Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Vignola, Rocio Belen
Vignola, Rocio Belen
-UNCPBA-
Mayo 2018
Tandil
Importancia de la alimentación forzada en gatos domésticos con
anorexia prolongada
A Dios, en primer lugar por darme la vida y permitirme el haber llegado hasta este
momento tan importante de mi formación profesional, dándome las fuerzas para
seguir adelante.
A mis padres, por su amor, trabajo y sacrificio durante todos estos años, pilares
fundamentales por quienes he logrado llegar hasta aquí. Mis valores, principios, y
la perseverancia son el reflejo de lo que ellos me han enseñado.
A mis amigos, los que me llevo de la facultad, el premio extra de los años
transitados. A mi amiga y hermana que me dio la vida, siempre confiando en mí y
su cariño incondicional.
Introducción……………………………………………………………………………... 1
Lipidosis hepática……………………………………………………………………….. 4
Discusión……………………………………………………………………………….. 18
Conclusión……………………………………………………………………………… 20
1
septicemia y de fallo multiorgánico. La glutamina desempeña igualmente un
papel importante en el equilibrio acido básico (Goy – Thollot y Elliott, 2016).
Requerimientos de hidratos de carbono: El gato necesita cantidades mínimas
de hidratos de carbono. El gato presenta diversas adaptaciones fisiológicas
que reflejan sus reducidas necesidades de hidratos de carbono. No posee
amilasa salival, que es la enzima que inicia la digestión del almidón. Además,
la actividad de la amilasa intestinal y pancreática es baja, al igual que la
actividad de las disacaridasas, que digieren los carbohidratos en el intestino
delgado. Estas particularidades enzimáticas no implican que el gato no sea
capaz de digerir el almidón. De hecho, los hidratos de carbono digestibles se
metabolizan eficazmente (Goy – Thollot y Elliott, 2016). Pero la presencia de
hidratos de carbono en las dietas no es imprescindible, cuando los niveles de
proteínas y grasas son suficientes para aportar calorías necesarias (Hutter,
1991).
Requerimientos lipídicos: Las grasas son la principal fuente de energía. Los
ácidos grasos esenciales en el gato incluyen el ácido linoleico, ácido linolénico,
ácido araquidónico, ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico. La
mayoría de las especies pueden convertir el ácido linoleico en ácido
araquidónico que es necesario para el mantenimiento de las membranas
celulares e integridad de los tejidos y se encuentra en grasas de origen animal.
El gato no posee la capacidad de sintetizar los derivados del ácido
araquidónico, por consiguiente, es un nutriente esencial de su dieta (Goy –
Thollot y Elliott, 2016).
Requerimientos calóricos: se calculan 250 Kcal/ Kg de peso vivo para
cachorros pos destete, 130 Kcal/ kg peso vivo para cachorros de 5 meses y 70
Kcal/ kg de peso vivo para gatos adultos de actividad moderada, teniendo en
cuenta que al final de la gestación y en la lactancia los valores se multiplican
1,5 y de 3 a 4 veces respectivamente (Case et al., 1997).
Requerimientos de agua: la ingesta voluntaria de agua depende de varios
factores. La ingesta hídrica aumentará en respuesta a cualquier cambio que
cause aumento de las perdidas hídricas del cuerpo, como ser un aumento de la
2
temperatura ambiental o corporal, aumento de la actividad física, cambios en la
capacidad renal de concentrar orina o en el inicio de la lactación. Además la
cantidad de agua presente en el alimento puede alterar de forma significativa el
consumo voluntario de agua. Las recomendaciones de ingesta hídrica en el
gato son las siguientes (Minovich y Paludi, 2002):
- En base al peso corporal 55 a 70 ml/kg/ día.
- En base a la ingesta energética 1 ml/ Kcal de energía metabolizable.
Requerimiento de minerales: Los minerales que actúan en el equilibrio
hidroelectrolítico no ofrecen particularidades en el gato, referidas a la nutrición.
Los que intervienen en las funciones estructurales, tales como el calcio y el
fósforo, tienen suma importancia ya que resultan elementos esenciales para el
crecimiento óseo, y deben estar presentes en una relación 1 y 1,5. Los
requerimientos de potasio aumentan cuando la concentración de proteínas de
la ración es alta. La carencia se traduce en trastornos del crecimiento, letargo,
debilidad muscular entre otras. También es necesario garantizar un aporte
mínimo de magnesio (Goy – Thollot y Elliott, 2016). Los felinos sufren muy
poco la carencia de hierro y cobre, ya que pueden obtenerlos mucho más
fácilmente que los perros, a partir de la carne (Hutter, 1991).
Requerimiento de vitaminas: En comparación con otras especies, el gato
necesita aportes más elevados de diversas vitaminas hidrosolubles del grupo
B, como la niacina, tiamina y piridoxina. En caso de ayuno prolongado, sus
reservas se agotan rápidamente (Wills y Simpson, 1995). El gato no puede
convertir el β- caroteno en vitamina A activa (retinol). Carece de las enzimas
intestinales (dioxigenasas) que dividen la molécula de β- caroteno para dar
lugar al aldehído de la vitamina A. Por este motivo, es imprescindible que la
dieta del gato contenga vitamina A (Goy – Thollot y Elliott, 2007).
3
cuestiones de mecanismos particulares del gato que detallaremos más adelante,
producen un acúmulo excesivo de triacilgliceridos (TAG) en los hepatocitos. Estos
aumentan de tres a cinco veces su tamaño, y esa distensión celular inhibe la
circulación intercelular biliar. Este proceso degenerativo culmina en una patología
bien conocida como es la “lipidosis hepática” (LH) (Paludi, A, comunicación
personal, 2016).
La mayoría de los gatos afectados son de mediana edad, pero pueden ser de
cualquier edad y sexo y no hay predilección por raza. La LH felina puede ser
primaria o secundaria a otra enfermedad, pero en ambos casos se asocia a una
elevada mortalidad a menos que el gato sea alimentado intensamente. En el
primer caso, los gatos son obesos, viven dentro de las casas y han sufrido una
situación estresante (p. ej., la llegada de una nueva mascota al hogar o cambios
bruscos en la dieta) o han tenido una enfermedad que les provoca anorexia y
rápida pérdida de peso. La LH secundaria puede afectar a gatos con pesos
normales o delgados, así también como a animales obesos, y los signos clínicos
4
se ven complicados por los signos de la enfermedad concomitante (Nelson y
Couto, 2010).
5
aumenta en forma exagerada hasta causar una lipidosis hepática (Tella et al.,
2001). Por lo tanto puede observarse lipidosis secundaria en gatos delgados o con
peso normal. Por ello, cualquier gato que presente anorexia con enfermedad
concurrente, debe ser considerado como de alto riesgo de tener LH y se debe
instaurar una alimentación y un tratamiento adecuado lo antes posible. La LH
secundaria puede ocurrir asociada con cualquier enfermedad que cause anorexia
en los gatos, pero se ha observado con más frecuencia en gatos con pancreatitis,
diabetes mellitus, otros trastornos hepáticos, enfermedad inflamatoria intestinal y
neoplasias (Nelson y Couto, 2010).
Los signos clínicos son típicos de una perdida de función aguda (reversible) de los
hepatocitos y de hinchazón de los mismos con coléstasis intrahepática resultante.
Los gatos suelen tener ictericia y presentan vómitos intermitentes y
deshidratación. También pueden tener diarrea o estreñimiento (Nelson y Couto,
2010). Si bien, la ictericia es el signo característico, pueden llegar pacientes con
las mucosas extremadamente pálidas pero con una LH en progreso. Esto hace
que sea indispensable la determinación de bilirrubinuria, haciéndose evidente por
el método de héller en el urianálisis, con un importante halo característico de color
amarronado. La presencia de bilirrubina en orina es siempre signo patológico en
esta especie (Minovich y Paludi, 2004). Generalmente hay hepatomegalia palpable
en la exploración física (Nelson y Couto, 2010).
Un signo poco descripto pero observado por los autores (sobre todo en
enfermedades consuntivas y no exclusivo para la LH), es el dobles en la punta de
las orejas hacia lateral, al cual se ha denominado ‘‘signo del terrier’’ o del flap
(Foto 1), (Minovich y Paludi, 2004).
6
Foto 1. Gato con signo del terrier o del flap (Minovich y Paludi, 2004).
7
tamaño y mostrar bordes redondeados. En el examen microscópico, el hígado con
lipidosis muestra típicamente hepatocitos con vacuolización del citoplasma. Las
aéreas rojas que se pueden apreciar macroscópicamente en el hígado con
lipidosis, corresponden microscópicamente a hepatocitos normales; mientras que
las aéreas amarillentas corresponden a hepatocitos con vacuolas lipídicas. En
muchos casos se llega a presentar coléstasis canalicular, ósea canalículos biliares
distendidos con bilis. En casos avanzados de LH, el patrón se vuelve difuso, la
cantidad y tamaño de las vacuolas por hepatocito aumenta de tal forma que llegan
a desplazar el núcleo a la periferia de la célula (Tella et al., 2001).
La alimentación oral forzada con jeringa, es un método que puede ser empleado
solo en cierto tipo de pacientes, los cuales deberían ser lo suficientemente dóciles
para permitir esta maniobra. Existe una amplia variedad de productos comerciales
que se pueden utilizar. Pueden ser de presentación liquida, semilíquida o en
pasta, teniendo todos ellos, características hipercalóricas. Este método resulta
ideal para aquellos gatos que se encuentran en estado convaleciente o con
determinadas patologías que conducen a la anorexia prolongada, (como por
ejemplo LH, colangiohepatitis, insuficiencia renal aguda y crónica, ciertas
intoxicaciones o peritonitis infecciosa felina). Es la práctica de elección para
realizar tratamientos ambulatorios (Foto 2). Al ser esta técnica no invasiva, está
indicada en aquellos gatos en los cuales no se pueden realizar la colocación de
sonda. El apoyo nutricional se realiza administrando la comida por jeringa es
cantidades pequeñas, oralmente, tres a cinco veces por día (Paludi, A,
comunicación personal, 2016)
8
Foto 2 Gato alimentado con jeringa con un alimento líquido.
(Fotografía tomada durante la residencia).
SONDA NASOESOFÁGICA
9
Las ventajas de ésta técnica son el bajo costo, la comodidad, simplicidad en
realizar la técnica administrando volúmenes precisos, la aceptación del paciente y
que no requiere de prácticas quirúrgicas evitando así la anestesia general (Paludi,
A, comunicación personal, 2016).
II. ESOFAGOSTOMÍA
10
Dentro de las ventajas de ésta técnica se puede señalar que la misma requiere
solo anestesia a corto plazo o en un plano anestésico superficial. Es de colocación
rápida. Se pueden utilizar alimentos líquidos o enlatados batidos y presenta buena
tolerancia durante periodos prolongados (August, 2007).
IV. GASTROSTOMÍA
11
Esta técnica tiene como ventaja que se pueden utilizar alimentos líquidos o
enlatados batidos. Posee buena tolerancia durante períodos prolongados de
tiempo y es el mejor método para la nutrición a largo plazo. Como desventaja se
puede citar que la misma requiere para su inserción de un período anestésico más
prolongado. Además demanda cierto equipamiento especial y pericia (August,
2007).
V. YEYUNOSTOMÍA
Este método está indicado ante dos situaciones: Cuando la patología se encuentra
en el estómago, y los vómitos son incoercibles; o cuando se requiere realizar by
pass pancreático, por ejemplo ante casos de pancreatitis (Paludi, A, comunicación
personal, 2016). Foto 3.
12
Descripción del caso clínico:
Datos demográficos:
Reseña:
-Nombre: Serafín
-Especie: felino
-Sexo: macho
-Edad: 6 meses
-Peso: 2.500 kg
Motivo de la consulta
Anamnesis
El felino se encuentra con el plan sanitario al día. No convive con otras mascotas,
y es alimentado con alimento balanceado de buena calidad.
13
-Estado general del paciente: regular.
-Temperatura: 38,5 ° C
Diagnóstico presuntivo
Estudios complementarios
14
Objetivos terapéuticos
Tratamiento
MATERIALES
Tijera Metzembaum
Catéter de Foley
Suturas de nylon
15
que se realiza en piel y músculos del flanco. Se prueba la impermeabilidad al
colocar solución fisiológica por el extremo libre del catéter. Luego se lo fija desde
el exterior a la piel y se procede a cerrar los planos musculares y piel (Wills y
Simpson, 1995).
Pronóstico:
16
Seguimiento:
17
Discusión
La anamnesis alimentaria del paciente indican el número de días de ayuno, los
animales privados de alimentación se encuentran en estado de catabolismo que
suele revertirse con la realimentación, si las pérdidas de proteínas corporales aun
no excedieron el 25 a 30 %. En general, los animales que no comen durante más
de 48 horas o los que consumen menos del 50 % de la ingesta normal durante
más de 3 días deben plantear preocupación y se considera que tienen una forma
de anorexia (Hand, M. et al., 2000).
Aunque existen varios métodos para alimentar gatos con anorexia, como la forma
oral, la sonda nasogástrica o esofagostomía, la mayoría de los autores coinciden
en que la mejor manera de ayudar al animal, es mediante la implantación de una
sonda gástrica (Tella et al., 2001). El uso de esta última supone el ingreso
quirúrgico directo a la luz. Este procedimiento permite la entrega constante y
precisa de nutrientes y no interfiere con la capacidad del gato para deglutir.
Aunque las complicaciones quirúrgicas son un riesgo, la mayoría de los gatos
toleran las sondas de gastrostomía y esofagostomía mejor que las nasogástricas
(Case et al., 1997).
Las LH secundarias son más complejas que las LH primarias debido a una notable
respuesta neuroendocrina al estrés. Por tanto pueden observarse lipidosis
secundaria en gatos que son menos obesos que los que presentan la enfermedad
primaria, e incluso en gatos delgados o con peso normal (Nelson y Couto, 2010).
En nuestro caso clínico, el paciente presenta una patología que le impide una
alimentación normal por lo que se genera una anorexia, que lleva 4 días de
progreso. Nelson y Couto, 2010, señalan que cualquier gato que presente
anorexia prolongada con enfermedad concurrente debe ser considerado como de
alto riesgo a tener LH, y se debe instaurar una alimentación y un tratamiento
adecuado lo antes posible.
18
Hay que tener en cuenta que en el caso clínico presentado, la esofagitis fue por
causa de la administración de doxiciclina, que produjo una irritación de la mucosa,
como tratamiento a la micoplasmosis, y lleva 15 días aproximadamente de
tratamiento por lo que debe continuarse al menos 5 días más. Las gastrostomía
fue indicada en este caso ya que ni la alimentación con jeringa, ni por sonda
nasogástrica, ni por sonda de esofagostomía eran posibles debido a la lesión del
esófago, además que permite la administración de grandes volúmenes que las
anteriores, tener en cuenta que al ser un cachorro sus requerimientos son
mayores.
19
Conclusión
El soporte nutricional es un aspecto vital del manejo medico de muchos, sino de
todos, los pacientes felinos con enfermedad riesgosa o trauma grave. Cualquier
gato con una enfermedad que promueve pérdida ponderal significativa,
incapacidad para comer o requerimientos dietéticos especiales, deberá requerir
soporte nutricional. Debido a las particulares necesidades nutricionales de esta
especie, el rol del soporte nutricional en el manejo de muchas enfermedades
felinas, incluso se vuelve más esencial. Uno de los tópicos más importantes que
debe confrontar el clínico veterinario al tratar condiciones crónicas en el gato, es
conseguir el mantenimiento del peso corporal y la calidad de vida durante el
tratamiento.
20
Referencias bibliográficas:
Case, Linda P.; Leighann Daristotle, Michael G.; Hayek, Melody; Foess, Raasch
(2013). Nutrición canina y felina. Ed. Harcourt Brace, España. 3era Edición.
Sección 2 Requerimientos nutricionales en perros y gatos. Cap. 9 equilibrio
energético. pp. 77. Sección 5 Desórdenes que responden a la nutrición. Cap. 33
Lipidosis hepática felina. pp. 492 , 497.
Hand, Michael S., Thatcher, Craig D., Remillard, Rebecca L., Roudebush, Philip
(2000). Nutrición clínica en pequeños animales 4ta. ed. Ed. Intermedica.
Argentina. Sección 4. Manejo nutricional de los pacientes hospitalizados. pp. 424,
428.
Minovich, Fabián; Paludi, Alejandro (2002). Medicina felina practica I. Ed. Royal
Canin. Argentina. Cap. 15 Nutrición. pp 273-287.
Minovich, Fabián; Paludi, Alejandro (2004). Medicina felina practica II. Ed. Royal
Canin. Cap. 11 Síndrome ictérico felino. pp 248-249.
21
Tella, Salomé K.; Tavera, Francisco J.; López Mayagoitia, Alfonso (2001).
Lipidosis hepática idiopática felina. Articulo de revisión disponible en
http://www.medigraphic.com/pdfs/vetmex/vm-2001/vm012d.pdf
Wills, J.M.; Simpson, K.W. (1995). El libro de Waltham de nutrición clínica del
perro y gato. Ed. Acribia. 1 ° Parte Fundamentos de nutrición clínica. Cap. 5
Técnicas del refuerzo enteral de la nutrición. pp. 77 – 90.
22