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Estos dos poetas que tienen frente a ustedes, jóvenes orfebres de la palabra, dolientes de

la liria contemporánea, no tienen las preocupaciones de quien recién ha sido bautizado en


las corrientes subterráneas de la literatura. Al contrario, su preocupación con respecto al
lenguaje es de una claridad luminiscente. Lejanos de la colegiatura de la experiencia,
donde la relevancia reside en el acontecimiento y no en la palabra, su interés y donde
debemos poner nuestros cansados ojos, que han sobrevivido a los disparos de la policía,
es en el lenguaje como experiencia, como forma de interceder en el mundo. Por eso en
María Paz el ritmo, pausado, es el de un perro dañado. Por eso en Nicolás debemos seguir
bailando.

En ambos, el lenguaje también es una preocupación con respecto a una experiencia


concreta: la del pasado. La casa de la abuela, en Nicolás, o Benjy preguntándose a que
suena su infancia, en María. No sería justo decir que el cuestionamiento por el lenguaje es
en ambos casos el mismo, ni mucho menos reducir a este prisma cada uno de sus
enfoques. Este es solo un punto de partida.

Tenerlos hoy aquí, cuando el final de mundo se averió, tras la borrasca pandémica, es un
honor absoluto para nosotros, en este espacio que se parece más a un sueño y que está
determinado por las ilusiones de todos los que hemos puesto nuestro esfuerzo juvenil,
que bien podría ser el ultimo pues ya estamos más bien cuchos y medio enloquecidos por
nacer en un país como este. Todo acto poético es un ajuste de cuentas con el pasado y
nuestra patria tiene tantas deudas con su juventud que cada recital debiese ser una
remembranza de nuestros hermanos y hermanas asesinadas. Porque e mundo no se
acabó para nosotros, pero si para ellos y porque seguramente sus muertes no as pagara
nadie, como si el misterio tuviese un cheque en blanco o los bolsillos rotos.

Habrá que creer en la necesidad de recordar. En el desvelo de un territorio en su crisis


noctambula, Colombia toma pastillas para no volarse la cabeza de un escopetazo.
Creamos en la literatura. Nos ha sido dada, démonos a ella sin reservas.

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