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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

DEPARTAMENTO SALUD DEL ADULTO

EXPERIENCIA CURRICULAR:
SALUD MENTAL

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE SALUD MENTAL

INTEGRANTES:

● FERNANDEZ SEGURA, Eimy Jannet


● GINES SANCHEZ, Nelly Lorena
● HENRIQUEZ GUZMAN, Anais Anabela
● FLORES GARCIA, Briceida Natally
● ESCAMILO DAGA, Yulisa
● CRUZ VARE, Emily Brighit
● LAIZA AGREDA, Loly
● JACOBO POLO, Veronica Isabel
● LIÑAN OLOYA, Mayra Thalia
● FLORES ALAYO FIorella Leticia

DOCENTE: Karin Castañeda León


CICLO: IV
SEDE - HUAMACHUCO 2021

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INDICE
INTRODUCCION……………………………………………………………………03
DETERMINANTES SOCIALES Y SALUD MENTAL……………………………………04
I. POBREZA Y SALUD MENTAL…………………………………………………...04
II. EDUCACIÓN Y SALUD MENTAL………………………………………………..05
III. GÉNERO Y CONDICIONES LABORALES EN SALUD MENTAL ………..….06
ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS………………………………………………...10
TRABAJO Y ESTRÉS ………………………………………………………………….…11
SIGNOS DE ALERTA EN EL ÁMBITO LABORAL……………………………………..12
SITUACIÓN DE SALUD MENTAL……………………………………………………….13
PROBLEMAS MÁS COMUNES DE SALUD MENTAL………………………………..13
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………………..15

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INTRODUCCIÓN

La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en
que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a
determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos
decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la
adolescencia hasta la adultez y la vejez.
Su salud mental también es importante porque puede afectar su salud física. Por ejemplo, los
trastornos mentales pueden aumentar su riesgo de problemas de salud física, como accidente
cerebrovascular, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
El mensaje “no hay salud sin salud mental” expresa la necesidad de un abordaje integral de
la salud, y enfatiza los vínculos entre los niveles físico y psicosocial en el proceso salud-
enfermedad. De un lado, los trastornos mentales aumentan el riesgo de padecer otras
enfermedades, y además contribuyen a la presentación de lesiones no intencionales e
intencionales, por ejemplo, derivadas del abuso de sustancias. Asimismo, los trastornos
mentales en comorbilidad con otros problemas de salud pueden complicar la búsqueda de
ayuda, la adherencia al tratamiento y el pronóstico del problema de salud.
Por otro lado, las enfermedades, transmisibles o no, aumentan el riesgo de padecer algún
problema o trastorno mental. Las enfermedades físicas como los trastornos mentales
comparten algunos factores de riesgo, especialmente el bajo nivel económico, el consumo de
alcohol y el estrés. Por último, la atención coordinada e integrada de la condición física y del
estado mental o de los trastornos mentales mejora los resultados en ambos niveles,
especialmente en la atención primaria la pobreza en la salud en salud mental Hablando de
pobreza, se puede decir que se define como una situación social y económica que se
caracteriza por la carencia marcada de las necesidades básicas. Por lo general, se
consideran pobres aquellas personas que tienen un ingreso insuficiente para comprar comida,
techo, ropa y otros artículos esenciales.
La educación en la salud mental, los estudiantes pueden experimentar cierto grado de estrés
externo debido a la cantidad de estudio que tienen que hacer. La ansiedad por asumir
responsabilidades académicas puede provocar problemas emocionales y de
comportamiento. Los estilos de enseñanza afectan la forma en que los estudiantes se sienten
felices o infelice género y condiciones laborales en salud mental es importante fomentar la
salud mental muy independientemente al género, el cual puede ser promocionado en redes
sociales, organizaciones, entidades e instituciones que promuevan la igualdad de género con
respecto a sus funciones en el ámbito familiar, social y profesional, transmitiendo la
información necesaria para asegurar el compromiso en pro de la salud mental.

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DETERMINANTES SOCIALES Y SALUD MENTAL
I. POBREZA Y SALUD MENTAL
La salud mental, según la definición propuesta por la OMS es el estado de bienestar
que permite a cada individuo realizar su potencial, enfrentarse a las dificultades
usuales de la vida, trabajar productiva y fructíferamente y contribuir con su comunidad.
Si analizamos esta definición, notaremos que la falta de salud mental impide que las
personas lleguen a ser lo que desean ser, no les permite superar los obstáculos
cotidianos y avanzar con su proyecto de vida y da lugar a falta de productividad y de
compromiso cívico con la nación. EI resultado: frustración, pobreza y violencia, junto
con la incapacidad de desarrollarse en democracia y de considerar el bien común.
Hablando de pobreza, se puede decir que se define como una situación social y
económica que se caracteriza por la carencia marcada de las necesidades básicas.
Por lo general, se consideran pobres aquellas personas que tienen un ingreso
insuficiente para comprar comida, techo, ropa y otros artículos esenciales.

La OMS explica en su plan de acción en salud mental que la pobreza es una condición
que aumenta la vulnerabilidad de sufrir un trastorno mental y amplía las
consecuencias asociadas a los mismos, como es el caso del estigma, la exclusión y
la vulneración de derechos básicos. Además, los trastornos psicológicos disminuyen
la capacidad productiva de las personas, siendo las familias quienes suelen absorber
el impacto económico. Es decir, estamos hablando de un ciclo sin fin.

Se presentó un estudio en la revista Science (de las más importantes en divulgación


científica en el mundo) en las que simularon situaciones de finanzas, obteniendo como
resultado que los sujetos cuya condición de pobreza se reducía frente al rendimiento
en una prueba de desempeño cognitivo, si se comparaba con el rendimiento de
personas en el grupo de mejor posición económica. Los datos reportados sugieren
que ser pobre significa no sólo sobrellevar situaciones con escasez de dinero, sino
también con escasos recursos cognitivos. Simplificadamente y a modo de ejemplo,
evocar afectaciones financieras tendría un impacto cognitivo comparable con perder
una noche de sueño.
Las enfermedades mentales y los trastornos mentales comunes (ansiedad y
depresión) son frecuentes. Los estudios epidemiológicos recientes realizados en el
Perú por el Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi
confirman los hallazgos de otros países: hasta el 37% de la población tiene la
probabilidad de sufrir un trastorno mental alguna vez en su vida. La prevalencia de

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depresión en Lima Metropolitana es de 18,2%3, en la sierra peruana de 16,2%4 y en
la Selva de 21,4%5.

Como ya se mencionó la pobreza es mucho más que no tener suficiente dinero. La


pobreza tiene muchos costos emocionales. Por ejemplo, la pobreza también es no
poder participar de actividades recreativas, no poder enviar a nuestros hijos al
cumpleaños de su amigo o a la excursión de la escuela. La pobreza contribuye al
estrés de no tener la ropa adecuada para ir a una entrevista o para asistir a un día
casual/sin uniforme a la escuela; a la angustia de no tener acceso a una buena
educación o no poder pagar las medicinas o ir al médico cuando estamos enfermos.
La pobreza puede causar estresores por la inseguridad con los alimentos, la vivienda,
la educación, acceso a servicios médicos, los ingresos y más.
Crecer en la pobreza expone a los niños a mayores niveles de estrés. Los adultos que
crecieron pobres por lo general tienen niveles más altos de estrés crónico. Vivir bajo
la constante amenaza de no tener acceso a las necesidades básicas puede hacer que
las personas pierdan la confianza, se sientan impotentes, desarrollen inseguridades y
tengan dificultad regulando y controlando sus emociones.

II. EDUCACIÓN Y SALUD MENTAL


Las características psicológicas y sociales que vivimos nos obligan a pensar en la
salud mental en todos los ámbitos de nuestra vida. La educación no es una excepción,
ya sea primaria, secundaria o universitaria.
La salud mental es tan importante como la salud física. La mente y el cuerpo no
pueden considerarse independientes. Es un vínculo psicofisiológico. No en vano, la
discusión sobre la unión del cuerpo y la mente se ha convertido en un tema
especializado en diversas culturas.
La estabilidad emocional es el resultado de una buena salud mental. Las emociones
consisten en una combinación de aspectos conscientes e inconscientes y tienen una
base fisiológica y cognitiva. Las emociones responden a patrones vegetativos,
endocrinos y de comportamiento que les permiten expresar sus respuestas a los
eventos, facilitando su adaptación. Pero también hay aspectos de la cognición social
en los que los factores estresantes juegan un papel importante.
Son muchas las situaciones cotidianas que pueden provocar ansiedad. Si bien el
propósito principal de la ansiedad es encontrar una solución a un problema, la
preocupación debe estar justificada y permitirnos conocer las alternativas a la
situación. Cuando una persona se siente excesivamente ansiosa, surgen sentimientos
desagradables y aparece ansiedad, una persona no puede resolver el problema, se

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preocupa mucho. Si una persona no puede dejar de preocuparse, está
experimentando ansiedad generalizada. El principal signo del trastorno de ansiedad
generalizada es la preocupación y la ansiedad excesivas e incontrolables.
El esfuerzo racional y emocional para superar o lidiar con el estrés produce respuestas
biológicas y psicológicas que afectan los problemas de salud. Algunos factores
estresantes comunes están asociados con niveles altos de glucocorticoides,
epinefrina y norepinefrina, que pueden afectar muchas enfermedades. Un entorno de
trabajo hostil o realizar un examen en la escuela son ejemplos de estímulos
estresantes.
Los estudiantes pueden experimentar cierto grado de estrés externo debido a la
cantidad de estudio que tienen que hacer. La ansiedad por asumir responsabilidades
académicas puede provocar problemas emocionales y de comportamiento.
Los estilos de enseñanza afectan la forma en que los estudiantes se sienten felices o
infelices. Cualquier modelo educativo diseñado para estudiantes universitarios debe
conocer necesariamente las características específicas de esta población. Es
necesario considerar los cambios fisiológicos y las condiciones cognitivas para su
aprendizaje.
La salud mental es un componente esencial de la práctica educativa. Un modelo
educativo que integre la salud mental en el diseño de estrategias instruccionales y
actividades educativas contribuirá significativamente a mejorar el bienestar emocional
de los estudiantes, permitiendo así que los estudiantes logren sus metas con buenos
resultados. Incluso el bloqueo de las glándulas conduce a la negatividad.

III. GÉNERO Y CONDICIONES LABORALES EN SALUD MENTAL

Es clave la importancia de las condiciones de trabajo en el desarrollo saludable de la persona,


o como factor de riesgo psicopatológico que al aumentar el estrés hasta un rango patológico
puede contribuir a que desarrolle diferentes trastornos mentales y adictivos. La enfermedad
relacionada con el trabajo resulta de dos factores: Un factor individual de predisposición
constitucional, y un factor profesional que ejerce una influencia favorecedora en relación con
las condiciones de trabajo. Existen varios mecanismos etiopatogénicos posibles entre el
hecho de padecer un trastorno mental y la actividad laboral: La exposición a estrés laboral
relacionado con la falta de oportunidad para utilizar las propias capacidades da lugar a fatiga
y a varios trastornos mentales, como los adaptativos, así como varias enfermedades cardio y
cerebrovasculares. Por otra parte, la exposición a los riesgos psicosociales del trabajo puede
contribuir al desencadenamiento de un trastorno mental para el que el trabajador es

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vulnerable y el riesgo psicosocial del trabajo interviene como factor desencadenante o
agravante.

¿Qué es la salud mental?

Es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que
los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente,
actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés.

Género y Salud Mental

La perspectiva de género continúa siendo una asignatura pendiente en salud mental. Esto
hace que se sigan produciendo vulneraciones de derechos y violencia hacia las mujeres
psiquiatrización.

Todo esto hay que enmarcarlo en la sociedad hetero patriarcal y machista en la que vivimos,
donde los roles de género que han sido transmitidos e interiorizados de generación en
generación y definidos cultural y socialmente continúan teniendo mucha importancia a la hora
de definir las conductas de hombres y mujeres desde la infancia, mediante los procesos de
socialización (educación tanto en la familia como en la escuela), y porque están presentes en
el imaginario social de todos, muchas veces de manera inconsciente.

Los estudios internacionales han descrito importantes desigualdades de género en el ámbito


de la salud mental, pues son las mujeres las que reportan y resultan diagnosticadas con más
frecuencia de algún problema de este tipo. Esta realidad, sin embargo, es más compleja
cuando se analiza según los diferentes trastornos mentales: mientras en las mujeres se
observa el doble de prevalencia de depresión y ansiedad, y también son más frecuentes en
ellas.

Factores psicosociales

Principalmente es la responsabilidad que tiene la mujer en el hogar y la dedicación en el


cuidado que pone cuando hay un enfermo en casa. En cambio, en varones la mayoría es por
falta de empleo. Entonces podemos decir que de manera general las mujeres son más
vulnerables a que su salud mental sea más afectada, ya que algunas causas están presentes
en su día a día. Por otro lado, los varones también son vulnerables por ciertos factores
sociales, pero su salud mental no se ve afectada del todo, porque existen estereotipos o
creencias de que los varones puedan soportar tal carga emocional por cualquier problema
social o económico que se presente.

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Factores de Riesgo

Se asocian a la condición de ser hombre o mujer, a que nos referimos ¿Al sexo o al género?
Sabemos que cuando hablamos de sexo nos referimos a la parte biológica del cuerpo humano
que separa una de otra y el género está relacionado a las características que han sido
construidas a lo largo de la historia a cada sexo, por ejemplo, que el sexo más débil es la
mujer y el varón es el sexo más fuerte.

Hoy en día podemos decir que la salud mental afecta de igual forma tanto al hombre como a
la mujer, sin embargo, según los estudios realizados las mujeres tienden a ser más propensas
a desarrollar un trastorno mental que el hombre.

Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres

Fundamentado en el principio de igualdad, se refiere a la necesidad de corregir las


desigualdades que existen entre hombres y mujeres en la sociedad. Constituye la garantía
de que mujeres y hombres puedan participar en diferentes esferas (económicas, política,
participación social, de toma de decisiones) y actividades (educación, formación, empleo)
sobre bases de igualdad.

IMPORTANCIA

Es importante fomentar la salud mental muy independientemente al género, el cual puede ser
promocionado en redes sociales, organizaciones, entidades e instituciones que promuevan
la igualdad de género con respecto a sus funciones en el ámbito familiar, social y profesional,
transmitiendo la información necesaria para asegurar el compromiso en pro de la salud
mental.

Las condiciones laborales y la salud mental

La enfermedad relacionada con el trabajo resulta de dos factores: Un factor individual de


predisposición constitucional, y un factor profesional que ejerce una influencia favorecedora
en relación con las condiciones de trabajo. Existen varios mecanismos etiopatogénicos
posibles entre el hecho de padecer un trastorno mental y la actividad laboral: La exposición a
estrés laboral relacionado con la falta de oportunidad para utilizar las propias capacidades da
lugar estrés, enfermedades psicosomáticas, trabajo, trastorno mental.

El estrés

El estrés laboral es aquel que se produce debido a la excesiva presión que tiene lugar en el
entorno de trabajo. Generalmente es consecuencia del desequilibrio entre la exigencia laboral
(también propia) y la capacidad o recursos disponibles para cumplirla eficientemente. Aunque

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en ocasiones, también puede originarse por factores completamente ajenos al trabajador. Los
síntomas pueden ir desde un ligero mal humor hasta graves depresiones, y casi siempre
suelen ir acompañadas de un cierto agotamiento y debilidad física.

CAUSAS DEL ESTRÉS

● Excesiva responsabilidad en el trabajo.


● Demasiada carga de trabajo.
● Relaciones humanas problemáticas.
● Condiciones laborales insatisfactorias.

Por supuesto, estos factores no afectan de la misma forma a todas las personas. Existen
individuos que pueden soportar perfectamente una gran carga de trabajo y sin embargo no
son capaces de sobrellevar una gran responsabilidad. O puede darse el caso de empleados
que trabajen mejor bajo una gran responsabilidad. También existen las personas que son
capaces de sustraerse y no dejarse afectar por un mal ambiente entre compañeros, mientras
que, para otros, esta situación puede volverse insostenible.

La palabra estrés la empleamos con gran ligereza. Ha llegado a formar parte del vocabulario
de todos. Todas la usamos constantemente. Sin embargo, esto es un error, ya que tener
estrés no es cualquier cosa. Sus consecuencias pueden llegar a ser graves.

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS

● Enfermedades y patologías.
● Problemas motores y cognitivos.
● Trastornos variados, desde inmunológicos hasta sexuales.
● Trastornos psicológicos graves que, en ocasiones, puede llevar al suicidio.

Desde el punto de vista de las empresas, el estrés laboral es un elemento a tener muy en
cuenta, ya que sus efectos también pueden ser graves:

● Descenso acentuado de la productividad.


● Absentismo.
● Alta rotación de empleados, lo que impide que se genere una cultura organizativa
favorable.
● Disminución en la calidad del servicio/producto.

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ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS
Las enfermedades psicosomáticas son las que, de fuertes procesos emocionales
como depresión, ansiedad o estrés, se derivan síntomas físicos. Simplemente es un
“desequilibrio entre el cuerpo y la mente”, que provoca la disminución de las defensas
y, por tanto, que seamos más vulnerables ante los agentes externos.

De hecho, tal y como afirman algunos psicólogos, si al padecer una enfermedad grave,
como un cáncer, tienes emociones principalmente negativas, estas hacen que, en
algunos casos, pueden incluso agravarla.

CAUSAS
Las enfermedades psicosomáticas pueden aparecer debido a fuertes “cargas
psicológicas como traumas, angustia o ansiedad persistentes” que pueden suponer el
origen de estas enfermedades. Los síntomas más comunes son intensos dolores de
cabeza y de espalda, molestias digestivas, vértigos, fatiga, dificultad al respirar y dolor
general en articulaciones o músculos.

TRATAMIENTO PARA LAS ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS


Normalmente los tratamientos para las enfermedades psicosomáticas implican un
seguimiento por psicólogos o psiquiatras, dependiendo del caso. De la misma manera,
se implementan medidas en la vida cotidiana del paciente para controlar el trastorno.

Es usual, cuando los profesionales no consiguen los resultados que esperaban con
tratamientos biológicos, que recurren a las psicoterapias. Aunque es importante
destacar que existen diferentes formas de tratar estas enfermedades y depende del
caso, se recurren a unas o a otras.

RECOMENDACIONES PARA COMBATIR LAS ENFERMEDADES


PSICOSOMÁTICAS
Finalmente, es evidente que la mente, en concreto las emociones, son las que
mandan sobre nuestro cuerpo. Se recomienda que, para prevenirlas de alguna
manera, se detecte cuál es el problema o situación que le estresa, y procurar ponerle
remedio.

Una técnica que también es eficaz para la ansiedad es practicar la meditación o


relajación, ya que el desconectar ayuda a la mente a despejarse y evadirse de los

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problemas. Practicar deportes como yoga o pilates puede ayudar, ya que se emplea
música bastante tranquila, así como movimientos lentos que favorecen la relajación.

De la misma manera, se recomienda para prevenir el estrés compartir los problemas


con amigos o familiares y así anticiparse a lo que pueda llevar esa situación de agobio.
Además, es de gran importancia “preservar la autoestima” para así saber a qué
atenerse y combatir de manera más calmada los problemas que puedan surgir en un
futuro.

TRABAJO Y ESTRÉS
Estas cifras revelan algunos de los factores que pueden estar afectando el bienestar
de las personas. La Ley de salud mental (Ley N° 30947, artículo 5) señala que los
problemas de salud mental comprenden: (a) el problema psicosocial; y, (b) el trastorno
mental y del comportamiento. Sobre el particular, es importante que los empleadores
adopten las medidas preventivas que podrían controlar estos problemas en sus
trabajadores, causados por diversos motivos: la coyuntura sanitaria, económica o
social que puede afectar a ellos mismos, a sus familiares o a personas cercanas; o
cambios personales, de convivencia o laborales y a la incertidumbre sobre tales
temas.

Por ello, la citada ley (artículo 24) señala que la evaluación médica en salud mental
puede ser parte de los exámenes médicos ocupacionales que hacen los empleadores,
de acuerdo con lo establecido por la normativa sobre seguridad y salud en el trabajo.
Adicionalmente, el reglamento de la Ley de salud mental (D. S. Nº 007-2020-SA,
artículo 14) señala que los empleadores desarrollan actividades de carácter
preventivo en relación con los riesgos que afectan a sus trabajadores, incluyendo los
riesgos psicosociales, en el marco de las obligaciones que establece la normativa
sobre seguridad y salud en el trabajo.

SALUD MENTAL
Cada trabajador tiene unas actitudes diferentes en función del grado de salud,
competencias, expectativas, valores y motivaciones, que van a condicionar su grado
de satisfacción / insatisfacción laboral y vital, el nivel de estrés y de calidad de vida,
tanto personal como laboral.

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SIGNOS DE ALERTA EN EL ÁMBITO LABORAL

- Cambios en la personalidad: expresiones de distrés, tristeza, ansiedad, ira,


hostilidad, expresiones de desvalorización o desesperanza constantes.
- Cambios de conducta: deterioro de la calidad del trabajo, cambio negativo en el
rendimiento, ausencias o retrasos repetidos en actividades importantes, búsqueda
continúa de ventajas especiales, frecuentes conflictos interpersonales.

- Cambios físicos: deterioro del aspecto físico y del autocuidado, cambios


importantes de peso, fatiga excesiva, alteraciones del sueño, indicadores físicos de
adicción (marcas, hedor).

- Otros cambios: quejas de usuarios o compañeros, órdenes inapropiadas, ausencias


no justificadas, conflictiva extra laboral paralela a la del trabajo, expresiones de
preocupación por parte de compañeros o supervisores.

La decisión de consultar a un especialista depende prioritariamente del propio


trabajador. Este factor será esencial para tomar una adecuada conciencia de
enfermedad, para comprometerse con su tratamiento, para adquirir un sentimiento de
autocuidado y autoeficacia respecto a la propia salud, y por todo ello, para el éxito
terapéutico. La primera y mejor ayuda desde la red de apoyo (sociofamiliar y laboral)
consistirá en ayudar a detectar dicha necesidad y fomentar su autonomía en la
petición de ayuda.

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SITUACIÓN DE SALUD MENTAL
PROBLEMAS MÁS COMUNES DE SALUD MENTAL

Estrés
Una investigación del Instituto de Opinión Pública de la PUCP señala que la mayoría de
peruanos sufren o han sufrido esta enfermedad. También indica que son las mujeres las que
con mayor frecuencia padecen de este mal. En abril y los primeros días de mayo, el indicador
de estrés total siguió aumentando, situándose en 0,65, su tercer mayor registro
El Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) señala
que el 80% de peruanos sufren o han sufrido estrés esto indica que el peruano sufre de
cambios frecuentes de ánimo, insomnio y otras situaciones extremas asociadas al estrés.
Durante la fase inicial de la pandemia, se reveló que el 24,5% del total de personas
presentaron un impacto psicológico mínimo; el 21,7%, un impacto moderado; y el 53,8%, un
impacto moderado-grave. Esta pandemia también tiene un impacto psicológico en los
estudiantes universitarios. Estudiaron a 7143 estudiantes de medicina durante la fase inicial
de la pandemia y descubrieron que el 0,9% de ellos mostraron síntomas ansiosos graves; el
2,7%, moderados y el 21,3% leves. Además, el vivir en un área urbana, tener estabilidad
económica familiar y vivir con los padres fueron factores protectores frente a la ansiedad.

Ansiedad
Se caracteriza por interpretaciones catastróficas de sensaciones y cambios corporales,
creencias disfuncionales acerca de la salud y la enfermedad, y malos mecanismos
adaptativos. En el contexto de la pandemia de COVID-19, las personas con altos niveles de
ansiedad por la salud son susceptibles de interpretar sensaciones corporales inofensivas.
Esto ocasiona conductas desadaptativas, como acudir frecuentemente a los centros de salud.
para descartar la enfermedad, excesivo lavado de manos, retraimiento social y ansiedad por
comprar.

Depresión
En la fase inicial de la pandemia en 1210 personas descubrió que el 13,8% presentó síntomas
depresivos leves; el 12,2%, síntomas moderados; y el 4,3%, síntomas graves. Se observaron
mayores niveles de depresión en los varones, en personas sin educación, en personas con
molestias físicas (escalofríos, mialgia, mareo, coriza y dolor de garganta. En las personas que
sufren el fallecimiento repentino de un ser querido por la COVID-19, la incapacidad de
despedirse puede generar sentimientos de ira, tristeza y resentimiento, lo que podría generar
el desarrollo de un duelo patológico. Por lo tanto, es necesario que los especialistas en salud
mental faciliten a los médicos conceptos precisos sobre este asunto.

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Trastorno bipolar
En América y el Perú, se tienen datos en los que se ubica al trastorno bipolar en el cuarto
lugar de prevalencia de trastornos mentales. En México el panorama se muestra similar, y el
trastorno bipolar es estimado con una cifra de prevalencia que fluctúa entre el 1% y 3%
ubicándose así en el cuarto lugar después de esquizofrenia, trastornos de ansiedad y
personalidad.

Por otro lado, en el Perú anualmente el 20 % de la población mayor de edad sufre de algún
tipo de enfermedad mental, y de cada 10 personas solo 1 que requiere tratamiento tiene
acceso a los servicios de salud. (5) El Ministerio de Salud (MINSA) informó un aproximado de
23,196 personas padecen de Trastorno Bipolar en el Perú reportándose en el 2018, un total
de atenciones 8,924 personas por episodio de manía o trastorno bipolar.(6) Además acceso
a la Información Pública del MINSA, brindó datos referidos al número de casos de trastorno
afectivo bipolar por etapas de vida según departamentos, revelando un significante número
de atenciones de los años ;2017 (6,729), 2018 (8,523) y 2019 enero - abril(2,262).
Según el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado -Hideyo Noguchi en su último
estudio aplicado en adultos en Lima y Callao se obtuvo como resultado al trastorno bipolar
con una prevalencia de 0,1% de casos, situándose así entre los primeros 10 problemas de
salud mental. Por otro lado, solo en el 2017 del total de 1532 pacientes y 499 atenciones por
emergencia con trastorno bipolar se tuvo una permanencia de hospitalizaciones de 11.86%.
Trastorno de control de impulsos
A diario se producen muchos actos de violencia y diferentes delitos que afectan la vida de
una persona tanto física como psicológicamente.
En la actualidad se vienen suscitando casos de violencia física, violencia sexual, violencia
psicológica, feminicidios, abusos sexuales, entre otros.
En el Perú los trastornos de control de impulsos se manifiestan con un (8,1%) de prevalencia.

La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2016, muestran que a nivel país en el 70.8%
de las familias peruanas existe violencia familiar, (incluida violencia contra la mujer, maltrato
infantil o violencia contra el hombre) encontrándose las proporciones mayores en las regiones
de Apurímac (85%) Arequipa (82.61%), Cusco (79.4%), Junín (76.3%) y Huánuco (75.9%).
También indica que el 70% de mujeres sufren violencia por parte de sus parejas. De este
grupo el 32 % es violencia física y 67.4% psicológica.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

● Delgado, P. (2018, 9 noviembre). Educación en salud mental: la importancia


de distinguir entre el estrés y la depresión. Observatorio | Instituto para el
Futuro de la Educación. Recuperado 4 de noviembre de 2021, de
https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-en-salud-mental-la-
importancia-de-distinguir-entre-el-estres-y-la-depresion
● Álamo, M. (2019). Guía de salud mental con perspectiva de Género en:
https://centrobienser.com/como-influye-la-salud-mental-en-el-tipo-de-genero/
● Amaia, B. (2020). El género como Determinantes de la Salud Mental y su
Medicación en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911120301813
● Fernández, L., Hernández, A., y Trianes, M. (2015). Relaciones entre estrés
académico, apoyo social, optimismo-pesimismo y autoestima en estudiantes
universitario, de
https://www.redalyc.org/journal/280/28065583029/#redalyc_28065583029_ref
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● La república. (2018).El estrés, ese enemigo silencioso que afecta al 80% de
peruanos.https://larepublica.pe/sociedad/1218645-el-estres-ese-enemigo-
silencioso-que-afecta-al-80-de-peruanos/
● Enterarse. (2019).¿Cuál es la situación de la salud mental en el Perú?.
de:https://www.enterarse.com/20191010_0001-cual-es-la-situacion-de-la-
salud-mental-en-el-peru
● La república. (2021). El Perú atraviesa una de sus peores crisis de salud
mental. de: https://larepublica.pe/sociedad/2021/03/14/el-peru-atraviesa-una-
de-sus-peores-crisis-de-salud-mental/

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