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Sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que

has levantado: Tomó una gran fe el decir esto. Dios le trajo a este lugar de gran fe, al
prepararles con pruebas en áreas menos dramáticas.
i. Estos hombres permanecieron firmes cuando fueron retados a comer de la porción
impura, y vio como Dios bendijo su obediencia. Eso les dio valentía para obedecer ahora,
cuando las estacas estaban más alto.
ii. Muchos fracasan en su obediencia porque esperan por la “gran” prueba para su fe
antes de que en realidad comiencen a obedecer a Dios. Algunos llenan su vida con
muchos pequeños compromisos; y se dicen a sí mismos que se mantendrán firmes
cuando importe en verdad. Sadrac, Mesac y Abed-nego nos muestran que la obediencia
a Dios en las cosas pequeñas son en realidad lo que importa.
e. Sepas, oh rey: La declaración de Sadrac, Mesac y Abed-nego es también notable por lo
que no tiene – cualquier rastro de una excusa. En un tiempo de prueba como este, es fácil
el pensar en mil excusas que parecen el justificar el compromiso.
i. Ellos pudieron haber dicho, “¿No hay nada que podamos ganar al resistirnos; no
haríamos mucho más al vivir?” Es fácil el decir, “Debemos vivir,” pero en realidad, todos
debemos morir – entonces, ¿por qué no morir estando firmes por Dios?
ii. Ellos pudieron haber dicho, “Estamos en un lugar diferente; en Roma haz como los
Romanos.” Pero ellos sabían que Dios no tiene jurisdicción. Debemos hacer más que
“realizar” hecho de obediencia religiosa cuando tenemos una audiencia.
iii. Ellos pudieron decir, “Perderemos nuestros empleos y nuestro estándar de vida.” A
menudo, cuando Dios nos bendice, hacemos de la bendición un ídolo y comprometemos a
Dios para mantener lo que tenemos.
iv. Ellos pudieron decir, “Después de todo, no somos llamados para renunciar a nuestro
Dios.” Ellos no tuvieron una consciencia súper elástica que decía, “Nosotros no nos
estamos inclinando a un ídolo, pero nos inclinamos por respeto al rey, o en honor de la
música.” Excusas como estas son comunes, pero proveen el principio que todo sirve como
una excusa, cuando el corazón es inclinado a comprometerse.
v. Ellos pudieron haber dicho, “Todos los demás lo están haciendo.” En lugar de eso ellos
cultivaron personalidades valientes, dispuestos a estar firmes, solos con Dios.
vi. Ellos pudieron haber dicho, “Es únicamente una vez, y no por mucho tiempo. Diez
minutos, solamente para el rey. Es estúpido el arrojar nuestras vidas por diez minutos.”
Estos hombres sabían que diez minutos podrían cambiar una vida entera. Diez minutos
puede trazar el curso de tu eternidad.
vii. Ellos pudieron decir, “Esto es más de lo que se puede esperar de nosotros; Dios
entenderá, solamente esta vez.” Es cierto que Dios entiende nuestra lucha y pecado – es
por eso que Él ama al pecador e hizo una provisión en la cruz para liberación de la pena,
poder y presencia del pecado. El saber que “Dios entiende” debe ser nuestro estímulo para
la obediencia, no una licencia para pecar.
viii. “Me alegro que los tres hijos santos no tuvieron ‘cuidado para contestar,’ o pudieran
haber caído en una política torcida o una excusa necia para comprometerse. ¿Qué tenemos
que ver con las consecuencias? Es nuestra parte hacer lo correcto, y dejar los resultados al
Señor.” (Spurgeon)

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