Está en la página 1de 2

El poder a través de la identidad, la voluntad y la sumisión.

Pier Paolo Pasolini, (Italiano, comunista, ateo, ensayista político, poeta, novelista y
director de cine) nos muestra espeluznante film: Salo o los 120 días de Sodoma, el cual
es un claro reflejo de relación entre poder y sumisión.

El film se desarrolla en la Republica de Saló, el cual fue un estado creado después de la


Segunda Guerra Mundial y dirigido por Benito Mussolini con la colaboración de Adolf
Hitler. En que unos jóvenes (hombres y mujeres) son raptados de sus hogares por un
ejército del poder.
Son dirigidos a una misión aislada, magna y vigilada de la cual no volverían a salir.
Cuatro burgueses aparecen como el eje central de las películas y tiene un único fin:
satisfacer sus apetitos sexuales a partir de vejámenes realizados a los jóvenes
secuestrados.

En un principio a los jóvenes se les informa acerca de las leyes y normas que deben
cumplir dentro de la mansión (aquí vemos un claro ejemplo de lo que es el poder a través
de los que se debe y de lo que no se debe hacer, si la respuesta es negativa, esto acarrea
unas sanciones que en el caso más drástico será la muerte).
Luego aparecen unas mujeres prostitutas que trabajan para los sanguinarios hombres,
estás tiene un papel importante en la historia. Su trabajo consistía relatar experiencias
sexuales propias vividas con sus clientes, todo esto con el objetivo alimentar a través de
las representaciones narradas el deseo sexuales de los cuatros hombres y para
insensibilizar a los jóvenes acerca de temas sexuales.

Los cuatros sanguinarios eran fascistas (ideología estatal totalitaria), se consideraban


como los únicos y verdaderos anarquistas, la cual es la única fuente de poder. Eran
sadistas, disfrutan al ver como los jóvenes eran azotados sexualmente, el llanto de los
jóvenes les generaba placer, eran sometidos a torturas físicas: les quemaban los
genitales, violaciones, torturas y muerte.
Eran tratados como perros, amarrados a unas cadenas, obligados a comer en cuatro
patas, los jóvenes habían sido abstenidos de defecar privadamente para luego obligarlos
a realizar coprofagia.

Los cuatros hombres representaban el poder, los jóvenes representaban la sumisión del
pueblo, los jóvenes estaban atrapados dentro de un estado de autoridad, dominio y
mando; dentro del cual ellos pasaron de ser personas a ser objetos de los cuales podían
disponer de lo quisieran a satisfacerse. Las victimas (jóvenes) actuaban sin valor,
cabizbajos y sometidos a las burlas, las manías y a la voluntad de sus victimarios.
Todas estas acciones adversas, hacía que los jóvenes tuvieran una tendencia a anular su
personalidad debido a los consecuencias que generaban tales maltratos.

Ahora vayamos a otra práctica del poder, también con jóvenes, pero esta vez no en Italia,
pero si en Alemania. Este film llamado Die Welle (La Ola) nos cuenta la historia de cómo
un profesor quiere enseñar acerca de la autocracia (régimen político en el cual una sola
persona o grupo gobierna), y para ello utilizó un experimento muy práctico, el cual
consistía en que los estudiantes debían integrar un grupo colectivo con unos
determinadas ideologías y el profesor era el líder del grupo. Al principio era escépticos de
que ese tipo de sistema de gobierno pusiera prosperar en la actualidad.

Es allí donde el profesor comienza a manipularlos a través de un discurso y de acciones


propias de un sistema autócrata. Con el trascurrir de los días, los estudiantes fueron
adentrando tales ideas y cambiaron sus pensamientos individuales a colectivos, en donde
todos iban en una misma dirección y buscaban el bien común del grupo.

Pero lo que comenzó como una unidad, terminó siendo un problema real. Los jóvenes se
tomaron tan en serio su papel dentro del grupo que ya sus actos no eran apropiados
(realizaban actos vandálicos con el fin de promulgar el grupo) y el profesor no fue capaz
de controlar a los que tenían intereses propios y estaban influenciando a los demás
integrantes del grupo.

Los individuos que pertenecían a La Ola, tenían características en común, tenían un solo
líder, todos de alguna forma tenían molestias sociales, sienten solos, incomprendidos, sin
motivación, sin ideales por los que luchar, con una familia que no les presta atención,
carecía de personalidad y dentro del grupo encontraron identidad y sentían útiles, ya que
ahí debían cumplir funciones.

Encontramos también la importancia del poder y del discurso. Debido a que gracias a la
retórica utilizada por el profesor pudo ganar los adeptos e inducirlos a seguir las
ideologías de un líder y el poder lo ganó gracias a la manipulación al convencimiento de
las características de la autocracia: que intenta por todos los medios manipular la opinión
pública, mintiendo y falseando la realidad para lograr perpetuarse en el poder.

De esta manera, ambas películas tanto Saló y Die Welle nos representan la jerarquía del
poder a través de un discurso y una normalización (leyes); las victimas deben estar
sujetas a la voluntad de los victimarios, estos moldean su identidad y su forma de pensar
(como lo vemos en Die Welle) o los victimarios obligan y someten a sus víctimas según
sus pretensiones (es lo que pasa en Saló).

BIBLIOGRAFIA

Die Welle, Dennis Gansel, 2008.

Saló o los 120 días de Sodoma, Pier Paolo Pasolini, 1975.

http://www.historiasiglo20.org/

http://www.cineypsicologia.com/2012/07/la-ola-el-yo-y-la-psicologia-de-masas.html

También podría gustarte