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sistema biológico que poseen los animales que contiene un conjunto de células
especializadas en la conducción de señales eléctricas llamadas neuronas a las que
dan soporte otras células del sistema como las células gliales. Según esa doctrina
clásica las neuronas tienen la función de coordinar las acciones de los seres vivos
del reino animal por medio de señales químicas y eléctricas enviadas de un lugar a
otro del organismo.[3][4] La mayor parte de los animales pluricelulares tienen
sistemas nerviosos con funciones básicas similares, aunque con un grado de
complejidad muy variable. Únicamente carecerían de él los animales que no tienen
tejidos y órganos bien diferenciados, como los poríferos (esponjas), placozoos y
mesozoos.[5][6][7][8][9][10] Sin embargo, esta doctrina clásica está siendo
cuestionada en las últimas décadas por los descubrimientos sobre la existencia de
señales eléctricas en las plantas y el uso que estas hacen de ellas.[11] En base a
esos descubrimientos, algunos científicos han propuesto la necesidad de crear una
área científica llamada neurobiología de las plantas y la existencia de un sistema
nervioso en las plantas.[12][13] Esa propuesta ha provocado que en la comunidad
ciéntifica existe una disputa entre aquellos que piensan que se debe hablar de
sistema nervioso de las plantas y los que están en contra.[14][15] Lo inamovible de
las posiciones en el debate científico por ambas partes ha llevado a proponer una
solución al debate que consiste en redefinir el concepto de sistema nervioso
mediante criterios únicamente fisiológicos y evitar los criterios filogenéticos.
[16]
El sistema nervioso capta estímulos del entorno, (estímulos externos) o señales del
mismo organismo (estímulos internos), procesa la información y genera respuestas
diferentes según la situación. A modo de ejemplo podemos considerar un animal que a
través de las células sensibles a la luz de la retina capta la proximidad de otro
ser vivo. Esta información es transmitida mediante el nervio óptico al cerebro que
la procesa y emite una señal nerviosa que a través de los nervios motores provoca
la contracción de ciertos músculos con el objetivo de desplazarse en dirección
contraria al peligro potencial.[1]