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EL GOBIERNO COLOMBIANO DESPRECIA LA CIENCIA

El nombramiento de Tito Crissien como ministro de Ciencia y Tecnología es


otra prueba de que la clase política no reconoce la importancia del progreso
científico. Por: Diego Torres

https://razonpublica.com/gobierno-colombiano-desprecia-la-ciencia/

Maltrato de Vieja Data


Le pido a la lectora o el lector que imagine un futuro en el cual el hidrógeno del agua
es el combustible de uso corriente para proveer de energía al mundo, reemplazando
totalmente el petróleo. Un mundo en el que la computación cuántica le da un equipo
de cómputo que nunca tendrá que volver a renovar. En donde robots microscópicos
que usted ingiere en un café monitorean posibles rastros de enfermedades como el
cáncer, le dan una alerta, un tratamiento inicial y se comunican con su doctor. Una
sociedad con acceso global a internet con una velocidad de un gigabyte por
segundo. Ciudades en donde disfrutamos de transporte instantáneo por medio de
teleportación cuántica, y los trámites burocráticos como declaraciones de renta los
hacen por usted módulos de inteligencia artificial.

Este mundo, que puede sonar imposible, es un futuro por el cual grandes
colaboraciones científicas alrededor del globo están trabajando, pero es un futuro al
cual los colombianos estamos condenados a nunca poder disfrutar debido a la forma
como el gobierno ha maltratado a la comunidad científica a lo largo de varias
décadas en nuestro país.

La razón y origen mismo de este maltrato es simple, nuestra clase política no ha


entendido la extrema importancia para la comunidad científica de valores como la
excelencia académica, la reputación científica, el reconocimiento internacional y el
respeto al método científico; además de el rechazo sin excepción a prácticas
despreciables como el plagio, la falsificación de datos, la manipulación de
resultados, el conflicto de intereses, la duplicación de resultados, la manipulación
de autores y títulos, entre otros.

Mientras para nuestra clase política estos valores son un obstáculo menor al cual
no vale la pena el prestar la más mínima atención, para la comunidad académica
estos son los valores que cimientan el ascenso mismo del hombre desde ser un
simple primate que caminaba en la estepa africana, a ser el único animal sobre la
tierra capaz de conquistar el sistema solar.

El Plagio y la Mentira no le Importan a Nuestra Clase Política


Y es que mientras el más mínimo indicio de plagio y el mentir sobre títulos
académicos han costado y seguirán costando las carreras de políticos y
mandatarios europeos, en Colombia esos “detalles” parecieran no ser importantes
para la clase política. Solo basta recordar al ex-alcalde, y ahora candidato a la
presidencia, Enrique Peñalosa y sus títulos de maestría y de doctorado, los títulos
de “especialización” de Harvard del actual presidente, o el más reciente escándalo
del designado ministro de CTeI, el administrador de empresas Tito Crissien,
relacionado con su participación en artículos científicos lejanos a su área de
experticia, y hasta la retractación de artículos por posibles plagios.

Es un futuro al cual los colombianos estamos condenados a nunca poder


disfrutar debido a la forma como el gobierno ha maltratado a la comunidad
científica
Tito Crissien se defiende diciendo que fue incluido sin su consentimiento debido a
que su reputación académica aseguraba la publicación de los trabajos. Una
explicación inverosímil para cualquier persona que tenga relación con el mundo
académico.

En nuestra clase política y en nuestro gobierno estos son simples “malentendidos o


confusiones menores”, pero son pecados imperdonables para una comunidad
científica madura y consolidada, con gran relacionamiento internacional,
relacionamiento que llega incluso a la misma clase política y empresarial de países
estratégicos para el gobierno colombiano. El gobierno ha desperdiciado una gran
oportunidad con el enorme relacionamiento internacional que tiene la comunidad
científica, aunque al parecer la política exterior tampoco ha sido la prioridad de este
gobierno.

Maltratos y Decisiones Desastrosas


Esas decisiones han tenido resultados desastrosos, como el recorte del
presupuesto de Colciencias y la reasignación a construir vías terciarias de 1,3
billones de pesos originalmente destinados a financiar proyectos de Ciencia,
Tecnología e Innovación bajo el gobierno Santos.
De esa época nos quedaron frases célebres como “los científicos colombianos no
saben escribir proyectos de investigación” de la entonces directora de Colciencias
Yaneth Giha, y “en Colombia los científicos pueden hacer mucho con poco dinero”
del ministro de hacienda Mauricio Cárdenas. Las desastrosas decisiones del
gobierno Santos despertaron el descontento de la comunidad científica que Moisés
Wasserman resumió en una frase: “lo que debería ser manejado por científicos
terminó manejado por políticos”.

De la Euforia a la Decepción
En un principio, dos hechos dieron luces de esperanza: la elevación del
Departamento Administrativo Colciencias a la categoría de Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación, y la conformación de la Misión Internacional de Sabios de
2019. En ambos casos, el gobierno nombró académicos de primer nivel que
contaban, además, con experiencia administrativa (por ejemplo, los profesores
Diego Hernández y Sonia Monroy).

La Misión de Sabios logró unir a prestigiosos expertos con la Vicepresidencia de la


República, el Ministerio de Educación, Colciencias, ICETEX y 10 universidades que
respaldaron el proceso de las 8 comisiones conformadas por 46 expertos, entre
quienes figuraba un premio Nobel.

El nivel académico y científico de la Misión era tan alto, que las universidades
abrieron semilleros académicos y nombraron profesores y alumnos destacados
como secretarios técnicos y relatores para apoyar el proceso.

Tito Crissien se defiende diciendo que fue incluido sin su consentimiento. Una
explicación inverosímil para cualquier persona que tenga relación con el
mundo académico
Pero de la euforia pasamos con rapidez al escepticismo y del escepticismo a la
decepción, pues la figura del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación trajo
consigo más politización y repartición burocrática. Nuevamente, los valores
científicos fueron pisoteados por políticos irresponsables.

De esta forma nos encontramos de nuevo en la misma situación en la que hemos


estado desde hace décadas. Con la diferencia de que esta nueva crisis llega en el
peor estallido social en décadas en Colombia, y dada la obsesión de nuestra clase
dirigente por repetir los errores del pasado, errores que juraron nunca cometer,
tendremos un ministro que tomará posesión, y con ello la ruptura entre la comunidad
científica y el gobierno estará formalizada de nuevo.

Sin embargo, esta ruptura rutinaria entre el gobierno y la comunidad científica, cada
vez se convierte en una roca que va a impedir que los gobiernos sean tomados en
serio a nivel internacional, algo de lo cual el gobierno nunca se ha percatado. La
comunidad científica colombiana es respetada internacionalmente, gracias a una
diáspora de alto nivel académico y a una comunidad local con grandes conexiones
y colaboraciones internacionales. Esto nunca ha sido ni medido ni aprovechado por
el gobierno nacional. En nuestra sociedad globalizada, el desprecio y burla hacia
una comunidad científica trae como inevitable consecuencia la mirada recelosa y el
desprecio oculto de supuestos aliados internacionales, que sí que saben el valor de
la Ciencia y la Tecnología para el futuro y bienestar de una sociedad.

Algunas Alternativas
Aunque está claro que no podemos esperar mucho del actual gobierno, debemos
encontrar alternativas para que la ciencia tenga un lugar relevante en Colombia.

El primer paso es exigirles a los candidatos que aspiran a la presidencia, al Senado


y a la Cámara que reconozcan la importancia de la ciencia para el progreso
económico y social del país. Debemos exigir que haya científicos entre los asesores
del gobierno y que se pongan en práctica las recomendaciones de la Misión de
Sabios.

También importa que la comunidad científica actúe como un cuerpo coherente,


salga de la comodidad de los laboratorios y le muestre a la sociedad la importancia
de su labor. Para lograr este objetivo se necesitan estrategias de divulgación que
acerquen el saber y la naturaleza del quehacer científico a las y los ciudadanos de
Colombia, que los llenen de emoción y orgullo.

Es hora de que tengamos ciudadanos que entiendan, valoren y promuevan los


valores de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación basada en conocimiento en el
poder ejecutivo y en el legislativo, pues solo así será posible que el gobierno
reconozca la importancia de la ciencia. Necesitamos llevar la ciencia a la política, y
evitar llevar las malas prácticas politicas a los organismos e instituciones
encargadas de la CTeI.
La comunidad científica debe también buscar cada vez una mayor empatía con la
ciudadanía. Dentro de sus avanzados estudios y resultados, ocultos a la vista de
todos, están tanto las soluciones pragmáticas basadas en evidencia, como las
respuestas sin utilidad a preguntas emocionantes que los colombianos necesitan y
buscan con desesperación y curiosidad vibrante. Necesitamos que la ciencia nos
ayude a construir un mundo que vaya más allá de las pasiones e intereses de unos
cuantos, pues de otro modo no será posible forjar un país con oportunidades para
todos.

PREGUNTAS

1. Identifique la tesis planteada por el autor, argumente su respuesta

2. Analice por escrito el epígrafe del texto

3. ¿Desde su punto de vista, ¿Cuál sería la antítesis del texto? Escríbala


ya arguméntela.

4. Realice un texto icónico con el tema contenido en la lectura

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