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EL D IV O RCIO
1. EV O LU C IO N DE LA FIG U R A DEL D IV O R C IO
Según cuadros estadísticos del INEI, en el año 2011, cinco mil seiscientos vein
ticinco matrimonios terminaron en divorcio, en el año 2013, fueron 13 126, en el año
2014, fueron 13 598, en el 2015 (sin contar diciembre) fueron 13 873 divorcios; ahora
bien, según reporta el Reniec en el año 2014 se celebraron 70 949 matrimonios, y
como hemos visto en ese mismo año se produjeron 13 873 divorcios, lo que no quiere
decir que necesariamente de cada 5 matrimonios celebrados en ese año uno optara
por el divorcio, empero ese dato estadístico es revelador. A diferencia de Estados
Unidos en donde hablar del divorcio es plenamente normal, hasta el punto que los ex
cónyuges luego del divorcio en la gran mayoría de los casos se convierten en buenos
amigos.
Como dato importante a resaltar señalamos que el Perú, fue país pionero en in
corporar a su legislación el divorcio; sobre el particular recordemos que el 8 de octubre
de 1930, ingresan al Perú dos instituciones importantes y de gran trascendencia para
el derecho familiar, así tenemos que por el Decreto Ley N° 6889 ingresa el matrimonio
civil como el único matrimonio generador de derechos y deberes en el ámbito jurídico,
lo que no significa la desaparición del matrimonio católico, empero existiendo como
tal, ya no genera efectos civiles.
Por otro lado, por Decreto Ley N° 6890 ingresa el divorcio vincular, significando
con ello el rompimiento o disolución del vínculo matrimonial; sobre el particular hasta
esa fecha, era la separación legal, la única posibilidad para las parejas matrimoniales
desavenidas, en tanto que la existencia del matrimonio religioso como única vía de
unir a las parejas se celebraba bajo las leyes del concilio de Trento, es decir bajo las
normas del código canónico, el que por excepción solo permite la separación legal
mas no el divorcio; en consecuencia, a partir del Decreto Ley N° 6890 ya no solo im
peraba en Perú la separación legal, sino también el divorcio.
Entonces tener en nuestra legislación el divorcio en el Perú desde 1930, nos lleva
a señalar que si bien en una primera época, hubo una fuerte discusión en la doctrina
nacional acerca de la aceptación del divorcio o su rechazo al mismo, mostrando argu
mentos, los llamados divorcistas, en la tesis de que el divorcio no genera el conflicto
de pareja, sino más bien, viene a solucionar un problema que termina enfrentando
no solo a la pareja, sino que tiene efectos perniciosos para la prole, por otro lado
LEGALES
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E l i z a b e t h d e l Pi l a r A m a d o R a m í r e z
entonces la solución no tendría que pasar necesariamente por el divorcio, sino solo
por la separación legal.
Empero estas discusiones se han superado ante la realidad fáctica y los hechos
cada vez más numerosos de matrimonios, que solo existen en el papel, en tanto que
la vida de pareja dejó de serla, e incluso al no existir vida en común, muchos son los
casos en que uno de los integrantes de ese matrimonio desavenido ha formado nueva
pareja e incluso con hijos, entonces ya no es posible reflotar esa nave matrimonial, y
en esa circunstancia el derecho tiene que establecer una vía para regularizar la situa
ción de esos matrimonios fracasados y por ello, la discusión académica, doctrinaria
sobre la aceptación o no del divorcio, no lo es más. La doctrina familiar en materia
de divorcio, ahora más bien está dedicada a fundamentar la existencia del divorcio,
en teorías objetivas o subjetivas, llamado divorcio remedio o divorcio sanción, los pri
meros sobre la base de constatar que el matrimonio como comunidad de vida ya no
existe, sin interesar o buscar un culpable, mientras que el divorcio sanción, subjetivo,
debe encontrar al culpable de esta situación, es decir, aquel que incurrió en alguna in
conducta descrita por el código bajo el rubro causal, y en consecuencia no solo dictar
el divorcio sino aplicar sanciones.
Hemos señalado el número cada vez más creciente de divorcios, y cabe pre
guntarse cuáles son las causas que pudieran estar precipitando estas disoluciones, y
entonces señalamos a modo de ejemplos, algunas que deben merecer respuesta por
parte del Estado como políticas públicas de fortalecimiento de la familia, tal como pre
tende la décima sexta política de Estado del Acuerdo Nacional, bien entonces estas
causas, entre otras serían: Ausencia de preparación matrimonial, la misma que debe
comenzar desde la familia, y seguir en la etapa educativa, y no limitarse solo a unas
cuantas charlas prematrimoniales, que en el presente ni siquiera se cumplen; falta del
conocimiento y aprecio del valor del matrimonio y de la familia, que pasa necesaria
mente por una educación en valores, en la trascendencia de la institución familiar de
donde salimos todos, y a donde vamos todos, por ello se hacen necesarios programas
de sensibilización a la sociedad de rescatar la familia, y su fuente generadora natural
del matrimonio.
Recordemos que ambas instituciones están reconocidas por nuestra Constitu
ción, cuando en el artículo 4 se señala el deber del Estado de proteger a la familia
y promover el matrimonio; falso concepto del amor, sobre el particular habría que
señalar que si bien es cierto el amor no es un requisito o condición para celebrar un
matrimonio, también lo es que la pareja sepa distinguir entre lo que es una atrac
ción física, de lo que debe ser base de un matrimonio, una afinidad afectiva, un
conocimiento de la pareja en cuanto personas que tienen virtudes pero igualmente
defectos, un conocimiento de ambos que va a posibilitar una vida de pareja; inma
durez y egoísmo, en cuanto a lo primero se hace necesario un soporte emocional
e independencia en el actuar de la persona, a lo que debe sumarse una responsa
bilidad en el cumplimiento de los compromisos a asumir, en cuanto a lo segundo,
el egoísmo termina conspirando contra una vida de pareja, en donde los intereses
deben ser comunes y no confrontacionales, porque la vida de pareja debe priorizar
los intereses comunes antes que los individuales; falta de comunicación y diálogo,
sobre el particular este problema no solo está referido al matrimonio, sino abarca a
la sociedad entera, en tanto que los problemas siempre van a existir y esto debemos
tomarlo como retos, para abordarlos y superarlos, empero si nos encerramos en el
problema y no lo conversamos, entonces se hace casi imposible encontrar solucio
nes, y por ello deviene el conflicto y la ruptura, en el caso del matrimonio, esta falta
de comunicación, termina destruyendo lo que algún día, fue una promesa de vida
en común eterna; condicionamientos de la vida actual, sobre este tema, queremos
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aludir a problemas de diverso orden como los económicos, falta de empleo, la rela-
tivízación del valor del matrimonio en los medios de comunicación, la falsa concep
ción de la libertad en estos temas , la misma que se pretende priorizar en desmedro
del lazo matrimonial.
Luego de haber mencionado algunos temas generales sobre el matrimonio, pa
semos ahora a abordar una de las causales que llevan a la separación legal o al
divorcio, y sobre ello, lo que llama la atención es la identidad de las causales para
la separación o el divorcio, siendo que lo segundo es mucho más transcendental en
cuanto a los efectos, señalando algunos que la única vía para resolver estos proble
mas familiares debería ser el divorcio, empero se podría decir sobre el particular, que
la permanencia de la separación legal en nuestra legislación, posibilita la reconcilia
ción de la pareja para intentar revertir el conflicto y salvar su matrimonio, en tanto que
el divorcio al romper el vínculo matrimonial hace desaparecer cualquier intento de
salvar el matrimonio, obligando a la pareja si decide reiniciar una relación formal, a
volver a contraer matrimonio civil91.
91 AGUILAR LLANOS, Benjamín; AMADO RAMÍREZ, Elizabeth y OTROS. Manual práctico de abo
gados de divorcio. Editorial Gaceta Jurídica, Lima, Perú, Abril 2017, p. 11.
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92 VARSI ROSPIGUOSI, Enrique. Tratado de Derecho de las Familias. Tomo II, Editorial Gaceta
Jurídica, Lima, Marzo 2012, p. 311.
93 CARBONELL LAZO, Fernando R. Divorcio y separación personal. Ediciones Jurídicas, Lima,
1998, pp.87-88.
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el juez que conoce del proceso de divorcio puede variar el petitorio, es decir, aunque
la demanda o la reconvención tengan por objeto el divorcio, el juez puede declarar la
separación, si le parece probable que los cónyuges se reconcilien, atendiendo a lo
prescrito en el artículo 358 del Código Civil.
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El divorcio como institución del Derecho de Familia, tiene las siguientes carac
terísticas:
a) Es una institución que no es promovida por el ordenamiento jurídico peruano,
toda vez, que el Estado peruano se basa en el principio de promoción y con
servación del matrimonio.
b) Implica la disolución jurídica definitiva del vínculo conyugal.
c) Extingue el estado de familia conyugal.
d) Genera un nuevo estado familiar: divorciado o divorciada.
e) Extingue la sociedad de gananciales.
f) Genera el desdoblamiento de los elementos de la patria potestad como la
tenencia y el régimen de visitas.
g) Cuando no hay acuerdo de voluntades debe establecerse una causal.
El divorcio produce los siguientes efectos divididos para los cónyuges y para los
hijos, conforme citamos a continuación:
A. Efectos del divorcio en cuanto a los cónyuges:
• Disolución, ruptura y extinción del vínculo matrimonial.
• Cesa la obligación alimentaría entre los cónyuges.
• Extinción del régimen de sociedad de gananciales.
• Pérdida por el cónyuge culpable de los gananciales que proceden de los
bienes del inocente.
Extinción de la vocación hereditaria entre los cónyuges.
• Posibilita que el cónyuge inocente exija una indemnización por el daño moral
ante el órgano jurisdiccional, producto del menoscabo del interés jurídico del
cónyuge ¡nocente ante la vulneración de sus derechos fundamentales, oca
sionados por las acciones o conductas atribuibles al cónyuge culpable del
divorcio, según el artículo 351 del Código Civil.
• Desaparece el parentesco por afinidad entre cónyuges y los parientes con
sanguíneos del otro.
El derecho de la mujer de llevar y conservar el apellido del marino agregado
al suyo y a conservarlo mientras no contraiga nuevo matrimonio, de conformi
dad con el artículo 24 del Código Civil.
• Se mantiene la continuidad de los deberes religiosos, toda vez, que el artículo
360 del Código Civil nos indica claramente que las disposiciones que rigen el
divorcio y la separación de cuerpos no se extienden más allá de sus efectos
civiles, dejando por tanto, íntegros los deberes que la religión impone, en con
cordancia con el derecho fundamental regulado en la Constitución Política del
Perú en su artículo 2 inciso 3), sobre la libertad religiosa.
B. Efectos del divorcio en cuanto a los hijos:
Regulado en el artículo 355 del Código Civil:
• Con respecto a la patria potestad, tenencia y régimen de visitas.
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3. C LA S ES DE D IVO R C IO
Hay dos clases de divorcio: el absoluto y el relativo.
1) El divorcio absoluto
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95 VARSI ROSPIBLIOSI, Enrique. Divorcio, filiación y patria potestad. Editorial Grijley, Lima, 2004,
p. 8.
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Ya sea de común acuerdo, por razones económicas, por alguna relación ex
tramatrimonial o por otros motivos, cada vez son más los peruanos que deciden
poner fin a su vínculo conyugal. Según el Instituto Nacional de Estadística e Infor
mática (INEI), la cantidad de parejas que opta por el divorcio va en aumento, pues
se realizaron 5,625 procesos en 2011; 13,126 en 2012; 14,103 en 2013, 13,598 en
2014 y 26235 en 2019.
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Agregó que la separación con causal es un proceso mucho más largo y complejo
que solo se puede hacer en el Poder Judicial. “Se inicia en el Juzgado de Familia, es
apelado a la Sala Superior y luego puede ir a la Corte Suprema. El proceso puede
durar tres años y, como debe ser llevado por un abogado, es más caro. Por eso, creo
que debe reservarse para los casos donde hay bienes o hijos por qué litigar”, subrayó.
MÁS SEPARACIONES POR POCA TOLERANCIA
El psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia declaró que la ley de divorcio rá
pido, unida a la mayor independencia de las personas y la poca tolerancia, están
contribuyendo a que la cantidad de parejas que dan fin al vínculo matrimonial crezca
en el país.
Indicó que las parejas de ahora hacen menos esfuerzo por mantener la relación.
“Ahora hay muchas parejas que se separan porque el marido deja el baño mojado”,
manifestó.
Agregó que el paradigma de los peruanos respecto de que el matrimonio dura
para siempre ha cambiado y “ahora la gente se casa para probar qué pasa”.
Saravia refirió que es saludable divorciarse cuando hay daño físico o emocional.
Sin embargo, dijo que el 70% de parejas logra salvar su matrimonio con terapia.
4. EL D IVO R C IO COM O R EM ED IO
Se produce cuando la convivencia se torna intolerable, sin culpa de las partes,
este divorcio busca una salida a la crisis conyugal.
5. EL D IVO R C IO C O M O SA N C IÓ N
En el divorcio sanción se busca al culpable y se le aplican sanciones y castigos.
Las sanciones que se aplican al cónyuge que propició el divorcio son96:
a) Pérdida de la patria potestad según el art. 340 del Código Civil.
b) Pérdida del derecho hereditario según el artículo 353 y 343 del Código Civil.
c) Pérdida del derecho alimentario, según el artículo 350 del Código Civil.
d) Pérdida del derecho de gananciales que procedan de los bienes del otro,
según los artículos 352 y 324 del Código Civil.
e) Pérdida del derecho al nombre, según al artículo 24 del Código Civil.
6. C A U S A LE S DEL D IVO R C IO
Como es sabido, las causales de divorcio suelen ser conductas antijurídicas que
atentan contra la paz conyugal. Es todo acto u omisión imputable al cónyuge que
daña la confianza y respeto matrimonial, permitiendo al cónyuge inocente utilizarla
como sustento para requerir la disolución del vínculo matrimonial. Precisamente, las
causales o causas por las cuales un juzgado puede otorgar un divorcio se denominan
comúnmente las “causales” para el divorcio, que, a groso modo, no son más que
presupuestos de hecho, a cuya verificación el ordenamiento jurídico vinculará con un
determinado efecto jurídico; esto es, el cese del matrimonio.
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97 PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Divorcio: reforma del régimen de decaimiento y disolución del
matrimonio. Gaceta Jurídica, Lima, 2001, p. 42.
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común y asistencia, materia de los artículos 288 y 289 del C.C., que para su
calificación como tal, debe reunir tres requisitos, que son:
a) Elemento Objetivo
Consiste en la dejación o separación material del hogar conyugal, se entien
de del que ambos cónyuges fijaron o el último que compartieron, como lo
establece el artículo 36.
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b) Elemento Subjetivo
Consiste en la intención, o propósito, de sustraerse al cumplimiento de sus
obligaciones o deberes conyugales, o de destruir de hecho la unidad conyu
gal, de parte del cónyuge infractor, es decir, que el abandono sea injustificado.
c) Elemento Temporal
Consiste en el transcurso del plazo de dos años, consecutivos, o por periodos,
por cuanto el transcurso del tiempo, que entre más prolongado sea, hace más
evidente la intención del cónyuge infractor de sustraerse del cumplimiento de sus
obligaciones conyugales y de destruir la comunidad matrimonial.
6) La conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común
La conducta deshonrosa vendría a ser el comportamiento deshonesto, inmoral,
o reñido con las buenas costumbres, o indecente del cónyuge, consistente no
en un solo acto, sino en la práctica habitual y constante de hechos bochornosos,
que dada su magnitud hagan imposible la vida en común respecto del cónyuge
ofendido.
Podemos rescatar cierta frase bíblica: Proverbios 11:22 como anillo de oro en el
hocico de un cerdo, es la mujer hermosa que carece de discreción.
El C.C. no especifica ni precisa qué hechos son constitutivos de conducta des
honrosa, sino que se limita a establecer dos requisitos concurrentes, de la habi-
tualidad de tales hechos o prácticas, y que tal comportamiento deshonroso haga
insoportable la vida en común, no siendo de aplicación el art. 337 del C.C, por
sentencia del Tribunal Constitucional de 13 de mayo de 1997.
Pero la jurisprudencia ha establecido algunos casos concretos de esta causal,
tales como la embriaguez habitual, vagancia u ociosidad habituales; juego habi
tual; manifiesta y reiterada intimidad amorosa con personas distinta al cónyuge;
vida fácil y disipada que implique actitud deshonesta o libertina; homosexuali
dad; salidas frecuentes e inmotivadas del cónyuge, desautorizadas, con retorno
a cualquier hora del día o altas horas de la noche, con descuido de los deberes
hogareños; dedicación al tráfico de sustancias estupefacientes.
7) Del uso habitual e injustificado de drogas
El inciso 7, del artículo 333 del C.C., establece como causal de separación el uso
habitual e injustificado de drogas alucinógenas o sustancias que pueden generar
toxicomanía.
No hay porque recapitular las perniciosas consecuencias de la toxicomanía en
sus diferentes formas, lo que interesa es determinar porque el uso de estupefa
cientes constituye una causal de separación, lo que aparentemente estaría en
contradicción con uno de los fines del matrimonio, el de la asistencia recíproca
entre los cónyuges según el cual, más bien brindaría al cónyuge inocente la opor
tunidad de auxiliar al culpable, desde cuyo punto de vista la separación podría
entorpecer la recuperación del toxicómano y su liberación del vicio que le afecta.
Pero han mediado razones más poderosas que han determinado la considera
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que ver con la naturaleza del homosexualismo, o que el caso está ya com
prendido o inmerso en la causal de la conducta deshonrosa, es razonable la
justificación de la inclusión, de que dada la naturaleza de la unión matrimonial,
la cópula sexual entre cónyuges en el matrimonio resulta elemento esencial y se
puede pensar que para el cónyuge normal o sano resulta intolerable la intimidad
con una persona homosexual, cuya anomalía o vicio no existía cuando se casó.
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El mutuo disenso, significa que los cónyuges, sea por haberse producido una de
las causales específicas, o simplemente por el hecho de que difieren en el modo de
pensar y de sentir, esto, es por la incompatibilidad de caracteres, deciden de que no les
es posible continuar la cohabitación y solicitan la autorización judicial para exonerarse
mutuamente de los deberes del lecho y habitación. Significa, para decirlo gráficamente,
que los cónyuges no están de acuerdo en nada, excepto en que no están de acuerdo.
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CORNEJO citó que el mutuo disenso ha sido duramente combatido como causal
de separación, y más aún, como causa directa o indirecta del divorcio vincular. En
primer lugar, porque permite destruir o burlar las ventajas que la ley quiso asegurar
con la minuciosa, fatigosa y taxativa enumeración de las causales específicas. En
segundo lugar, el mutuo disenso no se dirige a satisfacer otro interés que el particular
de los cónyuges, lo que significa olvidar que el matrimonio no es un negocio privado,
sino una fundamental institución social. En tercer lugar, autoriza a los cónyuges, para
oponer el más estricto silencio al empeño del Juez para averiguar hasta qué punto es
fundada la demanda y serios los motivos que la sustentan, lo que implica la renuncia
del Estado, a favor de los particulares, a la facultad de administrar justicia.
Los requisitos de la demanda, sean de divorcio o separación, se redactarán con
siderando los requisitos que la ley prevé para demandar en un proceso civil, ello en
tanto, no existe en nuestro país un código procesal familiar que establezca requisitos
de la especialidad, consideramos que conjuntamente con las formalidades generales
se deberá de cumplir con las exigencias especiales que pudieran existir. El Código
Civil establece que para presentar una demanda de separación convencional ante el
órgano jurisdiccional debe haber transcurrido dos años desde la fecha de celebrado
el matrimonio civil.
Es así que, conforme a lo establecido en el inciso 13 del artículo 333 del C.C. del
texto sustantivo, algunos doctrinarios consideran, que el legislador debe haber anali
zado que en dicho lapso los cónyuges puedan objetivamente tomar decisiones ante
conflictos y problemas que puedan surgir con el fin de evitar que termine la relación
conyugal.
El artículo 344 del C.C., por otra parte exige el consentimiento expreso de am
bos cónyuges, por lo que es fundamental recordar que la demanda de Separación
convencional debe ser interpuesta necesariamente de manera conjunta, es decir, por
ambos cónyuges.
Respecto a los requisitos que establece el Código Procesal Civil, tenemos los
siguientes:
La demanda debe presentarse con la propuesta de convenio donde se regula
los regímenes familiares de los cónyuges, al respecto debemos señalar que este
documento es exigido como requisito especial para que la demanda pueda ser
admitida. Dicho convenio contendrá todo lo referente al régimen de la patria po
testad, de alimentos y liquidación de sociedad de gananciales.
La firma de los cónyuges, que implica la existencia del consentimiento de ambos
de conformidad con lo establecido en el artículo 578 del Código Procesal Civil, el
cual es el único requisito que es concordante con lo normado en el artículo 344
del Código Civil.
La aprobación judicial de Separación convencional conforme lo establece el artí
culo 579 del Código Procesal Civil, en cuanto la sentencia judicial va a acoger el
contenido del convenio propuesto por los cónyuges de manera conjunta, siempre
que dicho convenio asegure los derechos de los hijos menores o incapaces, la
obligación alimentaria y patria potestad.
El convenio de separación conyugal es exigido como requisito especial para
la demanda, por lo que debemos señalar que dicho convenio contendrá todo lo re
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Declaración jurada extendida por los cónyuges, respecto del último domicilio con
yugal, suscrita por ambos cónyuges. Asimismo, la referida solicitud de separa
ción convencional deberá indicar si los cónyuges son analfabetos, no pudieran
firmar, son ciegos o adolecieran de otra discapacidad, para efectos que se pro
ceda mediante firma a ruego, sin perjuicio de que se imprima su huella digital o
grafía de ser el caso.
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Una vez que el alcalde acreditado y notario competente haya recibido la corres
pondiente solicitud, procederá a verificar el cumplimiento de los requisitos previstos
por el artículo 5 de la Ley, y artículo 5 y 6 del Reglamento (dentro de un plazo de 5
días). De ser el caso que no se cumplan con los referidos requisitos y se anexe a la
solicitud lo detallado no se continuará con el procedimiento.
Verificado esto, en el plazo de quince (15) días se deberá fijar fecha para la rea
lización de la Audiencia única. En dicha audiencia los cónyuges deberán manifestar o
no su voluntad de ratificarse del contenido de la solicitud de separación convencional.
De ratificarse los cónyuges, el alcalde o notario declarará la separación conven
cional por resolución de alcaldía o por acta notarial, según corresponda, la misma que
es inscrita en el Registro personal respectivo.
De ser el caso de inasistencia de uno o ambos cónyuges por causas debidamen
te justificadas, el alcalde o notario convocará a nueva audiencia en un plazo no mayor
de 15 días. De producirse nueva inasistencia de uno o ambos cónyuges, se declarará
concluido el procedimiento.
Este necesario impulso de parte (traducido en la voluntad manifiesta de los cón
yuges por disolver el vínculo matrimonial) tiene como principal sustento el interés
constitucional del Estado de proteger a la familia y promover el matrimonio, en su
calidad de institutos naturales y fundamentales de la sociedad, según lo establece el
artículo 4 de la Constitución Política del Perú.
Finalmente, transcurridos dos (2) meses de emitida la resolución de alcaldía o el
acta notarial, según sea el caso, cualquiera de los cónyuges (ya sin la anuencia del
otro), podrá solicitar la disolución del vínculo matrimonial, debiendo ser resuelta dicha
solicitud en un plazo no mayor de quince (15) días.
Declarada la disolución del vínculo matrimonial, el alcalde o notario dispondrá su
inscripción en el registro correspondiente. Ahora bien, la práctica profesional lleva a
advertir que si bien ambos procedimientos (municipal o notarial) son expeditivos, tam
bién es verdad que más expeditivo y ligero en trámite suele ser el procedimiento ante la
instancia notarial, donde por lo general el procedimiento de Separación Convencional
demora un promedio de tres (3) a tres (3) meses y medio, frente a un plazo un poco más
distendido en el tiempo ante las municipalidades, por las burocracias e incumplimiento
de los plazos que lamentablemente suelen incurrir la mayoría de entidades públicas.
Sin embargo, como contrapeso a lo dicho, debe también hacerse mención que el
costo para acceder al trámite del procedimiento de separación convencional es mucho
más accesible en la municipalidades que en las notarías. En tal sentido, corresponde
que los cónyuges evalúen su interés por acceder al divorcio en función del tiempo y
costo que ello les acarrearía.
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Cabe precisar que una vez haya sido expedido el auto admisorio, tienen eficacia
jurídica los acuerdos de convenio anexados a la demanda, sin perjuicio de la confor
midad con lo dispuesto por el artículo. La sentencia de separación a emitirse acogerá
el contenido expreso del convenio propuesto por las partes, siempre que se asegure
adecuadamente la obligación alimentaria y los deberes inherentes a la patria potestad
y derechos de los menores o incapaces, con sujeción al mencionado ya, principal de
interés superior del niño y adolescente.
Como lo señala MELLA BALDOVINO, Ana M98., es interés del Estado proteger
a la familia y promover a la familia y promover el matrimonio, siendo por tal motivo
que resulta de vital importancia la voluntad manifiesta de las partes para continuar
con el trámite del proceso de separación convencional. En tal sentido, si una de las
partes manifestase en la audiencia única su negativa de continuar con la tramitación
del proceso, pues este deberá ser declarado por concluido, toda vez que ya no habría
consenso en el divorcio. Asimismo, cualquiera de los cónyuges, dentro de los treinta
(30) días naturales posteriores a la audiencia única, podrá revocar su decisión de
divorciarse, conforme lo establece el artículo 579 del código adjetivo, quedando igual
mente concluido el proceso. Después de trascurrido dos (2) meses de notificada con
la sentencia de separación, habiendo quedado la misma consentida, a solicitud de la
parte interesada el juez expedirá la sentencia que declare la disolución del vínculo
matrimonial respectivo.
Si bien esta podría ser otra alternativa viable para acceder al divorcio por mutuo
acuerdo, no deja de ser una realidad de todo litigante que la letanía y demora en los
proveídos judiciales, hace de este mecanismo de naturaleza expeditiva, uno no tan
ágil para procurar la finalidad perseguida: poner fin a la unión civil matrimonial de for
ma consensuada en el más breve plazo posible.
98 MELLA BALDOVINO, Ana Miluska. Manual práctico para abogados de divorcio. Ob cit.p.62-65.
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5
días
Audiencia Unica
Presentación de Cualquier cónyuge
Verificación de los Se extiende acta protocolar
la solicitud solicita la disolución del
requisitos de separación
convencional vínculo matrimonial
5 días I
5 15 5
días días días
Verificación de los Audiencia Única
Presentación de requisitos V °B'
Se extiende acta protocolar declarando la
la solicitud área legal o de separación
abogado del separación convencional
convencional
municipio
2 meses I
Resolución de alcaldía
Cualquier cónyuge solicita
Presentación de que declara la
la disolución del vinculo
la solicitud disolución del vínculo
matrimonial
matrimonial
Por último, hay que señalar que la Ley permite que los cónyuges puedan intervenir
en el proceso representados por personas facultadas específicamente para ello, siendo
necesario que tal poder esté inscrito en el registro de mandatos y poderes de los Regis
tros Públicos de la Oficina Registral del lugar en el que se va ejercer la representación.
7. EL A D U LTER IO
Antes de desarrollar este punto, conviene hacer referencia a las causales del
divorcio.
Las causales, la podemos definir como las conductas antijurídicas que atentan
contra la paz conyugal, siendo todo acto u omisión, dolosa o culposa, imputable al
cónyuge que daña la confianza y respeto matrimonial, permitiendo al cónyuge inocen
te utilizarla como sustento para requerir la separación de cuerpos o el divorcio.
Las causales del divorcio involucran un hecho ilícito en tanto importa la violación
de deberes emergentes del matrimonio.
Las causales del divorcio presentan como características las siguientes":
s Son determinadas por el juez a través de un proceso judicial.
s Son de orden público, no pueden desconocerse, modificarse o suprimirse en
virtud de la autonomía de la voluntad de las partes intervinientes.
LEGALES
99 MÉNDEZ COSTA, María Josefa y D’ANTONIO, Daniel Hugo. Derecho de Familia. Editorial San
Pablo, Madrid, 1997, p. 428.
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Der ec h o d e Fa m il ia
101 EDICIONES LEGALES. Código Civil y normas complementarias. Primera edición, editorial Edi
ciones Legales, Lima, 2016, p. 1120.
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102 MONTERIO, Washington de Barros. Curso de Derecho Civil: Derecho de Familia. 37ava. Edición.
Sau Paulo, 2004, p. 253.
103 www.rae.es.
104 ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. 3era. Edición. Editorial Astrea, Buenos Aires, 1998, p.
356.
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Para finalizar este punto, debemos mencionar que el adulterio no es una causal
de divorcio con efecto permanente sino más bien de constitución inmediata; es por
ello que no se puede demandar por hechos que han sido consentidos ni perdonados.
EL FACTOR TIEMPO PARA LA DEMANDA DE DIVORCIO POR ADULTERIO
El plazo para presentar una demanda de divorcio por causal de adulterio se ex
tingue a los seis meses de conocida la infidelidad o tras cinco años de producida ésta.
Así, pese a que una pareja de casados ya no conviva o uno de los cónyuges admita
que engañó al otro, los jueces solo validarán el plazo legal y no otras circunstancias,
ya que justamente, el cónyuge inocente demandará ante el juez competente el divor
cio por causal: adulterio.
La causal de adulterio para demandar el divorcio caduca a los seis meses de co
nocido el hecho o a los cinco años de producida la infidelidad. Una vez vencidos estos
plazos, la demanda no procederá, por más que la pareja ya no conviva o que uno de
los cónyuges comunique la infidelidad al otro a través de una contestación durante un
proceso de alimentos y violencia familiar. Por tanto, el plazo que establece nuestra
legislación, es de caducidad.
Así lo estableció la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia al
resolver la Casación N° 3475-2014-Lima Norte, publicada en el diario oficial El Pe
ruano del 30/09/2016.
Según la casación bajo comentario, una mujer demandó divorciarse de su
esposo invocando las causales de abandono injustificado y malicioso del hogar y
adulterio. En el primer extremo, la demandante acredita mediante una denuncia el
abandono injustificado y, para el otro extremo, argumentó que tuvo conocimiento de
que el demandado había procreado una hija extramatrimonial con una mujer que era
inicialmente una amiga de su cónyuge. Recordemos que nuestra legislación exige
que para demandar divorcio por causal, es necesario exhibir al juez los medios pro
batorios que acrediten la causal invocada, no sólo es cuestión de invocarla y punto,
menos y sólo con palabras, las cuales, no sirven de nada, es como si el viento se las
llevara.
El esposo presentó su defensa basada en una excepción de caducidad, ya que,
argumentó que él mismo confirmó a su cónyuge de que había tenido relaciones ex-
tramatrimoniales y, que, producto de estas había procreado una menor, es decir, una
hija. Esta comunicación de los hechos se dio con motivo de la contestación de una
demanda de alimentos y violencia familiar casi un año antes de que la demandante
accione el divorcio por causal de adulterio, lo que implica, en sus términos, el supues
to de caducidad de la facultad para divorciarse (Artículo 339 del Código Civil).
Examinada la causa, el juez de primera instancia resolvió declarar infundada
la excepción de caducidad, toda vez que el cómputo del plazo de caducidad para
demandar el divorcio, desde el momento en que nació la niña hasta el momento de
la presentación de la demanda, no se había consumado. Esto, en consonancia con
el segundo párrafo del artículo 339 del Código Civil, el cual establece que el plazo
de caducidad es de cinco años desde producido el hecho. En este caso, el juez de
primera instancia entendió que, si la menor producto de la relación extramatrimonial
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8. LA IM P O S IB IL ID A D DE HA CER V ID A EN COM ÚN
De la cita que hace el autor argentino ZANNONI en derecho de familia, tomo II,
extraemos la referencia del artículo 151 de la legislación Italiana, que a la letra dice
“(...) la separación puede ser pedida cuando se verifican, aun independientemente
de la voluntad de uno o de ambos cónyuges, hechos tales que hagan intolerable la
prosecución de la convivencia o que ocasione grave perjuicio a la educación de la
prole obsérvese que si bien es cierto la redacción no es igual a la peruana (se
usa intolerable en vez de imposible), sin embargo hay elementos parecidos, como el
de utilizar hechos que hacen difícil, o como dicen los italianos, intolerable la vida en
común, empero se añade un elemento que no está presente en la causal que esta
mos comentando, y está referido a los hijos, que se ven igualmente perjudicados de
esos hechos que separan a sus padres, sin embargo la causal peruana, aun cuando
no lo mencione, creemos que igualmente esos hechos que imposibilitan la vida en
común de sus padres, terminan siendo perjudiciales para los hijos, no solo en el ám
bito educativo, sino en su formación plena que se ve alterada y con riesgo de causar
problemas psicológicos.
En el Código Civil de República Dominicana, Ley N° 1306, se establece en el
artículo 2 que son causas de divorcio la incompatibilidad de caracteres, justificada por
hechos cuya magnitud como causa de infelicidad de los cónyuges y de perturbación
social, suficiente para motivar el divorcio será apreciada por los jueces. Sobre el par
ticular, agrega que en esta ley claramente alude a la incompatibilidad de caracteres
entre los cónyuges, la misma que algún sector de la doctrina trata de equiparar a la
imposibilidad de la vida en común, empero si bien es cierto guardan alguna afinidad,
también lo es que la imposibilidad, tal como se describe líneas más adelante, están
referidas a situaciones graves y no a meras desavenencias o pareceres diferentes.
Otro referente lo encontramos en el Código Canónico, si revisamos el canon
1151, al prohibir el divorcio, pero acepta en forma excepcional la separación legal,
refiriéndola al supuesto producido por uno de los cónyuges, creando una situación
que pone en grave peligro espiritual o corporal al otro o a la prole, o de otro modo
hace demasiado dura la vida en común. En este caso el citado código alude a la
convivencia entre cónyuges que debe ser pacífica y de respeto, y no conflictiva, dura,
entre ellos. Repárese en el término duro, que a no dudar implica sufrimiento, angustia
en la relación de pareja.
De la redacción de la norma pareciera que nos encontramos ante lo que se llama
el divorcio remedio, en tanto que lo que interesaría es comprobar que la vida en co
mún ya no es posible en la pareja, y siendo esa la situación, en consecuencia debería
proceder la separación o el divorcio, es decir que al juez solo le tocaría comprobar
este hecho de la inviabilidad de la pareja para que sigan viviendo como tal, y verificada
la situación, entonces proceder a resolver por la separación o divorcio.
Sin embargo, repárese que del texto de la norma no se desprende que el ar
tículo 335 del Código Civil, referido a que nadie puede invocar hecho propio para
demandar separación o divorcio, haya sido dejado de lado, como si expresamente lo
establece cuando se trata de la causal de separación de hecho, por lo tanto, tenemos
que concluir que estamos ante una causal subjetiva, o lo que se conoce en doctrina
como el divorcio sanción, en donde se imputa a alguien una conducta que da lugar al
rompimiento de la vida en común, y verificado por el juzgador al responsable de esta
conducta, entonces como parte de la sentencia que separa o rompe el vínculo, vienen
una serie de medidas sancionadoras para el causante de que la pareja ya no pueda
vivir como tal.
En esta causal de imposibilidad de hacer vida en común, uno de los cónyuges
debe imputar al otro, una determinada conducta que conduzca al rompimiento de la
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como hecho táctico que funde la causal, puede y de hecho se dan, cuando uno de los
cónyuges, tiene un serio problema de aseo personal, tanto en lo que se refiere a su
higiene personal como a su vestimenta, y no se trata de un simple desaliñado, sino
que el tema tiene ribetes graves, por cuanto avergüenza a su consorte, pues no solo
debe soportarlo dentro del hogar, sino lo que es peor frente a terceros, al punto tal que
el cónyuge se abstiene de toda reunión social en la que son invitados como pareja ma
trimonial. Como muestra se han presentado estos casos, y de seguro existirán otros
hechos que conduzcan a que uno de los cónyuges recurra a esgrimir el supuesto de
imposibilidad de vida en común.
CONSECUENCIAS DE LA SENTENCIA QUE DECLARA FUNDADA UNA DE
MANDA DE IMPOSIBILIDAD DE HACER VIDA EN COMÚN
El presente punto se desarrolla en el ámbito personal y patrimonial.
1) Efectos personales de la imposibilidad de hacer vida en común Se trata de sus
pender la vida en común de ser el caso de una demanda de separación legal y
hacer desaparecer definitivamente la cohabitación, si fuera el supuesto de un di
vorcio; la cónyuge divorciada no debe seguir usando el apellido del otro consorte,
salvo que la demandante demuestre interés en seguir usándolo, todo ello con la
debida autorización judicial; en cuanto a los hijos comunes, menores de edad,
ambos cónyuges, o ex cónyuges siguen ejerciendo patria potestad, empero solo
de uno de ellos va a detentar la tenencia, y se establece un régimen de visitas
para aquel que no viva con los hijos; en cuanto a los alimentos entre los cónyu
ges, habrá que estar al caso concreto, pues si se trata del cónyuge demandante
que alega dependencia económica respecto de su consorte, encontrándose en
estado de necesidad, entonces debe ser beneficiado con una prestación alimen
taria, y en cuanto a los hijos, parte de la sentencia lo constituye fijar los alimentos
de ellos, y la persona o personas que deben cumplir con esta obligación, y que
según normas legales, están referidas a las posibilidades económicas de cada
uno de ellos. Si se trata de una demanda de separación legal, se mantiene el
vínculo conyugal y los deberes de asistencia y fidelidad permanecen, no siendo
posible que ninguno de ellos contraiga matrimonio por cuanto el vínculo persiste,
pero si se trata de un divorcio, todos estos deberes acaban definitivamente y en
el caso del varón puede volver a contraer matrimonio, y si se trata de la mujer,
debe esperar a que venza los 300 días a que alude el artículo 243 del Código
Civil, salvo que demuestre con certificado médico que no se encuentra gestando.
2) En cuanto a los efectos patrimoniales de la imposibilidad de hacer vida en común
Si el supuesto es de una separación legal, termina la sociedad de ganancia
les, debiendo producirse su liquidación, situación idéntica se da cuando estamos
ante un divorcio; ahora bien, la norma comentada al no haber establecido la
excepción de aplicación del artículo 335, nos lleva a afirmar, como ya lo hemos
sostenido, que estamos ante una causal subjetiva, o lo que es lo mismo un divor
cio sanción, y en esta circunstancia la sentencia tendrá que pronunciarse sobre
indemnización, si ello hubiera sido demandado, la pérdida de los gananciales
provenientes de los bienes propios del otro, la pérdida del derecho hereditario del
cónyuge culpable de conformidad con lo dispuesto en el artículo 343 del Código
Civil, o 353 si se trata de divorcio.
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ración legal y el divorcio, y su tratamiento lo remite a la ley, pero lo que ocurre es una
aparente contradicción, pues por un lado debe promoverse el matrimonio, pero por
otro se liberaliza el divorcio, aumentando causales para su procedencia, recortando
términos para la conversión de la separación legal en divorcio, otorgando facultades
para declarar separación o divorcio a notarios e incluso alcaldes.
La intención del legislador se entiende porque el Derecho no puede dejar de dar
una respuesta a situaciones conflictivas, de tal magnitud entre la pareja que no hay
otra salida que la separación o el divorcio, pues de caso contrario condenamos a las
personas que continúen haciéndose daño, y lo que es peor, perjudicando el desarrollo
de sus hijos, empero lo menos que se puede solicitar a los legisladores, es que cuan
do legislen lo hagan con previo estudio, análisis y previendo las consecuencias que
puedan derivarse de las nuevas normas, y tal como fluye de los comentarios realiza
dos en este artículo, nada de ello ha ocurrido con la causal de imposibilidad de hacer
vida en común.
9. A B A N D O N O DEL H O G A R C O N YU G A L
Según VARSI105, esta causal implica la separación fáctica que se refleja en la in
tención manifiesta de sustraerse al cumplimiento de obligaciones familiares por parte
del cónyuge que sale de la casa conyugal, y que conllevan el incumplimiento del deber
de cohabitación.
Una atenta doctrina argentina resalta que esta causal constituye un incumpli
miento del deber de cohabitación que les impone el Derecho, y aclara que dicha ac
titud debe revelar, por parte del cónyuge a quien se atribuye la causal, una intención
definitiva de apartarse de la convivencia con el otro. Por lo tanto, esta causal pertene
ce al sistema subjetivo inculpatorio del divorcio-sanción, la cual para que se configure
exige un domicilio conyugal determinado, respecto del cual ha existido un alejamiento
físico, guiado por la intención de abandonarlo y de sustraerse del cumplimiento de los
deberes conyugales.
El establecimiento del hogar conyugal resulta fundamental, afirmando nuestra
jurisprudencia de manera uniforme que no habiéndose constituido hogar conyugal,
no puede configurarse el abandono del mismo106. Así, “es infundada la demanda de
divorcio por abandono malicioso, si el marido no ha constituido hogar conyugal, razón
por la que la mujer se ve precisada a volver a casa de su madre, donde tenía a los
hijos de quienes no se ha preocupado el padre”.
Asimismo, no resulta posible la coexistencia de dos domicilios conyugales, pues
significaría violar la clara y expresa disposición del artículo 289 del Código Civil, que
obliga a los esposos a que hagan vida en común en el domicilio conyugal para el cum
plimiento de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio. En los procesos
de divorcio por esta causal es determinante la localización del hogar conyugal, o al
menos del último domicilio común, a fin de precisar cuál de los cónyuges es el que
efectivamente ha incurrido en falta, y de esta manera evitar que vaya a prosperar una
acción que se ampare en el propio abandono, contraviniendo el mandato expreso de
la ley, recogido en el artículo 335 del Código Civil, que a la letra prescribe que “Ningu
LEGALES
105 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Tomo II, Gaceta Jurídica - Fondo
Editorial de la Universidad de Lima, Lima, 2011, p. 341.
106 CABELLO MATAMALA, Carmen Julia. Divorcio y jurisprudencia en el Perú. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1999, p. 187.
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El inciso 5 del artículo 333 del Código Civil, además, establece como elemento
el transcurso del tiempo; esto es, de dos años continuos o que la duración sumada de
los periodos excedan dicho plazo. Autorizada doctrina ha indicado que no se debe en
tender la necesidad de este lapso temporal de forma restricta. Si la persona se retira
de su casa durante un periodo razonable, un mes, por ejemplo, y se niega a volver,
estará caracterizado el abandono, la violación del deber de cohabitación.
LOVÓN indica que se entiende por abandono la supresión voluntaria de la vida
en común, mediante el alejamiento o la expulsión del cónyuge del domicilio conyugal,
o el no permitirle el retorno, con descuido de los deberes resultantes del matrimonio,
en especial del deber de cohabitar, sin existir causas que justifiquen dicha conducta.
Así, no abandona el que es echado de la casa. No podrá reclamar abandono quien
maliciosamente dejó el hogar y que al retornar este, ya no existe. Además, en el
abandono injustificado, la dejación debe llevar consigo la intención del cónyuge de
romper de hecho la unidad matrimonial107. En tal sentido, tampoco constituirá abando
no injustificado del hogar conyugal cuando este se realice por motivos atribuibles a la
conducta del otro cónyuge.
Como, por ejemplo: en protección, debido a actos de violencia física o psicoló
gica; cuando el esposo fue impedido del ingreso o expulsado de domicilio conyugal
por el cónyuge. No existe abandono si quien se retira lo hace obedeciendo a razones
atendibles en función de su empleo, profesión, cumpliendo obligaciones impuestas
por actividades de carácter público o debido a su salud quebrantada.
Asimismo, no existe voluntad de abandono en la conducta que es la reacción
lógica a las injurias graves o malos tratos recibidos del otro cónyuge, o si responde a
la hostilización de los familiares del cónyuge que habitan la casa común. Con respecto
a la carga de la prueba, quien invoca el abandono del hogar deberá acreditar el hecho
material del alejamiento.
Para su configuración el demandante tendrá la carga de probar la existencia del
domicilio conyugal constituido y del alejamiento unilateral de este por un periodo ma
yor a dos años continuos o alternados. Las pruebas pueden ser movimientos migrato
rios, nombramiento de defensor de ausente o acciones judiciales por omisión familiar.
Esta causal no puede considerarse acreditada con la sola presentación de la copia
certificada de la denuncia policial al ser una manifestación unilateral que no forma
convicción en el juzgador. Por su parte, al cónyuge que se retira le incumbe probar a
su vez que tuvo causas legítimas y válidas para adoptar esa actitud.
Según cierta doctrina, en tales casos, se presume iuris tantum la voluntariedad
y maliciosidad del abandono. El abandono queda configurado al no probarse la legiti
midad de las causas que llevaron al cónyuge a alejarse o le impidieron regresar. Las
causas que legitiman a un cónyuge para dejar el hogar común vienen a operar en el
juicio de divorcio como un típico hecho impeditivo para que actúe como causal de
divorcio la prueba del abandono.
Pero la carga de probar este hecho impeditivo pesa sobre el cónyuge que dejó el
hogar. Así, el demandando deberá acreditar las causas que justifican su alejamiento,
como podrían ser los supuestos de cese de la cohabitación por razones ajenas a su
voluntad (tratamiento por una enfermedad, para cumplir un trabajo o un estudio tem
poral) o que el abandono se deba a conductas del otro cónyuge (actos de violencia
física o psicológica, impedirle el ingreso al domicilio conyugal o expulsarlo de este,
etc.).
107 LOVÓN, Brandon. Causal de abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años
continuos. Universidad Particular Andina del Cusco, Cusco, 2011, p. 132.
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Quien ha hecho abandono tendrá a su cargo que probar las causas que lo
justifican. Para que el abandono se configure como causal no debe haberse producido
por razones justificadas. No se configuré la causal de abandono, entonces, cuando la
cohabitación ponga en peligro la vida, salud o el honor de cualquiera de los cónyuges,
o la actividad económica de la que dependa el sostenimiento del hogar; así también
como consecuencia de malos tratos y la negación de alimentos.
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