LA IMPORTANCIA DECONOCER A DIOS

(Jeremías 24:7)

Este versículo marca la orientación para su pueblo y para la iglesia de este tiempo. Conocer a
Dios implica una relación íntima y personal, solo conociendo a Dios puede haber un cambio en
la persona, Jesús dijo: “Esta es la vida eterna que te conozcan a ti el único Dios verdadero”
(Jn.17:3), no hay salvación en el intelecto, Pablo dice que con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación (Ro. 10:10). Quiero mencionar dos cosas ¿Qué es
conocer a Dios?, y ¿Cómo puedo conocer a Dios?

I. ¿QUÉ ES CONOCER A DIOS?

A. conocer a Dios no es un asunto intelectual, ni es sinónimo de saber

1. puede saber toda una teología, pero con un corazón vacío

2. puede haber una alabanza, pero no hay adoración

3. conocer a Dios, es rendirse incondicionalmente a él (Romanos 12:1)

4. conocer a Dios es imprescindible para ser salvo (Juan 17:3)

B. profesar una religión, no es conocer a Dios

1. la religión como finalidad nos aleja del conocimiento de Dios (Isaías 1:13-15)

2. Dios llama a su pueblo a venir a sus atrios con alabanza y regocijo (Mt. 7:22)

3. Dios exige una relación espiritual, no una relación litúrgica (Is. 29:13)

4. Dios no está solamente en una expresión de fe (Tito 1:16)

II. ¿COMO PUEDO CONOCER A DIOS?

A. le conocemos por medio de la palabra

1. no solo intelectual, conocimiento con el alma, espíritu y corazón (He. 4:12)

2. a Dios le conocemos por medio de su palabra (Juan 17:8)

3. cuando le conocemos, viene a nuestra vida para hacer morada (Juan 14:23)

B. le conocemos por medio de la oración

1. comunión con Dios permanente (1ª Ts. 5:17)

2. con una actitud de agradecimiento (Col. 4:2)

C. le conocemos por medio de Cristo

1. es la imagen del Dios invisible (Col. 1:15)

2. Cristo lo ha dado a conocer (Juan 1:18)

3. el que tiene al Hijo, tiene al Padre (Mt. 11:27)

Conclusión

Conocer a Dios implica una relación constante y permanente, no es una actividad con
propósitos religiosos es una actitud convincente. Dios exige que le conozcamos, pero no
solamente con el intelecto, si no por medio de una relación íntima que sobrepasa a todo
entendimiento humano.