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EL PÉNDULO DEL ORIGEN Y EL FIN.

Hace millones de eones cuando el universo era una masa diminuta y limitada, el espacio
milimétrico y el tiempo un péndulo de milisegundos, nació Ehrax. Dios no creó el universo, sino el
universo fue quien creó a Ehrax, el universo fue quien le dio voluntad, quien le dio el poder para
crear.

Ehrax vivió y murió millones y millones de veces. Entonces decidió que el péndulo debía
balancearse con mayor lentitud, lo hizo inmenso y tan tardo que desde entonces el tiempo parecía
ser eterno. Ehrax ya no tenía que morir y volver a nacer por mucho tiempo.

Tanto su cuerpo como su conocimiento empezaron a crecer desmesuradamente así que decidió
romper el universo y volverlo infinito.

Ehrax quería ver su creación así que creo estrellas, tantas que el universo se iluminó en toda su
infinita extensión.

El universo era un caos, Ehrax no podía descansar ya que tenía que controlarlo todo el tiempo, por
lo tanto, creo leyes universales para que su universo se manejara por sí mismo.

Ehrax ya podía descansar, y al hacerlo se llenó de mucha sabiduría. Ehrax rechazaba que el


universo fuera su creador, así que decidió crear a seres semejantes a él. Ehrax creo a sus primeros
hijos.

Tardó eones en crear sus estructuras espirituales, tardó otros más en darles un cuerpo material y
tardó otros más en darles su propia voluntad.

Ehrax moldeó el universo, le dio luz, le dio vida y le dio más huéspedes. Ehrax se convirtió en Dios
absoluto y creador.

Ehrax se sentía muy agotado así que dejó a sus hijos explorar el universo por ellos mismos, se
trasladó a la estrella más grande, más brillante y más calida y durmió por varios eones. El péndulo
del origen y el fin apenas se había movido.

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