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Santa Marta, febrero de 2021

Honorable
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Sala Penal – Reparto

Reciba un atento saludo.


ASUNTO: Acción de Tutela contra la Sala Penal del Tribunal Superior de
Santa Marta y el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Santa Marta

LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA identificado con cedula de ciudadanía


número 85.150.986 actualmente recluido en el Establecimiento Penitenciario
y Carcelario de esta ciudad, concurro a su Despacho muy
respetuosamente, con el fin de interponer Acción de Tutela de conformidad
con el articulo 86 superior y demás concordantes, contra el Juzgado
Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Santa Marta y
la Sala Penal del Tribunal Superior de Santa Marta, por la vulneración a mis
derecho fundamentales a la libertad, al debido proceso, a los principios de
favorabilidad penal, igualdad y legalidad; lo anterior con fundamento en los
siguientes:

HECHOS:
PRIMERO: Por hechos ocurrido el 17 de noviembre de 2007 fui inicialmente
absuelto por el Juzgado Penal del Circuito Especializado en descongestión
de la ciudad de Santa Marta, y luego condenado en segunda instancia por
la Sala Penal del Tribunal Superior de Santa Marta en sentencia del 7 de
diciembre de 2.012 e impuesta la pena principal de 122 meses de prisión,
por la presunta comisión del punible concierto para delinquir agravado.
SEGUNDO: Mas tarde, la vigilancia de la pena impuesta correspondió por
reparto al Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad
de Santa Marta bajo la causa penal de radicado 2015-565, resáltese que
en reiteradas ocasiones he solicitado se me conceda el subrogado de la
libertad condicional, en atención a que cumplo con los requisitos exigidos
por la norma, no obstante el referenciado Juzgado, me ha negado todas
las solicitudes hasta la fecha, apelando a que por el delito al que fui
condenado, me encuentro excluido de beneficios, y que además no
cuento con el requisito objetivo, que corresponde al cumplimiento de la tres
quintas partes de la pena.
TERCERO: En época reciente, en un nuevo intento solicité el subrogado de
la libertad condicional, a lo que el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas
y Medidas de Seguridad de Santa Marta se pronunció en Auto Interlocutorio
del 19 de octubre de 2020, negando tal solicitud, bajo dos supuestos,
completamente errados, el primero que como ya se mencionó no
acreditaba como cumplidas las tres quintas partes de la pena, y el segundo,
que en virtud de la derogada Ley 1121 de 2006, me encontraba excluido
del mencionado beneficio, soslayando dar aplicación al principio de
favorabilidad penal.
CUARTO: Presenté recurso de apelación contra el Auto del Interlocutorio del
19 de octubre de 2020, y en Auto Interlocutorio del 18 de diciembre de 2020,
la Sala Penal del Tribunal Superior de Santa Marta, con ponencia del Doctor
José Alberto Dietes Luna, resolvió confirmar el mencionado Auto.
QUINTO: En la mencionada decisión, el Ad quem, SOSLAYÓ POR COMPLETO
pronunciarse frente a la primera de las censuras, referente al tiempo
cumplido de la pena, vulnerando así mi derecho fundamental al debido
proceso, y lo que es peor, a la libertad, lo anterior teniendo en cuenta que
se trata de tiempo que he purgado de la pena impuesta en la presente
causa, y que el Juzgado Ejecutor se ha negado a reconocerme, esto es,
desde 5 de septiembre de 2009 hasta el 25 de enero de 2012, tiempo en que
estuve cobijado con medida de Aseguramiento privativa de la libertad, por
cuenta de esta misma causa, tal como consta en certificación expedida
por el Establecimiento Penitenciario, y el acta de captura que reposa en el
folio 6 del cuaderno de conocimiento, veamos:
Captura e imposición de medida de aseguramiento 5 de septiembre de 2009
privativa de la libertad
Sentencia absolutoria de Primera Instancia ordenó 12 de enero de 2012
libertad inmediata
Materialización de la libertad otorgada en Primera 25 de enero de 2012
Instancia
Sentencia de Segunda Instancia ordenó captura 7 diciembre de 2012
Materialización de la orden de Captura 12 de noviembre de 2016

Así las cosas, correspondía al Juez Segundo de Ejecución de Penas


reconocer como tiempo cumplido de la pena, el purgado, desde el 5 de
septiembre de 2009, hasta el 25 de enero de 2012 y luego, desde su re
captura, esto es 12 de noviembre de 2016, tal como fue planteado en la
solicitud de libertad condicional, tópico sobre el cual no se pronunció, y que
en segunda instancia, pese a ser propuesto en el escrito de apelación, la
Sala Penal del Tribunal Superior, también guardó silencio, huelga resaltar que
tal recuento procesal tiene asidero en documentos que reposan en el
cuaderno de conocimiento de la causa penal y además, en certificación
expedida por la autoridad encargada, esto es INPEC.

SEXTO: Honorables Magistrados, se han cometido innumerables errores


durante la cigilancia de la pena impuesta, los cuales hoy me quitan la
posibilidad de acceder al subrogado penal de la libertad condicional, llama
poderosamente mi atención en primero lugar, la incompetencia del
Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de esta
ciudad, al aplicar la Ley 1121 de 2006, sobre la cual la Corte Constitucional
ya ha dicho en sentencia T-019 de 2019, que ha sido derogada tácitamente,
sino también con la mal interpretada conexidad entre conductas punibles,
pues si bien, en gracia de discusión de encontrarse vigente Ley 1121 de 2006,
ésta contempla prohibición para la concesión de beneficios judiciales en su
artículo 26 para delitos de terrorismo, financiación de terrorismo, secuestro
extorsivo, extorsión y conexos, refiriéndose al instituto de la conexidad entre
conductas punibles de que trata el artículo 51 de la Ley 906 de 2004, la cual
deviene de un concurso real de conductas punibles, probada dentro del
proceso y no una mera apreciación abstracta, tal como lo hace el Juzgado
Ejecutor, recuérdese que: “Los delitos conexos son aquellos que se encuentran
estrechamente entrelazados, como ocurre cuando un punible se comete como
medio para alcanzar un fin delictivo (conexidad teleológica), por ejemplo,
cometer un homicidio para realizar un hurto. También, cuando una conducta
punible se comete para asegurar el producto de otra, v.g. Cuando se lavan los
activos procedentes de un delito de extorsión (conexidad paratática) (…) en
aquellos casos en los que el segundo delito se comete para ocultar uno anterior,
por ejemplo, cuando se causa la muerte al testigo de un acceso carnal violento
(conexidad hipotática)."(CSJ. SP 5 dic. 2007. Rad. 25931)»”.

Así las cosas, determinar en abstracto, sin mayor motivación que existe
conexidad entre el delito de concierto para delinquir agravado y el delito
de extorsión, cuando en la misma sentencia, en que Sala Penal del Tribunal
Superior de esta ciudad decide condenarme por concierto para delinquir,
me absuelve del delito de extorsión, es un error grave, o ¿a qué tipo de
conexidad imaginativa se refiere el ejecutor, si no existe concurso de
delitos?
Resáltese que la expresión “y conexos” implica, en primer término, la
existencia de varios delitos bien sea cometidos por una misma persona o por
personas diversas, es decir, requiere que cada hecho tenga una descripción
típica autónoma, En el mismo sentido, por la riqueza descriptiva y precisión
en los conceptos, resulta trascendental citar la decisión dictada por la
misma Corte Suprema de Justicia (2015), dentro del radicado 29788,
destacando la confusión que suele presentarse entre fenómenos jurídicos
como el concurso de delitos, la Conexidad Sustancial entre ilícitos y la
Conexidad Procesal. En particular, aborda lo atinente a la Conexidad
Sustancial y revela como requisitos para su configuración: (i) la existencia de
varios delitos, los cuales son autónomos en su descripción típica, pero que
entre ellos existe una relación que cobija los supuestos de hecho
estructurantes de cada conducta; (ii) sean cometidos por una o por diversas
personas, y (iii) entre los distintos comportamientos debe existir un elemento
común de índole sustancial, es decir, descrito o implícito en la norma penal,
que puede ser de índole subjetivo, si hace relación a las personas
imputadas, incluso, si el nexo es sólo de índole sicológico u objetivo, cuando
apunta a los delitos que se juzgarán, siendo posible que coincidan entre uno
y otro.

SEPTIMO: De otra parte, y como cómplice la Sala Penal del Tribunal Superior
de esta ciudad, emite decisión del 18 de diciembre de 2020, en la que, en
un contrasentido, y con una interpretación errática, me otorga la razón
frente a la indebida aplicación de la Ley 1121 de 2006, por parte del
Juzgado Segundo de Ejecución de Penas, al respecto: “De la precitada
norma se encuentra que, en principio, no sería cierto lo que sostiene el condenado
en su recurso, comoquiera que la norma que pretende hacer ver como más
favorable, también excluye el delito por el cual QUIROGA POVEDA fue condenado,
por lo que tampoco apoya su petición. Sin embargo, el mismo artículo 68A, en su
parágrafo 1, aduce que “lo dispuesto en el presente artículo no se aplicará a la
libertad condicional contemplada en el artículo 64 de este Código, ni tampoco
para lo dispuesto en el artículo 38G del presente Código”. LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO. LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA. RAD.
0771-20. 11 Revisado el legajo procesal, se encontró que tanto el solicitante
condenado como el Despacho de primer grado incurrieron en error comoquiera
que atribuyeron a una norma en particular, una calidad que está expresamente
prohibida por el legislador, toda vez que dicha prohibición – artículo 68 A – no
aplica a la libertad condicional contemplada en el artículo 64 de este Código, ni
tampoco para lo dispuesto en el artículo 38G de la ley 599 de 2000. Por ello,
considera la Sala que el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad incurrió en error durante el desarrollo de los argumentos esgrimidos en la
decisión de 19 de octubre de 2020, por lo que se hace necesario para esta Sala,
hacer un estudio de la viabilidad de la libertad condicional solicitada en favor de
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.”

Pero, dejando de aplicar la consecuencia jurídica de la emisión de una


decisión con error sobre la aplicación de la norma, la cual no era otra que
revocar el Auto apelado.
OCTAVO: En su lugar, la Sala Penal del Tribunal Superior de Santa Marta, en
su decisión de 18 de diciembre de 2020, en contradicción con el principio
“non reformatio in pejus”, y por fuera de lo estudiado en primera instancia
por el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, en
Auto de 19 de octubre de 2020 y las dos censuras propuestas en el recurso
de apelación impetrado por este servidor (una de ellas ignorada, dicho sea
de paso), al respecto su Honorable corporación en sentencia SP-10362018
(43533), de 11 de Abril de 2018 afirmó que con la entrada en vigencia del
Código de Procedimiento Penal actual, ese instituto sufrió una radical
modificación, dado que el inciso segundo del artículo 20 de esa normativa
dispone que “el superior no podrá agravar la situación del apelante único”.
En tal sentido concluyó que esa garantía se extiende o es vinculante
también para las providencias interlocutorias de segunda instancia y que en
razón de la coexistencia del sistema de enjuiciamiento penal (Ley 906) con
el regulado en la Ley 600 del 2000, los efectos de la misma, por favorabilidad,
son aplicables a los asuntos manejados bajo ésta última.
De esta manera, en aplicación del principio de favorabilidad y en atención
de las precisiones hechas por la Corte Constitucional respecto del artículo
20 de la Ley 906 del 2004, la Corte Suprema enfatizó su postura frente a
la reformatio in pejus y estableció que:
i. Esta figura no solo procede en relación con las sentencias, pues
también cobija a los autos y providencias susceptibles del recurso de
apelación,
ii. La nueva concepción de este instituto se aplica también a hechos
investigados y juzgados por la Ley 600 del 2000, siempre que la decisión
cuestionada haya sido emitida después del 1º de enero de 2005, esto es,
cuando entró en vigencia gradual y sucesiva el nuevo sistema
acusatorio,
iii. La víctima igualmente es sujeto de este beneficio en los eventos donde
actúa como apelante único, y
iv. La limitante indicada se extiende o protege igualmente las decisiones
inherentes a los perjuicios, bajo el entendido que, en relación con estos,
tampoco podrá existir reforma peyorativa cuando el procesado sea
impugnante único.

Así las cosas, le estaba vedado al Ad Quem, pronunciarse sobre tópicos que
no fueron objeto de apelación, máxime cuando los mismos, de ser ciertos,
empeoraban mi situación.
NOVENO: bajo este mismo escenario, tampoco le asiste razón a la Sala Penal
del Tribunal, al negar el subrogado, por la gravedad de la conducta punible,
lo anterior teniendo en cuenta, que lejos de realizar una valoración en
conjunto, tal como lo explica la Corte Constitucional en sentencias C-194 de
2005 y T-019 de 2017, valga decir, “En los mismos términos, cuando la norma
acusada dice que la libertad condicional podrá concederse previa valoración de
la gravedad de la conducta, no significa que el Juez de Ejecución de Penas y
Medida de Seguridad quede autorizado para valorar la gravedad de la conducta.
Lo que la norma indica es que dicho funcionario deberá tener en cuenta la
gravedad del comportamiento punible, calificado y valorado previamente en la
sentencia condenatoria por el juez de conocimiento, como criterio para conceder
el subrogado penal.

Adicionalmente, el juicio que adelanta el Juez de Ejecución de Penas tiene una


finalidad específica, cual es la de establecer la necesidad de continuar con el
tratamiento penitenciario a partir del comportamiento carcelario del condenado.
En este contexto, el estudio del Juez de Ejecución no se hace desde la perspectiva
de la responsabilidad penal del condenado –resuelta ya en la instancia
correspondiente, ante el juez de conocimiento- sino desde la necesidad de cumplir
una pena ya impuesta. En el mismo sentido, el estudio versa sobre hechos distintos
a los que fueron objeto de reproche en la sentencia condenatoria, cuales son los
ocurridos con posterioridad a la misma, vinculados con el comportamiento del
sentenciado en reclusión.

En este punto la Corte considera necesario precisar que, en efecto, el Juez de


Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad ejerce una función valorativa que
resulta determinante para el acto de concesión del subrogado penal. Para la
Corte, la función que ejercen los jueces de ejecución no es mecánica ni sujeta a
parámetros matemáticos. Ésta involucra la potestad de levantar un juicio sobre la
procedencia de la libertad condicional que ciertamente exige la aplicación del
criterio del funcionario judicial. Sin embargo, no por ello puede afirmarse que dicha
valoración recae sobre los mismos elementos que se ven involucrados en el juicio
penal propiamente dicho. Tal como quedó expuesto, la valoración en la etapa
posterior a la condena se somete enteramente a los parámetros de la providencia
condenatoria y tiene en cuenta elementos distintos, como son el comportamiento
del reo en prisión y la necesidad de continuar con el tratamiento penitenciario. Tal
valoración no vuelve a poner en entredicho la responsabilidad penal, sino la
necesidad de continuar con el tratamiento penitenciario. Y la prueba está, como
lo dice la Corte Suprema de Justicia, en que la decisión judicial que deniega el
subrogado penal no aumenta ni reduce el quantum de la pena, sino que se limita
a señalar que la misma debe cumplirse en su totalidad.”

Desatendió los prescritos lineamientos, limitándose aisladamente a


transcribir un aparte de la sentencia, con una valoración superficial,
bastándole tal párrafo para negar el subrogado penal, sin ojear al menos los
documentos que daban certeza de mi buen comportamiento durante la
reclusión.

PRUEBAS

I) Solicitud de libertad condicional y anexos.


II) Auto del 19 de julio 2020 proferido por Juzgado Segundo de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Santa Marta.
III) Recurso de apelación.
IV) Auto del 18 de diciembre del 2020 proferido por la Sala Penal del
Tribunal Superior de Santa Marta, y notificación del 28 de enero de
2021.
V) Certificación de tiempo de privación de la Libertad Expedida por
el INPEC.

PRETENSIONES

De conformidad con lo anteriormente expuesto, solicito muy


respetuosamente se me amparen mis derechos y garantías fundamentales
a la libertad, al debido proceso, a los principios de favorabilidad penal,
igualdad y legalidad, y en consecuencia se revoque las decisiones del 19
de julio 2020 y 18 de diciembre de 2020, proferidas por el Juzgado Segundo
de Ejecución de Penas Y Medidas de Seguridad y la Sala Penal del Tribunal
Superior de Santa Marta respectivamente, para que en su lugar el Juzgado
Segundo de Ejecución de Penas y Medidas, emita un nuevo
pronunciamiento con base a la Ley 1709 de 2014, I) dando aplicación al
principio de favorabilidad, o en su defecto, de determinar la Corte, la
coexistencia de ambas normatividades y la vigencia de la Ley 1121 de 2006,
II) haga un nuevo pronunciamiento respetuoso de la norma y la
jurisprudencia que rige el instituto del delito conexo, y III) los lineamientos
establecidos para la previa valoración de la conducta punible, IV) además
se reconozca como tiempo cumplido de la pena, el purgado durante la
medida de aseguramiento, tal como consta en certificación expedida.

EXAMEN DE PROCEDIBILIDAD
Su señoría, huelga resaltar que la presente acción constitucional cumple con
los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra
decisiones judiciales a saber:

a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia


constitucional. Como ya se mencionó, el juez constitucional no puede entrar
a estudiar cuestiones que no tienen una clara y marcada importancia
constitucional so pena de involucrarse en asuntos que corresponde definir a
otras jurisdicciones. En consecuencia, el juez de tutela debe indicar con toda
claridad y de forma expresa porqué la cuestión que entra a resolver es
genuinamente una cuestión de relevancia constitucional que afecta los
derechos fundamentales de las partes, requisito que se encuentra superado
implícitamente al tratarse del derecho fundamental al debido proceso y la
libertad.

b. Que se hayan agotado todos los medios -ordinarios y extraordinarios- de


defensa judicial al alcance de la persona afectada, salvo que se trate de
evitar la consumación de un perjuicio iusfundamental irremediable. De allí
que sea un deber del actor desplegar todos los mecanismos judiciales
ordinarios que el sistema jurídico le otorga para la defensa de sus derechos.
De no ser así, esto es, de asumirse la acción de tutela como un mecanismo
de protección alternativo, se correría el riesgo de vaciar las competencias
de las distintas autoridades judiciales, de concentrar en la jurisdicción
constitucional todas las decisiones inherentes a ellas y de propiciar un
desborde institucional en el cumplimiento de las funciones de esta última,
frente a lo cual este servidor presentó los recursos de Ley y agotó los medios
que tenía a su alcance, valga decir apelación frente a las decisiones
judiciales y al tratarse de una decisión de segunda instancia, no hay ningún
otro medio a mi alcance, máxime cuando persiste la vulneración a mi
derecho fundamental.

c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela se


hubiere interpuesto en un término razonable y proporcionado a partir del
hecho que originó la vulneración. De lo contrario, esto es, de permitir que la
acción de tutela proceda meses o aún años después de proferida la
decisión, se sacrificarían los principios de cosa juzgada y seguridad jurídica
ya que sobre todas las decisiones judiciales se cerniría una absoluta
incertidumbre que las desdibujaría como mecanismos institucionales
legítimos de resolución de conflictos, siendo la última decisión violatoria la
proferida por la Sala Penal del Tribunal el 18 de diciembre de 2020,y siendo
la misma notificada el 28 de enero del correinte, el requisito de inmediatez
se encuentra satisfecho.

d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la


misma tiene un efecto decisivo o determinante en la sentencia que se
impugna y que afecta los derechos fundamentales de la parte actora. No
obstante, de acuerdo con la doctrina fijada en la Sentencia C-591-05, si la
irregularidad comporta una grave lesión de derechos fundamentales, tal
como ocurre con los casos de pruebas ilícitas susceptibles de imputarse
como crímenes de lesa humanidad, la protección de tales derechos se
genera independientemente de la incidencia que tengan en el litigio y por
ello hay lugar a la anulación del juicio, no aplica.

e. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los hechos que
generaron la vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere
alegado tal vulneración en el proceso judicial siempre que esto hubiere sido
posible. Esta exigencia es comprensible pues, sin que la acción de tutela
llegue a rodearse de unas exigencias formales contrarias a su naturaleza y
no previstas por el constituyente, sí es menester que el actor tenga claridad
en cuanto al fundamento de la afectación de derechos que imputa a la
decisión judicial, que la haya planteado al interior del proceso y que dé
cuenta de todo ello al momento de pretender la protección constitucional
de sus derechos, el cual se encuentra cumplido.

f. Que no se trate de sentencias de tutela. Esto por cuanto los debates sobre
la protección de los derechos fundamentales no pueden prolongarse de
manera indefinida, mucho más si todas las sentencias proferidas son
sometidas a un riguroso proceso de selección ante esta Corporación,
proceso en virtud del cual las sentencias no seleccionadas para revisión, por
decisión de la sala respectiva, se tornan definitivas”. el cual se encuentra
cumplido.

Los segundos -requisitos específicos-, aluden a los yerros judiciales que se


advierten en la decisión judicial y tornan inexorable la intervención del juez
de tutela. Esos fueron denominados “causales especiales de procedibilidad
de la tutela contra providencias judiciales”, y se explicaron en los siguientes
términos:
“a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que
profirió la providencia impugnada, carece, absolutamente, de
competencia para ello.

b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó


completamente al margen del procedimiento establecido.

c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio
que permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.

d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con
base en normas inexistentes o inconstitucionales o que presentan una
evidente y grosera contradicción entre los fundamentos y la decisión.

f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un


engaño por parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una
decisión que afecta derechos fundamentales.

g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores


judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus
decisiones en el entendido que precisamente en esa motivación reposa la
legitimidad de su órbita funcional.

h. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo,


cuando la Corte Constitucional establece el alcance de un derecho
fundamental y el juez ordinario aplica una ley limitando sustancialmente
dicho alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo para
garantizar la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante
del derecho fundamental vulnerado.

i. Violación directa de la Constitución”.

Teniendo en cuenta el recuento factico de la precedencia, nos encontramos


frente a un defecto material o sustantivo, una Decisión sin motivación y
además un claro desconocimiento del precedente judicial.

NOTIFICACIONES
Recibiré notificaciones a través del presente correo y en el Establecimiento
Penitenciario y Carcelario de esta ciudad.

De antemano agradezco la atención prestada, esperando pronta


respuesta.
Cordialmente;
Santa Marta, 3 de noviembre de 2020 

Doctor 

JHON ALVAREZ ALVAREZ 


Juez  Segundo  de  Ejecucion  de Penas y Medidas de Seguridad de Santa 
Marta 
 

Reciba un cordial saludo.  

ASUNTO: ​Recurso de Apelación RAD 2015-565  

LUIS  EDWIN  QUIROGA  POVEDA  identificado  con  cedula  de  ciudadanía 


número  85.150.986  sentenciado  dentro  del  proceso  de  la  referencia 
concurro  a  su  Despacho  muy  respetuosamente,  con el fin de interponer 
recurso  de  apelación  contra  Auto  del  19  de  octubre  de  2020,  a  través 
del  cual  se  me  negó  el  subrogado  penal  de  la  libertad  condicional,  lo 
anterior con fundamento en las siguientes censuras. 

i) Principio de favorabilidad  

En  lo  que  atinente  a  las  conductas  previamente  establecidas  como 


especialmente  graves  por  el  legislador  en  la  Ley  1121  de  2006,  huelga 
resaltar  que  si  bien,  al  momento  de  los  hechos  se  encontraba  vigente, 
no es menos cierto que de acuerdo a los parámetros establecidos por la 
Corte  Constitucional  y  la  Sala  Penal  de  la  Corte  Suprema  de Justicia, se 
debe  dar  cumplimiento  del  principio  de  favorabilidad, hay lugar aplicar 
en  su  totalidad  la  Ley  1709  de  2014  por  ser  más  favorables  a  mis 
intereses, al respecto: 

…  “El  principio  de  favorabilidad  constituye  un  elemento  fundamental 


del  debido  proceso  que  no  puede  desconocerse.  El  carácter 
imperativo  del  inciso  segundo  del  artículo  29  de  la  Carta  no  deja  duda 
al respecto. Así, en el caso de sucesión de leyes en el tiempo, si la nueva 
ley  es  desfavorable  en  relación  con  la  derogada,  ésta  será  la  que  se 
siga  aplicando  a  todos  los  hechos  delictivos  que se cometieron durante 
su  vigencia,  que  es  lo  que  la  doctrina  denomina  ultractividad  de  la  ley. 
La  retroactividad,  por  el  contrario,  significa  que  cuando  la  nueva  ley 
contiene  previsiones más favorables que las contempladas en la ley que 
deroga,  la  nueva  ley  se  aplicará  a  los  hechos  delictivos  ocurridos  con 
anterioridad  a  su  vigencia.  Sobre  este  punto  debe  la  Corte  señalar  que 
tratándose  de  la  aplicación  del  principio  de  favorabilidad  en  materia 
penal,  no  cabe  hacer  distinción  entre  normas  sustantivas  y  normas 
procesales,  pues  el  texto  constitucional  no  establece diferencia alguna 
que permita un trato diferente para las normas procesales…” 

Así mismo, en sentencia de tutela STP12049-2017 con radicación 93300 la 
Corte  Suprema  de  Justicia  realiza  el  estudio  del  caso,  en  circunstancias 
similares y sobre el particular advierte: 

…”  Aterrizando  a  las  razones presentadas por el accionante para elevar 


su  solicitud  de  amparo,  se  encuentra  que  mediante  auto  de  11  de 
enero  de  2017,  el  JUZGADO  1  EJECUCIÓN  DE  PENAS  Y  MEDIDAS  DE 
SEGURIDAD  DEL  CIRCUITO  DE  PALMIRA  resolvió  negativamente  la 
solicitud de libertad condicional formulada por el accionante. 

Para  adoptar  dicha  decisión,  el  JUZGADO  1  EJECUCIÓN  DE  PENAS  Y 


MEDIDAS  DE  SEGURIDAD  DEL  CIRCUITO  DE  PALMIRA  y la SALA PENAL DEL 
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BUGA, reiteró el argumento 
presentado  en  decisión  adoptada  el  14  de  octubre  de  2015,  según  el 
cual  no  era  posible  acceder  al  beneficio  solicitado,  por  la  expresa 
prohibición  de  conceder  la  libertad  a  condenados  por  el  delito  de 
terrorismo  prevista  en el artículo 11 de la Ley 733 de 2002 (norma vigente 
para  la  época  de  los  hechos)  y  en  el  artículo  26  de  la  Ley  1121 de 2006 
(norma vigente para el momento de proferida la condena). 

Contra  esta  decisión  la  apoderada  del  accionante presentó recurso de 


apelación,  el  cual  sustentó  argumentando  que:  i)  atendiendo  el 
principio  de favorabilidad, la normativa utilizada por la primera instancia 
no  era  aplicable  al  caso  del  accionante;  ii) los otros ciudadanos con los 
que  este  fue  condenado  sí  recibieron  el  beneficio  de  la  libertad 
condicional,  por  lo  que  denegar  la  solicitud  conllevaría  a  un  trato 
desigual;  iii)  la libertad condicional es procedente porque el accionante 
ha  mantenido una conducta ejemplar durante el tiempo que ha estado 
privado de la libertad. 
El  29  de  marzo  de  2017,  la  SALA  PENAL  DEL  TRIBUNAL  SUPERIOR  DEL 
DISTRITO  JUDICIAL  DE BUGA resolvió el recurso de apelación presentado, 
disponiendo  que  efectivamente  la  normativa  aplicada  por el JUZGADO 
1  EJECUCIÓN  DE  PENAS  Y  MEDIDAS  DE  SEGURIDAD  DEL  CIRCUITO  DE 
PALMIRA  y  la  SALA  PENAL  DEL  TRIBUNAL  SUPERIOR  DEL  DISTRITO JUDICIAL 
DE  BUGA  no  era  aplicable  al  caso  del  accionante,  de  manera  que  sí 
procedía  verificar  el  cumplimiento  de  los  requisitos  establecidos  en  el 
artículo  64  de  la  Ley  599  de  2000,  modificado  por  el  artículo  5  de  la  Ley 
890 de 2004. 

Nótese  que,  en  sede  de  segunda  instancia, ​la SALA PENAL DEL TRIBUNAL 


SUPERIOR  DEL  DISTRITO  JUDICIAL  DE  BUGA  advirtió  que  la  decisión 
adoptada  por  el  JUZGADO  1  EJECUCIÓN  DE  PENAS  Y  MEDIDAS  DE 
SEGURIDAD  DEL  CIRCUITO  DE PALMIRA adolecía de un defecto sustantivo 
porque  estuvo  fundamentada  en  una  normativa  indiscutiblemente 
inaplicable.  

Hasta  este  punto,  la  Sala  encuentra  que  la  decisión  contra  la  que 
procedería  el  amparo  de  tutela  sería  la  adoptada  por  la  SALA  PENAL 
DEL  TRIBUNAL  SUPERIOR  DEL  DISTRITO  JUDICIAL  DE  BUGA  el  29  de  marzo 
de 2017, pues se trata de la providencia que estaba llamada a subsanar 
los yerros en los que incurrió el juez de primera instancia. 

En  el  presente  caso,  se  constata  que  esta  garantía  se  materializó  en 
parte,  en  tanto  la  SALA  PENAL  DEL  TRIBUNAL  SUPERIOR  DEL  DISTRITO 
JUDICIAL  DE  BUGA  advirtió  que  el  JUZGADO  1  EJECUCIÓN  DE  PENAS  Y 
MEDIDAS  DE SEGURIDAD DEL CIRCUITO DE PALMIRA incurrió en una vía de 
hecho  por  decidir  con  base  en  normas  que  por  el  principio  de 
favorabilidad  no  eran  aplicables,  y  por  tanto,  para  subsanar  la  vía  de 
hecho,  procedió  a  estudiar  de  fondo  la solicitud de libertad condicional 
formulada por el accionante’’  

De  otra  parte,  recuérdese que la Ley 1709 surge como una alternativa a 


través  de  la  cual,  el  legislador  modificó  las  políticas  criminales  a  fin  de 
combatir  al  hacinamiento  carcelario,  y  en  tal  sentido  atempera  los 
requisitos  exigidos  por  la  norma  para  acceder  a  los  subrogados 
penales,  de  tal  forma  que  pierde  sentido  y  efectividad  que  los 
operadores judiciales, inapliquen sus preceptos, de contera, cuando por 
mandato  constitucional,  debe  aplicarse  la  norma  más  favorable  a  los 
intereses del sentenciado, valga decir, la Ley 1709 en su totalidad​. 

ii) Tiempo cumplido de la pena 

En  el  referenciado  Auto,  su  honorable  Despacho  niega  el  precitado 
subrogado,  advirtiendo  que  no  se  encuentra  satisfecho  el  requisito 
objetivo  de  las  tres  quintas  partes,  como  tiempo  cumplido  de  la  pena, 
no  obstante  en  las  providencias  mencionadas,  el  despacho  ignoró 
descontar  el  tiempo  que  el  suscrito  se  encontró  en  medida  de 
aseguramiento  privativa  de  la  libertad,  consistente  en  detención 
preventiva  en  lugar  de  reclusión,  valga  decir,  el  tiempo  transcurrido 
entre el 5 de septiembre de 2009 y el 25 de enero de 2012. 

No  hay  que  hacer  un  análisis  muy  extenso  para  colegir  fácilmente  que 
he  estado  privado  de  la  libertad  por  cuenta  de  este  proceso,  tal 
certificado  por  el  INPEC,  información  que  además  usted  puede 
comprobar  en  documentos  oficiales  expedidos  por  autoridades 
judiciales,  dentro  de  un  proceso  penal  con  rigurosidades  de  ley,  no  es 
posible  que  se  me  impongan  cargas  excesivas  sobre  información  que 
se  puede  acreditar  en  el  paginario,  o  acaso  exista  duda  de  la 
integridad  de  quien  suscribió  un  certificado  indicando  las  fechas  de 
privación  de  la  libertad,  tiempos  que  además  coinciden  con  las 
actuaciones  que  se  constatan  en  el  expediente  de  la  referencia. 
Resulta  inverosímil  creer  que  se  ponga  en  duda  la  veracidad  de  los 
documentos  que  dan  cuenta  de  mi  captura  el  día  5  de  septiembre  de 
2009, cuyo informe se encuentra en esta causa penal.  

Ahora  bien,  poniendo  en  tela  de  juicio  la  veracidad  de  las  sentencias 
de  primera  y  segunda  instancia,  en  las  que  se  afirma  el  recuento 
procesal,  la  imposición  de  la  medida  de  aseguramiento  privativa  de  la 
libertad,  las  actas  de  captura  y  las  certificaciones  expedidas  por  el 
Instituto Penitenciario y Carcelario, es lógico obtener tal criterio.  

Si  en  gracia  de  discusión,  su  señoría  prefiere  dudar  de  la  autenticidad 
de tales documentos, lo pertinente es denunciar tal conducta, para que 
la  entidad  competente,  en  este  caso  la  Fiscalía,  investigue  si  se 
constituye  algún  tipo  de  falsedad  en  los  documentos  públicos  que  dan 
cuenta  del  tiempo  que  he  permanecido  privado  de  la  libertad  hasta el 
momento de la solicitud.  

Sin  embargo,  partiendo  de  lo  manifestado  en  los  documentos  ya 
mencionados  y  al  tenor  de  su  legalidad  no  necesita  ningún  tipo  de 
probanza  excesiva  la  solicitud  que  ruego,  este  servidor  además, 
advierte  cierto  tipo  de  animadversión,  ya  que  en  una  anterior 
oportunidad,  se me negó un derecho, bajo un argumento iletrado sobre 
los  institutos  de  derecho  penal,  con  una  interpretación  arbitraria,  así 
como  en  este  momento  se  me  imponen  cargas  probatorias 
inalcanzables para mí, en mi condición de privado de la libertad, incluso 
del  INPEC,  quienes  por  políticas  internas, muy seguramente deben tener 
en  archivo  central,  los  innecesarios  documentos  que  exige  el  Juzgado 
Segundo de Ejecución de Penas, para reconocerme como cumplido de 
la  pena,  el  tiempo  que  innegablemente  se  prueba  en  el  expediente, 
que  demuestra  que  estuve  privado  de  la  libertad,  por  cuenta  de  este 
proceso  judicial,  fluctuando  además  de  la  información  consignada  en 
la  sentencia  de  primera  y  segunda  instancia,  en  la  certificación 
expedida  por  el  asesor  jurídico  del  INPEC,  y  demás  actuaciones 
obrantes en la causa penal. 

Por  tanto,  solicito  a  usted  que  se  conceda  el  recurso  de  apelación, y la 
causa  penal  sea  remitida  al  juzgado  de  conocimiento,  para  que 
revoque  el  auto  de primera instancia que negó la libertad condicional y 
en  su  lugar,  sea  concedido  el  Subrogado  deprecado,  de  conformidad 
con las censuras propuestas. 

De  antemano  agradezco  la  atención  prestada,  esperando  pronta  y 


positiva respuesta. 

Atentamente; 

 
 
LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


SALA DE DECISIÓN PENAL

Magistrado Ponente
Dr. JOSÉ ALBERTO DIETES LUNA
Aprobado Acta No. 193

Santa Marta, dieciocho (18) de diciembre de dos mil veinte (2020)

OBSERVACIÓN PREVIA: Teniendo en cuenta las medidas


adoptadas por el honorable Consejo Superior de la Judicatura por
medio de los acuerdos PCSJA20 - 11517, PCSJA20 11518,
PCSJA20, 11519, PCSJA20 y PCSJA20 11521 de marzo de
2020, por los cuales se autoriza el teletrabajo desde las
residencias de los jueces y magistrados del país con el fin de
evitar el contagio de Covid-19, y del mismo modo, acatando lo
dispuesto en el artículo 11 del Decreto 491 del 28 de marzo
de 2020, esta providencia podrá llevar la firma digitalizada
o escaneada de los tres magistrados que conformamos la
Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Santa Marta

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

ASUNTO

Procede la Sala a resolver el recurso de apelación


interpuesto por LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA contra el auto
interlocutorio calendado el 19 de octubre de 2020, proferido por
el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Santa Marta (Magdalena), el cual negó la libertad
condicional, dentro de la causa que le fuera seguido a QUIROGA
POVEDA por los delitos de CONCIERTO PARA DELIQUIR
AGRAVADO y EXTORSIÓN AGRAVADA.

SÍNTESIS FÁCTICA

Fueron expuestos por el Juzgado de Conocimiento en la


sentencia condenatoria de primera instancia, de la siguiente
manera:

“…Los hechos que dan origen a la investigación fueron puestos en


conocimiento de la Fiscalía General de la Nación Seccional Santa Marta
– Magdalena el día 14 de noviembre de 2007, mediante oficio GRAMI-
SIJIN-DEMAG suscrito por los patrulleros César Augusto Fonseca Tovar
y Abraham Mezquida Suárez, funcionarios de la Policía Judicial Sijin
Demag, a través del cual informan que los señores Ciro Trespalacios,
alias “Javier”, Wellington Ortiz, alias “Caballo”, Héctor Restrepo, asias
“Papel o Papelito”, Luis Rodríguez, alias “La Garza”, Ricardo Ramos,
alias “R-8”, Nelson Hidalgo, Ludin Brito, José Lemus, Hernán Peña, Luis
Bayona, Jay Santiago, Jairo Palmera, Ebert Chacón, alias “Tino”, Luis
Gómez, Yeiner Rueda, Joel Morales y Jorge Rojano, hacen parte del
grupo armado ilegal denominado “Los Mellizos” el cual viene
delinquiendo en los corregimientos y veredas de Guachaca, Buritaca,
Marquetalia, Puerto Nuevo, Perico Aguao, jurisdicción del Distrito de
Santa Marta…”.

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

ANTECEDENTES PROCESALES

1.- La Fiscalía Quinta Delegada ante el Juzgado Penal del


Circuito Especializado de Santa Marta profirió el 10 de febrero de
2010 resolución de acusación contra JAY DAVID DE LA HOZ
SANTIAGO, ARLESAY NIETO BABATIVA, JOSÉ INÉS GUTIÉRREZ
PÉREZ, ESTEBAN ORTIZ SERRANO, DAGOBERTO ALFONSO
MALDONADO CÁRDENAS, ELIÉCER RESTREPO VILLA,
FRANKLIN JOSÉ FRAGOZO DE ÁVILA, JAIME ENRIQUE
FRAGOZO RONDÓN, LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA, CÉSAR
ALDOFO SERRANO ORTIZ, GERLYS ZAVIER BETANCOURT
CASTRO, EDWIN JAVIER HERNÁNDEZ SOTO, HARRYS DEIBIS
CHARRIS FERNÁNDEZ, HÉCTOR ANTONIO RESTREPO VILLA,
DAIVER ALBERTO MONTERO MEJÍA, VÍCTOR ALFONSO
RAIGOZA LÓPEZ, LUIS ANTONIO LÓPEZ DURÁN y CIRO
ALFONSO TRESPALACIOS VERA por los delitos de CONCIERTO
PARA DELINQUIR AGRAVADO y EXTORSIÓN AGRAVADA.

2.- El conocimiento de la causa le correspondió al


Juzgado Penal del Circuito Especializado Adjunto para
Descongestión de Santa Marta que profirió sentencia el 12 de
enero de 2012 de carácter absolutorio y, en consecuencia, ordenó
su libertad de manera inmediata por esa causa penal.

3.- Inconforme con la decisión, la Fiscalía Delegada


interpuso recurso de apelación ante esta Sala Penal, la que a
través de decisión de 7 de diciembre de 2012, modificó la decisión

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

recurrida y condenó a los procesados por el punible de


CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.

4.- La defensa de GERLIS ZAVIER BETANCUR CASTRO,


ARLESAY NIETO BABATIVA y JOSÉ INÉS GUTIÉRREZ PÉREZ
interpusieron recurso extraordinario de casación contra la
decisión de esta Sala. Por ello, la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia, a través de decisión de 10 de
diciembre de 2014 y con ponencia del Magistrado Eyder Patiño
Cabrera, resolvió declarar extemporánea la presentación de la
demanda de casación formulada en favor de ARLESAY NIETO
BABATIVA y JOSÉ INÉS GUTIÉRREZ PÉREZ e inadmitir la
demanda de casación promovida por el defensor de GERLIS
ZAVIER BETANCUR CASTRO.

5.- El expediente fue enviado al Juzgado Segundo de


Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Santa Marta para
que este se encargara de vigilar el cumplimiento de la pena.

6.- El 8 de septiembre de 2020, LUIS EDWIN QUIROGA


POVEDA presentó solicitud de libertad condicional, amparándose
en lo estipulado en la Ley 1709 de 2014.1

7.- En vista de la solicitud realizada por el condenado


QUIROGA POVEDA, el Juzgado vigilante de la pena, a través de
auto de 19 de octubre del hogaño, no concedió la libertad
condicional del condenado.2

1 Visible a folios 9 a 12, Archivo Digital “img20201215_10153696”


2 Visible a folios 77 a 81, Archivo Digital “img20201215_10153696”

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

8.- Inconforme con la decisión, LUIS EDWIN QUIROGA


POVEDA, el 3 de noviembre de 2020, interpuso recurso de
apelación contra la decisión de negar su libertad condicional.

DE LA SOLICITUD DE LIBERTAD

El condenado LUIS EDWIN QUIROGA GUTIÉRREZ,


amparándose en lo dispuesto en la Ley 1709 de 2014, solicitó que
se le concediera el subrogado de la libertad condicional,
afirmando que, en segunda instancia, al momento de calificar la
conducta punible, no fue calificada de grave, por lo que, en su
opinión y de acuerdo con la previa valoración de la conducta
punible, este requisito determinado por la jurisprudencia penal se
encuentra satisfecho.

Menciona que si bien a través de la Ley 1121 de 2006, la


cual estaba vigente para la época de los hechos que originaron la
presente investigación, establecía las conductas especialmente
graves y las privaba de cualquier subrogado o beneficio, no es
menos recalcar que de acuerdo a los parámetros establecidos por
la Corte Constitucional y la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, es menester aplicar en principio de favorabilidad y, en
consecuencia, tener en cuenta lo dispuesto por la Ley 1709 de
2014.

Igualmente, recalca que en cuanto al requisito objetivo del


cumplimiento de las 3/5 partes de la pena impuesta, comoquiera

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

que, si bien al 18 de junio de 2020 le fueron reconocidos 52


meses y 11 días como tiempo purgado de la pena, el Juzgado de
Ejecución de Penas ha omitido incluir el tiempo purgado de la
pena durante la medida de aseguramiento, la cual se desarrolló
desde el 5 de septiembre de 2009 hasta el 25 de enero de 2012.

Por otra parte, narra que cuenta con un adecuado


comportamiento durante su reclusión penitenciaria, contando
con arraigo social y familiar, por lo que considera que no es
necesario continuar con la ejecución de la pena.

DE LA DECISIÓN IMPUGNADA

El Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de


Seguridad de Santa Marta, a través de auto de 19 de octubre de
2020, se pronunció sobre la solicitud de libertad condicional del
condenado.

Tras hacer una revisión de la documentación remitida por el


Establecimiento Penitenciario y Carcelario de esta ciudad, afirma
el despacho de Ejecución de Penas que al 19 de octubre de 2020,
fecha en la que se emitió la decisión, había cumplido CINCUENTA
Y SIETE (57) meses y DIECINUEVE (19) días de prisión, por lo
que no cumple con el requisito objetivo de haber cumplido con las
3/5 partes de la pena impuesta a fin de poder concedérsele el
subrogado de la libertad condicional.

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

Por otra parte, menciona que para la fecha de los hechos,


regía la Ley 1121 de 2006, a través de la cual se excluía de
beneficios a los condenados por el delito de CONCIERTO PARA
DELINQUIR AGRAVADO, punible por el cual fuera condenado el
procesado QUIROGA POVEDA. Por ello, asegura que es imposible
conceder al solicitante el beneficio deprecado.

DE LA APELACIÓN

El procesado LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA interpuso


recurso de apelación contra el auto interlocutorio que le negó la
libertad condicional. Insiste el actor en el hecho de que si bien
para la época de los hechos se encontraba vigente la Ley 1121 de
2006, gracias a la jurisprudencia de la Corte Constitucional y de
la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, debe darse
aplicación al principio de favorabilidad y, en consecuencia,
aplicar en su totalidad la Ley 1709 de 2014.

Ahora, frente al tiempo cumplido de la pena, rechaza el


apelante lo expuesto por el Juzgado Segundo de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de Santa Marta, comoquiera que
manifiesta que ese Despacho ignoró descontar el tiempo que el
solicitante había purgado de la pena mientras se encontraba
privado de la libertad por la medida de aseguramiento que le
fuera impuesta entre el 5 de septiembre de 2009 y el 25 de enero
de 2012.

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

CONSIDERACIONES DE LA SALA

Las Salas Penales de Decisión de los Tribunales Superiores


de Distrito Judicial son competentes para conocer de los recursos
de apelación en los procesos que conocen en primera instancia
los Jueces del Circuito, por tanto, esta Sala se encuentra
facultada para resolver de fondo el recurso objeto de la presente
decisión -art. 76 Ley 600 de 2000-.

En punto de resolver los motivos de la inconformidad


postulados por el recurrente en el presente asunto, entrará a
estudiar la Colegiatura si del decurso procesal apreciado se puede
extraer la revocatoria de la decisión venida en alzada y, en
consecuencia, conceder la libertad condicional del condenado
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.

Para resolver este tópico, considera imperioso para la Sala


realizar un análisis de la figura de la libertad condicional.

1.- Sobre la norma legal de libertad condicional


aplicable al presente asunto.

El instituto de la libertad condicional está previsto en el


artículo 64 del Código Penal, disposición normativa que ha
sufrido modificaciones por el artículo 5 de la Ley 890 de 2004,

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CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

artículo 26 de la Ley 1121 de 2006, artículo 25 de la Ley 1453 de


2011, artículo 4 de la Ley 1773 de 2016 y artículo 30 de la Ley
1709 de 2014, por lo que es necesario determinar cuál es la
normatividad aplicable al caso concreto.

De acuerdo con la fecha del informe sobre la comisión de los


hechos que dieron origen a la condena impuesta a LUIS EDWIN
QUIROGA POVEDA, el 14 de noviembre de 2007, la norma
vigente para esa fecha era la Ley 1121 de 2006. Dicha norma, en
su artículo 26, plantea lo siguiente:

“ARTÍCULO 26. EXCLUSIÓN DE BENEFICIOS Y


SUBROGADOS. Cuando se trate de delitos de terrorismo, financiación
de terrorismo, secuestro extorsivo, extorsión y conexos, no procederán
las rebajas de pena por sentencia anticipada y confesión, ni se
concederán subrogados penales o mecanismos sustitutivos de la pena
privativa de la libertad de condena de ejecución condicional o
suspensión condicional de ejecución de la pena, o libertad condicional.
Tampoco a la prisión domiciliaria como sustitutiva de la prisión, ni habrá
lugar ningún otro beneficio o subrogado legal, judicial o administrativo,
salvo los beneficios por colaboración consagrados en el Código de
Procedimiento Penal, siempre que esta sea eficaz.”

Ahora, una vez observado el recurso de apelación


presentada por el condenado, se encuentra que el procesado, en
aras de aplicar el principio de favorabilidad, solicita que se dé
cabida a la totalidad de la Ley 1709 de 2014, comoquiera que la
misma es más beneficiosa para sus intereses.

La anterior norma modifica el artículo 68A de la Ley 599 de


2000, variando la lista de los delitos por los cuales no ha de
prosperar la concesión de determinados beneficios. A fin de
verificar lo mencionado por el apelante sobre la aplicación del

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

principio de favorabilidad, es necesario estudiar dicha


modificación:

“<INCISO 2> Tampoco quienes hayan sido condenados por delitos


dolosos contra la Administración Pública; delitos contra las personas y
bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario; delitos
contra la libertad, integridad y formación sexual; estafa y abuso de
confianza que recaigan sobre los bienes del Estado; captación masiva y
habitual de dineros; utilización indebida de información privilegiada;
concierto para delinquir agravado; lavado de activos; soborno
transnacional; violencia intrafamiliar; hurto calificado; extorsión,
lesiones personales con deformidad causadas con elemento corrosivo;
violación ilícita de comunicaciones; violación ilícita de comunicaciones o
correspondencia de carácter oficial; trata de personas; apología al
genocidio; lesiones personales por pérdida anatómica o funcional de un
órgano o miembro; desplazamiento forzado; tráfico de migrantes;
testaferrato; enriquecimiento ilícito de particulares; apoderamiento de
hidrocarburos, sus derivados, biocombustibles o mezclas que los
contengan; receptación; instigación a delinquir; empleo o lanzamiento de
sustancias u objetos peligrosos; fabricación, importación, tráfico,
posesión o uso de armas químicas, biológicas y nucleares; delitos
relacionados con el tráfico de estupefacientes y otras infracciones;
espionaje; rebelión; y desplazamiento forzado; usurpación de inmuebles,
falsificación de moneda nacional o extranjera; exportación o importación
ficticia; evasión fiscal; negativa de reintegro; contrabando agravado;
contrabando de hidrocarburos y sus derivados; ayuda e instigación al
empleo, producción y transferencia de minas antipersonal.” (Subrayado
fuera de texto)

De la precitada norma se encuentra que, en principio, no


sería cierto lo que sostiene el condenado en su recurso,
comoquiera que la norma que pretende hacer ver como más
favorable, también excluye el delito por el cual QUIROGA
POVEDA fue condenado, por lo que tampoco apoya su petición.

Sin embargo, el mismo artículo 68A, en su parágrafo 1,


aduce que “lo dispuesto en el presente artículo no se aplicará a la
libertad condicional contemplada en el artículo 64 de este Código,
ni tampoco para lo dispuesto en el artículo 38G del presente
Código”.

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CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

Revisado el legajo procesal, se encontró que tanto el


solicitante condenado como el Despacho de primer grado
incurrieron en error comoquiera que atribuyeron a una norma en
particular, una calidad que está expresamente prohibida por el
legislador, toda vez que dicha prohibición – artículo 68 A – no
aplica a la libertad condicional contemplada en el artículo 64 de
este Código, ni tampoco para lo dispuesto en el artículo 38G de la
ley 599 de 2000. Por ello, considera la Sala que el Juzgado
Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad incurrió
en error durante el desarrollo de los argumentos esgrimidos en la
decisión de 19 de octubre de 2020, por lo que se hace necesario
para esta Sala, hacer un estudio de la viabilidad de la libertad
condicional solicitada en favor de LUIS EDWIN QUIROGA
POVEDA.

El artículo 64 de la Ley 599 de 2000 plantea los requisitos


dispuestos por el legislador para la concesión de la libertad
condicional:

“ARTICULO 64. LIBERTAD CONDICIONAL. <Artículo modificado por el


artículo 30 de la Ley 1709 de 2014. El nuevo texto es el siguiente:>
<Aparte subrayado CONDICIONALMENTE exequible> El juez, previa
valoración de la conducta punible, concederá la libertad condicional a la
persona condenada a pena privativa de la libertad cuando haya
cumplido con los siguientes requisitos:

1. Que la persona haya cumplido las tres quintas (3/5) partes de la


pena.

2. Que su adecuado desempeño y comportamiento durante el


tratamiento penitenciario en el centro de reclusión permita suponer
fundadamente que no existe necesidad de continuar la ejecución de la
pena.

3. Que demuestre arraigo familiar y social.

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

Corresponde al juez competente para conceder la libertad condicional


establecer, con todos los elementos de prueba allegados a la actuación,
la existencia o inexistencia del arraigo.

En todo caso su concesión estará supeditada a la reparación a la


víctima o al aseguramiento del pago de la indemnización mediante
garantía personal, real, bancaria o acuerdo de pago, salvo que se
demuestre insolvencia del condenado.

El tiempo que falte para el cumplimiento de la pena se tendrá como


periodo de prueba. Cuando este sea inferior a tres años, el juez podrá
aumentarlo hasta en otro tanto igual, de considerarlo necesario.”

Antes de entrar a desarrollar los requisitos planteados para


la concesión de la libertad condicional, tal y como lo establece el
precitado articulado, es necesario valorar la conducta punible.

El artículo 64 del Código Penal modificado por el artículo 30


de la Ley 1709 de 2014 establece como requisito previo para
estudiar la libertad condicional, la valoración de la conducta
punible, análisis que según lo ha establecido la Corte
Constitucional en la sentencia C – 757 de 2014, teniendo como
referencia la Sentencia C-194 de 2005, determinó, en primer
lugar, cuál es la función del juez de ejecución de penas y, de
acuerdo a ésta, cuál es la valoración de la conducta punible que
debía realizar.

“…El juicio que adelanta el Juez de Ejecución de Penas tiene una


finalidad específica, cual es la de establecer la necesidad de continuar
con el tratamiento penitenciario a partir del comportamiento carcelario
del condenado. En este contexto, el estudio del Juez de Ejecución no se
hace desde la perspectiva de la responsabilidad penal del condenado –
resuelta ya en la instancia correspondiente, ante el juez de
conocimiento- sino desde la necesidad de cumplir una pena ya
impuesta. En el mismo sentido, el estudio versa sobre hechos distintos a
los que fueron objeto de reproche en la sentencia condenatoria, cuáles
son los ocurridos con posterioridad a la misma, vinculados con el
comportamiento del sentenciado en reclusión.
[
…]

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LEY 600 DE 2000.
CONCIERTO PARA DELINQUIR AGRAVADO.
LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA.
RAD. 0771-20.

Los jueces de ejecución de penas no realizarían una valoración ex novo


de la conducta punible. Por el contrario, el fundamento de su decisión en
cada caso sería la valoración de la conducta punible hecha previamente
por el juez penal…”.

Adicionalmente, al reconocer que la redacción del artículo 64


del Código Penal no establece qué elementos de la conducta
punible deben tener en cuenta los jueces de ejecución de penas,
ni establece los parámetros a seguir para asumir las valoraciones
que de ella hicieron previamente los jueces penales en la
sentencia, señaló que:

“…Las valoraciones de la conducta punible que hagan los jueces de


ejecución de penas y medidas de seguridad para decidir sobre la
libertad condicional de los condenados debe tener en cuenta todas las
circunstancias, elementos y consideraciones hechas por el juez
penal en la sentencia condenatoria, sean éstas favorables o
desfavorables al otorgamiento de la libertad condicional…” (Se
resalta).

Posteriormente, en sentencias C-233 de 2016, T-640 de


2017 y T-265 de 2017, el Tribunal Constitucional determinó que,
para facilitar la labor de los jueces de ejecución de penas ante tan
ambiguo panorama, estos deben tener en cuenta siempre, que la
pena no ha sido pensada únicamente para lograr que la sociedad
y la víctima castiguen al condenado y que con ello vean sus
derechos restituidos, sino que responde a la finalidad
constitucional de la resocialización como garantía de la dignidad
humana.

Bajo este respecto, la Corte Suprema de Justicia ha


considerado que no es procedente analizar la concesión de la
libertad condicional a partir solo de la valoración de la conducta
punible, en tanto la fase de ejecución de la pena también debe ser

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examinada por los jueces ejecutores, en atención a que ese


periodo debe guiarse por las ideas de resocialización y reinserción
social, lo que de contera ha de ser estudiado.

Así se indicó en la sentencia CSJ STP15806-2019 rad.


107644 19 nov. 20193:

“…i) No puede tenerse como razón suficiente para negar la libertad


condicional la alusión a la lesividad de la conducta punible frente a los
bienes jurídicos protegidos por el Derecho Penal, pues ello solo es
compatible con prohibiciones expresas frente a ciertos delitos, como
sucede con el artículo 68 A del Código Penal.

En este sentido, la valoración no puede hacerse, tampoco, con base en


criterios morales para determinar la gravedad del delito, pues la
explicación de las distintas pautas que informan las decisiones de los
jueces no puede hallarse en las diferentes visiones de los valores
morales, sino en los principios constitucionales;

ii) La alusión al bien jurídico afectado es solo una de las facetas de la


conducta punible, como también lo son las circunstancias de mayor y de
menor punibilidad, los agravantes y los atenuantes, entre otras. Por lo
que el juez de ejecución de penas debe valorar, por igual, todas y cada
una de éstas;

iii) Contemplada la conducta punible en su integridad, según lo


declarado por el juez que profiere la sentencia condenatoria, éste es solo
uno de los distintos factores que debe tener en cuenta el juez de
ejecución de penas para decidir sobre la libertad condicional, pues este
dato debe armonizarse con el comportamiento del procesado en prisión y
los demás elementos útiles que permitan analizar la necesidad de
continuar con la ejecución de la pena privativa de la libertad, como bien
lo es, por ejemplo, la participación del condenado en las actividades
programadas en la estrategia de readaptación social en el proceso de
resocialización.

Por tanto, la sola alusión a una de las facetas de la conducta punible,


esto es, en el caso concreto, solo al bien jurídico, no puede tenerse, bajo
ninguna circunstancia, como motivación suficiente para negar la
concesión del subrogado penal.

Esto, por supuesto, no significa que el juez de ejecución de penas no


pueda referirse a la lesividad de la conducta punible para valorarla, sino

3CSJ STP15806-2019 rad. 107644 19 nov. 2019 y CSJ STP4236-2020 rad. 1176/111106
30 jun. 2020.

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que no puede quedarse allí. Debe, por el contrario, realizar el análisis


completo.

iv) El cumplimiento de esta carga motivacional también es importante


para garantizar la igualdad y la seguridad jurídica, pues supone la
evaluación de cada situación en detalle y justifica, en cada caso, el
tratamiento diferenciado al que pueda llegar el juez de ejecución de
penas para cada condenado…”.

En el presente asunto, esta misma Sala de Decisión Penal,


frente a la gravedad de la conducta de CONCIERTO PARA
DELINQUIR AGRAVADO, expuso lo siguiente:

“…En el caso sub examine, los procesados como se ha venido


manifestando, son personas plenamente capaces que llevaron a cabo
actuaciones contrarias a la expectativa de la norma puesto que produjo
pánico, temor e inseguridad en la sociedad ya que se asociaron con una
organización armada al margen de la Ley con el fin de seguir
delinquiendo inclusive con posterioridad a una desmovilización y un
proceso de justicia, paz y reparación para con la sociedad colombiana,
por lo que concluye la Colegiatura que hubo alevosía para con el Estado
y la Sociedad Colombiana porque nunca hubo ánimo de abandonar las
actividades delincuenciales de manera que se conocía y se quería
cometer varios delitos, por lo que su comportamiento y voluntad
configuraron el tipo de injusto con altísimo grado de reproche debido a
que la realización de su conducta se hizo en gran parte traicionando el
proceso de paz, justicia y reparación llevado a cabo por el gobierno, en
el cual mucho de los procesados se comprometieron a no seguir
delinquiendo, y sin embargo, siguieron dedicados a actividades
ilegales…”4.

De esta narración se da cuenta de cómo el Juez de


Conocimiento de Segunda Instancia, a la hora de valorar la
conducta punible, estableció que la misma fue de alta gravedad,
en atención a que atentó plenamente contra el Estado y la
sociedad colombiana, generando pánico, temor e inseguridad.

Ahora, si bien el comportamiento del sentenciado en el


establecimiento carcelario ha sido adecuado para el fin

4Folio 70, Archivo digital “CUADERNO JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO ESPECIALIZADO
ARLESAY NIETO BABATIVA”.

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resocializador, esa no es la única exigencia que debe atenderse al


momento de estudiar la petición de libertad condicional, ya que
obliga a la judicatura, hacer lo propio respecto a la conducta
ejecutada, como se hizo precedentemente, siendo este el soporte
para denegar la pretensión, no obstante, el adecuado desempeño
y el concepto favorable emitido por el INPEC.

Bajo tales condiciones, se constata que se niega la libertad


condicional en la necesidad de continuar con la ejecución de la
pena intramural de cara a la valoración de la gravedad de la
conducta cometida por hoy condenado.

Por lo anterior, y atendiendo lo esbozado por el Juez de


Primera Instancia, habrá de CONFIRMARSE el auto interlocutorio
proferido el 19 de octubre de 2020 por el Juzgado Segundo de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, mediante el cual se
negó la libertad condicional de LUIS EDWIN QUIROGA POVEDA,
por motivos distintos a los expuestos por el el Juez a quo.

Por lo expuesto, LA SALA DE DECISIÓN PENAL DEL


TRIBUNAL SUPERIOR DE DISTRITO JUDICIAL,

RESUELVE

PRIMERO. - CONFIRMAR el auto interlocutorio adiado el


19 de octubre de 2020 mediante el cual el Juzgado Segundo de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Santa Marta
(Magdalena) negó la libertad condicional de LUIS EDWIN

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QUIROGA POVEDA, por las razones expresadas en la parte


motiva.

SEGUNDO. - Contra la presente decisión no procede


recurso.

TERCERO. - DEVUÉLVANSE las diligencias a la oficina de


origen.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.

Los Magistrados,

JOSÉ ALBERTO DIETES LUNA

CARLOS MILTON FONSECA LIDUEÑA DAVID VANEGAS GONZÁLEZ

JONÁS DAVID GÁMEZ ARRIETA


Secretario

17
• , La justicia
INPEC
Irattn.to Madama Pannenewo• y Can comió
es de todos
Minjusticia

314-EPMSCSM- AJUR

EL SUSCRITO, JEFE DE LA OFICINA DEL AREA JURIDICA DEL ESTABLECIMIENTO


PENITENCIARIO DE MEDIANA SEGURIDAD Y CARCELARIO DE SANTA MARTA

CERTIFICAN QUE:

El Señor QUIROGA POVEDA LUIS EDWIN, quien se identifica con la Cedula de Ciudadanía N°.
85.150.986 expedida en Santa Marta-Magdalena, consultando la plataforma SISIPEC WEB,
mediante búsqueda en CONSULTA EJECUTIVA, registra que fue capturado el 5/09/2009, recluido
en EPMSC SANTA MARTA el 8/09/2009, hasta el 9/05/2010, que fue trasladado a EPMSC
MONTERIA hasta el 9/10/2010, que fue trasladado a EPMSC SANTA MARTA, hasta el
11/12/2010, que fue trasladado a EPMSC MONTERIA, hasta el 25/01/2011, que fue
trasladado a EPMSC SANTA MARTA, hasta el 26/01/2011, que fue trasladado a EPMSC
MONTERIA, hasta el 21/05/2011, que fue trasladado a EPMSC SANTA MARTA, hasta el
7/06/2011, que fue trasladado a EPMSC MONTERIA, hasta el 20/08/2011, que fue trasladado
a EPMSC SANTA MARTA, hasta el 5/09/2011, que fue trasladado a EPMSC MONTERIA,
hasta el 19/01/2012, que fue trasladado a CMS BARRANQUILLA, dejado en LIBERTAD POR
AUTORIDAD el día 25/01/2012, hasta el 12111/2016, fecha que fue RECAPTURADO y
recluido en EPMSC SANTA MARTA el 15/11/2016, bajo el proceso radicado 2010.00042/2015-
00565, CONDENANDO, por el delito de EXTORSION AGRAVADO Y CONCIERTO PARA
DELINQUIR AGRAVADO.

Se expid resente certificación en la ciudad de Santa Marta, previa solicitud del apoderado, a los
10 d es de Ju os2O2O.

DR. JAVIER ALO SO REDON 'OH.


ASESOR JURIDI O EPMSCS

Proyecto: JAVIER ALO O REDONDO H.


- Elaboro: JOSE VARIO ANTILLO PACHECCUJUDICANTE
Calle 24 con Cía 17' 3
juriclica.epcsantamarta@inpec.gov.co

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