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PATRICE VAN EERSEL CATHERINE MAILLARD MIS ANTEPASADOS ME DUELEN La Psicogenealogia y constelaciones familiares ENTREVISTAS CON Anne Ancelin Shiitzenberger, Alejandro Jodorowsky, Bert Hellinger, Didier Dumas, Chantal Rialland, Serge Tisseron y Vincent de Gaulejac. re EDICIONES OBELISCO Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, escr{banos indicdndonos qué tema son de su interés (Astrologia, Auto ayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradicién...) y gustosamente le complaceremos. Puede consultar nuestro catélogo en www.edicionesobelisco.com Coleccién Nueva Consciencia MIS ANTEPASADOS ME DUELEN Patrice van Eersel y Catherine Maillard 18 edicién: mayo de 2004 48 edicién: septiembre de 2007 Tieulo original: J'ai mal d mes ancétres ‘Traduccién: Mireia Terés Loriente Disefio de cubierta: Enrique Iborra Maquetacisn: M# Carmen Pérez Frias © 2002, Editions Albin Michel (Reservados todos los derechos) © 2004, Ediciones Obelisco, S.L (Reservados los derechos para la presente edicién) Edita: Ediciones Obelisco $.L Pere IV, 78 (Edif. Pedro IV) 3# planta-S* puerta 08005 Barcelona-Espafia Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23 Paracas, 59 Buenos Aires C1275AFA Repiblica Argentina Tel. (541 - 14) 305 06 33 Fax: (541- 14) 304 78 20 E-mail: obelisco@edicionesobelisco.com ISBN: 978-84- 9777-099-4 Depésito legal: B-43.297-2007 Printed in Spain Impreso en Espafia en los talleres graficos de Romanya/Valls S.A. Verdaguer, 1 - 08786 Capellades (Barcelona) Ninguna parte de esta publicacién, incluso,¢l disefio de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada en manera alguna ni por ningiin medio, ya sea clectrénico, quimico, mecanico, de grabacién 0 electrogrifico, sin el previo consentimiento por escrito del editor. Para Charles, de quien llevo el apellido ya quien este trabajo me ha despertado el deseo de abrazar cada noche. Parrice VAN Exrset Para Claude, Louise, Frédéric y todos mis amados antepasados. Para mi futuro marido. CaTHERINE MAILLARD PROLOGO La imparable expansi6n de la psicogenealogia La idea de que nuestros destinos puedan estar determinados por la historia psicoldgica de las generaciones anteriores es muy anti- gua. Las primeras terapias inventadas por el hombre lo atestiguan. La medicina china o la africana, por ejemplo, a diferencia de la medicina occidental, contemplan la enfermedad dentro de un contexto familiar y genealdgico. ;Por qué tengo hepatitis? La res- puesta de la medicina occidental es: por un virus y una mala alimentacién. Los curanderos chinos o yorubas oftecen unas ex- plicaciones que restablecen el orden en el mundo, ya sea por un demonio que nos quiere mortificar (y a quien hay que ofrecer un animal en sacrificio) o porque hemos perturbado el orden césmico ocupando un lugar que no nos correspondia y habién- donos olvidado de honrar a nuestros antepasados. E] curandero sabe una cosa que el médico ignora: la ley genealdgica y la relacién con los antepasados definen en gran parte los lazos, los derechos, los deberes y las identidades que estructuran al ser humano en su cul- tura y su biograffa. El curandero también conoce las palabras y los rituales que le permitiran conjurar a la presencia, al fantasma (un antepasado desgraciado o que deshonré a su familia), sinénimo del desorden inconsciente que se puede transmitir de generacién en generacién. Sin embargo, de repente, en Occidetite surge una novedad: el psicogenealogista. Un terapeuta que, sin olvidarse de los nue- Z MIs ANTEPASADOS ME DUELEN vos descubrimientos de la era moderna, sobre todo aquellos rela- cionados con Ia singularidad del individuo, recupera los lazos con- textuales y transgeneracionales a los que su cultura habia vuelto la espalda, Y qué hace? También se cencra cn esa parte de la his- toria que no nos pertenece: «Si sufres una bronquitis crénica, pue- de ser porque tu bisabuelo se asfixiara en una trinchera durante la guerra y nadie te lo haya dicho porque, a su regreso a casa, tu abue- la se avergonzara de él». Otro ejemplo mds espectacular: a un se- fior le ducle constantemente la garganta y eso le provoca un dete- tioro de la circulacién sanguinea en las extremidades. No consigue curarse con ningin remedio. Hasta que un dia descubre, en una sesidn de terapia transgenealdgica, que un antepasado lejano, que nacié el mismo dfa que él, murié guillotinado durante la revolu- cién. A partir de ese descubrimiento, los dolores de garganta y los molestos efectos circulatorios desaparecen como por arte de ma- gia. ;Cémo puede, por ignorancia o por el peso de un secreto de familia, un acontecimiento del pasado, ya sea bueno o malo, tener esas consecuencias varias generaciones mas tarde? Algunas personas buscan escapar de su familia huyendo, por- que les parece que ésta representa un peligro. mortal. Como sila historia de su I{nea sucesoria fuera una amenaza real. El peligro no tiene que ser forzosamente fantasmagérico. Pero huir no sirve de nada. Donde quiera que la evasion pueda Ilevarlos, la historia s devolverd siempre al pasado, a repe- familiar los perseguiré y lo tir eternamente las mismas situaciones, al menos siempre que no hayan decidido reaccionar para librarse de los anclajes transgene- aldgicos negativos. Reconstruir un arb nera més sencilla. Como expli ol genealdgico puede empezar de la ma- ca la pagina web psychogéné.com: «En general, para trabajar sobre una historia familiar, no es necesario haber realizado investigaciones genealdgicas. Cada uno empieza con lo que tiene. Las pocas informaciones recopiladas bastan para situarse y empezar a trabajar. En la mayor parte de los casos, los demas datos iran apareciendo, algunos incluso de forma sorprendente. Lo importante ¢s entender que, a partir LA IMPARABLE EXPANSION DE LA PSICOGENEALOGIA. del momento en que uno empieza el camino psicogenealdgico, activa una memoria que atraviesa el tiempo, las épocas, los acon- tecimientos y que puede surgir de un recuerdo hasta que la conciencia le dé sentido». En cierto modo, el psicogenealogista recurre menos a los co- nocimientos de psicopatologfa occidental que a la eficacia de las «brujerias» de los antiguos curanderos... La correspondencia de Freud demuestra que éste no ignora- ba en absoluto la importancia de los antepasados en la constitu- cién de los psicosomatismos individuals y colectivos: ninguno de nosotros est tinicamente determinado por el tridngulo papa- mamé-bebé, sino por una cascada de influencias que llegan de todo nuestro Arbol genealdgico. El descubridor del inconsciente tuvo la intuicién de una transmisién genealdgica de la neurosis. Sabfa, por ejemplo, la importancia de los abuelos en la vida de un nifio pequefio (directa o indirectamente, para bien o para mal, por exceso o por defecto). También imaginé una historia segtin la cual, al principio de la humanidad, habrfa existido una horda con un horroroso padre primitivo cuyos hijos se pusieron de acuerdo para matarlo. Y todos nosotros Ilevarfamos con nosotros el recuer- do de aquel primer parricidio. Con esta parabola, Freud sugirié que, de una generacidn a otra, no podia eliminarse ese Lazo. Sin embargo, Freud no llegé a mds en la investigacién del fe- némeno transgeneracional. ;Es posible que su largo y duro com- bate para defender el origen sexual de las neurosis le hiciera dejar de lado esta dimensidn tan fundamental del mecanismo humano que es la fidelidad inconsciente de una persona respecto a sus an- tepasados? Esto es lo que sugieren algunos psicoanalistas para quienes Freud, al no poder hacerlo todo, decidié muy conscien- temente dedicarse exclusivamente al tridngulo edipiano y se olvi- dé del resto de la ascendencia, diciéndose que, después de él, ya vendrfa alguien a realizar las investigaciones pertinentes acerca de los antepasados. En realidad, parece ser que la propia genealogia de Sigmund Freud y algunos secretos de familia bastante impor- tantes lo alejaron, inconscientemente, de cualquier investigacién MIs ANTEPASADOS ME DUELEN en profundidad sobre la transgenealogia. La continuacién es tris- temente banal; ya se sabe que los alumnos intentan siempre se- guir las ideas de sus maestros. Después de Freud, el complejo de Edipo se convirtié en un dogma celoso y los antepasados queda- ron relegados al ostracismo. Han sido necesarios cien afios de espera para que los psicoa- nalistas reconocieran su importancia crucial. A inicios del siglo XXL, este reconocimiento empieza a parecerse a un auténtico mo- yvimiento; bajo el lema «donde quiera que vaya, Ilévese siempre consigo los orfgenes de su familia y bendigala pero, ilibéresel», la psicogenealogfa, o mds especificamente el enfoque transgenealé- gico, se ha extendido por todas partes y ha influido en numero- sas practicas y escuelas. En la actualidad, cualquier persona de nuestro alrededor habla de ello con total naturalidad. ;Es tinica- mente porque, como dijo Steve Lacy, el creador de la pagina web Genealogy Gate To The Web, «en una sociedad que estd perdiendo los valores tradicionales y esté preocupada por la desintegracién de la célula familiar, la gente busca recuperar sus raices»? El fend- meno es, sin ninguna duda, mucho més profundo y trata de un verdadero «regreso de los antepasados» en la civilizacién occiden- tal. El regreso a una dimensién incontestablemente terapéutica. Algunos psicoanalistas reconocen Ja importancia de la filiaci6n y, ¢ todo, de sus fallos, los no-dichos, los secretos de familia pasan de unas a las otras (viva el humor negro!) sobr y otros «grumos» que las generaciones se con juegos de secuelas tan sorprendentes que ser todo un artista para saber eliminarlos. jete entrevistas con siete «artistas transge- movimiento: que hay Este libro recoge si nealdgicosy, que son los actores principales de este _—ANNE ANCELIN SHUTZENBERGER, profesional sin igual, de la resistencia contra los nazis, autora de, entre otros mes aieux! donde explica como se encontré sobre la enealdgica cuando se obcecé con extrafias enferme- de generacién en generacién, divulgs el tér- | entre el gran ptiblico; miembro titulos, Ate pista psicog dades que se repetian mino transgeneracional 10 LA IMPARABLE EXPANSION DE LA PSICOGENEALOGIA —ALEJANDRO JODOROWSKY, hombre de teatro, guionista, especialista en el tarot ¢ inventor de una original forma de psico- terapia chaménica conocida como psicomagia, presume de haber sido de los primeros en redescubrir la importancia del drbol ge- nealdgico en la constitucién de la psique; : —Berr HELLINGER, psicoterapeuta alem4n que vivid en Afri- ca, reconoce haberse visto influido por la cultura zuli cuando inventé las Constelaciones Familiares, un método que esté te- niendo mucho éxito en la actualidad (y que aplica, por ejemplo, la psicoterapeuta Christiane Singer); —Dupier Dumas, un psicoanalista que trabaja sobre la filia- cién de Frangoise Dolto, que ha abierto a dimensiones no occi- dentales (taoismo, chamanismo), hace una demostracién parti- cularmente brillante del retorno de los antepasados en el pensamiento y la terapia contemporaneos; —CHANTAL RIALLAND, antigua alumna de Alejandro Jodo- rowsky, afirma que cada uno puede influir en su destino «esco- giendo a su familia» y ensefia detalladamente a sus pacientes y alumnos cémo construir su Arbol genealdgico; —SERGE TISSERON, psicoterapeuta especialista en los secretos de familia, mds conocido por sus estudios sobre la «novela fami- liar» del personaje de Tintin, centra su atencién en los no-dichos que, de generacién en generacién, llegan a ser patoldgicos; —VINCENT DE GAULEJAC, psicosocidlogo especialista en la neurosis de clase, demuestra cémo los drboles genealdgicos se re- agrupan en grandes familias sociales. jDisfruta de las entrevistas, de la lectura y que descubras muchas cosas de tus propios antepasados! Hi ll La huella de nuestros antepasados: Estudios sobre genealogia clinica ENTREVISTA CON ANNE ANCELIN SCHUTZENBERGER' ‘Teérica y, a la vez, investigadora sobre el terreno, profesora uni- versitaria, abierta a todas las innovaciones, psicoterapeuta de for- macién psicoanalitica, terapeuta de grupo (una de las primeras terapeutas en aplicar el psicodrama de Moreno en Francia) y pro- fesora emérita de psicologia de la universidad de Niza, donde ha dirigido durante mds de veinte afios el laboratorio de psicologia social y clinica, Anne Ancelin Schiitzenberger, después de cola- borar con Robert Gessain, Jacques Lacan y Francoise Dolto, Carl Rogers, J.L. Moreno, Margaret Mead y Gregory Bateson, la Es- cuela de Palo Alto y la escuela de la Dindmica de Grupos de Kart Lewin, se hizo famosa cuando, ya en la segunda mitad de su vi- da, publicé un libro que se convirtié en un éxito de ventas: Aie mes aieux! (traducido a varios idiomas). Para muchos universita- rios y psicoterapeutas, es la persona que introdujo la dimensién transgeneracional (que algunos Ilaman trans 0 psicogenealdgica) 1, Esta entrevista aparecié, el verano de 1998, en el n° 18 de la revista Nouvelles Clés, Fue revisada y corregida por Anne Ancelin Schiitzenber- ger en setiembre de 2002. 13 MIs ANTEPASADOS ME DUELEN en sus trabajos por un asunto en concreto: el sindrome del ani- versario. Por lo tanto, nos ha parecido lo mas légico abrir esta se- rie de entrevistas con una conversacién con esta gran dama. La psicogenealogia abarca muchas teorfas, practicas y escue- las de pensamiento. Pero también se ha convertido en una pala- bra popular, un término comtn aplicable a casi todo. Y eso es, indudablemente, gracias a la popularizaci6n que Anne Ancelin Schiitzenberger hizo de ella, principalmente en Francia, en la dé- cada de los ochenta. Después de trabajar durante muchos afios con enfermos de céncer, entre otras cosas con la ayuda de la ver- sin clinica del método Simonton que, apoyandose a la vez en la medicina tradicional y en un seguimiento psicoterapéutico, per- mite reforzar las ganas de vivir y el sistema inmunoldgico me- diante visualizaciones positivas, empez6 a descubrir en sus bio- graflas unos sorprendentes fendmenos de repeticidn, idénticos a los que sufrieron seres queridos ya desaparecidos. Y asf inventé el método del genosociograma, una especie de Arbol genealdgico muy particular, priorizando sobre todo los acontecimientos sorprendentes chocantes, tanto para bien como para mal: enfer- medades, nacimientos, accidentes, muertes precoces © injustas, matrimonios, viajes lejanos, etc.; mostrando, con una presenta- cién grafica de toda la familia, en el sentido amplio de la palabra, a lo largo de media docena de generaciones, los principales lazos afectivos, positivos, negativos U olvidados, acabando en el mo- mento en que se produjeron las sorpresas genealdgicas. «No somos tan libres como creemos —dice Anne Ancelin Schiitzenberger—, pero tenemos la posibilidad de conquistar nuestra libertad y de salir del destino familiar repetitivo de nues- tra historia si comprendemos los complejos lazos que se han teji- do en nuestra familia y descubrimos los dramas secretos, las pala- bras que nunca se dijeron y los duelos inacabados.» gSu método? La terapia transgeneracional psicogenealdgica contextual clinica, cuya principal misién es desenmascarar nues- tras lealtades invisibles y nuestras identificaciones inconscientes repetitivas (alegres 0 tragicas) que nos obligan a pagar deudas a 14 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS nuestros antepasados, lo queramos 0 no, lo sepamos 0 no, y a re- petir las tareas interrumpidas porque no est4n terminadas. Como escribe en Aie mes aieux!: «La vida de cada uno de nosotros es una novela. Usted, yo, todos vivimos prisioneros en una tela de arafia invisible de la que también somos los tejedores. Si corregimos nuestra tercera oreja, nuestro tercer ojo, si aprendemos a mane¢jar y a comprender mejor, a ver esas repeticiones y coincidencias, la existencia de cada uno serd mucho més clara, mds sensible a lo que somos, a lo que deberfamos ser. ;No hay manera de escapar de esos hilos invisibles, de esas triangulaciones, esas repeticiones?». Usted es psicoterapeuta y analista pero, cuando recibe a un pa- ciente, se interesa mds bien poco por su historia individual o, al me- nos, la coloca en un contexto mucho mds amplio, pidiéndole al indi- viduo que le informe sobre la vida de sus antepasados. Le hace escribir las fechas con boligrafo en un papel. ;Cémo ha llegado a transformar de este modo el desarrollo del proceso curativo? Anne Ancelin Schiitzenberger: Para empezar, quiero decir, pa- ra aclarar lo que usted ha dicho, que no es exactamente un proce- so curativo, sino més bien un andlisis mds profundo y extenso de la visién, un andlisis que acompafia 0 precede a una terapia, una crisis 0 una enfermedad grave, una busqueda de identidad, un des- arrollo personal o un cambio de vida. En la década de los setenta, acompafiaba y atend{a en su casa de Paris, por peticién suya, a una chica sueca de treinta y cinco afios que se sabfa condenada por un cancer terminal y que no queria morir «troceada como una salchi- cha» ¢ hizo un Ilamamiento de socorro. Los médicos acababan de amputarle, por cuarta vez, una parte del pie y se dispon{an, impo- tentes, a amputar todavia mds arriba. Como yo tenfa una forma- cin psicoanalitica freudiana, le pedi que se liberara de espiritu y me hablara, mediante una asociacién de ideas, de todo lo que se le pasara por la cabeza. Como sabe, un andlisis es largo, a veces demasiado, y este ejercicio hubiera podido durar diez afios. Sin embargo, no tenfamos tanto tiempo: era una carrera contra la 15 MIS ANTEPASADOS ME DUELEN muerte. Resulté que, en su casa, el salon estaba presidido por un retrato de una mujer joven muy bella. Mi paciente me dijo que era su madre, muerta de cdncer a la edad de treinta y cinco afios. En- tonces le pregunté cudntos afios tenia. «Treinta y cinco», dijo ella. Yo dije: «Ah». Y ella respondié «Oh!», A menudo tenia la im- presién que aquella chica estaba tan identificada con su madre que era como si estuviera «programada» para seguir y repetir su trdgico destino. A partir de entonces, todo cambié, tanto para ella como para mi. A parte de la coincidencia de edad, del destino, :qué es lo que le hizo pensar que tras esa enfermedad se escondia un caso de transmi- sin genética? A.AS.: Es dificil responderle. Por una parte, siempre me ha- bian ensefiado que el cdncer de mama no era una enfermedad hereditaria genéticamente; por otra parte, {por qué precisamente ala misma edad? Es la misma dificultad que siempre se presenta, al tratar temas relacionados con el inconsciente, de invocar al des- tino como causa. En cuanto a la genética, dificilmente podia hacer coincidir las fechas con tanta exactitud. Aqui debo hacer un inciso para puntualizar que mi marido era médico, genetista, ma- temdtico y estadista y que yo me sirvo de la observacién clinica de manera bastante rigurosa. Ademés, esta historia enseguida me recordé otra. Un dia, mi hija me dijo: «Te has dado cuenta, mamé? Tt eres la mayor de dos hermanos, de los que el segundo esta muerto; pa- pas el mayor de dos hermanos, de los que el segundo estd muer- to y yo soy la mayor de dos hermanos, de los que el segundo esta muerto». Al principio, fue un choc. A partir de entonces, me em- pefié en verificar, con otros pacientes, mi intuicién en relacién a onmigo su arbol esa chica. Les pedi a todos que reconstruyeran c genealdgico completo y que, si era posible, debajo del nombre de padres, abuelos, bisabuclos, tios y primos, indicaran los momen- tos claves de la historia familiar: tuberculosis del abuelo, matri- 16 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS monio © matrimonio en segundas nupcias de la madre, acciden- te de tréfico del padre, mudanzas y desarraigos continuos, cambios de clase social, quiebras econdmicas, fortunas, participacién en al- guna guerra, muertes prematuras, alcoholismo, ingresos en hos- pitales psiquidtricos 0 en la carcel, sin olvidar los titulos universi- tarios y las profesiones. También les pedi que, si podian, escribieran las edades y las fechas en las que se produjeron estos sucesos. Es- tos arboles genealdgicos tan extensos (bautizados como genoso- ciogramas) revelaron algunas repeticiones sorprendentes: una fa- milia donde, durante tres generaciones, las mujeres morian de leucemia en el mes de mayo; una serie de cinco generaciones don- de las mujeres cafan en la bulimia a los trece afios; una familia donde los hombres eran victimas, sistemdticamente, de un acci- dente de tréfico el primer dfa de colegio de su hijo mayor, etc. Es- tard de acuerdo en que es un poco atrevido atribuir al destino el hecho de que, en una familia, encontremos, generacién tras ge- neracién, las mismas fechas de nacimiento, el mismo ntimero de matrimonio en los hombres o en las mujeres, el mismo numero de hijos ilegitimos 0 naturales, de mortinatos, de muertes trdgicas precoces... jy siempre a la misma edad! En cuanto a la herencia genética, gcree usted que un accidente de trdfico puede transmitir- se por el ADN? Tiene que intervenir otra cosa, es evidente, por- que, cuando se prestaba atencién, la frecuencia y la visibilidad de las repeticiones era tan evidente que no podfa ser fruto del destino. 7 éY cémo se explican esas repeticiones? Por qué repetimas lo que vivieron nuestros padres 0 nuestros antepasados? A.A.S.: Repetir las acciones, las fechas 0 las edades que han conformado la novela familiar de nuestra linea sucesoria es una manera de mantenernos fieles a nuestros padres, abuelos y demas antepasados, una manera de seguir la tradicién familiar y de vivir conforme a ella. Esa lealtad es la que empuja a un estudiante a suspender el examen que su padre nunca aprobé, movido por un deseo inconsciente de no sobrepasar socialmente a su progenitor. 17 MIs ANTEPASADOS ME DUELEN O a seguir con la profesién de su padre, ya sea fabricante de ins- trumentos musicales de cuerda, notario, panadero o médico. O, en el caso de las mujeres de una misma familia, a casarse a los die- ciocho afios y tener tres hijos, todas nifias o todos nifios. A veces, esta lealtad invisible sobrepasa los limites de lo verosimil y, sin embargo, se repite. ;Conoce la historia de la muerte del actor Brandon Lee? Murid en medio de un rodaje porque, desgracia- damente, alguien olvidé una bala en un revolver que tenia que es- tar descargado. Ahora bien, justo veinte afios antes de este acci- dente, su padre, el famoso Bruce Lee, murié de una hemorragia cerebral en pleno rodaje de una escena donde su personaje su- puestamente moria de un disparo lanzado con un revolver que se suponia que no estaba cargado... Mantenemos, literalmente, una poderosa € inconsciente fidelidad a nuestra historia familiar y nos da muchisimo miedo inventar algo nuevo en la vida. En algunas familias, vemos que el sindrome del aniversario se repite, en forma de enfermedades, muertes, abortos naturales 0 accidentes, durante tres, cuatro, cinco, iy hasta ocho generaciones! Sin embargo, existe una razén mas oscuta por la que repeti- mos las enfermedades y los accidentes de nuestros antepasados. Si toma un drbol genealdgico cualquiera, verd que esté Ileno de muertes violentas y adulterios, anécdotas secretas, alcohdlicos e hijos bastardos. Todo esto son cosas que Uno esconde, heridas se- cretas que uno no quiere mostrar. Ahora bien, gqué sucede cuan- do, por vergiienza, por conveniencia 0 por proteger a nuestros hi- jos o a nuestra familia, no hablamos del incesto, de la muerte sospechosa o de los fracasos? El silencio alrededor del tfo alcohs- lico crearé una zona de sombras en la memoria de un hijo de la familia que, para llenar el vacfo y Jas lagunas, repetird en su cuerpo do ocultarle. En una palabra, o en su vida el drama que han intenta ser4 alcohélico como el tio. Ya en su época, Freud decia que «lo que no se expresa con palabras, se expresa con. los dedos», cito de me- moria. Yo creo, como escribf en mi fibro, que «lo que las palabras no dicen, los males lo comunican, lo repiten y Jo expresan». 18 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS Pero, esa repeticién implica que el chico debe saber algo de la ver- gtienza familiar y que ha debido oir hablar del desgraciado tio, :no? A.AS.: ;Claro que no! Hablar no es necesario para comuni- carse: los estudios sobre la comunicacién no verbal y el lenguaje del cuerpo demuestran que los seres humanos nos comunicamos a través del lenguaje pero también con el cuerpo, los gestos, el to- no de voz, la respiracién, la actitud, el estilo de vestir, los silen- cios, la evasién de determinados temas... La vergiienza, igual que el secreto, no necesitan ser evocados para pasar de generacién en generacion y venir a perturbar a un eslabén de Ia familia, un es- labén directo 0 indirecto, o alguien indirectamente relacionado con la familia o que actite por lealtad familiar, por identificacién. Le voy a dar un ejemplo: una nifia de cuatro afios que tenia pesadillas en las que la perseguia un monstruo. Por las noches se despertaba tosiendo, gritando y con dificultades para respirar y cada afio, el mismo dia, la tos degeneraba en un ataque de asma. Le pregunté a la madre qué dfa habja nacido. «La madrugada del 25 al 26 de abril», me dijo. Conozco la historia de Francia y sé, por los estudios realizados con pacientes mfos, que muchos trau- matismos familiares tienen su origen en las persecuciones en tiem- pos de guerra, en ocasiones muy antiguas, o estén relacionados con muertes tragicas en el campo de batalla. Entre el 22 y el 25 de abril, las tropas alemanas lanzaron por primera vez gases de combate sobre las tropas francesas. En Ypres, miles de soldados franceses de la Primera Guerra Mundial murieron gaseados, asfixiados. Entonces, le pedi a la madre que buscara las palabras Ypres y Verdtin en el genosociograma fami- liar y encontré que un hermano del abuelo fue uno de esos sol- dados muertos por los gases... jla noche del 25 al 26 de abril de 1915! Luego le pedi a la nifia que dibujara el monstruo que la persegufa en las pesadillas y dibujé lo que ella Ilamaba «unas gafas de buceo con una trompa de elefante». Era una méscara antigas de la Primera Guerra Mundial, reconocible por cual- quiera de nosotros. 19 MIS ANTEPASADOS ME DUELEN Sin embargo, la nifia nunca hab/a visto ninguna mdscara y nadie nunca le habfa hablado de la trégica muerte del tio abuelo ni de las consecuencias de una muerte por inbalacion de gas de combate, principalmente, gas mostaza. Verificamos todos los da- tos en el ministerio de la guerra: el tio abuelo habfa demostrado valentia y lo habfan condecorado. Sin embargo, a pesar de todos los no-dichos, la informacién pudo transmitirse: la nifta tosia y escupia, se quedaba sin respiracién y se angustiaba como el difunto tio abuelo en la trinchera, con un paroxismo a una hora determinada (hacia medianoche). Y todo eso hasta el dia que hizo el dibujo... Cémo ha podido pasar toda esa informacién a través de dos generaciones? ;Cémo se ha transmitido? Quizés por el coincons- ciente familiar y de grupo, quizds por las ondas morfogénicas de las que habla Rupert Sheldrake, quizds porque el discurso familiar lo habfa evitado (no se habla de lo que ha causado tanto sufri- miento). El recuerdo de una muerte trdgica y de un muerto mal enterrado hizo que su abuelo y su madre crearan una zona de som- bras donde se escondfa el dolor, como en una cripta. Mi hipétesis es que, durante toda su vida, se habran produ- cido lagunas en el discurso del abuelo y la madre. Cada vez que ésta haya encontrado una ocasién para recordar la brutal muerte de su familiar (una foto de familia, una pelicula bélica en la tele- vision...) habrd manifestado més dificultades al expresarse con la mirada, la voz o la actitud que por el contenido de las palabras que hubiera podido decir. Habré evitado ver una pelicula sobre la guerra, habra hablado mal de los soldados alemanes, habré te- nido miedo del gas, de la cocina... Entonces, esas evasiones pueden transmitir una informacién «al va- clo», Pero, spueden aleanzar tal nivel de precision de llegar a grabar la imagen fotografica de una mdscara antigds en las pesadillas de la nina? decenas de médicos hemos constatado A.A.S.: Actualmente, 0 Europa, esto entre nuestros clientes en lugares tan dispares com: 20 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS América del Norte y del Sut, Africa y Oriente Medio. Todo sucede como si, realmente, los descendientes tuvieran una forma de me- moria fotogrifica o cinematogréfica, con sonidos, colores, imagenes, olores, temperaturas, etc. Hay personas que se despiertan heladas, temblando y sudando de angustia, encogidas, como si estuvieran prisioneras en un campo de concentracién, sobre un colchén pu- trefacto o en una trinchera de guerra cuando, en realidad, estan abri- gados en una cama limpia y nunca han vivido nada parecido. Sin embargo, no creo que este fuera el caso de esta nifia. Mas bien creo que, en este caso, lo que tenemos es una comunicacién de inconsciente a inconsciente; lo que Moreno denomina el coin- consciente familiar o de grupo. eQuiere decir que las imagenes o los secretos de familia pasan de una generacion a otra a través de una especie de telepatia? A.A.S.: No. Pasan a través de la doble unidad madre-hijo. Y también puede producirse a través de una memoria transgenera- cional que hemos constatado pero que todavia nadie ha podido demostrar. Creo que, cuando un nifio crece en el titero materno, suefia lo mismo que la madre y que todas las imagenes del in- consciente materno y del coinconsciente familiar pueden grabarse en la memoria del bebé antes de nacer. Desgraciadamente, esta hi- pétesis todavia no ha desembocado en ninguna investigacién cien- tifica seria. jY, sin embargo, est4 en juego la salud de todos! De todos modos, cabe recalcar que, desde 1998, hay quien empieza a hablar de memoria celular y que se estan realizando in- vestigaciones cientificas, médicas y bioldgicas, sobre todo en el INSERM (Institut National de la Santé et de la Recherche Mé- dicale), sobre el nticleo celular y una eventual memoria afectiva. Pero, antes de dar ninguna conclusién, vamos a esperar los resul- tados de esas investigaciones, que se daran sobre 2005 0 2010. La fidelidad a nuestros antepasados nos gobernarta. ; Nuestro in- consciente nos obligaria a honrarlos, y entonces aparecerian unos fe- 21 MIS ANTEPASADOS ME DUELEN némenos sorprendentes: un cdncer 0 un violento atropello! ;Puede ex- plicitar todo esto en términos médicos? A.AS.: Prefieto precisar mi punto de vista y el de algunos de mis colegas. Nunca he dicho que el objetivo fuera honrar a nues- tros antepasados, esa frase no es mfa. No se trata de eso, sino de repeticiones de acciones interrumpidas, de duelos no realizados después de traumas insoportables, indigestos 0 no digeridos (sime permite las expresiones) que van a quedarse en el estémago impi- diendo que el duelo se exprese y transmitiéndose a nuestra des- cendencia; una masacre masiva, un exilio, la pérdida de una casa © unas tierras, una injusticia... Es la constataci6n que Bluma Zei- garnick, un alumno de Kurt Lewin, presenté en su tesis de docto- rado Psicologia Gestalt, en 1928, sobre los actos interrumpidos que pueden repetirse una y otra vez a lo largo de la vida de un indivi- duo; es lo que en psicologia se conoce como el efecto Zeigarnick y que yo explico a mis pacientes para ayudarlos a revivir y superar los duelos no realizados de los dramas pasados No estamos hablando de verdaderas maldiciones 0, en ocasio- nes sf, en determinados momentos cruciales de la historia, como el caso de la maldicién de los reyes de Francia por parte del Gran Maestro de los Templarios, Jacques de Molay, mientras ardfa en la hoguera, el 18 de marzo de 1314. En cambio, la llamada maldi- cidén de los Kennedy sdlo es un mito, aunque podamos encontrar una lealtad familiar inconsciente en la repeticién de determinadas fechas, como el 22 de noviembre. Esta fecha aparece por primera a muerte del padre del yez en su genosociograma en 1858, dia de |. abuelo del presidente John F Kennedy, y una segunda vez en 1963, dfa del asesinato de este tiltimo, que decidié ir a Dallas a pe- sar de las muchas advertencias y no quiso saludar desde un coche cubjerto, como si se hubiera olvidado de qué dia era... pero no de su deber de morir. En realidad, esta mérbida forma de repeticiones (que algunos denominan maldicién) depende de un mecanismo que la medi- cina cada vez conoce mejor. Toda muerte 0 idea de muerte causa 22 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS una depresién en el ser humano. Perder la casa o el trabajo tam- bign supone el poder y la necesidad de realizar un duelo. Una vez pasada la revuelta contra lo inaceptable, la tristeza del duelo pro- voca una disminucién del sistema inmunoldgico, En ese momen- to, muchas personas deciden, de manera totalmente inconsciente, que se van a morir a una edad determinada: «Mi madre murié a los treinta y cinco afios, yo no voy a pasar de esa edad», dijo la chi- ca sueca. Y cuando Ilega a esa edad, cae en una profunda depre- sién que debilita su sistema inmunolégico hasta el punto de des- embocar en un cdncer. Y con el accidente de tréfico sucede lo mismo: cuando se acerca la fecha de un trauma familiar muy pro- fundo, una persona puede empezar a correr riesgos insensatos y, evidentemente, el accidente acaba llegando. El inconsciente vela por todo eso, como un reloj invisible. Yo lo llamo la fragilizacién del afio (0 periodo) aniversario. eSe podria evitar? ;Puede alguien escapar a la repeticion y diri- gir libremente su propia historia? A.A.S.: Para evitar la repeticidn, es necesario tener conciencia de ella. Acuérdese de la chica sueca. Cuando la ayudé a darse cuen- ta de que, si sucumbja al cancer, no habria nadie que le llevara flo- res a la tumba de su madre y que, ademés, su querida madre hu- biera querido que ella viviera mucho més, para ella fue un choc muy grande e, inmediatamente, se produjo un cambio radical en su vida y en su enfermedad. Recuperé las ganas de vivir, dejé de desarrollar sintomas del cAncer, las metéstasis desaparecicron, recuperé la energia y gané peso, volvié a su trabajo y a su vida normal... Hizo que le pusieran una pierna artificial y aprendid a esquiar y a conducir un coche adaptado. Estaba tan radiante que los que la habian cuidado casi no la reconocieron. Si el origen del dolor o de la enfermedad esta cerca de la conciencia, el mero he- cho de visualizar la historia familiar de golpe, seis o siete genera- ciones, es decir colocarla en el arbol genealdégico, en su contexto psico-politico-econémico-histérico a lo largo de los afios y, brus- 23 MIs ANTEPASADOS ME DUELEN camente, darse cuenta de las repeticiones, puede bastar para crear una emocidn lo suficientemente fuerte como para liberar al enfer- mo del peso de las lealtades familiares inconscientes. Personal- mente, al hacer trabajar a un paciente sobre su familia, su arbol ge- nealdgico y sus secretos, a menudo consigo poner al dia, en dos o cuatro horas, lo que antes tardaba diez afios de divan en conse- guir. La realidad de los hechos y las repeticiones saltan a la vista. Todo se ve mas claro desde el principio. Sin embargo, desconfiemos, como Freud, de la catarsis a la que no sigue una perlaboracién (el famoso working through, el tra- bajo continuo sobre uno mismo, sus suefios, sus asociaciones de ideas, sus lapsus... que componen la curacién analitica). Recor- demos que Freud, en una de sus obras!, exponia el problema de las recafdas al final de la terapia y comparaba Ja curacién con una sinfonia, cuyas notas se desarrollan y se retoman en varios regis- tros, varias veces, antes de estallar justo antes del final. ‘Ademés, a veces el secreto familiar esta tan oculto que resulta mar conciencia de él. En estos casos, ¢s necesario dlisis de los suefios, a las asociaciones de ideas (me- como propone Winnicott, imposible co recurrir al an, diante un didlogo con el terapeuta, inventor del codisefio) 0 a los recuerdos personales y los intercam- bios de opiniones con un pequefo grupo de terapia, con una pues- ta en escena de las experiencias familiares, como en el psicodrama. El hecho de poner en escena una situacién antigua de forma inte- gral, con todo el cuerpo y no tinicamente con las palabras, ayuda a revivir la emocién de lo que se escondié y permite, al fin, expresar los sentimientos reales y la tensi6n que habfa nacido entre lo que nos escondian y lo que, sin embargo, presentiamos. Hablar, llorar, gritar y pegar previene la conversién del trastorno psiquico en sin- toma somatico. Por eso es tan importante poder expresar las emo- rdaderos sentimientos, sin miedo ni pudor, los ciones, los ve Jos traumas ocultos, los grandes dolores secretos, los no-dichos, 1. CE Leader, la Question du genre, Payot. 24 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS y los duelos no realizados (en el psicodrama, la técnica del exceso de realidad permite despedirse de los muertos antes de su muerte, como si sucediera en ese momento, o después, en su tumba o cer- ca del mar que los engulld sin sepultura, por ejemplo, y terminar de una vez por todas con las tensiones acumuladas y conseguir la Gestalt que hasta entonces sdlo habjan intuido). El siglo xx fue el siglo de las hecatombes. Por primera vez en nues- tra historia, millones de hombres fueron enterrados, a menudo sin sepultura, lejos de su tierra y de sus antepasados. :Podemos hablar, en este caso, de un enorme trastorno generacional en nuestra civilizacién? A.A.S.: En el siglo xx aparecié un fendémeno nuevo: las ma- sacres masivas de la Primera Guerra Mundial, seguida de las gue- rras civiles rusa y espafiola y de la Segunda Guerra Mundial. Es- tos conflictos provocaron millones de muertos anénimos; innumerables desaparecidos sin sepultura; la coexistencia, en las trincheras 0 en los campos de concentracién, de muertos, de ago- nizantes y de vivos, la lenta agonfa de los heridos o los gaseados... . y las pesadillas de los supervivientes y sus descendientes. Recor- demos que, ya en su época, los cirujanos militares de Napoleén I reconocieron e identificaron, durante la retirada de Rusia, en 1812, el «Sindrome de silbido de las bombas» para calificar los sufrimientos, las pesadillas y las angustias de los supervivientes y los testigos de la trégica muerte de sus compafieros (lo mismo que encontramos actualmente en las pesadillas de sus descen- dientes en muchos paises como Francia, Israel, Armenia, Polonia, incluso en Canada y Estados Unidos). Cuando uno sabe que un muerto mal enterrado impide rea- lizar el duelo en la familia, resulta facil imaginar que una heca- tombe pueda generar un inmenso trastorno en la civilizacién. Y no hablemos de los nifios armenios masacrados en 1915 (mas de dos millones), de los judfos deportados a los campos de concen- traci6n o los gaseados de Verdtin que sufrefi crisis de asma, ecze- mas y violentas migrafias los dfas de la masacre, la deportacién 25 MIS ANTEPASADOS ME DUELEN o el drama, En estos casos, creo que es posible realizar un trabajo terapéutico a gran escala, con todos Jos supervivientes y descen- dientes como pacientes, Cuando un antepasado ha suftido, para sus descendientes es fundamental que su dolor sea reconocido. Por eso, para los armenios ha sido realmente importante ver re- cientemente que la comunidad internacional reconocia su geno- cidio, aunque se haya producido cincuenta afios después. Estoy segura de que a millones de personas esto les ha permitido recu- perar la paz interior. Tenfan que matar el fantasma. En el caso con- trario, hay una dimensién dramatica en el olvido de ciertas fechas, como la del asesinato del archiduque Francisco Fernando, here- dero del imperio austrohtingaro, el 28 de junio de 1914 en Sara- jevo, que desencadené la Primera Guerra Mundial. O la del Jue- ves Negro, que abrid la depresién de 1929, el desempleo mundial, la subida al poder de Hitler y la Segunda Guerra Mundial. Una vez dicho esto, también debo reconocer que no hace fal- ta hablar de circunstancias tan dramaticas para que el sindrome de repeticién arruinc la existencia de alguien. De la cantidad de per- sonas que han acudido a mi consulta porque sufren problemas psicosomiaticos inexplicables, los hay por ejemplo que se les repi- en que sistematicamente suspenden un examen y su te un suefio . sin ninguna razon aparente. vida profesional queda en el aire. Me acuerdo de un chico trabajador ¢ inteligente que tenfa éxito en todo, menos en los exdmenes. Juntos descubrimos que, desde el siglo XIX, catorce de sus primos habfan suspendido el bachi- Ilerato. Buscamos el origen del problema y, al final, comprobé que asu bisabuelo lo habian echado de casa el dia antes del examen de bachillerato porque se habia acostado con la criada y la habia dejado embarazada, y como tenfa un estricto sentido de la res- ponsabilidad, se fue y se casé con ella. Pues bueno, el hijo de este sefior, a su vez, dejé la escuela el dfa antes del examen y su hijo también, cada vez por razones banales. Y este peso se transmitié durante cuatro generaciones porque el bisnieto de este sefior todavia sufrié las consecuencias de esta’falta cuidadosamente ¢s- condida por toda la familia. Desde que descubrimos la historia 26 LA HUELLA DE NUESTROS ANTEPASADOS y realizamos un trabajo familiar, jtodos los hijos de la linea suce- soria aprobaron sus exémenes! 2Y cémo se puede explicar el entusiasmo actual por la terapia transgeneracional? A.A.S.: Vivimos un periodo de profunda transformacién de nuestro medio y de nuestra manera de pensar, tanto del cuadro de vida como de su contexto. Es, como dijo Alvin Toffler, un es- trés colectivo, una especie de choc del futuro, algo que muchas personas viven con cierto grado de angustia. Hoy en dfa, existen muchos datos desconocidos de los cuales depende la superviven- cia de nuestra cultura y de nuestro planeta. Durante el trastorno general, muchos terapeutas se tienen que enfrentar a casos difici- les en los que se apoyan las teorfas clasicas. Permitir un arraigo de la persona a su historia forma parte de las soluciones. En Aie mes aieux!, 2 menudo hace referencia al psicoanalista Aiingaro Ivan Boszormenyi-Nagy. Qué demostré? A.A.S.: En su practica clinica, hacfa que sus pacientes hablaran de sus familias porque, segtin él, el objetivo de la intervencién tera- péutica era restituir una ¢tica de las relaciones trasngeneracionales, Sus conceptos clave de lealtad familiar invisible y de gran libro de cuentas familiares me han facilitado mucho el trabajo. La unidad de los miembros de un grupo depende de su lealtad. Y se debe estable- cer un vinculo entre esa lealtad tanto con las ideas como con las mo- tivaciones y los actos de cada miembro del grupo. Y de ahi se des- prende otro concepto: el de la justicia familiar. Cuando la justicia falla, esto se traduce en el abuso de unos miembros de la familia so- bre los otros, y entonces hay que ir a buscar patologias 0 accidentes repetitivos. En cambio, en caso contrario, hay afecto, atenciones recfprocas y las cuentas familiares estdn al dfa. Podemos hablar de equilibrio de cuentas familiares o de un gram libro de cuentas fami- liares donde cada uno puede verificar si estan en ntimeros negros 27 Mis ANTEPASADOS ME DUELEN 0 rojos. Si se deja que las deudas, las obligaciones y los favores que se deben se acumulen de generacién en generacidn, se corre el riesgo de tener que enfrentarse con todo tipo de problemas, como herencias injustas, querellas, rupturas anormales... Uno de los débitos fami- liares tfpicos es una muerte que se ha vivido como algo tan injusto que no se puede lloras, decir, vivir el duelo y asi la herida queda abier- ta por siempre jams. Puede darnos algtin otro ejemplo de deudas en las cuentas ff miliares? A.A.S.: La deuda més importante de la lealtad familiar es la que cada persona siente hacia sus padres por el amor, el cansancio y las atenciones que ha recibido desde la infancia hasta la edad adul- ta, Satisfacer esa deuda es de orden transgeneracional, es decir, que lo que hemos recibido de nuestros padres, lo transmitiremos a nuestros hijos, etc. Puede darse el caso de que haya distorsiones patégenas entre los méritos y las deudas. Pongamos un ejemplo: hay familias en Jas que la hija mayor adopra el papel de madre con sus hermanos pe- quefios, ¢ incluso con su propia madre. Es lo que llamamos paren- tificacién. Un nifto que debe adoptar el papel de padre o madre demasiado temprano sufre un importante desequilibrio relacional. En realidad, es muy dificil entender los lazos transgeneracionales y el libro de méritos y deudas, porque no hay nada claro. Cada familia tiene su manera de definir la lealtad familiar. Pero el estudio transge- neracional puede aportar una clarificacién definitiva sobre el tema. En su obra, descubrimos un enfoque antropologico donde insiste sobre en la importancia vital de las normas familiares. A,A.S.: {No fue casualidad que eligiera dejarme analizar por Gessain fue director del Museo del Hombre y acompafié a Paul-Emile Victor en su visita a los esquimales) y que trabajara con Margaret Mead! El enfoque antropoldgico contex- tual es fundamental: es completamente necesario colocar a las per- un antropélogo ( 28

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