Está en la página 1de 13

El 

Patrimonio Inmueble de La Habana
La Casa de las Tejas Verdes
Municipio Playa

Estudiante: Carolina Corrales Orta
Taller y No. De lista: T24  #3 
21/10/2021
Introducción:
El patrimonio inmueble, es el conjunto de bienes edificados heredados del pasado
de un país o de una ciudad. Poseen alto valor histórico y cultural, ya que aportan
valiosa información al estudio de la sociedad y por lo que representan para
determinados grupos de personas. Su preservación es de suma importancia y
requiere el trabajo continuo de las generaciones que los hereden.
La Habana, ciudad heterogénea y variada en cuanto a su arquitectura doméstica,
en la que podemos encontrar desde casas típicas de la época de la ciudad colonial
en el centro histórico, hasta viviendas representativas del Movimiento Moderno
surgido en la década del 50 del pasado siglo, que nos cuentan la expansión de la
ciudad hacia el Oeste. Edificaciones que conviven en armonía y de las cuales
muchas han pasado a ser parte del patrimonio edificado de nuestro país, por su
importancia.
La preocupación por la conservación de este patrimonio inmueble, ha ido cobrando
fuerza, sobre todo en los últimos 50 años, realizándose importantes investigaciones
sobre el tema. La concientización sobre la importancia de la preservación de la
arquitectura habanera y la aprobación de legislaciones que regulan las acciones a
llevar a cabo, ha llevado a ampliar horizontes e interesarse por mantener la
integridad de edificaciones de épocas más recientes, especialmente las obras del
siglo XX, cuyos primeros años, estuvieron marcados en nuestro país por el auge del
eclecticismo, el cual propició la construcción de obras variadas.
Una de estas obras de gran valor patrimonial, es la conocida Casa de las Tejas
Verdes, ubicada en el reparto Miramar, perteneciente al municipio Playa. Sin duda
una obra interesante sobre la cual se desarrollará el presente análisis.
Desarrollo:
La Casa de las Tejas Verdes, inmueble singular y enigmático, situada en la calle 2,
a la entrada de la Quinta Avenida, eje rector del reparto Miramar, en el municipio
Playa. Si bien durante décadas llamó la atención por su lamentable estado de
deterioro, luego de su restauración se puede apreciar la arquitectura única de esta
obra.
Historia del Inmueble:
Obra del arquitecto y proyectista Jorge Luis Echarte Mazorra, fue construida por
pedido del Sr. Alberto (Cocó) de Armas, adinerado propietario, quien ejerció el cargo
de mayordomo en el palacio presidencial, durante el mandato de Mario García
Menocal. De Armas compró el terreno en 1925 y encargó la obra al Echarte, quien
la culminó en solo diez meses, finalizándola en el año 1926.
La vivienda fue vendida por los propietarios, en 1943, siendo adquirida por la
compañía inversionista Jarpe S.A, la cual a su vez la vendió a la Srta. Luisa Catalina
Rodríguez Faxas, joven de 20 años de edad, quien había recibido una herencia
paterna, parte de la cual empleó en la compra del inmueble. Unos años después
contrajo matrimonio con el abogado y escritor Dr. Mario Cabrera Saqui, quien
falleció hacia finales de la década de 1950. Tiempo después, Luisa se casó
nuevamente con el notable oftalmólogo Dr. Pedro Hechevarría, siendo un
matrimonio breve, que finalmente se disolvió. Luisa continuó viviendo en la casa,
acompañada en sus últimos años de vida por una sobrina de su segundo esposo:
Marisabel.
En el año 1999 falleció la Sra. Luisa, legándole la casa a su sobrina política. Esta
última falleció también a los pocos meses, sin contar con herederos y es por ello
que para el año 2000 la casa pasó a manos del Estado cubano.

Imagen 1: La casa recién terminada (1926).


Características espaciales del inmueble:
Ejemplo de la arquitectura doméstica tipo chalet de principios del siglo pasado, con
gran influencia anglosajona, la casa sorprende por sus volúmenes y las formas
geométricas que se entrelazan en su fachada, coronada por una cubierta inclinada
con ventanas abuhardilladas y torrecilla en forma de cono. Precisamente sus techos
de muy inclinada pendiente y recubiertos por tejas vitrificadas de color verde son
sus atributos más destacados.
De acuerdo con las normas establecidas para la zona, sus fachadas fueron
separadas cinco metros de la acera, rodeando la casa con el jardín que sirve de
antesala. Un amplio portal bordea el frente y laterales de la casa de cuatro niveles
(semisótano, planta baja, planta alta y ático), relacionados entre sí por una escalera
de servicio en forma de caracol, y por otra de forma helicoidal, que conectaba los
pisos principales. Los puntales eran de alrededor de cuatro metros.

Imagen 2: Corte longitudinal donde se aprecian los cuatro niveles de la vivienda,


así como la ubicación de las escaleras.
Imagen 3: Fachada principal (Este).
La entrada principal está jerarquizada por una escalinata que desemboca en el
portal. En la planta baja se ubican los espacios públicos: sala, vestíbulo de entrada,
comedor, biblioteca, baño, cocina, pantry, lavadero, cuarto de servicio y garaje en
el sótano con capacidad para cuatro automóviles.

Imagen 4: Distribución de la planta baja, posterior a las restauraciones (similar a la


original).
En la planta alta se encontraban un hall, cinco dormitorios, tres baños y cuatro
closets. En el ático, destinado a la servidumbre, había un vestíbulo, un cuarto de
familia con su baño y tres cuartos personales que compartían el otro baño.

Imagen 5: Distribución de la planta alta, posterior a las restauraciones (similar a la


original).
Originalmente la casa contaba con dos chimeneas, apreciables en las fotografías
más tempranas, pero no se ha podido precisar ni las causas ni en qué momento
fueron eliminadas.
Características formales del inmueble:
La vivienda fue diseñada al estilo del renacimiento alemán, incluyéndose dentro del
movimiento ecléctico que tomó auge en nuestro país a finales del siglo XIX y
principios del XX.
La estructura estaba conformada por muros de ladrillos y entrepisos de losas de
hormigón armado, loas nervadas de hormigón armado conformadas mediante
bovedillas, techo de estructura de madera y cubiertas inclinadas recubiertas con
tejas vitrificadas de color verde.
En cuanto a las terminaciones, poseía pisos de mármol blanco de Carrara; ventanas
de madera en guillotina (que en algún momento fueron reemplazadas por ventanas
de persianas francesas) y puertas francesas de dos hojas; la escalera de forma
helicoidal, enchapada igualmente con piezas de mármol de Carrara, poseía baranda
de hierro con pasamanos de madera y los interiores adornadas con molduras y
florones de yeso. En correspondencia con el estilo y la magnificencia de la vivienda,
los interiores se amoblaron lujosamente, utilizando como luminarias, candelabros
de cristal en casi todas las habitaciones.

Imagen 6: Espacios interiores (Sala). Imagen 7: Espacios interiores


(Comedor).

Imagen 8: Espacios interiores Imagen 9: Espacios interiores


(Dormitorio). (Vestíbulo con escalera helicoidal).

Transformaciones del inmueble:


Por la importancia de su ubicación y su alto valor arquitectónico, en el año 2005 la
Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana comenzó con la restauración
del inmueble, que se encontraba en muy mal estado, para devolverle su imagen
original, labor que se extendió hasta 2009. La misma estuvo a cargo de los
arquitectos Lina Alba, Ernesto Pérez y Abiel San Miguel.
Daños encontrados en la vivienda:
Los entrepisos y la cubierta se encontraban en mal estado. La estructura de madera
de la cubierta del cono estaba en ruinas. La corrosión de los aceros alcanzaba
proporciones considerables en la mayoría de forjados, con pérdidas de sección
apreciables. En la losa de la cubierta del portal se observaban notables síntomas
de corrosión de las barras, algunas de las cuales se encontraban desprendidas.

Imagen 10: Estado del inmueble antes de su restauración.

Luego de una intensa búsqueda de documentación y fotografías que mostraran el


diseño original, se comenzó el proceso:
- Se recuperaron los elementos de la carpintería original que se encontraban
aún en buen estado.
- Se conservó y restauró la herrería original.
- Se sustituyó total o parcialmente los elementos de madera dañados,
reproduciendo exactamente el mismo diseño.
- Se demolieron las áreas correspondientes a las losas nervadas en el nivel
+10.10m y se reconstruyeron igual a las primeras.
- Se aplicaron soluciones químicas para el tratamiento de elementos de
hormigón armado en la losa del nivel +5.86m.
- Se demolió toda la losa de hormigón armado correspondiente al portal y se
reconstruyó igual a la original.
- Para los muros dañados se emplearon morteros con base de cemento y
aditivos para lograr un revestimiento impermeable y similitud con la textura
original. Los que presentaban abofamientos y presencia de humedades, se
trataron con morteros a base de hidrato de cal, los cuales son altamente
transpirables y facilitan la eliminación del agua contenida en los paramentos.
- Se conservaron y restauraron los pisos originales de losas de mármol
blanco.
- Los pisos de la cocina se reemplazaron por losas de cerámica
antirresbalables y antiácidas, así como los del ático por losas de cerámica.
- Se reintegraron las ventanas en guillotina originales de la planta alta.
- Se reintegraron las molduras y los florones de yeso, lo cual fue posible
gracias a que se hallaron los moldes originales de 1926.
- Se sustituyó en su totalidad la carpintería del ático, elaborándose con diseño
igual a la original.
- Se mantuvo la distribución original de la casa o con muy pocas variaciones
en todas las plantas excepto en el ático.
- El ático adquirió una nueva función, destinándose a sala de conferencias y
de navegación; por lo que se cambió la distribución de este nivel (reúso
creativo, refuncionalización).

Imagen 12: Distribución del ático luego de las remodelaciones.

- Se añadió al fondo una terraza con acceso al jardín.


- Los jardines fueron revitalizados con un proyecto de paisajismo, en el que se
insertaron esculturas e instalaciones de destacados artistas.
- Fue imposible recuperar el mobiliario auténtico, solo quedó, y es exhibido, el
vertedero esmaltado original; por lo que los muebles y ambientes de los
espacios interiores fueron reproducidos y recreados en una cuidadosa labor
del equipo de proyecto de interiores, que, mediante un trabajo de
investigación, encontraron y tomaron como referencia las imágenes del
fotógrafo canadiense Robert Polidori, de 1997, cuando aún vivía en la casa
la Sra. Luisa.
Finalmente, podemos decir que fue acertado mantener el uso y función de los
espacios de las plantas principales. Los cambios introducidos fueron pocos y
necesarios para adaptar el inmueble a la nueva función, por lo que se considera
que no afectan la integridad de la arquitectura del mismo y se puede percibir lo
que transmite la casa: el testimonio del estilo de vida de una época pasada.

Imagen 11: La Sra. Luisa en la biblioteca (una de las imágenes de referencia


para reproducir el mobiliario, tomada por el fotógrafo Robert Polidori).

Imagen 13: El inmueble luego de concluida su restauración (2009).


Valoración patrimonial:
- Documento: tiene valor implícito, pues estudiando cómo fueron concebidos
los espacios interiores del inmueble, es posible entender el estilo de vida
durante una época pasada, de la burguesía cubana de la primera mitad del
siglo XX.
- Antigüedad: el inmueble está próximo a arribar a sus cien años de
construido, por lo que, si bien es más joven que otras edificaciones
patrimoniales, no deja de ser importante como representante de la
arquitectura de los primeros años del siglo pasado.
- Excepcionalidad: este valor se lo da principalmente su singular ubicación,
ya que se encuentra exenta, justo a la entrada del reparto Miramar.
- Integridad: se han mantenido los componentes principales que caracterizan
su arquitectura sin variaciones.
- Función: se ha mantenido el uso para el que fueron concebidas las plantas
principales de la casa. Variando solamente la función del ático.
- Arquitectónico: representante de la tendencia ecléctica que se desarrolló
en nuestro país a finales del siglo XIX y principios del XX. Muestra cómo se
introdujeron estilos foráneos y muy variados, adaptándolos al contexto
nacional.
Valoración crítica del estado del inmueble:
Luego de concluido el abarcador proyecto de restauración y recuperación, el
inmueble muestra una imagen totalmente renovada y fresca. Gracias al cuidadoso
trabajo realizado por los arquitectos, diseñadores e inversionistas que intervinieron
en las acciones constructivas, se logró recuperar y revitalizar el inmueble y adaptarlo
a su nuevo uso, respetando la función y los espacios de las plantas principales. Por
lo anterior, considero que, aunque sería interesante que la vivienda mostrara
íntegramente su aspecto original, el hecho de que se haya podido introducir una
función de interés social y para arquitectos, diseñadores y artistas, sin variar
demasiado las características originales del inmueble, constituye un logro que
equilibra utilidad y arte.
Conclusiones:
Es clara la importancia de la preservación del patrimonio inmueble de nuestro país
y en especial, de nuestra ciudad. La Habana es una ciudad rica en cultura y a través
de ella encontramos obras de épocas distintas, dignas representantes de la
arquitectura realizada por genios creadores cubanos.
El arduo trabajo de restauración realizado en el inmueble conocido como la Casa
de las tejas Verdes, muestra lo que es posible lograr con un adecuado estudio y
enfoque, con el objetivo de rescatar edificaciones de alto valor patrimonial. Si bien
durante los últimos años se ha producido una concientización tanto en el ámbito
internacional como en el nacional con respecto a la preservación de estos
inmuebles, aún resta mucho por hacer para lograr un adecuado estado constructivo
general. Las legislaciones aprobadas, que regulan las acciones a llevar a cabo en
intervenciones a realizar y la labor desempeñada por la Oficina del Historiador de la
Ciudad de La Habana, principalmente en el centro histórico de la ciudad, son pasos
importantes en esta dirección, pero aún se requiere de grandes esfuerzos en este
sentido.

También podría gustarte