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MARIATEGUI
FACULTAD DE INGENIERIA
INGENIERIA MECANICA
ELECTRICA
ASIGNATURA:
Un ideal no es una fórmula muerta, sino una hipótesis perfectible; para que sirva, debe ser concebido
así, actuante en función de la vida social que incesantemente deviene. La imaginación, partiendo de la
experiencia, anticipa juicios acerca de futuros perfeccionamientos: los ideales, entre todas las
creencias, representan el resultado más alto de la función de pensar. La evolución humana es un
esfuerzo continuo del hombre para adaptarse a la naturaleza, que evoluciona a su vez. Para ello
necesita conocer la realidad ambiente y prever el sentido de las propias adaptaciones: los caminos de
su perfección
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es
precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado,
aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más
concebido y lo menos realizado.
Los idealistas románticos son exagerados porque son insaciables. Sueñan lo más para realizar lo
menos; comprenden que todos los ideales contienen una partícula de utopía y pierden algo al
realizarse: de razas o de individuos, nunca se integran como se piensan. En pocas cosas el hombre
puede llegar al Ideal que la imaginación señala: su gloria está en marchar hacia él, siempre
inalcanzado e inalcanzable.
Cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación. La primera tiende a
proveerle de los órganos y las funciones mentales que le transmiten las generaciones precedentes; la
segunda es el resultado de las múltiples influencias del medio social en que el individuo está obligado
a vivir. Esta acción educativa es, por consiguiente, una adaptación de las tendencias hereditarias a la
mentalidad colectiva: una continua aclimatación del individuo en la sociedad.
Se propone dos tipos de personalidades: la del hombre mediocre y la del hombre idealista. Analizando
las características morales de cada uno, las formas y papeles que estos tipos de hombres han adoptado
en la historia, sociedad y cultura.
Según el autor no existen hombres iguales, dividiendo a los hombres en 3 tipos: El hombre inferior, el
hombre mediocre y el hombre superior.
El hombre mediocre, será incapaz de utilizar su imaginación para concebir ideales que le propongan
un futuro por el cual luchar, de ahí es que se volverá sumiso a toda rutina, a los prejuicios, las
domesticidades y así volviéndose parte de un rebaño o colectividad cuyas acciones o motivos no son
cuestionadas, si no que la siguen ciegamente.
El mediocre representa un progreso, comparado con el imbécil, aunque ocupa su rango si lo
comparamos con el genio: sus idiosincrasias sociales son relativas al medio y al momento en que
actúa.
El hombre mediocre, será dócil, maleable, ignorante y un ser carente de personalidad, todo lo opuesto
a la perfección, también será una persona solidaria y complice de los intereses creados que lo hace ser