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Blog: Experiencia empresarial verde e inclusiva.

Hace tan solo algunos meses inicié a tomar conciencia de la problemática ambiental que
estamos viviendo actualmente, por lo cual, quise meterme de lleno es todo este tema. Lo que
más ha llamado mi atención es el tema del fast fashion, ya que es la segunda industria más
contaminante a nivel mundial y atenta contra los derechos humanos de sus trabajadores,
aprovechándose de su vulnerabilidad, ya que la mayoría de ellos son personas de bajos
recursos que no tienen más opción, entre ellos muchos niños.
La moda es un concepto de gran importancia en nuestra sociedad; si bien sabemos que todos
quieren estar a la moda y nadie desea quedarse atrás mientras le sea posible. Por lo que esto
ocasiona que muchas personas estén consumiendo de manera excesiva, pues la moda es
algo que está en constante cambio y en los últimos años ha llegado a tiempo récord, ya que,
más o menos cada semana están sacando nuevos modelos y cada vez hay más
consumidores excesivos.
Es claro que esta situación ya es bastante grave; ahora, para que las personas de clase baja
y clase media puedan acceder a dichos productos y así tener más clientes, sus precios han
bajado considerablemente, así como su calidad. Pues son telas que se desgastan en poco
tiempo y las personas se ven en la obligación de tirarlas, lo cual beneficia al vendedor, ya que
el consumidor seguirá comprando cada vez en menos tiempo y muchas veces en cantidades
excesivas. Si bien esto ya deja un gran impacto negativo en el medio ambiente, aún tenemos
que hablar de las condicionas en las cuales se realizan estas prendas: como si no fuera
suficiente, se calcula que estas empresas requieren de unos 7.500 litros de agua por un par
de jeans y los tintes que utilizan para las prendas contienen componentes químicos, los
cuales generan una contaminación permanente del agua cercana a dichas empresas. Esto
por otra parte genera la destrucción de ecosistemas completos.
Volvemos al bajo costo de las prendas, y es que la calidad no es la única razón. Pues las
condiciones de los trabajadores son deplorables y ya que no invierten mucho en sus
empleados, los precios son una maravilla para el consumidor. Pongo uno de los ejemplos que
más a resonado y ha generado indignación en el mundo; es el caso de Bangladesh, en el cual
debido a las malas condiciones del “lugar de trabajo” (de las cuales ya se habían quejado los
trabajadores) se ocasionó un derrumbe de una plaza de fabricación textil de marcas
internacionales, el cual llevó a la muerte a unas 1100 personas.
Para finalizar, creo que como consumidores tenemos una responsabilidad muy grande, tanto
con el medio ambiente, como con las miles de victimas que deja esta industria, pues tenemos
el poder de poner un alto y exigir responsabilidad de su parte, sino seguiremos siendo parte
del problema.
Una manera de contribuir puede ser comprar ropa de segunda mano o comprar a empresas
pequeñas de las cuales tengamos la seguridad de que hacen las cosas correctamente, tanto
para el medio ambiente como para los derechos de las personas con las cuales trabajan.

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