Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La cultura en sentido antropológico
Aproximación al concepto de Cultura
Autor: Alberto Rafael Moreno Urribarry.
El concepto de Cultura:
La Antropología es la primera disciplina que se apropia para sí a la cultura como objeto de estudio y las
proposiciones y definiciones generadas en su seno, todavía tiñen fuertemente todo el discurso del análisis
cultural.Hoy en día, dicha discusión ha sobrepasado el ámbito netamente antropológico y disciplinas como la
Sociología, Lingüística, Psicoanálisis, Comunicación, por nombrar algunas, aportan elementos sustanciales para
descifrar la dinámica cultural mundial.Pero más que asumir conocimientos conceptuales se
hace imprescindible la aplicabilidad de los mismos en la realidad.Es decir, la manera cómo se puede hacer
lecturas a los hechos sociales a partir de las propuestas teóricas que sobre el concepto de cultura existen hoy día.
Posiciones teóricas sobre el concepto de Cultura.
Monismo Cultural o Etnocentrismo
Las primeras nociones que se tienen de discusiones teóricas sobre el manejo de la cultura provienen del
siglo XIX. Las propuestas de Darwin para entender de manera evolutiva la presencia del hombre sobre la tierra
con su Teoría de la Evolución de las Especies generó en Lewis Morgan su teoría de la evolución de las
sociedades. La teoría de Morgan postulaba que la humanidad evoluciona siguiendo el impulso del
progreso, y que la historia humana podía ser clasificada en tres (3) grandes etapas: Salvajismo, Barbarie y
Civilización. Esta última sería tope de la evolución y estaría representada por aquellas sociedades que
marchaban a la cabeza del desarrollo del Capitalismo (entiéndase EE.UU., Inglaterra, Francia y algunos otros
países europeos). De esta manera va apareciendo una tendencia a entender que existen grupos superiores e
inferiores hasta el punto de considerar un monismo cultural que conlleva a un etnocentrismo entendido
éste como la consideración de una etnia central que se hace hegemónica sobre las demás, al punto de
desconocer la existencia de aquellas que no provengan de ésta en cuanto a procesos de difusión. Tal fue, como
es sabido, la visión monista de la cultura defendida por la escuela del llamado difusionismo radical, de Sir
Grafton Elliot Smith, o de William James Perry (TheChildren of the Sun, 1923).
Ser acusado de etnocentrista es tanto, prácticamente, como ser acusado de intolerante,
intransigente, arcaico, racista, violentador de los derechos humanos e ignorante del ABC de la
Antropología moderna, caracterizada ad hoc precisamente como disciplina constituida desde la
perspectiva del pluralismo o del relativismo cultural. El monismo cultural (prácticamente el
etnocentrismo, si dejamos de lado, de momento, los intentos de crear una «cultura universal» obtenida por
refundición de todas las esferas culturales) es, sin duda, sin necesidad de ser denominada de este modo,
la perspectiva más tradicional, sin perjuicio de las interpretaciones del principio de la homomensura de
Protágoras –«el hombre es la medida de todas las cosas»– como un hombre moldeado por cada cultura.
Como ejemplo de etnocentrismo tendríamos un aleccionador episodio relatado por Fray Ramón Pané en 1498 “…
tiraron las imágenes al suelo y las cubrieron de tierra y después orinaron encima,
diciendo: ahora serán buenos y grandes tus frutos… lo cual, sabido de ellos, dejaron lo que hacían y
corrieron gritando a darle conocimiento a don Bartolomé Colón (….) éste, como lugarteniente del
virrey y gobernador de las islas, formó proceso contra los malhechores y, sabida la verdad, los hizo
quemar públicamente” (pps 5354). Los indígenas tomaron las imágenes religiosas que
había dejado el mencionado fraile y las enterraron, como solían hacer con sus propios ídolos, en una
ofrenda para que la tierra fecunde. Es decir, honraron a las imágenes en gesto de sincretismo religioso, y
por este acto de fe fueron quemados como pena suprema. Este episodio, que pudo ser práctica
común en la América colonizada, es una clara muestra de la concepción etnocentrista con la cual
1
el europeo ha juzgado a América. El concepto de etnocentrismo o monismo cultural,
generado en las ciencias antropológicas, es la actitud de un grupo humano que se coloca como
centro alrededor del cual gira el mundo. Dicho grupo valoriza positivamente sus relaciones y
particularismos, cree en su superioridad y menosprecia o niega los valores de las culturas
diferentes a la suya. Maneja términos como superior, inferior, cultos, incultos entre otros.
El Etnocentrismo puede ser presentado y «justificado» a partir de tres concepciones bien distintas:
La primera quiere mantenerse en el terreno de los hechos, es decir, al margen de los juicios de valor.
Si sólo cabe hablar de una esfera cultural de referencia, de la cual todas las demás fuesen
reflejos o incluso degeneraciones, es porque todas las esferas culturales realmente existentes en la
tierra habrían sido originadas por una cultura originaria, y serían como pulsaciones de esa cultura
madre, identificada con la cultura egipcia. Tal fue, como es sabido, la visión monista de la cultura
defendida por la escuela difusionista. La segunda no duda reivindicar el monismo
cultural, pero en nombre, no ya de realidades que acaso sólo están demostradas por una ciencia
ficción, sino en nombre de unos valores, no ya pretéritos sino futuros, que se imponen desde una
esfera cultural dada a quien se identifica con ella. Para Pericles o para Platón los valores de la
«paideia» (o cultura griega) eran los únicos valores que podían oponerse a los pueblos bárbaros; para
los españoles que entraron en América los valores cristianos (que no solamente eran valores religiosos,
sino también morales, éticos, ceremoniales, políticos, artísticos), solían ser vistos como los
únicos valores que debían prevalecer sobre los dioses bárbaros, inspirados por el diablo; para la
mayor parte de los científicos e ingenieros occidentales (y no sólo los de la época positivista),
los valores de la «cultura occidental» (que comprende tanto los valores científicos como los
valores democráticos) serán los únicos valores que pueden ser aceptados y que deben ser ofrecidos a
los demás pueblos; dentro de esta misma perspectiva Richard Rorty ha defendido
recientemente la necesidad de asumir la posición «etnocentrista» en todo cuanto concierne a los
valores de verdad y a otros criterios propios de nuestra cultura. La tercera manera de entender y justificar el
etnocentrismo es a partir de la Resistencia Cultural. Es decir, todo grupo humano, ante la presencia
dominadora y dominante de otro grupo, intenta colocar su propia cultura como más importante y
válida (caso de Movimiento Zapatista en Chiapas). Este tipo de etnocentrismo, aunque no común,
podría aceptarse como práctica para la defensa de una cultura pero sin caer en extremos que conlleven
al establecimiento de un etnocentrismo extremo que atente contra otras culturas.
Funcionalismo
Como escuelas antropológicas posteriores al «evolucionismo» tenemos las escuelas
funcionalistas (representadas por BronislawMalinowski) y después, en algunas variables del
estructuralismo (representadas por Claude Levi-Strauss). Tal como lo expresa González O, E. ( 1997).
“Con la afirmación de que todas las culturas son funcionales, se
plantea el hecho que cada grupo humano genera acciones culturales que aseguran la satisfacción de determinadas
necesidades colectivas.
Por lo consiguiente, no podrían establecer patrones de comparación entre diferentes culturas sobre la base
de demostrar la superioridad o inferioridad de algunas de ellas, yaque cada cultura está conformada por un conjunto
de respuestasajustadas a sus propias necesidades. Y lo observable en una cultura, es ver el grado de satisfacción de
esas necesidades que se obtienen a través de las respuestas que ejecuta y no si dichas acciones se parecen a las más
o menos realizadas por otras sociedades, para así establecer criterios de progreso según se asemejen o diferencien
de la cultura de la sociedad tomada como modelo a seguir” (pags 125126). Autores como Malinowski y Radcliffe-
Brown, consideran la cultura como un sistema bien equilibrado de partes separadas que contribuyen a la
estabilidad de una estructura social. Términos como cultura o estructura son inevitablemente expedientes
heurísticos, simples formas de contemplar los hechos, y por eso como mejor puede captarse su
sentido es estudiando el uso que de ellos se hace en el análisis de los datos. Para Malinowski, a partir
2
de su estudio sobre las Islas Trobriand, el concepto de cultura es un microcosmos tribal concebido como
un todo, indiviso, que funciona. La concepción funcionalista de la cultura nos lleva a
entender que cada parte integrante de la sociedad debe cumplir “funciones” que contribuyan al
mantenimiento del equilibrio de la estructura. De esta manera, todo aquel que se salga de lo
establecido es considerado como “disfuncional”, como perturbador del equilibrio y debe ser llamado a
un orden para el logro de un progreso. Desde la perspectiva comunicacional, se entendería la cultura
como creación masificada (cultura de masas) donde deben existir emisores y receptores, cada quien
cumpliendo con su rol con la finalidad de determinar los efectos que en éstos últimos produce el
mensaje. Como algo lógico, se entenderá que existen culturas superiores (emisores) e inferiores (receptores).
Con el surgimiento del estructuralismo como ciencia que describe y explica los fenómenos sociales desde el
punto de vista de un sistema de razonamiento que vincula una parte con el todo y una parte con la otra
como entidades en funcionamiento; comienzan a unificarse criterios para entender los términos de
“función” y “estructura” como inseparables paraentender el sistema social. Las nuevas tendencias nos
llevan a hablar de posiciones estructuralfuncionales o funcional estructurales, debido a que se hace
difícil separar ambas tendencias en consideración a los aspectos similares que las unen como teorías.
Relativismo Cultural
Multiculturalismo
Hablar de multiculturalismo es dejar atrás concepciones absolutistas de la cultura como el
monismo cultural o etnocentrismo y el funcionalismo; pero también es ampliar los criterios
relativistas que podrían llevarnos a darle exagerada importancia a las particularidades culturales a punto
de caer en peligrosas concepciones igualitarias de la cultura. Multiculturalidad es sinónimo de diversidad
cultural, entendida ésta como el hecho de la pluralidad cultural en su sentido más descriptivo, e
indica que diversas culturas coexisten en un mismo espacio público. La diversidad cultural incluye, de
hecho, interrelaciones tanto conflictivas como no conflictivas o de intercambio entre las culturas.
En cualquier caso, ante la diversidad cultural son posibles dos clases generales de comportamientos
sociales, los cuales incluyen sus respectivos patrones políticos, morales y religiosos. En un primer bloque
encontramos el monoculturalismo, equivalente a la concepción homogeneizadora de la diversidad cultural.
Sus patrones son esencialistas: la cultura es una e indivisible, o se reduce, en último término a lo dicho.
Esta concepción se traduce en políticas de ignorancia de la diversidad cultural, o incluso en su explícita
negación. La alternativa a esto es el multiculturalismo. Es la concepción que adopta el principio del Pluralismo,
no del Monismo, el de la unidad esencial, este último, en la comprensión y el tratamiento de la diversidad cultural.
El multiculturalismo se traduce en políticas de reconocimiento y promoción de esta diversidad. Sin
embargo, con esto todavía hemos dicho muy poco. Hay que afirmar, a continuación, que el multiculturalismo se
subdivide, al menos, en dos comportamientos generales; uno es el diferencialismo. Con ello, el
reconocimiento de la diversidad se hace subrayando las diferencias culturales y las perspectivas unilaterales
desde cada una de ellas. Incluye las llamadas "políticas de la identidad cultural". Con esta posición, de la
realidad de la cultura avanzó un paso mas hasta concluir que la característica esencial de las culturas
son sus diferencias entre si. Y estas diferencias están en la misma base de las sociedades; a diferentes
necesidades, contextos históricosociales, situaciones geográficas, etc, solo pueden corresponderle diferentes
culturas. Esto produjo una afirmación cuyo contenido es de suma importancia para aquellos pueblos que
luchan por su liberación nacional contra el colonialismo: todos los pueblos crean sus propias culturas y todas sus
4
culturas obtienen su validez de la sociedad que las crea, por lo tanto, todas las culturas tienen derecho a ser
diferentes. Pero el otro comportamiento general es el interculturalismo. Aquí, el reconocimiento de la
diversidad se hace admitiendo las semejanzas, a pesar de las diferencias, y poniendo énfasis en la reciprocidad
entre las culturas. No hace falta decir que incluye las "políticas del intercambio cultural". En el primer caso, el
del diferencialismo, hemos optado por un pluralismo filosófico de signo atomista y que desemboca en el
relativismo, en el sentido más fuerte del término. En el segundo caso, en cambio, adoptamos un pluralismo
integrativo, que a pesar de aceptar el relativismo en la cultura, se incluye dentro del marco del universalismo.
Éste, el interculturalismo, representa un multiculturalismo integrado, no diferenciado ni
exclusivo, como es, en contraste, el anterior. Los dos multiculturalismos se basan en criterios
ontológicos, epistemológicos y axiológicos es decir, estos últimos, morales bien distintos, tal y como
vemos. Incluso generan imágenes y metáforas del mundo bien diferentes. El diferencialismo puede llegar
a hacer de la Identidad y de la Diversidad unos mitos. El interculturalismo, por su lado, los puede llegar a
hacer de la Globalidad y del mismo Mestizaje Cultural. Pero entre la interculturalidad y el resto de opciones
posibles del pluralismo cultural, siempre actúa a favor del primero un criterio básico y distintivo: que las
culturas nunca son "impermeables" unas con las otras, es decir, nunca son inconmensurables entre sí, y que
por tanto siempre hay, o debemos saber encontrar, algún punto u otro en que son comparables. La ciencia
continúa encargándose de descubrir estos puntos comunes, y la ética intercultural, más allá de las
fronteras, es la solicitada para desarrollarlos.
Dinámica Cultural
La dinámica mundial está signada por procesos culturales que nos muestran cómo se “mueve” o
“circula” la cultura en las diferentes sociedades. Los procesos de dominación de sectores hegemónicos se
hacen cada vez más presentes en todo quehacer humano. En tal sentido es necesario determinar el tipo
de proceso que se daría dependiendo de la respuesta que dé el grupo dominado en esta situación dialéctica.
Al respecto González E. (1977) señala. “Entendemos como Dinámica cultural de las sociedades Estado-
nación: la Transculturación (entendida literalmente como transporte de culturas)
permanentemente presente en las sociedades tanto hacia su interior como hacia su exterior, la cual adopta
dos modalidades básicas: Aculturación y Conculturación. (p.145) El concepto de transculturación fue acuñado por el
antropólogo cubano Fernando Ortiz (1940). Este término se refiere al proceso que ocurre cuando dos o más
culturas comparten y mezclan las cosas de sus culturas. Al respecto, Ortiz(1940) señala
“Entendemos que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una
cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una distinta cultura, [que es la aculturación],
sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o el desarraigo de una cultura precedente, lo
que pudiera decirse de una parcial deculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos
fenómenos culturales que pudieran denominarse de neoculturación (. . .) En toda mezcla de culturas sucede lo
que en la cópula genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero
también siempre es distinta de cada uno de los dos. En conjunto, el proceso es una transculturación y este
vocablo comprende todas las fases de su parábola." (Ortiz, p. 103)Según Ortiz, la transculturación es un conjunto de
transmutaciones constantes; es creadora y jamás acabada; es irreversible. Siempre es un proceso en el
cual se da algo a cambio de lo que se recibe: las dos partes de la ecuación son modificadas. Emerge de ella
una nueva realidad, que no es un mosaico de caracteres, sino un fenómeno nuevo, original e independiente
Cuando se trata de cultura o de identidades culturales, el término transculturación es más adaptado que
cualquier otro al contexto americano, porque la idea de un simple fenómeno de Deculturación (eliminación de
cultura) y aculturación (imposición de cultura) es prácticamente inaplicable en las diversas sociedades
del continente, considerando la dimensión continental de las situaciones y los asuntos relacionados con los
movimientos demográficos y migratorios, el desquiciamiento de las fronteras nacionales, así como
la circulación mediática de la información y de los productos culturales tanto internacionales como locales
Entonces, Aculturación, podría significar el proceso por el cual, utilizando la fuerza militar, económica,
5
ideológica, etc., un grupo determinado culturalmente, impone sus valores a otra cultura que se ve y siente
diferente. Deculturación, como proceso pre o post aculturación significaría entonces, minimizar, degradar,
desvalorizar, negar o suplantar, por parte de un grupo dominante, la cultura de los dominados con el afán de
reducirlo a su mínima expresión y quitarle legitimidad al sistema cultural de un pueblo, con el objeto de
controlarlo o explotarlo por ser diferente. Cuando se asume un convenimiento de intercambio de
sentido y significación entre e intra grupos sociales cuyo objetivo sea el enriquecimiento mutuo de la
personalidad de los sujetos sociales involucrados,
estaremos hablando de Conculturación o Asimilación ; es decir un encuentro que genere un enriquecimiento
de la cultura sin la previa pérdida de ésta por procesos de aculturación y deculturación. Es una toma voluntaria
y espontánea de aquellos elementos culturales que sean beneficiosos para el colectivo.
Publicado por Alberto Moreno Urribarry en 14:16 Referencias bibliográficas
González O. E. (1997) Algunas observaciones al uso del concepto de cultura en al antropología. En Diez Ensayos
sobre cultura venezolana. Tropykos, Caracas González O. E. (1992) Ensayos sobre la cultura urbana
caraqueña.. CISCUVE, Caracas Ortiz, F. (1940). Introducción al Contrapunteo Cubano del
tabaco y el azúcar. Estudios Afrocubanos Habana Pané, R. (1977). Relación acerca de las antigüedades de los
indios. Edic. UCO. México Fuentes electrónicas recomendadas
http://www.revele.com.ve//pdf/revista_ininco/vol2 n3/pag78.pdf
http://www.nodulo.org/ec/2002/n008p13.htmhttp://www.pcb.ub.es/eticaintercultural/esp/articles.htm
Lectura Básica recomendada González O. E. (1997) Algunas observaciones al uso del
concepto de cultura en al antropología. En Diez Ensayos sobre cultura venezolana. Tropykos, Caracas