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LA TORMENTA PERFECTA ¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ OCURRIENDO EN TURQUÍA?

12 de septiembre de 2018 

En Innovaes, repasamos los datos.

Por Kevin Itoiz y Juan Pippia.

SITUACIÓN POLÍTICA

Desde 2003, Turquía está gobernada por Recep Erdogan. Primero lo hizo bajo el cargo
de Primer Ministro (2003-2014) y luego como Presidente (2014-actualidad).
Gradualmente y a lo largo de sus mandatos, Erdogan fue incrementando su poder. En
2016, se produjo un intento de Golpe de Estado que le sirvió para incrementar sus
facultades. Bajo la acusación de golpistas, expulsó a miles de funcionarios, militares y
jueces y utilizó la crisis para gobernar por decreto. Entre 2017 y 2018, Erdogan
institucionalizó su incrementado poderío: Impulsó una reforma de la Constitución (que
reforzó los atributos del Presidente), adelantó las elecciones generales y logró su
reelección como Presidente. Para distintas organizaciones de DD.HH., el status
democrático de Turquía está seriamente afectado. Para la U.E. la situación de los
DD.HH. ameritó cesar distintas áreas de cooperación.

ECONOMÍA

En los últimos 20 años, Turquía creció a una tasa promedio del 5% anual (por arriba del
promedio mundial y de los emergentes). También incrementó su PBI per capita. Según
datos del Banco Mundial, Turquía pasó de 2.897 dólares en 1995, a 10.984 dólares en
2015. Su canasta de exportaciones evolucionó hacia las manufacturas de mayor valor
agregado. En 2001, los textiles representaban el 11,6% y los vehículos el 7,4%. En
cambio para 2017, los textiles cayeron al 5,6% y los vehículos subieron al 15,2%; entre
otros cambios.

POLÍTICA EXTERIOR

Los mayores recursos que le proveyó la economía, le permitieron a Anakara volcarse


hacia una estrategia geopolítica más arriesgada. Comenzó a relativizar su relación con
Occidente, desistió de ingresar a la U.E. (aunque también es cierto que varios países
europeos rechazaban su posible ingreso) y se vio más identificada con Medio Oriente.
El estallido de la Guerra Civil Siria (2011) implicó a Turquía que comenzó a jugar más
fuerte; expresando su rechazó a Al Assad, apoyando a facciones rebeldes y
aprovechando el conflicto para atacar a grupos kurdos (considerados terroristas por
Ankara).

RELACIÓN CON EE.UU.

A pesar de ser aliados en la OTAN, en los últimos años surgieron divergencias


estratégicas. Ambas naciones difieren en cuanto al rol de los kurdos en el conflicto sirio
(Washington los apoyaba, no así Ankara). También en relación al Acuerdo Nuclear con
Irán (Turquía lo avala y aseguró que no adherirá a las nuevas sanciones de
Washington). El anunció de Ankara sobre la posible compra de sofisticados sistemas
misilísticos a Rusia y una posible investigación contra el personal militar
estadounidense de la base aérea en Incirlik; empeoraron la relación. Pero para la
Administración Trump, el colmo fue el arresto de un pastor estadounidense radicado
en Turquía. El arresto se dio en 2016, en el marco del intento de Golpe de Estado y se
la puede definir como “arbitraria”. En reiteradas oportunidades, la diplomacia
estadounidense y Trump reclamaron su liberación. La negativa de Turquía condujo a
las sanciones estadounidenses; se elevó los aranceles al acero y al aluminio turco hasta
el 50% y el 20%, respectivamente.

SITUACIÓN FINANCIERA.

En términos financieros, Turquía mantiene desde 2009 un déficit fiscal cercano al


actual 1,5% y, desde hace varios años, un gran déficit en cuenta corriente que gracias a
la reciente devaluación de la lira, logro bajar de 5,8 mil millones a 2,9 mil millones de
dólares.

Esta situación genera una economía dependiente del crédito internacional, ya que se
consumen más dólares de los que generan. Siendo una economía emergente luego de
2008 Turquía se vio favorecida por las bajas tasas de interés para mantener su política
económica basada en el endeudamiento externo, llevando la deuda externa de 250 mil
millones de dólares a superar los 450 mil millones de dólares en la actualidad (28%
PBI). Mientras que las reservas del banco central, actualmente, son de 125 mil
millones.
La suba de tasa de Estados Unidos a principios de este año, resulto un gran golpe a las
economías emergentes dependientes del crédito internacional ya que este crédito se
encareció y transformó a dicho país en “una aspiradora de dólares”. Sumado a los
conflictos políticos arriba mencionados que complican los flujos de capitales
internacionales necesarios para sostener la economía turca. Por otro lado, la inflación
de Turquía subió de los márgenes del 10% hasta acercarse al 18% interanual y,
contrario a lo que recomienda la ortodoxia económica, Erdogan dispuso a seguir con
sus políticas de baja tasa de interés del 8%.

Los conflictos internacionales, la dependencia de dólares del exterior para saldar la


cuenta corriente y la insistencia del Presidente en mantener una política de baja tasas
de interés para fomentar la inversión productiva generaron la devaluación en la Lira
Turca del 41%. En mayo frente a las presiones, la tasa de interés aumento del 8% al
18% buscando contener la corrida cambiaria y estabilizar la economía que por ahora
no muestra señales positivas.

CONCLUSIÓN:

La crisis turca comparte elementos con otros países emergentes; especialmente, lo


referido en su situación financiera. No obstante, Turquía debería ser un capítulo aparte
en el marco de los emergentes dado que sus complicaciones políticas y geopolíticas, no
se igualan, ni se asemejan a lo que ocurre en otros casos. En ese sentido, la nación
otomana es debería ser un capítulo aparte.

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