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Discriminación racial en los pueblos indígenas

Los pueblos indígenas desde tiempos remotos siempre han sido víctimas
del olvido y la discriminación social pues como bien es sabido la misma
sociedad se ha encargado de manchar la reputación de estos, generando
así que las personas pertenecientes a comunidades étnicas sean
excluidas o tachadas de ciertos espacios por sus rasgos físicos,
culturales entre otros. Es por ello que en la actualidad y gracias a las
luchas incesables e históricas por parte de los indígenas los gobiernos se
han dado a la tarea de tomar las acciones pertinentes para proporcionar
igualdad, equidad, inclusión y no discriminación a los pueblos
indígenas.
En Colombia las principales víctimas de la discriminación racial y el
racismo son los miembros de los pueblos étnicos (indígenas
afrodescendientes), debido a que han sido muchos los factores de
exclusión y marginalidad en los que se encuentran los pueblos
indígenas, a eso hay que añadirle la precaria situación de garantía de los
derechos de los pueblos indígenas, contexto que revela la existencia y
persistencia del racismo en Colombia.
La finalidad de esta investigación, es presentar los principales problemas
de racismo que afectan a los pueblos y comunidades indígenas,
abarcando la problemática desde tiempos históricos y conociendo la
trascendencia de este al pasar los años hasta llegar al instante actual en
el que nos encontramos. De igual forma se brindará información sobre
la discriminación en el ámbito nacional de Colombia así como también
las medidas que se han tomado para contener esta preocupante
temática en el país.
El término discriminación, en su acepción más extensa, significa ofrecer
a una persona un trato desigual, con base en motivaciones raciales,
políticas o religiosas, entre otras. Este término surge en el léxico de los
organismos de todo el mundo a fines de los años ochenta y se define
basado en diferentes artefactos, que proscriben esta manera de
desconocimiento de los derechos primordiales de los individuos. En
Colombia, las reflexiones sobre la discriminación estuvieron
estrechamente relacionadas al asunto del derecho a el equilibrio, la que
a su momento, es reconocida en la Constitución de 1991 no únicamente
como un derecho sino además como un costo y un inicio; basado en
este reconocimiento, el Artículo 13 consagra: “Todas los individuos
nacen libres y equivalentes frente a la ley, recibirán la misma custodia y
trato de las autoridades y disfrutarán de los mismos derechos,
libertades y oportunidades sin ni una discriminación por causas de sexo,
raza, origen nacional o familiar, lengua, creencia, crítica política o
filosófica”. Más adelante, una de las sentencias de la Corte
Constitucional precisó la definición de discriminación agregando que el
carácter de un comportamiento, reacción o trato discriminatorio podía
ser consciente o inconsciente (Defensoría del pueblo, 2005).
A pesar de los avances regulatorios en Colombia, el tema de la
discriminación ha sido objeto de debates políticos y científicos
recientemente. El reconocimiento político del problema de la
discriminación y la creciente importancia del espacio público es bastante
nuevo. Igual de actual es la referencia a la falta de conciencia pública y
al desconocimiento generalizado de las deficiencias, pero también de los
derechos de los grupos y grupos de población discriminados. Y la
acusación contra estos grupos de no defender activamente sus derechos
en el espacio público o de carecer de capacidad organizativa para exigir
el cumplimiento de las leyes aplicables en este sentido, aún no tiene
precedentes.
Del mismo modo, es viable mirar en los últimos años el surgimiento de
una inquietud, fundamentalmente inexistente hasta ahora, y es la de
aunar tanto los esfuerzos como las distintas maneras organizativas de
los diversos equipos, poblaciones y sectores discriminados, que hasta el
presente han actuado en forma bastante aislada. No obstante, podría
asegurarse a partir de una visión histórica que la discriminación no es
un asunto nuevo ni en el debate ni en las actividades políticas. La
discriminación encuentra su origen en la prolongación y permanencia de
ciertas representaciones sociales y culturales negativas sobre esos que
como colectivo, se han percibido como “diferentes” y estuvieron
excluidos del cabal ejercicio de su ciudadanía por causas históricas,
sociales o culturales. Varios estudios han mostrado que el plan de
creación de la país de Colombia, que tuvo lugar al proceso de Libertad,
nombró un papel subordinado a los pueblos no de Europa, a las féminas
y a los equipos vulnerables, y excluyó a los que no se adecuaban a las
propiedades del varón “blanco”, dueño, heterosexual y sin
discapacidades. Por igual, varios trabajos de indagación han señalado
que durante bastante más de un siglo dichos diversos colectivos y
especialmente las damas, los nativos y los afrodescendientes han
librado batallas bastante relevantes con sus especificidades en contra de
las limitaciones de sus derechos y de las exclusiones de las que fueron
objeto.
De acuerdo con el programa de justicia universal y derechos humanos el
estado de Colombia ratifico la convención Mundial sobre la Supresión de
cada una de las Maneras de Discriminación Racial (CIEDR) en 1981, por
medio de la ley 22 del mismo año. Bastante más de un cuarto de siglo
luego, la utilización de las actividades a las que se obligó el Estado es
una labor pendiente. En impacto, como se verá durante este informe,
las políticas y ocupaciones del Estado contra la discriminación racial
fueron tímidas e intermitentes y han respondido más a las presiones de
la sociedad civil y los organismos de todo el mundo de derechos
humanos que a unas arraigadas prácticas de discriminación racial en el
territorio.
Según el censo llevado a cabo por el Departamento Nacional de
Estadística (DANE), en Colombia hay 87 pueblos nativos, que cuentan
con una población que sube a alrededor de 1.400.000 pobladores, los
cuales representan el 3,3% poblacional nacional. Por su lado, la
Autoridad Nacional de Régimen Indígena (ONIC), asegura que en
Colombia habitan 102 pueblos nativos nativos, 15 de los cuales todavía
no fueron identificados por el Estado de Colombia. Aun cuando se puede
descubrir población indígena durante todo el territorio nacional, hay
regiones en las cuales existe una alta densidad demográfica,
constituyendo casi la mitad poblacional de ciertos apartamentos.

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