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Para responder a esta pregunta, debemos ver qué ocurre con los movimientos internacionales de capital y
cuáles son las consecuencias de estos movimientos para la economía de un país. Cuando la renta aumenta en
una economía cerrada, el tipo de interés sube, debido a que el aumento de la renta eleva la demanda de
dinero. Eso no es posible en una pequeña economía abierta, ya que tan pronto como el tipo de interés
comienza a subir con respecto al tipo de interés mundial, r*, entra rápidamente capital del extranjero para
aprovechar el rendimiento más alto. La disminución de las exportaciones netas contrarresta exactamente los
efectos que produce la política fiscal expansiva en la renta.
Tanto en la economía cerrada como en la economía abierta, la cantidad ofrecida de saldos monetarios reales, M/P, es fijada por el banco central
y por el supuesto de la rigidez de los precios . En una economía cerrada, una expansión fiscal provoca una subida del tipo de interés de
equilibrio. En cambio, en una pequeña economía abierta, r se mantiene fijo y es igual a r *, por lo que solo existe un nivel de renta que pueda
satisfacer esta ecuación, y este nivel de renta no varía cuando cambia la política fiscal.
La política monetaria
Imaginemos ahora que el banco central eleva la oferta monetaria. Como se supone que el nivel de precios se mantiene
fijo, el aumento de la oferta monetaria significa un incremento de los saldos reales. Por lo tanto, un aumento de la
oferta monetaria eleva la renta y reduce el tipo de cambio. Aunque en una economía abierta la política monetaria
influye en la renta, al igual que en una economía cerrada, el mecanismo de transmisión monetaria es diferente.
Recordemos que en una economía cerrada un aumento de la oferta monetaria eleva el gasto porque reduce el tipo de
interés y estimula la inversión. En una pequeña economía abierta, esta vía de transmisión monetaria no existe, ya que
el tipo de interés se mantiene fijo y es igual al tipo de interés mundial. Tan pronto como un aumento de la oferta
monetaria presiona a la baja sobre el tipo de interés interior, sale capital de la economía, ya que los inversores tratan
de obtener mayores rendimientos en otros países. Así pues, en una pequeña economía abierta, la política monetaria
influye en la renta alterando el tipo de cambio en lugar del tipo de interés.
La política comercial
Como las exportaciones netas son iguales a las exportaciones menos las importaciones, una reducción de las
importaciones significa un aumento de las exportaciones netas. Es decir, la curva de exportaciones netas se
desplaza hacia la derecha, como en la figura 13.6. Este desplazamiento de la curva de exportaciones netas
eleva el gasto planeado y, por lo tanto, traslada la curva IS* hacia la derecha. Como la curva LM* es vertical, la
restricción comercial eleva el tipo de cambio, pero no afecta a la renta.
Por último, la apreciación de la moneda encarece los bienes interiores en relación con los bienes extranjeros,
lo cual reduce las exportaciones netas XN y lleva a la renta, Y, de nuevo a su nivel inicial. Un objetivo que se
persigue con las políticas destinadas a restringir el comercio suele ser alterar la balanza comercial, XN. Como
una restricción comercial no afecta ni a la renta, ni al consumo, ni a la inversión, ni a las compras del Estado,
no afecta a la balanza comercial. Aunque el desplazamiento de la curva de exportaciones netas tienda a elevar
XN, la subida del tipo de cambio reduce XN en la misma cuantía.
La economía nacional importa menos que antes de la restricción comercial, pero también exporta menos.
La política fiscal
Veamos cómo la política económica afecta a una pequeña economía abierta que tiene un tipo de cambio fijo. Esta política desplaza la curva IS*
hacia la derecha, como en la figura 13.8, presionando al alza sobre el tipo de cambio de mercado. El aumento de la oferta monetaria desplaza la
curva LM* hacia la derecha.
La política monetaria
Imaginemos que un banco central que opera con un tipo de cambio fijo tratara de
elevar la oferta monetaria, por ejemplo, comprando bonos al público. Pero como el
banco central se ha comprometido a intercambiar moneda extranjera y moneda
nacional a un tipo de cambio fijo, los arbitrajistas responden rápidamente al
descenso del tipo de cambio vendiendo la moneda nacional al banco central, lo que
hace que la oferta monetaria y la curva LM* vuelvan a sus posiciones iniciales. Por lo
tanto, la política monetaria, tal como se gestiona normalmente, es ineficaz en un
sistema de tipos de cambio fijos. Al aceptar fijar el tipo de cambio, el banco central
renuncia a controlar la oferta monetaria.
La política comercial
Esta política desplaza la curva de exportaciones netas hacia la derecha y, por lo tanto, desplaza la
curva IS* hacia la derecha, como en la figura 13.10. El desplazamiento de la curva IS* tiende a elevar
el tipo de cambio. Para mantenerlo en el nivel fijado, la oferta monetaria debe aumentar y desplazar la
curva LM* hacia la derecha. En ambos casos, la restricción comercial desplaza la curva de
exportaciones netas hacia la derecha, pero solo eleva las exportaciones netas, XN, cuando el tipo de
cambio es fijo.
Cuando aumenta la renta, también aumenta el ahorro, lo que implica un aumento de las exportaciones
netas.
Más concretamente, el modelo Mundell-Fleming muestra que el poder de la política monetaria y de la política fiscal para influir en la renta
agregada depende del sistema de tipos de cambio. En un sistema de tipos fluctuantes, la política monetaria es la única que puede influir en la
renta. El efecto expansivo habitual de la política fiscal es contrarrestado por un aumento del valor de la moneda y una disminución de las
exportaciones netas.
En este caso, el país pierde su capacidad para gestionar una política monetaria independiente. La oferta monetaria debe ajustarse para
mantener el tipo de cambio en su nivel predeterminado. Cuando un país fija su moneda con respecto a la de otro, adopta en cierto sentido la
política monetaria de ese país. La tercera opción es restringir la entrada y la salida de capitales del país, como ha hecho China en los últimos
años.
En ese caso, es posible fijar el tipo de cambio y gestionar al mismo tiempo una política monetaria independiente.
El descenso del nivel de precios eleva los saldos monetarios reales, y desplaza la curva LM* hacia la derecha. La velocidad de transición del
equilibrio a corto plazo al equilibrio a largo plazo depende de lo deprisa que se ajuste el nivel de precios para que la economía retorne al nivel
natural.