es un personaje sencillamente inteligente debido a que tiene la facilidad
ponerse en el lugar del criminal y también tener como las visiones de estos. Un claro ejemplo de esto es la escena en la que le habla sádicamente a su hijo para salvarlo al desviar la atención de Francis. Su intuición es un gran punto para este. Puesto a que pareciera que le permite recorrer mentalmente lo andado por el asesino, lee la escena del crimen las armas utilizadas, las intenciones, los movimientos, los pasos dados por aquél. Es brillante, y no solo eso, ya que puede rivalizar con el criminal, ponerse a su altura, entrar en diálogo desafiante con él. El enfrentamiento narrado entre Will y Francis podemos decir que es la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la consolidación familiar y el aislamiento, la humanidad y la animalidad, la agresividad sublimada y la violencia descarnada. Vistos de esta forma, los personajes son, más que dos polos opuestos, las dos caras de una misma moneda: Will busca la consecución de un equilibrio personal mediante la captura de Francis, y ha sabido canalizar su agresividad de manera socialmente correcta, dirigido hacia la ambición y el ascenso en la pirámide social, mientras que Francis representa las pulsiones agresivas y autodestructivas existentes bajo la contenida apariencia de Will.