
y transnacionales y se les ha dado toda clase de facilidades incluso a costa del medio
ambiente y de los derechos de la gente. Mientras tanto, otros sectores productivos
como la agricultura y la industria han estado abandonados y aunque la gente se esfuerza
por sacar adelante pequeñas iniciativas, lo hace en condiciones muy precarias.

Queremos una economía al servicio de la gente y del país, una


economía con diversificación productiva para superar la
dependencia de la extracción y exportación de
materias primas y generar empleo. Queremos
recuperar la soberanía sobre nuestros recursos y
sectores estratégicos como el gas, el petróleo o
los puertos, y proteger nuestra producción
nacional frente a las importaciones y
competencia desleal externa. Queremos una
tributación justa para que paguen más los que
ganan más y los que contaminan más.

Queremos un mercado interno fuerte y


1. Una nueva cultura para el
buen vivir
Reconocemos que hoy las relaciones entre las personas están marcadas por el
individualismo y la competencia, que persisten relaciones de discriminación y
dominación racistas, machistas y homofóbicas y una cultura autoritaria y violenta. La
felicidad se ha equiparado al consumo material sin límites. La relación con la naturaleza
es de depredación y mercantilización, el desarrollo se sustenta en un extractivismo
insostenible con el que estamos hipotecando el futuro de las próximas generaciones y
destruyendo nuestra casa común.

Queremos construir un Nuevo Perú en el que las


relaciones entre personas sean de cooperación
y solidaridad, que nos reconozcamos todas y
todos como iguales en derechos y que
valoremos nuestra diversidad. Queremos
vivir en armonía con la naturaleza,
buscando un desarrollo que sea
sostenible, en el que cuidemos nuestros
bienes comunes –el agua, el bosque, el
aire…- para que todas y todos podamos
disfrutarlos y podamos legárselos a las
próximas generaciones.

2. Una nueva democracia y un


nuevo Estado
Hoy el Estado y la democracia están secuestrados por grupos de poder económico y
mafias que deciden las políticas, leyes y presupuestos en función de sus intereses. La
corrupción está carcomiendo todas nuestras instituciones por dentro, promovida y
perpetuada por las reglas de juego consagradas en la Constitución del 93 que reducen al
Estado a un rol subsidiario, pretendiendo que la mano invisible del mercado lo resolverá
todo, manteniendo el desorden y la informalidad para que a “río revuelto” pesquen los
poderosos, es decir, se imponga el poder de dinero y no la justicia.

Queremos construir un nuevo Estado y una nueva democracia donde decida el pueblo
soberano, donde las políticas, leyes y presupuestos se definan en función de lo que
necesita la gente. Un Estado que planifique –en diálogo con la gente- un desarrollo
sostenible y diversificado, que ordene y regule el mercado evitando el abuso del poder
instituciones, leyes y prácticas a su especificidad: mujeres y LGTBIQ, pueblos indígenas y
afrodescendientes, personas con habilidades diferentes, niñas, niños y adolescentes,
adultos mayores.

Queremos políticas -educativa y cultural en particular- que sensibilicen sobre las distintas
formas de discriminación y de violencia para erradicarlas de la sociedad y sanciones
efectivas cuando sea necesario. Queremos que el enfoque de género y el enfoque
intercultural estén presentes en las políticas y en nuestras vidas, para superar los
estereotipos y prejuicios y reconocer el derecho de ser y de tener una identidad
particular.

6. Gestión sostenible de los


territorios, protección del
medio ambiente y lucha contra
el calentamiento global
Hoy vivimos depredando y contaminando la naturaleza, ocupando el territorio de
manera desordenada, generando superposiciones y conflictos, exponiéndonos a
desastres naturales, dejando que se imponga el poder de dinero.

Queremos un país con orden y planificación en la ocupación y el uso del territorio, con
una gestión participativa y descentralizada, para que todas y todos puedan encontrar un
lugar donde vivir dignamente y se priorice las actividades económicas sostenibles y que
generan empleo. Queremos un territorio interconectado, con zonas urbanas y rurales
articuladas, con modos de vida y producción más sostenibles. Queremos evitar que la
gente se exponga a huaicos e inundaciones y queremos estar preparados para cuando
estos fenómenos ocurran, así como frente a las sequías, lluvias intensas, heladas y friajes
(gestión de riesgo de desastres). Para ello, necesitamos un Estado que responda a las
características y desafíos de nuestra diversidad territorial.
Queremos que nuestros bienes comunes y ecosistemas más vulnerables -agua, bosques,
aire, costas…- sean protegidos y puedan beneficiar a las mayorías. Para ello debemos
mitigar o reducir la contaminación y los gases a efecto invernadero, así como adaptarnos
al cambio climático, recuperando saberes y fomentando la ciencia y la innovación para la
sostenibilidad y utilizando cada vez más energías limpias y renovables.

Queremos ciudades sostenibles y para la gente, no para las inmobiliarias o traficantes de


terrenos, con viviendo digna y espacios públicos para el encuentro, la recreación, la
cultura y el deporte. Queremos ciudades con todos los servicios, en las que se use el
agua sin desperdiciarla, con eficiencia, con una gestión pública, transparente y
participativa, y un transporte público integrado de calidad y con energía limpia.

7. Pueblos indígenas con


territorio, autonomía y
participación política
Defendemos el derecho de los pueblos indígenas a la autodeterminación sobre sus
proyectos de vida, territorios, economías y organización, así como a administrar su
propia justicia y seguridad respetando los derechos humanos. Por ello, creemos que las
políticas, leyes o proyectos que los afecten deben ser consultados previamente con ellos
y se debe reconocer su participación en la vigilancia de sus territorios y el ordenamiento
territorial, previo reconocimiento de sus territorios ancestrales.

Queremos que puedan tener participación política efectiva en todos los niveles del
Estado y en nuestra organización, que se reconozcan y promuevan sus diversas lenguas
y culturas y que el diálogo intercultural sea la base de nuevas relaciones entre los
pueblos indígenas, el Estado y resto de la sociedad.

Queremos que se garantice y promueva -en especial- los


derechos y participación de las mujeres indígenas
y pueblos afroperuanos.
8. Servicios públicos para
garantizar derechos: justicia
y seguridad, educación, salud

a. Justicia y seguridad ciudadana


Queremos seguridad y paz en nuestras calles y eso implica una estrategia integral que va
desde la prevención (recuperación de los espacios públicos, oportunidades para los
jóvenes) hasta la efectividad y honestidad de los jueces y fiscales para que sancionen a
los delincuentes, pasando por la efectividad de la policía. Implica también la
participación de la ciudadanía en la recuperación de esos espacios públicos, en la
vigilancia de sus territorios y su incidencia en las autoridades responsables.

Queremos un Sistema de Justicia que no sea accesible solo a los que tienen dinero o
“vara”, sino a todas y todos, con jueces y fiscales probos y eficaces, con transparencia y
un control permanente de sus decisiones para prevenir la corrupción. Queremos una
justicia con enfoque de género e intercultural.

Queremos un Sistema penal y un Sistema penitenciario que garanticen la sanción


oportuna, la proporcionalidad de las penas y el derecho a la resocialización.
b. Educación
Queremos una educación pública gratuita y de calidad como derecho universal.
Queremos una educación integral, intercultural, laica y con enfoque de género para la
igualdad; una educación que forme niñas, niños y jóvenes solidarios, con
capacidad crítica y constructiva, comprometidos con el país, con
capacidad de aportar a su desarrollo integral: humano, social,
productivo y económico.

Queremos que se regule y fiscalice la educación


privada, que no haya más colegios o universidades
que sirven para lavar dinero y estafan a las familias.

Queremos maestros y maestras reconocidos y


valorados, con formación integral y capacitación
constante, con remuneraciones justas y condiciones
dignas de trabajo, activos promotores de una
educación de calidad.

c. Salud
Queremos que todos los peruanos y peruanas vivan sanos y felices. Por eso, queremos
que tengan acceso universal a la salud integral de calidad con énfasis en la salud
promocional preventiva, como un derecho garantizado por el Estado. Esto implica un
único sistema público de salud, con rectoría sectorial efectiva, descentralizada, con
coordinación intersectorial y participación social. Se requiere también que este sistema
responda a las realidades de cada territorio, así como a la cultura de las personas.

Queremos que se regule y fiscalice la salud privada, que se


sancionen los abusos y se eliminen los monopolios que
encarecen los precios de los servicios, los seguros y los
medicamentos.

Queremos que los profesionales de la salud tengan


acceso a una formación y evaluación constante para su
desarrollo profesional, así como remuneraciones justas
y el reconocimiento de su trabajo.

Queremos que se respete los derechos de las mujeres a


decidir sobre su cuerpo y su vida (derechos sexuales y
reproductivos), incluyendo el acceso a anticonceptivos y a
la interrupción voluntaria del embarazo.
instituciones, leyes y prácticas a su especificidad: mujeres y LGTBIQ, pueblos indígenas y
afrodescendientes, personas con habilidades diferentes, niñas, niños y adolescentes,
adultos mayores.

Queremos políticas -educativa y cultural en particular- que sensibilicen sobre las distintas
formas de discriminación y de violencia para erradicarlas de la sociedad y sanciones
efectivas cuando sea necesario. Queremos que el enfoque de género y el enfoque
intercultural estén presentes en las políticas y en nuestras vidas, para superar los
estereotipos y prejuicios y reconocer el derecho de ser y de tener una identidad
particular.

6. Gestión sostenible de los


territorios, protección del
medio ambiente y lucha contra
el calentamiento global
Hoy vivimos depredando y contaminando la naturaleza, ocupando el territorio de
manera desordenada, generando superposiciones y conflictos, exponiéndonos a
desastres naturales, dejando que se imponga el poder de dinero.

Queremos un país con orden y planificación en la ocupación y el uso del territorio, con
una gestión participativa y descentralizada, para que todas y todos puedan encontrar un
lugar donde vivir dignamente y se priorice las actividades económicas sostenibles y que
generan empleo. Queremos un territorio interconectado, con zonas urbanas y rurales
articuladas, con modos de vida y producción más sostenibles. Queremos evitar que la
gente se exponga a huaicos e inundaciones y queremos estar preparados para cuando
estos fenómenos ocurran, así como frente a las sequías, lluvias intensas, heladas y friajes
(gestión de riesgo de desastres). Para ello, necesitamos un Estado que responda a las
características y desafíos de nuestra diversidad territorial.
10. Integración regional y
global con soberanía
y solidaridad de
los pueblos
Queremos ser parte de los procesos de
integración regional y global ejerciendo
plenamente nuestra soberanía y dignidad
nacional, en el marco de un mundo
multipolar. Queremos ejercer soberanía en
todo nuestro territorio y particularmente en
las fronteras, sin bases militares extranjeras,
garantizando la integración de estos territorios
con presencia efectiva del Estado y Fuerzas
Armadas libres de corrupción. Queremos frenar
las carreras armamentistas.

Queremos tratados comerciales que promuevan la


integración y que permitan una equidad económico
-comercial y la complementariedad productiva antes
que la hegemonía de las grandes corporaciones.

Queremos que se afirmen los espacios de integración


política y se recuperen los procesos de construcción
colectiva de una identidad regional latinoamericana y
caribeña, al mismo tiempo que se reconoce las relaciones entre
pueblos indígenas y su representación e institucionalidad
internacional. Queremos una integración solidaria de los pueblos y
políticas regionales y nacionales que protejan a los migrantes.
¡Vamos por una
NUEVA CONSTITUCIÓN
para un NUEVO PERÚ!

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