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FACULTAD DE DERECHO
TEMA:
El presente trabajo trataremos uno de los grandes retos que todo gobierno civil
democrático enfrenta que es la necesidad de encauzar las acciones y el
funcionamiento de las fuerzas armadas dentro de las reglas básicas del
Estado de Derecho. Es decir, un ejército que posibilite la gobernabilidad
democrática, el cual debe ser subordinado y absolutamente leal al Estado de
Derecho.
La jurisdicción militar son claves para lograr este balance, asimismo podemos
afirmar que las características propias de la tarea de las fuerzas armadas hace
indispensable establecer fiscales, tribunales y un conjunto de leyes que
incorporen la especificidad de dicha actividad, y que provean de estabilidad
institucional y seguridad jurídica a los miembros del ejercito y policía nacional
del Perú.
constituye un argumento en defensa de la jurisdicción militar. Hoy que se alzan
voces contrarias, la doctrina y el derecho positivo se convierten en
presupuestos.
Surge así la distinción entre res civilis y res militaris. De las cuestiones relativas
a esta última conocieron sucesivamente los prafecti sociorum, los tribunales
militares y más tarde los magistri militum, el fuero militar fue expresamente
reconocido por los emperadores, quienes por virtud del imperium procunsulare
estaban facultados para legislar en materia castrense; así honorio y Arcadio
concedieron prerrogativas a los militares, aún en materia civil, ordenando que
en caso de ser demandados fuera facultativo del actor militar escoger la
jurisdicción militar o la ordinaria.
Por su parte, Justiniano consagró el título XXXVI del libro XII de su Código a la
res militaris; a este texto puede agregarse otro fragmento relativo al officium
magistri militum; y en el Código teodosiano lo referente a officium judicum
militarium.
2 Así lo hace notar Gonzalo Gómez Mendoza, Código de Justicia Militar. Lima: Ediciones Jurídicas,
1997, p. 13.
3 Rómulo Saavedra, La Justicia Militar en Estado de Sitio. Colombia: Pontificia Universidad Javeriana,
1977, p. 14.
dependían de su voluntad. Recién Carlos VII, Rey de Francia, fue el primero en
modificar el sistema militar que regía en la Europa Antigua.
Por otro lado, en los albores del período moderno se producen una serie de
cambios. Por ejemplo, en España surgen instituciones como el Supremo
Consejo de Guerra, en los llamados reinos de Castilla. El Derecho Militar se
comienza a regular a través de una serie de Ordenanzas, entre las cuales
tenemos las Ordenanzas del Infante Almirante de 15 de noviembre de 1737
dictadas por el Rey Felipe V para el almirante de todas las fuerzas navales, su
hijo el Infante don Felipe. Luego se expidieron las llamadas Ordenanzas
Generales.
5 José Hurtado Pozo, La ley importada, Recepción del Derecho Penal Peruano. Lima: CEDYS, 1979,
pp. 37-38
6 Domingo García Belaunde, Op. cit., p.63.
2. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA JURISDICCIÓN MILITAR
La categoría jurídica “fuero”, que proviene del latín “forum”, tuvo desde antiguo
un sentido que se confundía con formas discriminatorias de aristocracia y
servidumbre, exacción y privilegio. No obstante, posteriormente en el derecho
moderno los fueros no son ya privilegios, sino competencias especiales.
Excepcionalmente se conceden en razón de las personas, como el caso del
juzgamiento de los altos funcionarios del Estado; pero lo común es que se
reconozcan en razón de la materia.
7 Ver al respecto, lo que en su momento sostuvieron Marcial Rubio Correa y Enrique Bernales
Ballesteros, Perú: Constitución y Sociedad Política. Lima: Mesa Redonda, 1985, pp. 430 y ss.
8 Francisco Fernández Segado, “El marco constitucional de la Jurisdicción Militar: su organización y
competencia”; en la Jurisdicción Militar. Madrid: Consejo Judicial del Poder Judicial, 1992, pp. 23-25.
Constitución se prohíbe de modo absoluto los tribunales de excepción, y
la jurisdicción militar está circunscrita para los delitos de los miembros
de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
9 En Daniel O Doinell, Protección Internacional de los Derechos Humanos. Lima: Comisión Andina de
Juristas, 1989, pp. 161-162.
la ley determina. La casación a que se refiere el art. 141 sólo es
aplicable cuando se imponga la pena de muerte”.
10 Anibal Quiroga León: “Los Derechos Humanos, el debido proceso y las garantías constitucionales de
la administración de justicia”, en La Constitución Peruana de 1979 y sus problemas de aplicación.
Lima: Cultural Cuzco, 1987, p. 127.
funcional, material, patrimonial, etc. Las reglas de competencia
defienden el principio del acceso del justiciable al juez natural bajo un
ineludible principio de legalidad pues sólo las leyes las han de
determinar con anterioridad”.
11 Al respecto, ver Octavio Vejar Vazquez, Autonomía del Derecho Militar. México: Editorial Stylo,
1948, pp. 24-28.
b) la solución de continuidad que se representaría la marcha de un
ejército a un país extranjero, maniobras o campaña;
“Por razón del delito, la jurisdicción militar conoce de las causas seguidas
contra los militares en situación de actividad de las Fuerzas Armadas y Policía
Nacional y a cualquier otra fuerza dotada de armas que, militarmente
organizada, se encuentre al servicio del Estado, por infracciones previstas
taxativamente en este Código.”
Sin embargo, aun así esto suponía un importante avance respecto del texto
vigente, que no hace mención alguna a las características de los delitos de su
competencia, limitándose a extenderla ciegamente sobre los miembros de las
fuerzas armadas. Es más, el inciso c) del artículo 322º del Código de Justicia
Militar asimila inconstitucionalmente a la condición de militares al personal civil
que labora en los institutos armados y policiales.
Cabe indicar que la distinta naturaleza de las situaciones que tienen que
afrontar de un lado las Fuerzas Armadas y de otro, las organizaciones
policiales, lleva a una diferente organización, con sus correspondientes
culturas organizativas, todo lo cual debería traducirse en distinciones en cuanto
a sus regímenes disciplinarios y sancionadores. Sólo para anotar una
distinción, a modo de ejemplo, en las organizaciones policiales cuanto menor
es el rango del funcionario, mayor es su grado de discrecionalidad cotidiana, a
la inversa de lo que ocurre en las Fuerzas Armadas tradicionalmente
estructuradas: el policía en la calle tiene mucho mayor margen de decisión
frente a las múltiples situaciones que se le presentan diariamente, que los
mandos habitualmente destacados en oficinas. Estas diferencias en la cultura
organizativa se acrecientan tratándose de cuerpos especializados en
investigación.