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Crítica al emprendedor

Francisco Durand

El emprendimiento está siendo promocionado por corporaciones, organismos


financieros, escuelas de negocios, fundaciones privadas, especialistas, periodistas
económicos y gurús. El concepto es, sin embargo, tan antiguo como la propia
Economía. El francés Say, jefe de la escuela fisiocrática, fue un adelantado al hablar del
entrepreneur. La traducción lógica es empresario, que es como se conocía a los
individuos que establecían negocios privados. De allí se derivan varias teorías
económicas. Schumpeter nos habla del empresario innovador para  explicar  la ganancia
extraordinaria a partir del ciclo de un producto nuevo. Hoy, más que ciencia económica
con ideología sobre los agentes y el contexto donde operan (dos dimensiones centrales),
lo que hay es ideología sin ciencia.  RPP repite: “Lima, la ciudad de los
emprendedores”.]

Canal 4 dedicó varias telenovelas al tema. Mario Vargas Llosa, autor de una crónica
triunfal de los Añaños  los convirtió en leyenda. La Fundación Romero financia
Escuelas de Emprendedores. El Comercio, monopolio mediático, publicó libros sobre
los Rodríguez Banda, los Graña y Montero y otros en su serie Los Triunfadores. Althaus
habla de una revolución silenciosa con logros increíbles, libro también publicado por El
Comercio. Varios  presidenciables tienen libros sobre los emprendedores como “nuevos
héroes del desarrollo”.

80, Hernando de Soto ensayó una fórmula ideológica al referirse a los informales como
empresarios populares, pero se topó con una barrera: el término empresario se entendía
como gente con fábricas y Mercedes Benz. Había que reinventar conceptos, hasta que
desde 1990 comienza a usarse el término alternativo de emprendedores con mejor
suerte. 

Tengo cuatro objeciones. Uno, es una forma de voluntarismo de derecha: ”esfuérzate”,


“sigue adelante”, “levántate si te caes”; es decir, no toma en cuenta el contexto y las
estructuras. Dos, es sesgado; se concentra en el éxito y no considera el fracaso. Tres, al
ensalzar a los emprendedores pobres o nuevos (no tengo nada en contra de ellos),
colocan como modelo a los súper ricos y crean un lazo de hermandad para una defensa
común de toda propiedad privada, a pesar de que estos últimos tienen excesivo poder de
mercado. Cuarto, no todos podemos ni tenemos porqué ser emprendedores; podemos ser
servidores públicos honestos, bomberos heroicos, jueces dignos, profesores buenos o
filántropos dedicados.

Tomado de: Diario La República, 23 Marzo 2015.

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