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A ti, querido lector, que te acercas a este libro como quien se acerca al manantial para calmar

la sed, a ti está dedicado este libro; porque sabes que la palabra es capaz de ingresar a tu más
recóndito ser y cambiar tu camino, porque sabes que en cada historia se esconde esa luz que
te falta para caminar sin dudas por la vida.

A ustedes, queridísimos hijos: Santhyago, Esteban, Tamya y Edgar, porque a través de sus
pasos no solo caminan ustedes, también lo hago yo…

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