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XI / 1-2, 2008
Estratto
viella o ~~~lLNZ/\
F croando García Romero
Aristóteles paremiólogo
3. Cf. R. Tosi, Dizionario delle sentenze latine e greche (1991), Milano 1993 8,
pp. X-XI; 1. F. Kindstrand, Ihe Greek concept ofproverbs, en «Eranos» 76 (1978), pp.
71-85 (en particular p. 73); E. Grünwald, Sprícmvarter und sprichwartliche Reden
sarten bei Plato, Berlin 1893; D. Tarrant, Colloquíalism, semi-proverbs and word-play
in Plato, en «C1assical Quarterly» 40 (1946), pp. 109-117, Y More colloquialism, semi
proverbs and word-play in Plato, en «Classical Quarterly» 8 (1958), pp. 158-160.
4. Cf. K. Rupprecht, artículos Paroimía y Paroemiographoi, en Realen
cyklopddie der klassischen Altertumswissenschaft, XVIII.4 (1949), columnas
1707-1735 y 1735-1778, (en particular columna 1736); Kindstrand, The Greek
concept cit., pp. 72-73.
Aristóteles paremiólogo 3
aquello de «de tal palo tal astilla)}5. Estos prejuicios contra el uso de
proverbios probablemente podamos hacerlos remontar a la retórica
de la época clásica (siglos V-IV a.C.), y en concreto a la escuela de
Isócrates. En esa dirección apunta un pasaje de la obra El banquete
de los eruditos de Ateneo de Náucratis (II, 6Od-e), que nos testimo
nia que los seguidores de Isócrates consideraban que dedicarse a
recopilar y estudiar proverbios era perder el tiempo: «Cefisodoro,
el discípulo de Isócrates, en su obra contra Aristóteles (y son cuatro
libros) critica al filósofo, como a quien no ha hecho una cosa digna
de aprecio, por haberse dedicado a recopilar proverbios».
De 10 hasta aquí expuesto podemos concluir que ya antes de
Aristóteles tenemos trazados los dos caminos principales por los
que circularía la consideración de los proverbios en la Antigüedad
a partir del fundador del Liceo: por un lado el enfoque "filosófico"
(la "autoridad" de los proverbios como saber antiguo y veraz), y por
otro el enfoque "retórico" (sobre todo el estudio de los efectos que
su uso confiere a un discurso o a un escrito)6,
Como en otros tantísimos aspectos del saber humano, también
en lo que respecta a los proverbios la obra de Aristóteles marca un
antes y un después. Porque Aristóteles no sólo utiliza abundantes
proverbios en sus escritos, como su maestro Platón, sino que con él
comienzan para nosotros las especulaciones teóricas sobre los refra
nes. Diógenes Laercio (5.26) atribuye a Aristóteles una obra titulada
Proverbios (Paroimíai), lamentablemente perdida para nosotros. Es
más, sobre este tratado no poseemos ninguna noticia segura y no nos
ha llegado un solo fragmento que podamos adscribir con certeza a
esta obra. Eso ha llevado a negar su existencia a prestigiosos estudio
sos tanto de la obra aristotélica (Y. Rose) como de la paremiología
griega (O. Crusius); para estos autores la adscripción a Aristóteles
de un tratado titulado Proverbios seria una confusión de Diógenes
(o de la fuente de la que toma la noticia), al considerar un tratado
independiente lo que son en realidad una multitud de referencias
dispersas en el conjunto de su obra. En cambio, otros especialistas
5, Literalmente, "del padre, el hijo", Sobre este proverbio, véase Tosi, Dizio
nario cit., n° 1445; F. García Romero, Sobre algunos proverbios usados en comedia,
en Idee efonne nel teatro greco cit., pp. 153-160 (en particular pp, 159-160).
6, Cf. Kindstrand, The Greek concept cit., p. 73.
12. Cf. Kindstrand, The Greek concep! cit., p. 75; P. Martin, Studien aufden
GeNe!e des griechischen Sprichwortes, Erlangen 1889.
13. Político 270c-d, TI'meo 22c SS., erilÍas I10a, Leyes 676 ss. Véase también
Aristóteles, Meteorológicos 1.3, 339b27-30; Aletafisica 12.8, 1074b8-13; Sobre el
cielo 1.3, 270b; Política 7.10, 1329b25-31. Cf. E. Bignone, L 'Aristotele perduto,
2 voll., Firenze 1936, JI, pp. 474-475; M. Untersteiner, Aristotele. Dellafilosofia,
Roma 1963; A. H. Chroust, The 'Greal Deluge' in Aristotle 's On philosophy, en
«Acta Classica}} 42 (1973), pp. 113-122; C. Natali, La teoría aristotelica del/e cata
strofi· Metodo di razionalizzazione di un mito, en «Rivista di filologia e Istruzione
Classica» 105 (1977). pp. 403-424; reraci Bio, Il concetto di paroimia in Aristatele
cit., pp. 238 SS.; Kindstrand, The Greek concept cit., p. 77; E. Berti, Lafilosofia del
"primo" Aristotele, Milano 1997.
14. Aristoteles (1923), tr. esp. Méjico 1946, pp. 152-153.
Aristóteles paremiólogo 7
l
20. F. Seiler, Deutsche Sprichworterkunde, München 1922, p. 19.
21. ef. Ierací Bío, JI concetto di paroimía in Aristotele cit., p. 244.
22. Diogeniano 6.61 cita completo el primer proverbio: «nunca te portes bien
con un viejo, ni con una mujer, ni con un hijo retorcido, ni con el perro de otro, ni con
un remero charlatán': exhorta a no perder el tiempo en cosas inútiles». El segundo
proverbio es un fragmento del poema épieo las Ciprias (fr. 33 Bemabé), probable
mente en boea de Odiseo aconsejando dar muerte a los hijos de los troyanos para
evitar que tomen venganza cuando lleguen a adultos; se empleaba, con valor general,
en el sentido de que cuando actuamos debemos prever las consecuencias de nuestros
actos, sobre todo si éstos pueden ser negativos (cf. Tosí, Dizionario cit., nO 1590).
pIejo, que sigue ocupando aún hoy, veinticuatro siglos después, a los
estudiosos modernos: qué es un proverbio y en qué se diferencia, por
ejemplo, de una sentencia o de un apotegmal J •
Que un proverbio y una sentencia comparten rasgos comunes (su
valor general, su carácter ético y práctico, a veces enigmático, además
de la "concisión" y la "agudeza" antes apuntadas)24, es idea que Aris
tóteles indica explícitamente erfRetórica 2.21, 1395a17-18, cuando
afinna que «incluso algunos proverbios son también sentencias». Hay,
sin embargo, un rasgo que pennite distinguir al proverbio de la sen
tencia, y es su carácter metafórico. A partir de Aristóteles, en efecto, el
carácter metafórico o alegórico como rasgo peculiar del proverbio (no
como rasgo absolutamente identificador, ya que no todos los refranes
ni mucho menos se basan en una metáfora) será idea frecuentemen
te repetida entre los tratadistas de retórica y los gramáticos antiguos,
como lo es también entre los estudiosos modernos 25 .
En Retórica 3. 11, l413a14-15, leemos: «Los proverbios son me
táforas de especie a especie. Por ejemplo, si alguien se procura algo
con la intención de recibir un bien y luego resulta perjudicado, se dice
que es "como el de Cárpato la liebre", porque a los dos les ha pasado
lo que se ha dicho»26; y en Poética 1457b6-9 encontramos definida la
29. «Allegoria est tropus, quod aliud significatur quam dícitur ( ... ) Huius spe
cies muItae sunt, ex quibus eminent septem: ironia, antiphrasis, aenigma, charenti
smos, paroemia, sarcasmos, asteismos». Véase también Pseudo-Atanasio, Synopsis
Scripturarum Sacrarum 14.22 XXVIII 340 B-C Migne: «los proverbios son dichos
de sabios, que muestran por sí mismos una cosa y se refieren a otra por alusión»,
30. Cf. R. Strtimberg, Greek proverbs. A collection 01proverbs and proverbial
phra~es which are not Usted by the andent and Byzantine paroemiographers, Goteborg
1954, p. 12; Kindstrand, The Greekconceptcit., p. 79; Ieraci Bio, II concetto diparoim
ia in Aristotele cit., p. 247, e JI concetto di paroimia Testimonianze cit., pp. 193-194.
31. Cf. L. Gil, La risa y lo cómico en elpensamiento antiguo, en «Cuadernos de
Filología Clásica (Estudios Griegos e Indoeuropeos)>> 7 (1997), pp. 29-54 (en particu
lar p. 43): «la risa nace del atisbo de dos o más partes y circunstancias inconsistentes,
inapropiadas o incongruentes, consideradas como unidas en un objeto complejo o
conglomerado, o como si adquirieran una especie de relación mutua a partir de la
manera peculiar en que la mente se percata de ellas. Esta fecunda concepción, que
pone 10 cómico en un plano de síntesis conceptual muy semejante al de la metáfora,
fue desarrollada en el siglo XIX y no ha dejado de elaborarse hasta hoy düm.
32. Véase el volumen colectivo Proverbia inlabula. Essays on the relation
ship olthe proverb and thelable, editado por P. Carnes, Frankfurt am Main 1988,
Aristóteles paremiólogo 11
que las sentencias, para la literatura epistolar (y, en efecto, son usa
dísimos en ese género en la literatura griega antigua): «La belleza,
sin embargo, la forman las expresiones de amistad y los numerosos
proverbios que contiene [la epístola). Y sea ésta la única filosofía
que se encuentre en ella, porque el proverbio es algo popular y de
dominio común, mientras que quien emplea máximas y exhortacio
nes no se parece a quien habla coloquialmente en una carta, sino a
quien habla desde el púlpito» (§ 232)36.
Como vemos, el camino abierto por los estudios de Aristóteles
sobre los proverbios fue la senda que continuaron los eruditos poste
riores griegos y latinos (discípulos suyos como Teofrasto, Dicearco
o Clearco compusieron tratados titulados Sobre proverbios, lamen
tablemente perdidos), y es una ruta por la que ha seguido caminando
la paremiología hasta nuestros días.