SALDVIE n.

º 18 2018
pp. 223-230

Restos celtibéricos y de la Primera

Edad del Hierro Tardía en el entorno
de la iglesia de Santa María
y plaza del Dance de Tauste (Zaragoza)
Fco. Javier Gutiérrez González

Resumen
Los resultados de una catas comprobatorias del potencial arqueológico de la zona. Se ha confirmado la conser-
vación de niveles de vivienda celtibéricos de los siglos III-II a. C. que se asientan sobre niveles de colmatación de
derrumbes de ocupación de los siglos V-IV a. C., probablemente redepositados por erosión pluvial. Esto confirma
la existencia de un poblado en el entorno de la Iglesia de Santa María y plaza del Dance de Tauste tanto en la
Edad del Hierro I Tardío, como en la fase del Celtibérico pleno hasta la llegada de la conquista romana.

Palabras clave: Celtibérico, Primera y Segunda Edad del Hierro, conquista romana, Tauste (Zaragoza).

Abstract
The results of the trial archaeological excavation have confirmed the conservation of celtiberic household levels of
the III-II BC centuries, that are leveled over collapses of occupation of the V-IV BC centuries, probably redeposited
by rain erosion. This confirms the existence of a settlement in the surroundings of the Church of Santa María and
the Dance Square of Tauste both in the Late Iron Age I, as in the phase of full Celtiberian until the arrival of the
Roman conquest.

Keywords: Celtiberian, Iron Age I and Iron Age II, Roman conquest, Tauste (Zaragoza).

Tras el encargo por parte del ayuntamiento de
Tauste, en junio de 2018 realicé unas catas (Expte.
121/2018 de DGA), comprobatorias del potencial
arqueológico de dos solares de propiedad municipal
situados, uno al Oeste de la plaza del Dance, tras la
iglesia de Santa María, concretamente en el número 7
de la plaza del Dance, y un segundo solar, situado al
Este de la plaza del Dance y al Noreste de la citada
iglesia, aún sin denominación concreta (antigua calle
Conget); todo ello dentro de la preparación de la
reforma general de la plaza y concretamente de los
solares que albergarán unas futuras instalaciones cul-
turales y museísticas.
El principal objetivo científico de esta intervención
ha sido comprobar el devenir histórico-cronológico
de la zona más alta del centro histórico de Tauste, de
su inicio y de las diversas fases de ocupación. Para
ello se propuso la realización de catas en el espacio
disponible.
Los restos hallados con la Cata 1 en la calle Dance
7 corresponden a instalaciones de época contemporá-
nea, por lo que en este artículo no hago referencia a
ellos, aunque pueden consultarse en el Boletín de la
Asociación Cultural el Patiaz nº 39 de junio de 2019.
En el solar al noreste de la Iglesia de Santa María no
se piensa realizar ninguna remoción del sino rellenar
para unificar la cota de suelo con la más alta de la plaza
del Dance. Sin embargo, el ayuntamiento de Tauste
tuvo a bien realizar una investigación del potencial
arqueológico del subsuelo, en acuerdo con José Manuel
Mazadiego, arquitecto director del Proyecto. Las catas
se realizaron buscando el mayor conocimiento del
224 FCO. JAVIER GUTIÉRREZ GONZÁLEZ

terreno y adaptando a los resultados de cada una de

Figura 1. Plano de ubicación de Tauste y el entorno de la
Iglesia de Santa María
ellas al planteamiento de la siguiente, así como al
tapado de aquellos restos de interés arqueológico para
su protección, mediante geotextil y capa de gravilla de
10-12 mm hasta la cumbrera de los restos y posterior-
mente con el propio relleno previamente vaciado.
La Cata 2 tuvo unas dimensiones de 3 x 3 m y loca-
lizó restos celtibéricos del siglo III a la primera mitad
del siglo II a.C. a unos 2,50/3,00 m bajo la cota actual
del solar en ese punto.
La parte superior es un potente nivel de escombro
constructivo de época moderna y contemporánea que
llega justo hasta el comienzo del nivel de derrumbe de
la estancia prehistórica. Estas construcciones perfora-
ron el nivel de derrumbe antiguo hasta la cota que les
fue necesaria para preparar sus suelos, aunque, por lo
visto aquí, estos suelos modernos llegaron sólo a los
rellenos generados por el derrumbe de los muros de
tapial de margas, mezclado con puntos de carbonci-
llos y cerámica; en cambio, los pilares de ladrillo loca-
lizados bajan algo más y si afectaron a las construc-
ciones celtibéricas.

Figura 2. Parcelario de la antigua calle Conget, con catas y restos localizados.

 Restos celtibéricos y de la Primera Edad del Hierro Tardía en el entorno de la iglesia de Santa María y plaza del Dance de Tauste 225

Figura 3. Vista general de la Cata 2 desde el Sur

El muro localizado tiene sentido este-oeste. Está

compuesto de una sola línea de piedras de yeso tos-
camente careadas unidas con la propia tierra natural
arcillosa. Se ha conservado una segunda hilada en la
parte este del mismo. Su anchura es de 45 cm, si bien
en su parte oeste se engrosa, quizá porque en ese
punto girase hacia el sur; aunque se encuentra per-
dido desde allí. Su longitud conservada es de 2,62 m.
No hemos localizado zanja de construcción. Por
debajo de su cota de base _265,77 m snm_ realiza-
mos una cata mecánica para indagar los niveles infe-
riores hasta los 264,50 m snm, sin que localizásemos
material arqueológico pero sí restos de carboncillos de
origen probablemente antrópico. En el nivel de cons-
trucción del muro, bajo el suelo celtibérico, sí hallamos
cerámica celtibérica a torno de mesa, de almacén oxi-
dante y un fragmento de cerámica romana de Barniz
Negro tipo A. Destacan en cerámica de mesa un borde
cuenco, otro de pequeña orza de cuello corto y panza
globular y un hombro con tres molduras, todos en
pasta beige claro, así como un borde invasado de
dolium. De pasta gris hallamos un hombro y cuello de Figura 4. Cerámicas localizadas en el nivel de construcción
olla de cocina. del suelo y muro celtibéricos, Cata 2
226 FCO. JAVIER GUTIÉRREZ GONZÁLEZ
El material mueble localizado en el derrumbe sobre
el suelo celtibérico descrito ha consistido principal-
mente en cerámica de almacenaje y mesa a torno oxi-
dante y cerámica de cocina de desgrasantes blancos
gruesos; las primeras bien alisadas en general y las
segundas habitualmente bien bruñidas. Destaca un
hombro de posible crateriforme de pasta beige blanda
y decantada. Se ha localizado también dos fragmen-
tos de cerámica romana de Barniz Negro y pasta roja
tipo A y un pivote de ánfora de procedencia itálica de
4,5 cm de diámetro y pasta rosácea con puntos negros.
La Cata 3 tuvo unas dimensiones de 9,30 x 3,50 m.
Tras concluir la cata 2 planteamos esta cata como un
medio de localizar el nivel natural a lo largo de todo el
solar, en especial al haber comprobado la gran dife-
rencia de cota entre el solar de la calle Conget 7. El
resultado ha sido que el nivel natural de margas yesí-
feras se encuentra a cota de la superficie actual en la
zona Oeste de esta cata 3, concretamente a escasos
centímetros del relleno actual de grava industrial ver-
tido tras una reciente explanación. Mientras, en la
parte Este de la cata ese mismo nivel natural llega a un
metro menos de altura, exactamente a 267,59 m snm.
Sin embargo, no podemos estar seguros de que esta
cota no sea de origen antrópico, es decir, que se reba-
jase en algún momento la superficie natural, por el
motivo que fuese. Además de localizar los muros
medianeros de las edificaciones contemporáneas,
detectamos restos de instalaciones de transformación
agrícola propias de la época moderna.
La Cata 4 tuvo 3,40 x 2,75 m y se planteó para
localizar el escarpe que el nivel natural presenta en
esta zona, entre las Catas 2 y 3: El mismo objetivo tuvo
la Cata 5 que culminó la presente campaña de investi-
gación arqueológica. En esta cata 4 no se ha locali-
zado con seguridad la roca natural, ya que _debido a
la profundidad alcanzada y por motivos de seguridad_,
no se bajó más allá de los 4,50 m de profundidad bajo
la cota actual del terreno, lo que significó alcanzar los
263,05 m snm. Sin embargo, me inclino a pensar que
las últimas decenas de centímetros extraídos corres-
ponden ya a niveles de aluvión sin partículas antrópi-
cas. Sin embargo, por encima de ellas, y hasta una
cota media de 265,45 m snm hay metro y medio de
varias capas de rellenos de aluvión que sí albergan
cerámicas, huesos (escasos), fragmentos de adobes
quemados y abundantes carbones. Estas capas tie-
nen tendencia a buzar hacia el sureste: en los dos
metros de anchura excavados en planta su cota des-
ciende hasta treinta centímetros de NO a SE. Debie-
ron formarse con sucesivas tormentas que arrastraron
los niveles de ocupación de un poblado que se situaría
en las inmediaciones, algo más alto claro está; pero no
podemos saber en este momento si se encontraba en
uso y eran desechos de basurero o el hábitat había
sido ya abandonado y los fenómenos meteorológicos
fueron erosionando las ruinas de las viviendas prehis-
tóricas, de forma que lo niveles que ahora encontra-
mos pueden haber mezclado materiales de fases de
ocupación distintas. Una de estas capa pudiera ser un
suelo de piedra de yeso, pero la pendiente y el no
haberla encontrado de forma homogénea me hace
pensar que es un nivel más de aluvión que en este
caso arrastró este tipo de material que tiene facilidad
para compactarse.
El material cerámico localizado en estos niveles
inferiores de aluvión (Lámina 1) es mayoritariamente
a mano de cocción reductora, habitualmente bruñida
y en algún caso con decoración de bandas a peine o
estrías (a veces entrecruzadas) y peine profundo,
casi acanalado; aunque también hemos recogido
algún fragmento a torno oxidante con resto de banda
de pintura roja. La pieza 18.87.294 es una carena,
hombro y arranque de borde de tipo orza bitroncocó-
nica; es de pasta gris y superficie interior gris claro y
superficie exterior gris con partes marrones y aca-
bado espatulado. Parece similar a la pieza 8219 del
Cabezo de la Cruz de La Muela (Pizazo-Rodanés
2009, p. 371, fig. 26) y quizá pudiera identificarse con
la forma 10 de superficies pulidas (Castiella 1977 (fig
209.1-2). El 18.87.269 es un borde exvasado de labio
plano y cuello con asa vertical bajo el borde; la pasta
es gris y las superficies rugosas. Encontramos para-
lelos en el Castillo de Cuarte (Royo-Burillo 1995: 127)
y las necrópolis El Castejón de Arguedas (Bienes
1994), La Atalaya de Cortes de Navarra (Maluquer-
Vázquez 1956) o El Castillo de Castejón de Ebro. El
asa de orejeta rectangular horizontal número
18.87.318 es de pasta negra poco homogénea y su
superficie superior está someramente espatulada. La
cronología que propongo para este nivel, por el
momento y pendiente de mayor cantidad y significa-
ción de las piezas recogidas, parece ser la de un
siglo V-IV a.C.
Por encima de esos niveles se localizó tres suce-
sivas capas de grava con tierra arcillosa y algún frag-
mento de adobe quemado. Parece una elevación del
terreno y su factura es idéntica, con unos 25 cm de
potencia media y una tendencia a buzar hacia el SE.
El más alto de ellos entronca con un relleno de pie-
dras de yeso alineadas E-O que parece la base de un
muro desaparecido y con similar orientación al locali-
zado en la cata 2. En estas gravas el contexto cerá-
mico (Lámina 2, zona alta), también presenta propor-
ción mayor de cerámica hecha a mano que de
cerámica producida a torno. La pieza 18.87.200 son
tres fragmentos de borde exvasado amplio y pared
convergente de pasta gris oscura y superficies grises;
 Restos celtibéricos y de la Primera Edad del Hierro Tardía en el entorno de la iglesia de Santa María y plaza del Dance de Tauste
Figura 5. Estratigrafía explicada de la cata 4, lado Norte.
quizá como la Forma 13 de superficies pulidas de
Castiella o el número 8234 del Cabezo de la Cruz
(Pizazo-Rodanés 2009, p. 365, fig. 23). El fragmento
18.87.203 es una posible panza con arranque de pie
anular con el exterior decorado mediante estrías ver-
ticales; la pasta es negra, los exteriores marrones y
las superficies gris claro. Mi interpretación, por el
momento, es que puedan ser niveles de relleno para
elevar el terreno, como preparación de la ocupación
celtibérica.
Por encima de esas capas de grava y los restos del
muro hay un nivel de tierra verdosa, probablemente un
derrumbe celtibérico equiparable al localizado en la
Cata 2, que ha proporcionado cerámica mayoritaria-
mente a torno oxidante, con la superficie bien alisada
en las producciones de mesa; aunque también apa-
rece cerámica a mano reductora en mucha menor pro-
porción (Lámina 2, parte baja). El fondo rehundido de
pasta gris número 18.87.147, al exterior tiene incisio-
nes postcocción tipo grafito en equis, con paralelos
abundantes como, por ejemplo, en el Cabezo de la
Cruz de la Muela (Picazo-Rodanés 2009, p. 346-355).
El fragmento 18.87.148 es un cuello con cordón digi-
tado aplicado, de pasta negra y superficies grises, rea-
227
lizado a mano; quizá la Forma 2 sin pulir de Castiella,
por similitud con paralelos de la “La Torraza” de Valtie-
rra (Castiella 1977: 284, Fig. 230.1) y también hay
abundantes paralelos en el Cabezo de la Cruz de La
Muela, el Castillo de Cadrete, etc. El número 18.87.179,
pieza de pasta beige realizada a torno, es un borde
exvasado, al interior del labio con suave facetado, cue-
llo corto, carena y panza de cuenco bajo, de pasta
anaranjada decantada y homogénea sin vacuolas ni
caliches y de desgrasantes inapreciables; el acabado
exterior es alisado y en la carena tiene rebaje de pasta.
La cronología que propongo para este nivel es un
lapso de tiempo entre el siglo III a.C. y la primera mitad
del siglo II a.C.
Las dimensiones de la Cata 5 fueron de 2,60 x 2,70
m. Su objetivo, ya en el último momento de la campaña
fue comprobar el discurso del escarpe del nivel natural
en la zona. Afortunadamente localizamos el comienzo
del mismo de forma que los niveles de margas yesífe-
ras van buzando hacia el sureste de la cata; de tal
modo que la cota del nivel natural pasa en tan poco
espacio de terreno desde los 267,25 m snm hasta los
266,11 m snm, e incluso no fueron localizado en el
ángulo sureste de la cata en los 264,95 m snm.
228 FCO. JAVIER GUTIÉRREZ GONZÁLEZ

Lámina 1. Materiales de la Cata 4 (1)

 Restos celtibéricos y de la Primera Edad del Hierro Tardía en el entorno de la iglesia de Santa María y plaza del Dance de Tauste 229

Lámina 2. Materiales de la Cata 4 (2)

230 FCO. JAVIER GUTIÉRREZ GONZÁLEZ
Conclusiones
La plaza del Dance parece presentar una cota muy
homogénea. Fue excavada en parte en el año 2005 y
en aquella intervención arqueológica apareció un
cementerio moderno que permitió ver el suelo natural
a escasos centímetros del piso actual, y sin ningún
otro resto inmueble anterior. Quizá en algún momento
se realizase una explanación de la zona, que amese-
tase esta área; tal vez con la construcción de la Iglesia
de Santa María. Por otra parte, la evidencia de nota-
bles volúmenes de tierra erosionada en el extremo
Este del terreno investigado puede indicar que esta
zona de Tauste hubiera sufrido importantes pérdidas
de terreno por la acción erosiva del viento y el agua
torrencial tal propia de nuestro clima; en especial si
tenemos en cuenta las características de las tierras
del lugar, tan vulnerables a las tormentas.
El solar al noreste de la iglesia de Santa María se
ha localizado niveles de habitación celtibéricos y relle-
nos de la Edad del Hierro I Tardío de gran interés his-
tórico y arqueológico, que requieren una excavación
en extensión. Esta zona de interés ocupa en el terreno
de propiedad municipal alrededor de unos 170 m2, de
los que, por motivos de seguridad (de las edificaciones
adyacentes), probablemente sólo podrían excavarse
unos 100 m2. En el resto del solar, y debido a la altura
del nivel natural, han sido localizados escasos restos
de época moderna y contemporánea.
Una primera explicación histórica a los restos celti-
béricos localizados pudiera ser que aquí tengamos un
poblado que, en el momento de la conquista romana
del Valle Medio del Ebro, se abandona entre el 200 y el
150 a.C. Quizá sus pobladores pudieron recalar en el
cercano yacimiento de Valdetaus, posiblemente mejor
adaptado para la defensa ante las legiones romanas (y
que por ello perduró hasta las guerras sertorianas).
Evidentemente toda esta hipótesis requiere de nuevas
intervenciones arqueológicas que amplíen nuestro
conocimiento de la época en el municipio taustano.
Cabe recordar aquí que no hemos detectado mate-
riales similares a los de la Primera Edad del Hierro
localizados durante la intervención de 2005 en la plaza
del Dance (Gutiérrez, Leorza, Maturén: 2014). Quizá la
localización concreta de ese poblado -algo más anti-
guo que el contexto hallado en los niveles de aluvión-,
se situase en el extremo de la cima del cerro, tal vez en
la zona de la actual torre e iglesia de Santa María. Otro
punto pendiente de estudio. En este sentido, el munici-
pio de Tauste cuenta con algunos enclaves que pudie-
ran aportar nuevos datos a la etapa de abandonos y
destrucciones de yacimientos entorno a finales del
siglo VI a.C. como Puy Zapatero, Puy Orbil o Puy
Águila (sin excavar), que parecen abandonarse al
tiempo que toma cuerpo el núcleo de Valdetaus. Es
evidente que nuevas investigaciones en el entorno de
la zona ahora aquí presentada podrían deparar
amplios avances en nuestro conocimiento sobre esta
cuestión.
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SALDVIE n.º 18 2018
pp. 231-244

La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento

romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza)
The medieval “fortress-house” and the Roman
site of La Gabardilla de Tauste (Zaragoza

Fco. Javier Gutiérrez González

Iban Sánchez-Pinto1
Francisco Castillo Sola
Oscar Lanzas Orensanz
Carlos Valladares Lafuente

Resumen
Se presentan los resultados de unas catas comprobatorias en las que se ha registrado la cronología bajomedieval
de la casa fuerte conocida como La Gabardilla. También se presenta un yacimiento romano altoimperial ahora
localizado en ese emplazamiento.

Palabras clave: Romano altoimperial, casa fuerte bajomedieval.

Abstract
This document presents the results of some archaeological test pits in which the late medieval chronology of the
“fortress-house” known as “La Gabardilla” has been recorded. It also presents a new High Imperial Roman Period
archaeological site now located on that same location.

Keywords: Roman, “casa fuerte” late medieval.

1. Introducción localiza en el extremo oriental del término municipal de

Tras el encargo de la investigación arqueológica
por parte de la Asociación Cultural “El Patiaz” de la
conocida como “torre de la Gabardilla”, realizamos a lo
largo de dos semanas una serie de catas arqueológi-
cas, además de desarrollar la documentación geomé-
trica, con el principal objetivo de comprobar la evolu-
ción histórico-constructiva del edificio. En el transcurso
de la quinta y última cata practicada localizamos res-
tos de un yacimiento romano altoimperial.
Esta estructura definida como una “casa fuerte”
cuya descripción realizamos en el tercer apartado, se
Tauste, en una extensa val que lleva el mismo nombre
de La Gabardilla. Por ella, se remontan suavemente
los montes de Castejón hasta su divisoria haciendo de
la misma una vía natural de comunicación. Además,
es justo en su cabecera donde se sitúa la muga diviso-
ria entre los términos municipales de Tauste, Castejón
de Valdejasa y Zaragoza. En concreto, la casa fuerte
se levanta en la margen derecha de la val, a mitad de
ésta, muy próxima a la valla de delimitación de la zona
de seguridad del campo de tiro de San Gregorio. En su
entorno cercano hemos estudiado en los últimos años

1. La redacción final de este trabajo por parte de Iban Sánchez Pinto ha sido posible gracias a la beca obtenida en la convo-
catoria 2018 de ayudas para la Especialización de Personal Investigador del Vicerrectorado de Investigación de la UPV/EHU.
232 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE
los yacimientos también bajomedievales de La Custo-
dia (Gutiérrez- Castillo 2019) y La Cruceta (Gutiérrez,
Lafuente, Lanzas, Gil de Muro, Valladares 2018, Gutié-
rrez, Lafuente, Lanzas, Gil de Muro, Valladares, Sierra
2019).
Figura 1. Límites del municipio taustano y yacimientos estu-
diados.
Figura 2. Planimetría de la casa fuerte y las cinco catas.
2. Descripción de los sondeos
La primera cata de las que se ejecutaron, fue en
el interior de la vivienda, la cual tuvo 2 x 2 m de lado y
algo más de un metro de profundidad. Aquí hemos
podido comprobar que hubo una reforma generalizada
de la casa a fines del siglo XVIII, que eliminó los posi-
bles restos de suelos y niveles anteriores. El nivel infe-
rior es una capa de entre 25 y 60 cm (entre los 80 y 109
cm bajo la cota del suelo actual), de tierra de labor o
derrumbes de viviendas de época romana altoimpe-
rial2. La zapata de cimentación de la casa fuerte pre-
senta tres hiladas, las dos primeras más grandes
(40/42 cm) y la tercera de paso al alzado más pequeña
(18 cm), hasta completar algo más de un metro de
altura de cimentación, apoyada sobre el nivel de roca
natural. El alzado del muro en sus primeras cuatro hila-
das presenta sillares más grandes (unos 30+40+40+40
cm) y sigue el alzado con hiladas de sillares más
pequeños de entre 22-26 cm de altura. La cota abso-
luta inferior del muro fue 556,73 m snm.
La segunda cata se practicó en el ángulo norte
exterior trasero de la casa, casa con 2 x 2 m de lado y
2,5 m de profundidad. Aquí detectamos varias capas
sucesivas de ocupación fechables en los siglos XIX,
XVIII, XVII y la que suponemos fue el suelo original
existente en el momento de construcción, aunque los
materiales muebles recogidos han sido escasos y
poco concluyentes. El nivel más antiguo sobre el
terreno natural también es el de época romana altoim-
perial, compuesto de tierra arcillosa gris verdosa poco
2. No vamos a describir las distintas unidades estratigráficas
de las catas, puesto que ya fueron explicadas en el
correspondiente informe de fin de intervención depositado
en la Dirección General de Cultura y Patrimonio, con el
número de expediente 041/2018. Los materiales muebles
localizados han sido depositados en el Museo de Zaragoza,
con la sigla 18.39.1 al 306, con Acta de Recepción definitiva
1/2019 del 7 de febrero de 2019.
 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza) 233

Figura 4. Gemelo de bronce del siglo XVIII de la cata 2.

antropizada, sobre el que se practicó la zanja de cons-

trucción de la casa fuerte y que localizamos entre 140
y 245 cm bajo la superficie actual, alcanzado la zapata
de cimentación también unos 105 cm. Detectamos un
exceso de zanja de cimentación de la casa fuerte,
rellenada por fragmentos de mortero y por el derrumbe
de las tierras de la UE 9 de esta cata 2. El muro de
cimentación de la casa fuerte también presenta tres Figura 5. Vista general de la fachada principal, completa-
hiladas, las dos primeras más grandes (40/42 cm) y la mente despejada.
tercera de paso al alzado más pequeña (18 cm). Hasta
completar algo más de un metro de altura de cimenta-
ción. El alzado es idéntico al comprobado en la pri- casa fuerte). El muro alzado de la casa fuerte tiene una
mera cata. La cota absoluta inferior es 556,45 m, y la cota superior horizontal de 564,87 m y la absoluta infe-
absoluta superior 557,83 m snm (suelo original de la rior de 556,72 m.

FALTA LA
FOTO DE
LA
Figura 6.
Vista final de
la cata 2,
base de la
cimentación

Figura 6. Vista final de la cata 2, base de la cimentación

234 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE
Figura 7. Vista final de la tercera cata, cimentación sobre
roca natural.
La tercera cata se hizo en el exterior de la fachada
principal con unas dimensiones de 2,5 x 1,3 m de lado y
más de un metro de profundidad, entre la puerta original
y la correspondiente a la última compartimentación.
Aquí las actividades contemporáneas han eliminado
cualquier resto de acumulación histórica posterior al
momento romano, encontrándose éste a 108 cm bajo el
suelo actual. Entre dos sillares de la cimentación regis-
trada en esta cata hemos recogido los dos únicos frag-
mentos incluibles con seguridad en el nivel de construc-
ción: dos paredes de vidriado melado, datables entre la
segunda mitad del siglo XIII y el siglo XV, que suponen
el único postquem seguro para el origen de la casa
fuerte. El muro de cimentación de la casa fuerte, tienen
las mismas características que las de las dos primeras
catas y una cota absoluta inferior de 556,67 m.
La cuarta cata se hizo al suroeste del exterior de
la fachada trasera y tuvo 10 x 2,30 m de lado y unos
0,6 m de profundidad máxima. El nivel de margas
naturales apareció enseguida casi por toda la cata,
salvo en las cercanías de las construcciones adyacen-
tes a la casa fuerte; en donde detectamos la continua-
ción de uno de los muros de las construcciones moder-
nas, que fue destruido hacia el oeste por las labores
de roturación agrícola. En el nivel de tierra de labor
contemporánea se recogieron materiales bajomedie-
Figura 8. Fragmentos hallados entre los sillares de cimenta-
ción de la Cata 3.
vales y modernos y cerámicas romanas altoimperiales
en mayor porcentaje a las anteriores.
La quinta cata se hizo treinta metros al oeste-
suroeste de la casa fuerte y tuvo 3 x 2m de lado y unos
0,5 m de profundidad máxima En esta cata solo se
registraron materiales pertenecientes a una ocupación
romana altoimperial. Encontramos también varios
muros de piedras calizas sin trabajar, trabadas con tie-
rra arcillosa marrón, sobre un nivel de tierra arcillosa
que contiene sólo cerámica romana altoimperial. Estas
estructuras parecen corresponder a vasares de suje-
ción de tinajas. Su cota de conservación creemos que
se encuentra por debajo de los suelos originales,
debido a las labores de roturación agrícola, por lo que
no hemos encontrado niveles de abandono; sino tan
sólo depósitos secundarios producidos durante la
remoción del terreno por el arado. Los materiales reco-
gidos son cerámica de almacén (dolia), de cocina
(cacabus…), de mesa (paredes finas, Terra Sigillata
Hispánica), hierro y vidrio y de huesos animal. La pieza
más antigua de este nivel parece ser una forma Drag.
35/36 de Terra Sigillata Sudgálica decorada con bar-
botina en el labio superior del borde.
Estas cimentaciones están construidas sobre un
nivel de tierra arcillosa marrón que contiene un con-
texto cerámico algo más antiguo: un fragmento de
 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza) 235

Figura 9. Cerámica TSH y Gálica de la Cata 5. Figura 10. Cerámica del nivel más antiguo de la quinta cata.

Terra Sigillata Itálica, varios de paredes finas y cerá- antes (quizá a inicios del siglo I d.C.), como para gene-
mica engobada y algunos fragmentos de cerámica rar una capa de tierra, sobre la que se prepararon los
común de mesa con baquetones bien torneados y muros ahora exhumados.
bandas pintadas en granate que recuerdan la tradición
de cerámica ibérica. Parece que las construcciones
que hemos hallado no correspondan entonces al inicio
de la ocupación romana en este lugar, sino que ya
había sido ocupado lo bastante desde unas décadas

Figura 12. Vista final de la quinta cata desde el Norte, cimen-

taciones romanas.

Figura 11. Vista final de la quinta cata desde el Este, cimen- Figura 13. Planimetría de la Cata 5.
taciones romanas.
236 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE

3. Descripción de la casa fuerte

Tras el análisis de los resultados y del estudio deta-
llado de materiales y técnicas constructivas hemos lle-
gado a la conclusión de que todo el alzado de la casa
es de una sola época, a parte de algunas transforma-
ciones contemporáneas (Fig. 21). Lo que pudo haber
llevado a fecharla en época califal por otros autores
(Cabañero 2006: 209-211 y Cabañero-Cantos-Gimé-
nez 2006) es que, debido a la erosión de los sillares
cercanos a la entrada en arco original, pudiera parecer
que la obra sigue alguna de las características de la
arquitectura monumental califal del norte de la Marca
Superior, como la colocación´ a tizón´ de los sillares. Figura 13b. Fachada principal con la caseta contemporánea
aún sin derribar.
Sin embargo, el derribo en fechas recientes de una
caseta del siglo XX (Figura 13b), nos ha permitido lim-
piar la anchura completa de la fachada, comprobar la
Desconocemos aún la fecha exacta de su cons-
escasa presencia de tizones y la homogeneidad de la
trucción que, según la cerámica hallada, debe fecharse
construcción. Otro de los argumentos que asociaba la
entre la segunda mitad del siglo XIII y el siglo XV.
casa fuerte al periodo califal es que las líneas más
Parece que se corresponde bien con el tipo de Casa
bajas de sillares que arrancan a nivel de suelo se han
Fuerte bajomedieval que tiene abundantes ejemplos
considerado erróneamente almohadillados. En el
en Navarra y el País Vasco, dónde se ha estudiado
transcurso de la intervención se ha demostrado que el
aspecto que inducía a interpretarlos así era fruto de la con más profusión. Sin embargo, tanto sus dimensio-
erosión diferencial de la roca caliza en la que están nes como su configuración le asemejan a las construc-
tallados los sillares. Además, excluidas las reformas ciones que hacen su aparición a lo largo de la decimo-
modernas y contemporáneas que han transformado quinta centuria, dado que los ejemplos más antiguos
parcialmente el edificio, la unidad constructiva del edi- conservados presentan otro tipo de rasgos constructi-
ficio desde la cimentación y su alzado pasando por la vos tanto en la configuración de las plantas y los alza-
puerta de acceso principal y aspilleras, demuestran un dos como en las técnicas constructivas empleadas
momento constructivo único que excluye cualquier (González Cembellín, 2008; Portilla Vitoria, 1978; Sán-
fase anterior de época andalusí. chez-Pinto, 2016; Sánchez-Pinto, 2018).

Figura 14. Vista general de la fachada trasera con un arco de humedad por capilaridad.
 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza) 237

Los elementos defensivos más evidentes, las aspi-

lleras, han sufrido un deterioro, especialmente en la
fachada principal, por la apertura posterior de venta-
nas. Quizá se conserve (recolocado) parte de un sillar
tallado en arco embellecedor en una de ellas. La aspi-
llera del lado corto Oeste quizá desapareció con un
derrumbe parcial del muro que ahora se ve reparado,
aunque actualmente con grietas que amenazan la
ruina de esa parte. Las aspilleras de la fachada trasera
se conservan bien, ligeramente transformadas, pre-
sentando la planta baja otras dos ventanas de la fase
de viviendas modernas y contemporáneas, lógica-
mente cuando la función defensiva ya no tenía sentido
alguno. En los ejemplos más característicos y mejor
analizados del País Vasco, la apertura de ventanales
de mayores dimensiones y modificación de los exis-
tentes en las plantas nobles es un proceso que ocurre
Ya desde mediados del siglo XV y a lo largo del XVI,
momento en el que los enfrentamientos internobiliarios
conocen un decrecimiento importante, en el que la
actuación de las hermandades y de los monarcas, gra-
cias a la consolidación de su poder, tuvieron un papel
fundamental (Sánchez-Pinto, 2016).
La techumbre sería a dos aguas a juzgar por el
pilar cuadrado central, de casi un metro de lado, y por Figura 15. Lateral Oeste de la casa fuerte.

Figura 16. Posible aspillera delantera exterior (transformada) y trasera norte interior.
238 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE

Figura 17. Vista del arco interior del acceso original a la casa
fuerte.

las terminaciones triangulares de los alzados de los

lados cortos de la casa. En los casos analizados del
País Vasco se desconoce, por lo general, cómo se
articulaba la zona de la techumbre, dado que no se ha
conservado ninguna del momento original y porque las
que han llegado hasta nuestros días se encuentran
muy transformadas. Sin embargo, en aquellos casos
en los que hemos podido cotejar información docu-
mental, parece que las torres del siglo XIV, así como
las del XV, carecerían de una techumbre a dos o cua-
tro aguas y se rematarían por una terraza plana que,
por lo general, se encontraba “embetunada” (González
Cembellín 2004; Sánchez-Pinto, 2016; Sánchez-Pinto,
2018). El lado interior de la puerta original de acceso
presenta una decoración ennoblecida con otro arco,
en este caso rebajado, con un hueco en la zona infe-
rior, quizá para encajar el cierre de la puerta original.
La superficie total construida es de 116,22 m2., que
tras detraer el grosor medio de unos 80 cm de los
muros en planta, dan una superficie útil interior de
unos 84 m2 para la casa original, que se duplicarían
con la construcción en dos plantas. Los casos más
representativos que conocemos para el caso vasco
señalan que los muros de las torres construidas, y
conservadas, de los siglos XIII-XIV superan, por lo
general, el metro de grosor llegando incluso a contar
con más de dos metros en los casos más excepciona-
les. Sin embargo, aquellos edificios cuyas cronologías
arrancan en la decimoquinta centuria o ya en el siglo
XVI, se constata cómo el grosor de sus muros ha dis-
minuido de forma considerable con respecto a la etapa
precedente, siendo normal que las construcciones
tengan, en el mejor de los casos 100 cm de espesor
(Sánchez-Pinto, 2016; Sánchez-Pinto, 2018)3.
3. Sólo en aquellos casos en los que sabemos que el edificio
contó con las dos primeras plantas pétreas y el resto lígneas,
Figura 18. Sección NE-SO, trazada por la puerta principal
original.
Con las herramientas de documentación4 que
hemos empleado, gracias a la empresa 3DScanner,
hemos podido calcular el volumen total construido
actual en torno a los 1.300 m3; así como otras caracte-
rísticas básicas. Por ejemplo, la altura y anchura de la
puerta original son 174/244 cm y 154 cm respectiva-
mente. También hemos medido una ligera pendiente
de todas las hiladas hacia el este o dibujar secciones
como la aquí presentada (Figura 18).
La evolución del uso como vivienda privada la llevó
a ser dividida en dos partes por el pilar central e incluso
en tres al compartimentarse su lado noreste en otros
dos espacios, accediéndose a uno de ellos por otra
caseta lateral, posiblemente ya a partir del siglo XVIII.
Además se añadieron otras construcciones y se cerró
el conjunto formando un patio delante de la fachada
original, al que se accedía por el lateral suroeste desde
un patio empedrado. El cierre en su lado sureste se
encuentra actualmente demolido a ras de suelo.
el grosor de los muros no excede los 100 cm (Sánchez-Pinto,
2016; Sánchez-Pinto, 2018). En este último caso, por lo
general, se trata de torres rurales cuyos propietarios no se
corresponden con los linajes principales, sino que se trata
nobles situados por debajo de éstos (Sánchez-Pinto, 2016).
4. Técnicas de láser escáner 3D terrestre, combinadas con
fotogrametría aérea de baja altura mediante correlación
automática de imágenes para obtener una nube de puntos
3D densa. Con esta metodología obtenemos un modelo
tridimensional interior y exterior de la estructura arquitectónica
en el mismo sistema de coordenadas.
 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza)
Figura 19. Vivienda 2. Posible ménsula y chimenea original
de la casa fuerte.
En el interior de la vivienda se pueden apreciar aún
numerosos detalles de la evolución de la casa fuerte
tras las compartimentaciones posteriores. La situada
en el ángulo norte (le llamaremos Vivienda 3), se
observa peor ya que su uso actual como caseta de refu-
gio para cazadores la ha transformado mucho mediante
pintura ignífuga, suelos flotantes de madera, etc.
En la vivienda compartimentada situada al este de
la casa fuerte original (le llamaremos Vivienda 2) se
aprecian algunos elementos posteriores como la esca-
lera a un segundo piso o un arco de ladrillo interior.
Una chimenea abierta en el muro pudo ser original,
aunque en su alzado el muro perimetral original de la
casa fuerte se encuentra picado muy profundamente,
y aparenta en esa parte ser posterior; además se con-
serva una posible ménsula también de primera época,
que estaría en relación con esa chimenea cercana.
En la fachada principal hemos interpretado una
refacción de las hiladas superiores; aunque nos es
imposible asignarle una fecha concreta, suponemos
coincida con la generalizada del siglo XVIII. Los silla-
res de las hiladas más altas se encuentran colocados
de forma menos horizontal, en ocasiones son irregula-
res, y el mortero está menos enrasado con la vertical
de la fachada o falta a menudo. Hemos documentado
los sillares colocados aparentemente a tizón, es decir,
239
aquellos en los que vemos que su anchura es menor
que su altura; constatando que son escasos y sin apa-
rente disposición programada, aunque con una mayor
proporción en la zona alta que suponemos una repara-
ción contemporánea.
En la fachada correspondiente a esta Vivienda 2
de época moderna y contemporánea apreciamos una
sucesión de reformas en relación a la puerta de
acceso, cuya secuencia es difícil de comprender. Ade-
más no hemos podido desmontar más elementos por
prevención de no poder dejar en condiciones el actual
acceso. Afortunadamente sí hemos podido definir
exactamente cuáles son los sillares que quedan de la
casa fuerte original y qué elementos son posteriores.
En el interior de la vivienda compartimentada al sur
de la casa fuerte, a la que se accede por la puerta ori-
ginal (Vivienda 1), se aprecia una disminución del gro-
sor del muro (denominado deja) en el cambio entre
una planta y otra, que se utilizaba para apoyar la tabla-
zón o los cabios del forjado. También ha quedado a la
vista (en el hueco de la escalera contemporánea), un
posible mechinal para la escalera original o posterior,
ahora relleno de ripios.
En esta campaña no ha sido posible desarrollar
una revisión arqueológica exhaustiva del entorno de la
casa fuerte. Esto deja una duda respecto a la zona
reparada del lado corto sur, en la que parece haber
desaparecido la aspillera correspondiente. Sobre esto
puede plantearse la duda de si hubo alguna construc-
ción adyacente del tipo torre alta defensiva, que haya
desparecido (y provocase la necesidad de esa repara-
ción visible). Por lo general, las torres analizadas para
el caso del País Vasco sufren una evolución construc-
tiva muy homogénea en el tiempo. Este tipo de cons-
trucciones surgen con la finalidad de controlar el terri-
torio en el que se emplazan y servir de punta de lanza
en los enfrentamientos que se producen entre los dis-
tintos grupos nobiliarios por el control del territorio y,
más concretamente, por el acceso y cobro de las ren-
tas. Finalizados los enfrentamientos internobiliarios
generalizados en el periodo bajomedieval, el proceso
edilicio que siguieron las torres desde finales del siglo
XV y comienzos del XVI, se acercó a los nuevos con-
vencionalismos y necesidades sociales mediante la
compartimentación de los espacios existentes y la
construcción de edificios anexos que ampliaran el
espacio habitacional. La torre, al perder una de sus
funcionalidades originales, la defensa, paso a poten-
ciar de forma exponencial su otra función, la residen-
cial, transformándose muchas de ellas en verdaderos
palacios residenciales (Sánchez-Pinto, 2016, 2018).
En el caso de la torre de La Gabardilla los elementos
visibles en su lateral sur nos pueden estar hablando de
la presencia de algún tipo de edificación adyacente de
240 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE

Figura 20. Interpretación de fases constructivas de la fachada principal, con tizones señalados.

Figura21. Interpretación de la fase contemporánea de la fachada principal.

 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza)
Figura 22. Caseta contemporánea y posibles sillares reutilizados.
Figura 23. Orto-imagen de los alzados de la casa fuerte de La Gabardilla.
la que, a falta de una intervención arqueológica de
subsuelo, carecemos de dato alguno.
¿Pudo haber alguna torre anterior a la casa fuerte
oculta bajo la actual caseta de cazadores y las ruinas
que se encuentran al noroeste de esta caseta, que es la
zona exterior oeste de la casa fuerte? En el lateral
suroeste de la caseta adyacente se aprecian algunos
sillares, tal vez los únicos restos visibles de una cons-
trucción anterior que luego fuese continuada con la
casa fuerte que hoy vemos (Figura 22). Es sólo una
posibilidad, aunque consideramos más probable que se
trate de sillares reutilizados; pero que creemos necesa-
rio hacerlo constar para futuras investigaciones.
Los dos pozos de agua localizados a unos cien
metros al sur, dentro ya del campo de tiro militar, pudie-
241
ron formar parte desde el inicio de la casa, pero están
muy reformados por su uso continuado hasta el aban-
dono del conjunto, por lo que no podemos valorar si
vemos hoy en día algo de la fábrica original5. Tampoco
podemos decir mucho de las construcciones arruina-
das existentes al sur del conjunto estudiado: se distin-
gue bien un espacio alargado, formado por muros de
piedras informes cogidas con yeso, que quizá tuvo
funciones de establo o almacén.
5. Un elemento característico de este tipo de construcciones
en el País Vasco es la ausencia casi generalizada de un pozo
en su interior. Sólo en aquellos casos en los que la torre se
rodeaba de una barrera o muralla se construía un pozo en el
espacio situado entre ambos elementos.
242 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE
4. Evolución e historia
de la casa de la Gabardilla
La principal pregunta sobre el origen y significado
de la creación de la casa fuerte de la Gabardilla sigue
sin respuesta definitiva, pero al menos hemos acotado
su cronología y abierto nuevas vías de interpretación,
que actualmente seguimos indagando en colabora-
ción con distintos medievalistas.
La primera mención documentada del topónimo
Gabardilla (Gavardiella) data de 1208 en un docu-
mento de cesión de propiedades por parte del rey
Pedro II al Hospital de Santa Cristina de Somport (Kivi-
harju: 2004). Probablemente, el origen del nombre se
deba a la profusión de gabardas o gabarderas, rosal
silvestre conocido en la zona por sus propiedades
medicinales para mitigar la gastroenteritis.
En principio, consideramos que la casa de la
Gabardilla surge como residencia de cierta nobleza
que explotaría el feraz entorno agropecuario de la val
y como elemento de protección ante posibles ataques,
en un momento en que la inestabilidad social y vecinal
era de cierta entidad; en un arco cronológico que
ahora no podemos restringir más allá de entre los
siglos XIII y XV. Una inseguridad que podría hacerse
más patente en una zona aislada como esta Val de la
Gabardilla (Gutiérrez, Lafuente, Lanzas, Gil de Muro,
Valladares 2018: 386; Lafuente 2018). Una situación
que vemos también en otras zonas aragonesas como
el Maestrazgo (De la Torre 2012; Martín-Sancho 2016).
Hemos recuperado diversos documentos que nos
permiten hacernos una idea de la evolución de esta
vivienda a los largo de los siglos y en el que parece
repetirse la disputa entre la consideración de este
entorno como propiedad comunal del municipio o pri-
vada.
Miguel Ángel Pallarés ya dio cuenta de un primer
conflicto en 1472 cuando vecinos armados de Tauste,
bajo las órdenes de los jurados de la villa, penetran
con sus ganados en el lugar y talan árboles y viñas con
la excusa de hacer una balsa (Pallarés 1999). En la
década de 1460, la familia infanzona de los Segura
figura como propietaria de la Casa, sin embargo,
durante este pleito la titularidad del lugar corresponde
a Jimeno de Urrea, vizconde de Biota. Pallarés sospe-
cha que ante la presión del concejo de Tauste, los
Segura se acogieron a la protección del vizconde
entrando a formar parte de su red clientelar. Este
recelo se ve confirmado cuando en 1489 la Casa
retorna a la propiedad de los Segura.
Su alejada situación, a 24 km del casco urbano de
Tauste, hace que en el fogaje de 1495 (Serrano Mol-
talvo 1977: 51) sea reflejado como un diseminado de
este, ya que los funcionarios encargados del recuento
acceden a la Casa desde la villa de El Castellar,
población de la que estaba comunicada gracias a una
carrera real. Esta lejanía facilita que a mediados del
S. XVI, su propietario de entonces, Juan Díez de
Contamina y Gotor, pretenda desligarla de la villa y
convertir su hacienda en un señorío como así lo eran
en esos momentos Canduero, junto al río Ebro y Mira,
en la fértil vega del Arba. El detonante se origina en
el marco de la Guerra de Secesión Catalana (1640-
1652). Al comienzo del conflicto, Aragón se apresura
a defender sus fronteras del pillaje del ejército franco
catalán, para lo cual la Diputación del Reino emite
una serie de levas. La primera de ellas obtiene una
sorprendente respuesta positiva de los taustanos que
aportan, nada menos, que una compañía de 100
hombres que defendieron Monzón y Estadilla en
1642. Sin embargo, para cuando se vuelve a solicitar
una nueva leva, en 1645, la reacción no es tan con-
tundente, ni mucho menos. El 14 de julio de ese
mismo año, el concejo se reúne en la iglesia de San
Pedro, a instancias del vecino de Tauste y diputado
del reino Díez de Contamina, donde se reclama a la
villa 24 soldados durante seis meses y pretende for-
mar una milicia de defensa local para el caso de una
nueva invasión del reino. El concejo respondió parca-
mente: “quisiera hallarse con hacienda y gente para
poder mostrar sus buenos deseos en servicio de Su
Majestad y defensa del reino, como lo ha hecho en
las ocasiones pasadas, pero a causa de ellas, no es
posible hacer más”. Asimismo, la villa se resiste a
enviar 349 libras jaquesas correspondientes al pago
por el conflicto justificándose en la inseguridad de los
caminos (Castillo Sola 2019). La presión del diputado
hace que los taustanos respondan a la desesperada,
prohibiendo con fuertes penas el uso del molino pro-
piedad de Díez ubicado a las puertas de la villa, para
poco después, amotinarse hasta perpetrar un intento
de asesinato hacia su persona. Este escapa para
hacerse fuerte en la Gabardilla y solicita al Consejo
de Aragón del Rey Felipe IV, disponer de la jurisdic-
ción de la Casa al margen de Tauste, (ACA, CON-
SEJO DE ARAGÓN, Legajos, 0871, nº 011), aunque
suponemos sin éxito.
Posteriormente, en el Archivo Histórico Provincial
de Zaragoza (AHPZ - J/014439/000001), hemos recu-
perado un pleito del último tercio del siglo XVIII sobre
la propiedad de las tierras colindantes a la Casa que
se retrotrae a 1744. Hasta ese año, su dueño es Juan
José Ximénez de Ayerbe y Díez jefe de una de las
familias más potentes del momento como fueron los
señores de Canduero (Castillo Sola 2017). Creemos
que Juan José heredó la hacienda por ser nieto o
pariente de Juan Díez de Contamina, ya que compar-
ten apellido pero es una hipótesis que todavía no
hemos confirmado. En 1744, los señores de Canduero
 La Casa fuerte bajomedieval y el yacimiento romano de La Gabardilla de Tauste (Zaragoza) 243

pasan por unos momentos de apuro económico y la Real Audiencia de Aragón que falla a su favor el 28
propiedad es aprehendida por créditos de Mariana de mayo de 1779.
Irigaray, vecina de Tudela. Dos años después, en 1746 A partir de este momento la casa de la Gabardilla
se vende la Torre a José Fuertes y éste, a su vez, la entraría en decadencia hasta tal punto que en el padrón
cede a la Parroquia de Santa María de Tauste. de 1891, donde se recogen hasta veinte caseríos y dise-
En 1747, Esteban Ximénez Frontín, perteneciente a minados de todo el extenso término de Tauste, este
la familia de los señores de Mira, compra la Torre, lugar ya no aparece habitado de manera permanente.
balsa y tierras a la parroquia. Rápidamente interpone Concluyó así una extensa dinámica litigadora por su
un primer pleito, el 6 julio de 1747, contra los labrado- posesión que, en la actualidad está compartida por
res Pedro Ferriz, Manuel Ferriz, José Aragüés, José hasta cuatro propietarios (Mª Teresa Ansó Latorre,
Tallague y Antonio Berroy. Entendemos que en estos Lourdes Longás Longás, Moisés Pola Sancho y Ricardo
años, al pasar la Casa por varias manos que solo ven Sancho Casajús), a quienes agradecemos las facilida-
la propiedad de la Torre como una simple operación des concedidas para la realización de este estudio.
comercial de la que sacar rápidos beneficios, las tie-
rras van quedando incultas y son recuperadas por
5. Descripción del asentamiento romano
labradores de Tauste sabedores que son montes
Hemos realizado una prospección intensiva de
comunales de esta val tan fértil. Esteban se toma en
todo el entorno, en la que - además de algunos mate-
serio su nueva hacienda y está decidido a echar a los
riales de época moderna en la zona al nor-noreste del
cultivadores, no obstante la causa quedó sobreseída.
conjunto construido-, hemos hallado abundante mate-
La muerte de Esteban provoca que sus herederos
rial cerámico en la parcela situada al sur-suroeste.
se deshagan de un dominio que sin tierras apenas
Sucede que el campo situado al norte de la casa fuerte
tiene valor, y ha perdido la función que tenía como
ha ido siendo recargado con tierras arrancadas a las
control del territorio en época medieval. Como conse-
cuencia, el 10 de octubre 1777, se produce la venta por elevaciones cercanas, por lo que se encuentra actual-
parte de la viuda Mariana Felisa y sus hijas Marcela y mente elevado hasta medio metro sobre la cota de la
Petronila a Manuel Navarro y Palacios. Manuel obtuvo parcela situada al sur. Por ello, los hallazgos de cerá-
el título de infanzonía ante la Real Audiencia de Ara- mica romana son mucho más abundantes en el meri-
gón en 1801 y fue Teniente Corregidor entre 1783-84 y dional, ya que en el septentrional están ocultadas por
regidor en 1798 (AHPZ – Firmas de Infanzonía esos aportes. Consideramos que en la zona adya-
J/001545/000003 y J/001799/000004). Este hidalgo cente y bajo ese medio metro de tierra pueden encon-
era además un activo empresario que contaba con la trarse nuevas construcciones, quizá mejor conserva-
mayor extracción de salitre de la localidad para la pro- das que las de la quinta cata, ya que el arado del siglo
ducción de pólvora, era propietario de una fábrica de XX puede haber destruido menos, tal como puede
regaliz y cultivador de la planta rubia tinctorum de la apreciarse también en el nivel más alto hallado en la
que se sacaba el tinte usado en la industria textil de segunda cata.
Barcelona6.
El mismo año de la compra, Manuel vuelve a inten-
tar a echar de la que considera sus tierras a los labra-
dores: Miguel Bordonaba, José Aragüés, José Soro,
Joaquín Lalana, José Carbonel, Jacinto Cabestre,
Antonio Larraz, Antonio Laborda de Miguel y Fran-
cisco Arrieta. Estos agricultores alegan en su defensa
el derecho a cultivar fundos incultos por 30 años en los
montes comunales, obteniendo licencia del justicia de
Tauste previa aprobación de la Casa de Ganaderos.
En una maniobra claramente prevaricadora, el 17 junio
1778, Francisco del Frago Teniente Corregidor del
consistorio, falló a favor de Manuel Navarro. Los labra-
dores a sabiendas que la sentencia conculcaba las
leyes y perjudicaba al municipio, enajenando unas tie-
rras que no eran de propiedad privada, apelan a la

6. MATEO SUMAN (1802): Apuntes para el Diccionario

Geográfico del Reino de Aragón. Partido de las Cinco Villas. Figura 24. Localización y densidad de la cerámica romana
Ed. Salvo, J. y Capalvo, A. (2015).IFC, Zaragoza, p. 504. recogida.
244 F.J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, I. SÁNCHEZ-PINTO, F. CASTILLO SOLA,OSCAR LANZAS ORENSANZ y C. VALLADARES LAFUENTE
La significación de este asentamiento romano
debe enmarcarse dentro de la generalización de las
explotaciones agrícolas en la comarca de las Cinco
Villas aragonesas durante dos primeros siglos de la
Era (Andreu 2018). Los niveles romanos constados
corresponden a un asentamiento que explotaría la fér-
til val de la Gabardilla cultivando trigo de secano; al
igual que harían sus nuevos habitantes mil quinientos
años después, desde época bajomedieval, como
muestra el hallazgo en la primera cata de tres cuchillas
de trillo de época moderna o contemporánea.
Actualmente no pretende realizarse nuevas cam-
pañas en el yacimiento, ni la prospección de su entorno
cercano, debido a la insuficiencia de recursos econó-
micos. De momento, sólo con esta primera campaña
impulsada por la Asociación Cultural el Patiaz, se ha
reconducido correctamente la interpretación de la
casa fuerte y se ha aportado el conocimiento de un
nuevo asentamiento romano altoimperial.
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