Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
los seres humanos en una sociedad, puesto que se busca el bien propio antes del bien común,
lo que se torna parcialmente en egoísmo.
Narciso o la estrategia del vacío; es el nuevo estadio del individuo, en el cual se relaciona
consigo mismo y nada más. En el narcisismo se pasa del individualismo limitado al
individualismo total. En esta nueva situación, el yo se convierte en un espacio flotante, donde
prima el miedo a envejecer y morir y un desinterés por las generaciones futuras. Los
desórdenes de tipo narcisista se presentan como trastornos de carácter, derivados de un
malestar difuso, un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida, una incapacidad
para sentir las cosas y los seres.
La moda y el imperio de lo efímero; La moda lo invade todo. Es como una salida del mundo
tradicional, como una negación del pasado y una celebración del presente. La seducción y lo
efímero son los principios que organizan la vida colectiva, dominada por la frivolidad, la cual ha
aniquilado la cultura en una espiral individualista con desmotivación por lo social y público. El
consumismo lo domina todo, organiza la vida. Este consumo es superficial y vuelve infantiles a
las masas, las industrias culturales están estereotipadas, la TV embrutece a los individuos y
fabrica gente “descerebrada”.
El crepúsculo del deber; el término “deber” tiende a no ser utilizado sino en circunstancias
excepcionales, ya que se lo ha miniaturizado, siendo más importante el hechizo de la felicidad
y el estímulo de los sentidos. La cultura del sacrificio del deber ha muerto, abriéndose el
periodo posmodernista de las democracias. En la actualidad el deber está edulcorado y
anémico, la moral ya no exige consagrarse a un fin superior que el de uno mismo, la moral se
basa en un “vivir mejor”.
La felicidad light; Se ha dado paso a una nueva civilización, que ya no busca vencer el deseo,
sino desculpabilizarlo; se trata de “la felicidad si yo quiero”. En esta cultura del bienestar el
deber se expresa en tono menor. Los valores caritativos y humanitarios pueden despertar
simpatía, pero quedan muy atrás en relación con el espacio que ocupa el ego y los estímulos
del consumo. El bienestar ha pasado a estar por sobre el bien.