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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Enrique R. Morales Guerrero


Clara I. Fonseca Mendoza
Enrique C. Morales Bello
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Autores
© Enrique R. Morales Guerrero
Clara I. Fonseca Mendoza
Enrique C. Morales Bello

Editorial Zenú SAS


www.editorialzenu.com

Primera edición: 2018

Diseño de Carátula
Tabernadis Segura

Edición General
Henry Andrés Ballesteros Leal

ISBN: 978-958-56687-0-6

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del


copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o
parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la
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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 11

1. MORFOLOGÍA 17

1.1. LOS ACCIDENTES GRAMATICALES 17


1.1.1. Género. 17
1.1.2. Número. 18
1.1.3. Caso. 18

1.2. CATEGORÍAS GRAMATICALES 20


1.2.1. El sustantivo. 20
1.2.2. El adjetivo. 29
1.2.3. El artículo. 40
1.2.4. El pronombre. 44
1.2.5. El verbo. 57
1.2.5.1. Accidentes gramaticales del verbo. 58
1.2.5.2. Clasificación de los verbos. 61
1.2.5.3. Conjugación verbal. 73
1.2.5.4. La voz pasiva. 82
1.2.5.5. Formas perifrásticas. 83
1.2.5.6. Verbos Irregulares. 89
1.2.5.7. Verbos Defectivos. 100
1.2.5.8. Observaciones acerca del participio. 100
1.2.6. El adverbio. 103
1.2.6.1. Clasificación del adverbio. 106
1.2.7. Las preposiciones. 107
1.2.8. La conjunción. 114
1.2.8.1. Las conjunciones y su clasificación. 115
1.2.9. La interjección. 116

2. SINTAXIS 121

2.1. LA ORACIÓN 122


2.1.1. Los complementos. 127
2.1.2. Oración simple. 128
2.1.2.1. Oraciones transitivas. 131
2.1.2.2. Oraciones intransitivas. 132
2.1.2.3. Oraciones simples pasivas. 135
2.1.2.4. Oraciones reflexivas. 137
2.1.2.5. Las oraciones recíprocas. 140
2.1.2.6. Oraciones impersonales. 141
2.1.2.7. Oraciones unipersonales. 144
2.1.3. Oración compuesta. 149
2.1.3.1. Oraciones compuestas coordinadas. 152
2.1.3.2. La oración compleja. 159
2.1.3.3. Oración complejo-compuesta. 168

2.2. FUNCIONES GRAMATICALES DE LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO 175


2.2.1. El infinitivo. 175
2.2.2. El participio. 177
2.2.3 El gerundio. 178

3. ERRORES GRAMATICALES MÁS FRECUENTES 183

3.1. EL QUEÍSMO 183

3.2. EL PRONOMBRE RELATIVO CUYO 187

3.3. LOS PRONOMBRES PERSONALES ÁTONOS LA, LE, LO 188

3.4. EL VERBO HABER 191

3.5. DIFICULTADES EN EL USO DE SI NO Y SINO 192

3.6. DIFICULTADES EN EL USO DE PORQUE, POR QUE, POR QUÉ Y PORQUÉ 193

3.7. DIFICULTADES EN EL USO DE CONQUE, CON QUE Y CON QUÉ 194

3.8. DEBER DE Y DEBER 195

3.9. DEQUEÍSMO 196

4. ACENTO Y TILDE 199

4.1. ACENTO 199


4.1.1. Normas de la tilde. 200
4.1.1.1. Normas generales. 200
4.1.1.2. Normas particulares. 200

4.2. PRINCIPALES NOVEDADES DE LA ÚLTIMA EDICIÓN DE LA ORTOGRAFÍA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA (2010) 203
4.2.1 Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario. 203
4.2.2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario. 203
4.2.3. Sustitución, por grafías propias del español, de la q. 205
4.2.4. Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos. 206
4.2.5. Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres
demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad. 207
4.2.6. Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre
cifras. 208
4.2.7. Normas sobre la escritura de los prefijos. 208
4.2.8. Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos,
incluidas las locuciones. 210

5. SIGNOS DE PUNTUACIÓN 213

5.1. EJERCICIO DIAGNÓSTICO 213

5.2. LA COMA 217

5.3. EL PUNTO Y COMA 225

5.4. LOS DOS PUNTOS 226

5.5. EL PUNTO 229

5.6. EL SIGNO DE INTERROGACIÓN 230

5.7. SIGNO DE ADMIRACIÓN 231

5.8. LOS PUNTOS SUSPENSIVOS 232

5.9. LAS COMILLAS 234

5.10. EL PARÉNTESIS 237

5.11. LA RAYA 239

5.12. EL GUIÓN 241

5.13. LA RAYA OBLICUA 242

5.14. LOS CORCHETES 242


6. EL ESTILO EN LA ESCRITURA 245

6.1. GENERALIDADES 245

6.2. LA SINTAXIS Y EL ESTILO 246

6.3. LA PUNTUACIÓN Y EL ESTILO 249

6.4. CUALIDADES DEL BUEN ESTILO 249


6.4.1. Claridad. 249
6.4.2. Concisión. 250
6.4.3. Sencillez. 251

6.5. RECURSOS EXPRESIVOS 252


6.5.1. La comparación. 252
6.5.2. La antítesis. 253
6.5.3. La metáfora. 254
6.5.4. La ironía. 256
6.5.5. La hipérbole. 257
6.5.6. La lítote. 258
6.5.7. La anáfora. 259
6.5.8. La paradoja. 260

7. ALGUNOS ELEMENTOS DE ANÁLISIS MORFOLÓGICO 263

7.1. FAMILIA DE PALABRAS 263

7.2. DERIVACIÓN 263


7.2.1 La sufijación. 263
7.2.2. La prefijación. 265
7.2.3. El infijo y el interfijo. 268

7.3 LA COMPOSICIÓN 268

7.4. OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA EL ANÁLISIS MORFOLÓGICO 269


7.4.1. Estructura de la palabra. 269
7.4.2. La división de la palabra en segmentos. 271

8. EL ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE TEXTOS: UNA MIRADA DESDE EL


FUNCIONALISMO (CLARA INÉS FONSECA MENDOZA) 275

8.1. ANÁLISIS DE TEXTOS EXPOSITIVOS 275


8.2. UN TEXTO INSTRUCCIONAL 281

8.3. SOBRE LA ESTRUCTURA DEL TEXTO CIENTÍFICO 286

8.4 EFECTOS RETÓRICOS DE LOS TEXTOS 289


8.4.1. El lenguaje para establecer solidaridad. 289
8.4.2. El lenguaje y la ideología de género. 294

BIBLIOGRAFÍA 299
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

INTRODUCCIÓN

La gramática (del latín grammatica -ae o gramatice -es) es la parte de la


lingüística aplicada que estudia la morfología y la sintaxis de una lengua.

La gramática descriptiva tiene por objeto explicar cómo es una lengua. Según la
definición clásica de gramática, ésta es el arte de hablar y escribir correctamente.

Las reglas fonéticas, morfológicas y sintácticas que permiten a las personas


hacer uso de su lengua son adquiridas de manera natural e interiorizadas
inconscientemente desde la niñez, gracias a la capacidad connatural que posee
cada ser humano para comprender su lengua, y que Chomsky (1971, p. 119) llamó
“competencia lingüística o mecanismos que operan sobre los datos de los sentidos
y resultan en el aprendizaje de la lengua”.

Para este autor, la competencia lingüística —lo que se llama 'saber una lengua'—
consiste en un sistema abstracto que subyace al comportamiento, sistema cons-
tituido por el conjunto de reglas cuya interacción determina la forma y el sentido
intrínseco de un número potencialmente infinito de oraciones...

Ese conjunto de reglas que manejan los usuarios de su lengua materna, al ser
explicitado y ordenado de manera sistemática por los lingüistas, se constituye en lo
que se conoce como gramática.

El dominio cuantitativo y cualitativo de dichas reglas dependerá del grado de


competencia cultural que posea cada persona; competencia que, para el caso
particular del conocimiento de la lengua, se adquirirá de manera inconsciente o
consciente leyendo a excelentes escritores y practicando el arte de la redacción en
forma continua. Asimismo, se enriquecerá esa aptitud estudiando los manuales o
cursos gramaticales, de estilística o de redacción.

Lo que se pretende señalar aquí es que la competencia lingüística o lo que


Chomsky llama saber una lengua será más o menos rica de acuerdo con el desarrollo
de la competencia cultural que posea cada usuario de una lengua, en virtud de que
la competencia lingüística explicitada de manera sistemática en una gramática
particular es un modelo particular producto de un proceso de análisis y selección
sobre un corpus más o menos representativo de los diversos submodelos de
competencia lingüística (submodelos gramaticales) de una comunidad lingüística
nacional.

11
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Lo anterior explica la necesidad que tienen los miembros de una comunidad


lingüística de aprender las reglas de la gramática particular de su país como modelo
culto general de competencia lingüística, en razón a que, aunque muchas de esas
reglas sean de la aptitud lingüística específica de cada persona, habrá otras que no
son del dominio de sus procesos mentales o que conocen de manera vaga e im-
precisa.

Destaca Chomsky que en nuestra condición de hablantes de una lengua deter-


minada, disponemos de una enorme cantidad de datos y que, justamente por esta
razón, es fácil caer en la trampa de creer que no hay nada que explicar, que
cualesquiera que sean los principios organizadores y los mecanismos subyacentes,
éstos deben estarnos 'dados' del mismo modo que se nos dan los datos. No hay
nada que esté más lejos de la verdad, apunta el autor, y para disipar todo dog-
matismo sobre esta materia no hay más que intentar la caracterización precisa del
sistema de reglas que dominamos completamente y que nos permite comprender
nuevas oraciones e igualmente pronunciarlas de un modo adecuado a cada ocasión.
Nuestras indagaciones encaminadas a obtener teorías explicativas, precisa el
lingüista norteamericano, deben proponerse en primer lugar determinar cuáles son
dichos sistemas de reglas y develar los principios que los gobiernan.

La persona que ha llegado a saber una lengua ha internalizado un sistema de


reglas que relacionan el sonido y el sentido de un modo determinado. El lingüista
que elabora la gramática de una lengua propone de hecho una hipótesis acerca de
la naturaleza del sistema internalizado. [...]. Evidentemente, el conocimiento de la
lengua —el sistema de reglas internalizado en cada caso— es sólo uno entre los
múltiples factores que determinan el modo como habrá de usarse y entenderse un
enunciado en una situación particular. El lingüista que se propone determinar lo
que constituye el conocimiento de una lengua —y trata por ello de elaborar una
gramática correcta— se ocupa sin duda en el estudio de un factor fundamental de
los actos de ejecución lingüística, pero dicho factor no es el único. [...] No hay razón
que impida el que se estudie también la interacción de los múltiples factores que
intervienen en los complejos actos mentales y que fundamentan los actos reales de
ejecución...

[...] A cierto nivel, los fenómenos de que se ocupa la gramática se explican


por medio de las reglas de la propia gramática y la interacción entre las
mismas. A otro nivel más profundo, los mismos fenómenos se explican por
medio de los principios que determinan la selección de la gramática sobre la
base de los datos reducidos y degradados que ha tenido a su disposición la
persona que ha adquirido el conocimiento de la lengua, que ha elaborado
para su propio uso la gramática del caso... (Chomsky, 1971, pp. 48-50).

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

De esos dos sistemas (sistema de reglas internalizado y sistema de principios y


procesos mentales que determinan la selección de la gramática) que, según
Chomsky (1971) “constituyen la competencia lingüística”, para efectos de la re-
dacción, nos interesa el sistema de reglas gramaticales que cada usuario de la
lengua debe internalizar para el dominio correcto de su lengua. El sistema de los
principios y procesos mentales (puramente abstracto) y que corresponde a la
estructura profunda, que mediante ciertas operaciones formales o transformaciones
gramaticales permite la realización de la estructura superficial o señal física que
refleja las reglas de formación de las unidades de la lengua, no nos interesa para el
análisis gramatical de las formas lingüísticas del español y mucho menos para
propósitos de la buena escritura.

La gramática modelo de la lengua española, que, de acuerdo con lo que hemos


visto, explicita el sistema de reglas gramaticales que permiten el uso y enten-
dimiento de este idioma para efectos comunicativos, es el sincretismo de los
diversos subsistemas de reglas gramaticales o competencias lingüísticas observados
en la gran comunidad de lengua castellana. Esto explica las diferencias aptitu-
dinales, en la sociedad hispanohablante, para el dominio cuantitativo y cualitativo
de esta lengua en el acto de habla y, ante todo, en la expresión escrita.

No nos queda otra alternativa distinta de la de aceptar las deficiencias de que


adolecemos en materia de conocimiento de nuestra lengua y reconocer la nece-
sidad de estudiarla tanto desde el punto de vista gramatical como estilístico, ya en
manuales o cursos de gramática, ya mediante la lectura de reconocidos escritores,
relacionando siempre el aprendizaje con la práctica de la escritura, para dinamizar
el proceso a través de la producción de textos como unidades básicas de la
comunicación humana.

No es como algunos lingüistas creen que las personas desde la infancia manejan
a cabalidad la gramática de su lengua, gracias a la competencia lingüística, y que
por tal razón el maestro no tiene nada que enseñarles ni ellas tienen ya nada que
aprender. Esta aptitud de que habla Chomsky está constituida fundamentalmente
por los mecanismos que operan sobre los datos de los sentidos y resultan en el
aprendizaje de la lengua. Estos mecanismos innatos permiten a las personas
comprender y asimilar los elementos y relaciones convencionales que configuran
su lengua materna u otra lengua extranjera; pero para que dichos mecanismos
operen y se desarrollen hay que estimularlos mediante el trabajo disciplinado y
entusiasta, es decir, mediante el aprendizaje metódico (consciente o inconsciente)
de los datos lingüísticos de la lengua de que se trate. Con el aprendizaje, ese
mecanismo o competencia lingüística llega a confundirse con el sistema mismo de
la lengua, o sea, con la gramática.

13
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Martín Vivaldi (1981) advierte que “al iniciar un curso de redacción, es útil
recordar algunos temas gramaticales, incluyendo los más sencillos, los que creemos
o suponemos 'archisabidos'”, esos temas que, en más de una ocasión, cuando nos
disponemos a escribir, se nos presentan erizados de dificultades, y cuyo recor-
datorio supone aquí una simple ayuda, un modo de evitar la consulta de obras
alejadas de nuestro quehacer habitual.

Verdad es que se puede escribir bien sin conocer apenas las reglas gramaticales,
sin haberlas estudiado. Pero lo que sucede en estos casos, es que muchas reglas se
conocen sin saberlo. Es posible que no se estudiaran nunca tales reglas en un
manual (o que, si se estudiaron, se hayan olvidado por completo); pero también es
verdad que, a fuerza de mucho leer a los buenos escritores, el buen uso del lenguaje
se aprende[...]sin darse uno cuenta.

La Gramática de la lengua española, que constituye la presente obra, presenta


un primer capítulo sobre morfología, el cual incluye todo lo que tiene que ver con
las categorías gramaticales (el sustantivo, el adjetivo, el verbo, el pronombre, el
artículo, el adverbio, la preposición, la conjunción y la interjección) y los accidentes
propios de las categorías variables: el género, el número, el caso, la voz, el modo,
el tiempo y la persona. A cada una de estas categorías se le dedica una sección
particular, donde se habla de la naturaleza, las características y funciones que le son
propias.

Un segundo acápite está dedicado a la sintaxis, teniendo en cuenta su estrecha


relación con la morfología; puesto que para conocer y comprender la estructura de
los textos, su tejido microtextual, uno de cuyos fundamentos son las estructuras
oracionales, hay que tener pleno conocimiento de cada una de las formas o cate-
gorías gramaticales.

La oración y sus partes, el sujeto y el predicado, constituido este último por el


verbo y sus complementos, son elementos importantes del análisis sintáctico, para
determinar las relaciones lógicas que permiten las combinaciones de dichas partes.
Asimismo, se presentan los tipos de oración y su clasificación a partir de la división
primera como simple y compuesta. Concluye esta sección con la revisión de las
funciones gramaticales de las formas no personales del verbo: el infinitivo, el
participio y el gerundio.

La sección tercera se ocupa de los errores gramaticales más frecuentes en que


incurren los usuarios de la lengua en la comunicación, sobre todo, escrita. Entre los
errores más comunes están el queísmo, el dequeísmo, el mal uso del verbo haber,
de los pronombres personales átonos (la, le, lo), entre otros dislates.

14
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

El cuarto acápite se dedica al tema del acento y la tilde, conceptos y normas


sobre estos elementos y las normas de uso. Aquí se incluye el texto completo de las
Principales novedades de la última edición de la ortografía de la lengua española,
promulgado por la Real Academia Española, con el fin de que el lector de la presente
obra conozca los criterios y fundamentos de las reformas que propone este Orga-
nismo.

Los signos de puntuación son materia del quinto capítulo; su observancia es


fundamental para imprimirles mayor coherencia a las ideas expuestas en la comu-
nicación escrita; por lo que se constituyen en importantes elementos auxiliares de
la producción textual, en tanto coadyuvan a marcar la entonación, el significado o
el sentido de lo escrito, o cualquier otro aspecto de las expresiones.

En el sexto acápite se centra la atención en el estilo en la escritura, el cual se


refiere al uso de las palabras y la forma como éstas se conjugan o entrelazan en el
acto mismo de escribir, lo que, a su vez, resulta del tratamiento que cada escritor
de a la sintaxis, la puntuación y a la ortografía.

El séptimo acápite se refiere a algunos elementos de análisis morfológico. Aquí


se presentan conceptos básicos como: familia de palabras, raíz, derivación, sufi-
jación y prefijación, lo mismo que el de composición, estructura de la palabra y su
división en segmentos, entre otros aspectos ligados a los anteriores.

Por último, el octavo capítulo se refiere al análisis lingüístico de textos: una


mirada desde el funcionalismo. En este apartado, entre otros aspectos, se ofrece,
como lo expone la autora, la descripción de algunos factores lingüísticos implicados
en la construcción de los textos, sustentada en teorías sobre el análisis funcional
visto en tres niveles: el de organización del texto, el de la construcción de las
oraciones y sus relaciones con las demás y el de la palabra.

Vale la pena destacar que se optó por la metodología de ejercitar a los estu-
diantes y demás lectores de la presente obra, sobre las distintas temáticas tratadas,
a través de la constatación de lo aprendido, mediante el desarrollo de ejercicios que
aparecen al final de cada tema presentado. Más que la constatación del conocimiento
teórico-conceptual, se busca que los usuarios del lenguaje vean la aplicación
práctica y funcional de los conceptos y elementos estudiados en la variada y rica
producción textual; es decir, el reconocimiento de la gramática desde la perspectiva
de la lingüística funcional.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1. MORFOLOGÍA

1.1. LOS ACCIDENTES GRAMATICALES

El género y el número son accidentes del sustantivo. El pronombre asume los


mismos accidentes del sustantivo, por ser sustituto de éste. El artículo y el adjetivo,
por ser acompañantes del sustantivo, concuerdan con éste en género y número. El
tiempo, la voz, el número, el modo y el aspecto son accidentes propios del verbo.

1.1.1. Género.

Indica el sexo de las personas, de los animales y el que, por convención según
cada cultura, se les ha atribuido a las cosas. Por tradición, se distinguen los siguien-
tes géneros:

- Género masculino: el que corresponde a todo varón, animal macho o a toda


cosa a la que se ha atribuido este género (Pedro, caballo, libro).

- Género femenino: el que corresponde a toda mujer, animal hembra o a las


cosas a las que se les ha atribuido dicho género.

- Género neutro: en la lengua castellana no existe ningún sustantivo de este


género, que, además, carece de plural. Se refiere a lo genérico o indeter-
minado. Se puede expresar solamente a través de pronombres o adjetivos
sustantivados (lo suyo, lo mío, lo verde, lo alto). A veces, el artículo neutro lo
precede a un adjetivo plural (¡lo alegres que son!); también puede preceder
a un adjetivo femenino (quedó encantado de lo bella que era).

- Género común: corresponde a ciertos nombres que presentan la misma


forma para el femenino y el masculino, y admiten el artículo femenino o
masculino, según se refieran a hembra o varón (la pianista, el pianista).

- Género ambiguo: corresponde a los nombres que admiten tanto el artículo


masculino como el femenino, sin alterar su significado (el mar o la mar). No
son de género ambiguo los nombres que con la misma forma admiten el
artículo masculino o femenino, pero con un significado diferente en cada
caso (el cura, la cura).

- Género epiceno: designa ambos sexos de ciertos nombres de animales


mediante el mismo artículo y la misma terminación (el mosquito, la culebra).

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

1.1.2. Número.

Este accidente gramatical indica el cambio de forma en las palabras, para señalar
si se trata de una o varias personas, animales o cosas. El número singular es la forma
que hace referencia a una persona, animal o cosa, y el número plural es la que
nombra a varios de estos ejemplares.

Por lo general, los nombres sustantivos presentan una forma para el singular y
otra para el plural; pero en algunos casos no se cumple esta regla; por lo que hay
que tener en cuenta las observaciones siguientes:

- Hay nombres que no distinguen entre la forma del singular y la del plural para
referirse a un mismo objeto (calzón o calzones, tijera o tijeras).

- Otros nombres admiten el artículo en singular o en plural, según señalen una


o varias cosas; pero el nombre mantiene la misma forma para los dos
números (el viernes y los viernes, la dosis y las dosis).

- Los nombres abstractos, generalmente, prescinden de la forma del plural


(norte, Asia, adolescencia, entre otros.). Algunas veces la emplean para
indicar ciertas particularidades. Si decimos, por ejemplo, las Europas, nos
referimos a la Europa socialista y a la Europa capitalista.

- Hay nombres que carecen de plural por ser suficiente la forma singular para
expresar una idea precisa y única (el caos, la nada). Otros, por el contrario,
carecen de singular por no contar con una forma especial para dicho número
(arras, efemérides, anales, comicios, afueras, entre otros).

1.1.3. Caso.

El castellano no presenta la declinación de los casos, con excepción de los


pronombres personales. Este accidente gramatical indica la función u oficio que
desempeñan las categorías declinables dentro de la oración. Se conocen los si-
guientes casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Examen de lo aprendido

Escriba, al frente de cada palabra, el género correspondiente.

pueblo bondad
alma culebra
gato gimnasta
mar capital
Juan vaca
menú mensaje
acróbata toro
mosquito cliente
alegría libro
sintaxis América

Escriba la forma plural de las palabras que aparecen en la siguiente lista. Si el


vocablo no tiene plural, escriba no tiene. Si se emplea sólo en plural, repita la
palabra.

esfera virus
lunes cosmos
toronjil sofá
rey bisturí
pie emperatriz
déficit dosis
nada nupcias
café libro
mitin mes
fe víveres
caos comicios
crisis paraguas

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

1.2. CATEGORÍAS GRAMATICALES

El término categoría se remonta a Aristóteles, categorizar es predicar; predi-


camos de algo en relación con la sustancia, las cualidades, las circunstancias de
estado, acción, tiempo, entre otros aspectos que lo caractericen o precisen. Esas
categorías gramaticales son: el artículo, el sustantivo, el adjetivo, el verbo, el
pronombre, el adverbio, la conjunción, la preposición y la interjección.

Las primeras cinco categorías son variables, dado que sufren alteraciones de-
nominadas accidentes gramaticales. Estos accidentes son: número, género, voz,
modo, tiempo, aspecto y persona. En algunas lenguas se halla el caso, propio, por
ejemplo, de las lenguas clásicas griega y latina. En la lengua española persisten los
casos en el pronombre personal, como se verá cuando tratemos de esta categoría.
Las restantes cuatro categorías no sufren accidentes, son invariables.

1.2.1. El sustantivo.

El nombre sustantivo es la parte variable de la oración que designa personas,


animales o cosas (reales e irreales); así, hablamos de hombre, gato, vaso, elementos
que tienen existencia material, real, verificable por nuestros sentidos; como tam-
bién nos referimos a conceptos como esperanza, cíclope, bruja, que sólo existen en
la imaginación, es decir, que no pueden ser apreciados por los sentidos con forma
o materia propias.

La función del sustantivo, como una de las partes esenciales de la oración, es la


de desempeñar los oficios de sujeto y complementos de la oración gramatical. Estas
funciones obedecen a que el sustantivo nombra algo (persona, animal o cosa), que
tiene la capacidad de efectuar o hacer una acción (función de sujeto) o recibir los
efectos de dicha acción (función de cualquier complemento). Estas funciones cons-
tituyen la idea sustantiva: todo cuanto puede hacer o ser hecho, dar o recibir. Este
algo existe en realidad o le damos existencia real en nuestra imaginación.

Las palabras sustantivadas

Son palabras que, no siendo por naturaleza sustantivos, pueden funcionar con
dicho carácter. Pueden sustantivarse: el pronombre (que en sí mismo está sus-
tantivado por tener como misión sustituir o ir en lugar del nombre, algunas veces,
el pronombre personal puede emplearse como sustantivo acompañado de un
artículo y de uno o más adjetivos. Ejemplo: el “yo irreverente” de algunos hombres),
el adjetivo, el verbo, el adverbio, la preposición, la conjunción y la interjección.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Ejemplos de la sustantivación de estas palabras:

 El rojo crepuscular es hermoso (adjetivo sustantivado: rojo)

 El vivir melancólico de algunos hombres (verbo sustantivado: vivir)

 Su problema es un mal menor (adverbio sustantivado: mal)

 A él le encanta llevar la contra (preposición sustantivada: contra)

 Desconozco el porqué de su comportamiento (conjunción sustanti-


vada: por qué)

 Escuché un ¡ay! remoto (interjección sustantivada: ¡ay!)

Accidentes del sustantivo

El género

Designa el sexo —masculino o femenino— de las personas y de los animales.


Como los sustantivos también nombran cosas materiales o inmateriales asexuados
o carentes de sexo, la lengua les asigna a los nombres de esas cosas uno de los dos
géneros señalados.

Género masculino: pertenecen a este género todos los sustantivos que aceptan el
artículo masculino “el” o su correspondiente plural “los”; son los siguientes:

- Los nombres comunes o propios de varón y de animal macho (hombre,


Fernando, toro).

- Los nombres comunes o propios de cosas, a los que el uso de la lengua asigna
dicho género (vicio, Atlántico, Sinú). En el uso cotidiano no hay dificultad para
establecer el género de un sustantivo, pues bastará constatar si admite el
artículo masculino. En efecto, diremos: el vicio, el Atlántico, el Sinú.

Género femenino: corresponden al género femenino los sustantivos que admiten


el artículo femenino la o su correspondiente plural las. Tenemos los siguientes:

- Los nombres comunes o propios de mujer y de animal hembra (mujer, Sofía,


yegua).

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Los nombres comunes o propios de cosas a las cuales el uso del lenguaje
atribuye dicho género (huerta, boda, virtud, camisas, Orinoquia).

Lo mismo que para el masculino, se podrá determinar, en la práctica, cuándo un


sustantivo es de género femenino; pues basta comprobar si acepta el artículo
femenino (la huerta, la virtud, las camisas, la Orinoquia).

Observación importante: Los géneros masculino y femenino presentan ciertas


particularidades en lo que toca a la aplicación del artículo. Estas particularidades
han llevado a los estudiosos de la lengua a reconocer otros géneros (que podríamos
llamar subgéneros) del sustantivo. Estos son: el neutro, el común, el ambiguo y el
epiceno.

- El denominado género común corresponde a aquellos nombres que, con


igual forma, admiten el artículo masculino o el femenino, según hagan
referencia a varón o hembra (el bañista, la bañista).

- El género ambiguo es el de los nombres que admiten indistintamente el


artículo masculino o femenino, sin que cambie su significado; por lo que
queda sin precisar el género (el mar, la mar, el sartén, la sartén).

- El género epiceno corresponde a algunos nombres de animales, que presentan


una sola forma y admiten un sólo artículo para referirse a los dos sexos (el
mosquito —macho y hembra).

- En lo que toca al género neutro, en castellano no existe ningún nombre


sustantivo de este género.

- Hay muchos sustantivos en plural, que hacen alusión tanto al masculino


como al femenino (los novios —el novio y la novia—; los abuelos —el abuelo
y la abuela).

La formación del femenino: los sustantivos expresan el femenino, generalmente,


a partir de la forma del masculino, mediante el cambio de su terminación. En su
gran mayoría, los cambios se efectúan según la regla siguiente:

- Si el masculino termina en consonante, se agrega una a (escultor-escultora).

- Si el masculino termina en la vocal o se cambia por la a (perro-perra).

22
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Algunos nombres no siguen las reglas anteriores para formar el femenino; lo


expresan de manera irregular. Miremos algunos de los más comunes:

zar - zarina emperador - emperatriz


gallo - gallina actor - actriz
héroe - heroína duque - duquesa
profeta - profetiza conde - condesa
rey - reina

Gran cantidad de nombres de personas y de animales poseen para el femenino


una palabra distinta de la del masculino (caballo y yegua, hombre y mujer). Los
nombres de cosas, cuando se usan como masculinos, casi nunca aceptan la
formación del femenino (pupitre, cuaderno); por el contrario, si se emplean como
femeninos, por lo general, no admiten la formación del masculino (silla, puerta).

El número

Es la forma diferente que adopta una palabra cuando se refiere a uno o varios
elementos u objetos. Si aluden a una persona, un animal o una cosa, su número
será singular, y lo expresan mediante una forma, que, por lo general, cambia en su
terminación si hace referencia a varias personas, cosas, o a varios animales —número
plural.

La formación del plural: Los sustantivos, en su gran mayoría, añaden la letra s o


la sílaba es a la forma del singular, para expresar el plural, según las siguientes
normas:

- Agregan s: 1) Los nombres que terminan en vocal átona (lapicero, lapiceros,


silla, sillas). 2) Los que terminan en e acentuada (bebé-bebés, café-cafés).

- Añaden es: 1) los sustantivos que terminan en vocal acentuada diferente de


e (maniquí-maniquíes). Se exceptúan: mamá, papá, sofá. 2) Los que terminan
en consonante (clamor-clamores, bien-bienes). 3) Los que terminan en y
(buey-bueyes, rey-reyes).

Normas particulares sobre el plural:

- Los nombres que terminan en x o z cambian a c al adoptar la forma del plural


(emperatriz-emperatrices).

23
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Hay extranjerismos que forman el plural de manera irregular, aunque algunos


ya se han asimilado a las reglas del castellano (bistec-bistecs, club-clubs o
clubes, complot-complots, esquí-esquís o esquíes, coñac-coñacs…).

- Los nombres compuestos, por lo general, agregan la terminación del plural al


segundo componente (puntapié-puntapies); aunque en ciertos casos plura-
liza ambos componentes (gentilhombre-gentileshombres). Es muy raro que
pluralice sólo el primer componente (hijodalgo-hijosdalgo como ocurre con
el pronombre quienquiera-quienesquiera).

- Los sustantivos que en singular son palabras graves o esdrújulas terminadas


en s, y los apellidos que terminan en z no aceptan la forma del plural, aunque
admitan el artículo en plural (la crisis-las crisis, la dosis-las dosis…).

- Algunos nombres no tienen plural por no admitirlo su misma significación


única y absoluta (el caos, la nada). Otros, por el contrario, sólo presentan la
forma del plural (cumpleaños, albricias…), mientras que ciertos nombres
admiten tanto el singular como el plural para referirse a la misma cosa
(alicate-alicates, pantalón-pantalones).

El caso

En griego y latín, a diferencia del español, el sustantivo (lo mismo que el adjetivo
y el pronombre) varía no sólo según el número (singular, plural y, además, dual) y
el género (masculino, femenino y, además, neutro), sino también según la función
sintáctica que desempeñe (sujeto, objeto y demás complementos), variación lla-
mada caso. El conjunto de estas variaciones se llama declinación.

En la lengua española sólo los pronombres personales (yo, tú, él, ella, nosotros,
vosotros, ellos, ellas) varían de acuerdo con la función sintáctica (caso) que
desempeñen en la oración (por ejemplo: yo (sujeto), me (objeto), etc.).

El oficio o la función del sustantivo en español lo deducimos según el sentido de


la frase u oración, o por las preposiciones que, de manera precisa con ese fin, se
utilizan para algunos casos.

A continuación, se presentan los distintos casos que corresponden a cada


función del sustantivo, y las preposiciones que rigen cada una de dichas funciones.

24
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Caso Función Preposiciones que puede llevar


nominativo sujeto sólo entre (entre ellos resolvieron el caso)
acusativo Compl. directo a o ninguna
genitivo Compl. nominal de
dativo Compl. indirecto a, para, por o ninguna
ablativo Compl. circunst. cualquiera o ninguna

Clasificación de los sustantivos

- Por su significado:

 Concreto: nombra seres reales o irreales que podemos representar como


tales (mesa, gato, bruja).

 Abstracto: designa fenómenos y cualidades (esperanza, amistad, evo-


lución).

- Por su extensión:

 Común: se refiere a personas, animales o cosas de la misma especie


(mujer, lápiz, gallo).

 Propio: designa a una persona, cosa, o un animal (Roberto, Montería,


Orinoquia).

- Por su origen

 Simple: lo constituye una sola palabra (patio).

 Compuesto: conformado por la unión de dos o más lexemas para dar


origen a una nueva palabra con sentido único y constante. Los lexemas
que se combinan en el vocablo compuesto pueden ser: palabras de la
lengua (PL), o temas cultos grecolatinos (T). Ejemplos: palabra + palabra
=boca-calle, casa-quinta; tema + tema = logopeda, xenófobo; palabra +
tema= musicólogo, herbívoro; tema + palabra = ecoturismo, filosocialista.

 Primitivo: no se origina de otra palabra (pan, sal).

 Derivado: se origina de otra palabra, mediante la adición de un afijo


(prefijo, sufijo, infijo e interfijo), o por otro medio no afijal (aplicando un
proceso de sustracción a la base de la derivación, obteniéndose una

25
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

formación regresiva, reten de retener, sostén de sostener). Las palabras


derivadas se subdividen de la siguiente manera:

- Derivados por sufijación:

 Gentilicio: se refiere al país, región, ciudad u otro espacio geográfico de


donde es oriunda una persona (colombiano, monteriano).

 Patronímico: indica el apellido derivado del nombre del padre (Sánchez-


de Sancho).

 Aumentativo: nombre que lleva ciertas terminaciones —-on, -azo, -ona, …—


para aumentar su significado (mujerón, cuerpazo, mandona).

 Diminutivo: sustantivo que, mediante ciertas terminaciones —-illo, -illa,


-ito, -ita, etc.— disminuye su significado (cuadernito, muñequita, tona-
dilla, conejillo).

 Despectivo: este derivado expresa burla o desprecio. Se vale de termina-


ciones muy variadas (flacucha, mozuela, gentuza, animalejo, animalaco,
etc.).

 Verbal: es el nombre que deriva de un verbo (escribano, cantante,


corredor).

- Derivación por prefijación: En la sección Algunos elementos de morfología,


se habla de manera amplia de la prefijación y, en general, de la derivación y
la composición como mecanismos de formación de palabras.

 Parasintético: sustantivo que participa de la derivación y la composición a


la vez (inframundano).

 Colectivo: sustantivo que indica multitud de personas o cosas, estando en


singular (constelación, alumnado, escuadrón).

 Partitivo: señala una de las partes en que se puede dividir un todo (cuarto,
mitad, tercio).

 Múltiplo: indica el número de veces que una cantidad comprende en sí


misma a otra inferior (quíntuplo, duplo).

26
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Examen de lo aprendido

Elija un texto corto (máximo una cuartilla). A partir de éste, desarrolle las
siguientes actividades:

1. Subraye las palabras que sean sustantivos masculinos.

2. Elija veinte de esos sustantivos y ubíquelos al lado izquierdo de las líneas que
se indican a continuación: escriba la forma femenina; si es igual a la del
masculino escríbalo nuevamente, si no puede formarse el femenino, indique
que no tiene.

3. Seleccione otros veinte sustantivos del texto leído (masculinos o femeninos);


puede repetir algunos de los anteriores. Póngalos en el orden anterior y, a
continuación, escriba la forma plural de cada uno. Si es la misma que la del
singular, escríbalo de nuevo. Si no posee forma plural, escriba no tiene.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Los sustantivos que aparecen en la lista siguiente presentan su forma plural.


Escriba a continuación de cada uno su respectiva forma singular. Si algunos de ellos
no la poseen, escriba no tiene.

ajíes canciones
crisis aludes
sofás éxtasis
luces dosis
códices expensas
nupcias brincos
nueces tamices
saberes zánganos
álbumes erosiones
relojes acideces
ediles enseres

Escriba cinco ejemplos de cada una de las clases de sustantivos que se indican a
continuación. Las palabras elegidas deben ser extraídas de textos escritos de
cualquier género discursivo. Indique la (s) fuente (s) de búsqueda.

concreto:
abstracto:
común:
propio:
simple:
compuesto:
primitivo:
derivado:
parasintético:
colectivo:
partitivo:
múltiplo:

28
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1.2.2. El adjetivo.

El adjetivo (del latín adiectivus -i), es una parte variable de la oración que califica
o determina al nombre. Ejemplos: carro rojo, casa grande; viejos amigos; este árbol.
Esta calificación o determinación del sustantivo implica su modificación.

Los adjetivos son palabras que modifican a los nombres sustantivos, deter-
minándolos o calificándolos: nuevos aviones; cielo azul; este libro. El nombre
sustantivo tiene una significación muy extensa: hombre abarca a todos los hombres;
pero si digo hombre grueso o este hombre, restrinjo la significación de hombre,
calificándolo (grueso) o determinando a qué hombre me refiero (éste). Todas estas
palabras que reducen, precisan o concretan la extensión indefinida del sustantivo
se llaman 'adjetivos'. Entonces, la función esencial del adjetivo es la de acompañar
y modificar al sustantivo, con el cual forma una sola unidad de expresión. El adjetivo
no tiene validez o sentido por sí mismo.

Normas útiles de redacción

Concordancia del adjetivo. El adjetivo debe concordar con el sustantivo en


género y número.

Ejemplos: calle ancha, calles anchas


hombre bueno, hombres buenos

Sin embargo, se presentan los siguientes casos especiales:

- Si el adjetivo se refiere a varios sustantivos, debe ir en plural y en masculino,


en caso de haber, por lo menos, un sustantivo masculino.

Ejemplo: Una casa, un huerto y un trapiche bien conservados.

- Si los sustantivos son de diferente género, el adjetivo se usa en masculino y


plural, o en masculino singular.

Ejemplos: Son necesarios el dinero y la sabiduría.


Es necesario el dinero y la sabiduría.

- Cuando los sustantivos son sinónimos, o van unidos por las conjunciones o,
u, el adjetivo concuerda en género con el último sustantivo y se usa en
singular.

Ejemplos: Es de una audacia, una osadía o un atrevimiento peligroso.


Ese pueblo se caracteriza por una paz o tranquilidad extraordinaria.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Si el adjetivo precede a dos o más sustantivos, se pone en singular y en el


género del sustantivo más próximo.

Ejemplo: Me atrae su extraordinaria belleza y su delicadeza.

- Cuando es el caso de los adjetivos compuestos, concuerda con el sustantivo


el segundo elemento.

Ejemplo: La relación colombo-venezolana

- Cuando acompaña a un nombre en singular, pero con significado colectivo,


el adjetivo puede expresarse en singular o en plural (la multitud vociferaba
sin medida como si todos se hubieran vuelto locos).

- Algunas expresiones de uso común y aceptadas en el lenguaje no cumplen


con la concordancia del adjetivo con el sustantivo (a brazo partido, le vino de
perlas, a pie juntillas, a ojos vista).

Ubicación del adjetivo. En español, el adjetivo puede ir antepuesto, o pospuesto


al sustantivo. Su colocación depende de la intención comunicativa del emisor del
mensaje, es decir, si quiere dar un efecto emotivo o de objetividad a determinadas
locuciones del discurso. Ciertamente, cuando se quiere atraer la atención sobre la
cualidad del sustantivo a que se refiere el adjetivo, este va antepuesto; por ejemplo,
un hermoso árbol. Se refleja cierta participación emocional del que habla o escribe.
En cambio, en árbol hermoso, el énfasis se pone más en el árbol, y el adjetivo
hermoso es una mera calificación objetiva.

Es cuestión de prioridad, de focalización, y en esto radica el mayor o menor


énfasis puesto al adjetivo. El efecto psicológico de azul cielo es diferente del de cielo
azul; asimismo, no genera igual sentimiento rubia cabellera que cabellera rubia.

Hay que tener presente también que el valor de algunos adjetivos depende de
su posición y contexto. Un pueblo miserable es un pueblo sumido en la pobreza,
mientras que un miserable peso, es un peso despreciable. De forma análoga, la idea
del adjetivo pobre es distinta según sea su colocación: un pobre hombre y un
hombre pobre; igualmente, la idea de viejo no es la misma en un viejo amigo que
en un amigo viejo.

La libertad de colocación del adjetivo en la lengua española, como ocurre con


otras lenguas como el francés, es una manifestación de los artificios sintácticos de
que se valen los escritores hábiles para provocar ciertos efectos en sus textos. En el
capítulo sobre El estilo en la escritura, de nuevo se hace referencia al adjetivo.

30
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

La formación del femenino. En el caso de los adjetivos que presentan formas


diferentes para los géneros masculino y femenino, existen las siguientes reglas para
la formación del femenino:

- Los que terminan en o, ete, ote, reemplazan la última vocal por a (bello-bella,
grandote-grandota, regordete-regordeta).

- Los nombres terminados en consonante, en su gran mayoría, agregan una a


a la forma del masculino (bailador-bailadora, español-española, cordobés-
cordobesa).

- Hay adjetivos que poseen una sola forma genérica para el femenino y el
masculino (mujer cortés, hombre cortés, la región libre, el pueblo libre).

La formación del plural. El plural de los adjetivos se forma de la siguiente


manera:

- Los que terminan en vocal inacentuada añaden la letra s (blanco-blancos).

- Los adjetivos que terminan en consonante o vocal acentuada agregan la


sílaba es (leal-leales, israelí-israelíes).

- Los que terminan en z reemplazan esta letra por c y agregan la sílaba es (feliz-
felices).

Adjetivos apocopados

Ciertos adjetivos suprimen, por lo general, una o dos letras cuando van inme-
diatamente delante del nombre, como primero, postrero, tercero, bueno, malo,
alguno, cualquiera, ninguno, grande, santo, y los posesivos mío, tuyo y suyo con sus
correspondientes femeninos y plurales. Ejemplos: primer lugar, postrer día, tercer
año, buen comienzo, mal comportamiento, algún extraño, cualquier persona,
ningún problema, mi carro, tu casa, su padre, mis compañeros, tus amigos, sus
hermanos, San Jerónimo, gran fiesta.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Examen de lo aprendido

Seleccione treinta adjetivos de textos elegidos por usted (diez de estos adjetivos
deben presentar igual forma para el masculino y el femenino). La forma masculina
la ubicará a la izquierda de las dos columnas de líneas. Sobre las líneas de la primera
columna escriba su forma femenina, y, sobre las de la segunda columna, la forma
del masculino plural.

Clasificación del adjetivo

Los adjetivos calificativos. Reciben este nombre los adjetivos que designan una
cualidad o característica del nombre al que acompañan. Podemos denotar los
siguientes grados de significación, cuando atribuimos una cualidad a un sustantivo:

- Grado positivo: cuando indicamos de manera simple la cualidad del sus-


tantivo (árbol alto).

- Grado comparativo: se presenta cuando comparamos la cualidad atribuida a


un sustantivo con la misma cualidad que posee otro nombre. Cuando se
comparan dos cosas, la primera puede ser igual, más o menos que la
segunda; por lo cual se han establecido tres modalidades en el grado com-
parativo:

32
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Comparativo de igualdad (este árbol es tan alto como aquél).

 Comparativo de superioridad (este árbol es más alto que aquél).

 Comparativo de inferioridad (este árbol es menos alto que aquél).

El grado comparativo se vale de las formas correlativas tan… como, más…


que, menos… que para expresar los dos términos de la comparación; pero el
adjetivo mantiene la misma forma que en el grado positivo, con excepción
de los siguientes casos:

bueno - mejor (más bueno)


malo - peor (más malo)

grande - mayor (más grande)


pequeño - menor (más pequeño)

alto - superior (más alto)


bajo - inferior (más bajo)

Estas formas del comparativo son una derivación de las formas com-
parativas del latín, por lo que no deben usarse con los adverbios más o
menos, por contener en sí mismas la idea comparativa. Evítense, entonces,
las locuciones más mejor, más peor, menos mayor, etc.

- Grado superlativo: cuando se destaca una cualidad en grado sumo. Para la


expresión del superlativo, la lengua española cuenta con varias formas:

 Agregando el sufijo ísimo a la forma de positivo del adjetivo (vulgar-


vulgarísimo). Cuando el adjetivo termina en vocal, ésta se suprime al
añadir dicha terminación (alto-altísimo).

 Anteponiendo el adverbio muy al adjetivo en su grado positivo (alto-muy


alto).

 Anteponiendo los artículos el, la, lo —o sus formas plurales— al


comparativo (débil: el más débil, la más débil, lo más débil, los más débiles,
las más débiles).

Observación: las formas anteriores se pueden utilizar para indicar el grado


superlativo; pero no es adecuado (sobre todo en la escritura) usar dos de esas

33
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

formas a la vez. Así, serán incorrectas frases como: muy inteligentísimo, el


más altísimo, entre otras. Tampoco es adecuado usar, a la vez, las formas de
superlativo y comparativo, mediante combinaciones como más malísimo,
muy peor, etc.

Superlativos irregulares: en español, hay un gran número de adjetivos que


utilizan el sufijo ísimo de forma irregular. Esto obedece, igual a lo que pasa
con las formas comparativas irregulares, a que provienen de manera directa
de las formas superlativas de la lengua latina. Veamos los de mayor uso:

acre - acérrimo libre - libérrimo


alto - supremo, sumo malo - pésimo
bueno - bonísimo, óptimo nuevo - novísimo
bajo - ínfimo pequeño - mínimo
célebre - celebérrimo pobre - paupérrimo
grande - máximo sabio - sapientísimo

En el idioma español lo usual es formar el superlativo en ísimo: altísimo,


pobrísimo, bajísimo, etc, formas empleadas hoy con bastante frecuencia.
Algunos adjetivos no aceptan este sufijo (ísimo) en la formación del super-
lativo, por poseer muchas sílabas o una naturaleza particular que volvería
cacofónica su pronunciación, como ocurre con los adjetivos espontáneo,
erróneo y con la mayoría de los terminados en ble (deleznable). Hay otros
adjetivos que no admiten el superlativo ni con el adverbio muy. Esto pasa con
vocablos que expresan una idea precisa, completa o absoluta (único, final,
eterno, fatal, idéntico, ileso, etc.).

Adjetivos determinativos. Tienen la función de designar o determinar las varia-


das circunstancias del sustantivo al que acompañan, precisando su significación.
Conviene aclarar que todos los adjetivos determinativos son pronombres con función
de adjetivos (cuando acompañan a un sustantivo). Se clasifican de la siguiente manera:

- Demostrativos: son los que se refieren a la situación de lugar en que se halla


el sustantivo en relación con la persona que habla y con la que escucha. Las
siguientes son las formas empleadas:

Masc. singular Fem. singular Masc. plural Fem. Plural


Muy próximo este esta estos estas
Menos próximo ese esa esos esas
Lejano aquel aquella aquellos aquellas

34
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Estas formas, cuando funcionan como adjetivos, deben estar acompa-


ñando a un sustantivo. En tal caso, no se acentúan, sino sólo cuando son
pronombres (en esta obra se recomienda el uso de la tilde diacrítica).

- Indefinidos: determinan al sustantivo, pero de manera imprecisa o indefinida.


Las formas de mayor frecuencia son cierto, tal, otro, alguno, ninguno y cual-
quiera con sus respectivos femeninos y plurales. Como ejemplos tenemos:
cierto libro, tal problema, otro día, algún lápiz, ninguna actividad, cualquier
mes.

Los pronombres alguno, ninguno y cualquiera, cuando cumplen la función


de adjetivos, es decir cuando van delante del sustantivo, suprimen la última
letra (algún lugar, ningún árbol, cualquier día). Tal y cualquiera —lo mismo
que sus plurales— presentan igual forma para el masculino y el femenino (tal
año y tal semana, cualquier día y cualquier hora).

- Posesivos: señalan una relación de propiedad o pertenencia. Los pronombres


posesivos correspondientes a las distintas personas gramaticales, y que, en
algunos usos, funcionan como adjetivos determinativos, son: mío, tuyo, suyo,
nuestro y vuestro con sus formas femeninas y plurales correspondientes.
Cuando mío, tuyo y suyo van delante del sustantivo se reducen a mi, tu, su y
sus plurales en mis, tus, sus (mi carro, tu casa, su celular, mis amigos, tus
familiares, sus triunfos).

- Cuantitativos: limitan el significado del sustantivo, precisando la extensión en


que debemos entenderlo. Los de mayor frecuencia son todo, mucho, poco y
bastante (todo el público, mucho ruido, poco dinero, bastante agua).
Bastante presenta una sola forma para ambos géneros (bastante dinero,
bastante comida).

En el caso de todo, es el único adjetivo que puede ir delante del artículo.

- Numerales: se refieren a una cantidad precisa. Se clasifican en:

 Cardinales: los que señalan la serie natural de los números: uno, dos, tres,
cuatro, etc.

 Ordinales: indican el orden o sucesión dentro de los números. El empleo


de estas formas no se da con mucha frecuencia, por ser sustituidas
usualmente por los cardinales.

35
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

primero noveno decimoséptimo sexagésimo quingentésimo


segundo décimo decimoctavo septuagésimo sexcentésimo
tercero undécimo decimonono octogésimo septingentésimo
cuarto duodécimo vigésimo nonagésimo octingentésimo
quinto decimotercero Vigésimo primero centésimo noningentésimo
sexto decimocuarto trigésimo ducentésimo milésimo
séptimo decimoquinto cuadragésimo tricentésimo millonésimo
octavo decimosexto quincuagésimo cuadringentésimo

 Múltiplos: cuando expresan idea de multiplicación: doble, triple, cuá-


druple, quíntuple, etc.

 Partitivos: si señalan idea de división: medio, tercio, cuarto, quinto, etc.

Con excepción de medio, que se emplea con frecuencia como adjetivo, los
demás partitivos se usan, por lo general, como sustantivos.

- Distributivos: son los que se refieren a la idea de partición y reparto. Ejemplos:


ambos lados (uno y otro lado); sendos celulares (un celular para cada uno);
cada ventana (una ventana, prescindiendo de las demás). Ambos y sendos,
en razón a su misma naturaleza, se usan sólo en plural en sus dos formas
genéricas. Cada es invariable y se emplea, por consiguiente, en masculino o
femenino, en singular o plural (cada día, cada hora; cada dos días, cada dos
horas).

- Interrogativos: los que se emplean para preguntar. Los pronombres uti-


lizados para esta función de adjetivo son: que, cual y cuanto. Ejemplos: ¿qué
hora es? ¿cuál comida prefieres? ¿cuánto dinero posees? Algunas veces,
estos adjetivos se emplean con sentido admirativo: ¡qué ciudad más bella!,
¡cuánto esfuerzo perdido!

División de los adjetivos por su origen

- Simples: constan de una sola palabra (verde).

- Compuestos: constan de dos o más palabras (pelirrojo)

- Primitivos: son los adjetivos que no provienen de otra palabra (rojo).

- Derivados: son aquellos adjetivos que provienen de otra palabra; podemos


subdividirlos en:

36
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Los que indican semejanza (azulado, rojizo, grisáceo, negruzco, verdoso,


etc.).

 Los que indican relación, cualidad o propiedades. Pueden derivar de


nombres, adjetivos o verbos (colonial, familiar, perecedero, nacionalista,
legalista, pintoresco, oloroso, perruno, comprensivo, aburrido, fiestero,
aéreo, etc.).

- Apreciativos: aumentativos, diminutivos y despectivos (libraco, flacucho,


buenazo, poquito, pequeñín, fiestorra, bichejo, etc.).

- Los gentilicios: indican el origen, nacionalidad o raza de las personas (colom-


biano, indígena, africano, etc.)

Examen de lo aprendido

Lea el siguiente texto de Enrique Morales (2011). Mediante una línea sencilla
(______) marque los adjetivos calificativos, y con una línea doble (======) señale
los adjetivos determinativos. Mediante una flecha ( ), conecte cada uno
de los adjetivos señalados con el sustantivo o expresión sustantivada a que acom-
pañan.

EL ARTE DE LA ESCRITURA

Entre el habla y la escritura, esta última es la que mejor expresa nuestros


pensamientos desde el punto de vista de la forma y del contenido, mientras que el
primero (el habla), reconociendo que existen distintos niveles de expresión oral, es
un medio informal, que permite la improvisación, tiene un carácter coloquial, todo
lo cual lleva a que se perdone hasta el más chocante disparate.

Todo el que escribe es escritor; desde los garabatos del párvulo hasta la escritura
más esmerada y significativa son expresiones del acto de escribir. Pero, hay que
intentar ser el escritor por excelencia, el consagrado, el reconocido por la elegancia
y armonía y, ante todo, por la claridad semántica de sus escritos.

Cuando se habla de buenos, regulares o malos escritores, no se está haciendo


uso de calificativos caprichosos, al igual que no se dice por capricho de una pintura
o de una composición musical que la primera es agradable o encantadora y que la
segunda es melodiosa, en virtud de que lo malo y lo bueno, lo desagradable y lo
agradable, lo melodioso y lo estridente son hechos reales y transparentes, per-
cibibles por los sentidos del hombre y por su espíritu, trátese del hombre más
ignorante o del más culto.

37
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

El buen pintor expresa sus ideas y sentimientos mediante las obras que crea, y la
calidad de sus expresiones plásticas depende de sus conocimientos, de su com-
petencia cultural, de su sensibilidad y del amor puesto a su oficio. El buen pintor,
como el buen músico o el poeta destacado sufren en la creación de sus obras, en
tanto que ejercitan un trabajo muscular, intelectual y espiritual. Todo arte tiene un
componente innato y otro adquirido y la parte connatural tomará mayor fuerza y
será más productiva en la medida en que la habilidad adquirida sea mejor en
cantidad y calidad, gracias al ejercicio disciplinado y a la vocación.

Así como la conjugación del trabajo intelectual y creativo es necesaria en el


ejercicio del artista, en el caso del escritor es condición indispensable para producir
el mensaje o el texto de mayor fuerza expresiva, que satisfaga la intención
psicológica de éste y sea captado por el interlocutor según el sentido o lo que quiso
decir el autor; es decir, que los sentimientos del escritor sean captados con el
significado que éste les quiso dar.

Vale aquí un llamado a los críticos que hacen decir al autor lo que éste nunca
pensó ni quiso expresar. La labor del crítico debe ser la de captar y explicar el mundo
semántico que crea el artista y no la de interpretarlo de manera especulativa basado
en los supuestos teóricos vigentes por el prurito del estar de moda. Es oportuna aquí
la sabia opinión que en alguna ocasión expresó el ilustre exprofesor de la Uni-
versidad Nacional de Colombia, Carlos Escalante Angulo, al referirse a la escritura:
lo importante es captar lo que el escritor quiso decir, mas no lo que se cree que
intentó decir".

A continuación, se presentan conjuntos de dos o más formas de un mismo


adjetivo. Escriba frases u oraciones donde haga un uso correcto de las formas
elegidas.

Ejemplos:

 Hoy estuve charlando con (tuya, tu) amiga.

 (ningún, ninguno) de los invitados llegó puntual.

 El profesor y (suyos, sus) estudiantes estuvieron en (mi, mía) casa.

1.______________________________(el más fácil, el más facilísimo).

2.___________________________________________(mis, míos).

3.________________(su, suya)______________(erroneísima, muy errónea).

38
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

4._______________________________________(único, muy único).

5._________(su,suyo)____________________________(suya, su)__________.

6. (Mío, mi)______________(más mejor, mejor)______________ (tuyo, tu).

7.______________________________________(tercero, tres).

8.____________(mía, mi)_______________.

9.__________________________________(peor, más peor) _____________.

10._______________(cualquiera, cualquier)________________.

11._______________(primero, primer)____________________.

12.________________________________________(mía, mi).

13.____________(alguno, algún)___________________________.

14.___________________________________(medio, media)_______.

15._______________(suyos, sus)______________(mi, mío) _______________.

16.________________________________(algún, alguno).

17.____________________________________(cualquier, cualquiera).

18.____________________(muy grandísima, grandísima, muy grande).

19.__________________________________(muy caluroso, calurosísimo).

20.__________________(ningún, ninguna)_________________.

Seleccione veinte adjetivos de uno o más textos elegidos por usted. Ubique, al
lado izquierdo de las columnas, la forma para el grado positivo, y, a continuación
de cada adjetivo, escriba las formas correspondientes para el grado comparativo y
superlativo. Combine las modalidades tanto del comparativo como del superlativo.
Si el adjetivo posee dos formas para indicar un grado de significación, escríbalas en
la columna que corresponda.

39
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Grado positivo Grado comparativo Grado superlativo

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20

1.2.3. El artículo.

Esta categoría gramatical se conoce como la parte variable de la oración que


precede al sustantivo o a otra parte (sustantivada) de la oración, para distinguir su
género y número. Veamos los siguientes ejemplos:

 El árbol da sombra (acompaña al sustantivo árbol)

 El rojo es un color alegre (acompaña al adjetivo sustantivado rojo)

 El soñar es propio del hombre (acompaña al verbo sustantivado soñar)

 El porqué de tu entusiasmo (acompaña a la conjunción sustantivada


porqué)

 El ayer es nostálgico (acompaña al adverbio sustantivado ayer)

40
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 El pro y el contra (acompaña a las preposiciones sustantivadas pro y


contra)

 El ¡ojalá! que expresó avivó su deseo (acompaña a la interjección


sustantivada ¡ojalá!)

La función principal que cumple el artículo dentro de la oración gramatical es la


de indicar el género y el número del sustantivo. No obstante, algunos artículos
también cumplen la función de determinar, en cierto grado, la significación del
sustantivo. Esto ha llevado a clasificarlos en dos clases, así:

- Artículo determinado o definido: alude a un sustantivo conocido previa-


mente. Las formas que presenta esta clase de artículo son: el (para el
masculino singular), la (para el femenino singular), lo (para el neutro
singular), los (para el masculino plural) y las (para el femenino plural). El
neutro no tiene forma para el plural.

- Artículo indeterminado o indefinido: el que se refiere a un sustantivo del que


no tenemos un conocimiento previo. Sus formas son: un (para el masculino
singular), una (para el femenino singular), unos (para el masculino plural) y
unas (para el femenino plural).

Observación: el artículo es un, por consiguiente, la forma uno no será nunca


artículo (sólo puede ser pronombre: uno es capaz de triunfar).

Obsérvese la diferencia entre el artículo determinado y el indeterminado en las


siguientes frases:

 Préstame un libro.

 Préstame el libro.

En la primera frase se solicita el préstamo de un libro cualquiera, sin especificar


cuál de ellos; mientras que en la segunda frase, se hace referencia a un determinado
libro, que se supone conoce la persona a quien se dirige la petición.

Concordancia del artículo

Atendiendo a su misma definición, el artículo concuerda con el sustantivo en


género y número. No obstante, las formas masculinas el y un pueden acompañar
nombres femeninos, cuya primera sílaba comience por a o ha, si tales sílabas llevan
el acento prosódico (el ala, un hacha). Estas excepciones de la regla se aceptan para

41
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

evitar el sonido cacofónico que se produciría al expresar: la ala, una hacha. Siempre
deberá emplearse el artículo femenino la, aunque el nombre comience con a o ha,
en los casos siguientes:

- Delante de las letras A y H (la A, la Hache).

- Delante de los adjetivos (la ancha avenida, la amplia alcoba).

- Delante de los nombres propios de mujer (la Josefa, la Susana).

Como en la lengua castellana no existen sustantivos de género neutro, el artículo


neutro lo sólo acompaña a expresiones sustantivadas, en general las formadas con
adjetivos (seleccionaron lo mejor, lo positivo del asunto, lo uno y lo otro).

Contracción del artículo

El artículo el cuando lo preceden las preposiciones a y de se une a éstas dando


como resultado las formas contractas al y del; estas formas se denominan artículos
contractos. Ejemplos: se fueron al (a el) medio día, el valor del (de el) celular.

Cuando el artículo hace parte del nombre completo de una razón social, una
ciudad, un periódico, un libro, etc., no debe realizarse la contracción. Ejemplos: ayer
presenté la propuesta a El Palacio de la Moda, llegaron noticias de El Cairo, leí las
noticias de El Meridiano, me leí el primer capítulo de El imperio de los buenos
espíritus.

Examen de lo aprendido

Lea el texto que sigue a continuación, de Fabio Jurado Valencia (2010). Utilizando
sus propias convenciones, subraye los artículos determinados e indeterminados
junto con el sustantivo o palabra sustantivada que acompañen.

PRESENTACIÓN

Este texto es el resultado de un proyecto de investigación financiado por la


Secretaría de Educación de Bogotá, en torno a la fundamentación teórica del
enfoque por ciclos, en el marco de la transformación de la gestión escolar, el
currículo y las pedagogías. La iniciativa surgió con el profesor Jaime Naranjo, por
entonces Sub-secretario Académico de la Secretaría de Educación de Bogotá, quien
solicitó al Instituto de Investigación en Educación, de la Universidad Nacional de
Colombia, la constitución de un equipo de trabajo para fundamentar la propuesta

42
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

sobre la reestructuración curricular y el desarrollo de los ciclos y promover unos


talleres-foros con grupos de docentes de la ciudad.

La experiencia de los foros, llevados a cabo en el transcurso del año 2009,


constituye un referente de gran trascendencia en la historia de la educación de
Bogotá: miles de maestros ansiosos de conocer las singularidades del enfoque por
ciclos participaron con una actitud crítica y propositiva; no era obligatoria la
participación de los docentes en estos foros, como no lo era tampoco la
incorporación de los colegios en dicho proceso; de manera voluntaria algunos
colegios acogieron la iniciativa e iniciaron con sus propios ritmos la transformación
de las estructuras organizativas, en la perspectiva de reconfigurar el currículo, las
pedagogías y la evaluación a través de los ciclos. Un año después, la mayoría de las
instituciones educativas de Bogotá se habían integrado al proceso.

En Colombia, desde el Decreto 1860 (1994), se señaló la importancia de


estructurar los currículos a partir de ciclos; ya en el año 1996 los ciclos se asociaron
con conjuntos de grados, en la definición de los indicadores de logro en cada una de
las áreas. Posteriormente, en 2005, con los estándares curriculares, se orienta la
planeación académica según los estándares de competencia en cada uno de los
ciclos definidos por el Ministerio de Educación Nacional. Sin embargo, la asunción
de los ciclos sólo servirá para organizar los logros o los estándares del currículo, pero
no para transformar las prácticas pedagógicas y la gestión escolar. En ningún
momento el Ministerio de Educación planeó programas o proyectos de formación
docente que apuntaran hacia las posibilidades de hacer realidad el enfoque por
ciclos; sólo señaló los ciclos para identificar los componentes del aprendizaje fun-
damental en la educación básica.

Transformar las escuelas a partir del enfoque por ciclos es un reto que implica
saber moverse en las complejidades de la educación, desde el presente hacia el
porvenir. La mayor complejidad está, sin duda, en la constitución de equipos
pedagógicos por cada ciclo y el perfil de liderazgo que ha de caracterizar a los
rectores y a los coordinadores académicos. Se trata de un liderazgo que presupone
la toma de decisiones consensuadas, en la perspectiva de saber ubicar a los
docentes en dichos equipos, evitando la atomización de sus roles: ¿cómo hacer, por
ejemplo, para que un grupo de docentes permanezca por varios años en un mismo
ciclo, fortalecer así sus dominios disciplinares y poder conocer más en profundidad
las expectativas y los dilemas de sus estudiantes, pero sobre todo poder interactuar
con los colegas de las diversas áreas apuntando hacia la integración curricular y
hacia la definición de proyectos transversales?

Los perfiles pedagógicos de los docentes, esto es, la experticia y el interés en


ciertas etapas de la educación de los niños o de los jóvenes, son decisivos en este

43
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

propósito de asignarle sentido al trabajo en el contexto escolar. El rompimiento con


las rutinas y la propensión hacia el asombro en el acto de descubrir cosas nuevas ha
de constituir el horizonte fundamental en el enfoque por ciclos en las escuelas. Son
casos de dispersión y de agotamiento físico e intelectual aquellas situaciones en las
que un mismo docente tiene que planear sus clases para grupos de estudiantes de
sexto grado y también para el grado once; esto se agudiza con la masificación de
las aulas (entre 40 y 50 estudiantes en un salón). Distinto es lo que observamos en
la mayoría de los países del mundo: los docentes son formados profesionalmente
según sea el ciclo en el que se desempeñarán; de allí que sea común en países como
Argentina, México o Brasil que los profesores de Educación Media (los tres últimos
años), por ejemplo, se concentren solo en ese ciclo.

Este libro se publica por el interés que, sobre el enfoque por ciclos y su adecuación
en el currículo, en las pedagogías y en la gestión escolar, han mostrado los docentes
en distintas regiones de Colombia. Se trata de la voz de un grupo de investigación
que ha sabido recoger las otras voces, las de los docentes de las aulas reales, para
darle cuerpo a una propuesta, inicialmente pensada para Bogotá pero ahora
considerada como un referente para adelantar talleres afines, en otros lugares del
país. Los autores agradecen a la Secretaría de Educación del Distrito Capital,
especialmente a Jaime Naranjo y a Abel Rodríguez, la oportunidad para adelantar
este estudio en el transcurso del año 2009.

1.2.4. El pronombre.

Definición

Esta categoría gramatical es la parte variable de la oración que sustituye al


nombre. Como sustituto del sustantivo, el pronombre reemplazará a un nombre
previamente conocido, llamado su antecedente. Este elemento recursivo evita la
repetición del sustantivo, sobre todo, cuando no es necesaria para la adecuada
comprensión del mensaje mediante la lengua.

Ejemplo: Alfredo y Alicia son primos. Él es arquitecto y ella es abogada.

En la segunda oración las palabras él y ella reemplazan a los nombres Alfredo y


Alicia. Si no utilizamos dichos pronombres tendríamos que decir: Alfredo y Alicia
son primos. Alfredo es arquitecto y Alicia es abogada. La repetición innecesaria es
cacofónica, afea el estilo; por ello, empleamos los pronombres él y ella, cuyos
antecedentes son Alfredo y Alicia respectivamente.

44
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

El género, el número y la función del pronombre

Siendo el pronombre un sustituto del nombre, desempeña las funciones propias


del sustantivo, y refleja sus accidentes gramaticales. Por tales razones, se han
establecido las siguientes características de los pronombres:

- Tendrán el género y número de su antecedente (con la única excepción de


cuyo —y sus formas de femenino y plural—, que al ser empleado siempre con
el carácter de adjetivo posesivo, no concierta con su antecedente, sino con
el nombre al que acompaña. Si, por ejemplo, decimos: El río cuyas aguas son
limpias, cuyas concuerda con el nombre aguas, femenino plural, y no con su
antecedente río, masculino singular).

La mayoría de los pronombres presentan formas distintas para el


masculino y el femenino, tanto en singular como en plural. Otros, por el
contrario, poseen una forma genérica única, como ocurre con los pro-
nombres personales de primera y segunda persona del singular yo y tú, al
igual que las formas me, mi, te, ti, nos, os, se. Por ejemplo, yo será masculino
si quien habla es hombre, y femenino si es mujer. Un hombre dirá yo estoy
enamorado; mientras que una mujer dirá, yo estoy enamorada. Como el
adjetivo enamorado y enamorada conciertan con el pronombre yo, nos
informará su género y número en cada caso.

Así mismo, presentan una sola forma genérica los pronombres relativos
quien y cual, y sus plurales quienes y cuales. Ejemplos: el señor a quien (al
cual) saludaste, la señora a quien (a la cual) saludaste, los señores a quienes
(a los cuales) saludaste, las señoras a quienes (a las cuales) saludaste.

El pronombre relativo que es absolutamente invariable, dado que puede


referirse a un antecedente masculino o femenino, singular o plural (el niño
que vi, la niña que vi, los niños que vi, las niñas que vi).

- Todo pronombre puede desempeñar en la oración alguna de las funciones


propias del nombre: sujeto o complementos. Para cumplir estas funciones,
va precedido, a veces, de ciertas preposiciones. Los pronombres personales
son los únicos que aún mantienen algunas formas propias de las diversas
funciones.

Los pronombres relativos que y cual admiten ser acompañados por un


artículo. En efecto, que, aunque, por lo general, se emplea solo, acepta en
muchos casos la compañía del artículo determinado (el, la, los, las). Cual casi
siempre va precedido de dichos artículos. Con base en esta característica, se

45
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

pueden resolver muchas dudas relativas al género y al número en que está


siendo utilizado el relativo que, cuando no lo precede ningún artículo. Dado
que esta forma (relativo que) es invariable, es posible averiguar su ante-
cedente anteponiéndole la forma del artículo adecuada en una determinada
oración o reemplazándole por el cual, la cual, los cuales, o las cuales.

Ejemplos:

Antecedente pueblo, masculino singular:

 El pueblo en que pernocté

 El pueblo en el que pernocté

 El pueblo en el cual pernocté

Antecedente ciudad, femenino singular:

 La ciudad de que te hablé

 La ciudad de la que te hablé

 La ciudad de la cual te hablé

Clasificación del pronombre

Pronombres personales: Son los que nombran las personas gramaticales. Pueden
cumplir diferentes oficios en la oración (sujeto y complementos) de igual manera
como lo hacen los sustantivos. De acuerdo con la función que desempeñen,
tomarán una forma determinada. Esta relación entre función gramatical y forma,
está asociada al antiguo sistema casual (casos) del latín, que aún persiste para estos
pronombres.

Primera persona
singular: yo, me, mi
plural: nosotros, nosotras, nos

Segunda persona
singular: tú, te, ti
plural: vosotros, vosotras, os

46
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Tercera persona
singular: él, le, se, lo (para el masculino)
ella, le, se, la (para el femenino)
ello, lo (para el neutro)
plural: ellos, les, se, los (para el masculino)
ellas, les, se, las (para el femenino)
el neutro carece de plural

Observaciones:

- Los pronombres yo y me no llevan preposición. La forma mi va siempre


acompañada de preposición, y cuando ésta es con, se dirá conmigo (nunca
con mí).

- El pronombre nos se usa de manera indistinta para el masculino o el


femenino.

- Las formas tú y te nunca van acompañadas de preposición, con algunas


excepciones del pronombre tú en ciertos casos. Ti siempre va acompañado
de preposición, y si se trata de con se dirá contigo (no con ti).

- El pronombre os se usa indistintamente para el masculino o el femenino y no


acepta preposición.

- Los pronombres le, se, la, lo, les, los y las nunca admiten preposición.

Pronombres posesivos

Primera persona
singular: mío, mía
plural: nuestro, nuestra

Segunda persona
singular: tuyo, tuya
plural: vuestro, vuestra

Tercera persona
singular: suyo, suya
plural: igual forma que en el singular

Estos pronombres indican posesión o pertenencia, a través de las mismas formas


que los adjetivos posesivos. Como establecen una relación de posesión entre las

47
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

personas gramaticales y las cosas, se puede presentar el caso de uno o varios posee-
dores, y asimismo de uno o varios objetos poseídos.

En cada persona hay una sola forma para el poseedor masculino o femenino. Por
ejemplo, si expresamos: este carro es nuestro, puede ser de nosotros o de nosotras;
la tercera persona presenta una misma forma para el masculino y femenino, ya sea
que se refiera a uno o a varios poseedores. Por ejemplo, si expresamos: este
computador es suyo, puede ser de él, de ella, de ellos, de ellas, de usted o de
ustedes.

Los denominados pronombres posesivos son, por naturaleza, adjetivos, puesto


que al indicar una relación de pertenencia están refiriéndose o acompañando a un
sustantivo, función que cumple el adjetivo. No obstante, se comportan como
pronombres cuando el sustantivo al que aluden va callado y, en consecuencia,
dichas formas se emplean solas. Igualmente, conviene recordar que los pronombres
posesivos pueden sustantivarse como los adjetivos y, por ello, ser precedidos por
un artículo (lo vuestro, lo mío, lo tuyo, la suya, las nuestras).

Pronombres correlativos

- Demostrativos: expresan una relación de distancia de las personas, animales


o cosas a que hacen referencia, respecto de la persona que habla.

Para designar personas u objetos presentes


Singular: éste, ésta, esto
Plural: éstos, éstas

Para designar personas u objetos próximos


Singular: ése, ésa, eso
Plural: ésos, ésas

Para designar personas u objetos lejanos


Singular: aquél, aquélla, aquello
Plural: aquéllos, aquéllas

Los pronombres demostrativos, lo mismo que los posesivos, unas veces


funcionan como adjetivos y otras como pronombres. Las formas masculinas
y femeninas son iguales a las de los adjetivos demostrativos. No pasa lo mismo
con las formas neutras esto, eso, aquello, porque siempre van sustantivadas;
es decir, en lugar de un nombre, por lo cual siempre funcionan como pro-
nombres y, por tanto, se clasifican como tales.

48
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Recomendamos seguir utilizando la tilde diacrítica para distinguir las


formas masculinas y femeninas, cuando se emplean como pronombres (caso
en que van acentuadas, para indicar que están sustituyendo a un nombre),
de cuando cumplen la función de adjetivos (caso en que no se tildan, por
estar acompañando a un nombre). Las formas neutras no se acentúan por ser
siempre pronombres, como se anotó anteriormente.

- Relativos: se refieren a un nombre sustantivo conocido con antelación, el cual


recibe el nombre de antecedente, por lo que establecen una relación entre
dicho sustantivo y la oración a la que corresponden tales pronombres.

Singular: que, cual, quien, cuyo, cuya, cuanto, cuanta

Plural: que, cuales, quienes, cuyos, cuyas, cuantos, cuantas

Solamente cuyo y cuanto poseen formas distintas para cada género y


número. Cual y quien varían únicamente en número. Que es invariable. Por
las características de las formas que y cual, van acompañadas con frecuencia,
de manera particular esta última, del artículo determinado, con el fin de
especificar el género y número de su antecedente.

Veamos los siguientes ejemplos:

 Vendí el carro, el que te había ofrecido a ti.

 La solución adoptada fue la que tú propusiste.

 La casa de dos pisos, de la cual te hablé, la compré ayer.

 El proyecto que presentaste, el cual está en revisión, puede ser apro-


bado.

Los pronombres quien, cuyo y cuanto nunca aceptan el artículo, por tener
diversas formas para indicar los distintos géneros y números de su ante-
cedente.

Uso del relativo

Los pronombres relativos cumplen una función sintáctica importante en


el texto, la de enlazar o relacionar dos oraciones: la del antecedente y la suya
propia. En la sección sobre sintaxis se estudian los variados aspectos que

49
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

están ligados a su empleo. Por el momento, se destacan unas características


importantes que ofrecen estos pronombres respecto de su antecedente:

 Que y cual (y su plural cuales) pueden referirse tanto a personas como a


cosas o animales: el año que viene, el profesor que llegó ayer, el pájaro
que más canta. Cual no admite artículo cuando indica una cualidad y su
antecedente es tal: ella lo acepta tal cual es, se comportaron tales cuales
son.

 Quien y su plural quienes únicamente pueden hacer referencia a personas:


el socio en quien confío, los candidatos con quienes me entrevisté.

En cuanto a cuyo, su femenino cuya y sus plurales cuyos, cuyas presentan


la particularidad de que relacionan siempre dos sustantivos y siempre
concuerdan con el segundo de ellos, nunca con el primero, que es su ante-
cedente, como ocurre con los otros pronombres relativos: el mar cuyas
playas conociste; el texto cuyo mensaje comprendiste.

El relativo cuanto expresa cantidad y únicamente admite como ante-


cedentes todo, tanto o también un sustantivo acompañado de dichas
palabras: me entregaron todo cuanto solicité, posee tanto cuanto deseaba.

Concordancia del relativo

El pronombre relativo concuerda en género y número con su antecedente


(con excepción de cuyo, que no concierta con su antecedente sino con el
sustantivo al que antecede). Por consiguiente, los relativos que poseen diver-
sas formas para esos accidentes gramaticales presentan la que corresponda
al género y número de su antecedente.

Para el caso del relativo que, por tener carácter invariable, podrá hacer
referencia a un antecedente masculino o femenino, singular o plural: el
hombre que llegó, la mujer que llegó, los hombres que llegaron, las mujeres
que llegaron.

Interrogativos: presentan las mismas formas que los relativos. Se


diferencian de ellos porque van preguntando.

Los pronombres relativos son conocidos como interrogativos cuando se


utilizan para preguntar por el nombre de una persona o cosa que no
conocemos.

50
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

El pronombre quién y su plural quiénes se emplean para preguntar por las


personas: ¿quién te informó?, ¿quiénes son mis amigos?

El pronombre qué se usa para preguntar por las cosas o por una cualidad
de las personas o de las cosas: ¿qué guardas en el bolso?, ¿qué virtudes
tenía?, ¿qué es esto?

Cuál y su plural cuáles se emplean para preguntar por una persona o cosa
dentro de un grupo: ¿cuál de tus alumnos es el más estudioso?, ¿cuál de estas
obras prefieres?

El pronombre cuánto, su femenino cuánta y sus plurales cuántos y


cuántas, se emplean para preguntar por la cantidad de personas o cosas:
¿cuánto ganaste esta semana?, ¿cuántos asistirán al congreso?

Los pronombres interrogativos (con excepción de quién, que sólo puede


funcionar como pronombre), también pueden emplearse como adjetivos o
sustantivos. Veamos los siguientes ejemplos:

Como pronombres

¿qué vas a comer?


¿cuál deseas?
¿cuántos asistirán?

Como adjetivos

¿qué libro estás escribiendo?


¿cuáles platos apeteces?
¿cuántos libros tienes?

Como sustantivos

¿qué te sucede?
¿cuál es el peor?
¿cuánto tienes?

Así mismo, estos pronombres pueden originar frases admirativas: ¡qué


bien se portó!, ¡cuántos años sin saber de ti!, ¡quién iba a pensarlo!

51
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Como se pudo observar, todas estas formas estudiadas van acentuadas


siempre que tengan carácter interrogativo o admirativo, trátese de pronom-
bres, adjetivos o sustantivos.

Pronombres indefinidos

Los pronombres indefinidos sustituyen a una persona o cosa no concretada de


manera precisa o que no interesa explicar. Cuando se dice alguien ha llegado no se
sabe quién pueda ser el que llegue; alguien, entonces, sustituye a una persona que
no es posible determinar; pero cuando se expresa: he observado algo muy inte-
resante en la feria, algo sirve para representar una cosa conocida, pero que no
interesa explicar.

Para personas
Singular: alguien, nadie, cualquiera o quienquiera
Plural: cualesquiera, quienesquiera

Para cosas
Singular: algo, nada
Plural: no tienen plural

Para personas y cosas


Uno, alguno, ninguno, todo, mucho, demasiado, bastante, poco, suficiente,
harto, cual, quien y tal

Observaciones

- Las formas de los pronombres posesivos en singular y plural van frecuente-


mente usadas como adjetivos. Sólo en este caso se usan las formas reducidas
o apocopadas mi, tu, su, mis, tus, sus; nunca se reducen cuando se emplean
como pronombres.

- Las formas éste, ésta, ése, ésa, aquél, aquélla y sus respectivos plurales van
acentuadas únicamente cuando funcionan como pronombres, no cuando
aparecen como adjetivos.

- El pronombre que no sufre variación. Quien y cual (y sus plurales quienes y


cuales) presentan una sola forma común para el masculino y el femenino).

- Alguien y nadie no tienen plural. Cualquiera funciona con frecuencia como


adjetivo, en cuyo caso, si antecede al nombre, se reduce a cualquier.

52
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Las formas uno, alguno, ninguno, todo, mucho, demasiado, bastante, poco,
suficiente, y harto son adjetivos que funcionan con frecuencia como pronom-
bres indefinidos.

- El adjetivo numeral uno, empleado como pronombre admite plural: ayer


llegó uno; unos lo desean, otros lo desprecian.

Examen de lo aprendido

Lea el Capítulo 14 de la novela El imperio de los buenos espíritus, de Enrique R.


Morales Guerrero (2011). Subraye con una línea (________) las palabras empleadas
como pronombres e indique con una flecha ( ) el vocablo que corresponda a
su antecedente, si está expreso.

Lo primero que pidió la madre de Jasmín al llegar a la Capital, fue que la llevaran
a conocer la Ronda del Sinú; su deseo fue cumplido; acompañada de la madre de
Juanita, Juanita y Jasmín llegó al extenso parque ribereño, pleno de luces y de
curiosas decoraciones, era diciembre, la gente, como un río paralelo al río,
apreciaba los motivos navideños; algunos participaban de las variadas pre-
sentaciones que se desarrollan en el parque; la visitante lucía contenta en medio del
ambiente decembrino. “No dudo de que estamos siendo visitados por seres
bondadosos”, expresó, mientras contemplaba el recién inaugurado Muelle Turís-
tico, que semeja un barco a punto de zarpar. Subió a su plataforma; a lado y lado
vio el río que venía y se alejaba en su perenne andar. Las aguas resplandecientes,
como efecto de las luces navideñas del árbol flotante, novedoso motivo navideño,
suscitaron en ella un sentimiento indefinible, amoroso, de mancomunión o de
complacencia y tranquilidad.

La madre de Jasmín fue conducida por los vericuetos de su memoria a las


historias que su padre le contaba sobre las vistosas lanchas que viajaban por el Sinú
llevando y trayendo comestibles y variados productos que se intercambiaban entre
la Capital Ganadera, los pueblos ribereños y el Corralito de Piedra. Se imaginó a La
Concepción, una de las lanchas sicodélicas a motor, acercándose al viejo muelle de
los albores del siglo veinte, penetrando la ciudad con su agudo pito; su vistosa
iluminación creaba un juego fantasioso sobre el agua, que despertaba sentimientos
indecibles.

—¿Cómo te ha parecido el parque? —preguntó Jasmín a su madre, quien,


extasiada en la escena de sus recuerdos, apenas la escuchó.

53
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

El árbol de navidad se había fundido con la majestuosidad de La Concepción


creando un panorama deslumbrante que alienó de lo mundano, por algún tiempo,
a la visitante de Tierra Linda.

—¡Hermoso!, y lucirá mejor cuando el río vuelva a ser el camino vital de épocas
pasadas —contestó.

—Según van las cosas, el progreso de nuestra región, exceptuando a Dios, nadie
lo podrá detener, las almas buenas siguen llegando y apoderándose del corazón de
nuestra gente, los cambios se están presentando en todos los lugares y aspectos
ligados a la vida —expresó el fiscal, quien había llegado de sorpresa al muelle, y
había escuchado el diálogo de las dos mujeres—. En el deporte nos ha ido muy bien,
Jaguares está en la primera división, y ahora Leones acaba de coronarse por primera
vez, para nuestra Capital, campeón del beisbol profesional colombiano. ¡Hubieran
apreciado la noche de fantasía que iluminó el cielo monteriano, cuando los felinos
atraparon su primera estrella!, fue una noche inolvidable —agregó el Alto
Funcionario.

—Nadie dudaría de lo que usted dice, la capital sigue su carrera hacia el


embellecimiento y el progreso para sus habitantes, las evidencias se hallan a granel,
más vías y puentes, planeados según la estética de las ciudades modernas,
recuperación de espacios públicos, para ofrecer condiciones dignas a transeúntes y
comerciantes formales e informales; la ciudad ha ido extendiendo sus tentáculos en
el sentido del río, en armonía con el paisaje natural. “Vamos a devolverle el río a la
ciudad y la ciudad a la gente”, expresó en estos días el burgomaestre, propósito que
se viene cumpliendo… ¡Qué inmensa es el alma de los hombres cuando piensan y
viven el anhelo de los demás! —expresó Juanita en medio de la lluvia de luces que
lanzaba el río.

—Eso es muy cierto hija, nadie puede negar que el progreso va por buen camino;
los que se opongan a él no tendrán otro remedio que recoger sus bártulos
empobrecidos y alejarse por el camino de la mezquindad —contestó su madre.

—Llegará el momento en que no habrá ningún habitante de nuestra tierra con


actitudes egoístas; las almas buenas se acercan en grandiosas caravanas y muy
pronto el corazón de hombres, mujeres y niños estará purificado —dijo la madre de
Jasmín contemplando las relampagueantes aguas del río corriendo hacia el norte.

Las dos mamás se miraron conectadas por un mismo sentimiento; sus palabras
se fusionaron en una única expresión, “un aura agradable ha invadido los cielos de
nuestra tierra, sus efectos se perciben en el ambiente, la gente se ve tranquila,

54
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

afectuosa y más abierta al diálogo”, dijo la madre de Juanita, acompañada del


pensamiento de su amiga.

El tiempo avanzó sin importarles a los visitantes; la gente en el parque ribereño


se abandona en la contemplación de los variados motivos de atracción, con mayor
razón en diciembre, por lo especial del ambiente; de la atmósfera despejada baja
un viento suave y fresco, y todos disfrutan del aire que viene del río. La Lorenza
paseando a propios y forasteros es uno de los motivos de entretenimiento; la gente
se divierte recorriendo las aguas a bordo de la lancha. El teatro callejero es otro de
los espectáculos llamativos que disfruta la gente al aire libre; los visitantes pasan
las horas entretenidos con la creatividad de los actores, que imitan a personajes de
la vida nacional, satirizan, parodian, ejecutan malabares, algunos hacen de cule-
breros, narran historias, declaman…, en fin, la gente participa del carnaval de la vida
en el espacio ribereño de la Ronda.

Las madres con sus hijas y el fiscal estuvieron tan entretenidos en el Parque, que
se entregaron al ritmo del tiempo sin control, al tiempo de la vida en su marcha sin
límites. Al filo de las doce de la noche, decidieron regresar a casa; llegaron a sus
hogares después de atravesar la ciudad bañada por los vientos alisios del sur. Todos
percibieron un aura en el ambiente, que les causó un regocijo indefinible, un estado
de enternecimiento.

—Son los espíritus que nos acompañan y que aumentan cada día —expresó el
fiscal en un tono agradable, mientras paseaba su mirada entre sus acompañantes.

—Estando en el muelle, experimenté esta misma sensación que ahora todos


compartimos; pensé que el influjo provenía del ambiente que nos rodeaba; pero, no
tengo duda de que es un sentimiento interior, de causas inasibles —dijo la madre de
Jasmín con voz serena. Los demás estuvieron de acuerdo con la apreciación de la
representante de Tierra Linda.

Los siguientes ejercicios fueron tomados del libro Gramática Española Moderna
de Santiago Revilla (1979).

En la línea en blanco vuelva a escribir cada ejemplo, siguiendo estas indi-


caciones: cuando el pronombre en cursiva esté en singular deberá usarlo en plural
y viceversa. Efectúe en la oración todos los cambios que sean necesarios, pero
conservando su sentido original. Cuando no pueda efectuar tales cambios, escriba
no tiene singular o no tiene plural, según sea el caso.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

1 No tengo nada que objetar.

2 Esto no debe dárselo a cualquiera.

3 Esta es la tienda de que te hablé.

4 Alguien ha llamado a la puerta.

5 ¿Cuáles son tus planes?

6 Esto es todo cuanto puedo ofrecerle.

7 Nadie se atrevió a contradecirle.

8 Algo no funciona bien.

9 ¿Cuál de ellos es más estudioso?

10 Hay quienes prefieren lo contrario.

11 Nada me preocupa en este momento.

12 Son magníficos los caballos que vi.

13 Varios han regresado ya.

14 El autor cuya novela leíste.

15 Quienquiera que sea no está bien hecho.

16 ¿Quién falta?

17 Todavía hay sitio para algunos.

18 Estas son las casas que construí.

19 Que pase otro.

20 ¿Cuánto ganas?

21 ¿Leíste el libro que te presté?

22 Descansaré los días que faltan.

23 Algunos no quieren entender esto.

24 Quiero este trabajo tal cual lo expliqué.

56
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Subraye con una línea (_____) todas las palabras empleadas como adjetivos; con
dos (=====) los pronombres y con un círculo ( ) los artículos. Ponga la tilde en
aquellos pronombres que deban acentuarse ortográficamente.

1. Mucho trabajo realizó en un solo día.


2. Mi afición preferida es la música.
3. ¡Qué buen vino tienen!
4. A mí me basta con lo que tengo.
5. No pienses tu que todo va a ser tan fácil en el futuro.
6. No sé por qué razón hizo tal cosa.
7. No te preocupes demasiado que ya se solucionará.
8. ¿Te informaron que clase de persona es él?
9. A veces uno no sabe a quién creer.
10. Muchas felicidades para ti y toda tu familia.
11. Este sitio no me gusta; prefiero el de la derecha.
12. Lo más bonito de aquel parque es la fuente luminosa.
13. ¿Quién duda que él es un valiente?
14. Es de suponer que alguien estará allá.
15. Una familia amiga me invitó a un té.
16. La casa no la terminarán hasta la primavera.
17. Creo que os gustará la obra que hoy representan.
18. Lo tengo que terminar antes que aquel.
19. ¿No es este tu libro? No, dijo. Es el tuyo.
20. Nos informaron que hay una salida por aquel extremo.
21. ¡Cuántas personas no saben apreciar lo que tienen!
22. No sé si ya se fueron todos.
23. Por favor, puede decirme: ¿Cuál es el precio de esto?
24. No es ese el camino que te llevará al éxito.
25. ¡Qué suerte tan grande la de él!

1.2.5. El verbo.

El verbo (del latín verbum i, palabra, término, expresión) es la categoría lin-


güística que, dentro de la oración, expresa la acción, pasión o estado del sujeto.
También se dice que es la palabra que manifiesta acción, esencia o estado del ser.

La principal función del verbo en la oración es afirmar algo del sujeto. Rafael
Seco (1988) dice del verbo que “es la palabra por excelencia, que expresa el juicio
mental incluyendo sus dos términos esenciales: el predicado y el sujeto. Así, en la
forma verbal leo está contenida la idea de leer más la del sujeto que lee, yo”. Amado
Alonso y Henríquez Ureña expresan en Vivaldi (1981): “Los verbos son unas formas
especiales del lenguaje con las que pensamos la realidad como un comportamiento
del sujeto”. “Esa realidad —dice Martín Vivaldi (1981)— puede ser una 'acción': el

57
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

avión vuela, el caballo corre; puede ser 'inacción': aquí yace un desdichado; un
'accidente': ya caen las hojas; una 'cualidad': le blanquea el cabello, etc”.

El verbo, además de referirse a la cualidad, expresa principalmente el movi-


miento, el cambio, las acciones de los seres u objetos del universo, es decir, lo que
les ocurre a las cosas. En consecuencia, en una oración gramatical, el verbo se
refiere a lo que le sucede al sujeto; entonces, si queremos identificar el sujeto, sólo
habrá que indagar quién o qué cosa ejecuta la acción. Ya sea un ser vivo o ina-
nimado, al responder a estos interrogantes, tendremos el sujeto.

 El carpintero hizo una mesa. ¿Quién hizo la mesa? La respuesta es: el


carpintero, sujeto de la oración.

 El balón rodó fácilmente por la grama. ¿Qué cosa rodó? La respuesta


es: el balón, sujeto.

El verbo es imprescindible en la formación de la oración gramatical, para que


tenga sentido completo. En ciertos casos puede suprimirse, como ocurre en las
oraciones compuestas en que funciona el mismo verbo para varias de ellas. En estos
casos, basta con expresar el verbo en una de ellas, por entender su presencia
fácilmente en las demás, siendo su repetición innecesaria, superflua, puesto que,
en general, volvería el estilo monótono y falto de elegancia. Por su importancia
sintáctica, se comprende la gran variedad de formas que posee el verbo, superior a
las formas que presenta cualquier otra parte o categoría gramatical de la oración.
Esto ocurre porque el verbo es afectado por más accidentes que las otras partes
variables.

1.2.5.1. Accidentes gramaticales del verbo.

- El aspecto de la acción: tengamos presente esta importante y curiosa manera


que tenían los griegos clásicos de entender la acción verbal:

 Aspecto imperfectivo: se expresa la acción prescindiendo de su termi-


nación: juego, jugaba.

 Aspecto perfectivo: se expresa la acción incluyendo su terminación: jugué


(no se muestra el resultado de la acción).

 Aspecto perfecto: se expresa el estado resultante de la acción: tengo


desatado (mostrando el resultado de la acción).

58
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- El número: en la lengua española existen dos números para el verbo: el


singular y el plural. El singular se usa cuando el sujeto es una persona, un
animal o una cosa; el plural, cuando el sujeto está representado por más de
uno de estos elementos.

- La persona: se llama persona a la forma que adquiere el verbo respecto del


sujeto. Los pronombres personales representan las personas gramaticales:
yo, tú, él, para la primera, segunda y tercera persona del singular, respec-
tivamente; nosotros, vosotros, ellos, para la primera, segunda y tercera
persona del plural.

- El modo: este accidente gramatical se refiere a las distintas maneras de


expresar la significación del verbo. La lengua castellana posee cuatro modos:
infinitivo, indicativo, subjuntivo e imperativo.

 Infinitivo: expresa la significación del verbo de una manera abstracta; es


decir, no indica persona ni tiempo determinados. El infinitivo está cons-
tituido por tres formas: 1) el infinitivo propiamente dicho, que expresa la
idea del verbo como un sustantivo, por lo cual también se conoce como
nombre verbal (querer); 2) el participio, que manifiesta la acción del verbo
como un adjetivo (querido), y el gerundio, que expresa la acción del verbo
como un adverbio (queriendo).

 Indicativo: este modo, expresa la acción del verbo como un hecho cierto.

 Subjuntivo: manifiesta la acción del verbo como una idea en la mente del
que habla o escribe. El verbo en este modo, por sí solo, no posee signi-
ficación precisa o cabal.

 Imperativo: mediante este modo, se expresa la acción del verbo como un


mandato o una orden de la persona que habla.

- El tiempo: indica el momento en que se efectúa la acción del verbo, ya sea


en presente, pasado o futuro. Respecto de su formación, existen dos clases
de tiempos: tiempos simples, por no necesitar el auxilio de otro verbo para la
conjugación, y tiempos compuestos, formados con el participio del verbo
objeto de conjugación y las formas propias del verbo auxiliar haber. Cada uno
de los modos presenta los tiempos que se relacionan en la siguiente tabla:

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

MODOS TIEMPOS SIMPLES TIEMPOS COMPUESTOS


Indicativo Presente Antepresente
Pretérito Antepretérito
Futuro Antefuturo
Copretérito Antecopretérito
Pospretérito Antepospretérito
Subjuntivo Presente Antepresente
Pretérito Antepretérito
Futuro Antefuturo
Imperativo Presente

En cuanto al modo infinitivo, el infinitivo propiamente dicho y el gerundio


poseen una forma simple y otra compuesta. El participio, por su carácter
adjetivo, varía solamente en relación con el género y el número.

- La voz: este accidente gramatical se refiere a las diversas formas que


presenta el verbo para indicar si la acción es ejecutada o recibida por la
persona gramatical a que hace referencia. El verbo castellano posee dos
voces: activa cuando el sujeto realiza la acción (Roberto ama), y pasiva,
cuando el sujeto recibe la acción (Roberto es amado).

El conjunto de todas las formas que puede asumir el verbo de acuerdo con su
aspecto, número, persona, modo, tiempo y voz, recibe el nombre de conjugación.
Para estudiar la conjugación de los verbos, estos se han agrupado en tres series:
primera conjugación, verbos cuyo infinitivo termina en ar; segunda conjugación,
verbos cuyo infinitivo termina en er, y tercera conjugación, verbos cuyo infinitivo
termina en ir.

- Radical y terminación: estas dos partes, claramente diferenciadas, se pueden


distinguir en las formas verbales de los tiempos simples:

 El radical: es el elemento invariable de todas las formas verbales. Está


conformado por la sílaba o las sílabas que quedan en la forma del infinitivo
al quitar la terminación ar, er o ir.

 La terminación o desinencia: es la letra o las letras que se adicionan al


radical para formar las diversas personas, según cada uno de los tiempos
y modos.

Miremos, en un ejemplo, cómo se distingue el radical y la terminación. Si


tenemos la forma jugaron, como el infinitivo de este verbo es jugar, el radical
será jug —forma del infinitivo sin la terminación ar—, y la desinencia, aron.
Como se indicó, las terminaciones o desinencias son las que nos señalan la

60
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

persona y el tiempo de que se trata. De esta manera, en el ejemplo aquí


analizado, la terminación empleada corresponde a la tercera persona del
plural del pretérito perfecto de indicativo.

Es conveniente precisar que el radical del futuro y del pospretérito de


indicativo está constituido por el infinitivo completo: amaré, amaría.

Lo expuesto sobre el radical y la desinencia es válido para todas las formas


de los verbos regulares. Para un mejor entendimiento de las formas de los
verbos irregulares, abundantes en la lengua castellana, se recomienda averi-
guar en cada caso particular, cuál es el radical del verbo estudiado. De esta
manera se podrá saber con facilidad en qué consisten las irregularidades de
dichos verbos.

1.2.5.2. Clasificación de los verbos.

Por su estructura o composición

- Primitivo: es el que no proviene de otra palabra. Ej.: cantar, poner, lavar

- Derivado: según los principios morfológicos de la formación de palabras, hay


dos clases de verbos por derivación: derivados por sufijación. Ej.: estudiar,
componer, y derivados parasintéticos (uso simultáneo de un prefijo y un
sufijo). Ej.: re-cicl-ar, com-pon-er.

- Simple: constituido por una sola palabra. Ej.: comer, leer, cantar

- Compuesto: está conformado por dos palabras o por tema y palabra. Ej.:
contraponer, intercalar.

Por su significado

- Transitivo: verbo cuya acción recae o puede recaer sobre persona, animal o
cosa diferente del agente que la ejecuta. Ej.: besar, Luis besa a su novia;
estudiar, él estudia la lección.

- Intransitivo: la acción de este verbo no pasa del agente (persona, animal o


cosa) que la ejecuta. Ej.: nacer, saltar, vivir, bailar. Este verbo también es
llamado neutro.

- Reflexivo: como lo indica su misma significación, su acción recae sobre el


mismo agente que la ejecuta (sujeto), representado por un pronombre
personal. Ej.: peinarse, reírse.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Recíproco: señala reciprocidad o cambio mutuo de la acción entre dos o más


personas, animales o cosas. Ej.: insultarse, saludarse.

- De estado: es el verbo intransitivo que no denota acción, proceso o movi-


miento alguno, sino una manera de ser o estar en el mundo. Ej.: residir,
permanecer, estar, ser.

Por su flexión

- Regular: este verbo, al ser conjugado, conserva el radical y toma las desinencias
o terminaciones que le corresponden en todos los tiempos y personas.

- Irregular: verbo que, al conjugarse, sufre cambios en su radical o en la


terminación correspondiente, o en ambos aspectos.

- Unipersonal: como lo indica su nombre, se conjuga en una sola persona. Las


únicas formas que presenta son las del infinitivo y de la tercera persona del
singular de los distintos tiempos. En realidad, se trata de verbos impersona-
les, puesto que su acción no se puede atribuir a persona o cosa determinada,
por referirse, en general, a fenómenos naturales. Ej.: atardecer, llover,
amanecer.

- Defectivo: verbo que carece de algunos tiempos y personas. Ej.: abolir,


acontecer.

- Auxiliar: se llama así por acompañar o unirse a otro verbo en la formación de


los tiempos compuestos. Existen dos verbos auxiliares: ser y haber.

Observaciones

- La mayoría de los verbos pueden ser transitivos o intransitivos, todo depende


de que lleven o no complemento directo.

Ejemplos:

 El perro mordió al gato

 El niño compró dulces

Los verbos morder y comprar en estas oraciones son transitivos porque la


acción de morder transita del perro al gato, y la acción de comprar pasa del
niño a los dulces.

62
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Pero si decimos:

 El perro bravo muerde

 Quien tiene dinero compra

Aquí los verbos morder y comprar no hacen referencia a ningún objeto, la


acción acaba en los verbos, no transita a un complemento; por lo tanto, son
intransitivos.

- Algunos verbos sólo son intransitivos, en virtud de que su significado siempre


es completo y no necesitan complemento directo.

Ejemplos: resplandecer, crecer, nacer, ruborizar.

- Los verbos haber, ser y estar poseen una amplia gama significativa, según la
función que desempeñen en la oración.

En su función auxiliar, el verbo haber se une al participio de los demás


verbos y de él mismo para formar los tiempos compuestos.

Ejemplos:

 En la marcha ha habido muchos manifestantes

 Cuando llegué ya habían almorzado.

 Hasta que no se hubo marchado, nadie pudo estudiar.

 De haberlo conocido me habría abstenido de invitarlo.

 Antes de que puedan inquietarse ya les habremos telefoneado.

Otra función, como auxiliar, es la de formar las expresiones perifrásticas


cuando se une a otros verbos en infinitivo, precedido éste por la preposición
de: mañana he de terminar la obra.

Como verbo activo, su significación equivale a la de poseer o tener: quien


valor ha no teme al peligro; igual a decir quien valor tiene… (El significado
primitivo del verbo haber era precisamente el de tener o poseer; actual-
mente, esta acepción es de escaso uso).

63
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

En su calidad de verbo unipersonal, denota transcurso de tiempo: veinte


años ha que vino al pueblo.

El verbo ser tiene una función auxiliar de pasiva.

Ejemplos:

 Los campos son sembrados por los agricultores.

 Estos valores son establecidos después de la determinación analítica.

 El maíz es conservado en silos.

El verbo estar también tiene función auxiliar:

 Con gerundio: Estuvieron laborando el domingo.


Están llamando a los invitados.

Para expresar la situación en que se halla el sujeto como consecuencia de


una acción o proceso:

 Está enfermo (porque ha enfermado)

 Está destruido (porque lo han destruido)

 Con participio:

 La casa ya está decorada

 El estadio está cerrado desde las tres de la tarde

 Con infinitivo (más preposición):

 Estoy sin comer desde ayer.

 Estuvo sin hablar toda la cena.

 El carro está aún por arreglar.

 Seguía insultándome y estuve por darle unas cachetadas.

 El avión estaba por despegar.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Hoy, no estoy para chancear.

 Siempre estará para ayudarte.

Martín Vivaldi (1981) hace las siguientes observaciones en relación con


los verbos auxiliares ser, haber y estar.

Característico del idioma español es el gran empleo del verbo


haber, en comparación con otras lenguas que prefieren el verbo ser.

Ejemplos:

En francés se dice: 'Jean est mort'. En español: 'Juan ha muerto'.

Característico de nuestro idioma es también el matiz diferencial


entre ser y estar. Así, no es lo mismo 'ser un enfermo', que 'estar
enfermo'. No es igual: 'el puente es construido que 'el puente está
construido'. Ni es lo mismo 'ser enamorado' que 'estar enamorado': se
puede ser un enamorado del Arte y estar enamorado de una obra
artística determinada.

Algo más sobre el infinitivo propiamente dicho

Se llama infinitivo a una forma nominal del verbo que expresa la acción o un
estado, pero no la persona y el número: Modo infinitivo. En razón a su
comportamiento sintáctico, el infinitivo funciona muchas veces como un sustantivo
verbal, es decir, el verbo toma el valor y el significado de nombre sustantivo.

El infinitivo sustantivado, es decir, con valor de sustantivo, puede desempeñar


las funciones de sujeto, predicado nominal, complemento de sujeto, complemento
directo, complemento indirecto, complemento circunstancial.

Ejemplos:

 Sujeto: El correr mucho hace daño.

 Predicado nominal: Perder por conocer no es perder.

 Compl. de sujeto: La hora de almorzar ya llegó.

 Compl. directo: El alpinista no puede subir.

65
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Compl. Indirecto: Estudio gramática para escribir mejor.

 Compl. circunstancial: Don Quijote enloqueció de leer tanto.

El gerundio (forma de infinitivo)

El gerundio (del latín gerundium -ii) es una forma no personal del verbo que
fundamentalmente realiza una función adverbial. En español, el gerundio se forma
con las terminaciones ando e iendo.

Manuel Seco (Citado por Vivaldi, 1981, p. 50) define el gerundio como una forma
verbal no personal (es decir, sin variación morfológica de persona) que, a su
significación verbal de acción, reúne una función modificadora adjunta, de tipo
adverbial y en cierto modo adjetiva.

Se ha hablado mucho del gerundio y se han propuesto muchas reglas grama-


ticales respecto de su uso correcto. Asimismo, se ha advertido acerca de su uso
incorrecto. Veamos los casos de uso correcto e incorrecto.

- Gerundio correcto

 Gerundio modal. Indica la manera de estar o actuar del sujeto. Ejemplo:


Llegó silbando o cantando

 Gerundio temporal. Generalmente indica contemporaneidad entre la


acción expresada por el verbo principal y el gerundio. Ejemplo: Vi a Juan
paseando. Estando en la base, llegó la orden de partir.

 Gerundio que indica acción durativa o matiz de continuidad. Ejemplo: Está


leyendo. Sigo escribiendo

 Gerundio cuya acción es inmediatamente anterior a la del verbo principal.


Ejemplo: Levantando la mano manifestó su vehemencia.

 Gerundio condicional. Ejemplo: Habiéndolo ordenado el mando, hay que


obedecer; es decir, si lo ordenó el mando [...] - condición. (Aquí va incluido
el gerundio, tan frecuente en las sentencias jurídicas, de los consi-
derandos, que en realidad equivalen a si se considera).

 Gerundio causal. Ejemplo: Conociendo su manera de ser, no puedo


creerlo; es decir, porque conozco su manera de ser [...] - causa. (También

66
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

es gerundio causal el resultando de las sentencias; equivale a porque


resulta.

 Gerundio concesivo (poco corriente). Ejemplo: Lloviendo a cántaros iría a


tu casa; es decir, Aunque lloviera a cántaros... - concesión.

 Gerundio explicativo. Ejemplo: El piloto, viendo que el altímetro no


funcionaba [...], es decir, al ver que el altímetro no funcionaba [...];
explicación.

Finalmente, se usa mucho el gerundio de los verbos arder y hervir —una


olla de agua hirviendo, o ardiendo—, en el sentido de hirviente o ardiente.
Todos decimos: Le cayó una olla de agua hirviendo, y no hirviente.

Dice Martín Vivaldi (1981) que:

Igualmente, en el habla (sobre todo en Andalucía y en los países


hispanoamericanos) suele ser corriente el uso del gerundio en apa-
rente diminutivo. Así se dice: voy corriendito o llegó callandito. Y se le
llama diminutivo aparente porque, en realidad, estas expresiones
indican corriendo mucho o más que callando. También se utiliza el
gerundio en ciertas leyendas o pies de fotografías. Ejemplo: Anibal,
cruzando los Pirineos.

- Gerundio Incorrecto

Algunos ejemplos de cómo no puede ni debe escribirse el gerundio.

 Llegó sentándose [...], porque la acción de llegar y de sentarse no


pueden darse de manera simultánea, ni es ése un modo de llegar a
ningún sitio.

Es frecuente leer: 'D. Fulano de Tal nació en Madrid en 1900, siendo


hijo de D. Luis y Da María [...]. Es decir, que nació siendo ya hijo de...
¡Extraña manera de nacer!

 Una caja conteniendo [...] se trata de un típico galicismo; traducción de


la expresión francesa: Une boîte contenant [...] Y ello porque el
participio de presente francés en ant (parlant, écrivant, sachant) tiene
un valor adjetivo. Nosotros, en español, debemos decir: Una caja que
contiene [...] Es también el caso del gerundio currialesco o del Boletín

67
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Oficial: orden disponiendo [...], cuando, en realidad, debe decirse [...]


que dispone.

 Vi un árbol floreciendo, por floreciente. Tampoco puede admitirse este


floreciendo porque el gerundio, en español, no debe expresar
cualidades. Ni tampoco se refleja aquí el matiz de contemporaneidad,
ya que es imposible que yo vea el florecer de un árbol, mientras se
produce, a menos que se trate de una película de dibujos fantástica, o
gracias a un procedimiento especial cinematográfico, capaz de captar
el florecer de un árbol mientras se va produciendo.

 El avión se estrelló, siendo encontrado... El agresor huyó siendo dete-


nido... Estos gerundios son incorrectos porque la acción que el
gerundio indica no puede ser simultánea, en este caso, a la del verbo
principal.

Lo correcto es escribir: El agresor huyó y fue detenido cuando


intentaba subir al tranvía.

En el caso del gerundio temporal, la acción que expresa dicha forma verbal
puede ser simultánea, inmediatamente anterior o inmediatamente posterior a
la acción expresada por el verbo principal.

Ejemplos:

 Teniendo yo doce años, aprendí a montar en bicicleta (simultánea).

 Levantando la mano, quedó con la pluma en suspenso (inmediata-


mente anterior).

 Salió de puntillas, cerrando la puerta con mucho cuidado (inmediata-


mente posterior).

Ante la dificultad de retener todas estas reglas, se recomienda al escritor


abstenerse de usar el gerundio cuando no esté seguro de que su empleo es
adecuado. Conviene mejor recurrir a otra alternativa, a otra forma verbal.

Ejemplo:

 En vez de Estando en la oficina llegó la noticia del premio, se puede


escribir: Cuando estaba en la oficina llegó la noticia del premio.

68
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Examen de lo aprendido

De los textos leídos, extraiga treinta formas verbales (en infinitivo, gerundio,
participio o conjugadas) y póngalas en los espacios de la primera columna. En los
espacios de la segunda columna escriba de nuevo cada forma verbal, separando
mediante un guion el radical de la desinencia.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

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29

30

Seleccione veinte sustantivos (variados) y ubíquelos en la primera columna. En


la segunda columna, al frente de cada palabra, escriba un verbo en infinitivo creado
con su misma raíz y que exprese un concepto igual que el expresado por el
sustantivo.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

Escriba en el espacio en blanco que aparece frente a cada verbo la clase a la que
pertenece de acuerdo con su estructura (primitivo, derivado, simple, compuesto,
parasintético).

1 desenfadar 11 coser

2 reacondicionar 12 urdir

3 podar 13 sobrevivir

4 beber 14 loar

5 maltratar 15 rehacer

6 maldecir 16 enrojecer

7 inmortalizar 17 descarriar

8 oír 18 poner

9 restablecer 19 envenenar

10 predecir 20 cortar

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Escriba cinco verbos de cada una de las clases verbales que se indican a
continuación. Construya sendas oraciones en las que tales verbos vayan empleados
de acuerdo con la clase a que pertenecen.

Verbos transitivos

Verbos intransitivos

Verbos reflexivos

1
2
3
4
5

72
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Verbos recíprocos

1
2
3
4
5

1.2.5.3. Conjugación verbal.

Los verbos auxiliares propiamente dichos haber y ser, a pesar de que son muy
irregulares, deben estudiarse antes de abordar los verbos regulares, ya que entran
a formar parte de estos en la conjugación de las formas compuestas.

Conjugación del verbo haber

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo haber Infinitivo haber habido
Gerundio habiendo Gerundio habiendo habido
Participio habido

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


Indicativo yo he yo he habido
tú has tú has habido
él ha él ha habido
nosotros hemos nosotros hemos habido
vosotros habéis vosotros habéis habido
ellos han ellos han habido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo hube yo hube habido
tú hubiste tú hubiste habido
él hubo él hubo habido
nosotros hubimos nosotros hubimos habido
vosotros hubisteis vosotros hubisteis habido
ellos hubieron ellos hubieron habido

73
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

FUTURO ANTEFUTURO
yo habré yo habré habido
tú habrás tú habrás habido
él habrá él habrá habido
nosotros habremos nosotros habremos habido
vosotros habréis vosotros habréis habido
ellos habrán ellos habrán habido

COPRETÉRITO
yo había yo había habido
tú habías tú habías habido
él había él había habido
nosotros habíamos nosotros habíamos habido
vosotros habíais vosotros habíais habido
ellos habían ellos habían habido

POSPRETÉRITO
yo habría yo habría habido
tú habrías tú habrías habido
él habría él habría habido
nosotros habríamos nosotros habríamos habido
vosotros habríais vosotros habríais habido
ellos habrían ellos habrían habido

Modo Formas simples Formas compuestas


Subjuntivo PRESENTE ANTEPRESENTE
yo haya yo haya habido
tú hayas tú hayas habido
él haya él haya habido
nosotros hayamos nosotros hayamos habido
vosotros hayáis vosotros hayáis habido
ellos hayan ellos hayan habido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo hubiera yo hubiera (hubiese)
(hubiese) habido
tú hubieras tú hubieras (hubieses)
(hubieses) habido
él hubiera él hubiera (hubiese)
(hubiese) habido
nosotros hubiéramos nosotros hubiéramos
(hubiésemos) (hubiésemos) habido
vosotros hubierais vosotros hubierais (hubieseis)
(hubieseis) habido
ellos hubieran ellos hubieran (hubiesen)
(hubiesen) habido

74
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

FUTURO ANTEFUTURO
yo hubiere yo hubiere habido
tú hubieres tú hubieres habido
él hubiere él hubiere habido
nosotros hubiéremos nosotros hubiéremos habido
vosotros hubiereis vosotros hubiereis habido
ellos hubieren ellos hubieren habido

Modo PRESENTE
Imperativo he tú
haya él
hayamos nosotros
habed vosotros
hayan ellos

Conjugación del verbo Ser

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo ser Infinitivo haber sido
Gerundio siendo Gerundio habiendo sido
Participio sido

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


Indicativo yo soy yo he sido
tú eres tú has sido
él es él ha sido
nosotros somos nosotros hemos sido
vosotros sois vosotros habéis sido
ellos son ellos han sido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo fui yo hube sido
tú fuiste tú hubiste sido
él fue él hubo sido
nosotros fuimos nosotros hubimos sido
vosotros fuisteis vosotros hubisteis sido
ellos fueron ellos hubieron sido

FUTURO ANTEFUTURO
yo seré yo habré sido
tú serás tú habrás sido
él será él habrá sido
nosotros seremos nosotros habremos sido
vosotros seréis vosotros habréis sido
ellos serán ellos habrán sido

75
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

COPRETÉRITO
yo era yo había sido
tú eras tú habías sido
él era él había sido
nosotros éramos nosotros habíamos sido
vosotros erais vosotros habíais sido
ellos eran ellos habían sido

POSPRETÉRITO
yo sería yo habría sido
tú serías tú habrías sido
él sería él habría sido
nosotros seríamos nosotros habríamos sido
vosotros seríais vosotros habríais sido
ellos serían ellos habrían sido

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


Subjuntivo yo sea yo haya sido
tú seas tú hayas sido
él sea él haya sido
nosotros seamos nosotros hayamos sido
vosotros seáis vosotros hayáis sido
ellos sean ellos hayan sido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo fuera (fuese) yo hubiera (hubiese)
sido
tú fueras (fueses) tú hubieras
(hubieses) sido
él fuera (fuese) él hubiera (hubiese)
sido
nosotros fuéramos (fuésemos) nosotros hubiéramos
(hubiésemos) sido
vosotros fuerais (fueseis) vosotros hubierais
(hubieseis) sido
ellos fueran (fuesen) ellos hubieran
(hubiesen) sido

FUTURO ANTEFUTURO
yo fuere yo hubiere sido
tú fueres tú hubieres sido
él fuere él hubiere sido
nosotros fuéremos nosotros hubiéremos sido
vosotros fuereis vosotros hubiereis sido
ellos fueren ellos hubieren sido

76
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Modo PRESENTE
Imperativo sé tú
sea él
seamos nosotros
sed vosotros
sean ellos

Verbos regulares
Primera conjugación: verbos terminados en ar (modelo: cantar)

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo cant-ar Infinitivo haber cant-ado
Gerundio cant-ando Gerundio habiendo cant-ado
Participio cant-ado

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


indicativo yo cant-o yo he cantado
tú cant-as tú has cantado
él cant-a él ha cantado
nosotros cant-amos nosotros hemos cantado
vosotros cant-áis vosotros habéis cantado
ellos cant-an ellos han cantado

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo cant-é yo hube cantado
tú cant-aste tú hubiste cantado
él cant-ó él hubo cantado
nosotros cant-amos nosotros hubimos cantado
vosotros cant-asteis vosotros hubisteis cantado
ellos cant-aron ellos hubieron cantado

FUTURO ANTEFUTURO
yo cant-aré yo habré cantado
tú cant-arás tú habrás cantado
él cant-ará él habrá cantado
nosotros cant-aremos nosotros habremos cantado
vosotros cant-aréis vosotros habréis cantado
ellos cant-arán ellos habrán cantado

COPRETÉRITO
yo cant-aba yo había cantado
tú cant-abas tú habías cantado
él cant-aba él había cantado
nosotros cant-ábamos nosotros habíamos cantado
vosotros cant-abais vosotros habíais cantado
ellos cant-aban ellos habían cantado

77
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

POSPRETÉRITO
yo cant-aría yo habría cantado
tú cant-arías tú habrías cantado
él ant-aría él habría cantado
nosotros cant-aríamos nosotros habríamos cantado
vosotros cant-aríais vosotros habríais cantado
ellos cant-arían ellos habrían cantado

Modo Formas simples Formas compuestas


subjuntivo PRESENTE ANTEPRESENTE
yo cant-e yo haya cantado
tú cant-es tú hayas cantado
él cant-e él haya cantado
nosotros cant-emos nosotros hayamos cantado
vosotros cant-éis vosotros hayáis cantado
ellos cant-en ellos hayan cantado

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo cant-ara (ase) yo hubiera (hubiese) cantado
tú cant-aras (ases) tú hubieras (hubieses) cantado
él cant-ara (ase) él hubiera (hubiese) cantado
nosotros cant-áramos nosotros hubiéramos (hubiésemos)
(ásemos) cantado
vosotros cant-arais (aseis) vosotros hubierais (hubieseis) cantado
ellos cant-aran (asen) ellos hubieran (hubiesen) cantado

FUTURO ANTEFUTURO
yo cant-are yo hubiere cantado
tú cant-ares tú hubieres cantado
él cant-are él hubiere cantado
nosotros cant-áremos nosotros hubiéremos cantado
vosotros cant-areis vosotros hubiereis cantado
ellos cant-aren ellos hubieren cantado

Modo PRESENTE
Imperativo cant-a tú
cant-e él
cant-emos nosotros
cant-ad vosotros
cant-en ellos

78
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Verbos regulares
Segunda conjugación: verbos terminados en er (modelo: comer)

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo com-er Infinitivo haber com-ido
Gerundio com-iendo Gerundio habiendo com-ido
Participio com-ido

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


indicativo yo com-o yo he comido
tú com-es tú has comido
él com-e él ha comido
nosotros com-emos nosotros hemos comido
vosotros com-éis vosotros habéis comido
ellos com-en ellos han comido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo com-í yo hube comido
tú com-iste tú hubiste comido
él com-ió él hubo comido
nosotros com-imos nosotros hubimos comido
vosotros com-isteis vosotros hubisteis comido
ellos com-ieron ellos hubieron comido

FUTURO ANTEFUTURO
yo com-eré yo habré comido
tú com-erás tú habrás comido
él com-erá él habrá comido
nosotros com-eremos nosotros habremos
comido
vosotros com-eréis vosotros habréis comido
ellos com-erán ellos habrán comido

COPRETÉRITO
yo com-ía yo había comido
tú com-ías tú habías comido
él com-ía él había comido
nosotros com-íamos nosotros habíamos comido
vosotros com-íais vosotros habíais comido
ellos com-ían ellos habían comido

79
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

POSPRETÉRITO
yo com-ería yo habría comido
tú com-erías tú habrías comido
él com-ería él habría comido
nosotros com-eríamos nosotros habríamos comido
vosotros com-eríais vosotros habríais comido
ellos com-erían ellos habrían comido

Modo Formas simples Formas compuestas


subjuntivo PRESENTE ANTEPRESENTE
yo com-a yo haya comido
tú com-as tú hayas comido
él com-a él haya comido
nosotros com-amos nosotros hayamos comido
vosotros com-ais vosotros hayáis comido
ellos com-an ellos hayan comido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo com-iera (com-iese) yo hubiera (hubiese)
comido
tú com-ieras (com-ieses) tú hubieras (hubieses)
comido
él com-iera (com-iese) él hubiera (hubiese)
comido
nosotros com-iéramos nosotros hubiéramos
(com-iésemos) (hubiésemos) comido
vosotros com-ierais vosotros hubierais (hubieseis)
(com-ieseis) comido
ellos com-ieran ellos hubieran (hubiesen)
(com-iesen) comido

FUTURO ANTEFUTURO
yo com-iere yo hubiere comido
tú com-ieres tú hubieres comido
él com-iere él hubiere comido
nosotros com-iéremos nosotros hubiéremos comido
vosotros com-iereis vosotros hubiereis comido
ellos com-ieren ellos hubieren comido

Modo PRESENTE
imperativo com-e tú
com-a él
com-amos nosotros
com-ed vosotros
com-an ellos

80
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Verbos regulares
Tercera conjugación: verbos terminados en ir (modelo: decidir)

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo decid-ir Infinitivo haber decid-ido
Gerundio decid-iendo Gerundio habiendo decid-ido
Participio decid-ido

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


indicativo yo decid-o yo he decidido
tú decid-es tú has decidido
él decid-e él ha decidido
nosotros decid-imos nosotros hemos decidido
vosotros decid-is vosotros habéis decidido
ellos decid-en ellos han decidido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo decid-í yo hube decidido
tú decid-iste tú hubiste decidido
él decid-ió él hubo decidido
nosotros decid-imos nosotros hubimos decidido
vosotros decid-isteis vosotros hubisteis decidido
ellos decid-ieron ellos hubieron decidido

FUTURO ANTEFUTURO
yo decid-iré yo habré decidido
tú decid-irás tú habrás decidido
él decid-irá él habrá decidido
nosotros decid-iremos nosotros habremos decidido
vosotros decid-iréis vosotros habréis decidido
ellos decid-irán ellos habrán decidido

COPRETÉRITO
yo decid-ía yo había decidido
tú decid-ías tú habías decidido
él decid-ía él había decidido
nosotros decid-íamos nosotros habíamos decidido
vosotros decid-íais vosotros habíais decidido
ellos decid-ían ellos habían decidido

POSPRETÉRITO
yo decid-iría yo habría decidido
tú decid-irías tú habrías decidido
él decid-iría él habría decidido
nosotros decid-iríamos nosotros habríamos decidido
vosotros decid-iríais vosotros habríais decidido
ellos decid-irían ellos habrían decidido

81
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Modo Formas simples Formas compuestas


subjuntivo PRESENTE ANTEPRESENTE
yo decid-a yo haya decidido
tú decid-as tú hayas decidido
él decid-a él haya decidido
nosotros decid-amos nosotros hayamos decidido
vosotros decid-áis vosotros hayáis decidido
ellos decid-an ellos hayan decidido

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo decid-iera yo hubiera (hubiese) decidido
(decid-iese)
tú decid-ieras tú hubieras (hubieses)
(decid-ieses) decidido
él decid-iera él hubiera (hubiese) decidido
(decid-iese)
nosotros decid-iéramos nosotros hubiéramos (hubiésemos)
(decid-iésemos) decidido
vosotros decid-iérais vosotros hubierais (hubieseis)
(decid-iéseis) decidido
ellos decid-ieran ellos hubieran (hubiesen)
(decid-iesen) decidido

FUTURO ANTEFUTURO
yo decid-iere yo hubiere decidido
tú decid-ieres tú hubieres decidido
él decid-iere él hubiere decidido
nosotros decid-iéremos nosotros hubiéremos decidido
vosotros decid-iereis vosotros hubiereis decidido
ellos decid-ieren ellos hubieren decidido

Modo PRESENTE
imperativo decid-e tú
decid-a él
decid-amos nosotros
decid-id vosotros
decid-an ellos

1.2.5.4. La voz pasiva.

Los modelos de conjugación hasta ahora presentados muestran al verbo en la


voz activa, que, en realidad, es la conjugación propiamente dicha, puesto que, para
dar cuenta de la voz pasiva, el verbo no posee terminaciones propias. En efecto,
debe valerse de formas compuestas con otra palabra auxiliar. Esta voz puede
conformarse de dos formas:

82
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Utilizando el verbo SER, en su función de auxiliar, y el participio pasado del


verbo objeto de conjugación. Solamente varía el verbo ser para los diferentes
modos, tiempos y personas. El participio tomará el género y el número que
corresponda al sujeto de la oración. Ejemplos: el es estimado, ellos son
estimados, ella es estimada, ellas son estimadas.

- Mediante la partícula SE y las correspondientes formas de la voz activa. Esta


opción sólo opera para la tercera persona del singular y del plural. Ejemplos:
Se ha confirmado (igual a decir: ha sido confirmado). Se mataron (igual a
decir: fueron matados.

Conviene anotar que únicamente los verbos transitivos pueden emplearse en


voz pasiva.

1.2.5.5. Formas perifrásticas.

Se da el nombre de perífrasis gramatical al conjunto de dos o más palabras


usadas para expresar una idea que no es posible exponerse de forma cabal con una
sola. Los tiempos compuestos de la voz activa y la voz pasiva, en un sentido estricto,
son formas perifrásticas; aunque usualmente se hace uso de esta denominación
para identificar ciertas locuciones en las que van unidas dos formas verbales para
dar mayor énfasis a la expresión o una significación especial para uno de los verbos.
Algunos de los verbos más comunes en las perífrasis son: deber, tener, haber, entre
otros.

El verbo haber puede ir seguido de la preposición de (hube de esperar mucho


tiempo, he de culminar este proyecto); cuando se emplea como verbo unipersonal,
debe ir antepuesta la conjunción que (hay que trabajar, hubo que ampliar el plazo).

El verbo tener se acompaña de la conjunción que para las perífrasis (tiene que
llegar mañana, tuvieron que informar al jefe).

El verbo deber puede ir seguido de la preposición de (debe de llegar a la reunión,


debe de hacer esto), aunque también acepta la perífrasis sin esta preposición (debe
llegar a la reunión, debe hacer esto). No obstante, estas expresiones en apariencia
iguales, no significan lo mismo. Cuando hacemos uso de la preposición se quiere
destacar el matiz de duda o sospecha. Debe de llegar equivale a decir: creo, supongo
que llegará. Por el contrario, si prescindimos de la preposición, se destaca la idea
de obligatoriedad. Debe llegar es igual a decir: tiene obligación de llegar.

En el habla cotidiana existen muchas otras expresiones perifrásticas. Ejemplos:


suele andar solo, puede que sea cierto, puede que sean ellos, entre otras.

83
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Conjugación del verbo “cantar” en voz pasiva

Modo Formas simples Formas compuestas


infinitivo Infinitivo ser cantado Infinitivo haber sido cantado
Gerundio siendo cantado Gerundio habiendo sido cantado
Participio sido cantado

Modo PRESENTE ANTEPRESENTE


indicativo yo soy cantado yo he sido cantado
tú eres cantado tú has sido cantado
él es cantado él ha sido cantado
nosotros somos cantados nosotros hemos sido cantados
vosotros sois cantados vosotros habéis sido cantados
ellos son cantados ellos han sido cantados

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo fui cantado yo hube sido cantado
tú fuiste cantado tú hubiste sido cantado
él fue cantado él hubo sido cantado
nosotros fuimos cantados nosotros hubimos sido cantados
vosotros fuisteis cantados vosotros hubisteis sido cantados
ellos fueron cantados ellos hubieron sido cantados

FUTURO ANTEFUTURO
yo seré cantado yo habré sido cantado
tú serás cantado tú habrás sido cantado
él será cantado él habrá sido cantado
nosotros seremos cantados nosotros habremos sido cantados
vosotros seréis cantados vosotros habréis sido cantados
ellos serán cantados ellos habrán sido cantados

COPRETÉRITO ANTECOPRETÉRITO
yo era cantado yo había sido cantado
tú eras cantado tú habías sido cantado
él era cantado él había sido cantado
nosotros éramos cantados nosotros habíamos sido cantados
vosotros eráis cantados vosotros habíais sido cantados
ellos eran cantados ellos habían sido cantados

POSPRETÉRITO ANTEPOSPRETÉRITO
yo sería cantado yo habría sido cantado
tú serías cantado tú habrías sido cantado
él sería cantado él habría sido cantado
nosotros seríamos cantados nosotros habríamos sido cantados
vosotros seríais cantados vosotros habríais sido cantados
ellos serían cantados ellos habrían sido cantados

84
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Conjugación del verbo “cantar” en voz pasiva

Modo Formas simples Formas compuestas


subjuntivo PRESENTE ANTEPRESENTE
yo sea cantado yo haya sido cantado
tú seas cantado tú hayas sido cantado
él sea cantado él haya sido cantado
nosotros seamos cantados nosotros hayamos sido cantados
vosotros seáis cantados vosotros hayáis sido cantados
ellos sean cantados ellos hayan sido cantados

PRETÉRITO ANTEPRETÉRITO
yo fuera (fuese) yo hubiera (hubiese) sido
cantado cantado
tú fueras (fueses) tú hubieras (hubieses)
cantado sido cantado
él fuera (fuese) él hubiera (hubiese) sido
cantado cantado
nosotros fuéramos nosotros hubiéramos
(fuésemos) (hubiésemos) sido
cantados cantados
vosotros fuerais (fueseis) vosotros hubierais (hubieseis)
cantados sido cantados
ellos fueran (fuesen) ellos hubieran (hubiesen)
cantados sido cantados

FUTURO ANTEFUTURO
yo fuere cantado yo hubiere sido cantado
tú fueres cantado tú hubieres sido cantado
él fuere cantado él hubiere sido cantado
nosotros fuéremos nosotros hubiéremos sido cantados
cantados
vosotros fuereis cantados vosotros hubiereis sido cantados
ellos fueren cantados ellos hubieren sido cantados

Modo PRESENTE
Imperativo sé tú cantado
sea él cantado
seamos nosotros cantados
sed vosotros cantados
sean ellos cantados

85
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Examen de lo aprendido

A continuación, aparece una lista de verbos en infinitivo y el tiempo y el modo


en que deben ser conjugados. Escriba en el espacio correspondiente la forma verbal
solicitada (cualquier persona).

1 Trabajar, antecopretérito del indicativo


2 Correr, antepretérito del subjuntivo
3 Haber, presente del indicativo
4 Llorar, copretérito del indicativo
5 Perder, antepresente del subjuntivo
6 Subir, antecopretérito del indicativo
7 Callar, presente de imperativo
8 Meter, pospretérito del indicativo
9 Ser, copretérito del indicativo
10 Andar, antepretérito de indicativo
11 Haber, antepresente del indicativo
12 Ser, forma simple del gerundio
13 Terminar, pospretérito del indicativo
14 Haber, antefuturo de subjuntivo
15 Encender, pretérito del subjuntivo
16 Comer, antefuturo del subjuntivo
17 Ser, presente del subjuntivo
18 Consolar, pretérito del subjuntivo
19 Surgir, antepresente de indicativo
20 Haber, antefuturo del subjuntivo
21 Dibujar, forma simple del participio
22 Sentir, antefuturo del indicativo
23 Alabar, forma compuesta del gerundio
24 Ser, forma compuesta del gerundio
25 Acompañar, participio
26 Ir, futuro del subjuntivo
27 Tener, presente del indicativo
28 Ser, pospretérito del indicativo
29 Llover, forma simple del gerundio
30 Resurgir, forma simple del gerundio
31 Haber, pospretérito del indicativo

86
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

32 Contar, futuro del indicativo


33 Temer, pretérito del indicativo
34 Haber, futuro del subjuntivo
35 Osar, antepresente del subjuntivo
36 Cenar, antefuturo del indicativo
37 Ser, antepretérito del indicativo
38 Dirigir, antepresente del indicativo
39 Sacrificar, participio pasado
40 Haber, antepospretérito del indicativo
41 Amanecer, futuro del subjuntivo
42 Convertir, pospretérito del indicativo
43 Amar, antepretérito del subjuntivo
44 Concluir, antepresente del subjuntivo
45 Ser, antefuturo de indicativo
46 Permitir, participo pasado
47 Salir, pretérito del indicativo
48 Pedir, futuro del indicativo
49 Ser, antefuturo del subjuntivo
50 Reunir, copretérito del indicativo

El siguiente ejercicio fue tomado de Revilla S. (1979).

En el espacio correspondiente escriba la voz (activa o pasiva) en que está


empleado cada verbo o expresión verbal.

1 Seamos educados
2 Cállese
3 Está durmiendo
4 He de cantar
5 Fue clausurado
6 Hay que comer
7 Éramos respetados
8 Se probará
9 Estuvieron viajando
10 Se especificaron
11 Seré inflexible
12 Hubiéramos preferido
13 Seréis consultados

87
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

14 Hubo que suspender


15 Será obsequiado
16 Fuimos atendidos
17 Se construyeron
18 Habrás de renunciar
19 Hemos sido engañados
20 Estaréis preparados
21 Tuve que empezar
22 Se cerraría
23 Estaremos esperando
24 Será intervenido
25 Fueron traicionados
26 Hayan sido revisados
27 Debería proteger
28 Fueron exterminados
29 Estamos planeando
30 Fue convenido
31 Sea bienvenido
32 Fue confirmado
33 Tuvieron que salir
34 Debe de subir
35 Fueron activados
36 Tendré que descansar
37 Has cumplido
38 Hube sido avisado
39 Sed atentos
40 Fuiste subestimado
41 Fuereis golpeados
42 Estamos ensayando
43 Tenían que estudiar
44 Será vendida
45 Estaremos dispuestos
46 Habríais sido oídos
47 Habiendo sido visto
48 Se dice
49 Debieron llegar
50 Habríamos conseguido

88
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1.2.5.6. Verbos Irregulares.

Se llaman verbos irregulares los que, al conjugarse, sufren alteración de las letras
radicales o no toman las terminaciones o desinencias que debían corresponderles,
de acuerdo con los modelos de las conjugaciones de los verbos regulares.

No obstante, lo anterior, no se consideran irregularidades los cambios ortográ-


ficos que experimentan tanto el radical como las desinencias atendiendo a los
sonidos que han de representar. Dichos cambios o modificaciones se presentan en
cuatro grupos de verbos:

1. Los verbos que cambian la z por la c. Ejemplos: afianzar, alcanzar, cuyas


terceras personas del pretérito, modo indicativo, toman las formas afiancé y
alcancé. Como el sonido de z puede obtenerse con la sílaba ce, en estos casos
se escribirá c en vez de z.

2. Los verbos que cambian la g en gu o j. Ejemplos: llegar, llegué; exigir, exijo;


afligir, aflijo.

3. Los verbos que suprimen la u delante de la a y la o. Ejemplos: conseguir,


consigo, consiga; seguir, sigo, siga.

4. Los verbos que cambian la i en y. Ejemplo: construir, construyó; huir, huyó.

Verbos de irregularidad común

Son clasificados de esta manera los verbos irregulares que experimentan un


mismo tipo de variaciones; por lo que pueden agruparse según la irregularidad que
les sea común.

- Primer grupo. Verbos que diptongan la e o la o del radical, en ie y ue


respectivamente.

Este fenómeno se da en los tiempos presentes, pero únicamente cuando


el acento prosódico recae sobre esas vocales. Los ejemplos que se indican a
continuación, sólo presentan las personas que tienen alguna irregularidad.

89
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

entender presente de ind. entiendo, entiendes, entiende,


entienden
presente de subj. entienda, entiendas, entienda,
entiendan
presente de imper. entiende, entienda, entiendan

mover presente de ind. muevo, mueves, mueve, mueven


presente de subj. mueva, muevas, mueva, muevan
presente de imper. mueve, mueva, muevan

Conviene hacer las siguientes observaciones:

 El verbo errar además de diptongar la e en ie cambia la i del diptongo en


y porque la i al juntarse con otra vocal adquiere el valor de consonante
(yerre, yerres, etc.).

 Los verbos desosar y oler, antes del diptongo ue toman h (deshuesa, huele,
etc.).

 Los verbos terminados en irir y el verbo jugar también diptongan la i y la


u de su radical en ie y ue respectivamente, en los mismos tiempos y
personas expuestos en los verbos entender y mover. Igualmente hacen
parte de este grupo los verbos discernir y concernir.

- Segundo grupo. Verbos que diptongan la o en ue, si esta sílaba es tónica, y


cambian la o en u, si esta sílaba es átona y la desinencia empieza por a o
diptongo. Forma parte de este grupo el verbo dormir.

dormir gerundio durmiendo


presente de ind. duermo, duermes, duerme, duermen
pretérito de ind. durmió, durmieron
presente de subj. duerma, duermas, duerma, durmamos,
durmáis, duerman
pretérito de subj. durmiera o durmiese, durmieras o durmieses,
durmiera o durmiese, durmiéramos o
durmiésemos, durmierais o durmieseis,
durmieran o durmiesen
futuro de subj. durmiere, durmieres, durmiere, durmiéremos,
durmiereis, durmieren
presente de imper. duerme, duerma, durmamos, duerman

90
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Tercer grupo. Los verbos de este grupo agregan una z antes de la c del radical,
siempre que esta última tenga sonido de k. Hacen parte de este conjunto los
verbos terminados en acer, ecer, ocer y ucir. Veamos el siguiente ejemplo:

crecer presente de ind. crezco


presente de subj. crezca, crezcas, crezca, crezcamos crezcáis,
crezcan
presente de imper. crezca, crezcamos, crezcan

Se excluyen los verbos mecer y remecer, que son regulares; hacer y sus
compuestos, que presentan diversos tipos de irregularidad; y placer, yacer,
cocer, escocer, recocer, que poseen otras irregularidades.

- Cuarto grupo. Los verbos de este conjunto presentan, a veces, la irregu-


laridad del grupo anterior, y en otros tiempos la c del radical se sustituye por
la j y suprimen la i de la terminación regular. Hacen parte de este grupo todos
los terminados en ducir. Véase el siguiente ejemplo:

conducir presente de ind. conduzco


pretérito de ind. conduje, condujiste, condujo, condujimos,
condujisteis, condujeron
presente de subj. conduzca, conduzcas, conduzca,
conduzcamos, conduzcáis, conduzcan
pretérito de subj. condujera o condujese, condujeras o
condujeses, condujera o condujese,
condujéramos o condujésemos,
condujerais o condujeseis, condujeran o
condujesen
futuro de Subj. condujere, condujeres, condujere,
condujéremos, condujereis, condujeren
presente de imper. conduzca, conduzcamos, conduzcan

Los verbos terminados en añer, añir, iñir, uñir, eller, ullir, en algunas de las
personas, también eliden la i de la desinencia. Por ejemplo, del verbo bruñir:
bruñó en vez de bruñió.

- Quinto grupo: Se trata de los verbos que cambian la e de la penúltima sílaba


por i. Este cambio sucede cuando sobre dicha vocal se carga el acento
prosódico y la desinencia comienza por a o diptongo. A este grupo corres-
ponden todos los verbos que terminan en ebir, edir, egir, equir, emir, enchir,
endir, etir. Ejemplo:

91
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

medir gerundio midiendo


presente de ind. mido, mides, mide, miden
pretérito de ind. midió, midieron
presente de subj. mida, midas, mida, midamos, midáis, midan
pretérito de subj. midiera o midiese, midieras o midieses,
midiera o midiese, midiéramos o midiésemos,
midierais o midieseis, midieran o midiesen
futuro de subj. midiere, midieres, midiere, midiéremos,
midiereis, midieren
presente de imper. mide, mida, midamos, midan

- Sexto grupo: Los verbos de este grupo cambian la e del radical en i, como les
ocurre a los del grupo anterior, y además suprimen la i en la terminación,
como los del cuarto grupo. Son de este grupo los que terminan en eir y eñir.
Ejemplo:

desleír gerundio desliendo


presente de ind. deslío, deslíes, deslíe, deslíen
pretérito de ind. deslió, deslieron
presente de subj. deslía, deslías, deslía, desliamos, desliáis,
deslían
pretérito de subj. desliera o desliese, deslieras o deslieses,
desliera o desliese, desliéramos o
desliésemos, deslierais o deslieseis, deslieran
o desliesen
futuro de subj. desliere, deslieres, desliere, desliéremos,
desliereis, deslieren
presente de imper. deslíe, deslía, deslíamos, deslían

- Séptimo grupo. Los verbos de este conjunto diptongan en ie la e del radical,


si en dicha sílaba recae el acento prosódico —como ocurre a los del primer
grupo— y en otros tiempos se sustituye por i, si esa sílaba es átona y la
desinencia empieza por a o diptongo. Hacen parte de este grupo todos los
verbos que terminan en entir, erir, ertir. Asimismo, hervir y rehervir. Veamos
el siguiente ejemplo:

Mentir Gerundio mintiendo


Presente de Ind. miento, mientes, miente, mienten
Pretérito de Ind. mintió, mintieron
Presente de Subj. mienta, mientas, mienta, mintamos, mintáis,
mientan
Pretérito de Subj. mintiera o mintiese, mintieras o mintieses,

92
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

mintiera o mintiese, mintiéramos o


mintiésemos, mintierais o mientieseis,
mintieran o mintiesen
Futuro de Subj. mintiere, mintieres, mintiere, mintiéremos,
mintiereis, mintieren
Presente de Imper. miente, mienta, mintamos, mientan

- Octavo grupo. conforman este los verbos valer y salir, los que sufren las
siguientes modificaciones:

 Intercalan una g entre la l del radical y las vocales a y o de las desinencias.

 Pierden la e de la desinencia en la segunda persona del singular del


imperativo.

 Cambian la e y la i del radical por la d, en el futuro imperfecto de indicativo


y en el potencial simple. Ejemplo:

valer Presente de Ind. valgo


Futuro de Ind. valdré, valdrás, valdrá, valdremos, valdréis,
valdrán
Presente de Subj. valga, valgas, valga, valgamos, valgáis, valgan
Pospretérito de Ind. valdría, valdrías, valdría, valdríamos, valdríais,
valdrían
Presente de Imper. valga, valgamos, valga

Verbos de irregularidad propia

La lengua española posee, además de los verbos irregulares presentados en los


grupos anteriores, otros verbos que poseen una irregularidad que les es propia. A
continuación, se relacionan, en orden alfabético, dichos verbos con los tiempos y
personas que experimentan tales irregularidades.

andar pretérito de ind. anduve, anduviste, anduvo, anduvimos,


anduvisteis, anduvieron
pretérito de subj. anduviera o anduviese, anduvieras o
anduvieses, anduviera o anduviese,
anduviéramos o anduviésemos, anduvierais o
anduvieseis, anduvieran o anduviesen
futuro de subj. anduviere, anduvieres, anduviere,
anduviéremos, anduviereis, anduvieren

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

asir presente de ind. asgo


presente de subj. asga, asgas, asga, asgamos, asgáis, asgan
presente de imper. asga, asgamos, asgan

caber Presente de Ind. quepo


Pretérito de Ind. cupe, cupiste, cupo, cupimos, cupisteis, cupieron
Futuro de Ind. cabré, cabrás, cabrá, cabremos, cabréis, cabrán
Pospretérito de Ind. cabría, cabrías, cabría, cabríamos, cabríais, cabrían
Presente de Subj. quepa, quepas, quepa, quepamos, quepáis,
quepan
Pretérito de Subj. cupiera o cupiese, cupieras o cupieses, cupiera
o cupiese, cupiéramos o
cupiésemos, cupierais o cupieseis,
cupieran o cupiesen
Futuro de Subj. cupiere, cupieres, cupiere, cupieremos,
cupiereis, cupieren
Presente de Imper. quepa, quepamos, quepan

caer presente de ind. caigo


presente de subj. caiga, caigas, caiga, caigamos, caigáis, caigan
presente de imper. caiga, caigamos, caigan

dar presente de ind. doy


pretérito de ind. di, diste, dio, dimos, disteis, dieron
pretérito de subj. diera o diese, dieras o dieses, diera o diese,
diéramos o diésemos, dierais o dieseis, dieran
o diesen
futuro de subj. diere, dieres, diere, diéremos, diereis, dieren

decir gerundio diciendo


presente de ind. digo, dices, dice, dicen
pretérito de ind. dije, dijiste, dijo, dijimos, dijisteis, dijeron
futuro de ind. diré, dirás, dirá, diremos, diréis, dirán
pospretérito de ind. diría, dirías, diría, diríamos diríais, dirían
presente de subj. diga, digas, diga, digamos, digáis, digan
pretérito de subj. dijera o dijese, dijeras o dijeses, dijera o dijese,
dijéramos o dijésemos, dijerais o dijeseis, dijeran
o dijesen
futuro de subj. dijere, dijeres, dijere, dijéremos, dijereis, dijeren
presente de imper. di, diga, digamos, digan

94
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

erguir gerundio irguiendo


presente de ind. irgo o yergo, irgues o yergues, irgue o yergue,
irguen o yerguen
pretérito de ind. irguió, irguieron
presente de subj. irga o yerga, irgas o yergas, irga o yerga, irgamos
o yergamos, irgáis o yergáis, irgan o yergan
pretérito de subj. irguiera o irguiese, irguieras o irguieses, irguiera
o irguiese, irguiéramos
o irguiésemos, irguierais o irguieseis, irguieran o
irguiesen
futuro de subj. irguiere, irguieres, irguiere, irguiéremos,
irguiereis, irguieren
presente de imper. yergue o irgue, yerga o irga, yergamos o
irgamos, yergan o irgan

estar presente de ind. estoy, estás, está, están


pretérito de ind. estuve, estuviste, estuvo, estuvimos,
estuvisteis, estuvieron
presente de subj. esté, estés, esté, estén
pretérito del subj. estuviera o estuviese, estuvieras o estuvieses,
estuviera o estuviese, estuviéramos o estuviésemos,
estuvierais o estuvieseis, estuvieran o estuviesen
futuro de subj. estuviere, estuvieres, estuviere, estuviéremos,
estuviereis, estuvieren
presente de está, esté, estén
imper.

hacer presente de ind. hago


pretérito de ind. hice, hiciste, hizo, hicimos, hicisteis, hicieron
futuro de ind. haré, harás, hará, haremos, haréis, harán
presente de subj. haga, hagas, haga, hagamos, hagáis, hagan
pretérito de subj. hiciera o hiciese, hicieras o hicieses, hiciera o
hiciese, hiciéramos o hiciésemos, hicierais o
hicieseis, hicieran o hiciesen
futuro de subj. hiciere, hicieres, hiciere, hiciéremos, hiciereis,
hicieren
pospretérito de ind. haría, harías, haría, haríamos, haríais, harían
presente de haz, haga, hagamos, hagan
imper.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

ir gerundio yendo
presente de ind. voy, vas, va, vamos, vais, van
copretérito de ind. iba, ibas, iba, íbamos, ibais, iban
pretérito de ind. fui, fuiste, fue, fuimos, fuisteis, fueron
presente de subj. vaya, vayas, vaya, vayamos, vayáis, vayan
pretérito de subj. fuera o fuese, fueras o fueses, fuera o fuese,
fuéramos o fuésemos, fuerais o fueseis, fueran o
fuesen
futuro de subj. fuere, fueres, fuere, fuéremos, fuereis, fueren
presente de imper. ve, vaya, vayamos, id, vayan

oír presente de ind. oigo, oyes, oye, oyen


presente de subj. oiga, oigas, oiga, oigamos, oigáis, oigan
presente de imper. oye, oiga, oigamos, oigan

placer pretérito de ind. plugo o plació (en plural pluguieron o placieron)


presente de subj. plega, plegue o plazca
pretérito de subj. pluguiera-pluguiese o placiera-placiese
futuro de subj pluguiere o placiere

poder gerundio pudiendo


presente de ind. puedo, puedes, puede, pueden
pretérito de ind. pude, pudiste, pudo, pudimos, pudisteis,
pudieron
futuro de ind. podré, podrás, podrá, podremos, podréis, podrán
presente de subj. pueda, puedas, pueda, puedan
pretérito de subj. pudiera o pudiese, pudieras o pudieses, pudiera o
pudiese, pudiéramos o pudiésemos, pudierais o
pudieseis, pudieran o pudiesen
futuro de subj. pudiere, pudieres, pudiere, pudiéremos,
pudiereis, pudieren
pospretérito de ind. podría, podrías, podría, podríamos, podríais,
podrían
presente de imper. puede, pueda, puedan

poner presente de ind. pongo


pretérito de ind. puse, pusiste, puso, pusimos, pusisteis, pusieron
futuro de ind. pondré, pondrás, pondrá, pondremos, pondréis,
pondrán
presente de subj. ponga, pongas, ponga, pongamos, pongais,
pongan

96
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

pretérito de subj. pusiera o pusiese, pusieras o pusieses, pusiera o


pusiese, pusiéramos o pusiésemos, pusierais o
pusieseis, pusieran o pusiesen
futuro de subj. pusiere, pusieres, pusiere, pusiéremos, pusiereis,
pusieren
pospretérito de ind. pondría, pondrías, pondría, pondríamos,
pondríais, pondrían
presente de imper. pon, ponga, pongamos, pongan

querer presente de ind. quiero, quieres, quiere, quieren


pretérito de ind. quise, quisiste, quiso, quisimos, quisisteis,
quisieron
futuro de ind. querré, querrás, querrá, querremos, querréis,
querrán
presente de subj. quiera, quieras, quiera, quieran
pretérito de subj. quisiera o quisiese, quisieras o quisieses,
quisiera o quisiese, quisiéramos o quisiésemos,
quisierais o quisieseis, quisieran o quisiesen
futuro de subj. quisiere, quisieres, quisiere, quisiéremos,
quisiereis, quisieren
pospretérito de ind. querría, querrías, querría, querríamos,
querríais, querrían
presente de imper. quiere, quiera, quieran

saber presente de ind. sé


pretérito de ind. supe, supiste, supo, supimos, supisteis, supieron
futuro de ind. sabré, sabrás, sabrá, sabremos, sabréis, sabrán
presente de subj. sepa, sepas, sepa, sepamos, sepáis, sepan
pretérito de subj. supiera o supiese, supieras o supieses, supiera o
supiese, supiéramos o supiésemos, supierais o
supieseis, supieran o supiesen
futuro de subj. supiere, supieres, supiere, supiéremos,
supiereis, supieren
pospretérito de ind. sabría, sabrías, sabría, sabríamos, sabríais, sabrían
presente de imper. sepa, sepamos, sepan

tener presente de Ind. tengo, tienes, tiene, tienen


pretérito de Ind. tuve, tuviste, tuvo, tuvimos, tuvisteis, tuvieron
futuro de Ind. tendré, tendrás, tendrá, tendremos, tendréis,
tendrán
presente de Subj. tenga, tengas, tenga, tengamos, tengáis, tengan

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Pretérito de Subj. tuviera o tuviese, tuvieras o tuvieses, tuviera o


tuviese, tuviéramos o tuviésemos, tuvierais o
tuvieseis, tuvieran o tuviesen
futuro de Subj. tuviere, tuvieres, tuviere, tuviéremos, tuviereis,
tuvieren
pospretérito de Ind. tendría, tendrías, tendría, tendríamos, tendríais,
tendrían
presente de Imper. ten, tenga, tengamos, tengan

traer presente de ind. traigo


pretérito de ind. traje, trajiste, trajo, trajimos, trajisteis, trajeron
presente de subj. traiga, traigas, traiga, traigamos, traigáis, traigan
pretérito de subj. trajera o trajese, trajeras o trajeses, trajera o
trajese, trajéramos o trajésemos, trajerais o
trajeseis, trajeran o trajesen
futuro de subj. trajere, trajeres, trajere, trajéremos, trajereis,
trajeren
presente de imper. traiga, traigamos, traigan

venir gerundio viniendo


presente de ind. vengo, vienes, viene, vienen
pretérito de ind. vine, viniste, vino, vinimos, vinisteis, vinieron
futuro de ind. vendré, vendrás, vendrá, vendremos, vendréis,
vendrán
presente de subj. venga, vengas, venga, vengamos, vengáis,
vengan
pretérito de subj. viniera o viniese, vinieras o vinieses, viniera o
viniese, viniéramos o viniésemos, vinierais o
vinieseis, vinieran o viniesen
futuro de subj. viniere, vinieres, viniere, viniéremos, viniereis,
vinieren
pospretérito de ind. vendría, vendrías, vendría, vendríamos, vendríais,
vendrían
presente de imper. ven, venga, vengamos, vengan

ver presente de ind. veo


copretérito de ind. veía, veías, veía, veíamos, veíais, veían
presente de subj. vea, veas, vea, veamos, veais, vean
presente de imper. vea, veamos, vean

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Yacer Presente de Ind. yazgo, yazco o yago


Presente de Subj yazca, yazga o yaga, yazcas, yazgas o yagas,
yazca, yazga o yaga, yazcamos, yazgamos o
yagamos, yazcáis, yazgáis o yagáis, yazcan,
yazgan o yagan
Presente de Imper. yace o yaz, yazca, yazga o yaga, yazcamos,
yazgamos o yagamos, yazcan, yazgan o yagan

Observaciones:

- El verbo placer no es de uso frecuente; suele emplearse en terceras personas


del singular.

- El verbo podrir o pudrir usa cualquiera de estas formas en infinitivo, mas no


en los demás tiempos; pues, se conjuga de manera regular como pudrir. Sólo
el participio pasivo (pasado) es podrido.

Examen de lo aprendido

Seleccione veinte formas conjugadas de los verbos irregulares vistos. A conti-


nuación de cada una de ellas escriba su forma de infinitivo en la primera columna.
En la segunda columna, ponga la forma que sería regular para igual tiempo, modo
y persona de la forma seleccionada. Gramaticalmente esta forma regular no existe,
pero se busca establecer con mayor claridad en qué radica la irregularidad de la
forma habitual.

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1.2.5.7. Verbos Defectivos.

Reciben este nombre los verbos que carecen de algunos tiempos o personas.
Esta condición obedece a las razones siguientes:

- Su significado. La significación del verbo impide la formación de ciertas


personas, porque serían palabras sin sentido. Por ejemplo, el verbo acontecer
no presenta la primera persona del singular en el presente de indicativo,
dado que no empleamos la forma acontezco, que correspondería al tiempo y
la persona indicados.

- Su estructura. Algunos verbos no contemplan ciertas personas porque


originan formas fonéticamente no gratas o porque se usan con mayor
frecuencia que el verbo, con un significado totalmente diferente. Por
ejemplo, del verbo abolir no conjugaríamos las formas yo abolo o yo abuelo.

Existe un representativo número de verbos que, en el uso real, no se emplean


en algunas personas, como es el caso de los que expresan acciones propias de
animales (como ladrar, bramar, balar, pacer, entre otros) y los llamados uni-
personales, que manifiestan fenómenos de la naturaleza (como atardecer, ano-
checer, amanecer, entre otros). Estos verbos, por su origen, no deberían emplearse
en primera y segunda persona, si se tiene en cuenta que las acciones que expresan
son propias de los animales o de la naturaleza; en efecto, no podremos referirlas a
estas personas gramaticales que siempre representan a personas. Sin embargo, con
un sentido metafórico, podemos hacer uso de dichas personas. Por ejemplo, es
normal escuchar: ¿Cómo amaneciste?; amanecí bien; no con quien naces, sino con
quien paces.

1.2.5.8. Observaciones acerca del participio.

El participio corresponde a una de las formas no personales del verbo. Por ello
las únicas modificaciones que sufre son las de género y número, cuando se emplea
como adjetivo. Conviene resaltar que el participio activo, cuando funciona como

100
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

adjetivo, posee en general una forma indiferenciada tanto para el masculino como
para el femenino. Se reconocen dos tipos de participio:

1. Participio pasivo (o pasado). Este se forma con el radical del verbo y la


terminación ado, si el verbo pertenece a la primera conjugación, e ido, si
corresponde a la segunda o tercera. Se emplea para formar los tiempos
compuestos, como adjetivo y como sustantivo.

Ejemplos:

 Ella había acabado la actividad (como verbo)

 Está muy consentido (como adjetivo)

 Un asado de carne (como sustantivo)

2. Participio activo o de presente. Se forma con el radical del verbo y la


terminación ante, cuando se trata de la primera conjugación, y ente o iente,
si corresponde a la segunda o tercera. Se usa con más frecuencia como
adjetivo o sustantivo, aunque en algunas expresiones prevalece su condición
verbal.

Ejemplos:

 Mostraba una conducta suplicante (como adjetivo)

 Es un buen acudiente (como sustantivo)

 El hijo, obediente con su padre, cumplió la tarea (como verbo)

Regularidad e irregularidad de los participios

El participio pasivo, que presenta alguna irregularidad en ciertos casos, posee


otra característica: tener dos formas en un importante número de verbos, una
regular —con el radical del verbo y la terminación ado o ido— y otra irregular. Por
lo general, la primera de ellas se emplea para construir los tiempos compuestos y
la voz pasiva. La irregular se emplea cuando el participio funciona como adjetivo. Si
expresamos: han elegido al mejor candidato, el candidato ya está electo, en ambas
expresiones se emplea el participio del verbo elegir. En la primera oración funciona
como verbo, mientras que en la segunda tiene carácter de adjetivo.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

A continuación, se ofrece una lista de verbos con participio pasivo (pasado) en


sus formas regular e irregular.

Participio Participio Participio Participio


Verbos Verbos
regular irregular regular irregular
afijar afijado afijo expeler expelido expulso
afligir afligido aflicto expresar expresado expreso
ahitar ahitado ahito expulsar expulsado expulso
asumir asumido asunto extender extendido extenso
atender atendido atento extinguir extinguido extinto
bendecir bendecido bendito fijar fijado fijo
circuncidar circuncidado circunciso freir freído frito
compeler compelido compulso hartar hartado harto
comprender comprendido comprenso incluir incluido incluso
comprimir comprimido compreso incurrir incurrido incurso
concluir concluido concluso infundir infundido infuso
confesar confesado confeso injertar injertado injerto
confundir confundido confuso inserir inserido inserto
consumir consumido consunto insertar insertado inserto
contraer contraído contracto invertir invertido inverso
contundir contundido contuso juntar juntado junto
convencer convencido convicto maldecir maldecido maldito
convertir convertido converso manifestar manifestado manifiesto
corregir corregido correcto nacer nacido nato
corromper corrompido corrupto omitir omitido omiso
descalzar descalzado descalzo oprimir oprimido opreso
despertar despertado despierto poseer poseído poseso
difundir difundido difuso prender prendido preso
dividir dividido diviso presumir presumido presunto
elegir elegido electo pretender pretendido pretenso
enjugar enjugado enjuto propender propendido propenso
exceptar exceptado excepto prostituir prostituido prostituto
excluir excluido excluso proveer proveído provisto
querer querido quisto sujetar sujetado sujeto
recluir recluido recluso suprimir suprimido supreso
repeler repelido repulso suspender suspendido suspenso
romper rompido roto sustituir sustituido sustituto
salvar salvado salvo teñir teñido tinto
sepultar sepultado sepulto torcer torcido tuerto
soltar soltado suelto

102
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Verbos cuyo participio pasivo es irregular

Verbo Participio Verbo Participio Verbo Participio


abrir abierto escribir escrito resolver resuelto
absolver absuelto hacer hecho ver visto
cubrir cubierto volver vuelto decir dicho
morir muerto disolver disuelto poner puesto

Examen de lo aprendido

A partir de las siguientes parejas de participios regulares con sus respectivas


formas irregulares, construya una oración por cada una de dichas formas (regulares
e irregulares), en las que funcionen en unas como verbos y en otras como adjetivos.
Señale en cada caso la función con la que está siendo empleada.

Parejas de participios: (eximido, exento), (elegido, electo), (soltado, suelto),


(despertado, despierto), (poseído, poseso), (prendido, preso), (bendecido, bendito),
(extinguido, extinto), (freído, frito), (atendido, atento)

1.2.6. El adverbio.

El adverbio (del latín adverbium -ii) es la parte invariable de la oración que


acompaña al verbo, al adjetivo o a otro adverbio. Su función fundamental es
modificar el significado de la palabra que acompaña. En este sentido, cumple en
relación con las categorías indicadas, la misma función que el adjetivo con respecto
al nombre; es decir, manifestar una cualidad o precisar diversas circunstancias de
los vocablos que acompaña. Veamos los siguientes ejemplos:

Durmió mal mal califica al verbo durmió.


Jugó aquí aquí determina el lugar en que se realiza la
acción del verbo Jugó.
Viajó hoy hoy determina el tiempo en que se realiza la
acción del verbo Viajó
La cancha es bastante ancha bastante determina la anchura o amplitud en
que se debe entender la cualidad expresada
por el adjetivo ancha
Ella baila bastante bien bastante en este caso determina al adverbio
bien, que a su vez determina al verbo baila

103
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Tipos de adverbios

- Calificativos. Además de los adverbios bien y mal, son empleados como


adverbios calificativos muchos adjetivos de igual denominación, tanto en su
forma comparativa (mejor, peor) como en su forma positiva (grande,
pequeño, suave, etc.) o con la terminación mente (decididamente, ama-
blemente, tristemente, etc.).

Ejemplos:

 ahora se porta mejor

 esa tela está suave

 trabajaron decididamente

- Determinativos. Se emplean para expresar las distintas circunstancias de


cantidad, lugar, modo, tiempo, negación o afirmación. Estos adverbios
pueden ser interrogativos, demostrativos, indefinidos o relativos. Miremos,
por ejemplo, las distintas formas en que se puede expresar una circunstancia
de lugar. Para preguntar se dice: ¿dónde están ellas? El adverbio dónde se
identifica como interrogativo porque sirve para preguntar por un lugar. A
dicha pregunta podríamos responder de varias maneras: a) ellas están aquí,
b) ellas están en alguna parte c) ellas están donde te dije.

Los adverbios determinativos se han dividido en formas nominales y pro-


nominales. Se identifican como formas pronominales aquellas que sustituyen
a un concepto sustantivo, por lo que adquieren dicho carácter pronominal.
El adverbio aquí, por ejemplo, determina un lugar que para ser expresado
con precisión usaríamos un sustantivo: salón, parque, casa, etc. Sin embargo,
al utilizar este adverbio no queremos hacer referencia al concepto de salón,
parque o casa; más bien estamos “indicando” el sitio donde nos hallamos,
dado que es lo mismo que si dijéramos: en este lugar, en este sitio, expre-
siones pronominales que tienen carácter demostrativo.

Con los adverbios lejos y cerca igualmente estamos aludiendo a un lugar;


pero más que “precisar” un lugar determinado, nos estamos refiriendo a la
idea general de espacio, ya que en realidad lo que precisamos es la distancia
que hay entre dos puntos. Esto ocurre de igual manera con los adjetivos
calificativos cuando funcionan como adverbios. En efecto, le atribuimos una
cualidad como tal —idea sustantiva— al verbo. Éstas serán, entonces, las
formas nominales del adverbio.

104
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

En el primer caso, el adverbio aquí indica un lugar bien determinado


(adverbios demostrativos); en el segundo caso, la expresión en alguna parte
también indica lugar, pero sin precisión (adverbios indefinidos) y, en el tercer
caso, el lugar señalado por donde queda precisado, pero será un sitio relativo
(adverbios relativos), dado que puede hacer referencia a un lugar u otro. En
el ejemplo que se está comentando tal vez no aparezca tan clara esta par-
ticularidad por no estar expreso su antecedente. En cambio, si el antecedente
está presente dicha particularidad se percibe de inmediato. En las expresio-
nes: aquí donde estamos y allí donde estuvimos, es evidente que el adverbio
donde indica en ambos casos un lugar; pero distinto en cada uno de ellos, en
razón a que el sitio está determinado por los antecedentes aquí y allí.

La frase o modo adverbial

Se trata de un conjunto de varias palabras empleadas con un sentido igual al


transmitido por un adverbio. En la lengua española, tanto en el lenguaje culto como
en el familiar, existe un significativo número de estas expresiones. Gran cantidad
de ellas son modismos cuyo significado es igual o muy parecido al de los adverbios
de modo. Algunos ejemplos de estas frases son: al pie de la letra, a mano limpia, sin
ton ni son, de mañana, a la buena de Dios, a toda costa, de prisa y corriendo, de vez
en cuando, a ciegas, cuanto antes, entre otras.

Algunas locuciones latinas de uso frecuente en el idioma español, también se


han aceptado como frases adverbiales. Los siguientes son ejemplos de estas frases:
ad hoc, ad honorem, ipso facto, quid pro quo, sui generis, superávit, verbi gratia,
vox populi.

La apócope en los adverbios

Los adverbios tanto y cuanto eliden la última sílaba cuando preceden a otro
adverbio o a un adjetivo; así, están las expresiones tan osadamente, cuán fácil-
mente, tan laborioso, cuán diligente. Sin embargo, no sucede esto delante de mejor,
peor, mayor y menor. En estos casos, deberá decirse: tanto mejor, tanto peor, tanto
mayor y tanto menor. No obstante, cuando el adjetivo mayor pierde su naturaleza
comparativa, puede emplearse la apócope delante de dicho adjetivo. De esta
manera, serán gramaticalmente correctas expresiones como: ese comportamiento
es comprensible en una persona tan mayor.

Hay un recurso muy conocido para transformar algunos adjetivos en adverbios:


agregar el sufijo mente: feliz, felizmente, triste, tristemente. Si el adjetivo posee
formas diferentes para el masculino y el femenino, el adverbio tomará la forma del
femenino: sabiamente, primeramente, locamente, etc. Si concurren dos o más
adverbios de este tipo, se une la terminación mente sólo al último de ellos: decidió
el caso precisa y oportunamente.

105
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ubicación del adverbio

Aunque existe libertad para colocar el adverbio en la frase española, la norma


recomienda ubicarlo lo más cerca posible de la palabra que modifica. No obstante,
para algunos lingüistas, cuando se antepone, su valor es menos concreto que si
aparece en segundo lugar: bien está, indica una determinación menos precisa que
está bien. Otros lingüistas opinan que el adverbio se antepone a la palabra que
modifica, si aporta una determinación vulgar, corriente, de carácter calificativo:
perfectamente elaborado, adecuadamente realizado. Se pospone cuando indica
una determinación precisa, cuya definición es de gran interés: proceder audaz-
mente, actuó vivazmente.

1.2.6.1. Clasificación del adverbio.


EXPRESAN FORMAS
NOMINALES

Una cualidad bien, mal,


Calificativos

del verbo mejor, peor, y FORMAS PRONOMINALES


muchos
adjetivos con la
terminación
mente
Interrogativos Demostrativos Indefinidos Relativos
cerca, lejos, ¿dónde? aquí, ahí, allí, en alguna donde
encima, debajo, ¿adónde? acá, ahí, allá parte dondequiera
Lugar arriba, abajo, a alguna adonde
delante, detrás, parte adondequiera
adelante, atrás,
dentro, fuera,
adentro, afuera
antes, después, ¿cuándo? ahora, nunca, cuando, cuando
Tiempo pronto, tarde, entonces, jamás, quiera
temprano, hoy, ayer, siempre,
mientras, luego mañana alguna vez
Modo ¿cómo? así, tal Como, tal,
Determinativos

como quiera que


Cantidad muy, más, ¿cuánto? tanto, así Algo, nada cuanto, como,
menos, mucho, cuanto quiera
poco, bastante,
casi,
demasiado,
apenas
Afirmación ciertamente, ¿sí? sí quizá,
también, acaso
absolutamente tal vez
Negación tampoco ¿no? no

Fuente: tomado de Revilla (1979).

106
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Examen de lo aprendido

Elabore un escrito donde haga un uso adecuado de los adverbios y frases


adverbiales estudiados. Subraye las palabras empleadas como la categoría indicada
y, mediante una flecha, señale los vocablos a los que califican o determinan.

1.2.7. Las preposiciones.

Son elementos o partículas invariables de relación subordinante entre dos


términos pertenecientes a una misma oración. La lengua española cuenta con un
reducido número de preposiciones, por lo cual cada una de ellas puede expresar
distintas relaciones.

La preposición, de acuerdo con algunos eruditos, es una partícula invariable que


sirve para enlazar una palabra principal (elemento sintáctico) con su complemento:
Vaso DE vino; voy A Roma. A este complemento se le llama término de la
preposición porque en él termina y se consuma la relación que la preposición
establece: pinté la pared CON pintura DE plástico.

“La preposición —según Gili y Gaya (Citado en Vivaldi, 1981, p. 48)— va siempre
unida a su término y forma con él una unidad sintáctica y fonética”.

Según Marina Parra (s.f) “la preposición es la partícula que establece relación
entre dos palabras sirviendo de nexo o unión entre ellas. Su función es la de
relacionar un elemento sintáctico que tiene carácter de nombre, con su com-
plemento”.

Ejemplos:

 Sala de conferencias

 Aquí la preposición de, relaciona los conceptos sala y conferencias.

La palabra que sigue a la preposición se denomina término, porque en ella


termina la relación establecida por la preposición. La función de término la hace un
sustantivo u otras palabras que se sustantivan:

 Anillo de oro (sustantivo)

 Algunos de nosotros (pronombre)

 Útil para trabajar (verbo)

 Hasta aquí (adverbio)

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Preposiciones propias e impropias

Las preposiciones propias en español son: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de,
desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras. Todas estas
preposiciones se emplean separadas de las palabras que relacionan, aunque tam-
bién pueden unirse, varias de ellas, a una palabra para crear vocablos compuestos:
antedicho, contrafuerte, entresacar, etc.

Las conocidas como preposiciones impropias (de origen latino) son empleadas
siempre como prefijos inseparables. Las de uso más frecuente son: ad, des, ex, in,
inter, infra, sub, super, trans. Veamos algunos ejemplos de uso común: adyacente,
desunión, expresidente, innecesario, internacional, infrahumano, subteniente,
superpoblado, transportar.

Frases preposicionales

Se les denomina así a ciertas expresiones compuestas de dos preposiciones o de


adverbios y preposiciones. Estas composiciones son empleadas con frecuencia en
el lenguaje cotidiano. Su nombre obedece al hecho de que funcionan, en términos
gramaticales, de igual manera que una preposición. Como ejemplos de estas frases
están: junto a, debajo de, detrás de, por encima de, por entre, desde dentro de, entre
otras. El empleo de estas frases es necesario cuando una sola preposición no puede
expresar el tipo de relación que pretendemos establecer entre dos términos. Vea-
mos este ejemplo de Revilla (1979):

Si decimos: disparaban desde la casa, podría originarse una confusión en


cuanto al punto exacto de donde provienen los disparos. La preposición
desde nos indica la procedencia, pero lo mismo podríamos entender que
disparaban desde una esquina exterior que desde el interior de la casa. Por
lo tanto, si queremos evitar esa imprecisión, diremos: …desde dentro de la
casa.

El uso de las preposiciones no plantea graves dificultades para la escritura; pues,


en general, las personas las utilizan correctamente. Sin embargo, a veces se halla
uno ante usos incorrectos de algunas preposiciones como, por ejemplo, las expre-
siones en base a, en vez de con base en; cocinas a gas, en vez de cocinas de gas.

El reconocimiento de esos errores, entre otros, sobre todo en el ejercicio de la


escritura, obliga a recordar las normas, generalmente aceptadas por los gramáticos,
para el uso correcto de las preposiciones.

108
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Uso de las principales preposiciones según su significado

Son muchas las reglas que incluyen algunas gramáticas en relación con las pre-
posiciones. Aquí sólo indicaremos el uso adecuado de las más importantes reglas y
haremos alusión a los casos de incorrección más frecuentes.

Preposición A

Indica fundamentalmente:

- Modo o manera: a la colombiana; a tu manera; a hurtadillas.

- Medio o instrumento: a mano; a máquina; a cañonazos.

- Precio: a veinte mil pesos.

- Causa: a petición de los asistentes.

- Movimiento, material o figurado: emprendió viaje al extranjero; va a Medellín.


Se ha convertido al cristianismo; libro dedicado a mis padres.

- Proximidad: se sentaron a la lumbre.

- Finalidad: vino a verme; vas a visitar a tu hermano.

- Tiempo: a los quince días ya no se acordaba de nada; llegó a las siete.

- Lugar: vamos a la oficina; nos reuniremos a la entrada del parque; a la


derecha.

- Valor condicional cuando, en ciertas frases, precede a un infinitivo sin


artículo: a no ser por ti, me hubieran llevado.

Esta preposición también se usa para introducir complementos indirectos: Envié


rosas a mi madre.

Igualmente, hace parte del acusativo personal, así llamado, en virtud de que el
complemento directo, si es persona o cosa personificada, va precedido de la
preposición A.:

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplos:

 Veo a mi padre

 Respeto a mi profesor

 Quiero a mi perro (diferente de Quiero mi perro)

Cuando el complemento directo es una persona indeterminada, no se usa la


preposición a.

Ejemplo:

 hallé una mujer en el parque

En relación con los usos incorrectos de la preposición A, veamos lo que expresa


Martín Vivaldi (1981):

[...] Desprecio a la ley (debe decirse por). Aviones a reacción; cocinas a


gas; olla a presión; buque a vapor (substitúyase a por de).

Especial atención merece la construcción en que la preposición A va


detrás de un sustantivo y delante de un infinitivo (tareas A realizar;
cuestiones A discutir). Se trata de un galicismo sintáctico, tan difundido hoy
que puede decirse ha adquirido ya carta de naturaleza.

“El éxito de esta construcción —según Manuel Seco (1988)— se debe, sin duda,
a su brevedad, frente a la relativa pesadez de sus equivalentes castizas (esta es la
tarea que hay que realizar, o que ha de realizarse)”. No obstante, creemos que es
preferible escribir “criterio que se ha de adoptar en vez de criterio a adoptar. La ley
del mínimo esfuerzo o la economía del lenguaje no hay que llevarlas tan 'a
rajatabla”. (Vivaldi M., 1981)

Otros usos incorrectos de la preposición A sobre los que llama la atención Martín
Vivaldi son: Timbre A metálico por timbre EN metálico; dolor A los oídos por dolor
DE oídos; A la mayor brevedad por CON la mayor brevedad; noventa kilómetros A
la hora por noventa kilómetros POR hora.

110
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Preposición DE

Indica:

- Materia: mesa de madera

- Posesión o pertenencia: el traje de Carmen; el oleaje del mar; el poder del


presidente.

- Atribución del contenido al continente: vaso de agua; saco de garbanzos;


plato de arroz; copa de vino.

- Asunto que se trata: contratación de personal; lección de historia.

- Naturaleza o condición: hombre de carácter violento; hombre de genio;


caballo de carreras; planta de hoja caduca.

- Origen o procedencia: vengo de Montería; desciende de buena familia; salí


de la oficina muy tarde.

- Causa: se volvió loco de tanto leer; está muerto de miedo.

- Modo o manera: caer de espaldas; obrar de buena fe; permanecimos de pie


un buen rato; mató el tigre de un sólo tiro.

- Tiempo: es de día; me levanté de madrugada; llegaremos de noche.

- Aposición: la calle de la Moneda; el parque de Los Periodistas.

- Realce de una cualidad: el tonto de Juan; el ingenuo de Alberto.

- Condición (ante un infinitivo): de haberlo sabido me habría quedado en casa;


de no ser por mí se habría marchado.

Entre los usos incorrectos de la preposición DE están, por ejemplo:

- Se ocupa de revisar (lo correcto es Se ocupa en revisar); regalos de señora


(escríbase para); paso de peatones (diga para); diputado de la Asamblea (lo
correcto es diputado a la Asamblea).

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Omisiones incorrectas: no dudo que eso es así, por no dudo de que eso es
así; me olvidé que tenía que estudiar, por me olvidé de que tenía que
estudiar; entrégale la carta antes que se vaya, por de que se vaya.

Preposición EN

Expresa:

- Idea de reposo estática: vivo en Bogotá, D.C.; los libros están en la Biblioteca.

- Tiempo: en invierno hace mucho frío; hizo el trabajo en una hora.

- Modo o manera: la película está filmada en blanco y negro; en secreto, en


general, en interiores, etc.

- Medio o instrumento: viajar en coche, hablar en español, hizo el retrato en


lápiz.

- Precio: ¿en cuánto me vendes el carro?; vendido en cincuenta mil pesos; las
utilidades se cifran en varios millones de pesos.

- Forma o formato: la espada termina en punta; llevaba un traje con el escote


en pico.

- Causa: se le notaba en la manera de hablar.

- Término de un movimiento (con determinados verbos): la avioneta cayó en


el mar; el agua goteaba en el piso de la sala.

Algunos usos incorrectos de la preposición EN: Salió en dirección al estadio


(reemplazarlo por CON). Se sentaron en la mesa (por A). (Aunque algunas personas
a veces se sientan realmente sobre la mesa). Estatua en oro (por DE).

Preposición PARA

Indica:

- Dirección: vamos para Cali; paseaba para arriba y para abajo; hace media
hora salió para su pueblo.

- Tiempo: deja ese asunto para mañana; la obra estará lista para la próxima
semana; el consejo se aplazó para el próximo mes.

112
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Complemento indirecto: compré un libro para mi hijo; dio dinero para ayudar
a los damnificados del Eje Cafetero; lee para ti.

- Inminencia de una acción, o de un suceso: el arroz está listo para servir; el


avión está para despegar; está para llover.

- Objeto o fin: papel para envolver; cepillo para lavar.

- Finalidad, utilidad o aptitud: se vale de sus atributos para conseguir sus


propósitos; estudia para obtener el título, no para aprender; esta agua no es
apta para beber.

Son usuales expresiones como: veneno para las ratas, pastillas para el
mareo, jarabe para la fiebre, etc. (en lugar de utilizar contra).

Preposición CON

Expresa:

- Instrumento o medio: apretó el tornillo con una pinza; lo ha conseguido con


su propio esfuerzo.

- Modo, manera: clasifiqué las cerámicas de acuerdo con lo convenido; mis


paisanos me recibieron con alegría.

- A pesar de: con el dinero que tiene está lleno de deudas; con lo honesto que
es lo han acusado.

Preposición POR

Esta preposición indica:

- Lugar: iba por el parque cuando la sorprendió la lluvia; tiene una casita allá
por el bosque.

- Tiempo: por Semana Santa viajaremos a la costa; queremos mudarnos allá


por agosto.

- Medio: el partido fue transmitido por televisión; le enviaron el paquete por


correo; efectúa sus pagos por banco.

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Causa: lo hice por amor al próximo; fue detenido por sus ideas; por el mal
tiempo se suspendió el partido.

- Modo: se lo llevaron por la fuerza; lo hago por gusto, nadie me obliga.

- Sustitución, equivalencia: lo haré por ella; me lo dejó por diez mil pesos.

- Finalidad: voy más tarde por el dinero; me he quedado por ayudarte; regresé
al pueblo por ver a mi madre.

- Concesión (seguida de adjetivo, o adverbio de cantidad y una oración


sustantivada por la partícula que): por mucho que insistas, no me
convencerás; por mucho que lo repitas, no te lo creo.

- Perspectiva futura (con infinitivo): está por ver si hay alguien que me supere.

Los siguientes usos de por son incorrectos:

- Muestra afición por las ciencias (A)

- Un vestido para estar por casa (EN)

- Se va por siempre (PARA)

1.2.8. La conjunción.

La conjunción es uno de los mecanismos de cohesión, de uso más frecuente para


expresar la relación lógica entre las oraciones de un texto. De igual manera como la
preposición une dos palabras, la conjunción tiene como función específica la de unir
oraciones. Cuando enlaza simplemente dos palabras —como ocurre con frecuencia—
éstas deben ser partes de la oración de la misma clase o elementos con igual función
sintáctica. De manera resumida, la conjunción puede unir los elementos siguientes:

- Dos oraciones: se fueron bien temprano y regresaron por la noche.

- Dos grupos de oraciones: saludó a los invitados cuando llegó y después se


sentó a charlar.

- Dos partes de la oración de la misma clase: a) dos sustantivos: sol y sombra;


b) dos adjetivos: blanda y suave; c) dos pronombres: él y tú; d) dos verbos:
bailar y cantar; e) dos adverbios: adentro o afuera.

114
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Dos elementos con igual función sintáctica: a) dos sujetos: María y su amiga
estudian juntas. b) dos complementos iguales: b.1) nominales: los bienes de
él y de ella. b.2) directos: me dieron un libro y un cuadro. b.3) indirectos:
compré ropa para ti y tu hermana. b.4) circunstanciales: adobé el pescado
con sal y pimienta.

Conjunciones simples y compuestas

Lo mismo que ocurre con las preposiciones, atendiendo a la estructura, se


pueden distinguir dos tipos de conjunciones: las simples, que constan de una sola
palabra; y las compuestas (también conocidas como modos conjuntivos), las cuales
están conformadas por dos o más palabras. Las conjunciones compuestas son
combinaciones de diversos elementos, siendo su función gramatical igual a la que
cumplen las conjunciones simples.

1.2.8.1. Las conjunciones y su clasificación.

Teniendo en cuenta la relación lógica implicada en las relaciones lingüísticas que


establecen las conjunciones simples y compuestas, éstas se han clasificado de la
siguiente manera:

- Copulativas. Unen dos o más palabras para enlazar o “sumar” las ideas o
conceptos representados por ellas. Si los elementos que se unen son más de
dos, la conjunción se emplea únicamente entre los dos últimos. Son
copulativas: y, e, ni, que (delante de palabras que empiecen por i como vocal
plena, la y se vuelve e; que empleado como copulativo equivale a y –corre
que corre=corre y corre).

- Disyuntivas. Enlazan dos o más palabras de tal manera que destacan una de
ellas con exclusión de las demás. La de mayor uso es o. Asimismo, se usan
como disyuntivas ya, bien, sea (la o delante de palabras que empiezan por o,
ho se cambia a u).

- Adversativas. Estas conjunciones expresan cierta oposición entre los dos


elementos que unen. Las más frecuentes son: pero, mas, sino, aunque. (mas
y si como conjunciones no se acentúan. La conjunción empero tiene escaso
uso.

- Causales. Señalan la causa o el motivo de lo dicho anteriormente. Entre las


conjunciones causales están: porque, pues, ya que, puesto que, dado que,
entre otras.

115
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Consecutivas. Establecen la relación entre una frase con otra que es su


“consecuencia”. Como consecutivas están: luego, pues, conque, así que,
entre otras.

- Continuativas. Expresan una cierta trabazón lógica entre el juicio manifesta-


do en una oración y las ideas expuestas con anterioridad o sobreentendidas.
No establecen, como las otras conjunciones, una relación gramatical —coor-
dinación o subordinación— sino continuidad ideológica en la narración. La
forma pues y el modo conjuntivo así pues son las de mayor uso como
continuativas.

- Condicionales. Relacionan dos frases, señalando que la primera se cumplirá


sólo en el caso de que se lleve a cabo la segunda. Las conjunciones con-
dicionales son: si, con tal que, siempre que, entre otras.

- Finales. Manifiestan fin. Las de mayor uso son: para, a fin de que, para que,
con el fin de que, entre otras.

- Concesivas. Enlazan dos frases de manera que la segunda resulte una obje-
ción o reparo a lo expresado en la primera. Las más frecuentes son: por más
que, aunque, a pesar de que, entre otras.

1.2.9. La interjección.

Se define como la parte invariable de la oración que, a través de una o varias


palabras, manifiesta un sentimiento espontáneo o el estado de ánimo que suscita
en las personas un hecho súbito o imprevisto. Entonces, podremos manifestar
nuestras emociones mediante las interjecciones. El enojo, la pena, la burla, la
alegría, la tristeza, el dolor, la ira, la admiración, entre otras emociones humanas
pueden expresarse a través de las interjecciones.

Las interjecciones se han clasificado en propias e impropias:

- Interjecciones propias. Dado el carácter momentáneo de las palabras usadas


como interjecciones, explica el hecho de que la mayoría de ellas sean mo-
nosílabos, y reciban el nombre de interjecciones propias por el hecho de
emplearse de manera exclusiva con dicho fin. Entre las más usadas se
encuentran: ¡ah!, ¡eh!, ¡oh!, ¡hu!, ¡uf!, ¡huy!, ¡hala!, ¡ay!, ¡bah!, ¡ea!, ¡hola!
¡hurra!, ¡ojalá!, ¡puf!, ¡guau!, ¡guay!

- Interjecciones impropias. Otras palabras, que son sustantivos, adjetivos,


verbos o adverbios, en ocasiones son empleadas también como inter-

116
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

jecciones; por lo que reciben el nombre de interjecciones impropias. Entre


las más usuales están: ¡como!, ¡bravo!, ¡demonios!, ¡ojo!, ¡anda!, ¡toma!,
¡fuera!, ¡alerta!, ¡cuidado!, ¡vaya!, ¡ya!, ¡caracoles!, entre otras.

En sentido estricto, la interjección no es en propiedad una parte de la oración,


sino un elemento incidental para expresar afectividad. Su significación no altera la
estructura gramatical de la frase u oración. Puede emplearse sola o intercalada en
la estructura de la oración y, en ambos casos, se puede repetir las veces que
queramos enfatizar nuestra exclamación.

Las interjecciones propias e impropias se deben escribir acompañadas con el


signo de admiración (¡…!). En caso de que la interjección se repita, este signo deberá
aparecer antes de la primera y después de la última palabra. Ejemplos: ¡fuera,
fuera!, ¡vaya, vaya, vaya!, ¡bravo, bravo!

Examen de lo aprendido

Marque con una raya sencilla (______) las preposiciones, con una raya doble
(====) las conjunciones y con un círculo ( ) las interjecciones que aparecen
en el siguiente texto. (Morales, 2011, pp. 98-102).

EL DIÁLOGO

El diálogo (de las raíces griegas , a través de; , palabra, discurso; o del
latín dialogus -i) es la plática o conversación entre dos o más personas, que alterna-
tivamente expresan sus sentimientos u opiniones respecto de un tema o asunto.
Diálogo, de acuerdo con las raíces etimológicas de este vocablo, significa a través
de la palabra o del discurso; es decir, las personas se comunican en virtud del
diálogo, o sea, mediante la palabra.

El diálogo es uno de los elementos vitales y fundamentales del arte narrativo, si


se tiene en cuenta que los personajes actúan y se autodefinen gracias a la palabra.
La calidad del diálogo en cuanto a su contenido y expresión depende tanto de la
creatividad, sensibilidad como de la intención y demás habilidades comunicativas
de cada autor, ligadas al arte de escribir.

Los hombres se definen a sí mismos por la palabra: por lo que dicen y por
lo que callan; por su modo de hablar, por el gesto que acompaña a la
expresión; por sus verdades y por sus mentiras. Por ello no se concibe una
buena pintura de un tipo sin diálogo. A veces, un buen diálogo basta para
describir a un personaje. Ejemplo de ello lo tenemos en el arte dramático, en

117
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

donde la palabra es el elemento fundamental por medio del cual el autor


descubre el alma de sus personajes.

Circunscribiéndonos al relato, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Cómo


ha de ser el diálogo?

Respuesta inmediata: natural y significativo.

[...]. El diálogo ha de responder al modo de ser del personaje: un


campesino no puede expresarse como un profesor, ni un pintor como un
comerciante. Pero, entre todo lo que suele decir la gente para expresar sus
pensamientos y sentimientos, el escritor tiene que seleccionar...

Lo natural y significativo en el diálogo exige también que el narrador sepa


'podar' las frases para quedarse con lo que verdaderamente tenga sentido.
Incluso dentro de lo interesante, conviene pulir y perfilar para que el diálogo
gane en fuerza expresiva. No reproducir, pues, sino lo que sea psicoló-
gicamente revelador. Los titubeos de la expresión, por ejemplo, sólo se
escribirían cuando tales titubeos nos sirvan para pintar mejor al personaje.
En estos casos, conviene dominar la puntuación y emplear con gran precisión
los puntos de interrogación y de admiración y, sobre todo, los puntos
suspensivos. (Vivaldi, 1981, pp. 394-395)

Por lo general, todo diálogo es interrumpido por el narrador para hacer comenta-
rios sobre lo que dicen, hacen o sienten los personajes, o para introducir la continuación
de la plática. Esta interrupción es importante para romper la monotonía de un diálogo
demasiado extenso, para matizar y enriquecer el sentido de la conversación.

Observemos el magnífico manejo del diálogo en el arte narrativo que nos ofrece
el gran Homero en La iliada:

Los troyanos, refugiados en la ciudad como cervatos, se recostaban en los


hermosos baluartes, refrigeraban el sudor y bebían para apagar la sed; y en
tanto, los aqueos se iban acercando a la muralla, con los escudos levantados
encima de los hombros. La Parca funesta sólo detuvo a Héctor para que se
quedara fuera de Ilión, en las Puertas Esceas. Y Febo Apolo dijo al Pelión:

¿Por qué, ¡oh hijo de Peleo!, persigues en veloz carrera, siendo tú mortal,
a un dios inmortal? Aún no conociste que soy una deidad, y no cesa tu deseo
de alcanzarme. Ya no te cuidas de pelear con los troyanos, a quienes pusiste
en fuga; y ellos han entrado en la población, mientras te extraviabas viviendo
aquí. Pero no me matarás, porque el hado no me condenó a morir.

118
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Muy indignado le respondió Aquiles, el de los pies ligeros: '¡oh tú, el que
hieres de lejos, el más funesto de todos los dioses! Me engañaste, trayén-
dome acá desde la muralla, cuando todavía hubieran mordido muchos la
tierra antes de llegar a Ilión. Me has privado de alcanzar no pequeña gloria, y
has salvado con facilidad a los troyanos, porque no temías que luego me
vengara. Y ciertamente me vengaría de ti, si mis fuerzas lo permitieran'.

Dijo, y muy alentado, se encaminó apresuradamente a la ciudad; como


corcel vencedor en carrera de carros trota veloz por el campo, tan ligera-
mente movía Aquiles pies y rodillas.

El anciano Príamo fue el primero que con sus propios ojos le vio venir por
la llanura, tan resplandeciente como el astro que en el otoño se distingue por
sus vivos rayos entre muchas estrellas durante la noche oscura y recibe el
nombre de Perro de Orión, el cual con ser brillantísimo constituye señal
funesta, porque trae excesivo calor a los míseros mortales, de igual manera
centelleaba el bronce sobre el pecho del héroe, mientras corría. Gimió el
viejo, se golpeó la cabeza con las manos levantadas y profirió grandes voces
y lamentos, dirigiendo súplicas a su hijo. Héctor continuaba inmóvil ante las
puertas y sentía vehemente deseo de combatir con Aquiles. Y el anciano,
tendiéndole los brazos, le decía en tono lastimero:

¡Héctor, hijo querido! No aguardes, solo y lejos de los amigos, a ese


hombre, para que no mueras presto a manos del Pelión, que es mucho más
vigoroso. ¡Cruel! Así fuera tan caro a los dioses como a mí; pronto se lo
comerían, tendido en el suelo, los perros y los buitres, y mi corazón se libraría
de terrible pesar. Me ha privado de muchos y valientes hijos, matando a unos
y vendiendo a otros en remotas islas [...]. Ven adentro del muro, hijo querido,
para que salves a troyanos y a troyanas; y no quieras procurar inmensa gloria
al Pélida y perder tú mismo la existencia. Compadécete también de mí, de
este infeliz y desgraciado que aún conserva la razón; pues el padre Crónida
me quitará la vida en la senectud y con aciaga suerte, después de presenciar
muchas desventuras; muertos mis hijos, esclavizadas mis hijas, destruidos los
tálamos, arrojados los niños por el suelo en el terrible combate y las nueras
arrastradas por las funestas manos de los aqueos...

Así se expresó el anciano, y con las manos se arrancaba de la cabeza


muchas canas; pero no logró persuadir a Héctor. La madre del héroe, que en
otro sitio se lamentaba llorosa, desnudó el seno, le mostró el pecho, y derra-
mando lágrimas, dijo estas aladas palabras. (Homero, s.f.)

119
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Es evidente la plasticidad que imprime Homero a la narración, conjugando el


diálogo con los comentarios y explicaciones acerca de lo que piensan, dicen, hacen
y sienten los personajes. La riqueza semántica y el magnífico manejo formal de su
escritura son inobjetables. Lo natural y significativo del diálogo de las narraciones
homéricas son evidentes

120
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

2. SINTAXIS

La sintaxis (de las raíces griegas unión, coexistencia, armonía, concor-


dancia, fusión, y  colocación, disposición, ordenamiento) es la parte de la
gramática que tiene que ver con la concordancia de los elementos de la oración.

La construcción sintáctica de una oración se refiere al orden de los elementos


que la constituyen de acuerdo con la función gramatical de esos elementos. La
oración española contempla el siguiente orden:

Sujeto + verbo + atributo o complementos (directo, indirecto, circunstancial); es


decir, sujeto + predicado.

Ejemplo:

 Alberto trajo un regalo a su madre ayer.

Sujeto: Alberto

Verbo: trajo

Complemento directo: un regalo

Complemento Indirecto: a su madre

Complemento circunstancial: ayer

No obstante, en la expresión oral y escrita, el usuario de la lengua a menudo


altera ese orden modelo establecido por la sintaxis, según el interés psicológico o
lógico, o sea, de acuerdo con la intención comunicativa del emisor del mensaje. La
oración anterior podía estructurarse de otra manera, atendiendo la importancia
semántica que el emisor desee dar a cualquiera de los elementos que conforman la
oración. Si, por ejemplo, se quiere destacar el regalo, el emisor focaliza su atención
en el complemento directo y le da el primer lugar en la estructura gramatical.

Un regalo, a su madre, trajo Alberto ayer.

Como se ha roto el orden de los elementos oracionales, según la sintaxis, se ha


recurrido al uso de la coma.

121
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

[...], en castellano, la construcción de la frase [sería mejor decir: la oración


[...] no está sometida a reglas fijas, sino que goza de libertad, de holgura.
Libertad no quiere decir libertinaje, ni la holgura indica una desconexión
arbitraria entre los elementos de la frase. Quiere decirse que, en realidad, al
escribir, manda el interés psicológico. Nadie escribe pensando en las reglas
sintácticas, como nadie, al pensar, tiene en cuenta las reglas de los silo-
gismos.

El escritor que produce sus ideas de un modo íntimo y vital y redacta por
instinto o por reflexión, fabrica las frases a tenor de sus fenómenos mentales,
cambiando, a veces, la distribución directa de los vocablos, para dar más valor
expresivo o ritmo a determinadas formas del lenguaje. (Vivaldi, 1981, p. 85)

Es oportuno advertir que se pueden hacer todas las combinaciones posibles con
los elementos de una oración, pero debe evitarse la colocación del verbo al final;
pues, estaríamos ante un latinismo o un germanismo.

En la sección El estilo en la escritura, se agregan otros aspectos sobre los efectos


buscados al desatenderse el modelo sintáctico tradicional de la oración.

2.1. LA ORACIÓN

La oración, del latín oratio -onis, ante todo, significa discurso, elocuencia: ora-
tionem habere, pronunciar un discurso; Satis in eo fuit orationis atque ingenii, tuvo
bastante elocuencia y talento; pero también denota estilo, prosa, exposición oral.
Es decir, la oración es el elemento básico de la comunicación lingüística, oral o
escrita, eficaz para transmitir el pensamiento en forma clara y entendible.

Compartimos la definición que Hugo R. Albor da de oración, por ser sencilla y de


fácil comprensión y, por lo tanto, útil para el arte de la escritura.

La oración está estructurada por un sujeto (expreso, o sobreentendido),


por un verbo en forma personal, que puede llevar un complemento. En
comparación con las estructuras anteriores (se refiere el autor a la palabra,
la frase y la proposición), con una oración se expresa una idea o un juicio
completo. La oración, desde el punto de vista sintáctico-semántico, se nos
presenta como una estructura - sujeto + verbo + complemento - cuyo sentido
es definido y claro. (Albor, 1981, p.23)

Los lingüistas modernos, en lugar de hacer más fácil la comprensión de la lengua,


han hecho de ella un laberinto de conceptos especulativos que se intrinca aún más

122
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

en medio de la verbosidad y de los árboles. ¿Por qué enredar el hilo simple del
lenguaje, el medio de comunicación y del entendimiento humanos?

La arquitectura de la oración española está basada en su fase bipolar:


Sujeto-Predicado. Esta bipolaridad es conocida, intuitivamente, por todo
hablante. Los lingüistas estructuralistas aplican el término constituyentes
inmediatos (CI) para referirse a las partes básicas de la oración. Los lingüistas
generativo-transformacionales aplican los términos sintagmas nominales
(S.N) y sintagmas verbales (S.V) para identificarlas. En general, uno de esos
polos es un mundo de agentes y pacientes; el otro, un mundo de acciones,
de movimiento, de cambios, de estados. Estas nomenclaturas y divisiones re-
sultan afuncionales para el estudio de la puntuación. Son, igualmente, tan
afuncionales como superfluas las arborizaciones usadas por los gramáticos
generativo-transformacionalistas para explicar el complejo oracional. Es más
importante, para el estudiante y para una mejor comprensión del estudio de
la puntuación, conocer y saber la relación sujeto-predicado que ser capaz de
identificar y de definir cierta terminología y hacer árboles. (Albor, 1990, p.23)

Martín Vivaldi (1981) expresa lo siguiente al referirse a los nuevos conceptos


acuñados por los lingüistas para el análisis gramatical:

Junto al concepto clásico de oración, se utiliza hoy mucho el nuevo


concepto de sintagma. La oración gramatical se define como 'toda forma
lingüística que no está incluida en otra forma lingüística más amplia'
(Bloomfield). Así en 'Juan comió en el restaurante', Juan y en el restaurante
son elementos constituyentes de 'Juan comió' y de 'comió en el restaurante'.
La verdadera oración, no incluida en otra forma más amplia, es 'Juan comió
en el restaurante'. Naturalmente, esta oración puede ampliarse, a su vez, con
el aditamento de otras formas lingüísticas. Así: 'Juan comió en el restaurante
porque su mujer estaba en casa de sus padres'.

El sintagma es definido por Lázaro Carreter en su libro “Lengua española


II” en la página 169, como 'forma lingüística (o secuencia dotada de signi-
ficado) constituida por más de una palabra'...

Se distinguen diversas clases de sintagmas. En la oración: 'El niño mastica


chicle muy contento en la cama', tenemos los siguientes: sintagma nominal
(el niño); sintagma adjetivo (muy contento); sintagma verbal (mastica
chicle); sintagma preposicional (en la cama).

123
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Estos nuevos conceptos pueden resultar muy útiles para el análisis esti-
lístico. Dudamos de su utilidad para el arte de redactar, y menos aún para la
creación literaria.

Los conceptos en torno de la oración, según los preceptos de la gramática


tradicional, son suficientes para comprender la estructura y función de esta unidad
fundamental de la lengua española en lo que tiene que ver con la adecuada expresión
oral y, ante todo, escrita, en razón a que lo sencillo es más fácil de comprender y
hacer. Tengamos presente que el lenguaje es algo natural y espontáneo y asimismo
debe entenderse, libre de artificios y complicaciones.

El labrador cultiva maíz es una oración donde el sujeto es El labrador y el


predicado es cultiva maíz, que es lo que se dice de El labrador.

El sujeto a veces no se expresa, pero se sobre-entiende de acuerdo con el


contexto de la oración.

Ejemplos: Jugamos. Creo que estás equivocado.


Baila bien. Todo lo perdieron.
Estudia filosofía. Viajo mañana.

El sujeto se expresa fundamentalmente mediante un sustantivo, por ser la


categoría principal de la oración; sin embargo, también podrán cumplir la función
de sujeto un pronombre (ella es muy amable), un adjetivo sustantivado (el verde es
hermoso), un verbo (en infinitivo) sustantivado (el perdonar es de valientes) o
cualquier otra categoría gramatical sustantivada.

El predicado puede constar de un verbo en forma temporal y personal, con, o


sin complementos (predicado verbal).

Ejemplos:

 Colombia produce el café más puro (predicado verbal con comple-


mento).

 El león ruge (predicado verbal sin complemento)

El nombre de predicado verbal obedece a que lo que se dice del sujeto se


expresa principalmente por un verbo.

124
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Cuando el predicado consta de un nombre (sustantivo o adjetivo), con, o sin


complementos se llama predicado nominal. Este predicado va unido al sujeto,
generalmente, por los verbos ser o estar.

El predicado verbal nos dice lo que hace el sujeto (El niño salta).

El predicado nominal no indica acción ni proceso sino una forma de ser o de


estar.

Ejemplos:

 Mi hermano es alto.

 Colombia es la nación de mayor biodiversidad.

 Mi amigo Andrés es médico.

 Laura está contenta.

 El mico está jugando.

En las oraciones de predicado nominal los verbos ser y estar reciben el nombre
de verbos copulativos o cópula. Estas oraciones se llaman nominales y no verbales
aunque tengan verbo copulativo, en virtud de que ser y estar no poseen aquí un
contenido semántico; la significación la expresa el nombre, lleve éste o no lleve
complementos (alto, nación, médico, contenta, jugando). Sin embargo, al verbo
copulativo se le considera como si constituyera un todo con el predicado nominal,
puesto que (teniendo en cuenta el primer ejemplo) lo que afirmo de mi hermano
es que es alto.

La función copulativa o de unión de los verbos ser y estar se comprende al


suprimirlos. Para los ejemplos expuestos, el resultado será:

 Mi hermano, alto.

 Colombia, la nación de mayor biodiversidad.

 Mi amigo Andrés, médico.

 Laura, contenta.

 El mico, jugando.

125
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Nótese que el sentido de la oración no se pierde por la supresión de los verbos


ser o estar. Esto se explica porque la función de los verbos era aquí la de servir de
unión o cópula, de enlace entre el sujeto y el nombre que nos señala lo que decimos
del sujeto. No ocurre lo mismo si suprimimos los predicados verbales de las
oraciones:

 Colombia produce el café más puro;

 El león ruge;

Resultan unas oraciones sin sentido claro:

 Colombia, el café más puro.

 El león

Examen de lo aprendido

En las siguientes oraciones, identifique el sujeto y el predicado. Señale, además,


cuáles predicados son verbales y cuáles son nominales, con complemento o sin él.

 El sol ilumina la tierra.

 El agua es un elemento vital.

 No tienes razón.

 Nosotros jugamos béisbol.

 Las personas hablan diariamente.

 La buena educación hace hombres rectos.

 El profesor está enfermo.

 Las langostas asolaron los cultivos.

 Los pájaros cantan.

 Las hormigas son laboriosas.

 La pureza de la lengua peligra.

126
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Nosotros estudiamos.

 Nosotros estudiamos en las noches.

 Los tamarindos estaban dulces

 Los estudiantes llegaron temprano

2.1.1. Los complementos.

Las palabras que en la oración no funcionen como sujeto o predicado, se


consideran elementos secundarios o accesorios, cuya función es la de complemen-
tar a cualquiera de estos dos componentes. Asimismo, pueden ser complementos
de otros complementos.

- Complemento nominal: señala propiedad, posesión, pertenencia o materia


de la que está hecha una cosa (si la materia se refiere a un sustantivo: caja de
cartón, piso de cemento, será complemento nominal; y si acompaña a un
verbo: lo hizo de aluminio, lo llenó de agua, será complemento circuns-
tancial). Va acompañado siempre de la preposición de y puede referirse tanto
al sujeto como a otro complemento. En la oración los maestros de la escuela
de mi pueblo producen materiales para sus alumnos con elementos del
campo, aparecen tres complementos nominales: de la escuela, que com-
plementa al sujeto (los maestros); de mi pueblo (que se refiere al sustantivo
escuela, que a su vez es complemento nominal; del campo, que complementa
al sustantivo elementos, que es complemento circunstancial.

- Complemento directo: la persona, animal o cosa que sea objeto directo de la


acción del verbo se le llama complemento directo, por ser el término que
concreta la significación del verbo dándole su sentido adecuado. En la oración
anterior el objeto directo del verbo producen son los materiales. Así el verbo
adquiere un significado bien definido, porque especificamos las cosas que
producen —en este caso los materiales— y no únicamente una imprecisa
idea de producir.

Si el complemento directo corresponde a un nombre de persona, por lo


general va precedido de la preposición a, para evitar que se confunda con el
sujeto, el cual no permite ninguna preposición.

- Complemento indirecto: este complemento indica la finalidad de la acción


del verbo. En la oración puesta como ejemplo, el complemento indirecto es
para sus alumnos. La misión del complemento indirecto es expresar la idea

127
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

de daño, provecho, fin o interés, en la cual hay principalmente un matiz de


finalidad, que es la significación denotada por la preposición para.

Conviene notar que, mientras el complemento directo va, con mayor


frecuencia, sin preposición, aunque admite a, principalmente si se trata de
personas, el complemento indirecto siempre debe estar precedido de la
preposición a o para, no así en las formas átonas de los pronombres per-
sonales.

- Complemento circunstancial: las circunstancias de tiempo, lugar, modo, ma-


teria, compañía, instrumento, entre otras, se expresarán mediante este
complemento. Admite, entonces, cualquier preposición, inclusive de, a, para
y por, si éstas indican ideas distintas de las que les corresponden cuando
acompañan al complemento nominal, directo e indirecto. En efecto, en frases
como la casa de mi amiga, quiero mucho a mis padres, trajo abono para las
plantas, estas preposiciones preceden a un complemento nominal, directo e
indirecto respectivamente; pero, señalarán complemento circunstancial en
los siguientes casos: el conferencista llegó de noche, hace las cosas a su
manera, se fue para su pueblo, puesto que su significación es de tiempo,
modo y lugar. Hay casos en que este complemento puede ir sin ninguna
preposición; ejemplos: vendrá el año entrante, permanecerá aquí dos se-
manas.

El oficio de complemento circunstancial también puede ser desempeñado


por los adverbios de tiempo, lugar y modo: vendrá hoy, almuerza allá. Puede
observarse que estos adverbios cumplen la misma función que un sustantivo
con la preposición adecuada. Podríamos decir: vendrá en este día, almuerza
en aquella mesa.

Resumiendo, toda oración posee como elementos fundamentales el sujeto


y el predicado, a los que pueden agregarse otros elementos accidentales,
llamados complementos, con el fin de especificar en sus distintos aspectos la
idea contenida en aquéllos.

2.1.2. Oración simple.

Los elementos fundamentales de la oración simple son el sujeto y el predicado.


A veces el sujeto no se expresa, pero está sobre-entendido. Igualmente, puede
ocurrir que el predicado no tenga complemento. Esto ha llevado a distinguir tres
formas de oraciones simples, así:

- Oración simple estructurada por un verbo en forma personal.

128
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Ejemplo:

 Salgamos

En esta oración, el sujeto está sobre-entendido. Se halla implícito en la


misma forma personal. La expresión verbal, sin complementos, por sí sola
constituye la oración.

- Oración simple estructurada por un verbo + complemento(s).

Ejemplo:

 Iremos mañana al campo

- Oración simple estructurada por un sujeto + un verbo + complemento(s).

Ejemplos:

 El estudiante presentó todos los exámenes.

 La lluvia fertiliza los campos

Otra clasificación de las oraciones simples: de acuerdo con el modo y la


naturaleza del verbo.

- Oraciones simples de acuerdo con el modo del verbo se dividen en:

 Aseverativas. También llamadas enunciativas, se subdividen en: a) afirma-


tivas, si afirman la realidad de un hecho (las condiciones son favorables);
b) negativas, cuando niegan la realidad de un hecho (no hizo calor ayer);
c) potenciales, si se refieren a un hecho como posible (tal vez vengan
todos los invitados).

 Interrogativas. Son las que se utilizan para preguntar algo (¿Cómo será la
solución adecuada?).

 Admirativas. Son las que manifiestan la admiración o sorpresa que nos


produce algo (¡qué pintura tan hermosa!).

 Desiderativas. Son las que expresan el deseo de que se realice o deje de


realizarse un evento o hecho (Dios te acompañe, amigo; ojalá que no se
crezca el río).

129
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Exhortativas. Expresan una orden o mandato (haga la tarea recomen-


dada).

 Elípticas. Son las que no presentan el verbo de manera expresa (buen


viaje; muy amable). Son bastante frecuentes las expresiones de uso
común de este tipo. En efecto, una sola palabra puede ser igual a una
oración elíptica, como en gracias (que equivale a te doy las gracias).

- Según la naturaleza o índole del verbo, las oraciones simples pueden ser: de
verbo copulativo, transitivas, intransitivas, pasivas, reflexivas, recíprocas,
impersonales y unipersonales.

 Oraciones simples de verbo copulativo: se forman con los verbos copu-


lativos ser y estar o con otros verbos que, al igual que los copulativos,
aceptan un predicado nominal. Los elementos que las conforman son:
sujeto, verbo y predicado nominal (también llamado atributo), que concuerda
con el sujeto.

No obstante, hay casos en que esta concordancia no se presenta.


Ejemplo: Ellos son gente educada. Tampoco hay concordancia entre el
predicado nominal y el sujeto, cuando éste, por poseer una significación
colectiva, acepta el verbo en plural, aunque dicho sujeto esté en singular.
Ejemplo: la mayoría eran conocidos.

La función de predicado nominal puede ser desempeñada por las


siguientes categorías gramaticales:

Por un sustantivo Ella es bióloga

Por un adjetivo El trabajo es difícil. Los invitados eran cinco

Por un verbo en infinitivo Estudiar es progresar

Por un participio Todos permanecieron ordenados

Por un pronombre Ella era aquélla

Por un adverbio o frase Tú estás bien. El sacrificio fue en vano.


adverbial

130
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Diferencias en la significación entre ser y estar

El verbo ser se emplea cuando el predicado nominal expresa una cualidad


permanente del sujeto. Ejemplo: el cerro Tofeme es alto.

El verbo estar se usa cuando el predicado nominal señala una cualidad


transitoria del sujeto. Ejemplo: ella está contenta. En efecto, ella en general
puede estar triste o contenta. Si decimos que está contenta, estamos refi-
riéndonos a una cualidad que presenta en el momento a que nos referimos; se
trata de una cualidad transitoria.

Otros verbos empleados como copulativos: Además de los verbos propia-


mente copulativos: ser y estar, existen muchos otros que también pueden
formar oraciones con un predicado nominal que se refiere al sujeto, por lo cual
se comportan como verbos copulativos. Ejemplos:

 José llegó optimista (predicado nominal: optimista)

 Roberto anda ocupado (predicado nominal: ocupado)

 El proyecto sigue paralizado (predicado nominal: paralizado)

 Él se marchó de mal humor (predicado nominal: de mal humor)

Los verbos ser y estar, además de su función esencial de unir el sujeto con el
predicado nominal, pueden usarse de manera simple como intransitivos, en
oraciones que no tienen predicado. Ejemplos: la fiesta será la próxima semana.
Ahí está el problema.

2.1.2.1. Oraciones transitivas.

son aquellas oraciones que constan de los elementos siguientes: sujeto agente,
que realiza la acción del verbo (puede estar tácito en la oración); verbo en forma
activa, y complemento directo paciente, sobre el que recae la acción del verbo (que
puede ser otra persona, animal o cosa). La representación gráfica de la naturaleza
de estas oraciones será como se indica a continuación:

SUJETO VERBO COMPLEMENTO DIRECTO


El campesino vende frutas
Inés compró el mercado
Roberto mató una culebra

131
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Para verificar si una oración es transitiva se averiguará si posee comple-


mento directo, que, según el sistema casual latino, va en caso acusativo, por
recibir directamente la acción del verbo.

Observación:

No son oraciones transitivas las que llevan un complemento circunstancial en


caso acusativo, como los que indican peso, distancia, cantidad, precio o dura-
ción. Si decimos: El computador costó un millón de pesos, se está señalando una
circunstancia (de precio en este caso), mas no la cosa en que recae la acción del
verbo.

El complemento directo puede ser desempeñado por los siguientes ele-


mentos oracionales:

Por un sustantivo sin Prep. Los trabajadores bebieron


agua.
Por un sustantivo con la El profesor castigó a un
Prep. a estudiante.
Por un pronombre con Prep. Este gerente ayudó a algunos.
Por un pronombre átono sin Los precios le favorecieron.
Prep.
Por un adjetivo sustantivado Ella prefiere el rojo.
Por un verbo en infinitivo El hombre desea progresar.
Por un adverbio El ambicioso siempre desea
más.
Por una Prep., conjunción o Tú no sabes el porqué.
interjección

Las oraciones transitivas pueden presentar uno o varios complementos indi-


rectos y circunstanciales.

2.1.2.2. Oraciones intransitivas.

Son las que no tienen complemento directo. Básicamente poseen igual estruc-
tura que las oraciones transitivas: el sujeto, que realiza la acción, y el verbo, que la
expresa. Lo que las diferencia de estas últimas es precisamente el no tener una
persona, animal o cosa en la que recaiga la acción del verbo. Lo mismo que cualquier
otra oración, puede contar con uno o varios de los demás complementos (nominal,
indirecto y circunstancial).

132
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

En la formación de las oraciones intransitivas pueden emplearse los si-


guientes verbos:

 Verbos que siempre son intransitivos, por no admitir nunca un comple-


mento directo. Corresponden a este tipo los conocidos como verbos de
estado (ser, estar, permanecer, yacer, existir, entre otros).

 Verbos transitivos que no lleven complemento directo. Se llama transitivo


el verbo que puede llevar un complemento directo. Ejemplos: El estu-
diante escribe un proyecto. El verbo escribe tiene carácter transitivo por
llevar el complemento directo un proyecto. La oración es igualmente
transitiva. Pero, la oración El estudiante escribe de noche es intransitiva,
porque el verbo no posee complemento directo.

Examen de lo aprendido

Escriba, en los siguientes espacios, oraciones simples tomadas de la comu-


nicación diaria o de textos leídos. Señale las diversas funciones que cumplen los
elementos que las constituyen, teniendo en cuenta las siguientes convenciones (ya
utilizadas en secciones anteriores de esta obra): S = sujeto, V = verbo, Vo.= vocativo,
C.D. = complemento directo, C. I. = complemento indirecto, C.C. = complemento
circunstancial, C.N. = complemento nominal, P.N. = predicado nominal.

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20

Los siguientes ejercicios son tomados de Revilla (1979).

Subraye en cada oración la palabra o palabras que sean predicado nominal.

1. Grecia fue la cuna de una gran civilización.


2. Él es así.
3. En tierra de ciegos el tuerto es rey.
4. Todas las tentativas fueron infructuosas.
5. Esto no está bien.
6. Australia es una gran isla.
7. Mis vecinos son buena gente.
8. Estos precios son muy elevados.
9. Este señor aquí no es nadie.
10. La vida es un incesante luchar.
11. La mayoría eran ancianos.
12. Estuve enfermo dos semanas.
13. Durante bastante tiempo ellos estuvieron preocupados.
14. Estos gastos son los del mes pasado.
15. Los invitados eran veinte.
16. Hoy amaneció el señor de mal humor.
17. Esto es abusar de los demás.
18. Los niños llegaron de la excursión muy fatigados.
19. La carretera permanece cerrada.
20. Se marchó muy satisfecho.
21. Mi amigo sigue entusiasmado.
22. La calidad de este papel no es la misma.
23. La reacción fue inmediata.
24. No quiero estar más tiempo inactivo.
25. Su presencia nunca fue más oportuna.
26. Los niños llegaron cansados.
27. Todos los gastos del año han sido registrados.
28. Pedro y Luis se fueron muy contentos.

134
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

En cada oración subraye, cuando exista, el complemento directo y escriba, al


final de la línea correspondiente, si la oración es transitiva o intransitiva.

1 El cumpleaños fue anteayer.


2 Aquel sabio dio a la humanidad el tesoro de su ciencia.
3 Avisa a alguien inmediatamente.
4 Esta corbata vale quince pesos.
5 Tengo sobradas razones para ello.
6 Por tal razón, prefiero no empezar.
7 El mes próximo serán las elecciones.
8 Me aprecia mucho el gerente.
9 Feos modales tiene su amigo.
10 No le vi por ninguna parte.
11 Lo cortés no quita lo valiente.
12 Este saco pesa cuarenta libras.
13 Los bombardeos destruyeron la ciudad.
14 No esperaré más tiempo.
15 Por favor, no digas eso.
16 El incendio duró dos horas.
17 ¡Qué ilusión más grande tenía!
18 Aquí yacen los restos mortales de un gran hombre.
19 Nada conseguirás sin esfuerzo.
20 ¿Desea usted algo?
21 Unamos nuestras fuerzas.
22 Esta música tiene para mí un no sé qué.
23 La rosa despedía un olor agradable.
24 Siempre ha obrado muy a la ligera.
25 Buenas cosechas produce esta finca.

2.1.2.3. Oraciones simples pasivas.

Estas oraciones constan de los siguientes elementos:

- Sujeto paciente: recibe la acción del verbo.

- Verbo en la voz pasiva: a) con el auxiliar ser y el participio pasado, o b) con el


pronombre se y la forma activa.

135
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Complemento agente: también conocido como sujeto agente, realiza la


acción del verbo y lo precede siempre la preposición por o de.

Ejemplo:

La novela fue leída por el estudiante


(sujeto paciente) (verbo en pasiva) (Complem. agente)

La forma activa de esta oración sería:

El estudiante leyó la novela


(sujeto agente) (verbo en activa) (Complem. directo)

Como se puede observar, en la oración pasiva están los mismos elementos,


aunque cumpliendo funciones diferentes, que en la oración transitiva (activa):
una persona o cosa que ejecuta la acción y otra sobre la cual recae o tiene
cumplimiento dicha acción. La oración pasiva y activa (transitiva) son dos formas
distintas de expresar una misma idea.

La correlación que se presenta entre estos dos tipos de oración, autoriza


señalar una característica propia de estas oraciones: toda oración activa tran-
sitiva puede convertirse en pasiva y, al contrario, toda oración pasiva puede ser
expresada en activa.

Conviene indicar que, en la conversión señalada, cambia tanto la forma del


verbo como la función (caso) de los demás elementos. Veamos:

 El complemento directo de la oración activa continúa recibiendo en la


pasiva la acción del verbo, pero ahora está en caso nominativo. Este doble
motivo lleva a que se le llame sujeto paciente.

 El verbo conserva el mismo tiempo, pero debe cambiar a la forma de


pasiva. En esta voz el participio debe concertar con el sujeto paciente en
género y número.

 El sujeto agente de la oración activa se convierte en complemento agente,


precedido de la preposición por. Recibe dicha denominación por llevar
una preposición que indica el caso ablativo y, a la vez, ser el elemento
ejecutor o agente de la acción del verbo.

136
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Entonces, los elementos que caracterizan la oración pasiva son, además del
verbo en pasiva, el sujeto paciente y el complemento agente. Igualmente, puede
contener otros complementos (nominal, indirecto y circunstancial); pero estos
desempeñarán la función que les es propia, tanto en las oraciones activas como en
las pasivas. Estos otros complementos no cambiarán su función al pasar una oración
activa transitiva a pasiva o viceversa.

La oración pasiva refleja: Cuando se da el caso de que el sujeto paciente es


nombre de cosa, la voz pasiva puede formarse con el pronombre reflexivo se —de
ahí su nombre de refleja— y la forma activa del verbo. Por ejemplo, podremos
expresar: el proyecto fue presentado en la fecha acordada o el proyecto se presentó
en la fecha acordada.

La forma con el pronombre se tiene mayor frecuencia de uso, a pesar de que su


presencia en las oraciones pasivas puede traer confusiones con las reflexivas y
recíprocas. Para evitar tales dudas la oración debe ser expresada con el verbo ser y
el participio pasado, como puede observarse en el ejemplo anterior, aunque el
mismo significado de la oración nos indica si tiene o carece de carácter reflexivo o
recíproco. En efecto, en el proyecto se presentó… queda claro que no puede ser
reflexiva, puesto que no tendría sentido expresar que el proyecto se presentó a sí
mismo. Si la oración pasiva posee complemento agente, recibe el nombre de
primera de pasiva, y, si no lo tiene, segunda de pasiva.

2.1.2.4. Oraciones reflexivas.

Este tipo de oraciones están constituidas por los siguientes elementos:

- Sujeto, que tiene doble carácter: ser agente y paciente a la vez.

- Verbo con carácter reflexivo, conferido por el pronombre de este tipo.

- Pronombre reflexivo.

En algunas ocasiones, estas oraciones pueden contar con complemento directo o


de otra clase como ocurre con las demás oraciones. El esquema gráfico de las
oraciones reflexivas podría ser:

137
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

SUJETO VERBO

Las oraciones reflexivas son una síntesis de las oraciones activas y pasivas: el
sujeto ejecuta la acción, como en las activas; y asimismo la recibe, como en las
pasivas. Ejemplos de este tipo de oraciones son:

La niña se peina
(sujeto) (objeto directo) (verbo)

Roberto se baña
(sujeto) (objeto directo) (verbo)

Las formas del pronombre reflexivo: El pronombre personal empleado en las


oraciones reflexivas, para darles su carácter reflexivo, posee unas formas átonas
específicas para cada persona gramatical. Como el pronombre es el elemento que
indica que la acción del verbo recae sobre la misma persona que la realiza (sujeto),
dichas formas átonas pronominales deben ser correlativas de los sujetos.

Ejemplos:

 Si el sujeto es yo, el pronombre reflexivo será me. (Yo me peino).

 Si el sujeto es tú, el pronombre reflexivo será te. (Tú te peinas).

Si se desea enfatizar la significación reflexiva puede emplearse en una


misma oración, además de las formas átonas mencionadas, las formas
tónicas del pronombre más el adjetivo mismo —su femenino misma o sus
plurales respectivos.

Ejemplos:

 Yo me cuido a mí mismo.

 Él se protege a sí mismo.

 Vosotros os protegeréis a vosotros mismos.

 Ellas se consuelan a sí mismas.

138
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

La ubicación del pronombre reflexivo: la ubicación de este pronombre depende


del estilo que el hablante o escritor desee imprimirles a las frases u oraciones donde
aparezca, en cuanto a efectos sonoros o sugestivos. Así, puede ir delante o detrás
del verbo en los modos indicativo y subjuntivo. En cuanto al modo imperativo,
deberá usarse siempre detrás del verbo y unido a él —constituyendo ambos una
sola palabra— Se dirá, por ejemplo, báñate, pero nunca baña te y menos te baña.

Oraciones reflexivas propias e impropias: las llamadas propias son las que se
forman con verbos reflexivos (dignarse, jactarse, ufanarse, etc.). Las denominadas
impropias son aquéllas que tienen un verbo que, no siendo reflexivo, en ocasiones
se emplea como reflexivo.

Para el caso de los verbos que son siempre reflexivos, no pueden usarse en otra
acepción. Así, no podríamos expresar: yo digno, el jacta…, sino yo me digno, él se
jacta. Existen otros muchos verbos, en cambio, transitivos o intransitivos, que
asumen el carácter reflexivo cuando se les adjunta el pronombre reflexivo (ella se
levanta temprano, ellos se fueron la semana pasada); pero, también pueden usarse
en sentido simplemente transitivo o intransitivo (ella levanta el teléfono, ellos
fueron de caza).

Oraciones reflexivas directas e indirectas: El pronombre reflexivo puede cumplir


las funciones sintácticas de complemento directo e indirecto; por ello, las oraciones
reflexivas pueden ser directas o indirectas.

Reflexiva directa: Roberto se baña


(S) (C. D.) (V)

Reflexiva indirecta: Roberto se tomó toda la sopa


(S) (C. I.) (V) (C. D.)

La oración reflexiva impersonal: Reciben esta denominación las oraciones que no


tienen sujeto explícito o visible; sin embargo, pueden construirse como reflexivas.
Esto es posible porque, en realidad, la oración impersonal, a pesar de no presentar
un sujeto que se pueda precisar, por no ser visible, sí cuenta con un sujeto lógico,
al que podemos asignar la significación reflexiva del verbo.

Ejemplo: Se burlaron de ellos. Sin duda, esta oración es impersonal,


porque no podemos precisar el sujeto —no sabemos quiénes se burlaron—;
pero, cualesquiera que ellos sean, el pronombre se hace alusión a ellos (al

139
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

sujeto). Estas condiciones hacen que la oración se identifique, por tanto,


como reflexiva impersonal.

2.1.2.5. Las oraciones recíprocas.

Estas oraciones reciben tal denominación por expresar reciprocidad o inter-


cambio de la acción verbal entre dos o más personas. Debe presentar los elementos
siguientes:

- Sujeto en plural. No sería posible el intercambio de acción con un sujeto en


singular.

- Verbo transitivo. Debe darse el tránsito de la acción verbal de una a otra


persona. Entonces, el verbo será transitivo o utilizado como tal (ciertos
verbos intransitivos también pueden formar oraciones recíprocas. Ejemplo:
La madre y la hija se parecen mucho).

- Pronombre personal, en la forma reflexiva correspondiente al plural (nos, os, se).

La representación gráfica de este tipo de oraciones será:

Sujeto 1 C. D.

VERBO

C. D. Sujeto 2

Como se puede observar, el sujeto 1 realiza una acción que recae sobre el sujeto
2, el que, asimismo, ejecuta la acción que recibe el sujeto 1. Por tanto, ambos
sujetos cumplen igualmente la función de complemento directo. Esta es la idea de
reciprocidad que podemos captar en la siguiente oración:

Roberto y María se quieren.

Con esta expresión indicamos que Roberto quiere a María y María quiere a
Roberto. Tenemos dos oraciones transitivas, donde se ve cómo cada nombre realiza
y recibe a la vez la acción del verbo. Roberto y María cumplen el oficio de sujeto en
una oración y el de complemento directo en la otra. Por resultar innecesario repetir

140
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

cada uno de los nombres y el verbo dos veces, las dos oraciones se funden en una
sola oración llamada ricíproca.

Los dos nombres se dicen una sola vez para señalar el sujeto; el verbo adopta la
forma del plural; y para indicar el complemento directo se usa el pronombre se, que
confiere el carácter recíproco a la oración al aludir a ambos sujetos.

En relación con la ubicación del pronombre en estas oraciones, puede ir delante


o detrás del verbo, como se indicó para las reflexivas. Así, en el modo imperativo,
irá siempre detrás y unido al verbo: respetaos los unos a los otros. En los otros
modos del verbo se usa de forma indistinta delante o detrás: Se quieren como
esposos o quiérense como esposos.

Oraciones recíprocas directas e indirectas: Lo mismo que ocurre en las reflexivas,


la función del pronombre define dos tipos de oraciones recíprocas:

- Recíprocas directas: si el pronombre recíproco funciona como complemento


directo.

Ejemplo: Los miembros del equipo se respetan mucho


S C.D. V

- Recíprocas indirectas: si el pronombre recíproco hace de complemento


indirecto.

Ejemplo: Los miembros del equipo nos enviamos


S C.I. V
muchos saludos en diciembre
C.D. C.C.

2.1.2.6. Oraciones impersonales.

Reciben este nombre las oraciones cuyo sujeto no va expreso ni es posible


precisarlo a través del contexto de la expresión. Oraciones de diversa naturaleza
pueden ser impersonales; pero deben cumplir con una característica específica: la
no precisión del sujeto agente. Miremos en qué radica esa no determinación del
sujeto. Una oración no se considera impersonal por el simple hecho de llevar tácito
el sujeto; pues, este se omite con frecuencia por estar perfectamente determinado,
ya sea por haber sido aludido en oraciones anteriores o por la terminación del
verbo, la cual indica con gran precisión la persona gramatical del sujeto. Por
ejemplo, en estudia toda la semana, el sujeto va callado; pero la terminación del
verbo en tercera persona del singular nos dice que el sujeto sólo podrá ser él o ella.

141
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Por lo anterior, la oración se considerará impersonal cuando el sujeto agente no


puede ser precisado; lo cual no significa que no exista, pues nunca hay efecto sin
causa. Siempre que el verbo manifieste una acción, debe haber alguien o algo (su-
jeto) que la realice. Ejemplos: Los vecinos se fueron de paseo. Cuando regresaron,
se dieron cuenta que les habían robado una maleta.

Observemos cuáles son los sujetos en cada una de las oraciones presentes:

 Los vecinos se fueron de paseo (sujeto: los vecinos).

 Cuando regresaron (sujeto tácito: los vecinos, el mismo de la oración


anterior).

 Se dieron cuenta (sujeto callado: los vecinos, el mismo de la primera


oración).

 Que les habían robado una maleta. Igual que las dos oraciones pre-
cedentes, esta oración tampoco posee un sujeto evidente; pero en
este caso es imposible determinar quiénes fueron los que robaron.
Entonces, la oración, por no tener un sujeto preciso, determinable, es
impersonal.

Conviene aclarar que la falta de sujeto expreso en las oraciones impersonales no


se debe sólo al desconocimiento que de él tiene la persona que habla. Algunas veces
no se expresa porque no deseamos ponerlo en conocimiento de los demás. Por
ejemplo: me han dado malas referencias de ti. La persona que expresa esta frase
sabe, sin duda, quiénes han dado las malas referencias; pero no considera prudente
o imprescindible dar a conocer su identidad y por ello decide callar de manera
intencional el sujeto, que queda, por tanto, impreciso o indeterminado.

Construcción de la oración impersonal y su clasificación. Las oraciones imper-


sonales se construirán únicamente en tercera persona (en singular o plural). Se
clasifican de la siguiente manera:

- Impersonales en activa: el verbo se expresa sólo en tercera persona del


plural.

a. Transitivas Publican buenas noticias.


b. Intransitivas Allí no saben de maldad.
c. Con complemento predicativo Le llaman “El Rápido”

142
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Impersonales en pasiva: el verbo se expresa en tercera persona (del singular


o del plural).

a. Con el verbo ser y el participio pasado:

Singular La casa ha sido pintada.

Plural Los árboles fueron sembrados.

b. Con el pronombre se y la forma activa:

Singular Aquí se enseña gramática.

Plural Se dicen muchas cosas.

Obsérvese que las oraciones de pasiva poseen sujeto paciente. Ahora bien,
ante la imposibilidad de determinar el elemento agente (representado por el
complemento agente en estas oraciones), las segundas de pasiva son iguales a
oraciones activas impersonales: la casa ha sido pintada equivale a decir han
pintado la casa; los árboles fueron sembrados equivale a sembraron los árboles.

La oración pasiva refleja impersonal: como se pudo observar, la pasiva refleja


es una de las formas de expresión de las oraciones impersonales. Así, por ejemplo,
una oración impersonal podría expresarse de tres maneras distintas:

En activa construirán las casas.


V C.D.

En pasiva normal serán construidas las casas


V S. P.

En pasiva refleja se construirán las casas


V S. P.

En las tres formas es evidente el carácter impersonal de la oración; pues el


elemento agente no se puede precisar en ninguna de ellas. En la versión activa, las
casas es el complemento directo (el objeto donde recae la acción del verbo
construirán). En la pasiva normal, el complemento directo se convierte en sujeto
paciente, como lo muestra la concordancia entre el participio construidas (fe-
menino plural) y el sujeto paciente las casas (femenino plural). En la pasiva refleja,
igualmente, las casas será sujeto paciente, puesto que esta oración sólo puede
interpretarse como pasiva. No se podría tomar como reflexiva o recíproca (en cuyo

143
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

caso las casas sí sería sujeto agente), pues sería afirmar que las casas se construirán
a sí mismas o que las casas se construirán unas a otras, interpretaciones ambas
carentes de sentido.

2.1.2.7. Oraciones unipersonales.

Estas oraciones presentan las siguientes características:

- Sujeto indeterminado, como sucede con las oraciones impersonales.

- Verbo unipersonal, por expresar fenómenos de la naturaleza.

La indeterminación del sujeto en estas oraciones impersonales no se debe, como


ocurre en las demás impersonales, a que la persona que habla lo desconozca o
decida callarlo de manera intencionada, sino a la propia naturaleza del verbo. No es
posible asignar un sujeto gramatical a verbos que expresan fenómenos de índole
natural como llover, atardecer, nevar, amanecer, anochecer, entre otros. Podría-
mos, quizá, suponer una especie de sujeto interno de su misma raíz y significación
—por ejemplo, pensar en que la lluvia es la que llueve; la nieve es la que nieva— o
una causa de estos hechos: Dios es el que hace nevar; la naturaleza es la que
atardece o amanece); pero jamás podremos personificar el ejecutor de la acción
verbal, el sujeto agente.

En cuanto a la conjugación de los verbos unipersonales, únicamente pueden


expresarse en tercera persona del singular, de todos los tiempos o modos. No
permiten conjugarse en tercera persona del plural o en la pasiva, como sí lo admiten
los verbos de las otras oraciones impersonales.

Haber, hacer y ser como verbos unipersonales: Estos verbos pueden dar origen
a ciertas expresiones impersonales que, por su estructura, tienen semejanza con las
unipersonales. Cuando así ocurre, se conjugarán, únicamente, en tercera persona
del singular, como los unipersonales propiamente dichos.

- El verbo haber: Como se recordará, este verbo tiene carácter auxiliar cuando
acompaña a un participio. Si va solo, siempre se emplea como unipersonal.
Para el presente de indicativo posee la forma unipersonal hay de manera
exclusiva. Ejemplos: Hay arroz, no hay verduras. Los nombres arroz y
verduras en estas frases son complementos directos, no sujetos; pues como
se observa en el segundo ejemplo, el verbo (en singular) no concuerda con
verduras (plural). Por consiguiente, el verbo haber tampoco podrá emplearse
en plural en ningún otro tiempo. De esta manera, se expresará: había arroz,
no había verduras.

144
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Por las razones anteriores (para efectos, principalmente, de la escritura y del


habla académica) se consideran erróneas frases como: habían varios turistas,
hubieron muchas personas en la fiesta, habrán premios para todos los
concursantes, entre otras, porque se hace concertar de manera equivocada
el verbo con los complementos varios turistas, muchas personas, premios;
por estimar, asimismo, de manera equivocada estas palabras como sujeto.
Deberá decirse: había varios turistas, hubo muchas personas en la fiesta,
habrá premios para todos los concursantes.

- El verbo hacer: En frases como hace un mes, hizo frío, entre otras, este verbo
presenta un sentido unipersonal. Construcciones como éstas tienen igual
característica que las del verbo haber como unipersonal: un mes y frío no son
sujetos, sino complementos directos en sus correspondientes oraciones. El
verbo, entonces, se mantendrá en singular, aunque dichos complementos se
expresen en plural: hace varios meses, hizo grandes fríos. No construir frases
como: hacen varios meses, hicieron grandes fríos.

- El verbo ser: Con este verbo se forman expresiones unipersonales como: es


tarde, era de mañana, es domingo. En estas frases, el sujeto no se puede
determinar, podríamos suponer que se trata del tiempo, la hora, el día, para
estos casos. Si dichos sujetos van expresos o explícitos: el tiempo es tarde, la
hora era de mañana, el día es domingo, la oración deja de ser impersonal.

Sentido figurado de los verbos unipersonales: los verbos que expresan fenó-
menos naturales son usados con cierta frecuencia con una significación figurada. Se
escuchan expresiones como: los turistas anochecieron en la playa, hoy amaneció
contenta, entre otras. En estos casos, dichos verbos pierden su carácter unipersonal;
por lo que pueden conjugarse en cualquier persona, bien en singular o en plural.

El carácter de simple de las anteriores oraciones debe entenderse también


desde el punto de vista semántico o del sentido, en razón a que expresan un juicio
sencillo, una idea simple.

Cuando el sujeto está formado por dos, o más, elementos (nombres, o pro-
nombres) se dice que es un sujeto compuesto. En este caso y para efectos de
análisis, los dos, o más, nombres (o pronombres) son entendidos como un sólo
núcleo.

Ejemplos: Juan y Eugenio salieron para el estadio.


Sujeto núcleo verbo complemento

145
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

En cambio, no se considera compuesto el sujeto —El carro de Ángel—


en la oración simple El carro de Ángel tiene llantas nuevas por cuanto se
trata de un núcleo + su modificador; también conocido como complemento
nominal (de Ángel).

Examen de lo aprendido

Con base en su experiencia o en información obtenida por cualquier medio de


investigación, y fundamentado en los aspectos teóricos estudiados sobre las
oraciones simples pasivas, reflexivas, recíprocas, impersonales y unipersonales,
desarrolle los ejercicios que aparecen a continuación:

Escriba seis oraciones, cada una en dos versiones: una formada con el pro-
nombre reflexivo se (todas las frutas se venderán); y la otra, con el verbo ser (Todas
las frutas serán vendidas). Si la versión del literal a) emplea el pronombre se, la
versión del literal b) se expresará con el verbo ser, y viceversa. Combine las
posibilidades.

1 a.
b.
2 a.
b.
3 a.
b.
4 a.
b.
5 a.
b.
6 a.
b.

146
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Escriba seis oraciones. En la línea b) repita la oración que ha construido en la


línea a), teniendo en cuenta lo siguiente: si la oración de la primera línea (a) está en
activa, la de la segunda línea (b), se expresará en pasiva y viceversa. Combine las
opciones.

1 a.
b.
2 a.
b.
3 a.
b.
4 a.
b.
5 a.
b.
6 a.
b.

Escriba diez oraciones mediante el empleo del pronombre reflexivo que corres-
ponda al sentido de cada construcción oracional. Ej.: Mis amigos se divirtieron en la
fiesta, Vosotros os estaréis atentos al llamado.

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10

147
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

En el espacio al final de cada línea indique si la oración es pasiva o reflexiva. (Este


ejercicio se tomó de Revilla, 1979)

1 La persona buena se reconoce por sus actos.


2 Ayer se murió mi tío.
3 Un albañil se cayó desde el segundo piso del edificio.
4 La situación se ha normalizado en toda la zona.
5 Se consumieron grandes cantidades de alimentos.
6 La feria se clausurará el lunes próximo.
7 Los pastos se secaron prematuramente.
8 Las taquillas del teatro no se abrirán hasta las ocho.
9 Este muchacho no se conforma con poco.
10 Mi hermano se impacienta con demasiada frecuencia.

Con base en su experiencia con el lenguaje oral y escrito, consigne en los


espacios que se indican a continuación cinco oraciones de cada tipo solicitado:
pasivas (refleja o normal), reflexivas y recíprocas.

Pasivas
1
2
3
4
5

Reflexivas
1
2
3
4
5

Recíprocas
1
2
3
4
5

148
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Teniendo en cuenta la forma, el tiempo y el modo de los verbos que aparecen


entre paréntesis, construya una oración recíproca que satisfaga las condiciones
indicadas.

1 (mirarse, pretérito de indicativo)


2 (amarse, presente de indicativo)
3 (comunicarse, imperativo)
4 (saludarse, pretérito, indicativo)
5 (pelearse, gerundio)
6 (entenderse, presente de indicativo)

Escriba cinco oraciones impersonales en las tres formas en que pueden cons-
truirse: pasiva normal, pasiva refleja y activa. Ej.: Han sido reconocidas sus
aptitudes (pasiva normal), se reconocen sus aptitudes (pasiva refleja), reconocen
sus aptitudes (activa).

1 a.
b.
c.
2 a.
b.
c.
3 a.
b.
c.
4 a.
b.
c.
5 a.
b.
c.

2.1.3. Oración compuesta.

Hay juicios que requieren más de una oración para ser comprendidos, porque
son juicios o ideas complejos y, por ello, exigen estructuras sintáctico-semánticas
igualmente complejas, conocidas como oraciones compuestas.

149
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Este tipo de oraciones se estructuran mediante dos o más oraciones simples e


independientes. Generalmente, estas oraciones simples se interrelacionan o se
unen mediante conjunciones coordinadas copulativas (y, e, ni), distributivas (bien,
ya, ora), disyuntivas (o, u) y adversativas (mas, pero, empero, sino).

Ejemplos:

 Todos lo esperaban en la fiesta pero no llegó.

 Ha estudiado mucho y está cansado.

 No actúas ni dejas actuar.

 Pasaba el día en su estudio, ora leyendo, ora escribiendo, sin hablar


con nadie.

 No llora sino chilla.

 Ven ahora mismo o te quedarás sin conocer al nuevo jefe.

 Debes prepararte bien o no pasas el examen.

Estructuralmente, la oración compuesta se caracteriza por contener dos o más


oraciones simples e independientes. Estas oraciones simple-independientes están,
generalmente, unidas por las conjunciones coordinadas (pero, y, ni, sino), o por las
disyuntivas (o, ya). Algunas veces, no hacen uso de las conjunciones, aparecen como
separadas unas de otras por coma, o por punto y coma.

Ejemplos:

 No come sino traga.

 Estuvo en la reunión pero no participó.

 La joven del cabello crespo entró, vio y salió.

Ejemplos:

 No come; traga. No come, traga.

 Estuvo en la reunión; no participó. Estuvo en la reunión, no participó.

150
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 La joven del cabello crespo entró, vio, salió. La joven del cabello crespo
entró; vio; salió.

Debemos anotar que las oraciones unidas o enlazadas y que forman la oración
compuesta están en relación de coordinación, si cada una expresa un pensamiento
independiente de las demás, de manera que se pueda enunciar solo conservando
su sentido completo.

Algunos autores clasifican las oraciones compuestas en dos clases: ora-


ciones compuestas coordinadas y oraciones compuestas subordinadas. La
oración compuesta coordinada la definen como una unidad de sentido que
resulta de la suma de dos oraciones simples unidas por medio de conjun-
ciones. La oración compuesta subordinada la explican como aquella que
consta de dos oraciones: una principal o subordinante, que puede tener
sentido por sí sola, y otra subordinada, cuyo sentido depende de la oración
principal. Las oraciones subordinadas se relacionan con las subordinantes por
medio de elementos cohesivos que pueden ser pronombres y adverbios
relativos: que, quien, el cual, donde, como, cuando, cuanto. Existen también
algunas conjunciones que pueden servir de relacionantes para la cons-
trucción de oraciones compuestas subordinadas: aunque, porque, puesto
que, ya que, si, así, por lo tanto, por consiguiente, a pesar de (que), para que,
lo mismo que, es decir, esto es, a saber, mientras, etc. (Parra, 1994, p. 35)

No parece adecuado el nombre de oración compuesta subordinada, pues la


calidad de subordinada no corresponde a la oración compuesta, sino a uno de sus
elementos constitutivos (a la proposición cuyo sentido se complementa con el
sentido de la oración independiente). Algunos podrían preguntarse: ¿Por qué no
llamarla oración compuesta subordinante?

El calificativo de oración compleja es más adecuado para este último tipo de


oración, para distinguirla de la oración compuesta (coordinada), de la cual ya se ha
hablado. En la oración compleja no se debe hablar de oración subordinada, sino de
proposición subordinada o dependiente, que cumple la función de complemento
de la oración básica o subordinante.

De acuerdo con su estructura, las oraciones complejas constan de una oración


independiente (principal) y de, por lo menos, una proposición. Ésta depende siem-
pre de la primera, por lo cual se le llama proposición dependiente o subordinada.

Toda proposición dependiente o subordinada es una estructura formada por un


sujeto + un verbo, con su complemento, o sin él; ésta, que no expresa un sentido
por sí sola, puede cumplir las funciones propias del sustantivo, del adjetivo, o del
adverbio.

151
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

La clasificación de la proposición (u oración sintáctica) subordinada de la oración


compleja se fundamenta en la sintaxis de la gramática de la lengua latina, de la cual
proviene, en muchos de sus aspectos, la gramática de la lengua española.

Antes de hablar con mayor detalle de la oración compleja, miremos la clasifi-


cación de las oraciones compuestas coordinadas.

2.1.3.1. Oraciones compuestas coordinadas.

Éstas se dividen en: yuxtapuestas, copulativas, disyuntivas, adversativas, causales y


consecutivas o ilativas.

- Coordinadas yuxtapuestas: Estas oraciones no llevan ninguna conjunción.


Como lo indica su definición, van puestas una junto a la otra. Un ejemplo
clásico para este tipo de oraciones es la célebre frase del emperador Julio
César: vine, vi y vencí. Entre estas oraciones hay una relación que puede
expresarse a través de alguna conjunción; sin embargo, prescindimos de ella
de manera intencional para darle mayor agilidad y elegancia al estilo. En
efecto, en el anterior ejemplo podríamos emplear la conjunción y para unir
las dos últimas oraciones: vine, vi y vencí, e incluso las tres: vine y vi y vencí;
pero el empleo de la conjunción le resta viveza a la expresión yuxtapuesta.

Así mismo, pueden aparecer yuxtapuestas cualesquiera otras oraciones


coordinadas o subordinadas, como causales, adversativas, condicionales,
entre otras:

 Causales: ayúdale porque es tu amigo= ayúdale; es tu amigo.

 Adversativas: hiciste el esfuerzo, pero no lo lograste= hiciste el esfuerzo;


no lo lograste.

 Condicionales: si lees te daré más libros = lees; te daré más libros.

Las conocidas como oraciones distributivas constituyen otro tipo de yux-


taposición; las que a cambio de relacionarse a través de alguna conjunción,
recurren a ciertas palabras correlativas como: unos… otros; estos… aquellos;
entre otras. Ejemplos: unos hablaban, otros gritaban; estos juegan al futbol,
aquéllos practican el béisbol.

- Coordinadas copulativas. Van unidas por alguna de las conjunciones copu-


lativas y, e, ni, que (esta última casi en desuso: habla que habla = habla y
habla).

152
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

En general, las conjunciones copulativas no indican ninguna relación especial


entre las oraciones que unen; pues, sólo cumplen la función de nexo para
señalar que las ideas en ellas contenidas deben ser entendidas como una suma
entre las mismas.

Dado que cualquier oración puede ser afirmativa o negativa, pueden ocurrir
variados casos en la unión de dos oraciones:

 El primer caso corresponde a la unión de dos oraciones afirmativas. Se usa


la conjunción y.

Ejemplos:

 Roberto estudia y Pedro trabaja.

 Juan, Julio, Jairo y Rubén juegan en la selección.

 Los estudiantes leen, escriben y dialogan.

La conjunción se emplea para unir los dos últimos elementos, según la


norma en el estilo habitual, aunque en ocasiones se repite para imprimir
mayor énfasis o fuerza expresiva a una enumeración: Juan y julio y Jairo y
Rubén juegan en la selección.

 El segundo caso se refiere a la unión de dos oraciones negativas, para la


que se usa la conjunción ni.

Ejemplos:

 Ni Antonio ni Federico han llegado.

 Alberto ni lee ni escribe.

 Ni el espacio es apropiado ni el tiempo es suficiente.

Conviene aclarar que, en expresiones como las del primer ejemplo,


cuando el verbo va antes de los sujetos, se puede anteponer a aquél la
negación no: No han llegado ni Antonio ni Federico. En los otros ejemplos,
para no repetir la conjunción ni, puede usarse en primer término el
adverbio no, sin alterar el significado de la frase: Alberto no lee ni escribe;
el espacio no es apropiado ni el tiempo es suficiente.

153
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 El tercer caso hace ver que cuando la primera oración es afirmativa y la


segunda negativa, se emplea la conjunción y: Lo buscó y no lo encontró.

En este caso, como se trata de una oración afirmativa y otra negativa,


hay entre ambas una oposición que, usualmente, se expresa a través de
una conjunción adversativa: lo buscó y no lo encontró = lo buscó pero no
lo encontró.

Este tipo de oraciones también se pueden unir mediante la conjunción


que: Tú lo aceptaste y no yo = Tú lo aceptaste que no yo. Con frecuencia,
la conjunción se omite y las oraciones quedan como yuxtapuestas: Lo
buscó, no lo encontró; Tú lo aceptaste, no yo.

 El cuarto caso destaca que si la primera oración es negativa y la segunda


afirmativa pueden unirse con la conjunción y: No han ganado nada y
mantienen el optimismo. Como ocurre con las oraciones del grupo anterior,
con frecuencia se relacionan a través de alguna conjunción adversativa:
No han ganado nada, pero mantienen el optimismo. Igualmente, con gran
frecuencia van yuxtapuestas: ya no hay problemas, todo es alegría.

- Coordinadas disyuntivas. Reciben este nombre dos o más oraciones coor-


dinadas de tal manera que la idea manifestada en una de ellas se cumple sólo
cuando las demás no logran cumplirse. Por ejemplo, si decimos: ¿Te vas o te
quedas?, expresamos una alternativa. Está claro que si va no puede quedarse
y viceversa, quedando el interlocutor en la libertad de elegir entre las dos
opciones.

La conjunción o (u si la palabra siguiente comienza por o, ho: error u


omisión; llano u hondo), sirve para coordinar las disyuntivas y con frecuencia
se repite delante de cada una de dichas oraciones: o cumplen con lo pactado
o yo no me responsabilizo. Lo mismo que ocurre con las copulativas, pueden
estar coordinados dos o más sujetos, verbos o complementos, comunes para
varias oraciones. Cuando esto sucede, la conjunción o se usará únicamente
entre los dos últimos elementos: el jefe, su asesor o un delegado estarán allá
el día señalado; él ¿canta o baila?; la casa tiene tres o cuatro habitaciones.

La conjunción o no posee siempre valor disyuntivo. En algunas ocasiones


se usa entre dos palabras de significación similar o igual, cuando estimamos
que la segunda de ellas indica con mayor precisión y claridad la idea re-
presentada en la primera: La Ciudad de las Golondrinas o Montería; García
Márquez o El Nobel colombiano.

154
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Coordinadas adversativas: Se llaman oraciones adversativas las que mani-


fiestan dos juicios, de tal manera que uno de ellos es incompatible o con-
tradice en cierto sentido al otro. Para la formación de este tipo de oraciones
se usan con mayor frecuencia las conjunciones: pero, sino, mas y otras
expresiones con sentido adversativo como: aunque, antes bien, excepto, no
obstante, sin embargo, entre otras.

Las anteriores conjunciones no pueden ser usadas de forma indistinta;


pues algunas de ellas relacionan dos oraciones de tal naturaleza, para anular
totalmente mediante el juicio de la segunda lo dicho en la primera; mientras
que otras sólo restringen o limitan en mayor o menor grado el juicio expresado
con anterioridad. Tal gradación en el sentido adversativo se puede apreciar
con claridad en las conjunciones: sino, pero, mas.

Ejemplos:

 No fueron ellos, sino ustedes (opone dos sujetos)

 No trajo los libros, sino los cuadernos (opone dos complementos)

 No ama, sino odia (opone dos verbos)

La conjunción sino, algunas veces, también indica excepción, con un


significado igual al denotado por excepto o solamente: nadie se dio cuenta
sino Juan (solamente Juan). Asimismo, se usa en las oraciones interrogativas
cuando la respuesta ha de ser negativa: ¿Quién sino Dios puede salvarnos?
La respuesta sería: Nadie puede salvarnos, sino Dios (excepto Dios).

Igualmente, la conjunción sino posee un valor excluyente: antes o antes


bien y que no: No sucumbió ante aquel hecho desolador, antes (o antes bien)
siguió luchando con mayor decisión; Esto es cosa tuya que no de él.

En cuanto a la conjunción pero, une dos oraciones entre las que hay cierta
oposición, pero no incompatibilidad como sucede con sino. La idea expresada
en la primera oración se limita, pero no se excluye de forma total. Por ello,
se usa para reafirmar el juicio manifestado con anterioridad. Ejemplo: Es muy
capaz, pero le falta disciplina. La segunda oración (le falta disciplina), no le
quita validez a lo dicho en la primera; sólo señalamos un reparo, hacemos
una aclaración, ponemos un “pero”; lo que indica que admitimos el hecho de
que es muy capaz.

155
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Algunas veces, también es empleada la conjunción pero en principio de


cláusula, con el único fin de imprimir a ésta mayor fuerza expresiva, sin guardar
relación con ninguna otra oración anterior: Pero, ¡qué casa tan hermosa tienes!

La no muy frecuente conjunción empero posee un significado práctica-


mente igual a pero. Se caracteriza por ir, por lo general, inmediatamente después
de la primera palabra de la segunda oración: Reconocemos su inteligencia,
su carácter empero es bastante fuerte.

Otra conjunción de relativa frecuencia es mas, tiene carácter adversativo.


Esta conjunción es la que limita en menor grado la significación de la primera
oración: Estuvo en la reunión, mas no opinó. Su uso se manifiesta casi
exclusivamente en la escritura; pues en el lenguaje oral y común se usa casi
siempre la conjunción pero: Estuvo en la reunión, pero no opinó.

Las conjunciones mas, sino y pero pueden ir acompañadas de también o


aún, sobre todo cuando la primera oración es negativa y lleva el adverbio
solamente o sólo para reforzar dicha negación.

Ejemplos:

 La vida nos da muchas alegrías, mas también muchas tristezas.

 Aumentaron los impuestos no sólo a los bienes suntuarios, sino


también a los demás bienes.

 Se parece no solamente en los rasgos físicos, pero aún en su forma de


actuar.

Las demás conjunciones o modos conjuntivos indicados, empleados en la


formación de las oraciones adversativas, presentan una significación seme-
jante a sino, pero o mas.

- Coordinadas causales. Dos oraciones enlazadas de tal forma que una se refiera a
la causa de lo expresado en la otra, forman la llamada oración compuesta
coordinada causal. La coordinación causal se establece mediante las conjun-
ciones porque, pues, ya que, puesto que, entre otras.

Ejemplos:

 Descansaré algunos días, porque es justo y necesario.

156
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 No puedo concederte el permiso, pues no estoy facultado para ello.

 Trabajaremos todo el fin de semana, ya que debemos entregar el


proyecto el lunes.

 Puesto que siempre llegas tarde, debes madrugar más.

La oración que señala la causa, como se observa en este último ejemplo,


puede ubicarse antes de la otra con la cual se coordina, en cuyo caso la
conjunción se pondrá en primer lugar.

- Coordinadas consecutivas o ilativas. Reciben este nombre las oraciones que


indiquen el efecto o consecuencia de lo expresado en otra oración. Entonces,
las causales y consecutivas son como el anverso y reverso de una misma
expresión: cuando una de las dos oraciones coordinadas se refiere a la causa,
la otra será su consecuencia y, al contrario, cuando una indica la conse-
cuencia, la otra será la causa.

Ejemplos:

 No puedo concederte el permiso, pues no estoy facultado para ello


(causal).

 No estoy facultado para ello, luego no puedo concederte el permiso


(consecutiva).

 Aceleren el paso, que viene la noche (causal).

 Viene la noche, por tanto aceleren el paso (consecutiva).

Entre las conjunciones consecutivas están: conque, luego, por tanto, por
consiguiente, así que, entre otras.

Observación: entre las conjunciones consecutivas, en particular, pues y así


pues, presentan algunas veces un carácter peculiar, que podemos denominar
continuativo: su función en dichos casos no consiste en coordinar dos oraciones
desde el punto de vista gramatical, puesto que se emplean en una oración
simple, sino más bien señalar que la idea manifestada en dicha oración simple
es como resumen o consecuencia de lo expresado con anterioridad.

157
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplos:

 Vente, pues, conmigo.

 ¡Pues no faltaba más!

 Así pues, no queda otra alternativa.

La conjunción pues, como causal, significa lo mismo que porque: Abriré las
ventanas, pues hace calor = Abriré las ventanas, porque hace calor; y se usa
siempre al comienzo de su oración. Como consecutiva continuativa, en cambio,
no es posible sustituirla por porque y, generalmente, aparece intercalada entre
los elementos de la oración. Si tiene carácter causal, sólo llevará coma delante;
si es continuativa, irá entre comas, o también podrá llevar una sola coma detrás
si es el primer vocablo de la oración.

Examen de lo aprendido

Dada la importancia de las conjunciones en el enlace de las partes de la oración


y entre las oraciones que conforman los diversos textos del discurso oral y escrito,
muestre el uso efectivo que se les da a estas categorías gramaticales, mediante
ejemplos tomados de la comunicación cotidiana (coloquial o académica, oral o
escrita).

Conjunciones a identificar: y, e, o, ni, que, bien, así, ora, luego, ya, pero, antes,
pues, sino, puesto que, aunque, por consiguiente, conque, no obstante, por tanto,
con todo, sin embargo, porque, por eso, mas, dado que, por esta razón, entre otras.

En los espacios que siguen a continuación, escriba las frases u oraciones


seleccionadas que muestren el empleo de las conjunciones. Delante de cada cons-
trucción indique el tipo de oración compuesta coordinada (yuxtapuesta, copulativa,
disyuntiva, adversativa, causal o consecutiva o ilativa):

1
2
3
4
5
6
7

158
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

8
9
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13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25

2.1.3.2. La oración compleja.

Llamaremos oración compleja, retomando lo dicho anteriormente, a la oración


compuesta que contempla por lo menos una oración (proposición) subordinada.
Las oraciones (proposiciones) subordinadas, que hacen parte de las oraciones
complejas, se clasifican como se indica a continuación.

Si las subordinadas cumplen la función de sustantivos, se les llama sustantivas y


pueden, sintácticamente, funcionar como sujetos, o como complementos. Si cumplen
la función de sujeto, pasan a llamarse subordinadas sujetivas; si funcionan como
complementos, se llamarán subordinadas completivas. Una denominación más
precisa de estas completivas depende de la clase de complemento que repre-
sentan. Así, si funcionan como complemento directo, se llamarán subordinadas
completivas directas; si hacen las veces de complemento indirecto, se denomi-
narán subordinadas completivas indirectas; si cumplen la función del adverbio, se
denominarán subordinadas completivas adverbiales.

159
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Sustantivas sujetivas (funcionan como sujeto)

 Es necesario que vengas.

 Que lo diga no importa.

 Lo importante es que no te delates.

 Me llamó la atención que llegase tan rápido.

 El hacer las cosas a tiempo evita muchos problemas.

- Sustantivas completivas directas (funcionan como complemento directo)

 Sugirió que no hiciera el texto.

 Dijo que vendría mañana por la mañana.

 Cree que no va a tener hijos.

 No sabemos si será necesario.

 No saben quiénes están aquí.

 No sé dónde estudias.

 Dígale qué día es hoy.

- Sustantivas completivas indirectas —finales— (funcionan como complemento


indirecto)

 La policía se reserva todos los datos a fin de no entorpecer la


investigación.

 Tosió a fin de que advirtieran su presencia.

 Trajo flores para que adornaran la oficina.

 Vino a asumir el cargo.

 Trabaja para progresar.

160
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Sustantivas adverbiales

 De tiempo:

 Cuando tú regreses, yo iré.

 Él vigilaba mientras los demás dormían.

 Empezarán los juegos en cuanto termine el invierno.

 De lugar:

 Estaban verdes los campos por donde pasamos.

 No hallé las cosas donde las dejé.

 Caminemos hacia donde corre el río.

 De modo (o modales):

 Lo hizo tal como tú le insinuaste.

 Se comportó como una persona educada.

 Lo traje según lo encontré.

 Comparativas

o En sentido de igualdad:

 Así ocurrirá como él lo pronosticó.

 Tanto vales cuanto tienes.

 Ganarás (tanto) cuanto desees.

o En sentido de inferioridad:

 Roberto posee menos bienes que Luis (tiene).

 Tu biblioteca tiene menos libros que la (biblioteca) mía (tiene).

161
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

o En sentido de superioridad:

 Él tuvo más aciertos que errores (tuvo).

 Mi celular es mejor que (es) el tuyo.

 Consecutivas: expresan una consecuencia de lo dicho en la oración


principal.

 Se equivocó tanto que los asistentes se retiraron.

 Es tan bueno que no haría la más mínima maldad.

 Tal es su arrogancia que jamás reconoce sus errores.

 Tiene un porte aristocrático (tal) que se ha ganado el respeto de


sus paisanos.

Las oraciones consecutivas son consideradas como oraciones com-


parativas por desigualdad, puesto que se comparan dos juicios de tal
naturaleza que el uno es consecuencia del otro. Como ocurre con todas
las adverbiales, son correlativas y, por ello, la conjunción subordinante
que posee siempre (expreso o tácito) un antecedente. Esto, precisa-
mente, las diferencia de las consecutivas coordinadas; pues en éstas no
hay correlación de elementos, sino llanamente la unión (coordinación) de
dos oraciones de tal manera que el juicio expresado en la segunda es una
consecuencia lógica de la idea manifestada en la primera. Si expresamos:
Ha llovido lo suficiente, así que tendremos buena cosecha, la segunda
oración (tendremos buena cosecha) está coordinada con la primera (ha
llovido lo suficiente) a través de la expresión conjuntiva así que. No hay
otro lazo de unión, puesto que el matiz consecutivo de la segunda oración
se presenta a partir del mismo momento en que se enuncia la primera.

 Adverbiales condicionales: La oración condicional manifiesta la condición


o requisito que debe cumplirse para que se cumpla la idea expresada en
la principal. Entre las dos existe, por tanto, una relación de causalidad,
pues la realización de la principal depende de que se cumpla o no la idea
contenida en la oración subordinada condicional.

La conjunción si une la oración condicional a la principal. Asimismo, se


usan con sentido condicional los adverbios como y cuando, y otras cir-

162
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

cunlocuciones como: a condición de que, con tal que, siempre que, entre
otras.

Ejemplos:

 Si ganas el año, te daré un premio.

 A condición de que él fuera joven, participaría en la competencia.

 Como no se dé prisa, llegará tarde.

 Cuando tú lo afirmas, será cierto.

 Siempre que se porte bien, lo llevaré al estadio.

 Con tal que cumplas lo prometido, ella te respaldará.

 Adverbiales concesivas: Mediante la oración concesiva se expresa una


idea que representa una objeción para lo enunciado en la oración
principal, pero que no impide el cumplimiento de ésta. Las conjunciones
o modos conjuntivos empleados con más frecuencia para formar las
oraciones subordinadas concesivas son: aunque, así, por más que, aun
cuando, a pesar de que, si bien, siquiera, entre otras.

Ejemplos:

 Aunque no lo creas, esto es verdad.

 Así lo castiguen, no renunciará a su propósito.

 Aun cuando nadie colaboró, todos se mostraron dispuestos a


ayudar.

 A pesar de que estaba cansado, trabajaba con entusiasmo.

 Por más que lo molestaron, no pudieron fastidiarlo.

Observación: la conjunción aunque se usa igualmente para enlazar dos


oraciones coordinadas adversativas, en cuyo caso puede ser reemplazada
por pero o mas (conjunciones éstas empleadas con mayor frecuencia para
expresar la significación adversativa). Ejemplo: Es muy inteligente, aunque

163
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

un poco desordenado (coordinadas adversativas). Es muy inteligente,


pero un poco desordenado.

Por el contrario, si la oración es concesiva, la sustitución indicada no


será posible. En efecto, en la oración subordinada concesiva: Iré al
estadio, aunque llueva, jamás podremos decir: Iré al estadio, pero llueva.

- Sustantiva directa + sustantiva adverbial

 Anunció que vendría cuando terminara la exposición.

 Aunque no tenía capacidad para tal cosa, ordenó que desarmara la


máquina.

Examen de lo aprendido

Escriba las oraciones que se solicitan a continuación según las especificaciones


establecidas para cada grupo:

1. Oraciones complejas con subordinada sustantiva sujetiva. Subraye las pala-


bras que pertenezcan a la subordinada.

a.
b.
c.
d.
e.

2. Oraciones complejas con subordinada sustantiva directa. Subraye las palabras


que pertenezcan a la subordinada.
a.
b.
c.
d.
e.

3. Oraciones complejas con subordinada sustantiva indirecta. Subraye las pala-


bras que pertenezcan a la subordinada.
a.
b.

164
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

c.
d.
e.

4. Oraciones complejas con subordinada adverbial. Subraye las palabras que


pertenezcan a la subordinada. Indique, además, la modalidad: de tiempo (T),
de lugar (L), de modo (M), comparativa (C), consecutiva (Cva), condicional
(Cal).

a.
b.
c.
d.
e.
f.
g.
h.
i.
j.
k.
l.
m.
n.

- Subordinadas adjetivales

Cuando las proposiciones subordinadas desempeñan la función de adje-


tivos, se llaman subordinadas adjetivales o adjetivas, denominadas también
subordinadas de relativo. Se les llama así porque funcionan, dentro de la
oración compleja, como modificadores de un sustantivo, identificado como
antecedente del relativo. Estas proposiciones de relativo están introducidas
por un relacionante denominado relativo, el cual puede ser: que, quien, a
quien, cuyo, el cual, entre otros. Estas proposiciones, aunque están confor-
madas por sujeto + verbo + complemento, no tienen sentido si están solas.

165
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplos:

 Las personas a quienes dimos nuestras credenciales pertenecían al


Departamento Administrativo de Seguridad.

 El libro que ella está leyendo es de Rosa.

El pronombre relativo de la oración adjetiva concuerda con su ante-


cedente en género y número; pero no en caso. En efecto, vemos cómo, por
ejemplo, en la última oración el relativo que puede ser sustituido por el cual,
puesto que en este caso su antecedente (libro) es masculino singular. Por su
carácter formalmente invariable, otras veces equivaldrá a la cual, lo cual, los
cuales, las cuales, según su antecedente sea femenino o neutro, singular o
plural. El pronombre relativo tendrá tal carácter siempre que pueda ser
reemplazado por alguna de esas formas, y la oración, en consecuencia, será
adjetiva. En caso contrario, la oración será de otra clase, pues que será
conjunción.

De manera resumida, la oración adjetiva posee siempre un pronombre


relativo (de ahí también su nombre de relativo), y su función consiste en
modificar el significado de un sustantivo (su antecedente) de la oración
principal lo mismo que pudiera hacerlo cualquier adjetivo en la oración
simple. Por tal razón, la oración adjetiva o de relativo cumple la función de
un adjetivo. Veamos otros ejemplos:

 El señor que conociste tiene mucho dinero.

 No he recibido el premio que me gané.

Podemos expresar estas oraciones así:

 El señor conocido tiene mucho dinero.

 No he recibido el premio ganado.

Se observa que tanto los adjetivos conocido y ganado como las oraciones
adjetivas que conociste y que me gané van acompañando a los sustantivos
señor y premio.

Los oficios del pronombre relativo en la oración adjetiva: Como se ha


dicho, el pronombre relativo hace parte de la oración adjetiva y puede
desempeñar, dentro de su estructura sintáctica, las diversas funciones propias

166
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

de cualquier otro pronombre. Concuerda en número y género con su


antecedente; pero no en caso (función), puesto que el antecedente por su
parte cumplirá la función que le corresponde en la oración principal. El
relativo que, por ser una forma de naturaleza invariable, podrá estar referido
a un antecedente masculino o femenino, singular o plural.

Te compraré los textos que apoyarán el seminario.


Ant. masc. pl. S

Esta es la persona de cuya familia no tengo conocimiento.


Ant. fem. s. C. N.

El trabajo que entregué hoy, fue elogiado.


Ant. masc. s. C.D.

El estudiante a quien otorgaron la distinción, es muy inteligente.


Ant. masc. s. C. I.

Las flores con que adornaron el salón, son importadas.


Ant. fem. pl. C. C.

Algunos usos particulares del pronombre relativo:

 A veces, el pronombre relativo no lleva su antecedente explícito, con


mayor frecuencia cuando éste es neutro; por lo que origina frases de
doble sentido como: No tiene que hacer. Se puede interpretar como una
oración adjetiva: No tiene (nada) que hacer, en la cual que será pronombre
relativo y nada su antecedente —tácito en la frase original—. Asimismo,
tiene otro sentido: No tiene que hacer equivale a decir No tiene obligación
de hacer. En esta versión que sería conjunción, y la expresión perifrástica
tiene que es la que le da al verbo hacer su carácter de obligatoriedad.

 Cuando el verbo de la oración adjetiva posee un predicado nominal y el


relativo que tiene la función de sujeto, el predicado puede ubicarse
delante del relativo. Ejemplo:

Roberto, que era hombre de justicia…


S predicado nominal

Roberto, hombre de justicia que era…

167
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Si dos oraciones adjetivas dependen de la misma oración principal,


aquéllas van coordinadas, y el pronombre relativo usualmente se omite
en la segunda de ellas. Ejemplo:

 Ese era el trabajo que necesitaba y deseaba.

 Ese era el trabajo que necesitaba y (el que) deseaba.

Nota: Las oraciones subordinadas de relativo (adjetivas) pueden ser


explicativas o especificativas (ver acápite sobre la puntuación, La coma).

2.1.3.3. Oración complejo-compuesta.

Una oración es complejo-compuesta, cuando contiene dos, o más, oraciones


independientes y, al menos, una subordinada.

Ejemplos:

 Quería ver jugar a la selección colombiana, que participará en la Copa


América, pero no pude ir al estadio.

Oraciones independientes: a) Quería ver jugar a la selección colom-


biana; b) no pude ir al estadio.

Oración subordinada: que participará en la Copa América.

Relacionantes: que relativo y pero, conjunción coordinada.

 Los bomberos llegaron al sitio del incendio y dijeron que ya era


demasiado tarde.

En esta oración complejo-compuesta las oraciones independientes


son: a) Los bomberos llegaron al sitio del incendio; b) dijeron. La
proposición subordinada sustantiva directa de decir, es: que ya era
demasiado tarde. Los relacionantes son: y, conjunción coordinada
copulativa; y que conjuntivo o que conjunción.

168
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Examen de lo aprendido

Identifique, mediante subrayado simple (________) las oraciones subordinadas


de relativo (adjetivas) presentes en el siguiente texto (tomado del libro Remem-
branza y otros cuentos de Morales G. Enrique (2ª. Edición, 2013). Asimismo, subraye
con línea doble (======) la (s) palabra (s) que representa (n) el antecedente de los
pronombres relativos de las oraciones subordinadas.

Escriba las oraciones identificadas en los espacios que aparecen a continuación


del texto. En el extremo, frente a cada oración, escriba el antecedente respectivo.

UN RARO VISITANTE

Era finales de marzo, cuando el tiempo seco prevalece, haciendo que la noche
atrase el reino de sus sombras, estas circunstancias crean un efecto especial en la
atmósfera, consistente en que, estando ya en el tiempo nocturno, el día se resiste a
abandonar su luz, y uno queda atrapado en una agradable penumbra, a media luz,
en la ilusión de otra realidad, más atrayente que la realidad de la vida ordinaria. A
mí me agrada pasar vacaciones en la vieja casa de mis padres, para disfrutar de ese
particular ambiente, que nunca he podido describir con precisión; es como una
sensación de agrado infinito o una extraña nostalgia, que emerge de algún lugar de
la casa.

Estaba sentado al frente de la casa-taller de mi hermano pintor, cuando, de


súbito, apareció un hombre, que dijo ser antiguo amigo de la familia; lo invité a
sentarse, sin saber con certeza de quien se trataba, pues mi memoria no logró
reconocerlo a pesar de las señales a las que hizo alusión; pero algunos rasgos casi
perdidos crearon en mí el espejismo de un rostro conocido en otro tiempo.

El hombre se acomodó en una de las sillas que siempre están a la espera de algún
visitante. El piso semejaba una gran manta de un amarillo áureo, salpicada de
destellos de luz que jugaban con la brisa de la tarde. No sé si, por efectos físicos, sus
movimientos me parecieron demasiado rápidos, zigzagueantes; tal vez se debió a la
tenacidad de los débiles rayos del sol, que se debatía en las fauces de la Ciénaga
Grande, y cuya luz se desvanecía sobre algunas partes de su cuerpo. Uno de los
rayos, que iluminaba la cabeza del indefinido personaje, dejó ver en su cabello
algunas hebras más gruesas, como cerdas de un color grisáceo-pálido. Yo estaba
tratando de definir la identidad del visitante cuando, de pronto, de nuevo atrajo mi
atención hacia sus palabras, que ahora tenían una tonalidad especial, como si la
frecuencia de sus ondas sonoras oscilara entre umbrales de sonidos subterráneos y
esto hacía que su voz tuviera un timbre decantado, suave y agradable al oído
humano.

169
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

—En diciembre, la casa estuvo más concurrida que nunca, según lo atestiguaron
los vecinos y las huellas dejadas, leños aún humeantes donde se preparó la cena
navideña, algunas botellas vacías al pie del viejo árbol de totumo, cables eléctricos,
con la particularidad de que acababan en unos terminales sin réplicas que se
conozcan, hasta ahora no ha sido posible hallar unos iguales; algunas sillas en el
patio, dispuestas en semicírculo. Uno de los vecinos, que dieron testimonio de la
reunión, aseguró que tuvo la intención, como le había ocurrido en otros diciembres,
de participar de la reunión familiar, pero desistió ante el hostigamiento que un
perro, que no era el de la casa, le causó para impedir su ingreso, y al no recibir la
más mínima atención a su llamado, como no había ocurrido en otras ocasiones.
Igual experiencia tuvieron otros amigos, quienes expresaron que el mismo perro los
alejó ante la indiferencia de ustedes, los anfitriones, que hablaban en un lenguaje
incomprensible y reían como si sus risas no provinieran del lugar donde se hallaban,
sino de cualquier rincón de la casa hasta extinguirse en débiles murmullos que iban
y venían por entre las hojas secas, que formaban una gruesa colcha sobre la tierra
enveranada —expresó el extraño hombre, y continuó—. Yo no los vi, pero estoy
seguro de que ustedes estaban allí, porque escuché vallenatos viejos; oí las voces de
todos ustedes, recordando hechos de la infancia, de los cuales participé, como las
fiestas en corraleja, que imitaban las fiestas verdaderas; los juegos nocturnos bajo
la luz de la luna, como el juego de la lleva, el escondido; las fábulas y cuentos de
miedo donde narrábamos historias de espantos como el hombre del tabaco que
perseguía a los borrachos, las brujas que confundían el camino de regreso, el gritón,
la canillona, el perro negro que echaba candela por los ojos, el jinete sin cabeza,
entre otros.

Yo lo dejé hablar; pues, a pesar de que muchas cosas de las que decía no eran
ciertas, sus palabras tenían un poder evocador por la fuerza que les imprimía el
agradable tono de su voz, haciendo que el tiempo y el espacio de los hechos que
contaba se confundieran con el presente y ese efecto me cautivó y me llevó al
pasado, que viví como el ahora en que me estaba hablando.

El hombre había llegado en el claroscuro del día y se había arrellanado como lo


haría cualquier viejo conocido de la casa, era el tiempo, cuando el ambiente estival
transmite la ilusión sideral de que aún no se aproximan las sombras nocturnas, y
nuestros ojos siguen siendo diurnos, y, sin percatarnos, las cosas se vuelven fantas-
males; aquel hombre empezó a parecerme realmente extraño, las facciones que en
un principio se me hicieron de algún modo familiares, de alguien a quien yo conocía,
aun cuando no hubiera establecido plenamente su identidad, empezaron a hacerme
sentir incómodo, como si de algún sitio impreciso llegara una rara energía que trajo
la duda a mi alma sobre la existencia material del hombre que estaba sentado a mi
frente, y que seguía empeñado en su relato.

170
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Mis sospechas sobre la realidad quimérica del visitante se hicieron más fuertes
al referirse a la supuesta presencia de mi madre en la reunión decembrina; en ese
instante salí del estado en que me hallaba, al retroceder a un pasado más lejano, y
ahora pude descubrir el rostro transparente del visitante, su apariencia cadavérica,
condición que había notado antes, pero ahora, bajo el efecto de las sombras, se hizo
más evidente. Sentí miedo, no lo voy a negar. Me levanté, sin pensarlo, de manera
abrupta, de la vieja mecedora que fue de mi madre, como si el temor me hubiera
empujado hacia cualquier parte.

En cuestión de segundos, me encontraba dentro de la casa de piedra de mi


hermano; lo llamé, no con la intención de hablar con él sobre algo en particular, sino
buscando la compañía de alguien; no respondió, corrí entonces hacia el fondo del
inmueble, caminé por el empedrado corredor que comunica curiosos patios
interiores con pequeños cuartos, donde el sol, el viento y la lluvia ofrecen sus efectos
saludables, y donde, por las noches, se filtra la luz de los astros vagabundos, en
armonía con la arquitectura universal. Las facciones del visitante se fijaron tan
fuerte en mi mente que las veía dibujadas en cualquier parte donde mis ojos
dirigieran la mirada. La presencia de tantas imágenes espectrales confluyeron en mi
cerebro con tal fuerza, que resolvieron mi inminente estado de locura, devol-
viéndome la conciencia; ahora, al saber que estaba solo en aquel pequeño laberinto,
regresé al sitio donde, minutos antes, conversaba con el extraño sujeto; ya no
estaba, miré hacia la antigua casa de mis padres y divisé una luz que provenía de su
interior, vacilante, huidiza, se fue acercando cada vez más, y, cuando creí ver a mi
hermano portando aquella luz, ésta desapareció como un relámpago; entonces,
regresé de manera instintiva al frente de la casa−taller; allí, bajo la opaca luz del
foco que ilumina el patio, recuperé un tanto la tranquilidad; miré hacia el viejo
inmueble y de nuevo vi la luz en su interior que, después de particulares desplaza-
mientos rápidos, se esfumó quedando todo en penumbra. Por algunos minutos,
estuve atento a la reaparición de aquella luminiscencia de la que no he podido saber
su origen. Detrás de mí, estaba mi hermano, que no sé en qué momento me había
dejado con el visitante.

—Se ha ido —le expresé.

—¿Quién? —me interpeló— ¿Acaso estuvo alguien aquí?

Otra vez me asaltó el temor a pesar de estar acompañado. Le conté lo que me


había narrado el extraño hombre, lo cual le causó mucha risa; pero no era una risa
normal, me miró con incertidumbre; entonces le describí las características del
rostro del sujeto antes de que adquiriera su apariencia lúgubre, y le hablé de la
manera como esquivó mi saludo de mano cuando hizo su aparición, de los gestos
que utilizó, del timbre de su voz, de la ropa que vestía, y esto fue suficiente para que

171
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

dudara de mi cordura…

—¡Estás loco! —me gritó en un tono nervioso y con mirada de sorpresa, y


enseguida sentenció—: ¡has hablado con un muerto!

Oraciones subordinadas de relativo (adjetivas) identificadas Antecedente.

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
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19
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21
22
23
24
25

172
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Reemplace el adjetivo que aparece en negrilla, por una oración adjetiva. Dentro
de la oración compleja resultante, subraye las palabras que conforman la oración
subordinada adjetiva.

1 La ayuda prometida jamás les llegó.

2 La mujer mentirosa es despreciada de todos.

3 Las puertas plegables son diseñadas para espacios reducidos.

4 Los computadores nuevos se darán a las escuelas más pobres.

5 Los estudiantes sobresalientes serán becados.

6 La persona honrada se gana el aprecio de los demás.

7 Los alimentos ricos en vitaminas son saludables.

8 Las acciones nobles sensibilizan a las personas.

9 El calor, saludable para algunas personas, perjudica a otras.

10 La mercancía demasiado costosa se vende con dificultad.

11 Este mueble, labrado a mano, tiene un gran valor artístico.

12 Alfredo, siempre amable, atiende muy bien a sus amigos.

Escriba veinte oraciones subordinadas adjetivas, de las cuales diez deben ser
especificativas y diez, explicativas. Al final del ejercicio indique la fuente de donde
tomó las oraciones.

Adjetivas especificativas

1
2
3

173
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

4
5
6
7
8
9
10

Adjetivas explicativas

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10

Fuente de búsqueda:

En las siguientes oraciones complejas subraye, en cada una, las palabras que
conforman la oración subordinada adjetiva. Además, señale el oficio que cumple el
pronombre relativo en esta última.

Ej.: Le compré el libro que le ofrecí.


O.D.

1. Los materiales que compramos, llegarán mañana.


2. Los estudiantes para quienes mandamos los libros, están felices.
3. Esos son los modales que debemos enseñar.
4. Dos de las bandas con que celebraron el festival, son del pueblo.
5. Los árboles que sembramos ayer, van a dar buena sombra.
6. Hace un año que no recibo noticias de mi pueblo.

174
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

7. El premio será para el que cometa menos errores.


8. Quien no se esfuerza, no merece ser ayudado.
9. El día que se gradúe, se sentirá muy feliz.
10. Hay días en los que nos sentimos tristes.
11. El año que viene terminaré de construir mi casa.
12. Los caminos por que anduvimos, eran casi de herradura.
13. El día que inauguraron el festival, el tiempo estaba lluvioso.
14. Recuperaron la información que se había perdido.

2.2. FUNCIONES GRAMATICALES DE LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO

Según se observó en apartados anteriores, las formas verbales indican la signifi-


cación del verbo remitiéndolo a una persona gramatical y a un tiempo determinado.
Sólo el infinitivo, el participio y el gerundio (conocidos como formas nominales del
verbo) se alejan de esta regla; puesto que, sin perder de manera total su carácter
verbal, pueden asumir otros usos gramaticales: el infinitivo, como sustantivo; el
participio, como adjetivo; y el gerundio, como adverbio.

2.2.1. El infinitivo.

El verbo en infinitivo no hace referencia a persona o tiempo determinado; por


lo que expresa su significación igual que un nombre abstracto, es decir, indica el
fenómeno en sí mismo, pudiendo aplicarse a cualquier persona en cualquier
tiempo. Ahora bien, como cualquier otra forma verbal, algunas veces sí presenta un
sujeto bien determinado, en cuyo caso posee un carácter principalmente verbal.
Entonces, el infinitivo oscila entre su significación sustantiva y verbal.

El infinitivo como sustantivo. Cuando el sujeto del infinitivo no puede ser


precisado, éste adquiere carácter sustantivo y, como tal, puede realizar, como lo
hace cualquier otro nombre, las diversas funciones dentro de la oración, y puede
llevar como acompañantes al adjetivo y el artículo. Veamos los siguientes ejemplos:

 El correr no te conviene (sujeto)

 Querer es padecer (predicado nominal)

 Tiempo de cultivar (complemento nominal)

 Difícil de comprender (complemento adjetival)

 Quiere estudiar (complemento directo)

175
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Investiga para conocer (complemento indirecto)

 Viajó sin avisar (complemento circunstancial)

El infinitivo, aun utilizado como sustantivo, no pierde del todo su naturaleza


verbal. En efecto, puede ir acompañado, a su vez, de los distintos complementos
verbales: directo, indirecto y circunstancial. En el ejemplo anterior podríamos
expresar: El correr mucho tiempo no te conviene. El infinitivo correr presenta un
evidente carácter sustantivo, como lo atestigua el artículo que lleva delante; pero a
la vez posee un complemento circunstancial: mucho tiempo.

El infinitivo como verbo. Prevalece la naturaleza verbal del infinitivo cuando lleva
expreso (o puede entenderse por haber sido expresado en alguna oración anterior)
un sujeto que le es propio. En estos casos, el infinitivo conforma una oración aparte
(siempre con carácter subordinado) y puede manifestarse de manera personal, es
decir, con la desinencia (o terminación) propia de la persona gramatical corres-
pondiente a dicho sujeto.

Conviene aclarar que el infinitivo no siempre permite ser convertido en una


oración subordinada en forma personal. Unas veces, por poseer significación
sustantiva; otras, por constituir una expresión perifrástica, en la que se encuentra
unido de manera indisoluble al otro verbo. Ejemplos: Estudiar es progreso = El
estudio es progreso. Usted tiene que leer (este infinitivo no puede descomponerse).

Oraciones subordinadas que puede formar el infinitivo. El infinitivo (como verbo)


puede originar las siguientes oraciones subordinadas:

- Sustantivas: de sujeto, de complemento nominal, de complemento directo,


de complemento indirecto (finales) y de complemento circunstancial (causales).

- Adverbiales: temporales, condicionales, causales.

Ejemplos:

Subordinada con infinitivo Subordinada en forma personal


Tener paciencia es beneficioso Es beneficioso que tengamos paciencia
sust. de sujeto principal sustantiva de sujeto
Es el momento de expresar todo Es el momento de que expreses todo
principal sust. de C. N. sustantiva de C.N.
Me encargó terminar el proyecto Me encargó que yo terminase el proyecto
principal sustantiva de C. D. sustantiva de C.D.
Le dieron permiso para entrar al estadio. Le dieron permiso para que entrase al estadio
principal sustantiva final sustantiva final

176
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

No lo compré por faltarme dinero. No lo compré porque me faltó dinero.


principal sustantiva causal sustantiva causal
La reconocí al entrar a tu casa. La reconocí cuando entraba a tu casa.
principal adverbial temporal adverbial temporal
De no conseguirlo hoy, lo intentaré mañana. Si no lo consigo hoy, lo intentaré mañana.
adverbial condicional principal adverb. condicional
Con ser tan pobre, ayuda a sus amigos. Aunque es tan pobre, ayuda a sus amigos.
adverb. concesiva principal adverbial concesiva

2.2.2. El participio.

Hay que distinguir entre el participio presente y el participio pasado. El primero,


también conocido como participio activo, se forma con el radical del verbo y la
terminación ante, ente o iente. Es un derivado verbal que se usa siempre como
adjetivo (el dinero restante, persona obediente); o bien como adjetivo sustantivado
(el comediante, el representante).

El participio pasado. Está constituido por el radical del verbo más la terminación
ado o ido, o los plurales correspondientes y femeninos ados, idos; ada, ida; adas,
idas. Para el adecuado empleo de este participio deben distinguirse sus funciones:

- Como forma verbal. Acompaña al verbo auxiliar haber para formar los
tiempos compuestos: he leído, había jugado, hube amado, etc.; y al verbo ser
para formar la voz pasiva: fue vendido, será escuchado, etc. En el primer caso,
sólo se usa la forma del masculino singular. En el segundo caso (en la voz
pasiva), debe concertar con el sujeto, y, en consecuencia, tomará las formas
que presente dicho sujeto.

- Como adjetivo. Si no forma parte de los tiempos compuestos o de la voz


pasiva, tiene un carácter adjetivo, y, en consecuencia, asumirá el género
masculino o femenino, singular o plural, de acuerdo con el género y el
número del nombre al que acompañe: la mujer amada, el tiempo perdido,
las ilusiones rotas, los frutos preferidos. El participio con carácter adjetivo,
puede llevar, como el verbo del que proviene, los distintos complementos
verbales: varios árboles sembrados para dar sombra; una obra construida con
gran esfuerzo; el proyecto terminado en el tiempo programado.

- El participio absoluto. Cuando el participio se emplea como adjetivo y


presenta, además, un sujeto expreso distinto del de la oración en la cual se
halla, forma una construcción denominada participio absoluto.

177
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

La construcción de participio absoluto se considera como una oración aparte, la


cual tendrá siempre el carácter de subordinada adverbial. Por lo general, es
temporal, aunque asimismo puede presentar la significación modal, condicional y
concesiva, como puede observarse en los siguientes ejemplos:

 Firmado el acuerdo, las partes quedaron satisfechas (Temporal).

Después de que firmaron el acuerdo, las partes quedaron satisfechas.

 Explicaba, apoyado su conocimiento en la experiencia, el problema de


la escritura (Modal).

Explicaba, de modo que su conocimiento se apoyaba en la experiencia,


el problema de la escritura.

 Superado el examen escrito, pasarás a la siguiente prueba (Condicional)

Si superas el examen escrito, pasarás a la siguiente prueba.

 Aun cansado de trabajar, asistió a la reunión (Concesiva).

Aunque estaba cansado de trabajar, asistió a la reunión.

2.2.3 El gerundio.

Aquí volvemos a recordar algunos aspectos destacados del gerundio, en aparta-


dos anteriores. Tanto en su forma simple como compuesta, el gerundio constituye
una oración subordinada adverbial, dado que manifiesta la significación del verbo
con dicho carácter. Veamos las distintas oraciones subordinadas adverbiales con-
formadas por el gerundio:

- Causal: No tuvo otra alternativa que desistir, habiendo sido rechazado varias
veces.

No tuvo otra alternativa que desistir, porque ha sido rechazado varias veces.

- Concesiva: Aun teniendo la mejor propuesta, no te admitirán en el concurso.

Aunque tengas la mejor propuesta, no te admitirán en el concurso.

- Condicional: Estando los documentos en regla, el fallo será más rápido.

178
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Si están los documentos en regla, el fallo será más rápido.

- Modal: Llegaron cantando.

Llegaron de modo que cantaban.

- Temporal: La encontraron trabajando.

La encontraron mientras trabajaba.

En ciertos usos el gerundio no acepta ser expresado de manera personal. Se halla


unido a otro verbo con el que forma una expresión perifrástica con sentido de
continuidad. En la expresión está tronando, se quiere dar a entender que la acción
de tronar ocurre en forma continua. Por el contrario, si decimos: truena, aunque
usamos el mismo tiempo y la misma persona, únicamente hacemos alusión al
fenómeno tronar en el tiempo presente; pero no señalamos el modo en que se
desarrolla la acción.

Examen de lo aprendido

A continuación, encontrará una serie de oraciones complejas en las que el


infinitivo constituye la oración subordinada. Al final de cada oración compleja
indique, en el espacio en blanco, el tipo de oración que constituye el infinitivo: de
sujeto (S.), de complemento directo (C.D.), final o de complemento indirecto (C.I.),
causal, adverbial, etc. En el literal b), vuelva a escribir la misma oración compleja,
pero el infinitivo debe aparecer en forma personal.

1. a) No le permitieron realizar el examen.


b)
2. a) Ellos quedaron satisfechos al oír sus argumentos.
b)
3. a) Os beneficiará comer cada tres horas.
b)
4. a) Al regresar del campo, se veía más restablecido.
b)
5. a) No le han dado ese cargo sólo para subir de estatus.
b)
6. a) De haberlo aprobado, me hubiera sentido mal.
b)

179
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

7. a) Le aprobaron el préstamo para mejorar su finca.


b)
8. a) No hubiera perdido el curso de haber leído más.
b)
9. a) Es una buena ocasión para expresar tus ideas.
b)
10. a) Nunca le permiten salir de casa.
b)

En las siguientes oraciones complejas hay una oración subordinada de participio


absoluto. Escriba, en el espacio final de la línea a), la clase de oración que conforma
el participio: temporal, condicional, concesiva, etc.

En la línea b) repita la misma construcción, pero exprese el participio en forma


personal.

1. a) Los técnicos, concluido el partido, se dieron la mano.


b)
2. a) Cuidadosamente observado, su caso tiene solución.
b)
3. a) Leído el reglamento, se dio inicio a la competencia.
b)
Reemplazados algunos jugadores, mejoraría el
4. a) equipo
b)
5. a) Terminado su proyecto, fue puesto como ejemplo.
b)
6. a) Concluiremos la obra, pasadas las fiestas patronales.
b)
7. a) Aun cerradas todas las puertas, se oía el bullicio.
b)
8. a) Las candidatas, vestidas típicamente, desfilaron.
b)
9. a) Restauró las pinturas, basado en su técnica.
b)
10. a) Firmado el acuerdo, todos regresaron al trabajo.
b)

180
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Con base en su experiencia con el discurso oral y escrito, escriba a continuación


diez oraciones complejas, cuya oración subordinada esté constituida por el gerun-
dio. En el espacio final de la línea a), indique la clase de oración que conforma el
gerundio. En la línea b), escriba de nuevo la oración compleja, pero el gerundio debe
estar en forma personal.

Ej.: a) Estando en la Universidad, llegó el conferencista invitado. _______

b) Cuando estaba en la Universidad, llegó el conferencista invitado.

1. a)
b)
2. a)
b)
3. a)
b)
4. a)
b)
5. a)
b)
6. a)
b)
7. a)
b)
8. a)
b)
9. a)
b)
10. a)
b)

181
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

3. ERRORES GRAMATICALES MÁS FRECUENTES

Además de las incorrecciones vistas al referirnos al uso del gerundio y de las


preposiciones, en la práctica oral y escrita se incurre a menudo en otros errores
gramaticales, que se tratan a continuación.

Conviene observar que las incorrecciones tratadas en esta sección y en otras


partes de la presente obra, son censurables, ante todo, en la comunicación escrita,
y en la oral utilizada en ciertas situaciones comunicativas formalizadas como la
académica, periodística, entre otras que exigen cierto rigor normativo en el uso de
la lengua. No objetamos las variadas formas dialectales, propias del lenguaje
coloquial e informal que utilizamos a diario, siempre que sean adecuadas para
significar y comunicar nuestros pensamientos sobre el mundo, propio de la comu-
nidad de habla a la cual pertenezcamos.

3.1. EL QUEÍSMO

Se denomina queísmo al abuso y mal uso del pronombre relativo que. Este
fenómeno se manifiesta en un uso innecesario, confuso o errado de dicho
pronombre.

Uso innecesario

 Las flores que hay en tu jardín son muy hermosas.

Aquí el que introduce y encabeza una proposición subordinada de relativo (o


adjetiva), que podemos reemplazar por una frase preposicional, así:

 Las flores de tu jardín son muy hermosas.

Lo mismo que en el caso anterior, podemos reemplazar la proposición subor-


dinada por un adjetivo más una frase preposicional:

 Helena es una madre que comprende a sus hijos.

Por:

 Helena es una madre comprensiva con sus hijos.

En algunas referencias de fotografías es corriente leer:

 Fulano de tal que ha sido elegido en la Comisión del Plan.

183
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Se puede prescindir del que sin alterar el sentido:

 Fulano de tal ha sido elegido en la Comisión del Plan.

Los reemplazos del que son necesarios para evitar su repetición excesiva en un
escrito y siempre que no alteren el sentido que se quiere expresar.

En esta última estructura el que es también un pronombre relativo que intro-


duce una proposición subordinada de relativo con carácter inciso o secundario. Por
lo tanto, se justificaría si se dijera:

 Fulano de tal, que ha sido elegido en la Comisión del Plan, saldrá del
país la próxima semana.

Otro ejemplo es:

 Conocí a una persona que es importante.

Podemos decir:

 Conocí a una persona importante.

La frase:

 Esa fue la persona que causó los mayores problemas”.

Se podría reemplazar la proposición subordinada de relativo por un adjetivo


(participio) seguido de una frase preposicional, así:

 Esa fue la persona causante de los mayores problemas.

Uso confuso

 Está en Grecia Teófilo, el hermano de Eugenio, que había anunciado su


viaje hace un mes.

No se sabe con claridad quien había anunciado el viaje: ¿Teófilo? o ¿Eugenio?

 Léete el segundo capítulo de esta novela que me parece muy interesante.

¿Qué es lo interesante?: ¿El segundo capítulo? o ¿la novela?

184
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

El pronombre relativo que debe ponerse cerca de su antecedente para evitar la


anfibología o ambigüedad de sentido.

Las oraciones anteriores deben escribirse de la siguiente manera:

 Está en Grecia el hermano de Eugenio, Teófilo, que había anunciado su


viaje hace un mes.

 Léete, de esta novela, el segundo capítulo que me parece muy


interesante.

Cuando no es conveniente ubicar el relativo inmediatamente después de su


antecedente por mantenerse la confusión o acrecentarse, es recomendable sus-
tituirlo por el cual, la cual, etc., o se repite el antecedente o se busca otro giro a la
oración.

En la oración:

 Hay unos frutos de estos árboles que me parecen más agradables por
su aspecto.

Si queremos ubicar el relativo que inmediatamente después del antecedente


frutos, escribiríamos:

 Hay unos frutos que me parecen más agradables de estos árboles por
su aspecto.

Pero, esta oración es menos clara que la anterior, es más confusa, entonces hay
que darle otro giro. Se podría escribir:

 Hay unos frutos de estos árboles, los cuales me parecen más agra-
dables por su aspecto.

Uso errado del pronombre relativo que

El uso errado por excelencia de este pronombre es el llamado que galicado; se


presenta cuando el pronombre relativo que va acompañado del verbo ser para
indicar relaciones de lugar, de tiempo, de modo, de causa, entre otras.

Este vicio queísta deriva de la defectuosa traducción de la estructura gramatical


francesa C'est... que.

185
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplos:

 Ce est à mon frère que J'ai dis.


Traducción incorrecta: Es a mi hermano que yo digo.
Traducción correcta: Es a mi hermano a quien digo.

 Ce n'est pas là que sont nos parents.


Traducción incorrecta: No es allí que están nuestros padres.
Traducción correcta: No es allí donde están nuestros padres.

 C'est en parlant beancoup qu'on se trompe souvent.


Traducción incorrecta: Es hablando mucho que se equivoca uno a
menudo.
Traducción correcta: Es hablando mucho como se equivoca uno a
menudo.

Miremos otros de los casos más corrientes en que se cae en el error del que
galicado y la forma correcta de expresarse.

Forma errada Forma correcta


Es por esta vía que se llega al mar. Es por esta vía por donde se llega al mar.
Es con ella que iré a la fiesta. Es con ella con quien iré a la fiesta.
De esta fórmula es que se parte. De esta fórmula es de donde se parte.
Es en ese momento que él salió. Es en ese momento cuando él salió.
Es por ese motivo que no vino. Es por ese motivo por el que no vino.
En noviembre es que terminan las clases. En noviembre es cuando terminan las clases.
Con una buena administración es que Con una buena administración es como
progresan las empresas. progresan las empresas.

Observe que hay otra manera de expresión correcta, más simple si se suprime
la forma del verbo ser y la palabra que (para no definirla con exactitud, pues en la
forma errada se configura como una partícula conjuntiva y en la forma correcta
equivale a una frase prepositiva, un adverbio, etc.). Las formas correctas de las
oraciones anteriores podrían quedar así:

 Por esta vía se llega al mar.

 Con ella iré a la fiesta.

 De esta fórmula se parte.

186
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 En ese momento él salió.

 Por ese motivo no vino.

 En noviembre terminan las clases.

 Con una buena administración progresan las empresas.

3.2. EL PRONOMBRE RELATIVO CUYO

Este pronombre deriva del latín cuius, por lo que tiene el doble valor de relativo
y posesivo (del cual, de quien, de quienes, etc.). La función original de este
pronombre es la de relacionar dos nombres, siendo el segundo persona o cosa
poseída o propia del primero.

Uso incorrecto:

 Estuvimos en unas playas, cuyas playas tenían arenas blancas.

Mejor es decir:

 Estuvimos en unas playas, que tenían arenas blancas.

En cambio, es correcto decir:

 Estuvimos en unas playas, cuyas arenas eran blancas. Es decir, las


arenas de las cuales playas.

También es correcto decir:

 Leí un libro, cuyo autor posee un estilo cuidadoso. O sea, el autor del
cual libro.

Según la Academia, el uso de cuyo es, asimismo, correcto cuando aparece con
los vocablos motivo, fin, causa, razón, ocasión, entre otros.

Ejemplos:

 A veces me siento cansado, en cuyo caso tomo un generoso descanso.


También puede decirse: [...] cansado, en este caso...

187
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Sus modales eran bruscos, por cuyo motivo era rechazado. O, igual-
mente, se puede escribir: [...] bruscos, y por este motivo...

3.3. LOS PRONOMBRES PERSONALES ÁTONOS LA, LE, LO

El mal empleo de estos pronombres se le llama laísmo, leísmo y loísmo,


respectivamente.

En España, y muy especialmente en Castilla son muchas las personas


—incluso escritores de fama— que emplean mal los pronombres personales
átonos le, la, y lo. Y ello porque, en vez de atender al caso gramatical, se
atiende a la terminación en o o en a, del género masculino o femenino. Así,
se dice —sobre todo en Madrid—: LA di un empujón, cuando se hace
referencia a una mujer, y lo di un empujón, si se refiere a un hombre. (Vivaldi,
1981)

Para el buen uso de estos pronombres, hay que tener en cuenta los siguientes
aspectos de orden gramatical:

- Los pronombres lo y la (los y las) corresponden al caso acusativo; es decir, el


del complemento directo (C.D.).

- El pronombre le (les) pertenece al caso dativo, que es el del complemento


indirecto (C.I.).

En Colombia, es muy raro que se presente el mal uso de los pronombres lo (los),
la (las). Según los estudiosos, parece que el mal empleo de estos se presenta entre
la gente del norte de España. Sin embargo, recordemos sus usos correcto e
incorrecto.

Uso incorrecto:

 Lo di un regalo

Uso correcto:

 Le di un regalo

El complemento directo de dar es el regalo, y el complemento indirecto, a quien


se lo di, fue a él; entonces, lo correcto es le.

188
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Uso incorrecto:

 La regaló una cadena

Uso correcto:

 Le regaló una cadena

El complemento directo de regalar es una cadena, y el complemento indirecto,


a quien se la dio, fue a ella; en consecuencia, lo correcto es le.

En cuanto al pronombre le (les), su mal uso está más generalizado en la


comunidad hispanohablante.

La función de este pronombre es ser complemento indirecto; no obstante, es


frecuente su mal uso, sobre todo, en la expresión hablada.

Usos incorrectos:

 Le traigo (algún objeto) de lejos

 Le compré (un vestido) en Bogotá

 Le tramité (un certificado) hace un mes

Nótese que en ninguno de los tres ejemplos anteriores hay complemento


indirecto; por lo tanto, no es correcto el uso de le. Ciertamente, los verbos traer,
comprar y tramitar, en los ejemplos anteriores, tienen como complementos
directos: algún objeto, un vestido y un certificado, respectivamente, los cuales
serían reemplazados, en estos casos, por el pronombre lo (complemento directo) y
no por le (complemento indirecto). Lo correcto sería decir:

 Lo traigo de lejos

 Lo compré en Bogotá

 Lo tramité hace un mes

No obstante, hay un leísmo admitido en el uso culto, en los casos en que le


sustituye a personas masculinas. En efecto, es corriente oír o leer:

 Le vi en el estadio (en vez de: lo vi en el estadio).

189
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Le conocí hace mucho tiempo (en vez de lo conocí hace mucho


tiempo).

En cuanto al LEISMO —empleo indebido del pronombre LE— se debe, según


Martín Vivaldi (1981) a las siguientes razones:

En español, cuando el complemento directo es persona o cosa


personificada, lleva la preposición A; no la lleva en los demás casos. Decimos:
'Quiero A Pedro' y no 'Quiero Pedro'. En cambio, escribimos 'Quiero pan' y
no 'Quiero A pan'. (lo lógico sería decir 'quiero Pedro', lo mismo que decimos
'quiero pan'). (1) De aquí la confusión: al llevar la persona complemento
directo la preposición A, parece como si fuera complemento indirecto. Por
ello, al usar el pronombre personal, se dice LE, cuando debía ser LO. Es
frecuentísimo oír: 'yo LE conocí, en lugar de ' yo LO conocí'. Aquí, el com-
plemento directo de conocer es, por ejemplo, Pedro; pero si hubiéramos
utilizado el nombre personal, hubiésemos escrito 'yo conocí A PEDRO', el
cual, a pesar de la preposición A, es acusativo y, por tanto, LO.

Según el uso culto actual, el LOISMO y el LAISMO se consideran como inco-


rrectos. En cambio, se admite el LEISMO. Es decir, no se admite el empleo de LO y
LA por LE; pero sí LE cuando debía ser LO.

Hay, no obstante, un LEISMO completamente inadmisible: el que refiere el


pronombre LE a cosas no personificadas. Ejemplos: 'Este tema no me LE sé'; 'este
libro no te LE doy'.

Otro uso incorrecto del pronombre le

La incorrección aquí tiene que ver con la discordancia de número del pronombre
le respecto del nombre al que se refiere.

Ejemplos:

- Le dije a mis amigos que no asistiría al seminario

- No le causes problemas a tus padres

El primer le debe ser les, pues se refiere a mis amigos, expresión que está en
plural, y por lo tanto debe estar de acuerdo con dicho número. Lo mismo ocurre
con el segundo le; lo correcto es les, en razón a que es catafórico de su correlato
padres, que está en plural.

190
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

3.4. EL VERBO HABER

Aunque ya nos referimos al uso más frecuente de este importante verbo, es


conveniente recordar algunos usos incorrectos que se hacen de él en ciertos
contextos de la comunicación oral y escrita, que exigen de los usuarios la
observancia de las normas gramaticales.

Es frecuente oír y leer a diario:

 Han habido muchos damnificados

 Hubieron varios expulsados

 Habían muchos artistas en el festival

 Habrán representantes inconformes

Estos errores son expresados por personas de todos los oficios y profesiones,
pero los que con mayor frecuencia practican este yerro son los periodistas.

El problema radica en que se ignora o se olvida que en los casos aquí indicados
el verbo haber presenta su forma impersonal, por lo que no debe concordar con el
sustantivo acompañante. Las oraciones anteriores deben expresarse así:

 Ha habido muchos damnificados

 Hubo varios expulsados

 Había muchos artistas en el festival

 Habrá representantes inconformes

En su función auxiliar, como ya se vio, debe concordar con el número del sus-
tantivo que acompaña la forma compuesta, excepto cuando hace de auxiliar de su
propio participio.

Ejemplos:

 En el examen ha habido muchos participantes

 Cuando llegó el presidente ya habían llegado los invitados

191
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Antes de que llegue el enemigo ya les habremos avisado

 Hasta que no hubo confesado no se le dejó ir

 De haberlo entendido me habría callado

3.5. DIFICULTADES EN EL USO DE SI NO Y SINO

A veces se cometen errores al utilizar estas formas gramaticales, en virtud del


olvido o la ignorancia de la naturaleza y función de estas palabras. Recordemos,
entonces, lo siguiente:

Si no son dos palabras: si es la conjunción condicional; no es un adverbio


negativo. Admiten la intercalación de otras palabras entre ellas:

Ejemplos:

 Si no llueve, voy al teatro, o si hoy no llueve, voy al teatro.

 Si no deseas intervenir, no lo hagas, o si tú no deseas intervenir, no lo


hagas.

Sino es una sola palabra, una conjunción que opone a un concepto afirmativo
otro negativo; significa a veces la idea de excepción; precedida de negación,
equivale a solamente o tan sólo; precedida del adverbio no solo, denota adición de
otro u otros miembros a la oración.

Ejemplos:

 La comida no la preparó la empleada, sino la dueña de la casa.

 Nadie se ha enterado, sino su mejor amigo.

 No te pido sino que me escuches.

 No sólo por buen pintor, sino por su carácter, es digno de admiración.

Además de las observaciones anteriores, las siguientes reglas ayudarán a tener


mayor claridad al momento de elegir entre el sino y el si no.

192
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Coloque inmediatamente después de estas formas gramaticales la conjunción


que. Si el sentido de la oración no sufre alteración, debe escribirse sino; de lo
contrario, lo correcto es decir o escribir si no.

Ejemplos:

 Edipo Rey no es una tragedia de Esquilo, sino de Sófocles.

 Edipo Rey no es una tragedia de Esquilo, sino que es de Sófocles.

 No vino el embajador, sino su delegado.

 No vino el embajador, sino que vino su delegado.

 Intentó si no ganar la carrera, al menos ocupar un puesto destacado.

 Intentó si no que ganar la carrera, al menos ocupar un puesto des-


tacado.

Observe que en esta última oración no es posible interpolar la conjunción que


(si no que ganar), en razón a que se perdería la lógica del sentido, la claridad
semántica.

3.6. DIFICULTADES EN EL USO DE PORQUE, POR QUE, POR QUÉ Y PORQUÉ

Otros problemas con los cuales se enfrentan muchos escritores tienen que ver
con el uso de estas cuatro formas gramaticales. Para poder decidir cuál de estas
posibilidades ortográficas es la correcta en cada caso particular de la escritura,
ténganse muy presentes los siguientes aspectos:

Porque es conjunción que indica la causa o razón de algo; es el elemento que


introduce la explicación o la causa expuesta en una proposición subordinada, que
hace parte de una oración compleja.

Ejemplos:

 No vino a la reunión, porque estaba enfermo.

 Lo llevaré mañana al Museo del Oro, porque así se lo he prometido.

Por que está formado por la preposición por y el pronombre relativo que (el cual,
los cuales, la cual, las cuales). Entonces, si aparece un relativo, debe haber un
antecedente al que se refiere dicho relativo.

193
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplo:

 Ese es el motivo por que fue sancionado. (O sea, el motivo por el


cual...)

Por qué es un interrogativo. Si lleva signo de interrogación, es una interrogación


directa; si no lo lleva, es indirecta.

Ejemplos:

 ¿Por qué no vas a viajar el fin de año?

 No entiendo por qué se comporta así.

Porqué es el mismo interrogativo por qué con valor de sustantivo; es decir, el por
qué sustantivado. En calidad de sustantivo tendrá un determinante (artículo o
adjetivo). Se puede reemplazar por un sinónimo (razón, motivo, causa, etc.).

Ejemplos:

 Me pregunto el porqué de su incumplimiento.

 Estoy pensando en el porqué de esta situación.

 No me ha expuesto ni el más simple porqué de su ausencia.

3.7. DIFICULTADES EN EL USO DE CONQUE, CON QUE Y CON QUÉ

Los problemas que tiene el escritor para elegir entre estas posibilidades
ortográficas son semejantes a los que sufre con porque, por qué,...

Para mayor claridad en el uso de estas formas gramaticales, tengamos en cuenta


lo siguiente:

Conque es conjunción que anuncia una consecuencia natural de lo que acaba de


decirse o de lo que se tiene ya sabido. Equivale a la expresión de modo que.

Ejemplos:

 Ha sido muy bueno contigo, conque debes estarle agradecido.

 ¿Conque no vas a estudiar?

194
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Con que es un compuesto de la preposición con y el pronombre relativo que (el


cual, los cuales, la cual, las cuales). La presencia de un relativo indica que debe haber
un antecedente al que sustituye.

Ejemplos:

 Ese fue el argumento con que se defendió.

 Esta es la fórmula con que resolví el problema.

¿Con qué? Es preposición más interrogativo.

Ejemplos:

 ¿Con qué dañaste eso?

 ¿Con qué intención lo dices?

Lo mismo que ¿por qué?, esta forma gramatical puede usarse sin el signo de
interrogación (interrogación indirecta).

Ejemplos:

 No comprendo con qué objeto hizo lo que hizo.

 Quisiera saber con qué excusa se va a presentar.

3.8. DEBER DE Y DEBER

Algunos estudiosos de la lengua española están de acuerdo con la distinción


semántica entre deber de y deber. La forma deber de equivale a duda, a suposición.
En tanto que deber indica obligación.

He aquí otro de nuestros frecuentes tropiezos con el lenguaje: el uso


indebido del 'deber' y 'deber de'. Con dos ejemplos quedará todo aclarado.
'El profesor debe venir a las 12, porque a esa hora comienza su clase'. 'El
profesor debe de venir a las 12, porque salió de su casa hace ya media hora'.
En el primer ejemplo se expresa una idea de obligación; en el segundo, de
suposición. (Vivaldi, 1981)

Otros conocedores de la lengua española consideran que como deber es un


verbo transitivo no es procedente interpolar la preposición de entre el verbo y su

195
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

complemento directo, que lo constituye otro verbo en infinitivo o una oración de


infinitivo.

La no necesidad de la preposición de podría argumentarse, además, teniendo


en cuenta la decisiva función del contexto lingüístico o situacional o de ambos en el
alcance semántico de los mensajes escritos u orales.

Parece que el argumento de la distinción entre deber de y deber consiste en que


deber de más un verbo en infinitivo es una perífrasis verbal que crea la ilusión o el
efecto de probabilidad, de aproximación, suposición o conjetura; mientras que
deber seguido inmediatamente de otro verbo en infinitivo indica obligación.

3.9. DEQUEÍSMO

El uso de la preposición de para acompañar ciertos verbos llamados transitivos,


porque tienen complemento directo, es equivocado, equivocación que se conoce
como dequeísmo. El error consiste en que el complemento directo de estos verbos
es una proposición subordinada sustantiva completiva encabezada por la con-
junción que, que muchas personas la confunden con el pronombre relativo que (el
cual, la cual), que en ciertas estructuras sí admite la preposición de (el equipo de
que te hable).

La conjunción que, introductora de la proposición subordinada que hace de


complemento directo no va precedida de ninguna preposición, sino que sucede en
forma inmediata al verbo.

Usos incorrectos:

 El estudiante consiguió de que se aceptaran sus razones.

 El profesor opina de que hay que mejorar la pedagogía.

 El presidente dijo de que el desempleo se va a reducir.

Usos correctos:

 El estudiante consiguió que se aceptaran sus razones.

 El profesor opina que hay que mejorar la pedagogía.

 El presidente dijo que el desempleo se va a reducir.

196
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Con el dequeísmo topamos ¡Qué horrenda costumbre y qué extendida!


“Opinar de qué”, “creer de qué”, “pensar de qué”, “conseguir de que”...
Todos estos verbos no necesitan “de” para nada. Se “opina que”, “se cree
que”, etc. Son verbos llamados transitivos porque llevan complemento
directo, que es lo que se opina, se cree, se piensa, se consigue, se dice, se
intenta, se logra, se expresa, etc., y en todos estos casos —disculpen la
insistencia— el “de” sobra.

Sin embargo —continúa este autor— no debemos pasar al extremo


opuesto y no emplear la forma “de que” con algunos verbos o expresiones que
así lo exigen: “no hay duda de que”, “caer en la cuenta de que”, “estar seguro
de que”, “acordarse de que”, “alegrarse de que”, etc. Al césar lo que es del
césar, y a cada construcción lo suyo. (Pesquera, 1991, pp. 85-86)

197
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

4. ACENTO Y TILDE

En la presente sección, se adjuntan las principales novedades de la ortografía de


la lengua española, promulgadas por la RAE en el año 2010. Esto con el fin de que
el lector de la presente obra tenga los elementos de juicio suficientes en relación
con los cambios propuestos por dicho Organismo en materia de acentuación y uso
de la tilde, entre otros aspectos, y su incidencia, principalmente, en el ejercicio de
la escritura.

4.1. ACENTO

El acento (del latín accentus - i) es la mayor intensidad o el más alto tono con
que se pronuncian algunas sílabas. Las sílabas acentuadas se llaman tónicas y las no
acentuadas, átonas.

En la lengua española hay dos clases de acento, el prosódico o mayor fuerza con
que se articula una sílaba y el ortográfico o representación gráfica del acento
prosódico. Esta representación se hace mediante un signo conocido como tilde (del
latín apex - icis, 'cima', 'punta', 'ápice').

De acuerdo con la sílaba donde lleven el acento, las palabras se clasifican en:

- Agudas u oxítonas (del griego , agudo, fino, y del latín tonus - i, cadencia,
melodía), si la sílaba acentuada es la última.

- Llanas o paroxítonas (del griego junto a; , agudo, fino, y del latín
tonus -i, cadencia, melodía), si la sílaba acentuada es la penúltima.

- Esdrújulas o proparoxítonas (del griego  -, antes de; -, junto a; ,
agudo, fino; y del latín tonus -i, cadencia, melodía), cuando la sílaba acen-
tuada es la antepenúltima.

- Sobreesdrújulas, cuando el acento corresponde a la sílaba anterior a la


antepenúltima.

Antes de referirnos a las reglas de colocación de la tilde, veamos los siguientes


conceptos, que serán útiles para comprender mejor dichas reglas:

- El acento español siempre recae sobre una vocal y la vocal acentuada se


denomina tónica. La vocal tónica puede ser abierta (a, e, o) o cerrada (i, u).

199
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Diptongo. Es la agrupación de dos vocales que se articulan en una sola sílaba,


o sea, se pronuncian en un solo golpe de voz: tie - rra, rua - na, ciu - dad.

- Triptongo. Grupo de tres vocales que se articulan en un solo golpe de voz, es


decir, se pronuncian en una sola sílaba: buey, Paraguay.

- Hiato. Cuando dos vocales son contiguas, pero, por pertenecer a sílabas
diferentes, se deben pronunciar, asimismo, en dos golpes de voz distintos, se
dice que están en hiato: rí - o, ra - íz.

4.1.1. Normas de la tilde.

4.1.1.1. Normas generales.

- Las palabras agudas (con acento tónico en la última sílaba) llevan tilde
cuando terminan en vocal, n o s: galán, Inés, colibrí.

- Las palabras llanas o graves (con acento tónico en la penúltima sílaba) llevan
tilde cuando terminan en consonante diferente de n o s: árbol, Pérez.

- Las palabras esdrújulas (con acento tónico en la antepenúltima sílaba)


siempre van tildadas: lámpara, gramática.

- Las palabras sobreesdrújulas (con acento tónico en la sílaba anterior a la


antepenúltima) también se tildan siempre: recuérdaselo, envuélveselo.

Excepción

Las palabras agudas que terminan en los diptongos y triptongos, -ay, -uay, -ey,
-uey, -iey, -oy, no llevan tilde: carey, virrey, Paraguay.

4.1.1.2. Normas particulares.

- Las palabras monosílabas no llevan tilde (excepto los homónimos, ver tilde
diacrítica): fue, dio, vio, pie, veis, luz, etc.

- Hiatos

 Si la vocal tónica es la cerrada (i o u), se le colocará tilde, aunque no le


corresponda según las normas generales: raíz, reír, Raúl, reúne.

200
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Cuando las vocales que están en hiato son la i y la u, ninguna de ellas


llevará tilde: fluir, gratuito.

 Si la vocal tónica debe llevar tilde de acuerdo con las normas generales,
se pondrá: león, poético.

- Los diptongos y los triptongos siguen las normas generales, con la particula-
ridad de que la tilde se pone sobre la vocal más abierta: volvéis, corriéramos.

 Si el diptongo está formado por dos vocales cerradas (ui, iu), la tilde se
pone en la segunda vocal: lingüística, jesuítico.

- Las palabras exclamativas e interrogativas siempre van tildadas: qué, cuál,


quién, cuándo, dónde, adónde, cómo, cuánto.

- El primer elemento de las palabras compuestas no lleva tilde (con excepción


de los adverbios terminados en mente y las palabras compuestas separadas
con un guión, las que conservarán la tilde si la llevaban cuando eran simples):
Vigesimoprimero, quimicofarmacéutico, lingüísticamente, periódicamente,
fácilmente, fisicoquímico, económicosocial.

- Cuando las formas verbales se asocian con pronombres personales enclíticos


(que van al final de la forma verbal) dando origen a palabras compuestas, se
tienen en cuenta las reglas siguientes:

 Si la forma verbal independiente estaba tildada, conservará la tilde,


aunque en la nueva palabra, según las reglas generales o particulares, no
sea necesaria: perdió-se, compró-le.

 Si la forma verbal independiente no tiene tilde, pero al asociarse con uno


o más pronombres resulta una palabra esdrújula o sobreesdrújula, se
pondrá: búsca-selo, despiérta-lo, diciéndo-nos.

- La tilde diacrítica (de las raíces griegas , a través de; , juzgar,
distinguir), se utiliza para diferenciar palabras homófonas que corresponden
a categorías gramaticales distintas (pronombre, adjetivo, preposición, con-
junción, etc.) y, por lo tanto, tienen diferentes significados.

Aún (adverbio) aun (conjunción, incluso, también, hasta)


dé (verbo dar) de (preposición)
él (pronombre) el (artículo)
más (adverbio de cantidad) mas (conjunción adversativa)

201
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

mí (pronombre) mi (adjetivo posesivo)


sé (verbo saber) se (pronombre personal, reflexivo)
sí(adverbio afirmativo) si (conjunción condicional; nota)
sólo (adverbio =solamente) solo (adjetivo = en soledad)
té (sustantivo = planta, bebida te (pronombre personal)
tú (pronombre) tu (adjetivo posesivo)

- Este, ese, aquel y sus plurales y femeninos se tildan cuando son pronombres:
mi carro es pequeño, éste es grande, aquél es mediano. Cuando estas mismas
palabras son adjetivos (acompañan un nombre) no se tildan: este libro es
mío; esas normas son útiles; aquella persona, de quien te hablé, es bastante
instruida.

Según la Academia, se puede prescindir de la tilde cuando no haya riesgo


de anfibología (confusión de sentido), en virtud del contexto.

- Esto, eso, y aquello, por ser siempre pronombres, no hay necesidad de tildarlos.

- Las mayúsculas se deben tildar, lo mismo que las minúsculas, de acuerdo con
las reglas generales y particulares de colocación de la tilde. Sin embargo,
muchos escritores no tildan las mayúsculas, quizás, basados en las normas
anteriores a 1974 de la Real Academia Española, según las cuales se consi-
deraba opcional el uso de la tilde para estas letras mayores. La verdad es que,
desde el punto de vista estético, no son recomendables.

- Las palabras latinas que se usan en la lengua española se tildarán de acuerdo


con las normas que regulan esta materia en nuestra lengua: quórum,
réquiem.

- La conjunción o se tildará si se halla entre números, para evitar que sea


confundida con el cero: 6 ó 5.

- Las palabras compuestas que resultan de verbos con pronombres enclíticos


más otro complemento no llevan tilde: correveidile, metomentodo.

- Los nombres propios extranjeros llevarán la tilde que les corresponde en su


idioma original; sin embargo, se pueden tildar a la española si su fonética y
grafía lo permiten. Cuando es el caso de nombres propios que se han espa-
ñolizado y como tales poseen una expresión en castellano, se regirán por las
reglas de la lengua española: aviñón, París.

202
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

4.2. PRINCIPALES NOVEDADES DE LA ÚLTIMA EDICIÓN DE LA ORTOGRAFÍA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA (2010)1

4.2.1 Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario.

Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad,


no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que
representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las
veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w,
x, y, z.

El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en


las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas
ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.

La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no


supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos
signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras
españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el
dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema
/y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse
entre las letras del abecedario.

Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos
dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les
corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el
orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de
Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde
entonces en todas las obras académicas.

4.2.2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario.

Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en dife-
rentes zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de
interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al
que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia
en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda,
para cada una de ellas, una denominación única común. El nombre común reco-
mendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de cada letra.

1
Este acápite es tomado textualmente de la Real Academia de la Lengua Española.

203
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i
j, J, k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu
r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve doble equis ye zeta

La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en


modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigen-
cia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se comentan:

- La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado
en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América,
donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes
que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica,
chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre
de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual. El
hecho de que el nombre uve se distinga sin necesidad de añadidos del nombre
de la letra b justifica su elección como la denominación recomendada para la
v en todo el ámbito hispánico.

- La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que


utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta,
chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las
denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, añadiendo en cada
caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v.

- La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve,
doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia
a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado
para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los
adjetivos.

- La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino,


es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su
origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre ye se creó en
la segunda mitad del siglo XIX por aplicación del patrón denominativo que
siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la
letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre reco-
mendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se diferencia,
sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i.

204
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- La letra i, cuyo nombre es i, recibe también la denominación de i latina para


distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la denominación
tradicional de i griega. A diferencia de las variantes denominativas que se
acaban de exponer, todas ellas válidas, no se consideran hoy aceptables los
nombres alternativos que han recibido algunas otras letras en el pasado; así,
se aconseja desechar definitivamente el nombre ere para la r, así como las
formas ceta, ceda y zeda para la z. Los únicos nombres válidos hoy para estas
letras son, respectivamente, erre y zeta.

4.2.3. Sustitución, por grafías propias del español, de la q.

Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico
independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al
español (quorum > cuórum). En el sistema ortográfico del español, la letra q solo
tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/
ante las vocales e, i (queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa,
en el resto de las posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta
[kuénta], acné [akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas
también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke
[karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker [búnker], anorak
[anorák]). Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q
como grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos
de otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya
una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben
sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar
dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o
latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar,
cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas voces
han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse,
por ello, en cursiva y sin tilde.

Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos y topónimos) es


frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los nombres provienen
de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de escritura, como el árabe,
el hebreo o el chino— de transliteraciones de las grafías originarias al alfabeto
latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso de los topónimos mayores, como son
los nombres de países, es conveniente usar grafías plenamente adaptadas a la
ortografía del español. Por ello, aplicando la misma norma que para los nombres
comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los
nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los
originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del
español.

205
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

4.2.4. Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos.

Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos: guion,


truhan, fie, liais, etc. Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación
gráfica del español es necesario determinar previamente la división de las palabras
en sílabas. Y para dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de
vocales es preciso saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba,
como diptongos o triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos
(lí.ne.a, ta.o.ís.ta).

Al no existir uniformidad entre los hispanohablantes en la manera de articular


muchas secuencias vocálicas, ya que a menudo, incluso tratándose de las mismas
palabras, unos hablantes pronuncian las vocales contiguas dentro de la misma
sílaba y otros en sílabas distintas, la ortografía académica estableció ya en 1999 una
serie de convenciones para fijar qué combinaciones vocálicas deben considerarse
siempre diptongos o triptongos y cuáles siempre hiatos a la hora de aplicar las reglas
de acentuación gráfica, con el fin de garantizar la unidad en la representación
escrita de las voces que contienen este tipo de secuencias.

De acuerdo con dichas convenciones, y con independencia de cuál sea su arti-


culación real en palabras concretas, se consideran siempre diptongos a efectos
ortográficos las combinaciones siguientes:

- Vocal abierta (/a/, /e/, /o/) seguida o precedida de vocal cerrada átona (/i/,
/u/): estabais, confiar, diario, afeitar, viento, pie, doy, guion, aunar, acuario,
actuado, reunir, sueño, estadounidense, antiguo.

- Dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/): triunfo, incluido, diurno, huir, viuda,
ruido.

Del mismo modo, se consideran siempre triptongos a efectos ortográficos las


secuencias constituidas por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas:
confiáis, actuáis, puntuéis, guau.

Como consecuencia de la aplicación de estas convenciones, un grupo limitado


de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas
(además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal) en la pronunciación de buena
parte de los hispanohablantes —los que articulan con hiato las combinaciones
vocálicas que contienen— pasan a considerarse monosílabas a efectos de acen-
tuación gráfica, conforme a su pronunciación real por otra gran parte de los
hispanohablantes —los que articulan esas mismas combinaciones como diptongos

206
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

o triptongos—, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se


acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.

Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio
(pron. [krié], [krió]), criais, crieis y las de voseo crias, cria (pron. [kriás], [kriá]), de
criar; fie, fio (pron. [fié], [fió]), fiais, fieis y las de voseo fias, fia (pron. [fiás], [fiá]),
de fiar; flui, fluis (de fluir); frio (pron. [frió]), friais, de freír; frui, fruis (de fruir); guie,
guio (pron. [gié], [gió]), guiais, guieis y las de voseo guias, guia (pron. [giás], [giá]),
de guiar; hui, huis (de huir); lie, lio (pron. [lié], [lió]), liais, lieis y las de voseo lias, lia
(pron. [liás], [liá]), de liar; pie, pio (pron. [pié], [pió]), piais, pieis y las de voseo
pias,pia (pron. [piás], [piá]), de piar; rio (pron. [rió]), riais, de reír; sustantivos como
guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan
y Sion.

Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones,


prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que
las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En
cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el
principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse
monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben
escribirse ahora obligatoriamente sin tilde. Esta convención es solo ortográfica, por
lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en
que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.

4.2.5. Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres


demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad.

La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba


un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo),
así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales,
funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes
(aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de
acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien,
en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en
el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respecti-
vamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un
mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos
de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [=
‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los
domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos

207
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron


aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos
acompaña al sustantivo libros).

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pro-
nombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de
la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras
átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los
demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por
eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos
de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio con-
texto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser
admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se
produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar
son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el
empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una
puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido
o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.

4.2.6. Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita


entre cifras.

Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva


o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el
cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista
prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco
se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica
como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su
diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos
signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este
momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su
condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre
palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba
los signos + o – en la casilla correspondiente.

4.2.7. Normas sobre la escritura de los prefijos.

Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo
tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)

208
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre


la escritura de las voces o expresiones prefijadas. Los prefijos son elementos afijos,
carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces,
una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resu-
men a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los
prefijos en español:

- Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan cuando esta es uni-


verbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente,
antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exmi-
nistro, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago,
proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo,
vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las
grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-
mafia, anti-cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco (anti
mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la base varios
prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio:
antiposmodernista, requetesuperguapo.

- Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de
ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una
sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov,
pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone,
en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una
mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el
guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de
letras de la de cifras: sub-21, super-8.

- Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando


esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras.

Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente
proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de locuciones
o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos
la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de
muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con
otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, súper en forma, vice primer ministro.

Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion
o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia,
anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; super-
cansado, super-8, súper en forma, etc.

209
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este
prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con indepen-
dencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de
‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos,
relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de
las personas. A partir de esta edición de la ortografía, ex- debe someterse a las
normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se
escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente,
etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo
especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana,
expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal:
ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.

4.2.8. Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos,


incluidas las locuciones.

En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se


emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras len-
guas, siendo la principal novedad en este sentido la equiparación en el tratamiento
ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se
incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de
lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas
(latinismos).

De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no


adaptados —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y
presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben
escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su
carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En
cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan
problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o
su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas
de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas
de acentuación gráfica del español:

 Me encanta el ballet clásico / Me encanta el balé clásico.

 Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los


domingos

 La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se suspendió


por falta de cuórum.

210
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los prés-
tamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las reglas
de acentuación gráfica del español cuando estén completamente adaptados a nuestro
sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos de otros idiomas.

Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos
españoles deben escribirse igualmente en cursiva —o, en su defecto, entre comi-
llas— para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones de otros
idiomas en nuestra lengua:

 La historia tuvo un happy end de película.

 Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las puertas.

 La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló el conflicto.

Según se establece en la nueva edición de la ortografía, las locuciones latinas


(expresiones pluriverbales fijas en latín que se utilizan en todas las lenguas de
cultura occidentales, incluido el español, con un sentido más o menos cercano al
significado literal latino) deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las
provenientes de cualquier otra lengua. Por lo tanto, deben escribirse, de acuerdo
con su carácter de expresiones foráneas, en cursiva (o entre comillas) y sin acentos
gráficos, ya que estos no existen en la escritura latina:

 Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto.

 Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida.

 Renunció motu proprio a todos sus privilegios.

 Decidieron aplazar sine die las negociaciones.

 El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento.

 Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu quo.

211
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

5. SIGNOS DE PUNTUACIÓN

5.1. EJERCICIO DIAGNÓSTICO

Lea el siguiente texto, al que se le han eliminado los signos de puntuación. Podrá
notar que su sentido no es claro. Puntúelo de acuerdo con el sentido que usted
piensa debe tener, de acuerdo con el conocimiento que maneja en relación con la
puntuación:

En el desarrollo del hombre como ser social la lengua desempeña la


función más importante La lengua es el canal principal por el que se le
transmiten los modelos de vida por el que aprende a actuar como miembro
de una «sociedad» dentro y a través de los diversos grupos sociales la familia
el vecindario y así sucesivamente y adoptar su «cultura» sus modos de pensar
y actuar sus creencias y valores. (Halliday, 1994, p. 18)

Es por estas razones por lo que resulta importante y necesario llevar a


cabo investigaciones que develen el porqué de ciertos usos lingüísticos
dentro de la comunicación que pueden resultar apropiados o inapropiados
en un contexto situacional de acuerdo con el sistema de valores que pongan
en juego los interlocutores al momento de emitir e interpretar un acto del
lenguaje.

En este sentido cada persona y por ende cada grupo o comunidad tiene
una manera de significar clasificar y ordenar la realidad a partir de sus
vivencias cultura idiosincrasia y visión del mundo Así las cosas para la inves-
tigación que se llevó a cabo sobre el uso de eufemismos y disfemismos en el
habla de los estudiantes de la Universidad de Córdoba la clasificación y
análisis buscó no sólo describir los mecanismos lingüísticos utilizados para la
creación de dichas expresiones sino que buscó explicar el trasfondo cultural
de las variadas manifestaciones sociolingüísticas tratando de mostrar cómo
existe una interdependencia lengua sociedad sociedad lengua las que se
establecen como verdaderas instituciones que se construyen se desarrollan
y se consolidan de manera correlativa hasta el punto de que dichas variables
se comportan como independientes y dependientes a la vez lo que conduce
a explicar y a entender el comportamiento lingüístico como dependiente de
factores sociales y culturales pero también el comportamiento sociocultural
de los individuos como representantes de instituciones familia iglesia enti-
dades oficiales o privadas como la universidad el régimen legal etc. es decir
el comportamiento institucional que refleja la organización el funciona-
miento y sus normas particulares como dependientes de la visión de mundo

213
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

o imaginario colectivo creado por el lenguaje que confirma su función primor-


dial de creador de realidades de elementos de clasificación y significación del
mundo. (Buelvas, 2008, p. 46)

La función esencial de los signos de puntuación es indicar separaciones entre los


distintos elementos de las estructuras lingüísticas de un idioma, para coadyuvar a
que el sentido de la comunicación escrita sea captado con la mayor fidelidad
posible. Es decir, que el pensamiento del escritor sea entendido de acuerdo con su
intención comunicativa.

Un texto sin signos de puntuación se convierte en un laberinto de palabras que


confunden y hastían al lector. Observemos el siguiente aparte de un texto narrativo
y juzguemos:

[...] Con sólo imaginarme el grupo de árboles me pareció que oía suspiros
ansias secretas olores el latir de sangre caliente bajo la salvaje carne que se
ofrece veía contra párpados rojos cerdos sueltos corriendo en parejas al mar
y él tenemos que estar atentos y yo no tiene por qué afectar ni siquiera tanto
así a un hombre valiente y él consideras valor a eso y yo sí tú no y él todo
hombre es árbitro de sus propias virtudes tanto si consideras eso valiente
como si no tiene mayor importancia que el acto en sí que cualquier otro acto
de otro modo no podrías ser sincero y yo no crees que soy serio y él creo que
eres demasiado serio para proporcionarme motivo de alarma en caso con-
trario no te habrías sentido impulsado a decirme que habías cometido
incesto y yo no te mentía no te mentía y él tú querías sublimar una parte de
la natural locura humana en un horror y luego exorcizarlo con la verdad y yo
era para aislarla del ruidoso mundo exterior y así librarnos de la necesidad y
luego sería como si el ruido nunca hubiera existido y él trataste de obligarla
a hacerlo y yo, yo estaba asustado tenía miedo de que ella quisiera y entonces
no hubiera servido de nada... (Faulkner, 1982, p. 163)

Aunque en el uso de los signos de puntuación hay cierta libertad, no se pueden


pasar por alto algunas normas que ayudan a servirnos de estos elementos gra-
maticales de la forma más útil posible para el ejercicio de la escritura. Tengamos
presente que el orden es necesario para mejorar la coherencia, la claridad, en fin,
el sentido de la redacción.

Escribir o redactar algo, como la intención de una persona de hacer algo,


presupone un acto mental. Esto implica el uso del raciocinio, de la capacidad
de pensar, de ordenar, de exponer y de comunicar algo. Redactar o escribir
no puede ser, pues, una cuestión mecánica. Si lo fuera, no haría falta sino una
escribidora o redactora. Redactar o escribir no es sólo expresar, por escrito,

214
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

nuestros pensamientos, o conocimientos, sino también ponerlos en orden


con el fin de manifestar y comunicar algo. Para redactar, no bastan las pala-
bras, las frases, las proposiciones, las oraciones, el párrafo; la puntuación,
también, es necesaria. Así como es importante considerar la relación entre el
lenguaje escrito y nuestro pensamiento, debemos reconocer que, una vez
estructurados nuestros pensamientos en la mente, necesitamos de una guía
que nos sugiera cómo debemos colocarlos en el papel para alcanzar el obje-
tivo propuesto; la puntuación es esa guía.

La puntuación va a ayudar al lector a seguir el pensamiento del que


escribe. Si no se puntúa un escrito, o si se puntúa mal, el lector se encontraría
con sólo un laberinto de palabras sin orden, cuyo sentido sería obstruso.
Algunos pensarán que es, sin duda, más importante lo que se escribe que la
manera como se escribe; otros, no sin razón, objetarán que lo que se escribe
y la manera como se escribe tienen la misma importancia. Subrayamos,
entonces, que en la cuestión del cómo se escribe está implícito el difícil arte
de la puntuación. (Albor, 1990, p. 11)

Además de las reglas derivadas del uso social de una lengua, la puntuación,
asimismo, depende de la intención comunicativa del escritor (afirmar, expresar
sorpresa, dar órdenes, interrogar, etc), y del estilo particular de cada autor, es decir,
de su intención psicológica, de su sensibilidad.

[...] A pesar de que la puntuación sea materia un tanto elástica, conviene


tener en cuenta las susodichas reglas y adaptarlas luego a nuestro
temperamento. Lo que no puede hacerse en modo alguno es despreciarlas
en absoluto. Estos pequeños signos —puntos y comas—, intercalados en la
escritura, son a modo de hitos que ayudan a nuestra mente a seguir el
pensamiento del que escribe. Pruébese, por ejemplo, a suprimir en una
página literaria todo signo de puntuación. Inténtese, después, la lectura:
comprobaremos que cuesta gran trabajo seguir el hilo del discurso.

Un ejemplo reciente de estos procedimientos, lo tenemos en la novela


Ulises, de James Joyce. El autor, al final de la obra, inserta un extenso capítulo
sin un solo signo de puntuación. Resultado: mareo del lector. Parece como si
nos hubiéramos metido en un laberinto de palabras desordenadas, confusas,
sin sentido: cual si nos hubiésemos perdido en un bosque de signos caba-
lísticos.

Con esta experiencia basta para convencernos de la necesidad de los


puntos y las comas.

215
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

[...] insistimos en la necesidad de los signos de puntuación. Son tan


precisos como las 'señales de tráfico' en una gran ciudad. Ayudan a caminar
y evitan el desorden. (Martin, 1981, pp. 18-19)

En la escritura es necesario usar signos de puntuación y entonación que


sirven para marcar las pausas, aclarar el sentido e indicar algunos matices de
la expresión.

[...] No se aprende a puntuar bien de una vez y para siempre. Este


conocimiento se va adquiriendo a través de los años, con el estilo, con la
lectura atenta de buenos autores, con la práctica del constante escribir, con
la revisión cuidadosa de lo escrito y con la educación del oído.

Para puntuar bien hay que entender perfectamente el sentido del texto,
y para esto es necesario leerlo varias veces y, además, tener buen oído. Las
pausas deben ser especialmente cuidadosas en los escritos literarios, en los
trabajos de valor artístico.

La costumbre determina los usos, y sobre estos usos se basan las reglas:
Muchas veces no es una regla sino el sentido común lo que determina el signo
que se ha de emplear.

Pese a la complejidad y al carácter notoriamente personal de la puntua-


ción, se pueden hacer algunas observaciones que sirvan de guía para los
casos más usuales. (Flórez, 1969, p. 172)

Es esencial la observación que hace este autor en relación con la importancia del
ejercicio constante y metódico de la lectura y la escritura a fin de internalizar el
conocimiento de la buena puntuación; es cuestión de sensibilización más que de
memorizar unas reglas. El conocimiento y la sensibilidad se enriquecen en virtud de
la vocación y el trabajo disciplinado. No obstante, la actividad práctica arroja
mayores y mejores frutos si se conocen los elementos teóricos relacionados con el
saber que deriva de la experiencia.

Repasemos, entonces, las principales reglas de los signos de puntuación utili-


zados en la lengua española.

216
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

5.2. LA COMA

Son variados los usos de este signo ortográfico, cuya omisión o uso incorrecto
pueden alterar el sentido de una estructura lingüística dada.

A la coma se le atribuyen, entre otros, dos usos fundamentales:

- Separar elementos análogos de una serie, sean palabras, frases u oraciones.

- Separar elementos que tienen carácter incidental dentro de la oración.

Para el primer uso, separar elementos análogos de una serie, se presentan los
siguientes casos:

a) Separar elementos sintácticamente análogos en la oración simple.

 Elementos análogos en el sujeto.

El agua, el aire, la luz, la tierra permiten la vida.

Podemos colocar la conjunción y en vez de coma entre los dos últimos


elementos que conforman el sujeto:

El agua, el aire, la luz y la tierra permiten la vida.

Nótese que el último elemento que constituye el sujeto (la tierra) no


va separado de la forma verbal (permiten), en razón a que la oración conserva
el orden sintáctico usual (sujeto + verbo + atributo o complementos).

 Elementos análogos en el predicado.

El hombre trabaja, estudia, juega, sueña.

Esta oración presenta un predicado sin complemento, sólo está


constituido por distintas formas verbales que indican varias acciones. En
este caso, la coma separa los elementos sintácticamente análogos (las
formas verbales) que conforman el predicado de la oración.

Lo mismo que para los elementos análogos del sujeto, se puede


reemplazar la coma por la conjunción y entre los dos últimos elementos
del predicado verbal simple, quedando la oración así:

217
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

El hombre trabaja, estudia, juega y sueña.

Observemos la siguiente oración:

El agua es inodora, insípida, líquida y saludable.

En esta oración, la coma separa elementos sintácticamente análogos


(adjetivos) que hacen parte del complemento (compuesto) del predicado.

El río corre raudo en otoño, en primavera, en invierno y en verano.

Igual que en la anterior oración, en esta, la coma también separa


elementos sintácticamente análogos (frases prepositivas), pues cumplen
la misma función sintáctica (hacer parte del complemento circunstancial
de tiempo).

b) Separa elementos sintácticamente análogos en la oración compleja .

 Cuando en la oración compleja hay más de una proposición subordinada


sustantiva sujetiva, la coma las separará por ser elementos sintáctica-
mente análogos (hacen parte del sujeto compuesto de la oración
compleja).

Que vengas, que informes, que te responsabilices es necesario.

 Cuando en una oración compleja hay varias proposiciones subordinadas


sustantivas completivas, asimismo, irán separadas por coma, pues son
elementos sintácticamente análogos (hacen de complemento directo,
indirecto, o de adverbio).

El ministro dijo que examinaría, calificaría, seleccionaría.

También se puede redactar esta oración así:

El ministro dijo que examinaría, que calificaría, que seleccionaría.

Esta última forma, donde el relacionante o conjunción que precede a


las formas verbales se constituye en un artificio retórico que comunica un
nuevo matiz estilístico-semántico al pensamiento.

218
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Tanto en la primera estructura como en la segunda, se separan


elementos análogos desde el punto de vista sintáctico (proposiciones
subordinadas sustantivas completivas directas).

Veamos la siguiente estructura:

Trajo flores para que adornes la sala, para que decores el comedor.

En este caso la coma está separando proposiciones subordinadas


sustantivas completivas indirectas, es decir, elementos sintácticamente
análogos.

Si deseamos, podemos escribir la anterior oración de esta otra forma:

Trajo flores para que adornes la sala, decores el comedor.

La siguiente oración consta de varias proposiciones subordinadas


sustantivas completivas adverbiales separadas por coma.

Si llega la noche, si no han terminado, si tienen sueño, suspendan las


labores.

Observe que esta oración no tiene la estructura normal de sujeto +


verbo + complemento, sino complemento + complemento + comple-
mento + (sujeto tácito) + verbo + complemento (directo). Esta ruptura del
orden sintáctico normal del español es la razón por la que en la anterior
oración se coloca coma entre la última proposición y la independiente.

Para el segundo uso de la coma, separar elementos que tienen carácter


incidental dentro de la oración, se registran los casos siguientes:

 Separa elementos de enlace como adverbios, conjunciones, frases con-


juntivas, oraciones condicionales.

Ejemplos:

 Si llueve, no voy al estadio.

 La alimentación es esencial para la salud, por lo tanto, hay que tomar


comidas balanceadas.

 Él, entonces, aceleró más el paso.

219
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Separa frases de gerundio y de participio.

Ejemplos:

 Alzando los brazos, manifestó su alegría.

 Cansado por el arduo trabajo, se quedó dormido.

 Separa proposiciones subordinadas de relativo explicativas.

Hugo Albor (1997, pp. 57-58), en relación con el uso de la coma en las
subordinadas de relativo explicativas, observa lo siguiente:

[...] Ya hemos sugerido que las proposiciones de relativo pueden


ser explicativas y especificativas. En el primer caso, puede decirse
que la proposición de relativo está en aposición explicativa con
relación a su antecedente; en el segundo, puede hablarse de
aposición especificativa. [...], tendrían diferentes significados las
oraciones complejas Los estudiantes, que estaban jugando en el
patio, tenían permiso y Los estudiantes que estaban jugando en el
patio tenían permiso.

No piense, el lector, que el artificio de entrecomatar una proposición


de relativo es arbitrario. El entrecomatar una proposición de relativo
depende de lo que usted, como escritor, quiere decir y del hecho de que
se debe precisar lo que se escribe para que se le entienda como usted
desea.

Las proposiciones de relativo que tienen como antecedente un


demostrativo y aquellas cuyo relativo está precedido de los artículos el,
la, los, las tienen, por lo general, carácter de subordinadas espe-
cificativas. No sobra advertir que, en éstas, el antecedente no tiene por
qué estar separado de su relativo por coma; tampoco, la proposición de
relativo debe ir entrecomatada porque no se interfiere el orden estruc-
tural sujeto + verbo + complemento.

Ejemplos: Aquellos que deseen participar en el concurso de novela


deben llenar el formulario correspondiente; los que lo hayan llenado
deben presentarse al director de la Casa de la Cultura. El que tiene
camisa verde es ladrón.

220
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

“Es interesante aclarar —precisa Martín Vivaldi (1981)— el uso de los


términos explicativo y determinativo”. No es lo mismo decir: El piloto
mareado no pudo dominar el avión, que El piloto, mareado, no pudo
dominar el avión. En el primer caso determinamos cuál era el piloto que
no pudo dominar el avión, decimos cuál de los pilotos era. En el segundo
caso explicamos, con un inciso, entre comas, que el piloto no pudo
dominar el avión porque estaba mareado.

Lo mismo puede decirse de una oración, según sea subordinada


explicativa o determinativa (especificativa). En el primer caso —oración
incidental— irá entre comas; en el segundo, no.

Ejemplos: Los niños, que estaban en el patio, echaron a correr.

En este caso, la expresión que estaban en el patio es un inciso


explicativo que nos dice dónde estaban los niños que echaron a correr. Es
oración incidental y va entre comas.

En cambio, si escribimos: Los niños que estaban en el patio echaron a


correr, se determina o afirma que solamente echaron a correr los niños
que estaban en el patio. Es una precisión, no una explicación. No es, pues,
oración incidental y por eso va sin comas.

Otros usos de la coma

- Cuando se ha omitido el verbo en las oraciones elípticas.

Ejemplos:

 Matilde lee todos los días; Ligia, a veces.

 Roberto es educado; Manuel, mal educado.

- Si se altera el orden sintáctico normal de la oración.

Ejemplos:

 En invierno, el río se desbordó.

 Mañana, a las siete, tendré la reunión.

 Josefa, para no disgustar a su madre, no fue a la fiesta.

221
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 Rafael compró, para su padre, unos finos zapatos.

- Para separar el vocativo.

El vocablo vocativo viene del verbo latino vocare, llamar, convocar, invo-
car, exhortar; In contionem voco, convocar a la asamblea.

Según Hugo Albor (1990, pp. 61-62):

La definición gramatical más corriente del vocativo se basa funda-


mentalmente en la semántica; no tiene en cuenta la morfología ni la
sintaxis, es decir, ni la forma de esa palabra ni el orden que ocupa en
las distintas estructuras lingüísticas, aspectos estos, esenciales, para
que la palabra que hace de vocativo tome tal carácter.

[...] Gramaticalmente, se ha definido el vocativo como la persona o


cosa personificada a quien se llama, se invoca o se nombra para que
haga algo. El vocativo sirve, pues, únicamente, para invocar, llamar o
nombrar a una persona o cosa personificada. Desde el punto de vista
de la estructura, estas definiciones son deficientes porque echan de
menos la morfología o forma de las palabras y la sintaxis u orden de las
palabras. Las definiciones dadas, como otras definiciones gramaticales,
están basadas en la semántica; no hacen alusión a la estructura misma
de las palabras...

En conclusión, tenemos que el vocativo es un elemento estructural y,


como tal, es una aposición explicativa de un sujeto que, por lo general, no
está expreso en la oración; pero, contenido, sí, en la forma verbal. De los
modificadores explicativos, es el único que tiene la peculiaridad de ocupar
cualquier posición en la estructura de que forma parte. Igualmente, como
modificador explicativo de un elemento de la estructura sintáctica española,
tiene que ir entrecomatado, o separado de coma, en la estructura de que
hace parte.

En ocasiones, según el contexto lingüístico o situacional, sólo está pre-


sente el sustantivo que funciona como vocativo, y la forma verbal no está
expresa; pero, se deduce del vocativo enunciado.

Ejemplos:

 [...] y al ver que su hijo se alejaba, exclamó: ¡Roberto...!

 Desde su oficina, el jefe llama a un subalterno: ¡Elsa...!

222
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Para utilizar la coma con el vocativo hay que tener presente los casos
siguientes:

 El vocativo comienza la oración: Lázaro, levántate y anda.

 El vocativo termina la oración: corre, Pedrito.

 El vocativo queda en medio de la oración: Toma de la mano, Fernando, a


Ana Patricia.

En el primer caso, la coma va después del vocativo; en el segundo caso, la


coma le precede; en el tercer caso, la palabra que hace de vocativo va
entrecomatada.

- El uso de la coma y la conjunción y

Conjunción (del latín coniunctio -onis) significa unión, lazo, relación. Desde
el punto de vista de la estructura gramatical, la conjunción tiene la función
de relacionar o establecer una trabazón armoniosa de la frase, proposición u
oración. Sin embargo, algunos lingüistas como Gonzalo Martín Vivaldi piensan
que, en ocasiones, es necesario usar la coma para separar oraciones enlaza-
das por esta conjunción cuando pudiera haber ambigüedad o confusión
semánticas.

Martín Vivaldi (1981) pone el siguiente ejemplo:

 A Pedro le gustaba el trabajo, y el ocio lo consideraba absurdo.

Luego comenta: “En este caso, se ha puesto coma para precisar el sentido;
sin ese signo, parecería que A Pedro le gustaba el trabajo y el ocio”.

La oración también podría escribirse así:

 A Pedro le gustaba el trabajo y consideraba absurdo el ocio.

- El uso de la coma y la conjunción o

Debe usarse la conjunción o precedida de la coma con el fin de aclarar el


sentido de una estructura compuesta. Esto lo apreciamos en los siguientes
ejemplos: Se sentía una rara impresión de soledad, o de vacío, o de tedio.
O es dulce, o es amargo.

223
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Si observamos el uso real de la conjunción o, vemos que tiene la función


sintáctica de enlazar o relacionar los términos lingüísticos de una estructura
gramatical dada, de ahí el calificativo de conjunción; y esa relación, que es
esencialmente imaginaria, puede indicar distinción, igualdad o alternativa
semánticas. Si la relación expresa distinción (separación) o alternativa (ex-
clusión o elección) será una relación disyuntiva y de ahí el calificativo de la
conjunción o como partícula relacionante disyuntiva. Pero, si la relación
indica igualdad (semejanza) entre dos o más elementos, será una relación de
unión o conjuntiva por excelencia, lo cual permite llamar, en este caso, a la
partícula o, conjunción (partícula relacionante) conjuntiva.

Sería más adecuado, entonces, reconocer la conjunción o, simplemente,


como conjunción o partícula morfosintáctica que relaciona elementos gra-
maticales semánticamente distintos, iguales o contrapuestos en una frase,
proposición, oración, etc. que como conjunción disyuntiva.

En cuanto a la coma, respecto del uso de la conjunción o, creemos que


este signo de puntuación no es el que determina la relación semántica entre
los elementos enlazados por dicha conjunción, pues, volviendo al contexto y
teniendo presente el conocimiento del significado convencional de los ele-
mentos constitutivos de una lengua, no hay motivo de confusión o de
ambigüedad o de anfibología en la mente o el pensamiento de una persona
culturalmente apta. El uso de la coma en relación con la conjunción o no debe
obedecer a reglas, sino a la decisión personal de cada autor.

Miremos algunos ejemplos que ilustren los distintos usos de la conjunción o.

 Expresa alternativa, exclusión o distinción.

 Podemos ir a recrearnos al parque o nos quedamos en casa viendo


películas.

 O es blanco o es negro.

 No sabía si asistir a la reunión con el vestido de color verde o con el


crema.

 A ella le es indiferente si sus zapatos son rojos o azules o verdes...

 El hombre siempre será un ser ansioso, en la pobreza o en la riqueza.

224
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 Expresa igualdad o semejanza.

 García Márquez o el Premio Nobel.

 El sentido o significado de las palabras es más preciso en un contexto


determinado.

 La melancolía o tristeza nostálgica es connatural al hombre.

En los ejemplos donde la conjunción o relaciona elementos alternativos,


excluyentes o distintos, como se puede ver, el uso de la coma antes de la
conjunción es opcional; con coma o sin ella el sentido es claro.

En los ejemplos donde la conjunción o relaciona elementos iguales o


semejantes, es totalmente innecesario el uso de la coma; sin embargo, en
caso de colocarse antes de la conjunción no se alteraría el sentido, no habría
motivo de confusión, en razón al conocimiento del significado convencional
de las palabras allí usadas y al contexto específico.

El siguiente ejemplo corrobora lo que hemos dicho del uso de la coma


respecto de la conjunción o:

 En la industria de automóviles, se usan diversos procedimientos o


materiales.

Vemos que no es necesaria la coma antes de la conjunción o para evitar


que se piense que los elementos unidos por la conjunción tienen igual
significado, pues cualquier persona con un nivel cultural no tan elevado sabe
la distinción entre procedimientos y materiales.

5.3. EL PUNTO Y COMA

Se ha establecido que el punto y coma se usa:

a) Para separar oraciones que tienen continuidad semántica.

Ejemplos:

 Mañana empiezan las fiestas patronales; habrá misa de siete y


procesión; habrá carreras de caballo, encuentros deportivos y con-
curso de belleza.

225
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 El accidente se debió al mal estado de la vía; también, a la inex-


periencia del conductor; porque apenas llevaba un mes de haber
empezado a conducir.

b) Antes de conjunciones o frases conjuntivas que cumplen una función de


enlace entre dos oraciones.

Ejemplos:

 La lectura y la escritura son importantes para mejorar nuestra redacción;


por lo tanto, debemos practicarlas más.

 La crisis económica no sólo ha afectado a las empresas comerciales


capitalistas; sino, también, a las entidades del sector cooperativo.

c) Para separar oraciones que, a su vez, tienen elementos separados por


comas.

Ejemplo:

 Los administradores deben tener conocimientos sobre aspectos con-


tables como los ajustes por inflación, indicadores financieros, cuentas
de orden, etc.; sobre elementos de mercadeo como los gustos de los
clientes, la excelencia del servicio, el seguimiento de los clientes, etc.

5.4. LOS DOS PUNTOS

Los dos puntos se usan en los siguientes casos:

a) Antes de las comillas dobles en una cita textual.

Ejemplo:

 Contestó enseguida el rey de hombres Agamenón: Huye, pues, si tu


ánimo a ello te incita; no te ruego que por mí te quedes, otros hay a
mi lado que me honrarán, y especialmente el próvido Júpiter...
(Homero, s.f.).

b) Después de una oración independiente, si la estructura que la sigue explica


y precisa la idea que contiene la oración independiente. En este caso, los dos
puntos sustituye a los relacionantes subordinados porque, en razón a que,
por cuanto, debido a que, en virtud de que, etc.

226
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Ejemplos:

 [...] Jamás te atreviste a tomar las armas con la gente del pueblo para
combatir, ni a ponerte en emboscada con los más valientes aqueos:
ambas cosas te parecen la muerte. (Homero, s.f.).

 [...] De todos los que guerrearon contra los teucros sabemos dónde
padecieron deplorable muerte; pero el Cronión ha querido que la de
aquel sea ignorada: nadie puede indicarnos claramente dónde pereció,
ni si ha sucumbido en el continente, por manos de enemigos, o en el
piélago entre las ondas de Anfitrite... (Homero, s.f.)

c) Antes de toda enumeración, constituyéndose lo que sigue a los dos puntos


en una explicación de la oración antecedente.

Ejemplos:

 [...] Y si, con estar yo solo, hubiera de sucumbir ante la multitud de los
mismos, más querría recibir la muerte en mi palacio que presenciar
continuamente esas acciones inicuas: huéspedes maltratados, siervas
forzadas indignamente en las hermosas estancias, el vino exhausto...
(Homero, s.f.)

 [...] ¿Quién iría a parte alguna a llamar a nadie, como no fuese de los
que ejercen su profesión en el pueblo: un adivino, un médico para curar
las enfermedades, un carpintero o un divinal aedo que nos deleite
cantando? (Homero, s.f.)

d) Después de las frases explicativas a saber, por ejemplo, tales como,


verbigracia. Estas frases, dice el maestro Hugo Albor: deben aparecer al final
de la oración independiente pero separadas de ella con coma. Así: Las
vocales son cinco, a saber: a, e, i, o, u. ¿Me puedes traer algunas cosas del
mercado, tales como: naranjas, carnes, tomates, frijoles? (Albor, 1990, p. 71).

e) Después del encabezamiento de las cartas.

Ejemplo:

Apreciado señor:

Veamos lo que señala el licenciado Albor (1990, pp. 71-72) en torno de


este uso particular de los dos puntos:

227
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Debido a una cuestión social y a las convenciones y a la arbi-


trariedad de la escritura formal, se escriben los dos puntos después del
saludo en las cartas. En este caso, los dos puntos no deben tenerse
como signos de puntuación sino, más bien, como un asunto que tiene
que ver con la cortesía y con los buenos modales. Una advertencia
similar puede hacerse en relación con los dos puntos que siguen a las
palabras señores, señores y señoras y otras introducciones con que
comienzan los discursos que los oradores tienen escritos. O, ¿se es-
criben los dos puntos o cualquier otro signo de puntuación, en lo oral?

Creemos que, en este caso, debe usarse la coma en vez de los dos puntos,
si se tiene en cuenta la función sintáctica que cumple la expresión Apreciado
señor, al organizar la estructura oracional. Veamos:

Señor
Héctor Osuna
Ciudad

Apreciado señor,

Le informamos que el contrato ya fue elaborado...

Si organizamos la oración implícita en esta estructura inicial de la carta,


tendremos:

Le informamos, señor Héctor Osuna, apreciado señor, que el contrato ya


fue elaborado...

Sujeto: Nosotros(tácito)

Verbo: Informamos

Complemento directo: que el contrato ya fue elaborado


Complemento indirecto: le (equivale a a usted)

Apósitos del pronombre de tercera persona le, que hace de complemento


indirecto: señor Héctor Osuna, apreciado señor.

Como vemos, la expresión apreciado señor cumple la misma función de le


y de señor Héctor Osuna; es decir, la de complemento indirecto. Entonces,
dado que se halla en un lugar distinto del que le corresponde en la oración,

228
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

según el orden sintáctico normal, debe ir sucedida de coma. Otra razón para
que se utilice la coma es la de ser elementos análogos sintácticamente.

5.5. EL PUNTO

Este signo de puntuación se utiliza:

a) Para separar oraciones simples, compuestas, complejas y complejo-


compuestas.

b) Al final del párrafo

Ejemplos:

Voy a celebrar los hechos gloriosos y al héroe, el primero entre todos,


que, fugitivo por su fatal destino de la ciudad de Troya, llega a Italia,
desembarcando en las costas de Lavinio. Durante largo tiempo y por
resentimiento de la cruel Juno, el poder de los dioses del excelso Olimpo
se ensañó en él tanto en la tierra como en el mar, teniendo que soportar
las crueldades de la guerra, hasta que fundó una ciudad en el Lacio y a ella
trasladó sus dioses. De aquí arranca el origen de la raza latina, de los
albanos, nuestros antepasados, y de las altas murallas de Roma.

Recuérdame, ¡oh Musa!, las causas; dime el porqué de sus ofensas y el


sentirse herida la reina de los dioses, hasta el extremo de impulsarla a
precipitar a un varón de piedad tan acendrada en un piélago de des-
venturas y rigores. (Virgilio, s.f.)

El punto separa oraciones cuando los pensamientos que ellas


contienen, aunque relacionados entre sí, no lo están de modo inmediato.

Es decir —continúa el autor— la diferencia entre el punto y el punto y


coma es sutilísima, cuestión de matiz. Tanto es así, que encontraremos
autores —no importa repetirlo una vez más— que ponen punto donde
otros emplean punto y coma y viceversa.

Cuando el pensamiento se ha desarrollado en una o más oraciones,


formando un todo que se llama párrafo, se pone punto final. Es decir,
cuando lo que se ha expresado tiene sentido completo. (Vivaldi, 1981, p. 24)

229
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

5.6. EL SIGNO DE INTERROGACIÓN

Lo que más sabemos de este signo de puntuación es que se coloca al principio y


al final de una pregunta. Los demás saberes relacionados con el signo de inte-
rrogación, por lo general, son motivo de confusión en el ejercicio de la escritura.
Por esto, es conveniente recordarlos.

El signo de interrogación, que se pone al principio y al final de una oración, indica


al lector que la intención del escritor no es la de hacer una aserción afirmativa, o
negativa, sino la de indagar acerca de algo, inquirir o preguntar algo. La diferencia
de significado entre una aserción y una interrogación estriba en el uso del punto en
la primera y del empleo del signo de interrogación, al final, en la segunda. Ahora
bien, como se ha expresado un pensamiento completo mediante una oración, se
pone con mayúscula la primera letra de la palabra que sigue al primer signo de
interrogación y, también, se escribe con mayúscula la primera letra que sigue al
signo con que se cierra el interrogante. En el lenguaje oral, ¿Cómo se distinguen las
aserciones de las interrogaciones? Pues, en el lenguaje oral, tendríamos que usar la
'simbolización' propia de la interrogación, como es la inflexión alta de la voz al final
de la estructura.

En el estilo directo, cuando un escritor escribe, primero, la interrogación y,


luego, el referente, separa a la primera del segundo con una raya (dejando entre
ellos un espacio) y no comienza con mayúscula la estructura que sigue a la raya.
Además, puede omitir las comillas. Por ejemplo: ¿Quién dijo tal cosa? —preguntó
Pedro.

Por fin, apuntemos que, en las construcciones del tipo conjunción (pero e y)+
coma + estructura oracional (verbo expreso, o sobre-entendido, + complemento) y
complemento circunstancial + coma + estructura oracional (encabezada por un
pronombre interrogativo + sujeto expreso, o sobre-entendido + verbo) y sus
variantes, se presentan, por lo menos, dos modos de escribirlas interrogati-
vamente: a) Se usa el signo de interrogación al principio y al final de cada una de las
estructuras: b) Se usa el signo de interrogación después de la coma que sigue a la
conjunción, o al complemento circunstancial, sin comenzar lo que sigue a la
interrogación con mayúscula, y, al final de la estructura, para cerrar el interrogante.

Ejemplos:

¿Y, no lo llevó a cabo? ¿Pero, cómo haces eso? ¿En el camino, cómo se
distinguiría? Pero, ¿sabes lo que dice? En el camino, ¿qué hicieron? (Albor,
1990, pp. 81-82)

230
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Observemos lo que anota Martín Vivaldi (1981) al referirse a los signos de


interrogación y exclamación o admiración:

Damos por sabido lo que a estos signos o puntos se refiere [...] Anotamos,
sin embargo, que estos signos, aunque sirvan de punto final, no excluyen el
uso de los demás signos de puntuación. Muy frecuente es que vayan seguidos
de una coma.

Ejemplos:

 ¿Desde cuándo le conoces?, preguntole Pedro.

 ¡Por favor, señor!, exclamó la muchacha.

Ahora bien, ocurre a veces —aunque muy raramente— que ciertas cláusulas son
interrogativas y exclamativas a la vez. En estos casos, se colocará al principio el signo
de interrogación y al final el de exclamación —o viceversa—, según el tono de la
cláusula. He aquí dos ejemplos de la gramática de la Academia:

 ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte?

 ¿Qué persecución es ésta, Dios mío!

En este último ejemplo, puede evitarse la dificultad, escribiendo: ¡Dios mío!


¿Qué persecución es ésta?

5.7. SIGNO DE ADMIRACIÓN

Este signo ortográfico se utiliza en frases, oraciones, etc. exclamativas. Su


función principal es dar mayor énfasis a la intención comunicativa de un mensaje
hablado o escrito. Por lo general, se coloca al principio y al final de una estructura
lingüística.

Este signo se coloca al principio y al final de una estructura para indicar al


lector violencia, pasión, vehemencia, asombro, sorpresa, dolor. En fin, lo usa
el escritor para dejar en el lector la misma impresión súbita que ha expe-
rimentado en el momento de escribir. No debe abusarse de este signo de
puntuación. Pues, si, por ejemplo, en la prosa, se excede en el uso, el lector
pensará que el estado de ánimo del escritor, en el momento en que redactó
lo escrito, colindaba con la histeria. En la poesía, es mucho más admisible su
uso. No obstante ¡no se encontraría nunca un poema lleno de admiraciones.
(Albor, 1990)

231
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

No necesariamente, la impresión súbita de que nos habla el maestro Albor, la


experimenta el escritor en el momento de escribir; esa impresión de asombro, sor-
presa, dolor, alegría, etc. puede ser un hecho pasado, presente o futuro (imaginado)
respecto del momento en que el escritor o hablante lo manifiesta por escrito o en
forma oral. Además, ese sentimiento no siempre es experimentado en primera
instancia por quien transmite el mensaje.

Apreciemos los siguientes textos de la literatura clásica donde aparecen a


menudo los signos de interrogación y de admiración según los usos indicados:

¡Oh, mil veces felices quienes, entre los suyos y delante de las murallas de
Troya, tuvieron la dicha de encontrar la muerte! ¡Oh hijo de Tideo, Diomedes,
el más bravo de la raza de los griegos!, ¿por qué no caí en la llanura de Ilión
y entregué mi alma bajo tus golpes, allí donde yace el intrépido Hector bajo
el hierro del Eácida; allí donde fue abatido el enorme Sarpedón; allí donde el
Simonis vio su corriente repleta de escudos, cascos y de robustos cuerpos?
(Virgilio, s.f.)

Polifeno. —¡Oh forasteros! ¿Quiénes sois? ¿De dónde llegasteis nave-


gando por húmedos caminos? ¿Venís por algún negocio o andáis por el mar,
a la ventura, como los piratas que divagan, exponiendo su vida y produciendo
daño a los hombres de extrañas tierras?

Odiseo. Somos aqueos a quienes extraviaron, al salir de Troya, vientos de


toda clase que nos llevan por el gran abismo del mar: [...]. Nos preciamos de
ser guerreros de Agamenón Atrida cuya gloria es inmensa debajo del cielo
(¡tan grande ciudad ha destruido y a tantos hombres ha hecho perecer!) y
venimos a abrazar tus rodillas por si quisieras presentarnos los dones de la
hospitalidad o hacernos algún otro regalo, como es costumbre entre los
huéspedes... (Homero, s.f.)

5.8. LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

Estos signos indican fundamentalmente la suspensión del pensamiento, que


puede estar expresado en una estructura gramatical completa o en una incompleta.
El pensamiento que se suspende puede ser el del propio escritor o el de otro
escritor, relacionado a manera de cita textual con el fin de respaldar, recrear, etc.
las ideas o conceptos expuestos por el primero.

Los puntos suspensivos crean pausas que pueden despertar variados sen-
timientos o sensaciones en el lector u oyente. Ciertamente, pueden indicar duda,
temor, infinidad de posibilidades expresivas del espíritu (que al trasladarse al

232
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

espíritu del lector u oyente, enriquece el texto al crear un espacio sugestivo);


asimismo, según el caso, pueden despertar sospecha de pereza o mediocridad del
escritor.

Atención a los puntos suspensivos. El abuso de estos signos es propio de


escritor incipiente, porque con dichos signos se traslada al lector el trabajo
de completar la frase o el pensamiento que estamos escribiendo. Es un modo
gráfico de expresar lo que no debe verse: las pausas, las dudas la inseguridad,
en suma, de nuestro propio pensamiento al escribir. (Vivaldi, 1981, p. 26)

Los casos más conocidos en que aparecen los puntos suspensivos son los
siguientes:

- Para hacer una pausa que indica duda, temor o sorpresa

Ejemplos:

 Ahora comprendo su comportamiento... su extraño cambio.

 Antes, no me atrevía a entrar de noche a un... cementerio.

 Cuando los hombres descubrieron al muerto... no podían creerlo...


parecía reírse.

- Como recurso literario para dejar la sensación de dramatismo, de suspenso,


para sugestionar al lector.

Ejemplos:

Mas todo eso no vale el veneno que fluye


de tus ojos, de tus verdes ojos,
lagos donde mi alma tiembla y se ve invertida...
Llegan mis sueños en tropel,
para abrevar en esos dos abismos amargos. (Baudelaire, C., 1990, p. 65)

En la ventana
hay una cara que conozco
y no pasa el tiempo
y no pasa la noche...

Rápido, ¿quieres? Tradúceme a la misma velocidad que el intérprete,


please... (Caicedo, 2013)

233
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

¡Primer amor!... noble orgullo de sentirnos amados: [...] único tesoro


que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres: delirio delicioso...
inspiración del cielo... ¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!...
(Isaacs, 1988, p. 11)

- Para señalar que se ha omitido algún fragmento de una cita, en razón a que
no interesa para el propósito del escritor. En este caso, los puntos suspen-
sivos van entre corchetes.

Ejemplos:

Quisiera empezar con una generalidad: la escritura como proceso


semiótico. En las últimas décadas, muchos autores se han aproximado al
estudio específico de la escritura,[...]. Los puntos de vista filosófico y
semiótico coinciden en correlacionar el problema de la escritura con el
problema del lenguaje en su exteriorización, de cómo el lenguaje puesto
en acto, discursivizado, parece estar siempre en una cuerda floja, pues
nunca logra dar cuenta, de manera completa, de las esencias de sentido
que buscan emerger en esa representación escénica que constituye a
todo discurso. (Jurado, 2010, pp. 55-56)

5.9. LAS COMILLAS

Este signo ortográfico suele ponerse antes y después de las citas o de ciertas
expresiones poco usuales de un texto. Su función es la de destacar un texto de-
terminado (palabra, frase, proposición, oración, etc.). Sin embargo, hay que ser
moderados en su uso, puesto que la abundancia de éstas desmejora la estética del
texto. Es recomendable reemplazar este signo ortográfico mediante el uso de la
letra cursiva, que, además, le imprime variedad visual, en tanto que rompe la
monotonía que podría representar el uso de un sólo tipo de letra.

Las comillas dobles

Los siguientes son los casos más comunes en que aparece este signo ortográfico:

- Para destacar, dentro de un texto, lo que ha expresado otra persona en forma


escrita u oral, que comúnmente se conoce como cita textual.

Ejemplos:

La madre de Héctor, Hécuba, al ver el inminente peligro de su hijo al


querer enfrentar a Aquiles expreso:

234
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

"¡Héctor! ¡Hijo mío! Respeta este seno y apiádate de mí. Si en otro


tiempo te daba el pecho para acallar tu lloro, acuérdate de tu niñez, hijo
amado; y penetrando en la muralla, rechaza desde ella a ese enemigo y
no salgas a su encuentro. ¡Cruel! Si te mata, no podré llorarte en tu lecho,
querido pimpollo a quien di a luz, y tampoco podrá hacerlo tu rica esposa;
porque los veloces perros te devorarán muy lejos de nosotras, junto a las
naves argivas" (Homero, s.f.)

Como se puede observar, las comillas dobles están relacionadas con el


llamado estilo directo en la escritura, que no es otra cosa que citar tex-
tualmente lo enunciado por otra persona sin quitar ni agregar nada.

- Cuando se desea dar cierto énfasis a un vocablo, o frase, o un sentido irónico.

Ejemplos:

 Nunca había vivido un día tan "hermoso", como este que dan ganas de
quedarse en la cama.

 La "buena fe" de los Estados Unidos sale siempre a relucir en sus


relaciones internacionales.

- Cuando se utilizan en un escrito palabras nuevas (neologismos) o poco cono-


cidas como los vocablos de un argot, de una región determinada, palabras
extranjeras.

Ejemplos:

 Los "slangs" son comunes entre el vulgo.

 La "psicolingüística" es una rama de la lingüística.

 El "marketing" es esencial en las empresas.

 Lo hizo "ex profeso", 'a propósito'.

- Para resaltar los títulos de obras literarias, seudónimos.


Ejemplos:

 "El quijote" es la máxima obra de Cervantes.

235
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

 La obra veinte poemas de amor y una canción desesperada del poeta


Pablo Neruda tiene un hondo carácter sentimental.

- Cuando se cita el título de una poesía que forma parte de una antología, el
título de un cuento de una colección, el nombre de un artículo incluido en
una revista.

Ejemplos:

 Me leí "crepúsculo" en José Asunción Silva - Poesía completa, De


sobremesa.

 "El granujilla" es uno de los mejores cuentos del libro Cuentos de Mijaíl
Sholojov.

 Leí el artículo "El Voseo en Antioquia" en la revista Papiro.

Las comillas simples

Cuando dentro de una cita hay otra cita, esta última se resalta con comillas
simples. “Estas advierten al lector —dice Hugo Albor (1990, p. 74)— que el escritor
ha hecho una cita que contiene otra cita. O, de otra manera, el escritor indica con
ellas que, dentro de la cita que hace, existe un elemento entre comillas dobles”.

Al citar el siguiente fragmento del libro I de La eneida de Virgilio, se puede


observar el uso de las comillas dobles y simples.

Apenas perdida la vista de las costas sicilianas, las naves troyanas hacían
velas hacia alta mar e iban levantando con su proa de bronce remolinos de
espuma de sal, cuando Juno, con su eterna herida en el corazón, se dice así
misma: “¿Es que yo, vencida, voy a renunciar a mi empresa y a confesarme
incapaz de alejar de Italia al rey de los troyanos? No hay duda de que me lo
impedirán los hados. [...]. Yo, sin embargo, que soy reina de los dioses,
hermana y esposa de Júpiter, llevo guerreando tantos años con un solo
pueblo. ¿Quién, después de esto, puede adorar el poder de Juno o irá
suplicante a llevar las ofrendas a sus altares?”.

Homero utiliza fundamentalmente el estilo directo en sus dos más importantes


obras, la Ilíada y la Odisea; en efecto, casi siempre pone en boca de sus personajes
(dioses, semidioses y humanos) la narración de los hechos, a manera de diálogo:

236
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Así se expresó. Enmudecieron los oyentes en el oscuro palacio, y quedaron


silenciosos, arrobados por el placer de oírle. Pero Arete, la de los níveos
brazos, empezó a hablarles diciendo:

Arete.—'¡feacios! ¿Qué os parece este hombre por su aspecto, estatura y


sereno juicio? Es mi huésped, pero de semejante honra participáis todos. Por
tanto, no apresuréis su partida, ni le escatiméis las dádivas, ya que se halla
en la necesidad y abundan en vuestros palacios las riquezas, por voluntad de
los dioses'.

Entonces el anciano héroe Equeneo, que era el de más edad de los feacios,
hablóles de esta suerte: ...

Otro ejemplo del uso de las comillas simples se da al citar la manera como Carlos
García Gual y Aurelio Pérez Jiménez (1981, pp. 23-24) se refieren a la aparición de
la polis griega:

Se supone que la 'polis' como estructura social surge en Jonia en algún


momento del siglo VII. Y hay razones para creerlo así: Asia Menor fue meta
de emigraciones desde finales del II milenio a.C. y luego de una desorganizada
expansión (siglos X - IX antes de Cristo) de aqueos que probablemente
huyeron cuando comenzaron a asentarse los invasores dorios (XII - XI). 'Como
resultado de este hipotético nuevo movimiento, se emprendió sin duda una
considerable expansión de establecimientos. Los habitantes de las ciudades
que databan de la primera oleada de migraciones (Samos, Mileto, Míos,
Tenos, Priene, Efeso, Colofón, Lebedos) debieron colonizar nuevos lugares,
por ejemplo, Clazomenas; las áreas no jonias (Antigua Esmirna, Quíos, Focea,
Eritrea) debieron ser ocupadas por los jonios'.

“También se usan las comillas simples —dice Hugo Albor (1990)— en un escrito
para entrecomillar el significado etimológico, o de base, de un extranjerismo. En
estos casos, el extranjerismo tiene que ir subrayado y su significado debe darse muy
lacónicamente”.

5.10. EL PARÉNTESIS

Este signo ortográfico se utiliza en los siguientes casos:

- Cuando se desea separar elementos incidentales (palabras, frases, pro-


posiciones, etc.) dentro de una estructura gramatical.

237
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Ejemplos:

 La primera obra de Walt Whitman (poeta norteamericano 1819 - 1892)


Hojas de hierba llegó a ser con el tiempo el fundamento de la moderna
poesía norteamericana.

 El término 'bantu', etimológicamente, tiene el significado de 'personas'.


Está compuesto por el prefijo ba- (propio de la clase nominal plural,
correspondiente a seres humanos) y la raíz NTU, que encierra la idea
de 'ser', 'ente'. (De Lezama y Urrutia, 1979, p. 21).

 Dos de los elementos principales que, según Murray, constituyen el


tema de la Ilíada son: 1, el encuentro entre las tribus europeas
continentales de Aquiles y de Agamenón, su guerra común contra las
costas de Asia, y la fricción ocasional entre ambas (Aquiles y Agamenón,
reducidos a simples personas en los poemas, eran héroes de tribus,
semidioses con cultos locales: así, el de Zeus Agamenón en Esparta); 2,
el mito de Helena, siempre raptada, siempre recobrada (mito de tipo
lunar), a quien en esta leyenda la roba Alejandro, París, como en otras,
Teseo y Peritoo, o Hermes, o tal vez Aquiles, y la recobran sus familiares
y compatriotas.

- Para insertar algún dato complementario, una explicación de abreviaturas,


etc.

Ejemplos:

 Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares 1547 - Madrid 1616)


participó en la batalla de Lepanto, donde quedó inútil de un brazo.

 Esquilo, poeta trágico griego (Eleusis 525 - Gela, Sicilia, 456 a. de C.),
involucró interesantes innovaciones en la escena y enriqueció signifi-
cativamente la escenografía.

 Mons. (Monseñor); Excmo., Excma. (Excelentísimo (a)).


- En las acotaciones de los textos dramáticos.

Ejemplo:

 HARPAGON. Si; un hombre maduro, cuerdo y prudente, que no tiene


más de cincuenta años y cuyo caudal es muy alabado.

238
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 ELISA. (Haciendo una reverencia)No quiero casarme, padre mío, si os


place.

 HARPAGON. (Imitando a Elisa)Y yo, hijita mía querida, quiero que os


caséis, si os place.

 ELISA (Haciendo una reverencia) Os pido perdón, padre mío. (Poquelin,


1988, p. 20)

5.11. LA RAYA

Este signo de puntuación es un guión largo, que se usa en los siguientes casos,
tomados del libro El lazarillo de Tormes:

- En los diálogos generales y en los de las obras teatrales.

Ejemplos:

—Muchacho: ¿buscas amo?

Yo le dije:

—Sí, señor...

- Para separar elementos incidentales en una estructura gramatical.

Ejemplos:

—¡Y cómo! ¿Agora —dije yo—, señor, es bueno?

—Sí, a fe —dijo él—. ¿Adónde lo hubiste? ¿Sí es amasado de manos


limpias?

—No sé yo eso —le dije —; mas a mí no me pone asco el sabor dello.

—Así plega a Dios  dijo el pobre de mi amo.


(El Lazarillo de Tormes)

- Cuando el enrayado queda al final, sólo se pone la raya del comienzo; pues
el punto absorbe la raya del final o de cierre.

239
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

[...] Si emplea la ironía —quizá el arma dialéctica más destructora y


corrosiva —, hágalo con moderación.

Todos hemos estudiado gramática —valga la expresión— demasiado


gramaticalmente...

Cuando una oración o frase entre paréntesis aclara otra que va entre
comas —es decir, cuando se trata de una oración incidental dentro de
otra también incidental—, se pone la coma fuera del paréntesis...

- También, se usa la raya para relacionar elementos en renglones diferentes a


manera de índice.

Ejemplo:

Entre las grandes familias lingüísticas colombianas, está la chibcha,


que, a su vez, presenta varias lenguas y dialectos. Una de estas lenguas es
la chibcha central que comprende los siguientes dialectos:

 Muiska - bakatá (cacicazgo de los Zipas)

 Muiska - hunza (Tunja)

 Muiska - ebaté (Ubaté)

 Muiska - suésuzka (Suescá)

 Muiska - enemokón (Nemocón)

 Duit (región de Tundama)

Entre el par de rayas y el paréntesis hay estrechas relaciones en cuanto a los


aspectos formal y semántico de la estructura gramatical que interpolan respecto
de la estructura gramatical principal. Ambos tienen la función de separar ele-
mentos incidentales que no son imprescindibles para el sentido cabal de la
estructura gramatical fundamental. No obstante, son signos de puntuación que
ayudan a amplificar el sentido del mensaje lingüístico al intercalar elementos
complementarios o explicativos que pueden conllevar un matiz dulcificante,
exhortativo, vehemente, etc.

240
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

La relación que establece Martín Vivaldi (1981, p. 28) entre los elementos
interpolados (intercalados)mediante rayas, paréntesis y comas es muy útil para
hacer un uso más acertado de estos signos de puntuación:

El guión mayor, o raya, sirve para separar los elementos intercalados


en una oración; representa un grado mayor de separación que las dos
comas que encierran, por ejemplo, la oración incidental.

Los paréntesis sirven para separar, dentro de una oración, aquella


misma especie de elementos incidentales, pero con mayor grado de
separación aún del que indican los guiones [los guiones mayores o rayas,
aclaramos].

Es decir, que emplearemos las comas, los guiones [entendiéndose,


guiones mayores o rayas] o los paréntesis, según el mayor o menor grado
de relación que tenga lo incidental con lo que estamos escribiendo.

5.12. EL GUIÓN

Este no es un signo de puntuación, sino ortográfico. Se diferencia de la raya por


ser de menor tamaño. El guión se utiliza en los siguientes casos:

- Para indicar que una palabra no ha terminado en un renglón y continúa en el


siguiente.

- Cuando se quiere señalar que una palabra está incompleta.

Ejemplos:

 -itis: sufijo griego que significa inflamación.

 Peri-: prefijo griego que significa alrededor, en torno de.

- Para dividir una palabra en sílabas

Ejemplos:

 Gramática tiene cuatro sílabas: gra - ma - ti - ca

 Oración tiene tres sílabas: o - ra - ción

241
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

- Si se desea indicar que una palabra es compuesta

Ejemplos:

 Socio-lingüística

 Antropo-zoo-morfo

 Latino-américa

5.13. LA RAYA OBLICUA

Se usa muy raras veces este signo de puntuación. El escritor lo utiliza para
señalar el final de una unidad rítmica, o sea, el término de un verso cuando ha
transcrito un poema o parte de este en prosa.

Ejemplo:

Mes de rosas. Van mis rimas/ en ronda, a la vasta selva,/ a recoger


miel y aromas/ en las flores entreabiertas ./ Amada, ven. El gran
bosque/ es nuestro templo; allí ondea/ y flota un santo perfume/ de
amor. El pájaro vuela/ de un árbol a otro y saluda/ tu frente rosada y
bella/ (Darío, 1982. p. 24)

5.14. LOS CORCHETES

Este signo de puntuación se usa en la escritura en los siguientes casos:

- Para indicar que lo que ellos interpolan en una cita textual no corresponde a
dicha cita sino al citador.

Ejemplo:

La cantidad de árboles en las fachadas y los patios, moderaban


considerablemente la temperatura a las horas de más intenso calor,
hacían frescas las tardes y las noches, [aún hay familias que conservan
la tradición de arborizar el patio y el frente de sus casas] y facilitaban
la reunión de las familias en los corredores, justo después de comer,
entre el claroscuro que anuncia el retiro del sol... (Morales, J. & Pinzón,
E., 1998, p. 33)

242
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

- Cuando se quiere señalar al lector que parte de una cita textual se ha omitido,
generalmente, por no ser de utilidad para el fin propuesto por el citador. En
este caso, los corchetes encierran tres puntos ([...]).

Ejemplo:

Virgilio poseía un espíritu de selección; era un observador sutil, [...].


Tenía un sentimiento agudo, fino, lleno de humanidad [...]. Poseía gran
respeto a las divinidades, [...]. Era sincero consigo y con los demás,
agradecido y benévolo con todos; [...]. Los Santos Padres de la Iglesia
estaban enamorados de la grandeza de su alma. (Virgilio, s.f.)

- También, se utilizan los corchetes para encerrar en ellos la palabra latina sic,
que significa así, tal como está escrito, para indicar al lector que la estructura
gramatical que precede a este signo no ha sido alterada en ningún aspecto
por el citador.

Ejemplo:

Parágrafo 1º. El Gobierno Nacional podrá establecer la obligación


para las cooperativas de ahorro y crédito de mantener un fondo de
liquidez en entidades segundo grado [sic] de la economía solidaria que
desarrollen actividad financiera, y determinar sus características, mo-
dalidades y sanciones.

[...]. En consecuencia si es del caso, deberán dar aviso a la Super-


intendencia Bancaria para fijar un plan de ajuste que permita ajustarse
a la relación establecidas [sic] en el artículo 43 de la presente ley.
(Congreso de la república, 1998, pp. 35-36)

El primer sic señala que hace falta la preposición de antes de segundo grado.
El segundo sic indica que hay inconcordancia de número entre el sustantivo
relación y el participio establecidas.

Es conveniente recordar que el signo de puntuación que exista en la cita se


conserva y debe ponerse después del sic.

Como ejercicio útil y necesario, en sus lecturas, trate de identificar los


distintos signos de puntuación y analice el uso dado en cada caso concreto,
teniendo en cuenta el contexto. Si considera que existe error o mal uso de tales
signos, proponga la puntuación que estime correcta. Este ejercicio debe
practicarse también sobre los textos derivados de su oficio de escritor, en la
labor de escritura, lectura, reescritura y relectura.

243
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

6. EL ESTILO EN LA ESCRITURA

6.1. GENERALIDADES

El vocablo estilo deriva del latín stilus-i, punzón, estilo; composición, trabajo de
escribir, manera de escribir; o del griego punzón; punzón usado por los
antiguos para escribir sobre tablas enceradas.

El estilo, en relación con la escritura, tiene que ver con el uso de las palabras y
la manera como estas se conjugan o entrelazan en el acto mismo de escribir. Esta
conjugación depende del tratamiento dado a la sintaxis, la puntuación y la
ortografía por parte de cada escritor.

El estilo es la forma particular que cada persona tiene para expresar su


pensamiento a través de la palabra o la escritura. Agrega que casi todos
pensamos las mismas cosas, pero nos diferenciamos en la expresión y el
estilo; es decir, en el arte de captar el valor de las palabras y de las relaciones
entre las mismas. (Albalat, 1944)

Cabe también considerar al estilo subjetiva y objetivamente. Desde un


punto de vista subjetivo, el estilo, según hemos visto, es el modo
característico de hacer —de escribir en nuestro caso—, de una persona. Así
se habla del estilo de Cervantes, de Galdós o de Azorín. Objetivamente, el
estilo refiérese a la calificación del mismo. Y así se habla del estilo bueno o
malo, claro o confuso, denso o fluido, sencillo o enrevesado, etc., etc...

Finalmente, en literatura no puede hablarse de un 'estilo' normativo,


inflexible y fijo para siempre y para todas las cosas. Los estilos literarios varían
con la época y, además, han de ser flexibles, adaptables al tema. El estilo
clásico se diferencia del romántico. Y un mismo autor ha de procurar que su
estilo varíe según sea el asunto: narrativo, descriptivo, humorístico, dramá-
tico, etcétera. (Vivaldi, 1981, p. 57)

Podemos decir que el estilo en la escritura tiene un ingrediente connatural,


ligado a la sensibilidad de cada escritor, y otro adquirido, producto del aprendizaje,
del grado de competencia cultural (conocimiento integral de la lengua, dominio del
tema sobre el cual se escribe y una preparación general sobre otras áreas del
conocimiento).

245
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Entre mayor sea la competencia cultural, mayores y mejores posibilidades habrá


de elegir y conjugar los distintos elementos que participan de la escritura y, en
consecuencia, de mejorar la calidad del estilo.

Ciertamente, los temas, contenidos, el léxico, los aspectos gramaticales serán


más consecuentes con la sensibilidad, la intención comunicativa y el orden psico-
lógico o lógico del pensamiento del escritor.

6.2. LA SINTAXIS Y EL ESTILO

Cuando se habló de la sintaxis española, se hizo notar su carácter flexible, en el


sentido de permitir una amplia variedad de combinaciones de los elementos que
constituyen las distintas estructuras gramaticales. Esta flexibilidad de las reglas
sintácticas obedece a que las palabras de la lengua española se organizan más
obedeciendo al interés psicológico u orden lógico que a los modelos tradicionales
de estructuración gramatical.

Ese juego sintáctico es uno de los recursos importantes que entran en la


determinación o caracterización del estilo en la escritura, en razón a que la
expresividad y el ritmo de las estructuras del lenguaje adquieren distintos matices
de acuerdo con las diferentes combinaciones logradas (ver sintaxis).

[...], podemos declarar que el estilo de un autor está relacionado con su


predilección por determinadas estructuras gramaticales. Es comprensible,
pues, que se hable del estilo de Azorín como caracterizado por la sencillez y
por la claridad y que, en su prosa, hay predominio de las frases breves, de las
oraciones coordinadas y de la yuxtaposición. El estilo calderoniano, sobre
todo el reflejado en las soledades, es calificado de obscurantista, de alambi-
cado, de metafórico, en donde las metáforas hacen alusión a lo clásico y a lo
mitológico y en el que el fenómeno sintáctico de la hipérbaton es relevante.

La estructura sintáctica es la que nos indica el orden de los elementos de


la oración de acuerdo con la función que cada uno de esos elementos desempe-
ñan en la oración. No obstante, no podemos escribir siguiendo rigurosamente
el orden expuesto porque caeríamos en la monotonía. Además, tampoco
podríamos redactar pensando sólo en las normas sintácticas. Tenemos
forzosamente, que escribir de acuerdo como nos dicta nuestro intelecto, es
decir, con flexibilidad. No es que no se siga una estructura sintáctica sino que,
variando el patrón general de la oración española (sujeto + verbo + comple-
mento), usamos otros posibles patrones sintácticos del sistema. Haciendo
esto, logramos dar variedad a nuestro escrito, usamos la flexibilidad
sintáctica del español y, consecuentemente, daremos prelación a aquella

246
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

palabra, frase, proposición, u oración que deseamos destacar. (Albor, 1990,


pp. 34-36)

Lo que se ha dicho sobre la libertad sintáctica del español en aras de una mayor
expresividad de las estructuras gramaticales, destacando ciertos elementos o
aspectos de éstas según la intención comunicativa del escritor o el interés del orden
lógico de su pensamiento, podemos ejemplarizarlo a partir de la siguiente oración
compleja.

La aurora, de azafranado velo, se esparcía por toda la tierra, cuando


Júpiter, el que se complace en lanzar rayos, reunió el ágora de los dioses en
la más alta de las muchas cumbres del Olimpo. (Homero, s.f.)

En esta oración compleja, Homero destaca el hecho poético expresado en la


oración independiente: La aurora, de azafranado velo, se esparcía por toda la tierra;
y ubica en segundo lugar la idea mítico-poética de la proposición subordinada
adverbial: cuando Júpiter, el que se complace en lanzar rayos, reunió el ágora de los
dioses en la más alta de las muchas cumbres del Olimpo.

Observe que a esta misma oración se le pueden dar distintas organizaciones


sintácticas de acuerdo con la idea o el sentido que se quiera destacar. Cada
organización le dará una connotación distinta a la idea expresada. Veamos:

 Cuando Júpiter, el que se complace en lanzar rayos, reunió el ágora de


los dioses en la más alta de las muchas cumbres del Olimpo, la aurora,
de azafranado velo, se esparcía por toda la tierra.

 Cuando, en la más alta de las muchas cumbres del Olimpo, Júpiter, el


que se complace en lanzar rayos, reunió el ágora de los dioses, se
esparcía por toda la tierra la aurora, de azafranado velo.

Nótese que, además de variar la organización sintáctica de la oración compleja


como totalidad (segunda estructura), en la tercera estructura, también se cambia
el orden de los elementos tanto de la oración independiente como los de la
proposición subordinada adverbial. Y así, se podría escribir de otras formas la
estructura inicial lográndose un estilo y un sentido diferentes en cada caso.

Los elementos e ideas que se buscan destacar en cada estructura sintáctica


tienen que ver con el sujeto de la acción verbal, el aspecto temporal (complemento
circunstancial de tiempo), la acción verbal, el aspecto espacial(complemento
circunstancial de lugar), etc.

247
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Es importante tener en cuenta que cuando un elemento de la frase, proposición


u oración lleva modificador (o modificadores) este no podrá separarse de aquel,
pues el sentido se tornaría confuso y la construcción perdería coherencia. En el
ejemplo analizado, el sujeto La aurora no podría separarse de su modificador de
azafranado velo, como tampoco podría separarse a Júpiter de su apósito el que se
complace en lanzar rayos.

La variedad sintáctica no sólo debe ser desde el punto de vista de la organización


de la frase, proposición u oración, sino también de la construcción del párrafo y del
escrito en su totalidad.

Otra visión de las estructuras oracionales del español nos induciría a sentir
que redactar bien, que redactar con estilo, es el arte de construir la oración
con exactitud y originalidad. Esta, también nos llevaría a palpar la interre-
lación lógica o psicológica entre lo estructural y nuestro fluir intelectivo. De
aquí que pensemos que las estructuras oracionales en relación con el párrafo,
así como en relación con la disposición de su material o de su topicalización,
pueden ser periódicas, balanceadas o laxas.

La oración periódica sugiere e implica énfasis y es aquella en que la idea


primordial finaliza la predicación.

Hoy, como nunca antes en la historia del mundo, necesitamos no sólo


liderazgo sino paz.

Sabiendo que la estructura oracional balanceada está conformada por


elementos que tienen el mismo nivel sintáctico (las oraciones coordinadas
son ejemplos fehacientes de este tipo), nuestro pensamiento debe ser expre-
sado en forma equilibrada por adición, semejanza o comparación, por
contraste, o mediante alternativas.

Siempre se ha esforzado pero nunca ha sobresalido.

A diferencia de las estructuras anteriores, mediante la oración laxa, usada


con frecuencia en la conversación y en la narrativa, nuestra idea principal se
pone en primer lugar pero, a ésta, siguen detalles o información de poco
relieve.

El joven la visitaba en mayo porque tenía vacaciones y dinero suficiente.

¿Cuál de las estructuras es la mejor? No se trata de calificar las estruc-


turas. Sólo se quiere hacer consciente al escritor de las diferentes maneras

248
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

de redactar una misma idea y de mostrarle cómo, desde cierto punto de vista,
se puede resaltar o enfatizar determinado concepto. Desde el punto de vista
de la comunicación oral, una estructura oracional puede llegar a ser tan
efectiva como cualquier otra; en lo escrito, el uso prolijo de una y sólo una
estructura hace tan pesada la lectura como monótono lo redactado. Varía la
estructura oracional como varía la disposición de la temática; varía la exten-
sión de la oración como varía el comienzo de la misma. (Albor, 1990)

6.3. LA PUNTUACIÓN Y EL ESTILO

Como se anotó ya, las posibilidades de organización sintáctica de las oraciones


en sí mismas y de estas en relación con el párrafo y el texto en su totalidad son sólo
un aspecto esencial en la determinación del estilo. En efecto, la puntuación es otro
de los aspectos fundamentales en la caracterización del estilo en la escritura, en
razón a que el rompimiento del modelo sintáctico tradicional exige el uso cuidadoso
de los signos de puntuación (ver los signos de puntuación).

La diferencia de puntuación en las tres estructuras sintácticas de la oración


tomada de Homero, evidencia la necesidad del manejo adecuado de los signos de
puntuación para mantener la claridad de los variados estilos y connotaciones
semánticas derivadas de las conjugaciones sintácticas. Ciertamente, la puntuación
es uno de los factores determinantes de una de las cualidades que debe cumplir el
buen estilo (la claridad).

Una serie de juicios y de impresiones bien compaginadas, una serie de


palabras que conduzcan al lector de un punto a otro en el desarrollo de un
tema, enmarcadas por una puntuación bien llevada, debe ser la técnica que
un estudiante, o un escritor, debe adquirir y debe esforzarse por alcanzar.
Escribir con estilo es concebir, ordenar y expresar los pensamientos por
medio de palabras, frases y oraciones seleccionadas; no obstante, éstas
deben estar y tienen que estar redondeadas por una acuciosa puntuación.
(Albor, 1990, pp. 37-38)

6.4. CUALIDADES DEL BUEN ESTILO

Además de todo lo dicho hasta aquí acerca del buen estilo en la escritura, este
debe poseer las siguientes cualidades.

6.4.1. Claridad.

La claridad (del latín claritas -atis) de la escritura significa que esta debe ser
transparente, diáfana, evidente; es decir, que el pensamiento del escritor sea

249
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

comprendido con facilidad por el lector sin dar pie a especulaciones, o al


aburrimiento. Un escrito claro es aquel que cautiva al lector, en virtud de que le
permite captar el sentido que el escritor ha querido transmitir.

La claridad depende de varios factores: el vocabulario o léxico utilizado; la


sintaxis u orden en que se organizan las palabras, frases, proposiciones, oraciones,
etc.; conocimiento del tema (competencia cultural); la puntuación.

El vocabulario debe ser entendido sin dificultad por la mayoría de personas que
posean un nivel de cultura media. Hay que evitar las palabras rebuscadas, el abuso
de vocablos técnicos. En el caso de extranjerismos o neologismos, es conveniente
explicar su significado.

Aunque ya se ha hablado de la sintaxis, podríamos recalcar que el orden grama-


tical de las palabras, frases, proposiciones, oraciones, párrafos, debe someterse al
orden lógico o interés psicológico de las ideas; pues, esto garantiza una mayor
cohesión o enlace de los elementos de un texto (ver sintaxis y sintaxis y el estilo).

6.4.2. Concisión.

Concisión o cualidad de conciso (del latín concissus - a - um) significa brevedad,


cortedad, precisión. Un mensaje escrito es conciso cuando los conceptos conte-
nidos en él se expresan mediante una lengua breve y precisa; es decir, con las
palabras absolutamente necesarias para significar dichos conceptos o ideas. La
precisión, entonces, implica suficiencia de sentido de las palabras, frases, proposi-
ciones, oraciones, signos de puntuación, etc. utilizados en la escritura. La precisión
es contraria a la ambigüedad, a la perífrasis (rodeo de palabras para expresar un
concepto), a la vaguedad, a la palabrería (retórica mal concebida).

[...]. Lo que no se ve jamás en lo vivo es que lo que se puede hacer


rápidamente se haga con lentitud, ni que lo que pueda hacer un nervio lo
hagan dos.

Con el tiempo, cuando los escritores tengan una idea psicológica del estilo
y no un concepto burdo y gramatical, comprenderán que el escritor, que con
menos palabras pueda dar una sensación más exacta, es el mejor. (Baroja,
1982)

En concepto de Albalat, el defecto generalizado entre los escritores primí-


paros es la falta de concisión.

250
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

[...]. La concisión es cuestión de trabajo. Es preciso limpiar el estilo,


cribarlo, pasarlo por el tamiz, quitarle la paja, clarificarlo, petrificarlo y
endurecerlo hasta que desaparezcan las virutas, hasta que la fundición
carezca de rebabas [...], que no se pueda decir más concisamente lo que
hayamos dicho.

Apunta Albalat que es necesario evitar lo superfluo, la verborrea, el


añadido de ideas secundarias que no añaden nada a la idea matriz, sino que
más bien la debilitan.

No se crea, por lo dicho hasta aquí, que escribir conciso equivale a “escri-
bir corto” —según expresión tópica en el periodismo.

“Literariamente, no hay trabajos cortos ni largos, sino bien o mal escritos”.


Lo bien escrito nunca resulta largo, no cansa; lo mal escrito cansa pronto, aun
siendo breve resulta largo.

Ni tampoco significa la concisión que sea preciso cortar las alas a la


fantasía ni a la imaginación, renunciando al color o a la magia de las palabras.
No; cuando la fantasía pide vuelo hay que dejarla elevarse. Pero no se
confunda el vuelo sereno y majestuoso del águila con el revoloteo del mur-
ciélago. (Vivaldi, 1981, pp. 260-261)

6.4.3. Sencillez.

La sencillez o cualidad de sencillo (del latín simplex - icis) hace referencia a lo


natural, a lo simple, sin artificio. Incluso, podríamos decir que tiene que ver con la
ingenuidad o sinceridad. De manera que un escrito sencillo es aquel que conserva
todas estas características.

La escritura sencilla es la que brota con naturalidad, gracias al uso de una lengua
fácil de comprender tanto por su contenido o significado como por la forma como
es organizada por el escritor; esta lengua está compuesta por el vocabulario propio
de quien escribe y organizado según su modo de expresión natural y auténtico, sin
afectación. Podemos sintetizar todo lo dicho sobre la sencillez de la escritura en una
palabra: espontaneidad.

Sencillo, será el escritor que utiliza palabras y frases de fácil comprensión;


natural, quien, al escribir, se sirve de su propio vocabulario, de su habitual
modo expresivo...

251
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

El hombre sencillo se expresa con naturalidad, de la cual hemos dicho


—metiendo a conciencia lo definido en la definición— que consiste en decir
naturalmente lo natural. Lo que significa que hay que procurar adaptar el
estilo —la forma— al fondo. Escribir naturalmente es procurar que las
palabras y las frases sean las propias, las que el tema exige. Es, en suma, huir
de la afectación, del rebuscamiento. (Vivaldi, 1981)

6.5. RECURSOS EXPRESIVOS

Son muchos los recursos lingüísticos y figuras literarias que se emplean en la


escritura (también en el habla) por los diferentes autores, para darle mayor viva-
cidad al estilo o hacerlo más convincente y de esta manera fijar lo narrado o descrito
con fuerza y entusiasmo en la imaginación del que lee o escucha.

6.5.1. La comparación.

Este recurso expresivo, también llamado símil, se funda en la relación de dos


conceptos, con el propósito de ayudar a entender mejor un conocimiento abstracto
o un objeto no muy conocido; para imprimirle mayor vivacidad a una situación o
para destacar una idea. Se distinguen de la metáfora en que los dos conceptos
relacionados mantienen su sentido original y en que necesitan un elemento(s)
asociativo(s) que señale(n) la relación entre ellos.

Ejemplos:

 Como silvestre dragón que, habiendo comido hierbas venenosas,


espera ante su guarida a un hombre y con feroz cólera echa terribles
miradas y se enrosca en la entrada de la cueva, así Héctor, con
inextinguible valor, permanecía quieto, desde que arrimó el terso
escudo a la torre prominente. (Homero, s.f.)

 Acuérdate de tu padre, Aquiles, semejante a los dioses [...] (Homero,


s.f.)

 [...] el caro hijo de Odiseo [...], semejante por su aspecto a una deidad,
salió del cuarto. (Homero, s.f.).

Las palabras o expresiones en negrilla son los elementos asociativos o relacio-


nantes en las anteriores comparaciones.

252
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

6.5.2. La antítesis.

Esta figura literaria contrapone los distintos significados de dos palabras o frases.
Este contraste busca dar mayor relieve a una idea:

 La humildad es su mayor orgullo.

 La alegría de la navidad entristece mi alma.

Veamos lo que dice el ilustre lingüista Martín Vivaldi (1981, pp. 219-220) acerca
de este recurso expresivo.

La antítesis es una figura literaria por la que se contraponen una palabra


o una frase a otra de significado contrario. [...]. Es como la combinación de
luces y sombras en la pintura.

La antítesis ha sido siempre empleada por los grandes escritores, sobre


todo cuando se trata del estilo abstracto, de ideas.

Ejemplo:

Lo superfluo para unos es lo necesario para otros.

La antítesis es al estilo abstracto, lo que la comparación es al estilo


descriptivo: le presta fuerza.

Ejemplo:

El hombre sólo es grande de rodillas.

Pero, al utilizar esta figura literaria, conviene evitar los siguientes peligros:

a) No abusar de la antítesis, para evitar la monotonía consiguiente; el


abuso de esta figura engendra el estilo alambicado, insoportable.

b) No forzarla; conviene que la antítesis —como la imagen— sea natural,


no rebuscada.

c) El contraste ha de estar en las ideas, no en los vocablos; de lo contrario


surge el jeroglífico, el juego de palabras.

253
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

6.5.3. La metáfora.

Consiste en transformar el sentido recto de las palabras en otro figurado, en


razón a una comparación abreviada, directa.

Si atendemos al sentido prístino del vocablo metáfora (de las raíces griegas
, más allá de, cambio; , que lleva, que porta), esta es una figura retórica
que consiste en llevar el significado de un término más allá de su campo referencial
ordinario. Es decir, este recurso expresivo consiste en utilizar palabras con un
sentido diferente del auténtico, aunque conservando con éste cierta relación
analógica. En otras palabras, mediante la metáfora se identifica un elemento con
otro y se le dan sus cualidades.

Entre los términos identificados, uno de ellos es real y el otro imaginario o irreal.
Mediante un proceso asociativo, el término real toma las cualidades del término
irreal apareciendo la identidad entre los dos.

[...]sobre las piedras amontonadas al pie, monstruos negruzcos dor-


midos en las aguas... (Baroja, P., 1980, p. 8)

Baroja identifica el término real (las piedras) con el irreal (monstruos negruzcos).
Hace corresponder la forma de las piedras con las características o fisonomías que
evocan las criaturas monstruosas. Piedras y monstruos negruzcos son idénticos,
mas no semejantes como en la comparación.

Si en otro momento de la narración Baroja hubiera hecho mención de los


monstruos negruzcos apareciendo a lo largo del litoral, sin nombrar las piedras, se
estaría configurando la metáfora pura, en razón a que el término real (las piedras)
ha desaparecido, siendo reemplazado por el imaginario o irreal evocado (los
monstruos negruzcos).

Ejemplos de metáforas puras son los refranes:

 De tal palo, tal astilla (palo, padre; astilla, hijo)

 Muerto el perro se acaba la rabia (el perro, causa; la rabia, efectos)


Veamos otras opiniones autorizadas sobre la metáfora:

El problema que nos plantea la metáfora es, en realidad, el mismo de la


imagen o comparación [...]. La metáfora —se ha dicho— no es más que una
comparación abreviada. Si yo escribo: 'tenía la piel verdosa y arrugada como
un lagarto', he hecho una comparación; si digo: 'su piel de lagarto', he

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

utilizado una metáfora. Escribiré en sentido comparativo si digo que 'el


galope de los caballos sobre la llanura era como el sonido de un tambor'; en
cambio, si escribo 'los caballos van tocando el tambor del llano', lo he hecho
metafóricamente.

La metáfora —escribe Albalat— consiste en transportar una palabra de su


significación propia a otra significación, y ello en virtud de una comparación
que se realiza en el espíritu y que no se indica. Es una transposición por
comparación instantánea.

Es decir que, según esta tesis, la comparación es más lenta, más racional;
la metáfora, más rápida, más intuitiva. Con la imagen [la comparación]se
comprende mejor una cosa; con la metáfora se ve de otro modo, acaso con
más claridad: es un rayo de luz que ilumina repentinamente el cuadro, es un
toque de color preciso, un soplo de vida en lo que, de otro modo, sería sólo
descripción incolora y vulgar. (Vivaldi, 1981, pp. 222 -223)

La metáfora consiste en la identificación de un término real y un término


imaginario, entre los que se establece una relación o asociación. Cuando se
dice que 'Fulanito es un ángel' o 'Menganito un burro', se emplea esta figura
literaria, al hacer corresponder la forma de ser de unas personas con las
connotaciones o significados asociados que dichas criaturas, ángel y pollino,
respectivamente, evocan.

[...] Cuando en la metáfora falta el término real, cuya naturaleza hay que
suponer o adivinar, como es el caso de los refranes, suele denominarse
metáfora pura. (Pesquera, 1991, pp. 137-138)

Apreciemos algunas metáforas del gran poeta Rubén Darío:

Oye: Canta la cigarra


Porque ama al sol, que en la selva
su polvo de oro tamiza,
entre las hojas espesas.

Y pues amas reír, ríe, y la brisa


lleve el son de los líricos cristales
de tu reír,...

Se diría que el mundo está en flor; se diría


que el corazón sagrado de la tierra se mueve...

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

6.5.4. La ironía.

El término ironía deriva del latín irrideo - risi - risum, burlarse, reírse de alguien
o de algo; de donde irrisor - oris, el burlón; irrisio - onis, la burla, la ironía.

Ante una situación o hecho desagradable o ridículo, por ejemplo, se lanza una
expresión con significado contrario al que realmente se ha querido indicar. Esta
tergiversación intencional del sentido real de las cosas mediante la palabra
constituye la burla, la risa, la ironía.

Ante la torpeza de una persona para manipular una máquina, decimos: estoy
admirado de tu destreza, de tu habilidad.

Esta figura retórica, por lo general, es hiriente y puede ser causa de enfren-
tamientos o enemistades, pues a nadie le gusta que se burlen de él. Por esto,
aunque a veces suele ser distensionante por su ingrediente humorístico, hay que
ser muy prudentes e inteligentes cuando se quiera hacer uso de esta figura literaria.

Algunos estudiosos consideran la ironía —con lo cual estamos de acuerdo—


como un recurso literario esencialmente defensivo, como el arma de los que no
quieren o no pueden atacar de frente a un enemigo de más poder.

Como en la lucha japonesa, en la ironía se utiliza contra el adversario la


propia fuerza de éste, de tal modo que los golpes dirigidos contra nosotros
se vuelven contra el atacante.

La fuerza de la ironía reside en el fingimiento o simulación. La verdad que


no se puede —o no se quiere— expresar de un modo directo se disfraza de
aceptación, pero tal modo que el 'buen entendedor' comprende la verdadera
intención de nuestras palabras. Es el león disfrazado de manso cordero.

No quiere decir lo expuesto que la ironía sea cosa propia de cobardes; es,
más bien, prueba de inteligencia y el único modo de atacar y defenderse
—según hemos dicho— sin exponernos inútilmente ante los que, de otro
modo, podrían hacernos callar por la fuerza.

Según Martín Alonso, el estilo irónico consiste en burlarse, fina y disi-


muladamente, de una cosa que en apariencia se alaba. (Vivaldi, 1981, pp.
235-236)

Julio G. Pesquera (1991, pp. 135-136) define la ironía como la discordancia


total entre lo dicho y lo que se quiere decir. Si alguien ha destrozado un

256
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

electrodoméstico que intentaba reparar, le espetamos: 'Estoy maravillado de


tu preparación técnica y tu habilidad' [...]. Al ironizar decimos lo contrario de
lo que pensamos.

La ironía es uno de los medios lingüísticos más corrosivos y, empleada con


intención, puede llegar a ser cruel. Generalmente posee mayor fuerza que la
afirmación rotunda y directa, aunque su empleo no es fácil, puesto que
supone, cuando se usa con cierta originalidad, sutil inteligencia y rapidez de
reflejos.

A veces puede servir para descargar la tensión y evitar el enfrentamiento


total, pues no deja de tener algún componente humorístico, pero, de cual-
quier modo, es recomendable la prudencia en su empleo.

6.5.5. La hipérbole.

La hipérbole (de las raíces griegas aumento, exceso cambio) es


una figura literaria que consiste en cambiar o alterar (aumentando o disminu-
yendo) en forma excesiva la verdad de aquello de que se habla. Es conocida
vulgarmente como exageración. Este recurso expresivo es utilizado no sólo en el
ejercicio de la escritura y el habla eruditas, sino también en el habla popular.

 Más rápido que un rayo.

 Más lento que una tortuga.

 Andar derecho como una vela.

 Operación relámpago.

 En el estadio no cabía ni un alfiler.

 Te lo he advertido cincuenta mil veces.

 Una distancia del cielo a la tierra.

 Era un hombre tan flaco, tan flaco, que dormía sobre una aguja y se
tapaba con el hilo.

La hipérbole debe ser sincera, graciosa y oportuna. La primera cualidad


supone que resulte patente nuestra intención de exagerar, lo que aleja el
engaño; las otras dos cualidades conllevan de un lado, la intención

257
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

humorística y, de otro, hallar el momento justo en que su introducción pueda


relajar el diálogo o explicar mejor nuestras opiniones. Frecuentemente se
asocia con la comparación y la metáfora...

Como siempre, son deseables la originalidad y la medida. Lo primero, para


no acudir a las manidas frases hechas; lo segundo, para acentuar la credi-
bilidad, que no tiene quien siempre exagera. (Pesquera, pp. 138-139)

“Ejemplo clásico de hipérbole literaria —dice Martín Vivaldi (1981, p. 240)— lo


tenemos en el soneto 'A una nariz', de Quevedo. Aunque de sobra conocido, damos
aquí tal soneto para los que lo hayan olvidado”. Dice así:

[...]
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado;

6.5.6. La lítote.

Del griego , suave, tenue, esta figura literaria es contraria a la hipérbole;
pues, indica atenuación, disminución. Su propósito es expresar de manera indirec-
ta, mediante la duda o la negación, lo que debió decirse a través de una afirmación
directa. En otras palabras, lo que se quiere expresar no se dice de manera completa:
El partido no fue tan entretenido; Las relaciones están un poco deterioradas; tal vez
sea necesaria tu intervención para resolver ese asunto.

La forma directa de señalar el sentido de las anteriores oraciones sería: El partido


fue aburridor; las relaciones son malas; tu intervención es necesaria para resolver
ese asunto.

La Lítote es la figura de los educados, suaves y sibilinos. Da excelentes


resultados en las reuniones sociales, pues evita que nuestros interlocutores
segreguen adrenalina o reaccionen con violencia, aunque se les esté comu-
nicando una noticia desagradable o una opinión nada halagadora; y el sentido
de lo que decimos queda bastante claro. (Pesquera, 1991, pp. 139-140)

Vean la diferencia:

'Es un sinvergüenza' - 'No tiene mucha vergüenza'.


'Eso es mentira' - 'Eso no es cierto o no es verdad'
'No hagas tonterías' - 'Deberías pensar lo que haces'
'Aquí hace frío' - 'No hace aquí mucho calor'

258
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Con las primeras oraciones se queda mal y el personal se dispone en contra. Con
las segundas, cualquiera se da por enterado y posiblemente tome más en consi-
deración lo que decimos. Encima dirán de nosotros que somos muy finos. Lítote,
pues.

6.5.7. La anáfora.

La anáfora (de las raíces griegas , hacia arriba, hacia atrás, repetición; y
, llevar, portar, producir, es la figura literaria que consiste en empezar varias
oraciones (o versos) con una misma palabra o expresión. Lo que se busca es
mantener viva la atención en un determinado sonido, sentido o cualquier otro
efecto que enriquece la objetividad o la sugestividad de un mensaje. La repetición
deriva en un paralelismo fonético, morfosintáctico o semántico en el habla o la
escritura dando origen al efecto o efectos buscados.

Observemos algunos versos del nocturno de Silva donde se hace uso de la


anáfora:

Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de
músicas de alas,

Una noche
[...]
y eran una
y eran una
y eran una sola sombra larga!
y eran una sola sombra larga!
y eran una sola sombra larga!

[...]
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,
Iba sola,
¡Iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos
Y de música de alas,
Se acercó y marchó con ella,

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Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Se acercó y marchó con ella,


Se acercó y marchó con ella...¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de
negruras y de lágrimas!...

Los siguientes son ejemplos de anáfora en la prosa:

 Si sigues así de perezoso, si no estudias, si no valoras la importancia de


la educación, serás un fracasado.

 Canta, ¡oh diosa!, la cólera del Pélida Aquiles; cólera funesta...


(Homero s.f.)

 Mientras no podamos dominar los fenómenos meteorológicos,


mientras no podamos asegurar las cosechas, y mientras no podamos
influir sobre el consumo, los agricultores no saldremos de la miseria.
(Pesquera, pp. 141-143).

6.5.8. La paradoja.

Este vocablo deriva de las raíces griegas , junto a, condición inferior o de
segundo orden; anormalidad o perturbación; y opinión, creencia. Entonces,
su origen etimológico señala que esta palabra significa opinión anormal, contra-
dictoria o ilógica; pero, ese absurdo es sólo aparente, pues si se reflexiona de
manera juiciosa se hallará el significado de dicha opinión.

Cuando Oscar Wilde dice que ' la Naturaleza imita al arte', aparentemente
ha dicho un absurdo. Si reflexiono, intuiré el sentido de la frase. No quiere
decir Oscar Wilde que, realmente, el paisaje natural imite a los paisajes
pintados por un pintor, sino que el Arte es superior a lo puramente natural,
que el hombre —el gran pintor en este caso— al reflejar aquel paisaje sobre
el lienzo, le da un aspecto nuevo, lo recrea, acentuando las notas bellas y
prescindiendo de lo feo o simplemente anodino.

La paradoja, por consiguiente, 'no es más que un absurdo aparente'


formado por ideas que parecen contradictorias, pero que, en realidad, no lo
son. La paradoja, bajo la apariencia de un desatino, suele esconder una
verdad nueva o un modo nuevo de ver esa verdad.

Expresiones ya tópicas como 'docta ignorancia' o 'alegría amarga' son


paradójicas. La docta ignorancia es la conciencia de los límites del cono-

260
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

cimiento. O como decía Sócrates: 'Sólo sé que no sé nada'. Con el adjetivo


'amarga' prestamos un nuevo matiz a la 'alegría' y expresamos así un estado
anímico perfectamente posible: el de la alegría teñida de amargura. (Vivaldi,
1981, p. 234)

Si decimos que la auténtica libertad del hombre es su mayor sujeción, aparen-


temente hemos expresado una paradoja, un absurdo; pero lo que se ha querido
señalar es que la verdadera libertad del hombre es la que le permite autorrealizarse
o autodeterminarse de acuerdo con sus aspiraciones personales; pero, esa meta de
autorrealización es la que lo sujeta o condena a elegir y ordenar con dedicación,
con vocación los elementos y mecanismos que le permiten alcanzar sus objetivos y
a perfeccionarlos cada día más. La libertad del hombre, pues, es la condena a ser
cada día mejor; toda libertad auténtica engendra sacrificios, limitaciones.

Aquí sólo hemos hecho referencia a los recursos expresivos de uso más
frecuente. Es conveniente recalcar que —y esto debe cumplirse para todos los
recursos de la escritura— no hay que abusar de las figuras retóricas o literarias,
porque ellas son como los aliños que sazonan los alimentos y si abuso de alguno de
ellos el manjar pierde el equilibrio, la exquisitez. Iguales consecuencias sufre el
texto escrito (o hablado) si hacemos un uso inadecuado de los recursos expresivos
y de los demás recursos que permiten la realización de la escritura (o del habla).

261
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

7. ALGUNOS ELEMENTOS DEL ANÁLISIS MORFOLÓGICO

7.1. FAMILIA DE PALABRAS

Se conoce con este nombre al grupo de palabras que poseen una raíz común.

Raíz

La raíz es la letra o grupo de letras comunes a una serie de palabras, que se


relacionan mediante el significado.

Ejemplo:

Raíz: AM Raíz: CONDUC Raíz: CAL


AMar CONDUCtible CALor
AMor CONDUCta CALiente
desAMor CONDUCente CÁLido
AMigo CONDUCir CALuroso

7.2. DERIVACIÓN

Es el procedimiento mediante el cual se pueden formar nuevas palabras a partir


de otras, ya sea agregando un afijo o por otro medio no afijal. A través del primer
procedimiento, se añade, antes o después, un elemento a la raíz de un grupo de
palabras:

Ejemplo:

VALor or: sufijo


deVALuar de: prefijo uar: sufijo
VALorizar orizar: sufijo

Los prefijos se anteponen a la raíz, en tanto que los sufijos se ponen después de
la raíz.

7.2.1. La sufijación.

Es el procedimiento de formación de palabras (derivación) más productivo,


general y variado de la lengua española. En efecto, este idioma cuenta con una
considerable cantidad de sufijos con significados muy variados, que dan origen a

263
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

toda clase de palabras principales (verbos, nombres y adjetivos), y en todo tipo de


lenguaje y de registros idiomáticos en forma oral o escrita.

Respecto de los sufijos, ténganse en cuenta las siguientes observaciones:

1. Se usan para cambiar el significado e indicar:

Cualidad: ISMO: cubismo, socialismo, periodismo


URA: dulzura, bravura

Acción: AJE: canotaje, patinaje


ATORIA: eliminatoria, clasificatoria
ACION: eliminación, delación

A la persona
Relacionada: ISTA: ciclista, beisbolista, archivista
ERO: personero, arquero, ingeniero
ARIO: bibliotecario, secretario, notario

Lugar: DOR: comedor, corredor


ERIA: ferretería, panadería
DERO: abrevadero, comedero

Conjunto: ADA: empalizada, gallada


AR: pinar
AL: rosal, cafetal, maizal

Relación con:
ENSE: sahagunense, bonarense
ES: francés, bumangués
INO: precolombino, andino

2. Ciertos sufijos del español se utilizan para imprimir sentido apreciativo de


disminución, aumento, desprecio, cariño, burla.

Los aumentativos señalan un sentido mayor que el habitual.

Ejemplo: bonachón, manaza, cabezón, narizona, palabrota

264
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

3. Otros sufijos les imprimen a los vocablos una idea despectiva.

Ejemplo: casucha, libraco, poetastro

4. Los sufijos diminutivos que indican un sentido disminuido.

Ejemplo: pollito, chicuelo, frutilla, renacuajo.

5. Los sufijos que forman los superlativos le imprimen un alto grado al adjetivo.

Ejemplo: celebérrimo (célebre), misérrimo (mísero), libérrimo(libre),


buenísimo(muy bueno), pulquérrimo (pulcro), paupérrimo(pobre).

7.2.2. La prefijación.

Es el procedimiento de derivación de palabras mediante la colocación de un afijo


delante de un lexema, como en mundo>inframundo. Los prefijos se diferencian de
los sufijos por los siguientes aspectos:

- No pertenecen a una categoría gramatical mayor como nombre, verbo o


adjetivo, ni generan cambios a la categoría gramatical de la base léxica a la
que se agregan: los nombres siguen siendo nombres: mundo > inframundo;
los verbos conservan su condición de verbos: atacar > contraatacar; los
adjetivos continúan siendo adjetivos: intenso > superintenso. Sólo añaden
precisiones al significado del lexema o palabra a la que preceden.

- Tienden a conservar su identidad fonológica sin fusionarse con la base léxica


a la cual se agregan, ni siquiera en el caso en que concurren dos vocales
iguales: preestablecer, antiinflacionario, contraaccidentes, a excepción de
aquellos vocablos fuertemente lexicalizados (antaño) o que han provenido
ya derivados desde el latín (prescribir, proscribir). Asimismo, en ciertos casos
el prefijo puede sufrir alteración formal, influenciado por el contexto. Los
prefijos in- y con- son ejemplos de ello: pierden la nasal ante consonante
líquida: i-legal / co-lateral; i-rrepetible / co-rreligionario.

Se presentan a continuación los prefijos de mayor uso en la lengua española:

a-, an- privación en general, sin acéfalo, anemia


ab-, abs- separación, alejamiento ablactación, abstemio
acro- extremidad, punta, elevado acróbata, acrópolis
ad- junto a, hacia adnato, adúltero
aná- hacia atrás, repetición anacrónico, anáfora

265
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

anfi- alrededor de, dualidad, de anfibio, anficario


lado y lado
anti- en contra de, en la parte antártico, antípoda
opuesta
ante- delante de, antes de antediluviano
ambo- ambos ambidextro
apo- separación, alejamiento, apogeo, apócope
privación
bi-, bis- dos, dos veces bípedo
bíos- vida biología
braquis- corto braquipétalo
cacós- malo cacofonía
cian- azul cianuro
-ciclo círculo triciclo
-cida que mata fratricida
cinetós- movible, móvil cinética
-cito- célula citoplasma, cromatocito
circum- alrededor de circuncisión
cum- con concrescente, cofermento
des- privación descamación
día- a través de diabetes
dis- dificultad, anomalía disentería, disfagia
em-, en- dentro de embrión
endo- interno endocarpio
epi- encima epigastrio
epos- narración, palabra epopeya
eu- bien eutanasia
ex fuera exhumación
exa- seis exágono
exo- fuera exógeno
extra- fuera de extravertido
hemi- semi, mitad hemisferio
heteros- otro, distinto heterofonía
hiper- exceso, aumento hipercolia
hipnos- sueño hipnosis
hipo- debajo hipocondrio
homós- semejante, parecido, igual homófono
i-, im-, in- privado de iletrado
idios- particular, propio idiosincrasia, idiota
infra- debajo, abajo infraestructura
inter- entre, en medio de intercelular
intra- dentro de intrauterino

266
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

isos- igual isofilia


macrós- grande, largo, duradero macrobio, macrofito
megás- grande, largo, desarrollado megáporo
melos- canto, música melodrama
meso- medio, ubicado en la mitad mesosoma
metá- más allá, cambio metabolismo
micros- pequeño, invisible microbio
monos- único monogamia
multi- muchos multiacción
neós- nuevo neologismo
ortós- recto, directo; correcto ortodoncia, ortografía
peri- alrededor de, en la pericardio, peritalo
superficie
polis-(de ) abundante, vario, poliandro(a)
numeroso
pos-, post- después de postadministración
pre- delante prehistoria
pro- delante de, a favor prólogo, profilo
red-, re- vuelta o movimiento hacia regurgitar, reconstituir
atrás
retro- posición: detrás, hacia atrás retrovisor
sin- unión, coexistencia, simbiosis, sinapsis,
armonía, fusión sinartrosis, sincronía,
sintaxis
sub- bajo, debajo de subconsciente
super- sobre, encima de superfetación
supra- sobre, por encima de suprarrenal
tele- lejos, a distancia telepatía, televisión
teras-, teratos- monstruo teratología
termos- caliente, calor, temperatura termoestesia
tetra- cuatro tetraplejía
trans- al otro lado de, más allá de translúcido, (toma las
formas de trans,tras)
ultra- más allá de ultrasonido
vice- sucesión, turno, lugar, vicepresidente
substitución

Ejercicio: averigüe el significado de las palabras anteriores formadas con los


prefijos indicados. Elabore una lista de otras palabras que estén formadas a partir
de dichos prefijos.

267
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

7.2.3. El infijo y el interfijo.

En el proceso de formación de palabras por derivación se recurre en algunos


casos a otras formas afijales, se trata del infijo y el interfijo. El infijo se posiciona
dentro de la raíz de la palabra derivada.

El diminutivo de los nombres propios Carlos y Lucas no se hace sufijando


el morfema –ito a la base, como en Fernand-ito o Luis-ito, sino mediante un
morfema infijado, que se cuela dentro de la raíz, rompiéndola en dos partes:
Carl-it-os, Luqu-it-as. Igual ocurre en el caso del diminutivo de azúcar: azuqu-
it-ar. (Varela, 2005, p. 35).

El interfijo tiene la función de facilitar la combinación de la base con el sufijo. Es


el caso de la palabra cafetal, cuya base es café y al corresponde al sufijo que
transmite el significado de conjunto como en naranj-al, junc-al. La consonante t que
aparece entre la base y el sufijo se constituye en el llamado interfijo.

El interfijo siempre es átono y puede estar conformado por más de un fonema y


aparecer tanto con nombres como con adjetivos y verbos. Asimismo, puede variar
su forma ante un mismo sufijo y tras la misma base léxica. Veamos los siguientes
ejemplos:

 Polv-ar-eda (nombre sustantivo)

 Largu-ir-ucho (adjetivo)

 Cant-urr-ear (verbo)

 Cafe-t-ito, cafe-c-ito, cafe-l-ito (cambio de forma)

En algunas formaciones léxicas, se observa la aparición de más de un


interfijo: dich-ar-ach-ero, atont-ol-in-ado, pint-arr-aj-ear. (Varela, 2005, p. 35)

7.3 LA COMPOSICIÓN

La composición es un fenómeno morfológico que se presenta con menor fre-


cuencia que la derivación. Consiste en crear palabras nuevas a partir de vocablos
sencillos. La palabra resultante posee un sentido único y constante. Los elementos
que se unen en la palabra compuesta pueden ser de dos tipos: palabras de la lengua
(PL) y temas cultos de origen grecolatino(TC). A continuación, se indican las posibles
combinaciones entre estos dos tipos de lexemas:

268
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

PL + PL: bocagrande, malgastar, pelirrojo, claroscuro, maniatar, vaivén

TC + TC: filántropo, ecólogo, xenófobo, pedagogo, acrofobia, litografía

PL + TC: dialectología, musicólogo, bactericida, germanófilo, insectífugo

TC + PL: diasistema, telecomunicación, bioclimático, etnolingüística

En la composición de palabras a partir de otras palabras se presentan varios


casos de combinaciones categoriales que derivan en una nueva categoría. En el
siguiente cuadro se puede observar este fenómeno.

Ejemplos Categorías que se Categoría


Combinan Resultante
Maniatar N+V
Malvivir Adv. + V V
Limpiabotas,abrelatas V+N
Duermevela,quitaipón V+V
Sopicaldo, hojalata N+N
N
Guardiamarina, N+A
librecambio,justiprecio A+N
Claroscuro, agridulce, decimoquinto A+A
pelirrojo N+A
Malsano, bienintencionado Adv. + A A
Fuente: tomado de Varela Ortega, S. (2005).

7.4. OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA EL ANÁLISIS MORFOLÓGICO

7.4.1. Estructura de la palabra.

Toda palabra está constituida por las unidades más pequeñas de la lengua con
contenido significativo: los morfemas. Unos representan unidades con significado
léxico; otros constituyen unidades con contenido gramatical. Siguiendo a Varela
(2005), por ejemplo, “la ‘raíz’ de renacer, nac-, es un componente de la palabra que
no se puede descomponer en unidades morfológicas menores”; por tanto, es un
morfema léxico, es decir un ‘lexema’, que aporta el valor semántico esencial a la
palabra y se constituye en el fundamento del que parte la primera operación
morfológica.

269
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

La autora aclara que la unidad básica de la palabra recibe el nombre de raíz, para
referirse al plano formal o del significante, y el de lexema o semantema, para aludir
al plano semántico (del contenido) o del significado.

Las otras partes de la palabra renacer, aislada la raíz nac-, como son re-, –e y –r,
son ‘afijos’ que se realizan como morfemas ligados, porque tienen que apoyarse en
una base léxica para cobrar sentido. No ocurre esto con los morfemas libres, por
poderse realizar como palabras, por sí mismos: pan, mar son ejemplos de morfemas
libres.

El afijo re- instituye una relación semántica con la raíz nac-, que indica repetición
de la acción que ésta designa, por lo cual es un afijo léxico, capaz de derivar otras
formas léxicas, es decir formar nuevas palabras; esta capacidad generativa de estos
afijos ha llevado a denominarlos afijos derivativos.

En cuanto a los afijos –e- y -r, establecen relaciones esencialmente gramaticales


con la base renac-; -e- es la vocal del tema verbal, que se refiere a la conjugación
(2ª.) a la que pertenece el verbo, y –r es el morfema que indica una de las formas
del verbo, la del infinitivo para el presente caso. Estos afijos carentes de significado
léxico se conocen como afijos gramaticales que, por transmitir únicamente con-
tenidos gramaticales reciben el nombre de afijos flexivos, sin capacidad de formar
nuevas palabras, sino sólo de flexionarlas, es decir de proveerlas de las desinencias
(de género, número, caso, persona, tiempo, aspecto o voz), que correspondan a las
categorías gramaticales de la lengua de que se trate. Estas desinencias o ter-
minaciones son las que constituyen los accidentes gramaticales que entran en la
determinación de la forma y el significado de las categorías variables estudiadas en
la presente obra.

Algunos lexemas no cuentan con la posibilidad de realizarse por sí mismos como


palabras de la lengua mediante la sola adición de los afijos flexivos. Nos referimos
a los temas o formantes clásicos de origen griego o latino. Estos temas, para tomar
el carácter de palabras del español, deben ser incrementados en forma previa
mediante algún afijo derivativo o combinarse con otra palabra u otro elemento de
su misma naturaleza.

… eco- es un tema, un formante de origen griego que significa “casa,


ámbito vital” pero que no se ha actualizado en español como nombre. Para
formar una palabra de nuestra lengua, este elemento que significa “casa”
tiene que unirse a otros temas, como –nomo, en ecónomo y economía, (…);
o bien, unirse a una palabra española, como vemos en ecosistema y eco-
turismo(…). Otras veces, para formar una palabra, basta con que el formante

270
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

en cuestión tome un afijo derivativo; así, el tema griego fob- da en español el


adjetivo derivado fób-ico y fil-, el nombre derivado fil-ia.

Conviene distinguir los temas grecolatinos de los afijos, aunque ambos


sean morfemas ligados. Los afijos tienen un orden determinado dentro de la
palabra. En efecto, el afijo léxico re- se ubica delante de la raíz (re-nac-), el
afijo, también léxico, -uzc- va detrás de ella (blanc-uzc-), y los afijos flexivos
siempre van detrás de los derivativos, en un orden asimismo fijo: en el
adjetivo, por ejemplo, aparece primero el morfema de género y luego el de
número (blanc-o-s)… (Varela, 2005)

Los temas grecolatinos no tienen una posición fija; pueden aparecer en cualquier
orden dentro de la palabra de la que hacen parte: por ejemplo, en ecología, log
aparece en segunda posición, después de eco-; en logopeda, log está delante del
tema con el que se combina (ped-) para formar palabra.

De otro lado, la unión de dos temas puede derivar en una palabra de la lengua
haciendo uso de los afijos flexivos correspondientes: ecología, ecologista, peda-
gogo, economía, posibilidad que no presentan los afijos: re + ción no genera una
palabra, como tampoco lo pueden hacer re +ía o ía + n, que son combinaciones de
afijos derivativos o flexivos. Asimismo, los temas son auténticos lexemas, como
cualquier palabra con sentido básico general como pan, mar o la raíz nac- de nacer.

7.4.2. La división de la palabra en segmentos.

Para la identificación y separación de los morfemas que constituyen una palabra,


es conveniente tener en cuenta, como guía de una segmentación correcta, la
llamada adecuación al sistema o el paralelismo estructural. Este procedimiento
consiste en que “debemos fijarnos en otras palabras ‘paralelas’, con la misma
estructura fónica y con los mismos afijos derivativos, y ver si ellas nos guían en la
segmentación de la palabra dudosa”. (Varela, 2005)

Se busca con este método identificar los morfemas por su aparición en otras
palabras, es decir por su recurrencia, entendida ésta como el hecho de que el
supuesto morfema esté presente en otro u otros vocablos con un significado básico
o relacional parecido. Al reconocer un elemento o unidad como morfema de la
lengua, identificamos al interior de la palabra una posición en la que es posible
poner otros morfemas de igual tipo.

Esta posibilidad de ‘intercambio’ es otra de las características del morfema.

271
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Veamos todo ello con un ejemplo. En la palabra superrealista recono-


cemos al menos los morfemas real-, presente asimismo en real-idad, super-,
también en super-hombre, e –ista, como en común-ista. Una vez identificados
todos los morfemas vemos que el hueco que estos ocupan en la palabra del
ejemplo puede ser llenado por otro morfema que tenga su misma distri-
bución y sea compatible con el significado de la base léxica a la que se agrega.
Así, sobre la base de nuestro ejemplo, superrealista, podemos ir formando
nuevas palabras sustituyendo cada vez uno de sus morfemas (marcamos
entre paréntesis el morfema sustituido y subrayamos el que lo sustituye):
(super) realista > hiperrealista, super (realista) > superabundante, super (real)
ista > superactivista, superreal (ista) > superrealismo. (Varela, 2005, p. 20)

Los anteriores aspectos son una base importante para encarar el análisis
segmental de cualquier palabra del español, para determinar los morfemas que la
constituyen. No obstante, recomendamos al lector consultar la obra de Soledad
Varela Ortega (2005) que hace parte de las referencias bibliográficas del presente
libro.

Examen de lo aprendido

Aísle los morfemas de las siguientes palabras. Escriba en mayúsculas la raíz, y


clasifique los afijos en prefijos (P), sufijos (S), infijos (I) e interfijos (INT):

dolorine:

lamentable:

colaboración:

vivaracho:

pintoresco:

exculpatorio:

alunizar:

ahorita:

polvareda:

grandullón:

chiquirritín:

272
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Osquitar:

estructural:

indigenismo:

monogamia:

buenamente:

desenmascarar:

enamoradizo:

arenosas:

contrapesases:

Escriba, en cada uno de los espacios que aparecen a continuación de cada


palabra, vocablos que sean sus compuestos o derivados:

Alto:

Andar:

Boca:

Casa:

Caminar:

Diente:

Etnia:

Feliz:

Gato:

Hilar:

Indio:

Joven:

Lanzar:

273
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Mango:

Nido:

Ñame:

Ocioso:

Pensar:

Queso:

Risa:

Sol:

Tinto:

Unir:

Vano:

Zumbar:

274
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

8. EL ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE TEXTOS: UNA MIRADA DESDE EL


FUNCIONALISMO2

En este apartado se ofrece la descripción de algunos factores lingüísticos im-


plicados en la construcción de los textos, sustentada en teorías sobre el análisis
funcional visto en tres niveles: el de organización del texto, el de la construcción de
las oraciones y sus relaciones con las demás y el de la palabra; a medida que se
desarrolla esa descripción, se ofrecen los conceptos necesarios. Se incluye, además,
un modo de analizar los efectos retóricos de los textos, los cuales radican más en
los significados en contexto que en las formas lingüísticas, y que inciden en la inter-
pretación crítica de los textos, esto, tal como es mencionado en Martin y White (2005).

Los análisis se plantean como sugerencia para que los profesores exploren con
sus estudiantes el estudio de la gramática y la retórica en textos y no bajo la tra-
dicional fórmula ejemplo-regla-ejercicio; las generalizaciones sobre la gramática
realizadas a partir del análisis de modelos de lenguaje, les son más significativas a
los estudiantes y las recuerdan mejor que reglas aisladas dadas por el profesor o
por el libro, así como plantean Jones y Lock (2011).

8.1. ANÁLISIS DE TEXTOS EXPOSITIVOS

LAS AVISPAS FABRICAN ALGO PARECIDO AL PAPEL

En una tarde tranquila de verano, puedes oír un extraño ruido en las cañas junto a la
charca. Si lo investigas, descubrirás que no es producido por los ratones, sino por avispas
fabricando papel. Roen con sus mandíbulas las hojas secas de las cañas, mastican el tejido de
las plantas y lo mezclan con saliva formando una sustancia semejante al papel. Con este
material construyen sus avisperos redondos en el suelo, en las ramas de los árboles o bajo los
aleros de las casas. (Adaptado de Jurgen, 1981)

Nivel del texto

Tipo de texto: explicativo.

Función de cada una de las cláusulas dentro del texto; relaciones con las palabras
clave:

Planteamiento de la situación que se va a explicar (palabras clave: verano-


ruido-charca).

2
Este capítulo es desarrollado por Clara Inés Fonseca M., quien es Magister en Lingüística de la
Universidad Nacional de Colombia, Profesora de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de
Cartagena y Directora del grupo de investigación TEXCULTURA.

275
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Explicitación del tema (palabras clave: avispas-fabrican papel).

Desarrollo del tema: cómo lo hacen (palabras clave: roer hojas secas-masticar
tejido-mezclar saliva).

Conclusión del tema: para qué lo hacen (palabras clave: construir avisperos).

Función tema-rema. Distribución de la información en el texto como mecanismo


que le otorga continuidad y progresión temática. Las categorías Tema y Rema se
refieren más a aspectos de la comunicación que de la sintaxis (o la forma) de la
cláusula: “Asumimos que en todas las lenguas la cláusula tiene el carácter de un
mensaje: tiene algún tipo de organización por la cual este encaja y contribuye al
flujo del discurso” (Halliday, 2004: 64) Hay tres modos básicos para que el tema se
relacione con lo que le sigue: la progresión lineal, la progresión paralela y una
combinación de ambas; en los siguientes gráficos se muestran esquemas de las dos
primeras, en donde ‘T-R’ representan la articulación tema-rema de una oración, y
en donde las flechas indican las relaciones de la cohesión temática.

(1) T1 ______ R1

T2(=R1) ____ R2

T3(=R2)____ R3

(2) T1 ______ R1

T1______ R2

T1______ R3

En una tarde tranquila de verano T1 puedes oír un extraño ruido en las cañas
junto a la charca R1

Si lo investigas, R1=T2 descubrirás que no es producido por los ratones, R2 sino


por avispas fabricando papel. R2’

(T3) Roen con sus mandíbulas las hojas secas de las cañas, R3 mastican el tejido
de las plantas R3’ y lo mezclan con saliva formando una sustancia semejante al
papel. R3’’

276
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Con este material R3’’=T4 construyen sus avisperos redondos en el suelo, en las
ramas de los árboles o bajo los aleros de las casas R4

Nivel de la cláusula3

En una tarde tranquila de verano, puedes oír un extraño ruido en las


cañas junto a la charca.

Identificación de modificadores; relaciones con la puntuación.

 tranquila: adjetivo adjunto: puede colocarse antes o después del nombre:


En una tranquila tarde de verano… Igual para extraño: ruido extraño.

 de verano / en las cañas / junto a la charca: adjetivos prepositivos


(complemento preposicional del nombre).

No se encuentran comas entre los modificadores porque pertenecen a clases


diferentes. Se encuentra una coma entre el sujeto y el predicado porque la cláusula
comienza por la circunstancia (excepto que esta sea breve: Allí no puedo estar.).

Si lo investigas, descubrirás que no es producido por los ratones, sino


por avispas fabricando papel.

Oraciones condicionales. “La oración introducida por si se relaciona lógicamente


con la principal, de tal manera que el cumplimiento de la principal depende del
cumplimiento de la subordinada de manera necesaria” (Alcina & Blecua, 1989, P.
1132). “… las estructuras condicionales y concesivas (…) prototípicamente presen-
tan la prótasis (esto es, el miembro introducido por el nexo concesivo o condicional)
antepuesta. En tales casos, sistemáticamente se emplea una coma para separar la
prótesis de la apódosis”. (Figueras, 1971, p. 104)

Oraciones compuestas por coordinación: sino sustitutivo: “recurso retórico en


el que se niega el primer miembro coordinado necesariamente para que, de esta
manera, cobre mayor fuerza el miembro introducido por sino”. (Alcina y Blecua,
1989, p. 1180)

3 ATENCIÓN, esta información debe ser conocida por los profesores, no necesariamente por los
estudiantes. Con los estudiantes, se verificará que han comprendido lo que se quiere destacar. Se
recomienda consultar Alcina y Blecua. Gramática española. RAE. Gramática descriptiva. Diccionario de
la Real Academia Española. Centro Virtual Cervantes. Acudir, también, a la intuición lingüística.

277
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

A pesar de que es usual insertar la coma para indicar cambios de orden en la


cláusula, en el último segmento no se hace (Con este material ⤬ construyen sus
avisperos redondos) por motivos de distribución de la información:

…el emisor ha colocado en posición inicial un complemento que represen-


ta información conocida (se trata de un elemento mencionado previamente
en el discurso). Con ello, se asegura un orden lógico en la exposición: la
información ya presentada (y, por ello, familiar para el lector) precede a la
información nueva (que no ha sido transmitida anteriormente). (Figueras,
1971, p. 100)

Tipo de relación interpersonal. Monoglósico.

Al usar el lenguaje como recurso para crear significados4, no solo se transmite


información (por medio de las cláusulas) mediante una forma de texto sino que
también se acude a elementos lingüísticos para negociar los significados con los
interlocutores; es decir, se despliega una actitud retórica de quien habla o escribe
con el fin de atraer a quien escucha o lee: ¿Está a favor, en contra, o es neutral?5
¿Es el texto monoglósico o heteroglósico? (Martin & White 2005)

El texto de las avispas parece ser del tipo neutral, monoglósico, en tanto que
menciona un hecho de la naturaleza, de ocurrencia factual duradera; no admite
alternativas. No obstante, es notorio que el texto se dirige a alguien en específico
—tu puedes oír—; esto ocurre por los propósitos comunicativos: es un texto dirigido
a niños; otra sería la construcción retórica si se tratara de un informe que un biólogo
da a conocer en una revista especializada.

UNA LEY DE LA NATURALEZA

[Un pichón de pájaro encontrado muerto bajo un árbol no ha caído nece-


sariamente por accidente]1. [Los padres expulsarán una cría no por falta de comida,
sino porque está enferma o ha muerto en el nido]2. [Las crías sanas abren el pico
instintivamente cuando sus padres se acercan porque siempre tienen hambre, por
mucho que se les dé de comer]3. [Si una de ellas no “boquea”, los padres saben que
está enferma o muerta]4. [La echan del nido en beneficio del resto de los pájaros]5.

4 Con esta aserción estamos declarando nuestra filiación teórica con la Lingüística Sistémica Funcional.
No obstante, como se habrá apreciado en la descripción de las cláusulas, tenemos también en cuenta
otras posturas funcionalistas.
5 A primera vista puede pensarse que, dicho así, el tema resulta de interés solo para el tratamiento de

los textos argumentativos; creemos que sí. No obstante, en la exposición que sigue veremos por qué
también es importante para los expositivos.

278
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Nivel del texto

Tipo de texto: explicativo: problema-solución.

Función de cada una de las cláusulas dentro del texto.

[1] Situación previa que anuncia el problema: el segmento está marcado


por el antepresente (el efecto de “caer” aún es visible o perdurable en
el presente).

[2] Justificación para la solución de un problema. Esa ruptura en la


estructura más o menos convencional del texto expositivo, constituye
una verdadera “zona de turbulencia” dentro de la totalidad del texto y
por eso se marca en un tiempo diferente: el futuro (expulsarán).

[3] Situación esperada o en equilibrio (no problemática; presenta una


expectativa de contenido factual duradero)

[4] Problema: en este segmento se menciona un desequilibrio que puede


ocurrir cuando el estado corriente de hechos se altera.

[5] Solución: a diferencia de los “desequilibrios” aparecidos en las narra-


ciones (la complicación) el suscitado en el texto expositivo (en el nido
de nuestro ejemplo) forma parte también del estado de cosas que allí
suelen suceder; por ello se plantea en presente y tiene solo una forma
de solución.

Estructura léxico-gramatical de las cláusulas

Un pichón de pájaro encontrado muerto bajo un árbol no ha caído


necesariamente por accidente

Identificación de modificadores.

Un pichón de pájaro encontrado muerto bajo un árbol

Aunque el adjetivo es variable en la estructura de la oración, cuando se trata del


participio con función adjetivo, este no se antepone al nombre; por ese motivo no
son plausibles las siguientes construcciones:

279
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

*Encontrado muerto un pichón bajo un árbol no ha caído…

*Encontrado muerto bajo un árbol un pichón no ha caído

Encontrado muerto bajo un árbol, no es información esencial de pichón (como


tener pico, etc.); informa aspectos exteriores y momentáneos pero necesarios para
interpretar el texto. (Alcina & Blecua, 1989, p. 961)

Información aportada por el pretérito perfecto (ha caído).

Ha caído es una de las tres formas compuesta del pretérito de indicativo. Las
otras dos formas son el pretérito pluscuamperfecto (había caído) y el pretérito
anterior (hubo caído).

“Destacan la idea de conclusión aportada por el participio mientras el auxiliar


aporta como temporalizador la idea de tiempo, modo y las informaciones de los
morfemas concordante (…) Los tres pretéritos se corresponden por el tiempo del
auxiliar con el presente de indicativo, con el pretérito imperfecto y con el pretérito
indefinido” (Ibid., pp. 801-802).

En nuestro caso, ha caído, como forma del pretérito perfecto, expresa una
acción recientemente concluida.

Las crías sanas abren el pico instintivamente cuando sus padres se


acercan porque siempre tienen hambre, por mucho que se les dé de comer

Oraciones subordinadas de “cuando” (Las crías sanas abren el pico instin-


tivamente cuando sus padres se acercan): especifican o explican el antecedente.
¿Cuál es la función en este caso? En este caso, “cuando” establece una relación
causal, en consecuencia, es especificativa.

El porque es una conjunción causal que introduce oraciones subordinadas que


expresan causa: Las crías sanas abren el pico instintivamente cuando sus padres se
acercan porque/ya que/puesto que siempre tienen hambre.

Siempre tienen hambre, por mucho que se les dé de comer.

Por mucho que puede ser equivalente o alternar con el aunque concesivo:
siempre tienen hambre, aunque/por mucho que se les dé de comer; en tal caso,
podemos tratar esta construcción como de la clase de subordinadas de “aunque”:
“sirve para subrayar la seguridad en la realización de la oración, admitiendo las
circunstancias o causas más adversas que lógicamente podrían impedir su rea-

280
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

lización” (Ibid., p. 1.000). “Introduce en la prótasis un impedimento que resulta


ineficaz para evitar lo que expresa la apódosis” (Real Academia Española, 2011); por
ejemplo: Aunque esté enfermo, haré el examen. Nótese que este efecto ocasiona el
uso de la forma subjuntiva en la prótasis.

Si una de ellas no “boquea”, los padres saben que está enferma o muerta

Oraciones condicionales. “La oración introducida por si se relaciona lógicamente


con la principal, de tal manera que el cumplimiento de la principal depende del
cumplimiento de la subordinada de manera necesaria” (Ibid, p. 1.132). “…las
estructuras condicionales y concesivas (…) prototípicamente presentan la prótasis
(esto es, el miembro introducido por el nexo concesivo o condicional) antepuesta.
En tales casos, sistemáticamente se emplea una coma para separar la prótesis de la
apódosis” (Figueras, 1971, p. 104). En el original del texto que tratamos, se omitió
esto.

Tipo de relación interpersonal. Monoglósica.

Además de las consideraciones expuestas sobre el componente interpersonal en


el análisis del texto anterior, mencionamos las siguientes en modo de formu-
laciones interrogativas pues solo la investigación podrá resolverlas. Al usar la
categoría Justificación ¿se reconoce que debe explicarse una “actitud” de los
pájaros que podría ser motivo de rechazo? ¿Podría este hecho también explicar el
uso de las condicionales y que se “parezca” a un texto narrativo en cuanto plantea
una complicación y una resolución? ¿Incidirá este hecho en la comprensión que el
niño haga del texto, es decir, podrá tomarlo como ficción y, en ese sentido, no darlo
por hecho?

8.2. UN TEXTO INSTRUCCIONAL6

Presentamos enseguida un análisis de una receta de cocina, como texto


instruccional o procedimental. Para ello, acudimos a dos tipos de criterios basados
en la Gramática Funcional: el experiencial y el textual. A partir del primero, se
considera que a través del lenguaje hablamos del mundo; por ejemplo, trans-
mitimos un saber culinario. Analizar la perspectiva experiencial del lenguaje,
permite conocer quién o qué, hace qué a quién o qué, en cuáles circunstancias.
Thompson (2004, p. 86) lo plantea así:

En el nivel más simple, el lenguaje refleja nuestra percepción del mundo


como constituido por ‘lo que ocurre’ (verbos) involucrando cosas (nombres)
que pueden tener atributos (adjetivos) y que ocurren en contextos que
ofrecen detalles de lugar, tiempo, manera, etc. (adverbios).

6 Se recogen apartes de Fonseca, 2015.

281
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

El segundo criterio, el textual, tiene que ver con la organización del


contenido; por ejemplo, transmitimos un saber culinario mediante un texto
que tiene la forma de una receta; esa organización ya empezó a nivel de la
cláusula, como lo vimos en el párrafo anterior. Además, tuvimos en cuenta
dos formas de organización textual: la de la estructura retórica y la de los
adjuntos conjuntivos. La primera establece relaciones entre una porción
nuclear del texto y otra satelital. Por su parte, los adjuntos conjuntivos señalan
el modo como la cláusula, como un todo, se conecta con el texto precedente;
tienen la misma característica que las conjunciones: “en términos muy simples,
ellos los adjuntos conjuntivos muestran cómo dos oraciones se relacionan
una con otra, mientras que las conjunciones unen dos cláusulas dentro de
una oración”.

A partir de estas consideraciones, veamos la estructura de una receta de


cocina que menciona la preparación básica del pescado frito.

Cuadro 1. Estructura básica de una receta de cocina


TEXTO INSTRUCCIONAL
OBJETIVO: pescado frito
ESTRUCTURA Cláusulas para indicar… Adjuntos
RETÓRICA conjuntivos
SECUENCIA Procesos Participantes Circunstancias
1 Se sazona el pescado con sal, pimienta, Luego
limón y ajo.
(MM)
2 se fríe  en aceite bien Y
caliente (MC)
3 se  con patacón y
acompaña ensalada de
lechuga. (A)

Procesos - participantes - circunstancias7

Los procesos tienen la forma ‘Se + verbo en forma activa, 3ª persona, presente,
indicativo, singular o plural’. Se trata de las denominadas construcciones pasivas

7 Nos orientamos por la siguiente regla sugerida por Thompson (2009).


Transitivity template for a recipe
ACTOR + PROCESS: MATERIAL + GOAL (+CIRCUMSTANCE)
Dispositive location/ means/ time
(you) act on dish/ingredient equipment / time

282
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

reflejas8, en las que se omite el participante que ejecuta el proceso y, en cambio,


aparece el que recibe el impacto del proceso (el pescado).

Sazonar y freír pertenecen a la clase de verbos de cocción: “denotan acciones


que implican un cambio de estado, es decir, que la entidad sobre la cual se efectúa
la acción resulta modificada o alterada, de alguna manera, por un Agente humano,
que además es el causante directo de dicha modificación” (Taulé, 1995, p. 256).
Verbos como freír, hacen énfasis en la manera de cocción e inciden en la cons-
trucción de la cláusula; por eso es dudosa una expresión como (1) en contraste con (2):

(1) (¿) Alberto fríe

(2) Alberto fríe el pescado.

La expresión (1) puede no ser aceptable porque “Probablemente, el hecho de


enfatizar la Manera y el Medio de cocción hace más necesaria la expresión
Paciente” (Taulé, p. 259). El verbo acompañar, por su parte, puede señalar el
proceso material de unión; no es un verbo que marque un proceso material de
modificación y, en ese sentido, no es de cocción, pero su presencia es manifiesta en
muchas recetas.

Por su parte, las circunstancias, o los adjuntos circunstanciales, juegan un papel


importante en la elaboración de recetas de cocina; decimos esto porque, fre-
cuentemente, se les considera en otros textos como una especie de telón de fondo
en la cláusula: generalmente, se refieren al tiempo, el lugar y la manera como
ocurren los procesos. En las recetas de cocina, por el contrario, no son simple
decorado sino que de ellas puede depender la realización exitosa del objetivo de la
instrucción: actuar sobre unos ingredientes que gradualmente se transforman en
un plato. Se pueden reconocer las categorías pertenecientes a los adjuntos circuns-
tanciales, aclarando, mediante preguntas, las circunstancias a las que se responde:
¿Cuándo?, Tiempo (T); ¿Dónde?, Lugar (L); ¿Cómo?, Modo (M), tal como se
menciona en Thomson (2004, pp. 110-111). En la receta del cuadro 1 aparecen los
circunstantes Modo y Acompañamiento (¿Con qué/quién?) (A). El Modo, incluye la
categoría Medio (¿Con qué?) y la identificamos (MM); también incluye la categoría

8 La regla de Pasiva Refleja convierte un signo transitivo (…) en un signo intransitivo (…), en el que se
omite el argumento Agente Causante de la acción (…) de la construcción transitiva. (…). En el signo
intransitivo resultante se especifica además que el argumento Paciente de la construcción transitiva
pasa a ser un Agente de tipo Afectado (…) en la construcción Pasiva Refleja (…). En la entrada resultante,
también se produce un cambio a nivel aspectual: el tipo de evento denotado es un proceso (…).
Finalmente, otra diferencia respecto a la entrada original es la introducción del pronombre “se” (…) que
implica una ortografía compleja en el signo resultante y, en consecuencia, una modificación también
en la forma verbal. (Taulé, 1995, pp. 224-225)

283
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Calidad (¿De qué manera?), y la identificamos (MC). Por otra parte, las cláusulas
nominales incrustadas en las frases preposicionales de los adjuntos circunstan-
ciales, señalan otros participantes del proceso:

PREPOSICIÓN GRUPO NOMINAL


Con Sal, pimienta, limón, ajo. Patacón, ensalada de lechuga.
En aceite

Estos nominales junto con el participante pescado, constituyen los ingredientes


de la receta.

Estructura retórica y adjuntos conjuntivos

Como ya lo mencionamos, la estructura retórica y los adjuntos conjuntivos son


propiedades de los textos más que de las cláusulas. En el cuadro 1, las categorías
marcadas mediante letras mayúsculas, identifican las clases a las que pertenecen
los segmentos discursivos. Así, OBJETIVO es una categoría estructural, conformada
por los elementos que se observan a continuación:

OBJETIVO título + secuencias instruccionales. (Aouladomar & Saint-


Dizier, 2005)

El objetivo se realiza en el título, como una de las formas de dar cuenta del tema
del que trata el texto. Las secuencias instruccionales son los segmentos discursivos
conformados por Procesos, Participantes y Circunstantes. Ahora bien, estos seg-
mentos pueden establecer diferentes tipos de relación retórica; en la tabla 1, la
única estructura retórica que aparece es la de SECUENCIA; “esta es una relación
multinucleica en donde los núcleos se conectan por una relación de sucesión”
(Aouladomar & Saint-Dizier, 2005, p.4). Como ya se comprenderá, esta es la relación
básica de las recetas de cocina. (Se pela el ñame, se corta en pedazos y se pone a
cocinar). Por último, los adjuntos conjuntivos (o conjunciones externas9) en la tabla
1, añaden significados que permiten la cohesión del texto, en términos de adición
—y— y tiempo —luego.

Veamos, a continuación, la estructura de otra receta, con el fin de reconocer


otras categorías.

9 Estos no deben confundirse con los enlaces al interior de la cláusula; por ejemplo, limón y ajo en la
tabla 1. Las conjunciones se usan para relacionar actividades; las que tienen que ver con la organización
lógica del campo como secuencia de actividades, se denominan conjunciones externas, las que
organizan textos a su interior, se denominan conjunciones internas. (Martín & Rose, 2007)

284
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Cuadro 2. Estructura ampliada de una receta de cocina.


TEXTO INSTRUCCIONAL
OBJETIVO: Filete de pescado en leche de coco
ESTRUCTURA Cláusulas para indicar… Adjuntos
RETÓRICA conjuntivos
SECUENCIA Procesos Participantes Circunstancias
1 Se pone a fuego lento (MC)
el zumo de a reducir (P) a la
coco mitad. (Me)

Aparte (M)
2 se los filetes con sal y pimienta.
condimentan (MM)

3 Se hace una mezcla con la harina y los


huevos (MM) y

4 se pasan los filetes por esta mezcla.


(L)
Luego
en una sartén (LE)
5 se agregan el aceite y la y
mantequilla
LÍMITE 6 se sofríen los filetes
hasta 7 doren por ambos lados.
que (M)

8 Se baja el fuego y
9 se agrega el zumo de ya reducido. (M)
coco
10 Se deja a fuego lento (MC)
hervir por 5 minutos (T)

En el cuadro 2, es notorio un incremento de los complementos circunstanciales: de


Medida, (¿Cuánto?) (Me); Propósito (¿Para qué?) (P); Lugar-Espacio10 (¿En qué?) (LE).

En cuanto a la estructura retórica, además de la de SECUENCIA, aparece la


categoría LÍMITE, como modo de organizar dos acciones; así, en se sofríen los filetes
hasta que doren por ambos lados, las dos acciones son sofreír y dorar; la primera es

10“…place and time (…) can in fact both be seen in terms of either points or lines: location, or point, in
time (‘Where’) and space (‘Where’); and extent, or line, again in time (duration – ‘How long/often?’)
and space (distance –‘How far?’)” (Thompson, 2004, p. 110)

285
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

nuclear; la segunda, satélite y representa el punto de llegada; hasta que es el


conector que establece la relación.

8.3. SOBRE LA ESTRUCTURA DEL TEXTO CIENTÍFICO

En este apartado presentamos un análisis lingüístico de un fragmento de un


artículo publicado en una revista científica. El texto científico puede considerarse
como aquel en donde se revisa alguna opinión aceptada en un área determinada
de los estudios académicos, con el objetivo de adquirir nuevos conocimientos; se
trata de un discurso especializado cuya comprensión y producción dependen, a su
vez, de conocimientos especializados, tal como es anotado por Hutchins (1977). Los
textos científicos —como el artículo de investigación o los reportes de laboratorio—
tienen los siguientes elementos comunes11: título, autores, resumen, introducción,
materiales y métodos, resultados (incluyendo figuras y tablas), discusión y
referencias; dado que cada una de esas partes tiene una función distinta, ocurre
igual con su organización retórica y su realización lingüística.

Nos referiremos, enseguida, a algunas características de la organización discur-


siva local del texto, esto es, al modo de establecer relaciones entre las oraciones
que lo conforman para aportar a su construcción global. Al respecto, los textos de
divulgación científica suelen ser “económicos”, es decir, concisos, pero deben
permitir al lector extraer la información de modo rápido y claro. Para referirnos a
algunos aspectos implicados en la construcción local de los textos científicos
acudiremos a comentar algunos segmentos discursivos de uno de ellos; se trata del
artículo Dengue: una enfermedad persistente todo el año, de Aray & Moscoso, y
aparecido en la Revista Ciencias Biomédicas (2015).

En el resumen de este artículo se dice lo siguiente: “Introducción: dengue,


enfermedad viral endémica-epidémica, problema de salud pública internacional en
términos de morbilidad y mortalidad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti”.
Encontramos dos problemas en esta construcción, por un lado, un elemento
modificador inadecuadamente alejado de lo modificado (segmentos subrayados
por nosotros); por otro, la presencia de comas usadas como si delimitaran una serie
abierta cuando lo que señalan es la elisión del verbo ser. Creemos que el segmento
podría quedar mejor escrito del siguiente modo: El dengue es una enfermedad viral
endémica transmitida por el mosquito Aedes aegypti, y un problema de salud
pública internacional en términos de morbilidad y mortalidad. Como es notorio,
con la inclusión del verbo ser elidimos las comas y con ello la interpretación del
segmento como la enumeración de una serie de elementos; la función de la primera
coma antes de la conjunción y es la de enlazar toda la secuencia anterior, y no uno
de sus miembros: “…Aedes aegypti, y un problema…”. Mantenemos el participio

11 Seguimos Guidelines for writing up your research, del MIT.

286
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

(transmitida) para modificar el nombre; y añadimos la conjunción para señalar un


último modificador.

A continuación, comentamos los dos primeros párrafos de la introducción al


artículo; el primero es el siguiente:

“La enfermedad del dengue es un problema de salud pública internacional,


entidad endémica en Asia Sudoriental, Pacífico Occidental, Mediterráneo Oriental,
América y África, debido a la dimensión y frecuencia con que se presentan las
epidemias y al crecimiento de casos con manifestaciones de dengue grave (1,2). El
dengue es una enfermedad con presentaciones clínicas diferentes y a menudo con
evolución clínica y resultados impredecibles (2)”.

En este párrafo notamos rupturas de la continuidad temática, las cuales


tachamos: La enfermedad del dengue es un problema de salud pública inter-
nacional, entidad endémica en Asia Sudoriental, Pacífico Occidental, Mediterráneo
Oriental, América y África, debido a la dimensión y frecuencia con que se presentan
las epidemias y al crecimiento de casos con manifestaciones de dengue grave (1,2).
El dengue es una enfermedad con presentaciones clínicas diferentes y a menudo
con evolución clínica y resultados impredecibles (2).

El párrafo podría construirse del siguiente modo: La enfermedad del dengue es


un problema de salud pública internacional,12 debido a la dimensión y frecuencia
con que se presentan las epidemias, al crecimiento de casos con manifestaciones
de dengue grave (1,2) y a las presentaciones clínicas diferentes, a menudo con
evolución clínica y resultados impredecibles (2).

En primer lugar, sugerimos enviar en nota al pie la información geográfica; en


segundo lugar, proponemos eliminar el referente “el dengue es una enfermedad”
para evitar repeticiones. Nótese que las comas usadas en este párrafo modificado
señalan una serie cerrada.

El segundo párrafo es el siguiente:

“El agente causal del dengue es un virus perteneciente al género flavivirus,


familia Flaviridae, ARN monocatenario, no segmentado de polaridad positivo que
presenta cuatro serotipos diferentes: DENV1, DENV2, DENV3, DENV4 (3,4) Durante
el 2012 en el Ecuador circularon los serotipos DENV1, DENV2, y DENV4 (2,3,5,6).
Transmitida por el mosquito Aedes aegypti, especie de las regiones tropicales y
subtropicales, que pica solo en el día (2-7)”.

12 Entidad endémica en Asia Sudoriental, Pacífico Occidental, Mediterráneo Oriental, América y África.

287
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

Notamos en este párrafo un grave problema de redacción por cuanto el último


segmento no contiene marcas textuales que guarden coherencia con lo dicho
previamente: ¿A qué se refiere el participio transmitida? Seguramente a la
enfermedad, pero de ella no se habló en el co-texto previo sino que se hizo una
descripción del agente causal. Lectores no expertos (como nosotros) podríamos
pensar que se refiere a los serotipos que circulan en Ecuador, los cuales son
transmitidos por el mosquito Aedes aegypti. Si esta interpretación es correcta, el
párrafo podría quedar del siguiente modo:

El agente causal del dengue es un virus perteneciente al género flavivirus,


familia Flaviridae, ARN monocatenario, no segmentado de polaridad positivo que
presenta cuatro serotipos diferentes: DENV1, DENV2, DENV3, DENV4 (3,4).
Durante el 2012, en Ecuador circularon los serotipos DENV1, DENV2, y DENV4
(2,3,5,6), transmitidos por el mosquito Aedes aegypti, especie de las regiones
tropicales y subtropicales que pica solo en el día (2-7).

El párrafo presenta otros problemas como la ausencia del punto seguido en uno
de sus segmentos, de una coma para señalar un cambio en el orden habitual de la
frase (el circunstante Durante el 2012) y del uso inadecuado de otra coma antes de
una oración subordinada especificativa, es decir, que aporta información necesaria
y no una simple cualidad (“subtropicales, que pica…”). Subsiste, además, un
problema de ambigüedad creado por el uso del artículo en la frase el Ecuador (o del
Ecuador, como también se menciona); en efecto, con el ecuador se hace referencia
a la línea imaginaria que divide los hemisferios y con Ecuador al nombre del país; le
queda al lector “adivinar” que se trata del país porque está escrito en mayúscula.

Por último, en los siguientes párrafos se presentan varias repeticiones; segura-


mente, con una reflexión sobre la forma del escrito, ellas pueden evitarse.
“La clasificación recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en
el 2009, subdivide a la enfermedad en: [A] dengue con signos de alarma. [B] dengue
sin signos de alarma. [C] dengue grave (2,8,10).

Los pacientes con dengue sin signos de alarma presentan fiebre y dos o más de
las siguientes manifestaciones: náuseas, vómitos, exantema, mialgias o artralgias,
petequias o test positivo del torniquete con leucopenia. Cuando baja la fiebre, el
paciente puede evolucionar a la mejoría y recuperarse de la enfermedad o pre-
sentar deterioro clínico y manifestar signos de alarma (11).

Los pacientes con dengue con signos de alarma presentan: dolor abdominal
intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de
mucosas, letargia, irritabilidad, hepatomegalia mayor de dos centímetros y
aumento del hematocrito con rápida caída de las plaquetas (2,8)”.

288
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

En conclusión, quien escribe un artículo debe facilitar las tareas del lector; estas
son, entre otras, la comprensión global y literal del texto y la realización de
inferencias. Estas tareas cognitivas dependen, en gran medida, de una adecuada
construcción discursiva local del texto.

8.4. EFECTOS RETÓRICOS DE LOS TEXTOS

Los dos últimos análisis que vienen a continuación se inscriben en los terrenos
del Análisis Crítico del Discurso, es decir, aquel en que se consideran los usos del
lenguaje para reproducir ideologías. El primero corresponde a la descripción de
algunos fragmentos de entrevistas a personas negras de la ciudad de Cartagena con
el fin de reflexionar sobre la discriminación racial. El segundo, plantea las relaciones
de género establecidas en una lírica de acordeón.

8.4.1. El lenguaje para establecer solidaridad13.

Uno de los aportes de la teoría funcionalista del lenguaje inspirada en Halliday


lo constituye la Teoría de la Valoración, la cual se origina en la función interpersonal
propuesta por la Lingüística Sistémica Funcional desplegada mediante el sistema
Evaluación. La función interpersonal se realiza cuando se interactúa con los otros;
cuando se quiere influir en las actitudes o comportamientos de los otros; cuando, a
su vez, se quieren explicar nuestras actitudes o comportamientos, como expone
Thomson (2004). Dentro de la Teoría de la Valoración, La ACTITUD es uno de los
subtipos de valoración; se “refiere a los valores que los hablantes comunican en sus
juicios y las respuestas emocionales/afectivas que asocian con los participantes y
los procesos” (White, 2001). Lo valorado puede ser el carácter (JUICIO) y las
emociones (AFECTO) de las personas y la calidad de las cosas o de los eventos
(APRECIACIÓN).

Al analizar la ACTITUD se observan los enunciados que evalúan a las personas,


los eventos y las cosas: “…clasificamos como actitudinal a cualquier enunciado que
transmite una evaluación, tanto negativa como positiva, o que pueda interpretarse
como una invitación a que el lector suministre sus propias evaluaciones positivas o
negativas” (White, p. 2001). Cualquier mecanismo del lenguaje puede usarse para
expresar evaluaciones o posiciones actitudinales; desde palabras o frases que las
señalan directamente hasta proposiciones complejas y fragmentos discursivos.
Veamos varios ejemplos.

(1) Cuando era niña empecé a trabajar en Bocagrande desde los nueve
años, pues… una niña del servicio doméstico (…) cuando yo veía a los
otros niños jugando, pues… yo quería también jugar, y a mí se me decía

13 Se recogen apartes Fonseca, 2011.

289
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

de parte de la señora de la casa que yo no podía jugar porque yo era


la muchacha de servicio, además de que ella no se juntaba con los
negros

(2) (…) a mí me dolía, a mí me dolía (…). Me dolía que no me dejaran jugar,

(3) que me tocaba ese vivir porque yo era parte de otra clase, no era de
esa… entonces me dolía.

La narradora no sólo transmite sus sentimientos explícitamente, mediante el uso


reiterado del verbo doler, sino que crea una especie de ambigüedad acerca de la
causa de su pena, pues ha tematizado cuatro circunstancias (que encerramos en
cuadros) que deben ser evaluadas por su interlocutor: haber sido una niña, traba-
jadora, discriminada y a quien no se le permitía participar de los juegos. Se trata de
la expresión de valoraciones entremezcladas, JUICIOS DE SANCIÓN SOCIAL acerca
del talante discriminador de la señora de la casa; JUICIOS DE APRECIACIÓN negativa
de una situación de explotación (“me tocaba ese vivir) y de AFECTO negativo.

En el siguiente caso, un padre comunica la pesadumbre que le produce la


pregunta y reacción de sus hijos.

(1) resulta que un día (…) estoy yo cenando en la mesa de mi casa y Alex
deja de jugar con su hermana de tres años y me pregunta “Papá, ¿por
qué tu eres negro?”, entonces yo le dije, “bueno, porque Dios me hizo
negro”, entonces me quedó mirando. La niña suspendió el juego, se
pone al lado de Alex y le pregunta (…) “que qué, que qué? ¿qué dijo mi
papá?” —“Es que Dios volvió negro a mi papá” —le dijo Alex a
Alejandra y los dos se quedaron mirando y ellos dijeron “no importa
papi, nosotros te queremos mucho” y me abrazaron.

(2) Entonces, la cosa a mí me conmovió, me conmovió por dos razones, y


en primera instancia

(3) empezaron a comprender de que hay gente diferente en el mundo y


que los blancos están encima de todo, en todo, en todo ganan y esto
es, pues, gracias a la televisión, porque ellos ven mucha televisión, y
los cuentos que yo les leo está Blancanieves y están casi todos los
blancos, entonces todos… y en la… los dibujos animados todos son
blancos y todos los que ganan son blancos y

(4) a los negros les va mal, entonces… eh… me conmovió que ya acep… se
empezaron a dar cuenta de eso y de otra parte —y de que su papá es
negro ¿no?— y de otra parte se… y de otra parte, lo que me conmovió

290
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

es el “no importa papi, nosotros te queremos así” es… coño! o sea, mis
propios hijos están siendo condescendientes conmigo; eso me pareció
muy duro, ¿sabes? pero ¿cómo le puedo decir a ellos? ¡Nada! no se
den cuenta, pero ya es un elemento de inconsciente, tienen que ser
condescendientes con los negros, primero porque mi papá es negro,
Dios lo volvió negro como dice, como dijeron.

Son varios los medios por los cuales el narrador convoca a su escucha a
establecer con él un lazo interpersonal de solidaridad; en primer lugar cuenta una
breve historia (1) protagonizada por sus hijos y por él, la cual, por sí misma, es
inusual: relata una especie de estado de extrañamiento de unas personas sobre
otra, a la que, sin embargo, han conocido toda su vida. En segundo lugar, ofrece
una evaluación mucho más extensa que la historia misma (2 a 4), conformada por
segmentos sustentadores plenos de recursos evaluativos tanto afectivos como de
juicio social. Algunos de los recursos usados son los siguientes:

 Repetición del ítem lexical que explícitamente marca la emoción: me


conmovió

 Repetición del actor que origina el conflicto (blancos)

 (3) Gradación del cuantificador que determina a este actor (“todos (…)
son blancos”) y el alcance de sus acciones (“están encima de todo, en
todo, en todo ganan”)

 Estos últimos recursos evalúan a este actor con CAPACIDAD positiva,


en oposición a la CAPACIDAD negativa de los otros mencionados en (4)
(“a los negros les va mal”).

Es fácil darse cuenta de que la mayoría de los recursos de repetición ocurren en


la parte central del argumento: aquél en donde el narrador se explica y explica al
interlocutor la razón de la circunstancia narrada, es decir, el conflicto de poder
entre Blancos y Negros que ha permeado su vida familiar. La ostensible visibilidad
del cuantificador todo(s) lleva implícita una inferencia negativa de lo que compara;
así, en todos los que ganan son Blancos, no se está simplemente haciendo una
afirmación sino que se infiere algo acerca de los otros: Ningún Negro gana.

Esta narración contrasta con la de otro entrevistado, Carlos, quien, por el


contrario, exalta su CAPACIDAD positiva, aun cuando termina, como el anterior
narrador, por reconocer el dominio Blanco.

291
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

(1) yo recuerdo que una muchacha de por mi casa, a mí me gustaba (…) Y


entonces una amiga de ella me dijo: “Carlos, es que tú aspiras a mucho,
tú no puedes aspirar a ella”. ¿Me explico? (…)

(2) pero mi pregunta de inmediato es: yo vivo en el mismo barrio, tengo


más plata que todos ellos, sí. ¿qué es lo único que yo no tengo?, ¿me
explico? (…) soy tan inteligente como cada uno de ellos. Estoy
estudiando igual o más que todos ellos. ¿me explico? Entonces ¿de qué
se trata? (…)

(3) Pero sí, entiendo qué es lo que ella trató de decirme con eso, para mí
es muy claro, sí. “Es que lo que pasa es que ella es más blanca que tú,
tú no puedes aspirar a ella” ¿sí me entiendes?

Mediante una combinación de comparativos, de preguntas retóricas y de


negaciones, el narrador transmite sentimientos de enojo e impotencia ante el
evento central, es decir, la imposibilidad de su pretensión de amores con una mujer
Blanca. Los comparativos señalan la CAPACIDAD positiva del narrador frente a la de
ellos, es decir, los Blancos; allí también hay una comparación implícita con lo que él
no es:

 No está segregado en un suburbio de Negros; (“yo vivo en el mismo


barrio”)

 No es pobre como lo son la mayoría de Negros y Blancos; (tengo más


plata que todos ellos”)

 No es “torpe” ni ajeno a la actividad intelectual; (“soy tan inteligente


como cada uno de ellos”)

Entonces: puede participar activamente como un miembro más de la comunidad


cartagenera.

Las preguntas retóricas comienzan como un reto planteado por el narrador para
que el otro encuentre un argumento que contrarreste esta evidencia aportada por
sus juicios de capacidad positiva: “¿Qué es lo único que no tengo? Entonces, ¿de
qué se trata?”. Pero terminan siendo un recurso para anunciar la respuesta
esperada: “Es que lo que pasa es que ella es más blanca que tú, tú no puedes aspirar
a ella”; con esta declaración hace ver que sus capacidades positivas asociadas al
dinero, la inteligencia y al ascenso social proporcionados por la educación no son
suficientes para ser aceptado en el mundo Blanco.

292
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Las historias reseñadas tienen una estructura similar: (1) se cuenta el evento que
provoca las evaluaciones; (2) se reacciona emocionalmente ante ese hecho; y (3) se
ofrece una explicación, una respuesta en donde se acepta la situación. Cada una de
estas partes comporta evaluaciones de varios tipos —tanto estructurales como
actitudinales—. Esta estructura es compartida por la mayor parte de las historias
recogidas en las entrevistas. Hubo una entrevista particular a lo largo de la cual se
desplegó una estrategia un tanto diferente; una parte de ella gira alrededor de la
dolorosa experiencia sufrida por la madre y transmitida a su familia debido a que
se casó con un hombre Negro; veamos un breve fragmento (en donde A: Ana, la
narradora; E: entrevistadora):

A. Mi mamá.

E. ¿Qué le hicieron a ella?

A. Bueno a ella la maltrataban.

E. Como ¿qué?

A. Tanto sicológica como físicamente, porque su familia ninguna quería


con esa familia, así despectivamente, con esa familia de negros, de
malucos, y… le decían eres puerca, porque… el negro es hecho del
excremento del puerco.

E. ¿Le decían eso?

“Las invitaciones a compartir sentimientos pueden ser más o menos envolventes,


dependiendo en parte del volumen de sentimientos expresados” (Martin, 2004, p.
329); pues bien, es de tal magnitud el AFECTO negativo transmitido en esta
entrevista que la experimentada entrevistadora no pudo evitar interpelar alarmada
a su interlocutora: “¿le decían eso?”

A. Le decían eso.

E. Ajá.

A. ¿Ya? “Vea ahí no hay luz, la única luz que va a llegar a, eh, a esa
casa eres tú”

E. Ya.

A. Pero, más sin embargo ella seguía enamorada.

E. Ya.

293
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

A. Seguía enamorada. Se fugaron.

Ese es el tono general de la entrevista cuando la narradora se refiere a este tema


particular: frases entrecortadas, intervenciones frecuentes de la entrevistadora
como para inculcarle ánimo para continuar y manifestaciones reportadas y directas
de comentarios hostiles y sus efectos (“y decía [la abuela] que cada vez que veía ese
negro, inmundo, hediondo, se le bajaba la presión”. “Y traté de…, de acomplejarme
en una época (…) O sea por ser negra por ser maluca”. “Mi papá me comenta que
él salía a vender los bollos, y entonces muchas familias no le querían comprar los
bollos porque los bollos venían de donde la familia ¿Ya? Entonces yo sentía como
una tristeza ¿Ya?”)

Las cerca de noventa historias recuperadas a partir de las entrevistas son,


obviamente, abundantes en evaluaciones; lo que, al fin y al cabo, es una de las
características de las narraciones de experiencias personales (Labov, p. 1988).
Muchos de los rasgos encontrados por Van Dijk (1997) como característicos de las
historias y el racismo, las encontramos también en éstas, pero ya no acerca de una
minoría, sino narradas por la mayoría Negra discriminada por una minoría “Blanca”
en Cartagena. En efecto, las historias fueron usadas, entre varias otras funciones,
para expresar quejas sobre el comportamiento de los victimarios, para ejemplificar
una opinión o para influir en las reacciones emocionales de los interlocutores. Las
historias se plantean, entonces, como una invitación a conocer los hechos pero
también a solidarizarnos con las víctimas y reprochar a los victimarios; este
“hacernos pertenecer” (Martin, 2004), lo consigue el lenguaje.

8.4.2. El lenguaje y la ideología de género14.

Tomamos como dato para este análisis la canción “Mujer conforme” y rea-
lizamos un análisis de las funciones textual, ideacional e interpersonal propuestas
por la Lingüística Sistémica Funcional.

Función textual

En la columna central del siguiente cuadro, se transcribe de modo literal la


canción que hemos tomado como corpus; la columna de la izquierda ofrece un
modo posible de representar la organización del texto: (1) las acciones del hombre
diferenciadas de las de la mujer, las cuales constituyen el estado corriente de cosas
(o en equilibrio15); forma parte de ese estado el sufrimiento de la mujer. (2) la
intervención del coro en donde se plantea una ruptura de ese equilibrio; (3)

14Se recogen apartes de Fonseca, 2014.


15Nos referimos a la configuración general de los textos formulada por autores como Todorov (1968) y
Hutchins (1977) por la cual un estado de cosas en equilibrio sufre una transformación o desequilibrio
que debe enfrentarse generando una situación final o un nuevo equilibrio.

294
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

panorama posible del equilibrio restablecido, que incluye una moraleja. La columna
de la derecha, por su parte, sugiere algunas implicaciones de esa configuración en
la construcción del significado.

Tabla 1
Función textual.
Organización Mujer conforme Implicaciones en la
textual construcción del
significado
(1) Estado [YO] Vengo de la Narración de una
corriente de montaña, historia moral que
cosas o en de allá de la cordillera, legitima un orden
equilibrio allá social; en ombinación
[YO]dejé mi con el recurso de ser
compañera, narrada por una voz
junto con mis dos autorizada (un
hijitos hombre) que, al
[YO] me traje bien parecer, se basa en la
cargado a mi burrito; tradición.
[YO] meto mi carga y (Van Leeuwen, 2008)
[YO] me alisto porque mi mujer me espera
[YO] tengo pensado porque ella me está
regresarme muy esperando con
temprano algunos alimentos.
Mi pobre compañera
que con muchos
sufrimientos,
amarguras y
tormentos me
acompaña en esta
tierra
(2) Posible Pero, mujer de mi alma, mi compañera de tanto
fuerza tiempo,
desequilibrante pueda ser que este año nuestra cosecha salga
mejor
(3) Equilibrio Yo te llevaré al pueblo
restablecido para que cambies de
situación
Te colmaré de amor
para el cambio de tu
sufrimiento
Te daré una vida
sabrosa,
tu felicidad será doble
Porque la mujer conforme, se merece muchas cosas.

La narración de historias puede verse como un modo de conocer valores


culturales y de (re)construir ideologías: “In moral tales, protagonists are rewarded

295
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

for engaging in legitimate social practices or restoring the legitímate order” (Van
Leeuwen, 2008, p. 117). “No sólo entretienen a la audiencia, sino que también
pueden tener funciones de persuasión y, en forma más general, pueden contribuir
a la reproducción del conocimiento, de las creencias, actitudes, ideologías, normas
o valores de un grupo o de la sociedad en su conjunto”. (Van Dijk, 1997, p. 168). En
“Mujer conforme” particularmente, se presenta una versión de las relaciones de
género que reproduce ideologías; curiosamente, esta versión “popular”, narrada en
una canción, es semejante a otra “académica”, proporcionada por Wade (2011, p.
89): “La mujer conforme es generosa y desinteresada: ella ama a su hombre, le
proporciona el apoyo doméstico, ninguna intenta controlarlo o explotarlo, y no
interfiere con sus actividades fuera de la casa”.

Veamos en el siguiente cuadro otro aspecto relacionado con la función textual


pero esta vez en relación con el orden temporal.

Tabla 2
Función textual-experiencial. Orden narrativo y temporal, en perspectiva masculina.
Orden narrativo Orden temporal Implicaciones en la
construcción del significado
Presente Futuro Relato de un estado de cosas
El hombre trabaja Vengo en equilibrio (Inicio) que
mientras su mujer Me traje incluye una situación
permanece en la casa. La Vendo mi desequilibrante
mujer sufre porque se carga (complicación),
encuentra en un lugar Me alisto caracterizados por el uso de
alejado, llevando una vida Me espera un tiempo verbal.
dura. Tengo Aparición de una “zona de
pensado turbulencia” revelada por un
regresarme cambio en el tiempo verbal,
Si se da un cierto factor Te llevaré que anuncia, a su vez, un
externo, el hombre está Te colmaré cambio en la estructura
dispuesto a cambiar la Lo haré narrativa: es probable un
vida de su mujer, en un Te daré nuevo equilibrio (Resolución).
futuro. Te será

Se observa que, respecto a la temporalidad de los procesos, el presente se usa


para denotar las acciones permanentes y, en ese sentido, usuales: cierto tiempo,
ese hombre sale del monte y llega al pueblo a vender su cosecha; enseguida retorna
porque su mujer lo espera allá. El futuro, por su parte, se plantea para imaginar una
situación feliz que reemplace una situación penosa en el presente. De nuevo, se
obtiene un panorama de hombres poderosos que actúan en el presente y que
prometen el futuro.

296
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Tabla 3
Función experiencial: participantes y procesos.
Proceso Hombre Mujer Implicaciones en la
construcción del significado
Material- Venir El hombre se auto-representa
desplazamiento Dejar como Actor de procesos
Traer materiales que, además, son
Alistarse acciones positivas.
Regresar Grado de dinamismo mostrado
Llevar por las acciones: [hombres = +
Relacional- Vender Esperar activo] [mujeres = - activo]
transferencia Colmar (“dar en Acompañar (Thompson, 2009)
(Albertuz, 2007) abundancia”) Estar (triste/sola)
Dar
Para explorar en el aula de ELE

El lenguaje tiene una función representacional; los tipos de procesos llevados a


cabo por los hombres y las mujeres ejemplificados en la lírica de acordeón que
analizamos, contribuyen a construir uno de los tópicos generalizados del vallenato
que reflejarían una posición de hombres y mujeres en la sociedad caribeña (y
algunos dirían que colombiana en general): la visión de hombres poderosos y
mujeres mantenidas. Son hombres con capacidades sociales positivas puesto que
“se mueven” para trabajar, como lo demuestran los procesos materiales de des-
plazamiento —descritos por verbos como venir, traer, regresar, llevar— y poseen
bienes materiales y espirituales que pueden transferir (vender/dar, colmar). Las
mujeres, por su parte, permanecen en la casa en “sus oficios propios”, los cuales les
garantizan seguridad; no son independientes ni tienen autonomía económica; sus
acciones se reducen a las que las harán merecedoras de los servicios ofrecidos por
los hombres: quererlo, sufrir, esperarlo, acompañarlo, criar sus hijos.

Tabla 4
Función interpersonal: relación social con el participante femenino.
Expresión de la Representación en el discurso: Implicaciones en la construcción del
relación social Recontextualización del significado
participante femenino
[Exclusión [Trasfondo] ] Exclusión (con huella) de la voz femenina
como modo de distinguir la identidad de
un actor social más fuerte frente a la de
otro débil/inferior
Mi compañera [Inclusión [Especificación] ] Especificación para mencionar lo
Mi mujer habitual y la experiencia directa.
Mi pobre compañera [Asignación de rol [Pasivo] ] Rol pasivo: ella es un actor vulnerable y
Mujer del alma afectado por un proceso.
Mujercita de mi alma [Categorización [Identificación Categorización para señalar la identidad
Ella, te, tu, ti relacional] ] y función compartida.
La identidad es relacional: ella es
La mujer conforme posesión de alguien y su función es
acompañar a alguien.
[Inclusión [Generalización]] Referencia genérica a una clase
(esencialismo) (Van Leeuwen, 2008)

297
Morales, E. R., Fonseca, C. & Morales, E. C.

La función interpersonal del lenguaje está directamente relacionada con los


modos de interacción entre participantes; en nuestro ejemplo, no pasan desa-
percibidos los diversos modos de referirse a la mujer: son más de seis elecciones
léxicas a través de las cuales es posible reconstruir la identidad que se le asigna
como actor social en el discurso, es decir, como participante de una práctica social.

Los significados codificados en las elecciones léxicas se convierten en signos del


contexto; así, ellos pueden denotar rasgos como (in)equidad o distancia/intimidad.
En nuestro ejemplo, mientras que la asignación de roles, en el caso de los hombres,
se da recurriendo a un patrón experiencial centrado en las acciones, (como aparece
en la tabla 2.), en la mujer se manifiesta en cuanto a su papel como actor social. Así,
por ejemplo, la mujer en la canción que nos ocupa, es categorizada no en términos
de lo que ella hace sino de lo que permanentemente es: mujer y compañera del
hombre; su identificación es relacional; no se promueve su propia identidad y, en
ese sentido, su voz se excluye.

298
GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

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