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Una

mirada
Gearóid Ó Loingsigh
SOMOS CNA (Himno)

Una mirada desde el SUR - Gearóid Ó Loingsigh


Investigador, periodísta y

SUR
fotógrafo irlandés. Autor de los
I III

desde el
libros: La estrategia integral
Somos la fuerza del campo Con mi vida defiendo la tierra
Regamos con el sudor la tierra De amenazas de tanto enemigo del paramilitarismo en el
Con semillas de verde esperanza Muy diversos queremos los campos Magdalena Medio y
Del trabajo, el machete es nuestra ban- Sin fumigaciones ni monocultivos Catatumbo, un reto por la
dera verdad; y coautor de los libros:
A sembrar la historia del campo Por dentro e´soga I y II a
Con el surco mi vida se encuentra De consignas y luchas por Colombia
Donde siembro con mucha esperanza
Cada día crece la cosecha
Mantendremos bien fuertes los brazos Huellas de lucha y resistencia propósito de la explotación de
petróleo en el Casanare.
Hasta que un día gritemos victoria
Con mi pueblo que lucha y avanza Se ha caracterizado por su
Coro:
Todos el futuro
Coro:
Todos el futuro
Vamos a forjar
Gearóid Ó Loingsigh lenguaje directo y
controvertido, por su visión
crítica sobre la participación
Vamos a forjar Con el puño arriba
Con el puño arriba de las ONG en proyectos de
Somos C.N.A
Somos C.N.A. cultivo a la palma africana, el
IV papel del Estado colombiano
II en el conflicto social y armado,
Campesinos hombres y mujeres Una voz por el pueblo nos llama
Estamos unidos para luchar A una lucha sin más descansar y el accionar de las empresas
Nos mantiene el arraigo a la tierra Una luz de esperanza nos queda transnacionales en el
Y ella es nuestra identidad Todos juntos con el C.N.A. territorio. Ha realizado
Adelante todos compañeros diversos escritos acerca del
Campesino luchador del mundo paramilitarismo, y sobre los
Paisano de la tierra y del agua Todos luchando por la igualdad
Soy libre como lo es el viento Nuestros muertos nunca más mal llamados
Y me confundo con el verde de la mon- descansan “Laboratorios de Paz” de la
taña Hasta vernos vencer y triunfar Unión Europea.
Coro: Coro:
Todos el futuro Todos el futuro
Vamos a forjar Vamos a forjar
Con el puño arriba Con el puño arriba
Somos C.N.A. ¡Somos C.N.A!
Una
mirada
desde el
SUR
Huellas de lucha y resistencia

Gearóid Ó Loingsigh
Prólogo de Renán Vega Cantor
Ó Loingsigh, Gearóid (2011): Una mirada desde el sur. Huellas de
lucha y resistencia. Bogotá: Coordinador Nacional Agrario. CNA -
Colombia.

Una mirada desde el sur


Huellas de lucha y resistencia
© Gearóid Ó Loingsigh
1ª edición. 2000 ejemplares

Editado por:
Coordinador Nacional Agrario - CNA Colombia

Fotografía:
© Gearóid Ó Loingsigh

Composición de carátula, diseño y diagramación:


Marcela Vega. dosgallinas@gmail.com

Impreso por:
Impresol Ediciones
PBX. 250 82 44, Bogotá

ISBN: 978-958-44-9405-4
Impreso en Colombia - Printed in Colombia
2011

Todos los derechos reservados. Esta publicación puede ser reproduci-


da parcialmente siempre y cuando se cite correctamente tanto el texto
como la fuente. El material fotográfico no puede ser reproducido ni
total ni parcialmente salvo autorización del autor.
Contenido
Prólogo 5
Renán Vega Cantor

1. Introducción de sueños y pesadillas 11

2. Parando Sin Pausa  19

3. Desacuerdos y Elecciones  61

4. La cuestión indígena  71

5. El asesinato de Edwin Legarda  83

6. Los Awá  87

7. La Guerra Desatada 95

8. Positivamente Falso  129

9. Cultivos Ilícitos  149

10. Tierra Libre de Campesinos  165

11. Las Minas Quiebracomunidades  197

12. El Agua: El Oro Azul  231

13. Conclusión  241

Índice de tablas 243

Bibliografía 245
Prólogo
1

Con Una mirada desde el sur, Gearóid Ó Loingsigh prosigue con su in-
cansable labor de develar la injusticia y la desigualdad que caracterizan
a la sociedad colombiana. Sus dos libros anteriores se habían ocupado
de estudiar dos regiones azotadas por el paramilitarismo y por los pro-
gramas especiales del Estado para consolidar el modelo primario expor-
tador. En estas investigaciones, en las cuales se analizan los casos del
Magdalena Medio y del Catatumbo nortesantandereano respectivamen-
te, se ha hecho un invaluable aporte al conocimiento de dos laboratorios
del paramilitarismo, como política estratégica del Estado y de las clases
dominantes de este país1. Los dos libros mencionados han abierto una
frontera analítica, y nos han ayudado a entender las verdaderas razones
de la violencia en dos regiones caracterizadas por su riqueza en materia
de hidrocarburos y por la beligerancia social de sus habitantes que, de
múltiples formas, se han enfrentado al terror estatal y privado que ha
querido someterlos de manera sangrienta, como premisa para despe-
jar el territorio y entregárselo en bandeja de plata a grandes empresas
transnacionales. Desde luego, esto ha sido posible porque esos intereses
corporativos cuentan con el respaldo, como socios menores que reciben
unas cuantas migajas, de empresarios y para empresarios locales, y con
el apoyo ideológico de todos aquellos que promueven, con dinero de la
USAID y de la Unión Europea, falsos programas de paz, algunos de los
cuales impulsan la siembra de palma aceitera como supuesta alternativa
de desarrollo de las economías campesinas del Magdalena Medio.

Ahora, en su nueva obra, Gearóid Ó Loingsigh se desplaza geográfica-


mente a otra región del territorio colombiano, situada en los confines
del sur de Colombia, más exactamente en los departamentos de Cauca
y Nariño. Como en sus escritos anteriores, en este libro el autor man-
tiene una postura crítica, lúcida e independiente que le permite abordar
una temática repleta de escenas de horror e injusticias realizadas por el
Estado y las clases dominantes de Colombia, pero también de rebelión
y dignidad por parte de indígenas y campesinos.

1
Ver: Gearóid Ó Loingsigh, La estrategia integral del paramilitarismo en el Mag-
dalena Medio, Bogotá, 2004; Catatumbo: un reto por la verdad, CISCA, Bogotá,
2008.
Una mirada desde el SUR

Las obras de Gearóid Ó Loingsigh ahondan en el conocimiento de la


Colombia profunda, de aquella que nunca aparece en la crónica diaria
de la prensa y de los medios de comunicación. Esa Colombia profunda
en la que viven las mayorías de este país, aparentemente silenciosas y
silenciadas, no moja prensa, salvo cuando cierto acontecimiento co-
yuntural (una protesta, la toma de una carretera, la rebelión contra una
empresa extranjera, como ha sucedido con los trabajadores de la Pacific
Rubiales, por ejemplo) se usa como pretexto para reforzar la estrategia
contrainsurgente y terrorista del Estado y el capitalismo gangsteril a la
colombiana, porque fortalece sus propósitos de clase y le rinde réditos
políticos.

Los trabajadores anónimos sometidos a terribles condiciones laborales,


los campesinos parceleros asfixiados en su minifundio por las deudas
y el poder arrasador del latifundio de ganaderos y narcos, los indígenas
que soportan un etnocidio sin fin, los afrodescendientes que huyen ate-
rrorizado por la motosierra homicida auspiciada por multinacionales
para quedarse con sus territorios, las mujeres humildes que en campos
y ciudades posibilitan la reproducción biológica y social de las comu-
nidades pobres, todos ellos forma parte de la Colombia profunda. Esa
es la otra Colombia, que no es la de las clases dominantes, ni la de las
reinas de belleza, ni la de las vedettes de la televisión, la farándula o el
deporte, ni la de los oligarcas de rancio abolengo, ni la de los nuevos
ricos, que han acumulado fortuna a costa del sudor y lagrima de los
desvalidos de este país.

Nuevamente, en este libro emergen como protagonistas centrales de la


realidad investigada los humildes y subordinados. Y el autor los estudia
a partir de sus luchas y acciones organizadas contra los Doctores de la
rancia oligarquía local, nombre ostentoso que los terratenientes y gamo-
nales se auto atribuyen, como mecanismo ideológico para presentarse
como seres superiores y de sangre azul (que exaltan, en consecuencia,
sus ancestros esclavistas), en un territorio en donde los indígenas, cam-
pesinos, mestizos y afrodescendientes constituyen la mayoría indiscu-
tible de la población, tanto en términos demográficos como sociales.

En esa tónica de escuchar la voz de los hombres y mujeres de color co-


brizo, este relato se inicia con la reconstrucción del memorable paro del
macizo central colombiano de 1999, una épica acción de lucha social
y política del movimiento multiétnico que lo hizo posible y en el que
6 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

confluyeron todos los sectores subalternos de la región. De ese paro, que


el lector podrá seguir con cuidado en las primeras páginas de este libro,
vale recalcar la conclusión del autor: el Estado colombiano y las clases
dominantes se ven obligados a negociar por la presión organizada de
las masas, pero cuando lo hacen tienen claro que nunca van a cumplir
los acuerdos, sino que actúan de esa manera, como táctica para desmo-
vilizar a la gente. Además, esos falsos consensos vienen acompañados
de una dosis impresionante de violencia, como muestra palpable de una
clara venganza de clase, contra quienes se atreven a levantarse en pos
de sus derechos, junto con el macartismo y el anticomunismo visceral
(que adopta diversos nombres dependiendo de las circunstancias), que
se materializa en el asesinato y la persecución de los líderes y acti-
vistas de los movimientos sociales. Una conclusión que, por supuesto,
no se aplica única y exclusivamente al caso estudiado por Gearóid Ó
Loingsigh, sino que se repite a lo largo y ancho de la geografía nacional
en diversos momentos de lucha y movilización directa de trabajadores,
campesinos e indígenas.

Los departamentos de Nariño y El Cauca son un verdadero calidosco-


pio de la terrible realidad colombiana de nuestros días, porque en esta
región, como si fuera un laboratorio a pequeña escala, se evidencian los
grandes problemas del país. Y el autor los asume de manera directa, sin
rodeos ni eufemismos. En los sucesivos capítulos de esta obra, el lector
encontrará una exposición de esos múltiples problemas, entre los que
se encuentran la opresión de los indígenas, el saqueo de los recursos
naturales, la siembra de hoja de coca y amapola, la destrucción de las
economías campesinas, la mercantilización del agua, los megaproyec-
tos mineros, asuntos todos que están atravesados por la guerra, por el
paramilitarismo, por el terrorismo de Estado y por la presencia en la
región de grupos insurgentes.

Sobre este último aspecto de la guerra, el autor nos presenta un análisis


que se distancia de la propaganda oficial y de los diagnósticos de los
violentólogos convencionales, que nos suelen decir que la violencia es
una cuestión en la que se enfrentan los “buenos” (El Estado y sus Fuer-
zas Armadas) y los “malos” (las guerrillas). Al referirse a la guerra que
se vive en el sur del país, lo cual se hace extensivo al resto de Colombia,
se muestran, en primer lugar, las razones objetivas y estructurales que
la explican, la importancia estratégica de la región, por poseer riquezas
naturales, el objetivo supremos del control territorial por las fuerzas
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 7
Una mirada desde el SUR

estatales y paraestatales, como expresión armada de los intereses trans-


nacionales del imperialismo para apropiarse de dichos recursos, entre
los que sobresalen el agua y los minerales. En esa misma dirección, en
segundo lugar, se considera la política adoptada por las clases dominan-
tes del país de “tierra arrasada”, cuyo objetivo central consiste en expul-
sar a los campesinos e indígenas de sus territorios, para apropiárselos
como un botín que luego se les va a regalar a grandes empresas mineras
e hídricas, como se ejemplifica con las concesiones de tierras que se le
están asignando a transnacionales, una indiscutible señal de lo que es la
“confianza inversionista” del uribismo y del santismo.

En la perspectiva del autor de este libro, la guerra es algo más complejo


que una cuestión de simple voluntad o, mejor, de mala voluntad de unos
cuantos individuos a los que se les descalifica en la propaganda oficial
como simples “terroristas”. En contravía, en este libro se sostiene que la
guerra es consustancial a un proyecto encaminado a reforzar un modelo
social, económico y político profundamente excluyente, un capitalismo
extractivo periférico, que quiere perpetuar la dominación que se inició
hace doscientos años y negar las raíces sociales y económicas de la in-
justicia y desigualdad que caracterizan desde hace siglos a la sociedad
colombiana, y en particular a las sociedades de los departamentos de
Cauca y Nariño, raíces que se constituyen en fuente histórica del con-
flicto social y armado que vive el país desde hace más de medio siglo.

En este libro hay que destacar algunos elementos, que lo hacen atrac-
tivo y lo dotan de una gran fuerza analítica. En primer término, para
reconstruir los hechos se recurre a los testimonios orales, como resul-
tado de numerosas entrevistas del autor de la obra con campesinos, in-
dígenas, dirigentes cívicos, profesores o pobladores de la región. Esto
posibilita un acercamiento al sentir de la gente común y corriente con
relación a las cuestiones cardinales que los afectan en su vida cotidiana,
como las referidas al paramilitarismo. En segundo término, el autor no
hace concesiones en su denuncia inclaudicable de la responsabilidad
histórica y actual de las clases dominantes de la región y del Estado
central en la prosecución criminal de la guerra, que sólo quiere pre-
servar la injusticia y la desigualdad de las sociedades caucana y na-
riñense. Razón que explica hechos centrales que son analizados en el
libro, como los referidos a la formación de grupos paramilitares por
parte de conocidos políticos y terratenientes de la zona, algunos de los
cuales han ocupado altos cargos administrativos durante los últimos
8 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

gobiernos. En esa misma perspectiva, se denuncia la entrega de las ri-


quezas de la región a las empresas mineras, siendo el prerrequisito que
lo hace posible la “limpieza de la tierra” (la expulsión de sus habitantes
ancestrales) concediéndole el agua del Macizo Central Colombiano a
grandes multinacionales. En tercer lugar, como todo libro que se res-
pete, la obra de Gearóid Ó Loingsigh tiene un tono polémico, claro
y directo, que cuestiona a fondo, y con sólidos argumentos, las falsas
evidencias –simples mentiras que de tanto ser repetidas se han conver-
tido en verdades de sentido común– esgrimidas por gran parte de los
investigadores y analistas sociales cuando de referirse a temas álgidos
de la vida colombiana se trata. Por ello, el lector encontrará en este libro
alusiones directas a los crímenes de Estado (denominados de manera
eufemística como falsos positivos), a los responsables de organizar gru-
pos paramilitares, a los empresarios que buscan apropiarse de tierras y
recursos de las comunidades indígenas y campesinas, al sueño de las
elites regionales y nacionales de convertir al sur occidente de Colombia
en un vasto enclave minero, rodeado de fosas comunes, repletas con
los cadáveres de todos los que se enfrenten y resistan el modelo de los
enclaves, y con unos pocos trabajadores, explotados y precarios, como
fuerza de trabajo semiesclava al servicio de las empresas que devoran
esos recursos naturales.

También se percibe un tono crítico con respecto a temas convertidos


en verdades indiscutibles para determinados sectores de la izquierda,
como los referentes al carácter supuestamente progresista del gobierno
del indígena Floro Tunubalá, al culto legalista a las elecciones como un
fin en sí mismo y la apología a la Constitución de 1991, como si hubiera
sido la máxima transformación política de la historia colombiana. El
autor de este libro se distancia de todas estas trivialidades y demuestra
cómo, en la vida real del Cauca y de Nariño, el leguleyismo de ciertos
sectores que se autoproclaman como de izquierda, algunos de cuyos
dirigentes han llegado a ser alcaldes y/o gobernadores, simplemente ha
servido para reforzar la dominación tradicional, con el agravante que ha
ilusionado a la gente y ha servido para lavar la imagen de un régimen
profundamente criminal y excluyente, dando la impresión que este es
un nuevo país, que se ha democratizado y ha cambiado notablemente en
términos políticos y sociales.

De eso no ha habido nada, porque como lo decía el Conde de Lam-


pedusa, y como entre líneas lo quiere dar a entender el autor de este
libro, que “todo cambie para que no cambien nada”. Esta máxima re-
sume a cabalidad la lógica farisaica, profundamente conservadora y
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 9
Una mirada desde el SUR

retardataria, del Estado y de las clases dominantes de Colombia, a la


que le han servido de manera abyecta ciertos personajillos, de quinta
categoría intelectual y moral, provenientes de la centro izquierda y de
las corruptas burocracias sindicales.

Por todas las anteriores razones, debemos darle la bienvenida a este


libro, que tanto nos ayuda a conocer la situación que soportan los co-
lombianos humildes que viven en el suroccidente del país, tan distantes
de la realidad mediática que nos presentan los medios de comunicación,
pero tan cercanos a todos aquellos trabajadores, colonos, campesinos e
indígenas que en el resto del territorio nacional enfrentan con valentía
y dignidad las locomotoras de la muerte que, a nombre de una falsa
prosperidad, han puesto en marcha las antinacionales clases dominantes
de Colombia.

RENAN VEGA CANTOR Bogotá, octubre 1 del 2011

10 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Soledad sobre ruinas, sangre en el trigo rojo y amarillo,
manantial del veneno, escudo, heridas, cinco siglos igual.
Libertad sin galope, banderas rotas, soberbia y mentiras,
medallas de oro y plata contra esperanza, cinco siglos igual.

León Gieco

1
Introducción de sueños
y pesadillas
Este libro pretende mirar a las luchas sociales en los departamentos
de Nariño y Cauca en el suroccidente de Colombia y las violencias
ejercidas en contra de la población civil de estas zonas. Ambos depar-
tamentos son importantes en la historia de Colombia y no sólo por el
papel que jugaron como centros administrativos del imperio español,
sino también como centros de lucha contra los españoles.

Aunque en el caso de Nariño se suele pensar en el departamento como


uno de los bastiones de los realistas que sublevaron en contra del pro-
yecto emancipador de Bolívar, se olvida de los Comuneros del Sur y
otros rebeldes contra el despotismo de la corona española y los terrate-
nientes, de las mujeres indígenas de Guaitarilla, como Manuela Cum-
bal y Francisca Aucú cuyo desafío a la Iglesia Católica desencadena
la revuelta de los Comuneros.2 No todos los indígenas fueron como
Agualongo. Más recientemente en el siglo XX, tanto Cauca como Nari-
ño han sido escenarios de movilizaciones masivas con bloqueos de las
carreteras para obligar al gobierno cumplir con su pueblo y garantizar
2
  González Obando, J. (2011) Manuela Cumbal y Francisca Aucú, dos heroínas
que defendieron los derechos de la mujer en Confluencia de Mujeres, Año 2 No.
7 pág. 11
Una mirada desde el SUR

condiciones mínimas de vida con dignidad. Valga la pena resaltar que


Nariño no es el departamento que nunca luchó, no es el departamento
donde Bolívar tuvo que entrar por la fuerza contra la voluntad de la po-
blación local. En todos los rincones de Colombia siempre han existido
opositores a la libertad, y todavía los hay. En eso Nariño no se diferen-
cia históricamente del resto del país, empero, igual que el resto del país
Nariño luchó y sigue luchando. Como lo explica Harold Montufar, el
ex alcalde de Samaniego:

La disposición hacia la organización comunitaria y la tradición his-


tórica de lucha del pueblo nariñense, se convierten en las condicio-
nes subjetivas, para que el liderazgo se renueve y avance permanen-
temente; la gente de Nariño desde la época de Gonzalo Rodríguez
“el precursor de los precursores”, los heroicos Sindaguas, la lucha
de los Comuneros de Túquerres, la valentía del negro Vicente de la
Cruz, la rebeldía y resistencia de los indígenas Pastos y Awá, hasta
las luchas recientes de los Paros Cívicos Departamentales (estudian-
tes, magisterio, sindicatos, campesinos) han representado la OTRA
HISTORIA DE NARIÑO (énfasis del original), la que se ha escrito
con sacrificio en procura de brindarle al pueblo espacios de dignidad
y mejoramiento de su nivel de vida.3

Este libro pretende mirar a esas luchas, analizarlas y reivindicarlas


explícitamente como la expresión de la verdadera Colombia, lejos de
los Country Club, los pasillos de poder, el té con el embajador de los
EE.UU. o las reuniones con la “gente bien”, los de abolengo de Popa-
yán y Pasto. Aunque se debe aclarar que cualquier intento de abordar
las luchas sociales es por naturaleza parcial, tanto en el tiempo como en
el espacio. Aquí se examina las luchas de los noventa (y aún así se con-
centra en el final de la década) y el siglo XXI y por múltiples razones en
la práctica se limita geográficamente a la zona del Macizo Colombiano
y el piedemonte costero nariñense y la zona andina.

Estas luchas son importantes, pues muestran no sólo la determinación


y el sacrificio del pueblo en la brega por un país y una región distinta
sino la voluntad de hierro por parte de las élites locales y nacionales
en resistir cualquier intento de cambiar la vida de la mayoría de los
habitantes de la zona. Hoy día después de tantos paros y negociaciones
con el Estado, ambos departamentos son pobres, en esencia porque el
Estado incumplió todos y cada uno de los compromisos firmados con
3
  Montufar, H. (1998) Movimientos Regionales, Nueva Expresión Social: Análi-
sis del MIR Nariño, Pasto, Fundación Nariño 2000, pág. 69

12 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

las organizaciones sociales, pero también porque las élites regionales se


resisten al cambio a cualquier precio, incluyendo el uso de la violencia
paramilitar, la cual forma parte de la historia de los departamentos des-
de los tiempos de los españoles hasta hoy. Lo único que ha cambiado es
la forma de ejercerla y el apellido del bravucón de turno, aunque ape-
llidos como Chaux, Mosquera, Buchelli y Valencia recurren una y otra
vez en la desdicha de los moradores del suroccidente del país.

Pero cuando hablamos de violencia no nos limitamos a la violencia pa-


ramilitar sino a todas las formas de violencia incluyendo la económica.
No es descabellado afirmar que la política pública de este país mata a
más gente que la misma guerra. Cuando el Estado se niega a construir
una carretera o poner un servicio de ambulancia, ¿cuánta gente muere?
Nadie sabe, pero en todos los pueblos de Nariño y Cauca la gente cuen-
ta anécdotas que indican que son muchos. ¿Cuántos niños mueren por
tomar agua contaminada de un río donde una empresa arroja sus dese-
chos con el permiso legal y el beneplácito de la administración públi-
ca? Nadie sabe, aunque luego citamos las cifras de mortalidad infantil,
entre otras, pero no se sabe cuántos de ellos murieron por la política
pública o el robo de algún mandatario. Si el programa Agro Ingreso
Seguro hubiese dado la plata a los campesinos y no a los vagabundos
ricos de la costa, ¿cuánta gente hubiera dejado de morir? Nadie sabe,
pero todo eso también es violencia. El mandatario caucano que gastó
ilegalmente fondos públicos en una operación estética para una reina de
belleza4 cometió un acto violento contra las mujeres pobres que no tie-
nen un servicio adecuado de citología. Como afirma el sacerdote jesuita
Javier Giraldo:

La primera violencia es la que obliga a una población mayoritaria a


vivir en condiciones infrahumanas desde su nacimiento debido a las
leyes del mercado que permanecen implícitas pero que se soportan
con el sacrificio de la dignidad humana; es la violencia estructu-
ral. Esta violencia es complementada por la violencia institucional
que traduce las leyes anteriores en instituciones protectoras del statu
quo. Otra violencia complementaria y causal, y que es quizás el de-
tonante de la protesta popular, es la violencia represiva, la que cierra
los caminos del diálogo, de la concesión o de la reforma oportuna e
identifica todo reclamo legítimo como ‘subversión’. Por esto la vio-
lencia que asume a veces la protesta popular hay que juzgarla como
4
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 13


Una mirada desde el SUR

una violencia de última instancia, que concentra momentáneamente


reprimidas a formas institucionales de violencia.5

Dicho de otro modo, la violencia de las protestas no es la principal for-


ma de violencia es secundaria y una reacción no sólo a los desmanes de
la Fuerza Pública sino una respuesta a las violencias económicas que el
pueblo colombiano padece y soporta desde hace más de cinco siglos.
Esa violencia sigue y en los dos departamentos tiene un nuevo aliento
con las mal llamadas locomotoras de la economía de Uribe y Santos. La
minería amenaza con destruir a comunidades enteras convirtiendo las
verdes lomas y selvas del Cauca y Nariño en desiertos cuyos paisajes
parecerán más a un paisaje lunar una vez terminado el proyecto minero.
Mientras tanto, los paramilitares amenazan a los líderes que se opo-
nen a la nefasta propuesta minera o como señores feudales de antaño,
los mineros y los paramilitares amenazan a la comunidad ‘sólo’ por el
derecho de acostarse con las niñas menores de 14 años.6

También a veces se habla de las víctimas del conflicto armado interno.


Esa descripción es engañosa. La mayoría de las víctimas se pueden
poner en el contexto del conflicto, pero no son víctimas de combate. La
mayoría de ellas no caen como participantes directos en los combates,
ni siquiera en el fuego cruzado, la inmensa mayoría son asesinados fue-
ra de combate y no precisamente por su papel en el conflicto. Ocupan
territorio codiciado por los actores armados, sin lugar a dudas, pero más
importante es que ellos representan un estorbo para la acumulación de
riqueza por parte de la oligarquía. Caen como víctimas en la búsqueda
de ganancias, de dinero y no precisamente la búsqueda de dinero por
parte de algún sicario de poca monta. Aquí pondremos esos muertos en
el contexto del control de los recursos naturales y de la acumulación de
capital. Como se verá en el caso de Nariño la violencia se aumenta dra-
máticamente en los años noventa. Algunos intentan explicar esto como
el resultado de los planes de la guerrilla, que las FARC llegaron con 29º
Frente, que el ELN desplazó comisiones desde Cauca al norte de este
departamento hasta que en los 90 crea el frente Comuneros del Sur y lue-
go llegan los paramilitares etc. Todo eso puede ser cierto, sin embargo
la siguiente reflexión de la Diócesis de Tumaco indica por dónde va el
agua al molino. “En los años 90, con la política del libre comercio, el
5
  Giraldo, J. (1987), La reivindicación urbana, Bogotá, Cinep citado en Novoa,
E. (2009) Trayectorias Geopolíticas en Colombia, Bogotá, Universidad Nacional,
pág. 18, pie de pág. no. 5.
6
  Testimonio

14 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Pacífico se vuelve tierra prometida para los inversionistas nacionales e


internacionales, quienes promueven con el apoyo del Estado planes de
desarrollo futuro de toda la región como el Plan Pacifico, desconocien-
do los derechos y las proyecciones de las comunidades nativas.”7 Y lo
que la Diócesis dice de Tumaco se puede decir de otras partes de Nariño
y también del Cauca. Tampoco se puede explicarlo en términos de los
cultivos ilícitos y el narcotráfico. Como explica Ávila Martínez:

A pesar de la importancia central de este fenómeno para la compren-


sión de la violencia, en Nariño ha sido igualmente determinante la
ejecución de megaproyectos y la extensión de los cultivos de palma
aceitera, lo que ha generado procesos violentos de apropiación y
concentración de la tierra, y ha convertido al departamento en una
de las zonas más violentas del país.8

La pobreza de Cauca y Nariño se ve por todos lados, en carreteras na-


cionales que no merecerían ser tildados de carreteras terciarias en un
país cualquiera, hospitales que no curan y en escuelas que no educan.
Entre el 2002 y el 2008 la pobreza “en Cauca pasó de 65,8% a 69,1%”9
de la población total y en el 2008 Cauca y Nariño registraron una tasa
de mortalidad infantil de 46,70 y 41,60 respectivamente comparado con
un promedio nacional de 20,60.10 Es decir, en ambos departamentos
más de 40 niños de cada mil nacidos mueren antes de cumplir su primer
año de vida. No sólo es una vergüenza, es un crimen cometido por los
que asignan los recursos a sus amiguitos en vez de intentar solucionar
la pobreza. También es un crimen cometido por los gobiernos naciona-
les que burlaron de las comunidades y nunca cumplieron los acuerdos
pactados. Esa violencia económica sigue vigente.

También sigue más fuerte que nunca la violencia judicial. Muchos de


los dirigentes de los procesos mencionados aquí fueron judicializados
por su oposición al modelo neoliberal y por su defensa de las comuni-
dades, de igual manera la justicia ha sido indolente e indulgente con las
violaciones de los derechos humanos por parte de la Fuerza Pública y
sus auxiliadores los grupos paramilitares.
7
  Diócesis de Tumaco (2009) ¡Que nadie diga que no pasa nada!, Tumaco, Dió-
cesis de Tumaco, pág. 23
8
  Ávila Martínez, A.F.(S/F) Conflicto Armado En Nariño, Reconfiguración Del
Poder Regional De Los Actores Armados , Corporación Nuevo Arco Iris
9
  DNP (2010) Los Objetivos Del Milenio II Informe De Seguimiento, Bogotá,
DNP Pág. 21
10
  Estadísticas Vitales www.dane.gov.co consultado 15/06/2011

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 15


Una mirada desde el SUR

Este libro pretende no caer en las explicaciones fáciles y perezosas de


algunos medios, académicos y ONG que reducen todo a una cuestión
de cultivos ilícitos como la amapola y la coca o a un problema de fron-
tera. Sin lugar a dudas, la frontera entre Nariño y Ecuador es un factor
como son los cultivos ilícitos presentes en los dos departamentos. Sin
embargo, el modelo de sociedad, el carácter rancio de la oligarquía re-
gional y los macroproyectos para la región juegan un papel mucho más
decisivo. Tampoco caerá el texto en el error de referirse a las Bacrim
(Bandas Criminales) como algo distinto a los paramilitares. Los Ras-
trojos, las Bacrim etc. son nuevos modelos de paramilitarismo. Su falta
de articulación nacional no se puede esgrimir como argumento, pues las
AUC agruparon muy tarde en una sola estructura a los diversos grupos
paramilitares. Durante muchos años eran grupos dispersos en las regio-
nes. También ese término implica que las AUC no fueron criminales.
La distinción entre los grupos sirve para legitimar al proyecto uribista
y las AUC, y de paso confundir a la gente sobre la naturaleza de lo que
enfrentan. En muchos sectores ya se había ganado el argumento que
el paramilitarismo era un proyecto del Estado, con este nuevo término
Bacrim el Estado quiere absolverse de su responsabilidad como antes
hacían con los criminales de Castaño y Mancuso. El obispo de Montería
Julio César Vidal jugó un papel importante en el proceso con las AUC
y hace una distinción entre los llamados Bacrim y las AUC. Según él,
“Estos son grupos de mafiosos, no necesitan negociar...”11 sino some-
terse a la justicia. Es implícito en el comentario que las AUC no eran
mafiosos sino algo político. Eso no podemos aceptar, lo que pretende
el obispo y los demás es justificar su propio papel y las fotos sonrientes
al lado del asesino en serie Salvatore Mancuso. Como Poncio Pilatos
quieren lavar sus manos y justificar el trabajo sucio que hicieron, pero
hay que llamar las cosas tal como son. De tal palo tal astilla, las Bacrim
son los hijos de las AUC y tienen la misma naturaleza, aunque papi no
quiere reconocerlo por el momento.

Como afirma Diego Quiroga en la revista del Cinep Cien Días los nue-
vos grupos están ligados a la producción de cocaína, entre otras activi-
dades criminales, empero, “las amenazas y acciones contra la oposición
política y las organizaciones sociales a nivel regional continúan, lo que
da muestras de que sus intereses van mucho más allá de una guerra por
la depredación de recursos. Pretender que este fenómeno implicó una
  El Espectador (22/06/2011) Las cosas no están quietas
11

16 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

ruptura con el modelo paramilitar que accedió a desmovilizarse es un


craso error”12

Por seguridad y por estar en un Estado que no perdona ni olvida de los


que se atreven a enfrentarlo, la mayoría de los testimonios serán anó-
nimos. Es diciente que en Colombia donde la Constitución garantiza
la libertad de expresión sigue siendo peligroso opinar inclusive sobre
hechos que ocurrieron hace más de una década. Poco o nada ha cambia-
do en este país en términos de derechos humanos, aunque el maquillaje
que emplean para embellecer la situación es cada vez más complejo y
además eficaz, pero el país sigue siendo el mismo.

Como dice el epíteto al principio de este capítulo, llevamos cinco siglos


igual, con promesas de riqueza a través del oro, la plata, el café entre
otros, mientras los de siempre mandan desde sus casas lujosas, igno-
rando o despreciando a los pobres que viven la pesadilla de su anhelo
por el poder y la riqueza. Este libro es un pequeño intento de aportar a
la construcción de los sueños de las organizaciones sociales y su base
social. Uno de los primeros pasos que hay que tomar es recuperar la
memoria de lo que ocurrió de lo que se intentó hacer y por qué. También
el libro aporta en sus últimos capítulos a las luchas actuales por el agua
y en contra de la minería a cielo abierto.

Hoy día, la clase media y los ricos de Popayán y Pasto se jactan de que
vienen de “buena familia”, son orgullosos de su pasado como esclavis-
tas, asesinos, también de su piel, que es siempre más blanca que la de la
mayoría de la población. Sienten felices por moverse en círculos de la
oligarquía patoja y pastusa, que los campesinos y los pobres los llaman
Doctores, aún cuando jamás hayan pisado una universidad colombiana
salvo con la intención de privatizarla. La memoria es muy importante,
tener un antepasado esclavista no es motivo de orgullo, tomar cócteles
con los gobernantes criminales no es motivo de alegría sino de vergüen-
za. El ladrón callejero es más digno y merece más respeto que cualquier
miembro de esa clase dirigente. Es importante recordarlo y también te-
ner bien presente, que los Doctores son los que mantienen en la pobreza
al pueblo y mandan los paramilitares o la Fuerza Pública a asesinar a los
que levantan la voz contra la injusticia. ¿O acaso hay gente que cree que
personajes como Chaux o Mosquera fueron benefactores del pueblo?
  Quiroga, D. (2011) ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales? Revista Cien
12

Días, No. 72, Bogotá, Cinep, pág. 6

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 17


Una mirada desde el SUR

Las élites de Cauca son en parte responsables para el atraso y rezago


económico del departamento. Como dice Diego Jaramillo Salgado:

…el Cauca introdujo una forma particular de ejercicio de poder del


Estado de corte aristocrático, religioso y racista que dentro de la
memoria histórica produjo características particulares el ejercicio de
la dominación. Es de recordar que su capital, Popayán, tuvo varias
de las familias más representativas en al compra y venta de esclavos
en Colombia hasta el siglo XIX, que se ejercía principalmente sobre
los negros. Fue allí donde también se tipificó el más reconcentra-
do racismo frente a los indígenas cuyas secuelas aún hoy deja sus
rastros...13

Así no se hablará bien de esos Doctores, el libro aboga por la dignidad


del ser humano. De pronto, algún lector dirá que el autor por ser ex-
tranjero no entiende el uso de la palabra Doctor en Colombia, pero sí lo
entiendo bien, y dicen que cualquiera en Colombia es Doctor, pero no
es cierto, ningún oligarca, ningún gobernante, ningún terrateniente lla-
ma Doctor a un campesino, indígena, o jornalero. El término que tanto
les gusta en Popayán y Pasto es de sumisión frente a los “mejores” que
uno. No, los que realmente son de mejor familia son los que trabajan,
cuyo sudor riega los campos, los que ganan su pan duramente en vez de
robar las arcas de la gobernación. Así, aquí se hablará de Doctores con
todo el desdén y desprecio que merece semejante pandilla de ladrones y
asesinos que se pasean como gobernantes en estos departamentos. Co-
menzar a construir los sueños del pueblo requiere recordar y rechazar la
pesadilla siempre impuesta desde arriba. En la lucha contra la minería
valga recordar las promesas de otrora para saber que el engaño sigue.
Valga recordar que quienes engañaron a los nariñenses y caucanos son
los mismos de siempre, son los que hoy día les prometen ilusivas ri-
quezas mineras. Los antiguos esclavistas siguen en el poder y no en un
sentido figurativo sino en un sentido literal, donde la mayoría de la oli-
garquía de estos departamentos puede trazar su linaje desde uno u otro
matón y asesino del siglo XIX. También hay que recordar las luchas
de los campesinos, negros e indígenas, porque no toda la historia de
este país es deshonra, cobardía, codicia y muerte. Lo que pone la gente
campesina e indígena en este libro es honor y valentía en pro de la vida
en búsqueda de un país mejor, donde quepan los que siempre han sido
excluidos, es decir, la mayoría de la población.

  Jaramillo Salgado, D. (s/f) Procesos De Resistencia De Los Movimientos So-


13

ciales En El Cauca Y La Experiencia Del Gobierno Alternativo (Xerox).

18 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


¿Acaso os sobran paz y ocio,
cobijo, amores y alimento?
O, ¿qué conseguís de valioso
con tanto sufrimiento y miedo?
Otros recogen vuestra siembra.
Otros guardan vuestra riqueza.
Otros visten lo que tejéis.
Otros empuñan vuestras armas.

Percy Bysshe Shelley

2
Parando Sin Pausa
Una y otra vez las comunidades de Nariño y Cauca se han movilizado
para reclamar sus derechos para exigir inversión social y una y otra
vez el gobierno incumple lo pactado empujando a las comunidades a
volver a protestar. Esa es la historia de las luchas sociales en estos de-
partamentos, y de hecho en todo el país, paro tras paro sin pausa. Nada
más terminar un paro se ven en la necesidad de preparar el siguiente.
Sus luchas sociales son motivadas por diversas razones. Algunas veces
tratan de temas políticos como la reforma agraria, los tratados de libre
comercio y aún cuando sean por temas políticos se reducen en la prác-
tica a demandas locales, como el reparto de tierra entre una comunidad
campesina particular o el saneamiento de un resguardo.

Muchas veces, sin embargo, las luchas son por cosas muy básicas. Dice
mucho del Estado colombiano que las grandes movilizaciones en estos
departamentos giren alrededor de demandas como la pavimentación,
electrificación, inversión social, o sea, hacía falta movilizar miles y a
veces decenas de miles de personas para obligar al Estado a cumplir con
su deber. En muchos lugares del mundo la pavimentación es algo que
ni se piensa, pues se presume que el Estado se encargará de ella direc-
tamente o a través de una licitación pública. En Cauca y Nariño, como
veremos, no es así, porque la malla vial es muy reducida y se encuentra
Una mirada desde el SUR

en pésimo estado. La supuesta carretera panamericana, que tanto ocu-


pan las comunidades para reivindicar sus derechos no parece una vía de
comunicación internacional. En algunos de sus tramos, sobre todo en
Nariño, parece más una vía entre dos pueblos pequeños.

Así muchas de las luchas han sido por las cosas básicas de la vida. Tal
es la situación en ambos departamentos, que aún hoy toca pedir lo bási-
co. Estas luchas ocurren y la Panamericana o la vía que conduce de Pas-
to a Tumaco se corta con tanta frecuencia porque el estado es negligente
y desprecia a su propia gente, resistiendo a proveer unas condiciones
mínimas de vida. Estas luchas no se deben celebrar sólo por el hecho de
reivindicar uno u otro derecho sino se deben celebrar y recordar porque
significan que la gente entra a tomar decisiones sobre su propia vida,
sobre su destino y porvenir y se organiza, son motivos de alegría. Son
la muestra que la gente no necesita al gobierno, ni las élites locales, y
dada la oportunidad el pueblo Nariñense y Caucano es más que capaz
de gobernar, como explica Javier Giraldo:

Desfiles acompañados de variados simbolismos; plataformas por


donde desfilan cantantes y conjuntos musicales; danzas callejeras;
fogatas públicas donde se hace café para todo el mundo o puestos
de limonada igualmente gratuita; ceremonias donde se cantan los
himnos patrios e izadas de banderas; son todas estas expresiones
que, repetidas en los lugares más distintos y distantes del país, han
ido configurando una especie de ritual lúdico de la protesta... La
transformación de la cotidianidad asume, de alguna manera, el ca-
rácter de una explosión utópica... el día del paro se obedece a otras
autoridades, a aquellos que el consenso popular ha elegido como
coordinadores de la protesta por ser auténticos representantes de una
voluntad común; el día del paro se estrechan los vínculos de soli-
daridad con una causa común; el día del paro se ensayan formas de
control popular de la ciudad, mediante Guardias Cívicas, las Briga-
das de Vigilancia, los salvoconductos, etc., el día del paro se ensayan
fórmulas de abastecimiento comunitario, de control de alimentos y
de precios; el día del paro se improvisan ollas comunitarias, donde
se comparte el alimento aportando cada uno según sus capacidades,
el día del paro parece implantarse momentáneamente una ética so-
cial donde la solidaridad se erige como valor fundamental. En sínte-
sis, el día del paro se juega a vivir en una sociedad diferente.14

  Giraldo, J. citado en Novoa, E. op. cit.


14

20 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

O sea, los que mantienen a departamentos como Cauca y Nariño en la


pobreza sobran, entre el propio pueblo hay gente más que capaz de or-
ganizar y gobernar por fuera de las reglas impuestas a los pobres desde
Bogotá, Popayán y Pasto.

Ambos departamentos han vivido varias experiencias de luchas socia-


les y en las últimas décadas han surgido diversas formas organizativas.
Por lo general, estas organizaciones tienen una limitación geográfica,
no sólo en el sentido que no son organizaciones nacionales (aunque
varias eran o aún son afiliadas a coordinaciones nacionales) sino están
limitadas adentro de sus departamentos. Las organizaciones del Macizo
colombiano en Cauca no tienen incidencia en el resto del departamento,
en Nariño las organizaciones se dividen, aún hoy día entre las de la cos-
ta, piedemonte costera, el centro del departamento y el Macizo. Esto ha
dificultado la formulación de propuestas políticas e inclusive de pliegos
de negociación con el Estado.

Quizás una excepción a esta regla general fue el movimiento nariñen-


se conocido como Los Inconformes que pretendía ser un movimiento
departamental, si realmente llegaron a serlo, es otro asunto. Aunque en
eso le ayudaba que era más una corriente política y se definía como tal.
Según sus Materiales de Constitución querían:

Aportar a la generación y desarrollo de un movimiento político po-


pular de carácter nacional, el cual recogiendo las raíces históricas y
la tradición libertaria del pueblo colombiano logre ganar su más am-
plia y unitaria participación en la lucha por mejores condiciones de
vida, y por conquistar la plena y auténtica independencia nacional y
derribar el poder de la minoría oligárquica que lo oprime y explota.15

Comenzaron ya con una visión nacional y una visión política que iba
más allá de lo coyuntural y las necesidades inmediatas de las comuni-
dades. Eso debía ser una ventaja, pero lo malgastaron. Participaron en
campañas electorales con un relativo éxito, pues pretendían combinar la
movilización social con lo electoral. El movimiento veía correctamente
la cuestión electoral como una cuestión de tácticas y no de principios
y según su documentación “la Participación Electoral no significa que
abrigamos esperanzas de realizar cambios sociales por este método.”16

  Materiales de Constitución citado en Novoa, E. op. cit. pág. 120


15

  El Movimiento Popular Los Inconformes y Las Próximas Elecciones, citado en


16

Novoa, E. op. cit pág. 123

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 21


Una mirada desde el SUR

Otros movimientos, particularmente en Cauca, intentarían participar en


la contienda electoral, empero, con algunas esperanzas de realizar cam-
bios sociales. Como veremos más adelante su experiencia fue decepcio-
nante, a pesar de ganar en los comicios. Valga aclarar que a pesar de la
postura de Los Inconformes sobre las elecciones, en la práctica si veían
posibilidades de cambio desde lo electoral. Con la desmovilización del
M–19 ellos se disolvieron y entraron al AD M–19. Varios de sus in-
tegrantes como Raúl Delgado Guerrero han tenido éxitos electorales
siendo Delgado elegido Alcalde de Pasto (2004–2007).

Sin embargo, es evidente por la literatura electoral que ellos consideran


lo electoral como la principal forma de “lucha” y creen que es la mejor.
Además no es sólo lo electoral que cuenta sino su propia campaña y
su puesto. La lucha se reduce a no sólo una contienda electoral sino a
la elección de una persona u otra. Con eso aceptan la institucionalidad
del Estado, sus leyes etc. Si hay algo que caracteriza a los demás mo-
vimientos y movilizaciones es que en la práctica rompen con la institu-
cionalidad, pues tomar una carretera es romper la institucionalidad, es
un delito. Delgado como Alcalde mandó a la Policía a desalojar a los
maestros del sindicato Simana de una protesta callejera, dejando en el
pasado su participación en las luchas populares y los paros cívicos de
los ochenta para actuar en nombre del Estado y no del pueblo; y Na-
varro también militarizó a Pasto como respuesta a las movilizaciones
populares.

Pero el departamento vivió varios paros parciales en el sentido de su


extensión geográfica en los noventa. Todos los paros giraron alrededor
de la falta de inversión social y la aún deficiente infraestructura. Tal es
el caso del paro de l995 en el piedemonte costero cuando más de 2.000
personas tomaron el pueblo de Altaquer bloqueando la vía que une Tu-
maco con Pasto. Aunque el epicentro de la movilización fue Altaquer,
el bloqueo afectó a un total de trece municipios en el departamento y
contó con el acompañamiento de la iglesia Católica. Los motivos del
paro incluían las demandas por la electrificación de las veredas, pero
también existía mucho resentimiento por el mal manejo de algunos mu-
nicipios, entre ellos el de Barbacoas, donde en pleno paro se produjo
una asonada que por poco resulta en la quema y destrucción total del
pueblo.

Como ya es costumbre, el gobierno salió con la excusa de siempre para


justificar su falta de respuesta ante las demandas de la gente “El Gobier-
no insistió en que el movimiento tiene móviles políticos y, además, se
22 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

mueven fuerzas extrañas. Sin embargo, el comité organizador del paro


cívico, del cual hacen parte dos sacerdotes, un ganadero, un indígena,
un profesor de Barbacoas y una concejala de Ricaurte, negaron que
tengan apoyo de la guerrilla.”17 El gobierno aprovechó el tropel para
intentar desprestigiar el movimiento, pero hay una razón más sencilla
que explica el estallido de ira entre los habitantes de Barbacoas, como
la reducción en 50% del presupuesto del municipio de un año al otro y
el no pago de los funcionarios y las otras deudas del municipio.

Inclusive, él gobernador de ese entonces, Albornoz Jurado, puso el paro


en un contexto social más amplio de los impactos de las nefastas políti-
cas del gobierno anterior de César Gaviria. “Según Albornoz, este ma-
lestar es la consecuencia de las pésimas administraciones municipales
y departamentales pasadas. Además, las gentes de Nariño quieren mos-
trar su inconformidad por los efectos sociales y económicos que dejó la
apertura bajo la presidencia de César Gaviria Trujillo, que fue nociva
para los intereses nariñenses.”18 El mismo periódico El Tiempo publicó
un artículo unos días antes que daba fe de las verdaderas razones detrás
del paro. El diario reportó que “La alcaldesa de Barbacoas, María Lui-
sa Cortés... recordó que en 1992 cuando el entonces presidente César
Gaviria inauguró la interconexión eléctrica Pasto–Tumaco, ofreció que
todas las poblaciones del piedemonte costero resultarían igualmente
beneficiadas, pero hasta ahora no hay nada seguro. La región continua
viviendo en tinieblas.”19

Aún así, el gobierno nacional hizo todo lo posible para endilgar a los
participantes el mote de ser guerrilleros y la prensa puso su granito de
arena, recordando a la gente que el entonces dirigente del ELN Francis-
co Galán, quien se encontraba en la cárcel, había dirigido un paro pare-
cido en Ricaurte cuando él fungía como profesor de religión y filosofía
en la región en 1974.20 Ignoraban que inclusive los guerrilleros tienen
vidas antes de entrar en la guerrilla y también algunos pueden tener una
vida legal y que la gente de la zona no tiene la culpa del pasado de un ex
profesor de su zona. De todas formas, las sindicaciones no fueron sufi-
cientes para deslegitimar al movimiento y el gobierno firmó un acuerdo

17
  El Tiempo (24/06/1995) Paro Termina En Saqueo Y Pedreas En Barbacoas,
18
  El Tiempo (26/061995) Hambre Y Sed Se Suman Al Paro En Nariño
19
  El Tiempo (19/06/1995) Exigen Comisión Del Gobierno Para Levantar Paro
En Nariño
20
  El Tiempo (29/06/1995) Con Promesas, Terminó Paro En Nariño

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 23


Una mirada desde el SUR

con los dirigentes del paro. Como reportó El Tiempo los acuerdos con-
sistían en lo siguiente:

En salud, se acordó la construcción, dotación y funcionamiento de


puestos de atención en 12 resguardos. Mientras que en educación
fue establecida la construcción y dotación del colegio etnoecológico
Integral Awá, en el resguardo de Maguí.

En materia de vías será construido el trayecto Altaquer–Vegas–Fron-


tera con el Ecuador y se trabajará en el mantenimiento de caminos
veredales de la región.

Por su parte, el Instituto Nacional de Vías, anunció la entrega en el


mes de julio de 228 millones de pesos para el mantenimiento de la
carretera Junín–Barbacoas. Otros 103 millones se destinarán a los
estudios tendientes a la rectificación, ampliación y pavimentación
de esa vía. También se terminara el camino Barbacoas–Payán, al
cual le falta dos kilómetros y se requieren 100 millones de pesos.21

Hay que decir que ni siquiera hoy día, 16 años después, el gobierno na-
cional haya cumplido con la totalidad de lo que prometió a las comuni-
dades para levantar el paro. El año siguiente, el día 15 de julio, catorce
alcaldes de distintos municipios convocarían a un paro cívico, precisa-
mente por el incumplimiento y la lentitud con que el gobierno nacional
progresaba en la materia. No quiere decir que los alcaldes reivindicaran
el paro o los acuerdos de año anterior sino que hacían sus reclamos por
la falta de inversión social los cuales coincidían en algunos puntos con
los acuerdos firmados previamente. Llegaron inclusive a bloquear el
puente de Rumichaca en la frontera con Ecuador.

El MIR
Una experiencia interesante de la movilización social fue la del Movi-
miento de Integración Regional (MIR). El MIR tenía influencia en 18
de los municipios de Nariño y se desarrolló como un proceso de orga-
nización, movilización y negociación con el Estado. De algún modo,
fue el que más siguió las reglas de juego del Estado, negociando una
y otra vez, aceptando la buena fe del Estado en las negociaciones. Por
lo menos lo aceptaba públicamente, de pronto algunos dirigentes eran
  Ibíd
21

24 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

conscientes de que las excusas del Estado eran maniobras para intentar
derrotarlos con el desgaste de un proceso largo.

En febrero de 1996 se celebra la primera asamblea en Aldana donde se


funda el MIR. De allí los dirigentes se proponen desdoblar su trabajo
en los municipios y regresan al segundo asamblea en Piedrancha y más
tarde en agosto del mismo año se celebra la tercera asamblea en el mu-
nicipio de Samaniego, donde definen un pliego de peticiones para las
comunidades. Con cada asamblea crecía la influencia y el número de
delegados para llegar a celebrar en noviembre la cuarta asamblea con
más de 2.000 delegados.22

El MIR después de varias asambleas define sus posiciones políticas y


sus peticiones al gobierno y pasa a la acción. Como con toda experien-
cia reivindicativa en este país las manifestaciones del MIR chocaron
con la reacción de la Fuerza Pública. Uno de sus primeras movilizacio-
nes fue en diciembre 1996 cuando se hizo una marcha hasta Rumichaca
en la frontera con Ecuador. Se movilizó gente de distintas partes de los
municipios de influencia del MIR, pero la Fuerza Pública impidió el
paso de la gente y varias delegaciones no pudieron llegar hasta la fron-
tera.23 “En el mismo día en la ciudad de Ipiales, se observó una masiva
militarización de la ciudad, con presencia de Tanques de Guerra en el
Puente Internacional de Rumichaca.”24 Ante semejante militarización y
la imposibilidad de hacer un paro en la frontera, los del MIR tomaron
la alcaldía de Ipiales e hicieron una encerrona. Sus demandas fueron
muy sencillas, ellos exigieron la realización de “las obras pactadas al
final de una protesta de campesinos que se efectuó en junio de 1995.
Además, solicitan la ejecución de un plan de infraestructura por parte
de la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) para beneficiar a
los municipios por donde pasa el oleoducto Trasandino.”25 El MIR llegó
a un acuerdo con el gobierno y logró entregar su pliego de peticiones y
luego en febrero de 1997 comenzó el proceso de negociación con el Es-
tado. En marzo se realizó varias marchas por la ciudad de Pasto mien-
tras se instalaban las Mesas de Trabajo con carácter de Negociación.
22
  Montufar, H. (1998) op. cit.
23
  Ibíd. y testimonios
24
  Ibíd. pág. 13
25
  El Tiempo (05/12/1996) Encerrona A Alcalde De Ipiales

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 25


Una mirada desde el SUR

Sin embargo, muy pronto en el proceso el gobierno nacional mostró su


desdén por el MIR y su intención de burlarse de las comunidades.

El gobierno nacional empezó a poner obstáculos. Primero, argumentó


que no podía negociar en la ciudad de Túquerres porque “no brinda las
garantías de seguridad y comunicaciones necesarias.”26 Y, además, pro-
puso aplazar las negociaciones hasta mayo. Es chistoso que el gobierno
nacional alega razones de seguridad y comunicaciones para no poder
negociar en la ciudad de Túquerres, pues así reconoció el abandono
total en que había dejado la región. En mayo del mismo año, el MIR no
tuvo problemas para reunir 1.500 delegados en una asamblea en Túque-
rres, a pesar de la falta de seguridad y comunicaciones proferidas como
excusas por el gobierno. Más tarde en ese mes, el MIR tomó varias al-
caldías entre ellas, las de Samaniego, La Llanada, Túquerres y organizó
marchas por la ciudad de Pasto.

El gobierno no sólo obstaculiza la negociación sino que intenta crimi-


nalizar la protesta. El alcalde de Pasto, Antonio Navarro Wolf, milita-
riza la ciudad y “la marcha y la acciones fueron objeto de una aguda
represión que impidió una manifestación pública más clara al pueblo
de Nariño”.27 En esa represión participó con gusto el entonces alcal-
de “progresista” Navarro Wolff, empero, la gente de Nariño volvería a
darle su apoyo en futuras contiendas electorales a pesar de su evidente
traición. En todo ese proceso el MIR no tuvo mayor éxito en conseguir
inversión social para sus municipios. Consiguió algunos fondos para el
pago de los docentes, pero no para la inversión social.

La no consecución de recursos para los demás sectores: reforma


agraria, proyectos productivos, recursos naturales, vías, electrifi-
caciones, telecomunicaciones, agua potable, saneamiento básico,
infraestructura y dotación educativa, salud, desarrollo institucional,
deporte y cultura; debido a la intransigencia y necedad del gobierno
de no firmar actas de compromiso y de no realizar inversión social
para los municipios MIR (énfasis del original) y con la orden de
quebrantar las fuerzas de los negociadores MIR, dejó en la Base
Social una opinión de frustración...28

De hecho en todas las movilizaciones en el suroccidente de Colombia


hay un elemento constante, la poca voluntad del gobierno de ceder ante
26
  Montufar, H. (1998) op. cit. pág. 17
27
  Ibíd. pág. 20
28
  Ibíd. pág. 22

26 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

las demandas del pueblo y cumplir con su deber de facilitar condiciones


dignas de vida a la gente. Siempre han utilizado los procesos de nego-
ciación para desgastar y desmoralizar a los movimientos sociales. Y su
poco compromiso con su pueblo se ve en las cifras de las Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI). Según Montufar en “los 18 municipios
MIR en 1997 llega a 68.3%”.29 Para el año 1993 el promedio departa-
mental era 43.6% y el promedio nacional en ese entonces era de 35,8%.

Vale la pena recordar al lector que son los NBI. El Departamento Ad-
ministrativo Nacional de Estadísticas (DANE) utiliza cinco indicadores
1) Vivienda inadecuada, 2) Servicios Públicos inadecuados, 3) Hacina-
miento crítico, 4) Inasistencia escolar y 5) Alta dependencia económi-
ca. Para que una casa sea considerada como vivienda inadecuada tiene
que ser una casa bien pobre, infrahumana, de hecho como se ve en la
siguiente definición del DANE:

Este indicador expresa las características físicas de viviendas


consideradas impropias para el alojamiento humano.

Como Viviendas móviles, o ubicadas en refugios naturales o bajo


puentes, o sin paredes o con paredes de tela o de materiales de
desecho o con pisos de tierra, en la zona rural el piso de tierra
debe estar asociado a paredes de material semipermanente o pe-
recedero.30

Cuando hablamos de NBI se debe tener en cuenta que nos referimos a


personas que viven en condiciones muy básicas, infrahumanas, carecen
de lo más mínimo para una vida digna.

El MIR siguió como movimiento después del paro durante un tiempo.


Aunque era un movimiento regional y limitado a 18 municipios de los
64 que tiene el departamento, también tenía o desarrolló una visión na-
cional de la problemática del campo. Cuando se disolvió la Asociación
Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) surgieron en varias regio-
nes movimientos locales en distintas partes como Asopema en Tolima,
o el ACA en Antioquia. Estas organizaciones no tenían un vínculo na-
cional, una organización que agrupara a todos. Varias, pero no todas las
organizaciones que surgieron después de la ANUC celebraron en 1997
el Primer Foro Agrario en la ciudad de Bogotá y pocos días después
  Ibíd. pág. 38
29

  DANE, Boletín Censo General 2005, Necesidades Básicas Insatisfechas


30

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 27


Una mirada desde el SUR

se declaró la fundación del Coordinador Nacional Agrario. Aunque el


MIR también se disolvió, el CNA siguió organizando a los campesinos
en algunos de los municipios que fueron de influencia del MIR.

Movimiento Multiétnico
Una de las últimas movilizaciones grandes en el departamento de Nari-
ño fue la que convocó el Movimiento Multiétnico, que era una especie
de coordinación de organizaciones ya existentes. Dicho movimiento,
conformado por distintas comunidades colindantes con la carretera que
va desde Tumaco hasta Pasto, convocó a un paro para hacer las mismas
reivindicaciones, las siempre ignoradas exigencias para que el Estado
garantice condiciones dignas de vida a sus ciudadanos. El piedemonte
vivía una problemática particular adentro del departamento, su falta de
definición ante las autoridades. Según un otrora integrante del Movi-
miento Multiétnico, la falta de definición como región o sub–región
conllevó a un progresivo abandono por parte del Estado, pues no era ni
costa ni región andina.

En el primer comunicado del paro se hace referencia a los incumpli-


mientos del gobierno con las comunidades “queremos al final del mi-
lenio expresar nuestra más enérgica protesta y elevar un movimiento
que cierre este siglo con una gran conquista, ya que como siempre los
representantes del gobierno yanqui en nuestro país, sólo se preocupan
por tener a gusto a los grandes”31 Pusieron su movilización en el con-
texto de las repetidas engaños por parte del gobierno.

Por eso hoy 17 de octubre de 1999, nos encontramos dando inicio


a un gran paro en la localidad de Altaquer, al cual haremos en con-
junto con las comunidades tanto de Tumaco, la carretera, Barba-
coas, Altaquer, Ricaurte y varias veredas del sector, para exigir al
gobierno nacional, departamental y municipal, que se haga presente
con carácter decisorio y de solución a nuestra problemática, por-
que hemos venido siendo engañados en repetidas ocasiones. Pro-
blemas que consideramos de gran importancia en los sectores de la
Educación, Salud, Saneamiento Básico, Vías y Electrificación.32

Estos últimos puntos eran importantes para la comunidad. Como señala


un dirigente de la zona, la gente vivía en medio del abandono estatal y
aún hoy día en el 2011 hay veredas donde no llega la electricidad.
  Comunicado 001 Comité Coordinador de Paro, 17/10/99
31

  Ibíd
32

28 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Las comunidades indígenas de Camawari, campesinos de piede-


monte y parte de la costa, todo lo que tiene que ver con Altaquer,
Tumaco y Mallama con los compañeros Pastos nos reunimos en el
corregimiento de Altaquer con una finalidad básica que era tratar de
reivindicar todos los derechos que nos habían negado en turno a in-
fraestructura para el desarrollo. En ese momento en 1999 ya existía
la interconexión eléctrica, pero en Altaquer y muchos de los pueblos
de la carretera todavía no habían sido electrificados. ¿Cómo es posi-
ble que vemos los cables pasar y todavía en ninguno de los pueblos
había electricidad? Otra cosa es que el servicio de salud era muy
malo, no había ambulancias, la carretera estaba en un estado muy
deprimente. Muchas veces por la falta de ambulancias le tocaba a
uno alquilar un carro particular.33

También la cuestión de la educación era de suma importancia en las


reivindicaciones del pueblo, uno por la escasez y calidad de la misma y
también por la situación económica de los profesores. En eso coincidía
con las protestas del MIR, pues la demanda era sencilla: exigir al Esta-
do que los profesores municipales pasaran a la nomina oficial, por dos
razones, pues por un lado no había suficiente dinero en los municipios
para asumir semejante carga presupuestal y, por otro lado, los maestros
municipales eran muy mal pagados. En los años noventa los profesores
municipales recibían un sueldo equivalente entre la cuarta parte y la
mitad de sueldo mínimo vigente, según el municipio. El sindicato Si-
mana ya venía haciendo campaña para la nivelación de los profesores
municipales y departamentales.34 Así, el magisterio participó en varios
de los paros organizados por las comunidades, empero, la participación
en el MIR y el Movimiento Multiétnico no se debía al sindicato como
tal sino al trabajo de varios profesores quienes ocupaban cargos claves
en ese entonces dentro del sindicato.35

Tomaron la carretera a la altura de Altaquer, bloqueando la entrada y la


salida del pueblo, en un punto estratégico que impedía que el transporte
esquivara el bloqueo. El gobierno inicialmente no mandó a delegados
con capacidad decisorio como exigían las comunidades. Más bien in-
tentó burlarse de las comunidades y mandaron a la tenebrosa agencia
estatal de seguridad DAS a infiltrarse en la movilización. Las comu-
nidades habían organizado su propia seguridad y como en otras partes
tenían sus propios reglamentos de comportamiento y seguridad además
33
  Testimonio
34
  Testimonio
35
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 29


Una mirada desde el SUR

de su propia guardia para protegerse de los desmanes de los agentes


estatales, quienes venían señalándolos de ser enviados de la guerrilla.
Fueron los propios dirigentes de cada vereda quienes se encargaban de
organizarse según las responsabilidades y los turnos de seguridad, co-
cina, limpieza etc. En esa movilización, como en otras, la gente común
mostraba su capacidad organizativa y demostraban que el atraso de la
región no se debía a su desidia sino a las políticas estatales, incluyendo
a los supuestos representantes de la izquierda. Ellos se hospedaron en
iglesias, escuelas e inclusive en las casas de particulares. La moviliza-
ción era comunitaria e involucraba a toda la comunidad, incluyendo a
la iglesia católica, tanto que el cura tuvo que salir de la zona por ame-
nazas.36

El pliego de peticiones que redactaron para el paro contaba con la parti-


cipación de representantes de las comunidades y reflejaba la globalidad
de la problemática de la zona. Entre sus demandas se pedía que el go-
bierno nacional “vincule al situado fiscal a los profesores municipales;
que se amplié la cobertura de salud y que se construyan más hospitales
ya que en esta zona del país sólo hay tres centros asistenciales en Tuma-
co, Barbacoas y Ricaurte.”37 Pero además de estas cuestiones pedían “la
rehabilitación de la carretera entre Junín y Barbacoas, una vía de 50 ki-
lómetros que esta convertida en una trocha. Para realizar sus recorrido
los usuarios gastan entre ocho y 10 horas.”38 Valga decir que esa carre-
tera sigue siendo una trocha por donde uno puede demorar 10 horas en
recorrerla. La falta de atención del gobierno nacional a las carreteras de
Nariño es histórica. Por muchos años Nariño exportaba sus productos...

…por la vía Túquerres – Barbacoas, construida a partir de mediados


del siglo XIX siendo por mucho tiempo, el único vínculo con el
exterior... A partir de 1.924 se da un impulso importante a la cons-
trucción de carreteras en el país, pero a Nariño llegan las vías, sólo
como consecuencia de la guerra con el Perú, en 1.932, que obliga
a construir pequeños tramos de carretera destapada entre Pasto y
Popayán...39
36
  Testimonio
37
  El Tiempo (27/10/1999) Once Municipios Están Aislados Por Bloqueo A La
Vía A Tumaco
38
  Ibíd
39
  Martínez Betancourt, J. (2006) Pacífico en llamas, Realidad socieconómica de
la costa nariñense, Pasto, Universidad de Nariño pág. 96

30 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Las comunidades pedían la rectificación ante el abandono y despre-


cio histórico del gobierno nacional. Sin embargo, el gobierno no quiso
atender a todas las demandas. Empleó una estrategia de quitar varias
demandas remitiéndoles a las alcaldías y las gobernaciones, alegando
en la negociación que ellos giraban dinero desde Bogotá a esas entida-
des para dichos propósitos y que las comunidades tendrían que hablar
con esas autoridades en otro momento:

Nos faltó capacidad para negociar... Los que estaban al frente de la


negociación pues obviamente adentro de sus conocimientos estaban
haciendo un mayor esfuerzo, pero el gobierno tenía unas personas
demasiado hábiles. Otra debilidad que tuvimos es que hicimos el
paro y luego llegan los negociadores y dicen bueno pero ¿ustedes
que quieren? Entonces reunirnos y hacer un borrador con las comu-
nidades y la gente dice vea, hace falta esto, y así se iba aumentando
el pliego. Muchos de los compromisos eran que el departamento a
través de la secretaria de infraestructura apoyará la elaboración del
proyecto y se quedó en eso.40

Además, como ocurre en otras movilizaciones el gobierno logró incluir


a las alcaldías a la hora de gestionar los proyectos. Pero en este caso, las
autoridades se sentían en el mismo lado de la mesa que las comunidades
y no en el lado estatal como les correspondía. Estando las alcaldías en
el mismo lado de la mesa que las comunidades permitía al gobierno
echar la culpa de varios problemas a la misma gente. Según cuentan los
pobladores de la zona, luego de la negociación el gobierno cogía a los
alcaldes uno por uno y se dejaban comprar con proyectitos.

También los alcaldes pudieron aprovechar su papel para canalizar los


recursos estatales y sacar pecho y los proyectos “no se presentaron
como logros del paro sino del alcalde” de turno. Se había conformado
una comisión de seguimiento pero se desbarató por amenazas y así los
alcaldes pudieron utilizar esos fondos con propósitos gamonalistas y
electoralistas.

Los municipios que se movilizaron aún no han salido de la pobreza. El


incumplimiento por parte del Estado ha mantenido esos municipios en
la marginalidad, como se desprende de las siguientes cifras de las NBI
para el año 2005 de algunos de estos municipios. La situación actual no
es mucho mejor como se da cuenta al final de este capítulo.

  Testimonio
40

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 31


Una mirada desde el SUR

Tabla 1
NBI de una selección de municipios de Nariño

Municipio Cabecera Resto Total


Barbacoas 57, 64 84,44 74,87
Mallama 51,25 44,93 46,06
Ricaurte 28,39 72,07 65,91
Tumaco 48,73 48,66 48,70
Fuente: DNP www.dnp.gov.co

Varios de los municipios de la carretera tienen cifras altísimas de NBI,


muy por encima del promedio departamental de Nariño que para el
1993 llegaba a 43.6%, como ya se señaló. Es interesante notar que Tu-
maco no es el municipio con el mayor índice de NBI sino Barbacoas y
Ricaurte, con 65,91, no queda muy atrás. Las demandas por las cuales
se movilizaron siguen vigentes hoy. Aunque sin lugar a dudas si ha
habido avances, son lentos y parciales.

El Movimiento Multiétnico terminó su paro al final del mes de octubre


de 1999 justo cuando las comunidades del norte de Nariño y el Macizo
caucano comenzaron su protesta. Habría sido mejor unir los dos paros,
pero según varios dirigentes hubo dificultades en la comunicación y
coordinación de las comunidades de la carretera con las del Macizo
que dieron lugar a que se hiciera dos paros separados y no una gran
movilización unificada, inclusive la idea inicial del Cima era que se
movilizara gente de Valle de Cauca y también del Putumayo, pero eso
tampoco se pudo realizar.41 Sin embargo, delegados de Ricaurte hicie-
ron presencia en Galindez e hicieron aportes de comida para sustentar
el paro del Macizo. Al final de cuentas se movilizaron por lo mismo.

El Paro de 1999 en el Macizo Colombiano


En noviembre 1999 más de 40.000 campesinos tomaron la Panameri-
cana bloqueándola en dos puntos principales, en Galindez en el sur del
departamento de Cauca y en El Cairo, municipio de Cajibío, cerca de la
capital caucana. Para entender ese paro se deben tener en cuenta varios
factores que se vienen desarrollando desde mucho antes. Igual que Na-
riño, Cauca es un departamento con una larga historia de lucha desde

  Entrevista, Rober Daza, Cima, Mayo 2011


41

32 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Contrastes en las montañas de Nariño

La mirada desde la esperanza - niña indígena del Cauca

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 33


Una mirada desde el SUR

los tiempos de Manuel Quintín Lame y antes. Aunque en el imaginario


popular se asocia mucho a las luchas de los indígenas, las luchas princi-
pales de las últimas décadas del siglo XX fueron de los campesinos más
que los indígenas y la lista de dichas luchas es bien larga.

En el 85 se realiza el primer paro de Bolívar que culmina con la


firma de acuerdos, en el 86, el corregimiento de Sucre (municipio
de Bolívar), realiza un paro que culmina con firma de acuerdos; en
el 87, marcha de campesinos de Santa Rosa con apoyo del corregi-
miento del Rosal, es detenida en Guachicono firmándose acuerdos
con el director del PNR (Plan Nacional de Rehabilitación); en ese
mismo año se presenta una marcha de campesinos de Almaguer en
apoyo a la movilización de Santa Rosa, detenida por la Policía en
La Vega, se firman acuerdos; en 1988 paro en Bolívar por el in-
cumplimiento de los acuerdos firmados así como la suma de más
necesidades, en ese mismo año se realiza la marcha hacia Popayán
por el incumplimiento de los acuerdos de Guachicono; en el 89 los
campesinos de Almaguer se toman la cabecera municipal del muni-
cipio tratando de buscar la vinculación de toda la población munici-
pal en el proceso organizativo y búsqueda de soluciones a la difícil
situación, se crea una Coordinadora Campesina, primer embrión or-
ganizativo del macizo colombiano, encargado de convocar a la po-
blación del municipio a las diversas acciones; en el 90 se presentan
el primer y segundo cabildo popular (abril y noviembre respectiva-
mente), del municipio de Almaguer, se dan los primeros pasos para
la creación del Movimiento de Integración del Macizo Colombiano
(particularmente en le segundo cabildo).42

El Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA) nació en


medio de estos procesos de lucha fue el principal convocante del paro
de 91 que cortó la panamericana a la altura del municipio de Rosas,
donde movilizaron unos 40.000 campesinos. Previo a este paro, el 17 de
abril del 91 el batallón José Hilario López adscrito a la tercera brigada
detiene una chiva que se movilizaba de los Uvos el corregimiento de
Piedra sentada, Patía, adonde acudían los campesinos para comerciali-
zar sus productos y proveerse del mercado. En el sitio Puente de Hie-
rro la aborda una patrulla del ejército haciéndose pasar por miembros
del ELN, la regresan hacia los Uvos y en el trayecto hacen bajar a los
campesinos que allí viajaban, los hacen tender, masacran a 17 de ellos
y luego le prenden fuego. Esta masacre ocurre cuatro meses antes de la
movilización en la que se denunció la participación directa de la Fuerza

  Novoa, E. op. cit. pág. 175


42

34 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Pública. Un año después, y ante la presión nacional e internacional el


gobierno y el ejército nacional se ven obligados a reconocer su auto-
ría. Ese fue el contexto del primer paro donde protestaron contra la
violencia económica y militar.

Con el primer paro (91) se ‘institucionaliza’ la toma de la Pana-


mericana como mecanismo más eficaz para obtener una respuesta
a las demandas, el proceso anterior había dejado en claro que sólo
generando una fuerte presión se podía lograr el objetivo de negociar
directamente con el gobierno nacional. La vía Panamericana es la
arteria del centro hacia el suroccidente del país, un paso obligado
para el flujo de mercancías y pasajeros. 43

Bien puede ser cierto que se institucionalizó, aunque la idea de toma


de carreteras no era nueva ni tampoco algo particular al suroccidente
del país. Empero, desde entonces las comunidades han vuelto una y
otra vez a cortar el flujo de tráfico en esa vía. La presión que eso ejerce
sobre el Estado es indudable, pero esas batallas se ganan sobre la vía
y se pierden parcialmente en las negociaciones y a veces se pierden de
todo en la ejecución de lo acordado. El paro de 91 no era diferente en
este aspecto. El gobierno les incumplió y las comunidades volvieron a
amenazar con cortar la vía para obligar el gobierno a negociar de nuevo.

El gran paro del macizo en 1999 se debía en gran medida al incumpli-


miento de los acuerdos del 91 y 96 y los retrocesos experimentados en
materia social. Para las fechas del paro del 99 se calculaba que 73%
de la población del Macizo tenían NBI. Pero el gobierno colombiano
no sólo incumple lo pactado en las movilizaciones sino inclusive ha
incumplido lo pactado en situaciones de desastre humanitario, como
fue la avalancha de Páez que impactó duramente a las comunidades
indígenas en Inzá, cerca de la frontera entre Cauca y Huila, como bien
señala el diario El Colombiano “Ni siquiera la Ley Páez creada para be-
neficiarlos tras el terremoto y la avalancha de 1994 mejoró su situación.
Para colmo los recursos quedaron en el norte favoreciendo a empresa-
rios valle–caucanos y otros sectores de la población que no padecieron
el rigor de la tragedia.”44

El mismo gobernador de Cauca, César Negret, en una carta enviada al


gobierno nacional en julio 1999 advertía de la posibilidad de una retoma
de la Panamericana por parte de los campesinos, explicando que no se
  Ibíd. pág. 196
43

  El Colombiano (25/11/1999) Separata, Sin ruta al SUR


44

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 35


Una mirada desde el SUR

Grupo de Musica de Lerma, Cauca.

había hecho hasta ahora por la buena disposición de las organizaciones.


“Hasta ahora hemos contado con la buena voluntad de esta organiza-
ción campesina [Cima] para mantenerse en la vía de negociación, pero
ante la carencia de una respuesta clara de parte del Gobierno nacional,
con todo seguridad se irán de nuevo a las vías de hecho.”45 La carta se
mandó después de una reunión en Bogotá entre el gobierno nacional y
el Cima. Aunque quizás no lo vieron así en el momento, Cima estaba
haciendo un último intento de evitar un paro, pero el gobierno no les
dejó más remedio que lanzarse a las vías de hecho. Como afirma uno de
los dirigentes del paro “A la gente, a los dirigentes no se puede mentir, a
ellos se decía mire hay esta propuesta en el sur de Cauca y norte de Na-
riño de hacer un paro para exigir al gobierno el cumplimiento de acuer-
dos y la inversión para algunas necesidades en la zona y la única vía que
hay en este momento para lograr un diálogo con el gobierno nacional
es a través de una vía de hecho que es la toma de la Panamericana.”46

En el paro de 1999, Cima hizo un esfuerzo en búsqueda de la unidad.


Desde el principio buscó contactos con distintas organizaciones como el
Movimiento Campesino de Cajibío, Movimiento Comunal de La Vega,
Anuc–Ur y Fensuagro. También participaron otros sectores distintos a
los campesinos, entre ellos los profesores agrupados en el sindicato de
magisterio Asoinca.
45
  Carta de Negret al ministro del Interior 21/07/1999 citado en Cambio
(22/11/1999) Obstáculo en la vía.
46
  Entrevista Rober Daza op. cit.

36 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

De alguna forma la inclusión de estos grupos fue planificado, pero el


contenido y la coyuntura de la movilización, de la fuerza que fue co-
giendo la movilización ganó enorme simpatía en varios municipios
que fueron llegando día a día uno a uno a la movilización, decían
venimos con estos 300 compañeros, venimos con esta comida, nece-
sitamos que nos acepten, venimos del municipio tal o cual y fueron
quedándose en la movilización.47

Esta unidad fue muy importante para la movilización y quedó plasmada


en el equipo negociador que luego viajaría a Bogotá, integrado por Víc-
tor Collazos del Cima, Fernando Vargas de Asoinca y Huber Ballesteros
de Fensuagro. Era lógico que participaran más sectores, pues al final de
cuentas las problemáticas sociales en Cauca y Nariño no sólo afectaban
a los campesinos sino a todos aquellos que vivían en la región:

Una mirada desde Suárez - Cauca

  Entrevista, Miguel Hernández, Cima y el CUT, febrero 2011


47

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 37


Una mirada desde el SUR

Desde Asoinca veníamos analizando la situación, que el derecho a


la educación se venía paulatinamente perdiendo por efectos de la
política neoliberal y en el caso de Cauca se venía arremetiendo con
el fenómeno de querer privatizar este sector. En ese sentido la admi-
nistración de Cauca había sacado un decreto con lo cual iniciaba a
hacer lo que hoy se llaman núcleos escolares que era fusionar cole-
gios con escuelas con el fin de reducir la planta de personal y racio-
nalizar los recursos. Nosotros veíamos supremamente grave dejar
aplicar esa política y coincidió con que otras organizaciones herma-
nas de campesinos, de sindicatos veníamos discutiendo la necesidad
de unificar una lucha en torno a una serie de problemas que venían
afectando a todo el sector. Nosotros vimos factible incluir en esa
unidad el problema de la educación y nos vinculamos al movimiento
bajo la premisa que se derogara un decreto departamental con que
iba racionalizar y privatizar el sector.48

Así como existía una unidad en padecer los problemas, urgía la necesi-
dad de unidad de acción, pues si la calidad de la educación es deficiente
es un problema no sólo para los campesinos sino también para los pro-
fesores. De la misma manera, el deplorable estado de las carreteras no
sólo afecta a la capacidad del campesino de sacar sus productos, sino a
la facilidad para trasladar enfermos, tenga la profesión que tenga, al hos-
pital. En el mismo sentido que Asoinca, se pronunció Fensuagro frente
a su participación en la movilización.

Fensuagro llega la coordinación de la movilización social del suroc-


cidente de 1999 a partir de un paro que realizamos en los municipios
del norte de Cauca, de Mirando y Corinto, más o menos en los meses
de junio o julio para plantear al gobierno local y departamental unas
exigencias de las comunidades campesinas de la zona que tenían que
ver con inversión social en obras de infraestructura vial, de educa-
ción, salud y electrificación y también en respuesta a la política de
erradicación forzada que se venía implementando en otras partes del
departamento de Cauca. Allí llegaron los compañeros de la CUT, es-
pecíficamente Miguel Fernández de la CUT y del Cima y a partir de
entonces nos invitaron a participar en esa jornada de movilización.49

Luego hacia el final de la movilización el Concejo Regional Indígena de


Cauca (Cric) se sumó al paro. No es para minimizar su participación ni

  Entrevista, Fernando Vargas, presidente de Asoinca, febrero 2011


48

  Entrevista, Huber Ballesteros, actual Vice Presidente y entonces Secretario Ge-


49

neral de Fensuagro Marzo 2011.

38 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

poner en duda su tardía decisión, pero se debe recordar que el paro fue
principalmente de campesinos, maestros y comunidades negras. Algu-
nos autores como, Joan Rappaport, han hablado erróneamente del paro
como un paro indígena. No se hace ningún favor exagerando ni mini-
mizando su participación en el paro. El mismo acuerdo con el Estado
hace un reconocimiento de todas las organizaciones que participaron.50

La unidad era una clara ventaja, pero el paro como tal requirió meses
de preparación y organización. Las organizaciones estaban a la altura,
pues movilizaron a más de 40.000 personas durante 27 días, dándoles
de comer, organizando el aseo, la cocina, la seguridad y manteniendo la
disciplina de los participantes prohibiendo el consumo de alcohol y res-
tringiendo el acceso a las zonas donde estaban acampados y vigilando
que no se metieran infiltrados. Cuando hay grandes movilizaciones los
medios y el gobierno siempre sale con el cuento que están infiltradas
por organizaciones al margen de la ley. Sin embargo, las únicas pruebas
de infiltración no son de subversivos sino de la Policía y paramilitares.
Al igual que en el caso de Altaquer, en Nariño, la Policía intentó infil-
trar la movilización quizás con el fin de provocar algún acto violento
o inclusive cometer algún acto delictivo y luego responsabilizar a los
campesinos.

Los manifestantes cortaron la Panamericana en dos puntos, El Cairo,


municipio de Cajibío y Galindez, municipio de Mercaderes. En ambos
puntos los organizadores pudieron detectar a los infiltrados estatales.
Crearon una especie de cárcel para los policías donde guardaron los
infiltrados o los que cogieron en los tropeles. Inclusive llegaron a ne-
gociar con el Estado la entrega de campesinos detenidos por policías y
como dijo un dirigente de la zona “creo que fue el primer intercambio
humanitario en Colombia”51 Las comunidades pudieron demostrar su
poder y su capacidad de organización en los tropeles, en la toma de la
carretera y en su disciplina. “La movilización fue muy positiva, vale
por mil talleres en cualificación de la gente, la gente recibió una cuali-
ficación en la parte de la defensa del territorio, en la parte organizativa,

50
  Son en orden del acuerdo Cima, Asoinca, Movimiento Cívico y Popular de
Cajabío, Asocomunal La Vega, Fensuagro, Movimiento Comunal de Balboa, Mo-
vimiento del Norte de Nariño, Acaceva del Centro del Valle, ANUC-UR-Cauca,
Fecootrascanar y Comité de Paro de Patía. Cada uno de estas organizaciones apa-
rece como firmante de los acuerdos, no obstante pueden haber participado otras
organizaciones en el paro.
51
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 39


Una mirada desde el SUR

en el relacionamiento político con


el Estado”52 e inclusive montaron
su propia emisora de radio duran-
te el paro, Achichui Estéreo, cuyo
nombre indica cierta influencia de
los nariñenses en el paro. Cuan-
do se pregunta a los participantes
muchos tienen muy buenos re-
cuerdos, de la solidaridad, de la
camaradería, de sentirse empode-
Cascada, La Cantera, Municipio de La Vega

rados, de haber tomado el control


de sus vidas y sus comunidades,
de no temer a la Fuerza Pública
sino de hacerles a ellos respetar
a los campesinos o atenerse a las
consecuencias de intentar impo-
nerse a punto de bolillo y gases.
Uno de ellos contó como duran-
te mucho tiempo lloraba cuando
pasaba por Galindez, añorando
la solidaridad, la camaradería y
la lucha. Empero, las élites, so-
bre todo en Popayán, entraron en
choque al ver lo que pudieron hacer las comunidades y como pusieron
en jaque al Estado, como demuestra el tono y contenido de muchos
artículos de prensa, sobretodo en El Liberal, periódico publicado en
Popayán.

El primero de noviembre comenzó el paro y la toma de la Panamericana


y la respuesta inicial del Ministro del Interior, Néstor Humberto Martí-
nez, fue declarar que no negociaría bajo presión y no podía aceptar vías
de hecho. No demoró nada en mandar a la Policía a intentar desalojar
por la fuerza, o sea bajo presión, a los campesinos. Tomaron el punto de
El Cairo como escenario para romper el bloqueo por dos razones, uno
había menos gente allí que en Galindez donde se reunían unos 27.000
personas y les era más importante comunicar Popayán con Cali que el
resto del país con Pasto o Ecuador. Su intento de desalojo fracasó.

  Entrevista a John Henry González, Movimiento Campesino de Cajíbio, febrero


52

2011

40 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

El segundo día comenzó la confrontación. Entró La Policía y el Es-


mad quemando alimentos, quemando los campamentos La Policía
entra por el sur y allí está la gente y al encontrarse con la gente ellos
empiezan a enviar gases lacrimógenos y a romper el cerco que se
había hecho y avanzar. Entonces en el avance la gente empieza a
retroceder y dejar los campamentos ya instalados. En esos primeros
campamentos ellos los cogen y queman todos los alimentos, plásti-
cos, la ropa de la gente, las ollas, todo eso quedó vuelto nada... Lue-
go la gente empieza a reaccionar y estuvieron las mujeres al frente
de la primera reacción, trayendo piedras, agua, y luego se descubre
que el agua miel o sea el agua con panela sirve mucho contra las
gases... Al principio fueron muy pocos, porque al principio la gente
no coge la confianza para confrontar. Hay un momento en que se
genera esa confianza y es cuando La Policía detiene a unos campe-
sinos y la reacción de la gente cuando detienen a los compañeros
logran detener a dos policías. Luego se hace una negociación y se
logra que ellos suelten a los campesinos y se entrega a esos policías
a la Defensoría del Pueblo. Ese hecho de la detención de los policías
y ver que la gente sí podía contener a La Policía, porque una cosa
es entrenar para eso en la vereda, pero no es lo mismo cuando uno
enfrenta a La Policía y tiene los gases encima.53

La resistencia histórica desde el Sur - Estatua del prócer Antonio Nariño encapuchado

  Testimonio
53

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 41


Una mirada desde el SUR

Después del fracasado ataque violento contra los campesinos ordenado


por el entonces gobernador de Cauca, César Negret, El Liberal salió
con el titular inflamatorio Sitiada Popayán54 expresando el temor de
los élites. La ciudad no estaba sitiada, los manifestantes no habían de-
clarado la guerra a la ciudad. De hecho, todo lo contrario, recibieron
mucho apoyo de la población de Popayán, incluyendo el suministro de
alimentos. A tal grado llegó el apoyo que cuando los tres negociadores
intentaron viajar a Bogotá para negociar con el Estado encontraron el
camino al aeropuerto bloqueado por los mismos habitantes de la ciu-
dad y ¡tuvieron que entrar al aeropuerto en un helicóptero de la Policía
primero para poder coger el avión a Bogotá!55

El Liberal también tuvo que mostrar las imágenes del canje de policías
por campesinos, pero lo aprovechó para hablar de una infiltración por
parte de la guerrilla en la toma y el mismo titular Gestos de paz en la Pa-
namericana conllevaba la idea de una guerra.56 Después del intento de
desalojo se reforzó la seguridad formando equipos “Había un hora de
seguridad al día en que se cogía a la gente por sorpresa y se decía ‘hora
de seguridad’ y todos tenían que ir al cambuche. Y al que se le detenía,
había un sitio de detención y se le investigaba al máximo y hasta que
no se encontraba varias personas que dieran razón de quien era, no lo
soltaban.”57 Y los campesinos tenían muchas razones para tomar tales
medidas, no sólo cayeron en sus manos los dos policías mencionados
sino en Galindez detuvieron a dos soldados y varios paramilitares que
intentaron infiltrarse en la movilización.

El día siguiente del intento de desalojo el Ministro del Interior viendo


el fracaso de la acción policiva, dio marcha atrás y se anunció que una
comisión de diálogo llegaría a la zona a la vez que los gremios, la ar-
quidiócesis y el alcalde emitieron una declaración pidiendo que “una
comisión de alto nivel del gobierno nacional se haga presente en el
departamento a la mayor brevedad posible para comienzo a un proceso
de diálogo sin prerrequisito distinto a trabajar sobre el cumplimiento de
los compromisos que el Estado ha venido adquiriendo...”58
54
  El Liberal (4/11/1999) Sitiada Popayán
55
  Entrevista Víctor Collazos, Cima junio 2011
56
  El Liberal (04/11/1999) Gestos de paz en la Panamericana,
57
  Texto de ponencia de John Henry González (xerox)
58
  El Liberal (05/11/1999) Hoy, llega comisión,

42 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Pero la llegada de una comisión de negociación creó sus propios proble-


mas para los organizadores del paro, pues no tenía el pliego final para
presentar al gobierno. Se había hecho algo de trabajo sobre el pliego
pero no era completo, faltaban muchos detalles de varias comunidades.

Había unos equipos de trabajo planteándose la formulación del plie-


go. El pliego fue muy dispendioso, fue quizás una de las equivoca-
ciones que ningún movimiento social debe repetir... y es que el plie-
go se hizo en la Panamericana, el pliego no se hizo antes. Es un error
porque a los cuatro días el gobierno nacional estaba allí presente
con funcionarios de alto nivel no pudimos iniciar las negociaciones
porque nosotros estábamos enredados en la discusión del pliego. El
gobierno nos llevaba una ventaja en ese sentido, nosotros teníamos
otra ventaja, era tal la cantidad de gente movilizada, tan fuertes los
bloqueos que estaban dando en el sitio de Galindez, El Pilón y en El
Cairo que pudimos tomar el lujo de tomar el tiempo que nos diera la
gana porque el gobierno intentó un desalojo en el sitio de El Cairo,
Cajibío y no pudo. Digamos que era tal la fortaleza por la cantidad
de personas y la decisión de esas personas de llegar hasta las úl-
timas consecuencias con tal de conseguir una negociación con el
Estado que eso jugó a nuestro favor. Pero uno podría decir que nos
sometimos a un desgaste innecesario de unos diez días.59

De hecho una de las personas encargadas de juntar las distintas propues-


tas en un sólo pliego habla del caos reinante. “Si en 96 había un par de
celulares entre todos, en el 99 tampoco había muchos computadores”
y encima no todo el mundo manejaba Excel y entonces tocó hacerlo en
Word y sumar el valor de todos los proyectos manualmente, pero luego
viene una comunidad con una propuesta adicional o a quitar algo que
ya se había incluido y tocaba sumar y restar todo de nuevo.¨60 Mientras
se formulaba el pliego, los organizadores se dedicaron a discutir y ne-
gociar temas más amplios como son la reforma agraria, las leyes sobre
los recursos naturales, o sea, parte de las reformas legales. Empero, el
gobierno no quiso llegar a acuerdos sobre estos temas alegando que no
eran de su competencia sino del Congreso de la República. Si bien es
cierto que el Congreso es quien decide sobre las leyes del país, también
es cierto que a pesar de todo la hipérbole sobre la separación de poderes
en Colombia, la realidad es que el Congreso es un adjunto del ejecutivo,
o sea del Presidente de turno y además nada impide que el Presidente
de la República pida a sus ministros que presenten los proyectos de ley
  Entrevista, Huber Ballesteros op. cit.
59

  Testimonio
60

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 43


Una mirada desde el SUR

Almuerzo Escolar, Cauca

Guardia indígena

44 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

que le convenga o considere oportunos. Realmente faltaba voluntad po-


lítica y ya era una clara señal que el propósito del gobierno al negociar
no era cumplir con las comunidades sino poner fin a la movilización al
menor costo político y económico posible. Esa actitud ha sido lo único
constante en todas las movilizaciones en Nariño y Cauca. Aunque valga
aclarar que dadas las urgentes necesidades de los campesinos muchos
de ellos piensan en lo concreto, en reivindicaciones de satisfacción in-
mediata y no en lo político. Pero de todas formas, el problema para el
Estado era que no estaba dispuesto a ceder en materia de políticas. Los
campesinos ya habían tenido otra experiencia en el 96. Víctor Collazos,
uno de los negociadores del paro del 99 explica que el gobierno se mos-
tró muy defensivo cuando se intentaba tocar la cuestión de políticas pú-
blicas y que en el 96 se propuso, ante los argumentos del Estado de una
falta de presupuesto de acordar un porcentaje de regalías o otro rubro
para ir superando las problemáticas de la zona, pero según él, el gobier-
no no estaba dispuesto a ceder.61 Una cosa es pedir un desembolso de
plata, otra cosa es tocar la política y exigir la participación del pueblo
en la formulación de políticas de largo aliento.

Los pliegos siempre han sido muy problemáticos para las comunidades,
algo que se trata más adelante cuando se aborde el tema de la valoración
del paro de 1999. Sin embargo, valga decir que el gobierno en las nego-
ciaciones impone condiciones técnicas en la formulación de propuestas
(por no decir proyectos) que son de difícil cumplimiento, pues muchas
veces las comunidades y sus organizaciones carecen de la capacidad
técnica y el gobierno aprovecha esa situación para devolver la respon-
sabilidad a ellos mismos. Es como si una comunidad pide un programa
de alfabetización y el gobierno dice listo, pero primero queremos que
los analfabetos nos hagan un escrito de 50 páginas explicando lo que
motiva su petición. Es absurdo. Es también absurdo pedir que los cam-
pesinos se encarguen de la formulación técnica de proyectos que en úl-
timas instancias son responsabilidad del Estado. Empero, así lo hizo
el Estado y además argumentó pobreza para regatear sobre los montos
finales del acuerdo. Sin embargo, el problema real es de fondo y no es ni
económico ni de coyuntura presupuestal como se dijo en un artículo de
la revista Cambio “Según el Ministerio del Interior, los más de 800 mil
millones de pesos que exigen los campesinos representan la cuarta parte
de la inversión pública, y lo que piden para reforma agraria – 300 mil
millones de pesos – significa tres veces el presupuesto del Ministerio de
Agricultura para el año 2000.”62
  Entrevista Víctor Collazos, op.cit.
61

  Cambio (22/11/1999) Obstáculo en la vía, op. cit. pág. 48


62

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 45


Una mirada desde el SUR

Esos argumentos son falsos. Por un lado la suma de 800 mil millones
no era para gastar en un sólo año, pues no más con pavimentar el anillo
vial del Macizo demorarían años. O sea no era la cuarta parte de ningún
presupuesto de nada. Actualmente, el gobierno nacional está empeñado
en construir una infraestructura para facilitar el despojo por parte de
las empresas mineras extranjeras y la cuestión del monto ya no tiene
la misma importancia ni representa la misma dificultad para el Estado.
La diferencia entre los campesinos y las multinacionales radica en que
estas son bien considerados por el gobierno, inclusive en varias de esas
empresas figuran personajes como Juan Carlos Santos, primo del actual
presidente y María Consuelo Araujo, la ex canciller de Uribe, cuyos pa-
rientes están siendo procesados por nexos con los paramilitares. Ambas
personas trabajan para la empresa canadiense Gran Colombia Gold.

Frente al tema de la reforma agraria, la falta de presupuesto para dicho


fin dice más de la falta de voluntad y los intereses particulares de clase
de los políticos. Según un estudio publicado en el 2003, poco años des-
pués del paro, apenas 3.639 personas eran dueñas de 2.519 predios ru-
rales, sumando 31.631.308 hectáreas del total de 67.584.916 hectáreas
que hay en las zonas rurales, es decir el 47% de la totalidad de los pre-
dios rurales privados están en manos de 0.1% de los propietarios rura-
les.63 Eso representa más de la cuarta parte de todo el territorio nacional
y el tamaño promedio de esas fincas ascendía a 12.000 hectáreas! Allí
está el problema, no es de dinero. Uno se pregunta en caso de una refor-
ma agraria ¿cuántas hectáreas de tierra tendría que entregar el entonces
presidente Andrés Pastrana? O sus amigos personales y políticos. Uno
de los problemas en esa clase de negociación es que a veces se pierde de
vista los aspectos generales y políticos. Nunca hubo un problema real
de presupuesto en ninguno de los paros de Nariño y Cauca sino uno de
fondo y sobre el cual ninguna autoridad iba a ceder. Muestra de ello es
que el gobierno de Pastrana en el mismo año del paro llegó a un acuer-
do con el gobierno de los EE.UU. de implementar el ya infame Plan
Colombia. Por supuesto, una parte de ese dinero provenía del exterior,
pero el costo total que proyectaba Pastrana eran U$ 7.588 millones de
dólares, de los cuales 48.5% provenía del erario colombiano, unos U$
3.665,63 millones de dólares, que superaba con creces lo que pedían
los campesinos de Cauca y Nariño. Si aplicamos la tasa de cambio del
dólar de ese año, encontramos que el Plan Colombia iba a costar al pre-
supuesto general de la nación la suma de 6.446.303 millones de pesos,

  Martínez, Y. (2003) La tenencia de la tierra en Colombia, Sociedad Geográfica


63

de Colombia. (copia electrónica)

46 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

ocho veces más de los 800 mil millones de pesos que proponían los
campesinos para arreglar problemas sociales y de infraestructura en los
dos departamentos. Dicho de otro modo, dinero para erradicar la coca
y amapola había, pero no para erradicar la pobreza que empujaba y
aún empuja a los campesinos a sembrar esos cultivos, pues para eso no
hay, para eso siempre falta y siempre hay motivos presupuestales. En
ese programa de Pastrana había un componente social, que consistía en
proyectos asistencialistas bajo el cargo de lo que hoy se llama Acción
Social. Dichos proyectos no corresponden a las necesidades reales de la
gente y se prestan con fines electorales.

En las negociaciones, el gobierno intentó meter cosas ya presupues-


tadas, como si fueran una concesión al paro, cuando en realidad eran
rubros que se iban a gastar de todas formas. También siguió llorando
pobreza frente a los reclamos de la comunidad. El viceministro del Inte-
rior Jorge Mario Eastman declaró a la prensa que “Hemos tratado de ser
responsables y sinceros diciéndoles a los dirigentes de la protesta que
no hay más plata en un escenario financiero como el de hoy... aunque
hemos raspado la olla.”64 Aún así el Estado estaba preparando firmar
un acuerdo con los dirigentes en ese mismo instante por una cifra algo
superior a la que arrojaba Eastman.

El gobierno firmó unos acuerdos con los campesinos y los maestros por
la suma de 100.500 millones de pesos. Era una suma muy inferior a lo
que pedían los campesinos. La reducción en la suma luego crearía pro-
blemas para las comunidades. Pero inicialmente estaban muy contentos
por terminar un paro largo y obligar al gobierno a negociar y darles la
razón en el sentido de reconocer que han sido abandonados por el Esta-
do. Así lo expresó un campesino de la zona al periódico El Liberal. “Por
fin vamos a volver tranquilos a la casita. Hoy sabemos haber vivido 26
días a la intemperie tuvo su recompensa con triunfos importantes para
la comunidad del sur del país.”65 Esperaban mejorar su penosa situa-
ción, como explicó otro campesino “En la vereda vivimos todavía con
velas porque no hay electricidad. En cuanto al agua, ni hablar porque no
hay suficiente, y cada vez es más poca.”66

Nada más acabar el paro, varios medios y políticos intentaron aprove-


char la victoria parcial de las comunidades para hacer suya la victoria

64
  El Liberal (23/11/1999), No se pueden inventar recursos.
65
  El Liberal (27/11/1999) De regreso a casa
66
  Ibíd

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 47


Una mirada desde el SUR

“La escalera”, transporte de la región llevando a la Guardia Indígena - Cauca

o endilgar a otros la responsabilidad por el paro y su impacto económi-


co en la región. El Liberal arrancó con un artículo cuyo titular rezaba
¡Despeje! Dicho escrito periodístico afirmó que “El acuerdo tiene un
costo de $100 mil 500 millones, pero las pérdidas para el sector produc-
tivo del país superan fácilmente los $600.000 millones.67 Ante todo hay
que tener claro que nadie explicó cómo llegaron a esa cifra y la insinua-
ción es que si los campesinos no se hubiesen movilizado, el país tendría
casi seis veces la suma acordada. Empero, la cifra no es real. Si hay
costos, y algunas empresas que tuvieron muchas dificultades, pero en
muchos casos sus ventas están represadas, luego se ejecutan. De todas
formas, el verdadero culpable era el gobierno nacional quien incumplió
los acuerdos de 91 y 96.

Negret Mosquera, el Gobernador, quien autorizó el intento de desalojo


por parte de la Fuerza Pública en El Cairo cambió de tono hacia el final
de la movilización. Llegó a la mesa de negociación en Galindez e in-
tentó sentarse en el mismo lado de la mesa que las comunidades. Un re-
presentante de Fensuagro objetó su presencia allí, aduciendo que como
Gobernador su lugar en la mesa era al lado del gobierno nacional.68
  El Liberal 26/11/1999 ¡Despeje!
67

  Entrevista Huber Ballesteros op. cit.


68

48 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Luego del acuerdo Negret hizo declaraciones que dieron a entender que
él no tenía nada que ver con la situación del campesinado del Macizo y
los profesores:

Para el Gobernador del Cauca, César Negret Mosquera, “nada hay


que celebrar”, porque– explicó –se pudieron evitar las pérdidas – se
calculan en $600.000 millones – ocasionados por el paro, si el go-
bierno nacional hubiese sido, desde un comienzo, “más diligente en
la resolución del conflicto.69

Como todos los políticos caucanos, Negret era un experto descarado


en presentarse como lo que no era. Si realmente pensaba lo que dijo
al final, ¿por qué mandó a la Fuerza Pública desalojar a la gente de la
panamericana?, ¿por qué no se puso al lado de ellos en la carretera?

El paro había terminado y como buitres cayeron sobre el cadáver para


ver quien se llevaba el hueso más grande. El acuerdo era problemático,
se acordó una cifra muy inferior a lo pedido y realmente no se pudo
esperar que los desembolsos satisficieran las necesidades de todas las
comunidades. El gobierno había perdido una batalla muy grande pero
iba a ganar la revancha. Como reconoció la revista Semana: “En apa-
riencia el gobierno entró a negociar tarde y terminó cediendo a manos
de un paro. Pero en realidad lo que la comisión negociadora obtuvo
fue su levantamiento a cambio de unos recursos que no desbordan el
presupuesto oficial y que no van más allá del cuatrienio Pastrana.”70
Además el gobierno tenía un As bajo su manga, El Incumplimiento. Lo
dicho está dicho y lo acordado está acordado pero ¿quién obliga al go-
bierno cumplir?, teniendo en cuenta que el incumplimiento es la carac-
terística más constante de todos los gobiernos colombianos, liberales,
conservadores y uribistas.

El incumplimiento creó tensiones entre las mismas comunidades, pues


algunas recibieron lo que pidieron, o una parte notable, y otras no. Se
acusan entre sí de corrupción o favoritismo. Existía un acuerdo entre las
organizaciones participantes sobre cómo repartir las inversiones pro-
metidas. Se hizo un cálculo sobre cuánta gente de cada parte participaba
en el bloqueo, durante cuánto tiempo y a qué distancia de la carretera se
encontraban. Por ejemplo, 500 personas de una zona a 12 horas
de camino se valoraba más que 500 personas que vivían al lado de la
  El liberal (26/11/1999) op. cit.
69

  Semana (29/11/1999) Las lecciones del paro pág. 38.


70

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 49


Una mirada desde el SUR

carretera. Según Fernando Vargas de Asoinca este acuerdo no se cum-


plió. Está más allá de la capacidad de este libro calcular hasta qué punto
se cumplió o incumplió el acuerdo entre las organizaciones, pero está
fuera de duda, por las razones que sean, que algunas comunidades reci-
bieron más que otras. En parte es lógico, pues en el acuerdo se asignan
$4.000 millones para la electrificación. La electrificación es intensiva
en capital. Para electrificar una sola vereda se requiere una cantidad
mínima de dinero. Como el gobierno nunca desembolsó todo el dinero,
pues se queda con menos, pero no se puede repartir por partes igual ese
dinero. Se comprometió a desembolsar la misma cantidad de dinero
para los proyectos de acueducto y alcantarillados y pasa lo mismo. Si se
reduce el monto de dinero no se puede repartir por partes iguales lo que
queda. No se puede poner 10 metros de tubo en cada parte, hay que aca-
bar un tramo por completo, aun si eso quiere decir que no se comienza
en otro municipio. Existe un piso presupuestal y si con menos dinero se
hace un proyecto en una zona, quiere decir que en otras partes no habrá
nada, pues no se puede electrificar un poquito, se hace o no se hace.
Entonces, algunas comunidades miraron como los proyectos llegaron
a unas partes pero no a todas, un engaño incluido en el mismo acuerdo.

Además, existía un problema con el texto del acuerdo que le permitía


al gobierno incumplirles a las comunidades. Por ejemplo, frente a la
adecuación de tierras el acuerdo dice:

Previa aprobación (la negrilla es nuestra) de ajuste al crédito BID


de 140 millones de dólares y presentación de proyectos técnica y
económicamente viables, se asignarán entre 2000 y 2002 a través
del INAT, $1.000 millones para construcción de pequeños Distritos
de riego. Así mismo (sic), se asignarán $1.000 millones en este pe-
ríodo para la adecuación de pequeños distritos.71

Las palabras claves aquí son previa aprobación. Dicho de otro modo, el
desembolso es condicional en algo por fuera del control de las comu-
nidades. En otros rubros existían otras condicionalidades. Por ejemplo,
frente a la pavimentación el acuerdo dice que “Si los proyectos no se
presentan en la respectiva vigencia para ser viabilizados (sic) por el Mi-
nisterio, los recursos no será posible reservarlos en el FNR”72 (sic). En
eso el gobierno pasa la responsabilidad a las comunidades de cumplir
con unos plazos burocráticos que en últimas instancias son arbitrarias y
71
  Acuerdo entre el gobierno nacional y las comunidades de la primera moviliza-
ción del suroccidente colombiano, Popayán, Noviembre 25 de 1999 pág. 4
72
  Ibíd. pág. 9

50 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

se pudieron incluir elementos para evitar ese problema de plazos para


los trámites. Empero, además de hablar de plazos, el acuerdo habla una
y otra vez de presentar proyectos. Si el gobierno se compromete a cons-
truir una carretera como parte de un acuerdo con la comunidad ¿por
qué tiene que presentar un proyecto? ¿Se acordó o no se acordó hacer
carreteras, dotar las escuelas etc.? Con este mecanismo el gobierno re-
virtió la responsabilidad a sus víctimas. Tantos años peleando para que
el gobierno diera las condiciones mínimas de vida a las comunidades y
en el acuerdo el gobierno lo reduce a la necesidad de presentar un pro-
yecto adecuado y conforme a los criterios y los trámites burocráticos de
distintas entidades estatales. En el paro de 1999 del Movimiento Mul-
tiétnico pasó algo parecido. Hay una contradicción con la postura del
gobierno. En el mismo acuerdo, en la parte que concierne la educación
reconoce “el déficit educativo del departamento, las deficientes tasas
de alfabetismo”73 sin embargo, espera que esas mismas comunidades
redacten proyectos que cumplan con todos los requisitos técnicos de la
Dirección Nacional de Planeación.

Varios líderes de la zona han reconocido que existía un problema con


la presentación de proyectos pero también con la clase de exigencias
inmediatas que se hace, porque “muchos líderes hoy en día dicen, no,
las movilizaciones tienen que ser políticas, porque en la movilización
política tú como líder no te expones a reclamos por los incumplimientos
del gobierno.”74

Como líderes y como movimiento social estábamos muy lejos de


entender como funciona el Estado, entonces nosotros pensamos que
con una simple idea el gobierno iba a traducir esa idea en un pro-
yecto en inversión porque ya quedó firmado. En realidad lo que se
presentó no fue un pliego de peticiones, yo diría que casi fue una
lista de mercado... Por ejemplo en vías, ¿cuales vías? Las vías a San
Pablo, por decir algo, pero nunca se dijo que son tantos kilómetros,
en tal estado y cuesta tanto, nunca se llegó a este detalle... Teníamos
que haber investigado más al Plan de Desarrollo Nacional para tener
unas propuestas más realistas... Por ejemplo cuando llegamos a la
realización se decía en la parte de vivienda, necesitamos hacer un
proyecto de vivienda, pero en San Pablo, no había ingenieros o téc-
nicos amigos para hacer un proyecto de esos. Se pagó a la Universi-
dad de Cauca para que hiciera una función de esas pero no cumplió
  Ibíd. pág. 3
73

  Entrevista Rober Daza, op. cit.


74

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 51


Una mirada desde el SUR

y más de un proyecto se rechazó porque técnicamente no estaba bien


formulado.75

De esta manera, los dirigentes acaban cargando la responsabilidad de


los incumplimientos del Estado. Empero, la asesoría técnica no resuel-
ve el problema, sino que presenta otro peligro para la comunidad y sus
organizaciones sociales. En 1998, las comunidades del Sur de Bolí-
var tomaron la ciudad de Barrancabermeja durante 103 días y firmaron
unos acuerdos con el gobierno. Recibieron la asesoría del Programa de
Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM) dirigido entonces
por el cura jesuita Francisco de Roux. La Mesa Regional, representando
a las comunidades redactó un Plan Integral para la zona y diseñó planes
técnicos con las asesoría del PDPMM, que se quedó con la plata, gestio-
nándola dizque “en pro” de las comunidades. El PDPMM se fortaleció
a costa de las comunidades y hoy ya han entrado las multinacionales
mineras y las empresas palmeras a la zona, las comunidades enfrentan
las mismas y nuevas dificultades y Francisco de Roux es hoy el Pro-
vincial de los Jesuitas. Al PDPMM y a de Roux les fue bien, pero a las
comunidades no les fue nada bien.

En una negociación con el Estado, lo que le corresponde hacer, como


electrificación lo debe hacer sin más. Los proyectos productivos deben
ser manejados por las comunidades con base en montos ya aprobados
sin necesidad de enredarse en la maquinaria burocrática.

Hace falta evaluar el modelo de protesta, “cerrar la Panamericana, blo-


queo, negociación y acuerdo” pues el gobierno nunca cumple con lo
pactado. El problema no reside en la movilización sino en la forma de
negociar y llegar a acuerdos por la ventaja evidente que tiene el gobier-
no. Por ejemplo, en el municipio de San Pablo, Nariño, pregunté a un
grupo de personas que participaron en el paro de 1999, quién tenía la
responsabilidad por los incumplimientos, en forma sorprendente varios
pensaban que las organizaciones sociales. Estas demoraron casi un año
en preparar el paro, con un esfuerzo humano y organizativo enorme
para socializar los motivos del paro y como se iba a hacer. Pero ¿cómo
se socializa un incumplimiento parcial por parte del Estado? Es casi
imposible hacerlo. Por lo menos hay que socializarlo no sólo entre las
40.000 personas que tomaron las vías sino entre una población mucho
mayor en la región. Según Víctor Collazos el Cima se comunicó con
delegados sobre el incumplimiento, pero no se acompañó esa difusión

  Ibíd
75

52 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

“a cada comunidad y por lo tanto no sabemos que tanto fluyó o no fluyó


esa comunicación directa con las comunidades.”76 Aún si lo hubiesen
hecho, habría sido una tarea enorme y desgastante, teniendo en cuenta
el número de movilizados, la extensión geográfica y además la varie-
dad de organizaciones que participaron. Pero hubo otro problema más
político.

Indudablemente un acuerdo con el Estado requiere mantener cierta


correlación de fuerzas de la movilización. ¿Cómo hacemos para que
la correlación de fuerzas que se ha expresado en el momento de la
movilización, de una u otra forma se mantenga, no a los mismos
niveles, porque eso es imposible, pero sí en niveles de capacidad
de respuesta. Creo que el gobierno leyó que teníamos unas dificul-
tades para mantener una movilización permanente y nosotros nos
descuidamos en mantener esa movilización permanente. Creo que
iba ganando el imaginario que hecho y firmado el acuerdo el gobier-
no tenía que cumplir y se olvidó que eso depende de una presión y
movilización permanente.77

Es difícil mantener una movilización permanente, también hay grandes


dificultades para cumplir con los requisitos técnicos de los proyectos y
además es más difícil movilizar a la gente alrededor de demandas polí-
ticas que no traducen en ganancias inmediatas. Aquí no se pretende dar
respuesta a este problema sino señalar la realidad y las dificultades para
que las organizaciones sociales lo tengan en cuenta antes de lanzarse a
un paro. Debe plantear la necesidad de un trabajo constante, no se pue-
den dejar de lado las exigencias y la concientización de los campesinos
y trabajadores eso tiene que ser algo permanente y de largo plazo, no
puede surgir fulminantemente en un momento y desparecer justo des-
pués de firmar un acuerdo, que es cuando más se necesita.

El gobierno en ningún momento reconoció la legitimidad y justicia de


las demandas de las comunidades. Al igual que los otros paros en Nari-
ño, siempre hubo un claro intento de desprestigiar a las organizaciones
sociales desde el principio. En pleno paro y a pocos días de terminar
las negociaciones y firmar los acuerdos, el alcalde de Popayán Felipe
Fabián Orozco salió en la prensa con un infame exabrupto “Práctica-
mente estamos secuestrados, porque no podemos salir de la ciudad. Nos
hemos visto obligados a permanecer en Popayán, así queramos viajar
  Entrevista, Víctor Collazos, op. cit.
76

  Ibíd
77

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 53


Una mirada desde el SUR

a otro lugar.”78 Los pobres Doctores de Popayán no podían viajar a sus


fincas de recreo, pero no les preocupó que muchas veces los campesi-
nos no puedan viajar al hospital porque los caminos en pésimo estado
no lo permiten. Esa fue la parte más boba de su comentario, pero la
parte más grave fue de hablar de un secuestro. El Diccionario de la Real
Academia define la acción de secuestrar así: Retener indebidamente a
una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines. Lo
que quieren decir con eso es que los campesinos no estaban pidiendo
lo que les tocaba por derecho, sino el pliego de peticiones fue el rescate
que pedían para liberar a una ciudad, Popayán, que fue un acto criminal,
inmoral y no la petición justa de un pueblo ignorado. A los Doctores de
Popayán y Pasto no les cabía en la cabeza que unos campesinos y maes-
tros les desafiaron y reivindicaron sus derechos. Acostumbrados a su
poder, su dinero y añorando los tiempos de sus antepasados esclavistas
y señores feudales, no les cabía en la cabeza que los Doctores eran los
verdaderos criminales que mantenían a la población en una situación de
virtual servidumbre.

No obstante, la sindicación de secuestro tenía otro fin. El Espectador


hizo eco de los sentimientos de la oligarquía patoja y pastusa afirmando
en el mismo artículo donde citan a Orozco que...

...nadie quiere realmente señalar a los autores del “plagio”. Los ha-
bitantes de la Ciudad Blanca dicen: “La culpa de esto la tienen to-
dos: los campesinos, la guerrilla, el Gobierno nacional”. Y explican
que campesinos y guerrilla tienen bloqueadas las vías, pero también
el Gobierno nacional se demoró mucho en atender la situación...79

Los comentarios sobre secuestros y guerrilla bloqueando las carreteras


no fueron fortuitos. Durante todo ese paro, y los demás en ambos depar-
tamentos, la prensa con mucha frecuencia señaló a las comunidades de
ser manipulados por una u otra insurgencia, o ambas a la vez. Tampoco
les cabía en la cabeza de los Doctores que los campesinos, sometidos
por ellos, humillados por ellos, vilipendiados y despreciados por los
Chaux, Bucheli Idagorris y Valencias de la región podrían rebelarse,
motivados por sus propias necesidades. La revista Semana, muy cerca-
na al poder en éste país y todos sus estamentos fue más lejos todavía en
sus declaraciones sobre el papel de la guerrilla.

78
  Felipe Fabián Orozco citado en El Espectador (23/11/1999) Estamos secues-
trados
79
  El Espectador 23/11/1999, Estamos secuestrados

54 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

La guerrilla también ganó y perdió. Ganó porque si los movimien-


tos insurgentes, como todos suponen, y como tiene evidencia el go-
bierno, están detrás de la protesta, tuvieron el terreno abonado para
actuar gracias a las contradicciones entre el gobierno nacional y el
regional y abanderando el descontento del movimiento campesino.
Cada vez que ocurren una movilización como ésta la guerrilla, apli-
cando un reconocido modelo político–militar, actúa sobre los líderes
campesinos y la población, promoviendo y defendiendo sus nece-
sidades para luego reivindicar lo que se logra – en este caso los
100.000 millones de inversión que se firmaron en el acta – es gracias
a ella. Y que, de otra manera las autoridades no prestan atención.

Pero también perdieron porque quedó al descubierto una vez más,


que sus métodos de movilización y terror son extremos. En un paro
infiltrado por la guerrilla quien abandona el barco paga con su vida.80

Creo que sobreestima el papel y la fuerza de las insurgencias. Se movi-


lizaron unas 40.000 personas durante 26 días. Es dudoso que las insur-
gencias tengan tanto poder en la región. La gente se movilizó por sus
necesidades y nunca fueron amenazados para movilizarse. Tampoco
hubo un problema para retirarse de la protesta. De hecho, en algunas
comunidades la gente tomó turnos, relevando a sus vecinos para evitar
el agotamiento. Inclusive, alguna gente se retiró de todo, y cuando se
llegó a discutir cómo repartir los proyectos, la cuestión de cuánto tiem-
po estuvieron en el paro y cuánta gente sería un factor, lo cual indica
claramente que había gente y comunidades que se retiraron del paro
por agotamiento o por otros motivos y no les pasó absolutamente nada.
Tanto que algunos dieron entrevistas para este libro. Cuando miramos
a los falsos positivos y la llegada de los paramilitares debemos tener en
mente estos comentarios. En algunas partes los paras llegaron buscando
a los dirigentes del paro. Periódicos y revistas como El Espectador, El
Tiempo y Semana reportaron varios de los hechos, pero jamás acepta-
ron su responsabilidad en la violencia. Los señalamientos al paro abo-
naron el terreno para, según la frase de Semana, el asesinato y destierro
de muchas personas. Como también ayudan en desprestigiar a los justos
reclamos de las comunidades.

El Ministro del Interior Humberto Martínez, denunció públicamen-


te quince muertes debido al paro. El Ministro afirmó que “sé por in-
formaciones que he recibido que unos 15 campesinos se han ahogado

  Semana (29/11/1999) Las lecciones del paro, pág. 40.


80

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 55


Una mirada desde el SUR

tratando de evitar el bloqueo”81 El mismo artículo donde citan a


Humberto Martínez también hace referencia a la muerte violenta de
una persona en Galindez, centro de la movilización. Según el periódico
“El informe oficial sobre este caso precisa que el labriego murió a bala
cuando se decidió retirarse de la protesta.”82 La coordinación del paro
dijo en un comunicado:

Rechazamos las declaraciones del señor Ministro del Interior rela-


cionados con la muerte del señor TANCREDO ARCOS IMABCHI,
pues se trató de un hecho aislado que en nada se relaciona con la or-
ganización de la primera movilización del suroccidente Colombia-
no; la víctima falleció por varias heridas de bala perpetradas en un
billar del Centro Comercial de la población de Galindez... Una vez
sucedido el hecho, la organización tomó las medidas de seguridad
necesarias para dar con el paradero de los autores, sin conseguirlo...83

El comunicado también rechazó la afirmación de que unas 15 personas


se habían ahogado intentando huir de la movilización. No ofrecieron
nombres de los finados, ni siquiera una cifra clara, sino se hablaba de
“unos 15” ahogados y tampoco hablaron del lugar de los hechos. Tam-
poco hubo investigaciones penales, pues si uno se ahoga por acciden-
te no hay delito, pero si uno se ahoga en un intento de escapar a una
presión criminal o algo por estilo, si hay responsabilidades penales. El
hecho de que no hubo investigación penal nos dice todo sobre la natu-
raleza ficticia de la denuncia del Ministro. Esas sindicaciones no eran
más que otra muestra de la incapacidad de los mal llamados Doctores
de concebir que 40.000 campesinos tomaron la Panamericana y perma-
necieron allí voluntariamente durante 26 días como protesta contra el
actuar de esos personajes. La movilización era una clara muestra que
los vagos de abolengo sobraban en la sociedad, que los campesinos eran
capaces de auto–organizarse. Hay una realidad indiscutible, en medio
del paro un hombre murió asesinado. Pero no se puede culpar al paro
por esa muerte. En los años noventa en Colombia la tasa de homicidio
era de 70 por 100.000, por año, o sea unas seis por mes. En Galindez y
El Cairo se reunieron 40.000 personas y si aplicamos la tasa de homi-
cidio de esos años uno esperaría 28 muertes violentas por año o sea 2.3
por mes. Así un homicidio en un mes, es por debajo del promedio. Con
esto no se quiere justificar la muerte del señor sino explicar que, dada la
81
  El Colombiano (25/11/1999) Bloqueo deja 15 muertos: Mininterior
82
  Ibíd
83
  Comunicado Nº 15 Coordindora de comunidades, municipios y organizaciones
sociales y sindicales movilizadas del suroccidente colombiano (Xerox).

56 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

tasa de homicidios en el país en ese entonces, era de esperar que alguien


muriera violentamente.

La preocupación del Ministro por la muerte violenta del señor Arcos


Imbachí era un acto cínico, pues no parece que le preocuparon tanto las
muertes por falta de ambulancias, servicio médico, acueducto etc. No,
él mismo nunca señaló a nadie como responsable de las miles de muer-
tes anuales en ambos departamentos por esas razones, pues tendría que
señalar a su propio gobierno y al propio Estado a lo largo de la historia
del país. Como dijo en su momento Héctor Rincón:

No se discute que la revuelta del Macizo colombiano sea una crea-


ción de este gobierno, no lo es. Los 170 mil indígenas que sobreviven
en el sur y los campesinos que son sus compañeros de marginalidad,
ha soportado muchos años de maltrato y abandono, los han enga-
ñado cuantas veces han querido los ministros como éste: según las
mismas estadísticas oficiales, el 75 por ciento de estos colombianos
no tiene cubiertas necesidades básicas. Y el Cauca no fue incluido en
el Plan de Desarrollo por este gobierno tan dispuesto siempre a girar
hasta el fondo de la bolsa para mitigar los descalabros de los ricos.84

Efectivamente, como en tiempos más recientes con el Agro Ingreso Se-


guro, plata hay para los ricos, plata recogida de los bolsillos de los po-
bres. Para los pobres hay hambre, falta de médicos, falta de transporte
y también hay calumnias, desprecio y sobretodo bolillo para repartir a
diestra y siniestra y cuando el bolillo no funciona vienen los amigos de
los parapolíticos para asesinar… Cinco siglos igual.

Las Secuelas
Hoy unos 11 años después del paro del 99 y muchos más en el caso de
los paros de Nariño, los dos departamentos son deficientes en materia
social. El Estado no cumplió casi nada, es decir en nada y las secuelas
de esa política estatal se ve por doquier. Si se compromete a mejorar
las carreteras por ejemplo, y sólo se hace a medias, quiere decir que no
se hizo. Pavimentar un tramo o parte de un tramo es no cumplir. ¿Para
qué sirve pavimentar 500 metros de una carretera si luego uno tiene
que viajar por 5 km de carretera destapada? Una vez, acompañando
a una delegación internacional que vino a Colombia, me hicieron una
pregunta después de viajar por una carretera destapada, que cada media
hora tenía un pedazo pavimentado, ¿Como deciden donde pavimentar

  Cambio (29/11/1999) Rincón, H. Guapos, pág. 65


84

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 57


Una mirada desde el SUR

un pedazo? La misma pregunta debe hacerse mucha gente en el campo.


El Plan de Desarrollo de Cauca lo describe así:

La red vial departamental consta de aproximadamente 5.300 Km,


distribuidos así: Red Primaria: 1.344 Km; Red Secundaria: 2. 544
Km y Red Terciaria: 1.418 Km. Del total de la red, solamente 600
Km se encuentran pavimentados, con lo cual el porcentaje de vías
pavimentadas es del 11%.

Cabe destacar que las inversiones realizadas en el cuatrienio anterior,


especialmente las obras ejecutadas en el marco del Plan 2500, sólo
significaron el incremento de la red vial pavimentada en 140 KM y
porcentualmente se pasó del 9% en el 2004 al 11% en el 2008.85

Claro, en el Plan de Desarrollo, el gobernador González Mosquera le


echa la culpa a la geografía de la zona y no nos dice nada de los in-
cumplimientos de los acuerdos ni como los Doctores no han podido
hacer un simple tramo de carreteras, una tarea básica para cualquier
administración. En el caso de Nariño, la situación actual es parecida:

En los últimos años, el Gobierno Nacional ha aprobado una serie de


iniciativas orientadas hacia el fortalecimiento de la red vial nacional
en el sur de país. En este sentido, el Documento Conpes 3272 de
2004 contempla la rehabilitación y mantenimiento integral del co-
rredor Rumichaca – Popayán, con un programa de inversiones que
se adelantó en el periodo 2005 – 2009. Posteriormente, el Docu-
mento Conpes 3391 de 2005, reconoce la importancia estratégica
del proyecto vial Rumichaca – Pasto – Chachagui. Y recomienda su
desarrollo a través del sistema de concesión, para lo cual el Minis-
terio de Transporte y el Instituto Nacional de Concesiones – Inco,
adjudicaron el contrato de concesión en el año 2006.86

Sólo en el año 2004 se “contempla” la rehabilitación de la Panamerica-


na desde la frontera con Ecuador hasta Popayán. Las inversiones que
supuestamente se adelantaron entre 2005 y 2009 no se ven por ningún
lado y hasta el gobernador Navarro Wolff lo reconoció en declaraciones
a la prensa. En mayo 2011, un derrumbe dejó incomunicado al aero-
puerto en Chachagüi, a pesar de su importancia estratégica. La falta

85
  Gobernación de Cauca (2008) Plan Departamental De Desarrollo: “Arriba El
Cauca” (2008-2011), Popayán, Gobernación de Cauca pág. 67
86
  Conpes 3609 Importancia Estratégica Del Proyecto “Desarrollo Vial Del Sur
De Colombia” pág. 3

58 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

de carreteras es reconocida por la Gobernación. El Plan de Desarrollo


2008–2011 dice de las carreteras que “de 6.385,93 kilómetros de carre-
teras, únicamente están pavimentados 721 Km, frente a 5.564,54 que
están afirmadas; en general, la red vial del Departamento está en regular
o mal estado, registrándose las situaciones más críticas en las subre-
giones norte y occidente y en el caso de la vía Junín –Barbacoas, en la
costa Pacífica.”87 Dicho de otro modo, Nariño no está pavimentado y la
cifra para carreteras afirmadas es falsa, pues muchas de ellas tampoco
merecen la descripción de afirmadas.

La falta de atención a los dos departamentos también se ve en la cifras


de salud y mortalidad. La tasa de mortalidad infantil, es decir, el núme-
ro de niños que mueren en su primer año de vida por cada mil nacidos
vivos, es muy alta en ambos departamentos, duplicando el promedio
nacional, según las cifras del DANE.

Tabla 2
Tasa de Mortalidad Infantil.88

2005 2006 2007 2008


Cauca 49.22 48.60 60.46 46.70
Nariño 45.99 44.80 43.20 41.60
Nacional 22.25 21.90 21.30 20.60
Fuente: DANE

Sin embargo, los promedios departamentales esconden grandes dife-


rencias entre los municipios. Mientras Popayán tiene una tasa de mor-
talidad de 20.01 en el 2008, municipios mineros como Buenos Aires
tienen una tasa de 67.73. Los municipios del Macizo también tasas
muy altas, como son Santa Rosa, 77.55, Almaguer 68.67 o en la
costa pacífica, el municipio de Guapi con una tasa de 74.15. Claro los
Doctores no viven en esos municipios y tampoco toman cocteles con
sus amigos y sicofantes allá. En Nariño se padece la misma situación.
Mientras Pasto, la ciudad capital, tiene una tasa de mortalidad infantil
para el 2008 de 26.48, los municipios de Barbacoas y Tumaco tienen
tasas de 53.98 y 59.90 respectivamente. Aunque las peores tasas
son de los municipios de Ricaurte, 81.65, Roberto Payán, 76.00,
y la peor tasa de todas, Santa Bárbara con un estremecedor 83.82. A
87
  Gobernación De Nariño (2008) Plan De Desarrollo 2008 – 2011 “Adelante Na-
riño”, Pasto, Gobernación De Nariño, pág. 100
88
  Datos tomados de Estadísticas Vitales www.dane.gov.co

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 59


Una mirada desde el SUR

pesar de los grandiosos títulos que los gobernadores y alcaldes dan a


sus planes de desarrollo, Arriba Cauca, Adelante Nariño, Cauca va para
abajo y Nariño no va a ninguna parte.

Cuando miramos a las tasas de NBI y miseria en los dos departamentos


hoy, vemos cuán poco han progresado en la materia, según las pro-
yecciones del DANE para el 2010. Mientras el promedio nacional de
NBI en 2010 es 27.78%, en Cauca la cifra es 46.62% y en Nariño es
de 43.79%. En el campo la situación es aún peor. Mientras en la cabe-
cera de Almaguer la tasa de NBI es de 50.82% en la zona rural llega a
92.12% con 67.99% de la población rural de ese municipio viviendo
con menos de un dólar por día. Y si miramos el nivel de miseria ve-
mos cuán pobre es la gente de ambos departamentos después de tantos
paros y acuerdos firmados con el gobierno. Según el DANE 20.58%
de la población de Cauca viven en la miseria y 17.8% de la población
de Nariño vive en la miseria, es decir ¡con menos de un dólar por día,
menos de 2.000 pesos! Pero cuando sólo miramos a las personas que
viven fuera de las cabeceras municipales esas cifras son más dramáticas
aun. En el caso de Cauca, 30.04% de la población del campo vive con
menos de un dólar por día y en Nariño, la cifra llega a 25.9% y algu-
nos municipios tienen cifras muchas más altas, como Samaniego, 32%,
Ricaurte, 45.57% o Barbacoas, 44.66%. Aunque han habido algunas
mejoras en esos años son insuficientes, y se aplican más a las zonas
urbanas, sobre todo a las capitales departamentales de Pasto y Popayán
cuyas poblaciones alteran los promedios y dan una imagen algo mejor
que la situación real.

60 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Que digas que doy mi voto
a quien vive a costa mía.
Luego dirán si les votas,
que sarna con gusto no pica
Habla pueblo habla,
vota pueblo vota.
Pero no votes
a quien te explota.

Adolfo Celdrán

3
Desacuerdos y Elecciones
En muy poco tiempo surgieron diferencias políticas entre todas las fuer-
zas sociales que participaron en el paro. La primera diferencia surgió al-
rededor del tema electoral. El paro terminó al finales del 1999, y el 2000
era un año electoral. Entre algunos participantes existía el sentimiento
de que “tenemos que hacer algo”. Varios de ellos pensaban que después
del paro había condiciones para quitarles la gobernación a los Doctores
de Popayán. Aunque la elección de Floro Tunubalá fue controvertida
y a la vez esperanzadora, las cuestiones políticas que surgen se apli-
can también a la elección de otros candidatos que recibieron apoyo en
Nariño antes y después.

La victoria de Floro Tunubalá no fue la primera elección de un can-


didato progresista en Cauca y Nariño, aunque fue la primera vez que
se llegara a la gobernación. El Cima ya había tenido algunos éxitos
electorales a principios de los noventa en Rosas y La Sierra, y el MIR
fue instrumental en la elección de Harold Montufar en Samaniego, de
pronto no tanto como movimiento pues ya estaba en vía de disolución,
pero los otrora militantes del MIR sí lo apoyaron e hicieron campaña a
su favor. No obstante esas otras victorias electorales, lo de Tunubalá fue
algo insólito, pues en el departamento más reaccionario frente al tema
Una mirada desde el SUR

indígena, en el departamento de los orgullosos esclavistas, un indígena


fue elegido en contra de la voluntad de ellos y a pesar del arraigo del
gamonalismo y clientelismo rampante en el departamento. Salió elegi-
do con 149.083 votos, algo más de 61 mil votos por encima de la vota-
ción que había obtenido el saliente Negret en las elecciones previas. La
elección de un indígena para gobernar el departamento desde la Ciudad
Blanca, de los blancos, fue un duro golpe en la moral de los caciques
electorales. Sin embargo, un duro golpe a su moral no basta para eva-
luar la elección de Tunubalá y la decisión de hacer campaña. Su victoria
produjo una ola de euforia entre los indígenas y demás sectores. No hay
duda, Floro Tunubalá generó grandes expectativas entre la población:

Dicen que es el principio de una nueva era, de la legitimación de una


etnia golpeada durante siglos en un departamento donde hasta hace
tres décadas todavía existían relaciones casi feudales de explotación
de la tierra.

La llegada de Floro Tunubalá a la silla de gobernador del Cauca, con


16.159 votos sobre el candidato de liberales y conservadores, César
Córdoba, es la fase más reciente de un proceso que comenzó hace 90
años con Manuel Quintín Lame, un indígena Páez que alborotó a los
de su raza contra el pago de terraje y pasó la mitad de su vida en las
cárceles del Cauca y Tolima, acusado de sedicioso.89

Pero el Bloque Social Alternativo (BSA) rompió con el acuerdo de no


usar la movilización con fines electorales. John Henry González, diri-
gente campesino de la movilización explica la decisión de participar en
los siguientes términos:

Es legítimo usar las elecciones para llegar al poder, como hizo Hugo
Chávez, Evo Morales y Correa, uno no puede negarse la posibilidad
de ser poder en el gobierno. Nosotros no hicimos la movilización
con la intencionalidad de llegar a la gobernación, eso es algo muy
distinto. Cuando nos reunimos antes de la movilización ninguno de
nosotros pensaba en eso, eso vino después. Había un gobierno de-
partamental deslegitimado que quiere montar a otro señor de su mis-
ma rosca y ¿nosotros que vamos a hacer? Y conforman una baraja de
candidatos y en esa baraja, estaba Víctor, estaba yo, estaba mucha
gente. Obviamente Asoinca estaba en contra de eso.90

  El Tiempo (05/11/2000) El Camino De Quintín Lame Al Taita Floro


89

  Entrevista John Henry González, op. cit.


90

62 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

De hecho, Floro era prácticamente el último en la lista de candidatos.


Aunque el mismo dirigente reconoce que hubo problemas con la go-
bernación de Floro, pues él es elegido justo cuando entraban los para-
militares y tenía una posición muy ambigua frente a la militarización
y que Floro dentro de los Guambianos, representaba el sector más a la
derecha. Jesús López también reconoce que Floro Tunubalá no fue y no
es un hombre de la izquierda. "Es que Tunubalá no fue el primer can-
didato, pues entre lo que se denominaba el BSA se barajaba otras po-
sibilidades. La selección de Floro como candidato fue algo impulsivo,
pues se sentía la necesidad de presentar candidato. El mismo Tunubalá
debía percibirlo así también, pues aceptó la nominación e hizo su rueda
de prensa en el Parque Caldas del centro de la ciudad, sin siquiera saber
cuál era el programa electoral."91

Pero, independientemente del acuerdo en el paro, y no es para menos-


preciar ese acuerdo y el disgusto que le produjo a algunas organizacio-
nes, ni para entrar a evaluar un cambio en las circunstancias que em-
pujan a otros a participar en el proceso electoral, hay que preguntarse
¿cómo benefició al movimiento social la gobernación de Floro? Y ¿cuál
fue la balanza de su gestión?

Si bien es cierto que él representaba una expresión de descontento,


pero, ¿su gestión fue una alternativa para el pueblo? Como señala Fer-
nando Vargas de Asoinca, él entregó la Secretaría de Hacienda al Par-
tido Liberal, o sea, a los oligarcas de siempre. Un gobierno alternativo
no pondría nada en manos del Partido Liberal. La movilización y el
paro fue precisamente una protesta contra las políticas de Pastrana del
Partido Conservador y la acumulación de las políticas de los gobiernos
liberales que lo antecedieron, pues desde 1974 hasta 1998 todos los
gobiernos, salvo el de Betancur, eran liberales. A pesar de eso Floro en-
trega ese poder a los liberales. Ese es el primer punto, Tunubalá llega a
la gobernación repartiendo puestos a los oligarcas, pues algunos de los
más listos vieron que él sería el próximo gobernador y lo apoyaron para
luego exigir su cupo en el reparto del poder. Como lo plantea Fernando
Vargas, ¿Cómo iba a hacer transformaciones reales con los liberales
manejando esa secretaría?

Con respecto a la Secretaría de Educación Tunubalá llamó a Asoinca


para pedir su opinión. Sin embargo, el sindicato le respondió que lo que
se tenía que hacer era unificar criterios y principios y si se logran un

  Entrevista, Jesús López, Cima, febrero 2011


91

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 63


Una mirada desde el SUR

acuerdo, él podía nominar a quien quisiera, que el sindicato no iba a


nombrar ni avalar a ningún candidato para el puesto, sino exigir que no
se aplicara la ley 715. Sin embargo, la aplicó y Asoinca convocó a tres
huelgas en contra de esa ley. La política de Tunubalá era muy parecida a
la de los partidos tradicionales, de llegar a acuerdos de personalidades,
de reparto de puestos etc. No fue elegido con un programa electoral de
cambio. De hecho, su programa era muy tímido y no muy diferente al
de otros políticos elegidos en esa época. Contenía pocos puntos: Contra
la corrupción; unidad y transparencia frente al movimiento social; Con-
tra el Plan Colombia; Plan de Desarrollo Alterno; Propuesta de Paz del
movimiento social. En el contexto de la negociación en el Caguán y la
ejecución del Plan Colombia y la corrupción reinante en la gobernación
de Negret los puntos básicos eran muy propicios.

Lo mismo se podría decir por ejemplo de Parmenio Cuellar elegido en


Nariño como gobernador. Los dos tenían posturas parecidas frente al
Plan Colombia, coincidían en una apuesta por un supuesto desarrollo
alternativo como sustitución de los cultivos de coca y amapola, habla-
ban de paz etc. Pero en el caso de Parmenio Cuellar, su trayectoria es
muy clara. Él fue diputado en la Asamblea de Nariño de 1976–1978
y 1984–1986, Concejal en Pasto 1988 –1990, Representante a la Cá-
mara 1990–1991 y Senador 1991–1991. Todos esos puestos los ocupó
como miembro del Partido Liberal, y luego pasó un año como Ministro
de Justicia de Pastrana. Cuellar también recibió el apoyo de muchas
personas cercanas o miembros de organizaciones sociales, pero su tra-
yectoria política siempre fue neoliberal, aun cuando pasó al Polo De-
mocrático Alternativo (PDA). La experiencia Nariñense de lo electoral
es algo distinto a lo que ha experimentado Cauca, pues la existencia de
fuerzas como el PDA (y sus antecesores) y la presentación de candida-
turas en nombre de esa organización dio cierta continuidad a un proyec-
to político, por deficiente que sea. No es así en Cauca, lo de Tunubalá
carecía de una organización de largo aliento y un proyecto más allá de
lo coyuntural.

Políticamente era un error meterse en una táctica donde no se tenía


la fuerza real, es decir que no fuera una aventura, que no fuera por el
azar que se consiguió eso, que fuera producto de un proceso organi-
zativo de una fuerza organizada. Claro, llega Floro Tunubalá y con
el desprestigio que tenían los gobernantes en Cauca, el compañero
indígena logra remover una serie de cosas y consigue votos, la gen-
te votó por él pero no porque fuera producto de una organización.
Se pudo haber ido mirando la fuerza y ir construyendo cuadros de
64 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

tal manera que cuando se utilice la táctica electoral realmente sea


para hacer transformaciones. Con Floro Tunubalá no hubo transfor-
maciones... No desconocemos la táctica electoral siempre y cuando
haya una fuerza política que dice que podemos lograr esto, que aquí
hay este cuadro que no va a hacer lo mismo que hacen los tradicio-
nales, porque la experiencia de Cauca demuestra que supuestamen-
te cuando ha llegado un alternativo fueron más corruptos que los
mismos partidos tradicionales.92

El otro problema era la misma visión que Tunubalá tenía de su papel


como gobernador. Él creía en el cuento de las gobernaciones y cumplir
con la gente como administrador. Se veía a sí mismo como fiel agente
del Estado al servicio del pueblo. La visión es ingenua y más propia
de la derecha. La gobernación nunca está al servicio del pueblo como
institución. Puede que llegue una persona que quiere luchar por el pue-
blo, pero esa persona tendría que luchar contra la misma burocracia del
Estado, y el gobierno central y los sabotajes de la oligarquía caucana.
El primer día que Tunubalá llegó a la gobernación encontró una escena
que ninguno de los blancos que ocuparon el puesto antes habían en-
contrado, el gobernador anterior o alguien de su administración había
sacado todo, no había ni donde sentarse. Nada más conseguir unas sillas
y un escritorio, llegó un acuerdo de pasivos firmado el 31 de diciembre
del 2000, último día de Negret como gobernador y además un domin-
go, Negret quizás quería lucirse como muy trabajador.93 “Creo que este
acuerdo fue el último acto de corrupción de Negret, pues no entendía-
mos como se hizo un acuerdo así, nos quedamos sin nada. Para poner
un ejemplo para echar gasolina a los carros de la gobernación había que
pedir permiso a la junta de pasivos. El gobernador tenía que mandar una
lista cada mes de los gastos”94 En la legislación colombiana ese acuerdo
era perfectamente legal. La misma gente del BSA le sugirió a Floro que
se entregara las llaves en un acto público en el Parque Caldas. Pero él
no quiso. “Él decía que hay alternativas, miremos la cooperación inter-
nacional.” Floro se veía a sí mismo como parte del Estado y creía en
las reglas del juego mucho más que quienes las redactaron y se ajustó
a esas reglas. El incidente deja al descubierto la naturaleza de esa clase
de elecciones, pues nadie en ninguna organización mandaba a Floro,
no tenía que acatar a las decisiones democráticas de nadie. Esa clase de
candidaturas es sumamente anti–democrática en la forma de escogerlo

92
  Entrevista, Fernando Vargas, febrero 2011.
93
  Entrevista Jesús López, op. cit.
94
  Ibíd

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 65


Una mirada desde el SUR

y en el control que se puede ejercer sobre el candidato. Una vez elegido,


no tiene que responder ante nadie.

Cuando uno mira a Cauca se pregunta ¿qué es lo que dejó la goberna-


ción de Tunubalá para el pueblo? La respuesta, bien poco, alguna carre-
tera, inclusive las que nunca se terminaron etc. Pero políticamente no
dejó ningún acumulado, no dirigió ninguna campaña ni protesta, él era
el Estado, ¿cómo iba a protestar contra el Estado que él representaba?
Quintín Lame había comentado sobre las elecciones y su comentario
sigue siendo válido.

No hay que votar por ningún candidato blanco, porque los blan-
cos son nuestros peores enemigos. Van a los congresos y para pa-
garse sus sueldos y sus recompensas nos llenan de contribuciones;
después de cada congreso nos importa diez pesos más cada par de
calzoncillos y veinte más cada vara de bayeta para los anacos de
nuestras hembras.

Nosotros necesitamos un representante que hable por nosotros, que


defienda nuestros intereses y no debe desalentamos el que no tenga-
mos un Doctor indígena, pues para ser representante sólo se necesita
sacar el mayor número de votos en las urnas.95

Floro Tunubalá no era un representante que hablaba por los indígenas,


ni por los pobres, fue quizás el primer gobernador que realmente creía
que representaba a todos y por lo tanto a nadie. No se puede representar
al mismo tiempo a los pobres y a la gentuza del talante de los oligarcas
de Popayán. Floro, a pesar de los titulares, no era un paso más en el ca-
mino de los herederos de Manuel Quintín Lame. Otros dirigentes de la
región plantean lo siguiente frente al gobierno de Tunubalá.

No obstante, sería importante precisar, por ejemplo: en qué aspectos


las organizaciones que asumieron la asesoría del Taita y la repre-
sentación de las organizaciones sociales en el gobierno, concreta-
ron después ejercicios de poder en la educación, salud, producción,
defensa del territorio y autoridades propias; en ¿qué quedó lo del
Taita Floro?, ¿qué enseñó?, ¿qué aprendimos?, ¿quedó al menos un
centro de información de las luchas sociales?, ¿quedó algún proceso

95
  Proclama de Manuel Quintín Lame Anexo 6 en Vega, R. (2002) Gente muy
rebelde. Protesta popular y Modernización capitalista en Colombia (1909-1929)
2. Indígenas, campesinos y protestas agrarias, Bogotá, Ediciones Pensamiento
Crítico,

66 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

de investigación y análisis de esas luchas?, ¿quedó algún proyecto


propio de salud?, quedó alguna posibilidad de defensa del Macizo
Colombiano?, ¿qué enseñanza dejó el ejercicio de ser gobierno?,
¿se cambió en algo la visión departamental de salud?, ¿de educa-
ción?, ¿de la vivienda?. Lo concreto es que la siguiente elección
de gobernador la ganaron los enemigos; en qué ha profundizado la
izquierda el carácter de poder que tiene el gobierno en la educación,
producción, salud, cultura, etc.?, es decir, ¿cuál es la diferencia entre
ser gobierno y ser poder?; ¿hasta qué punto nos quedamos con la
tendencia de ver sólo lo bonito y no lo feo, o, lo que es peor, a que-
darnos sólo con lo bonito?; lo más importante es el aprendizaje, la
investigación y el análisis permanente de la experiencia de gobierno
y de los contrarios; ¿se aprendió cómo es la maquinaria electoral de
los partidos tradicionales? o por lo menos, cómo hacer una máquina
electoral efectiva; ¿por qué no volvieron a ganar las organizaciones
sociales?96

Son una larga serie de preguntas, pero es diciente que los que defen-
dieron a Tunubalá y su gobierno, difícilmente pueden dar respuesta a
estas preguntas y un gobierno alternativo debería poder responder a es-
tas preguntas con respuestas claras, evidentes y de algún modo obvias,
pero así no es.

En el caso de Nariño, las cosas no fueron mucho mejor, pues ha habido


varios alcaldes y gobernadores, supuestamente progresistas y ellos si-
guen las mismas reglas del juego como representantes del Estado, pero
también hay que mirar su ideología. Navarro Wolff, el actual gober-
nador, no se puede considerar como un hombre del la izquierda, es él
quien mandó militarizar la ciudad de Pasto para frenar las protestas de
los campesinos. En medio de la amenaza minera que ensombrece el
futuro del campesinado, Navarro Wolff no ha hecho ni la primera decla-
ración. No se ha opuesto a la llegada de las empresas mineras, no ha di-
rigido ninguna protesta contra ellas, ni siquiera ha dado un apoyo a las
comunidades u organizaciones que se movilizan contra la gran minería
a cielo abierto. Como gobernador tiene todo el poder para movilizar al
pueblo contra la gran minería, pero no lo hace. Tantos años de eleccio-
nes de candidatos “progresistas” no ha servido para nada en la lucha
contra la gran minería. La experiencia no se limita al suroccidente, pues
personajes como el actual vice–presidente de la República Angelino
Garzón, Lucho Garzón y Gustavo Petro recibieron en su momento el
apoyo de amplios sectores, siempre pensando en lo coyuntural y no en
  Entrevista a grupo de dirigentes agosto 2011 vía correo electrónico.
96

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 67


Una mirada desde el SUR

lo estratégico. Estas tres personas, hoy día apoyan proyectos derechis-


tas. No traicionaron a nadie, sus posturas actuales no son tan distintas a
las que tenían cuando recibieron el apoyo incondicional y nada crítico,
de las organizaciones sociales. Lo sorprendente no son sus posturas po-
líticas que tienen actualmente sino que alguna vez tuvieron el apoyo de
las organizaciones sociales por ser más “progresista” que otros.

Por supuesto, no todas las experiencias electorales han sido completa-


mente negativas. Aún en Nariño se habla bien de varias administracio-
nes en pueblos como Samaniego y Ricaurte y en Cauca el ex alcalde de
La Sierra, Carlos Solarte, es bien considerado por el pueblo, en parte
porque nunca dejó de ser lo que es, un dirigente campesino. En las elec-
ciones municipales en Colombia, la victoria de un candidato alternativo
suele ser el resultado del cansancio con la corrupción y la mala admi-
nistración pero honestidad y eficiencia no son un programa político,
son cualidades de un candidato y en el caso de la honestidad, pues no
basta como bandera, un candidato alternativo debe ser honesto de por
sí. No hay nada malo en participar en elecciones, pero las elecciones
deben fortalecer la lucha y no sustituirse para esas luchas. Si tomar la
Panamericana daña las posibilidades de un candidato pero fortalece la
capacidad organizativa de la comunidad, pues en ese caso es mejor que
pierda el candidato. Pero la gestión y posición política de Tunubalá,
Cuellar y Wolff es todo lo contrario, la institucionalidad y su puesto
tiene primacía sobre todo lo demás.

Un gobernador alternativo sería bien distinto, sería un dirigente que


llegue para pelear por la gente y no para administrar el Estado a nivel
regional. Dirigiría como gobernador las luchas del pueblo, estando en la
vía, hombro a hombro en otro paro si hiciera falta, tal como lo hizo el ex
alcalde de Rosas, Tulio Valencia, durante el paro de 1996.97 Cumpliría
con la institucionalidad si favorece a los pobres, pero cuando favore-
ce a los ricos lucharía contra ella, se declararía en abierta oposición a
ellos. Si llega el momento en que no pueda cumplir con la instituciona-
lidad llevaría una lucha frontal contra las instituciones y si hiciera falta
renunciaría, pues la lucha está por encima de su puesto, de su cargo,
sueldo y pensión, todo lo cual no es más importante que su papel de
dirigente y luchador social. Lamentablemente, no hay candidato alguno
en el país que piensa así.

  El Tiempo (14/11/1999) Ciudad Sitiada


97

68 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Las elecciones tuvieron sus costos. En el caso de Nariño, aunque los


candidatos consiguieron el apoyo de organizaciones sociales, esos can-
didatos ya tenían una trayectoria propia y no se veían como el candidato
de una organización especifica. Así a pesar de todos los desmadres de
Wolff, particularmente, no ha tenido mayores repercusiones sobre las
organizaciones. No es el caso de Cauca donde el Cima se veía muy
ligado a la campaña y la gestión de Tunubalá y pagó un precio alto en
términos de su reputación. Fue un error ligar una organización social a
un candidato. Aún cuando se decide apoyar a un candidato, las organi-
zaciones sociales como tal, deben tomar una distancia, para no pagar los
platos rotos de la administración. Se puede argumentar que Tunubalá
salió mejor parado que las organizaciones sociales que lo apoyaron y
quizás la condena y valoración más negativa que se puede hacer de
su administración es que en las siguientes elecciones el candidato del
BSA, Camilo González Posso no pudo repetir la experiencia y ganó
el sindicado de parapolítica, Juan José Chaux. Aunque se debe reco-
nocer el papel de los paras en esa elección, pero allí también hay una
crítica a los candidatos progresistas que creen en las instituciones, no
lucharon contra el paramilitarismo, sino que se reunieron en consejos
de seguridad etc. El mismo Floro Tunubalá volvió a presentarse a las
elecciones para la circunscripción especial indígena. En Cauca obtuvo
apenas 4.084 votos, situándose en tercer lugar detrás de Marco Avirama
con 5.899 votos, y Aida Quilcue, con 14.361 votos.98

  El Liberal (16/03/2010) Ganadores y perdedores de la jornada democrática,


98

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 69


La cuestión indígena arranca de nuestra economía.
Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra.
Cualquier intento de resolverla
con medidas de administración o policía,
con métodos de enseñanza o con obras de vialidad,
constituye un trabajo superficial o adjetivo,
mientras subsista la feudalidad de los “gamonales”

José Carlos Mariátegui

4
La cuestión indígena
Es casi un refrán decir que la lucha indígena data desde 1492, cuando
Colón se perdió por el Caribe en búsqueda del subcontinente de la In-
dia, pero es una realidad que desde hace siglos poco ha cambiado. Los
invasores llegan para quitar sus tierras, desconocen su cultura, muestran
un desprecio hacia el indígena y como en los tiempos de la conquista,
emplea a pobres de otros lados para hacer su trabajo sucio. Antes vinie-
ron los conquistadores con sus caballos y espadas (y no olvidemos con
sus crucifijos) y hoy día viene el Esmad con sus gases, sus bolillos bajo
órdenes de un presidente (Uribe) que invoca a Dios y la Virgen María
más que a la Constitución.

Cauca y Nariño son dos departamentos con un alto porcentaje de indí-


genas, 21.55% de la población del Cauca y 10.79% de la población de
Nariño son indígenas. Juntos los dos departamentos representan casi el
30% de toda la población indígena de Colombia. Aún así, en términos
reales están ausentes de las políticas públicas de la región y sólo se
acuerdan de ellos cuando cortan la Panamericana o la vía a Tumaco.
Una mirada desde el SUR

Tabla 3
Población Indígena99

No. De % del total de % de pobla- Población


Depto.
Indígenas Indígenas/país ción del dpto. total dpto.
Cauca 248.532 17.85% 21.55% 1.182.022
Nariño 155.199 11.14% 10.79% 1.498.234
Cauca–
403.731 28.99% 15.06% 2.680.256
Nariño

La Minga
Si las movilizaciones de los ochenta y noventa fueron principalmente
campesinas, las del siglo XXI tendrían un marcado carácter indígena.
Los indígenas venían organizándose y convocando a grandes protestas
contra el TLC con los EE.UU. Pero, quizás el evento que más marcaría
el imaginario popular era la Minga del 2008, aunque hay que aclarar
que los campesinos también incidieron en varias de estas protestas de
la misma manera que algunos indígenas se sumaron al paro del 99. Las
reivindicaciones de los indígenas son muy parecidas a las reivindica-
ciones campesinas, lo cual es lógico, porque padecen la misma miseria
y políticas estatales, aunque ellos tienen unas demandas muy particula-
res. Mientras el campesino pide reforma agraria, los indígenas con base
en la constitución de 1991 y varios convenios internacionales, piden la
titulación, saneamiento o ampliación de sus resguardos. Frente a este
tema de la tierra, Uribe y su rottweiler Andrés Felipe Arias declararon
que los indígenas eran los mayores latifundistas del país, pues los res-
guardos ocupaban una superficie de 31 millones de hectáreas. El argu-
mento no sólo es falso sino repugnante, pues ambos personajes saben
que hay unas 3.600 personas quienes son dueños de más de 31 millones
de hectáreas en el país (tema que se trata en el capítulo Tierra Libre de
Campesinos). Sin embargo, esas personas, entre ellas más de un crimi-
nal sanguinario, son los amigos de cócteles de personas como Uribe y
Uribito. Fuera de eso, sencillamente no es cierto. Como se ve en la tabla

  Datos tomados del Observatorio de Derechos Humanos y DIH (2009)Dinámi-


99

ca reciente de la violencia en la Costa Pacífica nariñense y caucana y su incidencia


sobre las comunidades afrocolombianas, Bogotá, Vicepresidencia de la República,
pág. 11 www.derechoshumanos.gov.co

72 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

siguiente la mayoría, es decir, 62% de los indígenas del país sobreviven


con menos de una Unidad Agrícola Familiar (UAF) y los que no tienen
tierra representan 23% de la población indígena del país.

Tabla 4
Tenencia de la Tierra de los Indígenas.100

Familias (promedio
Tenencia de tierra Personas
de 5,04 personas)
Sin Tierra 297.342 114.789
Con menos de una UAF 805.724 159.866
Entre una y dos UAF 41.225 8.180
Entre 2 y 4 UAF 86.778 7.711
Más de 4 UAF 61.755 16.747
Total 1.292.824 307.293
Sin Tierra o con
1.103.066
menos de un UAF

Entonces, si esto es así ¿cómo explicar los 31 millones de hectáreas?


Hay que tener en cuenta que zonas como las selvas de Amazonía, se
requiere grandes extensiones para sostener una población y también
hay grandes extensiones de desierto en La Guajira. “El 79% del terri-
torio indígena nacional, se encuentra en, la zona de la Orinoquia y de
la Amazonia Colombiana. Pero tan sólo el 1% de este territorio es de
vocación agrícola en el que reside apenas el 5 % de la población indíge-
na nacional”.101 Pero en las zonas más productivas del país, o sea en las
zonas de las cordilleras los resguardos son pequeños y muchos datan de
la mitad del siglo XIX. El Informe Alterno presentado por la Plataforma
Colombiana de Derechos Humanos (PCDHDD), Democracia y Desa-
rrollo al Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, deja
bien claro cuál es la situación real de la tenencia indígena de la tierra:

100
  Tabla tomada de González Posso, C .(2011) La gran mentira del latifundismo
indígena Revista Semillas No. 44/45, Bogotá, Grupo Semillas, pág. 44
101
  Documento de La Minga (s/f) Tierra y Territorio.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 73


Una mirada desde el SUR

410. Los pueblos indígenas sin territorios titulados: los territorios


indígenas legalizados como propiedades colectivas en la figura del
resguardo cubren en Colombia actualmente un total de 31.695.421
hectáreas, un 22% del total del territorio nacional. De esta superfi-
cie, 435.419 hectáreas corresponden a la figura jurídica de los res-
guardos coloniales. Los territorios indígenas que aún no tienen un
estatus legal de propiedad, pero que han sido reivindicados por los
indígenas y se encuentran en trámite ante el Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural (Incoder), suman 1.627.758 hectáreas donde viven
por lo menos 380 mil indígenas según datos de este organismo a
2004

411. Las tierras tituladas son totalmente insuficientes en las zonas


de frontera agrícola, y en situación de vulnerabilidad en zonas ba-
jas (selvas, llanos, desérticas). En las zonas andinas (excluyendo los
parques naturales que tienen características de protección y ocupa-
ción análogas a las de zonas bajas por su fragilidad ambiental) se
concentra el 64,1% de toda la población indígena del país; según el
Censo de 2005, un total de 885 mil personas poseen sólo 1 millón
290 mil hectáreas, lo que arroja un promedio de 1,4 hectáreas por
persona y 7,2 hectáreas por familia, es decir, menos de una milésima
parte de lo que es el promedio de los grandes terratenientes.

412. Los territorios entregados siempre estuvieron en manos


indígenas...102

No sólo estuvieron en manos de los indígenas sino la Constitución de


1991 no fue tan eficaz en hacer efectivo el derecho como algunos defen-
sores de la Carta Magna quisieran creer. Pues sólo 20.2% de las tierras
indígenas tituladas fueron reconocidas después de la aprobación de la
Constitución.103 El gobierno colombiano, tal como había hecho con los
campesinos, firmó varios acuerdos con las comunidades indígenas para
la compra de tierras. El gobierno de Pastrana después de una moviliza-
ción en 1999 emitió el decreto 982. Existía un déficit de tierras de más
102
  PCDHDD (2010) Informe Alterno Al Quinto Informe Del Estado Colombiano
Ante El Comité De Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Bogotá, PCD-
HDD, pág. 164
103
  Houghton, J. (2008)Legalización de los territorios indígenas en Colombia, en
Houghton, J. (2008) La Tierra Contra La Muerte, Bogotá, Cecoin, pág. 88

74 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

de 200 mil hectáreas, y aunque el gobierno prometió entregar tierras


a los indígenas les incumplió. Apenas entregó unas 16.000 hectáreas
de las cuales 10.000 correspondían a la indemnización hecha por la
masacre de El Nilo. El decreto 982 no sirvió para nada.

Pastrana no fue el único a incumplir a los indígenas del suroccidente.El


incumplimiento se convirtió en la política de Estado, pues entre “ 2001
y 2007 se redujeron entre 70 y 80% las asignaciones presupuestales
para adquisición de tierras con destino a resguardos indígenas.”104 Para
el 2007 en Cauca había 531.814,08 hectáreas tituladas con 309.659,87
hectáreas solicitadas y en Nariño los pueblos indígenas tenían para la
misma fecha 422.254,52 hectáreas y 36.088,25 más solicitadas.105 Un
lector desprevenido podría pensar que se tratan de grandes extensiones,
y en cierto sentido eso es verdad, pero cuando uno lo mira en térmi-
nos de población se ve que las tierras no son tantas, pues en Cauca los
resguardos representan 1,89 hectáreas por persona y en Nariño 1,86
y además se debe tener en cuenta que muchas de las tierras no son
productivas.

En otros aspectos, las condiciones de vida de los indígenas son particu-


larmente graves. Según el susodicho informe, las tasas de analfabetismo
entre los indígenas son más altas que el promedio nacional, igual que la
inasistencia escolar. Más preocupante aún es la situación alimentaria:106

420. La situación de los derechos económicos, sociales y culturales


de los pueblos indígenas es particularmente grave. La pobreza es-
tructural que cobija a más de la mitad de la población colombiana
(54%) afecta de manera particular a los pueblos indígenas; el 63%
de esta población vive bajo la línea de pobreza, y el 47,6% se en-
cuentra bajo la línea de miseria (no cuenta con ingresos para adquirir
la canasta alimenticia que cubra requerimientos alimenticios míni-
mos diarios).107

Con este panorama resulta fácil imaginar la motivación de los indíge-


nas. Ellos ya habían hecho varios intentos de obtener tierras, habían
ocupado la finca de El Nilo y pagaron un precio alto por su osadía, “El
16 de diciembre de 1991, en El Nilo, 20 comuneros indígenas pertene-
cientes a los diferentes cabildos de la zona norte del departamento del
104
  Ibíd. pág. 93
105
  Ibíd. pág. 103
106
  Documento de La Minga (s/f) Comisión Acuerdos (copia electrónica)
107
  Ibíd pág. 166

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 75


Una mirada desde el SUR

Cauca fueron brutalmente asesinados por sicarios a sueldo y miembros


de la Policía nacional, pagados por narcotraficantes de la región.”108 Los
indígenas volvieron a tomar tierras como respuesta al incumplimien-
to de los acuerdos de reparación por la masacre de El Nilo. Tomaron
la finca La Emperatriz, el 12 de octubre de 2005 y lucharon contra la
Policía al final obligando al Estado y Uribe a llegar a un acuerdo con
ellos. Para Héctor Mondragón la pelea por La Emperatriz es muy im-
portante, pues “la ocupación de La Emperatriz y Guayabal marcó un
cambio histórico, fue la primera derrota del terror que en Colombia
paralizó la lucha directa por liberar la tierra de manos del latifundio.”109
De nuevo era legítimo tomar tierras y no sólo hacer trámites o peleas
jurídicas, las tomas, una táctica olvidada en muchas partes volvió a
adquirir importancia y el terror del Estado fue derrotado parcialmente:

La ocupación de La Emperatriz rompió el nudo del terror que ataba


las mentes. El 12 de octubre de 2005, en lo que se denominó “Li-
beración de la Madre Tierra”, indígenas y miles de campesinos del
departamento del Cauca se tomaron quince haciendas: Miraflores,
entre Corinto y Miranda, donde tres mil campesinos reclamaron su
derecho a la tierra; indígenas y campesinos de Paletará, Puracé y
Coconuco ocuparon las cuatro fincas en que se dividió la antigua ha-
cienda Cocunuco; en Silvia fueron ocupadas Los Remedios por los
indígenas de Kisgó, y Ambaló, por los Misak; y en Caloto, El Japio,
propiedad ahora de Garcés & Compañía, por los nasa de Caldono.
La movilización evidenció la gravedad del conflicto por la tierra y
reivindicó los compromisos adquiridos por el gobierno con las co-
munidades en 1999 y, en particular, lo dispuesto por el Decreto 982
de ese año.110

Entonces el 12 de octubre del 2008 salieron una vez más a protestar,


cortando la Panamericana, pues la historia les había demostrado que
no servía esperar acciones de buena voluntad del Estado puesto que, lo
poco que habían conseguido lo obtuvieron arrebatándosela de las ma-
nos a los Doctores. Sus planteamientos se resumían en cinco puntos 1)
Guerra y Derechos humanos 2) Soberanía, tierra y Territorio, 3) Leyes

108
  Mondragón, H. (2008) Ardila Lülle frente al pueblo Nasa: La caña de azúcar
en el norte del Cauca, en Houghton, J. (2008) La Tierra Contra La Muerte, Cecoin,
Bogotá pág. 408
109
  Ibíd pág. 105
110
  Ibíd

76 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

del despojo, 4) Acuerdos incumplidos 5) Modelo económico y TLC.111


Eran temas sumamente políticos, aunque no faltaban demandas más
tradicionales como las referentes a servicios públicos.

Así los indígenas tomaron la Panamericana. La reacción del Estado no


se hizo esperar, Uribe decretó la conmoción interior y enseguida en-
viaron a los militares y el temido Escuadrón Móvil Anti–Disturbios,
ESMAD. Si la Policía como institución es el perro guardián del Estado,
usando el ESMAD es su rottweiller. Atacaron a los manifestantes con
todo a su disposición tanto las armas legales de dotación como armas
irregulares fabricadas por los mismos agentes del ESMAD. En los si-
guientes días de batalla campal los indígenas mostraron su tenacidad, su
dignidad y su derecho de llamarse herederos de Manuel Quintín Lame.
Enseguida, el Estado como en los paros de los noventa salió a despres-
tigiar al movimiento, tildándolo de ser una fachada guerrillera y justifi-
cando los heridos y muertos que resultaron del accionar policial. A los
dos días ya habían muerto un indígena por un disparo y otro por golpes
de machete.112 Los organizadores acusaron a la Fuerza Pública de abrir
fuego contra los manifestantes, algo que el Estado negó. Durante varios
días, las autoridades negaron que la Fuerza Pública disparara contra la
población civil. Tanto que Uribe, salió en otro de sus exabruptos a exi-
gir a los indígenas que se disculparan con los policías heridos antes de
entablar un diálogo con ellos. El verdugo estaba pidiendo a sus víctimas
que se disculparan por haber resistido la ofensiva policial y la violencia
emprendida contra ellos. Se negó rotundamente cualquier trasgresión
por parte de la Fuerza Pública.

¿Entonces vamos a correr a dialogar como reacción a la violencia?’,


dijo el mandatario. Y tras escuchar un reporte que habla de 70 uni-
formados lesionados, 34 de ellos en clínicas, agregó que “No creo
que el diálogo sea para premiar la violencia o es que la salud y la
integridad de los soldados y policías no vale. Tenemos que hacer
respetar a nuestros soldados y policías”113

No obstante, no por primera vez en su carrera política, Uribe tendría


que tragarse sus palabras. Los indígenas se negaron a disculparse y
111
  Boletín Informativo Cabildo Mayor Yanakona. Noviembre 28 de 2008. pág.
1y2
112
  El Tiempo (14/10/2008) Dos muertos y más de 70 heridos es el balance de
segundo día de choques entre indígenas y Policía
113
  El Tiempo (16/10/2008) Presidente Álvaro Uribe les dice a los indígenas que
deben pedir perdón a policías y soldados

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 77


Una mirada desde el SUR

explicaron en declaraciones a la prensa que el intendente que perdió una


mano, lo perdió por manejar papas explosivas. Es una táctica común
del ESMAD utilizar papas contra los manifestantes, pues les resulta
fácil culparles por los heridos y/o muertos, tal como ocurrió con Oscar
Salas, un estudiante que murió en Bogotá luego de ser impactado por
una esquirla de una papa en la Universidad Nacional. Pero, quizás lo
que más demostró las mentiras del Estado, fue el video transmitido por
CNN donde se ve claramente a una persona uniformada y encapuchada
disparando contra los manifestantes, ante la mirada pasiva de los demás
uniformados. Aún así, Uribe no quiso reconocer la culpa del Estado y
dijeron que el soldado estaba nervioso. En una respuesta pública del
Asociación de Cabildos de Norte de Cauca, ACIN se destapó la verdad.

…habría sido mejor que se callara a que rectificara una mentira con
otras. Se puso nervioso un policía y disparó. Mentira, Presidente,
mentira General. Dispararon muchos, dispararon dos días y dispara-
ron durante horas y además dispararon civiles en medio de los poli-
cías y no estaban nerviosos ni respondiendo a explosivos lanzados
por los indígenas.114

El día anterior un artículo de la revista Semana dio amplio espacio a las


mujeres de explicar la verdadera naturaleza de la violencia y quien lo
ejercía.

“Nosotras como mujeres hemos estado ayudando en la resistencia, y


es algo difícil porque nos hemos enfrentado a hombres que tienen ar-
mas y nosotros estamos sólo con palos” afirmó Leydi Ipia una joven
indígena que con su sonrisa alegra el lugar en el que permanecieron
replegados a unos 20 minutos a pie desde la vía Panamericana...

“Cuando uno está en el espacio, está frente a ellos se siente im-


potente porque las comunidades indígenas sólo manejamos un bas-
tón y de pronto una piedra, pero cuando nos encontramos con que
ellos están disparando balas, nos están mandando granadas, y nos
están matando, y en el noticiero lo que sacan es que de acá se les
están mandando granadas, cuando no es así, eso lo hace sentir a
uno sin herramientas para una lucha justa” afirmo María otra de las
mujeres...

A pesar de la sorpresa que dio el Esmad a los indígenas, ellos lucha-


ron por defender su territorio, y lo hubieran logrado de no ser porque

  Semana (23/10/2010) Opinión De Acin:Uribe, ¿por qué no te callas?


114

78 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

como cuenta María “cuando ellos se ven alcanzados lo que hacen es


disparar contra la población civil, dan rafagazos de armas y eso es
lo que les permitió avanzar, porque no tenemos armas y obviamente
empezaron a disparar y nosotros empezamos a correr todos, y si a
eso le sumamos que la fuerza pública también utiliza machetes, en
estos momentos hay un compañero herido a machete que lo utilizó
la fuerza pública y otros heridos con arma de fuego”.115

La violencia de los indígenas se justificaba, pues era una respuesta a la


violencia estatal. Como se dijo al principio de este libro, la principal
violencia es la económica que obliga a un pueblo a salir y tomar una vía
para hacerse escuchar. La reacción violenta del Estado es su manera de
decir que no quieren saber nada de los problemas sociales del país. El
siguiente artículo que se cita es muy diciente sobre la cuestión de los
paros y la reacción del Estado:

El Ministro del Interior, en nombre del Gobierno, manejó este paro


con patas. Su responsabilidad en primera instancia, era desactivarlo.
Parte importante de la actividad de los gobernantes es anticiparse a
las crisis para evitarlas. Una máxima del Buen Gobierno es que los
gobiernos reactivos que se limitan a jugar el papel de bomberos,
nunca logran buenos resultados. Infortunadamente, esta ha sido la
característica de esta administración. No ha logrado aprender que es
mucho mejor y más barato prevenir que curar...

Y que ojala que esta amarga experiencia les sirva de lección para el
futuro.116

Es un análisis muy acertado en varios puntos, y sus últimas palabras


sobre el aprendizaje que se puede hacer para el futuro es algo que nin-
gún gobierno ha hecho. Lo curioso es que este artículo es de 1999, y su
autor fue, nadie más y nadie menos que Juan Manuel Santos. Claro, él
escribía como comentarista periodístico, no como político. Luego cuan-
do le tocó a él vivir la experiencia de un paro como gobernante, cambió
de parecer y como bombero mandó la Fuerza Pública para apagar la
protesta, apagando las vidas de los indígenas. Al final, él igual que el
Ministro del Interior de 1999 retiraría sus perros y Uribe aceptaría ha-
blar con los indígenas sin disculpas de por medio. El 2 de noviembre,
Uribe acudió a la María, el mismo sitio tomado violentamente por la
Policía y allí discutió con los indígenas. Pensaba Uribe que llegaba a

  Semana (22/10/2008) Mujeres cuentan de su minga de resistencia indígena,


115

  El Tiempo (03/12/1999) El mal manejo del paro del sur. Todo el mundo perdió
116

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 79


Una mirada desde el SUR

otro de sus consejos comunitarios donde la agenda era manejada por él


y las preguntas son plantadas entre amigos de su línea política. Pero,
le tocó aguantar una serie de críticas y respuestas a sus banalidades.
Al comienzo, cuando entonaron el himno nacional, muchos indígenas
se sentaron en protesta, algo que molestó a Uribe, pese a que la nación
que él dice representar es la de los blancos oligarcas y los traquetos
que subieron al poder con Uribe. Como comentó Rubén Darío Reyes
“Desde los primeros minutos hay confrontación con lo que se llama pa-
trio, cada vez más reducido a una minoría nacional. Recuérdese que el
himno ha sido recortado en sus estrofas, y aquella que aludía al derecho
y deber a la insurrección ante la injusticia ha sido cortada, escondida y
negada.”117 Quedó claro que hay dos países, el de los excluidos y el de
los que excluyen.

Aunque lograron obligar a Uribe a asistir a La María, no se llegó a nin-


gún acuerdo. Así el Cric convocó a una marcha para noviembre desde
Cauca hasta Bogotá. Miles de indígenas arrancaron desde Cauca el 8 de
noviembre llegando a Bogotá el 19. El evento capturó la imaginación
del país, su ruta y la llegada a cada pueblo fue noticia nacional cada día.
El gobierno intentó torpedear la movilización cuando el terrateniente y
presidente del país dio la orden de no permitir a La Minga entrar a la
ciudad de Ibagué, como estaba previsto. Los indígenas no le hicieron
caso y demostraron lo que todos los paros habían mostrado, la fuerza
que tiene el pueblo cuando se moviliza. Dicen que la ley es sólo para
los de ruana, y es cierto, pero cuando los de ruana, juntos deciden no
obedecer la ley, ya no es ley. Cuando el gobierno intenta imponer la ley
o castigar a aquellos que no acatan a las decisiones del Estado y ellos se
niegan a aceptar la imposición o el castigo, ya no es ley.

La ley es sólo para los de ruana, porque los de ruana aceptan su apli-
cación a diferencia de los Doctores quienes diariamente ignoran la ley.
Entonces, La Minga decidió no aceptar la ley y entraron a la ciudad de
Ibagué. Luego siguió a Bogotá y su llegada fue filmada por todos los
medios. El Tiempo proclamó que en un carnaval se convirtió el ingreso
de la minga indígena a la Universidad Nacional de Bogotá y efectiva-
mente como tantas otras protestas era un festival de los oprimidos. Se
desplazaron desde la Universidad Nacional hasta la Plaza Bolívar para
presentar sus demandas al gobierno:

  Desde Abajo (07/11/2008) El debate con Uribe en La María... Sólo excusas y


117

pretextos

80 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

1. Adopción de la declaración de los derechos universales de los pue-


blos indígenas sin restricciones 2. Rechazo a los términos actuales del
Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos por considerarlos
injusto y perjudicial para la pequeña y mediana industria y riesgoso
para la comercialización de sus productos. 3. La rectificación públi-
ca del presidente Álvaro Uribe por haberlos tratado con el calificativo
de “terroristas”. 4. Definición de un presupuesto para las comunidades
indígenas para la compra de tierras que no sea por medio del Incoder.118

En Bogotá Uribe no los quiso atender. Al final los indígenas acepta-


ron volver a un formato más tradicional de negociación. El debate con
Uribe en La María fue novedoso, pues fue abierto y con una agenda
y estructura diseñada por la propia comunidad. En Bogotá se volvió
a un esquema más tradicional que favorece al Estado, la negociación
a puerta cerrada y la firma de un acuerdo. Como parte de la discusión
entregaron un listado de centenares de acuerdos incumplidos por el Es-
tado. Los acuerdos de La Minga serían otros más incumplidos. Según
varios dirigentes les tocó aceptar ese formato por carecer de la capaci-
dad logística para quedarse en Bogotá más tiempo y por la correlación
de fuerzas. Es probable que así fuera, pero como tantas veces antes,
los manifestantes ganaron la pelea en la vía y la perdieron en las nego-
ciaciones y la ejecución de los acuerdos. Sin embargo, a diferencia del
Paro de 99, La Minga tuvo otro impacto de más largo aliento. Nació la
idea de extender La Minga a otras organizaciones, pues inicialmente
sus reivindicaciones eran de los indígenas, pero vieron que muchos de
los temas como el TLC, la cuestión de la tierra, la minería no son exclu-
siva causa de preocupación para las comunidades indígenas, acuerdos
incumplidos y en la misma movilización se juntaron pueblos indígenas
de otros lados. Así, La Minga intentó extenderse e incorporar a otras
fuerzas no indígenas, funcionando como un espacio de coordinación
de varias organizaciones y fuerzas, “es que este proceso no debería ser
indígena sino habían otras situaciones de campesinos de afrocolombia-
nos que era necesario unir fuerzas y no quiere decir que el CRIC o La
Minga iba a hacer un favor a ellos sino que sus luchas desde su dinámi-
ca han tenido mucho importancia y lo que había que hacer era unir esa
fuerza social y en ese marco nace ese proceso de La Minga porque aquí
los golpeados no éramos los indígenas sino todos.”119

118
  El Tiempo (19/11/2008) En un carnaval se convirtió el ingreso de la minga
indígena a la Universidad Nacional de Bogotá,
119
  Entrevista, Aida Quilcué, junio 2011

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 81


Una mirada desde el SUR

Se tomó la decisión de descaucanizar La Minga y eso se hizo, celebran-


do reuniones de la comisión política fuera de Cauca, foros, mingas de
pensamientos y tulpas en otras partes, culminando en el Congreso de
Los Pueblos celebrado en Bogotá en octubre 2010, donde participaron
muchas organizaciones ajenas a La Minga. Efectivamente, se ha visto
cierta unidad aunque fuera marcado en sus inicios por los indígenas se
ha intentado promocionar a otras fuerzas. Hoy, de los tres voceros que
tiene La Minga, sólo uno, Feliciano Valencia es indígena, los otros dos
son Marylen Serna del Movimiento Campesino de Cajibío y Teófilo
Acuña de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (ambas orga-
nizaciones son integrantes del Coordinador Nacional Agrario, CNA).
Es muy aventurado hacer una evaluación de la Minga, pues apenas ha
comenzado su camino, sin embargo, se puede afirmar que aglutina a
muchas organizaciones, muchas de las cuales ya venían trabajando jun-
tas sobre temas como la tierra, el agua, la justicia entre otros y es un
verdadero intento de unidad en torno a las problemáticas sociales del
país donde se intenta a través de la discusión e intercambio de ideas mo-
vilizar a la gente sobre los grandes problemas que afectan al país. Sin
embargo, aún falta mucho por hacer, muchas de las organizaciones que
participaron en el paro de 1999 no han vuelto a trabajar juntos, más bien
han coincidido en el tiempo con distintas protestas, pero no hay una
unidad total y en Nariño cada municipio va por su lado. Es una gran de-
bilidad del movimiento popular, pues sus enemigos están muy unidos.
En La Minga participan organizaciones como Cima, Movimiento Cam-
pesino de Cajibíos, Acader, Asojuntas de Argelia pero quedan por fuera
organizaciones como Asoinca y Fensuagro, pero las empresas petrole-
ras se juntan en la Asociación Colombiana del Petróleo y las mineras
también se reúnen en la Cámara Asomineros ANDI, los divididos son
del pueblo colombiano. Su enemigo tiene claridad sobre lo que quiere y
por donde es el camino y trabajan mancomunadamente en aras de hacer
efectivos sus planes de despojo.

82 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Pero no se lamenten.
He vivido por la alegría,
y por la alegría muero,
y sería un agravio
poner sobre mi tumba
el ángel de la tristeza.

Julius Fucik

5
El asesinato de Edwin Legarda
El 16 de diciembre del 2008 poco después de concluir la marcha de La
Minga a Bogotá, Edwin Legarda fue asesinado por el Ejército colom-
biano en un emboscada tendida por los soldados en Totoró. Inicialmente
se intentó presentar la muerte de Edwin como el resultado de un intento
de escapatoria, pues dijeron que tenían información que venía un carro
transportando armas para la guerrilla. Esta versión fue desmentida casi
enseguida por varias entidades. El Tiempo reportó “La Defensoría dice
que 16 impactos dieron “en las partes laterales de la camioneta” y tan
sólo tres en la parte trasera. Esos disparos, cuestiona, “desmienten la
versión inicial según la cual la tropa disparó ante la omisión de pare”.120
Además viajaba en una camioneta roja que era muy conocida por las
autoridades. No había duda que se trataba de una ejecución extrajudi-
cial, aunque según algunos relatos los militares intentaron convertirlo
en un falso positivo, pero la llegada rápida de la Guardia Indígena a la
zona impidió que pudieran plantar algunas armas en el vehículo. Sobre
las circunstancias de su muerte Aida Quilcue, la esposa de Edwin y diri-
gente indígena no duda de que se trata de un asesinato “En Colombia no
se permite hablar. Yo he hablado de manera contundente por eso el plan
  El Tiempo (22/12/2008) Versión militar sobre muerte de Edwin Legarda fue
120

cuestionada por la Defensoría


Una mirada desde el SUR

del atentado de ayer fue hacía a mí: Aída Quilcue, consejera del Cric y
contra muchos dirigentes que han liderado este escenario. Por eso dio
la vida mi esposo”.121

Aida Quilcue se crió en una familia de 10 niños, según su propio relato


ella de niña siempre acompañaba a su papá en sus reuniones como diri-
gente, hasta volaba de la escuela para poder ir con él. Dice que su papá
le enseñó a escuchar como método de trabajo con las comunidades, le
inculcó valores de honestidad, ambas cualidades que mostró durante La
Minga. Una experiencia organizativa que le marcó la vida fue la reorga-
nización después de la tragedia de Páez y allí en ese proceso es cuando
conoció a su esposo Edwin. Los terratenientes y el DAS le persiguieron
por su trabajo y su defensa de la tierra. Por su trabajo le eligieron Con-
sejera Mayor del Cric, la primera mujer en ocupar ese cargo. Tiene una
visión muy global del problema de la Madre Tierra y no duda en echar
la culpa a los multinacionales. Habla fuerte pero cuando habla del aten-
tado que le costó la vida a su marido su cara se llena de tristeza. El Ejér-
cito en aras de justificar su asesinato y enlodar el buen nombre de Aida,
dijo que fue ella quien les llamó para decirles que venía gente armada.

Fue muy duro, matan a mi esposo me tocó defenderme, me revicti-


mizaron como indígena y como mujer, lo más bajo que pudo hacer
el Ejército era decir que yo había mandado matar a Edwin por cosas
sentimentales. A partir de eso mi vida se parte en dos, perdí mi li-
bertad como indígena y como mujer ya no podía caminar sola en la
calle, cambio la vida de mi hija y el atentado que hicieron a mi hija,
intentaron matarla.122

El Estado contraataca a las denuncias de Aida con cinco judicializacio-


nes en su contra. En uno de los casos dicen que ella amenazó al testigo
clave del Ejército en el proceso de Edwin, una mujer que se llama Pa-
tricia Riveros, quien había infiltrado al movimiento indígena. En otro
acto que demuestra la escuálida ética de los Doctores, le acusaron de
haber inventado el atentado contra su hija y la denunciaron por falso
testimonio. También le querían judicializar por el castigo impuesto por
la Guardia Indígena a un militar infiltrado en La Minga y para colmo le
acusan de falsedad procesal, alegando que Aida obtuvo su esquema de
seguridad para vivir bien y no por correr riesgo.

121
  El Tiempo (17/12/2008), Presidente Uribe lamenta la muerte de esposo de
consejera Mayor de la Cric
122
  Entrevista a Aida Quilcue op. cit.

84 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

¡Denunciaron a Aida y al Cric por lavado de activos! Mientras otros ha-


cen desfalcos con los fondos públicos, una mujer cuyo único y comen-
dable delito es haber defendido a la Madre Tierra, a su gente y haber
arriesgado todo en pro de su comunidad es perseguida por lavado de
activos, un delito más común entre los que la persiguen y en el 2010 es
acusada de ser cómplice en un secuestro de las FARC. Definitivamente,
Aida tenía toda la razón cuando dijo que sabía que Uribe no la iba a per-
donar, ni Santos tampoco. Y ahora que ocho de los militares fueron con-
denados por el asesinato del Edwin, menos aún le van a perdonar. Aida
dice que La Minga puso en jaque la imagen internacional del gobierno
de Uribe, logró poner sobre la mesa un debate sobre la cuestión de la
tierra, los pueblos indígenas y las comunidades campesinas y vio nacer
un proceso organizativo. Uribe se ha ido lanza en ristre por menos. En
los tiempos de Quintín Lame, era muy fácil encarcelar a un indígena,
hoy es algo más complicado y, por eso, el Estado intentó matar a Aida y
su hija, y por eso asesinaron a su marido Edwin y como el orgullo y la
dignidad indígena no son considerados como delitos en el código penal,
les toca enlodar su buen nombre con falsos procesos.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 85


El hombre blanco nos hizo muchas promesas
Más de lo que puedo recordar.
Pero sólo cumplió con una,
Prometió tomar nuestras tierras y lo hizo.

Cabildo, Nube Rojo

6
Los Awá
El 4 de febrero 2009 un grupo de guerrilleros pertenecientes a las FARC
llegaron a una comunidad Awá en el municipio de Barbacoas y asesina-
ron a 11 personas. La noticia se regó por todo el país, y este pueblo indí-
gena olvidado por los medios y el Estado de repente encontró un eco en
la prensa, a diferencia de las masacres cometidas por los paramilitares
y la fuerza pública contra este pueblo que fueron ignoradas. Las FARC
aceptaron su responsabilidad alegando que los muertos eran informan-
tes del Ejército. Alguna gente de la comunidad dijo en conversaciones
en el marco de este trabajo, que eso podía ser cierto, aunque con eso no
se pretende justificar la masacre.

Los indígenas organizaron la Comisión de Investigación de la Minga


Humanitaria para rescatar los cadáveres.

La Comisión declaró a las FARC, “como autores intelectuales y ma-


teriales del genocidio contra el pueblo indígena Awá y, responsables
de convertir su territorio en su zona de refugio, irrespetando y vio-
lando el Derecho Internacional Humanitario”

Condenó la participación por omisión y acción del Estado Colom-


biano, “por la constante militarización del territorio indígena Awá,
Una mirada desde el SUR

la presencia del Ejército en las casas y su permanente monitoreo


militar en los sitios sagrados, ríos y caminos y, la usurpación de los
escasos animales y alimentos que les quedan a los moradores de esta
región.123

Luego de ésta masacre vino otra el 23 de mayo 2009, cuando tropas


adscritas al Batallón de Contraguerrilla No. 23 mataron al señor Gonza-
lo Rodríguez presentándolo luego como miembro de las FARC. Según
el Ejército, lo habían capturado pero en un intento de fuga les “tocó
darle de baja”. Sin embargo, las declaraciones de su esposa, testigo de
los hechos, desmiente la versión del Ejército. Ella cuenta que la tropa
los paró y la separó de su esposa y a los pocos minutos lo mataron. Ni
ella ni su marido eran guerrilleros e iban vestidos de civil. Por sus de-
nuncias la señora Sixta Tulia García, esposa del finado, recibió varias
amenazas.124 Pero la violencia contra este pueblo no paró ni siquiera
con el falso positivo cometido contra Gonzalo Rodríguez.

Una segunda masacre se originó el día 26 de agosto de 2009 en


ella fueron asesinados 12 indígenas del pueblo indígena Awá y tres
más heridos por manos criminales, quienes con sevicia llegaron a
las 5.00 A.M. bajo la figura de encapuchados al Resguardo Indígena
del Gran Rosario del Municipio de Tumaco causándoles la muerte a
cinco niños, una niña y seis adultos.125

Aunque los medios atribuyeron la masacre a la delincuencia común,


hay algunas dudas respecto al caso. Sixta Tulia García, única testigo
del asesinato de su marido en el antes citado falso positivo montado
por el Ejército, se encuentra entre las víctimas. El Ejército aprovechó la
violencia desatada contra los Awá para pescar en río revuelto. La prensa
optó por no publicar estos aspectos del caso, pues contradice la ver-
sión simplista que manejaban los medios: guerrilla, narcotráfico = ma-
sacres de indígenas. Del total de 77 asesinatos de indígenas ocurridos
en el año 2009 “el Pueblo Awá ha sido la principal víctima con un saldo
de 38 Awás asesinados. Esto indica que el 49.35% de los indígenas
asesinados en Colombia durante 2009 corresponden a este pueblo.”126

123
  Unidad Indígena No 125 noviembre 2009 Minga Humanitaria por la vida y la
dignidad del Pueblo Awá, pág. 11
124
  Unidad Indígena No125 noviembre 2009 Genocidio contra el Pueblo Awá,
pág. 10
125
  Inipu No. 19 Masacre contra el pueblo Awá, pág. 12.
126
  Inipu No. 19 violaciones a los derechos humanos del pueblo Awá pág. 15

88 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Los Awá son uno de los pueblos que más ha sufrido la violencia contra
los indígenas a manos de todos los actores del conflicto, aunque algunos
con mayor responsabilidad que otros como demuestra la siguiente tabla
de la ONIC.

Tabla 5
Hechos violentos según tipo de actores y número de víctimas.127

Actor 1998 –2002 2002–2009


Grupo Insurgente 1354 6622
Actores Estatales 547 4725
Paramilitares 3656 1736
Otros Actores 208 642
Total 5765 13725

Como se puede ver en la tabla todos los actores han golpeado a los
pueblos indígenas. Pero cuando pasamos de la violencia general que
incluye amenazas y miramos sólo los asesinatos se ve un panorama que
no tiene cabido en el discurso oficial del Estado y los medios.

Tabla 6
Asesinatos según tipo de actor y número de víctimas.128

Actor 1998–2002 2002–2009

Grupo Insurgente 193 203

Actores Estatales 30 90
Paramilitares 432 403
Otros Actores 146 236
Total 801 1014

Teniendo en cuenta que comparamos los cuatro años de Pastrana con


el lapso mayor del gobierno de Uribe, se ve una reducción en la tasa
de homicidios. Empero, los asesinatos atribuidos al Ejército se tripli-
caron de 30 a 90, un aumento en términos absolutos y como porcentaje
del total. Los grupos paramilitares y la insurgencia asesinaron a menos
  Datos suministrados por la Onic
127

  Ibíd.
128

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 89


Una mirada desde el SUR

indígenas en los siete años de Uribe que trata la tabla. En el caso


de los paramilitares la reducción se debe en parte a la supuesta
desmovilización. En el caso particular de los Awá se pinta la siguiente
situación.

Tabla 7
Infracciones a los derechos humanos del pueblo Awá.129

Infracciones
a los derechos Total Hom- Mu-
Niños Niñas Familias
humanos del Víctimas bres jeres
pueblo Awá

Desplazamien-
9836 3485 3567 1497 1287 1458
to Forzado

Acciones
1259 458 454 163 144 356
Bélicas
Asesinatos
140 112 20 6 2 1
Políticos
Heridos 28 20 5 2 1 1
Tortura 14 12 1 1 0 1
Desaparición
13 13 0 0 0 1
Forzada
Amenaza
11 11 0 0 0 0
Colectiva

Detenciones
6 6 0 0 0 0
Arbitrarias

Secuestro 5 5 0 0 0 0

Amenaza
2 2 0 0 0 0
Individual

Total 11314 4124 4047 1669 1434 1818

En el caso de los Awá, hubo un incremento en la tasa de violencia. De


los 140 asesinatos políticos de que fueron víctimas 38, es decir, 27%,
corresponden al 2009, penúltimo año de la pesadilla de Uribe. Ellos
  Inipu, No. 19 Infracciones A Los Derechos Humanos De Los Pueblos Indíge-
129

nas En El Año de 2009, pág. 17

90 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

representan un porcentaje alto del total de asesinatos de indígenas en


el país.

El año 2009 deja un saldo alarmante en lo que respecta a asesinatos


políticos. De 77 asesinatos ocurridos en el año en curso, el Pueblo
Awá ha sido la principal víctima con un saldo de 38 indígenas ase-
sinados. Esto indica que el 49.35% de los indígenas asesinados en
Colombia durante el 2009 corresponden al pueblo Awá.130

Las masacres cometidas contra el pueblo Awá son casos muy dramáti-
cos pero no sorprendentes. Tanto la Onic como la Defensoría del Pue-
blo viene denunciando la presión sobre la comunidad y los riesgos que
corren. La Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana en diciem-
bre 2008, advirtiendo que la comunidad corría gran riesgo.131 En junio
de ese año emitió una resolución sobre las violaciones de los derechos
materiales, culturales, educacionales y por supuesto de los derechos
humanos de los Awá.132 El Estado colombiano no puede alegar que no
tenía conocimiento sobre el particular, pues sus propias entidades ve-
nían advirtiendo sobre los peligros para la comunidad y se optó por
ignorarlas. Como anotó la Corte Constitucional en el Auto 004 de 2009.

En muchos otros casos, ha habido advertencias y alertas tempranas


o informes de riesgo, bien sea emitidas por las mismas comunida-
des, sus organizaciones y sus líderes, bien sea dentro del Sistema de
Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo; pero igual, pese a
los anuncios, han acaecido los crímenes o los desplazamientos que
se temen, ante la franca indiferencia, la pasividad o la impotencia de
las autoridades competentes (la negrilla es nuestra).133

Aunque la situación es alarmante, sería un error reducir la violencia


contra el pueblo Awá a una letanía de tristes tragedias. Sin descono-
cer ni minimizar el dolor, se le debe poner en su contexto para poder
enfrentarlo y superarlo. Sólo si se llega a entender las dinámicas del
conflicto se puede esperar algún día relegarlo al pasado. Hay auto-
res materiales, intelectuales y hay procesos económicos y sociales en
juego, y de la misma manera que el conflicto produce damnificados y

130
  Onic (2009ª) op. cit. pág. 18
131
  Informe de Riesgo número 029 de 2008. Defensoría del Pueblo, Sistema de
Alertas Tempranas –SAT130
132
  Véase Resolución Defensorial No. 053 de 2008
133
  Auto 004 de 2009 de la Corte Constitucional

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 91


Una mirada desde el SUR

víctimas también produce beneficiarios. Cada muerto tiene su doliente,


pero también aquel que, de forma perversa, se beneficia de los hechos.

Los procesos económicos a que nos referimos al principio del libro son
el contexto de la violencia contra este pueblo. Sin lugar a dudas el nar-
cotráfico juega un papel, pero también la minería y otros proyectos. La
coca destruyó el tejido social.

En tiempo récord, la inmersión en la economía “burbuja: de la coca


ha logrado resquebrajar la Costa Pacífica Nariñense un tejido so-
cial, que por siglos había sostenido a las personas y familias den-
tro de una red de relaciones que ayudaban a resistir, vivir y salir
adelante en épocas buenas y malas. Valores tradicionales básicos
como el apoyo a los miembros de la familia afro–extensa se han
derrumbado frente al “dios dinero’ con sus leyes inmisericordes e
inescrupulosas…

Apenas se recuerda la solidaridad entre vecinos y los trabajos en


bien de la comunidad se acabaron, desde que cada cual lucha por
lo suyo y la coca no deja tiempo para lo demás.134

La auto organización, la cultura y costumbres de los indígenas son


un reto para esa nueva mentalidad y un modelo a seguir, por lo tanto
son un estorbo para el desarrollo de esta actividad ilícita como lo es
para todas las demás actividades económicas a gran escala. La Dió-
cesis de Tumaco ha identificado los proyectos que atentan contra las
comunidades de la región:

• Cultivos extensos para biocombustibles; palma aceitera, caña,


yuca, para lo cual ofrecen créditos fáciles.

• Monocultivo de cacao.

• Turismo. Hidroeléctricade Brazo Seco, donde ya se están ade-


lantando trochas en Satinga, municipio Olaya Herrera.

• Explotación maderera.

• Explotación minera.

• Acuapista por los manglares, conectando el puerto de


Buenaventura (el cual es proyectado como centro del desarrollo
134
  Diócesis de Tumaco (2009) op. cit. pág. 38-39

92 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

del Pacífico) con el puerto de Tumaco, afectando los manglares,


la piangua (concha) y el camarón.

• Carretera de doble calzada de Tumaco–Pasto a Belém de Pará


Brasil, (puerto de contenedores en la Amazonía), que conectaría
el Atlántico con el Pacífico y afectará los resguardos indígenas
Awá y comunidades afros de la zona carretera.135

La situación que enfrentan los Awá es de tal magnitud que la Corte


Constitucional resolvió en el Auto 004 de 2009:

Primero.–DECLARAR que los pueblos indígenas de Colombia, se-


gún lo advertido en esta providencia, están en peligro de ser exter-
minados cultural o físicamente por el conflicto armado interno, y
han sido víctimas de gravísimas violaciones de sus derechos funda-
mentales individuales y colectivos y del Derecho Internacional Hu-
manitario, todo lo cual ha repercutido en el desplazamiento forzado
individual o colectivo de indígenas.136

Entre los 33 pueblos que están en peligro se encuentra el pueblo Awá y


entre los factores de violencia la Corte incluye económicos aunque no
señala ningún proyecto especifico y mucho menos una empresa. Sin
embargo, no podemos separar el contexto del llamado “desarrollo”.
Mientras los indígenas de Cauca se movilizaron los Awá estaban lu-
chando también por su supervivencia, aunque inicialmente recibieron
cierto apoyo moral de los medios por el ataque de las FARC, ese apoyo
se evaporó rápidamente, pues no se puede abordar el tema de los Awá
sin poner bajo la lupa, la militarización de los resguardos, el accionar
de la Fuerza Pública y los proyectos económicos en la zona, incluyendo
la minería que ya se esboza como un factor de violencia contra los Awá.

  Ibíd. pág. 51
135

  Auto 004 op. cit. pág. 4


136

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 93


Lo sorprendente de la guerra
es que cada jefe de asesinos
hace bendecir sus banderas
e invocar solemnemente a Dios
antes de lanzarse a exterminar al prójimo.

Voltaire

7
La Guerra Desatada
Los paramilitares comenzaron su entrada definitiva a Nariño en los no-
venta, la entrada en Cauca comenzó después del paro en el año 2000/1.
Pero sería un error ver su llegada como una respuesta a las movilizacio-
nes, aunque coincidieron en el tiempo. Muchos dirigentes de los paros
fueron perseguidos, otros no, en algunas partes los paras preguntaron
directamente por ellos, y en algunos casos nunca preguntaron por los
dirigentes. Las entradas a Nariño coinciden, más o menos con el asedio
a otras regiones como el Sur de Bolívar y la del Cauca con la toma de
Barrancabermeja y otras ciudades del país. Bajo el gobierno de Pastra-
na, las AUC experimentaron la mayor expansión del paramilitarismo
desde los años de La Violencia y he aquí la razón que explica las fechas
de la arremetida paramilitar.

Unas de las primeras grandes masacres que hicieron los paramilitares


y el Ejército fue la de 10 pasajeros de una chiva en La Rejoya, munici-
pio de Cajibío. El lugar de la masacre queda apenas a 10 minutos de la
capital departamental,Popayán. Antes de salir, la chiva se recibió una
llamada pidiendo que el vehículo pasara por la variante para recoger a
unos pasajeros, así se arregló que hiciera la ruta normal y eso los pon-
dría en las garras del Ejército colombiano. Era una zona de frecuentes
Una mirada desde el SUR

atracos. Cuando bajó la chiva a la una de la tarde en dirección a Popa-


yán, inicialmente los pasajeros pensaban que se trataba de otro atraco,
hasta que una voz les gritó “bájense hijueputas guerrilleros y se tien-
den”. Inicialmente, el conductor no quiso bajar y le volvieron a decir
“bájese guerrillero”. Una vez que tendieron al suelo, los encapuchados
preguntaron a una persona que les acompañaba, “quienes son” dijeron,
y esa persona iba diciendo, éste, y pum, pum, pum sonaban sus armas, y
siguieron hasta disparar a once personas. El único que sobrevivió fue el
conductor quien recibió tres impactos, uno en la palma de la mano, otro
en el pecho y el último en la cabeza, balazo que aún hoy día permanece
incrustado en su cerebro, dejándolo medio ciego y medio sordo. Carlos
Castaño, máximo jefe de los asesinos en ese entonces, dijo que todos
eran guerrilleros.

Aunque la masacre se atribuyó a las AUC, no se puede ignorar el pa-


pel del Ejército colombiano cuyos soldados integraban el grueso del
grupo de verdugos. Cuando el Ejército acabó su macabro trabajo se
dio la orden a los demás de que se largara, la gente, primero subió de
nuevo a la chiva, pero les dijeron que iban a quemar la chiva y así se
bajaron y huyeron entre el rastrojo, uno de los pasajeros se dio cuenta
que su hijo no lo seguía y volvió al sitio casi enseguida para buscarlo y
cuando llegó a la chiva de nuevo se encontró al Ejército allí, ya sin sus
capuchas.137 Habían pasado unos minutos no más, era imposible que
llegara el Ejército allí tan rápido sin un intercambio de disparos con
los supuestos encapuchados. Además en “versión libre, Jaime Manuel
Mestre alias ‘Romario’ dijo que la masacre se cometió con apoyo del
Batallón José Hilario López de Popayán.”138 Valga recordar la cercanía
del sitio de la masacre con la ciudad de Popayán es un punto no tan ais-
lado al que se llega fácil y no queda muy distante del cementerio. Debió
servir como una llamada de atención a las autoridades departamentales
y nacionales sobre lo que avecinaba. Pero así no fue, se quedaron con
los brazos cruzados.

Luego de la masacre de La Rejoya vino la de El Naya. Fue una masacre


anunciada. Aunque algunos comentaristas cínicos le querían echar la
culpa al ELN, por haber llevado los secuestrados de La María en Cali a
esa zona. “El secuestro provocó, según las víctimas, la intervención pu-
nitiva de un grupo paramilitar contra la población civil del Alto Naya,

  Testimonio
137

  Los hermanos Castaño y sus cómplices en Cauca, Valle y Huila, www.verda-


138

dabierta.com julio 2011

96 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

pues había quedado la sensación de que la población local conocía del


secuestro o apoyaba de alguna forma a la guerrilla. Dicen las víctimas
que también fueron alentados por el interés de abrir la zona a la explo-
tación minera y a nuevos comerciantes.139 Si el motivo del secuestro
fuera cierto habrían invadido a las zonas donde las FARC mantenían
a Ingrid Betancourt, o los diputados de Cali, algo que nunca hicieron.
Además eso presume que las AUC eran una fuerza reactiva (algo que
forma parte de su mitología), pero en realidad eran una fuerza proacti-
va y ofensiva. La decisión de entrar a Nariño y Cauca obedecía a una
estrategia nacional de ellos y nadie más tiene la culpa, salvo las AUC y
el Estado colombiano. “En las versiones libres los paramilitares dieron
razones estratégicos para explicar la masacre de El Naya. ‘El Cura’ y
otros ex jefes paramilitares han explicado en las versiones libres que el
propósito de esa “incursión” era que el grupo... pasara por la región de
El Naya y se asentara en el litoral Pacífico caucano... las Auc pretendían
crear el Bloque Pacífico para controlar todas las salidas al mar entre
Chocó y Nariño.”140

La masacre de El Naya, no tenía nada de sorprendente, era una masacre


anunciada por los paramilitares y la Defensoría del Pueblo venía advir-
tiendo al Estado sobre la violencia en la región y la presencia de grupos
paramilitares. La intención de llegar a Cauca se anunció antes del se-
cuestro de La María, y era independiente de las acciones del ELN y las
FARC. La Defensoría informó varias veces al Estado sobre la presencia
de los paramilitares y de retenes paramilitares en la vía que conducía a
El Naya:

El 10 de noviembre de 2000, la Defensoría solicitó la adopción de


medidas de protección a los Ministros del Interior y de Defensa Na-
cional, a favor de los habitantes de la comunidad indígena perte-
neciente al Cabildo Páez del Alto Naya, luego de que se recibiera
información acerca de la presencia de las denominadas autodefensas
en Timba. Asimismo, la Entidad dio traslado de la queja a la Direc-
ción de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior y se solicitó la
correspondiente investigación a la Fiscalía General de la Nación.141

139
  Jimeno, M et al (2010) A Los Siete Años De La Masacre Del Naya: La Pers-
pectiva De Las Víctimas, Série Antropología 431, Universidade de Brasilía, Bra-
sil, pág. 8
140
  La masacre del Naya y los militares, www.verdadabierta.com marzo 2011
141
  Resolución Defensorial No. 009 Sobre La Situación De Orden Público En La
Región De Río Naya, Mayo 2001 pág. 3

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 97


Una mirada desde el SUR

Las AUC inclusive enviaron un comunicado al gobernador de Cauca,


Negret Mosquera en mayo de 2000, un año antes de la masacre:

...tal como le habíamos anunciado públicamente las AUC hemos


llegado al departamento del Cauca con nuestro frente de guerra
CALIMA. En el día de ayer incursionamos en algunos corregimien-
tos del municipio de Buenaventura en el departamento del Valle, y
en otros caseríos pertenecientes al departamento del Cauca, con el
resultado de 14 guerrilleros de las FARC dados de baja por nuestras
tropas en combate y doce guerrilleros ejecutados de civil.142

La Resolución 009 de la Defensoría da fe de otros avisos que dieron


al Estado sobre la inminente masacre de El Naya. Apenas entraron los
paras, se les informó sobre su presencia y el peligro que corrían los
habitantes de la zona. “El 11 de abril de 2001, se enviaron de manera
urgente los oficios respectivos, a las autoridades civiles y militares del
orden nacional, con el fin de alertarlos por la movilización masiva de
un grupo... hacia el Alto Naya”143 Sin embargo, no sirvió de nada, cen-
tenares de paramilitares entraron a la zona y masacraron a la población
inerme. Para ejecutar su macabro plan tuvieron que desplazarse por una
zona militarizada pasando a escasos 20 minutos de una base militar144,
dato que también recogió la Defensoría en su resolución. Según las
versiones libres de los jefes paramilitares, sí contaron con algún apoyo
por parte de los militares.145 El propio Concejo del Estado reconoció la
responsabilidad omisiva del Estado en la masacre pero no su responsa-
bilidad comisiva, algo que queda como tema pendiente, 67 paras fueron
condenados por su papel pero aún se espera siquiera la denuncia formal
contra los autores intelectuales. Después, arrecieron las masacres como
señala la Defensoría.

En el norte del Cauca se ha observado un notorio incremento de ma-


sacres por parte de los actores armados. Desde el año 2000 hasta el
año 2002, fueron denunciadas 5 masacres, entre otras, las realizadas
en Canoas, en diciembre de 2000; en el Naya, en abril de 2001; en
Santander de Quilichao, el 7 de abril y el 2 de mayo del año 2001.
Estas masacres han sido ejecutadas, en su mayoría, por las AUC.146

142
  Ibíd. pág. 10
143
  Ibíd pág. 5
144
  Testimonio
145
  La masacre del Naya y los militares op. cit.
146
  Informe Defensorial Situación De Derechos Humanos De las Comunidades
Indígenas Del Norte Del Cauca Bogotá, Defensoría del Pueblo 2003 pág. 10

98 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

El mismo informe detalla que a pesar de las masacres la presencia de


los paras era abierta. “En Munchique, cerro La Teta, a 40 minutos del
casco urbano de Buenos Aires, hay un campamento AUC que agrupa
aproximadamente a trescientos (300) hombres, los cuales obligan a la
población civil a asistir a reuniones.”147 Es que después de las primeras
masacres ya comenzaron a tomar control de poblaciones enteras y ru-
tas estratégicas, tanto en Cauca como Nariño. Tomaron y controlaron
muchas cabeceras del Norte de Cauca, pero la joya en la corona para
los paramilitares era la Panamericana, ya no sería el centro de la movi-
lización sino el punto neurológico de control sobre la población. Con el
control sobre las poblaciones en el norte de Cauca, las AUC para real-
mente controlar todo, tomaron la Panamericana entre Timbío a pocos
minutos de Popayán, pasando por Rosas, El Bordo hasta Remolinos en
Nariño. El punto clave fue el Bordo, su centro de operaciones. Allí co-
menzaron repartiendo volantes amenazantes a la población imponiendo
un toque de queda en el pueblo. “Por su parte, el Comandante de la Ter-
cera Brigada, general Francisco Pedraza, desestimó las amenazas y dijo
que el panfleto, al parecer, es obra de un estudiante.148 Sí señor, ¡un es-
tudiante! los hechos acaecidos a lo largo de estos años demuestran que
fue mucho más grave que una broma estudiantil y el susodicho general
fue detenido en septiembre 2009 y vinculado al proceso por la masacre
de El Naya y señalado por alias H.H comandante del Bloque Calima de
las AUC como colaborador en dicha masacre.149

Cuando tomaron la Panamericana, no se adentraron mucho al Macizo,


salvo algunas incursiones a Lerma, Almaguer y La Fonda entre otros si-
tios, principalmente para robar a la gente. Aunque en esas ocasiones, las
AUC en un acto de relaciones públicas hacían llegar mensajes a los mo-
radores diciendo que no fueron ellos quienes cometieron los robos. No
les hacía falta una presencia permanente en el Macizo, todo poblador
del Macizo tiene que bajar a la Panamericana en algún momento para
hacer negocios o simplemente salir a Popayán o Pasto en el caso del
norte de Nariño. Aunque sí entraron a otros municipios donde hasta hoy
día tienen presencia, como Balboa, Argelia y Tambo. Así ejercieron un
control sobre la población, aunque alguna gente procuraba no bajar casi
nunca. Las mujeres de Lerma cuentan que evitaban ir al Bordo porque,
se decía que los paramilitares habían impuesto unas reglas en el vestido

147
  Ibíd. pág. 8 y 9
148
  El Tiempo (13/02/2001) El Bordo, En Toque De Queda Por Los Paras
149
  Semana (10/09/2009) Por masacre del Naya, capturan a general (r) Francisco
René Pedraza www.semana.com

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 99


Una mirada desde el SUR

a las mujeres y por eso no iban al pueblo. En el Bordo, explicaron que


ese rumor no era cierto “Esas normas existían pero no se aplicaron acá
en El Bordo, donde sí se aplicaron fue en Santander de Quilichao, esos
paramilitares provenían de esa ciudad”150 y según cuentan un oficial de
la Policía los trajo de allí. El caso del oficial fue denunciado.

La presencia de las AUC en El Bordo era abierta y bien conocida por


todo el mundo, hasta donde vivían era de conocimiento público. Entre
seis y ocho paras se mantenía en la Residencia Sofía, “allí había un par-
queadero y él que cogían en la calle, lo llevaban allá y lo torturaban y lo
mataban y luego botaban el cadáver en cualquier parte de la Panameri-
cana”. Aún así la Fuerza Pública no hizo nada, “pero la guerrilla se dio
cuenta que los paras vivían en esa residencia y pusieron una bomba en
el segundo piso, pero la Policía entró y desactivó la bomba. A la Policía
le dio vergüenza y a los tres días detuvieron a cinco paramilitares en
esa residencia, porque si la guerrilla que vive en el monte se dio cuen-
ta donde vivían los paramilitares como no iban a saber ellos.”151 Vino
una jueza especializada de Bogotá e hicieron varios allanamientos. Sin
embargo, se mantenían en la zona después, aunque en pueblitos más
pequeños cercanos a El Bordo sin dejar de actuar adentro de la cabecera
municipal. La complacencia de la Fuerza Pública era tal que los paras
podían pasar por retenes sin mayores problemas. Un militar retirado
cuenta que en un retén en El Bordo llegó un carro, él lo requisó y en-
contró armas, pero como eran de las AUC le dieron la orden de dejarlo
seguir.

Ellos actuaban con absoluta impunidad. Uno de los casos que impactó
a la gente del pueblo fue el del médico Eduardo Medina asesinado el 8
de noviembre 2001, quien tenía un establecimiento llamado D’ caché.
En el pueblo rondaban dos versiones sobre su muerte, una que lo ma-
taron por haber atendido a un guerrillero herido (lo cual forma parte de
su deber según el Juramento Hipocrático que toman todos los médicos)
y la otra versión, de pronto más creíble, que lo mataron por negarse a
pagar la vacuna. Lo asesinaron a menos de dos cuadras de la Estación
de Policía. ¡La Policía duró más de media hora en llegar al sitio, menos
de dos pasos por minuto! También se dedicaron a hacer una “limpieza
social” y a una cuadra de la Estación mataron a un lustrabotas en el
parque principal a plena luz del día y la Policía no hizo nada. Como
dijo una persona en El Bordo “ellos se hacían sentir en el pueblo y

150
  Testimonio
151
  Testimonio

100 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

impusieron un toque de queda y la persona que encontraban en esas


horas lo ejecutaban, andaban en grupos pequeños a pie y hacían una
patrulla en moto.”152 También llegaron a ofrecer un servicio de sicariato
en el pueblo para arreglar disputas, algo que hicieron en otros lugares
como Túquerres en Nariño.

La presencia de los paras agudizó el conflicto en la zona creando


problemas para muchos

Pobladores. Uno de los gremios que vivió muy de cerca y en carne pro-
pia esa agudización fue el de los transportadores. En eso el municipio
del Patía no se diferenciaba del resto del país. En todas las zonas que los
paras tomaron, el transporte siempre era un botín, pues se puede apro-
vechar para la logística de la guerra, el control sobre la población y para
realizar actividades de inteligencia militar. Paraban a los transportado-
res en el camino obligándoles a llevarlos. “El problema es este, como
pasó a un chofer mío, lo pararon en la Mata de Guadua y le dijeron
llévenos hasta el Crucero y él los llevó y los dejó y siguió su ruta hasta
La Mesa, y allí subió otro grupo, resulta que el primer grupo eran Los
Rastrojos y el segundo grupo las FARC, y se calentó el carro, como se
dice.” Efectivamente, se encontraron entre dos o tres fuegos. El proble-
ma para muchos transportadores era que los paras tenían un con-
trol total sobre ellos y una facilidad de obligarles prestarles el servicio
de transporte. Pero por transportar involuntariamente a paramilitares
algunos fueron amenazados por las FARC, sin tener culpa de nada y
varios tuvieron que desplazarse. Las AUC también tomaron medidas
para impedir el uso del transporte y pegaron un tiro a un transportador
como represalia por haber llevado guerrilleros. A los transportadores les
obligaban transportar a personas pero también remesas o los paraban en
el camino y les preguntaban que tal el camino, poniendo al transporta-
dor en un dilema, si dice que no ha visto nada y luego hay un combate
donde él dijo que no vio nada, le echan la culpa y lo matan, si dice que
allí está la guerrilla, la guerrilla lo trata de informante, aunque general-
mente optaban por decir que no habían visto nada como la más segura
de las dos opciones. “Una vez a un chófer le dijeron que hay que subir
11 prostitutas, yo le dije que hay que hacerlo sino le quitan el carro,
pues si a Ud. le dicen tráigame tantas mujeres, y no lo hace le quitan el
carro, o lo matan.” Los paras no vacunaban a los transportadores, a di-
ferencia de los pequeños tenderos. La vacuna era el transporte, a veces

  Testimonio
152

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 101


Una mirada desde el SUR

reconocían la gasolina, pero un transportador podía perder 150 a 200


mil pesos por hacer el viaje.

La presión de los paras tuvo otras consecuencias. En San Lorenzo, Bo-


lívar los paramilitares entraron varias veces y en su salida del pueblo
obligaron al mismo conductor a llevarlos en su volqueta, hasta que un
día saliendo del pueblo, el ELN les tendió una emboscada en que mu-
rieron varios miembros de las AUC y el conductor quedó herido. Sin
embargo, el ataque de la guerrilla puso fin a ese costumbre de los paras
en San Lorenzo, pero era evidente el peligro que corrían los transporta-
dores y otras personas con vehículos.

Los paramilitares no fueron los únicos que presionaron al gremio. La


misma Fuerza Pública, en contravención de las normas de la guerra
y su propio reglamento interno, obligaban a la gente a transportarlos,
también sin pagarles. “En La Fonda llega un policía anti–narcóticos y
dice Ustedes lleven estas maletines, no llega diciendo cuanto me cobra
sino llévelas y cogió a todos los carros, y si uno dice que Ustedes tienen
sus propios carros, le pegan.” Eso fue parte de un operativo de arranque
manual de coca, donde la Fuerza Pública obligó a civiles a participar
en el conflicto y ni siquiera los remuneró, aunque no se sabe si tenían
viáticos para tal fin. No se denunció. Porque la gente de esa zona es
sindicada de ser de la guerrillera no más por vivir allí y a veces por el
simple hecho de llevar botas pantaneras, como todo campesino. “Para
la Fuerza Pública del Estanquillo para allá todos son guerrilleros, y si
sale con botas o embarrado, ¡guerrillero!”153 Así, cualquier abuso de
autoridad pasa sin ser reportado.

Los paramilitares amenazaron a los políticos de la zona. Durante toda


esa época hubo una fuerte presión sobre los concejales elegidos y los
alcaldes por parte de las FARC, quienes los declararon objetivo militar.
Según un concejal de ese entonces, las amenazas de las FARC fueron
muy generales contra todos los concejales y alcaldes del departamento
mientras las amenazas de los paras iban específicamente contra con-
cejales particulares sobre todo los que participaron en la movilización
de 1999. El alcalde de El Bordo tuvo que salir del pueblo debido a las
amenazas.

Desde El Bordo subieron hasta El Hoyo, sitio de cruce de muchos


caminos, un sitio estratégico para cualquier grupo armado. El Hoyo

153
  Testimonio

102 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

ha vuelto a ser un sitio de interés para los paramilitares debido a la


minería. Actualmente, se explota de forma ilegal la minería en la zona
y los dirigentes temen un regreso a los tiempos de la ocupación de las
AUC. Dicen que las multinacionales como los años, no vienen solos,
traen consigo otras consecuencias. Además cuentan que varias de las
personas que se presentaron para desmovilizarse en Tamaringo, Nari-
ño, como integrantes del Bloque Calima de las AUC, fueron contrata-
das, no eran realmente de los paras. Así, los verdaderos asesinos siguen
sueltos y dispuestos a regresar.

Rosas
Rosas como municipio vivió el mismo problema que El Bordo. Ambos
municipios, cuyas cabeceras están sobre la Panamericana, fueron to-
mados y subyugados por los paras. Allí, según algunos habitantes, los
paras se instalaron con el beneplácito de la Fuerza Pública. Paseaban
como Pedro por su casa, y patrullaban en grupos pequeños de cuatro
personas, se mantenían en el Grill, un bailadero del pueblo y a veces
jugaban billar con los policías. Se quedaban en un hospedaje conocido
como Sephi, y en una hacienda, La Esmeralda que en ese momento
se encontraba abandonada, allí llevaban muchachas del pueblo y las
obligaban a tener relaciones sexuales con ellos. Todo eso era de conoci-
miento público. Igual que en El Bordo, los paramilitares podían ejecu-
tar a personas a poca distancia de la Policía, sin preocuparse demasiado.
Tal fue el caso del joven Arsenio Herrera, asesinado en enero 2002 en la
plaza del mercado a escasos metros de la Estación de Policía.

Desde su misma entrada, ellos pudieron actuar con impunidad. Tulio


Valencia un ex alcalde fue asesinado. El era abogado egresado de la
Universidad de Cauca, pero se dedicó más a mirar el tema del campesi-
nado y la política. Se vinculó al Cima y se lanzó como candidato para la
alcaldía en los noventa y ganó. Cuando llegaron los paras lo buscaron
a él, pues como ex alcalde y dirigente era muy conocido, pero sólo le
exigían plata cuando lo visitaban, algo como 200 mil cada vez. No era
al único que vacunaban, pues les pedían plata a todos los tenderos. Él
ya estaba acostumbrado a ver a los paras abordarlo, así cuando los vio,
dijo que no había problema que él ya les había dado plata. Lo sacaron
de su casa y lo llevaron en dirección de la bomba sobre la Panamericana
y allí lo mataron. Hasta el día anterior el Ejército estaba presente en el
lugar, llevaba unos 20 días allí, pero se retiró dejando despejado el
sitio para el asesinato.
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 103
Una mirada desde el SUR

Luego como él que sabe que no le va a pasar nada, los dos sicarios de
las AUC salieron caminando tranquilamente del lugar de los hechos y
según los comentarios, a los 300 metros subieron a un bus de transpor-
te público en dirección a Popayán. La Fiscalía no hizo nada y sólo llamó
a declarar a un familiar. Tulio Valencia presentía su propia muerte y
unos meses antes dejó una carta conmovedora y bonita para su familia,
sobre lo que le podría pasar. La carta se leyó en su entierro:

Los que se humillan antes los grandes del poder, están muertos en
la vida. Pero nunca me humillé ante ellos por eso vivo. Tranquilos
no se les anude la garganta, no lloren, más bien estén bien. Porque
aquí salieron vencidos fueron los cobardes que no tienen la capaci-
dad, ni la inteligencia suficiente para vencerme con la razón en plaza
pública y de frente como lo hacen los hombres, que quien utiliza las
armas para acallar a los voceros del pueblo lo único que logran es
crear miedo....

Desde hace tiempo que nuestro hoy alcalde quería quitarme el aire y
lo logró. Pero acá llegará y Dios lo juzgará y el jurado de la concien-
cia seremos los que en la tierra hicimos por los que no tienen nada,
porque aquí no entran los ricos, porque el reino es para los pobres.154

En esta carta, conocida y hecha pública después de su asesinato quedó


plasmada la clase de hombre que era y la clase de personas que los
paramilitares asesinaban a diestra y siniestra en la región, sin la más
mínima intervención del Estado para salvar sus vidas. Él era un va-
liente y la descripción que hace de sus verdugos es de la más acertada;
cobardes.

Jota Everardo
La prueba de que los paramilitares no se han retirado de la zona,y so-
bre todo en El Bordo, ha sido el asesinato en el 2009 de José Everardo
conocido popularmente por todo el pueblo como Jota. No fue el único
asesinato en El Bordo, y desafortunadamente no será el último tam-
poco. Su asesinato tiene características bien particulares que merecen
especial atención. Jota, era periodista, y ya había tenido problemas con
los sicarios, que intentaron matarlo unos diez años atrás. Su profesión
ya significaba un peligro, pues es bien sabido que Colombia es uno
de los países más peligrosos para ejercer dicha profesión. Los peli-
gros que corren los periodistas también son judiciales. El informe de la

154
  Carta de Tulio Valencia fechada 03/11/2001(Xerox)

104 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la libertad de


prensa da fe de un número de demandas presentadas contra periodistas
de parte de agentes del Gaula e inclusive de una demanda interpuesta
por el ex presidente Ernesto Samper contra la periodista Claudia Ló-
pez. Ni hablar de los seguimientos e intercepciones ilegales por parte
de agentes del DAS, y para colmo, “En algunos casos, el espionaje
ilícito realizado por el DAS fue llevado a cabo por los mismos agentes
encargados de proteger a estos periodistas en el marco del Programa
de Protección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de
Justicia.”155 Dicho de otro modo, los periodistas ni pueden confiar en
los que están encargados de protegerlos. Jota, seguramente corría va-
rios de estos peligros, pero el que más pesaba era el peligro contra su
vida. Entre 1992 y 2011, 43 periodistas han muerto a raíz de su trabajo
en Colombia, de ellos 40 corresponden a asesinatos, 7.3% de todos los
periodistas asesinados en todo el mundo en el mismo lapso. Hay otros
32 casos en que el motivo no está confirmado.156

Después de muchos años de roces con la clase política caucana, el 24 de


abril 2009 un sicario entró a su casa, él estaba sentado en la silla donde
siempre se sentaba. La puerta de la casa no estaba cerrada con llave. El
no reaccionó ante la entrada del sicario, pensando que era alguien que
de pronto traía una información para alguna nota de prensa. El sicario le
abrió fuego y calló a la voz que incomodaba. En total, Jota recibió seis
impactos de bala, dos en la cabeza y cuatro más en el cuerpo. Dos días
antes de su asesinato se retiró la base militar en el pueblo, alegando que
era una base móvil y la misma noche del asesinato se volvió a instalar.

Enseguida, se produjo la captura de un supuesto sicario que confe-


só, pero no convenció a nadie, parecía más un montaje, pero nunca
persiguieron al autor material e intelectual de verdad. Como periodis-
ta que molesta, lo lógico habría sido mirar a quien incomodaba. Di-
cen que él mismo había comentado que “Si me matan será por Héc-
tor Rodríguez”157 El día siguiente del asesinato circuló un panfleto
anónimo por El Bordo en el mismo tono:

El asesinato de J Everado, fue fraguado desde la ciudad de Popayán,


por personas que venían siendo denunciadas por el periodista, en las
155
  CIDH (2011) Informe De La Relatoría Especial Para La Libertad De Expre-
sión, OEA/Ser.L/V/II. pág. 62 tomado de la pág.ina www.mediosparalapaz.org
156
  Véase Committee for the Protection of Journalists www.cpj.org
157
  Toda información sobre el caso proviene de testimonios varios, salvo donde
se indica lo contrario.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 105


Una mirada desde el SUR

emisoras Bolívar Estéreo y Radio Súper, estos personajes molestos


por las denuncias tan constantes y tan llenos de veracidad deciden
contratar a un grupo de sicarios traídos del Valle...158

El comunicado mencionaba varios casos de corrupción, como la pérdi-


da de fondos de educación y luego nombró quienes consideraban como
los responsables intelectuales.

Los actores intelectuales de estos robos actuaron primero y lo ca-


llaron para siempre. Los actores intelectuales a quien nos referimos
son los Sres. Juan José Chaux Mosquera y Héctor Aurelio Rodrí-
guez Castro, personas que han hecho mucho daño al departamento
del Cauca y en especial al municipio de Patía, pero lo más grave es
que los recursos para financiar el magnicidio salieron del estado.

Son acusaciones muy graves contra personas mencionadas con nombre


y apellido. El comunicado se leyó en un programa de radio de Popayán,
un día después de su aparición en El Bordo. Valga la aclaración que
tanto Chaux, hoy día sindicado de parapolítica como Rodríguez tienen
derecho a la presunción de inocencia y al debido proceso. Empero, he
aquí el problema, ninguno de los dos han sido acusados del delito y
hasta donde se sabe nunca fueron investigados. Las propias palabras de
Jota y el comunicado anónimo, aunque no son pruebas contundentes en
su contra, por lo menos merecen ser tenidos en cuenta para abrir una
investigación.

La Cámara de Representantes aprobó la Resolución 010 del 2009 y el


Senado la Resolución 388 del 2009 en reconocimiento al trabajo y en
honor a Jota Everardo. No son para menos, pero el verdadero homenaje
que se puede hacer al periodista es llevar ante la justicia a todos los
autores materiales e intelectuales de su asesinato. En el 2010, Colombia
ocupaba el quinto puesto a nivel mundial por impunidad frente a los
asesinatos de periodistas detrás de países como Irak, Somalia, Filipinas,
Sri Lanka. Es diciente que el sexto país en la lista sea Afganistán, el
cual tenía un récord levemente mejor que Colombia.

Bolívar
Bolívar es un pueblo del Macizo que queda a cuatro horas de Popayán
subiendo por un camino desde El Bordo, hoy asfaltado, pero durante la
toma paramilitar fue apenas afirmado. El pueblo vivió muy de cerca el

158
  Comunicado A La Opinión Pública, (s/f) distribuido en El Bordo, Patia (xerox)

106 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

conflicto armado siendo una zona de influencia del ELN y de las FARC.
El pueblo fue azotado por varias tomas guerrilleras, primero entró el
ELN y robó el banco sin hacer daños grandes al pueblo, luego vinieron
las FARC y hicieron tres incursiones más, los cuales causaron grandes
daños, derribando casas, la alcaldía, casa de la cultura, el centro social,
porque el comando de Policía se encontraba, y aún se encuentra, en
pleno centro del pueblo, representando un riesgo para la gente. En la
última incursión en noviembre 2001, “la gente amanece en medio del
combate e iban a llevar a los policías y la gente sale a la calle y se ma-
nifiesta en contra de esa actitud de la guerrilla y no permitan que estos
llevan a la Policía”159 pues la gente se indignó y subió al parque Valleci-
lla, y pincharon las llantas de vehículos que iba a usar la guerrilla en la
fuga. Luego de esta última toma la zona es militarizada y junto con los
militares llegaron los paramilitares.

Valga decir que la ira de la gente no sólo es comprensible sino justifi-


cada, al final de cuentas se destruyó su pueblo, pero existe también otra
realidad y es que en muchos pueblos se ubican los puestos de Policía y
las instalaciones militares al lado de otros edificios públicos, escuelas ,
y en muchos casos en pleno centro del pueblo. Tal es el caso de Alma-
guer que también vivió varias tomas guerrilleras, en la última utilizaron
una retroexcavadora cargada de explosivos y entraron a la iglesia po-
niéndola en el muro detrás del altar que daba a la Estación de Policía
ubicado en la plaza del pueblo. La explosión destruyó por completo las
instalaciones de la Policía e hizo grandes daños a la iglesia. Debido a
la influencia de la Iglesia Católica se logró reubicar la nueva Estación
en las afueras del pueblo.160 Pero como regla general la Fuerza Pública
prefiera ubicarse al lado de civiles como escudo humano.

De todas formas las tomas son el contexto de la llegada de los parami-


litares a Bolívar, Cauca. Además de los militares, se instaló una base
de los mal llamados Soldados Campesinos. Igual al lo que ocurrió en
El Bordo, los paramilitares andaban como Pedro por su casa, aunque
fueron más discretos al principio. Se instalaron en una casa cerca del
puente, y cuando ganaron más confianza e hicieron pública su presencia
se trasladaron a dos hoteles, La Casa Grande y la Residencia Santana,
ambos negocios cercanos al centro del pueblo y su presencia allí era de
conocimiento público. El día del mercado salían a pedir la vacuna en

159
  Toda información proviene de varios testimonios de Bolívar salvo donde se
indica lo contrario.
160
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 107


Una mirada desde el SUR

la plaza del mercado y a los negocios del pueblo. Los paramilitares no


se enfrentaban a la guerrilla sino que mantenían el control en el mis-
mo pueblo y se dedicaban a vacunar a los negocios y emborracharse.
En una de sus parrandas, un paramilitar embriagado sacó su arma para
matar a una persona y por borracho mató a una niña en los brazos de su
mamá. Fue una de las acciones que más dolió en el pueblo. Dejaban sin
pagar sus cuentas en las tiendas. Esto y las muertes iban aumentando
la presión cuando comenzaron a aparecer volantes en el pueblo para
presionar a la Fuerza Pública.

“Nadie reaccionaba por temor a ser ajusticiados por esa gente, pues
andaban armados en todo momento y si uno denuncia ya no se encuen-
tran cuando llega la Policía y la gente tenía miedo, así optamos por los
panfletos pues armas para luchar contra ellos no había.” Así se acude
a la táctica de la presión popular. Se repartían panfletos en la plaza del
mercado, el hospital, “la estrategia era que se reunía y en cinco minutos
se hacía el trabajo y todo el mundo a perderse”. Los volantes los dis-
tribuía un grupo que se hacía llamar Organización Liberación y Paz y
llamaban a la gente a despertarse, uno de los primeros volantes recordó
al pueblo como habían salvado a los policías de las FARC.

Bolivarenses esta situación no puede continuar así, no consideramos


justo que la Policía le pague de esta forma al pueblo que salió a las
calles a enfrentarse a la guerrilla para que no se los llevaran; pero
miren que mal pagan al que bien les sirve (negrilla del original).161

Una lección para cualquiera, el Estado es ingrato con los que salvan las
vidas de sus policías como lo es con los mismos policías y soldados que
dan sus vidas. No se trata de personas sino del papel asignado por los
Doctores a otros para proteger sus riquezas, los hijos de Uribe nunca
fueron a la guerra y Santos tampoco prestó servicio militar, los que
mueren por los Doctores son los hijos de otros, nunca los propios. Lo
único que importa es la tierra y el poder político y económico que tie-
nen y no las vidas humanas impactadas. Por eso siempre estaba descar-
tado que la Policía como institución agradecería al pueblo bolivarense
por su intervención. Los volantes señalaban donde estaban los paras y
decían que iban a tomar acciones si la Policía no los sacaba.

  Volante repartido en Bolívar “Pueblo bolivarense, Hasta hoy hemos guardado


161

un silencio bastante parecido a la estupidez”

108 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Nuestra organización ya tiene hecha toda la inteligencia, sabemos


donde están hospedados los paracos, cuantos son, que armas tienen,
cual es su rutina, y si la fuerza pública no actúa, vamos a denunciar
esto ante otras instancias y vamos a actuar utilizando la fuerza y des-
de este momento responsabilizamos a la fuerza pública acantonada
en esta región del derramamiento de sangre que se pueda presen-
tar.162

A la gente le gustaron los volantes y comenzaron a presionar a la Poli-


cía con llamadas telefónicas, llamándoles a actuar. La Policía hizo un
allanamiento a la residencia Santana, pero primero avisaron a los paras
y cuando llegaron ya se habían ido, pero regresaron el día siguiente.
Sin embargo, la presión llegó a tal punto que la misma Policía arrendó
un carro para sacar a los paras del pueblo. Desde el anonimato y sin
disparar un sólo tiro valientes personas de Bolívar sacaron a los paras.

Este episodio de los paras y las tomas guerrilleras tuvo otro desenlace.
El alcalde del pueblo, Orlando Hoyos, fue asesinado en el municipio de
San Sebastián al parecer por las FARC. Las FARC habían amenazado
a todos los alcaldes y les dieron la orden de renunciar. Orlando Hoyos,
un candidato de movimiento cívico, se opuso a la orden y convocó a los
demás alcaldes a resistir, hasta tal punto que sólo uno renunció definiti-
vamente a su puesto. Como alcalde durante la toma de noviembre 2001
a Hoyos le tocó reconstruir el pueblo y además lidiar con la llegada de
los militares y los paras en el pueblo. Según cuentan, las FARC no vie-
ron con buenos ojos su campaña en contra de la renuncia ni tampoco la
militarización. La verdad es que poco pudo hacer el alcalde en contra
de la presencia militar, pues es competencia del Ministerio de Defensa
y además, la toma y la destrucción causada, lo hizo muy complicado
que se opusiera. El salió a reunirse con el comandante Vallenato de las
FARC y murió después. Algunos dicen que salió contento (hubo más
funcionarios presentes en la reunión con las FARC) de la reunión, em-
pero, las FARC nunca asumieron su responsabilidad y Vallenato ya está
muerto para poder pedirle su versión de los hechos. De todas formas fue
un golpe duro, Hoyos era muy apreciado y querido y su asesinato des-
movilizó por completo a la gente que le hizo campaña y las siguientes
elecciones pasaron a la derecha. No obstante las críticas que se ha he-
cho a las deficiencias de las estrategias electorales, la muerte de Hoyos,
y como murió, fue un duro golpe para las organizaciones sociales y sólo
sirvió como justificación por parte del Estado de la presencia militar y
paramilitar.
  Ibíd
162

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 109


Una mirada desde el SUR

Mercaderes
Los paramilitares tomaron la Panamericana, como se dijo, y no se me-
tieron muy adentro del Macizo, Bolívar siendo una excepción. Otra ex-
cepción fue la zona de Mercaderes en el sur de Cauca límite con el norte
de Nariño. En parte, se puede explicar la decisión de entrar a la zona
por su importancia estratégica, pues daba la posibilidad de cortar corre-
dores de la insurgencia, pero también por el peso de las organizaciones
sociales, pues ambas partes jugaron un papel importante en el paro de
1999. Hay un factor que no se puede descartar, entraron porque pudie-
ron, así de sencillo, y pudieron por el amplio apoyo que recibieron de la
Fuerza Pública. El paramilitar Bladimir González conocido por el alias
de Gavilán, explicó en su versión libre que ellos contaban con bastante
apoyo de la Fuerza Pública en la región, entre ellos soldados y policías
de la región.

La gente vivía atemorizada de la posibilidad que llegaran los paras “pri-


mero se escuchaba que estaban en Cajibío, luego en Popayán, después
en Rosas y en el Patía.163 Cuando llegaron no vinieron encapuchados
con armas cortas, casi todos los integrantes que llegaron eran costeños.
Inicialmente llevaban puestos una especie de uniforme, ropa negra con
botas militares y luego pasaron a usar prendas civiles. No demoraron
nada en comenzar a abusar de la población civil.

En Mercaderes la gente acostumbra a desplazarse en moto, así los pa-


ramilitares comenzaron a quitárselas para hacer sus vueltas, a veces le
devolvían la moto a su dueño, otras veces no y en muchos casos deja-
ban la moto inservible por el mal uso y abuso. “Ellos cogían la moto
que les antojaba, la moto más fina, el carro más fino, el trooper 4.15 es
lo que les gustaba mucho.”164 Ocuparon piezas en varios hospedajes
y una casa abandonada en el barrio Modelo de la ciudad. Valga decir
que Mercaderes contaba con una Estación de Policía, bastante grande.
Pero la Policía no impidió la llegada de los paras ni su presencia per-
manente y actividad delincuencial en el pueblo. No es que la Policía
hubiese tenido que hacer grandes esfuerzos para encontrarlos, ya que
los paras se hospedaron en un hotel en la esquina de la plaza de la can-
cha deportiva, conocido como El Viajero. Ese hotel queda a menos de
50 metros diagonal a la Estación. En el curso de esta investigación me
hospedé en ese mismo hotel, y es impresionante ver cuán cerca se que-
daban los paras de la Policía. Hasta donde se sabe no se ha investigado
163
  Testimonio
164
  Testimonio

110 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

disciplinariamente ni penalmente al comandante de la Policía ni a sus


subalternos por sus actos omisivos. Aunque el alcalde, Luís Hernando
Guerrero, quien llegó al puesto después de la llegada de los paras si fue
condenado por parapolítica: “Durante 72 meses deberá permanecer en
prisión el ex alcalde de Mercaderes, Cauca, Luis Hernando Guerrero
Santacruz, por su comprobada alianza con las Autodefensas Unidas de
Colombia, AUC.”165 Teniendo en cuenta la envergadura de la opera-
ción paramilitar en la zona y la cantidad de asesinatos, la condena de
72 meses es irrisoria. No lo acusaron de haber comenzado una pelea
en un estado de embriaguez sino de concierto para delinquir agravado.
Ni siquiera tuvo que cumplirlo en la cárcel “Además de la condena a
prisión, que podrá hacerse efectiva en su domicilio, el ex alcalde deberá
cancelar una sanción pecuniaria superior al millón de pesos, determinó
el Juez del caso.”166 ¡Un millón de pesos! Hay Doctores que gastan eso
en una noche y a veces con fondos públicos, eso no es nada. Aunque,
por lo menos éste fue investigado, el anterior alcalde Aníbal Melo no
ha sido investigado por posibles nexos con los paras, pese a que, según
varios testimonios independientes cuando llegaron los paras se instala-
ron en una finca del Fondo Ganadero, que dicen era manejada por Melo.
Puede que lo hicieron sin el permiso o beneplácito de él, pero sí fue
así ¿por que no lo denunció? al fin de cuentas él era alcalde durante la
toma paramilitar. Además se reunió con el gobernador Floro Tunubalá
para discutir las amenazas en contra de los mandatarios caucanos. ¿No
se le ocurrió nunca mencionar que por fuera de las amenazas había un
problema de paramilitarismo en el pueblo? Que los paras estaban en
una finca de su pueblo y que todo el mundo lo sabía. Como alcalde fue
capaz de declarar la Alerta Amarilla por el fuerte invierno pero no pudo
denunciar la presencia de los paras en esa finca. Por lo menos debe ex-
plicar su omisión si es que fue omisión.

Mercaderes funcionaba como el epicentro de las operaciones de los pa-


ras, desde donde se comunicaba con La Unión en Nariño y otras par-
tes. Los carros robados por los paras en una amplia zona desde San
Lorenzo, Bolívar hasta San Pablo se podrían reclamar en Mercaderes
con el comandante Robinson después de cancelar una suma de dinero,
igual que las extorsiones que se hacían a pequeños ganaderos. Hay dos
casos que demuestran la impunidad con que actuaban los paramilitares
en Mercaderes. El primer caso es de Roger Ortega Alarcón, un joven

165
  El Espectador (09/03/2010) Condenan a ex alcalde de Mercaderes, Cauca, por
parapolítica
166
  Ibíd

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 111


Una mirada desde el SUR

jornalero, que vivía con su familia y ayudaba a su mamá quien se había


enfermado. No se le conocían vicios, no tomaba siquiera alcohol. Un
día estaba con su mamá, se despidió de ella diciendo que le iba a alcan-
zar. Él subió hasta un sitio conocido como La Barra, él se asomó para
ver quien había cuando el paramilitar conocido como El Enano le pro-
pinó dos tiros matándolo. Allí cayó muerto y los paras, incluyendo alias
Gavilán se fueron del lugar disparando al aire. Más arriba de La Barra
sus disparos alcanzaron a una profesora, quien quedó herida. El asunto
es que La Barra, está a la vuelta de la esquina de la Estación de Policía,
sobre la calle principal del pueblo y la Policía no vino corriendo para
ver qué pasaba. En los procesos de Justicia y Paz pagaron 14 millones
por la muerte del joven. ¡Apenas 14 millones por la muerte de un joven!
El comandante paramilitar alias Robinson aceptó el caso.

Otro caso que indica la impunidad reinante en Mercaderes, en ese en-


tonces, es el de Pablo César López, otro joven jornalero del pueblo.
Él salió de su casa y fue a tomar algo en un sitio frecuentado por los
paramilitares, conocido como El Paraíso, frente a la Alcaldía. Llegaron
dos paramilitares y lo llevaron del sitio en una camioneta. Desde ese en-
tonces no se ha vuelto a saber nada de él, nunca dijeron nada. Uno hace
la pregunta ¿cómo es posible que se pueda desaparecer a una persona
de un bar frente del palacio municipal? ¿Y cómo es posible que ellos
frecuentaran un bar tan cerca de la Alcaldía? Se supone que debía ser
un sitio protegido, teniendo en cuenta las supuestas amenazas en contra
de los alcaldes.

Ellos entraron, tomaron a Mercaderes y siguieron más allá hasta el pue-


blo de San Joaquín el cual se convirtió en una base militar de las AUC.
San Joaquín tenía fama de ser un pueblo de guerrilleros, y las fuerzas
sociales fueron señaladas por integrantes del Partido Liberal y el Par-
tido Conservador. La realidad era distinta, si bien es cierto que la zona
siempre ha contado con una cierta presencia de la guerrilla del ELN,
esa organización pasaba cerca pero rara vez entraba al pueblo y nunca
pernoctaban los guerrilleros allí. Su fama de pueblo guerrillero no era
tan merecida. Los señalamientos por parte de los partidos tradicionales
se debían a que las organizaciones sociales se oponían a sus políticas y,
de alguna manera, intentaban hacerles rendir cuentas. Un día llegaron
unos 40 uniformados a pie disparando al aire, llegaron y saquearon las
casas de la gente. Cuando los paras entraron al pueblo llevaban una lista
de los dirigentes lo cual provocó un éxodo de varios de ellos. Nada más
tomar el control del pueblo, convocaron a la gente a una reunión en la
plaza. Anunciaron que venían para hacer limpieza y a ver cuáles eran
112 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

los enemigos del gobierno, que había gente que no estaba de acuerdo
con el gobierno y, en una clara referencia al paro de 1999 dijeron que en
el pueblo había gente que obligaba a otros a tomarse las carreteras. Se
retiraron hasta Curacas, un punto medio entre San Joaquín y Mercade-
res. Luego comenzaron a venir con frecuencia, y finalmente se instala-
ron en el pueblo, durante el mandato del parapolítico Lucho Hernando
Guerrero.167

Inicialmente, se instalaron en cambuches en los alrededores el pueblo,


después se quedaron en casas de alguna gente con quien establecieron
relaciones. Al final arrendaron una casa que antes había sido la Casa
Comunal, luego Colegio, y hoy en día es la Sub Estación de Policía.
Su barbaridad y arbitrariedad no tenían límites. Una joven caleña quien
ejercía como prostituta en el pueblo, fue descuartizada viva, parte por
parte, primero la pierna, luego el brazo y así y luego la enterraron en
una bolsa bajo tierra. Dicen los habitantes de la zona que la descuar-
tizaron tanto que el hueco en la vereda El Diviso, donde metieron sus
restos era muy chiquito. Su “crimen”: haberse negado a bailar con un
paramilitar en la discoteca Cupido’s. Ese fue otro de los crímenes del
comandante Robinson, quien hoy está postulado a Justicia y Paz. Los
paramilitares impusieron una serie de normas sociales, entre ellas, un
toque de queda una prohibición sobre el uso de botas de caucho, no se
podía dejar la barba. Una curiosa regla, prohibir botas en el campo, que
impone hoy día el Ejército y la Policía, como si fuera una conspiración
revolucionaria de la fábrica de botas de Venus en Ecuador.

El jefe local de los paras murió a manos de dos hermanos del pueblo,
Harold Meneses y Jair Meneses, ambos jornaleros de la zona. Los paras
tenían costumbre de robar las motos de la gente, o “tomarlas prestadas”.
Un día, los paras exigieron una moto, pero Harold se negó, enojado el
paramilitar le pegó, pero Harold le respondió con un cuchillo y lo mató.
Viendo a su comandante muerto, los paras mataron a Harold y luego
su hermano les abrió fuego. Cuando descargó su revólver los paras
también lo mataron. El incidente es diciente del comportamiento de los
paras, dedicándose a matar a personas que no quieren prestarles motos
o mujeres que no quieren bailar con ellos. Durante todo su tiempo en
Mercaderes nunca combatieron a la guerrilla. Por eso es de alguna for-
ma apropiado que un jefe paramilitar muera a manos de un civil, sus
principales víctimas.

  Testimonio
167

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 113


Una mirada desde el SUR

Los paramilitares se retiraron de la cabecera de Mercaderes y del casco


urbano de San Joaquín, después de la llegada de una nueva comandante
de apellido Arteaga. Según la gente ella los hizo correr hacia el campo.
Surge una pregunta, sí Arteaga los hizo correr debe quedar algún infor-
me de sus acciones contra los paramilitares y además algún informe so-
bre la situación que ella encontró en Mercaderes cuando llegó. Ambos
informes deben servir para procesar a los otros oficiales por su omisión
y comisión de delitos. Los informes de inteligencia que le servían como
base para planear sus acciones contra los paras deben servir para lo
mismo y además para juzgar a los políticos y gamonales de la región
que les dieron apoyo o los invitaron a llegar a la zona. Que esto no haya
sido así nos indica claramente que mientras el Estado los corrió del
pueblo poco antes de su desmovilización no está dispuesto a proceder
realmente contra quienes los apoyaban, no obstante la condena contra
el alcalde Luís Hernando Guerrero.

Nariño: La Unión
La Unión se comunica con Mercaderes, su ruta principal de salida hacia
Popayán. Instalaron su campamento en la vereda de La Playa y además
alquilaron piezas en unas casas de la zona. Como sucedió en Mercade-
res, la presencia de paramilitares era un secreto a voces. Todo el mundo
sabía y como dijo un morador de la zona “el Ejército pasaba por las
barbas de los paras, ellos se vestían en los grandes almacenes de La
Unión con el mejor vestuario.” Los paramilitares en La Unión se de-
dicaron a todas las actividades criminales típicas de ellos incluyendo
la mal llamada limpieza social. Empezaron a caer en sus manos varios
supuestos delincuentes, muchos de ellos inocentes de cualquier clase
de delito. Sin embargo, “se decía que La Fiscalía de La Unión tenía
unas listas y las daban a estos señores diciendo que tenían problemas
y antecedentes penales y eran ejecutadas.”168, Nadie quería denunciar
a la persona que suministraba esas listas a los paras, pues denunciar a
una persona por semejante delito es complicado, siendo esa persona de
la Fiscalía, sabría el propio sindicado, en un cerrar y abrir de los ojos
y el denunciante podría engrosar la lista de los asesinados. Uno de sus
mataderos preferidos era un sitio conocido como Las Cuchillas donde
llevaban a sus víctimas, el sitio era tan conocido que según un poblador
de la zona “muchas madres iban allá a llorar a sus hijos, y uno veía
las manchas de sangre allá”169 Sin embargo, la Fuerza Pública nunca

168
  Testimonio
169
  Testimonio

114 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

intervino en el sitio para salvar la vida de la gente. Extendieron su in-


fluencia de La Unión hasta San Lorenzo, donde ocuparon algunas zonas
rurales, pero no la cabecera municipal, que utilizaban como corredor y
también como zona de descanso. Su dominación de la zona confinaba
psicológicamente a la gente, que ya no se atrevía a hacer nada contra
los paras y organizarse.

Así es como nace la estrategia de como resistir, dijimos ¿cómo nos


vamos a dejar inmovilizar? Teníamos un cabildo planificado con los
concejales y surge una amenaza para que no se hiciera el cabildo y
entonces no lo hicimos pero sí nos reunimos. Entonces como prohi-
bieron reunirse a más de cinco personas hicimos una estrategia de
huertas caseras y hablamos en las huertas caseras y planeamos en
las huertas caseras. Como no pudimos reunirnos, íbamos a trabajar
todos en una finca y allí hablamos de lo que había que hacer.170

Esta estrategia les dio la posibilidad de reunirse sin correr el peligro de


un balazo en la nuca. Les dio una estructura organizativa, buena en sí
para el trabajo con la comunidad y la minga entre la comunidad, pero
también para no dejar caer a las organizaciones sociales.

El trabajo de esta naturaleza fortaleció a las organizaciones sociales


y las permitió salir a la luz del día, una vez desvanecidas las tinieblas
paramilitares. No fueron los únicos que pensaron en eso, algo parecido
se hizo en Mercaderes, pero parece que el resultado fue más positi-
vo en San Lorenzo, San Pablo y la Unión en términos de mantener
organizaciones sociales fuertes.

A raíz de eso surge la idea de una feria para mostrar realmente quie-
nes somos, porque el Cauca también estaba inmovilizada, pues la
arremetida fue más dura, una feria agroambiental bien grande en
un sitio que pudiéramos visibilizar y lo hicimos precisamente en
La Unión en solidaridad con La Unión porque había una cantidad
de muertos ya, cinco muertos diarios saliendo de allá. Esa feria nos
sirvió para un proyecto que tenía la FAO en la región y en ese mar-
co hicimos una convocatoria a personeros, alcaldes, curas, fuerzas
militares, gobernadores y a los actores que se movían en la zona, el
que fuera. Y esa noche de la feria, llegaron todos, pero entre ellos no
se conocían tampoco.171

  Testimonio
170

  Testimonio
171

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 115


Una mirada desde el SUR

La feria sirvió para darle un espacio a la comunidad, y bajar un poqui-


to la desconfianza de los actores armados, sobre todo los paramilita-
res. También hicieron varias actividades culturales. Fue una estrategia
riesgosa, pues en otras partes, como Barrancabermeja, por ejemplo, los
paramilitares asesinaban a profesores de baile y música por considerar
que esas eran actividades de la guerrilla. Sin embargo, en el norte
de Nariño funcionó.

También se diseñó una estrategia con las mujeres.

Se hizo una reunión con el Cima como para mirar hacer un proceso
con las mujeres, y nos salían más mujeres y más mujeres y nosotras
viajamos, pues a nosotras no nos hacían retenes, no nos requisaban.
Una vez íbamos para Tierradentro, y caíamos en un retén. Les di-
jimos a los paras pero Uds. como nos van a requisar, tienen hijas,
esposas, y no nos requisaban. En todas las movilizaciones iban las
mujeres por delante y luego los dirigentes.172

El machismo y el conservatismo de los paras jugó a favor de las comu-


nidades por una vez. Parece ser, por sus actitudes contra la comunidad,
que a esta parte de Nariño llegaron los paras más godos. En Villanueva,
municipio de Génova, los paramilitares reglamentaron hasta la forma
“decente” como una mujer puede sentarse en un banco público: tenían
que mantener las piernas bien cerradas; hasta en eso se metieron en la
vida de la gente. Varios de ellos llevaban crucifijos y manifestaron al
párroco que ellos eran creyentes, claro, creyentes para quienes el quinto
mandamiento no tenía vigencia, o, de pronto, no sabían contar más allá
de cuatro. En Villanueva, esa cultura goda jugó a favor de la comuni-
dad. Allí, y en San Pablo a pocos minutos, los paramilitares eran bien
recibidos por la Fuerza Pública y pudieron actuar en los dos municipios
con impunidad, por lo menos no tenían que preocuparse mucho de la
Policía. Las mujeres de Villanueva, sin embargo, eran otro asunto. Los
paras tenían su matadero, su lugar donde llevaban a la gente. Como en
casi todo el país, sus mataderos eran de conocimiento público, salvo
para los despistados de la Policía, por supuesto, quienes nunca dieron
con esos lugares, ni siquiera cuando los tenían a 10 pasos de sus narices.

Algunas mujeres, pero no todas, las que teníamos el valor de subir


allá y tratar de hablar con esa gente sobre el maltrato y las amenazas
que habían contra algunas personas, sobre todo cuando los llevaban

172
  Testimonio

116 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

a cierta parte para torturarlos. Yo fui en como tres ocasiones para


solicitar que por lo menos se respetara la vida de las personas.173

No todo el mundo veía con buenos ojos las acciones de estas mujeres,
pero ellas no dejaron de hacerlo e iban allá para rescatar a mucha gente
de las garras de los paramilitares, siempre acompañados del párroco.
Cuando llegaban donde los paramilitares, éstos les decían que “uste-
des no tienen porque meterse acá, con Uds. no es el problema”, pero
las mujeres insistían. Los rescatados era gente de la zona, trabajadores,
jornaleros entre otros. El motivo de la detención y amenaza de muer-
te contra las personas rescatadas varía mucho. Es bien sabido que los
paramilitares matan a dirigentes sociales, pero su tiranía es tal que no
hay límites a su violencia y matan por cualquier motivo por estúpido
que sea. En una ocasión, un conductor de una camioneta del municipio
mató a un perro que se le atravesó en el camino. El perro era de un pa-
ramilitar quien “razonaba” que puesto que el conductor había matado
al perro, pues él como castigo debía morir. Es surrealista pensar en un
asesino en serie discutiendo la moralidad de matar a un perro por error,
pero así fue. Cogieron al conductor y lo amarraron y lo iban a matar:

Esa fue la primera vez que yo subí, era un accidente que había suce-
dido, pero ellos decían no que “si ese señor mató al perro él también
tiene que morir” y él sacerdote también les habló y les explicó, pues
él les hablaba con mayor autoridad. En otra ocasión que yo fui con
Don Lucio, también lo amarraron, y dijeron que ellos eran quienes
decidían si lo mataban o no. Nosotras hacíamos todo lo posible para
salvar a esas personas, pero después no sabíamos que pasaba, pues
en algunos casos los intimidaban después. En una ocasión fuimos a
interceder por un señor de San Pablo, pero a ese señor sí lo mataron.
174

Aunque sus tácticas no siempre funcionaron, sí fueron efectivos y debió


ser muy chocante para los paras, con su machismo godo, enfrentar a un
grupo de mujeres. Las formas de resistencia que adoptan las comunida-
des no siempre son grandes, pero sí más valientes que los asesinos de
las AUC, o él Ejército.

El accionar paramilitar en el norte de Nariño era una extensión de su


trabajo en Cauca, los unía la misma Panamericana, los municipios del
norte de Nariño mantienen relaciones económicas, sociales y familiares

  Testimonio
173

  Testimonio
174

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 117


Una mirada desde el SUR

con el sur de Cauca. En otras partes de Nariño se veía la misma estra-


tegia aplicada por el Bloque Libertadores del Sur de las AUC. Ellos
tomaron la vía que une a Pasto con Tumaco y todos los pueblos por el
camino.

Túquerres
Uno de los pueblos más importantes que tomaron fue Túquerres, entre
1999 y el 2000. Este municipio tiene una importancia estratégica en
la guerra, porque es un cruce de caminos hacia la costa, Samaniego,
Ipiales etc. Como El Bordo en Cauca, Túquerres es un punto desde
donde se puede controlar el movimiento de la gente por el departamen-
to. La toma fue facilitada por el ex capitán de la Policía Luís Alexander
Gutiérrez, alias Capi, quien se encontraba en ese entonces vinculado a
un proceso por la masacre de La Gabarra en el Norte de Santander. Ese
policía se retiró de la institución pero se quedó en la región a servicio de
terratenientes. En sus versiones libres alias Capi aseguró que:

...se le facilitaba coordinar reuniones con la Policía y el Ejército en


los municipios de Túquerres, Guachucal, Aldana, Imues, Sapuyes,
Leyva, Policarpa y Samaniego en Nariño...

Alias ‘Capi’ además señaló que los oficiales de la Policía y del Ejér-
cito que colaboraban con el BSL estaban en la nómina del grupo
paramilitar. Citó en su versión libre al Teniente Rojas del Ejército
que actuaba en Leyva, al Capitán Cortés y al Teniente López del
Ejército que operaban en Policarpa y el Capitán Valencia de la Poli-
cía, comandante de la estación de Túquerres. El ex paramilitar con-
tó además que el Ejército prestaba apoyo logístico para transportar
tropas del BLS.175

Los paramilitares como hicieron en La Unión se dedicaron a matar “a


pequeños vagabundos que robaban carros, o entraban a casas y esa mal
llamada limpieza social empezó con dos personajes, uno que lo cono-
cíamos como El Piojo y el otro El Mono o El Mico y fueron encontra-
dos baleados.”176 Después mataron a dirigentes y, de repente, empeza-
ron aparecer cadáveres por todos lados. Entre, 2001–2002, la presencia
paramilitar en Túquerres era abierta y pública “todo el mundo sabía

175
  Ex capitán de la Policía coordinaba acciones de ‘paras’ con fuerza pública en
Nariño, www.verdadabierta.com 21/08/2009
176
  Testimonio

118 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

pero no teníamos pruebas.”177 Es decir, no tenían pruebas para presentar


ante un Fiscal, pero la Policía puede actuar con base en conocimiento
de oficio. Para comenzar a indagar sobre la presencia paramilitar en
una zona, el Estado no requiere pruebas de esa clase. Según algunos
testimonios, los paramilitares se hospedaban en varias fincas de cacaos
de la zona y además tenían como tres casas en la cabecera.

La complicidad con la Fuerza Pública era tal, que tenían armas como
Uzi, y Galil y a veces se reunían en cafeterías, sacaban sus armas y
las ponían sobre la mesa a plena vista de todos, sin el más mínimo ru-
bor, y, por supuesto sin intervención alguna por parte de la Policía. De
hecho, en algunas ocasiones dicen que la Policía sí entró a los cafeterías
y saludaban a los paras con sus armas sobre la mesa, no pudo haber
confusión, no pueden alegar que no sabían que iban armados, pues un
Uzi sobre la mesa lo nota hasta el más ciego. Así los paramilitares se
sentían seguros haciendo política en el municipio.

En el 2002 y el 2006 las AUC prohibieron expresamente cualquier


tipo de proselitismo político por candidatos diferentes a Álvaro Uri-
be Vélez so pena de las consecuencias que podían ir hasta la muerte.
Distinguían a los dirigentes de cada partido y nos cogían en la calle y
nos decían mire, su vida está tranquila, no se meta en problemas, no
me pegue carteles, no me pegue pasacalles o se atiene a las conse-
cuencias. Aquí el único que puede hacer campaña política es Álvaro
Uribe Vélez.178

Fue la primera vez en la historia que se veía a los cacaos del municipio
haciendo política. Ellos siempre daban apoyo y daban la orden pero
nunca se ponían camisetas, pero esta vez los encontraban repartiendo
volantes en la calle. También incidieron en las elecciones municipales,
pues “el candidato contrario a ellos no podía salir a ciertos lugares.
Las campañas políticas se restringían bastante y no se podía salir a las
veredas y decían que no se podía votar por un candidato diferente al
oficialista.”179 La tasa de homicidio “se disparó en el municipio de 4 o
6 muertos por año a 180, y casi todos los muertos aparecían en el mis-
mo sector de San Roque, o sea el kilómetro cuatro.”180 Claro, las cifras
oficiales de la Policía no coinciden con las de los testimonios, pues la
Policía no registra mayor aumento en el número de asesinatos. Eso se
177
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HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 119


Una mirada desde el SUR

explica porque no los anotan bien, y hay cierto manejo de las cifras
de homicidio en Colombia, pues los pobres son tan ignorados en la
muerte como en la vida. El kilómetro cuatro era el sitio preferido para
botar los cadáveres, también era apetecido por el Ejército para montar
retenes, aunque no con tanta frecuencia, unos dos o tres veces por año,
permaneciendo allá unos cuantos días.

Su control no sólo se extendió al plano político sino también a la social


como en todas partes los paras impusieron toques de queda y “si por
alguna razón no estaba en su casa a las seis de la tarde ellos eran quie-
nes hacían la requisa, y las preguntas, ¿quién es Vd.? ¿Qué hace? ¿De
dónde viene? inclusive en presencia de la Policía, pues fui víctima de
una de esas requisas.”181 Así suplantaron a la Policía en sus funciones.
La gente dejó de ir a las fiestas porque ellos se las apropiaron, pero hubo
otros factores también, porque los bares y discotecas iban cerrando,
pues los paras llegaban y tomaban hasta caerse y luego decían que las
AUC pagaban la cuenta, pero las cuentas nunca se pagaron y más de un
negocio se quebró.

Otro factor fue el trato que recibían las mujeres. Como explica un ha-
bitante de Túquerres, “Yo no podía llevar mi esposa a una fiesta porque
si un paramilitar se enamora de mi esposa o le gustaba me dice bue-
no, váyase a su casa nosotros llevamos a su esposa más tarde.”182 Ade-
más, hubo varios casos de violaciones en las discotecas. Poco a poco
la vida económica y social de Túquerres iba apagándose. Se organizó
un evento que rompería con el estancamiento y el confinamiento social
del pueblo que anunciaría al país entero que Túquerres era un pueblo
controlado por los paramilitares. Las AUC dieron permiso para que se
trajera al cantante Darío Gómez para dar un concierto en el colegio
San Luís Gonzaga en pleno centro de Túquerres. Vino gente de todas
partes, sabiendo que los paras habían dado el visto bueno y no habría
toque de queda y se podía relajar un poquito. La gente llegó temprano,
pero, por razones que nadie explica Darío Gómez no apareció a la hora.
El no llegó hasta las 12 de la noche, tres horas tarde. Las AUC se im-
pacientaron y ordenaron repartir trago a todo el mundo, que las AUC
pagaban. “El no sabía en qué infierno se había metido, y se llegó muy
alzado y dijo que no iba cantar sino unas canciones, pero el comandan-
te de las AUC le dijo que aquí está hablando con las AUC y Ud. va a

181
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  Testimonio

120 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

cantar hasta que a mí me dé la gana.”183 Así cantó hasta las cuatro de la


mañana. El incidente demostró al país lo que pasaba en Túquerres, pero
algo más ocurrió. Había un Coronel de la Policía en el público vestido
de civil, que tenía un destacamento de policías bajo su mando cerca del
pueblo. Viendo lo que estaba pasando salió a la plaza a media cuadra de
la Estación de la Policía, y descargó su arma de dotación y esperó, pero
no pasó nada. Ningún agente del pueblo vino a ver qué pasaba pues
estaban acostumbrados a que las AUC hicieran lo suyo a cualquier hora
del día. Llamó a los 200 policías bajo su mando y levantaron a todos
los policías de Túquerres y los trasladaron a Pasto. La Policía retomó el
control, ya no se veía tanto a los paramilitares y hubo un evidente bajón
en la tasa de homicidio. Sin embargo, sí hubo una serie de asesinatos
de personas relacionadas o colaboradores de las AUC en una especie de
quema de archivos, como fue el caso del señor Colón Sánchez quien se-
gún personas de Túquerres negociaba mucho con las AUC. Le hicieron
un atentado, pero sobrevivió por haber prestado el carro a su cuñado.
El se quedó en casa ese día y los paras se confundieron de blanco y ma-
taron a su cuñado. Al final el Sr Sánchez lo mataron mientras tomaba
trago en el Parque Infantil en el 2008.

De la misma forma que ocuparon a Túquerres, también ocuparon a


otras ciudades como Samaniego. Samaniego, en el imaginario popular,
se relaciona con la presencia de la insurgencia, particularmente al ELN
y también con el tema de las minas, pues es el municipio más minado
del país. Aunque, no hay espacio para tratar a fondo el tema de las
minas anti–personales o minas quiebrapatas como se les conoce, por
la naturaleza de heridas que suelen dejar, se debe aclarar que en todas
las entrevistas con las víctimas de las minas, hay una constante, y es la
presencia del Ejército. Es cierto que hay algunas zonas, muy adentro,
donde la siembra de minas es más permanente, pero en la mayoría de
casos se trata de minas temporales que se suelen sembrar cuando entra
el Ejército y se levantan cuando sale. Todas las personas las pisaron en
el curso de su trabajo, haciendo sus quehaceres, empero, por lo gene-
ral eso ocurrió cuando la llegada del Ejército les cogió por sorpresa y
decidieron seguir su camino sin saber si la guerrilla ya había sembrado
minas. Hubo un caso donde la víctima decidió arriesgarse, sabiendo que
el camino ya estaba minado y luego de pisar la mina fue la misma insur-
gencia quien lo sacó para llevarlo a un centro médico. No es para justifi-
car lo que es una verdadera tragedia, pero la siembra de minas está muy
ligada al conflicto y es dudoso que se produzcan cambios pronto, pues

  Testimonio
183

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 121


Una mirada desde el SUR

la ventaja militar de la mina no puede ser igualada y es poco probable


que la guerrilla deje de utilizarlas.

Se relaciona mucho menos el nombre de Samaniego con el paramili-


tarismo. Los primeros paramilitares llegaron en 1996 y 1997, a través
del municipio de Guachavés construyeron campamentos retirados, pero
también montaron una estructura urbana. El casco urbano de Samanie-
go vivió unas 3 o 4 confrontaciones fuertes entre la guerrilla y los pa-
ramilitares cuando entraron. Esos combates desplazaron a la guerrilla,
pues se encontraban en medio de dos fuegos, dado que en los combates
con los paramilitares la Policía hizo frente común con los paras. Lue-
go, la Policía permitió a los paramilitares andar en camionetas por el
pueblo e inclusive portar, abiertamente sus fusiles. Su presencia, igual
que en Túquerres era abierta y pública, “ellos bajaban de la camioneta
a hacer requisas a cualquier joven que andaba con la camisa por fue-
ra, a maltratar a las señoritas, a maltratar a los jóvenes.”184 Valga de-
cir que Samaniego cuenta con bastante presencia de la Fuerza Pública,
hay unos 60–70 policías, también hay agentes del DAS, Sijín, Dijín y
otros policías encubiertos. Si les hace falta, cuentan con refuerzos del
batallón de alta montaña y hoy día disponen de una brigada móvil.

Me acuerdo que un día martes me dijeron que habían matado un


niño en la vereda de Pichuelo, yo era profesor, y al niño de apenas
14 años lo vieron embotado [con botas de caucho] y lo subieron a
un camión y lo llevaron a la vereda del Salado para matarlo y allí
lo pegaron dos tiros, me acuerdo tanto porque yo lo conocía, Javier
Losa, un niño de 14 años, un estudiante mío. Yo fui hasta el hospital
y lo abracé y lloré, me dolía tanto. Lo más difícil fue que al otro día,
un miércoles, me dice una estudiante, mira profesor están pidiendo
que identifiquen a mis dos hermanos, que los tienen amarrados allí
en el parque y los van a matar. Estoy hablando de escasos veinte
metros de la Policía, yo estaba en la Alcaldía con el Secretario de
Gobierno y le pedí que me acompañara y no quiso. Le pedí al per-
sonero Iván Obando y tampoco quiso. Me fui sólo y a diez metros
de la Policía me encontré con dos paramilitares y les pregunté quién
era el comandante y me señalaron al comandante en la esquina. Fui
a hablar con él y le dije “como van a matar a dos muchachos que no
tienen nada que ver en esto” le dije “¿qué es lo que van a hacer con
estos muchachos?” me preguntó “¿y vos quien sos?” y le dije “pues
que soy el profesor de ellos” y “vos respondés por ellos?”, “pues no
puedo responder por cada actitud pero sí doy fe que son estudiantes,
184
  Testimonio

122 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

son campesinos y lo que Uds. hicieron ayer es una infamia, un asesi-


nato”. Me dijeron que me fuera, y les dije que esto era otra infamia.
Me dolió tanto que les dije “ah es que Uds. están buscando guerrilla
aquí venga yo sé donde están, vamos, confronten con ellos que al
menos tienen con que defenderse.” Me dijeron “andáte, andáte no
queremos echarte a la camioneta” Me fui muy dolido y cogí al te-
niente Suárez y le dije “vea teniente Ud. es el único que me puede
ayudar, esa gente que anda con Ud. van a matar a esos dos mucha-
chos” y me dice ¿cuál gente que anda conmigo?” y le dije “pues los
paramilitares ¿quién más?” y sonrió y dijo “a ver qué puedo hacer”
y a los cinco minutos ya los habían soltado.185

Los paras como en todas partes tenían casas arrendadas en distintas


partes del pueblo y en residencias, pero como paseaban por el pueblo
con fusiles, tener casas fijas es poca cosa. Al final, la insurgencia ex-
pulsó a la mayoría de los paramilitares, no fue la Fuerza Pública y la
mal llamada desmovilización no tuvo mayor afecto pues cambiaron de
nombre, no más.

Yolanda Cerón
Ninguna mirada a Nariño se puede hacer sin abordar, aunque sea bre-
vemente, el asesinato de la religiosa Yolanda Cerón en Tumaco el
19 de septiembre del 2001. Ella fue asesinada frente a la iglesia de
La Merced. Se le acercaron dos sicarios en una moto y le dispararon.

Hay que ubicar su asesinato en contexto, el cual nos dice mucho sobre
la naturaleza del paramilitarismo en Colombia. Yolanda había trabaja-
do incansablemente por la aplicación de la Ley 70, que reconocía a las
poblaciones negras derechos sobre tierras colectivas.

En los años noventa el gran combate de Yolanda Cerón fue por la


aplicación de la Constitución de 1991 y la Ley 70 de 1993 que re-
conoce la propiedad colectiva de las comunidades negras sobre las
tierras baldías. Así logró que se titularan 96.000 hectáreas de tierra
para 9.000 afrodescendientes de Nariño.186

Su lucha para entregar 96.000 hectáreas a las comunidades negras, otros


la habrán visto como quitar esas tierras al mercado, de las manos de los
terratenientes. El fondo económico de su asesinato no se puede ignorar,

  Testimonio
185

  Yolanda Cerón, religiosa de Nariño, 17/10/2009, www.verdadabierta.com


186

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 123


Una mirada desde el SUR

como tampoco la complicidad estatal y Yolanda también lo denunciaba,


como explica Javier Giraldo S.J.:

Yolanda fue intransigente y clara en la denuncia. En los últimos me-


ses de su vida, actuando como Directora de la Pastoral Social, le
envió un documento al comandante local de la Infantería de Marina,
Capitán de Fragata Nicolás Montenegro, el cual relataba muchos
crímenes y señalaba el silencio cómplice de todas las autoridades
frente a las atrocidades perpetradas por los paramilitares, así como
la connivencia de la fuerza pública con ellos.187

Como tantas otras personas Yolanda cayó por defender las comunidades
y por denunciar lo que hacía el Estado en Tumaco. No se debe ignorar
que el fenómeno paramilitar es, sobre todo, económico, representa la
defensa de intereses económicos muy poderosos. Con esta breve reseña
de la guerra no se pretende decir que esta es la historia del paramilita-
rismo, pues está limitada en el tiempo y el espacio sino mostrar que el
paramilitarismo es una estrategia del propio Estado y gozó de la con-
fianza de Fuerza Pública en la región y siempre ha estado muy ligado a
intereses económicos.

El Ejército pone su granito


Sería un error decir que el Ejército pasó la franquicia del negocio de la
guerra a los paramilitares. Sin la Fuerza Pública, los paramilitares no
son nada más que una pandilla de hampones, es la Fuerza Pública quien
les facilita la entrada a muchas partes y hay zonas donde los paras no
pudieron entrar pues requerían toda la logística del Ejército para lograr-
lo y a veces hay que ser discreto. Una de esas zonas fue el municipio de
Santa Rosa, en la bota caucana.

Santa Rosa ha sido, históricamente, uno de los municipios más pobres y


abandonados del departamento, desde su fundación en 1870. Tal era el
abandono, que el municipio se convirtió, prácticamente en una especie
de república independiente, pues allí mandaba la guerrilla. Hasta el año
2003 la cabecera municipal contaba con una fuerte presencia del ELN y
también de las FARC, pero no se describe como república independien-
te por la mera presencia de las guerrillas sino por el control que ejercían
y lo que hacían en la zona. Una de las demandas más incumplidas es
la de carreteras, no sólo en Santa Rosa sino en todo el Cauca y Nariño.

  Javier Giraldo (2011) In memoriam, en Noche y Niebla No. 42 2011, Cinep,


187

Bogotá pág. 18

124 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Hay muchas carreteras construidas por el ELN y de forma sorprendente


la plaza principal de Santa Rosa lo construyeron ellos. Según los relatos
ellos trajeron un ingeniero y con plata del municipio y una plata propia
organizaron a la gente en una minga y entre todos lo construyeron. Las
FARC por su parte construyeron una cooperativa en el pueblo. Con
estas características y por la distancia y topografía no iba a ser fácil to-
marlo, se requería algo más que unos pistoleros de las AUC. Entonces,
en enero 2003 entró la fuerza pública, primero con aviones, bombar-
deando la zona y, luego, vino la tropa por tierra. No fue fácil, pero el
Ejército logró expulsar a las insurgencias de la cabecera municipal.

Cuando llegó el Ejército, entró como los paramilitares, es decir, como


una fuerza de ocupación. Mucha gente huyó, temiendo las represalias
del Ejército, y ante esta situación los militares castigaron a los que hu-
yeron, dinamitando las casas abandonadas, alegando que eran casas de
los guerrilleros. Inclusive, en un caso dinamitaron una casa, nueva de
dos pisos que encontraron vacía. Dijeron que era una casa de la gue-
rrilla, pero, la verdad era más sencilla todavía. Su dueño no se había
huido, sino estaba por mudarse de su casa vieja a la nueva casa, que
se encontraba vacía porque estaba sin estrenar. La destrucción de las
viviendas fue un acto de terror y castigo a la población civil y no un
acto de guerra. Primero, si una casa es de la guerrilla se debe incautar,
son bienes que el Estado puede extinguir, pero lo más importante es
que las casas que sí eran de la guerrilla no se dañaron para nada. Hoy
en día, el comando de Policía de Santa Rosa está ubicado en la antigua
cooperativa que construyeron las FARC y donde dormían los elenos es
donde hoy día duerme la Fuerza Pública. O sea la verdadera propiedad
de la insurgencia no se tocó para nada.

Hoy, Santa Rosa es un pueblo militarizado, la única vía de entrada tie-


ne un puesto de control de la Policía y la salida hacia El Descanse es
vigilada. Hace muchos años que ninguna organización guerrillera hace
presencia en el casco urbano, aún así, el Ejército sigue amedrentan-
do a la población civil. En enero de 2011, la prensa nacional reportó
que el Ejército había repartido volantes instando a ciertas personas de
desmovilizarse. Los repartieron de noche poniéndolos de bajo de las
puertas. En Santa Rosa, todos los oriundos tienen apodos, los que lle-
garon después no tanto. Así los volantes decían cosas como Milicianos
del Frente 13 de las ONT–FARC de la vereda La Taravita, Santa Rosa,
alias “Beto” desmovilícese y dio varios números de celular para llamar.
Lo que pasa es que en esa vereda sólo hay una persona conocida por
ese nombre y así lo han llamado toda la vida. Igual pasa con los demás
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 125
Una mirada desde el SUR

volantes, que ponían apodos conocidos o en algunos casos nombres


reales de la gente, instándoles a desmovilizarse. Hacía 8 años que las
insurgencias no tenían presencia en el casco urbano por las mismas ac-
ciones de la Fuerza Pública, sin embargo, muchos de los señalados son
del casco urbano. Los volantes fueron acompañados por cuñas radiales.
Se hizo la denuncia a nivel nacional y el Comité de Impulso Mesa de
Garantías entró en correspondencia con el Ejército sobre el caso. Las
respuestas de los militares son interesantes. El primer punto a tratar es
la definición de la palabra panfleto utilizada por la gente y las organi-
zaciones sociales, según el Ejército “un panfleto es un escrito o libelo
breve generalmente agresivo o difamatorio. Por extensión se emplea
para escritos de propaganda política.”188 En eso tienen razón los señores
militares, pero ¿realmente el primer y más importante punto era una
discusión lingüística? Dijeron que no sabían que había civiles en esas
zonas con esos apodos y que las operaciones obedecían a una estrategia
psicológica a nivel nacional. Eso sí era cierto, pues también repartie-
ron volantes de esta naturaleza en el municipio de Samaniego, con un
tono algo más amenazante. En Samaniego los volantes se referían a lo
que llamaban Milicias Frente Comuneros del Sur ONT–ELN y en tono
amenazante dice:

Sabemos su ubicación, no espere a hacer (sic) capturado o perderá


los beneficios que el gobierno nacional tiene para usted, no arriesgue
ni destruya su vida en las milicias terroristas. Decídase ya! (sic),
Desmovilícese! (sic) Antes que sea demasiado tarde! (sic).189

En el dorsal de volante prometen educación entre otras cosas. Más le


vale el Ejército dictar esos cursos para su propia tropa, pues el volante
tiene varios errores de ortografía como hacer en vez de a ser, y la falta
del signo ¡ al principio de una exclamación. Por supuesto, el Coronel
Delegado Mora estaría escandalizado, él que tanto le gusta discutir la
lingüística con las organizaciones sociales más que las violaciones de
los derechos humanos. Estos volantes pretenden crear terror entre la
población civil y abonar el terreno para futuros falsos positivos tema
que tratamos en el siguiente capítulo. Sobre la vereda de El Decio en
Samaniego, Uribe en declaraciones públicas ya lo había tildado de ser
“una guarida de ratas” y después de su comentario llegaron los paras.

188
  Carta del Coronel Carlos Orlando Delgado Mora, Segundo Comandante y
JEM Vigésima Novena Brigada, ref 01595 MD-CGFM-GE-DIV·-BR29-AJOPE
fechada 15/02/2011
189
  Copia de volante repartido desde un helicóptero en la vereda El Decio.

126 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Cualquier tiempo pasado fue peor


Existe una frase en español y en muchos otros idiomas que cualquier
tiempo pasado fue mejor, que expresa un sentimiento de nostalgia. En
Colombia debido a la perversidad de la guerra, se suele afirmar lo con-
trario, cualquier tiempo pasado fue peor. Con cada presidente nuevo, el
balazo de despedida es siempre peor que el balazo de bienvenida. Con
Uribe y la supuesta desmovilización lo peor quedó atrás. Y ahora con
Juan Manuel Santos y su títere Angelino Garzón, no faltan las ONG y
analistas que dicen que lo peor ya pasó. Pero no se puede afirmar eso.
Los paramilitares no han desaparecido sino que cambiaron de nombre,
Bacrim (término inventado por Uribe), Los Rastrojos, Los Urabeños
etc., pero siguen actuando en muchas partes del país y siguen asesinan-
do a la gente, como a la joven Milady Burbano de 17 años quien, salió
de su vereda en el municipio de San Lorenzo para trabajar como mesera
en un restaurante de Policarpa y ahorrar para estudiar medicina. Los
paramilitares la llevaron en una camioneta. Luego la hicieron bajar de
la camioneta, la hicieron correr y le dispararon por la espalda, en marzo
2010.190

Tampoco se puede afirmar que las ejecuciones extrajudiciales y los fal-


sos positivos inspirados por Juan Manuel Santos, Ministro de Defensa,
se acabaron por el mero hecho de que ahora es el jefe supremo de las
Fuerzas Armadas del país. Las ejecuciones y los falsos positivos no
son nuevos, vienen de tiempo atrás. Los asesinos del Ejército nunca
han brillado por su inteligencia. En los ochenta y noventa, mataban a la
gente antes de ponerles uniforme y las prendas por eso no presentaban
orificios de bala. Con el tiempo alguien los enseñó que era mejor matar
al civil con el uniforme puesto. Hoy, pueden matar a una persona y de-
jarle con una camiseta civil y sólo ponerle un pantalón militar y botas,
pero inclusive son tan torpes que les pusieron las botas al revés. Con el
tiempo, alguien les enseñará poner bien las botas, de pronto en algún
curso de la Escuela de Las Américas en los EE.UU. Si hoy no vemos
tantas ejecuciones es, simplemente porque alguien les enseñó una nue-
va modalidad, y con el tiempo las organizaciones de derechos humanos
destaparán la nueva olla.

  Testimonio
190

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 127


Cada mañana es una buena noticia
cada hombre justo es una buena noticia
cada cantor es una buena noticia
porque cada cantor es un soldado menos .

Facundo Cabral

8
Positivamente Falso

Los mal llamados “falsos positivos” son ejecuciones estrajudiciales


cometidas en la región especialmente contra jóvenes campesinos.
Una mirada desde el SUR

La guerra no sólo se lleva a cabo con los paramilitares y los operati-


vos legales del Ejército, sino también hay operativos encubiertos en
los cuales el Ejército ejecuta extrajudicialmente a sus retenidos y fal-
sos positivos en los que se mata a civiles para mostrar resultados ante
los medios. A finales de 2008 el país se estremeció con la noticia que
miembros del Ejército del Estado colombiano habían llevado a jóvenes
pobres de los barrios populares de Soacha, Cundinamarca, al Norte de
Santander donde les dieron muerte y luego los presentaron como gue-
rrilleros muertos en combate. Los casos se conocieron como “Falsos
Positivos”. Aunque se usa el término porque es común en lenguaje mi-
litar no podemos aceptarlo. El Relator Especial de las Naciones Unidas,
Phillip Alston, en su visita a Colombia lo describió mejor cuando dijo
que “la expresión “falsos positivos” brinda una suerte de aura técnica
para describir una práctica que se caracterizaría mejor como el ase-
sinato a sangre fría y premeditado de civiles inocentes, con fines de
beneficio.”191

Inicialmente, toda la atención se enfocó en el caso de los falsos posi-


tivos de Soacha, sin embargo como el Relator Especial señala había
un problema con ese enfoque, porque “el enfoque en torno al caso de
Soacha fomenta la percepción de que se trata de un fenómeno limita-
do, tanto geográficamente, como en el tiempo. Aunque las matanzas de
Soacha fueron flagrantes y obscenas, mis investigaciones demuestran
que son simplemente la punta del iceberg.”192 Sin embargo, vale la pena
revistar algunos aspectos del caso de Soacha con base en los informes
de la Defensoría del Pueblo antes de proceder a mirar los casos de Na-
riño y Cauca. Los Informes de Riesgo de la Defensoría señalan su pre-
ocupación por la situación de derechos humanos que se vivía en los ba-
rrios populares del sur de Bogotá y Soacha. A pesar de las advertencias
de la Defensoría, el gobierno nacional, bajo el mandato de Uribe, y el
gobierno local de Bogotá bajo el mandato de Samuel Moreno del Polo
Democrático Alternativo, públicamente negaban la presencia de grupos
armados en la ciudad, particularmente los mal llamados Bacrim.

Las primeras señales de “reclutamiento” que ofrecían trabajo fuera de


Bogotá a jóvenes en esos barrios, fueron ignoradas por el gobierno. En
el Informe de Riesgo No. 048 se señala lo siguiente:

191
  Alston, P. Comunicado de Prensa del Relator Especial sobre Ejecuciones Ex-
trajudiciales, junio 2009 www.extrajudicialexecutions.org
192
  Alston, P. op. cit.

130 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

En el Comité Local de Derechos Humanos, se ha informado por al-


gunos miembros de éste, que se está dando un fenómeno de recluta-
miento voluntario en el sector de la Unión, Santa Bibiana, Caracolí,
el Espino, y todo el sector conocido como Altos de Cazuca, la estra-
tegia utilizada es que convencen a los jóvenes para que se vinculen
a la organización como raspachines o de seguridad por una suma de
dinero y los llevan a trabajar fuera de Bogotá, pagándoles supuesta-
mente ochocientos mil pesos ($800.000), según la información dada
en forma verbal a este comité. El grupo que al parecer viene reali-
zando dicha actividad es la “AUC Águilas Negras o Autodefensas
Campesinas Nueva Generación”. Con respecto a estas denuncias, la
Policía Nacional y el Ejército Nacional, vienen realizando la corres-
pondiente investigación. Asimismo se reportó la ubicación de una
casa donde se encontraron tres jóvenes que iban a ser llevados fuera
de Bogotá pero no hubo capturados, información suministrada por
un oficial de la base del Ejército en esta Localidad.193

El mismo informe hace una serie de recomendaciones incluyendo que


el Estado emita una alerta temprana de riesgo, algo que no se hizo y
además recomendó al Ministerio del Interior que impartiera instruccio-
nes “a las autoridades de la Fuerza Pública para que sus actuaciones se
realicen en el marco de la normativa humanitaria.”194 Eso tampoco se
hizo y entre los muertos de Soacha se encuentran jóvenes que consi-
deraban como delincuentes. Eran, si usamos esa frase tan repugnante,
“desechables” en la opinión de la Fuerza Pública. Desde por lo menos
el 2002, la Defensoría enviaba informes de riesgo al Gobierno alertan-
do sobre los riesgos que corría la población de esas zonas y nada se
hizo. Aun cuando hubo señales claras de que se llevaban a jóvenes fuera
de Bogotá con la promesa de trabajo no se hizo nada para impedirlo.

Bueno, no es cierto del todo decir que el gobierno no hizo nada. Puesto
que emitió una infame directiva que ofrecía recompensas a los solda-
dos que reportaron bajas en combate. La directiva decía sin tapujos
que: “Como un incentivo para la Fuerza Pública, el Gobierno pondrá
en marcha a partir de hoy la Bonificación por Operaciones de Impor-
tancia Nacional (Boina), que entregará 12 salarios básicos mensuales al
soldado, policía y agente del DAS que participe en la captura o muerte
en combate de un jefe guerrillero”. Es obvio que un soldado que quiera
cobrar tal recompensa, no puede entregar a una persona viva, pues la
persona siempre puede proclamar su inocencia, pero, los muertos no
  Defensoría del Pueblo, Informe de Riesgo No. 48 -07 pág. 7
193

  Ibíd. pág. 9
194

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 131


Una mirada desde el SUR

Mercado campesino típico de la región.

hablan y no entorpecen la entrega de la bonificación. Organizaciones de


derechos humanos reportaron un mínimo de 955 ejecuciones extrajudi-
ciales y 235 desapariciones forzadas entre 2002 y 2007.195 Con el tiem-
po, en la medida que crecía el escándalo esa cifra aumentaría. La misma
naturaleza de los falsos positivos dificulta manejar cifras muy precisas,
no obstante, en el 2009 la misma Fiscalía comentó en un informe que
los falsos positivos “por ahora dejan un saldo de 2.077 colombianos
asesinados: 59 de ellos eran menores de edad y 122, mujeres”.196 En
La Macarena, departamento del Meta, se descubrió una fosa común al
lado del Batallón con unos dos mil cadáveres, muchos de ellos, con toda
seguridad, ejecutados por el Ejército.

La actitud del Estado con respecto a las acusaciones de falsos positivos


y a los informes de riesgo de la Defensoría se limitó a desmentir esa
información. Uribe ha salido en defensa de soldados acusados y luego
condenados por distintos falsos positivos. El 10 de abril de 2004 un gru-
po de soldados abrió fuego contra una familia de campesinos. Dijeron
que fue un error, pues los confundieron con la guerrilla, sin embargo,

195
  CCEEU (2008) Informe final de la misión internacional de observación sobre
ejecuciones extrajudiciales e impunidad en Colombia, Bogotá CCEEU pág. 11
196
  El Tiempo (17/10/2009) Más de dos mil colombianos habían sido asesinados
en falsos positivos, según informe de la Fiscalía

132 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

“al poco tiempo la Fiscalía pudo establecer que una de las víctimas reci-
bió disparos a 60 centímetros y que la escena del crimen fue alterada”197
Uribe apareció el día siguiente en el sitio para dar la mano a los solda-
dos y absolverles de cualquier acto criminal. Dejó muy claro que no iba
a cambiar su estrategia:

Estos trágicos episodios nos llenan de dolor, de reflexión, pero no


nos pueden desestimular para continuar la tarea de devolver la segu-
ridad a los colombianos.

Estoy convencido de la buena fe del Ejército en esta equivocación.


Si se tratara de un Ejército violador de derechos humanos, quienes
dispararon contra los campesinos hubieran buscado el ocultamien-
to, la mentira o la desaparición de los cadáveres. Nuestros solda-
dos y oficiales, afectados por el dolor, llamaron de inmediato a sus
superiores y comunicaron la verdad.

Tengo motivos de profundo dolor pero carezco de razones


administrativas para sancionar a los soldados y oficiales.198

Niños de Suárez - Cauca

197
  El Tiempo (12/07/2011) Tribunal confirma condena a militares por masacre
de Potosí (Tolima)
198
  El Tiempo (13/04/2004) Estoy Convencido De La Buena Fe Del Ejército

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 133


Una mirada desde el SUR

Efectivamente los soldados alteraron la escena del crimen. Uribe no se


ha pronunciado sobre las condenas contra los soldados, confirmados
por los tribunales en julio 2011. Además, Uribe ha sido muy claro en
señalar a los que acusan a los militares de formar parte de una conspi-
ración contra el Estado, incluyendo el mencionado caso de Cajamarca.

Ahora la estrategia guerrillera es otra: cada que se le da una baja


a la guerrilla, ahí mismo moviliza a sus corifeos en el país y en el
extranjero para decir que fue una ejecución extrajudicial. Pero las
Fuerzas Armadas han puesto todo el cuidado para no dar lugar a que
se señale a miembros de las Fuerzas Armadas de estar en colusión
con grupos paramilitares.199

Y siguió con el mismo tono en el 2009, cuando ya era obvio lo que es-
taba sucediendo y declaró que “sólo” había 22 casos comprobados de
falsos positivos, como si 22 asesinatos a manos del Ejército, a cambio
de dinero que él como Presidente ofrecía, fuera algo de poca importan-
cia. Arremetió de nuevo contra los defensores de derechos humanos
que denunciaban los asesinatos y no se mostró arrepentido por pagar a
matones sino prometió seguir y ampliar esa misma política:

Nosotros somos los primeros en exigir que no haya ‘falsos positi-


vos’, que haya total transparencia, pero tenemos que ser los prime-
ros en denunciar que mucha gente, amparada en el tema de ‘falsos
positivos’, lo que ha hecho es crecer falsas acusaciones, para tratar
de paralizar la acción de la Fuerza Pública contra los terroristas”....
Recompensas para capturar extorsionistas; recompensas para captu-
rar asesinos, secuestradores; recompensas para capturar a aquellos
que quieren sembrar pánico en la comunidad con los pasquines.200

En los departamentos de Cauca y Nariño han ocurrido varios casos de


los asesinatos, mal llamados falsos positivos, es decir, ejecuciones que
forman parte de una práctica común en el Ejército, que existe mucho
antes de la infame directiva del Ministerio de Defensa. Hay dos en Cau-
ca que son de particular interés por tratar de un guerrillero, ex gue-
rrillero y un civil. Muchos casos de las ejecuciones y falsos positivos
199
  Uribe citado en Minga (2008) Ejecuciones extrajudiciales de la Brigada Móvil
No. 15: ¿Sólo vergüenza militar? pág. 1(copia electrónica)
200
  Declaraciones de Uribe en Uribe dice que sólo existen comprobados 22 casos de
‘falsos positivos’ Caracol Radio http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=782914

134 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

tratan de civiles, pero también se puede falsificar las circunstancias de


la muerte de un guerrillero.

En el municipio de Almaguer en el mes de mayo 2005 en la vereda del


Altillo, perteneciente al corregimiento de Llacuanas, el Ejército asesinó
al joven Eduardo Tulio Gómez de apenas 18 años de edad.201 Era un día
de mercado, la plaza del pueblo estaba repleta de gente comprando y
vendiendo, por los caminos y senderos de la zona transitaban muchos
campesinos, en sus ires y venires al pueblo. Por la mañana llegó la tro-
pa y bloquearon varias vías de la zona impidiendo que bajara o subiera
más gente. Ese día, el joven Eduardo se encontraba cerca de la escuela
en la vereda del Altillo, vestía una pantaloneta. Entre las 11 de la maña-
na y las 12 de mediodía llegó el Ejército y se lo llevó vivo con apenas
la pantaloneta puesta. Varios vecinos lo vieron más tarde ese mismo día
en compañía del Ejército y ya llevaba prendas militares que el Ejército
lo obligó poner. La Junta de Acción comunal se movilizó en un intento
vano para salvar la vida del muchacho. En la misma vereda del Altillo
lograron hablar con los militares quienes les aseguraron que lo iban a
entregar el día siguiente en la cabecera de Almaguer. Sin embargo, la
tropa se dividió en dos, unos se pusieron en un filo de la vereda y otros
fueron a un filo al otro lado. Sobre las cinco de la tarde comenzaron
a disparar al aire en un simulacro de combate. Luego de los hechos,
los mismos soldados bajaron en un carro y pusieron un artefacto en la
vía que hicieron explotar presentando su propia obra como otra “evi-
dencia” del supuesto combate, pues inicialmente confiaban en que por
miedo la gente no dijera nada. Los militares no pudieron esconder su
alegría y emitieron el siguiente comunicado, con una relación inverosí-
mil, pues si los supuestos guerrilleros llevaban revolver calibre 38 y 32
¿qué hacían con municiones de calibre 9mm? Y además ¿quién entra
en combate contra el Ejército armado con un revólver, sabiendo que se
enfrentaría a soldados armados con fusiles?:

El Comando del Batallón de Alta Montaña Número 4 Benjamín He-


rrera Cortés, se permite comunicar a la opinión pública en general
y a la comunidad del Macizo Central Colombiano del departamento
del Cauca, que continuando con el desarrollo de la misión táctica
06, operación Gendarme, tropas de la Brigada 29 pertenecientes al
Batallón de Alta Montaña Número 4, Compañía Acero, en contacto
armado con narcoterroristas de la cuadrilla Camilo Cienfuegos del
  Testimonio,(toda la información sobre este y los relacionados casos proviene
201

de testimonios de la región salvo donde se indica lo contrario.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 135


Gearóid Ó Loingsigh

autodenominado Eln, fueron dados de baja en combate armado dos


narcoterroristas de sexo masculino, quienes portaban un revólver
calibre 38 marca Smith & Wesson, 21 cartuchos calibre 38 largo, un
revólver calibre 32 marca Smith & Wesson, un cartucho calibre 9
mm, respectivamente. De igual manera en el sector se ubicaron tres
artefactos explosivos (forma de cohete) y tres minas antipersonales
por el sistema alivio de presión (minas quiebra patas) los cuales por
medidas de seguridad fueron destruidos en el área en forma contro-
lada. Los hechos se presentaron en la vereda Llacuanas, jurisdicción
del municipio de Almaguer, Cauca.202

Eduardo era hijo único y se levantaba todas las mañanas a las tres para
ayudar a su mamá en sus quehaceres y luego salía a estudiar. Había
llegado al noveno grado pero retomó sus estudios para terminar el ba-
chillerato. No era guerrillero, no era subversivo, era sencillamente otro
campesino cuyo asesinato beneficiaría la imagen de Uribe como un
presidente fuerte, con capacidad de derrotar a las guerrillas. También
beneficiaría a los asesinos quienes recibirían una recompensa por su
“defensa de la patria”. El pobre Eduardo no era guerrillero, sino que
quería ser agente de la Policía y estaba alistando papeles para presentar-
se a la institución. En el mismo incidente también asesinaron a Rómulo
Rengifo Gómez, de 63 años de edad.

San Lorenzo, Bolívar


En la vereda de Pueblo Viejo el Ejército asesinó a otro campesino, Luís
Antidio Macías Caicedo. Luís había entrado a la guerrilla del ELN a
los 16 años. Cuando salió del ELN llegó herido al hospital en Popayán.
En el hospital un desertor de la guerrilla lo señaló como guerrillero y
lo detuvo el DAS. Lo procesaron por rebelión y lo condenaron a cuatro
años de cárcel que cumplió en el penal San Isidro de Popayán. Durante
su cautiverio perdió el uso del brazo, según dicen, por falta de cuidados
médicos apropiados. Cuando salió libre volvió a la casa de su familia,
pues por lo del brazo no podía trabajar. A los pocos meses de haber
cumplido su condena, llegaron tropas del Ejército vestido de civil en
una camioneta a su casa. Fue el 16 de abril del 2006. Lo cogieron y lo
tendieron en el suelo. Encerraron a la familia en una pieza de la casa y
luego sacaron a Luís a la carretera donde una muchacha lo señaló di-
ciendo “si este es”. El Ejército le dio la orden de correr y le aplicaron la
ley de fuga, disparándole por la espalda y lo remataron en el suelo. Las

  Comunicado de prensa batallón de alta montaña No. 4 citado en El Liberal


202

01/06/2005

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 137


Una mirada desde el SUR

suplicas de la familia no contaron para nada. Dicen que los familiares


rogaron que lo llevaran, si es que debía algo, pues su pasado podría
hacerles pensar que tenía otro problema judicial. Pero ellos no vinieron
a eso. Vinieron para embolsar las recompensas de Uribe y Santos a
cambio de un cadáver cualquiera, (aunque no se conformaron con la re-
compensa y también robaron el dinero de la familia de su víctima). Que
Luís hubiera sido guerrillero les facilitó la tarea a los soldados porque
no hacía falta ponerle uniforme, su pasado sería su uniforme. Cuando
lo mataron él vestía un pantalón y unas chancletas. Según los militares,
Luís llevaba una arma en cada mano. Otra vez, los asesinos inventan
historias poco probables. El guerrillero, puede tener una pistola y un
fusil, pero no es muy común llevar dos, pues ¿para qué? Más le serviría
un fusil y una pistola, y por fuera de eso Luís no tenía el uso de uno
de sus brazos. ¿De qué manera podía sostener dos armas, si uno de sus
brazos estaba paralizado?

Hay que tener mucha claridad sobre el caso de Luís, nadie niega que él
fue guerrillero del ELN y cumplió condena por rebelión, aunque algu-
nos dicen que cuando él llegó a la hospital herido ya había desertado,
pero en cuanto a su asesinato eso no tiene mayor importancia. Bien sea
ex guerrillero o desertor tiene el derecho a la vida y al debido proceso.
En Colombia no existe ninguna ley que sancione la pena de muerte,
aunque en la práctica se aplica más en Colombia que en los países don-
de el Estado ejerce el derecho de asesinar a sus propios ciudadanos
en la cárcel, como en los EE.UU. En ese país, desde 1976, cuando se
reinstauró la pena de muerte, hasta el 22 de julio de 2011, habían eje-
cutado a 1263 personas entre ellas menores de edad y personas que
padecen trastornos mentales o en algunos caso ambos, algo que deben
tener en cuenta las ONG que creen que al gobierno de los EE.UU. le
preocupa las ejecuciones en Colombia. Si el gobierno norteamericano
es capaz de ejecutar en la cárcel a un menor de edad con trastornos
mentales, no le va a preocupar mucho la muerte de un campesino en
una zona estratégica para las multinacionales. Este falso positivo no es
menos importante que cualquier otro caso de civiles. Luís era un civil y
además desarmado en el momento de su asesinato, en un país donde la
legislación no permite la pena de muerte.

Pero no sólo los civiles tienen derecho a la vida, los guerrilleros tam-
bién. El siguiente caso, también en San Lorenzo se refiere al asesinato
de un comandante del ELN, Edgar Enrique Mosquera, alias El Costeño
y un civil llamado Fredy Cerón.
138 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

Según cuentan varias personas de la zona conocedoras del caso, el co-


mandante del ELN transitaba cerca del pueblo de San Lorenzo, muni-
cipio de Bolívar, Cauca, sobre las doce de mediodía cuando se percató
de la presencia de la Fuerza Pública. Dado el peligro que corría, El
Costeño decidió meterse en una casa civil, pues él también iba de civil
y de pronto podía pasar desapercibido entre la población. Sin embargo,
el Ejército lo siguió hasta la casa donde se había refugiado. Cuando el
Ejército entró a la casa El Costeño levantó las manos por encima de
la cabeza como señal de rendición. Sin embargo, no le sirvió de nada.
Los soldados del Batallón de Alta Montaña, No. 4 adscritos a la Vigé-
sima Novena Brigada lo mataron de un disparo. Para simular un com-
bate, echaron al aire varias ráfagas. Todas las vainillas de las balas se
encontraban en el patio de la casa, algo inverosímil en caso de un com-
bate.

Cuando los vecinos escucharon las ráfagas se acercaron a la casa, pero


el Ejército ya tenía la vía bloqueada e impedía el acceso de la pobla-
ción al sitio de los hechos. Los militares dijeron a la gente que estaban
en un procedimiento y que había un muerto y esperaban a la Fiscalía
para hacer el levantamiento del cadáver. Inicialmente no hablaban del
segundo muerto, o sea el civil Fredy Cerón. Sin embargo, ya lo habían
matado a pesar de informar a la gente que él se encontraba bien. Cuando
llegó la Fiscalía cambiaron la historia y dijeron a la gente que había dos
muertos, El Costeño y Fredy Cerón quien se encontraba en la huerta
limpiando el pasto. Los vecinos hicieron reclamos al Mayor Chávez,
exigiéndole que explicara por qué habían matado al muchacho. “Nos
dijo que ellos habían llegado y habían recibido disparos por unos fa-
cinerosos, lo cual es totalmente falso, porque allí no hubo intercambio
de disparos, la única arma que tenía Fredy era un azadón viejo con que
limpiaba el pasto y El Costeño tenía una pistola pero él no lo disparó.”
No hubo combate. Uno de los moradores de la vereda explica que “se
hizo el levantamiento del cadáver y había unos personajes, no sabemos
si eran del Sijin o el CTI a quienes les manifestaba el Mayor Chávez
que grabaran el sitio por donde ellos habían sido atacados, un cerro en-
frente. Al Mayor le respondieron que dejara de ser hijueputa que allí no
ha habido ataque, lo que ha habido es una masacre.”203

El Ejército felicitó a los soldados por el asesinato del guerrillero y


el civil. En declaraciones a la prensa “el brigadier general Leonardo
Alfonso Barrero, comandante de la Brigada, dijo que se ratifica el

  Testimonio
203

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 139


Una mirada desde el SUR
Casa destruida en Santa Rosa, Cauca

arrojo y la decisión indeclinable de las tropas, para combatir a todas las


organizaciones armadas al margen de la Ley.”204

Fredy Cerón, era otro civil asesinado por el Ejército y víctima de un


falso positivo. Para alguna gente el caso de alias El Costeño es más
complicado, sin embargo los Convenios de Ginebra, los acuerdos inter-
nacionales que regulan el conducto de las partes en conflicto son muy
claros al respecto. El III Convenio de Ginebra afirma que:

Artículo 3 – Conflictos no internacionales En caso de conflicto ar-


mado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio
de una de las Altas Partes Contratantes, cada una de las Partes en
conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguien-
tes disposiciones:

1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades,


incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto
las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad,
herida, detención (la negrilla es nuestra) o por cualquier otra causa,
serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin dis-
tinción alguna de índole desfavorable, basada en la raza, el color, la
religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna, o cualquier
otro criterio análogo.205

204
  El Tiempo (06/05/2008) Ejército reporta muerte de presunto cabecilla del Eln
en el sur del Cauca,
205
  III. Convenio de Ginebra del 12 de Agosto de 1949 relativo al trato debido a
los prisioneros de guerra www.icrc.org

140 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Así queda claro que un combatiente detenido, como es el caso de alias


El Costeño, quien se rindió tiene derecho a la vida, ya en el momento de
rendirse es considerado como persona que ha depuesto las armas y por
lo tanto ya no participa en las hostilidades. El mismo artículo 3 en sus
literales a) y d) clarifica, más todavía, la situación de los detenidos y es
muy explícito respecto a las conductas prohibidas:

A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que


atañe a las personas arriba mencionadas:

a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especial-


mente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos
crueles, la tortura y los suplicios...

d) las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante


un tribunal legítimamente constituido, con garantías judiciales
reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados (la
negrilla es nuestra).206

Ni siquiera, en el caso de que existie-


ra la pena de muerte en Colombia (la
cual no existe judicialmente hablan-
do) los soldados no tendrían derecho a
ejecutar a alias El Costeño. El guerri-
llero tiene derecho a rendirse y recibir
un trato digno y ser sometido a un jui-
cio con todas las garantías judiciales
que tienen todos los ciudadanos co-
lombianos. Los mismos artículos que
se citan arriba cobija a personas como
Fredy Cerón, pues él, como civil que
no participa en el conflicto, tiene
derecho a la vida.

En Nariño se presentó una masacre


en Altaquer donde fueron asesinados
cinco indígenas Awá. Inicialmente el
Ejército presentó la masacre como
Guardia indígena

obra de las FARC, pues El Tiempo re-


portó que el Coronel Juan Pablo Maya
de la 29ª Brigada manifestó que fue

  Ibíd
206

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 141


Una mirada desde el SUR

la Columna Móvil Mariscal Sucre de las FARC quienes habrían come-


tido la atrocidad. Según el susodicho “la guerrilla se opone al retorno
de más de 600 indígenas refugiados en Altaquer y de 1.200 hacinados
en Ricaurte.”207 Sin embargo, la realidad era distinta y una vez más
civiles murieron a manos del Ejército, aunque la sindicación inicial de
la prensa no quiso contemplar que el Ejército mentía. La prensa suele
presentar como verdad todo lo que afirman los militares. A veces, como
resultado de las investigaciones de grupos de derechos humanos o de
periodistas muy valientes, la verdad surge de las cloacas, donde los
voceros oficiales del Estado la habían enterrado. Según el CPDH esta
masacre era la obra del Ejército:

El 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, a las cin-


co de la mañana (5:00 a.m.), en el Corregimiento de Altaquer, Mu-
nicipio de Barbacoas (Nariño), cinco indígenas del pueblo Awá fue-
ron asesinados, de acuerdo a los testimonios de los familiares de las
víctimas y pobladores del sector, para ésta fecha el Corregimiento se
encontraba fuertemente militarizado; desde el mes de julio de 2006,
en la zona rural de éste corregimiento se desarrollaba la operación
militar “Tornado“, por parte de unidades del grupo Mecanizado Nº 3
Cabal. Los responsables, entre cinco y nueve hombres fuertemente
armados (armas cortas), quienes cubrían su rostro con pasamonta-
ñas, camiseta color negro, pantalón verde camuflado y botas media
caña tipo militar, quienes ingresaron a cerca de cuatro viviendas del
barrio Pascal, de tres de éstas sacaron a diez indígenas que se res-
guardaban pues habían sido desplazados por los fuertes combates
en la zona rural de Altaquer, separaron a los niños, ordenando a los
seis adultos que se acostaran boca abajo y tras preguntarles en tres
oportunidades si eran guerrilleros, les dispararon; en total, en los
cinco (5) cadáveres se encontraron veinte impactos de bala, una de
las mujeres adultas no fue impactada sobreviviendo al hecho.208

El mismo documento explica que, después de la masacre los enca-


puchados huían en dirección de un retén militar, a escasos 200 me-
tros distancia. El día siguiente de la masacre el Ejército capturó a dos
guerrilleros, alias Alex y Schumager y los asesinaron en un intento
de culparlos por la muerte de los cinco indígenas. Los dos guerrille-
ros fueron presentados como dados de baja en combate. Al parecer

207
  El Tiempo (09/08/2006) Los cinco indígenas Awá asesinados en Altaquer
huían de la guerra en Nariño,
208
  CPDH (s/f) Cuaderno de Investigación Nº 1. “En Memoria De Las Víctimas
De La Masacre De Altaquer” pág. 21

142 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

fueron capturados, retenidos y luego asesinados para presentarlos no


sólo como guerrilleros, que era cierto, sino como los autores materiales
de la masacre de los Awá. La barbaridad no paró con los dos guerrilleros
muertos. Tres miembros de la familia Montilla Chicaiza, quienes tuvie-
ron la mala suerte de presenciar los asesinatos de los guerrilleros, tam-
bién fueron asesinados por el Ejército, en una espiral de muerte como
parte de una guerra mediática. Como ya se dijo los falsos positivos
son parte de una estrategia mediática donde los jóvenes son asesinados
para mostrar resultados en la guerra contra las insurgencias. Este caso
de Altaquer es más chocante todavía, pues su propósito no era mostrar
resultados únicamente sino desprestigiar a las FARC, endilgándoles los
asesinatos de los Awá. Como ya hemos visto, las FARC han cometido
masacres contra la población civil y los Awá en particular, sin embar-
go, en la coyuntura de agosto 2006 con Uribe comenzando su segundo
mandato, convenía una masacre a manos de las FARC para poder jus-
tificar la política de Seguridad Democrática. Lo que se buscaba con la
masacre y la ejecución extrajudicial de dos guerrilleros el día siguiente
y la masacre de los testigos era legitimar esa política. En fin, un tramo
macabro que forma parte integral de la Seguridad Democrática. Hay
quienes dirán que es poco probable que esos soldados estuvieran pen-
sando en la imagen de la política uribista. Eso es cierto, pero ¿quiénes
mandaron la tropa a esa región? ¿Quienes les dijeron a los soldados que
la guerrilla estaba en la zona? ¿Quienes les dieron toda la información
sobre la guerrilla, los muertos y los testigos?

Uno de los soldados acusados de participar en la masacre es el sargento


segundo Alexander Guerrero Castellanos. Él era el coordinador de la
Red de Cooperantes, una red de espías y soplones que nada tiene que
envidiar a la Stasi de la antigua Alemania Oriental, por poner vecino
contra vecino y animarlos no sólo a delatar, sino a participar en monta-
jes y acusar falsamente a los vecinos, por el motivo que sea. A cambio,
reciben plata y la colaboración de la Fuerza Pública en sus asuntos. Se
supone que, como coordinador de dicha entidad, Guerrero sabría de
donde vino la información sobre la masacre de Altaquer y los movi-
mientos de la guerrilla, pero en su declaración ante la fiscalía demuestra
mucha confusión y dice que no sabía. Dicho de otro modo, él no era la
pieza clave, mandaban otros. De forma patética dijo que lo supo por los
medios de comunicación. ¡Toda una red de informantes a su disposición
y se entera por los medios! Es poco creíble.209

  Declaración Jurada de Alexander Guerrero Castellanos al Fiscal Juan Carlos


209

Oliveros Corrales, 17 de agosto 2007.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 143


El Decio - Nariño

Trabajo en el trapiche - Nariño


Gearóid Ó Loingsigh

Cuando se produjo el asesinato de los dos guerrilleros, él llamó al Co-


ronel Montoya, él mismo que se apresuró en señalar a las FARC como
culpables y el Coronel dio órdenes para fotografiar a los dos muertos,
quizás como trofeo de guerra para poder mostrar ante los medios la
eficacia de la Seguridad Democrática. Al informante que suministró la
información sobre los guerrilleros le dieron 10 millones de pesos, una
suma grande en el campo colombiano. ¿Cuántas personas han muerto
por culpa de información falsa suministrada por algún codicioso de la
Red de Informantes? El sistema de recompensas tanto a los soldados
como a los civiles, es la razón de tanto falso positivo. Existe una con-
tradicción en la política de Seguridad Democrática. Uribe y Santos se
jactaban de su éxito y su popularidad, sin embargo, nadie suministra
información a la Fuerza Pública voluntariamente. Hay que sobornarlos.
Participan, sólo por el hecho de recibir dinero, nada del falso patrio-
tismo a que se refieren Uribe y Santos. Inclusive, a los soldados que
participan en los montajes, hay que pagarles.

Puede parecer exagerado afirmar que los falsos positivos forman parte
de una estrategia del Estado para mostrar eficacia en su lucha contra
las guerrillas, pero el Ministerio de Defensa lleva años maquillando las
cifras del conflicto. No sólo son poco confiables las cifras de muertes
en combate o por fuera de él, sino todas las cifras relacionadas con el
conflicto son dudosas, sobre todo las que tienen que ver con la opera-
tividad de la Fuerza Pública. Un estudio publicado en 2007 muestra
cuán poco creíbles son las cifras oficiales. En el periodo comprendido
entre julio 2002 y julio 2007 el Estado da la siguiente relación de dete-
nidos, desmovilizados y muertos en combate de ambas organizaciones
guerrilleras:

Tabla 8
Cifras de guerrilleros removidos del conflicto210

Número de capturas 27.290


Número de abatidos 9.841

Número de desmovilizados 13.333

Total 50.464

  Isaza Delgado, J.F. y Campos Romero, D. (2007) Algunas Consideraciones


210

Cuantitativas Sobre La Evolución Reciente Del Conflicto En Colombia pág. 8


(copia electrónica)

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 145


Una mirada desde el SUR

El estudio afirma que “Un simple cálculo muestra que de cada 100 sub-
versivos retirados del conflicto, la guerrilla logró en el período 2002 –
2007, reclutar 84 nuevos combatientes. Lo cual hace surgir dudas sobre
la eficiencia de la lucha... Muestra que la guerrilla pudo reclutar 42.363
nuevos combatientes, más del doble de los efectivos iniciales.”211 Hay
otra explicación. No es que las guerrillas hayan tenido un tremendo
éxito en reclutar y reemplazar sus organizaciones en cinco años. Es
más sencillo, la Fuerza Pública nunca dio de baja a tantos guerrilleros y
tampoco se han desmovilizado tantos.

Con relación a las capturas, en 2007, la población carcelaria ascendía a


63.603 presos, 56.626 hombres y 3.395 mujeres. Del total de la pobla-
ción carcelaria, 41.420 reos eran condenados y 22.183 eran sindicados,
en espera de su condena o liberación. No hay cifras muy precisas sobre
el número de presos políticos. El Comité Fundación de Solidaridad con
los Presos Políticos maneja la cifra 7.500 y el INPEC habla de unas
3.000 personas condenadas por rebelión. Claro, puede haber otros pre-
sos acusados de otros delitos que el INPEC no clasifica como delitos
políticos. Si las cifras oficiales de capturas fueran ciertas significaría
que casi la mitad de la población reclusa son guerrilleros y, si excluimos
a los sindicados llegamos a una situación donde casi las tres cuartas
partes son guerrilleros. Sabemos que no es cierto. Una visita a cualquier
centro de reclusión y se comprueba que la inmensa mayoría de presos
son comunes, inclusive en los patios de alta seguridad. La discrepan-
cia tiene una explicación. Muchas veces las personas son detenidas y
presentadas ante los medios, que ciegamente y sin pensarlo mucho, re-
piten fielmente lo que digan sus maestros en la Fuerza Pública y el
Ministerio de Defensa. Empero, a los pocos días o en algunos casos las
pocas horas esas personas son puestas en libertad, libres de cargos. O de
pronto, la cifra es inventada un lunes cualquiera por algún funcionario
enguayabado. O la alternativa es que ¡la cifra es real y el INPEC ha des-
aparecido a más de 20 mil personas! Algo que no creemos. Más bien,
la manipulación de las cifras y los falsos positivos forman parte de la
misma política estatal de mostrar resultados en el conflicto y justificar
el enorme gasto militar.

En fin, ha existido, y con seguridad aún existe una versión modificada


de la estrategia de exagerar los resultados de las acciones del Ejér-
cito. Al presentar campesinos como guerrilleros de una manera fácil
aparenta que la Fuerza Pública tiene éxito en sus combates con las

  Ibíd. pág. 8 y 9
211

146 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

insurgencias, menos complicado que entrar en combate con los insur-


gentes, pues allí corre peligro el soldado y si muere no recibe ningu-
na bonificación. Además, esa propaganda cumple una doble función.
Muchos de las ejecuciones extrajudiciales y los falsos positivos ocu-
rren en zonas estratégicas y así, de paso, el Estado puede golpear a las
organizaciones sociales que se oponen a sus políticas, atemorizar a la
población y amenazarla por si alzan la voz contra la depredación de la
tierra por los multinacionales. Su extensión por el territorio nacional, el
número de casos, las distintas brigadas que han intervenido y los altos
rangos de varios de los implicados nos llevan a concluir que los falsos
positivos son una política del Estado nonos dejan otra conclusión que
es una política general del Estado.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 147


Droga es una palabra indiferente,
donde cabe tanto lo que sirve para matar
como lo que sirve para curar,
y los filtros de amor, pero esta ley sólo reprueba
lo usado para matar a alguien.

La Lex Cornelia

9
Cultivos Ilícitos
Los cultivos ilícitos no explican el conflicto en Cauca y Nariño, aunque
ambos departamentos han sido productores de coca y amapola desde
tiempo atrás y actualmente son los principales productores de base de
coca y opio.Sin lugar a dudas son un factor y a la vez una clara señal
para quien quiera ver que la pobreza en ambos departamentos es en-
démica por eso ante la falta de respuesta por parte del Estado muchos
moradores ven en esos cultivos una salida personal e individual a sus
problemas.

En los debates sobre la coca y amapola pocas veces se tiene en cuenta


un contexto más amplio. No siempre han sido ilegales los cultivos, ni
tampoco los productos finales, como la cocaína, el opio y la heroína (los
cuales tienen usos médicos y científicos legales hoy día). La prohibición
es muy reciente en la historia humana. La persecución de los cultivos
ilícitos no se debe únicamente al narcotráfico. Un campesino me decía
“Nosotros hablamos con los abuelos y nos decían que perseguían a la
coca en los años 50 cuando no había narcotráfico y nosotros no entende-
mos el porqué.” El estupor del campesino es fácil de compartir, sólo si
aceptamos que la fumigación realmente es una cuestión de narcotráfico
y que no obedece a otros intereses y factores ideológicos y políticos.
Una mirada desde el SUR

En Cauca, algunas comunidades indígenas y campesinas esgrimen ar-


gumentos sobre las bondades de la coca como medicamento y alimento,
como si se tratara de convencer que la coca no es mala. Aunque no se
deben dejar de explicar las bondades del cultivo, no se trata de lo que es
bueno o malo. Por ser la coca un cultivo de uso tradicional entre indíge-
nas y campesinos se suelen resaltar sus bondades, pero no se dice nada
de la amapola. Empero, en las zonas del mundo donde la amapola es un
cultivo tradicional, hay gente que presenta los mismos argumentos para
defenderla. Hay muchas sustancias que el ser humano ha tomado como
sustancias sagradas que luego, se han extendido entre la población.
En América Latina se usaba peyote, yahé, cáñamo y coca entre otras.
En otros lugares del mundo se utilizaba alcohol, hongos y también el
opio, el cual tiene varios usos medicinales para las comunidades de
Afganistán y Pakistán.

La persecución de la coca nada tiene que ver realmente con cuestio-


nes de salud. Cuando se lanzó Plan Colombia, en 1999, las cifras de
la mortalidad producida por drogas ilegales y el abuso de fármacos
eran inferiores a las muertes causadas por el alcohol y el tabaco en los
EE.UU.. En 1999, el Centro para el Control y Prevención de Enferme-
dades (CDC, por sus siglas en inglés) de los EE.UU. publicó sus cifras
de mortalidad para el año 1997. En ese año 15.973 personas perdieron
su vida debido al abuso de todas las drogas, salvo alcohol y tabaco, pero
incluyendo, heroína, cocaína, angel dust, crack y también por el abuso
de medicamentos.212 En el mismo año, el alcohol mató a 19.576 perso-
nas213 y el rey de asesinos, el tabaco, causó la muerte de 418.000 perso-
nas en 1990,214 el último año para el cual existían estadísticas antes de
aprobar el Plan Colombia. Queda claro que la salud de la población de
los EE.UU. no es la principal preocupación del gobierno de ese país.

Si lo fuera, habrían fumigado las enormes fincas de tabaco en los


EE.UU. y habrían cerrado las empresas tabacaleras y de pronto habrían
bombardeado las cervecerías de Budweiser y Heineken o las fábricas
de la ilegalizada droga sintética éxtasis en Holanda. En 1999 los EE.UU.
produjeron 586.360 toneladas métricas de tabaco no procesado,215

212
  CDC (1999). National Vital Statistics Reports, Vol 47, No.19, pág. 75 http://
www.cdc.gov
213
  Ibíd. pág. 76
214
  CDC (1993). Deaths Attributable to Cigarette Smoking -United States, 1990,
pág. 1 http://www.cdc.gov
215
  Cifras tomadas de http://faostat.fao.org

150 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

ocupando el cuarto puesto en términos mundiales, posición que aún


ocupa y fue el principal exportador de tabaco. No sería descabellado
afirmar que sus exportaciones de tabaco provocaron más muertes que
sus importaciones de cocaína y heroína.

Entonces, ¿a qué se debe esa guerra contra las drogas? El tema es com-
plejo, pero a lo largo del Siglo XX siempre ha habido el trasfondo de
los intereses estratégicos de los EE.UU. Su primer intento en prohibir
el opio fue en China a principios del Siglo XX, pero su interés real en
ayudar a China a suprimir el consumo y tráfico de opio fue más bien
económico. Los EE.UU. pensaban que China les abriría sus mercados
por su papel en suprimir esa droga.216 Todas las demás intervenciones
en la producción de drogas desde entonces, han tenido el mismo interés
económico y/o político.

Teniendo en cuenta que en los años 50 no existía el narcotráfico como


tal, ¿cómo respondemos a la pregunta del campesino? ¿Por qué se
perseguía a los abuelos que utilizaban la coca con fines medicinales
y alimenticios? En 1961 se aprobó la Convención Única de 1961 que
prohibía la coca. El tratado entró en vigor en 1964, sin embargo, “es
una consolidación de nueve tratados multilaterales de control de drogas
negociados entre 1912 y 1953”. 217 O sea que la prohibición no es nueva,
y, la Convención es muy explícita sobre la materia prima, la hoja de
coca. El artículo 22 No.1 prohíbe expresamente el arbusto de coca para,
supuestamente, proteger la salud pública. Pero el argumento es más
moralista que nada. En su preámbulo se afirma que las partes firmantes
están “Preocupadas por la salud física y moral de la humanidad,”218 y en
el artículo 26 inclusive acuerdan “En la medida de lo posible, las Partes
obligarán a arrancar de raíz todos los arbustos de coca que crezcan en
estado silvestre y destruirán los que se cultiven ilícitamente”219. ¿Cómo
pueden llegar a la estupidez de arrancar todas las plantas silvestres de
coca? En el artículo 49 acuerdan que “La masticación de hoja de coca
quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor
de la presente Convención”.220 Ningún gobierno ha logrado prohibir el

216
  Bewley-Taylor, D.R, (1999). The United States and International Drug Con-
trol 19091997, London, Pinter. pág. 18-19
217
  Sinha, J. (2001) The History And Development Of The Leading International
Drug Control Conventions www.tni.org
218
  Convención Única 1961, Naciones Unidas
219
  Ibíd
220
  Ibíd

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 151


Una mirada desde el SUR

consumo tradicional de coca y han aplicado mientras tanto otro artículo


que les permite tolerar temporalmente el consumo tradicional aunque
con límites. Hace unos años el entonces presidente Uribe prohibió la
distribución por fuera de los resguardos, de productos indígenas como
Coca Sek, lo cual provocó mucha controversia. Uribe justificó su deci-
sión con base en la Convención. Duele reconocerlo, duele dar la razón a
Uribe, pero en términos legales él tenía razón. La decisión fue chocante
para los líderes indígenas porque no concebían que las Naciones Unidas
impulsara una guerra contra su cultura, la misma ONU que tiene un
relator especial para los derechos de los pueblos indígenas, la misma
ONU que supuestamente promueve los derechos de los pueblos indí-
genas. No obstante, la realidad era y sigue siendo que la ONU a través
de tratados como la Convención Única de 1961,efectivamente impulsa
una guerra contra la cultura indígena, entre otras muchas guerras contra
la gente pobre.

La guerra contra las drogas carece de todo sentido. No sólo porque per-
sigue a la hoja de coca tanto o inclusive más que la misma cocaína sino
porque ha sido un fracaso constante a lo largo del Siglo XX, motivado
más por conceptos moralistas que los EE.UU. y otros aprovechan para
fortalecer sus intereses estratégicos. La coca es una mata nativa de la
región andina con muchos beneficios para el ser humano.221

...100 gramos de hojas contienen un promedio de 305 calorías, 18,5


de proteínas y 42,6 de carbohidratos, así como la cantidad diaria
recomendada por la OMS de calcio, hierro, fósforo, riboflavina y
vitaminas A y E, con cantidades menores de vitamina C. Tras expe-
rimentos que han pasado del caracol a diversos monos, no se conoce
todavía un animal que rechace el consumo de este tónico, y tampoco
sabemos de ninguno que consuma sin moderación.222

Volviendo a la pregunta de aquel campesino del Macizo, en la guerra


contra las drogas no hay una lógica de lucha contra el narcotráfico y por
lo tanto no hay nada que entender en ese sentido. La guerra obedece a
los intereses estratégicos de los EE.UU. Y se enmarca en un discurso
moralista con tintes racistas, pues mientras el tabaco, la hoja preferida

221
  Para mayor detalle sobre este aspecto de la coca véase Henman, A. y Metaal,
P. (2009) Los Mitos de la Coca, Drogas y Conflicto, Documento de Debate No.
17, Ámsterdam, TNI.
222
  Escohotado, A (2004) Historia General de las Drogas, Madrid, Espasa Forum,
pág. 1263

152 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

de los blancos del norte es legal, una hoja apetecida por indígenas y
campesinos latinos no puede ser buena.

Aquel campesino es uno de más de 1200 labriegos que practican un


uso tradicional de coca masticándola tal como hacen los indígenas. Se-
gún aquel campesino existe una cultura antigua de mambeo de la coca
entre los campesinos del Macizo, pues “antes los abuelos calculaban
el tiempo para viajar a Popayán según las veces que mambeaban”223
Él es uno de los campesinos que quiere mantener viva la cultura de la
coca en el Macizo. Tienen una asociación de cultivadores de la hoja.
Ellos no venden su coca a los laboratorios para convertirla en cocaína,
sino que la procesan y fabrican una variedad de ungüentos, pomadas y
vino, entre otros productos. Eso genera un ingreso para la comunidad y
además les provee una cantidad de medicinas tradicionales, algo muy
importante teniendo en cuenta el lamentable estado del sistema de salud
en la región. Como cuenta el campesino, a la hora de diseñar proyectos
alternativos, los usos tradicionales de la coca no se respetan. El proble-
ma es que la política colombiana frente a la coca contiene un altísimo
componente ideológico y no está basado en ningún concepto científico,
ni económico y, por lo tanto, no les cabe en la cabeza a los Doctores que
pueden haber otros usos de la mata que cura.

La guerra puede carecer de razón pero tiene impactos muy concretos


sobre la región. Las cifras de la ONU sobre la extensión de cultivos de
coca y amapola en Nariño y Cauca son disputadas. Ha habido mucha
controversia sobre el tema por las contradicciones entre las cifras de
la ONU y las de la Embajada de los EE.UU. pues no coinciden, unas
muestran una reducción, otras un aumento e inclusive hay contradiccio-
nes internas de los documentos de la ONU.224 Aún, hay documentos del
gobierno colombiano que reconocen la falta de veracidad de las estadís-
ticas sobre la extensión de cultivos. Un informe de la Vicepresidencia
sobre la Costa Pacífica reconoció la discrepancia entre las cifras de la
ONU y lo real afirmando que “A partir del año 2000, la expansión de la
coca fue significativa. En 2004 las autoridades departamentales identi-
ficaron alrededor de 50.000 hectáreas, no obstante que las cifras oficia-
les hablaban solamente de 15.000.”225 Sin embargo, las cifras sobre la

223
  Testimonio
224
  Vargas Meza, R. (2010) El Bazar de las Cifras, Informe sobre política de dro-
gas No. 32, Ámsterdam, TNI.
225
  Observatorio de Derechos Humanos y DIH 2009)Dinámica reciente de la vio-
lencia en la Costa Pacífica nariñense y caucana y su incidencia sobre las comuni-

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 153


Una mirada desde el SUR

fumigación e incautación de precursores son menos controvertidas. En


Colombia se han fumigado más de 130 mil hectáreas cada año, desde
el 2002. Aún así Nariño y Cauca sigue siendo importantes productores
de coca y amapola, además de los productos finales como son la cocaí-
na y el opio/heroína. La siguiente tabla da fe de la tasa de producción.
Aunque debemos aclarar de nuevo que algunas cifras de la ONU son
cuestionadas por varios analistas y contradicen las cifras que maneja el
gobierno de los EE.UU., las cuales son más altas que las de la ONU.

Tabla 9
Cultivos de Coca en hectáreas

Departa-
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
mento

Nariño 17.628 14.154 13.875 15.606 20.259 19.612 16.428

Cauca 1.443 1.266 2.705 2.104 4.168 5.422 6.144


Fuente: Censo de Simci

Como se puede ver, entre 2003 y 2009 el número de hectáreas de coca


en Nariño apenas se redujo en unas mil hectáreas y en el caso de Cau-
ca se aumentó por cuatro la cantidad de tierra dedicada al cultivo. Es
más, como se puede ver en la siguiente tabla, Nariño, sobretodo, tie-
ne una mayor importancia en la producción nacional de coca. De los
diez principales municipios productores de coca, cuatro son de Nariño,
y el municipio de Tumaco ha sido uno de los municipios con mayor
cantidad de coca desde 2002.

Tabla 10
Diez Municipios de Colombia con mayor cantidad de coca 2009

Departamento Municipio Hectáreas de Coca


Nariño Tumaco 4682
Vichada Cumaribo 3093
Nariño Barbacoas 2928
Guaviare San José de Guaviare 2907
Guaviare El Retorno 2371

dades afrocolombianas., Bogotá, Vicepresidencia de la República, pág. 47

154 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Guaviare Miraflores 2325


Meta Mapiripan 2123
Cauca Timbiquí 1699
Nariño Roberto Payán 1539
Nariño Olaya Herrera 1452

Y con la amapola y producción de opio existe un panorama parecido.


Nariño es el principal productor de amapola, con más hectáreas que
cualquier otro departamento, y tiene un rendimiento por hectárea que
duplica el de Cauca. Nariño produce 24,6 kg de opio seco por hectárea
en cada cosecha y Cauca, 12,3. Claro, en Cauca hay dos cosechas al año
y en Nariño hay una sola cosecha.226

Tabla 11
Hectáreas de amapola 2009

Departa-
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
mento

Nariño 540 460 475 316 204 24 238

Cauca 600 450 538 448 280 126 100

Fuente: UNODC

Como se ve en la tabla, Nariño es un importante productor de opio,


aunque se debe explicar que su puesto como el principal productor,
representando 67% del área de opio del país en 2009, se debe en parte
a la estrepitosa caída en la extensión de los cultivos en departamentos
como Tolima y Huila, que llegaron a tener más de mil hectáreas y para
el 2009 casi no tenían amapola.

  UNODC (2010) Censo de cultivos de coca 2009, Colombia, UNODC, pág. 59


226

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 155


156
Tabla 12
Área Fumigada (hectáreas)
Una mirada desde el SUR

H UELLAS
DE
Dep. 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Nariño 6442 8216 17962 36910 31307 57630 59865 36275 54050 39992

LUCHA Y
Cauca 2950 741 – 1308 1811 3292 1536 3557 6891 11136

País 58073 94152 130364 132814 136552 138772 172026 153135 133496 104771

RESISTENCIA
Fuente: Policía Nacional
Gearóid Ó Loingsigh

Desde 2002 hasta 2008 fumigaron más de 130 mil hectáreas en todo
el país e inclusive llegaron a fumigar más de 170 mil en 2006. Uno de
los departamentos más afectados por la fumigación ha sido Nariño, lle-
gando al extremo de fumigar más de 57 mil y 59 mil hectáreas en 2005
y 2006 respectivamente. Los impactos de la fumigación en la salud y
el medio ambiente son ya bien conocidos. Pero hay otro daño que se
discute menos y es de la actitud del gobierno frente a la pobreza de las
comunidades donde hay cultivos. Como dice la Diócesis de Tumaco:

A diario la población es testigo del gasto enorme que se invierte en


la lucha contra los cultivos de uso ilícito a través de las fumigacio-
nes y el sobrevuelo permanente de los helicópteros, la movilización
y manutención de sus tropas. Entre tanto, los jóvenes, bachilleres y
no bachilleres, no encuentran trabajo o lo encuentran sólo bajo las
armas de cualquier grupo.227

¡Y cuánta plata se gasta en fumigar una sola hectárea de coca o amapo-


la! Y muchos de las personas contratadas en la fumigación ni siquiera
son colombianos. Los soldados y policías son de Colombia, pero los
pilotos de las avionetas que fumigan suelen ser de los EE.UU.

Para el desarrollo de las fumigaciones aéreas, trabajan las avionetas


T65, OV–10 y AT 802, escoltadas cada una por cinco helicópteros.
La hora de vuelo de un Black Hawk vale 1.200 dólares; la de un 212
o un Huey, unos 800, y las de las T65, 250 dólares. La hora de vuelo
de la escuadrilla cuesta aproximadamente 5.300 dólares. En total
son 34 o 35 hombres, a los que hay que pagar salario, alimentar y
dar alojamiento; en tierra, otras 60 o 70 personas acompañan cada
misión, entre “mezcladores”, que cargan 350 galones del químico
en cada avioneta, mecánicos, etc. En total, cada hora de fumigación
desde esta pequeña base involucra 100 hombres (…) Según la Con-
traloría General de la República, erradicar una sola hectárea de coca
vale en promedio 500 a 700 dólares.228

En su defensa el Estado dice que la fumigación va de la mano con inver-


sión social y proyectos productivos. Sacan a relucir cifras que parecen
enormes, pero en realidad son migajas mal utilizadas por los gamonales
políticos de la zona. Según el informe de UNODC, Acción Social, la
agencia encargada de aplicar la política social del Estado, “invirtió”

  Diócesis de Tumaco (2009) op. cit.


227

  Minga et al (2004) Informe de la misión de observación sobre los efectos del


228

Plan Colombia en los departamentos de Nariño y Putumayo, pág. 21.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 157


Una mirada desde el SUR

en Nariño 3.173 millones de pesos para el desarrollo en el 2008 y en


el 2009 más de 77.471 millones. En Cauca las cifras son 527 millones
en el 2008 y 101 mil millones de pesos en el 2009.229 Las cifras no son
tan grandes como parecen, cuando uno tiene en cuenta la pobreza de la
zona. Pero, esa no es la única crítica que se puede hacer a estos proyec-
tos. En lo productivo, los proyectos no obedecen a las necesidades ni
tampoco a los criterios de los campesinos, sino a fomentar ciertos pro-
ductos que grandes empresas nacionales y extranjeras quieren expor-
tar, como el café especial y el cacao. En todo caso, el Estado descarta
proyectos como los de aquel campesino que fabrica ungüentos y vinos,
basados en la coca y, como cuentan los campesinos de Sucre, los que no
tienen los títulos de la tierra en regla no pueden presentar ningún pro-
yecto por falta de titulación, aunque a la hora de cobrarles el impuesto
predial el Estado obvia ese pequeño problema. Pues tiene voluntad de
cobrarles el impuesto y no lo tiene a la hora de desembolsar fondos
públicos para proyectos productivos. Es más, con mucha frecuencia los
proyectos productivos de la comunidad son destruidos por la opera-
ción de fumigación. Varios de esos proyectos cuentan con financiación
de gobiernos extranjeros, como da fe un campesino del municipio de
Tumaco, Nariño:

Tenemos dos proyectos que se están ejecutando unos con unas par-
celas de plátano y otras de caña y otros productos de pan coger y
otros de animales. Hasta el momento, hay 520 hectáreas de plátano
con el proyecto ECOFONDO que han sido afectadas por la fumiga-
ción, tiene año y medio de ejecución y teníamos una proyección de
5 millones 400 mil plátanos para ser recogidos en este año los cuales
fueron afectados por culpa de la fumigación. Ese mismo número de
hectáreas para cacao cultivado orgánicamente sin químicos, y han
sido fumigados (…).230

La fumigación es un derroche de dinero y empuja el campesino hacia


la pobreza, dejándole como única salida seguir en el negocio de la coca
o dedicarse a actividades igualmente dañinas como la minería. Como
en el caso citado arriba, una fumigación de cultivos de pancoger a co-
munidades donde no hay coca, lleva a los campesinos a optar por la
coca como salida de la crisis provocada por las acciones del Estado o
inclusive otras actividades. Si los van a fumigar de todas formas, más

  Cifras tomadas de Censo de Cultivos para los años 2008 y 2009, UNODC,
229

  Testimonio de representante de Recompas en Tumaco citado en Minga et al


230

(2004) op. cit. pág. 72

158 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

vale tener coca que plátano. La Pastoral Social de Tumaco cuenta como
varios proyectos de pancoger financiados por el gobierno colombia-
no o países extranjeros han sido fumigados y la UMATA da fe de los
resultados de esta política.

En la comunidad, a raíz de los desproporciónales resultados erró-


neos de la fumigación se está presentando el fenómeno de despla-
zamiento por hambre, lo que conlleva el aumento de la violencia,
robos, asesinatos, prostitución infantil; cruel desenlace para una
política que busca mejorar la calidad de vida de los colombianos,
generando un problema social que debe ser atendido por las partes
responsables del hecho.231

En lo social los proyectos gubernamentales también son deficientes. Se-


gún el director de Acción Social los niños de familias participantes en
los proyectos tienen mayor índice de escolaridad y crecimiento. Varias
mujeres beneficiarias del programa Familias en Acción dan una visión
distinta. Frente a la salud de sus hijos, reconocieron que periódicamente
toman los datos de los niños, pero cuando un niño tiene una estatura
baja, no hay un seguimiento. Según las mujeres el médico simplemente
les dice “pilas, dale de comer”. Varias de ellas participan en el programa
de Familias en Acción donde las toman muestras de citología. Acción
Social diría con orgullo que a tantas mujeres se les ha hecho citología
como parte de su programa, sin embargo ninguna de las mujeres con
quien se habló en el marco de este libro habían recibido sus resultados
más de cuatro meses después de someterse a los exámenes médicos.
Para Acción Social es más importante aparentar que ser. Aunque hay un
elemento de su trabajo donde sí toman el asunto en serio.

Acción Armada Social


Existe una entidad del Estado denominado Centro de Coordinación
de Acción Integral.

• La propia definición del ente nos dice mucho sobre su naturaleza.

• Centro Interinstitucional liderado por la Presidencia de la República,


apoyado por la Embajada de los Estados Unidos y el Comando Sur.

  UMATA citado en Diócesis de Tumaco (2011) ¡Que nadie diga que no pasa
231

nada! vol. II, Tumaco, Diócesis de Tumaco, pág. 33

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 159


Una mirada desde el SUR

• Garantiza legitimidad, gobernabilidad y presencia del Estado


en zonas estratégicas del territorio nacional recuperadas por las
Fuerzas Militares y la Policía.

• Desarrolla acciones integrales de tipo económico y social para


complementar la Política de Defensa y Seguridad Democrática
en el marco de la Recuperación Social del Territorio.232

De ningún modo, Acción Social puede presentarse como una mera en-
tidad del Estado dedicada a promover el bienestar y el desarrollo. El
entonces Ministro de Defensa y actual presidente, Juan Manuel Santos,
lo ha explicado en términos muy claros:

Con la Doctrina de Acción Integral, dentro del objetivo de consoli-


dación del control territorial, se combina el uso legítimo de la fuer-
za con la acción social del Estado y la comunidad, de forma que
los miembros de la Fuerza Pública apliquen principios y protocolos
para adelantar una adecuada coordinación con los representantes de
las demás instituciones del Estado.

La Fuerza Pública trabajará estrechamente con el Centro de Coor-


dinación de Acción Integral (CCAI), donde éste haga presencia, y,
cuando esto no ocurra, adelantará con las autoridades locales, y las
agencias del Estado que se encuentren en la zona, coordinando la-
bores de carácter social que satisfagan las necesidades más urgentes
de la población.233

De pronto esta cita no resulta tan clara para algunos. Santos ya en la


presidencia quiere seguir con las mismas políticas, pero hay que reco-
nocer que su manejo de las relaciones públicas es distinto y de pronto
ya no dirá toda la verdad. Sin embargo, por una vez podemos agradecer
a Uribe por decir las cosas sin tapujos. Entonces, daremos un espacio
al ex presidente para que nos explique qué es lo que pretende hacer con
el CCAI y Acción Social “al cual pertenecen diferentes entidades del
Gobierno colombiano que complementan y apoyan la recuperación
232
  Presidencia – República de Colombia: CCAI – Centro de Coordinación de Ac-
ción Integral. Documento formato powerpoint. (sin fecha) citado en Reis, B. (s/f)
Cooperación para el control social y poblacional: El concepto de la cooperación
civil-militar en el caso colombiano pág. 2
233
  DNP (2006) Plan Nacional de Desarrollo, Estado Comunitario-Desarrollo
Para Todos, Bogotá, DNP, p 97

160 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

militar del territorio (la negrilla es nuestra) con programas sociales y


económicos.”234

No puede quedar duda alguna sobre el verdadero propósito de Acción


Social y que no es que una entidad de desarrollo sino otro actor armado
en el conflicto. Sus propios voceros lo dicen, no esconden que Acción
Social y el Ejército son dos lados de la misma moneda:

Esta doctrina deberá tener en cuenta la posibilidad de ejecutarse en


dos escenarios diferentes. Un primer escenario en el cual el Centro
de Coordinación de Acción Integral (CCAI) de la Presidencia de
la República no tiene los medios para llegar a la zona de mane-
ra inmediata y, por tanto, la Fuerza Pública debe actuar para esta-
bilizar la zona. El otro escenario se da cuando la Fuerza Pública
actúa en apoyo directo de los esfuerzos que el CCAI adelantará,
dados los recursos de que dispone. En cualquiera de los dos esce-
narios, la coordinación entre la Fuerza Pública y el CCAI es una
condición necesaria (la negrilla es nuestra).235

Y según la directiva 001 de 2009, emitida por el mismo Uribe, Acción


Social tiene una función de inteligencia militar Es responsabilidad de
cada entidad aportar la información y análisis territorial para la defini-
ción, ejecución y monitoreo de los planes regionales de consolidación,
orientado a la articulación de los esfuerzos militares y civiles.”236 Esa
relación entre Acción Social, la guerra y otras políticas más amplias
del Estado lo han vivido las comunidades del Macizo. Cuando empe-
zaron a llegar las primeras empresas mineras a la zona, toparon con
la oposición de algunas comunidades. Inclusive varios campesinos del
proyecto Guardabosques de Acción Social se opusieron a la entrada
a sus parcelas de los ingenieros para tomar muestras. Los ingenieros
les respondieron “pero Uds. trabajan con Acción Social y eso es del
Estado. Nosotros tenemos el apoyo del Estado y Uds. por ser del pro-
grama Guardabosques tienen que apoyarnos.”237 La guerra contra las
drogas forma parte de una guerra general por el control de territorios
estratégicos, recursos naturales etc. y Acción Social forma parte de ella.

234
  Ibíd.
235
  DNP y DJS (2007) Estrategia de fortalecimiento de la democracia y el desa-
rrollo social 2007 -2013 versión final, Bogotá, DNP. p. 88
236
  Directiva 001 de 2009 citada en Rey Marco, F. (2010) La participación mi-
litar en la acción humanitaria: reflexiones sobre el caso colombiano, http://www.
odihpn.org/
237
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 161


Una mirada desde el SUR

Acción Social dice que intenta concertar la erradicación manual con


las comunidades, pero no es tan cierto. En Providencia, Nariño la gente
cuenta como un día amanecieron con el ruido de los helicópteros y la
llegada de los soldados que empezaron a arrancar las plantas de ama-
pola en la zona y en el proceso dañaron, a propósito, otros implementos
agrícolas. No hubo ningún intento de diálogo previo a la llegada de la
tropa y tampoco hubo una propuesta de cultivos alternativos. Simple-
mente, llegaron y arrancaron todo lo que encontraron. Más reciente-
mente, las comunidades de Playa Rica en Cauca, se sublevaron por los
incumplimientos del Estado en materia de desarrollo alternativo.

En Colombia la guerra contra las drogas ha servido para justificar la


guerra general. Pero aún si no hubiese conflicto armado en Colombia
tendríamos que oponernos a la supuesta lucha contra el narcotráfico.
Durante muchos años las voces que clamaban por la sensatez en ese
tema eran un puñado de académicos, comunidades campesinas, am-
bientalistas etc. Empero, hace poco se agregaron otras voces, incluyen-
do al ex presidente de Colombia, César Gaviria. Gaviria pertenece a la
Comisión Global de Políticas de Drogas y en su último informe señaló

Comenzar con la transformación del régimen mundial de prohibi-


ción de drogas. Reemplazar las políticas y las estrategias de dro-
gas orientadas por la ideología y la conveniencia política, por po-
líticas económicas responsables y estrategias basadas en la ciencia,
la salud, la seguridad y los derechos humanos – y adoptar criterios
apropiados para su evaluación.238

La recomendación llega muy tarde de los labios de Gaviria, porque


cuando era presidente también fumigaba a los cultivos, pero nunca es
tarde. Aunque se debe cuestionar su sinceridad, porque una mentira cae
de los labios de un político colombiano fuera del poder con una facili-
dad asombrosa. En eso no estaría sólo el ex mandatario, pues su com-
pañero en las filas liberales, Ernesto Samper cuando era dirigente de la
Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), argumentó a
favor de la legalización de la marihuana, siendo este el principal cultivo
ilícito en ese entonces. Entre las razones que Samper profirió, era la
limitada efectividad de la guerra contra las drogas.239 El texto suscrito
238
  CGPD (2011) Guerra a las drogas, Informe de la Comisión Global de Políticas
de Drogas www.globacommission.org pág. 3
239
  Tokatlián, J.G (2000). La Polemica Sobre La Legalización De Drogas En Co-
lombia, El Presidente Samper Y Los Estados Unidos en Latin American Research
Review Vol 35 No.1 pág. 42 y 43.

162 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

por Gaviria demuestra que, a pesar de los billones ya gastadas a nivel


mundial la guerra ha fracasado, hoy existen más consumidores de todas
las drogas, como muestra la siguiente tabla tomada del informe.

Tabla 13
Cálculos de la ONU de consumidores de drogas240

Opiáceos Cocaína Cannabis


1998 12.9 millones 13.4 millones 147.4 millones
2008 17.35 millones 17 millones 160 millones

% de incremento 34.5% 27.00% 8.5%

La realidad es que la guerra contra las drogas ha fracasado, pero no sólo


en términos de la cantidad de hectáreas fumigadas sino en términos de
la destrucción del medio ambiente, de las culturas de uso tradicional y
en la terquedad de no reconocer los beneficios de la hoja sobre la salud,
como alimento y como medicina. Además, fracasa por los miles de po-
bres que paran en la cárcel por delitos relacionados con el narcotráfico,
representando alrededor de 17% de la población carcelaria de Colom-
bia.241 La mayoría de ellos son acusados únicamente de esta clase de
delito, lo que nos hace pensar que si no fuera por la prohibición de estos
cultivos y sus derivados la gran mayoría de ellos no habrían caído en la
criminalidad. Como la ley romana, Lex Cornelio, que se cita al princi-
pio de este libro, sólo hay que prohibir o controlar lo que se puede usar
para matar, los actores de la guerra contra las drogas no entran siquiera
en el debate sobre la realidad de la materia prima, la hoja de coca o la
amapola como tampoco lo hacen respecto a las drogas y su uso en la
sociedad. Esta ceguera ha causado muchas víctimas en todo el mundo.

  CGPD (2011) op. cit.pág. 4


240

  Metaal,P. Y Youngers, C. (Eds), (2010) Sistemas sobrecargados - Leyes de


241

drogas y cárceles en América Latina, Amsterdam y Washington, TNI y Wola, pág.


43

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 163


Quien tiene tu pan,
tiene tu dignidad.

Dicho Árabe

10
Tierra Libre de Campesinos
La historia se repite una y otra vez en Colombia, pero a diferencia de
la frase famosa de Marx que se repite primero como tragedia y luego
como farsa, en Colombia es una tragedia tras otra. De nuevo, los po-
deres imperiales tienen sus ojos puestos en Colombia en busca de sus
recursos naturales, como el agua, los minerales y la misma tierra. En
los siguientes tres capítulos trataremos, estos tres temas en un intento
de aportar al debate de lo que está en juego y llenar algunos vacíos en
ese debate.

La cuestión de la tierra en Colombia es una constante en la historia


del país. Aunque la historia habla de varios intentos de implementar
una reforma agraria, los campesinos siguen en la pobreza, ocupando
pequeños lotes en las peores tierras. Se debe en gran parte a las contra
reformas agrarias ejecutadas en el país, la más infame de los cuales fue
la que se denominó La Violencia, de los años cincuenta, cuando el Parti-
do Liberal y el Partido Conservador asesinaron a centenares de miles de
campesinos en un supuesto “guerra civil”. Los que no murieron fueron
expulsados para colonizar zonas selváticas, quedándose los ricos con
las mejores tierras. En esa época, muchas de las familias de abolengo,
tanto de Cauca y Nariño como a nivel nacional, se hicieron con las me-
jores tierras. La práctica paramilitar de destierro y ocupación se apren-
dió de los Doctores y sus amigos de cócteles en los años cincuenta.
Una mirada desde el SUR

La problemática del agro colombiano no se reduce únicamente a la vio-


lencia y la violencia como método de acumulación. No es tampoco un
fenómeno particularmente colombiano. Se da este fenómeno hoy día en
otros países, como Perú, Guatemala, Ecuador e inclusive Brasil.

Hay otro factor en juego, como es la tendencia monopolista de las mul-


tinacionales agrícolas de los EE.UU. Vale la pena mirar como ha sido el
desarrollo de la agricultura en los EE.UU. para entender su empeño en
cambiar el modelo agrícola de Colombia y, de hecho, de toda América
Latina.

Es importante recordar que lo hoy en día llamamos los EE.UU. comen-


zaron como una colonia inglesa cuya función era suministrar al poder
colonial las materias primas que necesitaban. Era una tierra de coloni-
zación, donde los europeos podían asentar y producir lo que necesitaba
el poder colonial. Así, desde muy temprano en su historia, el estado de
Virginia en el 1.688, producía 18 millones de libras de tabaco y para
el año 1.690 arroz era el cultivo principal en el estado de Carolina Sur.
Cuando el país obtuvo su independencia ya producía 70 millones de
toneladas métricas de trigo y 195 millones de toneladas de maíz.242

La nueva tecnología y la mecanización de la agricultura aumentaron la


producción norteamericana. Empero, no fue hasta el Siglo XX que el
agro estadounidense llegó a su posición dominante. La concentración
de la tierra y la especialización de la producción le ayudaría a llegar a
esa posición dominante. En 1940 había algo más de seis millones de
granjas en los EE.UU. y ya para el 1997 ese número había caído a 1.9
millones y el tamaño promedio de las fincas aumentó de aproximada-
mente 70 hectáreas a 197 hectáreas.243 Empero, no sólo se produjo una
concentración de la tierra sino también de la producción agrícola. Exis-
ten unas 154 millones de hectáreas de tierra en los EE.UU. dedicadas
a cultivos,. Alrededor de 55% de esa tierra está bajo la producción de
apenas seis cultivos; arroz algodón, trigo, maíz, sorgo y soya.244 Por
fuera de los granos, los EE.UU. produce 20% de la carne de res en el
mundo.

242
  Suarez Montoya, A. (2007) El modelo agrícola colombiano y los alimentos en
la globalización, Bogotá, Ediciones Aurora, p. 145
243
  Memarsadeghi, S. & Patel, R. (2003) Policy Brief No. 6. Agricultural Restruc-
turing and Concentration in the United Status: Who wins, who loses?, California
Food First, p.16
244
  Datos tomados de la pág.ina web www.epa.gov/agriculture, cálculos propios

166 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Además de la concentración de producción el agro está concentrado en


muy pocas manos, “Mientras en 1900 17% de las fincas eran respon-
sables de la mitad de las ventas agrícolas, ya para 1997 ese porcentaje
cayó a apenas 2%.”245 Por ejemplo,75% de la producción de carne se
concentra en apenas cinco estados; Colorado, Nebraska, Kansas, Oklaho-
ma y Texas.246 Esta concentración dio nacimiento al agronegocio. Uno
encuentra los mismos nombres en todos los sectores, entre ellos, Cargill
(hoy día responsable para las exportaciones a México) y ADM y “cua-
tro empresas (Cargill, Cenez, Harvest States, Archer Daniels Midland
[ADM] y General Mills) son dueñas de 60% de las plantas de procesa-
miento de los granos en los EE.UU, tres empresas (Cargill, ADM y Zen
Noh) representan 82% de las exportaciones de maíz, cuatro empresas
(Tyson, ConAgra, Cargill y Farmland Nation) son dueñas de 81% de la
industria de carnes y cuatro empresas (ADM, ConAgra, Cargill y Ge-
neral Mills) son dueñas de 61% de las plantas para procesar harinas”247

Estas empresas son dueñas de los renglones más importantes del agro
en los EE.UU. Apenas 10% de los productores en los EE.UU. son res-
ponsables para 67% de la producción.248 También son dominantes en el
resto del mundo. Reciben la mayor parte de los subsidios agrícolas del
gobierno norteamericano el cual considera el suministro de alimentos
como asunto de seguridad nacional. Así los EE.UU. subsidian a la pro-
ducción de granos y una empresa como Cargill apoyándose en los sub-
sidios puede vender su maíz por un precio 20% al costo de producción
y en el caso de trigo lo puede vender por 40% menos de lo que costó
producirlo.249 De ninguna manera pueden competir los campesinos con
multinacionales subsidiadas así.

Los campesinos enfrentan un problema grande, la desigualdad en la


distribución de la tierra. Después de la segunda guerra mundial distin-
tos gobiernos intentaron hacer una reforma agraria seria para solucionar
sus problemas agrícolas. Todos esos intentos fueron reprimidos por los
gobiernos de los EE.UU. que no podían aceptar que un país quisiera
producir lo propio y competir con el coloso del norte.
245
  Memarsadeghi, S. & Patel, R. (2003) op. cit. p.17
246
  Suárez Montoya, A. (2005) De la crisis al caso. Impacto del Tratado de Libre
Comercio en la estructura agropecuario colombiana in El Campo: Un Carta Por
Jugar, Bogotá, ILSA, p.40
247
  Memarsadeghi, S. & Patel, R. (2003) op. cit. p.33
248
  Suárez Montoya, A. (2007) op. cit. Pág. 150
249
  Molina Ramirez, T, (2002) El maíz un asunto de estado http://www.jornada.
unam.mx/2002/sep02/020922/más-tania.html

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 167


Una mirada desde el SUR

El primer intento de reprimir una reforma agraria fue en Bolivia (1952),


seguido por Guatemala (1954), luego el gobierno de Salvador Allende
y el gobierno Sandinista en Nicaragua correrían una suerte parecida.

El caso de Guatemala muestra lo que estaba en juego. El país era prác-


ticamente una gran finca de una sola empresa, United Fruit, cuyo direc-
tor Dulles era pariente del entonces jefe de la CIA. En ese entonces la
distribución de tierra en Guatemala era de la siguiente manera: “3.2%
de la tierra correspondía a 165.800 fincas y 1.112 fincas tragaron 48.2%
de la tierra que no se trabajaba.”250 Arbenz confiscó 603.615 hectáreas
en el año 1953–54 y “Entre 33–40% de los hogares rurales y 31–40%
los trabajadores rurales sin tierra recibieron alguna tierra en la reforma
de Arbenz en parcelas de 3.5 a 17.5 hectáreas.” 251 Después del golpe
de estado, propiciado por la CIA y la familia Dulles, se hizo una con-
tra–reforma agraria devolviendo la tierra a los oligarcas guatemaltecos
y a la United Fruit.

Con eso, lo que se quiere señalar es que los problemas de una falta de
reforma agraria son comunes en América Latina y aunque Colombia
tiene una oligarquía rancia, despreciable y matona, la falta de una refor-
ma agraria es un problema mucho más amplio y los EE.UU. tienen mu-
cho que ver con eso, no es sólo la culpa de los Santos, Uribes, Samperes
y Pastranas del país. Aún si algún gobierno colombiano hubiese querido
implementar una reforma agraria es dudosa que los EE.UU. lo hubiese
permitido. Colombia tiene una distribución de la tierra terrorífica ya
que en el 2003, 3.639 personas eran dueñas de 2.519 predios rurales con
una extensión total de 31.631.308 hectáreas.252

Un estudio más reciente de Acción Social indica que en Cauca, en el


2009 53,70% de la tierra se clasificaba como gran propiedad, dividida
entre 2.456 propietarios y 1.449 predios. Eso son 883.203 hectáreas,
mientras las pequeñas minifundios apenas ocupan 204.729 hectáreas
divididas entre 141.665 predios. Quiere decir que el tamaño promedio
de las grandes fincas es de más de 359 hectáreas, aunque en realidad
hay fincas mucho más grandes.

250
  Monterroso Salvatierra, N. (2007) La soberanía alimentaria y la reforma agra-
ria en los paradigmas de desarrollo rural. La experiencia latinoamericana. in Terri-
torios No 2. Octubre 2007, Congcoop & IDEAR, Guatemala. p. 30
251
  Backgrounder www.congcoop.org
252
  Martínez, Y. (2003) La tenencia de la tierra en Colombia, Sociedad Geografica
de Colombia.

168 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

En Nariño hay una concentración parecida de la tierra porque 747.763


hectáreas se repartan entre apenas 388 propietarios y 230 predios que
representan 46,37% de la tierra. En ambos departamentos la inmen-
sa mayoría de los campesinos viven en pequeñas parcelas. En Nariño
mientras 327.624 personas malviven en 418.102 hectáreas, hay 388 va-
gos que tienen un promedio de más de 1.900 hectáreas. La desigualdad
en el acceso a la tierra es mayor en Nariño.253

Por ejemplo, en el Páramo de las Papas, en Valencia, en el Macizo la


mayoría de la población no tiene tierra. Según los indígenas de la zona,
la mitad del valle es de la familia Zambrano. Esa familia no vive allí
sino en Popayán y arrienda lotes a personas, generalmente traída de
otras partes, bajo el sistema de opresión, en el que la persona pone la
mitad de la producción como arriendo. Como siervos en los tiempos
medievales pagan su tributo al Señor con la cosecha. Según la gente,
la familia Zambrano tiene 1.600 hectáreas, los Sarria 900, los Ordoñez
500 y los Piamba Avella 300 hectáreas. La mayoría de los habitantes
no tienen tierra, mientras los ociosos viven en Popayán y arriendan la
tierra a foráneos. Los lotes de los que tienen tierra no superan uno o dos
hectáreas y los jornaleros ganan unos 10.000 pesos diarios. Uno de los
habitantes dijo que los terratenientes si quieren arrendarles a ellos pero
la misma población no tiene recursos para pagar el arriendo, pues al
terrateniente no le interesa arrendar una hectárea sino 10 o más y sim-
plemente nadie tiene dinero para arrendar tanta tierra. Inclusive dicen
que la familia Sarria ofreció su tierra al Incoder para reforma agraria,
pero la oferta era todo o nada y el Incoder no tenía presupuesto para
comprar tanta tierra.254 Dice mucho de la política estatal que cuando un
terrateniente esté dispuesto a vender su tierra, el Estado no busque el
dinero para hacerlo realidad. La distribución desigual de la tierra no es
sólo por la codicia de los terratenientes sino que es una parte integral de
la política de tierras del Estado.

Además, hay una contrarreforma agraria incesante. En los EE.UU. a


lo largo del Siglo XX se dio un creciente concentración de la tierra en
pocas manos, debido a factores económicos, como los años de crisis
del Dust Bowl, que obligó a muchos pequeños propietarios a abandonar
sus fincas y también por los grandes subsidios que reciben los terrate-
nientes en ese país lo cual les facilita establecer un monopolio y forzar

253
  Cifras tomadas de Acción Social (2011) Unidades Agrícolas Familiares, te-
nencia y abandono forzado de tierras en Colombia, Bogotá, Acción Social
254
  Testimonio

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 169


Una mirada desde el SUR

a los pequeños a abandonar sus tierras. Tampoco se puede ignorar fac-


tores de violencia allá. En Colombia sin embargo, la violencia es el
principal mecanismo para apropiarse de la tierra y la violencia no da
tregua. En los territorios indígenas y los territorios negros de Nariño
hay 49.536,98 hectáreas abandonadas y como afirma González Posso,
“se ha podido establecer una correlación entre las dinámicas de despla-
zamiento forzado y las solicitudes de ampliación, constitución o titu-
lación de territorios colectivos que sugieren una violencia deliberada
para el vaciamiento de estos territorios y malograr así su consolidación
legal.”255 Así como las comunidades indígenas y negras los campesinos
también han padecido el desplazamiento forzado con el fin de apro-
piarse de sus tierras. Según el mismo informe, en Nariño, entre 1995–
2010, 13.363 personas registradas con el Registro Único de Población
Desplazada (RUPD) abandonaron 97.022 hectáreas y en Cauca 9.439
personas abandonaron 73.333 hectáreas.256 Y esas cifras sólo cubren lo
registrado. Entrevisté a un desplazado quien dejó su tierra en manos del
hijo y luego viendo su situación decidió vender la finca y poner la plata
en DMG. Cuando DMG colapsó él perdió todo. El no cuenta en esas
cifras, pero abandonó su tierra y lo puso en DMG, algo que de pronto
no lo hubiese hecho si no lo hubiesen desplazado.

La violencia, y los tratados económicos y el modelo agrícola son aspec-


tos del mismo problema. Aunque el título de este capítulo juega con las
letras TLC, el asunto no se puede reducir sólo a los tratados de libre co-
mercio, aunque sí son una parte importante de ello. Es más una cuestión
de las políticas estatales desde tiempos atrás, desde la misma formación
del Estado en representación de una nación formalmente independiente.
Empero, aquí se trata de mirar las políticas de los últimos años.

Con la ya infame apertura económica del gobierno de César Gaviria el


sector agrícola entró en crisis. Según documentos del Estado “la crisis
agropecuaria se manifestó en la pérdida de cerca de 230.000 puestos
de trabajo en las zonas rurales del país entre 1991 y 1993; en el mismo
período se registró un aumento dramático en los niveles de pobreza, y el
porcentaje de la población rural en condiciones de indigencia se elevó

255
  Acción Social (2011) Unidades Agrícolas Familiares, tenencia y abandono
forzado de tierras en Colombia.. Bogotá, Acción Social pág. 96
256
  Cifras tomadas de Acción Social (2011) Unidades Agrícolas Familiares, te-
nencia y abandono forzado de tierras en Colombia.. Bogotá, Acción Social

170 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

del 26.7 por ciento al 31.2 por ciento.”257 Desde muy temprano el Esta-
do tenía plena conciencia de las consecuencias de sus políticas, porque
no se trata de empleos sino de ganancias. Como en otros tiempos las éli-
tes decidieron que su futuro y sus millonarias ganancias dependían de
suministrarles al exterior la materia prima que las potencias dominantes
necesitaban. Así, se expandieron los cultivos como la palma africana,
y diseñaron planes para promocionar todos aquellos cultivos que eran
rentables en términos de dinero, y no en términos de bienestar social.

Bajo el mandato de Uribe se acentuó ese proceso negociando y firman-


do acuerdos de libre comercio con los EE.UU. y también con la Unión
Europea. Pero la preparación para esos acuerdos viene de tiempo atrás
todos los gobiernos desde Gaviria han promocionado el agronegocio
por encima de la economía campesina. La primera novedad en ese sen-
tido fue en el gobierno de Pastrana, donde se hizo oficial un programa
que varias empresas palmeras venían implementando, la mal llama-
da Alianza Estratégica. En estas alianzas los campesinos se ponen de
acuerdo con el Estado de producir un cultivo como la palma y venderlo
luego a una empresa nombrada de antemano. Si el campesino no vende
a esa empresa, por el motivo que sea, puede ser sancionado. El cam-
pesino asume todos los costos de producción y también las pérdidas
por mal tiempo o plagas. La multinacional compra el producto, y lo
procesa y lo exporta o, en algunas casos, no procesa nada simplemente
exporta el producto a Europa o a los EE.UU. Muchas de las críticas a
este modelo se han centrado en la palma africana, pero el cultivo no es
determinante sino el modelo y en ese sentido el gobierno colombiano
ha promocionado entre los campesinos el mismo sistema de alianzas
con otros productos. Debido al tamaño de las fincas en Cauca y Nariño
y la quebrada topografía, no se puede proponer un monocultivo de cen-
tenares de hectáreas. Pero, un monocultivo de 1.000 hectáreas en una
sola finca no es tan distinto de mil fincas de una hectárea con el mismo
cultivo. El nefasto ex Ministro de Agricultura, Felipe Arias explicó en
un documento Apuesta Exportadora, la visión del gobierno y cuáles
eran los cultivos exportables, los únicos por los cuales están dispues-
tos a conceder créditos a los campesinos. El documento reseña diez
renglones de exportables:

  El Salto Social, citado en Ahumada, C. (2002) El modelo neoliberal, Bogotá,


257

El Áncora Editor pág. 17.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 171


Una mirada desde el SUR

1. Cultivos de Tardío Rendimiento: Palma de aceite, Cacao,


Caucho, Macadamia y Marañón

2. Frutas: Pitahaya, Mango, Bananito, Lima Tahití, Feijoa,


Aguacate, Uchuva, Piña, Maracuyá, Lulo, Mora, Granadilla y
Tomate de Árbol

3. Hortalizas: Ají, Espárrago, Cebolla Bulbo, Brócoli, Coliflor,


Lechugas Gourmet y Alcachofa

4. Forestales

5. Potenciales Exportables: Tabaco, Algodón y Papa Amarilla

6. Carne Bovina y Lácteos

7. Acuicultura: Camarón de Cultivo y Tilapia

8. Cafés Especiales

9. Tradicionales Exportables: Café, Flores, Azúcar, Plátano y


Banano

10. Biocombustibles: Etanol a partir de caña de azúcar, caña


panelera y yuca y biodiesel a partir de palma de aceite.258

Está claro que el modelo neoliberal y los tratados de libre comercio


no sólo tienen en cuenta a la palma sino a cultivos como el espárrago,
cultivo que rodea la ciudad de Popayán. En Cauca el gobierno quiere
promocionar los siguientes cultivos:

Macadamia, Pitahaya, Mango, Lima Tahití, Feijoa, Aguacate,


Uchuva, Piña, Maracuyá, Lulo, Mora, Tomate de Árbol, Forestales,
Bovino–Carne, Bovino–Leche, Café especial, Café, Flores, Caña
de azúcar (también para la producción de etanol), Algodón, Papa
Amarilla...

Y en Nariño quieren promocionar los cultivos que aparecen a renglón


seguido.
258
  MADR (2006) Apuesta Exportadora www.minagricultura.gov.co

172 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Palma (también para la producción de biodiesel), Cacao, Caucho,


Feijoa, Lulo, Mora, Tomate de Árbol, Hortalizas, Bovino–leche,
Camarón y Tilapia, Café y Café especial, Tabaco, Papa Amarilla.259

Como se puede ver, la lista incluye a los productos de monocultivo


como la palma y la caña para cultivar en Tumaco y las partes planas
del norte de Cauca. Pero también incluye a productos que forman parte
de una finca campesina, como las hortalizas, frutas y papa amarilla.
La Agenda Interna para la Productividad y Competitividad de Nariño
tiene una lista muy parecida, aunque agrega como prioridad la siembra
industrial de coco y propone sembrar 10.000 hectáreas más de palma a
través de Alianzas Productivas entre empresarios y campesinos.260 Pero
¿qué tiene de malo que el gobierno promocione estos cultivos entre
los campesinos? Depende para qué y para quien. Los campesinos que
aceptan entrar en estos programas del gobierno pueden cultivar papa
o espárrago, pero no será para su autoconsumo o siquiera para vender
en la región o el país. Son exportables. No son para el beneficio del
campesinado.

El espárrago es uno de esos cultivos que se expande por Popayán y los


municipios aledaños. En 1998 Colombia exportó unas 2101 Tm (to-
neladas métricas), principalmente a los EE.UU. Desde ese año las ex-
portaciones han caído a 219 tm en 2008, aunque por fuera del mercado
norteamericano, los otros mercados han cambiado cada año. Entonces
la propuesta de la UE es experimentar con un cultivo que ya ha fracasa-
do. Cauca es el mayor productor del cultivo en Colombia y es por eso
que quieren fomentar su siembra en el departamento. El espárrago es un
cultivo de lujo, bajo en grasa y colesterol con menos de cuatro calorías
por cada espárrago, con alto contenido de vitaminas A. B y C, tiamina y
riboflavina y rico en potasio y en fosfato de calcio. El cultivo se origina
en la costa mediterránea y sus mayores consumidores son los EE.UU. y
Europa, Canadá y Japón. Realmente no se consume en Colombia, aun-
que en algunos supermercados se puede comprar espárragos enlatados
e importados, o sea sin la más mínima lógica se exporta de Colombia
como espárrago fresco y se mete en una lata y luego se lo devuelve a
Colombia. La meta del gobierno de Colombia es tener 10.000 hectáreas
sembradas de espárragos con una producción de unas 64.000 Tm. Valga
decir que ni siquiera han podido cumplir con la meta para el año 2010

  Ibíd.
259

  DNP (2007) La Agenda Interna para la Productividad y Competitividad, Bo-


260

gotá, DNP, pág. 35

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 173


Una mirada desde el SUR

de 3.812 hectáreas y 22.970 tm, lo cual pone en duda el éxito de este


plan. Es uno de los cultivos que quieren promocionar y es más fácil
convencer al campesino cultivarlo. Aunque Cauca es el departamento
que más produce en Colombia, Nariño es un departamento prioritario
del gobierno para la expansión del cultivo.261 Las alianzas que se hacen
en el marco del cultivo nos demuestran que es lo que quieren hacer. El
proyecto de 200 hectáreas en Cajibío es una alianza entre el Ministe-
rio de Agricultura y el programa MIDAS de USAID y la empresa co-
mercial Avanti Latín American LLC con sede en Miami, EE.UU. Esta
alianza tiene algo inusual para las Alianzas Estratégicas pues establece
un precio de 2.500 pesos por kilo puesto en finca, lo cual da cierta
protección a los campesinos y jornaleros participan en el proyecto. Así
tienen un precio garantizado, pero si el precio internacional sube, ellos
no benefician y el proyecto y el contrato que firman tiene una duración
de 12 años. Además, el proyecto incluye a jornaleros sin tierra, pues
la finca donde se hace la siembra se toma en arriendo. Sin embargo,
existen los mismo problemas de siempre con estas alianzas. Son los
campesinos quienes corren con los riesgos. Son ellos quienes toman
los préstamos y en caso de daño a los cultivos por un invierno fuerte,
(y hemos tenido un invierno muy fuerte en el 2011) son ellos quienes
pierden. Sí ellos venden el producto a una empresa que lo exporta ga-
nan algo de dinero, utilizando un terreno que no es de ellos y los que
son propietarios pueden seguir con sus proyectos de pancoger en sus
propias fincas. Pero los productos son para exportar, no ayudan en nada
resolver la grave crisis de inseguridad alimentaria en Cauca. En caso
de cualquier dificultad en el mercado internacional, o una enfermedad
en el cultivo, no pueden cumplir con el contrato y quedan en la ruina.
Ya sabemos que una plaga puede infectar a cualquier cultivo y no sólo
a los exportables, pero pasan dos cosas. Primero se pierde el mercado
internacional en un instante y se necesitan muchos años para recupe-
rarlo, pues las empresas extranjeras simplemente buscan un contrato
con otro. La segunda cosa es que ya sabemos que cuando hay grandes
problemas con infecciones en un cultivo el gobierno se dedica a salvar
al gran productor y deja ahogarse al pequeño. Tal fue el caso de la crisis
de la broca del café en los noventa donde no sólo salvaron a los grandes
cafeteros sino que utilizaron el dinero de los pequeños cultivadores para
rescatar a los ricos.262
  MADR (2006) Apuesta Exportadora www.minagricultura.gov.co
261

  Rincón García, J.J (2005) Trabajo, territorio y política: Expresiones regionales


262

de la crisis cafetera 1990-2002, Medellín, La Carreta Histórica,

174 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Hay otro problema que es político y se refiere a la visión que tiene uno,
no sólo del agro colombiano sino de la producción agrícola mundial
y el medio ambiente. El espárrago se puede cultivar en la mayoría de
los países del norte, ¿entonces por qué razón los norteamericanos y
los europeos quieren fomentar su siembra en países como Colombia?
La respuesta que dan es que aquí es más barato. Pero desde una óptica
más ecológica eso no es tan cierto. La mano de obra es más barata en
Cauca y Nariño, pero hay factores que no se incluyen. Por ejemplo,
el espárrago se transporta hasta Europa y los EE.UU. y eso consume
grandes cantidades de recursos naturales, como el petróleo y energía
para que el producto llegue en un estado aceptable para el cliente. Si
tenemos en cuenta que el espárrago se puede cultivar en el norte, lo que
tenemos es un derroche de recursos naturales para producir un cultivo
de lujo. Mientras tanto los campesinos importan desde el norte cultivos
básicos, como los granos, que ellos podrían cultivar en Cauca y Nariño
y su llegada a la región derroche una gran cantidad de recursos, como
combustible, energía, agua y tiempo de las personas que transportan un
producto innecesariamente. Claro, este problema no lo resuelve la gente
de Colombia y mucho menos los campesinos que participan en esos
proyectos, pero hay que empezar a tomar consciencia de la envergadura
global de las situaciones locales.

División de Poderes
Tanto los EE.UU. a través de USAID y la UE mediante la Comisión
Europea, vienen promocionando los exportables, aunque para distintas
razones. Los EE.UU. tienen grandes excedentes de granos y los quieren
vender a países como Colombia. En el 2008 exportó más de 60 millo-
nes de toneladas de maíz, y más de 31 millones de trigo. A pesar de las
grandes cantidades exportadas, son insuficientes para los empresarios
norteamericanos cuyos excedentes no pueden ser consumidos por su
mercado interno, y necesitan exportar más granos todavía. Para citar
algunos ejemplos: “El 63% del aceite de girasol, el 43% del arroz, el
43% del trigo, el 40% del aceite de maíz, el 37% del algodón y el 34%
del fríjol soya debe exportarse porque no pueden realizarse en el mer-
cado interno norteamericano”263 y como ya se señaló la producción está
en manos de empresas muy poderosas que controlan la mayor parte del
agro norteamericano.
  Suárez Montoya, A. (2007) op. cit.
263

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 175


Una mirada desde el SUR

Muy bien, pero a algunas ONG patrocinadas por la UE les gusta decir
que los Europeos son distintos, que ellos quieren el bienestar del pueblo
y que lo que ellos pretenden hacer es Colombia y fomentar la capaci-
dad productiva del campesino, que ellos no quieren inundar Colombia
con granos. Quisiera uno que fuera cierto, pero no importa el tema, la
UE siempre ha hecho más o menos lo mismo que los EE.UU. como es
lógico, pues la UE es su principal competidor comercial, en el agro, en
industria, en la búsqueda de mercados externos e inclusive en la guerra,
como veremos más adelante.

TLC
Cuando el gobierno de Uribe firmó el Tratado de Libre Comercio con
los EE.UU. desató la ira de varios sectores amenazados por la entrada
en vigor de dicho tratado, inclusive algunos empresarios. El tratado era
una más de una larga lista de TLC firmados en las Américas. El pri-
mer tratado se firmó con Canadá y México. Los resultados para el agro
mexicano no fueron de los mejores.

Entre enero de 1994 y agosto 1996 el precio del maíz cayó 48%.264 An-
tes de entrar en vigor ese TLC con México por cada 10 kilos de arroz
consumido en el país, 1.7 kilos eran importados y por cada 10 kilos de
trigo consumido, 1.2 kilos eran importados. En menos de cuatro años
se cambió radicalmente la tendencia. Ya para 1998 se importaba 5.3 ki-
los de cada 10 kilos de arroz consumidos y 3.5 kilos de trigo. También
aumentaron las importaciones de carne. En la siguiente tabla se ve el
aumento en tres granos. El que más aumentó fue el maíz, y en el caso
de fríjol de soya el aumento no fue tan dramático, menos de 50%, pero
el costo del fríjol para la economía casi se duplicó.

  Henriques, G. & Patel, R. (2003) Agricultural Trade Liberalisation and Mexi-


264

co, Oakland, Food First p.32

176 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Tabla 14
Importaciones mexicanas 1994

Valor (Miles Precio Uni-


Cultivo Cantidad (Tm)
de USD) dad (USD)

Fríjol de Soya 1.496.565 640.472 257

Maíz 2.746.639 369.528 135

Sorgo 3.474.746 394.815 114


Fuente: FAO

Tabla 15
Importaciones mexicanas 2004

Valor (Miles Precio Uni-


Cultivo Cantidad (Tm)
de USD) dad (USD)

Fríjol de Soya 3.539.023 1.107.989 313

Maíz 5.518.690 745.120 135


Sorgo 3.159.339 423.991 134
Fuente: FAO

Colombia lleva años preparándose para la entrada en vigor de un TLC.


Porque las élites colombianas están empeñadas en entregar la soberanía
alimentaria del país a los EE.UU. venga lo que venga.

En el agro existe una división de labor entre los dos poderes. Si bien
es cierto que los EE.UU. quiere exportar una parte de sus excedentes a
Colombia, la UE quisiera hacer lo mismo. Lo que pasa es que Colombia
está bajo la influencia de los EE.UU. como África está bajo la influencia
de la UE y difícilmente pueden competir con los granos de los EE.UU.
en Colombia, pero sí lo pueden hacer en África. Así en el sector de
granos la UE cede. Empero, como ya se sabe por el debate que ha habi-
do sobre las importaciones de leche, la UE sí quiere competir directa-
mente con ciertos productos pero no todos. Si los campesinos dejan de
producir el pancoger y se ponen a cultivar los exportables, pues ellos
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 177
Una mirada desde el SUR

exportan, digamos hortalizas y luego reciben sus dólares o euros, con


ese dinero compran sus granos y su leche importados y devuelven el
dinero a los productores de los EE.UU. y Europa. Así se quedan con
los granos y leche que antes producían y empresas como Cargill se des-
hacen de sus excedentes y se quedan con la plata. Colombia ya depen-
de de otros países para el suministro de alimentos básicos de la dieta.
Como es el caso con México, Colombia depende de los EE.UU. para su
maíz, la diferencia es que México firmó un TLC, mientras los innobles
Doctores de Colombia se rindieron y se entregaron sin necesidad de un
TLC. Como se ve en la siguiente tabla, las importaciones colombianas
procedentes de los EE.UU. vienen en aumento desde hace rato. En el
2008 Colombia importó 3.324.209 toneladas métricas de maíz, por un
costo total de algo más de 935 millones de dólares. Como se desprende
de la siguiente tabla 79.65% de sus importaciones de maíz provenían de
un sólo país; los EE.UU.

Tabla 16
Importaciones de Maíz procedentes de los EE.UU.265

Cantidad Porcentaje total de


Año Valor USD
(Tm) importaciones
2008 2.647.825 746.035.000 79.65%
1998 1.328.761 167.302.000 66.11%
Fuente: FAO

Así se ve que el país, sin necesidad de un TLC, ya tiene una dependen-


cia extrema de una sola fuente del grano. En diez años se duplicaron
las importaciones de los EE.UU. y se multiplicaron por cuatro el costo
de las importaciones, dejando una jugosa ganancia para las empresas.
Algo parecido pasó con el trigo, aunque allí otro competidor, Canadá,
fue desplazado por los EE.UU y el valor total de todas las importacio-
nes se triplicó de aproximadamente 178 millones de dólares a unos 531
millones.
265
  Datos tomados del faostat

178 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Tabla 17
Importaciones de trigo de los EE.UU. y Canadá.266

% total de
Año País Cantidad (Tm) Valor
importaciones

2008 EE.UU. 10.050.016 382.786.000 73.39%

2008 Canadá 212.288 95.298 15.5%

1998 EE.UU. 453.148 66.928.000 40.80%

1998 Canadá 592.237 100.001.000 53.32%

El dramático aumento en los costos de las importaciones afecta negati-


vamente a la economía colombiana, aunque el gobierno afirma que las
exportaciones de productos como bananos compensan. Sin embargo,
las empresas que importan el trigo son de los EE.UU. y los que ex-
portan los bananos también son de los EE.UU. En el negocio del agro
quien más exporta e importa al país son las empresas extranjeras.

Colombia también importó en el 2008, 337.888 Tm de tortas de soja de


los EE.UU. y 399.022 Tm de Argentina. Como puede pasar, determi-
nado producto puede ser desplazado por otro competidor. Países como
Argentina y Brasil han dedicado grandes extensiones de tierra a mono-
cultivos como la soja, desplazando a los cultivos de pancoger, creando
graves problemas para la seguridad alimentaria de sus propios países,
aun cuando tienen la capacidad de competir con los EE.UU. El gobier-
no colombiano no quiere luchar por su soberanía sino entregarla al que
sea. Aunque valga decir que con un TLC se cambia la situación y los
EE.UU. puede recuperar una parte del mercado de trigo que perdió con
Canadá y el mercado de soja que tomó argentina. Pero a fin de cuentas
no importa quienes sean los dueños del trigo y maíz, lo que interesa es
que no sean colombianos.

El proyecto del Estado frente al agro se resume así; lo que no ha fun-


cionado hasta ahora, pero enriquece a los Doctores, pues que siga. La
principal exportación agrícola es el café, seguido por los bananos y
carne bovina. Ésta último se exporta principalmente al vecino país de
  Ibíd
266

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 179


Una mirada desde el SUR

Venezuela, aunque tiene un sólo destino, convierta a Colombia en el


cuarto exportador mundial de carne bovina. A su turno, el café bajó
de 639.556 Tm en 1998 a 605.663 en el 2008, lo que indica un cierto
estancamiento del cultivo.

Luego vienen los bananos. Colombia es el tercer exportador más gran-


de de bananos en el mundo, en términos de cantidad. El mercado más
grande que tiene está en Europa, donde sólo dos países representan más
de la mitad de su mercado. La única propuesta del Estado es ampliar
un poquito el número de productos para exportar, pero el modelo sigue
siendo lo mismo. No es un modelo nuevo, el llamado neoliberalismo no
es tan diferente del colonialismo de otrora, pues Colombia desde la con-
quista ha vivido en distintas regiones bonanzas exportadoras de cacao,
caucho, café, fique, etc. La propuesta es regresar al pasado.

Tabla 18
Exportaciones colombianas de banano 2008.267

Porcentaje de ex-
País de destino Cantidad (Tm)
portaciones

EE.UU. 414.304 24.52%

Alemania 286.969 16.92%

Bélgica 597.218 35.20%


Fuente: Fao

En ese marco, la UE quiere que Colombia amplíe su producción de lo


que más necesita. Los europeos han promocionado el cacao a lo largo y
ancho del país, pues, la UE es el principal destino de las exportaciones
de cacao: Alemania representando 42.77% de las exportaciones, Holan-
da 55.23% y Italia el 2% restante. Mientras la estrategia del gobierno es
hacer todo lo posible para expropiar al campesinado, hay determinados
cultivos y zonas donde no les conviene tanto. El cacao es uno de eso
cultivos, porque más de 90% del cacao en el mundo es producido en
fincas pequeñas, muchas entre 2 y 5 hectáreas, aunque no dejan de ser
267
  Ibíd

180 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

monocultivos, miles de pequeños productores colindantes constituyen


un monocultivo, aunque sean mil hectáreas y mil propietarios, eso es
un monocultivo. La propuesta de la UE y el gobierno de financiar a pe-
queños campesinos para sembrar cacao no es por ser bondadosos. Las
tierras quebradas y la misma naturaleza del cultivo dificulta la mecani-
zación y por lo tanto es mejor dejárselo a los campesinos trabajarlo o
como es el caso en África a los niños, la mano de obra más barata que
esté disponible. Así, el mayor consumidor de cacao en el mundo, Eu-
ropa consigue un producto barato y el Estado fomenta un cultivo entre
los pobres que no puede fomentar entre los ricos. Así ocurre con otros
cultivos, como el ají, el aguacate y el espárrago.

Por supuesto, la caña o la palma son diferentes, pues se pueden cultivar


en las tierras planas de la costa pacífica o en el norte de Cauca, como
efectivamente ocurre. La palma africana en Tumaco data de tiempo
atrás. Los primeros cultivos se sembraron en los años cincuenta, pero
en los años setenta se forman las grandes plantaciones. No todas las
plantaciones fueron establecidas o expandidas con el beneplácito de
la población. Mientras en Chocó las empresas palmeras llegaron de la
mano de los paramilitares directamente, en Tumaco, no obstante la pre-
sencia abierta de las AUC en los noventa y los primeros años de este
siglo, las empresas compraron terrenos y luego rodearon en forma de
círculo a otras personas, cortándole el paso y obligándoles a vender.
Con un poco de presión de los paras, el campesino acaba vendiendo su
tierra. Los palmeros que llegaron tenían una visión racista de la gente,
hablando de “nativos ociosos”. Según Fedepalma “La noción del lucro
está recién incorporada a las costumbres y mentalidad de los habitantes
de la región”268 y uno de los empresarios palmeras comenta en el mismo
tono de desprecio hacia la gente de Tumaco que:

En la primera época, a los nativos se les dificultaba amarrarse a un


trabajo fijo. Uno los veía en la pobreza absoluta, pero ellos sentían
que obtenían lo que necesitaban sin tener que hacer demasiado es-
fuerzo... Recogían los cocos del suelo y comían coco. Se metían al
río y sacaban pescado. Y tenían el patio de su casa unas matas de
plátano y yuca.269
268
  Ospina Bozzi,M.L. (2001) La palma africana en Colombia, Apuntes y memo-
rias, Vol 2, Bogotá, Fedepalma pág. 26.
269
  H.J. Upegui citado en Ospina Bozzi, M.L op. cit. Pág. 26

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 181


Una mirada desde el SUR

No obstante los comentarios del empresario palmero, la palma rompió


con tradiciones de la región, aunque también se debe reconocer el pa-
pel de la coca. La palma, un cultivo mecanizable hasta cierto punto, se
puede cultivar en grandes extensiones y requiere grandes cantidades de
insumos y plaguicidas, es un cultivo que requiere del gran capital para
ser rentable. Aunque se intenta involucrar al campesino en el cultivo,
la tendencia es hacia más grandes plantaciones, y Tumaco es una de
las zonas donde el tamaño promedio de las fincas ha aumentado, pues
los pequeños van vendiendo a otros para sembrar la palma. La palma
tampoco trae la riqueza a la región y como el cacao, es un cultivo más
interesante para los europeos. Europa siempre ha sido el destino pre-
ferido para el aceite de palma colombiano. En el 2008, se produjeron
777.000 toneladas de aceite de palma, y Tumaco es, según Fedepalma,
una de las zonas más rentables por hectárea para la palma. Es decir,
que el palmero gana más por una hectárea de palma en Tumaco que un
empresario palmero del Meta. Entonces, el proyecto estatal es imitar a
los EE.UU.: habrá una concentración en la producción en pocas manos
y al campesino se le vincula a determinados cultivos de exportación.
Para recibir los créditos por esos cultivos el campesino debe firmar un
acuerdo con una empresa líder en el sector. Esta estrategia viene de los
tiempos de Pastrana y el Plan Colombia y se profundizó bajo Uribe con
su Ministro de Agricultura, Arias, y ahora lo implementa Santos con
un descaro que la prensa y varios ONG quieren ignorar. En la Ley de
Víctimas Santos dijo que se devolvería la tierra a algunas víctimas en
algunas zonas vinculándoles a “proyectos productivos” de exportables.
De esta manera, Santos quiere incorporar tierras improductivas como
parte de la estrategia global en materia del agro, obligando a las vícti-
mas de formar alianzas económicas con empresas nacionales e interna-
cionales. Es decir, la víctima tiene que formar alianzas con sus victima-
rios. Además, la ley da ciertas garantías a las grandes empresas que se
apropiaron de las tierras de los desplazados:

ARTICULO 99. CONTRATOS PARA EL USO DEL PREDIO RES-


TITUIDO. Cuando existan proyectos agroindustriales productivos
en el predio objeto de restitución y con el propósito de desarrollar
en forma completa el proyecto. El Magistrado que conozca del pro-
ceso podrá autorizar mediante el trámite incidental, la celebración
de contratos entre los beneficiarios de la restitución, y el opositor
que estuviera desarrollando el proyecto productivo, sobre la base del
reconocimiento del derecho de dominio del restituido o restituidos,
y que el opositor haya probado su buena fe exenta de culpa en el
proceso.
182 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

Cuando no se pruebe la buena fe exenta de culpa, el Magistrado en-


tregará el proyecto productivo a la Unidad Administrativa Especial
de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas para lo explote a
través de terceros y se destine el producido del proyecto a programas
de reparación colectiva para víctimas en las vecindades el predio.
Incluyendo al beneficiario de la restitución.

El Magistrado velará por la protección de los derechos de las partes


y que éstos obtengan una retribución económica adecuada.270

Con esto, Santos garantiza que la mal llamada restitución de tierras no


afectará a ninguno de los grandes proyectos agroindustriales del país.
Ni siquiera, en caso de que la víctima demuestre que la tierra se le qui-
tó por la fuerza y el empresario se apoderó de ella de mala fe, pues la
Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras
Despojadas asumirá el control de la tierra y lo seguirá manejando, con
el pago de una especie de servidumbre al campesino. Es como si un la-
drón le roba la mula a un campesino, pero luego viene y le dice, “Señor
aquí tiene su mula, se la devuelvo, pero con la condición de que Ud.
trabaje para mí como arriero.” Pase lo que pase, el Estado implementa
su estrategia agrícola.

Como ya se señaló, el Estado piensa fomentar ciertos cultivos entre los


campesinos. Pero con los cultivos tradicionales de pancoger y a produc-
tos como la panela, el Estado declaró una guerra sin tregua contra las
comunidades. Las comunidades del Macizo, tanto de Cauca como Na-
riño, son grandes productores y consumidores de panela, como muchas
otras comunidades de los dos departamentos. Esta actividad tradicional
corre el peligro de desaparecer. Para el gobierno la caña es un monocul-
tivo para ser explotado únicamente por los grandes ingenios del norte
de Cauca y el Valle de Cauca. Empero, los grandes ingenios no pueden
con la producción campesina que tiene un fuerte arraigo entre la gente.

Los pequeños agricultores son los que históricamente ha suminis-


trado y gran parte el abastecimiento básico de alimentos del país,
siembran e 70% del área cultivada de maíz, 89% de la caña panelera,
80% del Fríjol, 75.5% de las hortalizas y 85% de la yuca entre mu-
chos otros productos.271
  Ley 1448 de junio 2011.
270

  CSAA (2011) Normas santitarias y leyes de semillas: atentados contra la sobe-


271

ranía alimentaria., Bogotá, CSAA, pág. 34

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 183


Una mirada desde el SUR

Además de esta producción, los campesinos producen unos 40 millones


de gallinas criollas al año. En este libro se hacen varias referencias en
el sentido que Colombia no es tan excepcional en términos de la violen-
cia, la depredación económica y ambiental Tampoco es tan excepcional
en términos de la producción campesina. Los campesinos del mundo
alimentan a más personas que las multinacionales. Para las organiza-
ciones campesinas eso es motivo de orgullo, para la multinacional es un
mercado para conquistar. Porque se trata de quitarle la producción a los
campesinos y pasarla a sus empresas. Y tienen como hacerlo y en eso
el gobierno colombiano, los Santos, Uribes, Arias y demás necios son
más que un aliado fiel, son una pieza indispensable de la maquinaria.
Son ellos, el Partido Liberal, Conservador y demás partidos uribistas
quienes cambian las leyes para favorecer unos cuantos residentes de
Miami, Londres o Zurich. Lo hacen a través de las normas sanitarias
y fitosanitarias, que son una trampa para el campesino, un intento de
quitarle la producción.

Uno de los líos que tienen las trasnacionales para tomarse todos los
mercados globales es que el mundo está lleno de nichos de gente
que sobrevive, no porque posea la gran tecnología de la trasnacio-
nal, sino por las ventajas comparativas de la pobreza. Es el caso de
nuestras gallinas campesinas. Como un porcentaje importante de su
alimentación son grillos y lombrices y desechos gratuitos de cocina,
entonces adquiere un nivel de competitividad tremendo. Lo mismo
el caso de la leche cruda para que la hierva la gente, claro, usted
elimina el proceso industrial de la pasterización y lo traslada a que
cada ciudadano hierve su leche, entonces usted mejora de mil ma-
neras la competitividad. Lo mismo el caso de la panela. Nuestros
campesinos en buena medida están sobreviviendo defendiéndose en
su racionalidad a punta de pobreza. Se levantan más temprano, el
hijo no va a la escuela y tantas otras cosas propias de la economía
campesina.

En esto de la competencia global, las trasnacionales actúan con una


lógica. Es la lógica de que si yo no lo puedo sacar a usted porque
usted es comerciante de leche cruda, prohíbo la leche cruda y se
acabó el negocio. O que si usted es muy hábil produciendo galli-
nas campesinas, lo saco sobre la base de pedirle un matadero. O
el del azúcar que quiere sacar al de la panela y no lo puede hacer
en la competencia abierta del capitalismo y entonces le exige agua
184 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

potable en la finca y como no hay agua potable, sale del mercado el


campesino panelero.272

Así el gobierno en su guerra sin cuartel contra el campesino, ha intro-


ducido normas que criminalizan la producción campesina en todos sus
aspectos. Algunas de estas se tratan a renglón seguido.

La Resolución 4287/2007 del Ministerio de Protección Social y el De-


creto 1500 del 2007 regulan los requisitos sanitarios para los aves de
corral y “exigen a una familia campesina que para matar una gallina,
tenga una planta de sacrificio similar a la sala de cirugía de un hospital.
La exigencia es igual para matar a diez gallinas que cien mil aves.”273
¡Así un campesino para matar una gallina y venderle al vecino tiene
que construir un matadero que compita con el matadero de una multi-
nacional! Se argumentan razones de salud pública para estas normas,
pero el gobierno no nos puede decir cuanta gente muere o se enferma
cada año por comer gallinas criollas o otras carnes de finca. No saben
porque no les importa, el asunto es transferir el negocio del campesino
a la multinacional. Sin embargo, en los EE.UU. sí existen cifras para
las enfermedades provocadas por los alimentos. El CDC calcula que
aproximadamente uno de cada 6 personas en el país se enferma por
enfermedades transmitidas en los alimentos. Eso es 48 millones de per-
sonas y de ellos 128.000 tienen que acudir al hospital y 3.000 personas
mueren a causa de las infecciones. Claro, las multinacionales y el go-
bierno dicen que quieren emular las normas norteamericanas, pero la
realidad es que esos procesos industriales a veces son una fuente más
común de infección que cualquier gallina criolla que corre por el ras-
trojo de una finca campesina. Este control sobre las aves tiene más que
ver con el deseo de los EE.UU. de exportar masivamente los cuartos
traseros de las aves procesadas en los EE.UU. que cualquier problema
de salud, pues si se hunde la producción nacional de gallinas criollas se
abre un nuevo mercado para los EE.UU.

Así como quieren controlar la producción de carnes, también quieren


controlar la producción de leche. Expidieron varias normas prohibien-
do la venta de la leche cruda y esgrimiendo razones de salud pública,
aunque, parcialmente han dado marcha atrás. Queda por ver durante

272
  Robledo, J. (2008) Intervención ante la Comisión Quinta del Congreso de la
República, Las normas fitosanitarias como una forma de exclusión de la economía
campesina www.senadorobledo.org
273
  CSAA (2011) op. cit. Pág. 10

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 185


Una mirada desde el SUR

cuánto tiempo pues, una y otra vez, vuelven con propuestas parecidas.
Lo de leche busca preparar el terreno para la importación de lácteos
europeos en el marco del tratado de libre comercio con Europa, lo que
representa un peligro para la seguridad alimentaria del país y como
señala Libardo Gómez Sánchez:

Algunos despistados dirán que simplemente sustituiremos la cuaja-


da por el queso gruyer, pero la realidad no es tan sencilla, de des-
truirse el hato nacional, no sólo desaparecerán numerosos puestos
de trabajo, sino que nuestra seguridad alimentaria en lácteos y cár-
nicos quedará a merced de los comercializadores internacionales,
especuladores de oficio. Un ejemplo para reflexionar está en Cuba,
que en la época de sus acuerdos con la extinta URSS, a cambio de
azúcar recibía el suministro de carne desde las estepas rusas, con lo
que desatendió su ganadería perdiendo las especies criollas y mar-
chitando los programas de pastos y forrajes; ahora es muy escasa
la carne vacuna para consumir, salvo la que se importa a precios
astronómicos.274

Como dice el refrán árabe que aparece el principio de este capítulo,


quien tiene tu pan tiene tu dignidad y él que no tenga control de sus ali-
mentos no tiene control de su vida y los que decidan que hay que aplicar
estas normas fitosanitarias no son colombianos. Son las empresas que
decidan que la piña tiene que ser de un tamaño uniforme para poder
transportarla, exponerla en cajas del mismo tamaño, que deben tener un
color uniforme (algo que no ocurre en la naturaleza) para lucir bien bajo
la luz del supermercado o pegar bien con la decoración de la estantería.
Abusan de su poder para influenciar las políticas alimentarias de todo
el mundo.

Juntos, los diez minoristas de alimentos más importantes (Walmart,


Carrefour, Metro, Tesco, Schwarz, Kroger, Rewe, Costco, Aldi y
Target), tuvieron entradas por un billón y 100 mil millones de dó-
lares en 2009, lo suficiente para ser considerados el décimo–tercer
“país” más rico del mundo. Éstas son las firmas que moldean los
sistemas de “sanidad” o “inocuidad” alimentaria de hoy y detentan
un enorme poder en decidir no sólo dónde se produce la comida
y dónde se vende, sino exactamente cómo se produce y como se
maneja.275

274
  Diario del Huila (06/06/2011) Triunfo de la cadena láctea popular y la
seguridad alimentaria (copia electrónica).
275
  CSAA (2011) op. cit. pág. 29

186 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Volviendo al tema del ataque frontal contra el campesinado, la panela


es un producto que todos reconocen como una fuente indispensable de
calorías en la dieta colombiana, sobre todo entre los más pobres. En
Cauca y Nariño hay varias zonas que tienen una larga tradición de pro-
ducción panelera. Una visita a cualquier plaza de mercado indica que
no sólo son zonas de producción de panela sino también de consumo y
en algunas partes, los bloques que venden son enormes. Pero, a pesar
de su arraigo y su importancia en la dieta campesina, el gobierno tiene
toda intención de quitarles la panela, por ley.

La Panela
La panela es un producto tradicional de Colombia pero también de otros
países, como Brasil, Chile, Perú, México, Panamá, Colombia, Venezue-
la, Ecuador y Bolivia además de Pakistán y la India donde se llama gur
o jaggery.276 En el caso colombiano ocupa el segundo lugar en térmi-
nos de empleo, después del café y el quinto lugar en términos de área
sembrada.277 El mismo Ministerio de Agricultura reconoce que:

La producción de panela es una de las agroindustrias rurales de ma-


yor tradición en América Latina y el Caribe. En contraste a la in-
dustria azucarera, la producción de panela se realiza en medianas y
pequeñas explotaciones campesinas mediante procesos semiindus-
trializados artesanales en los que prevalece una alta intensidad de
trabajo en su mayor parte de carácter familiar y a muy bajas tasas
de introducción de tecnologías mecanizadas o de alta intensidad de
capital.278

Aún a pesar de su producción tradicional, Colombia es el segundo ex-


portador mundial después de la India. Esto no es motivo de orgullo,
pues India ocupa el primer puesto debido a su gran población de emi-
grantes. Colombia ocupa el segundo lugar por la misma razón, los mi-
llones de exiliados económicos, legado de Pastrana, Uribe y Santos.
Aún así tiene una importancia para la economía campesina y regional.

...genera anualmente más de 25 millones de jornales y se vinculan a


esta actividad alrededor de 350.000 personas, es decir, el 12% de la

276
  Castellano, D. et al (2010) Agenda Prospectiva De Investigación y Desarro-
llo Tecnológico Para La Cadena Productiva De La Panela y Su Agroindustria En
Colombia, Bogotá, MADR, pág. 21
277
  Ibíd pág. 15
278
  Ibíd pág. 23

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 187


Una mirada desde el SUR

población rural económicamente activa, siendo así el segundo ren-


glón generador de empleo después del café...

Los principales departamentos productores de panela son: Santan-


der, Cundinamarca, Boyacá, Nariño, Antioquia, Huila, Tolima, Cal-
das, Cauca, Norte de Santander, Risaralda, Caquetá y Valle del Cau-
ca, representando el 90% del total nacional en superficies cultivada
y el 95% de la producción nacional.279

A pesar de su importancia en la economía campesina y en la de Co-


lombia en general el Estado intentó destruir la industria y entregarla
a las multinacionales. Nariño es el tercer productor nacional y Cauca
el octavo productor. Hay dos reglamentos que conciernen la panela,
Resolución 779 de marzo 2006 y la 3462 de 2008. Ambas resoluciones
establecen normas “sanitarias” que el campesino tiene que cumplir si
quiere vender sus productos. Prohíben, por ejemplo, el uso de animales
de tracción en los trapiches, exigen que los trabajadores tengan unifor-
mes en buen estado. Ya quisiera más de un campesino tener ropa nueva,
pero el gobierno quiere obligarlo a comprar un uniforme aparte. Como
dijo el Senador Robledo “De 27 mil trapiches paneleros que hay en
Colombia, 12 mil son con tracción animal, sin un motor ni de ACPM
ni eléctrico, de tracción animal, y ojala alguien hiciera la estadística
y estoy seguro de que se encontrará con algunos que son de tracción
humana. He conocido en Colombia trapiches sobre la base de que los
empujan los dueños del trapiche”.280 Y de la forma más extraña, el go-
bierno les exige agua potable cuando su carencia en las zonas rurales
de Colombia, es reconocida y aceptada como una realidad. La culpa la
tiene el gobierno, porque incumplió una y otra vez a las comunidades
en lo pactado después de los distintos paros, incluyendo las peticiones
de acueducto y tratamiento de agua, y ahora viene a decirles a los cam-
pesinos sin sonrojarse por un instante que ,”Uds. no pueden fabricar
panela porque no tienen agua potable”. El descaro no tiene límites, no
importa si es el descaro de Uribe gritando como el bravucón que es, o la
sonrisa torcida de Santos. También se ignoran factores culturales, pues
se prohíbe la presencia de personas ajenas a la producción en el trapiche
lo cual atenta contra la cultura campesina pues “la molienda es motivo
de encuentro entre vecinos, y una celebración donde concurren niños y
adultos.”281

279
  Ibíd pág. 33
280
  Robledo, J. (2008) op. cit.
281
  CSAA (2011) op. cit. pág. 12

188 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Ya ha habido incidentes donde la Policía ha decomisado panela de los


indígenas Nasa en Santander de Quilichao, norte de Cauca. A la panela
le dan el mismo trato que dan al contrabando. Los indígenas han ape-
lado a su autonomía cultural para poder producir su panela y hacerla
circular. Está bien que ellos hagan uso de los recursos que tengan a
mano para poder superar ese escollo a su seguridad alimentaria, aunque
esa estrategia tiene el problema que el gobierno puede decirles “Muy
bien, hagan su panela, según su cultura, pero sólo la pueden vender en
el resguardo”. Y, esa estrategia no les sirve a las comunidades campe-
sinas, pues no son cobijados por las mismas leyes. Lo que hace falta es
derrotar todas esas leyes.

Una de las últimas medidas pretende limitar el uso de semillas criollas,


es decir, el campesino tiene que comprarlas de alguna multinacional.
No puede usar las semillas que siempre han usado, las que utilizaban
sus abuelos, sino las que están patentadas por alguna empresa. El uso
de semillas patentadas sin el permiso del “dueño” es un delito punible
con 4 a 8 años de cárcel y una multa de 26.6 a 1.500 salarios mínimos
vigentes.282 Pero eso no es tan preocupante como la criminalización del
uso de semillas nativas, o no patentadas. La Resolución 970 de 2010 del
Instituto Colombiano de Agricultura es otra arma en la guerra contra la
producción campesina.

Según el ICA las semillas tienen que ser registradas y certificadas para
gozar de legalidad. Otra vez, encontramos que los beneficiarios de estas
medidas son empresas extranjeras.

El Grupo ETC, calcula que diez empresas controlan el 77% del mer-
cado de semillas. De éstas sólo tres – Monsanto, Dupont y Syngenta
–, controlan 47% del mercado. Además 82% de estas semillas están
patentadas: 79% corresponde a cultivos agrícolas, 17% a vegetales
y flores y 4% a pastos y leguminosas forrajeras.283

Estas medidas atentan contra los campesinos porque estos intercambian


semillas entre sí. Cuando hay épocas de mucha sequía o invierno bus-
can la semilla adecuada, por boca de los vecinos o familiares se enteran
de las variedades que les pueden servir, y emplean la mejor semilla.
Las semillas que el ICA legaliza y que las empresas norteamericanas
venden se llaman “semillas mejoradas”, pero no lo son. Son semillas
  CSAA (2011) op. cit. pág. 13
282

  Grupo Semillas (2011) Las leyes de semillas aniquilan la soberanía y autono-


283

mía de los pueblos, Bogotá, Grupo Semillas pág. 3.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 189


Una mirada desde el SUR

que resultan de un proceso de selección a través del cual la empre-


sa busca ciertas características, como su adecuación a ciertos suelos y
climas y que resisten a ciertos agroquímicos que fabrican las mismas
empresas de semillas. Por ser semillas seleccionadas en un laboratorio
tienen una base genética muy restringida y no superan circunstancias
inesperadas y mueren a diferencia de las semillas naturales o criollas
que por su amplia base genética tienen más capacidad de adaptarse a las
nuevas circunstancias. Esas empresas y prácticas han causado estragos
en el mundo, porque el ser humano tiene una variedad muy estrecha de
fuentes de nutrición: “El 90% de nuestra alimentación procede de 15
especies de plantas y 8 especies de animales. El arroz, según la FAO,
aporta el 26% de las calorías...”284 y a pesar de la importancia de este
cultivo, no más en Indonesia entre 1990 y 2005 se han extinguido 1.500
variedades de arroz.285

Los multinacionales y los sabios Doctores de Popayán y Pasto preten-


den homogenizar el campo colombiano. Éste capítulo comenzó con una
breve descripción de la historia del agro en los EE.UU. y la situación ac-
tual para explicar porque se concentró la producción y se homogeneizó
el agro allá. Esto era como una advertencia, los EE.UU. alguna vez fue-
ron un país con campesinos, pero ya no, y Colombia podría convertirse
en un país sin campesinos, ese es el proyecto estatal. Sin lugar a dudas,
algún que otro de esos Doctores de pasado esclavista tendrá su tajada,
pero serán las mismas empresas norteamericanas quienes dominarán
el agro colombiano en el futuro. Si miramos a dos de estas empresas,
vemos cuán poderosas son. Cargill tiene 130.000 empleados en 65 paí-
ses del mundo incluyendo a Colombia y ADM tiene 30.000 empleados
en 75 países. ADM no tiene presencia en Colombia pero sí lo tiene en
otros países latinos como Brasil. No nos debe sorprender que una em-
presa como Cargill haga lobby en favor del TLC con los EE.UU. En un
comunicado de prensa dijo “La empresa exporta más de $100 millones
por año de productos agrícolas de los EE.UU. a Colombia, incluyendo
a maíz, trigo, fríjol de soja y algodón, y ve la potencialidad de aumentar
esas exportaciones una vez aprobado el acuerdo.”286 Cargill tendrá el
pan de la gente y la gente pasará hambre, algo que agravará la situación
actual porque “según el “Mapa del Hambre” del Programa Mundial de

284
  Santamarta, J. (2006) 22 de mayo día mundial de la diversidad biológica, The
Ecologist Vol II No. 6, 2006 pág. 33.
285
  Ibíd.
286
  Comunicado de Prensa (10/04/2008) Cargill supports approval of U.S.- Co-
lombia trade agreement www.cargill.com

190 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Alimentos, la tasa de desnutrición crónica en Colombia es del 13.6%,


mientras que en el departamento del Cauca llega al 24%7.”287

La Oposición
Por supuesto, siempre ha habido oposición a estas medidas. Las co-
munidades campesinas e indígenas han mostrado su inconformidad en
varias ocasiones a estas políticas agrarias y también a los tratados de
libre comercio. En el 2004 y 2005 realizaron sendas protestas contra
esas políticas, como la Minga Indígena que se celebró en Cali en sep-
tiembre 2004 y convocaron a un referendo popular para que el pueblo
pudiera expresarse sobre el tema, un acto sumamente democrático que
el gobierno de Uribe no quiso hacer, pues temía perder un referendo
sobre uno de los pilares de su política económica. Además Uribe y los
Doctores no creen en la democracia, no creen que el pueblo deba ser
consultado sobre los asuntos que les afectan. Los indígenas en sus de-
claraciones trazaban un hilo desde la conquista de los españoles has-
ta hoy y se referían a los conquistadores modernos, a las multinacio-
nales. Puede parecer una exageración hacer semejante comparación,
pero es muy acertada. La diferencia reside en que el poder destruc-
tor de una multinacional supera con creces a cualquier Ejército de los
Conquistadores.

Con la Globalización neoliberal, los que son para tener avanzan so-
bre la última frontera. Ahora vienen desde el inmenso poder multi-
nacional. En su ambiciosa ceguera quieren descubrir y conquistar
hasta las semillas de la vida y explotar, por ejemplo, los genes que
conservan la diversidad y convertirlos en monocultivos y mercancías
para que crezcan su poder y sus ganancias. Pretenden llegar hasta el
último rincón del planeta y de la vida, patentarlo todo, explotarlo y
someterlo a las leyes del mercado. Con sus tecnologías de engaño
y propaganda están arando en el terreno de la imaginación de los
pueblos para que todos pensemos igual y para que nadie piense que
se puede y es necesario ser de otro modo, de muchos territorios, ór-
ganos de una sola madre tierra viva. El TLC y el ALCA promovidos
por los Estados Unidos y por los Gobiernos y agentes de su proyecto
son estrategias de esta última conquista. Nos imponen el suicidio
que a nombre del progreso y a través de los ecocidios, los etnocidios
y los genocidios amenazan con destruir la vida. Ellos, los conquista-
dores neoliberales multinacionales, son los que están contra la vida.

  Conpes 3461 Acciones Y Estrategias Para Impulsar El Desarrollo Sostenible


287

Del Departamento Del Cauca pág. 5

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 191


Una mirada desde el SUR

Ellos son los que no tienen propuestas. Por eso, porque proponemos
la vida desde nuestras experiencias, autonomías y organizaciones
diversas, decimos NO AL TLC Y SÍ A LA VIDA y enfrentamos el
desafío de construir la alternativa.288

El citado documento elaboró una serie de propuestas y argumentos


frente al TLC y el difunto Acuerdo de Libre Comercio de las Américas
(ALCA). El referendo se celebró el 6 de marzo y votaron un total de
51.330 personas y de ellos 50.305 personas en contra del TLC con ape-
nas 691 personas votando a favor, de una población electoral de 68.448.
Después de la consulta, en mayo del 2006, más de 10.000 indígenas
bloquearon la Panamericana en protesta contra el TLC. Las protestas
contra el TLC tuvieron su eco en Nariño, donde también se hizo una
consulta popular. No fue tan concurrida como la consulta de Cauca. No
obstante, en Noviembre del 2005 en varios municipios se lanzaron a la
consulta popular convocados por organizaciones como Coordinación
Departamental Agraria articulada en el Coordinador Nacional Agrario
–CNA–, Anuc – Seccionales, SIMANA –Subdirectivas, Administra-
ciones de Municipios, Colectivo Estudiantil Josefina Obando, , CIMA
Norte de Nariño, , Fundación Alianza por Samaniego FUNDASAM
entre otras organizaciones en los siguientes municipios: Yacuanquer,
Mallama, Ricaurte, Taminango, La Unión, San Pablo, San Lorenzo, Li-
nares, Ancuya, Sandoná, Sapuyes, El Espino, Túquerres, Guachucal,
Aldana, Ipiales y Santacruz Guachavez. En total votaron 25.559 per-
sonas y de ellas 24.986 dijeron no al TLC. En una declaración pública
los organizadores reafirmaron la naturaleza democrática de la consulta.

El gobierno ha negado la participación e información del pueblo de


las negociaciones del TLC. Con la consulta como iniciativa popular
los ciudadanos ejercimos democráticamente los derechos políticos
que nos competen y de esta manera poder incidir en los temas que
afecten la vida del país. Además con la organización de la consul-
ta, se permitió informar objetivamente sobre las consecuencias del
Tratado, y mostrar nacional e internacionalmente la opinión de los
nariñenses.289

288
  Convocatoria de Congreso Indigena y Popular (2005) Proclama Pública Del
Congreso Indígena Y Popular: Convocatoria A La Consulta Ciudadana Y Popular
Frente Al Tratado De Libre Comercio
289
  Declaración Jornada De Consulta Popular Y Ciudadana Frente Al Tratado De
Libre Comercio (TLC) 29/11/2005

192 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Sin embargo, el gobierno de Uribe y sus acólitos no vieron en el refe-


rendo un ejercicio de democracia, sino una conspiración criminal. José
Vicente Otero Chate, uno de los dirigentes de la consulta popular contra
el TLC, fue elegido alcalde de Caldono, pero el 19 de mayo del 2005,
pocas semanas después de la consulta su casa fue allanada por la Policía
Nacional. Aprovecharon que José no se encontraba y elaboraron un do-
cumento fraudulento en el que se decía que habían encontrado material
de guerra. En agosto de ese año lo detuvieron y lo acusaron de rebelión
por, supuestamente pertenecer a las FARC. Lo curioso es que José lue-
go fue amenazado por el mismo grupo insurgente, aunque han habido
varios casos así, pero para el DAS y otros organismos eso no tiene nada
de raro. Él fue absuelto, como era de esperarse. El motivo de su deten-
ción no podía ser más claro. Como dirigente del referendo era un blanco
para los organismos de seguridad y sobretodo el DAS que respondía
directamente el presidente Uribe. Lo acusaron no porque pensaron que
fuera de las FARC sino como un castigo por oponerse al TLC, por creer
que tenía derecho a su pan y su dignidad. Cuando allanaron su casa se
llevaron un computador con toda la información sobre la organización
del referendo. Esa información nunca se recuperó y posiblemente re-
side en los archivos secretos del DAS, desde donde planean los falsos
positivos y los seguimientos a los opositores del régimen.

Jorge Caballero, asesor del CRIC, dijo que el referendo iba en contra de
los TLC, por el daño que harían a las comunidades, tanto con EE.UU.
u otro país. Otros integrantes del CRIC dijeron que rechazan cualquier
TLC no consultado y aprobado por el pueblo, a pesar de eso el TLC con
Europa pasó por debajo del radar, no sólo de las organizaciones sociales
de Cauca y Nariño sino de todo el país. Alguno que otro senador lo ha
comentado y existen artículos escritos por algunas ONG que lo critican
pero, el TLC con Europa no ha despertado el mismo interés que él de
los EE.UU. Sin embargo, el TLC de los EE.UU. y el europeo son casi
idénticos.

La Unión Europea lleva casi el mismo tiempo que los EE.UU. inten-
tando firmar acuerdos de libre comercio. En 1994 cuando el TLC con
México entró en vigor, la UE tomó nota. Decidieron comenzar con un
programa de celebrar TLC con todos los países de América Latina y al
igual que los EE.UU., ya han firmado varios. El contenido del TLC de
Europa es lo siguiente:
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 193
Una mirada desde el SUR

1. Acceso a mercados, incluyendo aranceles y medidas no


arancelarias (reglas generales y sectores no agrícolas)

2. Acceso a mercados, incluyendo aranceles y medidas no


arancelarias (agricultura)

3. Asimetrías y tratamiento especial y diferenciado

4. Reglas de origen

5. Asuntos aduaneros y facilitación del comercio

6. Obstáculos técnicos al comercio

7. Medidas sanitarias y fitosanitarias

8. Instrumentos de defensa comercial

9. Servicios, establecimiento y movimiento de capitales


(inversiones)

10. Compras públicas

11. Propiedad intelectual

12. Competencia

13. Solución de diferencias, asuntos horizontales e institucionales

14. Comercio y desarrollo sostenible290

La UE dice que quiere fomentar la integración regional (TLC) y el co-


mercio (otra vez TLC), cuando sólo dedica el 4% de su ayuda a pro-
ductividad y competitividad mientras destina un masivo 58% de su co-
operación al desarrollo, paz y conflicto. Sin embargo, desarrollo, paz
y conflicto es un eufemismo para el comercio. Por ejemplo, los tres
Laboratorios de Paz recibieron de la Comisión Europea €92 millones
de euros como parte del aporte europeo al desarrollo, paz y conflicto
y buena parte de eso se gasta en fomentar cultivos exóticos como la
palma africana, caucho y cacao etc. los que luego serán exportados a
290
  Listado tomado de http://www.comunidadandina.org/index.htm

194 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Europa. En estos momentos, la UE ya tiene una relación comercial bas-


tante desarrollada con Colombia.

Entre 2006 y 2007, la Unión Europea se convirtió en el segundo


socio comercial de Colombia, superando a la Comunidad Andina de
Naciones (CAN) y a Venezuela. El flujo total de comercio entre el
bloque y el país alcanzó los 6.339 millones de € [euros], unos 8.240
millones de dólares.

Las importaciones provenientes de la Unión Europea sumaron para


el 2006 2.764 millones de € en el 2006, es decir un 13.3% del total
de la participación. Las exportaciones colombianas fueron de 3.575
millones de €; lo que significa que hubo una balanza positiva de 811
millones de € con respecto a las importaciones desde la UE.

Adicionalmente la Unión Europea fue el segundo mayor inversionis-


ta extranjero, con más de 717 millones de € (US$ 932 millones).291

Es lamentable que el TLC con Europa hubiese pasado por debajo del
radar de las organizaciones sociales y que no hubiese debate sobre
sus consecuencias, dado la importancia económica que tiene Colom-
bia para la UE y la presencia de sendas multinacionales europeas en
Colombia como, Suez, Unión Fenosa, BP, Telefónica entre otras. Los
europeos gozan de buena fama entre algunas organizaciones sociales y
sobre todo entre las ONG que financian. Es curioso que USAID pueda
financiar a una ONG y la ONG no se sienta con la obligación de hablar
bien de los EE.UU., pero cuando lo hace la UE, toda crítica al imperia-
lismo europeo sale por la ventana. Un dirigente de la región dijo “pero
es que los europeos no nos dan gatillo.” Es poco ético avalar a la UE
porque no da gatillo a los colombianos. Los africanos o asiáticos no
pueden decir lo mismo, pues vivieron más de cerca la violencia y pillaje
europeo en el siglo XX. Decir que la UE es buena porque los negros que
matan viven en Ghana o Togo y no en Guapi y Tumaco, es indigno, es
una visión corta y nada ética, social, moral y políticamente. Cuando los
colombianos piden solidaridad internacional lo piden a todo el mundo.
No aceptarían que una persona de Kenia dijera “los gringos no nos dan
gatillo, mijo”. En Kenia, entre 1952 y 1960, los británicos encarcelaron
a más de 30.000 personas en campos de concentración para suprimir la
Revuelta Mau Mau, en los años cincuenta en la cual murieron 50.000
personas y torturaron a miles de personas. La violencia en Kenia no fue

  CE (2008) Cooperación, La Unión Europea y Colombia 2008, Bogotá, Comi-


291

sión Europea, pág. 13.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 195


Una mirada desde el SUR

excepcional, la sangrienta violencia europea y las masacres fueron co-


munes en todas las guerras de liberación nacional en África en el siglo
XX. Una persona de Kenia diría “los gringos son buenos, los que nos
dan gatillo son los europeos” y de hecho los EE.UU. tiene mejor fama
en Kenia y otras partes de África donde los europeos masacraron a
la población. Además de la poca ética de esa postura, sencillamente no
es cierta. Eso se puede mostrar con una simple tabla sobre la venta de
armas de los países de la UE a Colombia.

Tabla 19
Transferencias de armas a Colombia 2003 –2010292

País Monto (millones de USD)

España 201.6
Holanda 32.8
Italia 18.0
Alemania 19.7
Francia 16.4
Dinamarca 1.6
Total 290.1

El monto es menor que el Plan Colombia y las ventas de los EE.UU.


pero no es insignificante. La principal empresa de ventas de armas fue
BAE Systems de Gran Bretaña y 95% de todas sus ventas eran arma-
mentos. Efectivamente, la UE da gatillo, y además, sus multinacionales
en Colombia, como la BP, han sido acusadas de mantener nexos con
grupos paramilitares, algo que niega, pero reconoce que durante mu-
chos años financió al Ejército colombiano. Y la UE ha avalado a las
políticas de los distintos gobiernos colombianos, incluyendo los dos
mandatos de Uribe. Ni las chuzadas del DAS, ni los falsos positivos o
sus nexos con el paramilitarismo y narcotraficantes fueron motivos para
distanciarse. ¿Cuánto más gatillo hace falta?

  Datos tomados de www.sipri.org a precios constantes 1990, conversión a


292

precios 2010 cálculo propio

196 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


El único mineral que los gobiernos reparten
entre los pobres, es el plomo.

Campesino, Bolívar, Cauca

11
Las Minas Quiebracomunidades
La presencia de minas quiebrapatas en las comunidades es bien cono-
cida. Particularmente, el municipio de Samaniego es una de las zonas
más minadas del país. También sus consecuencias son conocidas y dis-
cutidas y la ONU ha hecho esfuerzos grandes de desminar el territorio.
Pero poco se habla de la otra mina, aquella que no hace falta pisar para
que mate, sólo requiere que uno viva cerca de la zona donde se encuen-
tra. Su onda expansiva es mayor que cualquier mina anti–persona, su
impacto afecta a miles, sino decenas de miles de personas. Estamos ha-
blando de las minas de minerales, principalmente de oro, pero también
de otros minerales, verdaderas minas quiebracomunidades que dejan
desolación y pobreza.

Desde hace unos cinco años, varias comunidades empezaron a notar


la presencia de foráneos caminando por las lomas de sus veredas. Lle-
gaban en carros lujosos, cuando no escondían su presencia, vestían de
una forma poco común en la zona, era evidente que no eran de la comu-
nidad ni tampoco de cualquier otra comunidad campesina. La historia
de esa invasión sigilosa se remonta más atrás en la reciente historia
del país. A finales de los ochenta y principios de los noventa, el Banco
Mundial (BM) lanzó una cruzada para cambiar la legislación minera de
Una mirada desde el SUR

los países de América Latina. Según el BM, se debían dar garantías de


duración a los contratos mineros, incluyendo el derecho a la empresa
de vender el título minero a quien quisiera. El BM cree que es necesario
permitir la libre transferencia de las ganancias de las empresas fuera del
país, eliminando todo tipo de control sobre la compra y venta de divi-
sas, como el Dólar. Según el Banco Mundial se necesita “Acceso a los
Recursos Minerales, lo cual requiere que el Estado libere toda la tierra
que tiene reservada para la exploración y explotación por empresas pa-
raestatales y que se asegure a los inversionistas el acceso a la tierra bajo
condiciones claramente definidas que no sean excesivamente
onerosas...”293

Colombia, cumplió con las exigencias del BM y cambió su legislación


minera. Saber cómo se hizo ese cambio es una historia interesante, que
se debe tener en cuenta a la hora de valorar lo que ocurre hoy día con las
licencias mineras. Lo primero que hay que destacar, es que la decisión
de hacer efectivas las exigencias del BM se tomó por fuera del Congre-
so de La República. Ni siquiera el Presidente tuvo tanto que ver con el
asunto como sí varias entidades extranjeras, principalmente canadien-
ses. Dos entidades de cooperación internacional de Canadá jugaron un
papel muy importante en el desarrollo de la legislación minera de Co-
lombia: Cida, Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional y el
Ceri Instituto Canadiense de Investigación Energética.

Según un alto funcionario del Ministerio de Minas y Energía de


Colombia, Cida–Ceri inició sus labores de asesoría para la redac-
ción del Código de Minas de 1996 –1998, código elaborado por
una abogada colombiana ligada a la empresa canadiense Corona
Goldfiels (sic), quien adelantó una serie de procesos nada éticos
e, incluso, ilegales... para apoderarse de un yacimiento aurífe-
ro en el sur de Bolívar, que beneficiaba a mineras canadienses,
estadounidenses y británicas.294

El código de Samper fue tumbado por la Corte Constitucional de Co-


lombia. Sin embargo, el nuevo gobierno de Pastrana tendría más éxito
en su brega por entregar el país a las multinacionales mineras. Tanto
Samper como Pastrana tenían motivos personales para aprobar un nue-
vo código, pues ambos eran dueños de empresas mineras, Concretos
293
  WB (1996) World Bank Technical Paper 365, Dec 1996, A Mining Strategy
for Latin America and the Caribbean pág. XV
294
  Sintraminercol (2004) La gran minería en Colombia: Ganancias del exter-
minio, Bogotá, Sintraminercol, pág. 29

198 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Diamante Samper S.A. y en el caso de Pastrana, Ladrillera Santafé, la


empresa responsable de muchas de las canteras que brotan como una
plaga en el sur de Bogotá. Aunque valga aclarar que, a pesar de sus inte-
reses personales, ellos fueron motivados más por su postura ideológica.
Es bueno recordar que la pesadilla minera que hoy día vive el país no
comenzó con Santos y Uribe sino que data del gobierno de Samper e,
inclusive desde la época de apertura económica de César Gaviria.

Para asegurar que el código era del gusto de Pastrana y las mul-
tinacionales el gobierno contrató a una empresa de abogados
Martínez – Córdoba & Asociados para elaborarlo y asesorar al
gobierno en materia minera. Dicha empresa, en ese entonces,
representaba “jurídicamente la mitad de las compañías mi-
neras inscritas en el registro minero nacional entre ellas a Ce-
mex, Cementos Diamante de Bucaramanga S.A., Ingeniosa S.A.,
Ladrillera Santafé, Concretos Diamante Samper S.A., etcétera.295

La ley 685 de 2001 entró en vigor, y Pastrana y Samper quedaron con-


tentos. Le tocaría a Uribe ponerlo en práctica pero la legislación minera
colombiana es producto de los gobiernos liberales y conservadores de
los noventa. Cuando se escucha a Horacio Serpa quejarse de la minería
a cielo abierto, debe recordarse que el gobierno en que él participó fue
instrumental en llevar a Greystar al páramo de Santurbán, aunque es po-
líticamente conveniente olvidar su papel hoy. El proceso de tramitar los
dos códigos mencionados fue acompañado por una violencia extrema.
En ese entonces la zona más codiciada del país era el Sur de Bolívar
por tener grandes yacimientos comprobados donde laboraban miles de
pequeños mineros.

El 28 de marzo de 1997, los paramilitares mataron a 11 mineros


en Puerto Coca, municipio de Tiquisio, sin intervención alguna
de parte de la fuerza pública. El 25 de abril de 1997, un grupo
paramilitar incursionó en el casco urbano de Río Viejo y mata-
ron a Juan Camacho Herrera, presidente del Comité de Mineros
de Río Viejo afiliado a la Asociación Agrominera del Sur de Bolí-
var (Asoagromisbol): lo decapitaron y jugaron fútbol con su ca-
beza;, luego lo pusieron en un palo mirando hacia la zona minera
y les dijeron a los habitantes que ellos venían por las minas y
que las iban a entregar a gente que haría una mejor explotación
de éstas y un uso más racional de ese recurso. En esa incursión
fueron asesinadas 29 personas más. Los paramilitares luego se

  Ibíd pág. 44
295

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 199


Una mirada desde el SUR

retiraron a la finca La Victoria a pocos minutos del casco urbano.


Allí se reunieron con funcionarios de la administración munici-
pal. El 28 de abril de 1997, el Ejército Nacional llegó a Río Viejo y
montó un retén cerca de dicha finca. Estos hechos fueron denun-
ciados en su momento por el vicepresidente de Asoagromisbol,
Orlando Camaño, durante una conferencia en la ciudad de Carta-
gena. Camaño también fue asesinado en julio del mismo año, en
la ciudad de Aguachica (Cesar), mientras realizaba los trámites
para la legalización de algunas minas.296

Cuando los paramilitares invadieron la zona, con el beneplácito del


Ejército,tomaron la mina de San Pedro Frío, una de las más producti-
vas de la región y la ocuparon durante 56 días antes de ser expulsados
por la guerrilla del ELN. Queda en evidencia que la violencia que
comienzan a padecer las comunidades de Nariño y Cauca a donde han
llegado las multinacionales mineras no es nueva y no está limitada a es-
tos departamentos, sino que es algo que va de la mano con la industria.
Es más, la violencia en las zonas mineras es algo internacional, ligada
a la industria en todo el mundo, que exista o no un conflicto armado
interno. En Ghana, país natal de la minera Ashanti, los pequeños mi-
neros, los Galampsey como los conocen, han sido expulsados de las
zonas mineras, igual que los campesinos que cultivaban cacao. No hay
un conflicto armado interno en Ghana. En la República Democrática de
Congo, que si vivía un conflicto armado interno, Anglogold Ashanti
hizo pagos a grupos armados al margen de la ley, algo que reconoció
después de la publicación del informe de Human Rights Watch, The
Curse of Gold (La maldición del oro).297 Así, no hay nada nuevo bajo
el sol cuando hablamos de minería y violencia. Inclusive, en el vecino
país es Ecuador donde tampoco hay un conflicto armado interno, se
vive la violencia minera.

El proyecto Junín que era manejado por la empresa canadien-


se Ascendant Copper (hoy en manos de Copper Mesa Mining
Corporation, también canadiense) en el cantón Cotacachi, tam-
bién registró una significativa conflictividad. La empresa mi-
nera Ascendant Copper desarrolló una estrategia de división
social, amedrentamiento, criminalización y finalmente ataques
armados contra las comunidades por guardias de seguridad

296
  Ó Loingsigh, G. (2004) La Estrategia Integral del Paramilitarismo en el
Magdalena Medio, España, pág. 68
297
  Véase HRW (2005) The Curse of Gold, HRW, USA disponible en www.hrw.
org

200 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

contratados para entrar por la fuerza al área; las comunidades


han resistido y afrontado cerca de 17 procesos judiciales. En este
caso, los enfrentamientos fueron violentos entre la población y
los guardias privados de la empresa y los pobladores llegaron a
tomar por la fuerza algunos terrenos que eran de propiedad de
Ascendant Copper.

Luego, con apoyo del Ministerio de Energía y Minas y particular-


mente de la Subsecretaria del Ambiente, en el año 2007 la comu-
nidad logró desarmar a grupos paramilitares que asumían las
tareas de guardianía de los intereses de la empresa canadiense y
aterrorizaban a la comunidad. Más tarde, el ministerio del ramo
no aceptó el estudio de impacto ambiental presentado, puesto
que no se cumplió adecuadamente con el proceso de consulta
previa. A fines del 2008, el ministerio suspendió la concesión.298

Con casi 1000 solicitudes para concesiones mineras en Nariño y unos


mil cien concesiones en Cauca, es lógico que las comunidades se pre-
ocupen por un aumento en los niveles de violencia. Ya ha habido al-
gunos actos de violencia relacionados con la minería. Según algunos
testimonios ha habido asesinatos de indígenas Awá a manos de em-
presas medianas que están entrando en su territorio de forma ilegal.
En el Cauca, los indígenas del cabildo de Cerro Tijeras han recibido
numerosos amenazas, en parte por su campaña contra la presencia de
las multinacionales. También en los municipios de La Vega, La Sierra
y Santa Rosa han aparecido grupos de supuestos mineros, manejando
carros lujosos. La comunidad ha mostrado su inconformidad frente al
comportamiento de ellos y su presencia en la zona. Algunos de ellos
respondieron amenazando a la comunidad. Aunque en este último caso
la comunidad se movilizó y los sacó por la fuerza. Luego volvieron
otros supuestos mineros.

Con respecto a las amenazas y a los asesinatos , que ya han ocurrido


hay quienes dicen que, a pesar de todo la minería será buena para las
comunidades. Desde el gobierno nacional no se cansan de decir que la
minería es la locomotora de la economía, sin explicar que quieren decir
con eso. Los cambios efectuados en los noventa siguen en pie y la polí-
tica actual del Estado profundiza los cambios legislativos para hacer del
país una zona atractiva para las empresas mineras.
  Acosta, A. (2009) La Maldición de Abundancia, Quito, Ediciones Abya-Yala,
298

pág. 126

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 201


Una mirada desde el SUR

En las políticas y directrices del Estado para el sector minero,


dentro de su rol de promotor de la actividad minera, se pretende
que el Estado realice la promoción e inserción del país mi-
nero en el contexto internacional (negrilla del original), con
base en las condiciones favorables que Colombia tiene desde el
punto de vista natural, y que ha adecuado su normatividad y su
estructura institucional para estar acorde con las condiciones de
los demás países latinoamericanos.299

En el mismo sentido, el Plan Nacional de Desarrollo Minero 2019 deja


clara la propuesta del Estado para el sector minero. Según dicho plan,
“Los objetivos del plan están determinados por la visión del sector pro-
puesta para el año 2019 (en ese año la industria minera colombiana
será una de las más importantes de Latinoamérica y habrá ampliado
significativamente su participación en la economía nacional)”300 A ren-
glón seguido el documento detalle algunas metas que tiene el Estado,
entre ellas “duplicar el volumen actual de producción de carbón”301 y
“cuadruplicar la producción de metales preciosos.”302 Todo eso con el
fin de “convertir a Colombia en uno de los tres principales destinos
latinoamericanos de la inversión privada, interna y externa, destinada a
exploración minera.”303 Queda claro que el nuevo empuje minero no es
pasajero sino estratégico. Cualquier análisis de la minería muestra que
no es ninguna locomotora. Empero, antes de analizar las supuestas bon-
dades de la minería vale la pena mirar el estado actual de la producción
de oro en ambos departamentos:

Tabla 20
Producción de Oro en Kilos en Cauca y Nariño304

Departamento 2008 2009 2010

Cauca 621,54 2.316,77 553,63


Nariño 238,67 442,66 181,57

299
  Duque Montoya, B. et al (s/f) Política de Promoción del País Minero (copia
electrónica) p.4
300
  UPME (2006) Colombia País Minero, Plan Nacional de Desarrollo Minero
Visión 2019, Bogotá, UPME pág. 75.
301
  Ibíd. pág. 77
302
  Ibíd. pág. 78
303
  Ibíd. pág. 78
304
  Cifras tomadas de www.simco.gov.co

202 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Ambos departamentos siguen siendo productores significativos de oro,


aunque en el caso de Nariño su producción es inferior a la de los no-
venta, pues entre 1990 y 1994 produjo más de mil kilos y en 1994 su
producción alcanzó 1.699 kilos. Sin embargo, la zona tiene mucho po-
tencial y una parte de su producción desapareció de las cifras oficiales
por ser explotación ilegal, que no se declara y no tributa al erario. En
Cauca, los tres principales municipios productores de oro son Buenos
Aires, Suárez y Timbiquí. Los demás municipios quedan muy atrás en
términos de producción. En Nariño, los cuatro principales municipios
son Magui Payán, La Llanada, Barbacoas y Tumaco.

En el caso de Barbacoas, la producción aurífera es histórica porque


desde 1.684 se introdujeron esclavos de raza negra en Barbacoas, Guapi
e Iscuandé. Ninguno de estos pueblos es rico hoy día. Siglos de produc-
ción minera no ha servido para nada y en eso hay que tener en cuenta
que hasta 1.851, cuando se abolió la esclavitud, la mano de obra para
la explotación aurífera era sumamente barata y por lo tanto las ganan-
cias eran mayores de lo que se podía esperar de una mina con obreros
pagados. Una de las razones principales por eso, radicaba en que los
dueños de los esclavos llevaban el oro fuera de la región, una práctica
aún vigente en el mundo entero, pues los mayores centros de consumo
de oro se encuentran bien lejos de las regiones productoras.

Los principales mercados de venta de oro se encuentran en Nueva York


(EE.UU), Londres (Gran Bretaña) y también en Zurich (Suiza). Ningu-
no de estos países son grandes productores de oro aunque las principa-
les ventas internacionales del precioso metal se hacen allá. Se sabe y
se imagina con mucha facilidad que los EE.UU. consuman una buena
parte de la producción mundial, pero, otros países que son igualmente
importantes como se ve en la siguiente tabla. (Ver tabla en la página
204).

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 203


Una mirada desde el SUR

Tabla 21
Consumo Principal de Oro305

Lingotes/mo-
País Joyería (Tm) Total (Tm)
nedas (Tm)
India 139.8 108.5 248.3
China (Excl.
102.9 53.0 155.9
Hong Kong)
EE.UU. 21.7 22.8 44.5
Como se nota, la India es un consumidor de oro para la joyería supe-
rando con creces a los EE.UU. e inclusive lo supera en la inversión en
oro, o sea, la compra de lingotes y monedas de oro con un consumo
cinco veces superior al de los EE.UU. De todas formas, es importante
recordar que el oro que produce Colombia se lleva lejos, como en los
tiempos de los esclavos en Barbacoas y lo que se deja a su paso es gente
pobre. El oro es una locomotora, pero no para los países productores,
sino para los grandes consumidores del mundo.

Los argumentos a favor de la minería


Hay tres argumentos básicos de las empresas y de los gobiernos a favor
de la minería: Crecimiento del PIB, aumento de la IED y de las ex-
portaciones. Nunca explican a los campesinos que significan esos tér-
minos y porque son importantes y señales del éxito y desarrollo. Aquí
se intentará explicarlos para demostrar que esas palabras son irreales.
Cuando el vocero del gobierno o el propio Santos repiten esas palabras
lo hacen como unos loros amaestrados por su amo, lo hacen sin pensar,
y como todo charlatán, lo hacen para confundir. Los campesinos rara
vez piden que les expliquen el significado de cada término y el por qué
de su importancia.

Crecimiento del PIB


Dice el Loro Santos que el PIB aumentará dramáticamente gracias a la
gran minería. Es cierto. Pero PIB sólo significa Producto Interno Bruto,
o sea, el valor anual de todo lo que produce una zona o un país. Es obvio
que crezca, porque si ayer la tierra producía yuca que no vale mucho y
hoy se saca una sola onza de oro, que vale más de $1.500 dólares, pues
aumenta el valor de lo producido. Esto no quiere decir que el campesino

305
  WGC (2011) Gold Demand Trends 2nd Quarter 2011 www.gold.org

204 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

coma mejor, o que tenga mejoras escuelas o centros de salud. No sig-


nifica nada de eso. Luego, el Loro Santos, entre otros habla de PIB per
Cápita y tampoco lo explica. Como un mago en el teatro saca términos
y cifras de un sombrero en vez de conejos o como un jugador tramposo
de póquer, saca un As bajo la manga, salvo que no es un As, sino otro
naipe de poco valor.

El PIB per Cápita también aumentará y nos dicen que eso quiere decir
que cada persona tendrá mil o dos mil más por año, o el monto que
sea. Realmente la cifra no tiene mayor importancia. Pero, ¿qué es eso
en realidad? Es el PIB dividido entre la población: tomar el valor de lo
producido y dividirlo entre las personas que viven en esa zona. Pero
tampoco es real. Es un truco de los economistas, es como si una perso-
na llega a una reunión de 10 personas con un pollo asado y él lo come
todo sin compartirlo con sus compañeros. Es obvio que él se lo comió,
pero llega el economista y cuenta10 personas en la reunión y dice que el
consumo de calorías equivalió a la décima parte de un pollo per cápita.
Uno comió bien, nueve pasaron hambre, pero en las estadísticas todos
comieron un poquito. Van un paso más lejos y nos dicen que el Ingreso
Nacional Per Cápita (INPC) es tanto (es decir el ingreso dividido entre
todas las personas), gracias a la minería. Pero tampoco es real, porque
incluyen a campesinos desplazados y a Julio Mario Santodomingo y
Luís Carlos Sarmiento. En Colombia la gente tiene un INPC de 4.983
dólares, pero sabemos que Santodomingo y Sarmiento tienen un ingre-
so mucho más alto. La revista norteamericana Forbes publica cada año
una lista de los más ricos del planeta. Según la última lista publicada
en marzo 2011 Luís Carlos Sarmiento tiene un patrimonio de 10.500
millones de dólares ocupando el puesto 75 de los hombres más ricos
del planeta y Santadomingo tiene 8.400 millones de dólares y ocupa el
puesto 108 de los más ricos. Los indicadores antes mencionados están
diseñados para confundir, pues dan la imagen de un reparto donde no
lo hay. En el caso del oro, la inmensa mayoría de la ganancia generada
queda no sólo en pocas manos sino en manos extranjeras. El campesino
no come del PIB, ni el INPC. Come de lo que produce y cuando deja
de hacerlo, deja de comer. Y el dinero generado se exporta, y de hecho,
Colombia ya está exportando ganancias, aprovechando los cambios en
la legislación: “Bajo Uribe la salida de pagos de ganancias y dividen-
dos aumentó por nueve desde un promedio de U$ 469 millones por año
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 205
Una mirada desde el SUR

entre 1994 – 2001 a un promedio de U$4.526 millones por año entre


2002–2009.”306

Pero el Loro sigue en su intento de engañar y dice “ah pero el IED, eso
sí es real”. Pues sí es real, esa plata se gasta. La Inversión Extranjera
Directa, es otra cifra que siempre es real, pero no en el sentido de bene-
ficiar a la gente. Significa que una empresa invirtió tanto dinero en una
región. Cuando el gobierno dice que va a invertir mil millones en hos-
pitales, por decir algo, se sabe que eso puede tener un impacto directo
en la vida de la gente. Una sala nueva de quirófano es real para la gente.
Sin embargo, las inversiones de que hablan en el caso de las minas son
ilusorias. Primero, esas inversiones incluyen a la maquinaria pesada.
Por ejemplo, una pequeña volqueta minera puede costar más de medio
millón de dólares, es costosa como lo es la dinamita, el cianuro etc.
Nada de eso se gasta en la región. Esas maquinas e insumos se compran
no sólo fuera de la región sino fuera del país. Esa plata no es real para
la gente y no significa más sopa sobre la mesa.

Y el Loro le dice exasperado a la gente que las exportaciones son impor-


tantes y podemos exportar millones de dólares de oro por año. Es cierto
que se exportarán millones de dólares de oro cada año, pero no seremos
“nosotros” sino ellos, los dueños de las empresas, los que se benefician.
Es cierto, las minas exportan mucho oro por año, pero, como ya se dijo,
ese oro se vende en otros países y se consume en otros países. Cuando
exportan el oro, se vende a fuera y el dinero se queda a fuera. Por eso,
como se señaló al principio de este capítulo uno,en toda América Latina
se han abolido los controles a la exportación de ganancias. En pocas pa-
labras, ellos se quedan con el oro y las ganancias y, el pueblo donde está
la mina se queda con el hueco que deja la empresa minera. La IED sólo
significa que se gastó en comprar y traer maquinas hasta la mina, no
supone bienestar. Por ejemplo, en el 2005 la cervecera Sab Miller invir-
tió U$ 4715 millones en Colombia y no creó un sólo puesto de empleo
y tampoco aumentó el consumo de alimentos de los trabajadores de la
empresa. La IED no se puede equiparar con el bienestar del pueblo, en
ninguna actividad económica.

  Higginbottom, Andy (2010) Brief Analysis of Foreign Investment and Co-


306

lombia’s Violent Political-economy paper presented to Amnesty International


working conference, London 2 December 2010.pág. 4

206 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Las Regalías
No hace falta que el Loro diga algo sobre las regalías, porque muchos
alcaldes y futuros candidatos a la alcaldía frotan las manos pensando
en la cantidad de dinero que podrán robar, con notables excepciones,
la principal razón para ser alcalde es poder robar los fondos públicos.
No hay pueblo alguno en este país donde la gente no tenga anécdotas
sobre el despilfarro de los recursos públicos, el malgasto de los fondos
estatales en proyectos que no tienen sentido, o los sobrecostos en los
proyectos de infraestructura. Sí, habrá más de un mandatario pensando
en pagar por la operación de los senos de alguna reina de belleza, con
las regalías de oro.

La legislación actual es muy restrictiva en términos de lo que se puede


hacer legalmente con las regalías. Básicamente, se pueden gastar en
mejorar las NBI de las comunidades. Santos propone cambiar la legis-
lación y abrir más posibilidades para gastarlas, o invertirlas, como él
diría. También propone repartir las regalías entre todos los municipios
en los proyectos claves, sin decirnos cuales son. Cuando uno habla de
regalías, es común que la gente piense que les va a llover riquezas, pues
al final de cuentas es oro lo que quieren sacar de la tierra. Empero, las
regalías no son tantas como se piensa, y no hay tanta diferencia entre
oro y carbón en términos de las regalías recibidas. Inclusive una mina
de oro puede generar menos regalías que una mina de carbón a cielo
abierto. En Colombia se paga una regalía de apenas 4% sobre el oro,
pero ese 4% no se paga sobre los U$1.500 por onza que se paga en
Zurich o Londres, sino sobre el valor a boca de mina.

Las regiones mineras del país no se han enriquecido gracias a las re-
galías. Ni los municipios de Cauca como Buenos Aires, o Barbacoas
en Nariño, han hecho mucho con esos fondos. Y el oro no es la prin-
cipal fuente de regalías en el país pues de “los $33.3 billones (precios
constantes de 2007) de regalías pagadas entre 1995 y 2007, el 86% se
generó por la explotación de hidrocarburos, el 10% por la explotación
de carbón y el restante 4% por la explotación de otros recursos como
el níquel, los metales preciosos, las esmeraldas y la sal.”307 Si uno mira
a los departamentos que tienen carbón, encuentra que tampoco son ri-
cos. De hecho, son más pobres que la mayoría de los departamentos
del país. La Guajira tiene la tasa más alta de NBI en el país y el Cesar,

  Restrepo, J.A. y Tovar Silva, J.C. (2008) El control fiscal a las regalías, Revis-
307

ta Economía Colombiana No. 324, Bogotá agosto 2008 pág. 11

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 207


Una mirada desde el SUR

no sólo es pobre sino que en la mayoría de los municipios mineros del


departamento las coberturas en NBI “están por debajo del promedio de-
partamental y este último está por debajo del promedio nacional. Por lo
tanto, es evidente que ni las regalías, ni la actividad minera han jugado
el papel dinamizador de la economía...”308

Es más, las empresas casi no pagan regalías. Las tasas de regalías son
muy bajas, apenas 4% en el caso del oro. Según el investigador Guiller-
mo Rudas, el país devuelve las 3/4 partes de las regalías a las empresas
por concepto de exenciones tributarias. Incluso el costo de cierre de las
minas supera las regalías recibidas, porque cuando se cierre una mina,
no se trata de poner un candado en la puerta e irse. La mina y el terreno
a su alrededor requiere una adecuación y hay que mantener, reparar y
vigilar las represas construidas para guardar los deshechos del proceso
minero. Todo eso tiene un costo, ese costo lo suele asumir el Estado.
Las empresas dicen que tienen una póliza de seguros para cubrir los
costos, el problema es que nadie puede decir de antemano cuánto cues-
ta cerrar una mina. Ese cálculo se hace en los últimos años de la vida
de la mina. La experiencia canadiense indica que los costos de cierre
suelen superar el monto de las regalías recibidas. De alguna manera, las
regalías, aunque sean pocas, no son más que un préstamo para cubrir los
costos de cerrar las minas.

Los Loros Vuelan


La industria minera es una industria que atrae a los más codiciosos y
los más depredadores del país, los que no tienen consciencia o la tienen
bien torcida y la ponen en venta. En los años noventa y principios de
este siglo, varios funcionarios de la PNUD, de las Naciones Unidas
llegaron al Sur de Bolívar para ayudar a los pequeños mineros en sus
proyectos. Esos proyectos nunca fueron gran cosa, por incumplimiento
por parte del PNUD o por el mismo conflicto. Sin embargo, varios de
los funcionarios se lucraron del asunto, pasando a trabajar con las mul-
tinacionales después de haber conocido la zona. Así, Anglogold Ashanti
ha contratado a un ex asesor de organizaciones sociales en Cauca para
convencer a las comunidades indígenas que acepten las zonas mine-
ras indígenas. Pero ellos son peces pequeños. Los Loros que predican
un gran futuro gracias a la minería también vuelan para trabajar con
las multinacionales, entre ellos personas cuyosfamiliares están siendo
procesados por parapolítica.
  Restrepo, J.A. Y Torres Jaimes, M.F. (2008) Las regalías del carbón en el
308

Cesar, Revista Economía Colombiana No. 324, Bogotá, agosto 2008 pág. 46

208 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 209


Una mirada desde el SUR

Hay altos ex funcionarios del gobierno Uribe que han sido en-
ganchados como altos ejecutivos de compañías mineras para
que se encarguen de tramitar las concesiones y las licencias am-
bientales.

MPX contrató a Leyla Rojas, viceministra de aguas hasta el 2010,


como jefe jurídica. De su equipo hace parte Diana Zapata Pérez,
ex directora de licencias ambientales del Ministerio, y Adriana
Rodríguez, ex asesora del Ministro. El ex director de Ingeominas
Julián Villarruel trabaja hoy para AngloGold Ashanti, la empre-
sa con mayor extensión en títulos mineros (550.000 hectáreas
y solicitudes por 2’000.000 adicionales). La ex canciller María
Consuelo Araujo es presidenta de la Gran Colombia Gold Com-
pany, fusionada recientemente con Medoro. Gloria Lucía Álvarez,
después de haber dejado el cargo de directora de la CAR de Cun-
dinamarca (2007), ingresó a AngloGold Ashanti como flamante
asesora jurídica. Hoy ataca a la directora de Cortolima por cues-
tionar públicamente el proyecto de La Colosa. También me pa-
rece escandaloso que el ex ministro de Minas Hernán Martínez
sea miembro de la junta directiva de Medoro Resources. Durante
su período como Ministro de Minas (2006–2010) se tramitó la
reforma del código minero y se otorgó en forma caótica el mayor
número de títulos mineros en la historia del país.

El ex ministro de Justicia Rafael Nieto es el presidente de la


Greystar, después de que su antecesor no lograra obtener la
licencia para explotar el páramo de Santurbán.309

Los Loros cantan porque saben que ellos serán los beneficiarios, tienen
un interés personal, igual que el primo de Santos, quien trabaja para
Medoro Resources. Entonces cuando uno escucha a los Loros, hay que
recordar que ellos son los que se lucran del negocio, no son los campe-
sinos. En el caso concreto de Nariño y Cauca hay un personaje nefasto
metido en la minería, el ex secretario de gobierno de Juan José Chaux,
hoy día trabaja para Anglogold Ashanti. Es bueno que los indígenas
recuerden quien es Juan José Chaux, el mismo personaje quien en el
marco del debate de la Ley 160 de 1994 propuso la extinción de domi-
nio, pero no de las tierras de los narcotraficantes ni de las tierras ociosas
de sus amiguitos Doctores de Popayán, sino el “ilustre” propuso una

  El Tiempo (11/07/2011) En Colombia la minería está desbocada, entre-


309

vista con Manuel Rodríguez disponible en http://www.manuelrodriguezbe-


cerra.org/index.htm

210 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

extinción de dominio de los resguardos indígenas.310 Ahora su ex se-


cretario de gobierno viene con todo el poder de Anglogold Ashanti y el
beneplácito del Loro supremo en Bogotá para terminar el trabajo que
Chaux inició: quitar los resguardos a los indígenas. Para ver la realidad
de la minería los “beneficios” que trae para el pueblo vale la pena mirar
el caso de Perú.

Perú País Minero, País Pobre


Perú es un ejemplo muy claro de los conejos y Ases que manejan los go-
biernos, como si fueran magos en un circo. Perú fue uno de los primeros
países en liberalizar su economía y abrir su territorio a las multinacio-
nales mineras, y ya tiene más de 20 años arrasado por la locomotora de
la minería. Si fuera cierto que la minería trajera bienestar y riqueza para
el pueblo Perú sería el ejemplo. Desafortunadamente, Perú da lástima.
No es rico, su gente no vive bien y hoy en día su economía depende de
la minería, que genera un círculo vicioso.

Perú puede mostrar excelentes cifras de inversión extranjera directa,


aumento del PIB y de exportaciones. Por ejemplo, en 2008 exportó
18,656 millones de dólares en minerales, las dos terceras partes de todo
lo que exportó el país311 y más de la mitad de estas exportaciones fueron
a parar a cuatro países, Suiza, China, Estados Unidos y Japón.312 Entre
1998 y el 2008 se invirtieron 13.092 millones de dólares en minería.313
El país es el principal productor minero de América Latina, como se
desprende de la siguiente tabla. (Ver tabla página 212).

Es todo una potencia minera mundial, en metales como plata, zinc, esta-
ño, plomo, oro y cobre. Sin embargo, es un país pobre, comparado con
sus vecinos y en el interior del mismo país se ve mucha pobreza, sobre
todo en las zonas mineras. En Perú se encuentra la mina de Yanacocha,

310
  Mondragón, H. (2005) Efectos del modelo autoritario de Álvaro Uribe
Vélez en los derechos de los campesinos, en Ilsa (ed) (2005) El Campo: Una
carta por jugar, Perspectivas de la agricultura colombiana, Bogotá, Ilsa, pág.
60 y 61.
311
  Ministerio de Energía y Minas (2009) Peru Anuario Minero 2008, Lima,
MEM, pág. 6
312
  Ibíd. pág. 16
313
  Ibíd. pág. 19

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 211


Una mirada desde el SUR

Tabla 22
Perú Posición de Producción Minera 2008314

Posición
Mineral Posición Mundial
América Latina

Plata 1 1

Zinc 2 1

Estaño 3 1

Bismuto 3 1

Teluro 1 1

Plomo 4 1

Oro 5 1

Indio 7 1

Cobre 3 2

Molidebno 4 2

Selenio 6 2

Arsénico 4 2

Cadmio 13 2

Hierro 17 5

314
  Ibíd. pág. 11

212 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

una de las minas de oro más grandes del mundo entero y la más gran-
de de América Latina. La mina llega a exportar hasta mil millones de
dólares de oro por año y la gente vive en la miseria.

La mina de oro más rica del continente se ubica en una de las


regiones más pobres del país: en el periodo 1996 al 2000 el
porcentaje de niños con desnutrición crónica se incrementó del
38.7 % al 42.8 % y se estima que 1´165,000 del 1´505,000 habi-
tantes del departamento viven en situación de pobreza (77.4 %)
lo cual se traduce en una de las tasas de mortalidad infantil más
altas del Perú 51/1000.315

En medio de tanta riqueza, ¿cómo es posible que la gente viva en la po-


breza absoluta? La respuesta es sencilla y es la misma que se puede dar
a aquellas comunidades o personas en Nariño y Cauca que piensan en
la minería como una solución a la pobreza: el oro no es de los pobres, se
exporta y es la multinacional extranjera quien se queda con las riquezas.
Esto no quiere decir que no se haya reducido la pobreza en Perú. Sí se
redujo pero no en Yanacocha y no se debía a la minería como tal.

…el sector informal ha sido el motor principal de la reducción


de pobreza, de hecho, más del 70 por ciento de la disminución
observada entre los años 2004 y 2007 fue debido a mejoras en
bienestar de los hogares vinculados al sector informal, en com-
paración a 13 por ciento correspondiente a hogares con vínculo
al sector formal.316

Recursos hídricos

  Ibíd.
315

  Banco Mundial (2008) Una mirada a la evolución reciente de la pobreza


316

en el Perú: Avances y desafíos pág. 17.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 213


Una mirada desde el SUR

Dicho de otro modo, las mujeres que venden chicles a la salida del
cine ha incidido más en la reducción de la pobreza que la mina más
grande de oro en todo América Latina. El PIB no significa nada
para los niños muertos en Yanacocha, tampoco las inversiones y las
exportaciones.

El futuro económico de Nariño y Cauca no se encuentra apostando a la


minería. Si en cuatro siglos la minería de oro no ha sacado a Barbacoas
de la pobreza ¿qué puede hacer en 15 años para el resto del departa-
mento? La propuesta de minería a cielo abierto es una cortoplacista,
dado que una mina de esa naturaleza dura un promedio de 15 a 20
años en operación. Después se cierra y se va dejando un hueco enorme
que mide como mínimo, medio kilómetro de diámetro y lo mismo de
profundidad.

No hay ni un sólo ejemplo en el mundo entero que indique que la mi-


nería ha sacado de la pobreza a una comunidad. Inclusive en Europa, y
los EE.UU., las regiones mineras son más pobres que el resto del país.
Y cuando se cierran, como inevitablemente sucede, siempre dejan atrás
pobreza y subdesarrollo. Las regiones donde se han cerrado minas nun-
ca se recuperan económicamente. Además, por el daño ecológico que
produce la minería, no hay opción de volver a sembrar, la tierra ya no
da para eso. Es más, no se puede volver atrás en el tiempo aún si no se
contamina el medio ambiente.

En todos los países donde existan bonanzas mineras o petroleras, existe


otro fenómeno económico: La Enfermedad Holandesa. Su nombre se
deriva de lo que pasó a la economía holandesa en los años cincuenta.
Hubo una bonanza económica después del descubrimiento de gas en el
Mar del Norte. Los demás renglones de la economía holandesa cayeron
en la medida que todo el mundo quería invertir en la producción de gas.
Valga aclarar que Holanda es un país industrializado con una economía
diversa, y aún así vivió ese problema. En menor escala, en las regiones
donde hay bonanzas de las industrias extractivas la gente deja de cul-
tivar. El fenómeno no es nuevo, el viejo Marx citaba a un escritor del
Siglo XVIII quien hablaba de la hambruna producida en la ciudad de
Praga en el año 790. La gente se dedicó a la minería y al año siguiente,
com nadie se había dedicado a los cultivos, murieron de hambre. El
oro no se come. Las comunidades de Cauca y Nariño ya han vivido
ese problema en las zonas de mucha producción cocalera, ¿qué pasa
cuando se acaba la coca?, pues, la gente se va. En el caso de la coca, no
hay vuelta atrás y algo parecido pasa con la minería, porque durante las
214 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

bonanzas cocaleras o mineras los circuitos económicos se acaban y lue-


go es complicado volver a montar la producción, distribución y venta
de productos que ya son importados a la región, aun cuando sólo sea
yuca.

También existe otro problema. Una vez que un país se dedica a la mi-
nería, difícilmente encuentra otro camino de desarrollo económico.
Países como Perú, Ecuador y Bolivia tienen una fuerte dependencia
en el sector extractivo. Ninguno de estos países ha podido romper con
el extractivismo como fuente de ingresos y buscan constantemente la
siguiente bonanza. Como dice Alberto Acosta ex Ministro de Minas y
Energía de Ecuador:

Una y otra vez, en la historia de la república, se ha esperado la so-


lución de los problemas con la “llegada” de otro producto dispo-
nible en la naturaleza. El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung
–periódico alemán de circulación nacional– afirmaba en 1974
en su editorial, que Ecuador es como “un país corcho”, pues re-
petidamente encuentra un producto natural de exportación que
le permite reflotar su economía y superar la crisis precedente,
normalmente provocada por la caída de la producción y/o pre-
cios del producto dominante en su balanza comercial hasta ese
entonces.317

El Medio Ambiente
No obstante la Enfermedad Holandesa, la destrucción del medio am-
biente es el gran obstáculo para la recuperación socio–económica de las
regiones mineras. Para entender el problema hace falta mirar y explicar
el proceso de extraer un mineral de la roca y convertirlo en algo valioso
en el mercado. El proceso no es sencillo, pero hacemos un resumen de
la extracción minera.

De antemano se debe aclarar que cuando hablamos de gran minería en


América Latina y en Colombia, casi siempre nos referimos a minería
a cielo abierto y no a minería de socavones. Es decir, en vez de abrir
un túnel en la tierra y seguir la veta, la empresa abre un hueco enorme
de por lo menos 500 metros de ancho y extrae toda la roca que se en-
cuentra adentro de la montaña, destruyéndola para siempre. ¿Cuántas
toneladas de rocas extraería una empresa minera? Es difícil dar una

  Acosta, A. (2009) La Maldición de Abundancia, Ediciones, Quito, Abya-


317

Yala, pág. 35

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 215


Una mirada desde el SUR

Flor de la amapola

respuesta precisa, pues cada mina es distinta, pero hay promedios. En


el caso de Anglogold Ashanti se pueden hacer algunos cálculos, utili-
zando las mismas cifras de la empresa. En Cajamarca, Tolima, AGA
tiene un proyecto minero conocido como La Colosa. Según la propia
empresa esa mina tiene 12.3 millones de onzas troy de oro, equivalentes
a 382,542,300 gramos. La empresa también nos dice que hay un pro-
medio de un gramo de oro por tonelada de roca en la montaña. Así de
sencillo, la empresa moverá más de 382 millones de toneladas de roca
durante los 15 a 20 años de producción minera, ¡entre 19 y 25 millones
de toneladas al año!

He aquí el primer problema, la remoción masiva de la tierra. Esa tierra


es sacada para procesarla, luego de procesarla hay que botarla y guar-
darla en algún lado. Aunque parezca raro, no cabe de nuevo adentro de
la mina. Esas rocas se guardan en, lo que llaman, represas o piscinas
y las cubren con agua. Ocupan un enorme espacio en las tierras que
impiden que allí se vuelva a cultivar.

Las rocas son machacadas y pulverizadas en pedazos pequeños, que


llaman relaves o jales. Estas pequeñas rocas se amontan en una pila o
se metan en un tanque, se les aplica una solución de cianuro diluido en
agua durante un tiempo, a veces hasta tres meses. El cianuro, valga la
pena recordar, es un veneno que en cantidades muy pequeñas puede
216 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

matar un ser humano, menos de una


gota es más que suficiente. Pero las
empresas no proponen utilizar una
gota sino millones de kilos por año.
Anglogold Ashanti, aplica a nivel
mundial un promedio de cinco kilos
de cianuro por cada onza troy de oro
producido.318 Si aplicamos esta cifra
a la mina de La Colosa en Cajamarca
nos da una cifra final de 61.500.000
kilos de cianuro a lo largo de la vida
de la mina, ¡algo más de 4.000.000
kilos por año! El peligro para el
medio ambiente no puede ser más
claro.

El cianuro no se aplica sólo, como se


dijo se disuelve en agua. El agua es
una parte intrínseca del proceso mi-
nero y se debe entregar a la empre-
sa para la operación de la mina. Los
costos de extender el acueducto hasta
la mina suelen correr a cuenta del era-
rio público. Sin agua no puede haber
minería de ningún metal. El oro es el
metal que más agua consume, cuan-
do se mide en términos de la canti-
dad de metal producido. Anglogold
Ashanti, por ejemplo, utiliza un pro-
medio de 12 metros cúbicos de agua
por cada onza troy (31,101 gramos)
de oro producido.319 Si aplicamos este
Campesina caucana
318
  Todas las cifras de uso de agua, cianuro etc son tomadas de los Informes
a La Sociedad (Report to Society) que la empresa presenta periódicamente a
las Naciones Unidas. Por ser cifras de la misma empresa ellos pueden alegar
que no son ciertas. Son la base mínima para hacer cálculos sobre el daño que
puede hacer una mina. Puede como alegan algunos ambientalistas que las ci-
fras son inferiores a la realidad. De pronto, pero no dejan ser dramáticas estas
cifras y las usamos aquí porque la empresas no puede negarlas.
319
  Calculo hecho a partir de las estadísticas en sus Report to Society www.
anglogoldashanti.com

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 217


Una mirada desde el SUR

promedio a la mina que proponen abrir en Cajamarca, Tolima, vemos


que la mina utilizará aproximadamente 147 millones de metros cúbi-
cos de agua durante su operación. Según la FAO, una persona requiere
18.25 m3 al año para satisfacer sus necesidades. Aplicando esta cifra al
consumo de agua proyectado para Cajamarca se aumentaría el consumo
en el equivalente de unas 400.000 a 500.000 personas por año, en un
pueblo que según el censo del 2005 hay unas 20.000 personas. La mina
para ser rentable necesita esa agua y ya está mejorando el acueducto de
la zona. Sin lugar a dudas impactará en la producción agrícola en una
zona netamente agraria. El distrito de riego de Coello suministra la ma-
yor parte del arroz del país. A cambio de 500 empleos durante 15 años,
se pretende acabar con la agricultura de la zona.

En Cauca parece que sobra agua, allí nacen varios ríos grandes e im-
portantes para el país como son el Magdalena, el Cauca, Patía, el Ca-
quetá, y en Nariño también hay ríos importantes como el Putumayo.
Sin embargo, el agua no es tan abundante como parece en estos dos
departamentos. En muchas partes como en la zona calorosa de Patía o
en los fríos de Guachucal en Nariño, el agua escasea para la agricultura
e inclusive para el consumo humano. Existe el mito que a Colombia le
sobra agua, que tiene tantos millones de metros cúbicos por persona.
No es cierto, la mayor parte del agua dulce de Colombia es intocable y
de consumirla se dañaría de forma irreversible el medio ambiente y otra
parte, que fluye bajo la tierra ni siquiera es explotable. Si tomemos el
ejemplo de Nariño, donde hay casi mil títulos solicitados en concesión.
Imaginemos que sólo 10% de esos son exitosos y se encuentran gran-
des cantidades de oro, quiere decir que las empresas ya no emplearían
4 millones de kilos de cianuro al año sino 400 millones, y el consumo
de agua no será similar al que consumen 500 mil personas sino será ¡el
equivalente de 50 millones de personas en ese departamento! No hay
agua para tanta mina, diga lo que diga el Loro Santos. Ni siquiera si
sólo el uno por ciento de las concesiones tiene oro, pues resultaría con
el consumo adicional correspondiente a 5 millones de personas.

Tanta agua consumida y contaminada tiene un impacto directo sobre la


agricultura, los seres humanos, la flora y la fauna. La gran biodiversi-
dad de los dos departamentos está bajo amenaza debido, a la actividad
humana.
218 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

El inventario de fauna y flora marina muestra gran biodiversi-


dad de los espacios marinos y costeros de Colombia. En el Pa-
cífico hay 771 especies de peces, 412 de crustáceos decápodos,
963 de moluscos, 118 de equinodermos y 31 de corales. Hay 96
especies marinas y costeras en vías (sic) de extinción, vulnera-
bles o amenazados por la perdía del hábitat, la contaminación
del agua...320

Si le agregamos a la falta de tratamiento de aguas en la costa pacífica,


los desechos tóxicos de la minería que los ríos pueden llevar a las aguas
costeras, la situación actual podría empeorarse más aún.

El otro problema asociado con las minas es la contaminación del aire.


Como parte del proceso de extracción de oro, se someten los relaves a
un proceso de tueste. Tuestan las rocas para soltar el último gramo del
oro y en el proceso se liberan varios elementos contenidos en las rocas
y esas sustancias entran al aire, es decir, a los pulmones de las perso-
nas que respiran cerca de las minas. Entre los elementos que a veces
se escapan al aire se encuentra el mercurio. En cercanías a casi todos
los complejos mineros del mundo hay un mayor índice de infecciones
respiratorias, debido a las emisiones de los tostadores.

Claro, hay quienes dirán y no faltan los Loros que digan cualquier es-
tupidez, que el amo les enseñe, que las mineras tendrán mucho cuidado
con eso. Harán todo lo posible para evitar derrames o contaminación
de las aguas. Es ingenuo o cínico creer que una a empresa minera le
preocupa el medio ambiente, pues su actividad económica consiste en
destruirlo para bien o para mal. Pero aún si les damos algo de razón y
aceptamos que ellos harán un esfuerzo por no contaminar para no dañar
a su imagen y para cumplir con la ley, eso ¿qué nos dice de los acci-
dentes? Los derrames y accidentes también son comunes, más comunes
de lo que nos hacen creer las empresas con su propaganda y compra de
periodistas. La Anglogold Ashanti en su informe ante el pacto global
de la ONU reconoció 104 “incidentes ambientales” en el 2008, compa-
rados con 33 en el 2007. Entre 2004 y 2008, el 36% de los incidentes
ambientales trataban de emisiones de gases y 29% de rebosamientos/
descargas de líquido no autorizados, o sea, derrames.321
320
  Martínez Betancour, op. cit pág. 71
321
  AGA (2009) Report to Society 2008, AGA, pág. 166 www.anglogoldashan-
ti.com

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 219


Una mirada desde el SUR

Almaguer, Cauca

Los caminantes de la tierra caucana

220 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Cuando se acaba de sacar el oro, los relaves se guardan en represas.


Eso tiene un fin, y es evitar el Drenaje Ácido de Minas porque cuando
abran la montaña exponen los sulfatos en las rocas al aire y al agua y se
forma ácido sulfúrico. Ese ácido se drena (o lixivia para usar el término
técnico) hacia el campo y los ríos. Ese proceso puede durar décadas e
inclusive siglos y por eso guardan los relaves bajo agua en represas.
Es más, los relaves no sólo contienen ácido sino pequeñas cantidades
de plomo, cadmio, selenio, uranio, mercurio, arsénico y cobalto, entre
otros, además del cianuro sobrante del proceso minero. Si tenemos en
cuenta que la mina puede mover 25 millones de toneladas por año, las
pequeñas cantidades se suman y tienen un efecto notable. Esas represas
a veces se dañan y el líquido contaminado corre río abajo destruyendo
todo en el camino. Hay varios ejemplos al respecto.

En el 2000, 100.000 metros cúbicos de aguas contaminadas con cianuro


y metales pesados se derramaron en Baia Mare, Rumania, destruyendo
la vida acuática en un tramo de 250 km del río. Las empresas suelen
decir que no hay que preocuparse, pues el cianuro se descompone, pero
el asunto es más complejo. El cianuro se descompone y se combina
con otros elementos, pero no deja de ser tóxico. No es el caso que sim-
plemente el cianuro se vuelve menos tóxico y por lo tanto no debemos
preocuparnos.322

Los Loros, dirán que si eso llegara a suceder en Colombia, el gobierno


obligaría a las Empresas a remediar el daño y limpiar la zona. Es chis-
toso pensar que un gobierno que legaliza el robo de los pobres por los
ricos, a través del AIS obligaría a una poderosa multinacional pagar los
costos de limpieza ambiental. Los costos de estos accidentes se suele
pagar con el erario público, y no sólo en Colombia sino en el mundo.
Un buen ejemplo de lo que podría pasar en Colombia es el caso de Los
Frailes en España. En 1998, un pedazo del subsuelo de unos 20 metros
de ancho se movió apenas un metro. Esto provocó una ruptura en la
represa de 50 metros de ancho, echando entre 5 y 7 millones de metros
cúbicos de agua contaminada con ácido, metales pesados y otros dese-
chos del proceso minero. Unas 4,500 hectáreas fueron contaminadas
y también parte del parque natural de Doñana (declarado patrimonio
mundial por la ONU). La causa del colapso fue una falla técnica, de la
cual la empresa tenía conocimiento pero optó por ignorar. La empresa

  Véase Morán, R (2001) More Cyanide Uncertainties Lessons From the Baia
322

Mare, Romania, Spill – Water Quality and Politics, Washington D.C.Mineral,


Policy Center,

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 221


Una mirada desde el SUR

Boliden gastó unos U$12 millones en la limpieza de la zona y el gobier-


no central de España unos U$275 millones. Como se ve la mayor parte
del costo de limpieza recayó en el erario público. Es más, el gobierno
regional de Andalucía demandó a la empresa por U$89.9 millones y
perdió la demanda. El gobierno central exigió el pago de $45 millones
en multas y la empresa sencillamente se negó a pagar.323 Se debe tener
en cuenta que muchas de las minas que quieren abrir en Colombia se
encuentran en zonas de movimiento telúrico. Es muy concebible que el
subsuelo en Cajamarca mueva apenas un metro en algún momento y así
derrumbar la represa y tal como pasó en España la empresa luchará en
los tribunales para no pagar por los daños y en el remoto caso de una
multa puede negarse a pagarla. ¿Acaso la gente de Cauca ha olvidado
el terremoto de 1983? Si ocurre de nuevo todas las represas mineras
se vendrían abajo, vertiendo su veneno sobre los campos del depar-
tamento. Basta con la erupción de alguno de los volcanes en los dos
departamentos para que eso suceda.

Otro caso muy interesante es el de Summitville, EE.UU. Allí una em-


presa canadiense comenzó operaciones en 1986, pero, en menos de seis
años, cerró lo que parecía ser una mina muy rentable. La razón era
sencilla, hubo un derrame de aguas de una represa de la empresa, con-
taminando 27 kilómetros del río Alamosa y la industria pesquera de la
zona. La empresa se declaró en bancarrota y dejó una fianza de U$7.2
millones para pagar la limpieza. Sin embargo, en total costó U$200
millones limpiar el río, pagado por el erario público y no por la empresa
a pesar de que la suma de U$200 millones equivalía a las ganancias de
la empresa en los seis años que operó la mina324. Lo lógico habría sido
que pagara la empresa, pero no. Así no funciona. Rara vez pagan las
empresas por los daños que hacen. Eso lo suele hacer el Estado, o sea
el pueblo.

La minería no sólo la destruye paisajes hermosos, sino daña la capa-


cidad productiva agrícola de las regiones y además deja una cuenta
monetaria que deben pagar las comunidades de su bolsillo, o sea las
comunidades realmente les regalan dinero a las multinacionales y no al
revés. Inclusive, en los EE.UU. hay gran preocupación por los costos
reales de la minería. Como afirmó The New York Times:

323
  Repetto, R (2004) Silence is Golden, Leaden and Copper: Disclosure of
Material Environmental Information in the Hard Rock Mining Industry, Yale,
Yale School of Forestry and Environmental Studies, , pág. 11
324
  Tawney, L (2008) Sensible solutions www.sensiblemining.org

222 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Las grandes corporaciones mineras se aprovechan de agujeros


legales, crean subsidiarias que protegen sus activos, están desli-
gadas penalmente de la verdadera empresa madre y se aprove-
chan de un débil control federal para pasar a los contribuyentes
el costo de limpiar la contaminación resultante. Según diver-
sas fuentes, dicho costo en Estados Unidos, incluyendo las que
cerraron y siguen contaminando y las que están en operación,
fluctúa entre los 12.000 y 54.000 millones de dólares.325

Si es un problema para los EE.UU. donde las instituciones son más


sólidas y donde hay mayor veeduría ciudadana, ¿cuán fácil será en Co-
lombia? donde las instituciones son débiles, corruptas y bajo el dominio
total de las élites económicas del país.

Los Indígenas, Negros y la Minería


Los indígenas y negros, en la teoría, gozan de varios derechos para
protegerles de las depredaciones de las empresas mineras. Ellos están
cobijados por el Convenio 169 de la Organización Internacional de Tra-
bajo (OIT), el cual les da el derecho a la consulta previa. A primera
vista y en el imaginario popular eso les permite a negar el permiso
a una empresa minera a destruir su territorio, contaminar sus ríos y
desplazar a la población. Cuando los indígenas y comunidades negras
afirman esto, hacen una lectura más o menos acertada del contenido del
convenio, el problema reside en que el gobierno hace otra lectura y ha
sistemáticamente denegado el derecho de decir no. Para Uribe, Santos
y los demás gobernantes que han velado por el bienestar y la honra
de las multinacionales, la consulta previa sólo significa consultar a los
pueblos indígenas, pero si los indígenas dicen que no, prevalece lo que
decide el Ministerio de Minas. Por ejemplo, como justificación de su
negativa de firmar la carta de la ONU sobre los derechos de los pueblos
indígenas, el gobierno colombiano señaló:

El derecho de consulta indígena no es absoluto. Tanto la Cor-


te Constitucional como el Comité de Expertos de la OIT han es-
tablecido que la Consulta Previa no implica un derecho a vetar
decisiones estatales sino que es mecanismo idóneo para que los
  The New York Times (24/10/2005) citado en Acosta, A op.cit. Pág. 120
325

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 223


Una mirada desde el SUR

Una mirada desde el sur

Comunidades Comunidades Negras en el Congreso de los Pueblos

224 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

pueblos indígenas y tribales tengan el derecho a expresarse y a


influenciar el proceso de toma de decisiones.

El enfoque de esta Declaración frente al consentimiento previo


es distinto, y podría equivaler a un posible veto en la explotación
de recursos naturales que se encuentren en territorios indíge-
nas, en ausencia de un acuerdo, lo que podría frenar procesos
que son de interés general.326

No importa cuán equivocado esté el gobierno y su falta de conocimien-


to sobre la realidad de las leyes y tratados que cita arriba, su actitud es
que la consulta no es vinculante. Sin embargo, para otros el derecho a la
consulta previa “adquiere la connotación de derecho fundamental, pues
se erige en un instrumento que es básico para preservar la integridad
étnica, social económica y cultural de las comunidades de indígenas
y para asegurar, por ende, su subsistencia como grupo social”327 Este
derecho no es aplicado en lo más mínimo con relación a la minería. El
derecho supone que las comunidades estén libres de presiones de las
empresas y tengan toda la información disponible. Sólo para citar un
ejemplo de una sentencia de la Corte Constitucional

Que la comunidad tenga un conocimiento pleno sobre los pro-


yectos destinados a explorar o explotar los recursos naturales
en los territorios que ocupan o les pertenecen, los mecanis-
mos, procedimientos y actividades requeridas para ponerlos en
ejecución.

Que igualmente la comunidad sea enterada e ilustrada sobre la


manera como la ejecución de los referidos proyectos puede con-
llevar una afectación o menoscabo a los elementos que constitu-
yen la base de su cohesión social, cultural, económica y política
y, por ende, el sustrato para su subsistencia como grupo humano
con características singulares.328

Es obvio, para cualquier persona que haya pasado por un resguardo


o territorio indígena o los territorios colectivos de las comunidades

326
  Carta del Ministerio de Relaciones Exteriores a la ONIC sept 2007 ref:
DDH No. 49577/2732
327
  Rodríguez, G.A. (2008) La consulta previa, un derecho fundamental de
los pueblos indígenas y grupos étnicos de Colombia, en Revista Semillas No.
36/37, Bogotá, Grupo Semillas, pág. 4.
328
  Sentencia SU-039/97, citada en Rodríguez, G.A. (2008) op. cit.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 225


Una mirada desde el SUR

negras, que la gente no sólo desconoce los impactos de la minería so-


bre sus comunidades sino que ni siquiera saben a ciencia cierta cuáles
empresas han entrado a su territorio y con qué fin. En Samaniego, Na-
riño, algunos dirigentes indígenas cuentan como ellos han sorprendido
a ingenieros mineros en sus territorios sin saber quiénes eran o a que
venían. En un caso, unos geólogos entraron al resguardo indígena de
Sandé diciendo que venían para extraer unas muestras del lecho y de
las orillas del río, en el marco de una trabajo sobre los impactos del
invierno. Los indígenas supieron que era un engaño y los expulsaron
de su territorio. Quienes llevan la información a las comunidades son
las mismas organizaciones sociales, los mismos cabildos. Las empresas
mineras no han hecho esfuerzos reales para informar a la comunidad,
y las pocas veces que simulan informar, traen información falsa.
Esto no quiere decir que la consulta previa no se deba hacer, sino que
debe hacerse bien, con calma y al ritmo de la comunidad, no de la mul-
tinacional. Hay que exigir todos los datos de los proyectos, quienes,
donde, cuanto, y además el Estudio de Impacto Ambiental desde los
inicios. Cuando el Estado ignora el resultado, como lo hará sin duda, la
comunidad puede seguir con su pelea, pues la pelea no comienza al
final del proceso de consulta sino al principio e inclusive antes.

Trampas
Hay una trampa más en la legislación colombiana y es el derecho a la
prelación en el marco de la reserva minera indígena y la reserva minera
de las comunidades negras, estipulado en los artículos 124 y 133 del
código minero. Para ejercer el derecho a la prelación, o sea, el derecho
de explotar primero los minerales, la comunidad tiene que decir sí a
la minería. Luego no hay objeción que valga. Las multinacionales en
Cauca ya han contratado un ex asesor blanco del Cric para convencer
a las comunidades a ejercer su derecho a la prelación y según los testi-
monios prometieron pagar cualquier gasto incurrido en el trámite. ¿Por
qué razón pagaría una multinacional esos gastos? Y ¿Por qué razón han
contratado a una persona para promover el ejercicio de este derecho?

La respuesta está en el artículo 112 que trata de la terminación del


contrato. Dice el código lo siguiente:

Artículo 112. Caducidad. El contrato podrá terminarse por la de-


claración de su caducidad, exclusivamente por las siguientes causas:
226 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

b) La incapacidad financiera que le impida cumplir con las obli-


gaciones contractuales y que se presume si al concesionario se
le ha abierto trámite de liquidación obligatoria de acuerdo con
la ley;

c) La no realización de los trabajos y obras dentro de los térmi-


nos establecidos en este Código o su suspensión no autorizada
por más de seis (6) meses continuos;

g) El incumplimiento grave y reiterado de las regulaciones de


orden técnico sobre la exploración y explotación mineras, de hi-
giene, seguridad y laborales, o

i) El incumplimiento grave y reiterado de cualquiera otra de las


obligaciones derivadas del contrato de concesión;

Las comunidades negras e indígenas carecen, de entrada de capacidad


financiera y técnica, así su incumplimiento está casi garantizado y el
literal c) deja bien claro que el ritmo de trabajo lo decide el Estado. En
tales casos, el Estado puede revertir las concesiones. Será muy tarde
decir no a la minería, pues ya habrán dado su consentimiento. Es poco
probable que les quiten las concesiones a las comunidades y apro-
vecharán otro artículo sobre la celebración de contratos con terceros y
obligarán a las comunidades a llegar a acuerdos con las multinacionales.
Por esta razón contratan a personajes torcidos de la región para hacer el
trabajo sucio y convencer a las comunidades de abrir sus propias minas.

La Alternativa: No Hacer Nada


Los Loros del gobierno y las multinacionales siempre gritan al cielo,
¿pero cuál es su alternativa? Como si las comunidades tuviesen la obli-
gación de tener alternativas a la minería. Su alternativa puede ser nada.
Es como si llega el ladrón o el sicario con su pistola y le dice a su víc-
tima ¿pero cuál es su alternativa? La respuesta en ambos casos es la
misma, pues “no lo hagan, déjennos en paz”. No es tan raro decir que
no tienen alternativa. En algunas partes del mundo las mejoras prácticas
recomiendan que a la hora de hacer el Estudio de Impacto Ambiental
(EIA) la multinacional considere, estudie y presente la posibilidad de no
hacer nada. Es decir, ¿qué pasa si la multinacional no entra? Esa postura
es la que deben adoptar las comunidades, ¡Qué no se haga nada! Y que
las comunidades desarrollen sus propias planes de vida para la región
y que el gobierno coloque el dinero para facilitar el desarrollo agríco-
la de la economía campesina, que ponga la infraestructura para salud,
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 227
Una mirada desde el SUR

educación y cultura, o sea todo lo que prometió hacer después de cada


paro y nunca se hizo en ninguno de los departamentos. La alternativa
a la destrucción masiva del medio ambiente, la contaminación de los
ríos, el desplazamiento forzoso o legal, la pérdida de biodiversidad y la
destrucción de las cultura campesinas e indígenas, es no hacerlo, de la
misma manera que la alternativa al asesinato no es mocharle la mano a
una persona sino, dejársela con vida, tal como está.

Es más, el Estado y las multinacionales piden, o más bien exigen a las


comunidades que hagan sacrificios y corren con los costos de la limpie-
za para sacar un metal de la tierra que no necesitamos. Según el World
Gold Council, hasta el 2008 había 156 mil toneladas de oro sobre la
tierra y de eso 104 mil se extrajeron a partir de 1950. Si sólo tocamos
el oro extraído desde ese año y lo usamos en procesos industriales al
mismo ritmo de su consumo en el 2009, ¡hay suficiente oro para 237
años sin reciclar un sólo gramo! Y como se sabe el oro siempre se re-
cicla. La mayor parte de ese oro se encuentra en bóvedas bancarias en
lingotes o monedas y también como lo que llaman joyería de inversión,
o sea, joyas que no son para llevar puestas sino para guardar en una
caja fuerte como una inversión. Si sólo tocamos una parte de ese oro y
lo reciclamos hay oro para la eternidad sin tumbar ni un palo más, sin
envenenar un sólo río. Dejar la tierra tal como está, no nos hace falta
el oro. Es el caso con el oro, pero también con otros metales como el
aluminio. No hay límite a la cantidad de reciclajes que se puede hacer
con ese mineral y por lo tanto no hay necesidad de abrir más minas de
aluminio, podemos seguir reciclando lo que ya se extrajo, algo parecido
ocurre con el hierro y su conversión en acero.

La Pequeña Minería
La pequeña minería y la minería artesanal tampoco son una alternativa.
Como primer problema cada país define estas categorías de una forma
distinta y tampoco hay una definición muy rigorosa en Colombia. Bá-
sicamente, se define cada cual a su antojo. Así organizaciones como
el MOIR, por ejemplo, son muy flexibles en sus definiciones, en parte
porque su propia base social en el eje cafetero está compuesta por lo
que ellos llaman pequeños y medianos mineros. Dada la falta de con-
senso, podemos proponer una definición propia que manejan algunas
organizaciones. El minero artesanal es aquel, que batea o mazamorrea
para sacar el oro de los ríos sin el uso de químicos, como el mercurio. El
pequeño minero tiene cierto nivel de tecnificación y maquinaría, como
un entable, donde emplea químicos como el mercurio o cianuro. Hay
228 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

quienes ven en la pequeña minería una opción frente a la multinacional,


sin embargo:

El primer punto es que la denominación “pequeña” minería es


engañosa. El término se refiere a la escala de la explotación del
individuo y no de la minería como tal en determinada región.
Para la muestra está el caso de una de las minas más infames
del mundo: la mina de Serra Pelada en Brasil, inmortalizada en
las fotos de Salgado, muestran una escena dantesca que ni Ho-
llywood logra igualar en sus producciones. La vida real de Se-
rra Pelada era un infierno peor que la imaginación más febril
de los guionistas de California. El asunto es que en Serra Pelada
vivían y trabajaban entre 80.000 y 100.000 personas en los años
ochenta, todos ellos pequeños mineros o garimpeiros como se
conocen en Brasil. Aunque esa mina puede parecer excepcional
por su tamaño, en el mundo hay entre 11.5 y 13.0 millones de
pequeños mineros, de los cuales entre 1.4 y 1.6 millones se en-
cuentran en América Latina y el Caribe, sin mencionar regiones
como Wassa West en Ghana donde trabajan actualmente casi
300.000 galamsey. Vale la pena anotar que en Colombia la mine-
ría no es una actividad dispersa, ella se encuentra concentrada
en determinadas zonas que hacen de su existencia un problema
más complejo.329

Todas esas zonas de grandes concentración de pequeños mineros están


altamente contaminadas y son muy violentas. No hacía falta una mul-
tinacional en esas zonas. En Serra Pelada, una vez agotada la mina, los
pequeños mineros dejaron un paisaje lunar como regalo a la comunidad
y la población cayó a apenas 6.000 personas. La pequeña minería no es
amiga del medio ambiente.

Es un problema para las comunidades mineras, como las de Buenos Ai-


res y Suárez en Cauca, o Magui Payán, Tumaco o Barbacoas en Nariño.
Varias organizaciones incluyendo organizaciones mineras, han tomado
una postura de defender la permanencia en el territorio de las comuni-
dades mineras y a la vez oponerse a la expansión de la frontera minera
hacia las zonas agrícolas de los departamentos. De todas formas, esas
comunidades mineras tienen que buscar una salida distinta a la minería,
pues tarde o temprano se acaba el oro, cae la producción y cuando eso
pase, la gente se irá de la región a buscar suerte en otro lado, con otra

Ó Loingsigh, G. (2010) ¿Será buena la pequeña y mediana minería? En Se-


329 

millas, Octubre 2010, No. 42/43, Bogotá, Grupo Semillas, pág. 49.

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 229


Una mirada desde el SUR

mina o trabajando en algún monocultivo, como la palma. Tal como es


el caso con la coca, se defiende a la comunidad y su sustento económico
más no a la actividad con que ganan su pan. Cuando se anunció el Plan
Colombia nadie defendió el narcotráfico sino a las comunidades, nadie
habló de las bondades del narcotráfico, ni de la cocaína. Sucede o debe
suceder lo mismo con la pequeña minería, a defender las comunidades,
pero no las supuestas bondades de la actividad económica. Los peque-
ños mineros son pobres, como los que entrevisté en Bolívar, Cauca que
ni siquiera ganan un sueldo mínimo. Debemos tener claridad sobre la
pequeña minería, no se puede pedir a las comunidades que dejen de ser
mineros hasta que haya una alternativa para ellas y ese proceso será
demorado. Mientras tanto hay que concertar con las comunidades las
medidas de protección ambiental y el desarrollo de una alternativa que
les garantice su permanencia en el territorio.

La alternativa real es un modelo de producción agrícola distinta a la


actual, tal como se trató en el capítulo anterior: un modelo económico
distinto, como afirman Rankin y Roa:“el debate sobre los impactos de
la gran minería en la soberanía alimentaria es esencialmente un anta-
gonismo entre visiones de sociedad contrapuestas.”330 Se debe defender
la producción de alimentos en las tierras fértiles del país y no la des-
trucción de esas tierras para sacar oro y luego comprar en el exterior lo
que antes se producía en la región. La lucha contra la gran minería no
es distinta a la lucha por la tierra, el agua, contra el TLC. No se pueden
separar una de la otra, y allí la contradicción de algunos miembros del
Partido Liberal, como Horacio Serpa, que se han pronunciado en contra
de determinados proyectos mineros. Todos los gobiernos que han apo-
yado y acentuado la liberalización de la economía tienen la culpa por el
actual problema minero que padece el país.

  Rankin, A.J. y Roa, C.G. (2010) Alternativas de producción local de alimen-


330

tos frente a la gran minería. En Semillas Octubre 2010, No. 42/43, Bogotá,
Grupo Semillas, pág. 39

230 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Sólo cuando haya muerto el último árbol
y se haya contaminado el último río
y sacado el último pescado
nos daremos cuenta
que no se puede comer el dinero.

Proverbio del grupo indígena Cree

12
El Agua: El Oro Azul
Desde hace tiempo el agua ha estado en el centro de las políticas inter-
nacionales. Los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas declaran
que su meta es reducir en 50% el número de personas que no tienen ac-
ceso a agua potable y saneamiento básico en aras de reducir la pobreza.
Sin embargo, el debate internacional sobre el agua tiene poco que ver
con un deseo de reducir la pobreza en el mundo, aunque se suele es-
conder el tema con los debates sobre la pobreza. En Colombia, se están
implementando los llamados Planes Departamentales de Agua (PDA)
con el argumento de extender el servicio de agua a los pobres.

Como sucede con la minería, el agua es un asunto de orden interna-


cional y para entender lo que pasa en Nariño y Cauca, departamentos
productores de agua, hay que mirar el escenario internacional y los in-
tereses en juego fuera del país. Para el campesino el agua es tan natural,
llueve, riega los campos, va al río donde se baña y las quebradas de
donde se saca el agua para consumir. Pero no, el agua no es tan natural,
para las multinacionales y sobre todo los países europeos, es una mer-
cancía. De la misma manera que el país ha sido invadido por empresas
Una mirada desde el SUR

mineras en busca de oro, hay otras multinacionales europeas que vienen


en busca del Oro Azul.

En 1992, se reunieron los gobiernos en Dublín, Irlanda. De dicha


conferencia salió una declaración con cuatro principios para guiar
las políticas internacionales frente al agua. El primer principio de esa
conferencia reconocía la importancia del agua:

Principio No. 1 Agua dulce es un recurso limitado y vulne-


rable, esencial para sustentar la vida, el desarrollo y el medio
ambiente.331

Hasta aquí no hay problema, aquí se reconoce que es un recurso limita-


do, o sea, no hay tanta agua para que lo usemos a nuestro antojo, sino
tenemos que cuidarla, porque se puede acabar. El segundo principio
apela a la participación de todos los sectores en la planeación y ejecu-
ción de las políticas de agua, algo no ha pasado en ninguna parte salvo
en algunos casos donde la gente se movilizó en contra de sus propios
gobiernos. El tercer principio reconoce el papel de la mujer y también
apela a incluirla en los procesos de participación. Aunque eso es bien-
venido, se debe tener en cuenta que algunas agencias y entidades creen
que es más fácil presionar a las mujeres para pagar por agua limpia, y
su interés en la participación de la mujer no es para liberarla sino para
poder presionarla. El cuarto principio es el más problemático y el que
nos debe preocupar.

Principio No. 4 – El agua tiene un valor económico en todos sus


usos encontrados y se debe reconocer como un bien económico.

Los cuatro principios juntos reconocen la importancia del agua para el


ser humano, pero este último principio, define la realidad de las polí-
ticas de agua a nivel internacional. El Banco Mundial luego adoptaría
la misma postura, tratando el agua como una mercancía. Es un bien
económico esencial, como lo es el petróleo. Y sabemos que no todo el
mundo tiene el mismo acceso al petróleo. El petróleo se vende al que
tenga más dinero, su consumo no le está garantizado a nadie y, además,
los EE.UU. y la Unión Europea se auto–proclaman con el derecho de
invadir a otros países que interrumpen el suministro del crudo. Las im-
plicaciones para las comunidades son claras y dramáticas. Si el agua es
un bien, el Estado lo puede vender a quien quiera y, además, las em-
presas tienen el derecho de exigir comprar en igualdad de condiciones
331
  The Dublin Statement on Water and Sustainable Development, 1992

232 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

que los ciudadanos, así una empresa minera puede exigir que el Estado
colombiano le venda el agua del Macizo, pues los bienes económicos se
ponen en venta, como es natural en un estado de libre mercado. Y como
con el petróleo quien tenga más dinero, más compra y el que menos
dinero tiene no compra.

La declaración de Dublín es el contexto histórico e internacional de


las actuales políticas del gobierno colombiano que no llegó sólo a este
punto, porque ha tenido el acompañamiento del Banco Interamericano
de Desarrollo y el Banco Mundial. Ambas instituciones prestan dinero
a los gobiernos para mejorar su infraestructura en materia de agua y
saneamiento básico. En el caso del BID, 66% de sus préstamos tienen
como condición que el gobierno facilite la entrada de capital privado
al sector. Es más, 64% de los préstamos obligan a los gobiernos a au-
mentar las tarifas, aunque no lo llaman así en la propaganda oficial se
habla de recuperación de costos. Que lo llamen como quieran, al final
del día el consumidor acaba pagando más por el agua controlada por
una empresa privada.

Como pasa con la minería, el Estado colombiano lleva un buen rato


preparándose para el día en que pueda privatizar el agua en Colombia,
desde los tiempos de Pastrana, por lo menos. Los ministros han hecho
varias declaraciones para tranquilizar a la población sobre sus intencio-
nes de no privatizar el agua, pues, en un sentido estrictamente técnico,
el agua no se privatiza, de hecho el agua no se puede privatizar, lo que
se privatiza es el suministro. La empresa le cobra a uno porque tantos
litros de agua pasaron por sus tubos y fueron sometidos a un tratamien-
to. El usuario paga al final del día, bien sea por el agua como tal o por
su suministro, y la empresa saca su tajada. A pesar de las declaraciones
en el sentido contrario, los documentos Conpes dejan muy claro que sí
quieren privatizar el servicio de agua. El Conpes 3253 es un documento
muy importante y su titulo no deja lugar para dudas: Importancia es-
tratégica del programa de modernización empresarial en el sector de
agua potable y saneamiento básico. En sus primeras, líneas el Conpes
reafirma que se trata de su “política de promoción a la participación
del sector privado (la negrilla es nuestra) en los servicios de agua pota-
ble y saneamiento básico.”332 Pero la participación de las empresas pri-
vadas no significa que las empresas pondrán su dinero para invertir en
los acueductos, sino que estos serán financiados con fondos públicos.
  Conpes 3235 pág. 3
332

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 233


Una mirada desde el SUR

Es así como, cuando la generación de recursos por los recaudos


tarifarios puede soportar únicamente los costos de administra-
ción, operación y mantenimiento, el contrato será de gestión y
operación exclusivamente. En el otro extremo, cuando las tarifas
acordadas generen unos excedentes que puedan soportar todas
las inversiones requeridas para la expansión de los sistemas, el
contrato tomará las características de una concesión. No obs-
tante, en la mayoría de los casos, los contratos se sitúan en un
término intermedio, lo cual implica que el operador comprome-
ta una parte de las inversiones y el resto se cubra con aportes
públicos, tanto del municipio como del Gobierno Nacional.333

Así se explica que las empresas privadas tendrán el manejo de los


acueductos no rentables y el Estado les pagará por manejar algo que
el mismo Estado o la comunidad podría manejar sin problema algu-
no. De hecho en la ciudad de Saravena, Arauca hay una experiencia
interesante de empresas comunitarias manejando el agua entre otros
servicios públicos. El gobierno en vez de apoyarlos, les declaró la gue-
rra, enviando auditores e inspectores cada dos por tres para hostigarlos.
Cuando el acueducto es rentable, el gobierno en vez de quedarse con la
empresa y recibir sus ganancias lo entrega gratis a la empresa privada.
Bueno, gratis es decir mucho, primero el gobierno invierte los fondos
públicos para poner el acueducto al día y luego lo entrega, gratis para
la empresa pero a un costo enorme para el erario público. El gobierno
de Uribe desarrolló ésta política en el Conpes 3463 que tiene el gran-
dioso titulo de Planes departamentales de agua y saneamiento para el
manejo empresarial de los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo.
No hay lugar a dudas que los Planes Departamentales de Agua tratan
del manejo empresarial y el documento nos recuerda que “La Ley 142
de 1994, estableció que la prestación de los servicios debe llevarse a
cabo a través de empresas de servicios públicos (E.S.P.) constituidas
por acciones y por organizaciones autorizadas en zonas rurales o áreas
urbanas específicas. Sólo en casos excepcionales los municipios pueden
prestar de forma directa los servicios...”334 lamenta que haya muchos
municipios que siguen prestando directamente el servicio, la dispersión
del servicio, es decir, de los acueductos comunitarios. El documento
es muy claro sobre quién va a pagar por los acueductos que pretende
entregar a empresas privadas.

  Ibíd pág. 6
333

  Conpes 3463 pág. 3


334

234 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

El Plan Departamental se financiará principalmente con apor-


tes del Departamento, los municipios, las Corporaciones Au-
tónomas Regionales y con aportes de la Nación, como comple-
mento al esfuerzo local y regional, y de acuerdo con los cupos
de endeudamiento autorizados por las respectivas Asambleas
Departamentales.335

No puede haber duda, lo paga el pueblo. En el Plan Nacional de De-


sarrollo, bajo el rubro regional de Inversiones sectoriales de entidades
territoriales dentro y fuera del plan departamental de agua se aparta
la suma de 333.410 millones para Nariño, y de eso el sector privado
sólo pondrá 62.221 millones, o sea el 18.6%.336 En el caso de Cauca se
apartan apenas 26.043 millones,337 todo proveniente de fondos públi-
cos. ¿Qué pasa si la gente no quiere pagar para mejorar un acueducto
que manejará una empresa privada que no ha puesto ni peso? Es una
pregunta lógica, ¿por qué tiene que pagar el erario público? Esta políti-
ca se enmarca en una estrategia internacional, que exige que el Estado
subsidie y subvencione a las empresas privadas. Aunque la mantra neo-
liberal es de reducir el papel del Estado, es engañoso, pues se reduce el
papel del Estado en la provisión de salud, educación, y subvenciones
para los pobres, pero su papel en utilizar fondos públicos para mejorar
la rentabilidad de las empresas privadas ha aumentado. Por eso, los
municipios son obligados a comprometer sus recursos futuros para el
beneficio de la empresa privada.

Recursos Ley 715 de 2001: Los municipios que participen en el


Plan Departamental de Agua y Saneamiento, deberán compro-
meter un porcentaje mínimo del 60% de los recursos asigna-
dos al sector de agua potable y saneamiento básico destinados
a inversiones en infraestructura y cubrimiento de subsidios.
Los recursos serán transferidos de manera directa a la Fidu-
cia conformada para la ejecución del Plan de acuerdo con los
procedimientos definidos por la Ley. 338

Por si acaso algún municipio decide no aprobar el Plan Departamen-


tal de Aguas, el gobierno nacional ha amenazado con cortarle las

335
  Ibíd pág. 19
336
  DNP (2011) Regionalización Plan Plurianual de Inversiones 2011-2014,
Nariño. www.dnp.gov.co
337
  335DNP (2011) Regionalización Plan Plurianual de Inversiones 2011-
2014, Cauca www.dnp.gov.co
338
  Ibíd pág. 21

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 235


Una mirada desde el SUR

transferencias del Estado y pasarlas a la gobernación para que esté se


haga cargo de la inversión en acueductos. Es una medida antidemocrá-
tica, se privatiza o se privatiza. Aún así en el Cauca cuatro municipios
decidieron no aprobar el PDA. Las razones, y como lo hicieron son
interesantes no sólo por la experiencia de resistencia sino porque quedó
al descubierto la naturaleza antidemocrática del PDA.

Sin embargo, en cuatro pueblos en el Cauca,donde en un ejercicio de la


democracia,se han negado a aprobar el PDA. Estos son Corinto y Cal-
dono en el norte del departamento y Sucre y Almaguer en el Macizo. En
el proceso de Sucre, vemos la democracia en acción y el desdén de las
élites con sus maniobras anti–democráticas.

Inicialmente, la gente de Sucre aplaudía al PDA, pues les habían dicho


que habría agua tratada para todos. Sin embargo, varios concejales y
dirigentes de la zona se organizaron e hicieron una capacitación de la
gente sobre el tema. Poco a poco el pueblo comenzaba a ver la realidad,
no habría agua para todos y sí habría un negocio muy rentable para unos
cuantos. Organizaron cuatro foros sobre el tema del agua e invitaron a
las autoridades, incluyendo al gobernador, quien nunca asistió, aunque
sí mandó funcionarios de la Secretaría de Planeación. El alcalde, mos-
tró su desprecio para los que lo eligieron y nunca asistió a ninguno de
los foros, es tan incompetente que según cuentan, el alcalde no hizo
nada frente al tema del agua hasta el año 2009. Lo que hizo posible es-
tos foros en Sucre, no fue sólo el hecho de tener concejales progresistas
y pensantes, sino que el pueblo ha vivido varios procesos de consulta
democrática, como lo explicó un líder de la zona “la gente se acostum-
bró a ser consultada”, lo cual muestra la importancia de trabajo de largo
plazo en vez de alianzas coyunturales.

El alcalde no se dio por vencido en su batalla contra la democracia,


e intentó crear una empresa mixta para manejar el agua, a pesar de
que la mayoría de los concejales lo rechazaron y optaron por crear una
asociación para manejarla. Las empresas mixtas incluyen, como indica
su nombre capital privado y no son más que un intento de privatizar el
agua a plazos. Los accionistas fueron escogidos a dedo, o sea no era el
caso que cualquiera pudiera comprar acciones. Todo se hizo a espaldas
del pueblo a diferencia de la actividad de los promotores de los foros,
quienes fueron muy públicos en sus actividades. Además, según los ha-
bitantes de la zona, algunas personas utilizaron fondos públicos para
comprar sus acciones. Las facturas emitidas no cumplían con la norma-
tiva, les llegaba una fotocopia sin código, e inclusive emitieron facturas
236 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA
Gearóid Ó Loingsigh

a personas que ni siquiera tienen acueducto. Frente a este problema, se


convocó a una campaña de desobediencia civil de no pagar las facturas
y sólo 38% de la población siguió pagando. En los foros la gente se
pronunció en contra de la privatización de su agua y el concejo votó dos
veces contra la moción de aprobar el plan. Pero el alcalde insistió y
volvió a presentarlo. La democracia no cuenta para nada, la democracia
cuenta para tan poco que ni siquiera presentó el plan que quería que se
aprobara, ¡los concejales nunca vieron el Plan Departamental de Aguas
para su municipio!. Por fuera de la cuestión de la democracia y el dere-
cho a ser consultado, los líderes de la zona hicieron los cálculos: les sale
más barato pagar por la construcción de un acueducto bien hecho que
pignorar los recursos del municipio y, además, si Sucre lo hace por sí
mismo no pierden el control sobre esos recursos ni sobre los planes. Si
entregan sus fondos al Estado no hay garantía que el nuevo acueducto
esté acorde con las necesidades de la gente.

En Almaguer, el proceso fue algo más sencillo. Allí también celebraron


varios foros donde la gente pudo discutir, debatir y ver la realidad del
PDA y lo que significaría para ellos. Con toda la información a mano,
y no sólo con las mentiras oficiales, el pueblo decidió no apoyarlo. El
alcalde en un acto muy democrático decidió que el pueblo ya se había
pronunciado sobre el plan y ni siquiera lo presentó al concejo. Es in-
teresante que en los únicos pueblos donde se ha podido decidir demo-
cráticamente sobre el agua, la gente no quiso saber nada del plan del
gobierno para privatizar el agua.

Alternativas
Ante todo hay que reconocer que la falta de acueductos y plantas de tra-
tamiento en los dos departamentos es producto de la política estatal de
ignorarlos. Nunca se preocuparon por el tema de agua, porque pensaba
que no era un negocio rentable. Los eruditos Doctores de Bogotá y sus
subordinados en Pasto y Popayán se dieron cuenta que hay un negocio
multimillonario de por medio y quieren una tajada de lo que entregan
a la multinacional. Basta con mirar a una sola empresa para entender
la dimensión del negocio. Suez es una de las empresas más grandes
del sector. Tiene 218.350 empleados en 70 países, de los cuales 62.900
trabajan en el sector de electricidad y gas natural y 155.450 en servicios
como el agua y saneamiento básico. En el 2010 tuvo ingresos por el
valor de 84.500 millones de euros. Y como el gobierno colombiano, la
empresa sabe engañar, no habla de venta de agua o venta del suministro
HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 237
Una mirada desde el SUR

de agua sino de “cuidar el medio ambiente” y la sección de la empre-


sa encargada del agua y deshechos se llama Suez Environment (Suez
Medio Ambiente) y tiene 79.500 empleados, la mitad del total de Suez
dedicados a servicios. La industria mueve más de 800.000 millones de
dólares por año.

Biwater es un ejemplo claro de cómo operan las empresas de agua en el


mundo. La empresa fue patrocinada por el gobierno derechista de Mar-
gare Thatcher en Gran Bretaña, recibiendo jugosos contratos. La actitud
que tiene Biwater es, como algunas declaraciones de Uribe, exageradas
y a veces diciendo lo que piensa. La empresa no esconde que su nego-
cio es el agua y a diferencia de otras empresas no inventa eufemismos,
como Medio Ambiente, sino reconoce que el agua es su negocio. En
África, la empresa se retiró de un acueducto porque la tasa de ganancia
no satisfacía su codicia. Y como muchas empresas es un beneficiario
del saqueo de los recursos públicos. El gobierno de Tanzania pidió prés-
tamos por la suma de U$145 millones para mejorar la infraestructura
del acueducto, Biwater puso apenas $6.5 millones, principalmente para
los medidores de consumo, para saber cuánto cobrar a la gente. Quie-
nes pagaron por el acueducto eran los tanzanianos, y además pagaban
el interés sobre el agua.339 Es precisamente lo que vienen a hacer en
Colombia con todos los préstamos que han recibido para involucrar el
sector privado en el negocio del agua. Inclusive, dieron un préstamo
al gobierno para “reformar” el sector. Entonces el BM dio el dinero,
y el gobierno colombiano lo usó para contratar a varios consultores
privados, quienes les dijeron que es mejor privatizarlo y para esa joya
de consejos pidieron U$50 millones, deuda que paga el colombiano co-
mún, más los intereses. Con los PDA pasa lo mismo. El dinero que no
tiene el gobierno lo pide prestado del BID y el BM y el colombiano co-
mún paga esa deuda mientras la empresa privada se queda con el acue-
ducto. Se paga por el agua varias veces: con el préstamo, los intereses
cobrados, los arreglos cuando se hace algún daño a la infraestructura, y
cuando se consume el agua.

  Public Citizen (2003a) Biwater a corporate profile, Public Citizen, Wash-


339

ington www.wateractivist.org

238 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Fracasos
En los años noventa se privatizó el agua de Buenos Aires, Argentina.
El BM declaró la privatización un éxito total. Sin embargo, la realidad
para los argentinos era otra. La empresa compró a los sindicatos ofre-
ciéndoles 10% de las acciones de la empresa y así el sindicato aceptó
reducir en 50% la planta de trabajadores. Pero lo más grave para el con-
sumidor fue que la empresa Suez, fungiendo como Aguas Argentinas,
prometió reducir las tarifas en 20% pero lo que hizo fue aumentarlas en
un 27%.340 El factor más común en las privatizaciones es el aumento de
tarifas. No sólo en Colombia o Argentina sino en todo el mundo. Otro
ejemplo es lo de Cochabamba, Bolivia. En 1999 la empresa norteame-
ricana Bechtel recibió un contrato de 40 años para suministrar agua. En-
seguida las tarifas aumentaron estrepitosamente, entre 100% y 200%.
A los campesinos les llegaban facturas que representaban un 20% más
del sueldo mínimo.341

Hay comunidades que han resistido a la embestida de las empresas


que quieren usurpar el derecho al agua de las comunidades. En vez de
privatizar el agua lo que han hecho son alianzas, públicas–públicas, o
sea entre dos entidades del mismo Estado. En el caso de Huancayo,
Perú, ciudad cuya agua tenía que ser privatizada como condición de
un préstamo de la banca multilateral, la gente se organizó y resistió.
El sindicato de la empresa estatal de argentina ABSA en solidaridad
con el pueblo peruano inició un proceso que resultó en la firma de un
convenio entre su empresa y el municipio de Huancayo para asesorarlo
en el manejo público de agua. Hasta hoy, el programa ha funcionado,
y no es una excepción. La mayoría de los acueductos del mundo son
públicos, inclusive en los EE.UU. el agua es manejada por empresas
públicas. El pueblo colombiano puede seguir el camino de la privatiza-
ción y el aumento de costos y tarifas o puede, como muchos pueblos,
optar por agua pública buscando alianzas internacionales de solidaridad
como la gente de Huancayo. El primer paso en ese camino es rechazar
frontalmente los planes departamentales de agua.

340
  Public Citizen (2003b) Water Privatization Fiascos: Broken promises and
social turmoil, Public Citizen, Washington pág. 2 www.wateractivist.org
341
  Ibíd pág. 5

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 239


La independencia sola
el gran clamor no acalla:
si el sol alumbra a todos
justicia es libertad.

Himno Nacional de Colombia

13
Conclusión

La historia de Nariño y Cauca está configurada por una prolongada lu-


cha de los sectores populares para mejorar sus condiciones de vida.
Estas luchas han involucrado a los campesinos, indígenas y comunida-
des negras, otros sectores a lo largo del siglo XX y lo corrido de este si-
glo. Casi se podría copiar las demandas de las organizaciones sociales
de cualquier década y trasladarlas a cualquier otra y nadie notaría
la diferencia. Las demandas no han cambiado sustancialmente, tierra,
reforma agraria, electrificación, salud, educación. La falta de cambios
en las demandas no se debe a una falta de imaginación por parte de las
clases populares sino porque nunca se han satisfecho las necesidades
básicas de la mayoría de la población.

Los gobiernos no han cambiado y no cambiarán, eso han demostrado una


y otra vez, y los apellidos de los gobernantes tampoco cambiarán. La
respuesta de las comunidades a la falta de progreso se expresa en los
paros, pero los paros no han sido suficientes, pues son coyunturales y
por ser regionales son derrotados. Hace falta que las organizaciones se
unifican. Los años noventa vieron paros en todas partes de Colombia,
Una mirada desde el SUR

unos en un mes otros unos meses después. Inclusive, en Nariño, se hace


un paro en el piedemonte costero y casi el día después comienza en
el norte de Nariño y Cauca otro paro con demandas muy parecidas.
Esto ha sido una debilidad de las organizaciones sociales, no sólo en el
suroccidente sino en todo el país.

Es evidente que la respuesta estatal y la represión son constantes en


la historia del país. Ante cualquier intento de reclamar sus derechos,
el Estado recurre al engaño, la mentira, y a la violencia, enviando a la
Fuerza Pública a atacar a inermes civiles. Hoy, el peligro de recurrir a
la violencia es mayor que antes. Se fue el bravucón de Uribe, pero sus
políticas principales siguen, siendo la minería la más grave y peligrosa
en estos momentos. Si la historia de Cauca y Nariño nos ha ensenado
algo es la importancia de la unidad frente al gobierno, pero también
nos pone varios retos de cómo superar los problemas del pasado, como
diseñar estrategias que no caigan en paros que terminen negociando a
puerta cerrada, en términos desventajosas para el pueblo. Y el reto ma-
yor, cómo buscar no sólo una unidad entre las organizaciones sociales
de Cauca y Nariño, sino como construir una unidad nacional contra las
políticas estatales con propuestas que vayan más allá de lo coyuntu-
ral, lo electoral y las necesidades concretas de cada organización sino
que aborden lo estructural, donde las necesidades del pueblo estén por
encima de las organizaciones.

Esta tarea está por hacer, organizaciones como el CNA pueden aportar
mucho en la búsqueda de esa unidad y de hecho ya participa en va-
rios espacios internacionales como la Coordinadora Latinoamericana
de Organizaciones del Campo (CLOC), Vía Campesina y a nivel na-
cional La Minga y el Congreso de Los Pueblos. El tiempo dirá si esas
experiencias de unidad están a la altura o si hay que hacer cambios. Lo
más importante es la voluntad de discutir sobre la unidad. Este libro es
un pequeño aporte a los debates sobre la historia popular y los retos y
amenazas que enfrenta el pueblo colombiano para obtener lo que no ha
tenido el país en 200 años de la mal llamada independencia, es decir la
justicia, pero la justicia nunca será regalo de los Doctores.

Gearóid Ó Loingsigh

Bogotá, septiembre 2011.

242 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Índice de tablas
Tabla 1
NBI de una selección de municipios de Nariño 32

Tabla 2
Tasa de Mortalidad Infantil.  59

Tabla 3
Población Indígena 72

Tabla 4
Tenencia de la Tierra de los Indígenas.  73

Tabla 5
Hechos violentos según tipo de actores y número de víctimas.  89

Tabla 6
Asesinatos según tipo de actor y número de víctimas.  89

Tabla 7
Infracciones a los derechos humanos del pueblo Awá.  90

Tabla 8
Cifras de guerrilleros removidos del conflicto  145

Tabla 9
Cultivos de Coca en hectáreas  154

Tabla 10
Diez Municipios de Colombia con mayor cantidad de coca 2009  154

Tabla 11
Hectáreas de amapola 2009  155

Tabla 12
Área Fumigada (hectáreas)  156

Tabla 13
Cálculos de la ONU de consumidores de drogas 163
Una mirada desde el SUR

Tabla 14
Importaciones mexicanas 1994  177

Tabla 15
Importaciones mexicanas 2004 177

Tabla 16
Importaciones de Maíz procedentes de los EE.UU. 178

Tabla 17
Importaciones de trigo de los EE.UU. y Canadá.  179

Tabla 18
Exportaciones colombianas de banano 2008. 180

Tabla 19
Transferencias de armas a Colombia 2003 –2010  196

Tabla 20
Producción de Oro en Kilos en Cauca y Nariño  202

Tabla 21
Consumo Principal de Oro  204

Tabla 22
Perú Posición de Producción Minera 2008 212

244 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

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Guapos

El Colombiano (25/11/1999) Bloqueo deja 15 muertos: Mininterior

El Colombiano (25/11/1999) Separata, Sin ruta al SUR

Desde Abajo (07/11/2008) El debate con Uribe en La María... Sólo excusas y


pretextos

Diario del Huila (06/06/2011)Triunfo de la cadena láctea popular y la


seguridad alimentaria

El Espectador (23/11/1999) Estamos secuestrados

El Espectador (09/03/2010) Condenan a ex alcalde de Mercaderes, Cauca,


por parapolítica

El Espectador (22/06/2011) Las cosas no están quietas

El Liberal (04/11/1999) Sitiada Popayán

El Liberal (04/11/1999) Gestos de paz en la Panamericana,

El Liberal (05/11/1999) Hoy, llega comisión,

El Liberal (23/11/1999), No se pueden inventar recursos.

El Liberal (26/11/1999) ¡Despeje!

El Liberal (27/11/1999) De regreso a casa

El Liberal (16/03/2010) Ganadores y perdedores de la jornada democrática,

El Tiempo (24/06/1995) Paro Termina En Saqueo Y Pedreas En Barbacoas,

El Tiempo (26/061995) Hambre Y Sed Se Suman Al Paro En Nariño

El Tiempo (19/06/1995) Exigen Comisión Del Gobierno Para Levantar Paro


En Nariño

El Tiempo (29/06/1995) Con Promesas, Terminó Paro En Nariño

El Tiempo (05/12/1996) Encerrona A Alcalde De Ipiales

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 251


Una mirada desde el SUR

El Tiempo (27/10/1999) Once Municipios Están Aislados Por Bloqueo A La Vía


A Tumaco

El Tiempo (14/11/1999) Ciudad Sitiada

El Tiempo (03/12/1999) El mal manejo del paro del sur. Todo el mundo perdió

El Tiempo (09/08/2006) Los cinco indígenas Awá asesinados en Altaquer


huían de la guerra en Nariño,

El Tiempo (14/10/2008) Dos muertos y más de 70 heridos es el balance de


segundo día de choques entre indígenas y Policía

El Tiempo (16/10/2008) Presidente Álvaro Uribe les dice a los indígenas que
deben pedir perdón a policías y soldados

El Tiempo (05/11/2000) El Camino De Quintín Lame Al Taita Floro

El Tiempo (13/02/2001) El Bordo, En Toque De Queda Por Los Paras

El Tiempo (13/04/2004) Estoy Convencido De La Buena Fe Del Ejército

El Tiempo (06/05/2008) Ejército reporta muerte de presunto cabecilla del Eln


en el sur del Cauca,

El Tiempo (19/11/2008) En un carnaval se convirtió el ingreso de la minga


indígena a la Universidad Nacional de Bogotá,

El Tiempo (17/12/2008), Presidente Uribe lamenta la muerte de esposo de


consejera Mayor de la Cric

El Tiempo (22/12/2008) Versión militar sobre muerte de Edwin Legarda fue


cuestionada por la Defensoría

El Tiempo (17/10/2009) Más de dos mil colombianos habían sido asesinados


en falsos positivos, según informe de la Fiscalía

El Tiempo (11/07/2011) En Colombia la minería está desbocada,


entrevista con Manuel Rodríguez también disponible en http://www.
manuelrodriguezbecerra.org/index.htm

El Tiempo (12/07/2011) Tribunal confirma condena a militares por masacre


de Potosí (Tolima)

Semana (29/11/1999) Las lecciones del paro

Semana (22/10/2008) Mujeres cuentan de su minga de resistencia indígena,

252 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

Semana (10/09/2009) Por masacre del Naya, capturan a general (r) Francisco
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Ex capitán de la Policía coordinaba acciones de ‘paras’ con fuerza pública en


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Los hermanos Castaño y sus cómplices en Cauca, Valle y Huila, julio 2011

Prensa Indígena
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Unidad Indígena No 125 noviembre 2009 Minga Humanitaria por la vida y la


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Unidad Indígena No125 noviembre 2009 Genocidio contra el Pueblo Awá

Inipu No. 19 Masacre contra el pueblo Awá,.

Inipu No. 19 violaciones a los derechos humanos del pueblo Awá

Inipu, No. 19 Infracciones A Los Derechos Humanos De Los Pueblos Indígenas


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Entrevistas
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Entrevista a John Henry González, Movimiento Campesino de Cajibio, febrero


2011

Entrevista, Huber Ballesteros, actual Vice Presidente y entonces Secretario


General de Fensuagro Marzo 2011.

Entrevista, Miguel Hernández, Cima y el CUT, febrero 2011

Entrevista, Rober Daza, Cima, Mayo 2011

Entrevista Víctor Collazos, Cima junio 2011

HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 253


Una mirada desde el SUR

Entrevista, Jesús López, Cima, junio 2011

Entrevista, Aida Quilcue, junio 2011

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Defensoría del Pueblo


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fechada 15/02/2011

Carta de Tulio Valencia fechada 03/11/2001(xerox)

Carta de Negret al ministro del Interior 21/07/1999 citado en Cambio


(22/11/1999) Obstáculo en la vía.

Carta del Ministerio de Relaciones Exteriores a la ONIC sept 2007 ref: DDH
No. 49577/2732

Comunicado 001 Comité Coordinador de Paro, 17/10/99

Comunicado Nº 15 Coordindora de comunidades, municipios y organizaciones


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Comunicado de Prensa (10/04/2008) Cargill supports approval of U.S.–


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254 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Gearóid Ó Loingsigh

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01/06/2005

Convocatoria de Congreso Indígena y Popular (2005) Proclama Pública


Del Congreso Indígena Y Popular: Convocatoria A La Consulta Ciudadana Y
Popular Frente Al Tratado De Libre Comercio

Convención Única 1961, Naciones Unidas

Declaración Jornada De Consulta Popular Y Ciudadana Frente Al Tratado De


Libre Comercio (TLC) 29/11/2005

Declaración Jurada de Alexander Guerrero Castellanos al Fiscal Juan Carlos


Oliveros Corrales, 17 de agosto 2007.

Declaraciones de Uribe en Uribe dice que sólo existen comprobados 22


casos de ‘falsos positivos’ Caracol Radio http://www.caracol.com.co/nota.
aspx?id=782914

Documento de La Minga (s/f) Tierra y Territorio.

Documento de La Minga (s/f) Comisión Acuerdos

Estadísticas Vitales www.dane.gov.co consultado 15/06/2011

III. Convenio de Ginebra del 12 de Agosto de 1949 relativo al trato debido a


los prisioneros de guerra www.icrc.org

Ley 1448 de junio 2011.

Texto de ponencia de John Henry González (xerox)

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Volante repartido en Bolívar “Pueblo bolivarense, Hasta hoy hemos guardado


un silencio bastante parecido a la estupidez”

Volante repartido desde un helicóptero en la vereda El Decio.

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Comunidad Andina http://www.comunidadandina.org


Committee for the Protection of Journalists www.cpj.org

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HUELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA 255


Una mirada desde el SUR

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Sentencia SU–039/97.

Sistema de Información Minera de Colombia www.simco.gov.co

256 H UELLAS DE LUCHA Y RESISTENCIA


Una
mirada
Gearóid Ó Loingsigh
SOMOS CNA (Himno)

Una mirada desde el SUR - Gearóid Ó Loingsigh


Investigador, periodísta y

SUR
fotógrafo irlandés. Autor de los
I III

desde el
libros: La estrategia integral
Somos la fuerza del campo Con mi vida defiendo la tierra
Regamos con el sudor la tierra De amenazas de tanto enemigo del paramilitarismo en el
Con semillas de verde esperanza Muy diversos queremos los campos Magdalena Medio y
Del trabajo, el machete es nuestra ban- Sin fumigaciones ni monocultivos Catatumbo, un reto por la
dera verdad; y coautor de los libros:
A sembrar la historia del campo Por dentro e´soga I y II a
Con el surco mi vida se encuentra De consignas y luchas por Colombia
Donde siembro con mucha esperanza
Cada día crece la cosecha
Mantendremos bien fuertes los brazos Huellas de lucha y resistencia propósito de la explotación de
petróleo en el Casanare.
Hasta que un día gritemos victoria
Con mi pueblo que lucha y avanza Se ha caracterizado por su
Coro:
Todos el futuro
Coro:
Todos el futuro
Vamos a forjar
Gearóid Ó Loingsigh lenguaje directo y
controvertido, por su visión
crítica sobre la participación
Vamos a forjar Con el puño arriba
Con el puño arriba de las ONG en proyectos de
Somos C.N.A
Somos C.N.A. cultivo a la palma africana, el
IV papel del Estado colombiano
II en el conflicto social y armado,
Campesinos hombres y mujeres Una voz por el pueblo nos llama
Estamos unidos para luchar A una lucha sin más descansar y el accionar de las empresas
Nos mantiene el arraigo a la tierra Una luz de esperanza nos queda transnacionales en el
Y ella es nuestra identidad Todos juntos con el C.N.A. territorio. Ha realizado
Adelante todos compañeros diversos escritos acerca del
Campesino luchador del mundo paramilitarismo, y sobre los
Paisano de la tierra y del agua Todos luchando por la igualdad
Soy libre como lo es el viento Nuestros muertos nunca más mal llamados
Y me confundo con el verde de la mon- descansan “Laboratorios de Paz” de la
taña Hasta vernos vencer y triunfar Unión Europea.
Coro: Coro:
Todos el futuro Todos el futuro
Vamos a forjar Vamos a forjar
Con el puño arriba Con el puño arriba
Somos C.N.A. ¡Somos C.N.A!

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