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SPOTA, conceptúa el contrato diciendo que existe cesión de derechos cuando

una de las partes (el cedente) se obliga frente a la otra parte (el cesionario)
mediante una contraprestación que ésta debe efectuar o aún sin contraprestación,
es decir, a título gratuito, a transmitir un derecho patrimonial ("bienes" en sentido
estricto, aun comprendiendo universalidades jurídicas y derechos reales que no
constituyen dominio o condominio). Ello, en tanto el ordenamiento jurídico o la
convención no hayan prohibido total o parcialmente este negocio jurídico de
disposición que asume, en su etapa de cumplimiento, el carácter de negocio
transmisivo de derechos con eficacia frente a terceros en virtud de notificación por
acto público al deudor cedido (tratándose de créditos).

Nosotros definimos la cesión de derechos como el contrato por el cual una parte
—titular del derecho— transfiere a la otra, que acepta, a título oneroso o gratuito,
un objeto incorporal, debiendo notificarse al deudor cedido para ser oponible a
terceros.

Las partes son el cedente que es quien transfiere el derecho y, por otro lado, el
cesionario que es quien recibe el objeto incorporal y deberá abonar el precio de
resultar el contrato oneroso.

Corresponde aclarar que tratándose de la transmisión de créditos surgirá la


figura del deudor del derecho que se cede. Dicho sujeto conocido como deudor
cedido o debitor cesus, no constituye parte del contrato sino un simple tercero
interesado. En consecuencia, resulta totalmente irrelevante su posición u opinión
respecto del negocio que involucra la transmisión de un crédito.

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