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El Estado en la frontera: La expansión burocrática como estrategia de

colonización en el Piedemonte Caqueteño 1910-1930

Estefanía Ciro Rodríguez*

La relación entre Estado y el desarrollo regional ha sido un tema debatido desde


varias disciplinas, particularmente la economía y la sociología. A este cuestionamiento se le
suma el papel que desempeñan las márgenes o periferias. Así, la pregunta sería ¿qué tipo de
Estado promueve en desarrollo en la frontera? Para resolver esta pregunta, se hace urgente
la revisión de la historia, donde la construcción del Estado- Nación en América Latina
ofrece variados ejemplos dignos de analizar.

Uno de ellos lo ofrece este documento que indaga sobre la construcción del Estado
en las márgenes de los países y la configuración de relaciones de poder de mediana y larga
duración a partir del caso representativo del piedemonte caqueteño, que expone la
construcción material, casi artesanal del Estado Colombiano en una región que funcionó
como bisagra entre el mundo andino y la región amazónica y da pistas sobre la extensión de
unas relaciones desiguales de poder de larga duración entre ambos mundos.

Conexiones y desconexiones andino- amazónicas: roles del piedemonte

Tres cordilleras dividen el territorio de Colombia. Lo que se considera el


Piedemonte Amazónico se encuentra ubicado en el costado de la cordillera oriental que ve
hacia el sur, y que pasa atravesando el país desde el suroccidente hasta el nororiente,
lindando con la Amazonia. El eje transnacional suramericano denominado el piedemonte
*Estefanía Ciro es economista y Maestra en Historia de la Universidad de los Andes de Bogotá, Colombia. Su tesis
de maestría la hizo sobre el proceso de avance estatal en el piedemonte caqueteño, acorde a su interés en la
Amazonía Colombiana y su desarrollo, de donde es oriunda. Ha sido docente e investigadora de la Universidad de
los Andes y Universidad de la Amazonía en temas relacionados a la economía política, desarrollo regional e
historia económica, y también ha sido consultora privada de temas relacionados al desarrollo en UNICEF.
Actualmente labora en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro y en la Universidad Anáhuac de
la misma ciudad.
2

amazónico, en Colombia se divide en dos, el piedemonte putumayense y el caqueteño, cada


uno a la altura de los correspondientes departamentos divididos por el nacimiento del río
Caquetá1.

La región del piedemonte caqueteño y la selva baja del Caquetá tiene unas
características geográficas que ha definido sus roles en los procesos históricos de la
Amazonia. El ser piedemonte, le otorga en términos geográficos unas funciones especiales
caracterizadas por su rol de interconexión entre dos regiones distintas, cuyas relaciones con
una o con la otra pueden verse fortalecidas y disminuidas dependiendo de procesos
históricos específicos2.

Así, el piedemonte caqueteño ha sido el punto de conexión entre la dinámica andina,


que se configura sobre el río Magdalena, y la dinámica amazónica, cuyo eje es el río
Amazonas, pero no es ni el uno ni el otro, sino funciona al margen de ambos3.

Tres ejemplos muestran el efecto de estas condiciones en la historia de la región.


Primero, su conectividad con el río Amazonas no es directa. Al contrario del río Putumayo
que tiene conexión directa con el Gran Río y es navegable en toda su extensión, el río
Caquetá, un río que corre paralelo sobre el Putumayo, tiene unos chorros que impiden la
continua navegabilidad4. Una de las maneras que idearon los caucheros para sortear esta
dificultad fue la apertura de una trocha en el punto donde el río Caquetá está más cercano al
1
La zona de piedemonte está constituida por una serie de terrazas, serranías y terrenos levemente elevados, que forman
un cinturón al pie de la cordillera, con elevaciones que van de los 400 a los 1.000 metros sobre el nivel del mar;
atraviesan la zona los ríos Guamuez y San Miguel, afluentes del Putumayo, y el Orteguaza, afluente del Caquetá, que
luego desciende a la planicie amazónica con una elevación promedio de 250 metros sobre el nivel del mar. (Chávez,
1987; 33)

2
es reiteradamente lugar de encuentro: mezcla entre la margen y el centro; un espacio tan urbano, desarrollado y
“civilizado” como el centro, pero también tan rural, atrasado y “salvaje” como la margen…el piedemonte, como todo
lugar de frontera, es un espacio de mezcla, es un crisol donde se funden diferentes valores territoriales y culturales. El
piedemonte es el intersticio hasta donde se extiende la prosperidad del centro y comienza el atraso de la periferia; en lo
natural, es la transición entre la montaña y la llanura; en lo político-administrativo, se encuentra entre el centralismo el
abandono y el incipiente desarrollo territorial; en lo cultural, es una mezcla entre los andes mestizos y la indianidad
amazónica; y en lo económico, entre la legalidad y la ilegalidad. (Jiménez, 2003;83).
Aunque los conceptos del “atraso” en la periferia y de la “prosperidad” del centro son debatibles, en lo que se
insiste en su el rol como punto de intersección donde los espacios están en muchos casos separados por
barreras naturales pero no están aislados.
3
Su papel como puente de comunicación entre el eje de influencia nacional del río Magdalena, que corre en
Colombia del sur al norte, y el eje de influencia de la Amazonia donde los ríos parten de la cordillera y corren
hacia el suroriente, fue activo en tiempos precolombinos aunque se vio truncado durante la época de la
colonia cuando la población indígena andina disminuyó y se desconfiguró su estructura social. La conexión
entre la Amazonia y el mundo andino se ha activado y desactivado a lo largo de la historia. (Ciro A, 2009; 20)
4
Estos chorros son el Guaymaráes o Angosturas, el Araracuara, el Yarí y Sardinas, Córdoba y La Pedrera.

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3

río Putumayo, permitiendo el trasbordo de carga. La imposibilidad de la conexión directa


con el río Amazonas forzó a que la región estuviera más conectada a las dinámicas y
procesos del mundo andino que a los de la selva amazónica. Además de los obstáculos en
la conectividad, la desaparición temprana del árbol del caucho forzó a la región al margen
de la dinámica cauchera que tuvo como epicentro el río Amazonas y las cosmopolitas
ciudades de Iquitos y Manaos de principios de siglo XX. Tercero, su relación con la
dinámica andina puede revisarse a través de la participación de la región en la Guerra de los
Mil Días cuando la zona fue afectada indirectamente a través del Huila, departamento
limítrofe al Caquetá, cuya crisis provocada tras la guerra impulsó una migración huilense
hacia el Caquetá cruzando el piedemonte5.

Antecedentes: la actividad cauchera y su impacto en la región a finales del siglo XIX

El objetivo de este artículo es exponer las estrategias que utilizó el Estado para
controlar la región entre 1910 y 1930 con el fin de mostrar cómo la calidad de los lazos que
tendió el Estado en la región estableció un régimen de dependencia dándole más sentido al
carácter de “periferia” del piedemonte. Estas produjeron un tipo de control del espacio y de
la población que desembocó en una generalizada concentración del poder, la riqueza y la
tierra, evidente en las décadas posteriores y una forma de articulación de esta región con
resto del país: la marginalidad regional que persiste hasta nuestros días.

Entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX se dieron una serie
de cambios en el piedemonte caqueteño que transformaron las relaciones con el Estado.
Primero, dada la desaparición del árbol del caucho, la región quedó con una infraestructura
social y física heredada de la economía extractiva, que a su vez había quedado también la

5
Esta característica ha sido denominada como multi -periférica. Esta propuesta también se plantea con el fin
de trasgredir la idea de un centro y una periferia, al contrario, son muchos los centros y las periferias las que
pueden llegar a enmarcar un espacio. La conjunción de las dinámicas de los centros y periferias permiten
descubrir conexiones y lazos inter-regionales antes ocultos. Las regiones se construyen bajo esta tensión
espacial, que entre otras, permite delimitar los rumbos y alcances de los procesos históricos sobre espacios
determinados. La Amazonia constituye un excelente ejemplo por ser el escenario compartido de cinco
procesos nacionales distintos, cinco dinámicas separadas. Muchos centros y muchas márgenes. (Ciro E, 2008;
24)

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4

quina. Cuatro agencias caucheras habían sido organizadas sobre cuatro ríos con conexión al
río Caquetá. Por ejemplo, Florencia, la capital de la futura Comisaría y Departamento, fue
inicialmente llamada La Perdiz, tuvo conexión al Río Hacha, el cual desemboca en el
Orteguaza y este a su vez en el río Caquetá y a su vez construyó un camino que atravesaba
la cordillera, camino que fue el primer trazo de la actual vía que une la región con el Huila6.

Al parecer en lo que sería Florencia, había tres familias instaladas antes de la


llegada de los Hermanos Gutiérrez y de la fundación de la agencia en 1894. Ellos eran Juan
Urbano, Cenón Mavesoy, ex quinero e indígena de Santiago, y Juan Ventura Cuéllar,
tolimense (Artunduaga, 1990; 73). Más tarde entraron desde La Ceja en el Huila, Francisco
Gutiérrez con Pedro Antonio Pizarro, inspector ad honorem de la Inspección Fluvial de los
ríos Putumayo y Caquetá, y firmaron una escritura en 1899 donde fundaron una sociedad
comercial con el fin de extraer el caucho de la zona7. El centro de operaciones de la
sociedad sería en el actual edificio Curiplaya en Florencia, en el corazón de lo que sería la
ciudad. Así, una de las obras más importantes que emprendió esta agencia fue la apertura
de la Trocha Pizarro, que comunicó Florencia con Guadalupe, al otro lado de la cordillera,
una vía que se convirtió desde este periodo en la principal entrada a la región, conectando
la región andina con la amazónica.

Segundo, las características espaciales de la actividad cauchera condicionaron una


estrecha relación entre el piedemonte caqueteño y el actual departamento del Huila por las
formas de extracción del caucho que se aplicaron en el piedemonte que fomentaron la
migración “blanca” y fundación de pueblos afectando seriamente la población indígena
(Ciro E, 2008).

Materialidad de la construcción del Estado: El Escenario, los personajes y roles.

6
Según informes misionales, hay evidencia de la existencia en 1773 “una corta nación de indios Andakí” en
este territorio. Más adelante, los franciscanos fundaron Canelos en 1778 y años después intentaron sostener
“Pueblo Andakí del río Hacha” pero tampoco prosperó. Según Artunduaga en un mapa impreso en Paris en
1847 por Joaquín Acosta aparece el nombre de “Hacha”, una población cerca a la actual Florencia. (Tovar,
1995;72).
7
Dec. No. 1126/ 1903. D. O. Según Félix Artunduaga, Pedro A. Pizarro nació en el Valle del Cauca hacia
1850, fue senador de la República en 1896 y moriría en Belém del Pará en 1911. (Artunduaga, 1990; 73)

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5

Los esfuerzos por el control del espacio hasta antes de la crisis cauchera estuvieron
en manos de los caucheros y la Iglesia. Lo que se percibe a finales del siglo XIX es lo que
se puede denominar “un equilibrio de poder” entre tres dominios: el estatal, el misionero y
el cauchero que se complementaron y articularon para llevar a cabo sus propios intereses
(Ciro E, 2008; 29). Mientras de un lado el dominio estatal estableció un control “tímido” de
las fronteras, los misioneros se encargaron de las acciones de instrucción pública y de
conversión a la vida civil de los indígenas y los caucheros a la explotación económica del
territorio. Los marcos de acción de las dominaciones específicas que se configuraron sobre
el espacio y la población, los misioneros, caucheros y el Estado, fueron difícilmente
separables, unos dependían de los otros, entre ellos compartieron y compitieron.

En la primera década del siglo XX, el Estado inició aceleradamente su expansión en


la región mientras la actividad cauchera estuvo inmersa en una decreciente dinámica de
extracción. En medio de ellos, la población indígena fue considerada un simple “insumo”
para la obra evangelizadora, para la construcción de obras públicas y colonización. No es el
tema del artículo pero se puede decir que las misiones se lograron consolidar gracias a la
interrelación con la presión cauchera y que el Estado no logró iniciar su proceso de
expansión si no fue de la mano de las misiones. Los caucheros se beneficiaron de toda la
incertidumbre sobre los límites territoriales de los países en la región Amazónica
provocando la masacre de la población nativa. Aunque el poder el Estado fue débil, el
discurso manejado por los misioneros sobre el patriotismo, sobre la responsabilidad del
papel del Estado en la región, y materialmente, la presencia de este por medio de
autoridades civiles y policía no fue desdeñable.

El problema no residió en la cantidad de poder estatal desplegado sobre la región


sino más bien en el tipo de relaciones que el Estado estableció con todos los actores
protagonistas. Lo que concierne a este artículo se refiere entonces al siguiente periodo,
cuando la actividad cauchera dejó de ser rentable y el Estado inicia su expansión,
cambiando el tipo de relaciones establecidas con la frontera, desplegando estrategias de
colonización nunca antes vistas en la región o lo que consideramos como la construcción
material del Estado.

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6

El primer paso fue la creación de la entidad territorial: la Comisaría Especial del


Caquetá que abarcaba desde el piedemonte caqueteño hasta la selva baja del Caquetá
alcanzando el río del mismo nombre8. Esto no sólo significó la delimitación espacial de una
nueva entidad territorial en Colombia sino la aplicación de unas reglas de juego para lograr
el control del espacio y de la población que nunca antes habían sido aplicadas en la región:
instituciones públicas y oficinas, funciones, cargos, contratos y derechos. Estos primeros
años mostraron los alcances, las preocupaciones y herramientas que utilizó el Estado para
consolidarse y resolver los afanes administrativos en la frontera.

Los artículos más importantes con que se inauguró la Comisaría establecían el lugar
y el papel de cada personaje público y de cada oficina; se decretó que la capital iba a ser
Florencia, parte del corregimiento del mismo nombre. Las primeras funciones públicas que
se crearon fueron las del comisario de libre nombramiento, el agente inmediato del
Ejecutivo en la región con la asistencia de su secretario y un cuerpo de gendarmes. A cargo
de Florencia estaba el alcalde, que dependía del comisario, tenía secretario y duraba un año
en el poder. Las funciones del comisario giraban en torno a la elaboración anual del
presupuesto, la organización de las contribuciones e impuestos, dictaminar multas y la
adjudicación de contratos para la conducción de correos, el cuidado de las rentas para
darles “buen destino”, y el manejo del papel sellado y las estampillas de timbre nacional9.

Otros puestos que se crearon fueron los del Concejo Municipal de Florencia
“compuesto por cinco principales y cinco suplentes elegidos popularmente y por el sistema
de voto incompleto”10. El Concejo tenía el poder de nombrar jueces, personero y tesorero;
tenía también que votar sobre contribuciones y gastos de Florencia y llevar registro de los
cambios de población. También se abrió la Oficina de Notaría y Registro, la
8
Dec. 642 de 17 de Junio/ 1912. D. O. No. 14626. En ese mismo año se crea la Prefectura del Putumayo en el
Perú, en medio de grandes discusiones nacionalistas, del escándalo internacional de la Casa Arana y de los
conflictos limítrofes con Colombia: “El gobierno peruano…aprobó la creación de la Prefectura del Putumayo con
parte del territorio antaño perteneciente a la Prefectura de San León del Amazonas – cuya sede sería La Chorrera- con
las mismas <facilidades> que el resto de las misiones existentes en la selva amazónicas”.
La Santa Sede también aceptaría la erección de la Misión del Putumayo en la misma prefectura recién
fundada pero bajo el control del Vaticano. Aunque los peruanos intentaron que el Vaticano creara una
diócesis en la región en litigio para obtener la soberanía por medio del apoyo del Vaticano, éste no trasgredió
su neutralidad en el conflicto. En los textos oficiales, el Vaticano haría referencia a la creación de la
Prefectura pero no especificaría el país al que pertenecería. (García, 2001; 613).
9
El primer comisario especial del Caquetá fue Bernardino Ramírez. Artículo 9 y 28 del Dec. 642 No. de 17
de Junio de 1912. D.O. No 14626. Dec.No 683 de 1 de Julio de 1912. D.O. No 14637.
10
Art. 12. Dec. 642 de 17 de Junio/ 1912. D.O. No 14626.

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7

Administración de Correos, la Administración de Hacienda (las dos últimas a cargo de la


misma persona), y se dictó la creación de la Junta de Colonización, una entidad
interinstitucional encargada de la migración y fundación de pueblos11.

Un resumen de los gastos en un documento público de 1913 permite ver los


primeros entes públicos creados: el juzgado municipal, el concejo municipal, la tesorería
municipal, la policía, el Ministerio Público12. Un documento de la misma época indica la
cantidad de tareas ejercidas por la alcaldía en el mismo periodo, Septiembre de 1912 y
Mayo de 1913. Las tareas del alcalde se centraron en el registro de boletas de degüello
vacunos y las órdenes de pago a favor de empleados públicos y contratistas. También
estaban las visitas a los establecimientos de destilación de aguardiente de caña, el registro
de las marcas quemaderas de propietarios, los permisos del estanquero a favor del
productor de aguardiente, las diligencias pertinentes para la visita en la Tesorería Municipal
y la administración Municipal de la Hacienda Nacional. Este resumen de actividades es una
prueba de tres ejercicios que van a acompañar la actividad comisarial y la expansión estatal
en la región: la consolidación creciente de la actividad ganadera y de la población
consumidora, la firma de contratos con particulares para suplir las iniciales demandas de la
materialización burocrática y administrativa como lo son los arriendos de locales para
oficinas, la construcción de vías, la compra de suministros como papelería y el
sostenimiento fiscal de la región sobre los ingresos por la renta de licores13.

La Alcaldía de Florencia ejerció un papel articulador entre los empleados públicos,


autoridades civiles en las distintas zonas y el Circuito Judicial de Garzón en el vecino

11
Art. 24 y 25. Dec. 642 de 17 de Junio/ 1912. D.O. No. 14626.
12
A manera de anécdota, el comisario escribe en 1912: “como se agita la campaña eleccionaria en los pueblos del
Huila, y aquí se alcanza a sentir el oleaje de las turbulencias partidistas de los que sólo sueñan en hacer preponderar sus
intransigencias, no solamente en el campo de las ideas sino en el de las costumbres sociales, para lo cual se mueve el
asunto religioso, me parece conveniente que, no teniendo para el Caquetá ninguna importancia la elección de diputados
a las asambleas, dad la administración especial de esta región regida directamente por el gobierno, se suprima en
Florencia la elección de que hablo. Así puede el gobierno librarnos de una agitación baldía”. A.G.N. Ministerio de
Gobierno. Fondo República. Fo.279. No. 698. Florencia, 15 de Octubre de 1912.
13
El mercado de ganado es un proceso dual. No solamente el crecimiento poblacional aumentó la demanda de
carne sino también, los ganaderos huilenses vieron en el piedemonte caqueteño la oportunidad de explotar las
extensas llanuras aptas para la actividad. Desde principios del siglo, tras la Guerra de los Mil Días, lo que se
ve en la prensa, en los informes y en otros documentos, es una esperanza para recuperar los espacios
ganaderos perdidos tras la incertidumbre de la guerra. Esto, desde la década del treinta va a ser más claro con
la consolidación de grandes fincas cuyo mayor ejemplo es el de Larandia. (Tovar, 1995).

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8

departamento del Huila, en esa época encargado de los asuntos judiciales en la región14.
Esta oficina posesionó empleados y sentó diligencias de deslinde y avecindamiento. Por
primera vez los empleados del Estado eran vecinos de la región, por ende colonos; es así
que las actas de posesión de empleados muestra una inicial y masiva integración al
gobierno de esta población para el control de la región15. El alcalde asumió la organización
de las elecciones al concejo municipal, cuya logística significó entre otras, el
mantenimiento del orden público, la posesión de los jurados electorales calificados por
jueces del Departamento del Huila y el pago de sueldos de los mismos. También, el alcalde
visitó los establecimientos de aguardiente de caña y visó recibos de botellas de aguardiente.

La siguiente institución creada fue la Policía. En los primeros años, un documento


hizo un inventario de sus ocupaciones. La principal diligencia fue la controversia entre
particulares, seguida por las fianzas. Sobre el tema criminal, expidió 10 boletas para detener
sindicados y practicó 26 declaraciones de las cuales 3 fueron emitidas por robo de ganado
mayor y dos de dinero y efectos. Por último expidió cuatro pasaportes para la conducción
de reos16.

Otra institución importante fue la Oficina de Instrumentos Públicos. En su primer


año de funcionamiento, la oficina de instrumentos públicos firmó principalmente
compraventas. En menor medida hubo juicios criminales y ejecutivos, demandas
particulares por escrito y solicitudes. Hubo juicios por hurto y daños a propiedad ajena.
Nueve de los catorce procesos entre finales de 1912 y principios de 1913 fueron
archivados, cancelados o abandonados17.

14
Garzón es una municipio, actualmente la tercera más grande del Huila, ubicada cerca a la cordillera oriental
y por ende, al Piedemonte Caqueteño. Fue el centro judicial y notarial de todo el sur del Huila y por lo tanto,
tuvo contacto directo por sus servicios también con la región caqueteña hasta que se creó la comisaría especial
y su oficina de registro.
15
Por ejemplo, el cuadro 4 muestra que la Alcaldía “colaboró” entre Septiembre de 1912 y Mayo de 1913
con 69 posesiones.
16
El tema de la conducción de reos es frecuentemente aludido en informes de los comisarios, en los contratos
firmados y el presupuesto asignado. La función del encarcelamiento se centralizó en Florencia y es importante
recalcar que las prisiones hicieron parte del proyecto colonizador estatal desde el siglo XIX. En las cuentas
del presupuesto del Dec. No. 691 de 1919/ 31 de Marzo (por el cual se aprueban los expedidos bajo los
número 4 de 6 de Enero y 28 de 20 de Junio de 1913 del Comisario Especial del Caquetá), hay un crédito
abierto a Rómulo González por conducción de dos presos de Tresesquinas a Florencia.
17
Entre los juicios ejecutivos hay uno que se destaca el que Misael Pastrana pide contra Román Losada
Pastrana sería uno de los primeros concejales elegidos al concejo municipal de Florencia y padre y abuelo de
los futuros presidentes de la república Misael Pastrana Borrero y Andrés Pastrana Arango, respectivamente.

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9

Finalmente, la gendarmería fue creada el 30 de Julio de 1912 con 10 individuos


divididos en 2 secciones, urbano y fluvial o de bogas. Ese mismo año se reglamentó que los
gendarmes fueran los encargados de los correos. Ellos tenían que, a través de su obediencia
y disciplina, mantener una conducta moral intachable, se entrenaban en tiro al blanco y
navegación durante dos horas diarios y debían prestar el servicio durante un año. La
sección fluvial debía instruir la carta de navegación de canoa, vigilar y observar las riveras
para cerciorarse del orden público. En los documentos revisados, tres órdenes llaman la
atención. Primero, la de recoger muestras de maderas finas, resinas, gomas, nueces,
conchas, plumas, pieles e “inquirir cuál es el árbol que los indios emplean como bujis y la
planta de tinte que llaman jaguo”. Y segundo, “tratar con suavidad y dulzura a los indios y
atraerlos a la protección de las autoridades colombianas”18. Esto muestra que se utilizaron
las mismas estrategias que en las etapas anteriores llevaron a cabo caucheros y misioneros.

Este fue el mapa inicial de organización planteado por el Estado que lentamente se
extendió a lo largo de la década del diez y del veinte, complejizándose en su
funcionamiento y organización, dependiendo de los afanes cotidianos, de las
preocupaciones de mediano plazo y de las de largo aliento. Con estas nuevas reglas del
juego, un escenario, la Comisaría; unos personajes, los funcionarios públicos y unos
guiones, las instituciones creadas, el Estado buscó el control espacial y poblacional de la
región.

Dividiendo espacios, persiguiendo indígenas: autoridades y estrategias

El siguiente paso sería la reorganización territorial interna de la región por medio de


la creación de los corregimientos y la figura de los corregidores influida por la necesidad de
controlar la población indígena19. El objetivo de la división territorial fue la
18
A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República. Fol. 694, No 269. Dec. No. 29/ 1912. D.O.
19
Esto trae consigo un cambio muy importante en las políticas del Estado en el piedemonte y en general en la
Amazonia. La creación de los corregimientos en estas primeras décadas del siglo XX contrasta con la
agregación de los territorios en el siglo XIX cuando existía el Territorio del Caquetá que incluía por igual al
Putumayo, Amazonas y Caquetá entre otros. Estas primeras divisiones internas corresponden también al
acento de las diferencias poblacionales y reconocimiento de la diversidad intra-regional de la Amazonia
Colombiana. Entre otras se empiezan a consolidar la región del Putumayo y la del Caquetá. Art. 9. Dec. 642

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10

“administración eficaz en orden al mantenimiento de la soberanía nacional y de las


garantías individuales, el concurso de agentes activos y patriotas”20. El territorio en
cuestión, aunque no tenía problemas fronterizos parecidos a los de la región del Putumayo,
lugar donde se estaba dirimiendo el límite con Ecuador y Perú, si planteaba un reto al
Estado que necesitaba colonizar el territorio. Este interés se reflejó en las primeras décadas
del siglo XX; en dos decretos redactados en 1922 se afirmó que

la creación de corregimientos favorece la colonización y


población, y que en sitios ya poblados y colonizados es una mejora y una
necesidad de su creación, pues échese de menos en ellos una autoridad a
fin de que la administración de justicia tenga la eficacia deseable21.

Los primeros corregimientos que se crearon fueron los de Florencia, San Vicente y
Puerto Rico, donde la información para estos últimos mostraba

graves dificultades para su administración política


principalmente porque hay en ellos sitios habitados que quedan a gran
distancia del asiento actual de las autoridades respectivas, por lo cual
éstas no pueden ejercer pronta u oportunamente jurisdicción en ellos22.

Pronto se crearía el corregimiento de Tres Esquinas con capital en la población del


mismo nombre sobre el río Caquetá y el corregimiento del Yarí, sin cabecera mientras
encontraba un lugar que tuviera en cuenta “salubridad, comunicaciones, centralización
para negocios y empresas”.

En la cabeza de cada corregimiento se posesionó un corregidor, el primer


funcionario del Estado en estos lugares encargado de defender la Constitución, las leyes y
ordenanzas, las decisiones, mantener el orden, conservar las vías públicas, fomentar la
industria, la agricultura, la producción del caucho y del cacao y ejercer el papel de inspector

de 17 de Junio/ 1912. D.O. No. 14626


20
La tercera consideración dice: “Que en la zona oriental de este Territorio habitan muchas tribus de
indígenas, sin amparo por parte de las autoridades colombianas y sujetas a la esclavitud de personas
nacionales y extranjeras”. Dec. 851 de 3 de Septiembre/ 1912. D.O. No 14692.
21
Dec.No. 1021 21 de Julio / 1922 por el cual se aprueba otro dictado por el señor Comisario Especial del
Caquetá. Otro decreto de la misma fecha expone “1. Que es de la mayor importancia promover la colonización de
los extensos territorios de esta Comisaría del Caquetá y propender por la fundación de poblaciones; 2. Que la creación
de corregimientos estimula grandemente la fundación de poblaciones porque alrededor de la cabecera del corregimiento
comienzan a formarse caseríos”.
22
Dec. 642 de 17 de Junio/1912. D.O. No. 14626

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11

de policía de libre nombramiento.. También estaba entre sus funciones “reducir las tribus
salvajes” por medios pacíficos, fundar nuevas poblaciones, amparar a los indígenas de la
“codicia de colonos y negociantes”, impedir la destrucción de árboles de caucho, ayudar a
las misiones, proteger la soberanía, llevar la estadística de las poblaciones y tener registrada
información sobre matrimonios, nacimientos, catastro.

A esto se agregó la tarea de “excitar a los vecinos, a fin de que tengan un buen
estado las (vías) que existan, abran otras nuevas que faciliten el tráfico…”. En estos años,
tanto la responsabilidad estatal y como la privada no estuvieron claramente diferenciadas
por lo que las obras públicas fueron llevadas a cabo principalmente a partir de las
iniciativas particulares.

En ambas comisarías, Caquetá y Putumayo, la característica de las autoridades


públicas encargadas de los corregimientos fue su carácter “viajero”, la misma estrategia
que usaron los misioneros para evangelizar a finales del siglo XIX. En los decretos y
comunicaciones entre ellos y los ministerios, estaba planteado que cada uno debía recorrer
cada tanto sus jurisdicciones para informar sobre su estado de poblamiento, avisar sobre los
problemas de orden público y ser los “ojos y oídos” del Estado en la región.

La reorganización territorial no fue un proceso estático. Constantemente se crearon


y suprimieron corregimientos y funciones en distintas regiones. Por ejemplo, el
corregimiento del Yarí tenía problemas de administración tanto por el orden público,
debido a la cercanía de los peruanos, ubicados principalmente en La Pedrera, como por la
falta de una persona dispuesta a aceptar el cargo y a la dispersión de la población indígena.
A la vez, el corregimiento de Tres Esquinas se desocupó tras la movilización de sus
habitantes. Ambas razones fueron suficientes para ordenar la creación de dos
corregimientos: el de Niña María, en donde vivían “algunos blancos y dos tribus indígenas
de más de doscientos individuos”, y el de Andaquí, donde existía “una colonia de más de
ochocientos habitantes, con mejores de gran respetabilidad”23.

En 1918, vuelve a ocurrir otro cambio en la división de los corregimientos. Esto


porque el corregimiento de Niña María, creado en 1914, se desocupó debido a la
23
Dec. No 13, 12 de Diciembre / 1914 por el cual se hace una variación de los corregimientos de
Tresesquinas y el del Yarí. Diario Oficial.

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12

movilización de las comunidades indígenas y al creciente número de habitantes “blancos,


negros e indígenas con más de ochenta niños de ambos sexos” en el Alto Caquetá “región
en la cual hace falta la presencia de una autoridad y el establecimiento de una escuela” y
al interés de la Misión Apostólica de fundar una escuela en Quinoró a orillas del Caquetá.
Producto de esto se creó Solano, cuya cabecera era Quinoró en reemplazo de Niña María24.

Otros tres ilustrativos cambios ocurrieron en 1922. En años anteriores, la capital de


Solano había pasado de Quinoró a Granario. En el decreto número 886 de 1922, la cabecera
del corregimiento de Solano pasa de Granario a Niña María por lo apartado del primero al
ser abandonado por las “las tribus coreguajes (piraguas)” y al número considerable de
colonos blancos que se encontraba en Niña María, que según el comisario pasaba de
cuatrocientos. Esto sumado a la larga distancia entre Granario y Florencia, que no sólo
dificultada la administración de la justicia desde Florencia sino también la construcción de
la escuela25.

En ese mismo año se creó el corregimiento de Guacamayas, modificando los límites


con el corregimiento de Puerto Rico que permanecían desde 1912, pues al parecer, el
número de colonos establecido en la zona de Guacamayas ya superaba los quinientos y su
lejanía hacía ineficiente la presencia estatal obligando al establecimiento de una oficina
estatal en la región26. El último ejemplo se refiere a la creación del corregimiento del
Bodoquero, regido por un inspector de Policía de libre nombramiento y remoción a causa
del incremento de la población de Morelia que consistía en “más de quinientos colonos…
dispuestos a fundar y edificar una población en cuanto se (sic) erija dicho luchar en
corregimiento” 27. Algunos de estos colonos se ofrecieron servir como corregidores y
secretarios sin remuneración.

Estos ejemplos muestran que las autoridades persiguieron el rastro de poblaciones


potenciales para intentar consolidar un proyecto de poblamiento estable. Esto consistía,
como ocurrió en el siglo XIX, en “reducir” a los indígenas y apoyar las misiones
24
Dec. No. 27/ 1918 (5 de Julio) sobre eliminación de un Corregimiento y creación de otro. D.O. 16463.
25
Dec. No 886/ 1922 (21 de Junio) por el cual se aprueba otro dictado por el señor Comisario Especial del
Caquetá. D.O.
26
Dec. No 1020/ 1922 (21 de Julio) por el cual se aprueba otro dictado por el señor Comisario del Caquetá.
D.O.No. 18407.
27
Dec. No 1021/ 1922 (21 de Julio) por el cual se aprueba otro dictado por el señor Comisario del Caquetá.
D.O.No 18407.

[Escribir texto]
13

evangelizadoras, proteger los reductos de desarrollo agrícola y ganadero para establecer


poblaciones y fundar pueblos de caseríos.

En particular a los indígenas, las principales estrategias de la Comisaría para su


control basaron en su aproximación amistosa aprovechando la victimización que sufrían
provocada por la expansión de las caucherías peruanas en la región, aunque esto no
significó que defendieran a los indígenas de la explotación de caucherías colombianas. De
hecho, el discurso sobre la inminente necesidad de “civilizar” a los indígenas y de la
“barbarie” en tierra caliente permanecería a principios del siglo XX igual que a finales del
siglo XIX.

La intensa casería indígena por parte de los caucheros estuvo acompañada por la
creciente migración de colonos que también los persiguieron y atacaron28. Denuncias sobre
el estado de esclavitud se pueden encontrar en un comunicado de J. de Jesús Calvo, sin
fecha pero presumiblemente de 1912, que informó que en La Niña María, a un día de
distancia de Florencia, vivían aproximadamente cien huitotos bajo el dominio de los
Señores Silva en “condición de esclavos” encargados de la recolección del caucho29.

En los documentos enviados de la comisaría al Ministerio de Gobierno se pueden


rastrear más relaciones establecidas entre las autoridades civiles y la población indígenas.
En estos años, Bernardino Ramírez, como comisario especial, escribió una carta sobre los
incontables intentos de controlar la población indígena buscando su confianza escuchando
sus quejas y ofreciéndoles regalos30.

28
“Quizá ese temor (el de los indígenas hacia el resto de la población) sea efecto del conocimiento que ya
tienen de la energía que ha sido preciso emplear para contener los desmanes de los colonos acostumbrados a
obrar sin sujeción a ninguna ley; más los indios que han venido a Florencia han sido atendidos y
considerados: les he manifestado que uno de los anhelos del gobierno es tenerlos de amigos y ampararlos de
todo peligro” A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República, Fol. 296. Florencia, 29 de Octubre de 1912.
29
Al parecer, con el objeto de reunirlos, quien redactó la carta informó que los indios dicen que si se les
auxilia con víveres, canoas y dinero, gasto que no ascendería a más de 100.000 pesos papel moneda, van a
traer el resto de la tribu que está con los peruanos, dando todos unidos un número alrededor de 2000
A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República, Folio 296. Sin fecha. A.G.N. Ministerio de Gobierno.
Fondo República, Folio 296. Sin fecha.
30
“los indios hacen honrosos comentarios del gobierno, pero que recelan que se les obligue a servir como
soldados. Ya he procurado desvanecer ese temor e inspirarles toda confianza en que de ninguna manera
tienen peligro ni en sus personas ni en su interés. Este lenguaje familiar les agrada mucho y luego, cuando
regresan a su tribu, hacen propaganda benéfica para sí mismos y para el gobierno”. A.G.N. Ministerio de
Gobierno. Fondo República. Folio 296. “Volvíamos a la tribu llevando lo que para distribuir entre indígenas
me remitió el señor ministro de gobierno. Llevaba conmigo machetes, (…), pólvora, munición, escopetas,
dulzainas, anzuelos, medallas, espejos,…Los caciques ya no eran solamente jefes indios sino representantes

[Escribir texto]
14

Estos regalos hicieron parte de las asignaciones presupuestales de los primeros años
de la Comisaría; en el presupuesto de 1916, por ejemplo, en el capítulo de Gastos Varios,
hay una partida por 150 pesos para “alimentación de tribu indígena en visita de
comisarios”31. En el presupuesto de 1917 se abrió otra partida en el capítulo II de
Materiales que se denomina “herramientas para repartirlas a los indios” por 123,6 pesos32.
Los contratos suscritos por la Comisaría también muestran los acercamientos con los
indígenas de la región y el tipo de herramientas que regalaban. Entre ellos está un contrato
de 1915 entre el Gobierno y Marco A. Silva donde este último “se compromete a poner a
disposición de la Comisaría Especial del Caquetá, los siguientes artículos para uso de los
indígenas de las tribus del Caquetá”: cuatro docenas de machetes, tres docenas de hachas,
trescientas yardas de lienzo americano, y cincuenta y tres yardas de dril por 200 pesos oro33.

La preocupación por mantener una población estable y amarrarla a los


corregimientos que se irían creando fue prioritaria en estos primeros años y afectó de
manera especial a la población indígena. Esto hizo prioritarios los proyectos para lograr que
las comunidades se establecieran en un sitio. Por ejemplo, en uno de los documentos
enviados al Ministerio de Gobierno a principios del siglo se informa sobre un proyecto para
el control de la población indígena que consistía en escoger el punto más cercano a
Florencia y demarcarles terrenos para que compraran vacas y marranos buscando que se
sintieran libres como “cualquier ciudadano”34.

del gobierno…”A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República. Folio 719, Número 002. Diario de viaje de
Comisario. Indígenas y peruanos. Visita del Comisario Especial del Caquetá a la región oriental del territorio
de su jurisdicción. Diario a bordo del Caquetá.
31
Dec. No. 602 / 1916 (5 de Abril) por el cual se aprueba con modificaciones el marcado con el número 13
del Comisario Especial del Caquetá sobre presupuesto de la Comisaría. D.O.
32
Dec. No. 864 / 1917 (9 de Mayo) por el cual se aprueba con modificaciones el marcado con el número 70
de 1916 (15 de Diciembre) dictado por el señor Comisario del Caquetá, sobre presupuesto de gastos de la
Comisaría para la vigencia de 1917. D.O.
33
Contrato (4 de Diciembre de 1915). D. O.15696.
34
A su vez, se quejaba “Los misioneros que actualmente existen en Florencia al mando de Fray Benito de la
Guatemala, no prestan absolutamente servicio alguno en su misión de catequizar para que el gobierno lo ha auxiliado,
dedicándose únicamente a explotar a los habitantes del territorio con contribuciones sin que se les vea en que invierten
los fondos que el gobierno les ha dado. El padre Benito tiene un sumario por haber flagelado unos indios y quemarles sus
casas”.
J. de Jesús Calvo. A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República. Folio 296, No. 61.

[Escribir texto]
15

La estrategia para gobernar y controlar la población indígena consistió en ganar la


confianza de los indígenas algunas veces en contraposición a los métodos utilizados por la
Iglesia y sus misiones y de los caucheros peruanos y colombianos35.

Finalmente, otra propuesta lanzada para el control de la población indígena fue la


creación de orfelinatos de indígenas y escuelas de artes y oficios, con la cual además de
“proteger” al indígena, “lo convertiría en un elemento poco menos inútil para el país, en
provechoso como eficaz agente de civilización” (Senado de la República, 1931; 475).

La organización territorial de los corregimientos en la recientemente creada


Comisaría Especial del Caquetá enfrentó los mismos obstáculos del poblamiento en la selva
que había encarado los misioneros: la movilidad de la población indígena. La consolidación
de caseríos, aproximadamente de 200 personas, fue una condición clave para la creación de
corregimientos y el nombramiento de personal del Estado. Así, los corregidores fueron una
primera herramienta del Estado en la representación y materialización de sus intereses. Para
mediados de la década de los veinte, habían sido creados ocho corregimientos: San Vicente,
Yarí, Curiplaya, Belén, Guacamayas, Puerto Rico, Solano y Bodoquero (Artunduaga, 1990;
99)

Los asuntos fiscales de la Comisaría: semilla de dependencia

Unas de las herramientas que muestra la cotidianidad administrativa del Estado en


la región en las primeras décadas del siglo XX fueron los presupuestos. Las asignaciones
presupuestales permitieron identificar dos momentos paralelos de la expansión del Estado:

35
Antes de la Guerra con el Perú, entre la discusión de la Ley 54 de 1931 sobre las estrategias de control
espacial y poblacional de la Amazonia, se mantenían los mismos componentes del discurso de finales del
siglo XIX. Luis Ignacio Andrade, senador, expresa “A nuestro parecer, la obra más importante de realizar en las
regiones recientemente incorporadas de hecho y de derecho al dominio de Colombia en las regiones amazónicas, es la de
proteger a los miles de indios que andan dispersos por aquellos lugares; unos huyendo de patrones crueles, y otros por
no querer trabajar, llevados de sus instintos y hábitos de holgazanería. No cabe duda que esta población indígena,
aunque reducida, puede ser todavía una base apreciable para la formación del tipo autóctono de aquellas regiones, apto
para el progreso moral y material, y para la colonización y defensa de esas mismas regiones”.
Las ideas sobre el lugar de la población indígena permanecen inalteradas desde el siglo XIX. Ley 54 de 1931.
(Senado de la República, 1931; 473)

[Escribir texto]
16

el día a día, al remitirse a las minucias de las oficinas, sueldos, imprevistos, y a los
proyectos de mediano y largo plazo, los intereses y las prioridades de mayor duración36.

En cuanto a los ingresos, uno de los primeros decretos expedidos sobre el tema
organizó las rentas de la Hacienda Nacional de las Comisarías. En este se determinaron las
principales rentas para Vaupés, Arauca, La Guajira, Caquetá y el Putumayo eran de timbre,
de licores nacionales, de derechos de degüello de ganado mayor, derechos de registro de
instrumentos públicos y privados, derechos de explotación de garzas y demás rentas que se
establecieran internamente37. La Administración de Haciendas se encargaba de la
recolección de rentas y su manejo. Las fianzas hipotecarias o prendarias de los
administradores se repartirían por regiones; así, Arauca y Guajira cada una tendría 1000
pesos, el Caquetá 600 pesos, y Putumayo y Vaupés 500 pesos cada una.

El documento sobre los movimientos entre Septiembre y Mayo de 1913 de los


ingresos de Florencia muestra que la principal entrada de la ciudad fue la participación en
rentas de licores y degüello, seguida por Carnicería y Degüello de Cerdos38. No obstante,
sobresalen ingresos de actividades como Bailes y Juegos, Coso y Güarapería, Almotacén y
Excarcelación.

En referencia a los gastos, la mayor participación en el presupuesto de la Comisaría


de estas primeras décadas lo tenía el sostenimiento burocrático. En la información
presupuestal de 1916 y 1917, el 27% correspondía al pago de sueldos para el comisario y su
secretario, el 25% correspondía a sueldos para la gendarmería, un 16% para el pago de
corregidores y respectivos secretarios y un 8% para el pago de sueldos en la Alcaldía de
Florencia. El rubro de Gastos Varios, que incluyó inicialmente obras públicas, correspondió
al 5% aproximadamente.

En la Comisaría, los licores aparecieron como la principal fuente en las arcas,


seguida por la de degüello. La diferencia más sobresaliente en este periodo es la aparición a
36
32 decretos presupuestales de la Comisaría Especial del Caquetá fueron identificados del Diario Oficial
entre 1912 y 1928 y un movimiento fiscal del Archivo General. Este último comprende desde Septiembre de
1912 hasta Mayo de 1913.
37
Por ejemplo en la Comisaría de Arauca, se hacían efectivos los derechos por manga y pisadura. Sería
sumamente útil para conocer el proceso de expansión fiscal y su relación con los poderes locales y el espacio
un análisis comparativo del impacto de este decreto en las Comisarías. Dec. No. 341, 7 de Abril / 1913 sobre
la organización de la Hacienda Nacional en las Comisarías. Diario Oficial.
38
En 1912, el censo establece que hay 2,024 habitantes en Florencia.

[Escribir texto]
17

partir de los veintes de un auxilio otorgado por el Estado a través de la Ley 59 de 1924 que
correspondía a un monto de 13,000 pesos que para 1925 ya era mayor que el ingreso por la
renta de licores, que alcanzaba 12,000 pesos39. Esta se convirtió en una de las fuentes
principales de ingresos de la Comisaría.

Los nombramientos de funcionarios públicos fueron los primeros incentivos que


utilizó el Estado para promover la colonización y el gobierno de la región, que poco a poco
se fue fortaleciendo con el nombramiento de funcionarios y firma de contratos como
estrategia política de control y soberanía con grandes repercusiones económicas en la
región como lo fue la transferencia de la única fuente estable de riqueza, por medio de los
salarios y firma de contratos.

Los sueldos del comisario superaron con creces el sueldo del alcalde de Florencia y
el de los corregidores; de hecho, el salario del secretario del comisario superaba el del
alcalde de Florencia. Para 1917, el Comisario ganaba 139 pesos y el secretario 93 pesos oro
mientras el alcalde y su secretario ganaban 38 y 28 pesos oros, los corregidores recibían el
monto de 18 pesos oro mientras sus secretarios recibían 9 pesos. Esta diferencia se mantuvo
en la década de los veintes. Un nuevo cargo apareció en la oficina del comisario, el de
escribiente, que ganaba más que el alcalde.

Los sueldos de los corregidores fueron diferenciándose a lo largo de la década: en


1925 los que más ganaban eran el del Yarí y el de Curiplaya, al recibir 480 pesos. Dos años
después, la balanza se inclinó hacia el corregidor de San Vicente, a quien se le aumentó
apreciablemente su sueldo, junto con el de Belén.

En 1912, en la gendarmería, el jefe ganaba 25 pesos. Un piloto escribiente tenía un


salario de 38 pesos, 9 gendarmes de primera clase contaban con 15 pesos cada uno y un
gendarme de segunda clase recibía 12 pesos. Esta organización sufrió múltiples
transformaciones40. Ese mismo año, por ejemplo, se suprimió el puesto de gendarme de

39
Dec. No. 691, 31 de Marzo /1919 por el cual se aprueban los expedidos bajo los número 4 de 6 de Enero y
28 de 20 de Junio de 1913 del Comisario Especial del Caquetá. Dec.No. 838/30 de Mayo 1925 por el cual se
aprueba el presupuesto de rentas y gastos de la Comisaría Especial del Caquetá y Dec.No 428, Marzo 17/
1927 sobre presupuesto de rentas y gastos de la Comisaría Especial del Caquetá para la vigencia fiscal de
1927. Según el valor de ingresos de 1919 por renta de licores, este monto aumentó en 3,600 pesos, lo que se
adiciona al valor inicial que era de 3,870 pesos.
40
Dec.No. 29 de 1912. D.O.

[Escribir texto]
18

primera clase y se crearon dos de tercera clase con una asignación de 14 pesos y 25
centavos de sueldo. Mucho después, 1926, la gendarmería tuvo dos agentes de primera
clase y catorce de segunda y dos años después, en 1928, se crearon 6 plazas más de
segunda categoría por 28 pesos mensuales cada uno. Así, el mantenimiento del orden
público en la población contaba presupuestalmente con 6,000 pesos repartidos en 17
gendarmes para la vigilancia de toda la Comisaría.

Ya en 1925, las partidas de nómina e inversión se equilibraron un poco más aunque


no lo suficiente para mostrar que ser funcionario público en la naciente Comisaría era la
mejor fuente de riqueza. El 18% iba para pago de sueldos de la comisaría, el 20% para la
gendarmería. Los diez corregidores recibían el 16%, Obras Públicas el 12% y Gastos
Varios, que incluyó la producción de aguardiente, pago de dos canoas, correo de Florencia
a Belén y Solano, raciones de presos e imprevistos, alcanzaban un 11%. Los asuntos de
instrucción pública apenas tenían el 1,3%, y su responsabilidad caía principalmente sobre
las misiones. La mirada general muestra que un fuerte monto del presupuesto fue
directamente a pago de nómina, una transferencia de recursos por medio de los salarios que
significaban inyecciones de capital importantes no sólo para la solvencia de la economía
del piedemonte sino para la consolidación de los monopolios de poder que se iban
configurando, principalmente alrededor del poder de las autoridades porque tenían la
capacidad de licitar, adjudicar contratos y crear riqueza en una región dependiente de la
moneda y los recursos externos. La renta de los licores será un ejemplo del funcionamiento
fiscal de la participación privada.

La provisión de aguardiente y la renta de licor: el principal ingreso


fiscal de la Comisaría del Caquetá

La provisión de aguardiente y sus rentas ofrece un ejemplo del mecanismo fiscal por
el cual actuó el Estado en la región. En 1914, había 114 pesos oro en la caja de rentas de

[Escribir texto]
19

licores de Florencia y para 1919, las rentas de licor dieron superávit por un monto de 3,600
que se repartieron en varias partidas41.

En un documento de visita hecho el 8 de Agosto de 1916 a la Administración de


Hacienda Nacional de Florencia se muestra el estado de la hacienda del municipio, donde
se evidenció la renta de licores como la principal fuente de ingresos de la Comisaría42. Esto
hizo que el contrato con mayor trascendencia en la región fuera el que comprometía la
provisión de aguardiente. El estanco fue una estrategia para obtener rentas que consistía en
celebrar contratos anuales de compra de botellas de aguardiente por parte del gobierno que
luego vendía a un precio puesto por él mismo, monopolizando los mercados de licores a la
vez que restringía la llegada de licores extranjeros y aprovechaba el alto consumo de la
población43. La concesión de producción de alcohol que el gobierno compraba era cedida a
particulares. Estos contratos se repartieron en las cabeceras de los corregimientos como
Florencia, San Vicente, Puerto Rico, más tarde Andaquí y Niña María44. El valor promedio
de las botellas en San Vicente y Puerto Rico fue de 28 y 29 centavos. En Florencia se
negoció en promedio por 21 centavos y en Belén por 23 centavos. Los contratos también
muestran jurisdicciones compartidas: San Vicente hizo contratos en compañía de Puerto
Rico y Florencia hizo con Andaquí.

La concesión de la producción cambió en 1925 tras un decreto que reorganizó el


mercado. La nueva legislación estableció que la fabricación de aguardiente común, ron y

41
Dec. No. 691 31 de Marzo / 1919 por el cual se aprueban los expedidos bajo los número 4 de 6 de Enero y
28 de 20 de Junio de 1913 del Comisario Especial del Caquetá.
42
El administrador encargado era Francisco Jiménez M. El local de la Hacienda Municipal era una casa de
paja arrendada a Eloy Gutiérrez. Visita Administración de Hacienda, 8 de Agosto, 1916. D.O.
43
En uno de los informes de la comisaría recién creada, este afirma que “ Dadas las largas distancias que hay que
recorrer para una administración eficaz de la renta de licores y por consiguiente las facilidades que se prestan para el
fraude a la renta, la comisaría muy respetuosamente se permite insinuarle al Dr. Ministro vista de las razones expuestas
que cree que dicha administración debiera ceñirse o guiarse por la legislación del Cauca sobre la materia. De la misma
manera cree que para aumentar la renta debiera ponérsele un impuesto a la gran cantidad de vinos y otros licores
extranjeros que se introducen en el territorio pues es considerable la merma que sufre la renta con la dicha
introducción”
J. de Jesús C. A.G.N. Ministerio de Gobierno. Fondo República. Fol. 719. Número 066. Informa al Ministro
de Hacienda.
Sobre el consumo de alcohol “Los mayores males ahí en esos ríos (Caguán) son el concubinato y la embriaguez,
dominantes sobre todo en algunos hombres de influjo y empleados civiles. Creo disminuirán mucho estos males cuando
se nombren empelados de buenas costumbres y se establezca residencia de Misioneros, cosa que urge en sumo
grado….”(Quito, 1941;39)
44
Un ejemplo de un contrato es por ejemplo el firmado para la provisión de aguardiente en San Vicente y
Puerto Rico con Sinforoso Coronado, donde el contratista se comprometía a entregar 100 botellas de
aguardiente mensuales a cambio de 20 pesos oro, es decir, 20 centavos por botella.

[Escribir texto]
20

alcohol puro en Florencia, San Vicente y el resto de corregimientos quedaba en manos de la


fábrica de la Comisaría. El precio por botella quedaba fijado en un peso “en consideración
a que la región del Caquetá es también fronteriza, y a que el precio del aguardiente en el
interior de Nariño es el de 1 peso 10 centavos”45. La restricción de su producción y la
fijación del precio fueron paralelas a la prohibición del expendio de guarapo y chicha
fermentados, y a la libre introducción de materias primas para la fabricación de licores
como el anís y esencias. La comisaría ahora era la encargada de nombrar empleados
especiales encargados de la fabricación y destilación.

La monopolización de la venta del aguardiente y después de su producción sostuvo


fiscalmente a la Comisaría desde su creación. Por ejemplo, en 1919 se pagó a un contratista
una cuenta que se debía de producción de 4500 botellas a 50 centavos por botella 46 y a
finales de la década de los veintes, la producción se contó en 18,000 botellas de aguardiente
anuales por un costo de 25 centavos cada una47. Las entradas de este negocio entraron a la
Administración de Hacienda de la Comisaría que se destinó principalmente a
nombramientos y sueldos. Un ciclo de monopolización de riqueza, la expansión de un
sistema de recaudación de rentas y la expansión fiscal aceleraron el proceso de la
estatalización espacial. Ahora bien, un proceso que contrastaba con la lenta construcción de
carreteras, de escuelas y hospitales, de seguridad y justicia, de una red de servicios públicos
mínima para la colonización exitosa y equitativa que propugnaba el Estado.

Poco a poco el número de empleados fue aumentando: agentes de la renta de licores


o celadores de rentas, un secretario contador, inspector de resguardos y sacatineros ya no
sólo para Florencia sino también para pueblos aledaños como San Vicente y Belén48.

Inversión en el mejoramiento de las condiciones de vida: el segundo plano de


los presupuestos

45
Dec. No. 1189 3 de Agosto/1925
46
Dec. No. 691 de 1919 de 31 de Marzo por el cual se aprueban los expedidos bajo los número 4 de 6 de
Enero y 28 de 20 de Junio de 1913 del Comisario Especial del Caquetá.
47
Dec. No. 498/ Marzo 17/ 1927 sobre presupuesto de rentas y gastos de la Comisaría Especial del Caquetá
para la vigencia fiscal de 1927.
48
Dec. No. 617/ 7 de Abril/ 1927 por el cual se aprueba el Decreto Número 9 del 19 de Enero del presente
año, dictado por el Comisario Especial del Caquetá, por el cual se crean unos empleos. Diario Oficial.

[Escribir texto]
21

Otro tipo de asignaciones presupuestales que aparecen en los documentos de la


joven Comisaría es el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, aunque en
partidas mucho menores a las anteriormente mencionadas. Por un lado, la lucha contra la
Anemia Tropical y por otro, el desarrollo de Obras Públicas.

Los diferentes tipos de obstáculos biológicos que enfrentó la población en la


Amazonía consistieron en las difíciles condiciones del clima que los exponía a la fiebre
amarilla, a la leishmaniosis cutánea, las picaduras de insectos, accidentes con animales,
malaria, el tifo, la gastroenteritis, las anemias por uncionarias, el pián y las enfermedades
respiratorias por hacinamiento, la malnutrición, la tuberculosis, gripe, viruela y otros
parasitismos. El piedemonte tuvo que superar olas de contagio de enfermedades endémicas,
epidemias de úlceras y bubas, sífilis y de paludismo. Florencia sufrió una epidemia de
blenorragia en 1919, el Yarí tuvo contagio de paludismo en 1925 y de sarampión en
Montañita en 1928. En 1930 hubo una epidemia de verminosis y anemia en Guacamayas y
San Vicente, y Curiplaya tuvo casos endémicos de sífilis49. En la segunda década del siglo
XX, en un informe médico se establecía que el 90% de los colonos habían sido atacados
por la Uncinariasis, la sífilis se propagó hasta contagiar al 70% de la población, un
porcentaje no definido pero alto también contraía el paludismo y el reumatismo, por las
condiciones naturales de la región.

No obstante, muchas veces la preocupación por la salud de los colonos estuvo


justificada por el problema del progreso de la colonización y su amenaza para la
productividad en el campo. A mediados de la década del diez, la intención se centró en
acabar con la anemia tropical “enfermedad que padecen las nueve décimas partes de los
colonos”, y en la uncinariasis que según ellos causaba “la degeneración de la raza,
arrebata a la agricultura brazos y energías, lo que ha motivado que esta fuente de
prosperidad no haya tomado el incremento que le corresponde”50. La preocupación
consistía en la caída de la productividad porque según los documentos, la enfermedad

49
Varias enfermedades azotaron la región. La epidemia de gripa de 1919 exigió el préstamo de 350 pesos oro
que el Congreso asignó para combatir la enfermedad. (Domínguez, 1994; 143).
50
Dec. No 77/21 de Enero/1916 por el cual se aprueba el Decreto Número 55 del señor Comisario Especial
del Caquetá por el cual se dictan algunas medidas para combatir la anemia tropical.

[Escribir texto]
22

“destruye la salud de los trabajadores, los inutiliza muy pronto para sus labores y los
predispone para infecciones graves que les ocasiona una muerte prematura” y además
desincentivaba la movilización de trabajadores de otros climas al caliente51.

Así, fue creada la Junta de Sanidad en 1916 que administraba el timol para combatir
la anemia compuesta por cinco miembros52. Sus deberes consistían en hacer estadísticas de
las personas atacadas por la uncinariasis y clasificarlas según el grado de avance de la
enfermedad para determinar el tratamiento de timol, dictar las medidas higiénicas para la
Comisaría y administrar los recursos para mejorar la situación sanitaria en toda la región.
Según Augusto Gómez y Camilo Domínguez, más de mil personas lograron ser tratadas
con timol53.

A raíz de estos decretos, Bernardino Ramírez como comisario, organizó la


operación de tratamiento contra la anemia tropical a través de un censo sanitario y la
aplicación del tratamiento de timol cuyos resultados, como afirma Artunduaga, tuvo
mediano éxito al no resolver la carencia de excusados (Artunduaga, 1990; 103).

Ese mismo año se abre una partida presupuestal de 30 pesos mensuales para la Junta
de Sanidad con el fin de luchar contra la anemia tropical54.

En 1917, el presupuesto incluye un auxilio para la Junta de Sanidad para combatir


la anemia tropical por 240 pesos, comparable a dos meses de sueldo del Comisario o al
sueldo del jefe de gendarmería55. En 1919, el monto para combatir la anemia tropical era de
100 pesos y en 1921 también se incluyó una partida para la Junta esta vez con 360 pesos,
comparable al sueldo del secretario del Alcalde de Florencia que recibía el mismo como

51
“No es justo que los dueños de las haciendas en los climas indicados lleven centenares de trabajadores de
otros climas, sanos y robustos, a exponerlos, sin defensa alguna, a una grave enfermedad que los aniquila en
poco tiempo”. Resolución número 24 sobre profilaxis de la anemia tropical (uncinariasis) (18 de Julio).
Resolución Nacional.
52
Dec. No. 77/21 de Enero/ 1916 por el cual se aprueba el decreto número 55 del Señor Comisario Especial
del Caquetá por el cual se dictan algunas medidas para combatir la anemia tropical.
53
“Lo precario de la situación fiscal en que se encontraba el país, por motivo de la conflagración europea,
hizo que fuese asignada únicamente la suma de diez y siete pesos ($17) oro mensuales para combatir la
anemia tropical; cantidad demasiado exigua, máxime si se tiene en cuenta lo excesivo del precio que alcanzó
a tener el Timol a consecuencia del conflicto a que he hecho referencia” (Domínguez, 1994; 143)
54
El siguiente año aumentó este auxilio en 10 pesos. Dec.No. 864/ 1917, adiciones por medio del Dec.No.
110, 22 de Enero / 1917.D.O. 16136. Dec. No./ 1973, 28 de Noviembre/ 1917 D.O.16357.
55
Dec. No. 864/ 1917, adiciones por medio del Dec. No. 110/ 22 de Enero/1917 D.O.16136 y Dec. No. 1973/
28 de Noviembre/ 1917, D.O. 16357.

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23

salario. Para 1925 había auxilios dirigidos al Hospital de Florencia por 260 pesos y en 1927
se le pagaba al médico oficial en Florencia un salario de 720 pesos56.

Al parecer, la preocupación era nacional. A los programas emprendidos contra la


anemia tropical anteriormente mencionados se le sumó una resolución nacional firmada en
1919 dirigida a los dueños de las haciendas exigiendo mejoras en la infraestructura de las
fincas y condiciones de los trabajadores. La lucha contra la anemia siguió fracasando. Siete
años después, según un informe citado por Artunduaga, se afirmó que el 100% de los
pobladores estaba anémico y que la tuberculosis, el pián y el paludismo seguían siendo
enfermedades recurrentes en la población. Las condiciones de los colonos huilenses seguían
siendo muy precarias y la arquitectura de las casas las convertía en espacios húmedos,
calientes y hacinados a lo que se sumaba lo difícil del clima de Florencia para ellos57.

El segundo aspecto del mejoramiento de las condiciones de vida consistió en el


desarrollo de obras públicas y educación. El estado de la salubridad de los pueblos se
mantenía en muy malas condiciones aunque los pueblos se iban consolidando poco a poco,
transformándose en centros con vida económica e institucional propia. Florencia era un
centro de provisión de servicios y se consolidó a partir de su ventajosa ubicación al ser el
paso obligado de única trocha que permaneció después de la crisis del caucho.

El pueblo tenía para 1928 la alcaldía, la personería, la comisaría especial y la


gendarmería; la tesorería, el juzgado, el concejo, la notaría, la cárcel, la administración del
camino, la administración de hacienda, la oficina de registro, la oficina de correos y
telégrafos, el matadero, la administración de renta de licores, el hospital, la casa y despacho
del médico de sanidad, la escuela de varones y de niñas, el convento de Padres
Franciscanos y el de madres Franciscanas, el Templo de Nuestra Señores de Lourdes y la
fábrica de aguardiente (Domínguez, 1994; 232).
56
Dec.No. 421, 31 de Marzo/ 1921 sobre el presupuesto de gastos de la Comisaría Especial del Caquetá para
1921. Dec.No 498 de 17 de Marzo/ 1927 sobre presupuesto de rentas y gastos de la Comisaría Especial del
Caquetá para la vigencia fiscal de 1927.
57
El movimiento de ganado desde el Departamento del Huila, inicialmente sin ningún control de
enfermedades que evitara la entrada de pestes y plagas desde el vecino departamento hizo urgente las
determinaciones al respecto. Para 1919 comentaban que por causa de “los ganados criollos, que son hoy un
número considerable han aumentado de manera asombrosa en el Caquetá, debido en su mayor parte a la
ausencia de la garrapata, del nuche, del carbón sintomático y demás enfermedades contagiosas”
(Artunduaga, 1990; 99) .Dec. No. 601, 21 de Marzo/1919 por el cual se aprueba otro dictado por la Comisaría
Especial del Caquetá.

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24

Puerto Rico fue debilitándose por el centro de atracción en que se convirtió San
Vicente; para 1915 sólo existía en Puerto Rico la oficina del corregidor y la oficina de
correos. Belén del Andaquí fue fundada en 1917 por Fray Jacinto de Quito, al iniciar
labores de desmonte de 40 hectáreas donde se trazó el pueblo. Para 1920 vivían allí 1000
colonos, con escuela de hombres con 47 alumnos y una de mujeres con 50 (Artunduaga,
1990; 94). El crecimiento de los pueblos exigió obras de apertura y mejoramiento de
caminos, construcción de locales para el funcionamiento de oficinas públicas o de
hospitales, escuelas e iglesias.

La manera de resolver el asunto de las obras del Estado, exceptuando la de los


caminos, fue por medio de la creación de Juntas de Obras Públicas municipales, encargados
de canalizar los proyectos de inversión. En Florencia esta junta fue creada en 1925 y estuvo
compuesta por el Vicario General delegado, el alcalde y el personero municipal, el médico
municipal, dos vecinos del municipio, el administrador de hacienda y un tesorero de la
junta58.

La función de la Junta fue estudiar y mejorar las condiciones de salubridad, hacer


un plano para las nuevas edificaciones y proponer proyectos de inversión de obras públicas.
Otra responsabilidad de la Junta fue la adjudicación de solares, pues fue la encargada de
establecer los planos de adjudicación, recibir peticiones y otorgar auxilios a los “colonos
que comprueben su pobreza y deseen levantar edificios apropiados”. Así, además de
partidas para la construcción de trochas, aparecen rubros para la edificación de cárceles,
escuelas, puentes, edificios, oficinas públicas y su reparación.

La única gran obra que se llevó a cabo fue la adecuación de la Trocha Pizarro que
conectó a Florencia con el Huila y fue el único camino que se mantuvo tras el fin del boom
cauchero en la región.

El proceso colonizador estuvo transversalmente influido por el discurso de la


“civilización”, pero presupuestalmente en la Comisaría del Caquetá esto no se reflejó. Esto
se hizo visible en la exposición de motivos de la Ley 46 de 1930, por la cual se creaban
algunas escuelas en los territorios del Bajo Caquetá, Putumayo y Amazonas, un ponente
58
Dec.No 930 bis de 9 de Junio/ 1925 por la cual se aprueba el marcado con el número 66 de fecha 12 de
Noviembre de 1924, dictado por el señor Comisario Especial del Caquetá. D.O. 19927.

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25

clamaba por la urgente necesidad de entrar en posesión efectiva y práctica de los


territorios que nos asignó el tratado de límites colombo-peruano. La base elemental de
esta ocupación real es la erección de corregimientos y escuelas59. La partida para la
instrucción pública fue una de las más pequeñas en asignación; en 1919 aparece un capítulo
en el presupuesto para la Instrucción Pública, que incluye el arrendamiento del local para la
escuela, su mobiliario y el sueldo del personal. Ese mismo año, en una adición, se asignó
una partida para la compra o construcción de local para la escuela de niñas por 400 pesos
en Florencia, en 1925 se impartieron unos rubros para el pago de una casa con el fin de
convertirse en escuela de niñas en San Vicente y en 1927 se construyó una escuela alterna
en Guacamayas60.

Gran parte de la responsabilidad de la Instrucción Pública fue trasladada a las


misiones capuchinas, en particular a la Misión del Caquetá que para 1923, en Florencia,
Pescado, Montañita, Guacamayo, Angostura, Concepción, Limón y Quinoró contaba con 7
mujeres religiosas de un total de 30 en toda la Misión y tenía el 46% de los terciario
seculares. Aunque ni en Belén ni en San Vicente había señales de religiosos, había 1500 y
3000 católicos respectivamente. Florencia tenía 4200 católicos, 8 Iglesias e igual número de
cementerios y un hospital. San Vicente y Belén tenían cada uno un hospital y un
cementerio. San Vicente tenía 2 escuelas con 49 estudiantes de ambos sexos, Belén tenía
dos escuelas con 63 estudiantes y la región del Alto Caquetá tenía 11 escuelas con 363
estudiantes (Montclar, 1991; 118). Los montos para las obras públicas fueron
considerablemente más bajos que los de nómina.

Otras actividades también fueron apareciendo; para 1927 entre las partidas se
cuentan rubros para la feria exposición ganadera de Florencia, premios para las escuelas de

59
Ley 46 de 1930. En el mismo debate, los senadores Emilio Robledo, Julio C. Moncayo, José A. Llorente,
Domingo Irurita y Miguel Jiménez López expresaron “que la fórmula eficaz de afirmar nuestra nacionalidad
en la región limítrofe con el Perú es la de crear centros instruccionistas que al mismo tiempo que fomenten el
sentimiento de nacionalidad, atestigüen a los habitantes de aquellas regiones que el Gobierno de la
República les presta atención y se preocupa por servir del mejor modo posible los intereses de aquella
porción de la Patria”. (Senado de la República de Colombia, 1931; 385).
60
Dec.No. 691de 31 de Marzo/ 1919 por el cual se aprueban los expedidos bajo los número 4 de 6 de enero y
28 de 20 de Junio de 1913 del Comisario Especial del Caquetá. Dec.No. 838, 30 de Mayo/1925 por el cual se
aprueba el presupuesto de rentas y gastos de la Comisaría Especial del Caquetá. Dec. No 1963 de 3 de
Diciembre/ 1927.

[Escribir texto]
26

Florencia y los corregimientos, dinero para investigaciones en medicina legal y la


celebración de tres misas en cada fiesta patria en la capital.

A modo de conclusión

Una primera reflexión que se deriva del trabajo es que la construcción del Estado-
Nación debe ser estudiada en su operación “artesanal” y material aproximándose a los
actores locales, las instituciones creadas, las oficinas abiertas o cerradas, las preocupaciones
y tensiones diarias, los ingresos y los gastos, más allá de los discursos políticos desde el
centro. Es en este espacio local donde verdaderamente se construye el Estado y desde
donde se configuran las relaciones de poder entre el centro y la periferia según unas
características espaciales, políticas y económicas específicas de cada lugar. El Estado
transformó el escenario político de la región, creando cargos, funciones y nóminas,
organizando el plan de rentas, gastos e inversiones, un montaje que se encargó de moldear
las formas de desarrollo regional.

Este acercamiento metodológico y analítico nos permite abordar la pregunta sobre


¿Qué relación existe entre el Estado- Nación, la Frontera y el desarrollo? En el caso del
piedemonte caqueteño, las condiciones de control poblacional y territorial que el Estado
construyó entorpecieron los procesos de desarrollo posteriores lo que se refleja en la difícil
historia del Caquetá en el siglo XX y la reproducción de las relaciones de dependencia
frente al resto del país: una sinsalida de la frontera. A partir de los 30´s inició un periodo en
el cual las grandes concentraciones de tierra por el negocio ganadero desplazaron los
colonos cada vez más hacia tierras infértiles y que se encargaron de correr la frontera. Uno
de los ejemplos de esta situación sería la creación de Larandia, la finca ganadera más
grande del país a mediados del siglo XX con historias de movilización de campesinos.

Así, se defiende que las características del margen y las relaciones con el centro
dependen de las condiciones espaciales de la región en la medida que éstas contienen
conflictos por el poder de recursos, población y territorio. En el caso del piedemonte

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27

caqueteño, el Estado inicia su proceso de expansión en una zona de frontera pero a su vez
perpetúa las relaciones de dependencia, sin ofrecer opciones de desarrollo equitativos.

En estas condiciones, se debe hablar en términos de expansión de formas de


dominación, más que de articulación o integración pues se insiste en las maneras de
controlar los territorios, las funciones que se les otorga y los lugares específicos a la
frontera dentro de la dinámica general. El problema no está solamente en la manera como
estos espacios se articulan a una dinámica mayor, si tienen ventajas competitivas en
términos económicos o productos para vender en los mercados sino también en cómo los
ejes centrales de esta dinámica, en este caso el Estado y en otros casos el mercado,
extienden sus lazos de control y les otorgan roles específicos en su dinámica interna en este
caso, insertándolos en formas de dependencia.

Como estrategia de colonización, la expansión burocrática aceleró los procesos de


migración a la región a partir de los 30´s que se verían impulsados por otros procesos
económicos, políticos y sociales durante el siglo XX, entre ellos el periodo de La Violencia
a mediados del siglo y el boom coquero de los 70´s. Pero fracasó en términos de que las
condiciones de vida de los colonos fueron desiguales y lo único que se logró fue reproducir
las formas de desplazamiento y violencia que ocurrían en las áreas centrales de Colombia,
una semilla de dependencia que ofrecería sus nefastos frutos en crisis sociales como la de la
coca.

Lo que presentó este artículo fue la semilla de lo que puede ser analizado como un
fenómeno de larga duración, con lugares comunes durante todo el siglo XX. Esto nos lleva
a miradas pesimistas de la situación de las regiones de frontera, en particular del futuro de
la Amazonia y sus opciones de desarrollo sostenible y sustentable, en cuanto estas no
dependen de las iniciativas que se generen internamente sino del rompimiento de los lazos
de dominación desigual que han sido tejidos sobre ella.

En un interesante trabajo que analizó la expansión de la coca en el Medio y Bajo


Caguán y el fortalecimiento de los grupos insurgentes particularmente las FARC 70 años
después del periodo analizado en este trabajo, los autores Jaime Eduardo Jaramillo,
Fernando Cubides y Leonidas Mora, se preguntan

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28

¿Podrán encontrar, por fin, los curtidos y sufridos pobladores del


Medio y Bajo Caguán, una inserción en la sociedad colombiana, que les
confiera verdaderas alternativas económicas, sociales, culturales y
políticas y que los considere como interlocutores y ciudadanos, mayores
de edad, frente al Estado y la sociedad civil? Los diversos actores
protagónicos de la región, el departamento y la nación misma, tiene la
palabra? (Jaramillo, 1989; 130).

La palabra nunca fue tomada.

Fuentes Primarias y Bibliografía

Este artículo hace parte de la tesis de Maestría “El Estado en las fronteras: proceso
de avance estatal en el piedemonte caqueteño, 1887-1930”. Las fuentes primarias
correspondieron principalmente a la revisión del Diario Oficial entre el año 1900-1930 y al
Archivo General de la Nación, Fondo República.

Artunduaga Félix (1990), Historia General del Caquetá. Florencia, Grupo Editores del
Caquetá.

Bernardo Tovar Z (1995/1996), Historia General del Huila, Neiva, Instituto Huilense de
Cultura.

Ciro, Alejandra (2009), De la selva a la pradera. Reconfiguración espacial del piedemonte


caqueteño 1950-1965, Documento Ceso n°159, Bogotá, Ediciones Uniandes, 2009.

Ciro, Estefanía (2008), El Estado en las Fronteras: proceso de avance estatal en el


piedemonte caqueteño, 1887-1930, Tesis Maestría, Bogotá, Universidad de los Andes.

Cháves Ch., Margarita et all (1987), Introducción a la Colombia Amerindia. Indígenas del
Alto Putumayo y Caquetá, Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología.

De Quito, Fray Jacinto María (1941), Biografía del Gran Misionero del Caquetá: Esteban
Rojas Tobar, Mocoa.
[Escribir texto]
29

Domínguez, Camilo A. y Gómez, Augusto (1994), Nación y étnias, los conflictos


territoriales en la Amazonia: 1750-1933, Bogotá, Coama.

García Jordán, Pilar (2001), “En el corazón de las tinieblas…del Putumayo, 1890-1932.
Fronteras, caucho, mano de obra indígena y misiones católicas en la nacionalización de la
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Jaramillo Jaime Eduardo et all (1989), Colonización coca y guerrilla, Bogotá, Alianza
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colombiano: Elemento clave para la cohesión nacional y el desarrollo regional” en
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López Beltrán, Clara (2001), “La exploración y ocupación del Acre (1850-1900)” en
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