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LA REVOLUCIÓN RUSA
INTRODUCCIÓN.
1. EL HUNDIMIENTO DEL RÉGIMEN ZARISTA.
1.1. Rusia a comienzos del S. XX
1.2 La oposición política.
1.3. La revolución de 1905 y sus consecuencias.
2. LAS REVOLUCIONES DE 1917.
2.1. La Revolución de febrero.
2.2. La Revolución bolchevique de octubre.
3. LA CONSTRUCCIÓN DEL LA URSS.
3.1. La obra de Lenin (1917-1924).
3.1.1. La salida de la I Guerra Mundial.
3.1.2. La guerra civil (1918-1920).
3.1.3. La creación del Estado Soviético Federal
3.1.4. El comunismo de guerra y la NEP
3.2. La era de Stalin (1924-1939)
3.2.1. La dictadura de Stalin.
3.2.2. Evolución económica: planes quinquenales y colectivización.
INTRODUCCIÓN
Al igual que la Revolución francesa, la Revolución rusa representa un hito crucial para la
Historia contemporánea. Su triunfo permitió la transformación de un país atrasado en una potencia
industrial de primer orden, un período no superior a los veinte años; pero además presentó al mundo
nuevas formas de organización económica, social y política. Desde el primer momento, el triunfo de la
revolución significó para muchos trabajadores europeos el establecimiento del primer “Estado
obrero” de la Historia, y por ello la realización de los sueños del socialismo decimonónico. En cambio,
los gobiernos y las clases sociales privilegiadas vieron con temor el éxito bolchevique, mientras la
mayoría de los socialistas ponían de manifiesto su incomodidad ante una revolución cuyo triunfo
admiraban, pero cuyos resultados, en especial en el terreno político, les parecían rechazables. Nadie,
en todo caso, pudo permanecer indiferente ante el conjunto de acontecimientos que a partir de 1917
sacudieron el antiguo Imperio zarista.
El Imperio ruso durante el s. XIX estaba formado por una enorme extensión territorial que
se desarrollaba en una gran franja desde las riberas del Báltico y el Negro, al oeste, hasta el mar de
Ojost, en el Pacífico. Los zares de la dinastía Romanov, entronizada desde los años iniciales del s.
XVII, habían conseguido esta enorme extensión territorial gobernando de forma autocrática.
Durante la segunda mitad del XIX y comienzos del XX, cuando ya en Europa occidental se había
alcanzado la democracia y se había producido un gran desarrollo industrial, resultaban anacrónicas las
formas económicas, aun señoriales, y políticas del Imperio ruso.
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1.2. Rusia a comienzos del s. XX
De este modo, la revolución de 1917 es un proceso que se va a ir gestando desde comienzos
del siglo. Desde entonces, e incluso antes, Rusia presentaba unas características muy concretas en
distintos ámbitos como son:
Por lo que respecta a la población, ésta se caracteriza por dos rasgos esenciales:
El constante crecimiento que experimenta, muy superior al europeo, como lo demuestran
las cifras: si en 1857 eran 63 millones de rusos, en 1896 la población se elevaba a 92
millones, para alcanzar en 1913 los 122 millones.
De este modo, la superpoblación existente va a afectar a las áreas rurales y a
contribuir al crecimiento urbano en ciudades como San Petersburgo, Moscú y Kiev.
La heterogeneidad étnica. El Imperio está formado por territorios conquistados a lo largo
de los siglos XVIII y XIX. Ello genera la formación de un imperio plurinacional caracterizado
por los problemas de asimilación, que se van a intentar solucionar de manera drástica:
mediante la rusificación. En el seno del Imperio conviven: grandes rusos, ucranianos o
pequeños rusos, bielorrusos o rusos blancos, eslavos, bálticos, polacos, rumanos, griegos,
alemanes, musulmanes, judíos...
En cuanto a la esfera de la política, Rusia es una verdadera autocracia. El régimen descansa sobre
cuatro pilares fundamentales:
la policía, encargada de ejercer una férrea censura para controlar la presa y de vigilar las
fronteras.
la Iglesia ortodoxa, que controla la educación e influye en el medio rural.
la burocracia
el ejército.
De esta manera, obviamente, no existen instituciones parlamentarias, ni división de poderes,
ni nada que recuerde a los regímenes políticos occidentales del momento. Las cárceles estaban llenas
de delincuentes comunes y de presos políticos. En este ambiente socialmente represivo era lógico que
naciesen organizaciones y grupos clandestinos que luchaban por las libertades sociales.
No obstante, tradicionalmente, durante todo el siglo XIX, había existido, dirigido por las
élites culturales rusas, una oposición a la autocracia zarista y contraria al anquilosamiento de la
sociedad rusa. Este es el movimiento conocido con “Intelligentsia”. Tuvo sus raíces en la
profundización, promovida por las minorías ilustradas rusas, en el conocimiento de las
particularidades propias del país a partir del Romanticismo. Desde A. Pushkin (1799-1837) a Leon
Tolstoi (1828-1910), la “Intelligentsia” denunció constantemente la situación social y económica rusa,
considerando que era primordial cambiarla por completo para conseguir definitivamente el progreso
necesario. Se trató de acciones individuales, aisladas pero constitutivas del germen de los futuros
movimientos socializantes rusos. Dentro de estos autores existen dos líneas claras en relación con la
dirección de los cambios:
la primera, la “occidentalista”, pretende imitar los logros que el liberalismo había introducido en
los países occidentales, basado en el desarrollo del capitalismo industrial.
la segunda, “eslavófila”, ensalza las virtudes propias del campesinado ruso pretendiendo llegar a un
sistema socializante basado en la implantación del socialismo en el predominante campo ruso y
alejándose de los corrompidos modelos occidentales. De esta segunda tendencia partieron los
movimientos de talante socialista más típicamente rusos, a partir de la segunda mitad del XIX:
Populismo y Nihilismo.
En realidad, las ideologías populista y nihilista son ramas del mismo tronco. El término
“populismo” deriva de la acción política de Alejandro Herzen, su principal impulsor, cuya consigna
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básica dirigida a los estudiantes rusos era “acercaos al pueblo”. Por su parte, el término “nihilismo”
fue empleado por primera vez por Turguéniev (en “Padres e hijos”) para reflejar la actitud de
pesimismo de la conciencia nacional rusa producida por la derrota de Crimea. Cualquier radical ruso
del XIX lo usaría para destacar que la única vía de progreso ruso debía basarse en la destrucción del
orden social existente cobijado por la autocracia zarista. Ambos movimientos son eslavófilos y
socializantes. Eran partidarios de que la única vía revolucionaria era la destrucción del Estado ruso
por medio de una revolución campesina, que debía aparecer de forma espontánea y que llevaría hacia
la socialización de la tierra sin pasar por la fase del liberalismo industrial implantado en los países
occidentales
Estos primeros movimientos radicales rusos, incoherentes y poco organizados, entroncaron
con los movimientos socialistas de línea marxista posteriores, que llevarían a la formación del Partido
Socialdemócrata.
En el ámbito de la economía, lo más destacable es la existencia de una clara dualidad entre el peso
de la agricultura y el poco desarrollo industrial.
La agricultura es el sector fundamental de la economía, como lo demuestra el hecho de que de
los 120 millones de rusos unos 100 fueran campesinos. Una agricultura que se caracteriza por los
graves problemas estructurales que padece y por ser una agricultura tradicional e insuficiente.
Pervivían aún usos señoriales en el trabajo de la tierra y ésta se mostraba incapaz para alimentar a
una población que crecía a un ritmo superior al de las demás potencias europeas.
El decreto de 1861 que abolía la servidumbre en Rusia y repartía las tierras entre los
campesinos fue propulsado por el zar Alejandro II como único medio para alcanzar la modernización
del país. Sin embargo no satisfizo en absoluto las aspiraciones de los campesinos ya que:
- debían pagar su propia liberación,
- debían amortizar al Estado, que adelantó el dinero, el valor de la tierra recibida y
- quedaban vinculados a la comunidad agraria (mir) que legalmente se hacía responsable de la deuda.
Por ello, el campesino no era, ni mucho menos, totalmente libre al tener obligatoriamente que
residir en la comunidad y al tener que sujetarse a un sistema agrario en común, como si se tratase de
los viejos y entonces ya anacrónicos sistemas señoriales. Además la emancipación de los siervos fue
acompañada de la disminución del lote de tierra que antes cultivaban y del aumento de los impuestos.
En consecuencia, ni mejoró la situación social del campo ruso ni tampoco la productividad de
las tierras. No se trató de una reforma en la línea capitalista como las que se habían producido en la
Europa occidental. Los campesinos no eran completamente libres, habían cambiado su vinculación a los
señores por su sujeción al Mir y a esto se añadía la obligación de aportar su parte correspondiente a
la tributación colectiva de la que la comunidad era responsable ante el Estado. A éste le resultaba
imposible renunciar a este tipo de tributación colectiva ya que no existían catastros y estaba
acuciado por el pago de los intereses de una elevada Deuda Pública.
El campo ruso fue cada vez más incapaz de alimentar a una creciente población agrícola,
mayoritaria y que carecía del necesario poder adquisitivo para constituir un mercado interior de
productos industriales. Los campesinos se veían obligados a fabricarse sus propios artículos de
consumo, inmersos en una verdadera economía de autoconsumo. Se hacía necesaria una auténtica
reforma agraria que liberase tierras y hombres. Esta se produciría más tarde de la mano de la
Revolución de 1905.
Por lo que respecta al incipiente sector industrial, el principal estímulo para el desarrollo
industrial fue la construcción del ferrocarril. Inicialmente, para el tendido de la red ferroviaria se
importaba todo el material hasta que la producción de las industrias de los Urales pudo hacer frente
a la demanda.
Los capitales se obtuvieron en el extranjero ya que ni el mercado nacional ruso de capitales
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ni el Estado estaban en disposición de proveerlos. A partir de la aproximación diplomática ruso-
francesa en la última década del XIX, comenzó la llegada de capitales franceses que permitieron la
industrialización de Petersburgo, Moscú, los Urales y Ucrania occidental. También en la
Transcaucasia, al disponer de petróleo, alcanzó un gran auge industrial y lo mismo ocurrió con la
Polonia rusa gracias a las industrias textiles y las minas de carbón de la Alta Silesia oriental.
Fundamentalmente creció la industria siderúrgica, al amparo de las disponibilidades de
carbón, permitiendo suministrar acero y el hierro fundido necesario para los tendidos ferroviarios.
Sin embargo, las zonas industriales eran relativamente pequeñas en la inmensidad de un Imperio, en
cuyas estructuras económicas seguía predominando la agricultura, en medio de la miseria de la mayor
parte de la sociedad rusa. En estas condiciones no existió en el interior del país una demanda estable
y consolidada que hubiese permitido el adecuado desarrollo industrial.
Ante las escasas posibilidades de crear capital propio, la banca privada surgió a finales del
XIX, apoyada por capital extranjero (alrededor del 40% de participación en los grandes bancos).
Desdo los primeros años del XX además de las inversiones francesas comenzaron a acudir capitales
belgas, ingleses e incluso alemanes, hasta el punto de que en 1914 un tercio del capital invertido en
Rusia era extranjero.
En conclusión, durante los años iniciales del s. XX, el Imperio ruso sólo fue industrialmente
capaz de desarrollar islotes industriales volcados mayoritariamente en la fabricación de acero y
hierro necesarios para la construcción del tendido ferroviario en sus dos arterias fundamentales:
Transiberiano y Transcaspiano. El ferrocarril en Rusia fue vital al unir lejanos territorios y crear
nuevos mercados. También abrió nuevos espacios a la emigración, teniendo en cuenta el
extraordinario crecimiento demográfico producido durante el s. XIX.
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tendencias campesinas nihilistas y populistas.
El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, nacido en el congreso clandestino de Minsk en
1898, tiene una raíz marxista. Muy pronto, en 1903, se delimitan en su seno dos tendencias
claras, que acaban escindiéndose en 1912:
los bolcheviques o mayoritarios (aunque sólo inicialmente tienen la mayoría y no
vuelven a recuperarla hasta octubre de 1917 en el segundo Congreso de los Soviets).
Defienden la insurrección proletaria inmediata y la toma del Estado para implantar el
socialismo. Representa a los obreros fabriles y a una facción del campesinado pobre.
Se les denominará también P. Comunista.
los mencheviques o minoritarios. Defienden la evolución natural de la sociedad
hacia el socialismo y la toma del poder político por los trabajadores.
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la persistencia de la corrupción de la Administración en todos sus niveles.
Políticamente el Manifiesto de Octubre de 1905, intentó introducir un régimen constitucional
por medio de la implantación de una Duma elegida por sufragio universal. Las primeras elecciones
realizadas por este medio dieron un triunfo aplastante al partido de los Kadetes. Sin embargo, no se
trató de un verdadero régimen constitucional puesto que fue creado un Consejo de Estado, a modo de
Cámara parlamentaria alta, designado enteramente por el Zar y que tenía la facultad de controlar a la
Duma. Además el propio Zar tenía derecho de veto sobre cualquier ley emanada del legislativo e
igualmente la facultad de disolver la Duma cuantas veces lo considerase oportuno. Además, en este
camino de restricción de derechos políticos, Stolypin, primer ministro e impulsor de la reforma
agraria, restringió, en 1907, el derecho de sufragio limitándolo a las clases más acomodadas. El
reforzamiento de la autocracia zarista estaba así asegurado.
En el ámbito agrario, subsistieron los problemas a pesar de los intentos de modernización del
campo impulsados por Stolypin. Los fines fundamentales de su reforma agraria perseguían suprimir la
vinculación de los campesinos al mir existente desde la abolición de la servidumbre y crear una clase
de campesinos propietarios que apoyasen al régimen establecido. Los campesinos podían poseer
libremente las tierras que cultivaban y se les perdonaban sus antiguas deudas con el Estado,
contraídas desde 1861. Sin embargo, estas reformas no consiguieron redistribuir equitativamente la
propiedad agraria (las tierras de nobles y clero no fueron repartidas). Muchos campesinos no
pudieron mantener sus propiedades y acabaron vendiéndolas y emigrando a las ciudades, engrosando
las filas del proletariado urbano que arrastraba penosas condiciones de vida. Surgió, sin embargo, una
nueva clase de campesinos acomodados, los kulaks, que compraron las tierras en venta. De modo que
la propiedad siguió estando concentrada, quedaron sin resolver los problemas agrarios y continuó la
existencia miserable de las masas campesinas.
En vísperas de la Revolución de 1917, al margen de las tierras del Zar, 30.000 propietarios
detentaban la propiedad de la mitad de las tierras cultivables en Rusia. Si tenemos en cuenta que la
agricultura era la principal fuente de riqueza y el impresionante aumento de la población rusa, queda
clara la pésima distribución de la renta agraria existente, en detrimento de las masas campesinas,
proclives a cualquier tipo de revolución social.
En el terreno industrial no se produjo el avance requerido aunque si que existió un relativo
crecimiento. Los datos estadísticos ponen de manifiesto el bajo nivel industrial ruso en relación con
las potencias industriales de la época. También la renta per cápita era inferior a la de estos países.
Sin embargo, no hay que negar ciertos progresos económicos agrícolas e industriales que, no
obstante, fueron incapaces de equilibrar las rentas familiares, creando una fuerte inestabilidad
social.
Por lo que respecta a la corrupción, ésta era coriente en todos los niveles de la
Administración. El Zar Nicolás II, cúspide del poder autocrático, permanecía retirado de los asuntos
de gobierno. Sobre él y su esposa Alejandra ejercía una gran influencia la camarilla cortesana
dirigida por Rasputin, clérigo que moriría asesinado en un complot en 1916 protagonizado por
miembros de la propia nobleza. El desinterés y la apatía conducían a la corrupción administrativa.
En otro orden de cosas, hay que señalar que la experiencia revolucionaria de 1905 fue muy
valiosa para los socialdemócratas ya que:
- vino a poner de manifiesto la importancia de los soviets.
- la labor teórica de Lenin a partir de ese momento significa:
. Adaptar el marxismo a la nueva situación creada en Rusia: la base revolucionaria es el
proletariado de los países atrasados.
. Diseñar una nueva estrategia en la que destaca el papel del partido como vanguardia del
proletariado, la dirección de los intelectuales y la necesidad del apoyo de los campesinos.
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2. LAS REVOLUCIONES DE 1917
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y personales.
la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
La actitud general del país fue la de aceptar al Gobierno provisional y la caída del zarismo.
Pero las grandes cuestiones que lo habían derribado seguían pendientes: las mejoras sociales de los
trabajadores, el reparto de la tierra entre el campesinado, las peticiones de autonomía de los pueblos
no rusos y, sobre todo, la paz. La posición del Gobierno provisional ante la guerra y los problemas de
abastecimiento se convirtieron en el centro de la batalla política en los meses siguientes.
El Gobierno provisional decide continuar en guerra guiado por móviles muy diferentes:
- el vínculo de la burguesía rusa con el capitalismo francés, inglés y belga.
- la ambición de lograr una expansión territorial hacia el mar por el sur.
- las perspectivas de reconstrucción económica de posguerra, que permitirían beneficiarse al país de
los préstamos de la Entente.
Además está la decisión de posponer la reforma agraria, rechazada por los latifundistas y
banqueros, que va a impedir el reparto de tierras, por lo que desde finales de marzo comienza la
ocupación espontánea de las mismas.
Ambas medidas frustran la euforia y aspiraciones populares, que iban más allá: mejoras
sociales, control de las fábricas, distribución de la tierra y fin de la guerra.
De este modo, en los meses siguientes a marzo la descomposición de la situación se puso de
manifiesto en las continuas crisis gubernamentales y en las manifestaciones de protesta.
En abril se produce la llegada de Lenin a Petrogrado desde su exilio en Suiza. Alemania permitió su
paso y el de otros dirigentes socialistas en un vagón sellado, con la intención de fomentar un
movimiento pacifista en Rusia. Inmediatamente después de su llegada, Lenin publica una serie de
artículos, son las Tesis de Abril. El resumen de este programa se estableció con la consigna “Paz,
tierra y todo el poder para los soviets”.
En mayo se forma un Gobierno de coalición, el primero, en que se integran mencheviques y
socialistas revolucionarios, que son mayoritarios en los soviets. La situación se deteriora por
momentos mientras que la actuación de este segundo Gobierno provisional se caracteriza por:
- el mantenimiento de la guerra.
- la falta de respuesta ante las reivindicaciones socio-económicas: defensa de los latifundios frente a
las ocupaciones campesinas y política de contención de salarios obreros.
- el fracaso de la ofensiva militar decidida por Kerenski en Galitzia (al suroeste de Polonia).
Ya en junio se celebra el primer Congreso de los soviets. En él se rechazan las tesis
bolcheviques.
Al mes siguiente se produce el levantamiento de la guarnición de Petrogrado, apoyado por los
bolcheviques. Su fracaso tiene como consecuencias:
- la represión del mismo y la detención de personajes tan destacados como Trotski y Zinoviev. Lenin
consigue huir y refugiarse en Finlandia.
- La formación de un tercer Gobierno provisional (el segundo de coalición) con Kerenski al frente.
En agosto se produce un golpe de signo contrario. El general Kornilov, comandante en jefe del
ejército, intenta un golpe de fuerza para provocar la constitución de un Gobierno enérgico, que
asegurase el orden en el país. La presencia ante Petrogrado de las tropas sublevadas obligó a
Kerenski a movilizar a todas las fuerzas revolucionarias para detener a Kornilov. Tuvo que solicitar la
ayuda de los bolcheviques, cuya actuación fue decisiva para paralizar la acción contrarrevolucionaria.
A partir de este momento los bolcheviques se convierten en mayoría en los soviets más importantes.
La degradación de la situación general del país llevó a Lenin a pasar a la acción.
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conseguir la aceptación de sus tesis en el seno del Partido Bolchevique. Según él era necesario lanzar
la insurrección armada inmediata. Opinaba que Kerenski, privado del apoyo del ejército tras la
derrota de Kornilov, no podría resistir. La organización del golpe bolchevique recayó en Trotski, que
era el presidente del soviet de la capital y como tal dirigía el comité militar revolucionario encargado
de la defensa de la ciudad.
En la noche del 24 al 25 de octubre las tropas y milicias bolcheviques ocuparon con gran
facilidad los puntos neurálgicos de Petrogrado: las comunicaciones (correos, telégrafos), los
transportes y las sedes administrativas (banco estatal, ministerios), e incluso, el Palacio de Invierno.
Los ministros, salvo Kerensky que pudo huir, quedaron arrestados. La toma del poder resultó
fácil. La misma noche, el II Congreso de los Soviets de Rusia, reunido en la capital, aceptó el poder
que le ofreció Lenin.
Los mencheviques y los eseritas abandonaron el congreso denunciando el golpe de Estado.
Se organiza la estructura de poder y se toman decisiones:
1. Se elige un gobierno obrero y campesino de comisarios del pueblo. Presidido por Lenin, y con
personajes como Trotski (comisario de asuntos exteriores) y Stalin (comisario para las
nacionalidades).
2. Se abordan los problemas cruciales mediante una serie de decretos:
. Firma inmediata de un armisticio para establecer una paz sin anexiones ni
indemnizaciones.
. Decreto sobre la tierra que abolía la gran propiedad, sin indemnizaciones, y que pasaba a
control de los soviets.
. Decreto sobre las empresas industriales y de servicios. El trato fue diferente para:
- los grandes negocios: grandes fábricas extractivas, metalúrgicas y de producción
de energía, bancos o ferrocarril, se nacionalizaron. El Estado controlaría también el
comercio exterior e interior.
- las pequeñas y medianas empresas pasaron a control obrero. Los propietarios
estaban obligados a acatar las decisiones tomadas por los comités obreros.
. Decreto sobre las nacionalidades. Frente a la política centralista y uniformadora, se
reconocía la igualdad y soberanía de las nacionalidades y su derecho a la autodeterminación y
libre federación con Rusia.
3. LA CONSTRUCCIÓN DE LA URSS
Rusia se había convertido en el primer país en el que un partido obrero alcanzaba el poder.
Sus raíces marxistas lo dotaban de un respaldo teórico, pero carecía de experiencias previas sobre la
construcción de una sociedad socialista.
Una vez alcanzado el poder, los problemas con los que se enfrentaban los bolcheviques eran
fundamentalmente cuatro: acabar con la participación rusa en la guerra europea, combatir a los
núcleos contrarrevolucionarios, organizar el Estado y la vida política y comenzar la reconstrucción
económica del país, tras largos años de conflictos bélicos. Todas estas cuestiones se entrecruzaron
en los años 1918-20 y dificultaron el funcionamiento del nuevo régimen, que sólo en los años veinte
conseguiría asentarse con solidez.
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3.1. LA OBRA DE LENIN (1917-1924).
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tuvo que dar pasos decisivos para la institucionalización de su poder. Las elecciones a la Asamblea
constituyente, celebradas a finales del 1917, otorgaron el triunfo a los socialistas revolucionarios,
que consiguieron unos 20 millones de votos y la mayoría de los diputados (410 de un total de 707); en
cambio, los bolcheviques a pesar de que acababan de adueñarse del poder, no llegaron a 10 millones de
votos y sólo lograron algo menos de la cuarta parte de los escaños (175). Liberales y mencheviques
conseguían, por su parte, resultados muy inferiores, En vista de todo esto y antes de que la Asamblea
comenzara sus trabajos, fue disuelta por la fuerza, como resultado de una decisión del Gobierno. De
este modo, y a partir del verano de 1918, los bolcheviques gobernaron solos, mientras los demás
partidos encontraban cada vez más dificultades para su actuación. Por fin, en 1920, tras la victoria
bolchevique en la guerra civil, las otras organizaciones dejaron de ser toleradas y sus reuniones
quedaron rigurosamente prohibidas.
La nueva organización del Estado se llevó a cabo bajo el poder cada vez más indiscutido del
Partido Bolchevique, que en marzo de 1918 comenzó a llamarse Partido Comunista.
En julio de 1918, el Congreso de los Soviets aprobó la primera Constitución soviética, en la
que:
1. El Estado adopta una estructura federal. Su denominación sería República Federal de los Soviets
de Rusia.
2. Se establece la Declaración de derechos del pueblo trabajador y explotado.
3. Se establece el sufragio universal, aunque el voto favorece a los obreros sobre los campesinos.
4. Se declara la decisión de construir el socialismo sin clases sociales ni Estado, y
5. Se confirma a los soviets como la base del poder revolucionario.
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pero buena parte de sus funciones estaban
delegadas en un órgano más reducido, el
CONSTITUCIÓN DE LA URSS, 1918 Comité Central Ejecutivo de los Soviets, que
era quien elegía y ante quien tenía que rendir
cuentas el Gobierno o Consejo de Comisarios
del Pueblo.
CONSEJO DE COMISARIOS DEL PUEBLO En cuanto a los soviets, existían dos
tipos: urbanos y rurales. En cada uno de estos
núcleos de población los trabajadores elegían
COMITE EJECUTIVO CENTRAL
a sus representantes dentro del Partido
Bolchevique. En las zonas rurales, por su
CONGRESO DE LOS SOVIETS DE LA menor volumen de población, se agrupaban las
UNIÓN aldeas en comarcas. Los soviets de las aldeas
elegían representantes reunidos en un soviet
comarcal o de distrito. A su vez, los soviets
SOVIET CONGRESO DE comarcales elegían representantes que se
URBANO LOS SOVIETS DE reunían en un soviet provincial. Los soviets
LA PROVINCIA rurales reorganizados en soviets de provincia
y los soviets urbanos enviaban delegados al
Congreso de los soviets.
CONGRESO DE SOVIETS DE
COMARCA O DISTRITO El modelo de Estado diseñado en la
Constitución de 1918 se fue extendiendo a los
territorios recuperados en la guerra civil, en
SOVIET DE LA ALDEA
ellos se crearon Repúblicas soviéticas, cuyas
Constituciones estaban calcadas del modelo de
la República rusa, aunque nominalmente se las
consideraba como territorios autónomos. El
final de este proceso organizativo fue la constitución, en 1922, de un extenso Estado federal basado
en la asociación de repúblicas soviéticas, es la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Cuyo texto constitucional fue aprobado en enero de 1924, en él:
- se desarrolla el principio del decreto de las nacionalidades de 1917, sobre el derecho a la
autodeterminación y la libre asociación.
- El Congreso de los Soviets de la Unión pasa a denominarse Soviet Supremo, compuesto por
delegados de los congresos de los soviets de las diferentes Repúblicas.
- El Comité Central Ejecutivo quedaba dividido en dos consejos o cámaras:
. El Soviet de la Unión.
. El Soviet de las Nacionalidades.
No todas las Repúblicas gozaban, según este texto, del mismo grado de autonomía: mientras
unas eran repúblicas federales, y disfrutaban de un amplio grado de autogobierno, otras eran sólo
repúblicas autónomas y por ello el margen de acción de sus autoridades gubernativas era menor.
Al margen de los textos constitucionales, la existencia de un único partido, el comunista,
otorgaba a éste el monopolio del poder en toda la URSS. En las elecciones para los soviets, sólo se
presentaba una lista elaborada por él, de forma que no se podía intervenir en la vida política más que
a través de la militancia en el mismo. De aquí el rápido crecimiento de sus afiliado y la creciente
confluencia entre los cargos del partido y los puestos en la administración. A ello hay que añadir que
tras los debates de los primeros años de la revolución, el XI Congreso del Partido Comunista decidió
acabar con los grupos disidentes prohibiendo la organización de tendencias en el seno del partido.
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Comenzaba así un monolitismo político que, a pesar de las críticas a que lo sometió el propio Lenin en
sus últimos escritos, no dejaría de incrementarse en los años siguientes, hasta desembocar en el
rígido autoritarismo del período estalinista.
Por lo que se refiere al Partido, estaba dirigido en los períodos entre congresos por un
Comité central de 22 miembros (luego serían 27), aunque en los momentos de crisis las decisiones
correspondían al propio Lenin. Desde 1919, el Comité nombró un Politburó de cinco miembros, para
tomar las decisiones con más agilidad; un Orgburó para cuestiones organizativas, y un secretariado
permanente, que se dotó de una plantilla de funcionarios propios. Estos tres organismos relegaron al
Comité Central a un segundo plano y los Congresos se convocaron cada vez con menos regularidad
desde 1925.
Es esta estructura del partido la que se convierte en una estructura paralela al Estado. De
modo que, el Congreso del Partido y su Comité Central duplicaban los Congresos de los Soviets y el
Comité Ejecutivo; los secretarios del Partido, a los Comisarios delegados del Gobierno, y el Politburó
al propio Gobierno. Los dirigentes del Partido eran los mismos que acaparaban los cargos del Estado.
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reconocía la iniciativa privada como un elemento decisivo en las tareas de reconstrucción. Así, se
contemplaba una economía mixta: se alternaba la intervención del Estado en determinados sectores
productivos (transportes, comunicaciones, industrias básicas, comercio exterior, finanzas) con la
iniciativa privada en industrias de consumo, producción agraria y comercio interior.
En terreno agrícola, se permitió a los kulaks la extensión de la superficie cultivada mediante
arriendo de tierras de campesinos pobres; desaparecieron las requisas de los excedentes de la
cosecha y se sustituyeron por un impuesto en especie, al ve que se permitía a los campesinos la venta
del resto de su producción en el mercado local.
Por lo que respecta a la industria, se desnacionalizaron las pequeñas y medianas industrias y
se otorgó libertad para el comercio interior. De este modo, proliferaron empresas privadas
destinadas al consumo (vestido, calzado, alimentación) que podían vender en mercados locales. Al
mismo tiempo, se inicia la descentralización en la industria pesada. También se ponen en práctica
métodos capitalistas como el establecimiento de diferentes salarios en función del rendimiento del
trabajo y la fusión de empresas para constituir trusts.
De este conjunto de medidas se beneficiaron sobre todo los campesinos ricos (los kulaks), los
intermediarios y los empresarios industriales, es decir, los denominados “hombres de la NEP”. Aunque
también repercutieron favorablemente en el resto de la población, ya que permitieron un notable
aumento de los bienes producidos e hicieron posibles las subidas salariales y la creación de nuevos
puestos de trabajo. Pero desde el punto de vista doctrinal, la NEP significaba una relativa vuelta al
capitalismo, que Lenin tuvo que justificar en uno de sus escritos afirmando que “en relación a la Edad
Media en que todavía se encuentra Rusia, el capitalismo es un bien”.
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cooperativas campesinas era aún insuficiente.
El hecho es que no es de extrañar que, tras la muerte de Lenin en enero de 1924, se desatara
una dura lucha por la sucesión, en la que finalmente Stalin consiguió adueñarse del control del PCUS y
del Estado. Los enfrentamientos no tenían sólo un carácter personal, sino que estaban también en
juego opiniones políticas claramente opuestas.
Resultado de estas polémicas, y de la correspondiente lucha por el poder en el partido, fue la
expulsión del mismo de Trotski, Zinoviev y Kamenev, los opositores de Stalin en 1927. Con ello éste
tenía en sus manos todo el poder. El aspecto más visible del establecimiento de un régimen totalitario
fue la persecución de todos los que se habían resistido a las medidas económicas -como los kulaks, los
hombres de la NEP o miles de campesinos y obreros industriales acusados de saboteadores de la
producción-. A estas primeras medidas represivas siguieron las depuraciones en el seno del partido,
del ejército y de la administración pública desde mediados de los años 30, cuando comienzan las
“purgas”. En la represión destacan los procesos de Moscú de 1936-38, que afectaron a viejos líderes
bolcheviques como Zinoviev, Kamenev o Bujarin, y a altos cargos militares. Todos ellos fueron
condenados a muerte después de haber sido obligados a firmar confesiones en las que se inculpaban
de delitos (espionaje, sabotaje, complot, conspiración) contra la revolución. A través de estos
procesos, Stalin eliminó toda posible alternativa a su propio poder, además de crear un clima de
temor que anuló cualquier posible manifestación de descontento. La represión corrió a cargo del
Comisariado del Pueblo para Asuntos Interiores (NKVD) y afectó también, por ej., a científicos.
De este modo, el período estalinista muestra dos caras contrapuestas: mientras la nueva
constitución de 1936 anunciaba una mayor democratización del régimen, la práctica gubernamental se
dirigía hacia el control más absoluto de la población, como pusieron de manifiesto las purgas de 1936-
38.
El nuevo texto constitucional se basaba en la idea de que, una vez liquidado el capitalismo e
implantada en su lugar una economía socialista, eran ya innecesarias las restricciones políticas de la
década anterior. De aquí que se reconociera el sufragio universal, igual, secreto y directo, para
formar los soviets locales y el Soviet Supremo, mediante elecciones que se celebrarían cada cuatro
años; aunque sólo se permitía presentar candidaturas al partido comunista, única organización a la que
se reconoció legalmente el derecho a organizarse e intervenir en la vida política. De la misma forma,
la constitución incluía algunas libertades políticas -de conciencia, expresión, prensa, reunión-, con la
salvedad de que no podían utilizarse para atacar al socialismo; e incluso se aceptaba la propiedad
privada individual y la práctica de la herencia, pero excluyendo de tal aceptación los medios de
producción que habían sido socializados. El cambio de actitud se reflejó en el abandono de la
expresión dictadura del proletariado, sustituida por la de democracia soviética. Además la
Constitución señalaba que correspondía al Soviet Supremo la elección del Presidium (Jefatura del
Estado) y del Consejo de Comisarios del Pueblo. Quedaba así configurada la URSS como un Estado
federal que reconocía a las Repúblicas el derecho (sólo en teoría) a separarse de la Unión.
Lo cierto es que hay una evidencia clara, la dictadura del proletariado no iba a desembocar en
la disolución del Estado. En realidad, el poder obrero (soviético) fue sustituido por la dictadura
personal, sustentada en la burocracia del partido; se eliminó cualquier tipo de oposición, y la
propaganda se encargó de desfigurar la realidad y extender el culto a la personalidad, llegando a la
manipulación histórica mediante la exageración del papel de Stalin en la revolución.
La NEP permitió entre 1921 y 1927 el crecimiento de la producción agrícola hasta posibilitar
la exportación de excedentes y el aumento de la producción de bienes de consumo. Sin embargo,
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genera críticas por la diferenciación social que produce en el campo y en las ciudades. En este
sentido, provoca el enriquecimiento de los kulaks y de los hombres de la NEP frente a la pobreza de
jornaleros y obreros menos cualificados.
El debate ideológico que se suscita al respecto precipita la liquidación de la NEP. El Estado
pasa a ser el único impulsor del desarrollo económico mediante la planificación, que significa tomar
decisiones sobre:
- las prioridades productivas.
- la localización industrial.
- los precios.
- la estimación de cuotas de producción por sectores.
La planificación se va a realizar a cinco años vista. En 1927 el Estado encargó al Gosplan
(organismo con funciones de asesoría técnica sobre las directrices del Plan y encargado también de la
vigilancia de su cumplimiento) la preparación del Primer Plan Quinquenal.
En el campo, la planificación se tradujo en la colectivización agraria. La colectivización y los
planes se convierten en aspectos complementarios dentro de la nueva política. Para que la industria
pudiera desarrollarse con rapidez, se requería un considerable aumento de la productividad agrícola,
que permitiera alimentar a una clase obrera cada vez más numerosa, y a la vez liberara mano de obrar
para las tareas industriales; pero este objetivo no se conseguiría mientras las tierras estuvieran muy
repartidas, las técnicas siguieran siendo tradicionales y el nivel de consumo de los campesinos fuera
alto, con lo que los excedentes resultaban insuficientes para la alimentación de la población urbana.
Por todo ello se puso fin a las prácticas de NEP.
La imposición de las medidas colectivizadoras va a ser realizada por brigadas de choque que
obligaron a los campesinos a integrarse, de buen grado o por la fuerza (encarcelamientos y
deportaciones) en las explotaciones colectivas.
Las tierras de cultivo (jos) se organizan siguiendo dos modalidades:
1. Los sovjos o granjas estatales, que contaban con las tierras de mejor calidad. Éstas fueron
expropiadas durante la revolución a los grandes propietarios y pasaron a propiedad estatal. Su
sistema de explotación los convertía en una empresa agrícola intensamente mecanizada y formada por
obreros agrícolas especializados.
2. Loa koljos o granjas colectivas, formadas a partir de las tierras de las aldeas. La concentración
parcelaria favoreció la introducción de maquinaria en régimen de cooperativas con hangares,
tractores y graneros comunes.
La mecanización de las nuevas explotaciones permitían cubrir los objetivos: el aumento de la
productividad y la liberación de mano de obra que podría emplearse en las fábricas.
Pese a las resistencias, reflejadas en la quema de cosechas o en la matanza de ganado, y que
trajeron como respuesta la deportación a Siberia de cientos de miles de familias campesinas, al final
de la década de 1930 casi la totalidad de las tierras cultivadas de la URSS estaban en manos de los
koljoses o de los sovjoses; unos 20 millones de habitantes de las zonas rurales habían pasado a las
ciudades, donde ocupaban puestos en la industria y en los servicios, y aunque la producción del sector
agrícola no se había incrementado de forma considerable, el control estatal sobre los excedentes era
prácticamente total.
El proceso de industrialización, por su parte, se realizó sobre bases distintas a aquéllas en las
que se apoyó el desarrollo industrial en los países capitalistas. En éstos fue la producción de bienes
de consumo inmediato, en especial el sector textil, la que actuó como motor del proceso, de forma
que sólo en una fase más avanzada se intensificó la producción de la industria pesada y de bienes de
equipo para hacer frente a la demanda de las industrias de consumo. Por el contrario, en la URSS
desde el primer momento se otorgó una absoluta prioridad a la industria pesada, con el fin de
suministrar maquinaria y bienes de equipo para un posterior desarrollo de la producción de bienes de
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consumo directo. Se sacrificaba así el consumo inmediato de la población en favor de una aumento
rápido de la capacidad industrial. Pero ello sólo pudo conseguirse gracias a que las decisiones
económicas no dependían de iniciativas individuales, como en los países capitalistas, sino de medidas
estatales, adoptadas por un departamento administrativo, el Gosplan, a quien se encargó la
elaboración de los planes de producción que todas las empresas estaban obligadas a cumplir.
El primer plan quinquenal (1929-33) se propuso como objetivos básicos multiplicar por tres la
industria pesada y por cinco la electrificación de la URSS, y para ello impulsó la creación de
empresas en las regiones orientales del país. Aunque no se alcanzaron en su totalidad los resultados
previstos, en cinco años se multiplicó por dos la producción de hierro y carbón, por cinco la de
electricidad, se creó una industria química y se abrieron nuevas vías de transporte, sobre todo
ferroviario. De 1934 a 1938, un segundo plan preveía continuar el desarrollo de la industria pesada,
en especial, la agrupación en grandes Kombinats industriales de las fábricas cuya producción era
complementaria. Un tercer plan, aprobado en 1938 y cuyo objetivo máximo era “concluir la edificación
de la sociedad socialista sin clases y comenzar el proceso gradual del socialismo al comunismo”,
pretendía impulsar la industria química y la ligera; pero la amenaza de la guerra, y finalmente la
participación en el conflicto mundial, obligaron a alterar las previsiones del mismo.
Para alcanzar los objetivos marcados por la planificación fueron necesarios grandes
sacrificios por parte de la población rusa, cuyo nivel de consumo se vio restringido mientras
aumentaban considerablemente las exigencias productivas. De aquí la mezcla de medidas represivas y
persuasivas que el régimen estalinista se vio obligado a emplear. Por un lado, se prohibieron las
huelgas y las reclamaciones sindicales sobre los salarios o las jornadas de trabajo, mientras todo
incumplimiento de los planes era condenado como sabotaje y duramente condenado. Pero además, el
partido y los soviets impulsaron formas de emulación socialista, con el fin de aumentar la
productividad. El mecanismo utilizado con más frecuencia a partir de 1935 fue la creación de
brigadas estajanovistas, cuyo nombre procedía de un minero, Alexéi Stajanov, que en esa fecha
consiguió multiplicar por diez la cantidad de carbón extraída normalmente por un trabajador.
Gracias a estos esfuerzos, e diez años la estructura social soviética había cambiado
sustancialmente. La población rural disminuyó mientras crecía la clase obrera industrial. Los salarios
de los trabajadores urbanos se elevaron, al tiempo que mejoraban las condiciones de vida gracias al
desarrollo de los organismos de salud pública y el abaratamiento de las viviendas. Pero no todos los
trabajadores se beneficiaron por igual de estos avances: con el fin de estimular la cualificación
obrera, los niveles salariales se diversificaron cada vez más, en contra de las posiciones igualitarias
de muchos viejos bolcheviques, lo que benefició a los obreros más cualificados y a los capataces o
ingenieros técnicos. Además, surgió una nueva capa social dirigente, formada por funcionarios del
partido, del Estado o de los organismos económicos, cuyo nivel de ingresos se distanciaba cada vez
más del de la mayoría de los campesinos, o de los obreros y empleados urbanos.
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